EL FUTBOLISTA DURANTE SU ETAPA EN LAS ESCUELAS DE FÚTBOL: PROPUESTA SOBRE EL TRABAJO DE LAS FASES SENSIBLES

EL FUTBOLISTA DURANTE SU ETAPA EN LAS ESCUELAS DE FÚTBOL: PROPUESTA SOBRE EL TRABAJO DE LAS FASES SENSIBLES Eduardo Martínez Caro Ayuntamiento Cartage
Author:  Carmen Ramos Toro

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EL FUTBOLISTA DURANTE SU ETAPA EN LAS ESCUELAS DE FÚTBOL: PROPUESTA SOBRE EL TRABAJO DE LAS FASES SENSIBLES Eduardo Martínez Caro Ayuntamiento Cartagena – Escuela de Entrenadores. Fed. Fútbol (Murcia) José María Escudero Ferrer Universidad Católica San Antonio de Murcia – Escuela de Entrenadores. Fed. Fútbol (Murcia)

RESUMEN: La etapa de educación primaria es decisiva para la correcta formación del niño en su iniciación deportiva. Durante ésta concurren los períodos más sensibles para el aprendizaje y entrenamiento de las cualidades aplicadas a cualquier deporte, en este caso, el fútbol. Así una adecuada enseñanza y entrenamiento en las escuelas de fútbol de las “cualidades motrices” (equilibrio y coordinación), de la “cualidad combinada o compleja” (agilidad) o las “cualidades físicas básicas” (velocidad, fuerza, flexibilidad y resistencia), puede influir en el mayor aprendizaje de los jóvenes futbolistas. Tanto el maestro especialista en Educación Física, que enseña dentro del contexto educativo, como el técnico deportivo, que lo imparte como actividad extra-escolar o federada en un club deportivo, deben asegurar un adecuado desarrollo de los jóvenes, ajustándose a las posibilidades y limitaciones propias de esta etapa. PALABRAS CLAVES: Fase sensible, entrenamiento, cualidades, joven futbolista.

FOOTBALL PLAYERS IN FOOTBALL SCHOOLS: A PROPOSAL OF WORK IN SENSITIVE STAGES ABSTRACT: Primary education is an essential stage for sport learning. This is the most sensitive period for learning and training of motor skills for any sport, such as football. The teaching and training of “motor skills” (balance and coordination), “combined or complex skills” (agility) or “fitness” (speed, strength, flexibility and endurance) in football schools may influence learning of future football players. Both P.E. teachers, in school contexts, and sport trainers, in federate or extracurricular activities, must provide an adequate motor development of youngsters, attending possibilities and limitations of this stage. KEY WORDS: Sensitive stage. Training. Skills. Young footballers.

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1. INTRODUCCIÓN La iniciación deportiva, identificada con la etapa de educación primaria y dando lugar a diferentes interpretaciones, puede ser entendida como “el período en el que el niño empieza a aprender de forma específica la práctica de uno o varios deportes”1. Es importante el papel que protagonizan tanto el maestro especialista, a partir del currículum de educación física, como el técnico deportivo que debe partir desde una perspectiva pedagógica y, aprovechando la práctica deportiva en la escuela, debe enriquecer y perfilar el desarrollo integral del joven futbolista, distinguiendo los diferentes estadios por los que pasa, implicándose en la mejor formación deportiva posible. Éstos deben partir de una enseñanza motivante y lúdica a la medida del joven deportista, que sea capaz de crear hábitos de práctica, permitiendo la máxima inclusión y participación. El fútbol profesional, deporte de masas y espectáculo mediático donde los haya, difiere de lo que corresponde con su enseñanza e iniciación. Nos referimos al fútbol base, que curiosamente multiplica el número de licencias federativas, pero al que no se le presta la suficiente atención. No obstante, se lleva a cabo una formación que al igual que en la élite deportiva, requiere una correcta preparación del maestro o técnico en cuestión, para que el niño futbolista, pueda llevar a cabo un aprendizaje correcto. El estudio de las fases sensibles de las cualidades físicas ha llamado la atención de muchos autores, pero no tanto su aplicación a la enseñanza del fútbol.

2. OBJETIVOS Nuestro objetivo será orientar tanto al profesor como al técnico deportivo, en la adquisición de conocimientos de las etapas más sensibles por las que discurren nuestros alumnos de Educación Primaria (1.°, 2.° y 3.° ciclo de primaria) o nuestros jóvenes jugadores (pre-benjamines, benjamines y alevines), ya que estas etapas constituyen momentos de gran sensibilidad para la mejora o desarrollo de las cualidades físicas, siendo imprescindible su aprovechamiento inmediato para la obtención de resultados, ya que son etapas pasajeras. Estas cualidades se desglosan en básicas (velocidad, fuerza, flexibilidad y resistencia), combinada o compleja (agilidad) y motrices (equilibrio y coordinación). El entrenamiento o enseñanza cada vez más integral hace que las sesiones combinen el trabajo de éstas con el móvil del juego (el balón). No podemos olvidar otro objetivo esencial como es el entrenamiento técnico, que también constituye un verdadero período sensible, en el cual debemos integrar las actividades y tareas con aspectos lúdicos. 1

Blázquez, D.: La iniciación deportiva y el deporte escolar. Barcelona. Ed. Inde, 1995.

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3. DESARROLLO 3.1. Concepto Existen diferentes opiniones acerca de las fases sensibles. Así, Winter, en 1980 las define como “períodos delimitados de desarrollo durante los cuales, los seres humanos reaccionan de modo más intenso que en otros períodos ante determinados estímulos externos, dando lugar a los correspondientes efectos”. Blanco, habla de “períodos con una predisposición muy favorable para el desarrollo de una determinada capacidad motriz”2. Otro autor, Martín, las define como “la condición de una rápida y abundante reacción ante determinados estímulos”3. Por tanto, podríamos definirlas como “etapas o momentos de gran sensibilidad a la mejora y desarrollo de las cualidades físicas, siendo imprescindible el aprovechamiento inmediato para la obtención de resultados, ya que son etapas pasajeras”.

3.2. Mapa conceptual de las cualidades En la figura 1, observamos la división de las cualidades que inciden en el entrenamiento de las fases sensibles, como son las cualidades motrices donde actúan el equilibrio y coordinación. La cualidad combinada o compleja que incluye la agilidad y por último, las cualidades físicas básicas que contienen la velocidad, fuerza, resistencia y flexibilidad.

Figura 1. Mapa conceptual de las cualidades (Cañizares, 2000).

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Blanco, A.: 1000 ejercicios de preparación física. Barcelona. Paidotribo, 1995. Martín, N.: Períodos críticos y entrenabilidad. En I Curso sobre Medicina y Deporte de Base. Málaga. I.A.D., 1997.

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3.2.1. Las cualidades motrices Las podemos definir como “aquellas que tienen una gran dependencia del sistema nervioso y son imprescindibles para organizar actos motores”. “Son cualidades responsables de los mecanismos de control del movimiento, así como componentes cualitativos de las destrezas técnicas, mediante la apropiada distribución espacio-temporal de los mecanismos de ejecución”4. Son, por tanto, consideradas como pre-requisitos de rendimiento que van a capacitar al niño para la ejecución de determinadas acciones, siendo esenciales para el desarrollo de las habilidades y destrezas básicas. La coordinación y equilibrio son las cualidades que se desarrollarán para asentar las bases motrices idóneas del futbolista. a. La coordinación Según Weineck, responde “a la cualidad que permite a un deportista realizar las acciones motoras con precisión y armonía”5. El empleo de una metodología donde incluya un suficiente entrenamiento coordinativo con el móvil (balón), es básica para promover acciones motrices correctas. La tabla 1 refleja la clasificación de la coordinación aplicada al fútbol. COORDINACIÓN EN FUTBOL COORDINACIÓN DINÁMICA GENERAL

COORDINACIÓN ÓCULO SEGMENTARIA

COORDINACIÓN INTERGRUPAL

s ÊCULO MANO s ÊCULO PIE s /TRAS Tabla 1. Coordinación en el fútbol (Cañizares, 2000).

a.1. La coordinación dinámica general: Regula todos los movimientos del jugador, interaccionando todas sus partes corporales, ligadas a acciones que suponen un traslado del cuerpo de un lugar a otro del espacio. (Cañizares, 2000). Algunos ejemplos válidos de este tipo son: desplazamientos en distintas direcciones, saltos, giros... a.2. La coordinación óculo-segmentaria: Es la referida a la relación de un segmento corporal con la de un móvil (en este caso el balón). Es fundamental su entrenamiento para la adquisición de eficacia en las acciones técnicas. Dentro de este tipo de coordinación destacan, la óculo4 5

Cañizares, J.M.: Fútbol: Fichas para el entrenamiento de la coordinación y equilibrio. Sevilla. Wanceulen, 2001. Weineck, J.: Anatomía Aplicada al Deporte. Barcelona. Editorial Padotribo, 1995.

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pédica y óculo-cabeza, ya que, son las más utilizadas por el jugador de campo para realizar un pase, una conducción o un remate. a.3. La coordinación intergrupal: Ésta responde al ajuste preciso, entre todos los componentes del equipo, sería la iniciación a la coordinación con los demás compañeros, es decir, las experiencias previas a lo que en un futuro será la coordinación colectiva6. b. El equilibrio Se define como “la capacidad para asumir y mantener cualquier posición del cuerpo contra la ley de la gravedad”7. El equilibrio, tanto en la enseñanza como en la élite deportiva, es fundamental para la realización de cualquier acción motora, ya que sin control de él, no habría eficacia en las ejecuciones. A continuación en la tabla 2 se presenta la clasificación del equilibrio aplicado al fútbol: EJEMPLO DE ACCIONES DE FÚTBOL DONDE SE SIGNIFICAN LOS TIPOS DE EQUILIBRIO EQUILIBRIO ESTÁTICO

EQUILIBRIO DINÁMICO

EQUILIBRIO EN SUSPENSIÓN

Tabla 2. La clasificación del equilibrio aplicada al fútbol (Cañizares, 2000).

b.1. El equilibrio estático: se define como la posición mantenida, sin realizar ningún desplazamiento, siendo el más sencillo de realizar; se suele relacionar más con el portero que con jugadores de campo. b.2. El equilibrio dinámico: incluye un desplazamiento , por ejemplo, la conducción o regate que realiza un jugador en una determinada fase de un partido. b.3. El equilibrio en suspensión: es una variante del anterior pues se realiza durante la fase de vuelo, los ejemplo más típicos son un remate de cabeza o chilena. A continuación en el gráfico 1, observamos el desarrollo del equilibrio y coordinación durante las distintas edades, haciendo hincapié en la etapa de educación primaria. Como vemos, tanto el equilibrio (estático y dinámico) como la coordinación, ocupan su fase sensible durante los 3 ciclos de primaria afectando por tanto a las categorías pre-benjamín, benjamín y alevín. Esto tiene su fundamento por la mayor maduración nerviosa del organismo y por la alta plasticidad en el crecimiento. Prácticamente, sus desarrollos se mantienen constantes a lo largo de la vida. 6 7

Cañizares, J.M.: Fútbol: Fichas para el entrenamiento de la coordinación y equilibrio. Sevilla. Wanceulen, 2000. Mosston, M.: Enseñanza de la Educación Física. Barcelona. Hispano Europea, 1993.

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Gráfico 1. Desarrollo de la coordinación y equilibrio (adaptado de Grosser, Martín y Navarro).

3.2.2. Cualidad combinada o compleja La definimos como “aquella que reúne varios componentes de las básicas y motrices, señalando la agilidad como exponente”8. Como vemos necesita de otras cualidades, ya que, contiene tanto cualidades motrices como condicionantes. Podríamos decir que está “a caballo” de las dos. Algunos autores piensan que es un conjunto de “equilibrio, velocidad, coordinación, potencia y flexibilidad”.

La agilidad Podemos definirla como “la cualidad para dominar eficientemente el cuerpo en el espacio con movimientos de eficiencia motora”. El gráfico 2 nos refleja las fases sensibles por las que discurre la agilidad. En ella se aprecia un ligero retraso respecto a las cualidades motrices anteriormente tratadas. En este punto, cabe señalar la importancia que adquiere la técnica en el fútbol. Ésta se encuentra muy unida tanto a las cualidades motrices como a la combinada, y su enseñanza y entrenamiento es imprescindible, estableciéndose el mismo periodo de actuación de la fase sensible. La técnica constituye un contenido fundamental en la iniciación de cualquier deporte, y el fútbol no es una excepción. 8

Cañizares, J.M.: Fútbol: Fichas para el entrenamiento de la coordinación y equilibrio. Sevilla. Wanceulen, 2000.

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Gráfico 2. Desarrollo de la agilidad (adaptado de Grosser, Martín y Navarro).

La Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol la define como “todas aquellas acciones que es capaz de desarrollar un jugador dominando y dirigiendo el balón con todas las superficies de contacto que permite el reglamento.” En la metodología a emplear para el entrenamiento técnico, debemos de tener en cuenta los siguientes factores: – El juego como base de entrenamiento, ya que, añade aspectos lúdicos que servirán de guía para una mejor enseñanza técnica de todos los contenidos (conducción, habilidades, regate, tiro, pase, acciones del portero...). – La enseñanza debe ser progresiva, dividida en sesiones de menor a mayor dificultad para una mejor comprensión del aprendizaje. Hoy en día, el trabajo de la lateralidad en la iniciación, es importantísimo, por tanto, es necesario el manejo de ambos miembros corporales. – La enseñanza de una correcta ejecución técnica, es básica para una idónea asimilación por parte del cortex cerebral y el buen desarrollo del patrón motor, por eso, el técnico deportivo deberá insistir en que el joven futbolista practique con eficacia y asiduidad. – No debemos olvidar el entrenamiento de la técnica del portero, así como, el golpeo de cabeza, por parte de todos los alumnos o jugadores, ya que a veces, no se le presta la misma atención que al resto de acciones técnicas. Debemos recordar que todo lo que enseñemos en esta etapa, será de suma importancia para el futuro deportivo de nuestros niños, porque es un período, con una predisposición muy favorable para su desarrollo. Revista Española de Educación Física y Deportes – N.° 14, pp. 61-75. Enero-Marzo, 2010

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– Es recomendable la práctica de otros deportes como baloncesto, atletismo, balonmano... para obtener transferencias deportivas que nos ayuden a desarrollar habilidades físicas deportivas desde otras perspectivas de entrenamiento, suponiendo beneficio para la enseñanza futbolística. 3.2.3. Cualidades físicas básicas Álvarez del Villar, las define como “factores que determinan la condición física de un individuo y que le orientan para la realización de una determinada actividad física y posibilita mediante el entrenamiento que un sujeto desarrolle al máximo su potencial físico”9. Éstas son la resistencia, fuerza, velocidad y flexibilidad. a. La resistencia Cuadrado, define a ésta como “capacidad física que nos permite llevar a cabo esfuerzos de distinta intensidad y volumen en las mejores condiciones de ejecución posible”10. En ella distinguimos: a.1. Resistencia aeróbica: definida como “esfuerzo de media intensidad, larga duración y empleo del O2 como principal sustrato energético”. a.2. Resistencia anaeróbica láctica: definida como “esfuerzo de intensidad submáxima, media duración, gran deuda de O2 y gran acumulación de ácido láctico”. La resistencia aeróbica debe entrenarse desde el principio de la etapa primaria, ya que el niño está muy capacitado para los trabajos de tipo aeróbico11, no encontrándose diferencias entre niños y niñas antes de la pubertad. Con la aparición de ésta, se va a favorecer la mejora aeróbica por el incremento de lo órganos responsables de la capacidad cardíaca, por lo que se debe insistir en su desarrollo. El entrenamiento de la resistencia anaeróbica láctica, queda desplazado hasta después de la pubertad. Navarro, en 1998, añade que “solo se puede entrenar con escasa eficacia durante la infancia”. Parece que el incremento de peso, aumento de testosterona, incremento de enzimas metabólicas iniciada la pubertad, favorece su entrenabilidad. No se puede exceder con los niños, cuando aumentan sus niveles de concentración de ácido láctico, se interrumpe el generador de energía, ya que los niños tienen una eliminación retardada en comparación con el adulto. Como vemos en el gráfico 3, el desarrollo de la resistencia aeróbica comienza a destacar, a partir de 9

Álvarez del Villar, C.: Preparación física del fútbol basada en el atletismo. Madrid. Gymnos, 1983. Cuadrado, G.: La mejora de la velocidad de reacción y ejecución en los deportes colectivos. Revista de Educación Física y Deportes, 1995. 11 García, L. y García, L.: Fisiología del niño y adaptación al ejercicio. Valencia. Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia. Generalitat Valenciana, 1985. 10

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Gráfico 3. Entrenamiento de los tipos de resistencia (adaptado de Grosser, Martín y Navarro).

los 7 años hasta alcanzar su máximo punto cerca de la pubertad (fase sensible), descendiendo paulatinamente a lo largo de la vida. El desarrollo de la resistencia anaeróbica empieza a partir de la pubertad, por tanto fuera de nuestro entorno de actuación en educación primaria. En cuanto a la metodología de la resistencia aeróbica podemos añadir: – Utilizar los juegos para su desarrollo, por las ventajas que nos aportan, así como, la introducción del balón para realizar un entrenamiento integrado, que nos permita ahorrar tiempo en la enseñanza y una mayor cercanía a la práctica de la modalidad. – Preparar aeróbicamente a los niños como base para la mejora técnica y coordinativa, sin olvidar un posterior trabajo anaeróbico, una vez llegada la pubertad. – A veces, los niños confunden la carrera aeróbica como medio de castigo, se debe enseñar que forma parte de la metodología de entrenamiento o enseñanza. – Debemos diferenciar la resistencia como capacidad o como potencia, otorgando a la primera unos valores medios de intensidad y gran volumen de carga, mientras que la segunda aportaría menor volumen pero mayor intensidad, moviéndose cerca del “umbral anaeróbico.” – No abusar de una carga excesiva, ya que, la termorregulación en muchas ocasiones se convierte en el verdadero limitante de los esfuerzos de tipo aeróbico en el niño12. 12

Marcos, F.: Crecimiento y maduración. Influencia de la actividad física y el deporte en el desarrollo de los órganos, sistemas y funciones del niño. Madrid. Weider Santonja, 1989.

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b. La fuerza Mora la define como “capacidad para vencer resistencias externas o contrarrestarlas mediante esfuerzos musculares”13. Los tipos de fuerza según la magnitud son: b.1. Fuerza resistencia: entendida como “capacidad del sujeto para mantener una tensión en un esfuerzo de larga duración.” b.2. Fuerza máxima: “cuando un grupo muscular supera una resistencia máxima, haciéndolo para sus posibilidades.” b.3. Fuerza rápida: “cuando un grupo muscular supera una resistencia liviana, haciéndolo a la máxima velocidad.” Blanco señala que los ejercicios de fuerza en la infancia, provocan una adaptación basada en una mejor coordinación intra e intermuscular y no en hipertrofia, así como una rápida maduración del sistema nervioso14. La fuerza máxima no es una capacidad adecuada para su trabajo en la etapa pre-puberal15. Sin embargo su fase sensible empieza a partir de la pubertad, como podemos ver en el gráfico 4. La fuerza rápida y la fuerza resistencia si tienen su fase sensible antes de la pubertad, sobre todo la segunda, comenzándose a desarrollar desde el primer ciclo de primaria.

Gráfico 4. Entrenamiento de los tipos de fuerza según la edad (adaptado de Grosser, Martín y Navarro). 13 14 15

Mora, J.: Educación Física, 12-14 años. Diputación de Cádiz, 1989. Blanco, A.: 1000 ejercicios de preparación física. Barcelona. Paidotribo, 1995. Grosser, M.: Entrenamiento de la velocidad. Barcelona. Editorial Martínez Roca, 1992.

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En cuanto a las intensidades y volúmenes más idóneos, destacamos esfuerzos de baja carga y alta velocidad de ejecución o alto número de repeticiones. Esta es una de las razones por las que ciertos deportes pueden iniciarse en estas edades. En líneas generales, se desarrolla un trabajo con juegos y actividades de transporte con compañeros, de tracción o empuje de los mismos, autocargas y cargas livianas, involucrando la mayor cantidad de grupos musculares para promover una mayor experiencia motriz y mejores respuestas musculares, utilizando lo más posible, el balón para no alejarnos de la práctica deportiva. La diferencia de sexo antes de la pubertad no es importante; pero superada ésta, por diferencias hormonales, el hombre tiene mayores niveles de fuerza. c. La velocidad Harre la define como “capacidad de un sujeto para realizar acciones motoras en un mínimo de tiempo y con el máximo de eficacia”16. Encontramos las siguientes manifestaciones de la velocidad: c.1. Velocidad de reacción: entendida como “capacidad de responder en el menor tiempo posible ante un estímulo”. c.2. Velocidad de aceleración: se entiende como “ la capacidad de realizar movimientos alcanzando en el menor tiempo posible la máxima velocidad”. c.3. Velocidad máxima: referida a “la máxima velocidad obtenida tras una aceleración”. Es lógico comenzar a trabajar la velocidad a edades muy tempranas, debido a la maduración de las estructuras del sistema nervioso17 no descuidando su preparación, sobre todo en deportes donde el componente de la velocidad sea importante. Por tanto, no debe sorprender que la velocidad de reacción y la frecuencia de movimientos comiencen a ser sensibles al entrenamiento desde el comienzo de la etapa primaria. Según Blanco, la velocidad de aceleración y velocidad máxima necesitan mayores niveles de coordinación y fuerza muscular, atrasando por tanto, su entrenamiento, ya que la fase sensible se sitúa superada la pubertad (13-15 años) 18. Como podemos ver en el gráfico 5. 16 17

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Harre, D.: Teoría del entrenamiento deportivo. Buenos Aires. Stadium, 1987. Cfr., Hann, E.: Entrenamiento con niños. Barcelona. Editorial Martínez Roca, 1988; Grosser, M.: Entrenamiento de la velocidad. Barcelona. Editorial Martínez Roca, 1992; García, L; Garcia, L.: Fisiología del niño y adaptación al ejercicio. Valencia. Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia. Generalitat Valenciana, 1985. Blanco, A.: 1000 ejercicios de preparación física. Barcelona. Paidotribo, 1995.

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Gráfico 5. Entrenamiento de los tipos de velocidad según edad (adaptado de Grosser, Martín y Navarro).

Por lo tanto, debemos apuntar que la velocidad es dependiente de factores nerviosos, así como de las cualidades motrices, por lo que deberemos asentar primero, una correcta base de éstas para realizar un mejor desarrollo de la velocidad. También destacamos la importancia del trabajo de técnica de carrera, ya que si enseñáramos este tipo de trabajo al joven futbolista, seríamos capaces de aumentar la velocidad de recorrido del móvil, con la máxima eficiencia y economía del gesto utilizado. En la metodología de trabajo de velocidad en la etapa de primaria y en las escuelas de fútbol, debemos insistir en la elaboración de sesiones, incluyendo juegos de velocidad de reacción con diferentes desplazamientos (con y sin balón), incorporando a ser posible, las acciones técnicas, obteniendo una actividad más integrada y realista.

d. La flexibilidad Rosa y del Río la define como “capacidad de movilidad de las diferentes partes del cuerpo, permitiendo una máxima amplitud de movimientos”19. La flexibilidad depende de dos factores: – Movilidad articular, que es la posibilidad que tienen las articulaciones de realizar el máximo recorrido. 19

Rosa, J; del Río, E.: Terminología de Educación Física y su Didáctica. Universidad de León, 1999.

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– Elasticidad muscular, posibilidad que tienen nuestros tejidos y músculos de deformarse (estirarse) y recuperar su forma. Martín, Blanco y Grosser distinguen20: d.1. Flexibilidad activa: “máxima amplitud de una articulación por acción de una contracción voluntaria.” d.2. Flexibilidad pasiva: “movilidad de una articulación con movimientos lentos y realizados con ayuda” (compañeros o peso adicional). Como señala el gráfico 6, observamos el carácter involutivo de la flexibilidad. Prácticamente, ésta se mantiene en un nivel alto hasta el final del período prepuberal, precisamente, es en este período cuando se observan los mayores beneficios gracias al entrenamiento de esta cualidad. Sin embargo, durante la pubertad, debido al aumento de la hipertrofia, disminuye la amplitud de movimientos, por lo que es necesario trabajarla continuamente para no disminuir los niveles de su manifestación.

Gráfico 6. Carácter involutivo de la flexibilidad (adaptado de Grosser, Martín y Navarro).

El trabajo de la flexibilidad debe iniciarse desde el inicio de la etapa escolar, ya que, aunque los niños atestigüan unos valores altos, su trabajo tiene un valor psicológico, como medio de preparación a un incremento de la actividad, sin olvidar que una buena flexibilidad otorgará al joven futbolista mayores posibilidades para el dominio técnico. 20

Cfr., Martín, N.: Períodos críticos y entrenabilidad. En I Curso sobre Medicina y Deporte de Base. Málaga. I.A.D., 1997; Blanco, A.: 1000 ejercicios de preparación física. Barcelona. Paidotribo, 1995; Grosser, M.: Entrenamiento de la velocidad. Barcelona. Editorial Martínez Roca, 1992.

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Su aplicación en las escuelas de fútbol y en educación primaria, viene determinada por una serie de factores como son herencia, edad, tipo de trabajo, actividades, temperatura, volumen muscular. Las mujeres van a estar dotadas de un mayor índice de flexibilidad que los hombres por la influencia de procesos morfo-estructurales. Así, la flexibilidad tiene como objetivos principales; evitar lesiones y formar parte del calentamiento previo a la realización de actividad física, pero también tiene otras funciones como son el desarrollo y mejora del rendimiento de otras capacidades (velocidad, fuerza, resistencia...).

4. CONCLUSIONES Como hemos visto, la iniciación del futbolista no difiere mucho de cualquier otra iniciación deportiva, ya que el entrenamiento y enseñanza deportiva en edades tempranas se caracteriza por alcanzar un desarrollo polivalente de todas las cualidades físicas, asentando bases morfológicas y funcionales, integrando lo más posible, las características técnicas de la modalidad deportiva, con objetivo de alcanzar una especialización futura. Como apunta Cerani, el entrenamiento del joven deportista debe ajustarse a las posibilidades y limitaciones de cada edad y sexo asegurando un normal y correcto desarrollo21. A esto añade Meléndez, que la pubertad comienza a edades cronológicas distintas en los niños y niñas, ya que, las variaciones biológicas producidas en diferentes estadios de maduración afectan al rendimiento físico a edades diferentes22. Por tanto, el conocimiento de las fases sensibles es indispensable para determinar los objetivos y contenidos de entrenamiento de las distintas etapas por las que pasa el joven futbolista. Muchos autores hablan de “la ley del tren perdido” refiriéndose al tiempo no aprovechado en un período sensible. Perdido el tren no podemos tomar el siguiente esperando el mismo efecto adaptativo. De esta manera, aunque la planificación del entrenamiento de las fases sensibles no asegura talentos a largo plazo, pero si consigue que los que lleguen lo hagan mejor dotados. Como dijo el célebre medico canadiense William Osler, “la mejor preparación para mañana es realizar óptimamente el trabajo de hoy”. Y ese es el principal 21 22

Cerani, J.: “Las cualidades físicas y sus etapas sensibles: la fuerza”. Sport & Medicine, (1993). Meléndez, A.: Algunos aspectos a tener en cuenta para el desarrollo de la Condición Física en Alumnos de ambos sexos de edades comprendidas entre los 12-16 años. Málaga. Documentación de las I Jornadas sobre el Diseño Curricular de la Educación Física en la Enseñanza Secundaria, 1989.

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objetivo de un educador o técnico deportivo. Formar al iniciado deportista en sus primeras etapas de desarrollo con un criterio adecuado. Sin más, esperamos nuevas investigaciones sobre la entrenabilidad del joven deportista, y en especial de la iniciación al fútbol.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ÁLVAREZ DEL VILLAR, C.: Preparación física del fútbol basada en el atletismo. Madrid. Gymnos, 1983. BLANCO, A.: 1000 ejercicios de preparación física. Barcelona. Paidotribo, 1995. BLÁZQUEZ, D.: La iniciación deportiva y el deporte escolar. Barcelona. Ed. Inde, 1995. CAÑIZARES, J.M.: Fútbol: Fichas para el entrenamiento de la coordinación y equilibrio. Sevilla. Wanceulen, 2001. CERANI, J.: “Las cualidades físicas y sus etapas sensibles: la fuerza”. Sport & Medicine, (1993). CUADRADO, G.: La mejora de la velocidad de reacción y ejecución en los deportes colectivos. Revista de Educación Física y Deportes, 1995. GARCÍA, L. y GARCIA, L.: Fisiología del niño y adaptación al ejercicio. Valencia. Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia. Generalitat Valenciana, 1985. GROSSER, M.: Entrenamiento de la velocidad. Barcelona. Editorial Martínez Roca, 1992. HANN, E.: Entrenamiento con niños. Barcelona. Editorial Martínez Roca, 1988. HARRE, D.: Teoría del entrenamiento deportivo. Buenos Aires. Stadium, 1987. MARCOS, F.: Crecimiento y maduración. Influencia de la actividad física y el deporte en el desarrollo de los órganos, sistemas y funciones del niño. Madrid. Weider Santonja, 1989. MARTÍN, N.: Períodos críticos y entrenabilidad. En I Curso sobre Medicina y Deporte de Base. Málaga. I.A.D., 1997. MELÉNDEZ, A.: Algunos aspectos a tener en cuenta para el desarrollo de la Condición Física en Alumnos de ambos sexos de edades comprendidas entre los 12-16 años. Málaga. Documentación de las I Jornadas sobre el Diseño Curricular de la Educación Física en la Enseñanza Secundaria, 1989. MORA, J.: Educación Física, 12-14 años. Diputación de Cádiz, 1989. MOSSTON, M.: Enseñanza de la Educación Física. Barcelona. Hispano Europea, 1993. ROSA, J. Y DEL RÍO, E.: Terminología de Educación Física y su Didáctica. Universidad de León, 1999. WEINECK, J.: Anatomía Aplicada al Deporte. Barcelona. Editorial Padotribo., 1995.

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