ENFERMEDADES CAUSADAS POR LA AMARGURA Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; Ni deis lugar al diablo.(ef

ENFERMEDADES CAUSADAS POR LA AMARGURA Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; Ni deis lugar al diablo.(Ef.4:26,27) Introducción:

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ENFERMEDADES CAUSADAS POR LA AMARGURA Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; Ni deis lugar al diablo.(Ef.4:26,27) Introducción: Cuando llegamos al Señor Jesucristo, entramos a un estado maravilloso en el que tenemos promesas de vida, vida en abundancia y vida eterna (Jn.10:10, 1Jn.5:11), pero el enemigo trabaja para arrebatarnos esas promesas de bendición, para ello utiliza ardides o artimañas, con el propósito de desestabilizar al hijo de Dios, el Apóstol pablo exhorta a los cristianos que se despojen de toda falsedad, hablando siempre con la verdad. Aunque existan momentos en que nos podemos airar por diferentes circunstancias, no debemos permanecer en ese enojo para no pecar, al amargarnos caemos en contienda, palabras corrompidas o malas palabras, y diferentes situaciones que como hijos de Dios no debemos de practicar, ya que con ello el Espíritu Santo se entristece, y se da lugar al diablo (Ef.4:28­30). En este tema estudiaremos como podemos ser afectados por la amargura, y las consecuencias de permanecer en ella, formas en las cuales podemos ser libres, para alcanzar el propósito en Dios. &

Desarrollo: En el estudio de la psicología, se conocen enfermedades con el nombre de Psicosomáticas que son afecciones en el alma que se reflejan en el cuerpo. En el aspecto espiritual, se puede entender que pueden existir problemas en el alma, reflejándose en el cuerpo a través de enfermedades. La palabra amargura según la Strong´s concordance viene del Griego Pikria que significa, perforar con una punta, descontento, carga muy pesada, esta palabra viene de la raíz Hebrea Morah que significa envenenamiento, descrita en salmo 73:21 cuando David veía la prosperidad de los impíos, lo consideraba injusto, sabía que había amargura en su corazón que hasta sentía punzadas en su interior, hasta que estando en el lugar santísimo comprendió cual era el fin de ellos, y así pudo despojarse de aquello que le hacia actuar sin entendimiento. Una de las causas más comunes por lo que una persona puede amargarse, es por injusticias, todos hemos vivido situaciones desagradables en la vida, el problema no son las situaciones, el problema es como las asimilamos, ya que cuando no buscamos sanidad rápidamente, puede ocasionarnos pérdida de bendiciones, las heridas en el alma pueden afectarnos el cuerpo. La Biblia menciona diferentes casos en los que diferentes personas fueron alcanzados por la amargura, y las consecuencias que se dieron por permitirla. A continuación describiremos algunos ejemplos. &

Ø CEGUERA (Gén.26:34,35;27:1)

La Biblia nos enseña que Isaac cuyo nombre significa risa, tenía promesas, era hijo de Abraham, el padre de la fe. La palabra dice que tenía dos hijos, uno se llamaba Esaú que era el primogénito, y el otro se llamaba Jacob (Gen.25:22­26), Esaú por las actitudes de desobediencia que tuvo para con sus padres, se dio en matrimonio con mujeres que eran de pueblos bajo maldición (Gen.24:3,4), por lo que ellas llegaron a ser amargura de espíritu a Isaac y Rebeca, ya que por las decisiones que había tomado Esaú, estaba faltando al pacto con Dios, deshonrándolos. Los padres molestos por tal situación se sentían cargados en extremo, esto trajo debilitamiento a sus ojos, a tal punto de quedar ciego. En la actualidad existen personas que han sido afectadas en su vista por guardar en su corazón amargura, situaciones en las cuales fueron afectadas desde su niñez, malos tratos, decepciones amorosas, injusticias de hijos como el descrito con anterioridad. En el sentido espiritual podemos apreciar a personas que por injusticias en su casa, iglesia, trabajo, pierden la visión y el propósito por el que se encuentran en ese lugar, cristianos que tienen llamado de Dios a ser ministros, que se les ve el desarrollo de su liderazgo, con objetivos definidos que empiezan a distorsionar su caminar, se les encuentra sin gozo, sin deseo de luchar por su bendición, sentados a la orilla del camino sin visión esperando quien les pueda ayudar (Mt.20:29). Por ello es necesario que el hisopo de Dios actué (ministración), abriendo la herida (detectar la necesidad), sacando la materia purulenta (amargura) y permitiendo que venga la sanidad de parte de Dios por su Espíritu Santo, es importante actuar con rapidez para que su cuadro clínico no se complique. Ø ESTERILIDAD (Núm.5:24­29) La Biblia nos enseña en el A.T. en el libro de Números, que según la ley, a la mujer que se creía que le era infiel a su esposo, se le ponía a prueba, para ello el sacerdote le daba de tomar una bebida amarga; si se comprobaba que era infiel a su esposo, la bebida causaría amargura en ella, y su vientre se le hincharía y sería de maldición entre el pueblo, no pudiendo engendrar hijos. Sabemos que estos textos pertenecen a la ley mosaica, y que nosotros ya no estamos bajo esa ley. Debemos de equilibrar tal situación, el hecho que una mujer sea estéril no significa que sea infiel con su esposo, o que esté amargada, este caso únicamente lo tomaremos como sombra para nuestros tiempos (1 Cor.10:10), podríamos decir que aquel que está en amargura puede llegar a ser estéril, no puede dar a luz, tal es el caso que vemos en el primer libro de Samuel, cuando se menciona a Ana que estando con el alma amargada, por los desprecios de Penina, otra esposa de Elcana que la hostigaba constantemente (1Sam.1:5), esta amargura no le permitía concebir hijos, por lo que llegó delante de Dios, se despojó de su amargura, hizo un voto , regresó en paz a su casa confiando y esperando en Dios, ya no recibía los desprecios de Penina, cambió de actitud por su arrepentimiento, cuando llegó el tiempo, Dios se acordó de ella y pudo

concebir, en este caso a Samuel, profeta de Dios (1 Sam.1:10). Si lo aplicamos espiritualmente, existen personas que no pueden dar fruto en el evangelio, se comparan con otras personas, tienen complejos, o no se ha perdonado algún error, también porque constantemente las hostigan y ponen cargas muy fuertes sobre ellas (legalismo), es porque las alcanzó la amargura, por ello es necesaria la actitud que tomó Ana, al entrar al santuario de Dios, entregar su petición, esperar en Dios y regresar a casa con gozo. Esto también sucede a nivel de congregaciones completas que por estar amargadas, por las injusticias de hermanos, autoridades, se quedan estériles, no pudiendo dar a luz ovejas para el reino, ni mucho menos dejar que el fruto del Espíritu Santo que es el amor se manifieste en ellos (Gal.5:22).

DEBILIDAD (Núm.5:24­29) La Biblia menciona que otra de las situaciones que pueden alcanzar a aquellas personas que sean afectadas por las aguas de la amargura, es que el muslo se le debilitará. Cuando vemos el contexto donde se utiliza la palabra muslo, casi siempre hace referencia a la fuerza del hombre, esto significa que la persona pierde su vigor, fuerza, hermosura, se encuentra desanimada, llegándose a apagar física y espiritualmente. Esto le sucedió a Job, que al llegar la prueba, se amargó, llegando a aburrirse diciendo: Está mi alma aburrida de mi Ø

vida, daré mi queja, Por tanto yo no reprimiré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y me quejaré con la amargura de mi alma (Job 7:11;10:1 RV1909), las personas se pueden amargar por la prueba que estén viviendo, llegando a culpar a Dios y rebelándose contra él, tal es el caso de Noemí que muriendo su esposo y sus hijos se amarga contra el Todopoderoso (Ruth 1:20), pero no solamente se amargó contra Dios, sino dio un mal consejo a Ruth, que debía volverse a sus dioses, conociendo ella al Dios verdadero (Ruth.1:15), cuando se llega a caer en la amargura se corre el riesgo de dar malos consejos, y de actuar erradamente, de dar desaliento a aquellos que le creen a Dios, inclusive a los de su propia familia (Col.3:21). La Biblia describe a Moisés que estando en el desierto, con un pueblo rebelde, llego el momento en que no soportó más y dijo cosas que no tenía que decir llegando a perder la oportunidad de entrar a Canaán (vida en abundancia). También hicieron que moisés se amargara en meriba y le fue mal a Moisés porque habló cosas que no convenían, Moisés por el enojo en el que actuó desobedeció a Dios golpeando a la roca dos veces, figura de ministros que en este tiempo por estar amargados contra el pueblo que les han dado, golpean la roca (cuerpo místico de cristo), por lo que no les es permitido ser trasladados a la vida en abundancia (Sal.106:32; Num.20:12). ARTRITIS REUMATOIDEA, ESCLEROSIS MULTIPLE Existen enfermedades que se dan en las articulaciones o coyunturas de los huesos, las cuales hacen que las defensas del cuerpo (que se encuentran en la Ø

sangre) ataquen al propio cuerpo, se ha demostrado que algunos pacientes que perdonan se curan de dichas enfermedades, esto significa que la amargura en grados extremos puede llegar a contaminar el espíritu humano, dando lugar a enfermedades (Ecl.11:5). Es importante anhelar que nuestro corazón sea sensible al perdón, para ello debemos considerar la magnitud del perdón de Dios hacia nosotros, para que las injusticias que nos hagan, al compararlas con el amor de Dios, podamos perdonar por amor. La palabra perdón viene del griego APHESIS, que se puede traducir como: olvido, libertad, dejar de servir a. & Ø

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ANTÍDOTOS CONTRA LA AMARGURA El hombre que puede perdonar a los que le han hecho mal es el que desea llegar a la estatura del varón perfecto, así vivir una vida plena y llena del Señor. Las características que se pueden observar en Esteban (Hec 7:54­60) las cuales debemos tomar en cuenta para no ser amargados: 1. Lleno del Espíritu Santo, 2. Su mirada puesta en las cosas de arriba, 3. Veía la Gloria de Dios, 4. Hombre de oración David como figura de Cristo (1 Rey 2:1­3, 1 Cró 29:26­29): Desde el principio quisieron amargar la vida de David, pero éste siempre perdonó y guardó su corazón, y aún contra la adversidad él animaba a sus hermanos (1 Sam 22:1­2). Murmuraron contra él diciendo que era un traidor (1 Sam 18:6). Saúl quiso matarlo muchas veces y él le perdonó la vida (1 Sam 24:10). Jesús perdonó la actitud de María (Juan 2:3­4), luego perdonó las burlas de sus hermanos (Mar 6:3­4) y, como estaba bien ejercitado perdonó a los que lo crucificaron (Luc 23:24,49). Isaías reconocía que sus labios estaban inmundos, que habitaba en medio de un pueblo de donde salían palabras corrompidas, y esto a causa de la amargura, por ello un ángel de Dios, llevó carbones encendidos, para purificar su hablar (Isa.6:5) Ministrando el alma, hablándole las buenas nuevas, que traen gozo y esperanza en Dios (Prov.31:6), Dejar que Cristo endulce nuestras aguas (entrañas) (Ex.15:22).por medio de la Santa Cena. Dios nos dio un espíritu de Dominio Propio, para que no nos venguemos por cualquier injusticia que nos hagan, y así permitamos que la justicia de Dios actúe. (Rom.12:19). Entrando al lugar santísimo David comprendió cual era el fin de los impíos los cuales había sentido injusta su prosperidad (Sal.73).

En el libro primero de Samuel vemos descrita una figura acerca de nuestra liberación del que oprimía y amargaba nuestra alma. Cuando no conocíamos a

Dios, Nosotros=Abigail (Mi padre es gozo), estábamos unidos a Nabal (Insensato)=diablo, nos hacía trabajar para él, cargándonos con dura servidumbre, y malos tratos, pero David (el amado)=Cristo nos liberta, rompiendo el dominio que tenía sobre nosotros, esto fue en la cruz del calvario, ahora tenemos acceso a ser esposa (novia de Cristo) del rey. (1 Sam.25) Conclusiones: Debemos escudriñar nuestro corazón mientras todavía se dice hoy, ya que la amargura es un enemigo que muchas veces ha pasado desapercibido, impidiendo que el pueblo de Dios alcance de su Gracia, por ello el máximo ejemplo lo vemos en el Señor Jesucristo que estando en la cruz del calvario, pudiendo haber aceptado el vinagre (figura de la amargura), no dejó que ingresara a sus entrañas, antes bien le pidió al Padre que los perdonara, porque no sabían lo hacían (Mt.27:34; Luc.23:34). Un principio de prosperidad es el perdón (2Jn.2:2).

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