- Estoy harta! Entiendes? Harta de tus chantajes! Harta de tu sarcasmo!

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención - ¡Estoy harta! ¿Entiendes? ¡H

0 downloads 14 Views 432KB Size

Recommend Stories


Calendario humaniza tu marca. para conectar con tus clientes
Calendario 2016 humaniza tu marca para conectar con tus clientes enero Lu ma mi ju vi sa do 1 1 1 1 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 1

TU DINERO, TUS GASTOS Y TUS PLANES A FUTURO SABES ORGANIZARLO?
MANUAL DEL PARTICIPANTE TALLER DE EDUCACIÓN FINANCIERA PARA ADULTOS TU DINERO, TUS GASTOS Y TUS PLANES A FUTURO… ¿SABES ORGANIZARLO? OBJETIVO DEL C

El cuerpo humano TUS HUESOS Y TUS MÚSCULOS TU SISTEMA NERVIOSO
El cuerpo humano Tu cuerpo es asombroso. No existe ninguna máquina tan compleja. ¿Sabes que tienes más de 200 huesos y 600 músculos, o que el corazón,

Story Transcript

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

-

¡Estoy harta! ¿Entiendes? ¡Harta de tus chantajes! ¡Harta de tu sarcasmo!

Aquella chica, de cortos cabellos del color del mar en la noche de tormenta, desprendía la ira acumulada que tanto hubo retenido. Se sentía defraudada consigo misma, por los últimos acontecimientos, por no haber sido capaz de frenar sus celos, su rabia y su dolor. -

¡Lo di todo! ¡Jamás le exigí nada! ¡Pero tú tenías que estar en medio! ¡No fuiste capaz de renunciar cuando lo perdiste todo!

Apresuradamente, cogió sus llaves casi sin mirar y se dirigió en línea recta hacia su moto, que estaba aparcada en la entrada. Arrancó con fuerza y salió disparada hacia cualquier dirección. Por desgracia, su destino no fue otro que… ella.

1

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

EPISODIO 1.5 (PREVIO A LA INVESTIGACIÓN): LA SOLEDAD DEL CAMINO

Un hotel cualquiera, cerca de la sede principal del FBI en Los Ángeles.

Desde la ventana, podían contemplarse inmensos edificios tras las palmeras, que daban un toque particular a aquellas vistas. No era difícil imaginar que en cada uno de ellos estuvieran pasando cosas bien distintas. El hombre vestido de etiqueta que llega borracho a casa y tiene una discusión con su esposa, harta de encargarse de la casa y los niños; la mujer ejecutiva que discute con su marido porque ha olvidado el cumpleaños de su hija pequeña; la pareja de jóvenes que acaba de empezar un proyecto juntos o el joven soñador que trabaja como asistente para una fría y a la vez sensual jefa que no parece darse cuenta de sus sentimientos. Recostado sobre la silla, con la mirada perdida y los brazos cruzados tras la cabeza, Kurt Navel seguía sumido en sus pensamientos. Desde que la que había sido su jefa, Naomi Kimishima, había abandonado la ciudad, él ya no tenía con quién ocupar sus largas tardes. Para terminar de complicar las cosas, había sido llamado a una importante reunión en Los Ángeles, en la que se hablaría de cambios decisivos en la organización y el funcionamiento de la entidad para la que él trabajaba: el FBI. -

Quisiera saber qué pinto yo aquí – se lamentaba el chico de cabellos dorados, mientras acariciaba un mechón con sus dedos. – Ya hace una semana desde que la doctora se marchó a Alaska y ellos no han sabido asignarme a nadie con quien trabajar. Después de lo que habíamos luchado para olvidar a Delphi…

Por un momento, recordó las palabras de Naomi “nada de hablar del pasado, ¿estamos?” y se mordió el labio inferior con resignación. Él odiaba profundamente pensar en ella. En primer lugar, porque antaño, cuando ambos trabajaban para Delphi, había sido un frío asistente, que poco o nada se relacionaba con la doctora de cabellos plateados. En segundo, porque él siempre había sido un joven prometedor y estaba tirando su carrera perdiendo la cabeza por una mujer que, además, prefería pasar el rato con una niña antes que con él. Pese a todo, quería seguir adelante con la cabeza bien alta, así que se propuso abandonar aquella habitación. … Y se dirigió inmediatamente al bar que había en la octava planta del hotel.

2

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

En aquel pintoresco bar encontró lo que menos le apetecía. Estaba decorado al detalle como si se tratara de un obseso de las novelas de investigación. Por las paredes, andaban como si se tratara de un fragmento de la Pantera Rosa cientos de pisadas que, desordenadas, avanzaban armoniosamente por toda la habitación. No contento con esto, el dueño, además, había dispuesto cuadros y fotografías, mezclados sin compasión, a lo largo de toda la estancia. En ellos, se veían las distintas fases de una investigación común: el inicio de un crimen, la llegada de las autoridades, la investigación forense – oh, no, lo que a él le faltaba – la investigación policial, la detención y el juicio, con toques exagerados a lo Phoenix Wright. Excelente decisión la suya la de elegir justo aquel bar. Pero, cuando estaba a punto de volverse sobre sus pasos, una llamada de atención le hizo girar y darse media vuelta. -

¿Rubio?

Reconoció inmediatamente aquella voz. No podía creer que fuera ella. Mucho menos, en aquel sitio. De todos los rincones de este pequeño enorme mundo, tuvo que ir a parar justo a aquellos 125 metros cuadrados en los que él se encontraba. -

¿E- Emily? 1 ¡No me lo puedo creer! ¡Rubio! ¡¿Qué haces aquí?! Pu- pues yo… ¡Ven aquí y deja que te invite a una copa! V- vale.

El pobre Little Guy no podía evitar temblar ante la joven. Y es que no hace mucho, entre ellos se había respirado una fuerte amistad que, sin duda, podía haber ido más lejos de no ser por los acontecimientos que la rodearon. En cualquier caso, dado que el objetivo de Navel no era otro que olvidarse por unos instantes de Naomi Kimishima, pensó que lo más indicado era dejarse llevar por aquel inesperado reencuentro, por lo que ambos se dirigieron a la barra a pedir un par de copas. -

-

Bueno, cuéntame, ¿qué tal te va? ¿Sigues trabajando para aquella doctora? – preguntó sin verdadero interés aquella chica, mientras jugueteaba con sus cobrizos rizos. No hay mucho que contar… ella se ha marchado a Alaska. Vaya por Dios… - se hacía la interesante, a la par que empezaba a elaborar un minucioso plan respecto al joven que se sentaba junto a ella.

1

Pudimos conocer a Emily en el relato What I am feeling now, de Cacahuete-chan http://cacahuetechan.deviantart.com/#/d2utpp5

3

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

-

-

He venido con unos amigos que trabajan aquí a pasar unos días – mentía descaradamente, presintiendo las intenciones de ella, por lo que obvió decir que se hospedaba en aquel hotel. El caso es que ahora mismo estoy sin nada que hacer, por lo que he venido a pasar el rato a este bar Sí, el Murder’s es un buen sitio para ahogar las penas.

Así que así se llamaba aquel bar. Claro, tenía toda la lógica si lo pensabas bien. -

Y dime, ¿vienes por aquí a menudo? ¡Claro! Cada vez que vengo por Los Ángeles, me paso por aquí, ¿verdad Karl? – guiñó un ojo al barman, que sonrió ruborizado mientras asentía con la cabeza. ¿Quiere eso decir que vienes mucho por Los Ángeles? Nuestra empresa tiene varias sucursales por todo el mundo ¿no te lo dije? – él negó agitando con suavidad la cabeza. - El caso es que sigo muy liada como sub-directora y tengo que vigilar que todo está bien. Es duro ir siempre de un lado a otro.

El joven de ojos grisáceos se hizo cargo. Él tampoco era un apasionado de los viajes. De hecho, había hecho aquel de mala gana. Se compadeció de ella en silencio, mientras se veía reflejado en sus cristalinos ojos tizones. Ella mantenía la elegancia con la que se reencontraron, apenas hacía unos meses, enfundada en una camisa de seda blanca, con detalles florales que salpicaban los botones bordados a mano. Su falda azul marino dejaba entrever sus piernas, esbeltas y blanquecinas. Por unos instantes, Little Guy se evadió y dejó volar su imaginación…

En aquella sala, todo estaba dispuesto para la reunión. Los altos cargos del FBI estaban llamados a una gran mesa que presidía el resto de la sala, donde habían colocado varias mesas ovaladas con un centro floral bastante sobrio, acompañado de una lámpara. Una etiqueta que rezaba “Kurt Navel” podía verse en una de las últimas mesas. Una joven, de largos cabellos azabache y penetrantes ojos, que ocultaba tras unas gafas de pasta color negro, colocaba las últimas etiquetas con cuidado. Ataviada con un exquisito uniforme que dejaba entrever unos senos perfectos, observó el recinto y con un ligero movimiento de ojos dio por concluida aquella misión. -

Con esto ya hemos terminado – anunció triunfalmente.

Por su parte, Emily avanzaba sigilosamente con su plan para emborrachar al pobre asistente. Iban ya por la sexta copa cuando él se excusó para ir al baño. Ella aprovechó para sacar su barra de labios más sensual y maquillarse para realzar aún más su belleza. Todo va según lo previsto, se decía a sí misma mientras marcaba una línea perfecta delimitando sus ojos, pronto haré que olvides a esa zorra. Y no pudo evitar esbozar una sonrisa en sus labios.

4

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

Al llegar al baño, Little Guy se percató de que había bebido de más. Lo primero que hizo al entrar al escusado fue sentir náuseas. Poco a poco fue perdiendo la compostura y al final acabó vomitando escandalosamente, algo que molestó a los allí presentes, todos ellos pertenecientes a la alta sociedad. Tras excusarse con ellos y arreglarse un poco el pelo, se marchó de nuevo adonde le esperaba Emily. La encontró radiante y justo entonces, cuando ella menos lo esperaba, anunció que se marchaba. -

¿Qué? No me encuentro bien… creo que he bebido demasiado y mañana tengo que ir a esa reunión en las Torres Watts. ¿Reunión? ¿Qué reunión?

Little Guy acababa de delatarse a sí mismo. ¡No había ninguna torre en Japón! Ni mucho menos, se llamaría Watts. Las Watts eran un emblema de Los Ángeles, seguro que ella lo sabía. El pobre perdió la poca borrachera que le quedaba a estas alturas y no sabía si fingir, seguir como si nada, inventar una excusa o decir la verdad. Optó por lo último, pero con una pequeña dosis de lo primero. -

Aprovechando que estoy aquí, quiero asistir a una convención del FBI sobre nuevas prácticas para el cuerpo. Ah… - se limitó a contestar, ocultando una mueca de ira. De todos modos, tú también tendrás cosas que hacer. Sí, sí. Miles de cosas – fingió histéricamente. – Oye, rubio… ¿nos volveremos a ver? Quién sabe…

El plan había fallado. Pero si la reunión era al día siguiente, significaba que como mínimo él estaría allí un día más. Ya intentaría un encuentro fortuito al final de la reunión. Ella sería capaz de inventar cualquier cosa. En aquello, era toda una experta.

Por su parte, Alice, que había sido felicitada por su labor al preparar el lugar donde tendría lugar la reunión, se encontraba en la sala contigua ultimando los requisitos multimedia para que la ponencia tuviera éxito. En un abrir y cerrar de ojos, dispuso todo para que hasta el más despistado encargado pudiera llevar a buen puerto la conferencia. -

Un buen trabajo es siempre un buen trabajo – se dijo mientras aupaba sus gafas con un dedo. – Robin estará contento por mis servicios. Ahora, a mover el esqueleto. Yo seguiré bailando mientras la música aún suene.

Ni corta ni perezosa, se dirigió al Hotel Lucario, donde había una fiesta en la que ella, aún sin ser invitada, pensaba danzar, danzar y danzar hasta quedar exhausta. Avanzando por el pasillo sin apenas mirar, chocó su hombro con el de un joven cabizbajo que, a tenor de los hechos acontecidos, tampoco iba mirando.

5

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

¡Aquella chica era la viva imagen de Naomi Kimishima!

6

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

El golpe se encargó de sus gafas. Él levantó la mirada. Reparó enseguida en sus morenos cabellos, su flequillo hábilmente peinado y el recogido superior para que no le tapara la vista. Largas tiras oscuras como la noche caían por delante de sus hombros, dispuestas sobre su pecho con elegancia al tiempo que una larga melena se desplegaba por su espalda, casi alcanzando su cintura. Obviando el detalle del color y otros como ese sensual lunar bajo sus labios… ¡aquella chica era la viva imagen de Naomi Kimishima! La Naomi que conoció en Delphi estaba ahí, delante de él como si cualquier cosa. -

Bueno, ¿vas a quedarte ahí como un pasmarote, vas a disculparte o vas a ayudarme a levantarme, al menos? – inquirió la aludida. ¿Eh? Ah… discúlpeme. Iba pensando en otra cosa y yo… Sí, muy bien, muy bien – dijo ella mientras se incorporaba. Espero no haberle hecho daño.

Estallando en una sonora carcajada, le contestó diciendo que cómo iba a hacerse daño por una caída fortuita. Disculpándose por sus modos, abandonó el pasillo y se dirigió hacia el ascensor como una bala. -

Esa chica… me pregunto quién será…

La mañana siguiente llegó como agua de mayo. La cabeza dolía horrores a Little Guy quien, para colmo, no había pegado ojo en toda la noche. Primero, pensando en su reencuentro con Emily, luego rascándose la cabeza intentando recordar de qué sonaba tanto la chica con la que tropezó cuando se dirigía a su habitación y, para terminar, con una resaca de mil demonios. A pesar de todo, gracias a tanto beber agua y a un zumo de naranja recién exprimido, los síntomas de aquella tarde de alcohol comenzaban a remitir lentamente. Sobre la cama, en una percha, había colgado su uniforme de trabajo. Era uno de los requisitos de aquella convención asistir en traje de chaqueta. El FBI no podía ser menos que ejemplo para la sociedad. Bien planchado y lavado, lucía espléndido en Kurt, ya que aquella corbata celeste apagado congeniaba con sus tristes ojos de color tormenta. Pasó un peine por sus cabellos, a los que dio brillo y se marchó a la dichosa reunión.

La sala de reuniones de la Torre Watts principal era exageradamente grande, algo que no era de extrañar comparada con las dimensiones generales del edificio. El FBI había elegido con acierto el lugar, ya que ofrecía una magnífica panorámica de toda la ciudad, entreviendo las montañas detrás de los edificios y transmitiendo paz al visitante. Alrededor de las mesas, pululaban varios camareros ofreciendo bebidas a los presentes. Little Guy se horrorizó ante la idea de volver a beber otra vez, así que se limitó a aceptar una copa con agua. Pura y sin alcohol copa de agua.

7

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

Se encontraba ya degustando el preciado líquido cuando un fornido caballero, de bigote bien poblado, se acercó a él y lo saludó. -

Hombre, Navel… Quién te ha visto y quién te ve. ¡Señor Kageshima! El mismo, el mismo. ¿Qué tal tu nuevo trabajo en Japón? Bien, bien… Da gusto verte por aquí.

Arthur Kageshima era uno de los más importantes miembros del FBI y tenía destinado, entre otros, a Kurt Navel en el país del Sol Naciente, en la brigada de Policía Especial, a la que pertenecía Little Guy (aunque siempre se refería a ellos como “el FBI”). -

La reunión va a comenzar. Y creo que te gustará. – Little Guy no pudo evitar temerse lo peor. – Será mejor que ocupe mi lugar, pues. Buenos días, señor Kageshima. Disfruta de la velada, Navel. Gracias, señor.

La reunión estaba a punto de empezar, tal y como se anunció por megafonía, por lo que todo el mundo se dirigió ordenadamente a sus sitios. El joven de cabellos rubios que nos ocupa no fue menos. Enseguida, el anfitrión subió las escaleras y fue nombrando a los miembros del tribunal. Una de ellos llamó poderosamente la atención a Little Guy. -

… y a su derecha, la especialista forense y delegada de comités y festejos, la señorita Alice Flemming.

La multitud profirió en aplausos. Por lo que pudo deducir el chico, Alice era una figura querida y admirada por todos. Ella se limitó a sonreír y, o al menos eso le pareció a él, lanzar un beso con la mano a Little Guy. Silencio. Todo el mundo dirigió sus funestas miradas a aquel joven que, por el momento, no entendía nada. -

Damas y caballeros – arrancó el dirigente superior, sentado en el centro por protocolo – nos hemos reunido aquí, como ya saben, para tratar la organización y el funcionamiento de nuestra empresa. >> Los hechos que han acontecido recientemente – se limitó a continuar – nos han hecho plantearnos la efectividad de nuestros movimientos. Primero, el asesino de masas, después la GUILT, de nuevo el estigma y más tarde una nueva enfermedad. Ante un horizonte plagado de nuevas amenazas, hemos decidido que lo mejor es reforzar nuestras medidas. No sólo hemos ampliado nuestro personal, sino que hemos decidido promocionar a varios agentes.

8

Los Archivos de Naomi Kimishima – Caso 1: Sentimientos Confusos Episodio 1.25 (Previo a la investigación): Convención

La gente volvió a sus aplausos, olvidándose aparentemente de Little Guy. Gente simple. Muy del FBI y todo eso, pero simple a fin de cuentas. No duraría mucho. El dirigente continuó su diatriba. Cada vez que abría la boca para promocionar a un agente, los asistentes se volcaban en los aplausos. Se detenían. El dirigente hablaba de nuevo y el ciclo se iniciaba una vez más. Así, hasta que, inesperadamente, llegó su turno. -

Y por su experiencia con la GUILT, su contacto con Rosalia y sus estudios del estigma, hemos decidido que la doctora Flemming, avalada investigadora y forense, sea la supervisora directa del ahora doctorando… ¡Kurt Navel!

Odio. Miradas cargadas de odio rodeaban otra vez a Little Guy. Ni un aplauso. Sólo odio. -

Un nuevo subordinado… Espero que seas un aplicado estudiante que resulte una bendición para nuestro sistema.

La gente, al oírla hablar con aquel tono de desprecio, volvió a aplaudir. Por su tono y… simplemente porque era ella. Lo mejor estaba aún por llegar.

9

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.