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Que es la ira Lo primero que te quiero decir es que cuanto más sea tú conocimiento teórico sobre la naturaleza de las emociones que tengamos, mayor será la posibilidad de manejarlas. La ira es una emoción y como tal se dispara de forma automática ante determinadas situaciones, en general frente a situaciones que interfieren con nuestros objetivos. Como toda emoción tiene una función, en este caso preparar al cuerpo para el esfuerzo necesario para vencer el obstáculo que se ha presentado. El problema con respecto de la IRA puede surgir de diferentes formas: • La conducta violenta puede ser un medio para conseguir determinados objetivos cuando no somos capaces de lograrlos por otros métodos. En este caso nuestra conducta responde a habilidades que no poseemos, pero se puede mejorar adquiriéndolas. • Cuando hemos aguantado demasiado y saltamos por algo sin importancia. En realidad reaccionamos a todo lo que nos ha ocurrido previamente, retrotraemos en un momento todo lo que tenemos represado. Como nuestra reacción se considera desmesurada, tenderemos a reprimirnos y aguantar más, en consecuencia nuestra siguiente reacción violenta será mayor y seguiremos en ese círculo vicioso. Lo anterior significa que debemos salir de dicho círculo vicioso y el camino no es propiamente aguantar más, sino poder reaccionar de forma inmediata a los problemas y frustraciones. En ese caso la reacción es más adecuada y comedida porque las razones que nos llevan a reaccionar serán muchas menos. • Las presuposiciones es otro problema puede surgir cuando nosotros interpretamos que existe un ataque y una dificultad que no es vista de la misma forma por los demás. Este problema suele ocurrir cuando reaccionamos ante las intenciones de los demás en lugar de reaccionar ante los hechos explícitos. El juicio de intenciones es la causa más frecuente que nos puede llevar a tener reacciones violentas desmesuradas y desproporcionadas.
• Una muestra ocasional de hostilidad no es peligrosa para la salud; el problema surge cuando la hostilidad se vuelve tan constante que define un estilo personal antagonista, un estilo marcado por repetidos sentimientos de desconfianza y cinismo y por la tendencia a los comentarios desdeñosos y a los desprecios, así como a arranques temperamentales y ataques de ira más evidentes. • La noticia esperanzadora es la ira crónica no es necesariamente una sentencia de muerte; la hostilidad es un hábito que puede modificarse. La ira es también una manera clara de hacer saber a la gente que nos ha disgustado, desilusionado o engañado. La ira puede inyectar acero en nuestra columna vertebral cuando nos enfrentamos a nuestros miedos. Pero la ira que se lleva como un cilicio, la ira como respuesta habitual a la vida, destruye a las personas más rápidamente que a los objetivos de la ira y podemos dañar a los que más nos quieren y a los que están a nuestro alrededor. Cuando damos rienda suelta a la furia, nos deshumanizamos, disminuimos nuestra dignidad, ignoramos la parte razonable de nuestro cerebro en favor de la parte impulsiva e irreflexiva. Y cometemos errores lamentables, que seguramente vamos a reprocharnos más adelante. Además tenemos que pensar cuan agradable puede ser una persona gruñona, de mal genio o por cuanto tiempo nos va a agradar una persona que vive de mal genio.
La Ira Contra Uno Mismo. “Me odio a mí mismo” es otro mensaje común que se oculta tras la ira. Así como la ira es a mudo una señal de que el individuo no se siente suficientemente amado y apreciado por los demás, también puede ser una señal de escaso auto amor. No es raro que personas que impresionan como iracundas y hostiles con los demás, lleven en su interior una enorme carga de ira contra ellos mismos. La ira contra los demás es en esos casos una forma de distraerse del odio hacia sí mismo.
Por eso te invito a que empieces desde ya a controlar y dominar la IRA.
María Davidson M.
Que hacemos ante la ira Frente a la ira el ser humano tiene varias posibilidades y dependiendo de la que escojas, seguramente vas a lograr controlar la ira o no. Ante la ira podemos tener tres tipos de actitudes como son: 1. Expresamos La Ira: Esto significa claramente decir con palabras, signos o acciones lo que uno siente o piensa; esto significa que lo exteriorizamos. Ejemplos de cómo podemos expresar la ira pueden ser en este caso, el pegarle puños a una pared, o a una almohada o en el caso extremo golpear a alguien; pero también es una expresión cuando gritamos, lloramos o cualquier tipo de acción que expresemos exteriormente. Desafortunadamente cuando resolvemos expresar la ira, el resultado de esa expresión, es el fortalecimiento de la misma; pues si bien es cierto que en el momento en que gritas, o golpeas algo sientes un alivio inmediato, también es cierto que te vas volviendo más vulnerable a lo que pueda
desencadenar tú ira y vas a reaccionar cada vez más violentamente, pues como lo sabes nosotros somos seres de energía y allí lo que hacer es alimentar esa energía de la ira. 2. Reprimimos La Ira. El suprimir o reprimir la ira no la va a eliminar, el que contengamos un impulso o un sentimiento no significa que se vaya a desaparecer ese sentimiento o impulso; al suprimir o reprimir la ira lo que estamos causando es hacernos un daño mental y físicamente. Ahora bien si estamos reprimiendo todo el tiempo la ira, lo que nos puede suceder es que empecemos a sufrir más a menudo y que se desate ante pequeñas provocaciones, creamos una serie de reacciones desproporcionadas a la situación corrientes que estamos viviendo. Y el otro efecto es que enfermamos físicamente causándonos en ocasiones daños irremediables. 3. Transformamos La Ira. La ira es una energía que está saliendo de ti y como toda energía es transmutable, eso significa que podemos cambiar la ira en otra cosa, en otro tipo de emoción que nos sea provechosa y de la cual podamos aprender. Estoy segura que conoces personas que desarrollas y muestran calma interior, conocerás también aquellas personas que han transformado la ira en paciencia, tolerancia y compasión. Como puedes ver hay una serie de alternativas a expresar o reprimir la ira, para lo cual debes desarrollar la perseverancia y paciencia, pues como todo en la vida lleva una trabajo juicioso y concienzudo, debes entender qué es lo que causa la ira para poder transmutarla en sentimientos como la comprensión y la compasión. Para hacerte un parangón sobre lo que es transmutar la ira, quiero que pienses en un dolor que te haya dado en tú cuerpo; solo cierra los ojos y
recuerda la última vez que tuviste un dolor físico; cual fue tú reacción a ese dolor? Acaso le dijiste vete que me estás haciendo daño? Acaso te aguantaste el dolor? No verdad, lo que hiciste fue tomar acción e ir donde un médico que te chequeara eso que estabas sintiendo para poder transformar ese dolor en alivio; pues lo mismo debes hacer con la ira, reconocer que la sientes, y transmutarla para sentir ese alivio.
La triteza y la ira Dos emociones que se confunden y se mimetizan la una con la otra, quiero que analices esta historia de Jorge Bucay, me parece que es una forma excepcional de mostrar el dolor tan grande que podemos llegar a hacernos cuando tenemos esos ataques de ira. "La Tristeza y La Ira. En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta. En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas... Había una vez un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente... Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque. La furia, apurada, como siempre está la furia, urgida, sin saber por qué, se bañó rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua... Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza... Y así vestida de tristeza, la furia se fue. Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro, o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo, con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia. Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza. Jorge Bucay"
Después de haber perdido a mis seres más queridos por NO controlar mis emociones, después de haber sentido que mi mundo se derrumbaba a causa de mi mal genio y de la rabia que siempre sentía, después de haber perdido gran parte de las relaciones que había construido con mis allegados durante toda mi vida, después de todo eso y mucho más, aprendí que vivir con ira no es vivir. Es increíble que mi ira destruyera todo lo que había construido en mi vida; como ves, en mi caso personal perdí prácticamente todo, perdí mi familia, mis amistades, empleos y sobretodo perdí mi felicidad. Ahora, he aprendido que la ira es capaz de arrastrar incluso a la persona más buena a convertirse en alguien agresivo, alguien que vive en soledad, en tristeza y hace que todos te señales como una persona amargada y de mal genio. NO sé cuál sea exactamente tú caso, pero sé que si estás aquí leyendo mi historia es porqué tienes
serios problemas con respecto a tus emociones, te vas a quedar mirando cómo la Ira consume totalmente tú vida?...
Generalmente nadie quiere admitir que está enojado. Podemos decir que nos enojamos a veces, pero nadie quiere decir que a diario ejerce una especie de lucha interna contra la ira. Admitir que estás enojado significa admitir culpa, y no quieres responsabilizarte por el daño que causas en tus seres queridos. Pero la IRA es como un veneno para el alma y puede destruir tú vida. Un enojo fuerte puede ser muy perjudicial para tus relaciones con los demás. Te has puesto a pensar si tus amigos, familiares y en especial tus hijos puedan tenerte miedo por de tus arrebatos de ira? Si no logras controlar tú ira, terminarás haciendo cosas que no quieres hacer. La ira puede aislarte y hacer que los demás te dejen solo. Puedo asegurarte que por nada del mundo querrás estar solo, que por nada del mundo vas a querer hacerles daño a los que amas y estoy segurísima que por nada del mundo querrás enfermarte por no poder controlar tú IRA. Seguramente es muy difícil admitir que realmente tienes problemas con la ira, sin embargo ¿cuánto te gustaría aprender cómo controlar la ira? ¿Cómo te gustaría saber si algo simple que se escapa de tú vida, te impide ser todo lo genial que tú eres?
Realmente sabes cual o cuales son los motivos de tú enojo?... Muchos no saben por qué se enojan, y encontrar la causa puede parecer muchas veces imposible. Algunas personas creen que el motivo de su enojo es por pequeñas causas aisladas. Pero aunque esa sea la creencia, hay incidentes ocultos que no parecen revelar el verdadero motivo de nuestra ira. Esto nos lleva a que realmente existe una raíz, una causa, aunque no siempre la veas; razón por la cual la manera de poder controlar tú ira se traduce básicamente en entender qué es lo que realmente te la está causando; y una vez logras entender eso, podrás cambiarlo y empezar a controlar tú ira. A menudo, lo que nos puede causar la IRA es el miedo... Seguramente te estarás preguntando: ¿Qué miedo? Esto puede parecer descabellado, pero en la mayoría de las situaciones donde se despierta la ira, puede deberse algún tipo de temor.
Si quieres estar libre de la IRA de una vez por todas, entonces tienes que estar dispuesto a mirarte a ti mismo de una manera honesta desde ahora.
Sólo así lograrás dominar tus emociones inducidas por la cólera. Sin embargo, es cierto que muchas personas simplemente no saben por dónde empezar para generar ese cambio en su vida. Hoy tengo que reconocer que sin todos los problemas que afronte y el dolor que tuve que soportar al de tratar de resolverlos, jamás habría podido salir adelante; “No Me Avergüenzo de Contar Mi Historia... Por el Contrario, Me Siento Orgullosa de Poder Contarla Para Que De Una U Otra Forma Te Sirva...” Si puedes ser honesto contigo mismo, como yo lo fui, puede que finalmente seas feliz.