El hombre en busca del sentido; Viktor Frankl

Literatura universal contemporánea. Psicología. Campos de concentración. Vivencias personales. Sentido de la vida

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El hombre en busca de sentido Universidad Anáhuac Ser Humano El libro es la autobiografía de un psicólogo (Viktor Frankl) en un campo de concentración, como él dice al principio del libro no es un relato de los hechos, sino el análisis de las reacciones de los presos en los campos y la respuesta a algunas preguntas sobre el sentido de la vida. Es el relato de un psicólogo superviviente al holocausto. El autor divide el libro en tres fases: El internamiento, vida y liberación. Internamiento. En esta parte del libro, habla del enfriamiento emocional, de cómo lo que al principio veían como una desgracia se volvía algo cotidiano, y de alguna manera se acostumbraban al sufrimiento, por ejemplo, al principio cuando veían morir a alguien se sentían mal, y después aprendieron a hacer a la muerte algo normal, algo de cada día, a la indiferencia de “ay! Se murió, ya ni modo”. Esto es algo que pasa mucho en la vida y no debería de ser, de que si te acostumbras ya te vale y no tiene importancia, claro que la tiene, sólo que cuando tú le diste importancia te dolió, por eso tiendes a dejar de darle importancia, se me hace un conformismo y una manera mediocre de defender tu ego, dejar de darle importancia en lugar de tratar de que no se repita. También menciona que los que sobrevivían en los campos de concentración eran las personas que eran útiles, los que todavía tenían fuerzas para trabajar, a los demás los mataban. En la vida pasa lo mismo, si tú no estás trabajando, luchando por lo que quieres, por lo que te importa, te mueres, tal vez no físicamente, pero es estar muerto en vida, estar viviendo sin un sueño, sin un objetivo. Y también la vida es para quien decide vivirla y trabajar. “El que se la pasa diciendo que no puede interrumpe al que lo está haciendo” cada quien decide como vivir su vida, puedes hacer de tu vida algo que valga la pena, trabajar, superarte, etc., o simplemente vivir por vivir. Hay una parte que menciona que si al estar haciendo un trabajo en equipo alguien cometía un error, estaba arriesgando al resto del grupo a morir, esto era a la vez una motivación y una presión, la motivación de “ya no puedo, pero lo voy a hacer por no defraudar a los demás” y por otro lado la presión de que su vida no era la única vida en juego. Esto es algo muy importante, tal vez no sea la vida lo que esté en juego, pero también debería existir esa conciencia de grupo, de que cuando estés haciendo algo tú, pienses en la gente que está involucrada aunque tal vez ni siquiera ellos lo sepan, que pienses que cualquier cosa que hagas o dejes de hacer puede tener consecuencias, no sólo para ti, sino para la gente que te rodea. Vida en el campo Esta es la etapa más triste desde mi punto de vista, cuando se dan cuenta de que lo que están viviendo es real, y lo peor, que no saben cuando vaya a acabar, por decirlo así es la etapa en la que se da una lucha por buscar el sentido de la vida y el sentido del sufrimiento, y si es necesario, buscarle un sentido a la muerte. Es una etapa de un gran conflicto interno, el conflicto entre el darse por vencido o tratar de salir adelante y sobrevivir. De cómo el pasado y el futuro pueden ayudarte en la triste realidad del presente, por ejemplo cuando dice que lo que lo motivaba a seguir luchando era su esposa, que a la vez representaba un pasado y un futuro, por un lado su recuerdo y por otro lado la motivación de seguir viviendo esperando el futuro, esperando el momento de volver a estar con ella. Creo que las ilusiones son de lo más importante de la vida, de mi vida al menos, que cuando las cosas te estén saliendo de lo peor, tener la ilusión de que algún día van a mejorar, la ilusión de que sólo es una mala racha que va a terminar. Hay una parte donde cuenta como todos salían a ver los atardeceres, el hecho de valorar las cosas más simples de la vida, por ejemplo agradecer el molesto ruido del despertador a las 6 de la mañana que representa que estás vivo, no se, agradecer tantas cosas a las que uno se

acostumbra y deja de valorar. El sol, el agua, el cielo, todo eso que se vuelve un hábito y pierde su verdadero significado y valor. Cuando se ofrece como voluntario a cuidar a los enfermos de tifus, menciona que sería encontrarle un sentido a su muerte, no estoy de acuerdo con la expresión “darle sentido a la muerte” creo que lo correcto sería, mi vida tuvo sentido y morí satisfecho. Nosotros no somos quien debe darle sentido a la muerte, porque desde mi punto de vista la muerte en si no tiene un sentido, lo que le da o le quita sentido es la forma en que vivió alguien y no la forma en la que murió. Habla de cómo se perdía la individualidad, al formar parte de un grupo, de ser conocido como el prisionero núm. tal, entonces habla de la continua lucha por ser tu mismo, la lucha por tu individualidad. El hombre siempre quiere ser conocido por él y no como parte de un grupo, aunque muchas veces el medio para ser conocido sea formar parte de un grupo. La diferencia está en uno, en querer ser uno más del montón o en querer trascender y ser alguien que destaque dentro del grupo y sobre todo en la vida. Una parte que me gusta mucho, es cuando decide dar terapia a los del campo, menciona que el ejemplo es más importante que las palabras, y estoy totalmente de acuerdo, un hecho dice más que mil palabras, si por ejemplo en la mañana vas y hablas de valores y moral, y en la tarde las personas a las que sermoneaste te ven matando a alguien o bueno no tan drástico te ven en la borrachera, ¿Qué se les va a quedar más grabado? ¿Tu sermón o tu borrachera? Obviamente toda la imagen que se habían creado de ti, todas tus palabras, se acabaron, destruyeron por el ejemplo que diste, creo que es súper importante encontrar un equilibrio entre tus palabras y tus acciones, y no decir una cosa y hacer otra totalmente diferente. Dice que para sobrevivir era importante mirar hacia el futuro, tener metas para el futuro, nadie sabía cuando iba a llegar ese futuro, pero el hecho de tener metas, implica que debes de seguir luchando y no te debes dejar vencer porque todavía tienes metas que cumplir, dice que cuando los presos empezaban a perder las esperanzas y las metas era cuando morían y es algo razonable porque ¿para que vivir sin metas? “Los sueños son como las estrellas, que aunque nunca los alcanzas guían tu camino”, creo que de eso está hecha la vida: de metas que aunque muchas veces no cumples, te llevan sin darte cuenta a cumplir otras metas que tú no habías programado en tu vida. También habla de la comparación, de que lo que más lo hacía sufrir era la envidia que sentía por los soldados que tenían chamarra mientras él se moría de frío, porque ellos comían más que los demás, ¿por qué no compararse con el pobre señor que iban a matar?. En general uno tiende a compararse con gente superior, un claro ejemplo es cuando la gente de clase media se compara con los ricos en lugar de compararse con los pobres y agradecer lo poco o mucho que tienen. Liberación La primera reacción al ver que se había acabado la guerra fue de incredulidad, más que nada, el miedo de crearse falsas ilusiones, el no saber si era algo real o un sueño. Cuantas veces no dejamos de vivir al máximo un instante por el miedo de que sea algo irreal o por el miedo de perderlo después. Hay una dicho por ahí que dice que “más vale haber amado para después perderlo todo, que nunca antes haber amado”, y eso es muy cierto relacionándolo con lo que vivimos en clase sobre la muerte sería como no vivir plenamente por el miedo a morir. Aunque es importante vivir el momento sin pensar en lo que vaya a pasar después, vivir cada segundo y minuto de nuestra vida al máximo. Al salir, usaban una libertad sin reglas, sin normas, fue algo que no tuvieron por tanto tiempo que al tenerla de nuevo no supieron usarla. Eso es lo malo de los excesos de algo, por eso las recaídas de los drogadictos son malísimas, porque dejaron de tener tanto tiempo el estímulo que cuando tienen la oportunidad de volverlo a tener no saben medirlo y es cuando vienen las sobredosis y esas cosas. También dice que habían perdido la capacidad de ser felices, y es lógico pero triste, haber sufrido tanto que se les haya olvidado lo que era la felicidad.

Había también la desilusión, de que lo que tanto soñaron y se imaginaron, ya no era como antes, en pocas palabras la realidad con la que habían soñado no existía, eso que habían idealizado no era real, imaginaban volver a ver a su familia y se daban cuenta de que se habían muerto, llegar a sus casas y la encontraban abandonada, tal vez la desilusión sea muy fuerte pero esa ilusión fue un factor muy importante en su supervivencia. No hay mal que por bien no venga, esta experiencia que pareciera carecer absolutamente de sentido, lo tiene, el aprendizaje, el que cuando se te presente un pequeño problema te acuerdes de lo que viviste y te des cuenta de que no es tan grave en realidad. Como dice el autor que después de haber vivido eso ya no hay nada que temer. Al salir, todos sentían una necesidad de hablar, de ser escuchados por alguien, al principio costaba trabajo, abrirse y platicar esas cosas, pero necesitaban hablar de eso con alguien, igual que cuando alguien sale de una depresión o está en ella necesita hablar. Lo que más me ha gustado de este libro es que deberíamos pararnos a pensar el daño que nos estamos haciendo a nuestras propias vidas con todas estas guerras, armas que fabricamos, el estilo de vida que llevamos , la educación que impartimos a nuestra sociedad es lo que hace crear una sociedad cada vez menos piadosa y solidaria. El autor nos lleva desde el sentimiento de tragedia más deprimente hasta la visión más esperanzadora, nos contagia su gusto de estar vivo después de todo y la agradable certeza de que indudablemente hay un motivo por el que estamos vivos y de que vale la pena rescatarlo y hacerlo valer.

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