El Enigma Neandertal (Parte III)

UM-Tesauro VI (35) 1 El Enigma Neandertal (Parte III) Defensa de la Investigación sobre Antropología Física del Dr. Samuel G. Morton Crania American

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El Enigma Neandertal (Parte III) Defensa de la Investigación sobre Antropología Física del Dr. Samuel G. Morton Crania Americana (1839) La frente hundida con bordes supraorbitarios prominentes, el cráneo alongado (dolicocéfalo) y una proyección acentuada de la protuberancia occipital externa (inion) son características patognomónicas en la descripción de los cráneos de Neandertal (NT) (Tesauros Nº 33 y Nº 34). Según la descripción precedente, se ha inferido la capacidad reducida del hueso frontal en NT como un desarrollo reducido del lóbulo frontal del cerebro y, consecuentemente, un menor nivel de inteligencia e inhabilidad de producir un lenguaje comprensible. El hueso frontal consta de dos partes: la porción vertical, conocida como la “escama frontal” y la horizontal, conocida como “órbitonasal”. El hecho simple es que en el hombre moderno el hueso frontal emerge aproximadamente 6-8 centímetros de los bordes supraorbitarios en forma casi vertical y luego se inclina levemente hacia atrás para alcanzar la sutura coronaria (sutura frontoparietal). Además, el hueso frontal se extiende hacia la parte posterior desde los márgenes orbitarios superiores para formar las placas orbitarias (techo de la órbita) y la parte inferior de la fosa craneal anterior. El hueso frontal constituye esencialmente la fosa craneal anterior más ancha que encierra el lóbulo frontal del cerebro. La neocorteza del lóbulo frontal tiene un rol especial en las actividades motrices y en los atributos de juicio, previsión y sabiduría. El área motriz primaria está ubicada en el giro precentral; se han identificado en esta área las células piramidales gigantes (células de Betz). El área prefrontal tiene amplias conexiones con otros lóbulos del cerebro y también monitorea la conducta y ejerce control sobre las facultades mentales superiores. La parte lateral de la superficie orbitaria del lóbulo frontal es una corteza de asociación para el olfato, que es un sentido que puede evocar una amplia variedad de sentimientos mentales y viscerales, tales como anticipación placentera, nostalgia, disgusto, náusea.

El área del lenguaje expresivo (área de Broca) ocupa una parte del giro frontal inferior. El daño en el área de Broca, comúnmente debido a un accidente cerebrovascular, da como resultado la inhabilidad para decir lo que se piensa (afasia motriz). Por ende, aparentemente, la posición vertical del hueso frontal asociada a una corteza prefrontal desarrollada se relaciona con la condición del Homo sapiens moderno. Esa es la calidad de ser humano, humanidad, del latín homo hominis, por consiguiente homemaje, humanidad, en forma colectiva raza humana; al igual que humilde, del latín humilis. Todos estos significados son similares a ‘humus’, el vocablo latino que significa ´tierra´ y en la tierra se encuentran los humanos y esperan con esperanza, para ser poderosos de corazón, de mente - magnánimospara ser, en realidad, grandes en la vida humana. En paleontología el Rubicón cerebral es un punto de no retorno (Julio César 49 AC); es la mínima capacidad craneal requerida para que se clasifique a un ejemplar respecto de su evolución humana; para el Homo sapiens se ha establecido en 900 centímetros cúbicos; de allí en más nunca existe un punto de retorno en la escala biológica. Sin embargo, no tengo pleno conocimiento de que alguien tenga gran autoridad para hablar con juicio comparativamente exhaustivo respecto de los NT; considerando los cráneos NT en su totalidad, tuvieron la misma o aún mayor capacidad cerebral que los de los humanos modernos. No obstante, es innegable que tuvieron en comparación una cultura bastante pobre. Por ende, con las actuales consideraciones en lo que respecta a la frente hundida y a la posible conexión con el desarrollo del lóbulo frontal del cerebro, produjo en mí un singular impacto el libro de investigación documental del Dr. Samuel George Morton, Crania Americana-A comparative view of skulls of various

UM-Tesauro VI (35) aboriginal nations of North and South America (Crania Americana- Una visión comparativa de los cráneos de varias naciones aborígenes de América del Norte y América del Sur), publicado en 1839 (1). El libro de Morton contiene los más importantes estudios de craneología humana (más de 1.000 cráneos), luego donados por el Dr. Morton y sus colegas al Museo de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia, el museo más grande de craneología comparativa en existencia que puede encontrarse hoy en el Departamento de Antropología Física de la Universidad de Filadelfia. Retomando lo dicho, recibí un fuerte impacto al leer el libro del Dr. Morton. En realidad, aprendí que los esquimales y las tribus indígenas tienen una frente total o moderadamente hundida y la forma general del cráneo de los NT (figura 1). La descripción de Morton del cráneo del esquimal es la siguiente: frente plana y hundida; región occipital saliente; rostro ancho y de forma romboidal, siendo más ancho justo debajo de las órbitas; arcos zigomáticos masivos y muy separados; maxilar superior masivo y prognato; margen alveolar superior de forma ovalada.

2 etc. tienen un intelecto fuerte e incisivo poco común; además, hablan maravillosas lenguas y dialectos con fluidez. Vivieron dentro del marco de una filosofía práctica, en armonía con la tierra, “bajo el espíritu de la Madre Tierra” y desarrollaron un fantástico arte tradicional a través de máscaras, muñecos tallados, tejeduría, bailarines con trajes típicos, esculturas en madera. Por ello, parece que tener una frente alta o baja aparentemente no tiene relación con la inteligencia, o al menos con los lenguajes comprensibles.

Figura 2. A- Cotonay (1227, según el catálogo de Morton). B- Dacota o Sioux (605, según el catálogo de Morton ). Cráneos indígenas normales: Hueso frontal hundido y hueso occipital protruído.

Figura 1. Cráneo normal del esquimal: Hueso frontal hundido y hueso occipital protruído.

Increíblemente, la descripción de Morton es casi la descripción de un cráneo NT. Sin embargo, se descubrió a los neandertales en 1856, pero sólo de manera tentativa se los reconoció como el grupo de homínidos extintos más íntimamente relacionado con los humanos contemporáneos a fines del siglo XIX y sobre todo en el siglo XX. Y, ciertamente, sabemos que los esquimales y las tribus aborígenes americanas, Klatstoni, Chinook, Tlingit, Kwakiutl, Mohawk, Iroquois,

En la edición Nº 34 del Tesauro, hemos discutido la medida y volumen más anchos de la rama ascendente de la mandíbula, muy similar a la de los esquimales e, indudablemente, asociado a la vida nómade de los cazadores, que comían principalmente carne cruda. El desarrollo inusual y la fuerza de la mandíbula y los músculos de la masticación en los esquimales y en los NT tienen relación con su propia forma de vida. Los defectos de la obra Crania Americana y de otros estudios craniométricos fueron la inferencia discriminatoria, como producto de la época, adjudicando la diferencia entre Blancos

UM-Tesauro VI (35) y Negros a la medida del cerebro. En Alemania, Rudolf Virchow, un famoso patólogo reconocido por nuestros estudiantes, se opuso a los estudios craniométricos y denunció Misticismo Nórdico en 1885 en el Congreso de Karlsruhe. Se puede resumir al ser en su totalidad como el fracaso de los estudios craniométricos en lo que respecta a la superioridad de razas. Se publicó el libro Crania Americana 22 años antes del comienzo de la Guerra Civil en los Estados Unidos. El Dr.Morton publicó que los caucásicos tenían los cerebros más grandes, con un promedio de 87 pulgadas cúbicas, los indígenas se encontraban en el punto medio, con un promedio de 82 pulgadas cúbicas y los negros tenían el cerebro más pequeño, con un promedio de 78 pulgadas cúbicas. En 1873 hasta el gran Paul Broca (18241880) encontró el mismo patrón de Morton al medir cerebros al momento de la autopsia. Sin embargo, es altamente improbable que el Dr. Morton hubiera inferido implícitamente una relación entre la medida del cráneo y la inteligencia; al menos, nunca mencionó tal relación en sus escritos. Finalmente, hoy el concepto científico sobre la medida del cerebro humano es el siguiente(2): “al nacer el cerebro pesa aproximadamente 400 gramos; a la edad de 3 años el peso promedio es 1.200 g y el cerebro es casi el de un adulto, aunque el lento crecimiento continúa hasta los 18 años de edad. Después de los 50, hay una lenta disminución de la medida del cerebro. Esta disminución no lleva a deterioro intelectual a menos que haya atrofia considerable como producto de una enfermedad. “El peso del cerebro maduro varía con la edad y la estatura. El rango normal en el hombre adulto es de 1.100 a 1.700 g, con una media de 1.360 g Las cifras más bajas para la mujer adulta, de 1.050 a 1.550 g, con una media de 1.275 g, son principalmente atribuibles a la estatura menor de las mujeres en comparación con los hombres. No existe evidencia de una relación entre el peso del cerebro, dentro de los límites normales, y el nivel de inteligencia de una persona”(2), página 11. Nuestros estudiantes deben recordar el desarrollo del cerebro normal, de 400 g. al nacer a 1.200 gr. a la edad de 3 años, y las fatídicas consecuencias en el crecimiento del cerebro

3 cuando los niños reciben una dieta pobre e inadecuada a lo largo de dicho período. Además, las particularidades del libro del Dr. Morton son igualmente sorprendentes y no constituyen una parte agradable en nuestra temática. Me refiero a la práctica indígena existente en América de provocar el achatamiento y deformación del cerebro de los niños, en forma artificial, como marca de distinción, superioridad y poder de mando en su vida adulta. A los esclavos no se les permitía que se la realizaran. Fue una práctica indígena genuina y misteriosa que comenzó miles de años antes de la llegada de los europeos a América. El cráneo alterado en forma notable era la práctica predominante del aplanamiento artificial a través de la presión aplicada sobre el hueso occipital (porción posterior) y el hueso frontal (porción anterior), provocando generalmente que la porción vertical del hueso frontal adoptara una forma hundida similar a la del cráneo de NT.

Figura 3A. Cráneo indígena aplanado artificialmente

Figura 3B. Indígena de la tribu Kowalitsk de Oregon: comprimido artificialmente.

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Figura 3C. Cráneo peruano - Descripción del Dr. Samuel G. Morton: 1277, Cráneo de un hombre, alterado en forma notable para tomar una forma simétrica y elongada. El grabado muestra la disposición de los vendajes utilizados para obtener esta modificación singular del cráneo. Se presionó la frente hacia abajo y hacia atrás mediante una compresa realizada probablemente con tela plegada. Para mantenerla fija, se colocó un vendaje sobre ella desde la base del occipital y de allí a través de la frente. Para contener las porciones laterales del cráneo y producir la forma elongada simétricamente; se continuó con el mismo vendaje en la parte superior de la cabeza, inmediatamente detrás de la sutura coronaria, probablemente con una compresa; y el vendaje se repitió en esas partes hasta que quedaran inamovibles en la posición deseada; permitiendo así que la cabeza se expandiera sólo en dirección posterior.

Por cierto, sin embargo, esta práctica de barbarie indoamericana es el punto de resquebrajamiento de la experimentación humana que podemos encontrar desde el punto de vista médico histórico. Sospechamos que tuvieron una elevada morbilidad y mortalidad dentro de sus prácticas como para inducir al desarrollo anormal del sistema nervioso. El ángulo normal entre el nivel de la corteza cerebral y el tronco cerebral de casi 90º -ver figuras 4 y 5 extraídas de la obra Neuroanatomía de Barr(2) se modificó necesariamente y se deformó por la presión externa. El lóbulo frontal fue elevado y presionado hacia atrás. Seguramente, el seno venoso sagital superior y las Lagunas Venosas que drenan en él fueron comprimidas severamente también durante el procedimiento, produciendo hipertensión venosa. Esta práctica indígena horrible estaba basada en la rápida y temprana osificación y crecimiento de los huesos escamosos (principalmente hueso frontal, parietal y occipital). Al momento del nacimiento, estos huesos están casi flotando dentro de las membranas periostales en la superficie del

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Figura 4. Cerebro a las 7 semanas de gestación (etapa 20) que muestra las tres flexiones en forma similar a la letra M. Las principales divisiones del cerebro están coloreadas: telencéfalo (T) amarillo; diencéfalo (Di) azul; cerebro medio o mesencéfalo (M), anaranjado; romboencéfalo, gris; comprendiendo la médula oblonga (Me), el puente de Varolio (P) y el cerebelo (Cb) (Modificado de O´Rahilly R, Müller F. The Embryonic Human Brain. An Atlas of Developmental Stages, 3era edición Hoboken, NJ: WileyLiss, 2006-221).

Figura 5. Regiones del sistema nervioso central maduro, en sección sagital.

cerebro en desarrollo. Normalmente ayudan durante el pasaje a través del canal de nacimiento, montándose uno sobre otro para facilitar el parto. (3) El procedimiento de compresión del cráneo se basaba también principalmente en la persistencia de las fontanelas anterior y posterior (fontanelas Bregmática y Lambdoidea) luego del nacimiento. Este procedimiento debía realizarse en forma rápida pués la fontanela anterior, la más grande, se cierra completamente a los 18-24 meses posteriores al nacimiento. Bajo el número de catálogo 1350, el Dr. Mortón describió el cráneo de un niño chinook

UM-Tesauro VI (35) de aproximadamente 2 años de edad. El cráneo fue aplanado en gran medida mediante procedimientos artificiales. Desde el noroeste de la Patagonia, las variaciones de las deformaciones artificiales del cráneo de tribus aborígenes de cazadoresrecolectores del Holoceno Medio tardío, principalmente de las áreas arqueológicas de la Provincia de Neuquén (Argentina) son impresionantes(4). La gran importancia es el hecho de que la mayoría de los cráneos pertenecieron a especímenes que datan de los 400 a los 3.000 años. Un cerebro deformado en forma artificial, que aparece en este documento con frente acentuadamente hundida y protuberancia occipital proyectada podría ser realmente el mejor ejemplo de restos fósiles neandertales. Samuel George Morton (1799-1851) fue un médico americano graduado en 1823, y designado Profesor de Anatomía en Septiembre de 1839 en la Escuela de Medicina de Pennsylvania; renunció en 1843. Se casó en 1827 y tuvo 8 hijos. La publicación de Crania Americana de 1829 fue seguida por otra titulada Crania Egyptiaca en 1844; se basa especialmente en una colección de 98 cabezas que sus amigos recogieron para él en las tumbas y catacumbas de Egipto. En 1849 publicó An illustrated system of human anatomy, Special, General and Microscopic (Sistema ilustrado de anatomía humana: Especial, General y Microscópica). El Dr. Morton falleció en calma en mayo de 1851. Su amado hijo mayor, de 18 años, había muerto un año antes. Argumentando falta de ética como científico, el Sr. Stephen Jay Gould (1941-2002) atacó el trabajo de investigación del Dr. Morton, realizado en 1839, en una reconocida publicación de los Estados Unidos The Mismeasure of Man (La falsa medida del hombre) (1981); acusó al Dr. Morton de ser tendencioso al dar los resultados de los estudios craneométricos para implicar diferencias raciales (5). Pero, nuevamente, ese no fue el caso; una reciente investigación llevada a cabo por una auténtica comisión científica concluyó que el

5 Dr. Morton realizó una exacta investigación física y antropológica; en realidad abrió un nuevo campo científico con referencia a la Etnología y Filología en América. Con razón, los legos deberían entender que, desafortunadamente, ésta es la forma en la que se lleva a cabo usualmente la investigación científica, especialmente en el campo de clínica médica; la investigación de clínica médica es una cuesta arriba escarpada. El punto fundamental es el primer paso, la veracidad, simplicidad y potencialidad futura de la primera idea de la investigación. Es esencial que el punto de partida del largo camino escarpado sea tan simple y claro como sea posible; la investigación significa futuro. En la década del 60, cuando comencé a trabajar en el desarrollo de los Sistemas de Circulación Asistida en el tratamiento de la Insuficiencia Cardiaca Refractaria en Baylor College of Medicine de Houston, Texas, Estados Unidos de América, la hipótesis de la investigación era extremadamente simple. En la deficiencia cardiaca avanzada, el mecanismo normal de Frank-Starling de contractilidad miocárdica ha sido sobrepasado, debido al estiramiento de las fibras miocárdicas, y su cámara ventricular izquierda agrandada acumula un volumen permanente de sangre, “un volumen de sangre parasitario”. La única solución para tratar la deficiencia cardiaca refractaria avanzada, que apunte a la recuperación miocárdica y a que el miocardio vuelva a la parte ascendente de la curva de Starling, es extraer el volumen de sangre extra, el volumen parasitario durante un período prolongado –semanas, meses- mediante un sistema de asistencia cardiaca mecánica. Por ende, era una propuesta simple de investigación. Sin embargo, hay un punto que es crucial cuando se comprueba la veracidad de su primera hipótesis simple: la prueba del tiempo, y en la investigación clínica que trata con seres humanos extremadamente enfermos, permítame decirle, estimado lector, la comprobación es una práctica médica terrible, difícil y dura. Los sistemas de circulación cardiaca asistida de hoy, ya sea como procedimiento individual o combinado con otros, después de 50 años, son utilizados con éxito en todo el

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mundo en el tratamiento de la deficiencia cardiaca refractaria avanzada, y contrariamente a los procedimientos de transplante de corazón, el futuro de la circulación asistida es infinito; los sistemas agregan continuamente mejoras en la tecnología y materiales, según el avance científico global. (www: fdliotta. org). El Sr . Gould fue un p r e s t i g i o s o historiador de la ciencia y biólogo evolutivo; enfatiza el rol de lo aleatorio o de la contingencia en la conformación de la vida. Un verdadero científico hoy, particularmente un médico en contacto con los pacientes, puede reconocer “el consumado milagro del hombre”. Tiene también un profundo sentimiento, la infinita complejidad de la vida es imposible dentro del proceso evolutivo por azar. Un principio de evolución aleatorio es más bien una expresión atea simple conformista de teorías sin orientación. En verdad, no podemos explicarlo porque no lo sabemos. El científico e investigador vive en un mundo donde la verdad total no podría alcanzarse nunca; cuanto más profundiza en su investigación, en forma más progresiva se revela una mayor ´ordenada complejidad´ . Dr. Domingo S. LIOTTA Decano de la Facultad de Medicina Profesor de Anatomía Clínica Universidad de Morón, Argentina [email protected]

Referencias Seleccionadas 1- Morton Samuel George, Crania Americana. A comparative view of skulls of various Aboriginal Nations of North and South America, 1839 (available at Gustav’s Library Vintage Reprint). 2- Kiernan John A. Barr’s The Human Nervous SystemAnatomical Viewpoint, Ninth Edition Walters Kluwer / Lippincott Williams & Wilkins, 2009. 3- April Ernest W. Clinical Anatomy, Williams & Wilkins 3rd Edition, 1997. 4- Pérez Iván S. Deformaciones Artificiales del Cráneo en Cazadores-Recolectores del Holoceno Medio Tardío del Noroeste de la Patagonia, Magallania (Chile) 2009, Vol. 37 (2): 77-90. 5- Gould Stephen Jay, The Mismeasure of Man, Publisher W.W. Norton Co.1981 (revised and expanded edition 1996).

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