Diciembre de 2013 Pastores Eduardo Vergara y Claudia Rivera

EL PROPOSITO ETERNO DE DIOS EL ORDEN DE DIOS PARA LA FAMILIA El Origen de la Familia La familia no es el resultado de la organización humana, si no que fue creada, diseñada, estructurada por Dios, ha estado en el propósito eterno de Dios, antes de que estuviese el hombre, la mujer, las sociedades sobre la tierra Dios ya tenía ese diseño. Entonces, si esto es así, cuando se atenta contra la familia, se atenta contra algo que es de Dios, contra algo que Dios creó. Todo lo referente a la familia, el orden, como funciona, viene de Dios, no de organización humana. Génesis 1:26-27 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Si el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, luego entonces si el diseño viene de Dios, este diseño de la familia, de su propia familia; Padre, Hijo y Espíritu Santo son una familia, funcionan en armonía, ese mismo diseño se trasladó a nuestras familias, vivir en armonía, vivir en amor, con un propósito, para llegar a metas claras en la eternidad, para cumplir metas para llegar al propósito eterno de Dios. Salmos 139:13-16 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. Job 10:11-12 Me vestiste de piel y carne, Y me tejiste con huesos y nervios. Vida y misericordia me concediste, Y tu cuidado guardó mi espíritu. Desde que empezamos a ser creados, nuestro espíritu empieza a ser cuidado por el Espíritu Santo. Como madres y como padres, debemos ministrar a los bebés en el vientre. La identidad de la familia está en Dios

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Efesios 3:14-15 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, La familia toma nombre en el cielo, saber que nuestra identidad está en Dios, tenemos un sentido de pertenencia, le pertenecemos a Dios, somos de su propiedad. Todos nuestros asuntos son tratados en el cielo, no somos anónimos. Dios es Padre, y es nuestro Padre, de cada uno de nosotros. Isaías 64:8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. Eva estaba contenida en Adán, Adán fue formado del polvo, a eso se refiere también cuando se dice que somos barro. Todo lo que hoy es la mujer ya estaba contenida en Adán, todos provenimos de la misma materia y esencia desde el principio de los tiempos. Isaías 43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice. Todos fuimos creados para la gloria de Dios, cada vez que vamos donde Él nos manda, es porque hemos de mostrar la gloria de Dios en donde nos encontremos. Efesios 1:3-5 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Todas las cosas nos han sido dadas, porque somos bendecidos, como este versículo lo dice. Es importante que sepamos cómo nos ve Dios. La voluntad humana o el pecado distorsionaron el orden de Dios para la familia, Dios tiene un plan perfecto para la familia, lo que nosotros tenemos que aprender es a caminar conforme a lo que Dios nos dice. Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Ese hombre fue Adán, él distorsionó el orden y el diseño de Dios para el hombre y para la familia, lo que luego se recuperó gracias a Cristo, y ahora nos queda a nosotros establecer y manifestar ese orden, ese diseño de Dios para la familia. El anhelo de Dios, es que hijos e hijas estén unidos a Él como familia, todo lo que ha hecho el Padre es por nosotros, ahora nos corresponde tomar el lugar y propósito y así poder ser una familia unida al Padre. Como lo hemos dicho, Dios es el creador de la familia, y como tal, el único que tiene autoridad y derecho para decir qué es la familia, EL PROPOSITO ETERNO DE DIOS www.iglesiarancagua.cl

Diciembre de 2013 Pastores Eduardo Vergara y Claudia Rivera para qué existe y cómo debe funcionar. La familia sólo puede vivir y desarrollarse normalmente si cuenta con la presencia y bendición de Dios. Salmo 127:1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.

Fundamentos de Dios para la Familia Romanos 11:36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. Dios creó todas las cosas, hizo al hombre y a la mujer y los unió en matrimonio. El instituyó el matrimonio para todas las generaciones, Él es quien da hijos, es autor y creador de la familia. Definiciones para la familia: - Miembros que componen un matrimonio y sus hijos - Los ascendientes y descendientes de un linaje - La parentela inmediata del padre, la madre y los hijos Hay muchas definiciones pero las que se enfocan mas al Propósito en el orden de Dios, son las mencionadas anteriormente. Si ahora vemos una definición bíblica, tenemos que la familia es una institución divina creada por Dios, según Génesis 1:27, todas la familias tienen un propósito divino siempre y cuando reflejen el orden que Dios les ha dado. Dios tiene un propósito eterno, desde antes de la fundación del mundo determinó tener una familia de muchos hijos semejantes a su hijo Jesús. Romanos 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Efesios 1:4-5 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, La familia existe en función al propósito eterno de Dios, para cooperar con su realización. No fue Adán quien quiso tener una familia, sino Dios. Dios le dio a los hombres la capacidad de multiplicarse, tener hijos, y esa descendencia provee a Dios

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de muchos hombres y mujeres a quienes adoptar como sus hijos, por medio de Jesucristo. Como se planeo la familia, es importante que lo sepamos, Dios cuando empezó a crear todo ya tenía en su corazón a la familia y el orden que esta tiene. La creación de la familia se presenta cuando Dios forma al hombre y la mujer con estos fundamentos. 1corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Este es el orden que Dios ha puesto, siempre el orden fluye de la cabeza hacia abajo, Dios, Cristo, Esposo, esposa. Y debemos reflejar este orden dado por Dios. Los ejércitos romanos llamaban cabeza o céfalos al primero, al que iba enfrente del batallón, este era el responsable del ejército, luego eran 2, luego 4, 8, 16 y así sucesivamente. Esta formación marco el éxito de las campañas militares romanas y griegas, una forma de triangulo, que partía los ejércitos, irrumpía en medio del batallón contrario. Esa es la idea en la familia, que el céfalos o la cabeza sea Cristo e inmediatamente después y en paralelo estén el hombre y la mujer, unidos el uno al otro y unidos a la cabeza que es Cristo, que es el soporte o apoyo principal, luego el esposo junto a la esposa apoyado en igualdad. Esta es la idea que plantea este verso, este es el orden, pero por muchos años hemos creído que la mujer está por debajo del hombre, su palabra dice que varón y hembra los creó a su imagen y semejanza, es decir, Dios nos ve por igual a ambos, viendo a los dos como uno, y además su palabra dice que la mujer es ayuda idónea que significa “una ayuda igual a” es de un acompañamiento, de hombro con hombro para poder enfrentar los desafíos en la vida, recordando que son uno en todo ámbito, natural y espiritual, yendo juntos. Los hijos están bajo el orden del padre y la madre, y así se va dando la forma de triangulo que hablábamos anteriormente. 1 Timoteo 3:4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. Esta es la gran responsabilidad que tenemos como padres, solo nos acordamos de la primera parte de este verso tener a nuestros hijos en sujeción, siempre esperando que nos obedezcan, pero donde queda la segunda parte… en donde dice con honestidad. Debemos ser un padre y una madre transparentes, que lo que le estemos diciendo o pidiendo a nuestros hijos sea también lo que nosotros estamos haciendo o viviendo como hijos de Dios, no podemos pedir algo que nosotros no hacemos, al pedirles algo que nosotros si estamos haciendo, en ese punto tenemos autoridad y podemos exigir a nuestros hijos que lo cumplan porque nosotros ya lo hemos cumplido o más bien obedecido a nuestro Padre. Es decir, si le estamos pidiendo o exigiendo a nuestros EL PROPOSITO ETERNO DE DIOS www.iglesiarancagua.cl

Diciembre de 2013 Pastores Eduardo Vergara y Claudia Rivera hijos que estén sujetos a nosotros, nosotros debemos estar sujetos a Cristo, y esto nuestros hijos lo tienen que ver. La presencia del Señor Jesucristo se manifiesta o se debe manifestar cuando hay orden, cuando cada uno de los componentes de la familia, padre, madre e hijos, tienen esa transparencia, entonces verán a Dios en todas las circunstancias de vida, si la presencia de Dios está en un hogar donde hay transparencia esa familia va a funcionar correctamente. Cuando se cumple este orden las bendiciones del Señor, que siempre han estado, se manifiestan sobre nosotros, como lo dice Deuteronomio 28:1-3, esto es obedeciendo diligentemente el orden de Dios. La familia debe reflejar el carácter de Dios, todo es primero a la familia, primero es en nuestra casa y después para afuera, no podemos estar mostrando o tratar de mostrar el carácter de Cristo afuera cuando dentro de la familia no lo hacemos. Mateo 11:29 Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Este es un proceso, es algo que se tiene que aprender, debemos aprender como es Cristo y al hacerlo se va a reflejar el carácter, siendo mansos y humildes de corazón. Y manso es una persona en control y paz en medio de una atmosfera acalorada produciendo un efecto tranquilizador en aquellos que están irritados con un espíritu suave apacible con un corazón humilde y moldeable dispuesto a ser enseñado. Humilde es una persona que vive una absoluta y total dependencia de Dios, con una actitud de completa rendición. Debemos entender que si yo soy una persona que amo a Cristo, que verdaderamente quiero que mi familia este dentro del orden que estamos hablando, y mostrar el carácter de Dios en mi para con mis hijos yo debo tener una actitud de dependencia de Dios, sabiendo que no puedo hacer todo el esfuerzo sino que Dios tiene que ver mi transformación. Entonces esto nos llevaría a que la familia completa deba reflejar la unidad que Dios tiene en Él, el Señor es un Dios unido en sus tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, este es el diseño de unidad de Dios para la familia y ésta por su unión, por el propio testimonio de unidad, es una familia que evangeliza, ya que si otras familias ven esta unidad querrán ser así. El que dice que está unido a Dios, debe vivir como lo hizo Jesucristo, como lo hemos estado hablando, es ser como Él, un Cristo alegre, amoroso, perdonador, etc. Si decimos que estamos unidos a Él, debemos reflejar lo que Él es, que no seamos familias solo de palabra sino familias que vivan y obedezcan la palabra y lo que conocemos de Cristo. Podríamos considerar entonces que la familia tiene un elemento profético de confirmar de como es la relación de Cristo y su iglesia, que cada familia va

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a anunciar esa misma unidad que existe en la familia de Dios. Esto es, en la medida que cada familia este unida y respete y obedezca el orden de Dios, esto se va a llevar a la iglesia de Cristo, a la Familia de Cristo y podremos empezar a actuar y a desenvolvernos como el Cuerpo de Cristo, todos en unidad. Entonces, obedeciendo la palabra de Dios, poniendo en práctica lo que Jesús nos enseñó estaremos seguros de tener la familia que Dios planeó que tuviéramos, la que Él diseñó desde el principio.

El Origen del matrimonio Desde el principio de los tiempos Dios tuvo en su corazón que existiera una institución, una figura, que es el matrimonio y ahí es donde surge la familia, no es cuando se tiene el primer hijo, es cuando un hombre y una mujer se unen en pacto ante Dios. Este es un punto importante e inicial, que el matrimonio es un pacto ante Dios, que tiene características especiales, porque fue creado por Dios en su corazón cuando no existía nada en la tierra, antes del pecado, este fue un diseño eterno, pensado y creado en la eternidad. Luego cuando Dios creó al hombre y de su costado a la mujer, ya estaban unidos, luego los separó y el Señor ya había pensado en algo para unirlos nuevamente, para volver a incorporarlos el uno al otro, y decirles como lo iba a hacer. Esta reincorporación del uno al otro que Dios había pensado luego de separar al hombre y a la mujer, es el matrimonio, para volver a ser unidos en pacto. El pacto es una alianza entre el hombre y la mujer y ellos con Dios, y ante Dios. Eclesiastés 4:12 Alguien que está solo, puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente. Esta es una palabra profética que se da para la unión matrimonial, un cordón de tres dobleces resiste la tensión más fuerte. Por lo tanto, el matrimonio es la unión de Dios con el hombre y la mujer. Génesis 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

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Diciembre de 2013 Pastores Eduardo Vergara y Claudia Rivera Mateo 19:4-5 El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Marcos 10:7-9 Por eso el hombre tiene que dejar a su padre y a su madre para casarse y vivir con su mujer. Los dos vivirán como si fueran una sola persona. Así, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola. Si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.(BLS)

Una sola carne es que el hombre y la mujer se unen de tal manera, en las tres áreas del ser, en espíritu, alma y cuerpo, es tan intima la unión que no hay otra unión así en la humanidad, que solo se puede dar entre el hombre y la mujer, en matrimonio, Al convertirse en “una sola carne”, esto abarca todos los aspectos de la vida del hombre y la mujer: unidad física, sexual, económica, afectiva, espiritual, etc. Cuando Dios bendice a un hombre y una mujer en matrimonio, en esta unión, Dios vuelve nuevamente a la situación en que Adán y Eva eran una sola carne, antes que Eva saliera de Adán, en el matrimonio ya bendecidas y unidas hombre y mujer, se vuelve al estadio inicial de santidad y en el plan de Dios. La familia es el núcleo básico de la sociedad. Y en el matrimonio se origina y fundamenta la familia. El matrimonio no ha sido establecido por una ley humana, ni ideado por alguna civilización. El matrimonio antecede a toda cultura, tradición, pueblo o nación; es una institución divina. Por lo tanto, es Dios quien determina las leyes y principios que deben regirlo. El matrimonio no es una sociedad entre dos partes donde cada parte fija sus condiciones. Por ser una institución divina es Dios quien las establece, nunca el hombre, ni la mujer, ni aun ambos de común acuerdo, tampoco pueden determinarla las leyes de una nación. Todo aquel que se casa debe aceptar las condiciones establecidas por Dios para el matrimonio. Como Dios es amor y el es infinitamente sabio, las leyes y condiciones que ha establecido para el matrimonio son para nuestro bien y el bien permanente de toda la humanidad.

Actualmente, muchos matrimonios se están divorciando, incluso dentro de la misma iglesia.

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Mateo 19:6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Cuando un matrimonio se disuelve, no es porque Dios lo quiso, si no porque, y aunque suene fuerte en el hombre o la mujer no estaba Cristo, o más bien en ese matrimonio no estaba Cristo, porque recordemos que son uno. Malaquías 2:14-16 Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales. El divorcio entra en la esfera de la maldad, el divorcio entra en la esfera de la división, el divorcio entra en la esfera de que alguien cumple su voluntad y no la de Dios. La maldad se refiere a que alguien que hace sus propias leyes, alguien que se hace independiente de Dios, alguien que se rebela contra Dios; cuando alguien va y destruye algo que Dios ha instituido, incorporándose dentro del divorcio por problemas económicos o incompatibilidades, de tantas cosas que hoy se manejan en el mundo, está incurriendo en un acto de maldad, este rompimiento de lo que Dios quiso que durara toda la vida invariablemente resulta generalmente en una desvalorización, que esposo y esposa se infringen mutuamente y que afecta enormemente a las principales víctimas que son los hijos. En la historia no sabemos cómo empezó el divorcio, lo que si sabemos es que el matrimonio es una institución divina y el divorcio es una institución humana, no tiene nada que ver con Dios, en la biblia el divorcio es reconocido, permitido y regulado, pero no se registra como un acto directo de Dios. Mateo 19:7-8 —Entonces —preguntaron —¿por qué dice Moisés en la ley que un hombre podría darle a su esposa un aviso de divorcio por escrito y despedirla?* Jesús contestó: —Moisés permitió el divorcio sólo como una concesión ante la dureza del corazón de ustedes, pero no fue la intención original de Dios. El divorcio no es un pecado imperdonable, aunque es causa de división, tristeza y dolor, por eso Dios lo aborrece, pero un matrimonio que ha incurrido en una separación puede ser limpiado, perdonado y restaurado en la congregación de los redimidos, ya que la voluntad de Dios es que las cosas sigan como Él las determinó en el principio. Así como el pecado entró a la humanidad y a provocado muchas distorsiones, dentro de ellas en el matrimonio, cuando Jesús pagó el precio por nuestra redención, los EL PROPOSITO ETERNO DE DIOS www.iglesiarancagua.cl

Diciembre de 2013 Pastores Eduardo Vergara y Claudia Rivera cristianos que hemos entendido nuestra posición en Cristo, hemos tomado para si todas estas verdades y las hemos aplicado a nuestras vidas ejerciendo nuestra fe en las promesas de Dios y en su herencia, por esto podemos tener un matrimonio como lo instituyó Dios desde el principio, si esto lo creemos como una gran verdad, nuestra vida, nuestra vida congregacional, nuestra vida en la sociedad, nuestra vida ante todas las familias que nos rodean va a dar un cambio total porque hemos regresado nuevamente a la voluntad, al pensamiento y al deseo de Dios. Cuando se cumplen las condiciones preestablecidas por Dios, el matrimonio, lleno de hermosura y felicidad, llega a ser la realización plena del hombre y la mujer. Debemos apreciar la firmeza de Dios al exigir el cumplimiento de sus leyes con respecto al matrimonio como una expresión de su amor, para salvaguardar la familia en bien de todos y de la posteridad.

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