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¡VEN ESPÍRITU SANTO!
Es el Espíritu de Dios que habita en todos los corazones y en la medida que nos abramos a su gracia por medio de la oración humilde y actos de caridad, irá acrecentando sus dones y frutos en esa tierra fértil que se manifiesta a través de nuestra docilidad a sus inspiraciones. Abramos nuestros corazones a ese Espíritu santificador para que nos vayamos transformando a imagen y semejanza de nuestro Creador.
EL ESPÍRITU SANTO ES EL ESPÍRITU DEL AMOR
DONES DEL ESPÍRITU SANTO
DONES DEL ESPÍRITU SANTO Los dones del Espíritu Santo son hábitos sobrenaturales infundidos por Dios en las potencias del alma para recibir y secundar con facilidad las mociones del propio Espíritu Santo al modo divino o sobrehumano.
¾ Sabiduría ¾ Inteligencia ¾ Consejo ¾ Fortaleza ¾ Ciencia ¾ Piedad ¾ Temor
de Dios
SABIDURÍA Gusto para lo espiritual, capacidad de juzgar según la medida de Dios. El primero y mayor de los siete dones. Por la sabiduría juzgamos rectamente de Dios y de las cosas divinas por sus últimas y altísimas causas bajo el instinto especial del E.S., que nos las hace saborear por cierta connaturlidad y simpatía. Es inseparable de la caridad.
INTELIGENCIA (ENTENDIMIENTO) Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas.
CONSEJO Ilumina la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugiriéndole lo que es lícito, lo que corresponde, lo que conviene más al alma.
FORTALEZA Fuerza sobrenatural que sostiene la virtud moral de la fortaleza. Para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida. Para resistir las instigaciones de las pasiones internas y las presiones del ambiente. Supera la timidez y la agresividad.
CIENCIA Nos da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relación con el Creador.
PIEDAD Sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios como Padre y para con los hermanos como hijos del mismo Padre. Clamar ¡Abba, Padre!
TEMOR DE DIOS Espíritu contrito ante Dios, concsientes de las culpas y del castigo divino, pero dentro de la fe en la misericordia divina. Temor a ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad. Sobre todo: temor filial, que es el amor de Dios: el alma se preocupa de no disgustar a Dios, amado como Padre, de no ofenderlo en nada, de "permanecer" y de crecer en la caridad
FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Al principio nos cuesta mucho ejercer las virtudes. Pero si perseveramos dóciles al Espíritu Santo, Su acción en nosotros hará cada vez mas fácil ejercerlas, hasta que se llegan a ejercer con gusto. Las virtudes serán entonces inspiradas por el Espíritu Santo y se llaman frutos del Espíritu Santo Cuando el alma, con fervor y dócil a la acción del Espíritu Santo, se ejercita en la práctica de las virtudes, va adquiriendo facilidad en ello. Ya no se sienten las repugnancias que se sentían al principio. Ya no es preciso combatir ni hacerse violencia. Se hace con gusto lo que antes se hacía con sacrificio.
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La Felicidad Cuanto más se apodera Dios de un alma más la santifica; y cuanto más santa sea, más feliz es. Seremos mas felices a medida que nuestra naturaleza va siendo curada de su corrupción. Entonces se poseen las virtudes como naturalmente.
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La comunión frecuente . Perfecciona las virtudes y abre el corazón para recibir los frutos del Espíritu Santo porque nuestro Señor, al unir su Cuerpo al nuestro y su Alma a la nuestra, quema y consume en nosotros las semillas de los vicios y nos comunica poco a poco sus divinas perfecciones, según nuestra disposición y como le dejemos obrar.
Caridad
Benignidad
Gozo
Longanimidad
o alegría
Paz
Fe
Paciencia
Modestia
Mansedumbre
Templanza
Bondad
Castidad
LOS TRES PRIMEROS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO SON LA CARIDAD, EL GOZO Y LA PAZ, QUE PERTENECEN ESPECIALMENTE AL ESPÍRITU SANTO.
LA CARIDAD Es el Amor del Padre y del Hijo. Es el Amor perfecto. -La caridad o el amor ferviente nos da la posesión de Dios
EL GOZO (ALEGRIA) Es la felicidad perfecta que está presente al Padre y al Hijo y es como el complemento de su bienaventuranza. -El gozo nace de la posesión de Dios, que no es otra cosa que el reposo y el contento que se encuentra en el goce del bien poseído.
LA PAZ Es el lazo que une al Padre y al Hijo. -La paz que, según San Agustín; es la tranquilidad en el orden. Mantiene al alma en la posesión de la alegría contra todo lo que es opuesto. Excluye toda clase de turbación y de temor.
ESTOS TRES FRUTOS ESTÁN UNIDOS Y SE DERIVAN NATURALMENTE UNO DEL OTRO.
PACIENCIA Modera la tristeza La paciencia ve con alegría todo aquello que puede causar tristeza. Así los mártires se regocijaban con la noticia de las persecuciones y a la vista de los suplicios.
MANSEDUMBRE Modera la cólera El alma sigue en la misma postura, sin perder nunca su tranquilidad. Porque al tomar el Espíritu Santo posesión de todas sus facultades y residir en ellas, aleja la tristeza o no permite que le haga impresión y hasta el mismo demonio teme a esta alma.
LA BONDAD
Es la inclinación que lleva a ocuparse de los demás y a que participen de lo que uno tiene.
LA BENIGNIDAD
Es dulzura y esta clase de dulzura consiste en tratar a los demás con gusto, cordialmente, con alegría
LA LONGANIMIDAD (PERSEVERANCIA) Nos ayudan a mantenernos fieles al Señor a largo plazo. Impide el aburrimiento la pena que provienen del deseo del bien que se espera, o de la lentitud y duración del bien que se hace, o del mal que se sufre y no de la grandeza de la cosa misma o de las demás circunstancias.
LA FE Como fruto del Espíritu Santo, es cierta facilidad para aceptar todo lo que hay que creer, firmeza para afianzarnos en ello. No es suficiente creer, hace falta meditar en el corazón lo que creemos, sacar conclusiones y responder coherentemente.
LA MODESTIA Regula los movimientos del cuerpo, los gestos y las palabras. Nuestro espíritu, ligero e inquieto, está siempre revoloteando par todos lados, apegándose a toda clase de objetos y charlando sin cesar. La modestia lo detiene, lo modera y deja al alma en una profunda paz, que la dispone para ser la mansión y el reino de Dios: el don de presencia de Dios.
LAS VIRTUDES DE TEMPLANZA Y CASTIDAD ATAÑEN A LOS PLACERES DEL CUERPO, REPRIMIENDO LOS ILÍCITOS Y MODERANDO LOS PERMITIDOS.
LA TEMPLANZA Refrena la desordenada afición de comer y de beber, impidiendo los excesos que pudieran cometerse
LA CASTIDAD
Regula o cercena el uso de los placeres de la carne.
El Temor de Dios que nos hace vivir en su presencia La Inteligencia que nos da a conocer su verdad La Sabiduría que nos hace ver el sentido de las cosas La Prudencia que nos descubre los caminos rectos La Justicia que busca la rectitud en todo La Valentía para atreverse a hacer las cosas y realizarlas La Modestia que hace respetar a Dios y mantener todas las cosas en su justo lugar
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
1832 Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: ‘caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad’ (Ga 5,22-23).
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