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IOS TOROS ANO 1

MADRID,

14

DE OCTUBRE DE 1909

NOVILLEROS NOTABLES

PACOMIO PER1BAÑEZ

NUM. i3

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IOS TOROS

EDITADO POR «PRENSA ESPAÑOLA»

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ESPAÑA, TRIMESTRE, 2,50

PESETAS. AÑO, 9 PTAS

EXTRANJERO, AÑO, 15

FRANCOS. ANUNCIOS

Las ordénes deben uarse con siete días de anticipación á la salida del número.

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EMPEESA PERIODÍSTICA

PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA

Capital: TRES MILLONES de pesetas PROPIETARIA DE LOS PERIÓDICAS ABC BLANCO Y NEGRO, ACTUALIDADES, GEDEON GENTE MENUDA, LOS TOROS, Y DE ECOS EL TEATRO, LA MUJER Y LA CASA Y LA GACETA DEL CRIMEN, PRÓXIMOS A PUBLICARSE PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

D. TORCUATO LUCA DE TENA DIRECTOR GERENTE

D. JOSÉ DE ELOLA DOMICILIO SOCIAL

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Dr. F. Taquechel, Obispo, 27; «El Fénix», de Hierro y Com pañía, Obispo, 68. SAN JUAN DE UERTO RICO. Importadores: «El Colmado», de Cerecedo Herma nos y Compañía sucesores, San Francisco, 46. Luiña Hermanos, sucesores, S. en C, Fortaleza, 49 y 5é.

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SATINADO.

5 CÉNTIMOS UN TODA

ESPAN4

IOS TOROS REVISTA TAURINA EFEMÉRIDES

JUAN

GÓMEZ GARCÍA DE LESACA que en todo

tiempo los ha habido, aunque cada vez que se presenta uno se torera, ruéleuntengaseñorito por cosa extraordinaria. Supo merecer las simpatías de los públieos ante los cuales trasaberse adonde hubiera llegado, pues sólo ejerció de matador de poco más de

toros bajó, y no puede la alternativa, toreando en Guadalajara el 15 de Octubre de 1896, un año. Alsiguiente de haber tomado en substitución de Lagartijillo, herido en un ojo toreando en Granada el domingo anterior, fué cogido de muerte por el toro Cachano, que se lidiaba en segundo luga*. Cachurro era retinto, albardao, cuatreño, fino de agujas y de poca preseucia. Pertenecía á la torada de Ripatnilán, y tomó cuatro varas, tres del Caleseroy una del Inglés, estando en todas ellas Lesaca al

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LOS TOROS qnite. En el último lance hizo Lesaca el quite por dentro, en vez de echar el toro á los medios, y se vio obligado á tomar la barreta. Al saltarla perdió el estribo con el pie derecho, se afianzó con el. iz quierdo, y cuando estaba en el aire le alcanzó el toro, clavándole un cuerno en el muslo derecho y arrojándole viólenla mente al callejón. Compañeros del diestro y asistencias de la plaza acudieron presurosos á socorrerle; todos comprendieron que la herida de Lesaca era de mucha gravedad, pues por ella brotaba hemorragia abundantísima. Los médicos confirmaron esta impresión al dar su dictamen después del reconocimiento y primera cura. La cornada había sido tremenda. Entró por la parte posterior superior del muslo derecho, tenía 25 centímetros de profundidad y dejó marcado en la región inguinal el sitio por donde á poco más hubiera salido el extremo del asta. Hecha la primera cura, se dispuso y se realizó irreflexivamente el traslado del herido á Madrid. Moribundo hizo el viaje el pobre Lesaca; tan moribundo que cuando le depositaban en su cuarto del hotel de Castilla, en la calle de Carretas, exhaló el último suspiro. Conmovedora fué la manifestación de duelo que acompañó al cadáver dos días después al cementerio de San Lorenzo, donde recibió cristiana sepultura. ¡En el mundo quedaban para llorar al desdichado diestro una viuda y unos huerfanitos...! Lesaca nació en Sevilla el 24 de Junio de 1867 Era hijo del coronel D. Tomás Gómez de Lesaca y de doña Dolores García; así, pues, sus verdaderos apellidos eran Gómez García, aun cuando sólo se le designara constantemente por el segundo apellido paterno. Quisieron sus progenitores dedicarle a *'

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chimando "a 'corrida "me'selú^eí^í^ íoíohietE^fn TT T aProPiad° V nadie sin convencerse de quVla* an Íua gánadeSdeae 7 T^™ u. ]Z\

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d' es a aguanta «rio resultó más d e un pinchazo caído. En la sefuera al dar La vez entró á herir se echó que primera gaiiauena 1 Juan Vázquez ha desapaa I gunda estuvo más decidido, y por meter todo el estoque tuvo que quedarse en la cara, recido. -^, El año pasado, también en Octubre v el din ti s P ; • ; ,-, I de la que salió con grandes apuros, y descabelló á la primera. lr - *. . ""** / Olea en la que hubo que fosear un toro v «¡„ Í,',l? J g°u en Mad"d otra corrida de Le tocaron en suerte los dos bueyes fogueados, y, si no estuvo con ellos lucido, esSCar e!, desc l ulle V coninemorar el aniversario nos proporcionó ocasión H™ tuvo breve y conociendo la clase de toros que tenía delante. Al cuarto, que huía de \ pinchazos, ;l¡! y6S tartalados dt cabeza, escurridos de canieV Prcfentados, des* tod0i * ]e hizo una íaet¡a sin vistosidad ni eficacia, y después de tirarle dosdelantera, up° de ser corridos \ en una plaz; en la que hay quesruardar cierto* Por. aC0 metió á asegurar con los terrenos cambiados y mató' con más de inedia ron foguead ,s dos y debieron serlo todos menn«P^f„?' ,? denlas del UP° inadmisible, fuequinto le toreó con desconfianza, huyéndole el toro á casi todos los muletazos, y apromenos ei se 0 uncto, único que tuvo voluntad primer tercio. en el \ \u2713/Al vechó una igualada en la que alargó el brazo para colocar media estocada que mato en separa cria, toros bravos hay que guida. En la brega y dirección de lidiaha estado mejor otros días, y el conjunto de la labor seleccionar y v íJ;,rl PO ,t comer. De -rv Nw milagro no pueden salir las X cosas bien'.echas nunca. S\u2713 no fué agradable. Verdad es que no podía ser con la clase de toros que se corrieron, que eran caHe aquí las hazañas de los seis: El orimero t-nniA paces de quitar la afición y el gusto al más pintado, , cara -, veces' , •- la raS y/°]v¿° E1 segundo, que fué el más bravo, llegó cinco veres áos, Sacó de los bueyes que le tocaron más partido del que podia esperarse. Descompues* veces aáw / Oona .os picaflores, derribo una y mato dos cabaVI tísima ten¡a ]a cabeza su pr im ero, y él solo, sin dudar ni mostrar el mas ligero átomo ¡los. El tercero admitiócuaunae«}evar a de desconfianza, quieto é intro, arrancándose bien alas teligente, realizó una faena primeras. Derribo en unaocasion y ma'01'u Wpero vista con gusto por los que sabían jaca. El cuarto y quinto fueron foguea dosperito que l a labor representaba Al matar mansos, y el sexto se salvo de 'gual f °; se excedió en arrestos; aunque sí en habili encuero" J« para porque los picadores salieron a su sa]var ¿ Mo el estoque tropezaron con él. Q caído. Hubo al con palmas Comprendera el lector que con torosawo muy merecidas por el trabajo d» muleta j ando nos divertimos, y así fue en efecto pues salió á matar el sexto era de noche, bajo de los diestros había de correr parej T«Pocos pases dados de cerca y confiado, de lair».*" ¿? l'I«J y salió mejor las poco favorables condiciones dar una estocada F lie ,.lasla la mano que al Vicente pastor Salió a niata0 r,,' derribó al de Olea. m-v c ora C e buey,unk aP'auso á los dos buenos banderille~ 1u, ? hr e bos lados, y en la faena, que fue brevej tó rbobeses Conejito Chico y el sobrino del nece y cimiento, sufrió algunas coladas p^ endo]qs Mormm pg la ayuda del peonaje. constar otras veces que álie-C, ha estado entró Cuadro un.momento el de Olea y ™ hi áo,^} primero de los ches; á Atan?talo, que es en ¿ saliendo r.r dando un pinchazo y Aguilita y que también g anar palluas / Pinturas por el muslo derecho junto a la loaní tierra y sufrió fuerte porrazo, sienao [; es luvi g dg bander¡lleroseste día «« gano justos aplausos por lo bien que a la enfermería donde le fue cura" que, ro Janr 0 y y usion erosiva de poca importancia, le impidió continuar la lidia toroS a iJv¡ el Pajero y no pieó, sin que lo que Regaterin TiJV0 f,e ata nce de suco»M ai ra.al Publicóla substitución, notas reglamentó. ofrecer sfn del _GAONA PASANDO DE MULET, Á LA ENFERMERÍA Fot, Irigoyen traordinarias. VICENTE PASTOR CONDUCIDO LOS TOROS o"

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PRELIMINARES DE LAS CORRIDAS. SORTEOS Y

APARTADOS Me permito reco-

mendará aquellos aficionados que no conocen las cosas

de entre bastidores, recon las corridas de toros, que procuren no conocerlas nunca, y así conservarán pura y entusiasta su afición. Especialmente he de aconsejarles que no vayan á la plaza en las cinco ó seis horas antes de la fiesta, lapso de tiempo en el que se hace elreconocimiento de los toros y el sorteo de éstos para, á la hora anunciada, verificar después el apartado. Es el sorteo una de las innovaciones más feas que lu n podido introducirse en las corridas de toros y que pone de manifiesto dos cosas: el miedo que generalmente tienen los toreros y la poca equidad con que los ganaderos han procedido siempre, puesto que han dado lugar SACANDO UNA PAPELETA a que se escamen ,. , ,., „ ; \u25a0'-.«. ,. unos diestros del fa\u25a0; , voritismo que ha habido hacia otros. Nació el sorteo en los tiempos de Guernta, por suponer los que luchaban con el, y muy principalmente Mazzantini y Espartero, que algunos ganaderos enviaban para el cordobés los toros mas recortaditos y de mejores notas. Es muy posible que tuvieran razón los que tal reclamación hacían, y he aquí cómo se explican los mayores absurdos en todos los órdenes de la vida. Pero es el caso que el sorteo ha quitado y quita muchos éxitos á los ganaderos con privarles del derecho de colocación de los toros, y desde que se sortean éstos no tiene razón de ser el dicho popular de no hay quinto malo, pues que en primero y quinto lugares daban siempre las dos reses en que mayor confianza había por las buenas notas de tienta y por el tipo. Hacen el arrteo los individuos de las cuadrillas, quienes, delegados por sus jefes, van á tomar parte en tan antipático acto. A buen seguro que los matadores, por no dar que decir, no darían ciertos espectáculos que ofrecen en los pasillos del corral los banderilleros antes de que la suerte designe cuáles toros ha de matar cada cual. * Si hay uno que tenga los cuernos un poco más desarrollados que los otros, ó es más alto de agujas, leyenda §uaPezas J gallardía, debían pedirlo para étlosfhüir, dc que sea á?á su jefe á quien le toque. Con la vista buscan él más P°s;lab,lldaachico 6 de cornda Para lrl° al S^nde y formar lote, pues se hacen lotes de dos o de tres toros, stcf, segúnn los espadas que vayan uP á tomar parte en la corrida S C°,U° ¡0teS Se taPan con otro ™mh™™ 7 desPués de agitar un rato el contenido de los cubre cabezas se sacan los papelitos en presencia Panela del delegado del gobernador, del representante del ganadero y del misteriosos de la empresa ba"de"lieros por regla general que el toro más pequeño HdTeT; cuadrllla* S1D duda porque con menor exoosicióii hay mayor probabilidad ¿lif"k q le queda P^ él el P0C0 en CaS°' "1UChaS V6CeS' de que Sea d toro de maS re' za t0 CaS° amenaza con uo 'erSUS anChaS tod° y con suspeuder J ya 1Ue el fflied° es libre a veces se conoce hasta la 7 W

lacionadas

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VolverV° P«Hmin™Tlas S

citar nompres que aunque quisiera no que recuerdo ya voy á contar Vinieron seis toros para una corrida, creo que hace ocho ó nueve años.

por no

corridas,

ir ni á los

recuerdo dos

Eran de una ganadería

pequéandaluzaseis;y pero no

is los

tanto que pudieran protestas ocasionar Eran de 4 su salida.pasan sm esos que nena ni gloria, como, en efecto, pasaron

a la Cuando llegue gran re-

había vuelo en toda la dese pendencia; no veían más que caras plaza

largas y tristes; la

corrida se iba á suspender indefectiblemente, pues al hacer el reconocimiento de

los toros, los encargados de tal misión fos habían desechado por chicos. No había tiempo para traer otras reses y el conflicto era terrible, CAMBIANDO DE CORRAL Á LOS TOROS luA elocuencia del representante de la empresa no sirvió de nada ante los facultativos de turno. Por teléfono se llamó al empresario, quien llegó por la puerta de la carnicería, y, después de detenida conferencia én las habitaciones del mayoral, todo cjuedó como una seda. En media hora habían crecido aquellos toros lo suficiente para poder pasar sin que su pequenez diera lugar á la menor observación. Otra vez, el año 1900, entre los seis toros de una corrida venía uno con los cuernos un tanto descarados y algo mayor que los demás. Muy temprano estuvo en la plaza á verlas reses el apoderado del que había de ser primer espada aquella tarde. Eu cuanto vio aquella de los pitones resolvió que su espada no tuviera que entenderse con ella, y sin duda formó uu plan. Marchó de la plaza y cuando se hizo el reconocimiento, resultó que todos los toros reunían excelentes condiciones de lidia, á excepción de aquel toro grande y cornalón que tenía una nube en uu ojo y no podía ser lidiado. El mayoral de la empresa juraba y perjuraba que no había tal nube, que el toro veía perfectamente, y que, por lo tanto, se podía lidiar sin tropiezo alguno. No sirvió de nada aquella sincera actitud ni el hecho de mover los toros de un lado a otro sin que se notara nada anorvnal en la vista de aquel pajarraco que fué desechado. Y ¿cuándo dirán ustedes que se lidió el animalito que estuvo viniendo de sobrero durante catorce ,.,. , meses consecutivos? Pues una tarde en la que por estar herido un torero de primer cartel ocupo su puesto, a ultima ñora, otro más modesto que, por su'autigüedad. debía ejercer de primer espada. Como e sobrero aquel era de ganadería más antigua que la que formaba la corrida, tenía que romper plaza, y el infeliz torero sin inseñor toro con el fluencias cargó con el cornalón, que, por cierto, con catorce meses mas era todo un que motivo el que respeto correspondiente á su edad. Y al hacer el reconocimiento nadie vio la nube días, y en ellas encontrará el lector la explicación d-sosavisos de última hora en los que mucha ees se notifica al publico que se han tituídas por otras. Casi siempre son rejuegos de toreros ó conveniencias de empresarios; pero en

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W S^trí^Sios

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obedecen al fielcumplimiento del cuerpo legal que regúlalas corridas de toros. El apartado sí puede verse; pero aparte lo bonito que resulta el ver cómo la superioridad del hombre lleva los toros al sacrificio y los encierra como á perrillos falderos, 110 se ve en ellos nada. Todo está hecho antes que pueda enterarse el que paga. PASANDO AL CORRAL

CUBIERTO

DULZURAS.

EL CARTEL DEL FESTIVAL TAURINO DE

VALLADOLID .

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RojA CARTEL PINTADO POR EL ILUSTkf ILUSTRE

írti-t. „„ ARTloTA SR. BBNIXIUM PARA H CORRIDA B5NÉF1CA DE VALLADOL1D

TOREROS

SEÑORITOS

DEL CID AL DUQUE DE AR10N. CORRIDAS Y BECERRADAS. UN TORO JABONERO. LA FRASE DE BLANQU1TO. TOROS Y CINTAS.

BOSQUEJOS

BIOGRÁFICOS

espíritu caballeresco de la española gl esa innata intrepidez

raza, ese amor al peligro y que fué siempre nuestro más alto patrimonio, sigue y perdura á despecho de todos los pesimismos renacientes. Ea fiesta de los toros, hoy fiesta de salario, ayer torneo de pujanza, lo pregona. Del Cid á Pérez de Guzmán, de Pérez de Guzmán al actual duque de Arión, una encadenada serie de hechos toreros lo

demuestra.

Solo, ante media docena de sus amigos íntimos, sin voceros de sus hazañas ni otro estímulo que el de su dignidad, él señorito lidiador

templa su alma, se acostumbra al peligro lidiando reses bravas. En esta patria del toreo esta costumbre no puede ser más lógica. Para el valor, es el mismo ejercicio afrontar el peligro de la feroz acometida de una fiera que el de oir como silban las balas en un combate en prácticas. Del pueblo brotó el oficio del torero; la chupa del chispero se adornó de caireles; al sombrero de medio queso y redecilla siguió la clásica montera y la moñuda trenza, y en la fiesta de nobles levantó muros el plebeyo; más bien trazada la línea divisoria. Fiesta de grandes, viril sport de la nobleza, esparcimiento de aquellos caballeros que á bote de sus lanzas ganaban sus divisas, sigue el toreo siendo en las épocas modernas recreo y solaz de los que quedan fuertes. En el campo, vistiendo el marsellés y la calzona, el traje señoril de aquel lugar, galopando sobre pujante potro, garrocha en ristre, en seguimiento de una res, el aristócrata actual nos trae remedo de aquellas épocas remotas en que regios señores alanceaban teíos. En la plaza, jugando en el anónimo su vida, sin otro afán que el de probar sus bríos, nos aporta el recuerdo de aquellos nobles medioevales que en obscuras callejas ponían en los filos de sus espadas toledanas su amor al ejercicio de la esgrima. LEOPOIDO DE MAZA Hoy, que á son de bocina iguala clases la peseta, la línea divisoria que separa estas fases de la fiesta se esfuma y se suaviza. El toreo de á pie entre los aficionados aristócratas ha sufrido en el transcurso de los tiempos honda revolución; a las antiguas becerradas han sucedido verdaderas corridas de toros, y en muchas de ellas el elemento auxiliar ha sido reclutado entre profesionales de renombre. Los señores Maza y Carvajal en tierras castellanas, D Rafael han lleGómez y D. Francisco Barnonuevo en las regiones andaluzas vado con su afición y arrojo la fiesta á este terreno. Y be aquí que de elemientras las corridas de toros han ido decayendo por falta mentos, las becerradas de Avila, San Sebastián, Malaga, PamplonaBa- y otros puntos; aquellas en que D. Leopoldo Maza o D. Prancisco nolidiadores tan rrionuevo toreaban, han dado buen número de profesión, hubiesen tables quede hacer de su arriesgado pasatiempo tomado incremento mayor nuestras corridas. ,„