En Jesús se nos regala la misericordia

ADVIENTO 2015 En Jesús se nos regala la misericordia Instrumento pastoral ÍNDICE PROPUESTA......................................................

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ADVIENTO

2015

En Jesús se nos regala la misericordia

Instrumento pastoral

ÍNDICE

PROPUESTA............................................................................................................................... 2 Domingo 1º:.................................................................................................................................. 5 Domingo 2º: ............................................................................................................................... 10 INMACULADA ......................................................................................................................... 14 Domingo 3º: ............................................................................................................................... 18 Domingo 4º: ............................................................................................................................... 22 Celebración Penitencial ............................................................................................................ 26 BENDICIÓN DE LA CENA (Día de Navidad) DE NOCHEBUENA .............................. 32 ¡FELIZ NAVIDAD! ................................................................................................................. 34 Doce deseos para el 2015 ...................................................................................................... 37

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En el mundo actual tenemos una gran necesidad de esperanza y de renovación. Las realidades de la guerra, de la violencia, de la pobreza, del hambre y de la injusticia nos atormentan a todo ser humano, pero no tenemos que percibirlos como “problemas para resolver” sino una puerta para entrar en solidaridad con la familia humana. El Adviento está llamado a despertar y encender en los cristianos, y también en personas de buena voluntad, la luz que nos invita a descender a lo más profundo de nosotros mismos y renovar nuestros corazones. Dios está presente en nuestro mundo cualquiera que sea el momento o la estación. Y en Jesús se nos ha manifestado como regalo de la misericordia de Dios Padre. La misericordia no es que sea importante para nosotros sólo ni sobre todo por sus implicaciones éticas y sociales, sino que lo es primigeniamente porque conecta directamente con el ser mismo de Dios; de ahí se deriva después la comprensión de nuestra propia naturaleza y vocación, que es donde encuentra sentido pleno el mandamiento del amor. La revelación bíblica, que es nuestra referencia primera, es insistente y contundente en esto: el AT presenta a Dios una y otra vez como “clemente y compasivo, paciente y misericordioso”, y el NT nos habla de él como “Padre de misericordia y Dios de todo consuelo”. Es en Jesús donde nos llega y donde comprendemos de manera absolutamente privilegiada el misterio de la misericordia de Dios: en su mensaje (sentencias, parábolas y exhortaciones), en su actuación (perdona, cura, come con pecadores, entrega su vida por amor y muere perdonando), y en la posterior reflexión creyente sobre el conjunto de su vida y misterio. Jesucristo es para nosotros revelación del ser de Dios como misericordia entrañable y es, a la vez, invitación a una existencia vicaria como la suya.

PROPUESTA El Adviento de este año va girar en torno a una imagen muy típica de estas fechas y a la vez muy sugerente; se trata de un regalo. Dios se nos da gratis, como si de un regalo se tratara, aquello que parece inalcanzable, absoluto, ha decidido venir para estar con nosotros y dársenos en persona. Sin duda el mejor regalo que podemos recibir en Navidad es la MISERICORDIA, pero tampoco hay duda que será muy difícil descubrirlo en medio de tanta competencia. La Navidad se ha convertido en un mercado del consumo y el regalo superfluo y cumplidor, el mes de diciembre es una carrera frenética para ver qué regalos escogemos para cercanos y lejanos porque... y sobre todo...hay que quedar bien. Ahora tenemos la oportunidad de pararnos en esta carrera y ver qué es lo que realmente merece la pena. DIOS NOS OFRECE GRATIS, totalmente gratis SU AMOR EN JESÚS... y este es el mejor regalo que podemos recibir. Nuestra tarea —nada fácil— será descubrirlo en medio de esta vorágine de luces de colores y guirnaldas. A lo largo del Adviento iremos reflexionando en comunidad cuáles son nuestros deseos y expectativas, “qué regalos pedimos a los Reyes Magos” y cómo podemos encontrar el verdadero regalo que llena de sentido nuestras vidas.

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El lema, “EN JESÚS, SE NOS REGALA LA MISERICORDIA”, estará situado en lugar visible durante todo el tiempo de Adviento, donde se podrán ir uniendo los diferentes ‘lemas’ de cada domingo… Como años pasados ya venimos insistiendo, la propuesta, ante todo, quiere ser un instrumento que suscite, sugiera, despierte… para no quedarnos en meros ritos y, así, poder recuperar y actualizar la triple dimensión, tan unida en las primeras comunidades cristianas: ASAMBLEA – EUCARISTÍA – DOMINGO. La Asamblea (Pueblo convocado por Dios en medio de las naciones), Eucaristía (para dar gracias en Cristo por el Espíritu) y Domingo (a la espera del regreso del Señor, al final de los tiempos). Esta es la clave que nos orienta en la búsqueda para renovar y avivar nuestras Eucaristías Dominicales en un ritmo creciente, de forma que los tiempos fuertes (Adviento, Cuaresma, Pascua) sean la oportunidad de dar un paso más e ir incorporándolo en las celebraciones del Tiempo Ordinario. Un segundo aspecto que se quiere poner de relieve es lograr una celebración más viva, participada, poniendo el acento en la experiencia de un Encuentro más personalizado. Destacando, para ello, los momentos de SILENCIO y, a la vez, ir potenciando ESPACIOS DE ORACIÓN y de DIÁLOGO COMPARTIDO, a la luz de la PALABRA DE DIOS. Todo ello, de manera sencilla, para poder ir haciendo, poco a poco, más amplia y más honda la experiencia COMUNITARIA. En consonancia con el lema de este año, proponemos servirnos de la imagen de regalo. Así pues, cada domingo antes de encender el cirio, presentaremos en forma y color diferente cada domingo un PAQUETE-REGALO. El último domingo al finalizar la celebración se abrirá el Paquete- regalo con la imagen del niño Jesús, en él se nos regala la misericordia de Dios, que queremos celebrar en este año jubilar de la misericordia. A) Cuidar, de forma especial, la acogida y la despedida de las celebraciones: con gestos que ayuden a crear o potenciar la acogida, el sentido de pertenencia y de asamblea que se reúne. Por ejemplo: el servicio de un equipo de personas que acojan a quienes van llegando para participar en la celebración; hacer una Hoja cada domingo con los cantos, texto del evangelio y breve comentario,… para facilitar la participación, entregándola y dialogando sobre ella...y creando, así, un clima nuevo para la celebración. Al final de la celebración, salir el celebrante, el equipo de ‘acogida’ y de liturgia junto con los participantes a la celebración, para ‘despedirse’, haciendo así la conexión con la vida… B) Facilitar la acogida de la Buena Nueva: Para ello, sugerimos que después de la proclamación del Evangelio, se invite a la asamblea, a hacer un momento de silencio y oración personal (2’ o 3’) con el texto del evangelio y una breve guía que ayude a acoger personalmente la Palabra proclamada. Después de este momento personal, invitar a los participantes a compartir con las personas más cercanas (3’ o 4’) lo que le sugiere la lectura reflexionada-orada del evangelio de ese domingo… En las parroquias que ya tienen experiencia, y en las celebraciones que se crea oportuno y posible, se puede invitar a tres o cuatros personas, voluntarias, a manifestar en público lo compartido en el pequeño grupo, concluyendo el celebrante la homilía (4’ o 5’). C) La corona de Adviento: Numerosas comunidades han adoptado la costumbre de colocar un centro trenzado de ramas verdes en medio del cual se van colocando semana a semana, según se avanza hacia la Navidad, cuatro velas encendidas. La importancia no está en la ‘corona’ sino en la Luz, símbolo de Cristo para los cristianos. 3

Concentrar el simbolismo en las luces de la corona nos pide darle realce en el espacio y en el tiempo, sin que implique disminuir los dos centros de la celebración: el ambón y el altar. Por ello, después del saludo inicial, se enciende la vela del día y se acompaña con la plegaria correspondiente.

AVIVAR LA ESPERANZA CON PELÍCULAS Creemos que el séptimo arte puede ayudarnos a avivar la esperanza para crecer en humanidad, confiamos así ayudar a abrirnos a lo profundamente humano y acoger a quien se hizo “uno de tantos”. Presentamos aquí cuatro películas que podemos encontrar y ver una cada semana, en el momento oportuno. He aquí las que proponemos: 1) La niebla 2) Despedidas 3) El hijo del otro 4) La historia de Marie Heurtin Las personas interesadas pueden pedir el material a: [email protected]

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Domingo 1º:

¡¡ !! ¡Hay signos! ¿No los ves? DESPIERTA

Canto de entrada Saludo del celebrante Ha llegado la hora; hay que despertar: Nuestra salvación está cerca. Que el Señor esté con todos ustedes.

Introducción: ¡Despierta! Comienza un nuevo tiempo, una nueva etapa en tu vida. Hoy se nos anuncia algo muy importante que está por venir... mejor dicho por descubrir. De momento sólo sabemos los signos de este acontecimiento: ¡Cuidado! Que no tiene nada que ver con los signos que más aparecen estos días en nuestras calles, no se trata de luces de colores y guirnaldas, es algo bastante más sencillo y callado, pero no por ello menos valioso e importante.

Gesto:

Proponemos presentar la venida de Jesús como regalo a la humanidad de la misericordia de Dios Padre. Para esto en el primer domingo presentamos, antes de encender el cirio una bola grande con papel estraza con el que se envuelven los regalos (Tener en cuenta el tamaño para mantenerlo, más o menos el mismo tamaño en los sucesivos domingos, aunque en formas diversas).

Se enciende el cirio Lector/a: Encendemos, Señor, esta luz, como aquél que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que viene. En esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte Y ESTAR despiertos para poder reconocer los signos de vida, de solidaridad, de compasión, de justicia, con los que hoy te manifiestas, en nuestras vidas sencillas y cotidianas. Muchas llamadas nos reclaman. Muchas ofertas nos distraen. Queremos estar despiertos y vigilantes, 5

porque Tú ya estás entre nosotros, que sepamos reconocer y acogerte hoy. ¡Señor Jesús, tú ya estás entre nosotros! (Repite la asamblea)

Pedimos perdón Estamos habitualmente ocupados en nuestros propios asuntos y afanes egoístas, y hemos olvidado los asuntos del Señor y las necesidades de nuestros hermanos. Pidámosle al Señor que nos perdone. (Pausa) Señor, haz que nos percatemos de que tú estás cerca de nosotros en la gente que padece hambre y necesidad. Líbranos con tu amor de nuestra inconsciencia o indiferencia.. Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros. Cristo Jesús, haz que te descubramos en los que buscan la paz, para ellos mismos y para su país. Otórgales tu paz duradera. Pausa R/ Cristo, ten piedad de nosotros. Señor Jesús, revélate a nosotros en los hermanos que andan malamente a tientas en su vida, en la noche de su sufrimiento. Que tu luz brille sobre ellos y sobre nosotros. Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros. Quédate cercano a nosotros con tu perdón, Señor; mantennos atentos a tu constante venida y llévanos a la Vida plena. Amén.

Oración Colecta Pidamos en este tiempo de espera y esperanza que el Señor nos conserve siempre vigilantes. (Pausa) Señor Dios nuestro: Somos tu pueblo en marcha que trata de llevar a cabo la tarea de dar forma a tu reino de amor y de paz. Cuando nos sintamos con miedo y desalentados, mantennos en marcha con esperanza. Haznos vigilantes en la oración para que sepamos percibir los signos de la venida de tu Hijo. Que Cristo camina ya con nosotros por el camino que él mismo nos ha mostrado, Así te lo pedimos por el Espíritu de Jesús, que ya está en nosotros por los siglos de los siglos… 6

Entronización del Leccionario Lector/a:

Vamos a entronizar de forma solemne el libro de la Palabra de Dios, que a lo largo de este año nos irá acompañando en nuestra andadura cristiana. Este año será el Evangelio de San Mateo que nos irá iluminando, domingo tras domingo, para que podamos vivir según la voluntad de Dios. (Momento silencio)

Lucas 21, 25-28 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán. Entonces, verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

Guía para oración personal (3’) Quizá te llame la atención aquello de “Habrá signos en el sol y la luna y en la tierra angustia de las gentes…” Sin duda que no te extrañará que hoy también hay situaciones, hechos, que nos desbordan y nos chocan en la vida económica, social, laboral, relacional… ¿Cuáles sientes y despiertan tu com-pasión? En ese contexto, “Entonces verán al Hijo del Hombre”, es decir, el Señor… ¿Qué

siento en los más honde de mí? ¿Realmente deseo que venga? ¿Le reconozco ya, aunque en la oscuridad de la noche, presente en mi vida? “Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida…” La condición para

descubrir las señales: “Estad siempre despiertos”… ¿Hay algo que me

“adormezca” en mis deseos o modos de vida? ¿Qué me impide estar despierto para confiar plenamente en el Señor, que ya está en medio de nosotros? (Breve comentario con las dos personas vecinas (4’)

Oración sobre las Ofrendas Señor Dios nuestro: Como prenda de tus promesas nos das a tu Hijo Jesucristo en estos elementos y signos de pan y vino. No te pedimos una vida sin problemas ni riesgos, sino la visión de tu Hijo de un mundo en el que tú estás presente, y también te pedimos el valor y la fuerza

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de reconocer los signos en los que se manifiesta hoy el Espíritu de Jesús que vive entre nosotros Por los siglos de los siglos.

Plegaria (Puede recitarla todos o un lector después de la Comunión y de un tiempo de silencio) ENCONTRARTE

Señor, son muchos los que me dicen: Sé prudente; ten cuidado. Ten cuidado con la gente; ten cuidado de no dormirte; ten cuidado de no pasarte; ten cuidado en la calle; ten cuidado por la noche; ten cuidado en el trabajo; ten cuidado, pues es zona conflictiva. Ten cuidado, que te necesitamos. Pero muy pocos, y pocas veces, me dicen que vigile, porque puedo encontrarme contigo y no reconocerte... Yo sé que te gusta dar sorpresas saliendo a nuestro encuentro en lo cotidiano de cada día, en las miradas de rostros cercanos, en los ecos de voces lejanas, en la mesa caliente, en el trabajo y en el descanso, en los recodos de la vida, en la soledad sonora, en plazas, calles y mercados, en sendas peligrosas y arriesgadas, en las noches oscuras, o cuando descansamos bajo una higuera., Y no estoy preparado para reconocerte porque tengo otras historias. Señor, enséñame a reconocerte.

Bendición Hermanas y hermanos: “Mantengan sus cabezas altas en esperanza”. Éste ha sido el mensaje de hoy. Mantengámonos firmes en esperanza 8

cuando haya guerras y violencia, cuando haya injusticia y corrupción, cuando haya odio y rencor. Sigamos esperando, porque hay un futuro diferente y mejor. Cristo está con nosotros, y con él somos capaces de eliminar y acabar con la violencia y las guerras; con él podemos derrotar el odio con la amistad. Sí, mantengamos la cabeza bien alta, con Señor hay esperanza y futuro. Marchemos con él. Y que la bendición de Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre. Amén

Gesto: Celebrante y las personas que ayudan salen a la puerta del templo a saludar a la gente.

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Domingo 2º:

¡¡ PREPARATE!! ¡Cuidado! ¡Todo no se compra! Canto de entrada Saludo del celebrante Que nuestro amor mutuo, de los unos a los otros, nos prepare para el encuentro con el Señor está en nosotros. Que su gracia y amor estén siempre con ustedes.

Introducción: En este tiempo de Adviento solemos decir frases como: “Dios va a venir” o “El niño Jesús va a nacer”…”. Sin embargo, lo que palpamos y vivimos a diario es el silencio de Dios. Además Dios está viniendo siempre…, de ahí que nos preguntemos: ¿Cómo me preparo para este acontecimiento? Quizás estés muy ocupado en agradar y satisfacer necesidades inmediatas y te dejes llevar por la carrera de las compras de navidad. ¡Cuidado! ¡Todo no se compra! Y el mejor regalo no está en las estanterías del supermercado. Nos acercamos a la Navidad y lo que ha de acontecer ya está aconteciendo. ¡Prepárate! ¡Hago un hueco en mi corazón! Pues hay cosas que solamente se ven desde el Corazón…

Gesto: Se presenta una caja regalo del mismo tamaño que el domingo anterior, pero esta vez que sea cuadrado, sin ningún adorno.

Se enciende el cirio: Lector/a: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros como un símbolo encendemos estas dos velas. 10

El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto. La humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, al reconocer y acoger tu amor misericordioso, para que florezcas en nosotros con una nueva manera de ver, de ser y de actuar. ¡Señor, ya estás entre nosotros! (Repite la asamblea)

Pedimos perdón ¿Somos realmente gente de esperanza, con una fe capaz de cambiar este mundo? (Pausa) Señor Jesús, tú te hiciste uno de nosotros para hacernos capaces de amor y de esperanza: Pausa R/ Señor, ten misericordia de nosotros. Cristo Jesús, tú te fías de nosotros y nos das la energía y la fuerza para transformar este nuestro mundo en un mundo más solidario. Pausa R/ Cristo, ten piedad de nosotros. Señor Jesús, tú vendrás un día con gloria para coronar tu propia obra en nosotros. Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros. En tu bondad misericordiosa, haznos mirar al presente y al futuro con una infatigable esperanza. Amén

Plegaria-colecta: Señor, rico en misericordia, ayúdanos a abrirnos a tu mirada, confiada, abierta, generosa… para que con un corazón sencillo y sincero, podamos reconocerte presente en nuestras vidas. Ayúdanos a cambiar las actitudes que no nos dejan descubrirte en nuestras vidas, y aquellas con las que se lo impedimos a otras personas. Que seamos capaces como Juan el Bautista de ser mensajeros de buenas noticias para todas las personas. Te lo pedimos por el Espíritu de Jesús que ya está con nosotros por los siglos de los siglos…

Lucas, 3, 1-6

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En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.

Guía para oración personal (3’)

Observa como en medio de personajes políticos y religiosos (Poncio Pilato, Herodes, Anás, Caifás…) que quizá fueron peores que los que hoy nos gobiernan, a pesar de todo “vino la Palabra de Dios sobre Juan…” ¿Tiendo a justificarme en otros:

personas, situaciones, contingencias…, cuando me siento impotente y desanimado o desanimada?

A pesar de todo, “Juan recorrió toda la comarca del Jordán,…”invitando a preparar el camino del Señor…” con una bella imagen (camino que allanar) que nos invita a hacer posible la igualdad y la solidaridad. ¿En qué hechos, situaciones, relaciones me siento

invitado a crecer y renovar?

(Breve comentario con las dos personas vecinas (4’)

Plegaria (Puede recitarla todos o un lector después de la Comunión y de un tiempo de silencio) DIOS DEL SILENCIO

No anuncias la hora de tu llegada, ni pregonas tu presencia con trompetas, campanas o cañones. Ya no nos convocas, como antaño, con signos y prodigios, a ver tu gloria. No quieres espectáculos. Te pierdes por calles secundarias, plazas públicas y mercados de barrio donde no hay pedestales ni estatuas. Tú no eres un dios de aplausos, gritos y vítores. Eres el Dios de la brisa y el silencio. Tú llegas al corazón y susurras palabras de vida. Y, en las encrucijadas, miras y miras. Y te quedas si te aceptamos; y te vas si te rechazamos. Eres la salvación, pero sólo te ofreces a los que saben de silencios 12

y de encuentros en encrucijadas. Dios silencio. Dios encuentro.

Bendición Hermanas y hermanos: Podremos mostrar a otros el camino hacia él y preparar el camino para su plena venida, solamente si tomamos en serio el evangelio, y nos dejamos renovar por su bondad, su compasión, su amor. Que la misericordia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre. Vayamos juntos por los caminos del Señor. R/ Demos gracias a Dios.

Gesto: Celebrantes salen a saludarse y despedirse a la puerta del templo.

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INMACULADA

¡¡MARÍA!! ¡Gracias por tu regalo! Canto de entrada Saludo del celebrante Dios nos llama en Cristo a todas y a todos a ser buenos y justos; y, como María, a vivir en la presencia de Dios. Que ojalá sepamos responder al llamado de Dios y que nuestro Señor esté siempre con ustedes. R/ Y con tu Espíritu.

Gesto: Se presenta una imagen de la Inmaculada.

Lector/a: La fiesta de la Inmaculada debe enmarcarse en el conjunto del tiempo del adviento. María es el modelo, la discípula que nos enseña cómo esperar al Señor. El “sí” de María, su respuesta resume y lleva a su plenitud la fe de Abrahán y de los piadosos del Antiguo Testamento. En forma sublime, es la propia de los pobres de Yahvé, que confían y ponen su esperanza más firme en Dios, estando prestos a vivir sus designios. En el “hágase en mí según tu palabra” observamos la más alta expresión de la religiosidad de Israel y de sus hijas e hijos. Acerquémonos a celebrar esta eucaristía con el corazón abierto y dispuesto a responder a la llamada del Señor.

Pedimos perdón No estamos nosotros libres de pecado, y compartimos la responsabilidad por los males en el mundo. Amparados en la bondad de Dios nos acogemos a su misericordia. (Pausa) Dios nos ama con tanto amor que nos lo ofrece sin condiciones: Pausa 14

R/ Señor, ten piedad de nosotros. Cuando estábamos muertos por la envidia, la injusticia, la ambición, nos ofrece una nueva manera de vivir en su Hijo Jesús, hijo de María. Pausa R/ Cristo, ten piedad de nosotros. La gracia de Dios, su amor, nos ha salvado y resucitado a una vida nueva con Cristo. Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros. Con tu misericordia de nosotros, Señor, Afrontemos el poder del mal en nosotros y seamos hijos de la luz. Amén

Plegaria-colecta María, llena de gracia, Inmaculada, tú que supiste decir sí a Dios sin reservas ni trabas, tú que abriste tu casa y tu corazón a Dios que llamaba a tu puerta, tú que hiciste del servicio a los demás la norma de tu vida, lánzanos al encuentro de los otros, lánzanos al encuentro del otro. Enséñanos a estar en actitud de continua escucha para captar las llamadas de las personas y los lenguajes secretos de Dios. Te lo pedimos por el mismo Espíritu de Jesús que está con nosotros por los siglos de los siglos…

Lucas 1, 26-38 En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

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Guía para oración personal (3’) Sorprende que María sea el centro del relato en una sociedad patriarcal y siendo que Jesús recibe a través de José la legitimidad davídica. Además es joven y no ocupa ningún cargo. La experiencia no se da tampoco en un lugar sagrado…, y tiene el favor de Dios. Así nos muestra el evangelista como entiende el modo de actuar de Dios. Escoge lo pequeño, lo insignificante…

¿Qué te dice y qué sientes ante esta experiencia de encuentro de Dios con María? ¿A qué te sientes invitada o invitado ante María, la creyente, la que confía en Dios con toda sencillez? ¿Te anima María a abrirte con más confianza a Dios que se manifiesta en Jesús? (Breve comentario con las dos personas vecinas (4’))

Plegaria (Puede recitarse después de la Comunión y de un tiempo de silencio de oración) EL DIFÍCIL TODO

Tan sólo mejor que la mejor parte que escogió María, el difícil todo. Acoger al Verbo, dándose al silencio. Vigilar Su Ausencia, gritando Su Nombre. Descubrir Su Rostro en todos los rostros. Hacer del silencio la mayor escucha. Traducir en actos las Sagradas Letras. Combatir amando. Morir por la vida, luchando en la paz. Derribar los tronos con las viejas armas quebradas de ira, forradas de flores. Plantar la bandera –la justicia libre en los gritos pobres–. Cantar sobre el mundo el Advenimiento que el mundo reclama, quizás sin saberlo. El difícil todo que supo escoger ...la otra María Pedro Casaldáliga

Bendición Hermanas y hermanos: A un mundo que hoy busca y espera sentido y esperanza, le podemos dar nosotros la paz y la justicia de Cristo, si estamos también dispuestos a decir nuestro “Sí”. Porque él nos ha llamado a continuar la misión que él mismo comenzó en Jesús, 16

con la eficaz colaboración de María. Que sepamos responder a este llamado con la bendición de Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Gesto: Celebrantes salen a saludarse y despedirse a la puerta del templo.

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Domingo 3º:

¡¡ ALEGRATE!! ¡La misericordia es un don gratuito! Canto de entrada Saludo del celebrante No hay que tener miedo ni que preocuparse, porque el Señor quiere que seamos felices, y él está cerca. Que su paz y alegría esté siempre con ustedes.

Introducción: ¡Claro que sí..! ¡¡Alégrate!! Por algo nos espera, el mejor regalo está a la vuelta de la semana y para conseguirlo no hemos de hacer nada en especial. No se trata de hacer méritos, ganar puntos, ser buenos... ¡que no! Lo mejor de este regalo es que viene sin necesidad de pagarse en destino. Dios toma la iniciativa de venir en medio de nosotros para que nuestras vidas cobren mayor sentido y descubramos lo que realmente merece la pena. Fruto de este descubrimiento es la alegría que brota de nuestro corazón. Quizás tenemos que poner bajo sospecha el origen y fundamento de nuestras alegrías y si realmente son fuente de felicidad o frágiles instantes de alegría.

Gesto: Se presenta una caja regalo envuelta con papel regalo de color rosado y un lazo blanco.

Se enciende el cirio Lector/a: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: el Señor está llegando. Preparad sus caminos, porque ya se acerca. Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la Luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros nos sentimos llamados 18

a ser con nuestra manera de vivir antorchas que iluminen y den calor de vida. ¡Señor, ya estás entre nosotros, enciende nuestro corazones! (Repite la asamblea)

Pedimos perdón La alegría del Señor se vuelve tangible para nosotros también cuando Dios nos reconcilia consigo mismo con el perdón que él siempre nos ofrece. (Pausa) Señor Jesús, tú eres un Dios cercano a nosotros, y por eso nos atrevemos a decir: Guárdanos en tu amor. Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros Cristo Jesús, sintiéndote cercano, ya no hay mal que temer. Guárdanos en tu gozo y alegría. Pausa R/ Cristo, ten piedad de nosotros. Señor Jesús, tú nos pides que seamos felices y que no vivamos ya más preocupados, porque tú estás cerca de nosotros. Guárdanos en tu paz. Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros. Oh Dios que vives en medio de nosotros, sana nuestros miedos y otórganos la alegría de tu perdón.

Plegaria-colecta: Señor, gracias, por hacerte cercano a nuestra vida. Gracias, por todas esas personas especiales que nos ayudan a descubrirte y que hacen posible que te acojamos. Ayúdanos a tener un corazón agradecido y alegre por todo lo recibido, Y que seamos signos vivos de tu presencia en medio de nuestro mundo de hoy. Así te lo pedimos por el Espíritu de Jesús que ya está con nosotros por los siglos de los siglos…

Lucas, 3, 10-18

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En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué hacemos?» Él contestó: «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.» Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué hacemos nosotros?» Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido.» Unos militares le preguntaron: «¿Qué hacemos nosotros?» Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.» El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.» Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.

Guía para oración personal (3’) Juan el Bautista nos invita a cosas bien concretas para acoger al Señor que está viniendo, también hoy: abrirnos a otras personas, compartir con ellas, ir más allá de lo mío… ¿Me siento llamado o llamada a manifestar con hechos y en mi

relaciones la ternura y la misericordia del Dios de Jesús?

“Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo…” Juan anuncia la buena

noticia al pueblo. El anuncio de Jesús será distinto pues no amenazará con el fuego… Hemos oído muchas veces el evangelio ¿tienes hoy curiosidad por

conocer más y mejor la buena nueva de Jesús, o simplemente dejas correr el tiempo porque no esperas nada ni a nadie…? (Breve comentario con las dos personas vecinas (4’))

Plegaria (Puede recitarla todos o un lector después de la Comunión y de un tiempo de silencio) No hay que temer al fracaso, a la lucha, al dolor, a los pies de barro o a la debilidad. No hay que temer a la propia historia, con sus aciertos y tropiezos; ni a las dudas; ni al desamor; que la vida es así, compleja, turbulenta, hermosa, incierta. Pero luchemos contra la tristeza perenne, esa que se instala en el alma y ahoga el canto. Alimentemos la semilla de alegría que Dios nos plantó muy dentro. 20

Que surja, poderosa, la voz esperanzada, esa que clama en desiertos y montes, en calles y aulas, en hospitales, en prisiones, en hogares y en veredas. Cantemos, hasta la extenuación, la vida del Dios hecho niño, del Niño hecho Hombre, del Hombre crucificado que ha de vencer a la cruz, una vez más. Nadie va a detener la Misericordia que se despliega, invencible, en este mundo que aguarda. Aunque aún se manifiesta en signos.

Bendición Hermanas y hermanos: Nosotros tenemos nuestro cupo de problemas y preocupaciones, como cualquier otra persona humana. Sin embargo, gracias a nuestra confianza en Dios y a que el Señor está siempre cercano a nosotros, conservamos nuestra serenidad y nuestra alegría. Que nuestro gozo cristiano sea contagioso. Y así, que la bendición de Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

Gesto: Celebrantes salen a saludarse y despedirse a la puerta del templo.

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Domingo 4º:

¡¡CONFÍA!! ¡Es Dios mismos que se regala! Canto de entrada Saludo del celebrante Benditos los que creen, con María, que el Señor cumplirá sus promesas. El Señor esté con ustedes.

Introducción: ¡¡Confía!! Quizás sea este el único requisito que Dios nos pide para hacerse presente en medio de nosotros. La confianza de que Dios siempre cumple su palabra y que las apariencias engañan. El regalo de Dios es un regalo muy discreto y escondido. Para descubrirlo hemos de luchar contra nuestras expectativas y afanes; tendemos a proyectar en Dios aquello que nos resulta inalcanzable y que parece que sólo Dios nos lo puede conseguir, pero Él no viene a regalarnos cosas, no entra en el juego de nuestro mundo, viene a darse a sí mismo, sin contrapartidas ni reservas, en Jesús me regala su misericordia.

Gesto: Se presenta una caja regalo con el papel color blanco y adornado con cintas… Dentro se pone una imagen del niño Jesús y al final de la misa se abre y se muestra a todos y se realiza un canto…

Se enciende el cirio Lector/a: Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Nosotros también queremos recibirte con un corazón abierto al regalo que nos trae Jesús, tu gran misericordia. Que nos regalemos, Señor, 22

a todas aquellas personas que no tienen cerca a nadie que les manifieste tu ternura “¡Señor, gracias, por tu misericordia!” (Repite la asamblea)

Pedimos perdón Con demasiada frecuencia hemos dicho “no” a Dios, y a los hermanos y hermanas que nos suplicaban y pedían nuestra ayuda. Pidámosles que nos perdonen. (Pausa) Señor Jesús, María dijo su “Sí” a Dios y de este modo tú pudiste nacer como uno de nosotros: Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros. Cristo Jesús, tú dijiste “Heme aquí” al Padre y a toda la humanidad y así pudiste traernos vida y amor. Pausa R/ Cristo, ten piedad de nosotros. Señor Jesús, tú invitas a todos y a cada uno a decir SÍ a Dios y a las hermanas y hermanos: Pausa R/ Señor, ten piedad de nosotros. Ten piedad de nosotros, Señor que dejemos perdonar y perdonemos. Haz que confiemos totalmente en tu misericordia.

Plegaria-colecta: Señor ayúdanos a ser generosos con los demás. Ayúdanos a descubrir que todos somos importantes, porque a todos nos has creado y nos has regalado unos dones que ofrecer a los demás. No nos dejes ser egoístas y pensar solo en nosotros, ayúdanos a estar atentos y a salir al paso de lo que los demás necesiten, poniendo en juego lo que de especial e importante cada uno es y tiene. Te lo pedimos por el mismo Espíritu de Jesús que ya está con nosotros por los siglos de los siglos…

Lucas, 1, 39-45 En aquellos días, María se puso de camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la 23

criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Guía para oración personal (3’) Las señales que nos presenta el evangelio resalta la belleza de lo pequeño, la humidad de lo cotidiano: son dos mujeres, familiares, cercanas, atentas a su situación… manifestando a la vez la cercanía de Dios. “¡Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!”…

¿Qué despierta en ti la escena de ternura que nos presenta el evangelio? ¿Qué experiencias semejantes vives en tu vida cotidiana? ¿A qué se debe las dificultades que encontramos en vivirlas más frecuentemente? (Breve comentario con las dos personas vecinas (4’))

Plegaria (Puede recitarla todos o un lector después de la Comunión y de un tiempo de silencio) DIOS NOS HA TOMADO LA DELANTERA

Hay que tener confianza en Dios, hermana, hermano, pues Él ha confiado en nosotros. Hay que tener fe en Dios, pues Él ha creído en nosotros. Hay que dar crédito a Dios, que nos ha dado crédito a nosotros. ¡Y qué crédito! ¡Todo el crédito! Hay que poner nuestra esperanza en Dios puesto que Él la ha puesto en nosotros. Singular misterio, el más misterioso: ¡Dios nos ha tomado la delantera! Así es Él, hermana y hermano, así es Él. Se le desborda la ternura por los poros, nos alza hasta sus ojos, nos besa, nos hace mimos, cosquillas y guiños, y sueña esperanzas para nosotros más que las madres más buenas y apasionadas. Dios ha puesto su esperanza en nosotros. Él comenzó. Él esperó que el más pecador y fariseo de nosotros trabajara al menos un poco por sus hermanos, un poco, muy poco. Él esperó en nosotros, ¿y nosotros no vamos a esperar en Él? Dios nos confió a su Hijo, 24

nos confió su hacienda, su Buena Noticia, y aún su esperanza misma, ¿y no vamos a poner nosotros nuestra esperanza en Él? Hay que tener confianza en la vida a pesar de lo mal que nos dicen que está todo. Hay que tener esperanza en las personas, ¡en todas! Sólo en algunas hasta los fariseos y necios la tienen., Hay que confiar más en Dios y echarnos en sus brazos y descansar en su regazo. Hay que esperar EN Dios. Mejor: hay que esperar A Dios. Y si todo esto ya lo haces y gozas, una cosa te falta todavía: ¡Hay que esperar CON Dios!

Bendición Hermanas y hermanos: Nos acercamos a la Navidad y nos sentimos ya llenos de gozo y esperanza. Que la nuestra no sea una alegría superficial, sino profunda, que proceda de decir siempre SÍ a Dios y a su amor, y también de darnos a nosotros mismos con amor a todos los que nos rodean. Que la bendición de Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes y les acompañe siempre.

Gesto: Se presenta la imagen del niño Jesús y cantado se sale a la calle…

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LUZ DE LA MISERICORDIA BRILLA EN LA OSCURIDAD I. INTRODUCCIÓN

Celebración Penitencial

Pregón: ¡Allanad los caminos! Allanad, sí, todos los caminos de la tierra porque el Señor está cerca. Él vendrá y llenará de esperanza a todos los que la perdieron. Vendrá en la noche para ser Luz. Vendrá para acompañar a los cansados; los eternos desilusionados. Ya pueden cantar victoria aquellos que se creían abandonados; ya está el Salvador a la puerta ¡Allanad los caminos!, abrid caminos de esperanza, los que pasáis por este mundo sin encontrar sentido a la vida. ¡Allanad los senderos porque Él vendrá; vendrá como rocío mañanero, rasgará los corazones de piedra y ablandará la dureza de nuestra tierra seca. ¡Vendrá el Señor, no tardará!, esperadlo en el umbral de vuestra casa, porque sin hacer ruido vendrá y lo iluminará todo con su amor. Amén

Canto: Vamos a preparar el camino del Señor, vamos a construir, la ciudad de nuestro Dios. Vendrá el Señor con la aurora, El brillará en la mañana, pregonará la Verdad. Vendrá el Señor con su fuerza, el romperá las cadenas, Él nos dará la libertad. El estará a nuestro lado, El guiará nuestros pasos, Él nos dará la salvación. Nos limpiará del pecado, ya no seremos esclavos, Él nos dará la libertad.

Presidente: En el nombre del Padre…. Que Dios Padre que nos llama a caminar con su luz y nos pide que abramos nuestros corazones a su amor para vivir con alegría y esperanza, esté con todos vosotros. Lector/a: Para celebrar la Navidad hemos de preparar convenientemente la cuna en que ha de nacer el Señor. Porque Él no va a nacer en ningún belén y en ningún templo. Él sólo puede nacer en el corazón de los creyentes. Pero esto no es una rutina ni un teatro ni una fiesta pasajera. Si Cristo realmente naciera en nuestro corazón, todo sería distinto. Si Cristo naciera en

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nuestro corazón, tendríamos que cambiar radicalmente. Es lo que llamamos conversión. Esta celebración penitencial quiere ser una preparación esperanzada y diligente a la venida del Señor. ¿Cómo podemos recibir a Dios en nuestra casa si hay algo que ofenda su mirada? Dios quiere hacerse presente perdonando y liberando. Fiesta de reconciliación y libertad, triunfo de la misericordia y del amor. SALUDO DEL SACERDOTE Dios, el Padre del amor, que viene a nuestro encuentro esté siempre con vosotros. LUCERNARIO

Lector/a:  Allanad los caminos. Allanad, sí, todos los caminos de la tierra porque el Señor está cerca. Él vendrá y llenará de esperanza a todos los que la perdieron. Vendrá en la noche para ser luz. (Se enciende el primer cirio de la corona de Adviento)  Vendrá para acompañar a los cansados, a los eternos desilusionados; ya pueden cantar victoria aquellos que se creían abandonados; ya está el Salvador a la puerta. (Se enciende el segundo cirio)  Allanad los caminos, abrid caminos de esperanza, quienes pasáis por este mundo sin encontrar sentido a la vida. Allanad los senderos, porque él vendrá; vendrá como rocío mañanero, rasgará los corazones de piedra y ablandará la dureza de nuestra tierra seca. (Se enciende el tercer cirio)  Vendrá el Señor, no tardará. Esperadlo en el umbral de vuestra casa, porque sin hacer ruido vendrá y lo inundará todo con su amor. (Se enciende el cuarto cirio) Presidente:

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Oremos al Señor. Sólo Él puede renovar nuestro corazón y preparar nuestro espíritu a una sincera conversión (pausa) Dios, Padre nuestro, que nos has reunido en nombre de tu Hijo para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie. Abre nuestros ojos para que descubramos el mal que hemos hecho; mueve nuestro corazón, para que, con sinceridad, nos convirtamos a ti; que tu amor reúna de nuevo a quienes dividió y dispersó el pecado; que tu fuerza sane y robustezca a quienes debilitó su fragilidad; que el Espíritu vuelva de nuevo a la vida a quienes venció la muerte; para que, restaurado tu amor en nosotros, resplandezca en nuestra vida la imagen de tu Hijo, y así, con la claridad de esa imagen, resplandeciente en toda la Iglesia, puedan todos los hombres reconocer que fuiste tú, quien enviaste a Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro. Amén. II. LITURGIA DE LA PALABRA Evangelio según Lucas 7, 36-50 Salmo 84 R/ Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. III. LITURGIA DEL SACRAMENTO Lector: Vamos ahora a hacer un gesto. Está comprobado que lo que se experimenta físicamente, nos impacta más. Vamos a distanciarnos los unos de los otros, así intentaremos expresar lo que es vivir alejados los unos de los otros… Quizá entonces nos saldrá de lo más hondo del corazón: ¡Ven Señor Jesús, te necesitamos!

Examen de conciencia Respuesta: ¡Señor Jesús ten misericordia! Estamos separados porque…. * Te dejamos en un lugar secundario. Olvidamos hablar contigo, dedicarte un poco de tiempo en la oración. Estamos separados porque… * Nos cuesta verte en las personas que nos rodean, sobre todo en los más pobres. Tú te despojaste de tu condición divina, pero a nosotros nos cuesta despojarnos de nuestros orgullos, de nuestras críticas y de nuestros juicios que creemos cargados de razón. 28

Estamos separados porque…. * Nos cuesta aceptar las diferencias que nos pueden enriquecer. No toleramos a los que son y piensan distinto. Estamos separados porque…. * Tú eres el Justo y nosotros no denunciamos la injusticia; nosotros consumimos y derrochamos lo que es vida para otros y nos cuesta compartir solidariamente. Por nuestra indiferencia hacia los demás. Estamos separados porque…. * Confiamos poco en tu presencia activa entre nosotros; porque no valoramos gozosamente todo lo que nos regalas y no sabemos darte gracias por ello. Estamos separados porque…. * Nos resignamos fácilmente a todo aquello que hay de mal en el mundo; porque no buscamos en tu Palabra y en la Eucaristía la luz y fuerza que necesitamos para transformar el mundo. Presidente: * Vamos ahora juntos, a rezar el “Yo confieso” para pedirle al Señor que nos perdone, y a medida que vayamos rezándolo, dejamos nuestra postura individualista y nos vamos agrupando como familia, como comunidad que somos: “Yo confieso”… Hermanos, como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que venga a nosotros su Reino de verdad, de amor y de esperanza, para que cercanos, sintiéndonos de la familia de los hijos de Dios, podamos decir sinceramente: Padre nuestro… Confesiones individuales Se ha de recordar que deben de ser breves. Se pone una música apropiada y se invita a los demás, mientras esperan a confesarse, y a hacer oración personal.

Saludos de paz Presidente: El amor se ha hecho realmente presente en nuestra comunidad. Hemos recibido su perdón, y la fuerza de su Espíritu ha renovado nuestro corazón. La amistad que Dios nos ha dado gratuitamente debe impulsarnos a buscar la 29

reconciliación con todos. Así, pues, como signos externo de esta reconciliación fraterna y eclesial, os invito a que nos demos la paz. Acción de gracias: Presidente: Perdonados por Dios y hermanados entre nosotros, demos gracias al Señor que viene a reunirnos, a hacer de todos los hombres y mujeres de todas las razas y continentes una sola familia y que Él mismo se hace hombre para ser el Dios-con- nosotros. Lector: Dios, Padre lleno de misericordia, que admirablemente creaste al ser humano y más admirablemente aún lo redimiste; que no abandonas al pecador, sino que lo acompañas con amor de padre. Tú enviaste tu Hijo al mundo para devolvernos la vida y la alegría. Tú has derramado el Espíritu Santo en nuestros corazones para hacernos herederos e hijos tuyos. Te damos gracias por las maravillas de tu misericordia y te alabamos con toda la Iglesia cantando para ti un cántico nuevo con nuestros labios, nuestro corazón y nuestras obras. A ti la gloria por Cristo en el Espíritu Santo, ahora y por siempre. Amén.

Canto: Hoy Señor, te damos gracias por la vida, la tierra y el sol; hoy Señor, queremos cantar las grandezas de tu amor. Gracias, Padre, me hiciste a tu imagen y quieres que siga tu ejemplo brindando mi amor al hermano, construyendo un mundo de paz.

Bendición Final Presidente: El Señor anime nuestra esperanza manteniendo nuestra conversión. Todos: Amén. Para que caminemos en fraterna con los hermanos y hermanas, esperando gozosos al Señor que viene con la salvación de su Reino. 30

Todos: Amén. Que derrame su gracia sobre nosotros, para que podamos actuar con justicia y caridad. Todos: Amén. Y que nos bendiga Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todos: Amén. El Señor nos ha perdonado. Podéis ir en paz.

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BENDICIÓN DE LA CENA (Día de Navidad) DE NOCHEBUENA En el centro de la mesa se colocará una vela apagada. Toda la familia, de pie, se reúne alrededor de la mesa. Santiguándose dicen: El Padre, el hijo y el Espíritu Santo, sean glorificados en todo tiempo y lugar por la Inmaculada Virgen maría. Que Así sea. Amén La madre de familia dice: Hoy nos encontramos reunidos celebrando el nacimiento del Señor Jesús de la Virgen María. Dios, en muestra de su inmenso amor, envió a su hijo para que la comunión perdida por el pecado fuera restablecida. Él nos reúne esta noche y, unidos de la misma forma que la familia de Nazaret, nos muestra que nuestra espera no ha sido en vano. Uno de los hijos lee: "Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo y Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace"." (Lc. 2, 8-14) Y todos responden: Gloria a Ti, Señor Jesús, que hoy has nacido de la Virgen María. Mientras uno de los hijos enciende el cirio colocado en medio de la mesa, todos entonan el siguiente canto: CAMPANAS

Campana sobre campana y sobre campana una, asómate a la ventana verás al niño en la cuna. BELÉN, CAMPANAS DE BELÉN QUE LOS ÁNGELES TOCAN, ¿QUÉ NUEVAS ME TRAÉIS? (2 veces) Recogido tu rebaño, ¿adónde vas, pastorcito? voy a llevar al portal mi canción y mi cariño. Campana sobre campana y sobre campana dos, asómate a la ventana, porque está naciendo Dios. 32

Para finalizar; el padre de familia reza la siguiente oración de bendición: Oremos. Dios Padre, que nos enviaste a tu Hijo muy amado, derrama tu bendición sobre estos alimentos y también sobre los miembros de este hogar, para que así, como ahora acogemos, gozosos, a tu Hijo Reconciliador, lo recibamos también confiados cuando vengas al fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos responden: Amén. En el nombre del Padre, del hijo y del espíritu Santo. Amén.

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¡FELIZ NAVIDAD! En esta noche de Navidad, podemos abrazar sin miedo toda la realidad de nuestro mundo, ofreciendo, a la vez, el ruido ensordecedor de todos los actos de destrucción, de violencia o de odio que agitan el mundo, y el imperceptible rumor de los innumerables gestos de amor, de vida compartida, de don de sí, seguras de que nuestro mundo está salvado. Entonces, en el silencio del corazón de Dios, contemplaremos maravilladas cómo acontece esta fantástica transformación en la que todo el poder de salvación que contienen esos gestos de amor se libera y envuelve el mundo con un manto invisible, como un bálsamo vivificante derramado sobre sus heridas. Y nuestros labios susurrarán: “Mundo, feliz Navidad...” Felicitación de Navidad de las Hermanitas de Jesús.

ORACIÓN DE LOS FIELES

CELEBRANTE: En este día de Navidad (Noche), éstos son nuestros deseos. Ayúdanos a hacerlos realidad: Lector/a 1: En medio del silencio de la noche descendió la palabra divina. Lector/a 2: Atiende, Señor, el silencio de quienes no hablan porque nadie les escucha, porque están hartos de palabras vacías, porque no saben expresarse, porque son los últimos en reuniones y asambleas. Lector/a 1: Para que Dios sea la palabra de los que no tienen voz, oremos: TODOS: QUE SEAMOS SIGNO DE TU MISERICORDIA Lector/a 1: En medio de los sufrimientos de la noche escuchamos cantos de alabanza a tu gloria. Lector/a 2: Haz compañía, Señor, a los que lloran a solas, se encuentran enfermos o sufren injustamente. Lector/a 1: Para que la alegría de la Navidad sea gozo de niños, danza de jóvenes y canto esperanzado de adultos, oremos: TODOS: QUE SEAMOS SIGNO DE TU MISERICORDIA Lector/a 1: En medio del descampado, en plena noche, nació Jesús en un pesebre. Lector/a 2: Acércate, Señor, a los que viajan sin rumbo, a los exiliados de su patria, a los presos en la cárcel, a los parados que buscan trabajo. Lector/a 1: Para que Dios reparta suerte y todos seamos corresponsables de un cambio de sociedad, oremos:

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TODOS: QUE SEAMOS SIGNO DE TU MISERICORDIA Lector/a 1: En medio de un corro de pastores la palabra se hizo carne. Lector/a 2: Ayuda, Señor, con pan y vino, a los que pasan hambre, sed y frío, a los que viven en chabolas, a los que duermen en el suelo. Lector/a 1: Para que tengan pan los que tienen hambre y hambre de Dios los que $tienen pan, roguemos al Señor. TODOS: QUE SEAMOS SIGNO DE TU MISERICORDIA Lector/a 1: En medio de dos creyentes, José y María, nació el Salvador, el Mesías, el Señor. Lector/a 2: Danos, Señor, a los presentes, alegría y paz en Navidad. Lector/a 1: Para que seamos fieles cristianos y personas agradecidas, roguemos al Señor. TODOS: QUE SEAMOS SIGNO DE TU MISERICORDIA

CELEBRANTE: Que la paz, Señor, venza a todo tipo de odio y de Injusticia en este mundo que Tú amas. Por Jesucristo, Nuestro Señor.

PROCESIÓN DE LAS OFRENDAS SACERDOTE. Como los pastores vinieron al establo, movidos por el anuncio de ángel, y te ofrecieron sus regalos, también nosotros te ofrecemos esta noche, Jesús niño, nuestros regalos al tiempo que te pedimos que la fuerza de tu debilidad trastorne los planes de los malvados de nuestro mundo.

1. Te ofrecemos, Jesús niño, la sábana de tu cuna, para que el roce de las pajas no te haga daño. Y para que a ti, presente en tantos niños perdidos de la calle, tampoco te haga daño el roce de la agresividad y crueldad de nuestras sociedades. Te ofrecemos la vida y la entrega de todas las personas que se dedican a encontrarte y darte cobijo en todas las ciudades de nuestro mundo.

2. Te ofrecemos, Jesús niño, esta manta para calentar tu cuerpo, presente en tantos hombres y mujeres sin techo, sin trabajo, sin familia ni referencias afectivas, que vagan por nuestras calles o llenan los albergues. Presente también en todos los inmigrantes que llegan hasta nosotros en busca de otro calor. Te ofrecemos la vida y la entrega de todos aquellos que luchan para ayudarte a solucionar tu vida con dignidad.

3. Te ofrecemos, Jesús niño, un biberón, tu alimento esencial. A ti, presente en

todos los hambrientos de nuestro mundo y de nuestro mismo país. A ti, presente en los enfermos de nuestro mundo, especialmente las víctimas del SIDA, el paludismo y tantas enfermedades de los pueblos empobrecidos. A ti, presente en todos los que tienen hambre de un amor que nunca les llega. A ti, que eres injustamente despreciado o interesadamente exaltado por tu modo diferente de 35

amar. En tus soledades y necesidades, te ofrecemos nuestra solidaridad y nuestro cariño.

4. Te ofrecemos, Jesús niño, este sonajero para tu cuna. Descansa un momento de la guerra cruel. Olvida por un momento la violencia de casa. Queremos acompañarte en tu lucha diaria para que cese toda violencia: la de la guerra, la del terrorismo, pero también la del maltrato a domicilio. Y te ofrecemos los esfuerzos de tanta gente que quiere devolverte la alegría.

5. Te ofrecemos, Jesús niño, esta almohada para que descanse tu cabeza. Queremos

ser tu descanso y tu apoyo. Constrúyenos, Jesús, como comunidad cristiana. Ayúdanos a ser presencia testimonial del amor del Padre en una sociedad cansada de imposiciones e intolerancias. Te ofrecemos nuestros esfuerzos por ser, en nuestro mundo, Iglesia solidaria y testimonial.

SACERDOTE. Como los pastores que llegan al pesebre, así estamos nosotros, Jesús niño, esperando tu bendición, que es la bendición misma del Padre y del Espíritu. "GENTE QUE TE VIO NACER"

El tipo de la tienda de la luz, la loca de los cantos prisioneros, el par de motoristas del Dinasty Express el restaurante chino de mis sueños). El borrachín que un día fue albañil y hoy recorre los bares con su perro, los que se desesperan esperando “el bus”, la insufrible vecina del primero. Gente que te vio nacer; Gente que recuerda otros inviernos; Gente que se siente bien; Gente que ha encontrado aquí su hueco. La abuela dedicada en su vejez a acompañar al nieto hasta el colegio, los que pintan “graffitis” en el “descampao” a fuerza de “litrona” y descontento. El eterno artesano en su taller, Benigno el desconfiado zapatero, un grupo de muchachas que estudian inglés, un “jubilao” que observa a unos obreros. Gente que te vio nacer... Gente que te vio nacer; Gente que ha llegado de otros pueblos; Gente que se siente bien; Gente de mi calle a los que quiero. (Luis Guitarra) www.youtube.com/watch?v=MYu70zYhlA8

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Doce deseos para el 2015 TE DESEO…

1. Que descubras la serenidad y tranquilidad en un mundo donde es muy difícil entendernos… 2. Que mires la vida como una oportunidad que Dios nos da y la vivas llena de confianza. 3. Que el presente es el tiempo que tú dispones, el pasado ya pasó y el futuro está por venir, todo depende de cómo vivas el presente. 4. Que el dolor que has vivido y los problemas que has experimentado, te den el poder de caminar por la vida, enfrentando cada situación con optimismo y valor. 5. Que la rutina se convierta en sorpresa, los enfados en sonrisas y las tristezas en esperanzas. 6. Que una palabra generosa, un abrazo y una sonrisa, sean tuyos todos los días de tu vida. Y que puedas dar estos regalos, tanto como recibirlos 7. Que descubras suficiente bondad en otras personas, para creer en un mundo de paz, que otro mundo es posible... 8. Que agradezcas cada mañana el don de vivir en tu familia, y que te dejes sorprender por el regalo que son las otras personas… 9. Que encuentres tiempo cada día para apreciar la belleza, el amor que te rodean, las diferencias… 10. Que encuentres suficiente fortaleza en tu interior, para determinar por ti mismo tu valor y no dependas de la opinión de otros, para reconocer tus habilidades. 11. Que muestres amor a aquellos que odian, a los que no piensan y obran como tú… y que este amor te fortalezca... 12. Que nunca te falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.

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QUE DIOS TE BENDIGA HOY Y SIEMPRE

Para pensar:

El principal objetivo de la comunicación no es la solución de los problemas, sino la revelación. La comunicación brinda a las personas la oportunidad de manifestarse a sí mismas, intercambiando sus percepciones, pensamientos, sentimientos y necesidades. Algunas veces se logra solucionar algún problema o dificultad, pero otras no. Otras veces se ponen de acuerdo como fruto del intercambio. Pero la comunicación, sobre todo, pone las bases para que las personas puedan negociar, cooperar, comprometerse y tolerarse entre sí. Para agradecer: En familia Donde nos conocemos a fondo, y nos queremos como mejor sabemos. Donde la casa es historia, hogar y memoria, y la puerta está abierta. Donde se dicen las cosas más claras. Donde tienes tu raíz y tu entraña, donde te quitas el maquillaje y te pones las zapatillas. Pero también donde nos tenemos sin apresarnos, que habrá que volar del nido un día. Donde no siempre pensamos igual, creemos de distintos modos, y soñamos sueños diferentes porque es la misma sangre pero varios corazones. Donde a veces hay silencios difíciles, palabras pendientes, donde el amor es asimétrico, porque hay quien da todo y hay quien exige de más y agradece de menos. En familia, en nuestra carne y nuestra vida, tan humana, quiso nacer todo un Dios.

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