Es necesaria la separación previa de machos y hembras a la hora de llevar a cabo el efecto macho en caprino?

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1er. Congreso Internacional de Ciencias Veterinarias FMVZ-UNAM 3-5 junio 2015 México DF- México. Zarazaga et al. ¿Es necesaria la separación previa de machos y hembras a la hora de llevar a cabo el efecto macho en caprino? L.A. Zarazaga*, L. Gallego-Calvo, J.L. Guzmán Departamento de Ciencias Agroforestales, Universidad de Huelva, “Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario, ceiA3”, Carretera de Huelva-Palos de la Frontera s/n, 21819, Palos de la Frontera, Huelva, España *

: Autor para la correspondencia (L.A. Zarazaga) [email protected]

Departamento de Ciencias Agroforestales, Universidad de Huelva, Carretera de HuelvaPalos de la Frontera s/n, 21819, Palos de la Frontera, Huelva, España Teléfono: +34 959217523 Fax: +34 959217304

1er. Congreso Internacional de Ciencias Veterinarias FMVZ-UNAM 3-5 junio 2015 México DF- México. Zarazaga et al. Resumen A la hora de llevar a cabo un efecto macho en caprino siempre se ha considerado la necesidad de la separación física e incluso olfatoria y sonora entre machos y hembras para poder inducir actividad reproductiva, ovulación y estro. Sin embargo, observaciones previas de nuestro grupo de investigación parecían indicar que dicha separación no era imprescindible. Por ello, diseñamos un experimento en el que estudiamos la respuesta reproductiva (ovulación y estro) de las hembras hacia los machos. Estas hembras habían estado previamente en contacto directo con machos y posteriormente fueron puestas en contacto directo con nuevos machos o con machos separados por una valla y lo comparamos con el efecto macho tradicional. Para ello utilizamos ciento catorce hembras que fueron distribuidas en 3 grupos: (1) Grupo AISL (N=31): hembras que habían estado en completo aislamiento de machos durante 46 días, y que posteriormente fueron colocadas en contacto directo con machos “nuevos” durante el periodo de cubrición; (2) Grupo NOAISL-CONTACT (N=29): hembras que habían estado en contacto con machos “familiares” vasectomizados durante 46 días y posteriormente fueron situadas en contacto directo con machos nuevos durante el periodo de cubrición; (3) Grupo NOAISL-NOCONTACT (N=54): hembras que estaban en contacto con machos familiares vasectomizados durante 46 días y posteriormente fueron introducidos machos nuevos, pero separados por una valla, durante el periodo de cubrición. Todos los machos fueron tratados con melatonina para asegurar que estuvieran activos sexualmente durante el periodo de contacto con las hembras y durante el periodo de cubrición. La actividad estral fue registrada diariamente por observación visual directa de las marcas dejadas por arneses marcadores usados por los machos. La ovulación se confirmó por la concentración de progesterona en plasma (medida en muestras sanguíneas semanales). La tasa de ovulación fue evaluada por ecografía transrectal. La fecundidad, fertilidad, prolificidad, y productividad también se determinaron para los grupos AISL y NOAISL-CONTACT (naturalmente, en el grupo NOAISLNOCONTACT, no eran posible gestaciones). La introducción de machos nuevos indujo la misma respuesta ovárica en cada grupo (P>0,05), pero el porcentaje de hembras que mostraron estros y ovulaciones fue menor en el grupo NOAISL-NOCONTACT (P0,05) respecto a fecundidad, fertilidad, prolificidad y productividad. Estos resultados muestran que la introducción de machos nuevos a hembras que ya habían estado en contacto con machos familiares, induce una actividad ovárica similar a la observada en el efecto macho clásico (grupo AISL) y que esta respuesta conlleva a

1er. Congreso Internacional de Ciencias Veterinarias FMVZ-UNAM 3-5 junio 2015 México DF- México. Zarazaga et al. una significativa mayor actividad estral sólo cuando se establece un contacto físico entre hembras y machos nuevos.

1er. Congreso Internacional de Ciencias Veterinarias FMVZ-UNAM 3-5 junio 2015 México DF- México. Zarazaga et al. 1. INTRODUCCIÓN La especie caprina presenta un anestro estacional cuya duración depende de la interacción entre factores genéticos y ambientales. Esta estacionalidad reproductiva condiciona la estacionalidad en las producciones, lo que provoca oscilaciones importantes a lo largo del año tanto en el precio de la carne como de la leche. Por lo tanto, reducir esta estacionalidad reproductiva para conseguir cubriciones a contra estación es de gran importancia a la hora de mejorar la rentabilidad de las explotaciones caprinas. Para lograr este objetivo existen herramientas como los tratamientos hormonales, los métodos de manejo como la nutrición y el efecto macho o interacciones sociales entre los machos y las hembras. El efecto macho es una técnica de manejo en pequeños rumiantes, consistente en la separación de los machos y su posterior introducción en el rebaño de cabras, con objeto de mejorar la aparición de celos y la fertilidad en cubriciones realizadas sólo en el período de reposo sexual (anestro estacionario). La exposición repentina de cabras anovualtorias a machos provoca un rápido incremento de la frecuencia de pulsos de LH, seguido de un pico preovulatorio de LH y una ovulación (ver revisiones de Chemineau, 1987 y Delgadillo et al., 2009). Este fenómeno ha sido estudiado ampliamente en caprino (Shelton, 1960; Chemineau et al., 2006; Delgadillo et al., 2009). Factores como el tiempo de aislamiento previo de los machos, la novedad de los mismos, el contacto continuo entre ambos sexos tras la introducción de los machos, y la intensidad del comportamiento sexual de estos últimos, pueden influir en la respuesta de las hembras (Delgadillo et al., 2009). Tradicionalmente, se ha aceptado que las hembras tenían que ser aisladas del estímulo de los machos para poder inducir la ovulación con el efecto macho. Sin embargo, la introducción de un morueco “nuevo” puede estimular las actividades endocrinas y ovulatorias de ovejas mantenidas en contacto con machos con la misma eficiencia que en ovejas aisladas de estos (Pearce y Oldham, 1988; Cushawa et al., 1992). Esto apunta a que las hembras tienen la capacidad de identificar y recordar las señales individuales de los machos y por tanto reconocer a los machos nuevos de los familiares. Otros autores sugieren que esto ayuda a explicar la habilidad de los machos nuevos para inducir la ovulación en ovejas (Pearce y Oldham, 1988; Cushawa et al., 1992). Sin embargo, la importancia de la introducción de machos nuevos en la especia caprina no ha sido estudiada. La hipótesis de nuestro trabajo fue que, en latitudes mediterráneas, las hembras responderían a los machos nuevos sin la necesidad de una separación previa de machos familiares, incluso cuando el contacto físico directo con machos nuevos no se permita.

1er. Congreso Internacional de Ciencias Veterinarias FMVZ-UNAM 3-5 junio 2015 México DF- México. Zarazaga et al. Los objetivos del presente estudio fueron, por tanto, determinar (1) si la introducción de machos cabríos nuevos en un grupo de hembras en contacto permanente con machos induce actividad reproductiva en la hembra y si (2) cualquier respuesta similar se produce cuando no se permite el contacto físico directo.

2. MATERIALES Y MÉTODOS

2.1. Generalidades.

El trabajo se llevó a cabo en la granja experimental de la Universidad de Huelva (latitud 37º 15’N), que cumple los requisitos de la Comisión de la Comunidad Europea para procedimientos científicos (2010/63). Las hembras utilizadas en este trabajo eran adultas (2-3 años) de raza Blanca Andaluza y estaban vacías al comienzo del experimento (N=114). Fueron asignadas a 2 grupos iniciales: hembras que estaban en contacto permanente con machos (Grupo inicial de contacto, n=83 hembras) y hembras aisladas de machos (Grupo AISL, n=31 hembras). Durante el periodo experimental, estas hembras fueron alimentadas diariamente con heno de alfalfa, paja de cebada y concentrado comercial, de acuerdo a los estándares del INRA para el mantenimiento de su peso vivo (Morand-Fehr y Sauvant, 1988). Todos los animales tuvieron acceso libre al agua y bloques minerales que contienen oligoelementos y vitaminas. Antes de comenzar el experimento se extrajeron muestras de sangre semanales durante 3 semanas consecutivas en las que se determinaron las concentraciones de progesterona para saber si las hembras estaban cíclicas o no. Las hembras se consideraron cíclicas si la concentración de progesterona era mayor de 0,5 ng/ml en al menos dos muestras. 2.2. Preparación de hembras y machos

2.2.1. Hembras La figura 1 muestra el protocolo experimental. El 9 de abril, las hembras del grupo AISL fueron separadas de los machos por un periodo de 46 días. Las hembras del grupo inicial de contacto permanecieron en contacto con 6 machos vasectomizados (en lo sucesivo, los machos nombrados como familiares), provistos de arneses marcadores durante el mismo periodo. 2.2.2. Machos

1er. Congreso Internacional de Ciencias Veterinarias FMVZ-UNAM 3-5 junio 2015 México DF- México. Zarazaga et al. El 9 de abril, ocho machos de la raza Blanca Andaluza recibieron dos implantes subcutáneos de melatonina con 18 mg de la hormona (Melovine, CEVA Salud Animal, Barcelona, España) en la base de la oreja izquierda para estimular su líbido durante el periodo de reposo sexual (Zarazaga et al., 2009a, 2010, 2012). Estos machos tratados con melatonina serán referidos en lo sucesivo como machos “nuevos”. Todos los machos en contacto directo con las hembras usaron arneses marcadores. Todos los machos familiares estaban vasectomizados, y todos los nuevos eran machos enteros. 2.3. El efecto macho

El 25 de mayo (Día 0), dos machos nuevos fueron puestos en contacto con el grupo de hembras AISL. En este momento, el grupo de hembras que se mantuvo en contacto con machos vasectomizados fue dividido en 2 subgrupos: - En el primer subgrupo, dos machos nuevos se situaron en el mismo corral que las hembras, y en este momento, los machos familiares fueron retirados; estaban por tanto en contacto físico directo con las hembras (NOAISL-CONTACT n=29). - En el segundo subgrupo, 4 machos nuevos se situaron en el corral con las hembras, pero separados por una valla para prevenir el contacto físico directo entre ambos sexos (NOAISL-NOCONTACT n=54), y a su vez continuaron con las machos familiares.

2.4. Mediciones 2.4.1. Detección del comportamiento estral La actividad estral fue registrada por la observación visual diaria de las marcas dejadas por los arneses (Walkden-Brown et al., 1993a) de los machos familiares vasectomizados para el grupo NOAISL-NOCONTACT y de los machos nuevos para los otros dos grupos. 2.4.2. Detección de la ovulación La ovulación y tasa de ovulación fueron detectadas y determinadas por la presencia y el número de cuerpos lúteos observados por ecografía transrectal, la cual se llevó a cabo de 6 a 8 días tras la detección del estro (Simoes et al., 2005). La ecografía transrectal se realizó usando un equipo Aloka SSD-500 con una sonda lineal de 7,5-MHz. La presencia de cuerpos lúteos se confirmó por las concentraciones de progesterona en plasma de las muestras de sangre. Semanalmente se tomaron muestras de sangre desde el momento de la introducción de los machos hasta el final del experimento (25 junio). La progesterona plasmática se determinó en muestras duplicadas usando un kit comercial de análisis ELISA (Ridgeway Science Ltd., Gloucester, UK) de acuerdo con las

1er. Congreso Internacional de Ciencias Veterinarias FMVZ-UNAM 3-5 junio 2015 México DF- México. Zarazaga et al. instrucciones del fabricante (Madgwick et al., 2005). Las hembras con concentraciones de progesterona mayores de 0,5 ng/ml fueron consideradas que habían ovulado (Chemineau et al., 1984; Zarazaga et al., 2009b). 2.4.3. Fecundidad, fertilidad y productividad Se definió la fecundidad como el número de hembras preñadas que fue determinada por ecografía transrectal en el día 45 tras la exposición a los machos (Schrick et al., 1993). La fertilidad se definió como el número de hembras que parieron en relación al número total de hembras, la prolificidad se consideró como el número de crías nacidas por hembra parida, y la productividad se definió como el número de crías nacidas por hembra en relación al número total de animales de cada grupo experimental. Naturalmente, estas variables reproductivas sólo podían ser determinadas para los grupos AISL y NOAISL-CONTACT.

2.5. Análisis estadístico Los resultados se presentan como medias ± error estándar. El porcentaje de hembras que mostró comportamiento estral y las que mostraron estro y ovulación se compararon usando el test Chi-cuadrado y el test de Fisher. La fecundidad y fertilidad del grupo AISL y el grupo NOAISL-CONTACT fueron analizadas de la misma forma. Las tasas de ovulación de todos los grupos y la prolificidad de los grupos AISL y NOAISLCONTACT fueron comparadas usando el test no paramétrico de Mann–Whitney U. La productividad de los grupos AISL y NOAISL-CONTACT fue comparada usando un ANOVA, con los tratamientos experimentales como efectos fijos. Cuando se observaron diferencias entre los tratamientos, se realizó un test Tukey. El nivel de significación se estableció en P

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