Ganaba la confianza de la gente

Lección 6 para el 6 de agosto de 2016 «Sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres c

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Lección 6 para el 6 de agosto de 2016

«Sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: “Seguidme.”» E.G.W. (El ministerio de curación, pg. 102)

Trataba a la gente como quien deseaba hacerles bien

Tenía simpatía por la gente

Atendía sus necesidades

Ganaba la confianza de la gente

Entonces les decía: Sígueme

Esta semana veremos cómo se mezclaba Jesús con las personas a las que venía a rescatar para poder seguir este método, y cómo podemos imitarle.

«¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?» (Lucas 15:4)

Cuando Jesús fue acusado de recibir a los pecadores (Lucas 15:2), contó tres parábolas para ilustrar el amor de Dios y su interés por la salvación de cada uno de nosotros.

Lucas 15:3-7

Lucas 15:8-10

Lucas 15:11-32

La oveja perdida y encontrada

La dracma perdida y encontrada

El hijo perdido y encontrado

Ya sea que fuese directamente a buscar al pecador (como a la mujer samaritana) o que éste le buscase (como Zaqueo), Jesús no perdía ninguna oportunidad para que los pecadores encontrasen el camino de la salvación.

«¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?»

Al contrario que los fariseos, que no deseaban contaminarse por el contacto con los pecadores, Jesús se mezclaba con las personas compartiendo su vida social con ellas. Cuando reprocharon su conducta, Jesús tuvo que mostrar a los maestros de Israel un principio básico de la fe judía: «Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos» (Oseas 6:6). Las formas y ceremonias no pueden ser más importantes que el modo en que tratamos a las personas. Para conseguir esto, debemos ser humildes y dejar que el Espíritu Santo nos ayude a ser misericordiosos con los que yerran.

(Mateo 9:11)

«¿A cuántos de los errantes, tú, lector, has buscado y llevado de vuelta al redil? Cuando te apartas de los que no parecen promisorios ni atractivos, ¿te das cuenta de que estás descuidando las almas que está buscando Cristo? En el preciso momento en que te apartas de ellos, quizá es cuando necesiten más de tu compasión […] Muchas de ellas pueden ser ganadas para Cristo. […] Los que van errantes pueden parecer duros e indiferentes; pero si hubieran tenido las mismas ventajas que otros han tenido, habrían revelado mayor nobleza de alma, y mayor talento para la utilidad. Los ángeles se compadecen de ellos. Los ángeles lloran mientras los ojos humanos están secos y los corazones cerrados a la piedad. ¡Oh, la falta de simpatía profunda y enternecedora por los tentados y errantes! ¡Oh, más del espíritu de Cristo, y menos, mucho menos del yo!» E.G.W. (Palabras de vida del Gran Maestro, pg. 150)

«No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo» (Juan 17:15-16)

Cuando el pueblo de Dios se mezcló con el mundo en el pasado, acabo participando de sus pecados (Números 25:1-3). Por otra parte, ¿qué bien estamos haciendo a otros si nos escondemos de ellos para no ser contaminados por sus costumbres? Somos llamados a mezclarnos con el mundo como la sal. ¿Cómo podemos hacer esto sin perder nuestro sabor? En nuestra amistad con las personas no creyentes debemos ser conscientes en todo tiempo de los límites que no debemos traspasar. El Espíritu Santo nos ayudará a encontrar los puntos comunes que nos permitan relacionarnos con los demás sin renunciar a nuestros principios.

«porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Filipenses 2:13-15)

Viviendo en medio de un mundo corrompido, nos puede tentar la idea de buscar nuestra propia zona de comodidad espiritual y llegar a ser «introvertidos espirituales». Pero somos llamados a ser luminares que lleven a otros al conocimiento de Dios. Esto no se consigue encerrándonos en nosotros mismos. Confiados en el poder de Dios actuando en nosotros, compartiremos Su mensaje con esta generación perversa.

«porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Filipenses 2:13-15)

¿Cuál de estas iglesias crees que cumple mejor su misión?

«Los creyentes de Antioquía comprendían que Dios estaba dispuesto a obrar en sus vidas “el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Filipenses 2:13. Mientras vivían en medio de un pueblo que parecía preocuparse poco por las cosas de valor eterno, trataban de dirigir la atención de los de corazón sincero, y dar testimonio positivo de Aquel a quien amaban y servían. En su humilde ministerio, aprendieron a depender del poder del Espíritu Santo para hacer eficaz la palabra de vida. Y así, en las diversas ocupaciones de la vida, daban testimonio diariamente de su fe en Cristo. El ejemplo de los seguidores de Cristo en Antioquía debería constituir una inspiración para todo creyente que vive en las grandes ciudades del mundo hoy. […] Mientras esos obreros se esfuercen por ganar almas para Jesús, hallarán que muchos que nunca hubieran sido alcanzados de otra manera están listos para responder al esfuerzo personal inteligente» E.G.W. (Los hechos de los apóstoles, pg. 128)

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