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ESTRATEGIA DE INTERVENCION CON GRUPOS DE MUJERES AGREDIDAS
Lic. Ramírez Gamboa Monge
Alexandra Barboza Licda. Hilda
Licda. Norma Leal Rugama Licda. Sonia Mora Solorzano1
I.INTRODUCCION Tratar con la violencia doméstica es ponerse en contacto con el dolor desde tu ser interior hacia el del sujeto de atención terapéutica. Sólo con una perspectiva vivencial podrá entenderse el proceso individual y colectivo de las mujeres que sufrimos un trato desigual en la sociedad, por nuestra condición de género femenino. Es así, como el tomar conciencia de la incidencia de nuestra cultura en el rol social que desempeñan hombres y mujeres, implica un compromiso no sólo como profesional sino como ser humano, promover cambios en las condiciones de desigualdad dentro del grupo familiar formador y perpetuador de las mismas, sin olvidar el respeto al proceso de las personas involucradas. Movidos por esta conciencia, funcionarios de la Delegación del Sur del PANI, tomaron la iniciativa de diseñar un proyecto de apoyo a la mujer Agredida; sin embargo, por diversas circunstancias tuvo que ser ejecutado sólo por Trabajadoras Sociales, siendo muy satisfactoria la labor emprendida. Este documento recopila la experiencia de dos años consecutivos e intenta transmitirla para que sea asumida y mejorada por otros que acepten el reto profesional que esto implica. Las estrategía aquí presentada pretende servir de soporte a la facilitación de grupos de mujer agredida. Se subdivide en cinco fases que comprenden 23 sesiones semanales: 1)- Encudre y establecimiento de la confianza. 2)- Compartiendo sentimientos y experiencias. 1
-Costarricenses
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3)- Apoyo conceptual a la luz de sus vivencias. 4)- Fortalecimiento y empoderamiento para la toma de decisiones. 5)- Preparación para el cierre. II. MARCO TEORICO: Se puede afirmar que la desigualdad entre varones y mujeres es un fenómeno de tadas las épocas, cuyas manifestaciones están estrechamente ligadas con el sistema socio - político, el grado de desarrollo económico y la tradición cultural de cada país. Costa Rica, como economía sub-desarrollada y dependiente vinculada a un sistema internacional capitalista repite características del mismo. En nuestro país, al igual que en otras partes del mundo, la familia reproduce una organización vertical basada en una jerarquía de poder que ubica al hombre como autoridad de dicha estructura. Muchos estudios han demostrado que la violencia doméstica es consecuencia de esa estructura jerárquica patriarcal que confiere inmensos poderes a los hombres sobre sus esposas e hijos, constituyendo una consecuencia de superioridad. El patriarcado en este sentido es un sistema de sexogénero que supone la dominación de la mujer por el hombre. A la luz de estos conceptos, la violencia doméstica es una forma de violencia de género experimentado por gran cantidad de mujeres a nivel mundial; pero raramente es reconocida como una violación de los derechos humanos. Se considera como una situación en donde el agresor es el esposo o compañero con quien la mujer mantiene relaciones maritales estables, independientemente de la clasificación legal existente en el país. Es importante señalar que la subordinación de la mujer se perpetúa a través de medios que se utilizan para legitimar tal discriminación. El Estado, como un ente androcéntrico y patriarcal, promueve y apoyo mediante la legislación existente. De esta forma vemos como aún dando un incremento en la violencia doméstica con características epidémicas, no existen www.ts.ucr.ac.cr
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instrumentos legales apropiados para proteger a sus víctimas. Es por ello que la mujer prefiere no denunciar su situación y el escazo porcentaje que lo realiza; debe recorrer un sinnúmero de instituciones que no le brindan ningún tipo de ayuda lo que contribuye a aumentar su frustración. Mientras tanto, en los hogares, éstas mujeres continúan siendo física y emocionalmente mutiladas y muchas otras están muriendo en manos de sus compañeros. Otros de los medios que se utilizan para legitimar la violencia doméstica, son instituciones religiosas, la educativas, los medios de comunicación y demás agentes socializadores. Es de esta forma como niños y niñas, hombres y mujeres son socializados para que se comporten de acuerdo a las normas definidas por la división sexual del trabajo y el conjunto de conductas esperadas para cada sexo. Así, es "normal" que los hombres reaccionen violentamente, tanto física como sexualmente contra mujeres y niños. Por ende, la violencia es un componente de la masculinidad. Los hombres aprenden a utilizarla para resolver conflictos. Desde muy temprana edad, son estimulados para que utilizen sus puños y pateen a otros para mantener su prestigio, autoridad y privilegios. Los juegos y juguetes masculinos son rudos y emplean la violencia como símbolo de heroísmo y bravura. Ante esta realidad muchos profesionales y científicos muestran una actitud de total indiferencia y pasa desapercibida, contribuyendo en ello una serie de circunstancias que le niegan la connotación de violencia a lo ocurrido dentro del hogar. Las mismas teorías psicosociales han creado un clima de negación y falta de información, brindando además apreciaciones falsas que confunden y se alejan de la realidad. A la mujer se le ha clasificado de "histérica, mentirosa, y mazoquista", quedándose gran cantidad de mitos que tratan de justificar la violencia doméstica del cual es objeto. Es así como en una forma solapada o abiertamente, se utilizan argumentos estigmatizantes y culpabilizadores que agreden aún más a las mujeres, y que se trasmiten de una generación a otra, contribuyendo a negar tan desvastadora realidad. www.ts.ucr.ac.cr
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Preocupadas por todo lo expuesto anteriormente, es que funcionarias de la Delegación del Sur hemos iniciado un proceso de cambio en el abordaje de la violencia doméstica, con miras a que exista un espacio en el cual la mujer expresa sus sentimientos y obtenga a través del proceso grupal el empoderamiento necesario que le permita la toma de decisiones y, con ello, poder tomar el control de su propia vida. ROL DEL TRABAJADOR SOCIAL Tradicionalmente, el Trabajador Social del Patronato Nacional de la Infancia, ha definido su rol en el ámbito de lo asistencial. Esto tuvo su sustento en las políticas sociales que dieron origen a su surgimiento, institucional, en donde como principal objetivo se tenía el brindar la protección a la madre y al niño. De esta manera dentro de este modelo de intervención, recepcionamos en forma directa las demandas de los beneficiarios ocupándonos de la implementación de diversos servicios, en donde sobresale una práctica de prestación y administración de los mismos. A lo largo de más de medio siglo, el Trabajador Social del PANI ha definido su campo de acción haciendo uso del esquema de diagnóstico-tratamiento, buscando con ello identificar la naturaleza de ciertos "males sociales", las causas y efectos de estos. En consecuencia, los problemas se constituían mediante la suma de casos individuales, clasificándolos dentro de una tipología, y explicándolos como factores de desequilibrio o bien de desajuste. Es así como a partir de ello se definían tipos de acción a desarrollar, buscando obtener las soluciones. No obstante, este esquema de diagnóstico-tratamiento nos ha llevado a la tensión de multiplicidad de problemas individuales, en donde se ha implementado un activismo desgastante, sin que a la postre se obtuvieran los resultados esperados. A partir de lo anterior, un grupo de profesionales de la Delegación del Sur, inicia al proceso de análisis y reflexión en torno a la demanda excesiva de atención y apoyo, que las mujeres solicitaban a nuestras oficinas, por ser víctimas de agresión en el hogar por parte de su pareja. Como antecedente a esta iniciativa de intervención, se debe anotar que en años anteriores se habían anotado importantes esfuerzos por atender algunas tipologías bajo la modalidad del grupo. A través solicitan las www.ts.ucr.ac.cr
de la mujeres
constante demanda de atención que agredidas, se logra identificar la 4
urgente necesidad de trabajar con estas, quienes cotidianamente solicitan apoyo, siendo así prioritario vincularnos a estas mujeres, validando en todo momento la necesidad sentida por estas. Para el cambio de ese rol tradicional, ha sido necesaria la observación y reflexión, sobre la intervención que por años se ha asumido a nivel institucional. Igualmente, se ha requerido articular la teoría y práctica para orientar la nueva intervención, ya que como tal propone cambios, que se centran en revertir el efecto de ajuste que se ha implementado por años, en donde el profesional interviene e invade la vida cotidiana de estas mujeres. En la actualidad se pretende con la nueva estrategia de intervención, validar sus capacidades para que sean artífices de sus propias vidas. Es así como la Trabajadora Social asume un rol de facilitador, que ha obligado no sólo a cuestionar el quehacer profesional sino nuestra vivencia personal, en tanto para incursionar en el tema de Violencia Doméstica, fue necesario vivir un proceso de conocimiento y de toma de conciencia de nuestro accionar desde una perspectiva de género. Como requisito imprescindible para el abordaje de esta problemática, figura el sentido de pertenencia que nos identifique, pues ello brinda el cimiento sobre el cual el abordaje pasa de ser vertical a horizontal, permitiendo garantizar una comunicación de la Trabajadora Social y beneficiaria en un mismo plano de mujer a mujer. Sólo mediante una confrontación constante y conciente de nuestra vivencia de género, podremos apoyar y facilitar el proceso terapéutico. De hecho, el descubrirse a sí misma como mujer agredida, es entrar en contacto con nuestro propio dolor, Sólo en la medida de que estemos dispuestas a enfrentar estos sentimientos de dolor, estaremos preparadas para manejar y enfrentar terapeuticamente el dolor del otro. Bajo esta modalidad de intervención, es indispensable en el trabajo con grupos de mujeres agredidas, que la Trabajadora Social en su rol de facilitadora crea en la mujer, en sus capacidades y potencialidades de superación e independencia. Entendido esto como, la acción de rescatar y validarla en su forma de ser, razones que justifican el respetar en forma estricta el proceso y avance del grupo, en donde se deben reconocer los sentimientos de invalidez, impotencia, agresión, dolor y duda, así como aquellos mecanismos que han desarrollado para no claudicar. Se debe rescatar en forma www.ts.ucr.ac.cr
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constante el valor, fuerza y valentía sobrellevar el drama de sus vidas.
que
han
tenido
para
Se deberá tener presente que es la mujer agredida la persona más capacitada y experta en su vivencia de agresión, por que conoce el grado de peligrosidad, según sea la etapa del ciclo de la violencia a la que se encuentra expuesta. Es por ello que se le debe creer, y respetar sus decisiones; sólo en esa medida se podrá lograr alcanzar la meta principal que apunta a que la mujer agredida logre, a través de un proceso, "empoderarse" y asumir el control de su propia vida en forma libre e independiente. Lo anterior obliga al facilitador a despojarse de los mitos que nuestro propio sistema de valores defiende y por ende perpetúa. Y que ello posibilitará el que podamos redescubrir la teoría a la luz de las vivencias que las integrantres del grupo aporten. III.METODOLOGIA DE TRABAJO CON MUJERES AGREDIDAS A. Proceso La modalidad del grupo se denomina de "autoayuda" y el mismo se llevó a cabo mediante 23 sesiones de trabajo. Las mujeres que lo inician son las mismas que culminan el proceso, por lo que se convierte en un grupo cerrado. Es recomendable que el número de sobrepase de 10 mujeres con el fin participación.
participantes de facilitar
Se llevan a cabo sesiones semanales duración por un período de 6 meses.
de
2
horas
no su de
Es recomendable la presencia de dos facilitadoras quienes se intercambian objetivos específicos de participación, ejerciendo una de ellas el rol de conductora y la otra de apoyo; sobre todo en la revisión de los sentimientos generados en el proceso grupal y en el abordaje de situaciones emergentes. También es importante que paralelamente al desarrollo grupal se establezcan sesiones individuales con c/u de las mujeres. Estas estarán a cargo de las profesionales que tienen el caso asignado y que recomendaron su incorporación al proceso grupal. Posteriormente www.ts.ucr.ac.cr
se
procede
a
discutir
c/u
de 6
las
situaciones criterios.
familiares
tomando
en
cuenta
los
siguientes
B. Criterios de Selección: 1) Que violencia a la mujer.
las
participantes presente una situación de doméstica en donde prevalezca la agresión
2) Que exista motivación y compromiso 3) Que severas. C.
Fases
no
presenten
patologías
mentales
ni
sociales
de Intervención Grupal:
En la organización y conducción de un existen principios básicos a tomar en cuenta:
grupo
de
apoyo
1) La mujer agredida y sus hijos son víctimas agresión 2) El agresor es responsable de su conducta
de
la
3) La mujer desconoce la razón y consecuencias de la agresión en ella, en él y en sus hijos. 4) El agresor no dejará su conducta agresiva 5) La mayoría de estas mujeres reportan antecedentes de agresión en otras relaciones de su vida. Tomando en cuenta estos principios básicos para abordar la problemática de la mujer agredida, nuestro trabajo con ellas se desarrolla en 5 fases de intervención: I
Encuadre y establecimiento de la confianza
II- Compartiendo sentimientos y experiencias. III-Apoyo conceptual a la luz de sus vivencias IV- Fortalecimeinto y empoderamiento para la toma de deci siones V-
Preparación para el cierre grupal
El proceso grupal no es lineal; sin embargo, se plantean www.ts.ucr.ac.cr
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diferentes didácticas y de organización; ya que tanto las facilitadoras como la demás integrantes del grupo pueden retomar algunos contenidos temáticos tratados en sesiones anteriores de acuerdo a las necesidades del grupo. En cada una de las fases de intervención se desarrollaran temas generadores de discusión. Esto permite que la mujer logre, a la luz de sus experiencia personal, identificar los elementos que caracterizan la problemática de la mujer agredida; dándose en la dinámica grupal mayor énfasis a la expresión de sentimientos que la vivencia particular de cada una de las mujeres genera. En la primera fase de intervención grupal se plantean los siguientes objetivos. 1)- Brindar la información necesaria que permita a las mujeres aclarar las expectativas que tienen del proceso grupal. 2)- Crear grupo expresión de
un
ambiente de seguridad y confienza en el que les permita a las mujeres la libre sentimientos.
Esta fase es muy importante ya que en ella, además de conocerse las participantes, se establecen los objetivos, las reglas del grupo, el horario, y el tiempo de duración de cada sesión, con el fin de crear un nivel de compromiso. Como parte de la dinámica a seguir en las siguientes fases de intervención se analizarán aspectos concernientes con el proceso de socialización y su contribución determinante en la asignación de roles y los comportamientos esperados socialmente para mujer y el hombre. Se abordan también aquellas características que se encuentran presentes en la mujer agredida y en los agresores, así como los mitos con el fin de desmitificar creencias y mensajes populares dirigidas a la mujer en torno a su posición en el problema de la violencia doméstica. También, a través de todo el proceso grupal, se trabaja sobre el tema de "la autoestima" con el fin de descubrir y rescatar aquellas fortalezas y potencialidades que cada mujer posee que lo facilita su "empoderamiento" y la libere del proceso de invalidéz aprendida en el que se encuentra. Durante las sesiones también se brinda asesoría e información sobre legislación familiar, derechos de la mujer, asesorías legales y demás opciones que, tanto a nivel www.ts.ucr.ac.cr
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gubernamental y no gubernamental, se ofrecen a la mujer para enfrentar el problema. Se aborda también el tema de la "sexualidad", con el fin de brindar información sobre la sexualidad femenina y su funcionamiento partiendo que existe una gran desinformación al respecto. Además, se trabaja en el tema de la agresión sexual, tomando en cuenta que es una manifestación más de la violencia familiar. En todo el proceso grupal, la intervención debe estar orientada hacia la validación de los sentimientos y el rescate de la fuerza que existe en cada una de las mujeres. Se aclaran y confrontan las expectativas que se tienen en torno al agresor, partiendo de que la mujer cree que este cambiará en la medida que ella cambie de actitud. Se analizan las expectativas reales en torno al agresor, y se establece en plan de seguridad o escape. Es importante aclarar, en todo el proceso grupal, que el mismo no constituye una cura mágica del ciclo de la agresión. Finalmente se para el cierre.
trabaja,
en
las
sesiones
de
preparación
En ella, se llaman temas relacionados con los sentimientos de pérdida y abandono; además se fortalece a las mujeres a fuerza y solidaridad para enfrentar situaciones de crisis una vez que se han librado de toda la culpa que el mismo proceso de socialización ha interiorizado. D. Técnicas Utilizadas En el proceso grupal se pretende que las facilitadoras sean muy creativas en el uso de diferentes técnicas de apoyo. El equipo que ha llevado a cabo esta experiencia grupal ha utilizado las siguientes: 1)- Trabajo en sub-grupos con preguntas generadoras de discusión. 2)- Apoyo audiovisual a través videos y películas, rotafolios, etc. www.ts.ucr.ac.cr
de la utilización de documentales, láminas, 9
3)- Biblioterapia (lectura de material comprensi ble para la mujer).
a
un
nivel
4)- Utilización de testimonio. 5)- Discusión libre. 6)- Juego de roles a través de sociodramas. 7)- Expresión y reflejo de sentimientos. 8)- Collage. IV. RECOMENDACIONES: A través de todo el documento se encuentran insertas recomendaciones a tomar en cuenta durante el proceso: sin embargo, se volverá a hacer énfasis en algunas de ellas, dada la importancia que tienen para garantizar los logros ya señalados. Lo primero es conocer la teoría de género aplicada a nuestro propio ser y a los demás que están en nuestro medio, con la convicción de que aquel que analiza los hechos sociales, desde su propia vivencia, puede entenderlos y propiciar su crecimiento personal que promoverá a su vez cambios en su entorno social inmediato. Responde también esto al compromiso y motivación que se generan una vez vivido este proceso de conocimiento participativo. Cumplida esta etapa, el facilitador y co-facilitador, que deberán ser mujeres, estarán desde una posición horizontal, en capacidad de acercarse al dolor de la mujer agredida, a sus dudas, avances y aparentes retrocesos en el alcance de su empoderamiento. Es conveniente que los facilitadores paralelos al proceso que llevan, cuenten con un espacio de retroalimentación con otros profesionales que conozcan esta teoría y retomen los sentimientos que esto les genera. Estos además deben contar con todo un proceso de capacitación sobre en lo que concierne a la teoría de género. Tanto al inicio del grupo como durante el proceso que se sigue con éste. En relación al grupo, éste es cerrado, con un máximo de 10 mujeres, les cuales no presentarán patologías mentales severas, ni sociales (alcoholismo, drogadicción,..etc) De nuestra experiencia, hemos concluido además, la necesidad de incorporar nuevos temas o servicios que complementen la atención a esta problemática. Ellos son el www.ts.ucr.ac.cr
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tema de la religión y como incide ésta en la socialización del ser humano y el otro es el Plan de Seguridad Vital. Este último, para protección de la mujer y sus hijos. Una vez concluidas las sesiones, es conveniente dar seguimiento a la condición de cada mujer a fin de que se mantenga la motivación y encuentre apoyo para su fortalecimiento. En relación a servicios, debe rescatarse, desde el inicio el abordaje interdisciplinario (T.S., Psicología, legal), con participación de profesionales comprometidos y conscientes de esta problemática, para dar atención no sólo a nivel grupal sino también individual a las necesidades que se presenten en el proceso de grupo, esto en forma directa, o gestionando ante otros entes (sectores, salud - vivienda - seguridad pública Tribunales de Justicia, etc). Por último, debemos transmitirles la satisfacción y convicción que esto conlleva, porque ayudarles es ayudarnos a nosotras mismas. Hemos aprendido con ellas; y para ellas y esas emociones, motivan e impulsan nuestro accionar.
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FUENTES CONSULTADAS
BARBOZA RAMIREZ ALEXANDRA Y OTROS. DE
PROYECTO: MODELO DE INTERVENCION PARA TRABAJAR CON GRUPOS MUJERES AGREDIDAS, PERIODO 1992 - 1993. PANI GAMBOA MONGE HILDA Y OTROS.
PONENCIA: VIOLEN
RESPUESTA
INSTITUCIONAL AL PROBLEMA CIA DOMESTICA, AÑO 1992.
DE
LA
PATRONATO NACIONAL DE LA INFANCIA EVALUACION DE LA EXPERIENCIA CON GRUPOS DE APOYO A LA MUJER AGREDIDA, AÑOS 1992 - 1993. LAURA GUZMAN STEIN, PONENCIA: PRESENTADA ANTE LA JORNADA TRABAJO. ASOCIACION NAL. E INTERNACIONAL DE MUJERES DE CARRERAS JURIDICAS, LA EN LA CATALINA, 15 DE MAYO DE 1992. DE
PERFIL PROFESIONAL E INSTITUCIONAL DEL TRABAJADOR SOCIAL, SAN JOSE, JULIO DE 1991.
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