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SECOENClfi Secuencia (2008), 71, mayo-agosto, 83-101 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 Revistadehistorjaycienciassociales Jose Carlos He

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Secuencia (2008), 71, mayo-agosto, 83-101 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464

Revistadehistorjaycienciassociales

Jose Carlos Hes/es Bernal Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid; investigador de tiernpo completo, asociado C, en el Instiruto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Tiene como areas de inreres acadernico y Ifneas de investigaci6n la sociologia hisrorica de lo politico y lo jurfdico y la sociolo­ gfa de la cultura.

Resumen La disputa par el Casino de la Selva publicit6 la crisis urbana de Cuemavaca, Morelos; fue un conflicto violento y negociado enrre actores ptivados con regfrnenes de valor (econ6micos, morales y culturales) en tension polernica, actuando con, para y contra las instituciones publicas (del municipio, el estado y la federa­

ci6n), tanto en el campo artfstico coma en el ambiental. Este ensayo interpreta esta confron­ tad6n ­en el contexto de las fricciones locales, regionales y globales en su trayectoria bist6rica­, corno parte de los procesos de urbanizaci6n de Cuernavaca.

Palabras clave: Historia cultural de Cuernavaca; conflictos culturales y ambienrales; economfa moral y juridificaci6n de! parrirnonio cultural en Mexico. Fecha de recepcion: febrero de 2007

Fecha de aceptaci6n: abril de 2007

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"Do you Like This Garden?" The Conflict Over Casino de la Selva Jose Carlos Hes/es Bernal

Ph.D. in History (Universidad Cornplutense de Madrid), Full Time Associate Researcher, Level C at the UNAM Institute for Social Research; areas of academic interest and lines of research: Historical sociology of political and legal issues, sociology of culture.

Abstract The conflict over Casino de la Selva highlighted the urban crisis in Cuemavaca, Morelos; it was a violent conflict negotiated between private actors with opposing economic, moral and cultural value systems, acting with, for and against public institutions (belonging to the

municipality, state and federation) in both artistic and environmental fields. This essay interprets this conflict, within the context of local, regional and global frictions from a his­ torical perspective, within Cuernavaca's urban­ ization process.

Key words: Cultural history of Cuernavaca, cultural and environmental conflicts, moral economy and legalization of Mexico's cultural heritage. Final submission: February 2007

Acceptance: April 2007

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";.Legusta este j ardfn?": el conflicto por el Casino de la Selva Jose Carlos Hesles Bernal

M

alcolm Lowry vio en algun jar­ din de Cuernavaca el letrero: "~Le gusta este jardin que es suyo? jEvite que sus hijos lo destruyan!" Imagin6 otros significados para el libro que escribfa. El jardfn como sfmbolo de la naturaleza y de la cultura; jug6 con una traducci6n: "2Le gusta esre jardfn? [Ex­ pulsaremos a quienes lo destruyan!" Re­ lacion6 la imagen con el mito de la cafda, como sfmbolo del parafso perdido, irre­ cuperable; sfrnbolo de la naturaleza cafda del hombre: pecador, culpable y castigado, doliente. Fue para el una rnetafora del mundo y asf qued6 en su novela. En una carta escribi6: "aparece inscrito en un letrero el tema mas importante del libro: '2Le gusta este jardfn?' [ ... ] El jardfn es el Jardfn del Eden ] ... ] Es tambien el mun­ do."! Para los lectores mexicanos de Lowry tiene esto un significado emotivo porque Mexico es en Baja el volcdn una metonimia de todo, del cielo y del infierno: Podemos considerar a Mexico coma el mun­ do, o el Jardin del Eden, o como ambas cosas a la vez. 0 como una especie de sfrnbolo

inremporal del mundo en el que es posible situar el Jardin del Eden [o) la Torre de Babel [ ... ) Es un lugar paradisiaco, e indu­ dablemente infernal. 2

Y todo esto fue significativo para los que protestaron en 2001 contra la destruc­ ci6n del ex hotel Casino de la Selva, en la "ciudad de la eterna primavera";3 hicie­ ron suya la meta.fora del "jardin" ­sfmbolo de naruraleza y cultura­ y la metonimia de Mexico, paradisiaco e infernal, para repre­ senrar su malestar por la globalizaci6n. El conflicto por el Casino de la Selva drama­ tiz6 el mito de la cafda, del pecado original, del origen pecaminoso de la globalizaci6n. II Pero los actores del conflicto por el Casino de la Selva no estaban en el ] ardfn del Eden, sino en Cuernavaca. En 2001, la Tesorerfa de la Federaci6n recibi6 el in­ mueble del grupo hotelero Sidek­Sirur, que, en 1994, lo habfa comprado a los herederos del empresario Manuel Suarez y Suarez; la Secretarfa de Hacienda y Credito lbid., p. 123. Vease el documental de 6scar Menendez, Batalla, 2004. 2

"[Carra] a Jonathan Cape, 2 de enero de 1946", en Lowry, Viaje, 2000, p. 129. · 1

Secuencis

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num, 71, mayo­agosto 2008

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Piiblico lo enajen6, lo valu6 y lo entreg6 a para su venta; en ese mismo afio, el grupo Costco­Comercial Mexicana, S. A. de C. V. lo compr6. Iniciaron la des­ trucci6n de la nave principal del hotel, construida por el arquitecto Jesus Martf, y las estructuras del comedor, el teatro, la capilla y los bungalos, edificadas por el ingeniero Felix Candela; sus espacios inte­ riores, cientos de metros cuadrados de murales pintados por el Dr. Ad, Gabriel Flores, Jose Renau, Jose Reyes, Benito Messeguer, Jorge Gonzalez, Mario Orozco y otros; los espacios exteriores, un parque arbolado con amates, palmeras, laureles, guarmichiles, jacarandas y tulipanes afri­ canos, miles de metros cuadrados con su flora y su fauna, agua, fuentes y esculturas; y una zona arqueol6gica la de La Gualupita. Iniciaron rambien las protestas. Dos afios despues, en un informe de la ONU se lee: FIDELIQ

el caso de la destruccion del Casino de la Selva cuestiona la calidad de la dernocrariza­ ci6n mexicana, en terminos de justicia y respeto de los derechos humanos [ ... ] las libertades fundamentales han sido arrope­ lladas en el caso de las personas que han defendido el Casino de la Selva y [tambien] sus derechos ambienrales, culturales, civiles y polf ticos.4

Las protestas se tornaron violentas en 2002: los policfas estatales y municipales entraron a las calles a golpes. Los mani­ festantes cruzaron entonces el rio defuego.5 4 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Diagndstico, 2003, p. 121. 5 Me refiero a la historia de William Morris, un conservacionista romantico que, ante la moderniza­

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Fue un conflicto urbano. Publicito la crisis de los procesos de urbanizaci6n de la "ciudad de la eterna primavera'' ­de la "ciudad de la eterna pestilencia", se lee en una nota de La Cronic» de Hoy de 2006­,6 con sus demandas de servicios urbanos ­de recolecci6n de basura, y de suminis­ tro de agua, luz, gas, de servicios comer­ ciales, de salud y de educacion­, en condi­ ciones de crftica contra las instituciones municipales y estatales, intensificadas por los escandalos de la clase polftica more­ lense7 y los conflictos partidistas entre el PAN y el PRD: los defensores del grupo Costco­Cornercial Mexicana fueron iden­ tificados con los gobiernos panistas, estatal y federal; los defensores del casino fueron identificados con la oposici6n, fortalecida por el gobierno perredista de la ciudad de Mexico. Pero ademas, en unas condiciones contlictivas de urbanizaci6n no solo lo­ cal ­de la ciudad de Cuernavaca­, sino regional. El crecimiento urbano de Cuernavaca durante el siglo pasado se realiz6 por ex­ ci6n, transita de la lucha por los valores estericos de la arquitectura a la lucha polftica. Vease esta historia en Thompson, "Rio", 2002, pp. 240­267. 6 Daniel Blancas, "En la ciudad de la eterna pes­ tilencia apuestan a ver quien soporta mas el fetido olor", La Cr6nica de Hoy, 19 de octubre de 2006. 7 Desde el final de la decada de los noventa entr6 la clase polftica morelense en un proceso de crimina­ lizaci6n: el gobernador Jorge Carrillo Olea fue desa­ forado por el Tribunal Superior de Justicia, por las relaciones de su gobierno con bandas de secuesrrado­ res; lo sustituyeron en la gubernaturaJorge Morales Barud y Jorge Garcfa Rubio, hasta la elecci6n en el 2000 de Sergio Estrada Cagigal. La Camara local inicio contra el, en el tribunal estaral, un proceso de desafuero, por corrupci6n y por sus relaciones con el narcotratico ­no probadas en la Suprerna Corte de Justicia, que lo ampar6, en 2004.

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propiaciones y fraccionamiento, pero los pueblos urbanizados de la periferia desde la iiltima decada defienden con fuerza sus derechos cornunitarios, sus patrimonios naturales y culturales, reg.fmenes de pro­ piedad colectiva ­ejidales y comunales­ y de administraci6n de recursos comuna­ les, contra las expropiaciones estatales y los fraccionadores:la comunidad de Tepoz­ tlan contra un club de golf (1996) o la comunidad de Ocotepec contra una mega­ supertienda (2000), por ejemplo. Los re­ pertorios ideol6gicos de estos conflictos estaban en los discursos de los defensores del casino. En una de las manifestaciones, la actriz Ofelia Medina levanto un pufio, en el que blandfa un ma­ chete que le presto un atenquense [de San Salvador Atenco], y grit6: "[La gente aqui ha formado un gran no que lavara toda la mierda de esre gobierno asesino!" [ ... ] despues agradeci6 a los de la Organizaci6n Campesina de la Sierra del Sur, llegados de los rumbas de Aguas Blancas, Guerrero; a los indfgenas de Chiapas [ ... ] y a los de Atenco, por haber mostrado, como los zapa­ tistas, "el camino del municipio libre, so­ berano y autonorno''."

Pero los recursos juridico­polf ticos co­ rnunitarisras ~e los ejidos y de las comu­ nidades, incluso de los pueblos indige­ nas­, fueron injustificables en el centro de Cuernavaca, en la defensa de una pro­ piedad privada. Fue un conflicto local pero tuvo otras proyecciones; todavfa en 2003 unos 20 8 Arturo Jimenez, "Exigeo plebiscite sobre el destine de! Casino de la Selva", La Jornada, 28 de agosto de 2002.

EL CONFLICTO POR EL CASINO DE LA SELVA

j6venes protestaron en el Congreso de la Union, en San Lazaro: "Ante el asombro de todos, los j6venes se despojaron de sus ropas al tiernpo que gritaban: '[Parque sf, Costco no!'"? III En las Ultimas decadas, cad.a vez con mayor frecuencia, se registran procesos de priva­ tizaci6n de bienes inmuebles piiblicos ­es­ tatales y paraestatales­ y tambien procesos en que inmuebles privados pasan a manos publicas ­por ejemplo, por deudas al fisco o mediando instituciones financieras, res­ catadas par el Estado­ y, de estas, a manos privadas, por venta. Ninguno de estos intercambios fue tan espectacular coma el del casino; fue un conflicto violento y negociado, entre valoraciones econ6micas, polf ticas, morales y jur.fdicas relacionadas con los derechos humanos, ambientales y culturales, entre acrores privados actuan­ do con, para y contra la legislaci6n y las instituciones del Estado. Me· interesan esas valoraciones, la economfa moral del con­ flicto, y sus rituales, por las que el Casino de la Selva, propiedad privada con un valor econ6mico en el mercado del suelo, foe un sfmbolo significativo de valores colectivos y publicos en la crisis de la ciudad.!" 9 Ciro Perez y Roberto Garduno, "Se desnudan en la Camara activistas pro defensa del Casino de la Selva", La]ornada, 5 de febrero de 2003. IO La idea de "economfa moral" es ya un topico de la hisroria, la sociologfa y la antropologfa cultural, referido a las rensiones enrre la 16gica del mercado y otras racionalidades de valoraci6o econ6mica, ta! coma lo introduce el hisroriador E. P. Thompson, especialmente en "Moral", 1993; o, para la sociolo­

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Acta primero. En mayo del 2001 FIDELIQ public6 en el Diario Oficial de la Federaci6n el concurso para comprar el hotel Casino de la Selva. lo compr6 el grupo Costco­ Comercial Mexicana. En junio tom6 po­ sesi6n y, en julio, comenz6 su destrucci6n para construir una megasupertienda. En estos intercambios se construyeron otras valoraciones, diferentes a su valor como bien inmueble ­una cosa inm6vil, pero no estatica, sino que circula con la dina­ mica de los mercados del suelo en Cuer­ navaca­ por su valor de uso, su utilidad mas o menos rentable en el mercado de los servicios turfsticos, y por su valor de cambio, coma predio o late, valorado por su localizaci6n en el centro de la ciudad. Pero se construyeron otras valo­ raciones. El valor del casino fue el de una mercancfa y el de un fetiche, con secretos que sus defensores publicitaron en sus protestas. 11 Estos valores estan mediados gfa y la antropologfa, Scott, Moral, 1976. El concepto de "econornia moral" se refiere a "relaciones de inter­ cambio reguladas por [ ... ] ericas relacionadas con visiones de una buena vida" (Ong, Neoliberalism, 2006, p. 199) que no necesariamente se reducen a las hipotesis economicistas tanto de jerarquizaci6n y distribucion en las relaciones de intercambio como de utilidad, renrabilidad, erc., de la 16gica del mer­ cado, la maximizaci6n de ganancias y minimiza­ ci6n de costos en las relaciones de oferta y demanda; es por eso un recurso ut il en el estudio de las rensiones polfticas ante la expansion de! mercado, en este sentido, Roitman, "Econornie", 2000, pp. 48­56. Para las formas riruales de las rensiones en los procesos crfricos de la rnodernizacion econ6mica y polltica, vease Comaroff, "Introduction", 1993, pp. Xl­XXXVII. 11 "El ingreso de un objeto en la esfera del fetiche es el signo de una transgresi6n de la regla que asigna a cada cosa un uso apropiado", Agamben, Estancias, 2001, p. 108.

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por procesos sociales, 12 no solo econ6­ micos, sino juridicos ­el regimen de propiedad de la tierra o los lfrnites ins­ ti tucionales de la urbanizaci6n, por ejemplo­ y morales, en un conflicto politico. U nos y otros con la Ley Organics Municipal en una mano y, en la otra, el Reglamento de Construcci6n para el Mu­ nicipio de Cuernavaca; unos con la Ley Federal de Equilibrio Ecol6gico y Media Ambiente y otros con la Ley Federal de Protecci6n de Zonas y Monumentos Arqueol6gicos, Artisticos e Historicos. Pero cuando el municipio dio licencias de destrucci6n y construcci6n, los cam­ pos ambientalista y cultural se identi­ ficaron en uno, con sus valoraciones rornanticas y cientfficas de la naturaleza y el arte. La acci6n de las instituciones federales no neutralize del todo el conflicto. Los defensores del casino recurrieron al len­ guaje universalista de los derechos cultu­ rales y ambientales de la humanidad; pero tambien, entrevistado tras la presentacion del proyecto de megasupertienda a fun­ cionarios federales ­del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, del Instituto Nacional de Antropologfa e Historia y del Instituto Nacional de Bellas Artes­, el director de finanzas del grupo Costco manifesto sus ideas cosrnopoliras: se mastr6 dispuesto a acatar las disposicio­ nes de esras autoridades, asf como las de las gobiernos estatal y municipal I· . J "Samas respetuosos de las leyes ­declar6 al peri6dico Reforma-, observamos las recomendacianes de las autoridades y, lo mas importante,

12 En esto sigo la idea de Appadurai, "Intro­ duction", 2005, pp. 3­63.

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tomamos en cuenta la opinion de los clien­ tes, que es la sociedad, como nuestra etica lo manda. "13

Semanas despues, la Camara de Dipu­ tados de la Federaci6n turn6 a la Comisi6n de Educaci6n y Cultura un

Los valores, las normas de esta "etica'', con sus mandamientos de servicio a "los clientes, que es la sociedad", se refieren a un orden de consumo universal: el mer­ cado mundial como factor de desarrollo, de crecimiento econ6mico ­­creaci6n de empleo­ y de competencia comercial. Pero "lo mas irnportante" serfa el municipio. Contra el orden econ6mico y juridico­ polftico de Cuemavaca, en la crisis urbana, se construyeron valores simb6licos en torno a los paisajes del casino, sus jardines y arquitectura, sus murales. Y estas valo­ raciones se proyectarfan en la escala na­ cional, imaginando una intervencion del Estado -deus ex tnachina- para proteger y conservar el casino como espacio publico, monumento artfsrico, como zona arqueo­ 16gica y ecol6gica, fuera de la oferta y la demanda, extra comercium. Aao segundo. Esras proyecciones fueron realizadas en acros riruales. En agosto de 2001, el Periddico Oficial del estado public6 un punto de acuerdo de dipurados morelenses

punto de acuerdo para que se exhorte al pre­ sidenre de la republica a fin de gue se expro­ pie el terreno en el que se ubica el ex hotel Casino de la Selva y sea declarado monu­ mento arristico, hisrorico y arqueologico, para formar parte de nuestro patrirnonio nacional.15

por el que se exhorta a las autoridades federales por conducto del Instiruto Na­ cional de Antropologfa e Historia y el Institute Nacional de Bellas Artes a la con­ servaci6n del patrimonio cultural, hisrorico y argueol6gico existente dentro del perf­ metro del "hotel Casino de la Selva".14

13 Alvarez, "Costco contesta", Reforma, 26 de febrero de 2002. 1~ Periddico Oficial, sexta epoca, 4 mirn. 134, 22 de agosto de 2001.

EL CONFLICTO POR EL CASINO DE LA SELVA

Pero las condiciones reales del conflicto esraban en la destrucci6n del casino y la construcci6n, todo de iure, de la megasu­ pertienda, todo justificado ademas en sus procedimientos, legitimado por la descen­ tralizacion y desconcentraci6n de funciones ­la transferencia de competencias federales a los estados y municipios­ y la privatiza­ ci6n, la descarga en actores privados de las decisiones locales; siendo el grupo Costco­ Comercial Mexicana el actor dominante. En octubre de 2001 la presidenra del Consejo Nacional para la Cultura y las Ar­ tes declar6 ante la Cornision de Educaci6n y Cultura del Senado de la Repiiblica: No se nos hizo caso. Se derrumb6 [el ex hotel Casino de la Selva], tenemos las cartas donJe soliciramos que nose hiciera. No vemos 4ue fue de muy buena fe esto y, bueno, una vez que sucedi6 esto por supuesto, coma ustedes saben, nos presentamos en el esrado de Morelos; estuvimos en platicas con ellos [el grupo Costco] sobre lo que habfa sucedido y finalmente llegamos a acuerdos con respecto a la obra gue se encuentra ahf. 16 l~ Gaceta Parlamentaria, afio IV, ruirn, 842, 21 de sepriembre de 2001. 16 "Version estenografica de la comparecencia de la senora Sari· Bermudez Ochoa ante la Cornision

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El proceso de compraventa del Casino de la Selva tuvo una racionalidad econ6mi­ ca, la oferta, la demanda y la intervenci6n del Estado mediando el municipio, sus regulaciones, desregulaciones e irregulari­ dades, maximizadas por el grupo Costco­ Comercial Mexicana, 1 7 potenciando sus ganancias; pero la 16gica econ6mica, la economfa moral de los actores que pro­ testaron fue otra. Una 16gica segun la cual el Casino de la Selva era un bien inmue­ ble, una configuraci6n arquitect6nica va­ liosa tanto en sus espacios interiores, mu­ ralfsticos, como exteriores, paisajfsticos y arqueol6gicos; un bien que potencial­ mente podfa producir utilidades, otros bienes y servicios =turfsticos, culturales­, pero tan precioso por sus significaciones simb6licas ­ambientales y artfsticas­ que era irreducible al sfmbolo del precio mo­ de Educaci6n y Cultura de la H. Camara de Senado­ res", 31 de octubre de 2001 en

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