EXCLUSIÓN DEL SISTEMA ESCOLAR. UN ESTUDIO CUALITATIVO EL POR QUÉ DE LA INVESTIGACIÓN

EXCLUSIÓN DEL SISTEMA ESCOLAR. UN ESTUDIO CUALITATIVO EL POR QUÉ DE LA INVESTIGACIÓN Elsa Espinoza. México. e-mail: [email protected], yo_lep

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EXCLUSIÓN DEL SISTEMA ESCOLAR. UN ESTUDIO CUALITATIVO EL POR QUÉ DE LA INVESTIGACIÓN Elsa Espinoza. México. e-mail: [email protected], [email protected] Los datos derivados de los estudios sobre exclusión escolar, no han permitido apreciar este problema en su profundidad y complejidad. Se ha intentado encontrar respuestas a dicho problema con el análisis de datos y cruces de variables relacionadas con la escolaridad. Dichos estudios han eludido, los procesos, las relaciones, las percepciones y las vivencias de los actores en la escuela. La escuela misma sólo es percibida desde su condición institucional. Con esta investigación se pretende comprender la situación educativa y al educando desde la exclusión o desescolaridad. En este sentido, se retoman los conceptos de educación escolaridad - desescolaridad y su relación con la escuela. Igualmente se orienta a comprender el mundo de vida de estos jóvenes desde las vivencias escolares de una joven desescolarizada. REVISIÓN DE CONCEPTOS En cuanto a la educación • La educación se orienta al desarrollo pleno del ser humano a partir de la vida en sociedad y de su pertenencia cultural. • Posee expresión y significado a partir de la vida. • Conforma y transmita el ethos cultural: valores, creencias, estilos y modos de ser. • Se constituye en un “espacio sociopsicológico” alrededor de la familia, la comunidad y los medios de comunicación, que permite aprender, desde la existencia, desde diferentes lugares. La educación puede interpretarse como “un proceso de socialización mediante el cual una persona aprende un modo de vida” señala Brembeck 1984, citado por Bravo Jáuregui (2000). Es una forma de vivir lo societal en espacio y tiempo no definidos. Desde otro punto de vista, el mismo autor refiere que la escolaridad tiene lugar en un tiempo y lugar específicos a cargo de personas entrenadas para la tarea. • Lo escolar está limitado por la escuela con planes, controles, reglas, exigencias y horarios. • Las actividades están previstas, contribuyen a transmitir saberes y constituyen una opción de formación. • La escolaridad es vista como otra forma de educación que oficializa saberes pero presenta límites y parece “agotarse”; muchas ocasiones pasa a no educar en. La escuela sólo escolariza y monopoliza saberes creando distancias con respecto al ser social. En la mayoría de los casos, niega la cultura y disminuye su responsabilidad con el sujeto social. Es más, sus intentos por universalizarse la conducen al “desconocimiento” de las diferencias sociales y culturales.

La escuela se convierte entonces en un lugar de “premisas ajenas” y palabras “extrañas” y a veces pasa a ser poco significativa e inexistente para “los otros” a quienes no “reconoce” como señala Esté, (1990). En cuanto a la desescolaridad: se considera relacionada con la exclusión y con la deserción escolar. • Se ha definido la exclusión como la situación del alumno que nunca fue a la escuela y la deserción: como el alumno que ha tenido oportunidad de estar en el sistema escolar y sale de él. En el presente estudio se utiliza él termino desescolaridad para identificar a ambos conceptos. La desescolaridad vista desde dentro, desde el sistema escolar, pasa a ser una situación anormal que significa fracaso, desnivel, problema que precisa ser superado desde los mismos criterios escolarizantes; es decir, dentro de la normatividad y de la obligatoriedad del circuito escolar. Ahora bien, en un país donde este “fracaso” es alarmante a pesar de los esfuerzos de inclusión a todos en el sistema, siguen operando los mismos criterios de necesidad de escolarización expuestos desde dentro del sistema escolar. En esta investigación se consideró que la desescolaridad resulta en algo más que disminución de tasas de escolaridad, de índices de deserción o del desgaste de la matrícula, parece significar la distancia de la escuela de ese sujeto inmerso en otro mundo social y cultural, con su propio mundo de vida. Se considera la importancia de la escuela y su reconocimiento desde lo vivido; desde afectos, aspiraciones y expectativas que van más allá de lo individual y que se reconocen en el sujeto social, en sus prácticas y relaciones sociales. En el mismo orden de ideas, la desescolaridad para Esté (1990) y Moreno (1997) estaría dada por la “negación” del mundo de vida de los sujetos a quienes se pretende educar, a la incomprensión que despiertan; lo cual convierte a niños y jóvenes en carentes, reforzando la desescolaridad. La ausencia de significado de la escuela es también identificado por Venegas (1997) quien señala que la escuela luce incompleta, con una única función: la normatividad y la reglamentación, generando desescolaridad. De allí, que se trata de aproximarse a los significados que tienen los jóvenes de la escuela; aproximarse al mundo de la escuela desde ellos mismos. Esta investigación se propone ver el “problema” desde fuera de la escuela, desde los actores, desde la “otra visión” de la escuela. ¿QUÉ HICIMOS? Entendiendo la educación como desarrollo de la subjetividad social, la escuela tiene que reencontrarse con la educación y con ella incorporarse a la cultura, para constituir el espacio educativo.

Se trató de aprehender los significados que una joven tenía de la escuela desde su mundo de vida, desde su propio sentir, para interpretarlos. Metodológicamente, esta es una investigación cualitativa que pretende percibir la realidad desde los significados e interpretaciones que hace la propia persona. La historia de vida fue utilizada en esta investigación como método. La visión de Ferrarotti (1991) apunta a que el sujeto lleva en sí toda la realidad social vivida y que en él se concreta lo vivido y resume toda la cultura a la que pertenece. Esta propuesta es seguida por Moreno (1997). Ambos autores consideran que el sujeto es una síntesis de su realidad social y que la historia de vida permite abordar “su vida”. La historia de vida convierte al “dato en un despliegue de significados”. La historia de vida permitió la aproximación a la percepción de una joven sobre sí misma y su relación con la escuela. Sus palabras informan también sobre otros jóvenes que han vivido la desescolarización y muestran las relaciones sociales y personales en la cual transcurre esta condición. ¿CÓMO LO HICIMOS? El proceso interpretativo que se abordó fue el hermenéutico, el cual busca captar el sentido de lo que dijo y cómo lo dijo la joven que narraba la historia. A través de las palabras, los gestos, los silencios, se logró comprender sus percepciones, relaciones, prácticas de vida, afectos y expectativas. Desde la particular visión de una “desescolarizada” de 16 años, conocimos y comprendimos lo que pensaban y sentían los desescolarizados a partir de su historia, de una historia que habla en nombre de todos. Se ubicaron los temas desde las “palabras marcas” como señala Moreno. Las “palabras marcas” o “marcas guías” constituyen claves de significado para la comprensión de la historia, el sentido de lo narrado y la dinámica de la experiencia de vida. A partir de lo que se dijo surgieron tramadas en una totalidad y se tomaron a partir de los intereses específicos de la investigación. Se “vivieron” las palabras como diría Moreno; se le “dio la palabra” a esta joven, como diría Freire. Las palabras encierran la propia historia y abren la posibilidad de entender la historia de otros a quienes se les ha negado decir “su palabra”. QUÉ SURGIÓ DE LA INVESTIGACIÓN •

La familia como lugar de convivencia

Tiene como centro el grupo familiar en el cual se comparten afectos y encuentros. “Mi familia es lo primero, aunque no nos vemos tanto en la semana, nos reunimos los domingos, hablamos, contamos cosas, echamos broma...” “Bueno para mí es muy importante mi familia. Somos más amigos ahora, nos reunimos, hablamos... No peleamos como cuando éramos niños que lo que hacíamos era puro pelea..” La casa pasa a ser el lugar para reunirse, compartir y dar afecto; es un lugar seguro donde se es aceptado.

“En casa de mi mamá nos reunimos, yo vivo ahí con mi esposo y mi hijita. Me gusta está en mi casa, antes era puro salí; ahora no.” •

La madre, huella de afectos

La madre es centro de la familia y huella de afectos. Ella define alianzas y promueve el fortalecimiento de la familia. La madre pasa a ser modelo que se replica en la hija. La hija “cambia” en su condición de madre para proveer de “mayor compresión y afecto a la hija y a los demás”. “Bueno yo antes era así como que no tenía sentimiento... No quería así como a nadie y después que nació mi hija, como ahora siento queré a mi hija, ahora quiero más a los demás personas. A la que nunca dejé de queré es a mi madre. Ahora también como yo con mi mamá, mi hija cambió mi vida.” •

El liceo y su significado

El liceo es un lugar que reprime y se vuelve extraño, ajeno, distante e indiferente. “No hacen nada por nosotros.” “Uno se quedaba sin entendé y uno les pide que expliquen y no explican bien”. “Le pide vuelva a explicá y se nos iban las horas y no hacían nada por nosotros.” •

Los docentes responden

“Ya yo expliqué. ¿Yo soy payaso de ustedes o qué? Esa es su mamá que se los cala a ustedes.” “Ellos hacían lo que les daba la gana, entraban y salían. No explicaban, no ayudaban. ¿Cómo querían que uno respondiera? ¿Cómo querían que uno hiciera el trabajo.” “Los directores eran todo estricto, si no hacia el trabajo citaban al representante y expulsaban a uno.” El docente se percibe distante, agresivo lo cual imposibilita la relación. Se invalida, se humilla, se maltrata y se abandona al joven. Las palabras que se transmiten son extrañas, ajenas; los jóvenes no se apropian de ellas y no existe un esfuerzo para promover la comprensión por parte de los docentes. •

La otra escuela

Existe otra escuela donde se dialoga, se abre un espacio para la relación para la convivencia. Cada uno es reconocido. Es un lugar donde “se aprende”. “Promueven la amistad y apoyaban a uno.” “Le enseñaban cosas a uno, le enseñaban como hacer las cosas a uno, explicaban de qué se trataba, explicaban lo que uno no sabía. En cambio en el liceo decían yo ya expliqué y no volvían a explicá.” La otra escuela es percibida como fuerte de afectos. “Allí lo estiman a uno.” Se nota una necesidad de reconocimiento que es satisfecha y una búsqueda de mayor comprensión y aproximación por parte de esta otra escuela.

“Ellos si son chéveres, hacen esfuerzos por ayudarnos.” “Si uno lo solicita ellos ahí están con uno.” “Aprendí a queré a la directora entendía lo que hacía por nosotros. Cuando veía cosas mala que tiraban las sillas o le daban patada a las mesas... yo se los reclamaba, o sea le decía que no tenía que sé así, que se dieran cuenta que más bien ellos nos estaban ayudando”. “La escuela de la vicaría ayuda a uno, uno puede entrá a cualquier eda y en el liceo no; en la vicaría el que quiere estudiá, estudia”. El estudio como superación El estudio se percibe lejano, proyectado como un deber ser que no se termina de asumir. “A mis amigas tampoco les gusta estudiá, no les gustó más estudiá. Yo siempre les decía vamos a estudiá en la vicaría, la vicaría es buena o sea nos enseñan, no como en el liceo. Yo siempre les digo que estudien ¿Qué van hace con está en la casa pensando que su mamá va viví toda la vida para ayúdalas? Están perdiendo el tiempo de estudiá porque el estudio las va ayudar más adelante. Por ejemplo, quiero que mi hijita estudie bastante, que sea una profesional o sea que no sea como yo que siempre dejaba de estudiá. Yo quiero que ella estudie desde que empiece su escuela, que empiece a estudiá, que le gusten los estudios.” El destino de los desescolarizados Los compañeros se sienten igualmente ignorados, rechazados o agredidos por docentes y directivos. “Yo pienso que los delincuentes son así, son malos, porque los profesores ellos... Yo he visto muchachos que son buenos eran sanos y se metieron al mundo de la droga, de robá y de matá porque los profesores no le dieron... como le digo... no los ayudaron cuando estuvieron en el liceo... Y entonces yo digo ellos los van a robá, los van a matá, les van a hace cualquier cosa... Por lo que les hicieron en el liceo.” Constituyeron los temas A MANERA DE CONCLUSIÓN La escuela va perfilando así las formas de desescolarización por cuanto: En ella no se logra la comunicación, la relación, el diálogo; no se “da la palabra”. Los saberes que se trasmiten son percibidos como ajenos, lejanos, difíciles de entender. No existe la convivencia, el intercambio y no se reconocen las diferencias con el otro. La cultura, los estilos de vida, los modos de ser no son incorporados a su quehacer. Lo afectivo, la amistad, la confianza, la solidaridad y la ayuda no forman parte del “proyecto de la escuela” ni de la “actividad escolar”. • Los modos de relación están lejos de ser un modelo como supone la escuela, éstos se van planteando y replanteando en la práctica. • La escuela se percibe punitiva: abandona, humilla, maltrata. • El joven necesita reconocerse y ser reconocido como sujeto, con sus ideas, con sus relaciones, con sus afectos, con su mundo... con otra intención de aproximación tal como lo perciben en “la otra escuela”. • La escuela no tiene significado como tal; pero se le identifica como espacio de convivencia cuando permite la expresión, el diálogo y promueve la amistad. • • • • •

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La relación escuela - joven - escuela está lejos de ser un modelo, se va planteando y replanteando en la práctica. Las causas de la desescolarización tienen un fuerte componente socioafectivo.

REFERENCIAS BRAVO JÁUREGUI, Luis (2001). Escolaridad y desescolaridad en Venezuela. UNESR. Caracas. Mimeografiado. ESTÉ, Arnaldo (1996) Migrantes y excluidos. Fundatebas, Caracas. FERRAROTTI, Franco (1991) Lo histórico y lo cotidiano. Península. Madrid. MORENO, Alejandro (1997) Pueblo y educación. Heterografía, Año II, Nº 5 C.I.P. Caracas. VENEGAS, Mónica (1996) El significado de la escuela en familias pobres. Un estudio cualitativo. Edic. Tropikos. Caracas.

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