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El faro del fin del mundo Julio Verne Reseña El encuentro se produce después de un naufragio. Como Vázquez jefe de torreros, habla inglés se pueden comunicar. El naufragio del buque del norteamericano John Davis es provocado por delincuentes. La banda de Kongre no es solidaria, ellos son los otros, con los que no se puede dialogar y serán los que obstaculicen la labor del torrero a diferencia de Davis que le ayuda con su labor. Verne destaca la colaboración entre los hombres que, por medio de una luz potente, cuidan que sus semejantes no caigan entre las rocas presos de un mar turbulento. John Davis, fue quien en realidad, llegó por primera vez a las islas Malvinas. Datos del libro TÃ-tulo: El faro del fin del mundo Autor: Julio Verne, escritor francés Editorial: Cántaro Lugar y año de edición: Buenos Aires, 2006 Número de páginas y capÃ-tulos: 198 páginas y 15 capÃ-tulos Género literario: novela Personajes: Buenos Vázquez, el torrero jefe, muy trabajador y amable John Davis, bueno, con ganas de ayudar Felipe y Moriz Personajes: Malos Kongre: malvado muy inteligente, con sangre frÃ-a Cercante: malvado, malhechor, sólo se preocupa por él y por Kongre Personaje secundario: Comandante Lafayete, buena persona Vocabulario: (el que se usó en el resumen) 1
Aviso: buque de guerra, pequeño y ágil Borda: costado del buque Caleta: especie de hendidura en la tierra natural o artificial que facilita embarcar y desembarcar− Chalupa: embarcación parecida a un bote, pero más grande Fondeadero: lugar donde dejar caer el ancla Goleta: embarcación fina de 9 a 10m de largo con 2 ó 3 palos Milla: medida usada por los marinos Pleamar: mayor altura de la creciente del mar Punta: lengua de tierra que penetra al mar Quilla: pieza en donde se asienta toda el armazón de un barco, puede ser de hierro o madera CapÃ-tulo 1 Inauguración del faro Ubicado en la Isla de los Estados, una isla lejana de toda tierra habitada y habitable. Es el último puerto saliendo del Estrecho de Magallanes. El aviso (buque de guerra rápido y pequeño) estaba anclado en la bahÃ-a de Elgor, era el que los habÃ-a llevado y el que los irÃ-a a buscar luego de 3 meses. Su construcción tardó un año y se inauguró el 9 de diciembre de 1859. CapÃ-tulo 2 La isla La isla de los Estados está en el extremo sudoeste de América del Sur, en el paralelo 55. Es bañada por los dos océanos Atlántico y PacÃ-fico. Está separada de Tierra del Fuego por 70km. Mide 39 millas de largo y 11 de ancho. Su forma se parece a un crustáceo. AllÃ- no hay rÃ-os. Hay sólo guanacos, venados y gamos salvajes, hay poca flora y poca fauna, pero sÃhay mucha variedad de peces, moluscos y mariscos como asÃ- también aves. La nieve se acumula durante 8 meses al año. Pertenece a la República Argentina, y fue quien financió su construcción. El faro estaba formado en su base por: 1º, habitación de los torreros, con camas, armarios y estufa de carbón. 2º la sala común, que era el comedor, también con estufa de carbón. 3º los almacenes con provisiones y medicamentos para seis meses (aunque el recambio de torreros y el abastecimiento debÃ-a hacerse cada 3 meses.) La torre era muy sólida y estaba construida para resistir tempestades y huracanes. MedÃ-a 32m. de altura y con el terraplén quedaba a 74m del nivel del mar. 2
PodÃ-a ser vista desde una distancia de 10 millas. La luz del faro era fija, porque al no haber nada no se podÃ-a confundir con ningún otro tipo de luz. Aunque serÃ-a muy difÃ-cil que llegue gente sospechosa, el faro tenÃ-a rejas y sus puertas se cerraban desde el interior, además los torreros tenÃ-an carabinas, revólveres y municiones. CapÃ-tulo 3 Los torreros Vázquez, torrero jefe, argentino, 47 años, soltero, marino Felipe, argentino, 40 años, soltero, marino Moriz, argentino, 37 años, casado, sin hijos. Marino De noviembre a marzo hay más movimiento, en ese momento el mar es más estable y las tormentas más pasajeras. DebÃ-an visitar todas las semanas las tierras entre el cabo San Juan y Punta Diegos sin alejarse demasiado, y siempre se quedaba uno en el faro, de guardia. DebÃ-an también llevar el libro del faro y anotar el paso de los barcos de vela y de vapor, su nacionalidad y su nombre, también la altura de las mareas, las lluvias, las temperaturas. EstarÃ-an en diciembre, enero y febrero, luego volvÃ-an a Buenos Aires y volverÃ-an al faro en junio, julio y agosto. Los primeros dÃ-as el tiempo estaba bueno y la temperatura elevada, más de 10º sobre cero, y no pasó ningún barco porque todavÃ-a no sabÃ-an que existÃ-a el faro, habÃ-a que esperar que el Santa Fe llegue a Buenos Aires y se publique la noticia. En la noche del 16/12 estando Moriz de guardia vio una luz al este, el 1º barco que veÃ-an, y les avisó a los otros que todavÃ-a no se habÃ-an acostado, al otro dÃ-a vieron que era el Montank de Estados Unidos. Hasta el 20/12 no pasó nada más, sólo tormentas y lluvias. El 21 Felipe vio un venado y Moriz quiso cazarlo, cuando se acercó vio que estaba herido de bala y los tres se sorprendieron al saber que en la isla habÃ-a más gente. CapÃ-tulo 4 Los bandidos El oeste de la isla estaba más protegido contra los vientos, pero el mar era tan temible como en el este. Quizá el gobierno chileno pensase construir otro faro de ese lado. Si hubiesen comenzado los trabajos en los dos extremos de la isla al mismo tiempo se hubiese sorprendido a una banda de bribones refugiados cerca del cabo San Bartolomé. Años antes se habÃ-an refugiados en una cueva en la bahÃ-a de Elgor y ningún barco que hiciese escala en la Isla de los Estados estaba seguro. Eran 12 y el jefe era Kongre, muy violento, no se sabÃ-a su nacionalidad. Cercante era el segundo y era chileno. Casi todos eran chilenos y argentinos. Como se enteraron que habÃ-a muchos naufragios en esa bahÃ-a se dirigieron hacia allá con la idea de 3
recolectar y robar todo. Cuando llegaron, sobre la playa habÃ-a muchos despojos de naufragios pero ningún sobreviviente. Se instalaron en la entrada en una gran cueva que acondicionaron con las cosas que rescataron (ropa, ropa de cama, comida, municiones) y en otra gruta guardaron todo lo de valor y la comida que encontraron (lingotes de oro, plata, monedas de oro, piedras preciosas, herramientas, etc.) Esperaban poder secuestrar un barco para cargarlo con el botÃ-n y llevarlo hasta Buenos Aires o ValparaÃ-so. Pero pasaba el tiempo, el botÃ-n aumentaba (a veces ellos mismos provocaban el naufragio prendiendo fuego en la noche para que los barcos se acerquen y choquen con las rocas) y no aparecÃ-a ningún barco en buen estado. A principios de octubre de 1858 todo cambió, llegó el buque de guerra Santa Fe con gente y herramientas para construir el faro. Kongre y su gente escondieron todo, disimularon la entrada a las grutas y esperaron a que se fueran. Cercante fue a averiguar qué habÃ-an venido a hacer y volvió con la noticia que ¡Iban a construir un faro! DebÃ-an abandonar la isla pero ¿Cómo? Kongre y su gente mudaron todo lo que pudieron a la otra orilla, cerca del cabo San Bartolomé, dejando lo demás muy bien escondido. Kongre y Cercante sabÃ-an todo lo que hacÃ-an los que construÃ-an el faro, los espiaban constantemente, y esperaban a que terminen los trabajos, pensaba que ahora que la bahÃ-a estaba iluminada algún barco harÃ-a escala y podrÃ-an asaltarlo para llenarlo con el botÃ-n. Controlaban siempre que se encienda la luz por primera vez, Cercante fue quien primero la vio. Algunos dÃ-as después Cercante estaba cazando e hirió de bala a un venado que fue a morir cerca de Moriz. Vázquez, Moriz y Felipe se dieron cuenta que no eran los únicos en la isla y vigilaron con más cuidado. El 22/12 Kongre decidió que iban a atacar por la noche, les llevarÃ-a dos dÃ-as llegar. El serÃ-a el dueño del faro y traerÃ-a todo lo del Cabo San Bartolomé. El 28 estaba repasando el plan con Cercante cuando Kongre vio un barco muy cerca. Esperaban que se pierda y asÃ- poder tomarlo, al dÃ-a siguiente lo vieron encallada en los arrecifes.− CapÃ-tulo 5 La goleta Maule ParecÃ-a estar bien. Kongre, Cercante y dos más se acercaron. Los otros vigilaban por si aparecÃ-a algún sobreviviente. Seguramente se levantarÃ-a por sÃ- mismo con la marea a no ser que se llenara de agua si estaba roto el fondo, por fuera estaba en buen estado. Kongre fue hasta el camarote del capitán y sacó los papeles de a bordo. La goleta Maule de ValparaÃ-so, Chile, estaba al mando del capitán Pailha, 6 hombres por tripulación, habÃ-a zarpado el 3/12 hacia las islas Malvinas y llevaba por carga, lastre que son hierros viejos. Kongre pensó sacar la Maule fuera de los arrecifes y conducirla a lo largo del San Bartolomé hacia las grutas. 4
Cuando llegó la marea estaba todo preparado, sólo bastaba esperar y ver si se habÃ-a roto y entraba agua. Cercante se aseguró que no habÃ-a entrado agua. Les costó bastante sacarla de la arena pero pudieron sacarla y hacerla navegar. CapÃ-tulo 6 La bahÃ-a de Elgor La operación de poner a flote la goleta habÃ-a sido un éxito pero habÃ-a que cuidarla de los vientos. Más tranquilos, corrieron el lastre y siguieron controlando que todo estuviera bien. Encontraron una averÃ-a bastante importante, arreglarla, a Vargas, el carpintero, le llevarÃ-a más o menos una semana y lo harÃ-an en la bahÃ-a de Elgor donde estaban las cuevas y habÃ-a herramientas y madera con qué arreglarla. Al otro dÃ-a saldrÃ-an con la pleamar y llagarÃ-an al faro desde el mar, como serÃ-an bien recibidos por los torreros, los atacarÃ-an. Se iniciaron en seguida los preparativos y cargaron todo lo que tenÃ-an a la goleta. El 1º dÃ-a de viaje, el 2/1, fue muy tranquilo, igual la noche, el segundo dÃ-a se presentaba tan tranquilo como el anterior. Cuando faltaba sólo dos millas para la bahÃ-a uno de los hombres gritó que entraba agua por una grieta del casco, se le puso un tapón de estopa y casi detuvo la inundación, ahora sÃ- que habÃ-a que arreglarla. Hacia las 18.30 hs. el faro se encendió, el 1º barco cuya marcha iba a alumbrar para atracar era un barco chileno que habÃ-a caÃ-do en manos de piratas. Felipe y Moriz se prepararon para subir y recibir a los marinos. Fueron con la chalupa y saltaron al puente de la goleta, a una señal de Kongre Moriz recibió un hachazo mortal en la cabeza y Felipe dos disparos de revólver. Por las ventanas Vázquez escuchó los tiros y vio morir a sus compañeros y pensó que era necesario evitar caer en sus manos. Fue a las habitaciones de abajo, tomó dos revólveres, algunas provisiones, salió del faro y desapareció en la oscuridad. CapÃ-tulo 7 La caverna Vázquez pasó una noche horrible, sus camaradas asesinados y tirados por la borda ¿Quiénes eran los bandidos? ¿Cómo consiguieron la goleta? Seguro que ya conocÃ-an el lugar si no, no se hubieran animado a ir hasta allÃ-. ¿Por qué habÃ-an apagado el faro cuando lo tomaron? No se podÃ-a responder sus preguntas, en realidad no le importaba el peligro que corrÃ-a porque ya sabrÃ-an que los torreros eran 3, sÃ- le importaba la muerte de sus amigos. Desde donde estaba, a 200m veÃ-a el movimiento dentro de la goleta, en el faro y en el alojamiento. Hasta los oÃ-a hablar en voz muy alta en su propia lengua. Alrededor de las 10 apagaron las luces y cesó todo ruido.
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Comenzó a pensar hacia dónde debÃ-a ir, cómo se esconderÃ-a era fácil, pero sus provisiones se agotarÃ-an en 48 hs. Pensó en llegar hasta la ribera del cabo San Juan y pasar la noche allÃ-, cuando amaneciera ya verÃ-a qué hacer. Se refugió en una estrecha concavidad. A la mañana salió a la playa a ver si habÃ-a alguien o alguna embarcación, no habÃ-a nada ni nadie. En ese momento se dio cuenta de por qué habÃ-an apagado el faro, para aprovechar los posibles accidentes y robarlos. ¿Qué podÃ-a hacer? Nada, sólo esperar el regreso del Santa Fe, pero faltaban 2 meses, serÃ-a fácil encontrar refugio pero y la comida? Depositaba su fe en Dios que no lo abandonarÃ-a. Encontró una gruta que estaba fuera del alcance de las altas mareas y los vientos. También habÃ-a un arroyo en donde tomar agua. En eso escuchó ruidos y vio que llegaba un bote, se escondió y pudo ver que era el bote de la goleta con 4 hombres. Se acercaron a la playa y desembarcaron. Vázquez escuchaba su conversación y seguÃ-a sus movimientos. Escuchó que habÃ-a una cueva en la que tenÃ-an cosas escondidas, entonces era cierto que conocÃ-an el lugar, vio como transportaban herramientas y tablones hacia el bote. Escuchó cómo planeaban llevar todo a la goleta cuando estuviera arreglada, y viajar hacia las islas del PacÃ-fico. Cuando cargaron todo lo que querÃ-an, se fueron. Vio que no lo podÃ-an ver y salió a la playa. Ahora sabÃ-a dos cosas: 1−Que podrÃ-a conseguir provisiones 2−Que la goleta tenÃ-a una averÃ-a y que su partida se retrasarÃ-a, aunque no creÃ-a que tanto como para que llegue el Santa Fe. Fue a inspeccionar la caverna de ellos y a buscar provisiones. CapÃ-tulo 8 La Maule en reparación Kongre y los otros tenÃ-an tiempo de realizar los arreglos, el buen tiempo se extenderÃ-a por 2 meses más y según vio en el libro del faro, el relevo llegarÃ-a recién en marzo. También vio que los torreros eran 3. Pero eso no le importaba porque estaba solo y sin recursos, no era probable que sobreviviera. En la noche del 3 hubo una gran tormenta y en 2 ocasiones casi pierden la goleta. El mal tiempo duró hasta el 12 a la noche. Kongre y Cercante aprovecharon el retraso para ir a buscar, con la chalupa de faro, más tesoros de la caverna. Mientras navegaban Kongre siempre buscaba en la costa al 3º torrero.
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Los trabajos de reparación de la Maule continuaron hasta fines de enero. En ese tiempo, sólo dos barcos pasaron cerca, 1 de dÃ-a que no vio el faro apagado y otro de noche, que seguro no sabÃ-a de su existencia aún. Iban frecuentemente a la caverna a buscar cosas y las almacenaban en el faro, a veces iba Kongre y otras iba Cercante. El 13/2 terminaron de arreglarla, hasta la pintaron, Kongre aprovechó para cambiarle el nombre por Cercante en honor a su segundo y esperaron a que la marea les permitiera sacarla al mar, eso ocurrió el 17/2. CapÃ-tulo 9 Vázquez Desde la llegada de la goleta, Vázquez se habÃ-a refugiado en el litoral del cabo San Juan para asÃprevenir al capitán de algún barco que se acercase. Pensaba que cuando llegase el aviso Santa Fe la goleta ya estarÃ-a muy lejos y no se la podrÃ-a encontrar en el PacÃ-fico. Le sorprendÃ-a que aún no se hubieran ido, porque debÃ-an saber cuándo vendrÃ-a el relevo. El 26/2 ya no aguantó más de impaciencia y a la noche se fue hasta el faro, a las 21 hs. se detuvo a 200m y vio las luces, como no alcanzaba a ver la goleta se acercó aún más. La vio flotando, le hubiese gustado verla hundirse en el mar. Vio que aún no estaba cargada porque flotaba muy arriba de la lÃ-nea de flotación, era posible que la partida se retrasase más. Decidió entonces tomar más vÃ-veres de la caverna de Kongre. Al dÃ-a siguiente, cuando fue vio que se habÃ-an llevado todos los vÃ-veres, sólo le quedaban para 48 hs. En ese momento oyó ruidos de remos, llegaba la chalupa. Tuvo tiempo sólo de esconderse en el interior detrás de un montón de velas y empuñó su revólver. Eran tres, pero entraron sólo dos, Cercante y el carpintero Vargas. Cercante llevaba un farol y Vargas iba recogiendo cosas mientras hablaban. DebÃ-an irse en 2 ó 3 dÃ-as si no, se encontrarÃ-an con el relevo. Cargaron todo y se fueron. Vázquez volvió a su refugio. Si la Maule se quedaba más tiempo, en 48 hs. se le terminaban los vÃ-veres. Esa noche comenzaron los vientos muy fuertes y se dio cuenta que habrÃ-a un huracán. Igual salió a la playa para ver la tormenta y . UN BARCO!! Y se dirigÃ-a a la isla Vázquez veÃ-a que el viento los empujaba hacia la costa y los bandidos no encendÃ-an el faro para evitar el accidente. Seguramente estarÃ-an viéndolo todo desde el faro, la tempestad habÃ-a alcanzado toda su intensidad y Vázquez no pensaba en buscar abrigo, vio que se trataba de un barco de vela, por las luces que tenÃ-a.
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De pronto se le ocurrió prender un fuego en la punta del cabo para que les sirva de indicación y se separara de la costa. Antes de que pueda hacer algo, el barco se precipitó a la costa y chocó. CapÃ-tulo 10 Después del naufragio Al otro dÃ-a la tormenta estaba peor. La goleta no podrÃ-a zarpar. Salió a la playa a ver si podÃ-a ayudar a alguien y el espectáculo apareció ante sus ojos. A 300 pasos yacÃ-a el barco destrozado. DebÃ-a tomar precauciones y avanzó cuando vio que la playa estaba desierta. El barco se llamaba Century Mobile, era norteamericano y estaba perdido totalmente, partido en dos y destrozado. No habÃ-a ningún sobreviviente. Llamó a viva voz y no respondió nadie, pero siguió buscando. No encontró a nadie, sÃ- encontró un barril de carne en conserva y una caja de galletas (tenÃ-a el alimento asegurado para por lo menos 2 meses), los que transportó a su gruta. SeguÃ-a esperando a Kongre y los demás cuando escuchó angustiosos gritos y se dirigió hacia la voz. Encontró a un hombre de 30 y pico de años, no estaba herido, pero podÃ-a estar quebrado. Lo llevó a su gruta, le dio agua, lo revisó por si estaba quebrado, le cambió las ropas mojadas. Y el hombre se despertó pidiendo agua. Hablaba en inglés, Vázquez lo entendÃ-a, se llamaba John Davis, era el segundo del capitán. No entendÃ-a por qué estaba apagado el faro, se estrellaron buscando su luz. Vázquez le contó sobre los criminales y todo lo que habÃ-a pasado. CapÃ-tulo 11 Los restos del Century Estaban todos al lado del Century, el dÃ-a anterior vieron cómo se estrellaba entre el cabo San Juan y la punta Several y no hicieron nada para evitarlo. Al dÃ-a siguiente al ver que por la tempestad no podrÃ-an levar anclas, se fueron a buscar entre los restos algo de valor. Fueron en la chalupa del faro. Estaban a 200 pasos de donde estaba Vázquez y Davis y el primero le fue diciendo los nombres de los que conocÃ-a. Sacaron cosas de esa parte del barco y se fueron más allá a la otra parte. Igual los seguÃ-an viendo pero desde más lejos. De ahÃ- sacaron más vÃ-veres y ropa, y luego lo rompieron para que no se sepa que el Century habÃ-a 8
naufragado allÃ-. También rompieron la bandera norteamericana y Vázquez tuvo que frenar a Davis para que no salga a matarlos. Estaban mal porque no podÃ-an evitar que los bandidos se vayan, aunque todavÃ-a habÃ-a mal tiempo y no podÃ-an salir. Deseaban que el Santa Fe llegase antes. A la noche la tormenta estaba peor, llovÃ-a y hacÃ-a frÃ-o. Ambos deseaban que los vientos destrocen la goleta o que el temporal dure tanto para impedir que salga y luego que pare un poco para permitir que llegue el Santa Fe. Pero eso sólo depende de Dios− Recién el 23/2 las condiciones mejoraron un poco, pero según los cálculos de ambas partes la goleta no podrÃ-a zarpar por 2 dÃ-as más o menos. Vázquez y Davis, tomando todas las precauciones salieron a recorrer el acantilado. Encontraron una caja de metal semienterrada y la reconocieron como la caja en donde se guardaba la pólvora del Century. Siguieron bajando hacia la playa y cerca de los arrecifes encontraron uno de los cañoncitos con su base. A Vázquez se le ocurrió que, como el faro estaba apagado de noche, si un barco se acercaba, con el cañón le podrÃ-an avisar. Trasladaron todo y lo guardaron. Apenas entraron en la gruta, Kongre, Cercante y Vargas aparecieron caminando por la izquierda, venÃ-an a ver sólo el estado del mar. A la noche, Davis le contó su idea a Vázquez: Dentro de 48 hs. la goleta se irá y sus compañeros y los mÃ-os no serán vengados. Una sola cosa podrÃ-a impedir que salga: otra averÃ-a. Montemos el cañón sobre el acantilado y cuando pase la goleta le disparamos al centro del casco, asÃdeberán volver al fondeadero para repararla, deberán bajar la carga y entonces hay tiempo para que llegue el Santa Fe Vázquez respondió: Hecho! CapÃ-tulo 12 Al salir de la bahÃ-a El 25/2 por la tarde, Kongre decidió salir, si no hubiera sido por la neblina, hubieran salido por la mañana. Antes de salir Cercante subió al faro a mirar el mar, hacia las 14 hs. vio una columna de humo lejana, era un vapor que se dirigÃ-a a la Isla de los Estados. ¿Será el aviso? ¿Se habrá adelantado el Santa Fe? 9
No querÃ-a molestar a Kongre, pero su inquietud aumentaba a medida que el barco se acercaba, pronto se hizo visible, ¡No era el Santa Fe! Y siguió de largo. A las 18 hs. estaban todos a bordo y Kongre dio la orden de levar anclas, la marcha de la goleta fue bastante irregular, y cuando llegaron frente a la caverna donde habÃ-an vivido tanto tiempo (casi 3 años), tuvieron que disminuir la velocidad porque estaba flotando parte de la quilla del Century y debÃ-an evitar un choque. Cuando retomaron la dirección, escucharon una detonación, acompañada de un silbido y luego un violento choque hizo estremecer la goleta. ¡Han disparado contra nosotros! Kongre miró por la borda y vio un agujero en el casco. Estaban todos muy sorprendidos y cuando el cañón sonó por segunda vez y la goleta recibió otro sacudón disidieron alejarse y comprobar los daños. Bajaron el bote y Kongre y Vargas, el carpintero, bajaron en él para ver si se podÃ-a reparar desde allÃ-. Los dos agujeros estaban sobre la lÃ-nea de flotación, si hubieran estado más abajo, se habrÃ-a inundado la bodega y se hubieran ido a pique. La averÃ-a no era de gravedad pero sÃ- tanto como para impedir que la goleta Cercante se aventurara en el mar. Era necesario tapar los agujeros antes de salir al mar. Como no podÃ-an arreglarlo ahÃ-, Kongre decidió volver a la bahÃ-a de Elgor. Al fin a la 22 hs. llegó la marea y pudieron volver. CapÃ-tulo 13 Durante dos dÃ-as Estaban todos enojadÃ-simos, justo cuando por fin iban a abandonar la isla un último obstáculo los detuvo, y en 4 ó 5 dÃ-as llegarÃ-a el aviso. No habÃ-a otro lugar tan seguro a donde llevar a la Cercante. Esa noche nadie durmió, algunos estaban de guardia por las dudas habÃ-a otro ataque. Kongre y Cercante hablaban de lo que habÃ-a pasado ¿Quiénes serÃ-an? De todas la hipótesis más fuerte era la del tercer torrero y algunos sobrevivientes del Century, encontraron un cañón y quisieron evitar que se fueran antes de la llegada del aviso ¡Pero el aviso no llegó aún! Dijo Kongre y, antes de su regreso ya estaremos lejos. ¿Cuánto tardarÃ-an en reparar la goleta? Al dÃ-a siguiente comenzaron a trabajar, por suerte no deberÃ-an desembarcar el cargamento, porque los agujeros estaban sobre la lÃ-nea de flotación.
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No era mucho y pensaban que en dos dÃ-as podrÃ-an zarpar. Kongre decidió esperar otro dÃ-a para poder salir de noche y hacia el otro lado, que era menos conocido para él. No querÃ-a ir a buscar a los que les habÃ-an disparado, para no dejar la goleta sola y aparte para arreglarla e irse más rápido. Si hubieran ido al cabo de San Juan no los habrÃ-an encontrado. Esto es lo que sucedió con Davis y Vázquez. Tuvieron mucho trabajo en transportar el cañón, porque era muy pesado, pero lo consiguieron. Decidieron darle al casco porque era más fácil que darle a las velas y no más abajo porque no querÃ-an que se hundieran, sólo querÃ-an retrasar la partida. Cuando vieron que la goleta se volvÃ-a ellos volvieron a su gruta. Al otro dÃ-a se fueron 1 ó 2 millas de allÃ- para que no los encuentren y también para ver si venÃ-a algún barco, si el Santa Fe llegaba irÃ-an al cabo de San Juan a hacerle señas y el capitán Lafayete los rescatarÃ-a, se llevaron provisiones, armas y mantas. El 1 de marzo no hubo novedades en todo el dÃ-a, la goleta aún estaba en la bahÃ-a y Vázquez y Davis se fueron a dormir. El otro dÃ-a fue igual, el Santa Fe no apareció y la goleta no zarpó. Davis estaba tan impaciente que decidió ir a vigilarlos, saldrÃ-a a las 16 hs. y volverÃ-a al anochecer. Vázquez se quedarÃ-a vigilando el mar, pero quiso acompañarlo. Salieron después de almorzar, estaban a 3 ó 4 millas. Cuando ya estaban cerca debieron tomar más precauciones por si los veÃ-an desde el faro. La goleta estaba ahÃ- y se veÃ-a que ya habÃ-an arreglado los agujeros. Estaban listos para partir y ellos no podÃ-an hacer nada. Vieron cómo Cercante subÃ-a al faro y miraba por las ventanas hacia todos lados, de pronto gritó: ¡El aviso! ¡El aviso! CapÃ-tulo 14 El aviso Santa Fe El grito fue como un rayo. El Santa Fe era la justicia que llegaba a la isla. Kongre subió al faro: • ¿A qué distancia están? • A unas 5 ó 6 millas • Entonces no llegan a la entrada de la bahÃ-a antes de las 21hs. • No, Kongre • Entonces zarpamos ya, cuando cambie la marea • Pero el aviso ya estará a la entrada de la bahÃ-a 11
• Pero no va a entrar porque no verá la luz del faro y no se va a animar. Lo mismo que pensaba Kongre pensaban Davis y Vázquez, quienes no podÃ-an salir de su escondite porque los verÃ-an desde el faro. Pensaban que no se aventurarÃ-an sin luz porque podrÃ-an chocar, antes siempre habÃ-an entrado de dÃ-a, pero ¿Y si no veÃ-an la isla y buscaban la luz del faro?, seguramente chocarÃ-an como el Century. Sólo debÃ-an esperar. Entre tanto los demás se preparaban para zarpar, no podÃ-an esperar a la mañana ni a la marea descendente, el viento les era favorable. A las 19:30 hs. subieron todos, levaron anclas y la goleta comenzó a salir de la caleta. La navegación era difÃ-cil, la corriente no los favorecÃ-a y el viento era muy escaso. Era seguro que no llegarÃ-an al cabo de San Juan antes de la medianoche. Después que la goleta zarpó, Vázquez y Davis descendieron a la orilla y Davis arrastró a Vázquez al faro. Justo cuando Kongre y su tripulación iban a reanudar la marcha vieron que el faro se prendió. Kongre ordenó que bajaran a tierra, era lo mejor que podÃ-an hacer, correr a matar al torrero y a los demás y apagar el faro. Vázquez y Davis habÃ-an subido y cerrado las puertas, como eran de hierro y sólo se podÃ-an abrir de adentro no pudieron entrar. Sólo podÃ-an subir por la cadena del pararrayos. Cercante y Vargas comenzaron a subir, cuando sólo les faltaba saltar la baranda de la galerÃ-a sonaron dos disparos y ambos cayeron muertos. En eso se oyeron los silbidos del Santa Fe, ya no tenÃ-an tiempo de huir con la goleta y huyeron tierra adentro. Un momento más tarde el comandante Lafayete echó el ancla y John Davis y Vázquez subieron al aviso. CapÃ-tulo 15 Desenlace El aviso Santa Fe habÃ-a salido de Buenos Aires el 19 de febrero, llevando el relevo del faro. Favorecida por el viento y el mar la travesÃ-a fue muy rápida y llegaron 4 dÃ-as antes. Esa misma noche Lafayete se puso al corriente de todo lo sucedido en esos 3 meses. Una vez enterado de todo estrechó ambas manos de quienes por su valerosa intervención habÃ-an logrado que el Santa Fe llegase a la bahÃ-a de Elgor antes de que la goleta partiera. La noche fue tranquila, Lafayete envió algunos marinos a la goleta por las dudas a Kongre se le ocurra irse con ella. Lafayete decidió limpiar la isla de bandidos antes de irse y dejar a los relevos, quedaban sólo 13 incluidos Kongre. Debido a la extensión y relieve de la isla la persecución serÃ-a larga, habÃ-a muchos lugares donde esconderse. 12
Pero Kongre y su banda no tenÃ-an provisiones. Pasaron varios dÃ-as sin que encuentren a nadie. Pero el 6/3 llegaron al faro 7 bandidos muertos de hambre, los llevaron al Santa Fe, los alimentaron y les pusieron guardia. El 7/3 encontraron 5 cadáveres que Vázquez reconoció como de la banda. Esa misma tarde apareció Kongre en lo alto de una meseta mirando fijamente la goleta. Salieron corriendo a buscarlo, no habÃ-an avanzado ni 100 pasos cuando se oyó una detonación y se vio caer su cuerpo al vacÃ-o. Desde la noche del 3/3 el faro no dejó de funcionar, Vázquez puso al tanto del servicio a los nuevos torreros. John Davis y Vázquez embarcaron el aviso Santa Fe rumbo a Buenos Aires, el primero serÃ-a repatriado a Mobile. Vázquez irÃ-a a su pueblo natal a descansar, pero irÃ-a solo, sin sus pobres camaradas. El 9 de marzo, Lafayete dio la orden de zarpar y se alejó acompañado hasta 8 millas de distancia de la Isla de los Estados por el haz luminoso que proyectaba El faro del fin del mundo. 9
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