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La generación poética del deshielo texto de Josep Torrell
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ace cincuenta años, en 1956, Nikita Jruschov empezó el proceso de condena del terror y las formas de gobierno impuestas por Stalin. Muchas cosas empezaron a cambiar en la Unión Soviética. Una nueva voz se oyó en la poesía y rápidamente arrastró a multitudes juveniles entusiastas. Por primera vez se oyó la voz de los poetas en los campos de deportes abarrotados de gentes. Aquella generación de poetas fue la lírica de un humanismo socialista.
El 14 de mayo de 1987, la comisión de conflictos de la nueva Unión de Cineastas de la Unión Soviética, tras revisar la película estrenada con el título Tengo veinte años (Mne dvadcat let, 1965) de Marlen Juciev, acordó restituirle su título original –La puerta de Ilich (Zastava Ilich, 1961), aunque sería más propio traducirlo por El barrio Lenin, que es como se conoce fuera de Rusia a Vladimir Ilich– y restaurarle las dos secuencias que la administración censuró antes de dejar que se estrenara. La primera de estas secuencias era una mezcla de documental y ficción: los protagonistas eran de ficción, pero el escenario y el sonido eran del Museo Politécnico de Moscú, donde podía oírse a Evgueni Evtuchenko recitando un poema publicado en la revista Junost (Juventud) en el que se oía claramente las palabras ¡el que no cree en la juventud no cree en nada! Perfectamente coherente con toda la película, era sin embargo un ataque directo a los sectores más inmovilistas del aparato del partido. Pero era también censurar a
un poeta protegido por el presidente Nikita Jruschov. Solamente se pudo censurar porque el propio Jruschov entró en cólera por la penúltima secuencia de la película. En ésta, el protagonista habla con el fantasma de su padre, muerto siendo soldado del ejército rojo. El hijo le pregunta qué debe hacer: Padre: Vivir. Hijo: Ya. ¿Pero cómo?, ¿cómo? Padre: Dime, ¿cuántos años tienes? Hijo: Veintitrés. Padre: Yo tengo veintiuno. ¿Cómo podría aconsejarte? Después de lo cual, el fantasma del padre se coloca el casco y sale con dos compañeros de la guerra a descubrir Moscú a primera hoja de la mañana. La secuencia es impresionante. Es la primera obra –cinematográfica o de otro tipo– que planteaba las diferencias entre ambas generaciones (la de 1941 y la de 1956) dando la razón moral y política a los jóvenes. Pero todos los órganos de dirección pertenecían a las generaciones pasadas. Jruschov la
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emprendió con la película y el resto del comité central aprovechó para censurar también la secuencia de Evtuchenko. Sin embargo, la prohibición sirvió de poco. La comparación entre los jóvenes de 1941 y los muy distintos de 1956 hizo fortuna. Por ejemplo, en la revista Oktiabr (Octubre) se publicó un debate en el que participó Lev Annenski donde se explayó sobre el tema, con el mismo punto de vista de Juciev. Después de caer Jruschov se autorizó la película con los dos cortes citados. Sin embargo, La puerta de Ilicht es una de las obras maestras del cine de la era Jruschov, y la poesía de Evtuchenko es indisociable del deshielo político emprendido por Jruschov al morir Stalin.
sandr Herzen, tiempos de esperanza y cambios políticos. El título hizo fortuna, y desde la salida de la novela pasó a formar parte de los términos que definían la situación creada por la muerte de Stalin. Pero había otro rasgo de la novela que era muy llamativo: auténtica rareza dentro de la literatura dentro, El deshielo era, ni más ni menos, que una novela de amor. En diciembre de 1954 se reunió el II Congreso de Escritores Soviéticos y propusieron rehabilitar algunos escritores del partido, víctimas de las purgas estalinianas. En febrero de 1956 estalla el escándalo del informe secreto de Nikita Jruschov. En las postrimerías del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, Jruschov lee su informe sobre “el culto a la personalidad” y los crímenes cometidos contra miembros del partido. Jruschov y el deshielo Es la señal del verdadero deshielo, del fin del estalinismo. El 5 de marzo de 1953 murió Josif Stalin. ProbableA mediados de 1956, la revista Novi Mir en los números mente, a juzgar por los documentos que se tienen, prede agosto, septiembre y octubre, publica otra novela deparaba una nueva ola de terror que iba a arrasar a sus cisiva: No sólo de pan de Vladimir Dudinsev, donde los más íntimos colaboradores y, de paso, a miles de ciudaque salen mal parados son el grupo dirigente. También danos inocentes. Se abrió la batalla por la sucesión –que en 1956, los dirigentes de Literaturnaia Moskva (Moscú ganó Jruschov–, aunque se abría también un período en Literario) son severamente amonestados por haber puque millones de soviéticos ansiaban emprender una reviblicado dos volúmenes con casi todos los autores prosión del pasado y una reforma del presente. hibidos y nuevos, que se venden como corre la pólvora. En literatura, la primera y aún tímida voz provino del Pero en 1957 se publica el Italia El Doctor Zivago de Bocampo de la crítica. En diciembre de 1953, la prestigiosa ris Pasternak, que Simonov tenía previsto publicar en revista Novi Mir (Nuevo Mundo) publicó un artículo tituNovi Mir. Simonov es destituido y Tvardovski –por lo delado de “De la sinceridad en literatura”, de Vladimir Pomás, amigo íntimo de Jruschov– devuelto a su puesto merancev, que llamaba la atención sobre la situación de (hasta 1970). Pasternak se ve obligado vergonzosamente la literatura soviética y tama renunciar al Premio Nobel bién, soterradamente, critique le había sido concedido. caba la censura y los probleEn el número de marzo de Ni el teatro ni el cine contaron nunca con mas políticos e instituciona1958 de Kommunist sale una una obra tan revulsiva y explícita como la les que limitaban el trabajo resolución del comité central creador. En el artículo se afirque condena duramente a novela de Solzhenitsyn. maba rotundamente “la sinvarios escritores (Dudinsev, ceridad es la base fundamenGranin, Kirsanov, etcétera). tal de todos los dones que deEn el III Congreso de Escrifinen el talento”. El artículo levantó polvareda en la directores Soviéticos, del 18 al 23 de mayo de 1958, Jruschov ción de la Unión de Escritores Soviéticos, que publicó intervino de nuevo y sorprendentemente proclamó nada una declaración oficial contra los escritores “hostiles a la menos que la autorización de corrientes fraccionales en el esencia del realismo socialista”. El director de la publicaterreno de la literatura. O, dicho en plata, que cada cual ción, Aleksandr Tvardovski, fue cesado. Pero su sustituto, pensase lo que quisiese mientras no pusiese en peligro la Konstantin Simonov, siguió con la misma línea, haciendo legalidad socialista. Ante la neutralidad del Partido –algo caso omiso de la declaración de la dirección. absolutamente inaudito–, se aceptaba la formación de En abril de 1954 la revista Znamjia (La bandera) publigrupos opuestos dentro del campo literario. El Partido có la primera parte de la novela de Ilya Ehremburg El dessólo intervendría cuando los escritores vulnerasen la reahielo. El término significaba políticamente, desde Aleklidad socialista.
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En la literatura este cambio fundamental iba a conllevar varias cosas. Primero, empiezo a circular el discurso del “retorno a Lenin”, que servía para denunciar los usos y abusos del estalinismo, que a partir de ahora serán llamados violaciones de la legalidad socialista. En segundo lugar, se producirá una oleada de “rehabilitaciones”, empezando por los miembros del partido y siguiendo luego por algunos de los autores más famosos. Así, en 1957 se publica un volumen de obras dispersas de Isaac Babel (1894-1940), de quien desde su asesinato a manos del Estado no había aparecido nada. En tercer lugar, se utilizó la metáfora de las “manchas blancas” para dar a entender los vacíos y lagunas que había que cubrir en la historia de la literatura soviética, nombrando así indirectamente la censura. Además, un poeta (Evgueni Evtuchenko) empezó a ser conocido como uno de los mejores poetas del momento, indisolublemente ligado al proceso político que se había iniciado. Durante el XXI Congreso del partido, en 1959, los sectores más opuestos a las reformas intentaron parar un proceso que los burócratas veían como peligroso; pero el XXII Congreso, a finales de octubre de 1961, fue una victoria en todos los terrenos de los partidarios de la reforma. Después del XXII Congreso era evidente que Stalin y sus métodos habían sido una pesadilla que pertenecía al pasado. La política de Jruschov era clara: desestalinización, rehabilitación, cierto constitucionalismo a nivel de las esferas dirigentes del partido, depuración selectiva de la policía, la consciencia de que uno no será detenido si no ha hecho nada, progresivo desmantelamiento de los campos de trabajo, y –lo que acarreó su pérdida– ataques directos a los bastiones de la burocracia. Sea por arrepentimiento de lo que pasó con Pasternak o por otros motivos, cuando Tvardovski le propone publicar una obra explosiva, Jruschov hizo saber públicamente que la aceptaba con todas las consecuencias: una publicidad inaudita para una novela aún no publicada. El número de Novi Mir de noviembre de 1962 será mítico: publica Una jornada de Iván Denisovich, de Alexandr Solzhenitsyn, obra sobre un campo de concentración soviético visto por un recluso, y escrito por un escritor también recluso. La noticia corrió como la pólvora y el número se agotó en seguida. Ni el teatro ni el cine contaron nunca con una obra tan revulsiva y explícita como la novela de Solzhenitsyn. En su intervención de noviembre ante la dirección del partido defendiendo la novela,
Tercero por la izquierda, Evtuchenko en la época en que reunia multitudes.
Jruschov anunció aún mayores medidas en la línea del humanismo socialista. Pero a finales del mes de octubre de 1962 tuvo lugar el conflicto de los misiles en Cuba, que se saldó con la retirada de los barcos soviéticos. A medida que corrían los días, era evidente un corrimiento de la opinión hacia la derecha. La reunión del Presidium del 17 de diciembre de 1963 fue dura, y el 24 y 26 de diciembre de 1962 la Comisión Ideológica del Comité central sostuvo fuertes críticas contra los renovadores, en particular Evtuchenko, Voznesenski, Paustovski, Nekrasov y Kataiev. Las críticas se centraban en sus declaraciones en el transcurso de sus viajes, aunque fueran declaraciones acordes con la política de Jruschov. Como dice Helen von Ssachno, el sector más opuesto a la reforma aprovechó para “denunciar el modernismo estético como un complot contra la seguridad del Estado”. Así se llegó al fatídico encuentro del comité central con literatos, cineastas y artistas, el 7 de marzo de 1963. El poema Cuarenta divagaciones líricas en torno al poema «La lámpara triangular» (1962) de Andrei Voznesenski escandalizó, pues era una visión de Norteamérica más cercana a un beatnik que a la dirección del partido. Cuando Voznesenski subió a la tribuna, Jruschov pronunció su sentencia: “Señor Voznesenski, váyase de nuestro país. ¡Fuera!” Esta frase, dicha por el jefe del Estado, equivalía a la expulsión. En un hálito de voz, Voznesenski acertó a decir que todo lo que había escrito estaba dedicado al pueblo soviético y no creía posible hacerlo de otro modo.
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Jruschov pareció despertar de una oscura pesadilla y le sobre la poesía, en la Unión Soviética ocurrió exactamenrogó que continuara leyendo su poesía, dejando sin efecte lo contrario. to su sentencia. La nueva poesía compartía algunos rasgos comunes, a El 15 de octubre de 1964 se produjo la caída de Jruspesar de las diferencias que caracterizan a Evtuchenko y chov y la ascensión de Leonidas Breznev. Sin embargo, a Voznesenski. Hay en todos ellos una emancipación forexcepción hecha de los intentos de atacar los privilegios mal, una exploración de la realidad sin apriorismos, y sode la burocracia, la mayobre todo un compromiso con ría de los logros de Jruschov la gente, con sus lectores. La se mantendrán. El deshielo generación del deshielo fue Cuando Voznesenski subió a la tribuna, se mantuvo aún un tiempo, consciente de la necesidad Jruschov pronunció su sentencia: “Señor por el apabullante apoyo de configurar puentes polítique tenían novelistas y poe- Voznesenski, váyase de nuestro país. ¡Fuera!” co-sociales como contrapuntas. El final definitivo fue el to a la preeminencia del Parjuicio y la condena de Antido. drei Siniavski y Juli Daniel por haber sacado clandestinaLos poetas se dirigían a sus lectores y oyentes como mente del país sus obras y haberlas publicado en el exciudadanos, creando así un tercer polo, una tercera voz. tranjero. Fueron detenidos en septiembre de 1965 y fueHabían lesionado la palabra monolítica, la habían resron condenados en febrero de 1966. El deshielo había quebrajado y, esto en la Unión Soviética de Jruschov, que dado paso a una nueva helada que iba a durar hasta la llees dónde menos se esperaba. gada de Mijaíl Gorbachov. La poesía renovadora encontró su público, mayoritariamente jóvenes. Muy pronto los recintos cerrados no Los poetas del deshielo dieron cabida a los asistentes que los abarrotaban, tanto La resonancia del informe secreto –que nunca fue tan de novelistas como sobre todo de poetas. Entonces litesecreto– al XX Congreso fue enorme; también, y sobre toralmente “la poesía saltó a la calle”. Es decir, a los polido, hacia el interior de la Unión Soviética. Muy pronto fue deportivos. Los poetas recitaron sus poesías ante las evidente que algo estaba pasando. Fueron muchos los multitudes que iban a los estadios para oírles. En 1962, que se declararon “hijos del XX congreso”. Entre la inteEvtuchenko llenó el palacio de deportes de Moscú y leyó lectualidad, la mayor parte. También, claro, entre los sus versos ante catorce mil personas. Había estallado un poetas. Uno de los rasgos característicos fue que los sofenómeno totalmente nuevo: una poesía de los estadios y viéticos dirigieran su mirada hacia la literatura, buscanun público atento y entregado que sabía perfectamente do respuestas. Evtuchenko cuenta sencillamente lo que qué iba a oír: la voz poética de su propia generación, de ocurrió a partir de 1956: “Las tiradas empezaron a crecer una generación inocente ante los crímenes de Stalin. y la poesía saltó a la calle”. El extraordinario interés Había sonado la hora de por la poesía, los millares de los poetas, concretamente personas que acuden a las En 1962, Evtuchenko llenó el palacio de de la generación poética del lecturas públicas organizadeportes de Moscú y leyó sus versos ante deshielo que agrupa a poedas por los poetas, las tiracatorce mil personas. tas nacidos en los primeros das de centenares de miles años treinta: Robert Rozdesde libros son una novedad tvenski (1932), Evgueni Evtudel deshielo y, como señaló chenko (1933), Andrei Voznesenki (1933), Bella AchmaMichel Heller, es el índice de una vitalidad que parecía dulina (1937, primera esposa de Evtuchenko) y Victor desaparecida durante los últimos veinticinco años. La Sosnora (1936). No fueron los únicos, por supuesto. Junto revista Junost –donde escribían los nuevos poetas– pasa a ellos aparecieron los cantautores que esparcieron sus de quinientos mil ejemplares en 1961 a más de dos millocanciones por todas partes. Bulat Okudzava y el mítico nes en 1967. En 1962 una primera edición de un libro de Vladimir Vysotski (1938-1980) fueron los abanderados de poesía, Saludando con la mano de Evtuchenko, alcanza ese movimiento. Aunque es preciso decir que, a diferenla tirada de cien mil ejemplares y no tarda en agotarse. cia de Occidente, donde la canción obtuvo el primado Las tiradas de los poetas jóvenes oscilan entre cincuenta
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mil y cien mil ejemplares, lo que es totalmente inesperado, pero las reediciones suman fácilmente los quinientos mil ejemplares. Para la vieja guardia la gota que colmó el vaso fue el caso de Victor Sosnora, que consiguió hasta quince críticas para un poemario, todas ellas elogiosas. El problema era que los viejos poetas no reciben ninguna: hasta la generación del deshielo la poesía no tenía ninguna relevancia para la prensa. También esto era nuevo. Los poetas del estalinismo montaron en cólera ante un menosprecio más doloroso que cualquier crítica. Cuando un periodista polaco le preguntó a Andrei Voznesenski por sus ideales políticos, respondió: “En el plano político somos hijos del XX y del XXII Congreso del Partido Comunista, una generación muy próxima a la de los años veinte y a las tradiciones del leninismo”. Esta referencia al pasado es fundamental para entender a los autores y su público. Hacer el arco de Lenin a Jruschov equivalía a hacer tabla rasa de todo el período estalinista. El nuevo yo lírico de los jóvenes poetas se distinguía del pasado. Había una clara ruptura. La referencia a los años veinte era también el intento de recuperar a los poetas de la época –Vladimir Mayakovski y Serguei Esenin, olvidados durante años– pero también apostar por una vida cultural muy activa y brillante que caracterizó a Moscú y Leningrado en los años veinte. En sus recitales al aire libre, no era infrecuente que Evtuchenko recitara a Mayakovski, muy bien recibido por su público. La caída de Jruschov abría serios interrogantes sobre el futuro de estos poetas. Pero su popularidad era tal que se hacía muy difícil detenerlos. Por ejemplo, el 20 de diciembre de 1964 se celebran en Moscú 17 recitales con motivo del día de la poesía. Evtuchenko fue literalmente aclamado por la multitud. No era fácil acallarlo y optaron por poner a la KGB a seguirlo de cerca, como una amenaza constante. Hay que devolver a las palabras su sentido primitivo Evgueni Evtuchenko publicó su primer libro en 1952. Era Exploradores del futuro. Le siguieron La tercera nieve (1955), La estación de Sima (1956), La carretera de los en-
Evgueni Evtuchenko
tusiastas (1956), La promesa (1959), La manzana (1959), Ternura (1962), Saludando con la mano (1962), Lo que me pasa (1965) y La lancha de enlace (1966). Sin embargo, fuera de Rusia, su obra llegó notablemente cercenada. En España, por ejemplo, se publicaron unas Obras completas de Evtuchenko cubriendo el período 1952-1964, aunque ni por asomo son unas obras tan completas como se dice: basta contar el número de páginas para observar que ni tan siquiera dan la totalidad de versos que publicó en forma de libro en el año 1962. Estas obras (Tres minutos de verdad y ¡Escuchadme, ciudadanos!) son en realidad antologías bastante amplias de la obra del poeta. Evgueni Evtuchenko era nieto por parte de madre de un viejo comunista que había llegado a general de brigada durante la guerra, y que en 1938 brindaba jocosamente con el niño el día antes que le detuvieran durante las purgas que acabaron con casi todos los comunistas. La poesía de Evtuchenko es una poesía cotidiana, no de grandes gestas. Su mundo poético es el que rodea al hombre soviético de posguerra. En 1953 o 1954, un incidente banal ocurrido en una librería de Moscú –un joven desprecia su poesía– le hace entrar en crisis. Despreció gran parte de lo que hecho hasta entonces y volverá su vista a su poblado natal, en Siberia, a la vez que su yo poético va adquiriendo mayor contenido político. Ejemplo de las vacilaciones de la política cultural, La estación
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de Sima –terminado en 1954 pero no publicado hasta 1956– acabará retirado del mercado y de las editoriales. El sector más duro del partido literalmente no le soporta. En 1958, el Kommsomol (las juventudes comunistas) le expulsan por su actitud crítica en el tercer congreso de escritores, alegando impago de las cuotas. El nuevo Evtuchenko se ha considerado un equivalente de los dos grandes poetas de principios de los años veinte, Mayakovski y Esenin. Helen von Ssachno traza un paralelismo ente él y Mayakovski: “como Mayakovski, se cree la conciencia amonestadora de sus contemporáneos”. Domina su técnica poética, su sentido del ritmo, su forma de que el poema logre impresionar a sus oyentes. Es, sin duda, un maestro en el campo de la lírica política. Incluso en la traducción quedan restos de este material altamente inflamable (y hay que decir que, en castellano, Evtuchenko ha contado con dos excelentes traductores: Jesús López Pacheco y Josep María Güell). Pasados los años, es indudable que Evtuchenko fue el principal exponente de una lírica del humanismo socialista. Nosotros sostenemos el frente de la revolución, Nosotros somos sus defensores. Sus continuadores. Sus realizadores. Su alta y clara incandescencia. El poeta opera como voz y conciencia fustigadora. Ssachno dice de Evtuchenko que “cada una de sus frases comunicaba automáticamente un mensaje”. En esto hay también una novedad de las que ayudan a hacer avanzar la historia. Como dice en el poema Celebrad el primero de mayo: “¡Camaradas, hay que devolver a las palabras su sentido primitivo!” Así, como sin darse cuenta, va tejiendo un discurso que es la voz del deshielo y una nueva era, por ejemplo, “Quiero ser un poco anticuado” de La lancha de enlace: Quiero ser erudito y fino, vivir sin creer en el brillo de las frases falsas, escuchando tan sólo la voz de la conciencia, la que nunca traiciona, antigua y buena voz. O en un verso de 1958, pone la ciudadanía como valor por el que vale la pena luchar, y no duda en tildar de “arrogantes” a los defensores del viejo poder. La ciudadanía es talento difícil Convirtámosla en inteligente.
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¿Para qué arrastrar como con cuerda a quienes arrogantes refunfuñan de ella? Por supuesto, esta práctica poética y política situaba a su autor en el centro de la crítica de quienes estaban en desacuerdo con el deshielo y la política de Jruschov de minar los omnímodos poderes de la burocracia. Evtuchenko no evitaba el encontronazo, sino todo lo contrario. Así, en el poema titulado “Conversación con un escritor americano” del libro Ternura deja dicho que lo único por lo que luchaba era por “la simple honradez”. “Me dicen: –Eres valiente– No. Yo nunca fui valiente. Juzgaba indigno, simplemente, rebajarme con mis compañeros cobardes. No demolía instituciones. Tan sólo me reía de lo falso, lo engolado. Escribía artículos. No denuncias. E intentaba decir todo lo que pensaba. Sí, defendía a la gente de talento, señalaba a los que, sin tenerlo, querían meterse a escritores. Pero eso es un deber, aunque hablen siempre de mi valentía. Con amarga vergüenza recordarán nuestros descendientes –cuando hayan vencido la infamia– aquellos tiempos extraños en los que a la simple honradez llamaban valentía...
En su vocación de tribuno, uno de los elementos fundamentales fue la denuncia del malestar de las mujeres. Eran los años cincuenta aún no había movimiento feminista, pero su voz es clara y contundente en un poema fechado en 1956, “Buscando fresas”, aunque no publica-
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do en libro hasta Saludando con la mano, recreando el diálogo de una campesina: Tengo hijos, marido... Pero también un alma. ¡Y en ella tengo un frío espantoso! ....... Cuarenta años represento, ¡y sólo tengo, Lisa, treinta y cinco! ¿Qué va a ser de mí? Me faltan ya las fuerzas... ¡Ah, si pudiera amar a alguien! ¡Cómo le cuidaría! ¡Y no me importaría que me pegara con tal de que quisiera!
Evtuchenko
En “Cuatro obreras de la fábrica de medias”, de 1964, traza el mismo recorrido entre la soledad o la violencia doméstica, a través del itinerario de cuatro mujeres, tres casadas y una soltera. Entre las mujeres obreras y campesinas encontraba situaciones muy distintas de la intelectualidad moscovita (la adicción a la bebida generalizada, los malos tratos domésticos) y sobre todo una sensación viscosa de soledad. Por lo demás, su vinculación a la tierra siberiana se tradujo muy pronto en una crítica del pillaje practicado en la pesca ilegal en el río Pechora y la conciencia naciente a la problemática ecológica. Los dos poemas de 1964, “La balada de la pesca furtiva” y “La balada de las focas” son paradigmáticos en este sentido. En cierto modo, la caída de Jruschov supuso también la caída de Evtuchenko, aunque no de su vena poética.
Andrei Voznesenski
Somos muchos, quizás seamos cuatro Evtuchenko barrió con su impulso todos los demás nombres de poetas del deshielo. Esto fue algo comprensible, aunque letal para comprender la pluralidad real del movimiento. En particular, por el virtuosismo con el que maneja el lenguaje poético; eso fue fatal para Andrei Voznesenski, que fue conocido abruptamente a raíz del escándalo público que protagonizó Jruschov. Discípulo de, y apadrinado por, Boris Pasternak, Voznesenski era arquitecto de profesión y se dedicaba a la poesía a ratos libres, lo que significaba –por comparación con los poetas oficiales– una cantidad limitada de poesía. Publicó tan sólo Parábola (1958, pero publicado en 1960) y Correo de poesías (1963), así como dos poemas largos, Cuarenta divagaciones líricas en torno a “La lámpara
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triangular” (1963) y Osa (1964). Pero, para el lector español, resulta bastante difícil acceder a su poesía porque no hay ningún libro traducido. El principio poético de enraizarse en la historia y en el proceso de liquidación del régimen de Stalin era coincidente con sus compañeros de generación. Así, en el poema “Los maestros” de 1958, escribe: El artista original es siempre un tribuno. En él vive un rebelde, la eterna revuelta. En Voznesenski coinciden el trauma de descubrir qué ha sido su país durante el estalinismo y la afirmación de su propia pureza e inocencia, pero lo particular en él es cierta visión cosmopolita, una mirada que toma al mundo entero como referente, obviamente bien informado tanto por su profesión de arquitecto como por los contactos que tiene por su relación con Pasternak (compositores, gente de teatro, cineastas, etcétera). A su manera, fue el beatnik y el vanguardista de la generación. La calidad poética de sus metáforas es deslumbrante, y plantean un yo poético estrechamente vinculado al lenguaje.
por lo general en la oscuridad, raras veces en el abrazo del arco iris. Ahí vivía el pintor de los cabellos de fuego, Gauguin, el bohemio, pero antes agente de comercio. Para la meta, para llegar, desde Montmartre hasta el real Louvre, se arriesgó a dar un rodeo por Sumatra y Java. Hizo un alto, olvidó la locura del dinero, el revolotear de las mujeres y el fétido aire académico. Superó la fuerza de la gravedad telúrica; los maestros graznaban en torno a un jarro de cerveza: “La recta es más corta, pero la parábola más curva; ¿por qué no copiar mejor las tiendas paradisíacas?” Pero él se disparó con el bramido del cohete, a través del viento, que vuela los faldones de la chaqueta,
En la edad de la razón y del átomo somos parteras de lo nuevo. Y esta misión infernal nos sienta muy bien. Somos ayudantes del parto. Pero el siglo brama a pleno pulmón cruce entre cinocéfalo y motor de avión. Plantea también otra forma de estar en la tradición, en este caso jugando con la paráfrasis de un poema de Pasternak. En 1921 Pasternak había escrito un verso que decía “Somos pocos. Somos, quizá, tres”, refiriéndose a su generación. En 1962 Voznesenski retoma aquel verso y le da la vuelta: “Somos muchos, quizás seamos cuatro”. En 1960, tras un viaje a Nueva York, escribe Cuarenta divagaciones líricas en torno a “La lámpara triangular”, y el poema es censurado tanto por su aspecto ideológico como formal: El destino vuela, un cohete en la órbita de la parábola,
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Voznesenski con Allen Ginsberg
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y tira de las orejas; no llegó al Louvre a través del umbral de la puerta principal, no, sino como parábola airado, se introdujo por el techo. Con distintos tipos de audacia cada hombre anhela su verdad. El gusano a través de la grieta, el hombre por la órbita de la parábola. La lucha contra los burócratas, que no respetan ni al arte ni a los artistas, es uno de los motivos centrales de la poesía de Voznesenski. Evtuchenko en una lectura poética. El 7 de marzo, después de la áspera Evtuchenko incurre en un error por desconocimiento. y peligrosa polémica con Jruschov, salió sólo del Kremlin, Ahora sabemos que la KGB llevaba tiempo esperando el donde se celebraba el encuentro. Vladimir Solouchin, mínimo desliz para descabalgar a Jruschov. Sabemos poeta y escritor algo mayor que él, salió detrás de él y le también que la crisis de los misiles de Cuba fue intensainvitó a ir a su casa, donde se emborracharon. Lo curioso mente utilizada en su contra. Sabemos a ciencia cierta para un observador occidental es que no le guardaba renque Jruschov no controlaba casi nada los servicios de la cor a Jruschov por lo que había hecho (y lo que estuvo en policía secreta. Y sabemos que la KGB hacía tiempo que un tris de hacer: expulsarle del país). Todos recordaban el rondaba a Evtuchenko, incordiándolo. Para éste todo esdía en que en la ONU Jruschov se quitó el calzado y se lió taba claro: Jruschov tenía dos caras, y decidió atacarle... a dar zapatazos sobre la mesa. Simplemente, Jruschov para regocijo de la KGB. estaba al borde de un colapso nervioso –era dudoso que hubiera dormido mucho desde la crisis de los misiles– y Hace cincuenta años había estallado por el lado menos bueno. Para VozneEl deshielo cumple cincuenta años, aunque la Unión senski, sin embargo, Jruschov era el hombre que había Soviética hace tiempo que desapareció. Entre 1966 y puesto fin al período estaliniano, y esto valía más que 1991, la poesía de los estadios dejó de tener protagoniscualquier infortunio personal, por grave que fuera. Esta mo. De hecho, toda la poeera también la actitud de sía dejó de estar en el canMarlen Juciev, el cineasta delero, y también la novela. de La puerta de Ilich. Juciev Había sonado la hora de los poetas, En esto, Rusia se asemeja a procedía de una familia que concretamente de la generación poética los demás Estados capitalishabía sufrido las purgas de del deshielo. tas: pensar es peligroso y 1937, y durante los años nocivo, es mejor ver la tele1961-1965, mientras estuvo visión. Sin embargo, Evturetenida la película en la chenko y Voznesenski lograron sobrevivir a esta nueva censura, evitó hablar de Jruschov con el mismo arguhelada. mento: ese hombre es de los nuestros. La popularidad de Evtuchenko se había extendido Curiosamente, la excepción fue Evtuchenko. Tiene un enormemente por América Latina. En 1968, en el estadio texto recordando el encuentro con intelectuales en el que de la Arena en México, leyó sus poemas ante más de veinse despacha a gusto contra Jruschov, quién paradójicate mil personas. También en agosto de 1968, Evtuchenko mente era su principal valedor. Lo que sucede es que
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EL VIEJO TOPO SOBRE LAS
LA GUERRA
NUEVAS ALIANZAS ENTRE LA POLÍTICA Y LOS EJÉRCITOS
Pietro Ingrao ¿Cómo, con qué novedades y de qué forma incontestable la guerra ha regresado al planeta? La “guerra celeste”, la aseada forma de combatir que evita la visión de los cuerpos destrozados del enemigo y la sustituye por el festival luminoso de los misiles, ha dejado paso a otro tipo de guerra: la “guerra preventiva”, la guerra que no espera la iniciativa del adversario, que actúa antes de su presunto o imaginario ataque. Una mutación que legitimando esa guerra pone en cuestión a instituciones como la Organización de las Naciones Unidas y establece una alianza perversa entre la política y los ejércitos, ante la cual es urgente el renacimiento de un nuevo pacifismo.
EL VIEJO TOPO RESISTENCIAS ENSAYO
DE
TOPOLOGÍA GENERAL Daniel Bensaïd
El Topo es la metáfora de lo que avanza obstinadamente, de resistencias subterráneas, irrupciones súbitas e incluso inesperadas. Hoy es necesario descifrar la relación entre la historia y el acontecimiento, buscar los posibles orígenes de una acción política rebelde a las sinrazones de una economía que construye implacablemente un destino del que es imprescindible evadirse. Louis Althusser, Alain Badiou, Jacques Derrida, Antonio Negri o Françoise Proust son las figuras elegidas por Daniel Bensaïd para este recorrido vía subsuelo ilustrado por Pierre Wiaz.
literatura rusa 11pp
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Evtuchenko
literatura
criticó la entrada de los tanlos Estados Unidos, donde ques soviéticos en CheAhora, Rusia se asemeja a los demás Estados cuenta con bastantes libros coslovaquia, poniendo fin a traducidos. Su obra consta capitalistas: pensar es peligroso y nocivo, la Primavera de Praga. A de poesía, escritos autobioes mejor ver la televisión. causa de estas críticas, en gráficos, poesía visual (in1969 fue expulsado del cocluyendo poemas objeto), mité de redacción de Junost, dos obras de ficción, tres con varios de sus compañeros. Su obra consta de versos, piezas teatrales y dos óperas. novelas, colecciones de artículos y un par de películas. Ahora han pasado muchos años, y los poetas han camDentro de la obra poética suele destacarse Universidad biado a tenor del tiempo. O quizá no han cambiado tande Kazan (1970) y Mamá y la bomba atómica (1984). En to. Así, Voznesenski tiene un “Poema de las cooperativas” España se tradujeque se lamenta de la transformación que ha sufrido Ruron –pero no se ensia, que es “la videoficación de todo el país”: cuentran: las guillotinas no perdoReina en nosotros un canalla físicamente muerto. nan– un par de noSomos una especie de hombres metafísicos. velas, Siberia tierra Vídeo-resignado, el vídeo-pueblo de bayas (1982) y vídeo-corre a la vídeo-policía. Ardabiola (1984) y Vídeo-previsiones, vídeo-envergaduras. el escrito autobioY vídeo-llantos en los enterramientos. gráfico No mueras antes de morir Por su parte, Evtuchenko en 1990 terminaba su poema (1993). “La pérdida” con este duro presagio: Voznesenski ha sido un viajero no Volveremos a nacer, menos empederniy entonces será aún más duro. do que su compañero, sólo que más A pesar del tiempo transcurrido, hay cierto hálito crítial norte; especo que permanece, y nos recuerda que hubo un tiempo cialmente París y que con sus versos ayudaron a cambiar su país
Bibliografía Tiene bastante interés el libro de Helen von Ssachno: Literatura soviética posterior a Stalin, Guadarrama, Madrid, 1968, pero cuesta de encontrar. El libro básico es el trabajo colectivo Storia della letteratura russa. Il novecento. III. Dal realismo socialista ai nostri giorni, Einaudi, Turín, 1991. También está en francés, publicado por Fayard. En especial se han consultado cuatro apartados: Michel Heller: La letteratura del “disgelo”, págs. 321-336; Vittorio Strada: Il 1956, págs. 459-466; Efim Eskind: La rinascita della poesia. Il gruppo del “disgelo”, págs. 469-490; y Vladimir Fumkin: I poeticantautori, págs. 491-499. Para las cuestiones más generales, se ha consultado el valiosísimo trabajo de Moshé Lewin: El siglo soviético, Crítica, Barcelona, 2006. En el caso de Evgueni Evtuchenko se citan Entre la ciudad sí y la ciudad no, Alianza, Madrid, 3ª, 1971; Tres minutos de
verdad. Versos y poemas 1952-1958. Obra completa, tomo I y ¡Escuchadme, ciudadanos. Versos y poemas 1959-1964. Obra completa, tomo II, ambos en Ediciones 29, Barcelona, 1977; (en catalán) Quasi al final, Edicions 62, Barcelona, 1995; y Adiós, Bandera Roja. Selección de poesía y prosa (1953-1996), Fondo de Cultura Económica, México, 1997. Excepto estos dos últimos, que se encuentra normalmente en librerías, los demás exigen un paseo por bibliotecas o por librerías de lance (y, en este caso, estar dispuesto a pagar lo que piden). Voznesenski no tiene nada editado en España, y es mejor consultar por la red donde sí hay alguna cosa (y en castellano). Se han utilizado Poèmes (Skrymtymnym), Gallimard, París, 1973 (donde se demuestra que en Francia se ha abolido también la pena de muerte para los libros); Boîte noire, Grasset, París, 1990 (que mezcla poesía y prosa) y Au vent virtual. Mémories, Caractères, París, 2005 (cuyo relato de lo que pasó con Jruschov estaba ya en el anterior).
El Viejo Topo / 97