EL MUSEO NACIONAL EN LA POLÍTICA CULTURAL DEL ESTADO CUBANO

XVIII Congreso. 25 | 27 de Abril de 2012. Querétaro. Asociación Mexicana de Estudios del Caribe A.C EL MUSEO NACIONAL EN LA POLÍTICA CULTURAL DEL EST

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Colecciones del Museo Histórico Nacional DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS (DIBAM) 2012 DIRECTORA: Magdalena Krebs K. MUSEO HISTÓRICO NACI

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XVIII Congreso. 25 | 27 de Abril de 2012. Querétaro. Asociación Mexicana de Estudios del Caribe A.C

EL MUSEO NACIONAL EN LA POLÍTICA CULTURAL DEL ESTADO CUBANO. Lic. Hilda María Alonso González Instituto de Historia de Cuba. 2012.

1 A modo de introducción: “En el museo se conserva a fuerza de barniz el cadáver de una evolución. Allí está el flujo del afán pictórico que siglo tras siglo ha brotado del hombre. Para conservar esta evolución ha habido que deshacerla, triturarla, convertirla de nuevo en fragmentos y congelarla como en un frigorífico. Cada cuadro es un cristal de aristas inequívocas y rígidas separado de los demás, isla hermética. Y, sin embargo, no sería difícil resucitar el cadáver. Bastaría con colocar los cuadros en un cierto orden y resbalar la mirada velozmente sobre ellos--y si no la mirada, la meditación (...)”1 Esta - si se quiere - atípica definición de la institución que es reconocida como la guardiana por excelencia de los bienes culturales: el museo, sugiere precisamente un llamado a la meditación y lo que es más a la deconstrucción y verificación del significado contextual de las palabras, que se utilizan: cadáver, triturar, congelar, que pone al lector frente a una institución inmóvil, desarticulada, putrefacta. Sin embargo, a renglón seguido, las palabras: resucitar, orden, nos muestra a un ente vivo o renacido, que invita a la reflexión. Esta dicotomía no es tal; si se traduce al lenguaje llano el texto en cuestión, desentrañamos del mismo las funciones del museo: conservar, colectar, investigar, exponer y educar. Quizá, la más explicitada, sea la conservación vista desde el ángulo estrecho de la protección con barniz de las capas 1

José Ortega y Gasset, "Sobre el punto de vista en las artes", página 1 (no se consignan datos editoriales)

2 pictóricas de la obra plástica. Pero el mensaje que subyace en el texto va más allá y se interna por los caminos de la metodología de la construcción de las colecciones - “Para conservar esta evolución ha habido que deshacerla, triturarla, convertirla de nuevo en fragmentos y congelarla como en un frigorífico” - lo que dicho en otras palabras, el proceso de decantación dentro de la gran producción, en este caso humana, que permite determinar cuando la obra de arte o el objeto en si, se convierte en bien cultural, y por tanto expresión de un momento histórico, que amerita ser conservado para la posteridad a la vez que se convierte en fuente del conocimiento: “Cada cuadro es un cristal de aristas inequívocas y rígidas separado de los demás, isla hermética”. Otra relectura del fragmento, conduce – a priori - por los caminos que muchas veces ha soportado y estigmatizado la imagen del museo y es la que lo concibe como un cementerio, donde solo hay cosas viejas y muertas, para uso y conocimiento de eruditos o entendidos, cuando realmente la intención del autor va por caminos opuestos y revive la institución y su función en la medida, que ese potencial “cadavérico” se gestione con intencionalidad – según el paradigma vigente - por los actores en cuestión, léase aquí: filósofos, historiadores, curadores, químicos, físicos, biólogos, antropólogos, creadores, etc. y conformen el discurso museal, ya sea para la exposición – exhibición o para su estudio. Cada colección de objetos – cualesquiera que estos sean - indican una línea de pensamiento; y preguntas como ¿Qué escogen los coleccionistas para ∗



Entiéndase por coleccionistas tanto particulares como instituciones museales.

3 conformar sus colecciones?, ¿A qué principios corresponde la selección de los objetos?, ¿Qué criterios validan los objetos seleccionados como distintivos de un momento histórico determinado, una clase o grupo social? La respuestas a estas interrogantes, pudiera de alguna manera constituir el punto de partida, para una reconstrucción desde una perspectiva histórica, de políticas culturales relacionadas con el coleccionismo individual o desde el museo, en Cuba una vez que esta se erige como Estado independiente. El campo de los estudios museológicos en Cuba, si bien cuenta con un excelente colectivo de especialistas dedicados a la museología y la museografía así como a la conservación del patrimonio cultural, adolece de estudios sistémicos sobre la base de las Ciencias Sociales, que ya se hacen necesarios, no solo para personal que labora en los museos, sino para la propia disciplina, que a nivel internacional analiza y renueva constantemente el concepto de museo y sus funciones a partir de las categorías público colección y la interrelación de ellas en el debate de las políticas culturales.

4 Algunas consideraciones generales para la selección del objeto de estudio y su periodización. Hacia el año 1899, tras el fin de la dominación española en Cuba, y en los primeros años del siglo XX, la sociedad cubana, en especial la burguesía y más acentuadamente la intelectualidad se encontraban ante el serio dilema de la construcción del Estado nacional, a la vez que estaba viviendo el proceso de centralización y concentración del capital, con la presencia de acciones norteamericanas y británicas en renglones, diferentes del azúcar como la minería y el tabaco, y una clase burguesa que tiene en sus manos la responsabilidad de elegir los derroteros de la futura república, que exigía libertad y modernidad. “La modernidad es inconcebible sin su proyecto museal”2, aunque sabemos que el museo tiene sus orígenes en la antigüedad, el significado tradicional con el que lo conocemos hoy en día, donde museo y coleccionismo -si bien no constituyen sinónimos- se han identificado de tal manera que no se puede hablar de uno sin el otro, aparece en el Renacimiento. En las cortes europeas, se va a fomentar el gusto por las artes plásticas y en especial por la pintura de caballete, engrosando una larga pléyade de artistas que desarrollaron su talento al servicio de las monarquías constituyendo el núcleo central de las colecciones de arte que servían para el disfrute privado de los ricos señores, acción que se revierte cuando la burguesía asciende al poder político y estas grandes colecciones, dejen de existir en un estrecho recinto

2 Andreas Huyssen, El museo como medio masivo, en Revista Criterios Nº 31 cuarta época enero junio 1994, página 153.

5 cerrado y ocupen un espacio público3

comenzando así la era del museo

moderno. La modernidad en cierto modo se presentaba como la consumación de las propuestas

humanistas

gestadas

en

el

proceso

renacentista

y

de

descomposición del régimen feudal en el que la condición humana estaba supeditada a las voluntades de reyes, nobles y del aparato eclesiástico, el afianzamiento de la burguesía como clase social posibilita la irrupción de grandes transformaciones económicas, y políticas que la llevan a una mantener una actitud renovadora ante lo establecido y comúnmente aceptado como normal o adecuado.

Las tres últimas décadas del siglo XIX, se presentaron al mundo con un “capitalismo industrial en vertiginoso desarrollo”4, donde la relación burguesía modernidad liberalismo, resultan las claves para entender un tanto el problema colonial y en especial el caso cubano, en el fin de la centuria, que coincide con el cambio de status para la isla. Es un momento donde se van a debatir diferentes alternativas políticas construidas por los ideólogos burgueses y que van a poner sobre la mesa de negociaciones en los momentos en que la creación del Estado nacional se debate entre la radicalización y el conservadurismo.

Hacia 1880, en Cuba se comienzan a aplicar los presupuestos de la restauración española y su moderna Constitución, que llevó a profundos

3

Entre los años 1734 y 1793, las colecciones vaticanas, inglesas y francesas, en los Museo Capitolino, Británico y el Louvre van a abrir sus puertas al público. 4 Yoel Cordoví, Liberalismo, crisis e independencia, página 1

6 cambios sociales que se venían dando desde 1878, la guerra grande llegó a sin, sin que se cumplieran sus principales objetivos emancipatorios, en cambio había puesto en libertad una gran masa de esclavos negros, los que una vez finalizada la misma, tiene que insertarse en la vida civil.

Pero estas transformaciones sociales vienen acompañadas de cambios económicos en la industria, fundamentalmente la azucarera a la vez que se fortalece el desarrollo de la burguesía como clase social, comienza la penetración imperial de los Estados Unidos en los destinos económicos, y las ideas de la filosofía del liberalismo se hacen presentes también.

El advenimiento de la República, fue sin lugar a dudas el acontecimiento más importante en la vida de los cubanos de aquel entonces, era la realización de un sueño al que había que dotarlo de un cuerpo material o sea había que ordenar simbólica y gráficamente el gran suceso acaecido, punto medio en la forja de la nación, por lo que se va a imponer, entonces, una nueva mirada a los bienes culturales producidos por los hombres; comienza a vivirse un proceso de reconocimiento desde lo individual personal que va llevar inexcusablemente a lo colectivo nacional, esta vez como herencia cultural en la búsqueda y rescate desde el pasado hispanista, del que descienden gran cantidad de las nuevas clases erigidas en el poder, que van a encontrar en el museo, el sitio para depositar y perpetuar para la posteridad los elementos distintivos de la nacionalidad y los que le permitieron el ascenso a la condición de Estado nación independiente.

7 Así las ciudades de Santiago de Cuba y Cárdenas, fundan sus museos en 1899 y 1901 respectivamente, se van a preocupar tempranamente de rescatar las evidencias materiales, de los participantes de la recién finalizada Guerra de Independencia, junto a otros exponentes y curiosidades como pueden figurar en cualquier museo.

Van a romper con la forma tradicional de coleccionismo y exposiciones desarrolladas hasta ese momento, que se habían centrado en las ciencias naturales, zoológicas y botánicas, vinculados a la docencia5

La obra realizada por José Boffil y Oscar D Rojas, de colectar armas, insignias, uniformes, documentos, fotos de los combatientes del Ejercito Libertador, en los museos de Santiago de Cuba y Cárdenas respectivaente, junto a los Museos Científicos Universitarios6 pudieran ser una de las causales que llevaron a que en el proceso institucionalizador que sobrevino tras la segunda ocupación norteamericana en Cuba7, se reconozca en 1910 la necesidad de la existencia de un Museo Nacional de Historia:

“Teniendo en cuenta la extraordinaria importancia que revisten para la historia de un país, los objetos reveladores del desenvolvimiento de la

5

Desde el siglo XVIII se reconoce en la Habana la existencia del Museo Nacional de Anatomía Descriptiva de La Habana, perteneciente al Hospital Militar de San Ambrosio y radicado en el Convento de San Agustín y el Museo de Historia Natural formado a partir de la colección del portugués Antonio Parra, de cuyas salas de exposiciones encontramos testimonio escrito en el libro “Descripción de diferentes piezas de Historia Natural” del citado portugués.

6

En el año 1903, se crea en la Universidad de la Habana, el Museo Antropológico, dirigido por Luís Montané, al que posteriormente se le daría su nombre, que lo ostenta hasta nuestros días. 7 A consecuencia de la reelección de Estrada Palma, el Partido Liberal se levanta en armas en un movimiento que paso a la historia como “Guerrita de Agosto”. Estrada Palma renuncia y obliga a EE.UU. a intervenir en Cuba con sus fuerzas militares, estableciendo el gobierno de la Segunda Ocupación Militar (1906–1909) dirigido por Charles Magoon.

8 vida nacional considerando que el hecho de no coleccionar con tiempo los objetos y reliquias de valor histórico ocasionaría la destrucción y, por consiguiente, la pérdida de ellas, principalmente las que corresponden a nuestras guerras de independencia, que el establecimiento de un Museo Nacional de Historia contribuiría de manera poderosa á robustecer el culto á nuestros héroes y a arraigar los sentimientos patrióticos de que tantas veces ha dado muestra nuestro pueblo”8.

Lo más sugerente de este decreto pudiera resultar lo que a continuación se refiere:

“(…) para la debida organización de un museo de esta clase, análogo a los que existen en el extranjero, es indispensable que por persona competente y bajo la dirección de la Secretaria de Instrucción Pública y Bellas Artes, de quien habrá de depender dicha institución, se lleve a cabo la tarea de presentar un proyecto9 adecuado con las bases necesarias para el establecimiento de la misma (…)”10

Sería muy aventurado decir que estamos frente al primer atisbo de museología científica cubana, pero si ante el primer documento legal que decreta la redacción de un proyecto de museo.

Que esta tarea se le encomendara a Emilio Bobadilla, no fue casual, era Bobadilla lo que se llamaba en Cuba un hombre culto: prestigioso abogado, 8 Decreto presidencial # 732 del 1 de agosto de 1910 G.O. del 19 de agosto de 1910. Página 2030. 9 El subrayado es de la autora. 10 Idem

9 famoso por sus crónicas y artículos publicados en diversas revistas y periódicos cubanos: El Amigo del País, El Epigrama, El Carnaval, La Habana Cómica, Revista Habanera, El Museo, La Habana Elegante, Revista Cubana, El Radical, El Fígaro, La Lucha, La Discusión11 utilizando el pseudónimo de Fray Candil

El decreto presidencial dejaba bien sentado que el proyecto de museo debía ser realizado por una persona competente, como ciertamente lo era el Sr. Bobadilla, quien disfrutó de una estancia de 8 meses (entre los meses de mayo de 1910 y enero de 1911) en La Habana, pues residía oficialmente en Francia. La llegada de Bobadilla a tierras cubanas, tras más de 15 años de ausencia fue todo un acontecimiento en el mundo intelectual del momento,

Se desconoce si para la fecha ya en La Habana, existían colecciones en manos de historiadores, profesores, académicos o de los propios miembros del licenciado Ejercito Libertador, que pudieran al menos constituir el núcleo inicial del museo, lo que no significa que no hubieran bienes culturales de, relevancia dignos de figurar en un museo.

El plazo brevísimo concedido para la realización del proyecto de museo fue insuficiente por lo que el 1 de noviembre de 1910, un nuevo Decreto presidencial12, el 100513 le concede al Sr. Emilio Bobadilla una prorroga de 4 meses para hacer el proyecto del Museo Historia.

11 Emilio Bobadilla (Fray Candil), Adiós, en Revista El Fígaro, enero 8 de 1911, página 20 12 En lo adelante D. p 13 Decreto presidencial 1005 del 1 de noviembre de 1910, publicado en la G.O. el 11 de noviembre de 1910 página 5032

10

Al analizar los documentos hasta ahora revisados por la autora este museo al parecer solo quedó en proyecto y se diluyó o mejor dicho se unificó con el del museo nacional.

Emilio Bobadilla, utilizó las páginas del diario La Discusión, para dar su criterio a la existencia de museos de arte en Cuba y en especial en La Habana respecto a partir de un Editorial publicado en el propio diario donde exaltaban la obra cultural que estaba realizando el Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes: Sr. Mario García Kholi como “la creación de la Biblioteca Pedagógica Circulante, aulas para niños anormales, el juramento de los escolares a la bandera nacional, los proyectos de escuelas de artes y oficios para mujeres y del Museo de Reproducciones de Bellas Artes” 14

Bobadilla, ya enfrascado en su proyecto de museo histórico, y en medio de una apretada agenda de visitas, almuerzos y encuentros con amigos y conocidos comenta a la sazón: Todos los países, por pobres que sean, tienen un museo artístico que sirve para ir despertando poco a poco en el pueblo el amor a las cosas bellas. Aquí donde se gasta tanto dinero en cosas inútiles, a nadie se le ha ocurrido seriamente formar un museo de pintura y escultura, que contenga por orden cronológico, las principales obras de estas dos artes. (…)

14

La Institución academica, La Discusión, Lunes 22 de agosto de 1910, página 2 col 1

11 Tengo entendido que el Sr García Kholi, persona e inteligente y abierta a todo lo que dice progreso, ha intentado hacer algo en este sentido, pero sin resultado hasta el presente. A él le dirijo para que en unión del General Gómez que tanto simpatiza con todo lo intelectual, hagan lo posible por dotar a Cuba de un museo de reproducciones artísticas15

El primero de diciembre comienzan a aparecer publicadas en la prensa las listas de objetos donados para el Museo Nacional de Bellas Artes, siendo Emilio Heredia su principal gestor y el que va a llevar a vías de hecho el proyecto en el año 1913.

15 15

La Discusión, Lunes 22 de agosto de 1910, página 2 col 1

12 De compromisos legales, algunos acercamientos a la normativa jurídica sobre el Museo Nacional.

Para el estudio de los procesos históricos, revisar y entender como se presentó la normativa jurídica de la época, con relación al objeto de estudio en cuestión, resulta muy útil, pues en ella muchas veces encontramos las denominaciones y significados, así como las funciones asignadas a instituciones, funcionarios, los deberes y derechos de los ciudadanos, reglamentos, instrucciones, etc. Cuba, al erigirse como República hereda el sistema político jurídico español. Se impone la necesidad de estructurar cambios en este orden que validen la nueva forma de gobierno, y se corresponda con los intereses de la modernidad que se viene gestando desde las dos últimas décadas del siglo XIX.

En 1901 el gobierno de ocupación aprobó la Orden Militar 301 que convocaba a elecciones para una Asamblea Constituyente con el objetivo de redactar y adoptar la Ley Fundamental de su Organización como Estado independiente y soberano, estableciendo un gobierno capaz de cumplir sus obligaciones internacionales, 16

mantener el orden, asegurar la libertad y la justicia y promover el bienestar general .

Este estado recién nacido si bien se propone en su Ley fundamental promover el bienestar general,

en la misma no quedaban plasmados los ideales de

libertad enarbolado en los años de las Guerras de Independencia y mucho menos los ideales martianos en cuanto a las concepciones republicanas.

16

Ley Fundamental de 1901.

13 La nueva constitución nació con un apéndice que regulaba las relaciones con los Estados Unidos y que tomó el nombre de Enmienda Platt, tal como se presentó al Congreso de los Estados Unidos por el senador Orville Platt.

La frustración del ideal revolucionario del pueblo cubano en su ley de leyes, se va a palear un tanto una vez concluido el segundo periodo de intervención norteamericana.

Las prácticas culturales adquieren un espacio en la Secretaría de Instrucción Pública, convirtiéndola en Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes17. Esta inclusión en la denominación de la Secretaria, es el primer paso en la conformación de las políticas culturales desde el Estado republicano, con el dictado de normas que en su fundamento de hecho van a referir todo este acervo histórico y libertario a la vez que encamina sus pasos a proteger el conocimiento científico en función del fortalecimiento intelectual de la República para de esta manera sostener el cuerpo de la nacionalidad cubana, y hacerle frente al apéndice constitucional, al menos desde la cultura y la protección y potenciación de los valores históricos culturales que a la larga han devenido en Patrimonio Cultural de la Nación.

La concepción de Patrimonio Cultural y su entendimiento como tal ha evolucionado a lo largo de los siglos desde un planteamiento particularista, centrado en la propiedad privada y el disfrute individual, hacia una creciente difusión de los monumentos y las obras de arte como ejemplos modélicos de la cultura nacional y símbolos de la identidad

17

G.O. # 22 30 de enero de 1909 página 3

14 18

colectiva ,

como ocurrió en Europa en la formación de los Estados modernos,

que el museo y sus colecciones pasan a ser de disfrute público.

Si bien en la definición actual de Patrimonio Cultural se incluyen los bienes muebles e inmuebles, las formaciones naturales y las expresiones de la cultura inmaterial en sus manifestaciones materiales y tradicionales, es en el siglo XX que se hacen estas definiciones.

No es hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial, que el hombre toma verdadera conciencia de los valores del Patrimonio Cultural (…) Como resultado de este proceso histórico, aparece en el panorama mundial una actitud nueva, consciente, que se desarrolló fuertemente en los países que vivieron el desarrollo de la guerra y que se fue extendiendo en las décadas posteriores, con mayor o menor intensidad, a todo el ámbito internacional. Es el inicio de una nueva política de rescate del pasado, de la valoración de los centros históricos, de definiciones conceptuales respecto a lo creado por el hombre y por la naturaleza y de la identidad del objeto como valor de referencia, lo cual queda implícito en el término patrimonio o herencia cultural, expresión que los especialistas acuñan como señal estabilizadora y homogénea que el hombre asumirá como medio para reconocerse, o sea, para 19

identificarse con aquello que forma parte de su historia .

El papel de los Museos Nacionales va a ser de importancia puntual en los procesos de reconocimiento de las autonomías nacionales, para Cuba no va a constituir una excepción.

18

Llull Peñalva, Evolución del concepto y la significación social del patrimonio. .. Página 182 Arjona Pérez, Marta. Patrimonio, cultura e identidad. Página 8

19

15 Entre los años 1909, momento en que la Secretaria de Instrucción Publica, se comienza a interesar por asuntos de carácter cultural y hasta 1959, año en que triunfa la Revolución Cubana, se dictan un total de 10 normativas que van a organizar el trabajo de recolección, conservación y exhibiciones de los bienes culturales símbolos de la nación y se expresaron como a continuación se relacionan

1913 (6) 1. Decreto 184 del 22 de febrero de 1913 G.O. 3 de marzo de 1913. Página 2631 Crea el Museo Nacional de la Republica de Cuba.

Deseoso el Gobierno, con cuya presidencia me honro, de contribuir al éxito de todo empeño de carácter patriótico, tendente al progreso de nuestra cultura social, ha promovido, por los medios a su alcance, la fundación de instituciones que, como la Academia Nacional de Artes y Letras y la Academia de la Historia, eran organismos que ya reclamaban imperiosamente la sociedad cubana, tan bien dispuesta para realizar todas las obras propias de su grado de cultura y civilización. En funciones ya ambas academias, he creído llegado el momento a propósito para acreditar con un esfuerzo mas,-la fundación del Museo Nacional-

2. Decreto 218 del 3 de marzo de 1913 G.O. 10 de marzo 1913

16 Sobre la recolección de objetos y documentos de valor histórico para el Museo Nacional

3. Decreto # 503 de 10 de mayo de 1913. G.O. del 15 de mayo de 1913 Reglamento del Museo Nacional Art. 1- El museo nacional de la Republica de Cuba, se establece en la ciudad de la Habana; es propiedad del Estado ; estará bajo la dependencia de la Secretaria de Instrucción pública y Bellas Artes y tiene como fin la recolección conservación y exhibición de objetos y documentos, tanto históricos – relacionados preferentemente con la Patria, que estimulen el culto del pasado – como científicos – que sirvan a la causa de la cultura pública - y

artísticos –

que propaguen la afirmación de las bellas artes y cooperen a su estudio. Art. 2- El Museo comprenderá las siguientes secciones:

Historia Bellas Artes Ciencias Naturales y Misceláneas. Art. 3- Serán calificadas en las primeras secciones todos aquellos objetos ó documentos adecuados que sean útiles para el estudio de la historia nacional ó extranjera, y de todo especial, los que evidencien los esfuerzos del país por su mejoramiento, así en el orden de sus libertades como en el de sus progresos materiales, intelectuales y morales,

y sean procedentes ya de donativo o

prestamos de particulares ya de transferencias de los distintos organismos

17 administrativos de la Nación, ya de adquisiciones, siempre que a juicio del Consejo que crea este reglamento tengan un valor real histórico. Art. 4- Serán clasificados en la segunda Sección los cuadros al óleo, acuarelas, dibujos de todas clases, reproducciones de unos y otros obtenidas por cualquier procedimiento, esculturas, planos, partituras, y en general toda especie de objetos de arte cubano ó extranjeros. Art. 5- Corresponderán á la tercera Sección, los herbarios, animales disecados, esqueletos y fósiles y cualquiera otros objetos de la flora ó fauna cubana o extranjera, así como estudios, monografías, clasificaciones etc… de historia natural.

Art. 6- Pertenecerán á la cuarta y última Sección todos aquellos objetos que no puedan comprenderse dentro de algunas de las tres Secciones anteriores y que se consideren dignos de figurar en el Museo.

1928 (3) 4. Decreto 352 17 de marzo de 1928. G.O. 17 de marzo de 1928 Página 4520 Creación de un Museo de Historia Natural a partir de la colección del Dr. Mario Sánchez Roig en el Cerro y el Instituto Nacional de Investigaciones Científicas.

5. Decreto # 1187 del 11 de julio de 1928 G.O. 21 de julio de 1928. Página 1303 Crea el Museo José Martí, para funcionar como anexo al Museo Nacional, con las colecciones de objetos y documentos que pertenecían a José Martí y que

18 estaban en poder de Gonzalo de Quesada. Estaría ubicado en el Museo de Historia natural del Dr. Sánchez Roig.

6. Ley decreto # 1606 del 12 de agosto de 1954 G.O. del. Página Crea el Patronato de Bellas Artes y Museos Nacionales

7. Reglamento para el régimen interior y funcionamiento del Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de 25 de abril de 1957. G.O. del 2 de enero de 1958. Página 23.

8. Ley # 110 de 27 de febrero de 1959. G.O. del 4 de marzo de 1959. Página 3153. Disuelve el patronato de Bellas Artes y Museos nacionales por ausencia de su presidente y nombra una nueva estructura para el mismo

9. Decreto presidencial # 707 G.O. 23 de marzo de 1959 Nombra a los integrantes del patronato de Bellas Artes: Dr. Joaquín Gumá Herrera Sr. Julio Lobo Olavaria Dra. Rosario Novoa León Sra. Rita Longa Aróstegui Sta. Lidia Cabrera Biulbao Sra. Hilda Sarrá Larrea

19 Sr. Eutimio Falla Bonet Dr. Juan Creu Arrue Sr. Ramón García Osuna Sr. Eugenio Batista González de Mendoza Dr. Francisco Prat Puig Sra. Enid Santos Buch Dr. Daniel Serra Badre

10. Ley # 592 de 7 de octubre de 1959. G.O. 9 de octubre de 1959. Pagina 22751 A solicitud del MNBA se aprueba un crédito de 35 000, 00 pesos para mejoras en el museo y compra de obras de arte

A ojos vista el museo tiene toda la protección y apoyo oficial del estado, sin embargo, desde su nacimiento estuvo condenado al deambular pues nació sin casa propia que solo la logró a los 40 años de fundado, tea del que hablaremos en otros artículos

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