EL DOBLE NUEVE, LA NOVELA DE UN MINERO MEXICANO

EL DOBLE NUEVE, LA NOVELA DE UN MINERO MEXICANO Edith Negrín UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO EL OBRERO RODOLFO BENAVIDES A la luz de los estu

2 downloads 61 Views 426KB Size

Recommend Stories


Un traductor mexicano de Byron
Un traductor mexicano de Byron JosE Maria Roa Bircena (1827-1908) se distingui6 en la literatura mexicana como poeta, novelista, historiador, bi6gra

El Quijote la novela madre
El Quijote la novela madre AGENCIA REFORMA /Daniel de la Fuente / Publicada el 21/04/2013 Leer Don Quijote de la Mancha, es una aventura del alma. C

LA DOBLE BARRICADA. EL CONCEPTO DE HIS-
ARS BREVIS 2006 LA LA DOBLE BARRICADA. EL DOBLE BARRICADA. TORIA EN CONCEPTO DE HISTORIA EN EL W. BENJAMIN UNA W. BENJAMIN Y EN J. DERRIDA.

EL CUIDADOR DE LA DOBLE DEPENDENCIA
Máster Universitario en Intervención en Calidad de Vida de Personas Mayores UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA EL CUIDADOR DE LA “DOBLE DE

Story Transcript

EL DOBLE NUEVE, LA NOVELA DE UN MINERO MEXICANO Edith Negrín UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO EL OBRERO RODOLFO BENAVIDES

A la luz de los estudios culturales, y de su interrogante fundamental acerca de las posibilidades de expresión de los grupos sociales marginados o subalternos, releemos de distinta manera determinados textos. El que ahora me interesa es una de las pocas novelas en la literatura mexicana contemporánea escrita por un obrero. Estos apuntes forman parte de una investigación sobre las novelas mexicanas que tematizan los problemas de las minas y los mineros. Rodolfo Benavides, nacido a principios de siglo en el estado mexicano de Hidalgo, cuenta en su haber con las vivencias del trabajo en las minas desde la adolescencia, más adelante, las distintas labores como bracero en los Estados Unidos, la participación en la organización y las luchas de los trabajadores, la deportación y encarcelamiento en las Islas Marías por su militancia comunista1 y, a partir de los años de madurez, una decidida conversión al esoterismo. Entre 1949 y 1968, Benavides publicó diez novelas y dos colecciones de relatos; a partir de 1960 -y hasta 1982- empezó a publicar ensayos sobre temas ocultistas que han gozado de gran popularidad y, por tanto, alcanzado numerosas reediciones.2 Tanto la narrativa como los ensayos han sido desatendidos por la crítica; si bien la primera novela, a la que me voy a referir, recibió comentarios interesantes por parte de José Luis Martínez y John Brushwood.3 1

De hecho, no se cuenta con mucha información acerca de la biografía de Rodolfo Benavides. El escritor mexicano José Revueltas, durante uno de sus encarcelamientos en las Islas Marías, escribe una carta al Comité Central del Partido Comunista Mexicano, entonces ilegal, fechada el 30 de noviembre de 1934, en donde menciona a Benavides, como un compañero de prisión poco confiable. José Revueltas, Las evocaciones requeridas I {Obras Completas 25), México: Editorial Era, 1987, págs. 93-96. 2 Por citar uno de los exitosos textos ensayísticos del autor, Dramáticas profecías de la Gran Pirámide, aparecido por primera vez en 1960, llevaba en 1982 cincuenta y cuatro eds., cifras que nunca alcanzó con sus novelas sociales (vid. Aurora M. Ocampo, coord., Diccionario de Escritores Mexicanos, Tomo I, A-CH, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1988). 3 José Luis Martínez escribió en 1949: «En los últimos años se han dado a conocer otros novelistas de mérito [...]. Rodolfo Benavides, cuya única obra es hasta ahora un sobrio e intenso relato, El doble nueve (1949), sobre la vida de los mineros mexicanos» (Literatura mexicana Siglo XX, México: Antigua Librería Robredo, 1949, pág. 66. A su vez, John Brushwood expresó:

287

288

EDITH NEGRÍN

La obra inicial de Rodolfo Benavides se titula El doble nueve. La vida en las minas de plata mexicanas, y aparece en 1949, cuando el autor tiene 42 años. Para esas fechas, la evolución formal de la narrativa latinoamericana se había hecho evidente con la publicación, ese mismo año, de El Aleph de Jorge Luis Borges; en el caso de la literatura mexicana, hacía cerca de dos décadas que Mariano Azuela había iniciado sus novelas experimentales. Sin embargo, Rodolfo Benavides, escritor marginal y distante de las preocupaciones formalistas, se inscribe en la misma línea de los escritores que en la década de los treinta y los cuarenta trazan el mapa de los problemas sociales de Latinoamérica identificándose, o tratando de hacerlo, con la óptica de los oprimidos. UNA NOVELA REALISTA

El tema minero ha sido muy frecuentado en países como Bolivia, Chile o Perú. En el caso de México, hay relativamente pocos textos narrativos sobre minas, no obstante que la explotación del subsuelo ha sido muy significativa en el desarrollo de la vida económica y social.4 El doble nueve...5 se ubica dentro de los cánones del realismo social y su estructura puede calificarse de decimonónica. Se trata de una extensa narración -266 págs.-, dividida en dos partes, así denominadas, en la que a través de una cronología lineal, con saltos temporales, se relata una anécdota sencilla protagonizada por una familia de mineros. El relato es asumido por un narrador omnisciente que, sin abandonar la tercera persona, asume alternativamente el punto de vista de los personajes principales; y, sin adoptar la primera, hace explícitas sus ideas, actitudes, sentimientos y valoraciones respecto de los acontecimientos y los personajes. Los cortes son de extensión desigual; la primera sección es breve, consta de dos capítulos, y en ella se proporcionan todos los elementos constitutivos de la novela. La segunda parte comprende veinticuatro capítulos, el último de cuales tiene al final una subdivisión en blanco, un subtítulo y la inserción de unas líneas escritas por un narrador distinto, con las que se clausura la historia. La primera parte comienza con la presentación de la circunstancia y los personajes: Corría el año de 1913. Un sol canicular golpeaba frenético los herrumbrosos tejados de lámina de los jacales, haciéndolos crepitar. Vistos desde lejos, brilla-

4

5

«Rodolfo Benavides, escritor inculto, narró con gran fuerza nativa. Su protesta es vigorosa, pero su visión es totalmente personal y su obra ni se beneficia de lo que otros novelistas estaban haciendo, ni contribuyó a la obra de éstos» (México en su novela, 1966, trad. Francisco González Arámburo, México: Fondo de Cultura Económica, 1987, pág. 45). Esto observa Luis Mario Schneider en «Introducción» a Las minas y los mineros y Querens de Pedro Castera, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1987, págs. 5-28. Rodolfo Benavides, El doble nueve. La vida en las minas de plata mexicanas, México: Distribución Iberoamericana de Publicaciones, 1949.

EL DOBLE NUEVE, LA NOVELA DE UN MINERO

289

ban por el sol y la reverberación producía una ilusión óptica disimulando su miseria. Varias familias de mineros vivían en esos jacales (11). Ese grupo de viviendas, cuya fragilidad frente a los elementos de la naturaleza se corresponde con la vulnerabilidad social de los habitantes, junto con la mina, son los espacios centrales de la historia. Entre los interiores y las inmediaciones de ambos lugares transcurre la vida de los mineros. Es también significativo el camino que une los dos ámbitos, y que es transitado por los trabajadores y sus familias una y otra vez. En la escena inicial, una vez fijado el tiempo y el sitio, el narrador enfoca su lente en el patio de uno de los jacales y en uno de los pobladores, la adolescente llamada «Cuca», diminutivo de Refugio. Como su nombre, que significa protección, seguridad y consuelo, Cuca es el centro de la red de personajes; a su alrededor se reúnen aquellos que concentran los valores positivos. Al iniciarse la historia, la madre de Cuca está agonizando y la niña es enviada por unas vecinas a la mina, a llamar a su padre, don Lorenzo. La participación de las mujeres de la vecindad en casa de la enferma es activa y solidaria: la acompañan, hablan con el doctor, van a comprar las medicinas, se ocupan de avisar al esposo; acciones que indican la fuerza de la vida comunitaria en el barrio obrero. En la trama, todos los acontecimientos, alegres o tristes, de la familia de la adolescente son compartidos por los vecinos, los amigos, los compadres, los compañeros de labor. El grupo constituye un personaje colectivo.6 En la historia, Cuca atraviesa corriendo el mencionado camino y llega al sitio de trabajo de su padre; pero no puede hablar con su él, ni siquiera enviarle un mensaje porque está prohibido y la presencia de uno de los jefes de la mina, Mr. Kraft, obliga a que se cumpla la regla. El jefe norteamericano, caracterizado como un ser despótico y despiadado, es el polo negativo de la red de personajes. La contradicción principal en esta red, presentada así desde el comienzo de la novela, está por supuesto entre patrones explotadores y trabajadores explotados; pero el inevitable maniqueísmo de esta oposición se relativiza un poco al insertarse algunos personajes mineros carentes de solidaridad que se convierten en enemigos de sus compañeros. Si en el primer capítulo la acción iba del jacal a la mina, en el segundo se realiza el movimiento inverso: casi todo el capítulo reseña los avatares de una jornada de trabajo subterráneo, y sólo al final se ve al padre de Cuca, junto con otros amigos, en el velorio de su esposa. Durante el pasaje dedicado al trabajo en la mina, se van caracterizando los 6

Esta importancia de la comunidad es, de acuerdo con el antropólogo Guillermo Bonfil, una pervivencia de las culturas prehispánicas y uno de los distintivos de lo que él llamó el «México profundo», en oposición al México ficticio cuya modernidad es aparente y limitada (México profundo. Una civilización negada, México: Secretaría de Educación Pública - Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 1987).

290

EDITH NEGRÍN

personajes masculinos: el padre de Cuca, Don Lorenzo, tiene el rango de mayordomo y dirige a tres cuadrillas de trabajadores; trabajador profesional y responsable, es asimismo un hombre noble y compasivo que establece relaciones afectuosas con sus compañeros. Armando, joven bondadoso y buen trabajador, criado en la mina y muy próximo a don Lorenzo. Otro joven, «El gorrión», apreciado por sus camaradas a causa de su sentido del humor y su habilidad para tocar la armónica. Y como el personaje que concentra los atributos negativos, el minero Rómulo, caracterizado como antipático y de malos sentimientos. El trazo de los personajes es plano; el acento está puesto en su tipicidad, en su posibilidad de ser representativos de una clase social, más que en su complejidad como individuos. Así por ejemplo, se presenta el caso de un niño de doce años, huérfano, al cual la cuadrilla de don Lorenzo «adopta» y contrata pagándole con algo de sus propios exiguos salarios -aunque todos los integrantes del equipo están en contra del trabajo infantil-, para protegerlo de los contratistas extorsionadores. Se sugiere que al igual que ese niño había crecido Armando; es decir, que no se trata de un caso excepcional. El pasaje detalla las duras condiciones del oficio y la desprotección de los obreros; funciona como una puesta en abismo del argumento total, pues presenta un accidente de trabajo, donde muere una muía y un hombre queda gravemente herido, como un adelanto del incendio que será el hecho más importante de la historia narrada. En el desarrollo de la trama la violencia es creciente: después de la mencionada muerte de un animal, ocurre la de una mujer; más adelante hay un accidente, que precede al desastre en el cual las muertes de los obreros se multiplican. Para comunicar al pueblo que hay un herido, la campana de la mina toca nueve campanadas. En la siguiente parte se comenta que, cuando las nueve campanadas suenan dos veces, significa que el accidente es gravísimo. «Dos 'nueves' quieren decir 'gran desgracia', muchos muertos y heridos», dirá Cuca (120) explicando el título de la novela. En la segunda parte, la historia se inicia se inicia tras un salto temporal de ocho años respecto de la primera. En los primeros ocho capítulos de la sección se presenta a Cuca, ya una joven, dedicada a las labores hogareñas, a atender a su anciano padre y a educar a su hermano menor. Se describe el acoso sexual que padece, por parte de Rómulo, y su salvamento gracias a la oportuna intervención de Armando. Se relata el ataque a traición de que éste es objeto después, en una cantina, a manos del malvado Rómulo, que lo deja malherido. Y más adelante, la recuperación de Armando, su ascenso profesional al ser designado para ocupar en la mina el puesto de don Lorenzo (quien está a punto de jubilarse), su declaración de amor a Cuca y su matrimonio. Los restantes dieciseis capítulos están centrados en la minuciosa relación de un incendio que ocurre en la mina, a causa en parte del descuido de algunos mineros, y en parte de la perversidad de Rómulo. En el accidente mueren muchos trabajadores, entre ellos don Lorenzo que, ya jubilado, había decidido asistir ese día a ayudar a su yerno en sus nuevas responsabilidades. Armando, junto con

EL DOBLE NUEVE, LA NOVELA DE UN MINERO

291

otros compañeros quedan atrapados en una especie de oquedad, milagrosamente sobreviven y son rescatados siete días después. Casi al final de la novela, Armando y Cuca se reencuentran. Después del desenlace feliz -para la pareja protagónica- de la trama, separado por un espacio en blanco que implica otro salto temporal cuya duración no se especifica, hay un breve epilogo subtitulado «De regreso en la mina», que empieza: Han pasado los años. Cuando aquello ocurrió Armando tenía una vida por vivir y ahora sólo tiene una vida que recordar, y como recordar es vivir, volvió a la tierra que se humedeció con lágrimas del pueblo, encontrando sólo huellas de lo que fue (265). En este final, Armando encuentra que el antiguo poblado está desierto, la mina abandonada, y hasta los nombres de las lápidas en el cementerio han sido borrados por el tiempo. Su nostalgia y tristeza se atenúan, sin embargo, cuando pasa por un pueblo vecino y encuentra una escuela rural «pobrísima, pero una promesa al fin, que hablaba de un futuro mejor» (265). Allí habla con el maestro, «descendiente de indígenas», y encuentra un documento anónimo que se inserta como cierre de la novela. Cuenta en el documento, transcrito en letras cursivas, pocas líneas, como una leyenda, la historia de la mina: «Hace mucho tiempo, tanto que casi no me acuerdo, había en la cumbre del cerro una mina: 'La Cima' [...]» (266). VIDA COTIDIANA Y CULTURA

Conjuntamente con el desarrollo de los acontecimientos, el narrador proporciona una cuantiosa y precisa información acerca de la vida cotidiana de la comunidad minera, tanto en sus casas como en el lugar de trabajo. Así se describen sus viviendas, sus muebles, sus comidas, su ropa, sus curaciones, sus anhelos y sus plegarias. Se ve a los mineros en su tiempo libre, a veces entonando canciones, a veces en una cantina, participando en juegos que parecen inocentes y terminan en sangrientas disputas. En cuanto al espacio laboral, el texto habla de los contratos, los horarios, las herramientas, las jerarquías, los peligros, las luchas. Hay en la novela un panorama de la cultura obrera: se presenta a los trovadores callejeros y sus hojas volantes, mencionando las canciones más populares, como «El pagaré» (33) o «La Valentina» (83), entre otras. Se refiere la afición de los mineros al cinematógrafo (127). Se enumeran las lecturas de uno de los trabajadores más avanzados: «Cuando tengo tiempo leo lo mismo a Flores Magón, que al Quijote o la vida de algún santo» (73). El narrador a veces da cuenta de las supersticiones y leyendas de la región, por ejemplo, la del «fantasma de La Pasadita», que tenía su origen en un violento crimen. En dos ocasiones el narrador cede la voz a un personaje que transmite también alguna leyenda. Así, un viejo minero llamado don Cayetano relata el

292

EDITH NEGRI'N

cuento de una lluvia de oro que cayó sobre un pueblo y fue como una maldición, pues todos abandonaron el trabajo (69). Y otro anciano trabajador, Tomás, transmite la leyenda de una grieta en el cerro, conocida como «el abra» y una cripta que contenía la estampa de una virgen, la cual había llevado a cabo varios milagros (138-45). La comunidad minera parece tener una cierta proclividad a la superstición; los trabajadores integran sin conflicto la creencia en un dios (233) o en la Virgen María (140), con la creencia en «los espíritus» (237). El narrador mismo se refiere al ambiente, en diversos momentos, como místico (131), misterioso (263), embrujado (132), etc., prefigurando los libros ocultistas que el autor escribirá años después. Es interesante recordar que el escritor decimonónico Pedro Castera, el primero en la literatura mexicana en narrar problemas de las minas, también describe las supersticiones de los mineros y deviene con los años en un creyente en el pensamiento mágico.7 La relación entre el trabajo minero y el ocultismo es un tema a investigar en el caso de la narrativa mexicana. También ofrece El doble nueve una visión de la cultura política de los mineros. Un rasgo fundamental de esa cultura es el sentimiento antiimperialista, que parece ser compartido por personajes y narrador.8 Los mineros detestan al norteamericano dueño de la mina, lo llaman «gringo» o «bolillo» y con frecuencia lo califican de «desgraciado» (51). Don Lorenzo evoca el día en que Armando, niño aún, entró a trabajar a la mina y comenta: «Ésa fue la primera vez que sentí odio por estos extranjeros, que para enriquecerse más, ponen a trabajar a los niños, a los que por diez o doce horas de trabajo no les pagan más de tres o cuatro reales» (125). Por lo que hace a la Revolución mexicana, los mineros abordan el tema a través de una serie de serie de pláticas y discusiones que dejan ver su conciencia social. La primera parte de la historia se sitúa, como se vio, en 1912, en pleno movimiento revolucionario; la trama guarda una semejanza exacta con el entorno social, pues las minas del estado de Hidalgo, donde transcurre la acción, continuaron laborando durante la lucha armada.9 La segunda parte se ubica en 1920, ya relativamente pacificado el país y establecido el gobierno que emanó de la guerra civil. A esas alturas ya los mineros emiten un juicio negativo sobre el gobierno y su discurso; así dice uno de ellos que «nada de lo [...] que les ofreció [el gobierno revolucionario a los hombres del pueblo...] les cumplió» (146). Cuando ocurre el incendio en la mina, el gobierno envía al ejército a apoyar al dueño del mineral, quien decide cerrar las entradas al subsuelo para que el fuego se extinga más aprisa, aunque así mueran muchos obreros. 7

Vid. Schneider, op. cit. Luis Alberto Sánchez afirma que «la mina es el campo predilecto de la novela antiimperialista... y del imperialismo» (Proceso y contenido de la novela hispanoamericana, 1953, Madrid: Editorial Gredos, 1976, pág. 489.) 9 Al respecto, vid. Marvin D. Bernstein, The Mexican Mining lndustry 1890-1950, New York: State University of New York, 1964, pág. 101. 8

E L DOBLE NUEVE, LA NOVELA DE UN MINERO

293

Rodolfo Benavides, no sólo marginado de los beneficios de la educación institucional, sino ajeno al campo de la cultura, escribe en una prosa ingenua, a veces incorrecta desde el punto de vista gramatical, en determinados momentos inclusive cursi. Consigue no obstante dar la impresión de transparencia, parece ofrecer una imagen sin ambigüedades de la realidad referencial. El doble nueve tiene un enorme valor testimonial. No sólo en cuanto a la información de primera mano que contiene acerca de la vida cotidiana y el trabajo de los mineros, como hemos comentado, sino en tanto arroja luz sobre su cultura, sus inquietudes y su sensibilidad. La decisión del autor de narrar desde una visión limitada, a pesar de que el narrador se asume como omnisciente, dado que a los mineros los presenta en sus diversas circunstancias vitales, en tanto que a los dueños de la mina sólo los pinta en el lugar de trabajo, en su papel de explotadores, es, de suyo, una toma de posición; queda clara la intención de este autor obrero de escribir una novela proletaria. Por otra parte, el documento anónimo insertado al cierre de la novela sugiere que el autor quisiera rescatar en su texto hechos que pertenecieron alguna vez a la memoria colectiva. El doble nueve es un texto que, sin duda, merece atención.

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.