FALENCIAS Y RETOS DE LAS POLITICAS PÚBLICAS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA DESDE COMIENZOS DE LA CRISIS HASTA HOY, CAUSAS DE LA CRISIS Y FUTURO

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“FALENCIAS Y RETOS DE LAS POLITICAS PÚBLICAS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA DESDE COMIENZOS DE LA CRISIS HASTA HOY, CAUSAS DE LA CRISIS Y FUTURO IBEROAMERICANO”

CAROLINA JIMÉNEZ LÓPEZ UNIVERSIDAD DE ALICANTE 2012

“FALENCIAS Y RETOS DE LAS POLITICAS PÚBLICAS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA DESDE COMIENZOS DE LA CRISIS HASTA HOY, CAUSAS DE LA CRISIS Y FUTURO IBEROAMERICANO”

CAROLINA JIMÉNEZ LÓPEZ UNIVERSIDAD DE ALICANTE

2012

“FALENCIAS Y RETOS DE LAS POLITICAS PÚBLICAS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA DESDE COMIENZOS DE LA CRISIS HASTA HOY, CAUSAS DE LA CRISIS Y FUTURO IBEROAMERICANO”

A lo largo de la historia y del desarrollo socio-económico de los países y continentes, el conjunto de países que conforma América Latina ha sufrido transformaciones tan rigurosas que ha pasado desde condiciones aparentemente estables durante los años sesenta, a la creación del problema de la deuda en los setenta, a los escenarios dominados por la recesión e inflación en los ochenta, para finalmente llegar a las condiciones actuales de principios del siglo XXI. Lo anterior nos remonta en un largo proceso de cambios y desniveles donde se han instrumentado determinados objetivos políticos por parte del Estado, quien ha sido el responsable de sumergir a la gran América latina en un problema causado por la mala aplicación e implementación de las políticas públicas en general. Para hablar de una crisis tanto en América latina como en cualquier otra región del mundo es necesario analizar el sistema político nacional y las razones que dieron tantas garantías a un capitalismo poco emprendedor, además de realizar una crítica a las políticas y los sistemas económicos del continente. Con la crisis de la deuda y las transformaciones que América Latina vivió en los años ochenta, las reformas estructurales de esa misma década y posteriormente las reformas que se produjeron sobre todo en la década de los noventa se conlleva a la aparición de los problemas sociales y económicos más graves por los que hasta ese entonces había tenido que enfrentarse esta parte del continente. América Latina empezó a vivir en un capitalismo limitado y dependiente, tanto por la dependencia a los sectores más ricos como por la penetración acelerada de modos de consumo de productos importados, con lo cual se empezó a crear una dependencia económica respecto al exterior. “Los capitales procedentes del extranjero, contribuyeron a instalar industrias con fuerte intensidad de capital que produjeron bienes de consumo duraderos destinados a una población limitada, en cuyas manos se concentraron los capitales y que pretendieron sobre todo imitar los modos de consumo de los países más ricos, estas nuevas industrias crearon pocos empleos y contribuyeron a incrementar la desigualdad

social.”1 “Muchos países latinoamericanos entonces centraron su política en base a las grandes sumas de dinero que pedían a acreedores internacionales para desarrollar y llevar a cabo sus planes de industrialización, a partir de 1981 el continente se hundió en una crisis tan violenta y abrumadora que muchos países retrocedieron su nivel de vida quince o veinte años aproximadamente, la deuda se incrementó vertiginosamente al igual que la tasa internacional de interés, entre 1975 y 1982 la deuda de Latinoamérica aumentó su tasa anual acumulativa de 20,4 % lo que llevó a que Latinoamérica duplicara su deuda externa la cual aumentó de 75 mil millones de dólares a mas de 315 mil millones de dólares en 1983, es decir más o menos el 45 o 50% del PIB (Producto Interno Bruto) de la Región”2; con lo anterior se refleja claramente lo que semejante endeudamiento representó para las economías del continente. Es cierto que la industrialización de muchos países aumentó y mejoró la situación económica de los mismos aunque la de otros seguía siendo débil, sin embargo, ese crecimiento económico no implicó hasta entonces la integración social ni mucho menos la disminución de las desigualdades, por el contrario América Latina estaba cada vez más marcada por la desigualdad y el mantenimiento de grandes y abrumadoras zonas de subdesarrollo o de miseria, por ejemplo en Brasil que fue uno de los países que había tenido un desarrollo acelerado de la industria y de los servicios, el analfabetismo rural aumentó a pasos desmedidos, la desigualdad social era particularmente visible en los países que más desarrollo industrial poseían; “en el conjunto del continente y con la notable excepción de Cuba, los pobres recibieron al final de los años setenta una parte de la renta nacional más débil que veinte años antes.”3 Las emigraciones comenzaron a ser un problema de crecimiento continuo ya que la pobreza y la indigencia se desarrollaron de manera más frecuente en la zona rural que en la ciudad, lo que produjo que los habitantes del campo se desplazaran hacia la zona urbana, aquí se empezó a ver el contraste entre la riqueza y la miseria de los barrios pobres donde una población mal ubicada, a menudo en paro y desempleada o empleada en actividades marginales y de la clase alta que por cierto

1

TOURAINE, Alain. (Sociólogo Contemporáneo). “América Latina, Política y Sociedad”. Pág. 35.

2

TOURAINE, Alain. (Sociólogo Contemporáneo). “América Latina, Política y Sociedad”. Pág. 389.

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TOURAINE, Alain. (Sociólogo Contemporáneo). “América Latina, Política y Sociedad”. Pág. 36.

había tomado más fuerza en esta etapa, mostró que la evolución económica había reforzado la desigualdad más de lo que esta había podido disminuir y eso se debió en gran medida a que la riqueza tuvo muchos usos distintos a la inversión productiva; los ricos, la administración y los gobernantes no invertían sus capitales de manera productiva, ni en políticas de desarrollo ni en inversión social, problema que se vio reflejado desde entonces y que actualmente todavía se ve reflejado y sufre las consecuencias en una crisis que parece no tener fin. En muchos países la tasa de beneficio en el sector productivo estaba por debajo de la tasa de interés lo cual retrasó la inversión y creó una crisis del sector productivo, “el sector financiero dominaba sobre el sector industrial y en este los costes salariales no representaban para un conjunto de ocho países mas que el 15 por 100 de los precios.” 4 La ausencia de política nacional fue entonces la causa principal de que una gran parte por no decir la mayoría de los créditos extranjeros fueran invertidos en actividades no productivas; la transformación brusca de la situación económica internacional, alza del precio del petróleo también desequilibró la economía de las exportaciones latinoamericanas y la economía de muchos países latinoamericanos y aumentó su endeudamiento exterior de una forma que paralizó por un largo lapso de tiempo y de manera duradera los esfuerzos de recuperación, trayendo como consecuencia un aumento brutal del paro. La crisis de la deuda comenzó además cuando los mercados internacionales de capitales se dieron cuenta de que América Latina no sería capaz de pagar sus préstamos, con lo que los bancos comerciales redujeron y detuvieron la entrega de nuevos préstamos a la región, pero, lo más grave no era solo la deuda sino que los países se estaban viendo afectados también en el aspecto político, social y administrativo; la deuda externa había excedido el poder adquisitivo y no eran capaces de pagar los compromisos adquiridos como tampoco solucionar los problemas sociales internos que a raíz de esta habían obtenido. En 1986 y 1987 América Latina dio la imagen de un continente que no llegaba ya a producir porque no disponía de los recursos ni del tiempo necesarios para montar el complejo conjunto de medios técnicos y humanos, de mecanismos de estudios, de innovaciones, de inversiones, de organizaciones y de negociaciones que constituyen el aparato productivo; es aquí 4

TOURAINE, Alain. (Sociólogo Contemporáneo).” América Latina, Política y Sociedad”. Pág. 39

cuando el Estado se vio ya amenazado porque ve estallar una crisis social grave, incapaz de corregir una distribución cada vez mas desigual de la renta nacional, y en vez de buscar políticas de solución e intervenir de una manera diferente e innovadora y más activa en el resurgimiento económico, retrocede y se queda estático, dando marcha atrás a muchos procesos de desarrollo solo por el hecho de mantener un régimen autoritario. Aquí es donde surgen ciertos interrogantes ¿Cómo es posible que en medio de la crisis y con la necesidad de desarrollar políticas económicas y sociales, el Estado decidiera actuar de una manera incoherente e irracional dándole prácticamente la espalda a una problemática que estaba hundiendo al continente?, ¿existían intereses de por medio que impidieran el desarrollo de políticas públicas efectivas y eficaces?, lo anterior puede responderse con los resultados tan degradantes que hasta allí habían surgido con respecto a la crisis y la actuación casi nula de la administración que en vez de interactuar con mayor fuerza y eficacia se inhibió de hacerlo sumergiendo al continente en un retroceso brutal y desmedido, sin tener en cuenta que frente a la crisis la necesidad más urgente que poseen todos los países es desarrollar la capacidad de acción e intervencionismo del Estado pero de un Estado que responda positivamente a las necesidades de cualquier índole y que cree las condiciones de una acción más autónoma de los principales actores sociales, es decir, que se involucre de lleno con las necesidades de los ciudadanos y permita además su participación activa en las decisiones estatales, que defienda el espacio nacional, la economía del país, que dentro de sus políticas y planes de desarrollo incluya la lucha continua y activa en contra de una distribución desigual de la renta nacional que se agrava cada vez más por la mala implementación y adecuación de las políticas públicas de los gobiernos. Es necesario también poner en práctica medidas económicas y fiscales directas, políticas de educación y medidas de seguridad nacional. “A principios de la década de los noventa América latina tuvo un crecimiento económico aunque bastante reducido, con unas tasas de crecimiento del PIB per cápita más que moderada, que no llegaba siquiera al 1,5%. La trayectoria reciente de las tasas de crecimiento del PIB latinoamericano, además de moderadas, eran inestables, quedando la década partida en dos mitades, con una crisis a mitad de recorrido y otra al final. Tanto en 1995 como en 1999 las tasas de crecimiento del PIB por habitante

fueron negativas. Ambas crisis económicas estuvieron motivadas por factores externos que golpeaban economías en fase de transición”5. En 1998 y 1999, la depresión económica de los países latinoamericanos estuvo ligada a los efectos de la crisis de la región asiática, donde las economías emergentes sufrieron el ataque de los capitales volátiles, una vez que se puso en evidencia las presiones devaluadoras sobre sus monedas. Brasil fue el país más afectado, y la economía chilena, que había mostrado una notable solidez durante más de una década y media, también entró en depresión. La tasa media de desempleo en América Latina después del contagio de la crisis asiática oriental aumentó en tres o cuatro puntos porcentuales en el periodo 19992003, en comparación con 1997. Además frente a tantos desniveles en la economía, que unas veces era casi buena porque nunca alcanzó el nivel de sostenibilidad necesario y otras veces era pésima se seguía sumando la existencia de mayor número de personas pobres con lo que se hacía cada vez más necesaria una política de lucha contra la pobreza. En los años siguientes se revirtió el ciclo. “Desde fines de 2003, se registró una vigorosa reactivación, con un crecimiento de 5,5% del PIB latinoamericano en el periodo 20042007. El cambio positivo fue abrupto, con un salto del PIB de 6,1% en 2004, que contrastaba claramente con el 1,4% promedio del sexenio anterior.”6 Hasta el 2007 la región mantenía el ritmo de crecimiento de los años recientes, pero sucedió como con el contagio de la crisis asiática, hasta este momento se habían desarrollado fortalezas las cuales constituían un valioso activo ya que permitieron implementar políticas fiscales contra cíclicas y moderar muchas situaciones financieras y sociales pero de nuevo el problema volvió a estallar. Hoy la región enfrenta una crisis aparentemente “bajo control”; actualmente América latina se encuentra en una situación se puede decir mejor que la que vivió en el pasado, es decir, la de la época de los setenta, ochenta y noventa, y ha hecho esfuerzos para corregir las deficiencias más graves de los mercados financieros y redirigirlos hacia el financiamiento para el desarrollo que comenzaron con la cumbre 5

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YÁÑEZ, Cesar. “Los Logros Económicos de una Década. América Latina en los Noventa: Los Déficits del Crecimiento”.

BULMER, Thomas, V. (1998), “La Historia Económica de América Latina Desde la Independencia, Fondo de Cultura Económica, México D.F.

de monterrey de 2002 donde se propuso una adecuación de la inversión productiva, poniendo de manifiesto que una mayor inversión productiva requiere un desarrollo financiero con un fortalecimiento considerable de los segmentos de mercados de capital a largo plazo y la creación o promoción en los mercados internos de segmentos orientados al financiamiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes). Este punto representa un vínculo esencial entre el crecimiento económico y la equidad, al extender a los agentes de ingresos medianos y bajos, importantes generadores de empleos productivos, la capacidad de acceder a los mercados en forma más efectiva; y tuvieron su último episodio en el acuerdo del G-20 de 2 de abril de 2009. No obstante, los países latinoamericanos vienen sufriendo impactos recesivos y regresivos desde mediados de 2008. “El hambre y la pobreza también se relacionan con sistemas tributarios débiles, que son resultado, entre otros motivos, de la evasión fiscal; en consecuencia, la lucha contra esta podría convertirse en una importante fuente innovadora de financiación para el desarrollo según el profesor Ricardo French Davis.”7 Las políticas permisivas ante la expansión de las corrientes financieras, con pocas o nulas restricciones, han permitido que se acentuara esta falla de la globalización. Lo anterior resulta muy injusto para los contribuyentes honestos, y por ello también es que la inequidad se ha perpetuado; la evasión incluso se relaciona con el lavado de dinero, la corrupción y la financiación del terrorismo, tres “males públicos” globales pero que han golpeado de una manera más brusca al continente americano, con lo que se refleja claramente que aun existen desafíos que deben abordarse para que Latinoamérica adquiera un desarrollo sostenido. América latina es un fehaciente ejemplo de la debilidad que ha tenido la intervención estatal para resolver problemas en cuanto a mercados, movimientos financieros y cuestiones colectivas que hoy en día desbordan al continente. Aunque no se puede negar que han existido mejoras y progresos en la manera de aplicación de las políticas nacionales aun falta que el Estado pueda lograr una capacidad de acción suficiente y completa para evitar los desniveles que hoy por hoy aun se presentan y mantienen a la región sumida en una era de incertidumbres políticas, económicas y sociales.

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RICARDO FFRENCH-DAVIS: profesor de Economía de la Universidad de Chile y presidente del Comité de Políticas de Desarrollo (CDP) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Para mejorar la situación actual se hace indispensable que el gobierno central dicte lineamientos de políticas públicas que abarquen toda la problemática existente como políticas de apoyo en todos los sectores y asimismo adquiera capacidad para cumplir con las funciones de organización social, politizando el lazo entre Estado y ciudadanía para buscar una aproximación a la igualdad y la justicia. Es necesario pensar en un Estado fuerte como garantía para la democracia y la dinamización de la economía, uno que permita salir de la crisis que ha formado parte del sistema capitalista particularmente, crisis originada por los fallos de mercado y por la falta de regulación pública la cual puede encontrar sus soluciones en la implementación del Estado Bienestar y la cooperación internacional, creando un modelo de Estado eficaz de desarrollo que combine en América Latina unos factores de integración social y cultural con unos factores de conflicto social y político. En la parte política es necesaria una democratización, una democracia que aporte ideas nuevas en América latina, que cree una política de representación que vaya acorde con los intereses de la Nación y que origine vínculos más directos entre intereses sociales y fuerzas políticas, un sistema de gobierno que abarque soluciones democráticas mas no autoritarias, pues el problema de la crisis como lo anota el Dr. José M. Delgado Ocando: "es el deterioro de la legitimidad democrática y la erosión institucional de los partidos políticos hegemónicos."8 Vivimos en una experiencia de emergencia e indescifradas realidades socio políticas y jurídicas que parecen anunciar una agonía constante, por esto “hay que poner un freno a la crisis, equiparándola de intervencionismo estatal (Estado Bienestar) que lleve a lograr objetivos comunes: crecimiento económico dentro de las reglas de juego del capitalismo y producción publica de bienestar para garantizar la paz social y una demanda sostenida.”9 Según el profesor y escritor estadounidense Chalmers Johnson10 "Los cambios originan una nueva serie de demanda al sistema, frente a ellas las elites pueden reaccionar o no

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CARRION, Roque. “Crisis y Acción Política”. Pág. 75

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CAMINAL, Badia, Miquel. “Manual de Ciencia Política”. Pág. 246

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CHALMERS JOHNSON: escritor estadounidense, profesor emérito de la Universidad de California en San Diego. Obtuvo su grado B.A. en economía en 1953 y sus títulos M.A. y Ph.D. en ciencia política en 1957 y 1961 respectivamente, todos ellos de la Universidad de California en Berkeley.

en el sentido de modificar su comportamiento y adaptar sus respuestas, por ejemplo, se pueden prever los crecimientos demográficos y controlarlos, distribuir tierras, extender la actividad industrial para absorber excedentes"11; esto nos lleva a deducir que de acuerdo a la reacción de los Estados frente a los cambios es que se dan las respuestas de una manera positiva o negativa respectivamente. "El Estado y el Derecho son los medios de organización de la sociedad moderna" 12 y como aquel en América latina excedió sus propios límites en el intento de regular las exigencias que traía consigo la vida social ahora el continente sufre las consecuencias abrumadoras. La última mitad del siglo XX condensa de manera dramática la radical inoperancia de las democracias hasta ahora impuestas por hacer avanzar estas sociedades, la corrupción se entronizó como sistema pervirtiendo todos y cada uno de los regímenes en los cuales se iba adentrando. Se ve claramente la cantidad de problemas a los que ha tenido que afrontarse esta parte del continente y de allí se explica que posea una situación tan alarmante durante años y que en la actualidad se sigue viviendo. El resurgimiento de América latina depende entonces de dos condiciones esenciales: ante todo es preciso que se constituyan fuertemente los actores de una sociedad: empresarios, sindicatos, administradores públicos, profesionales e intelectuales, la segunda condición es la lucha contra la desigualdad, la pobreza, la corrupción, la inseguridad, lo que solo se logra con un Estado fuerte, que se imponga retos y este seguido de políticas públicas nacionales que integren la totalidad de problemas sociales, económicos, culturales y políticos y que generen la participación activa de los ciudadanos en dichas políticas, se trata de educar tanto a la ciudadanía como a los gobernantes y así lograr la conquista de una capacidad de acción suficiente donde los actores sociales adquieran una autonomía creciente para elaborar una política de acción económica y social que redirija a las naciones al crecimiento continuo y no paulatino de sus economías, transformando las demandas sociales en acción política y la conciencia nacional en voluntad de cambio, crecimiento y modernización para alcanzar un desarrollo sostenible que persiga la construcción de un futuro digno, justo y equitativo.

11

PASTOR, Manuel. “Fundamentos de Ciencia Política”. Pág. 255.

12

HÉLLER, Herman. “Las Ideas Políticas Contemporáneas”. Pág. 11.

BIBLIOGRAFIA TOURAINE, Alain. “América Latina, Política y Sociedad”. YÁÑEZ, Cesar. “Los Logros Económicos de una Década: América Latina en los Noventa: Los Déficits del Crecimiento”. BULMER, Thomas, V. (1998). “La Historia Económica de América Latina desde la Independencia”, Fondo de Cultura Económica, México D.F. CARRION, Roque. “Crisis y Acción Política”. CAMINAL, Badia, Miquel. “Manual de Ciencia Política”. PASTOR, Manuel. “Fundamentos de Ciencia política”. HÉLLER, Herman. “Las Ideas Políticas Contemporáneas”.

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