Fundaciones urbanas en México. La Veracruz en el siglo XVI

Fundaciones urbanas en México. La Veracruz en el siglo XVI Dr. J. Omar Ruíz Gordillo* RESUME Este artículo tiene como objetivo reconstruir las fases

3 downloads 23 Views 276KB Size

Recommend Stories


1. LA PROSA EN EL SIGLO XVI
1 Renacimiento/Novela y Teatro 1. LA PROSA EN EL SIGLO XVI Durante el Renacimiento el auge de la prosa en lengua castellana se desarrolla en cuatro d

PRAENOTAMENTA TERENCIANOS EN EL SIGLO XVI
TEATRO: LOS PRAENOTAMENTA TERENCIANOS EN EL SIGLO XVI TEORÍA DE LA COMEDIA E IDEA DEL M" JOSÉ VEGA RAMOS La relevancia de los comentarios quinientí

Story Transcript

Fundaciones urbanas en México. La Veracruz en el siglo XVI Dr. J. Omar Ruíz Gordillo*

RESUME Este artículo tiene como objetivo reconstruir las fases de formación de la ciudad y puerto de Veracruz en el siglo XVI. Con base en las fuentes históricas, arqueológicas y documentales de diversos tipos se señalan las causas que motivaron las mudanzas y la elección del sitio definitivo, todo ello en una perspectiva de la geografía histórica. Palabras claves: Veracruz, ciclo fundacional, geografía histórica.

ABSTRACT This article has as objective to reconstruct the phases of Veracruz city foundation in XVI century. The analyze is made on the base of historical sources, archaeological and documentary of diverse type. We emphasizes on the causes that motivated the changes and the election of the definitive site in a perspective of historical geography Key words: Veracruz, foundational cycle, historical geography.

Desde el inicio del viaje de Cortés a las tierras al oeste de Cuba, en 1519, quedó manifiesta la intención de éste de incumplir lo acordado con el Gobernador de Cuba Diego de Velázquez, y la instrucción original de “trocar su oro de joyas a nuestros rescates”. Es casi seguro que la idea de mantenerse en estas tierras, de lo que configuró más tarde la Nueva España, se cristalizó mediante el acto de fundación que tomó forma ante los regalos recibidos en los arenales de Ulúa. El proceso de conquista y colonización del Golfo de México —es decir, en zonas de aldeas semidispersas, poco centralizadas muy comunes en Cuba, en la Española, en Jamaica—, fue diferente al que operó en las tierras altas densamente pobladas del Altiplano.

PRIMERA FUDACIÓ El lugar elegido para fundar y poblar la que se nombró Villa Rica de la Vera Cruz, en los arenales frente al islote de Ulúa, era uno de los medios más inhóspitos hasta ese momento contemplado por los españoles, pues no habían visto desde la Península de Yucatán ni en la costa de Tabasco lugar tan aparentemente despoblado. Era notoria la ausencia de pueblos de indígenas que, si bien podían presentar resistencia, también serían fuente de abastecimiento de víveres. Era ese espacio, además, profuso en lagunas salobres, de las

cuales, según García de León (1998), habían más de 200 de diferente tamaño entre los arenales, y un sólo río, el Tenoya, como fuente de abastecimiento de agua dulce; Díaz del Castillo (1976:67) escribió al respecto que “en aquellos arenales no nos podíamos valer de mosquitos,1 y además estar tan lejos de poblazones”. La presencia o ausencia de pueblos indígenas habría de ser uno de los factores de suma importancia para la construcción de ciudades en la costa de Veracruz entre 1519 y 1525, en virtud de lo cual habrían de empatar herencias indígenas e hispanas, adaptarse a innovaciones en las ciudades de la Nueva España y esquivar o enfrentar resistencias. Sin embargo, la región de desembarco frente a Ulúa no estaba totalmente despoblada, pues los datos arqueológicos indican la presencia de pequeños asentamientos, aun cuando sin una arquitectura o urbanismo que llamara la atención de los europeos, por lo que es muy posible que, ante la llegada de éstos, los indígenas hubiesen abandonado temporalmente los establecimientos. De esta primera fundación2 no queda sino la reseña histórica y los referentes geográficos aludidos en la misma.

SEGUDA FUDACIÓ Luego de una corta permanencia en los arenales frente a Ulúa, la Villa Rica de la Vera Cruz, creada jurídica antes que físicamente, fue muy pronto reubicada al pie del cerro donde estaba asentado el pueblo totonaco de Quiahuiztlan, contando con la plena colaboración de los indígenas y, de acuerdo al Alcalde Mayor de la Veracruz, en 1580: ...él fundó [Hernán Cortés] un pueblo en la costa de la mar menos de media legua del agua, á quien llamó la Villa Rica de la Vera Cruz, hacía la parte del "orte, que sirvió de puerto y escala para los navíos que á este reino venían, durante el tiempo de su conquista y algunos días más...3 La elección del espacio de esta segunda fundación, es hecha a partir de los elementos topográficos conocidos hasta ese momento por el piloto Alaminos y Juan Álvarez, quienes bajo el mando de Francisco Hernández de Córdoba habían llegado hasta las riberas del río Pánuco. Conviene registrar que esta elección de lugar estaba ubicada en una región sobre la que ya, en ese momento, Cortés tenía cierto control. La fundación es pues la respuesta al requerimiento de establecer una base que compensara algunas carencias: primero, que les brindara protección en esa tierra que esperaban poblar; segundo, el control de la región totonaca, cuando menos de lo que ellos habían conocido hasta ese momento; tercero, el proveerse de una ruta de acceso y de eventual retirada al mar y, cuarto, el apropiarse, a partir de ese punto de las riquezas, de las que ellos han visto una buena muestra en los regalos recibidos en los arenales de Ulúa. La disposición del espacio una vez localizado el lugar de la segunda fundación fue meditada, se planeó la obra a construir, se buscaron y obtuvieron materiales. Así como

mano de obra indígena, en medio de un clima estable, de relativa paz entre los pueblos totonacos. Después que hubimos hecho liga y amistad con más de treinta pueblos de las sierras, que se decían totonaques fundar la Villa Rica de la Vera Cruz, en unos llanos, media legua del pueblo, que estaba como en fortaleza que se dice Quiauiztlan, y trazada Iglesia y plaza y atarazas, y todas las cosas que convenían para ser villa, e hicimos una fortaleza... (Díaz del Castillo, 1976:81). Es importante indicar que el espacio fue elegido en época de primavera, cuando las condiciones ambientales son totalmente diferentes a las de invierno, y que en la costa del Golfo de México las estaciones del año son bastante diferenciadas unas de otras, principalmente por el embate de los vientos conocidos como “nortes” que llegan a alcanzar hasta 120 km por hora. En tan sólo cinco años de su fundación, se hizo presente un elemento de vital importancia en contra de esta ubicación: el trayecto que debían surcar las mercancías y pasajeros, desde la isla de San Juan de Ulúa, y luego costeando en embarcaciones menores hasta la Villa Rica, era una ruta de aproximadamente de 25 leguas entre ambos puntos, llena de peligros que podían hacer naufragar una embarcación, como pudo haber sucedido si atendemos a los restos de naufragios detectados en la región correspondientes al siglo XVI. En el período estudiado por Chaunu (1957), entre 1503-1650 los naufragios en el río-barra de Veracruz suponían el 8.98 por ciento y los barcos perdidos el 10 por ciento; la incertidumbre era, pues, obvia tanto en la ciudad de la Villa Rica de la Vera Cruz como en San Juan de Ulúa.

TERCERA FUDACIÓ Finalmente, entre los últimos meses de 1524 y principios de 1525 se realizó el traslado de la población de la Villa Rica de la Veracruz de Archidona a la ribera izquierda del río Huitzilapan (lámina 1); con ello se daba, de facto, la tercera fundación de este asentamiento con igual nombre, pues, de acuerdo a Álvaro Patiño4 (en Ramírez Cabañas, 1943:18): Visto que era pequeño puerto [la Villa Rica de la Vera Cruz] y poco seguro para los navíos, por la fuerza grande de los nortes, a que estaba descubierto, los cuales vientos en esta costa son muy ordinarios y vehementísimos, […] se dio orden cómo los navíos fuesen a surgir al puerto de S. Juan de Ulúa, por lo cual los vecinos de la Villa Rica de la Veracruz se pasaron á vivir e poblar en el sitio que está ahora esta ciudad, por gozar de la comodidad que este río les ofrecía para traer á él en barcas las mercaderías y carga de las naos, lo cual entendido por los españoles que tenían poblado á Medellín, ribera de otro buen río, que está de San Juan de Ulúa tres leguas á la banda del Sur, quisieron estorbar la nueva fundación de la Vera Cruz... Como podemos anotar, la supervisión y control definitivo sobre “las mercaderías” que llegaban a San Juan de Ulúa y su posterior traslado al Altiplano determinaron finalmente el

traslado de la Villa Rica la Vieja, al pie de Quiahuiztlan, a la Nueva Veracruz, establecida junto a las fértiles tierras regadas por el río Huitzilapan. Influyó también el que las condiciones económicas y sociales habían sido ya modificadas en pocos años por diversos eventos, entre ellos la caída y toma de Tenochtitlan y el desplome del dominio sobre muchos pueblos que habían estado subyugados a los aztecas; la apropiación de los europeos del control de las redes, tanto de comercio como de caminos, además de la desintegración de algunas de las estructuras de organización nativa, independientemente del mantenimiento de otras como los privilegios de las elites indígenas; otros factores fueron las pestes y la mortalidad que habían disminuido el número de naturales, y el clima de tranquilidad entre el centro de la Nueva España y la costa del Golfo. Lámina 1

Ubicación del pueblo indígena de Huitzilapan y la ciudad de la Veracruz del siglo XVI. Aunque se conoce la ubicación del asentamiento indígena sobre los médanos al oriente, y se han identificado algunas plataformas de tierra sobre las cuales estaban las casas, de material perecedero, se desconoce la construcción de estructuras de piedra aun cuando ciertas fuentes, como Díaz del Castillo, mencionen algunos adoratorios. Las excavaciones arqueológicas realizadas a la fecha dan cuenta únicamente de material cerámico y constructivo con técnicas indígenas. En forma tangencial al río Huitzilapan desemboca el río San Juan, el cual está localizado

frente a la antigua ciudad de la Vera Cruz. Como se observa en esta lámina, la ribera izquierda del río es explayada, lo cual permitió ocasionalmente la inundación de la ciudad, en tanto la ribera derecha es escarpada y susceptible a la erosión fluvial aunque no a las inundaciones. Estas últimas debieron de normar la ubicación del pueblo indio sobre los médanos que, a la vez le procuraron defensa contra el crecimiento del río, le permitiero protegerse de los vientos del norte. Levantamiento con gps por el autor, en 2006 y datos obtenidos de Navarrete (1981) y Ruíz Gordillo (1992). Había, sin embargo, una diferencia de este asentamiento con respecto a la apropiación y modificación del espacio en relación a los dos asentamientos anteriores, a saber: que ahora en el espacio escogido se ponderó la ubicación respecto a la ruta a seguir hacía el mar y al centro de la Nueva España; lo que implicó satisfacer otro factor de importancia no menos capital: el comercio. La versión oficial sobre este traslado, es que fue determinado por razones de seguridad comercial, lo cual el contador Rodrigo de Albornoz destaca en la carta que envía al rey en 1525. En este documento se señalan como los más idóneos el ya citado lugar junto al río Huitzilapan, así como otro en el río de Medellín. El decantarse por la primera solución se debió a la mayor cercanía con la isla de San Juan de Ulúa y las ventajas comerciales que este hecho suponía. Para el emplazamiento de esta ciudad, los españoles ocuparon un espacio próximo al asentamiento indígena deHuitzilapan cuya población, bastante reducida, vivía en las partes altas de los arenales, protegido su poblado de los vientos del norte por lomeríos consistentes en médanos, los cuales brindaban cobijo contra los fenómenos naturales, producto de las experiencias de años de residencia en ese espacio. Sin embargo, contra todo pronóstico y basados en la supremacía de los vencedores, los españoles no tomaron en cuenta esta experiencia indígena y ocuparon el espacio junto al río, lo que satisfizo en una primera instancia el aspecto funcional y así como las necesidades de la sociedad a partir de un proyecto concebido por Cortés, quien había elegido el lugar y dispuesto el traslado. Esta elección del espacio fue, a todas luces, equivocada, pues los europeos desdeñaron el conocimiento indígena sobre la proximidad del río y trazaron su ciudad en el espacio plano inmediato (lámina 2). Los procedentes de la baja Andalucía al parecer olvidaron sus experiencias sobre el comportamiento de los ríos. En España, el Guadalquivir en su desembocadura al mar, en Cádiz, presentaba una barra o alfaque que restringía el calado de las naves, en una situación similar a la que se forma en la salida del Huitzilapan al Golfo de México, limitando el acceso de naves de gran calado. Esto fue sin duda una de las mayores barreras al desarrollo de la Antigua Veracruz. Lámina 2

Plano que acompaña la relación de 1580 de Diego Pérez de Arteaga. Se observa, en recuadros nuestros, las tres fundaciones: Villa Rica, la Antigua y Nueva Veracruz. La ciudad de la Vera Cruz, asentada en la ribera izquierda del río Huitzilapan funcionaba en relación con el islote de San Juan de Ulúa, toda vez que las mercaderías llegaban a este lugar y debían remontarse por tierra o agua hasta la Veracruz, en donde se encontraba la Casa de la Contratación. Las cinco leguas que comprendía el partido abarcaban desde la antigua ciudad de la Veracruz hasta el islote de Ulúa. En este plano se observa la mayor importancia de la Veracruz junto al río Huitzilapan y el área despoblada de las Ventas de Buitrón, donde sería trasladada la Veracruz a principios del siglo XVII. La justificación de este error se puede encontrar en que, a cinco años del momento del contacto hispano-mesoamericano, los marinos en abril de 1519, ya no formaban parte del grupo que informó a Cortés sobre la protección que Ulúa brindaba a las naves, y de la rada al pie de Quiahuiztlan para la fundación de la Villa Rica. No tomaron en cuenta que la generalidad de los ríos que desembocan al mar son susceptibles de aumentos repentinos de caudal. Sin embargo, Cortés, al elegir el espacio, sí tomó en cuenta la serie de instrucciones reales de Pedrarias Dávila en 1513 —en la Ordenanza de Carlos V de 1523—, en éstas se encuentran algunas especificaciones tales como la localización adecuada para proteger y aprovisionar los barcos y la defensa del territorio –San Juan de Ulúa–; el que los puertos marítimos debían tomar en cuenta el manejo expedito de carga; y otra muy interesante en el que se indicaba que las poblaciones interiores debían establecerse cerca de ríos, de montañas y orientadas hacía vientos favorables (lámina 3), y, por supuesto, en tierras ricas

para proveer a sus habitantes —condiciones presentes en la región de la Antigua Veracruz—. Muchas de estas instrucciones se encuentran insertas posteriormente en las Ordenanzas de Población de Felipe II de 1573, una normativa a posteriori, y en la Recopilación de leyes de los reynos de las indias.5 Así, obedeciendo algunas de estas ordenanzas, la ciudad de la Veracruz del siglo XVI fue construida precisamente en la parte llana, junto al río, sobre cotas topográficamente más bajas, contrariamente al pueblo indígena asentado en la parte alta de los médanos. Estos mismos médanos daban protección a la ciudad de los vientos del norte. El comercio fue el factor que coadyuvó al traslado de la población hasta el Huitzilapan, aunado a que la Antigua Vera Cruz estaría integrándose a nuevas redes de comercio aun cuando algunas fueran las mismas establecidas por los indígenas, como el que siguió Cortés en 1519 hacía las tierras altas. Los elementos y factores que formaron y aglutinaron a la población fueron, principalmente, de carácter netamente comercial.

LA MUDAZA FIAL Esta ciudad del siglo xvi culminó en la mudanza, cuando el Virrey Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo v Conde de Monterrey (5 de noviembre de 1595 al 26 de octubre de 1603, cuando es nombrado Virrey de Perú), determina la construcción de almacenes en la costa frente a San Juan de Ulúa y el 10 de marzo de 1597, gira ordenanzas a los jueces oficiales de la Real Hacienda que residían en Veracruz indicándoles que se trasladaran a las Ventas de Buitrón: ... para el buen uso de vuestros oficios que os mudeís a ella [...] os paseís a dicha ciudad con vuestras casas, llevando la Caja Real de vuestro cargo y todo lo tocante a ella a el dicho puerto de San Juan de Ulúa y banda de Buitrón donde habéis de tener y tengais vuestra asistencia ordinaria y la contadura y tesorera sacándolo de todo de dicha ciudad y esto sin réplica, dilación ni remisión... 6 Así, casi al concluir el siglo XVI llegaba oficialmente el traslado de esta Antigua Veracruz, cuyas Ordenanzas que la normaron fueron establecidas por su Cabildo, Justicia y Regimiento en 1547; Ordenanzas que confirmó el Virrey Mendoza y poco después el mismo Rey en 1549. El traslado a las Ventas de Buitrón no ofrecía mayores expectativas puesto que, por disposición Virreinal expedida el 31 de julio de 1587, se había establecido: ...mediante relación hecha por Cristóbal Ruíz de Cabrera, Regidor y Procurador Mayor de ella, [la Veracruz] tenga jurisdicción en las Ventas de Buitrón, situadas en Tierra Firme...7 De esta manera, se muda nuevamente este asentamiento a otro entorno, ya junto al mar y muy próximo a la isla de San Juan de Ulúa, siendo modificada la arquitectura de la Antigua

Veracruz para ser utilizados nuevamente sus materiales en la construcción de la Nueva Veracruz; con ello se transforman también las relaciones de sus habitantes entre sí, e incluso la redes comerciales, toda vez que el traslado del manejo financiero de la Corona trae consigo, las esferas de poder administrativo, económico y posiblemente social. Lámina 3

Levantamiento manzanero con la huella de plataformas correspondientes al siglo XVI, se observa una disposición concentrada en cuatro manzanas, en torno a la calle principal. En esta lámina (Ramírez Jara, 1992), se observan, achurados, la presencia de plataformas en la traza urbana de la ciudad de la Veracruz durante el siglo XVI. Las investigaciones arqueológicas han indicado la existencia de algunas otras plataformas, aunque no confirmando plenamente su construcción con materiales como la piedra y mezcla de cal y

arena como aglutinante. De acuerdo a la presencia de material arqueológico, de factura post hispana, la traza urbana comprendía básicamente cuatro manzanas, con una prolongación hacía el norte, hasta la llamada Ermita del Rosario, en la salida hacía Xalapa.

DISCUSIÓ Por los eventos desarrollados a lo largo de casi tres cuartas partes del siglo XVI, podemos aseverar que la historia de la Antigua Veracruz y la Nueva Veracruz, la primera junto al río Huitzilapan y la otra frente a los arenales de Ulúa, estuvieron concatenadas aun desde antes del traslado definitivo de la Nueva Veracruz. Este cambio de la Antigua a la Nueva Veracruz significó diferencias, entre las que destacan las siguientes: La Antigua Veracruz tenía abundantes tierras húmedas, muy buenas para el cultivo. A lo largo de las tres cuartas partes del siglo habían surgido edificaciones de materiales imperecederos, aunque estas construcciones nunca llegaron a ser numerosas. Sin embargo, era una ciudad abierta, sin defensa alguna de posibles ataques piratas, lo cual ponía en riesgo las remesas de plata para su traslado a España, esto aunado a una falla en la organización de las cargas y descargas que propiciaba demoras en estas actividades, pérdidas de mercancías, fraudes durante el traslado y la misma ruina de las embarcaciones que permanecían ancladas en el mar. A esto se sumaba el clima húmedo y caluroso, la inestabilidad de los médanos, la susceptibilidad del río Huitzilapan a los súbitos incrementos de caudal, provocando por lo tanto inundaciones e incluso cambios de su curso y los inconvenientes para el desembarco de las mercancías. La Nueva Veracruz tenía en su contra la existencia de un gran número de lagunas, la carencia de madera y la escasez de indios; por el contrario, contaba a su favor con dos defensas, una natural que era el canal del norte para navegar, y la otra, el islote de San Juan de Ulúa que, —aunque a finales del siglo XVI no era más que un muro, algunas casas y bodegas donde se custodiaba la plata que era enviada a la península Ibérica—, era un lugar perfecto para vigilar el acceso a la tierra, aunque no suficiente para defenderla de la amenaza de los piratas. Finalmente, las mercancías estarían mejor vigiladas,disminuyendo así las pérdidas de éstas por averías y daños causados durante el traslado de Ulúa a la desembocadura del Huitzilapan y, merced al uso del camino al Altiplano vía Orizaba, sería más cómodo su acceso y pronto el alejar de las tierras insalubres de la costa donde estaba la Veracruz, que cada vez adquiría mayor importancia como puerto continental de enlace entre las Filipinas e Indias orientales y la península Ibérica.

En la ciudad de la Antigua Veracruz se repitieron, en cierta medida, patrones de asentamiento mesoamericanos detectados entre abril de 1519 y la fundación de la ciudad en 1525, así como de la posible observación de la forma urbana reticular de México, la cual había sido planeada sobre la antigua Tenochtitlan muy pocos años antes que la de la ciudad de la Antigua Veracruz siguiendo trazos indígenas. El estudio de las fundaciones veracruzanas nos pudo haber llevado a considerar que la traza lograda en 1525, la conocida comúnmente como damero, continuaría la tradición renacentista española derivada del proceso de reconquista, tal como ocurrió con las ciudades de Almagro, y muy espacialmente, Santa Fe, frente a Granada. Un emplazamiento peninsular ya conocido por quienes se trasladaron a lo que sería el Nuevo Mundo, participando en las fundaciones, de Santo Domingo y luego Santiago de Cuba, entre otras. El trazo que habría de ser aplicado en Mesoamérica y después en casi toda la Nueva España en torno a una plaza principal, central o mayor, puede condensarse en las palabras citadas por Bielsa de Ory (2002) “parcelas iguales para hombres iguales” cuyos antecedentes remiten a la ciudad aragonesa de Jaca en la segunda mitad del siglo XI, en el año 1076, sobre lo cual varios investigadores, entre ellos el mismo Bielsa de Ory y Calvo (2004), están de acuerdo en que de ahí partió la innovación, que se distribuyó por la Corona de Aragón, influyendo en las Ordinaciones de Jaime II hacía el año 1300 d.C. y en las teorías de Eximenic hacía el siglo XIII, y sobre todo en el XIV hasta concretarse el trazo en Santa Fe, en Granada. García Fernández (1997), citado por Sánchez Carmona (1992:72) menciona que aquellas organizaciones ortogonales: “Son propias de los centros de poder religioso o civil cuando las respectivas culturas han alcanzado un buen grado de desarrollo, pero no se conoce que se extendieran a las demás áreas residenciales de la ciudad más que en casos excepcionales…” En este punto debemos de aludir a las recomendaciones del Rey Fernando “el Católico” a Fray Nicolás de Ovando, gobernador de Santo Domingo, haciendo énfasis en que no era posible dictar instrucciones específicas desde España, por lo cual era necesario evaluar lugares y situaciones con arreglo a las cualidades de la tierra y, muy importante, de la gente que ahí residiera y, a partir de lo anterior, elegir los espacios convenientes para nuevas fundaciones. Si bien debieron de seguirse ciertas líneas en la elección del lugar y el trazo de los pueblos y ciudades, también consideraban evaluar quién proporcionaría apoyos, principalmente en mano de obra, por lo cual, junto con estas instrucciones, surgió también una política de colonización que devendrían en las llamadas congregaciones o reducciones de pueblos. Esta política retomaba el ideal de parcelas iguales para hombres iguales, además de que, a partir de 1513, las fundaciones serían hechas en torno a una plaza principal en la cual se cruzarían las calles formando manzanas cuadradas o rectangulares, tal cual sucede con Panamá en 1514 y sería hecho lo propio en México en 1522 y, por supuesto, en 1525 en la Veracruz.

Este bagaje cultural peninsular enriquecido con elementos mesoamericanos, sobre todo componentes procedentes de la arquitectura indígena, perduran aún, con los basamentos sobre los cuales fueron construidos diversos edificios en la Veracruz; el trazado de calles, a partir de una plaza principal, dividiendo en cuadros o cuarteles la ciudad, además de la apropiación de un espacio condicionado ocupado por indígenas, por otra parte, por la existencia de todo un corpus legal, como las Leyes de Burgos sobre las fundaciones, las poblaciones locales, las relaciones entre ellas y los espacios elegidos. Pese a todo, la irregularidad observada en la ciudad de la Veracruz en su traza del siglo XVI denota un cambio, no únicamente en el contorno de la dicha traza sino, mucho más importante, en la diferenciación de categorías, en la jerarquía que en la traza urbana es manifestada a través de cuatro calles principales, cruzadas entre sí, además de la existencia de varios callejones secundarios, mucho más angostos. Queda claro el elemento aglutinador de la plaza, el cual va a fungir como punto de ámbitos —cuadriculares— que van a normar una sociedad en base a la proximidad a dicha plaza, en tanto que existe un orden y concierto central, buscado desde las normas de fundaciones anteriores. El centro estaba ocupado por la plaza principal, así como las instituciones religiosas, políticas y comerciales, mientras que en la parte sureste aglutinaba a la mayor parte de las bodegas donde estaban las mercaderías de los comerciantes, de lo que inferimos que ahí residían los esclavos al servicio de la actividad comercial. En la ciudad de la Veracruz hubo ciertamente participación de indígenas en su construcción, aunque los elementos no son claramente observables en lo urbano y arquitectónico, sino en la presencia de objetos arqueológicos muebles —restos de cerámicas indígenas—. La ciudad fue resultado final de una influencia ibérica en su trazado aun cuando —adaptadas a cada uno de los lugares elegidos—, hubo coincidencias culturales occidentales e indígenas en el modelo cuadricular de la Veracruz, muy alejado del Altepetl mesoamericano, al menos de su forma arqueológica. Así pues, nos encontramos ante un fenómeno de conformación urbana con especificidades muy concretas que nos sitúan, más bien, dentro del proceso poblacional caribeño, independientemente de las permanencias mesoamericanas de la región. Esta hipótesis se fortalece por el carácter eminentemente comercial del ciclo fundacional porteño veracruzano. La situación comercial se hace evidente en la toponimia de la región, donde las zonas agrícolas estaban lo suficientemente alejadas y situadas en las barrancas y los pie de monte, a la par que la llanura sotaventina se trasformaba en tierra de ganado mayor, actividad totalmente ligada a la cultura hispánica. En un principio, el asentamiento definitivo de Veracruz constituyó un espacio de tránsito en el cual, forzosamente, debían estar y permanecer las autoridades encargadas de custodiar las mercancías, así como ver lo relativo al control de éstas ante la Corona. El capital que se mantuvo fue comercial, sin generar más procesos que el de mero trasiego de mercancías, con lo que se fortaleció su carácter dependiente de las dos metrópolis que le servían de ejes, por un lado la Ciudad de México y por otro el puerto de Cádiz y más tarde Sevilla.

Por otra parte, fue un espacio habitacional (lámina 4), aunque no existió en ella una verdadera vecindad de españoles en el sentido estricto del término, toda vez que la mayoría de las familias residían en Xalapa, en climas más templados. El espacio elegido respondió más a los requerimientos de comercio que a la seguridad y comodidad de los habitantes, toda vez que no era una ciudad poblada permanentemente por europeos; estos residían en el puerto el tiempo necesario en el que las flotas permanecían en la contratación y descarga de las mercancías. Alonso Hernández Diosdado (en Ramírez Cabañas, 1943:35), siguiendo las instrucciones del alcalde mayor Álvaro Patiño, menciona que si esta actividad desapareciese no habría forma de poder conservar la ciudad. No fue la Veracruz, un centro productor como otras ciudades que, a la vez que eran lugares de paso de mercancías, constitutían también espacios de producción, como lo fue por ejemplo Orizaba. Uno de los aspectos menos atendidos, pero que poco a poco adquiere cierta relevancia en las ciencias sociales, lo constituye el papel que el espacio y, más concretamente, el ordenamiento territorial ejerce en las estructuras sociales y la cultura de los pueblos. Así, en un estudio reciente, González Martínez (2008) trata de demostrar cómo ciertos asentamientos se expresaron en la semejanza que la conformación original de las cuatro partes del mundo, implícita en los altepeme prehispánicos, coincidió con la implantación del damero castellano, estableciéndose una concordancia que, según este autor, dio solución de continuidad a una serie de estructuras socio espaciales nativas, pero ya con contenidos culturales cristianos. El autor citado sostiene que la sobreposición de una planta ortogonal (damero) puesta sobre otro espacio cuadrangular (Altepetl) sustituye los símbolos indígenas dejando en su lugar los hispanos; la pirámide central y los santuarios de las cuatro esquinas son desplazadas por la iglesia y sendas capillas, por lo tanto las estructuras socio-espaciales se mantienen, aunque con contenidos socioculturales diferentes. Así la cultura hispana y sus elementos cristianos estarán articulados a las estructuras prehispánicas, facilitando con ello el mestizaje cultural (González Martínez, 2008). González Martínez (2008) sostiene que el proceso de conquista y colonización del Golfo Caribe y de las islas de tierra firme fue diferente al que operó en las tierras altas, densamente pobladas, de los altiplanos continentales americanos. Sin embargo otras investigaciones arqueológicas (Dannels, 1983; Stark, 1987) muestran evidencias de que la faja costera del Sotavento veracruzano estaba densamente poblada, salvo algunos espacios como en el que se encuentra la actual ciudad de Veracruz, de ahí, que la hipótesis de patrón de poblamiento sobrepuesto pueda ser pertinente en el caso de las cuencas de los ríos Jamapa, Actopan, San Juan. No obstante, si bien en Cempoala, y concretamente en Tajín y Paxil, ciudades prehispánicas al norte de la Antigua Veracruz, encontramos cuadrículas que nos remiten al Altepelt, no podemos decir que el damero se haya sobrepuesto en el caso de las fundaciones hispanoveracruzanas de la costa, en primer lugar porque no existe una evidencia arqueológica, ni artística ni etnográfica que permita tal afirmación, y en segundo porque la población indígena, a pesar de su alta densidad, desapareció rápidamente, entre otras razones, por traslado de grupos indígenas, epidemias y matrimonios mixtos; es decir, la Antigua Veracruz y alrededores fueron rápidamente hispanizados por lo que, independientemente de

la pertinencia de la sobreposición del damero al Altepetl, fue el concepto de damero el que prevaleció. En ese sentido, la hipótesis postulada por González Martínez, para la tierra alta no podría ser aplicada en nuestro estudio de caso; tal parece que el proceso de urbanización en las fajas litorales, a excepción quizá de Huitzilapan, se acercó más al sitio caribeño de conquista, que al operado tiempo después en las altiplanicies y valles interiores de Mesoamérica.

REFLEXIOES FIALES Las primeras fundaciones de los españoles en la actual costa de Veracruz se manifestaron en cuatro asentamientos con el mismo nombre, cada uno en sustitución del anterior. El primero frente al islote de Ulúa en 1519; el segundo al pie de la ciudad indígena de Quiahuiztlan, ese mismo año; el tercera junto al río Huitzilapan en 1524 y, finalmente, al cabo de 75 años, en 1599 retornar a los arenales frente a Ulúa, lugar de la primera fundación. Bastaron únicamente unas cuantas décadas para que cada uno de estos asentamientos fuese obsoleto en cuanto a su ubicación Nos encontramos entonces, ante un proceso de poblamiento y de conformación urbana con especificidades muy concretas que hipotéticamente nos sitúan dentro de la dinámica poblacional caribeña, independientemente de las permanencias mesoamericanas de la región. Esta primera hipótesis se fortalece por el carácter eminentemente comercial de la Veracruz, lo que se hace evidente en la toponimia regional, por ejemplo, Paso de la Venta, El Hatillo, Paso del Toro, Paso del Piz, Arrieros, etc., donde las zonas agrícolas estaban lo suficientemente alejadas y situadas en las zonas de barrancas y de pie de monte, en tanto que la llanura Sotaventina se trasformaba en tierra de ganado mayor, actividad totalmente ligada a la cultura hispánica. Los asentamientos indígenas se iban despoblando, como la vecina Cempoala o la misma Huitzilapan, sustituyendo los pueblos de indígenas por pueblos de españoles, lo que dio lugar a un rápido mestizaje y asimilación de culturas observable en las zonas rurales aledañas al actual puerto de Veracruz. Lámina 4

Representación esquemática de áreas de actividad y status económico/social ciudad de la Veracruz en el siglo XVI a partir de la presencia de materiales arqueológicos. INAH, México, 1992. I. Centro, área político, religioso, administrativo (iglesia, cabildo, aduana, plaza principal, grandes edificios habitacionales). II. Espacios habitacionales diferenciados por estatus económico, observable en la disposición de elementos muebles en superficie (materiales domésticos y cerámicas finas). III. Área de actividad comercial, (control de aduana). IV. Presencia del pueblo hispano sin orden aparente (montículos de pequeña altura, plataformas presumiblemente habitacionales, cerámicas domésticas, etc.). V. Presencia del pueblo indígena de Huitzilapan en la parte alta del espacio.

BIBLIOGRAFÍA

Bielza de Ory, V (2000). La ciudad ortogonal aragonesa del camino de santiago y su influencia en el urbanismo regular posterior. Aragón en la edad media, XVI, España Universidad. Zaragoza. _____ (2002). “De la ciudad ortogonal aragonesa a la cuadricular hispanoamericana como proceso de innovación-difusión, condicionado por la utopía”, en Scripta "ova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Vol VI, nº 106, Universidad de Barcelona. Calvo, Luis María, (2004). La construcción de una ciudad hispanoamericana. Santa Fe la vieja entre 1573-1660, Santa Fe, Argentina, Universidad Nacional del Litoral. Camacho Cardona Mario(2000). Historia urbana novohispana del siglo XVI, MÉXICO, UNAM. Chaunu, Huguette y Pierre (1957). Sevilla et l’atlantique (1504-1650), Primera parte, estadística. París, SEVPEN. Daneels, Annick (1983). Informe de la segunda temporada, exploraciones en superficie en el Centro de Veracruz, Informe Técnico al Consejo de Arqueología. Devries, Jan (1987). La urbanización de Europa 1500-1800, Barcelona, Editorial Crítica.Trad. al español de Ramón Grau. Díaz del Castillo, Bernal (1976). Historia de la conquista de la Nueva España, México, Porrúa, (Col. Sepan Cuántos núm. 5), con introducción y notas de Joaquín Ramírez Cabañas. Fernández Ch. Ángel y J. García Zambrano (Comps.). Territorialidad y paisaje en el Altepetl del siglo XVI , FC, México. 2006 García Castro, René (1999). Indios, territorio y poder en la provincia Matlatzinca. La negociación del espacio político de los pueblos otomianos, siglo XV-XVII, México, El Colegio Mexiquense, CONACULTA-INAH-Historias ciesas. García Fernández, José (1997). Trazas urbanas hispanoamericanas y sus antecedentes en La ciudad hispanoamericana. El sueño de un orden, Madrid, CEHOPU, Ministerio de Fomento. García de León, Antonio (1998). “Economía y vida cotidiana en el Veracruz del siglo XVI: 1585-1707”, en Boletín Americanista, año XXXVIII, núm. 48, Barcelona, Universidad Barcelona, Facultad de Geografía e Historia, Sección Historia de América. García Sánchez, Magdalena Amalia (2006). “Altepetl: evidencia arqueológica de una organización político territorial en la Tlaxcala prehispánica”; en Scripta "ova, Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, vol. X, núm. 218, Universidad de Barcelona.

González Martínez. Joaquín R. (1994). “Reflexiones teórico-metodológicas” en Memorias del VI Congreso del Grupo de Trabajo de Estudios Regionales del CEISAL, Polonia, Universidad de Aarhus-Cesla. ______(2008). La historia vivida en las representaciones espaciales: la conformación del espacio Tzeltal-Tzotzil, ensayo de aproximación geoetnográfica, Veracruz, IVEC, Colección Atarazanas. HARDOY, Jorge (1997). “La forma de las ciudades coloniales” en Hispanoamérica, núm. 5, anno II Psicon Firenze, 1975 Stampa 1976 y en Historia Urbana, 4, México. Hassig, Ross (1990). Comercio, tributo y transportes, La economía política del valle de México en el siglo XVI, México,Editorial Alianza Editorial Mexicana. De León Pinelo, Antonio (1630). Tratado de confirmaciones reales de encomiendas, oficios i casos, que se requieren para las indias occidentales. Madrid. Sala de Investigaciones de la Biblioteca Nacional, Código X349.8 / L57. Molina del Villar, America. (2001). La "ueva España y el matlazahuatl, 1736-1739. Mexico. CIESAS: El Colegio de Michoacán. Molina Ludy, Virginia (1992). Los indios de Veracruz, Colección V Centenario; Gobierno del Estado de Veracruz, México. De la Mota y Escobar, Fray Alonso (1945). “Memoriales del obispo de Tlaxcala Fray Alonso de la Mota y Escobar” en Anales México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 6ª. Época, I, 191-306. Pichardo Viñals, Hortensia (1984). Las ordenanzas antiguas para los indios. Las leyes de Burgos. 1512, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales (serie Historia de Cuba). Ramírez Cabañas, Joaquín (1943). La ciudad de Veracruz en el siglo XVI , México, Imprenta Universitaria. Ruiz Gordillo J. Omar y Juan José Ramírez Jara y Anaya (1992). “Contactos hispanoamericanos en el Totonacapan, Veracruz, siglo XVI ” en Five Centuries of Mexican History, Memorias de la VIII Reunión de historiadores mexicanos y norteamericanos, San Diego, California, octubre de 1990, México, editado por Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora y The University of California Irvine. _____(2005). “Tierra y orden; el reacomodo de los pueblos indígenas en la región de Misantla, Veracruz, México” en Construyendo historias, Perú, Pontificia Universidad Católica del Perú /Universidad de Estudios E. de Osaka. _____(1992). Contactos hispano americanos en Veracruz, primera temporada, México, Informe Técnico al Consejo de Arqueología del INAH.

_____(1982). Reconocimiento en superficie de la zona costera entre la Ciudad de Veracruz y La Antigua, Veracruz; Archivo Centro Regional Veracruz del INAH. Inédito Sánches Carmona, J. M. (1989). Plaza y traza de la ciudad de México en el siglo XVI , México Ed. Tilde. _____(1992). Desarrollo de la ciudad en la colonia, en Las ciudades del encuentro, México, UAM. Siemens, Alfred (1998). A Favored Place: San Juan River Wetlands, Central Veracruz, a.d. 500 to the Present. Austin, University of Texas Press. Stark, Bárbara (1987). Proyecto arqueológico la Mixtequilla; México, Informe preliminar al Consejo de Arqueología del INAH. Stearn E. Wagner y Allen E. Stearn (1945). The Effect of Smallpox on the Destiny of the Amerindian, Boston, Bruce Humphries. Torres Lanzas, Pedro (1985). Catalogo de mapas y planos de México. Relación descriptiva de los mapas, planos de México y Floridas, existentes en el Archivo General de Indias. T II, 1ª. reimpresión,España, Archivo General de Indias, Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, España. Trens, Manuel B. (1992). Historia de Veracruz, Xalapa, Secretaría de Educación y Cultura del Gobierno del Estado de Veracruz. _____(1997). Historia de Veracruz, T. II,1ª. Ed., Xalapa, Gobierno del Estado de Veracruz, pp. 197. Unikel, Luis (1976). El desarrollo urbano de México: diagnóstico e Implicaciones Futuras, México, El Colegio de México.

OTAS * Arqueólogo, doctor en Historia y Estudios Regionales. Investigador del INAH-Veracruz 1

2

Debe tratarse del Xexen y no el Aedes Egiptus.

Anteriormente había sido fundada Santa María la Antigua del Darién con Nuño de Balboa como alcalde mayor. En 1514 Pedro Arias de Ávila (Pedrarias Dávila) llega a Darién con el título de gobernador. Aunque el texto fue escrito por el Licenciado Alonso Hernández de Ávila, éste es enviado por el Alcalde Mayor.

3

Álvaro Patiño, en 1580, al Virrey Don Martín Enríquez, respondiendo así al cuestionario que sobre la descripción de la ciudad de la Vera Cruz y su comarca respectiva, al igual que la de otras ciudades fuera enviado a los alcaldes de la Nueva España. Al final del texto se lee también la rúbrica de Nicolás de Robles, Escribano del cabildo. Ramírez Cabañas (1943) publica esta descripción con el título de La ciudad de Veracruz en el siglo XVI. 4

Aunque el texto fue escrito por el Licenciado Alonso Hernández de Ávila, éste es enviado por el Alcalde Mayor Álvaro Patiño, en 1580, al Virrey Don Martín Enríquez, respondiendo así al cuestionario que sobre la descripción de la ciudad de la Veracruz y su comarca respectiva, al igual que la de otras ciudades fuera enviado a los alcaldes de la Nueva España. Al final del texto se lee también la rúbrica de Nicolás de Robles, escribano del cabildo. Ramírez Cabañas (1943), publica esta descripción con el título de La ciudad de Veracruz en el siglo XVI. 5

Suma de las leyes promulgadas por los soberanos españoles para regularizar sus posesiones en América y las Filipinas. Fue firmada por Carlos II de España en Madrid el 18 de mayo de 1680 y su redacción estuvo a cargo de Antonio de León Pinelo y Juan de Solórzano Pereira. 6

Trens, (1992. Op cit. T. II, Cap. V, p.124).

7

Trens, (1947, T.II, Cap. IV, p. 203).

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.