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LA CORRIENTE ITALIANISTA Y GARCILASO EL HUMANISMO Y LA CORRIENTE ITALIANISTA Se inicia el Renacimiento, que lleva a romper con el mundo y las creencias medievales, y a considerar al hombre como centro del universo al contrario que en épocas anteriores. Es fundamental el nacimiento del Humanismo en Italia, ya desde el siglo MV, con el estudio de textos clásicos griegos y latinos. La canalización de estos estudios permite al hombre ser más culto y liberarse en parte de la teología que constituía el centro de atención en los siglos del medieval. El Humanismo se difunde desde Italia a distintas ciudades europeas, en las que se fundan estudios de humanidades y se conservan con esmero los textos antiguos. Por estas razones la literatura española de la época se ve influenciada de cerca por la italiana. La figura renacentista trascendental en Italia es Petrarca, que con sus escritos basados en el estudio de los clásicos lleva a Europa entera influencias de la cultura grecorromana. También destaca un holandés Erasmo de Rotterdam, defensor de reencontrar la doctrina cristiana en su pureza original. No hay que olvidar otros aspectos que se ven plasmados en los trabajos literarios de esta época: la religiosidad no se olvida por efecto de los movimientos de reforma y contrarreforma que procuran devolverle su importancia anterior (en España es el período de los grandes místicos) o la aparición de la imprenta, que permite la difusión de los escritos con mucha m s rapidez (la Biblia Políglota de Cisneros es la obra impresa más representativa en nuestro país). Un ejemplo de humanista español es Luis Vives, que aunque destaca en filosofía, es polifacético y se ocupa también de la didáctica, la pedagogía, etc., basándose sobre todo en la experiencia. Este hecho lo convierte en precursor de filósofos como Bacon o Descartes. En lírica, el primer poeta renacentista es Juan Boscán, que adopta los metros y temas de la poesía italiana petrarquista. Su amigo Garcilaso de la Vega también se anima a la adopción de las nuevas formas poéticas, con gran éxito frente a la lírica anterior. Otros poetas que siguen la tradición de Petrarca son: Gutierre de Cetina, con sonetos, canciones, epístolas y madrigales o Hernando de Acuña, que también escribe sonetos, madrigales y canciones. Lo más característico de esta época es el triunfo de la poesía italianizante gracias a Garcilaso de la Vega, a quien habían precedido, en sus intentos de adaptar la métrica italiana, algunos autores del siglo XV pero no lograron dominar la acentuación del endecasílabo y más bien componían dodecasílabos. Esta poesía italianizante introdujo el endecasílabo, solo o en combinación con el heptasílabo, y estrofas como el soneto, terceto, octava real, silva, la estancia y la lira. Supuso también el empleo de nuevos temas, como el amor platónico y petrarquista, el protagonismo de la naturaleza, el bucolismo y la mitología. EN ESPAÑA 1
A la época del Emperador corresponde la definitiva introducción de España de la poesía italianista, que había sido intentada sin éxito en el siglo XV por el Marqués de Santillana. El italianismo llegó a su triunfo y plena madurez antes que en otra cualquiera de las naciones europeas, quizás aparte la especial preparación de nuestro suelo literario, por el contacto más estrecho y prolongado con Italia. Era históricamente necesario que fuese Italia la maestra de la renovación renacentista en poesía. Los grandes genios italianos, desde Dante y Petrarca, habían encontrado la expresión más genuina de la nueva sensibilidad mediante la utilización de formas métricas insustituibles y la perfección a que habían llevado su cultivo. La nueva lírica representa la sustitución de la poesía tradicional, de carácter popular, ligero, entretenido, de ritmo ágil y fácil comprensión, por un estilo artificioso, culto, cuajado de expresiones metafóricas, elaborado cuidadosamente dentro de una comedia y severa elegancia y servido por un ritmo de graves y reposadas armonías. En España, había tenido largo cultivo el endecasílabo llamado de "gaita gallega", acentuado en las sílabas 4a, 7a y 10ª, lo que le daba un ritmo como de baile o como que le distinguía esencialmente del italiano, cuyos acentos recaían en la sílaba 6a o en la 4ª y 8ª. Se cita siempre como causa determinante de la introducción de la poesía italianista en España la invitación hecha a Boscán por el embajador veneciano Andrea Navagero, que le indujo a ensayar la métrica y los temas italianos. La lírica española ha sufrido la renovación italianista contenida en la obra de Garcilaso. Para algunos poetas de su tiempo pudo ser todavía el jefe de una escuela pero inmediatamente se le consideró como a un maestro. Se convirtió en el primer clásico de nuestra literatura nacional. En España, el renacer de lo clásico se trató de armonizar con el mantenimiento de ciertos elementos característicos de la tradición hispánica medieval. EL ITALIANISMO DE GARCILASO Recordemos que ya en el siglo XV el marqués de Sandalino había utilizado, sin gran fortuna, la métrica del "dolce stil nuovo" en sus Sonetos fechos al itálico modo. Frustrada aquella primera experiencia, la verdadera innovación se produce con Juan Boscán, quien decide escribir versos con las medidas italianas. Boscán logra la aclimatación, Garcilaso la adopta y le insufla valores estéticos de primera magnitud, y, como no podía menos de suceder, proliferan los imitadores. El soneto, la octava real (ottava rima), la canción, el terceto y el endecasílabo suelto pasan a ser del dominio de los poetas españoles, quienes, naturalmente, los cargan del contenido petrarquista y "cinquecentista" a que ya hemos aludido. El verso nacional octosílabo sobrevive (y más adelante será ampliamente utilizado en el teatro), pero el nuevo estilo se impone mayoritariamente, salvo alguna aislada reacción tradicionalista. Garcilaso de la Vega (1503−1536) es uno de los más grandes poetas 2
españoles de todos los tiempos, Garcilaso encarna el modelo perfecto del caballero de la época imperial. Añadamos, sin embargo, que a lo largo de los versos de Garcilaso corre una vena que llamaríamos "romántica" en el sentido más depurado de la palabra. Sensibilidad musical, sentimiento del paisaje (nota inédita hasta entonces en las letras castellanas, salvo algún rasgo de Berceo), desgana de vivir, melancolía fatalista: No me podrán quitar el dolorido sentir si con la vida primero no me quitan el sentido éstas son las características singulares de la poesía del toledano, a las que, naturalmente, hay que añadir las comunes a la poesía viva de su tiempo, aunque es de señalar que, junto a los italianos, influyen sobre ella los clásicos (Teócrito, Virgilio,Tibulo, Horacio), más afines a su temática propia (el amor y el paisaje, conjugados en vivencias personales). El aparato convencional en que se despliegan poéticamente esas vivencias (falsos pastores, ninfas, mitología) procede tanto de los bucólicos clásicos como de sus imitadores italianos (el Boccaccio de los Ninfale, el Cenízaro de la Arcadia, etc.). Otro nombre importante, el de Ausiàs March −neoplatonismo apasionado y problemático−, vendrá a completar la lista de las influencias. Desde el punto de vista formal, la poesía de Garcilaso se caracteriza por la perfecta fluidez de la elocución, que discurre con elegante sencillez a lo largo de endecasílabos y heptasílabos plenos de una delicada musicalidad. El lenguaje, absolutamente natural, recurre en ocasiones a sabrosos arcaísmos y otras veces a latinismos. Un sentido muy agudo, pero bien medido, del color y de la adjetivación contribuye a vivificar las evocaciones de la naturaleza: Por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce primavera deseaba. Por lo demás, la obra de Garcilaso es breve, pero la influencia que esta obra ha ejercido desde su publicación no se ha interrumpido nunca. TEMAS El amor idealizado, platónico, referido sobretodo, a Isabel Freire. Hay dos tipos de amadas: el primero es el de la amada viva, que ennoblece por el sufrimiento; para Garcilaso el amor es sinónimo de sufrimiento y dolor; esto se refiere al no ser correspondido. I el segundo es la amada muerte; sobretodo cuando se sucede la muerte de Isabel que Garcilaso alcanza su grado m s alto de sufrimiento, ya que no la va a ver nunca más, todo ha terminado para él. _ La comparación del dolor (soneto XXXVII). _ El tema del amor como sufrimiento ( canción I) _ El tema amoroso (soneto V ) _ El amor platónico ( soneto VIII) 3
La naturaleza, también idealizada, utiliza mucho el tópico del "locus amoenus", un lugar agradable, deleitoso, con un verde prado, solitario y retirado, con flores tiernas... Hace una mezcla de elementos reales y otros imaginados por el poeta. Un ejemplo seria la canción III, donde humaniza la naturaleza. Otro ejemplo es la égloga I. La mitología, el simbolismo. Relaciona algunos poemas con la mitología grecolatina. Tiene deseo de servirse de ese mundo mítico; sus sentimientos se sienten identificados con los personajes. _ Apolo y Dafne (soneto XIII y égloga III). _ Hero y Leandro (soneto XXIX). _ Ifis y Anajárete (canción V). La religión, aparece sobretodo, en la poesía cancionera. Pueden encontrarse algunas referencias relacionables con la religión cristiana, como en la copla VII (las bodas de Can ). Las alusiones a Dios en la canción I, elegía II y égloga I. La fortuna, el hado y el destino; el destino y el hado se pueden ver desde diferentes puntos de vista: religioso, como la voluntad de Dios, y profano, como el resultado del influjo de los astros. La fortuna es arbitraria, mudable y cruel y puede ser vencida fácilmente (fortaleza y virtud). Ejemplo de la fortuna lo encontramos en la elegía I. El hado es el responsable de un amor que le ha venido sin él desearlo ni buscarlo (soneto VII y égloga II). La moral estoica, se refiere a la paciencia, la prudencia y la virtud, que se pueden relacionar con el cristianismo. En este tema se refleja una apelación de la virtud. Ejemplos como la égloga II, canción III, elegía I y soneto XXI. METROS Y LENGUAJE La innovación que supone Garcilaso en la literatura se concentra fundamentalmente en la ruptura que supone, tanto en la forma como en el contenido, con la época medieval. Ensaya de forma más brillante que Boscán los metros petrarquistas, con un sello personal inimitable, que recrea los paisajes bucólicos y pastoriles. Tiene gran influencia en la lírica posterior, ya que significa la entrada definitiva del endecasílabo en la literatura española y un cambio en la musicalidad respecto a las cadencias mas duras y rígidas de épocas anteriores. Manifiesta un soberbio gusto en la elección del vocabulario, conformando el principio del lenguaje literario. La métrica es sobretodo la italiana, a excepción de las ocho coplas en metros castellanos. La estrofa italiana más empleada es el soneto. Su rima: las dos variantes más frecuentes son CDE CDE, y CDE DCE. La estancia, formada mediante la combinación del endecasílabo y el heptasílabo, la usa en las cinco canciones, la égloga I y partes de la égloga II. También utiliza la octava real, en la égloga III, los tercetos encadenados y la rima interior. La lira solo la utiliza en "oda la flor de Gnido". El lenguaje es sencillo, elegante, limpio y claro, en el que se mezclen armónicamente lo culto y lo popular. Empleó la hipérbaton, imitando la sintaxis latina, lo que favorecía la rima; los encabalgamientos, sobre todo el suave. Otra figura muy utilizada es la metáfora, con la que obtiene grandes resultados. Emplea el estilo directo también ( égloga 4
I).
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