Estudio geográfico y significado ambiental del relieve de la Lora de Valdivia y su complejo cárstico

ISSN: 1132-1660 Ohscrvaiorir, Medioanqhiental 1999. número 2,105-126 Estudio geográfico y significado ambiental del relieve de la Lora de Valdivia y

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ISSN: 1132-1660

Ohscrvaiorir, Medioanqhiental 1999. número 2,105-126

Estudio geográfico y significado ambiental del relieve de la Lora de Valdivia y su complejo cárstico Javier GUTIÉRREZ NEVADO

1.

LOCALIZACION Y ENCUADRE DE LA LORA DF LA VALDIVIA

La Lora de Valdivia se localiza en la zona centro-sur de la cordillera Cantábrica, a caballo entre la parte nororiental de la provincia de Palencia y la parte noroccidental de la provincia de Burgos, y muy cercana a la villa de Aguilar de Campoó. Morfológicamente corresponde a un gran plato calcáreo cuyo diámetro oscila entre 3 y 4km, el cual se encuentra elevado a 1110-1200 m respecto a los valles de Valderredible al norte —por donde circula el arroyo Mardancho, afluente del Ebro a una altitud de 800 m— y Valdelucio al sur por donde circula el arroyo Lucio, afluente del río Duero, a una altitud de unos 900 m Este plato está avenado por una red hidrográfica cárstica: el agua circula subterráneamente para reaparecer en la surgencia de la cueva de Covalagua, dando origen al arroyo Ivia que avena hacia el Duero a través del arroyo Lucio y el río Pisuerga. Todo Ello ha configurado un interesante complejo cárstico que se muestra en el modelado subterráneo de cavidades —cuevas de los Franceses, del Toro, del Perro y de Covalagua—, en el gran campo de dolinas que se encuentran dispersas por toda la culminación del páramo, y en el retroceso cárstico de Covalagua, en cuyo fondo de saco se puede apreciar una espléndida toba al pie de la cueva-resurgencia del mismo nombre. Desde el punto de vista biogeográfico la culminación de la lora está ocupada por pastizales producto de ]a deforestación a que llevaron Jas necesidades rurales. Tan sólo en los fuertes taludes hacia el norte y sobre todo en el estre— .

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Fgura 1.—Localización y encuadre de la Lora de Valdivia.

cho fondo de saco de Covalagua se conservan restos de una interesante vegetación de hayas, acebos, majuelos o robles. El poblamiento se sitúa en los valles fuera del páramo, siendo el núcleo mas cercano Revilla de Pomar. Sin embargo, se puede rastrear las huellas del uso que el hombre ha realizado de este territorio tanto en la deforestación se~ flalada para pastos como en la existencia de restos megalíticos como el menhir de Canto Hito y obras más modernas corno cl pozo que servía para cazar lobos, o el edificio de la entrada a la cueva de los franceses. Desde un punto de vista geográfico paisajístico ambiental lo que caracteriza a este sector es el relieve. Esta importancia llevó en los años setenta a catalogar la zona como parque provincial. Para ello se acondicioné la cueva de los Franceses para uso turístico, se construyó el mirador de Valeavado sobre Valderredible y se acondicioné el retroceso cárstico de Covalagua con un recorrido turístico donde se puede apreciar el encajado valle, la espléndida toba y una pequeña reserva con ciervos. —

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Por su importancia desde este punto de vista, el relieve de la lora de Valdivia y el complejo cárstico que en ella se encuentra será el tema que desarrollemos en las siguientes páginas.

2.

CARACTERIZACIÓN GEOGRÁFICA-MORFOLÓGICA DEL SECTOR

Este sector de la cordillera Cantábrica está articulado por una cobertera plegada que da origen a un claro relieve plegado. Aquí se sitdan los Páramos de la Lora como un gran sinclinal colgado que se desarrolla de ONO a ESE, y de los cuales la lora de Valdivia es una parte. Al norte de los Páramos, se encuentra una alternancia’ de areniscas, arcilías, arenas y pudingas wealdenses2 facies Valderredible3, que desciende con un buzamiento al sur de unos l(F, el cual va aumentando hasta llegar a los 2O~, configurando lo que, a falta de estudios de detalle del sector, he denominado el domo Valderredible. El domo de Valderredible y el sinclinal colgado de la Valdivia están separado por la disección ¡norfoestática del arroyo Mardancho, que diseca las areniscas y arenas del techo wealdense, albiense y cenomanense, así como las margas coniacenses, buzando unos IO~ al sur. Así se configura el valle de Valderredible que en este sector tiene una direccién ONO-ESE, y donde podemos apreciar rellanos, líneas de crestas y restos de un glacis que nos hablan de diversas secuencias en la disección. Hay que señalar la existencia de un modelado de pequeños alveolos, grietas e incluso pequeños puentes que afectan a las areniscas en los escarpes del frente de los páramos; estos alveolos a veces han sido agrandados por el hombre para formar cuevas artificiales que sirven de refugio.

En este trabajo se señalan las litofacies por su significado geográfico —comportamiento ante los procesos morfotectónicos y erosivos— por lo que haremos referencia a ellas en función de las unidades de relieve que articulan. La geología del sector fue muy bien estudiada en los años 30. Véase R. Ciry, «Etude géológíqee d’une partie des provinces de Burgos, Palencia, León et Santander», Bu//erín de la So¿jeté d ‘Histoire Narurcile de Toulouse. t. 74. Toulouse, 1939. Posteriormente este trabajo ha sido recogido en os ‘napas geológicosacluales del seclor con ligeras modificaciones de nomendatura.

Existen cambios laterales de facies desde eí norte al Sur Cfl el wealdense. Ahora bien, los mapas geológicos no se ponen de acuerdo si son facies del wealdense o son facies purbeck. Como esto es irrelevante desde el punto de vista geográfico nosotros las hemos denominado facíes Valderredible en el norte caracterizándose por un mayor espesor y resistencia a la erosión por lo que arman el domo, y facies Loras al sur con un menor espesor y más deleznables por lo que han configurado la coinhe.

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Figura 2—Corte longitudinal del relieve del Hernorio y la Valdivia. Al sur de los Páramos, en el valle del río Lucio, las pudingas wealdenses

facies loras buzan hacia el norte, al principio unos 25a aunque poco a poco su 4 con buzamiento aumenta hasta ponerse enestá el contacto los sinclinales colgados de las Loras.subverticales Todo el sector disecadofallado por el arroyo Lucio configurando una gran combe de dirección ONO-ESE que separa las Loras de la Valdivia. Igualmente, hay que señalar cómo la combe está rota en su interior por una línea de falla que nos habla de una evolución ínorfotectónica. Al igual que en el norte se pueden apreciar rellanos erosívos como los del Hierro o Villarén que nos hablan diversas secuencias de disección. Entre medias se encuentran las plataformas de los Páramos de ¡a Lora, como un gran sinclinal colgado de areniscas cenomanenses y calizas cofiacenses. En él, el buzamiento de las litofacies cambia progresivamente su sentido de norte a sur: pasan de buzar 5-10! al sur en Elecha y Valcabado, a estar subhorizontales en el centro, cambiando nuevamente a 5-101 al norte en ViIlarén o Revilla. Estos páramos también han quedado en resalte por el oeste donde se desarrolla la zona de disección del río Camesa (900 m) en las arenas albienses y pudingas wealdenses facies loras que dan paso a las crestas de materiales calcáreos y margosos jurásicos levantadas desde el oeste, en el contacto fallado

La línea de falla fue seflalada por Ciry; véase 1aiee.isisriiisles ettoalne,r ya re slldre’aaa par deadeíee4 5 Tarr—arreas~lae>iaies fiíraica.-stiees Cae Atarjeas aiaeiaiee de Carde de asile, Ceia*>aies es las r’lse’Cei a paritaelsearte fieiias rtícas.S Cesacoes da recete dec,-*stsí, resero.. ySsiíedet dereces, deae..tee>ae gíarreseeliarascceresscr,diertes esees dices> casi depOsOtes coilesies oie,aear Traed. *4. Saetee te rata; 5 Taú,.íe.~ o síerríeeiít6.flatre eta er9i¶ad;.rei ytrse>saeseiI3.B erar-te deiateteeeeie>5e-ea deiS Vaidiesilte. Cta -cele eetracta-si eer-o sede ycaeeticads yr.a FIe,Údad de> ylata taitSreo de la Veidicer 19. Criarrecta ser;daeicedireredaetiayaereaaaeae>ai >C,e.aeqaieCids,tOCSrSt,Cilt,rftptOCCSrtOyOTatdtaset* e,-te>rscrar dir*Ca65S de 63 aeScsl eei5sde de tíoeeeiate; 54. Secta,- de Asese>lee dei Cje—R;QseTietCí 05. TIstes de eresetes díteasdor dei Pe,-ca,-íe, 56. Ar-,-esa,ierta de lees dita disecada ¡atereiereerte ¿Y. CarAte ceteci~e,al de ~tlrtdiilai ¿fi Seliair,S de Adr-ere, 39 tacole a.—tociA,ai ai Cae del SereerYa; 3* &gate e de Cela;erres de sr-cilyaae*ee.- peefeereste eee>eS;e,- te aceces aire deoósit es Celes síes 34 Vaiie de tirres de Celle> sestee de Ser elacia cae> sCterseise>tsr da ereA!a i.al*pe peaFereeete aceces raeateeta de deptelras taitae>ielfl. (rara ea te sauce sae,tce>;erise de la cale de Cae-releje; 36 Ci Avíe y Carral “‘terse día de Vatdeereaisít 3? Ores tas ter—edies de líe4derr~aaieriei 34. Sectas da alree>cí6c triacal att creays Ase asescal 3C SecAera-ces de sitaste de Vsiserre diste si crer-te y lar Loe-as si Sed 45. tereesíte a. tase.

Figura 4.—Esquema geográfico del relieve de la lora de Valdivia. III

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se dirige de norte a sur sin apenas cambios bruscos de pendiente; por ello creo que la superficie de erosión enrasaba Valderredible con la Valdivia a esta altitud y si ha habido deformaciones posteriores han sido un ligero basculamiento de Valderredible al sur que aquí son deformaciones inapreciables. Por el contrario, el borde sur tiene un cambio de pendiente muy brusco desde el borde de la lora en apenas 300-400 m respecto al flanco del sinclinal colgado por lo que se puede intuir deformaciones. Ello es apoyado por dos hechos: el primero es la existencia de una superficie de erosión poco deformada al sur en la lora de Barrio Lucio que tiene sus culminaciones a 1180-1190 tu; el segundo es la existencia de una intrusión morfoteetónica entre las loras de Bamo Lucio y Valdivia. Ello nos lleva a señalar que el borde sur de la lora de la Valdivia se encontraba por debajo del nivel de Barrio Lucio —o como mucho a la misma altitud— y aunque poco, el flanco surde la Valdivia ha sido ligeramente deformado y levantado por la intrusión morlútectónica en el valle de línea de falla. Ello es apoyado también por la evolución de la red hidrográfica que expondremos en los apartados siguientes. Por último, hay que señalar como la lora de Valdivia se encuentra incidida desde el este —incisión de Riquelete— y oeste —incisión del río Ivia—. Ello ha generado un modelado de valles secos y colgados en el interior de la Valdivia. Por un lado aparecen como un corredor este-oeste desde el Riquelete a Ivia. Por otro lado existen una serie de arroyos que se abren en abanico desde la incisión del Ivia. Estos valles se corresponden a una primera secuencia de la red hidrográfica, cuyo posterior encajamiento y carstificación ha dejado estos valles secos y colgados. La disección posterior ha hecho encajarse al arroyo de Ivia más de lOO m respecto a los bordes de la lora. Este encajamiento tan sólo ha afectado al interior de la Valdivia en el fondo de saco de Covalagua, con una dirección de estenoreste a oestesuroeste. En su parte superior encontramos escarpes subverticales correspondientes a la caliza coniacense con restos de intensa carstificación, mientras que en su parte inferior se corresponden a taludes de fuerte inclinación en las areniscas cenomanenses, Nos habla de un retroceso cárstico en el interior de la lora. Actualmente, la lora de Valdivia está avenada subtenáneamente por una red hidrográfica córs¡ico. El agua de lluvia se filtra, circula subterráneamente en el contacto entre la caliza y las margas impermeables de la base del cofiacense, y resurge finalmetite por la cavidad de Coualagua, localizada en el fondo de saco, dando origen al arroyo de Ivia. Los hechos señalados estructuran la Valdivia en cuatro panes distintas. El primero y el segundo son los flancos suroeste y noreste. El tercero y el cuarto son la parte central: el canal centro sur y el sector menos afectado por la disección del centro-norte. U>ÚnliB ‘fe

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Foto 2.—Dolina en el sector centro.

6.

EL SECTOR CENTRO-SUR

Este sector es una franja de unos 500 m de ancho desde Canto ¡lito hasta Cuesta Rubia y unos 4 km de longitud desde Revilla hasta Riquelete. Su parte central, al sur de Canto Hito, se corresponde a la mitad sur del núcleo del sinclinal colgado donde las calizas coniacenses están subhorizontales, con mayor espesor y altamente carsilficadas. Un importante campo cársúco se desarrolla aquí en forma de lapiaces y grandes dolinas. Estas últimas tienen el carácter de torcas de paredes escarpadas en alineaciones de dirección oestenoroeste a estesuí-este. Hacia el oestenoroeste las líneas de torcas dan paso a la disección del río Ivia en Revilla, que corta el cierre periclinal a una altitud de 1150 m. justo en el umbral que se lbrmó por el levantamiento de la lora desde el noreste y suroeste. Hacia el estesureste la línea se torcas da paso a la disección fluvial de Riquelete. El sector se corresponde con dos claras características morfoestructurales: en primer lugar es la parte sur de la amplia charnela estructural del sinclinal colgado y en segundo lugar es la charnela morfológica~ que se formó por el levantamiento desde el norte y el sur. El concepto de clan-nela mnoí-fSlógica ha sido acuñado por el profesor Jesús Gatc(a Fernándes en sus (Cursos de Trabajo de Campo en Geografía. Este es un concepto exclusivamente geo-

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Estos hechos tuvieron una gran importancia desde el punto de vista de la red hidrográfica y los modelados. En la charnela morfológica se configuró un canal donde se acumulaba el agua proveniente de los flancos del sinclinal colgado. Desde aquí parte del agua se desviaba hacia el oestenoroeste —dando origen al río Ivia—, mientras que otra parte se desviaba hacia el estesureste ——sendo éste el origen de la disección de Riquelete——. Igualmente, la afluencia de agua a este sector creó un gradiente hidráulico que favoreció la evacuación subterránea de carbonatos en disolución en uno u otro sentido, originando el sistema de torcas alineadas en esta dirección. 1-lay que señalar que a lo largo de esta línea se produce una sucesión de los modelados que nos habla de una curiosa evolución fluviocárstica. Al entrar en la lora. el val/e seco de incisión fluvial de Riquelete da paso a un valle en bogaz; a continuación éste se convierte en una alíneacion de torcas que han coasleckio dejando pequeños umbrales que se aprecian entre ellas; finalmente los umbrales aparecen intactos encontrándonos con torcas independientes. Se trata de cuatro tramos distintos de un mismo elemento hidrográfico. El primer y segundo tramo tuvieron su origen en la incisión fluvial proveniente del sureste, pero mientras el primero coníinuó siendo exclusivamente fluvial debido a que se desarrollaba en las arenas y areniscas cenomanenses, el segundo se carstificó al encontrarse en materiales calcáreos, dando con ello origen a un valle en bogaz. El tercer y cuarto tramo tuvieron por el contrario un origen exclusivamente cárstico. Sin embargo, el tercer tramo, más cercano a la incisión fluvial, evolucionó más rápidamente por lo que las dolinas-torcas coaslecieron originando un tramo fluviocárstico. El cuarto, más alejado, se mantuvo como torcas independientes. Esta misma evolución se aprecia desde el río Ivia. Si avanzamos desde las torcas hacia el noroeste, éstas dan paso primero a las torcas que han coaslecido, después a las dolinas del valle seco en bogaz, luego al valle seco colgados del Ivia, y finalmente a la incisión de este río en Revilla.

gráfico relalivo a la organización morloestructural que condiciona el relieve y su estudio desde un punto de vista evolulivo. Carece por tanto de sentido en el estudio paleogeogrático de la geologia. de la que por desgracia se suele parlir en cualquier estudio de geografía. La idea hace referencia a la génesis de los sinclinales colgados a partit (le una superficie de erosión. La posterbi deformación morfosectónica tevansa los flancos creando una nueva charnela —la morfológica-— que puede coincidir o no con la estructural. Como se puede deducir, la ¡dei, es básica para entender eí relieve, las redes hidroeráficas o modelados como el cárstico. aspectos que hasta este momento habían sido descritos pero estaban lejos de ser explicados. Obsúrvatorio Medioarnbiy-yaZca! 1999, número 2. lOS- 1 26

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EL SECTOR CENTO-NORTE

Desde Canto Hito hasta la entrada de la cueva de los Franceses al norte, nos encontramos el otro sector del núcleo del sinclinal colgado que se corresponde al centro de la charnela estructural. Esta charnela se articula como un plano ligeramente inclinado desde el norte, lo que articula este sector como la zona de transición desde el flanco norte hacia la zona de Canto Hito. Hacia el sureste las calizas arrasadas de esta charnela estructural se continúan hasta el valle transversal. Hacia el oeste, la charnela arrasada da paso al retroceso cárstico de Covalagua que ha disecado el extremo de la charnela. Así pues, morfoestructuralmente el sector es el centro de la charnela estructural pero morfologicamente es una continuación desde el norte. Esto llevó a que no fuese la zona donde se acumulaba superficialmente el agua, sino que fuese el sector de tránsito desde el flanco norte al canal Ivia-Riquelete de la charnela morfológica. Por ello, la evolución de la red hidrográfica en este sector ha estado más en relación con una carstifieación profunda, con relación al agua que se acumulaba subterráneamente en la charnela estructural, que con una evolución fluviocárstica superficial como pasó al sur de Canto Hito. Esta carstificación se muestra en tres hechos: el retroceso cárstico de Covalagua, en las cuevas de los Franceses y Covalagua, y en las laxas dolinas de flexión o plato distribuidas en la superficie. Covalagua es un fondo de saco con una longitud de 1 km en dirección de estenoreste a oestesuroeste y con un encajamiento de 80 m respecto a la culminación de la lora. Las laderas del valle son muy escarpadas y se encuentran divididas en dos partes: los escarpes superiores en la caliza coniacense con restos de carstificación y los taludes de fuerte pendiente en el complejo arenoso-areníscoso cenomanense que unen dichos escarpes con el fondo del valle. En la actualidad el arroyo Ivia nace en la surgencia de Covalagua. Esta surgencia se localiza en el fondo de saco y se encuentra colgada respecto al cuémago del valle, en el contacto entre las permeables calizas coniacenses y las margas impermeables de la base del coniacense. Ligado a ella aparece una cueva de donde resurge el agua y un importante depósito tobáceo que se extiende en parte por el fondo de valle. La génesis del valle de Covalagua está clara: es un retroceso cárstico, producto del afloramiento hacia el arroyo de Ivia del agua acumulada en la charnela estructural del páramo. Parte del agua circulaba superficialmente hasta el canal Ivia-Riquelete, desaguando a continuación por estos valles, hoy secos, en uno u otro sentido. Otra parte se filtraba, circulaba en profundidad a través de la caliza coniacense-turoniense, se acumulaba en la charnela estructural del sinclinal colgado —localizada donde hoy está la zona de la cueva de los Franceses—, y desaguaba a lo largo de esta charnela hacia el arroyo de Ivia II?

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