Gloria a Cristo, a Dios y al Espíritu, que gobiernan toda nación, y que los adoren los pueblos de la tierra

1 III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO El Reino de Dios está cerca Gloria a Cristo, a Dios y al Espíritu, que gobiernan toda nación, y que los adoren lo

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III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO El Reino de Dios está cerca

Gloria a Cristo, a Dios y al Espíritu, que gobiernan toda nación, y que los adoren los pueblos de la tierra.

Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno (LH- Tiempo Ordinario – Himno Vísperas ) Celebre la Iglesia, cantando, de San Pablo la grandeza y esplendor. De enemigo se hizo un apóstol por el gran poder del Señor. Contra el nombre de Cristo luchaba, inflamado de gran furor, Mas ardió mayor la llama en su pecho anunciando de Cristo amor. Gran amor mereció del Señor: En lo más alto de los cielos escuchar, las palabras el gran misterio que a nadie es debido hablar. Esparciendo las semillas del Verbo, surge la siega con tal abundancia, que el granero de los cielos está repleto con los frutos de las buenas acciones. Refulgente, cual luz, ilumina todo el orbe con tal claridad que, expulsando los errores y la tiniebla, hace reinar, soberana la verdad.

Salmo 18 (19) La Alabanza al Dios Creador Que todo el mundo nos considere como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Cor 4, 1) Ant.: En toda la tierra se expande su anuncio, y su voz por los confines del universo. 2

El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: 3 el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. 4

Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, 5 a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. 6

Allí le ha puesto su tienda al sol: él sale como el esposo de su alcoba, contento como un héroe, a recorrer su camino. 7 Asoma por un extremo del cielo, y su órbita llega al otro extremo: nada se libra de su calor. Lectura Breve

1Tm 1,14-15

El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo Jesús. Pueden fiarse y aceptar sin reserva lo que les digo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero. V. Señor, tu eres mi lámpara. R. Dios mío, tu alumbras mis tinieblas.

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Para meditar Del Memorial del Beato Pedro Fabro Ojalá llegue pronto el momento en que no vea yo ni ame a ninguna criatura prescindiendo de Dios, sino que, más bien, vea a Dios en todas las cosas, o por lo menos le reverencie. De aquí podré subir al conocimiento del mismo Dios en sí mismo y, por fin, ver en Él todas las cosas para que Él mismo sea para mí todo en todas las cosas eternamente. Para subir por estos grados hay que esforzarse en encontrar a Cristo que es camino, verdad y vida, en el centro de mi corazón, es decir dentro y debajo de mí, después encontrarle sobre mí por medio de mi pensamiento y fuera de mí por los sentidos. Para esto hay que pedir que el Padre que se dice estar arriba, dé el poder; que el Hijo que en cierta manera puede decirse que está fuera por su humanidad, me dé la sabiduría; y que el Espíritu Santo que, hasta cierto punto, puede decirse que está abajo, dentro de nosotros, me dé la bondad. Porque, de otra manera, ni nuestro interior podrá abrirse para que el corazón limpio vea a Dios, ni la parte superior de nosotros podrá elevarse para contemplar lo invisible de Dios, que está sobre todas las cosas; ni nuestros miembros podrán ser mortificados para sentir a Aquél que está fuera de todo y sobre todo. (Memorial del Beato Pedro Fabro, el 3 de mayo de 1543). Peticiones: 1- Alabanza a ti, Señor, por la mesa de tu Cuerpo y Sangre que recibimos por intermedio de los apóstoles; por ella somos alimentados y vivimos. Tus siervos te alaban, Señor! 2- Alabanza a ti, Señor, por la mesa de tu palabra, preparada para nosotros por los apóstoles; por ella recibimos luz y alegría.

4- Alabanza a ti, Señor, por los sacramentos del Bautismo y de la Penitencia que confiaste a los apóstoles; por ellos somos lavados de todo pecado. 5- Alabanza a ti, Señor, por el ministerio de la defensa y propagación de la fe y del perfeccionamiento de las almas en la vida y en la doctrina cristiana que confiaste a la Compañía de Jesús. (intenciones libres) Padre Nuestro... Oración Dios eterno y todopoderoso dirige nuestra vida según tu amor, para que podamos a ejemplo de los apóstoles y en nombre de tu Hijo, fructificar en buenas obras. Por nuestro Señor Jesús Cristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Canto Final Iglesia Peregrina Todos unidos formando un solo cuerpo, un cuerpo que en la Pascua nació; miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió, El nos conduce, nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios. Somos en la tierra semilla de otro reino, somos testimonio de amor. Paz para las guerras y luz entre las sombras Iglesia peregrina de Dios.

3- Alabanza a ti, Señor, por tu santa iglesia, edificada sobre el fundamento de los apóstoles; con ella formamos un solo cuerpo.

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IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO Todos quedaban admirados con sus enseñanzas Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.: El Rey de la Gloria es el Señor omnipotente! 7

¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. 8

-¿Quién es ese Rey de la gloria? -El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. 9

HIMNO Luz radiante, luz de alegría, Luz de gloria, Cristo Jesus! (bis) 1- Es del Padre inmortal y feliz el resplandor que en todo reluce. 2- Cuando el sol va llegando al ocaso vislumbramos de la noche la luz! 3- Nosotros cantamos al Padre y al Hijo y el Divino que nos conduce! 4- Tu mereces el canto más puro, Oh Señor, de la vida es la luz! 5- Tu Gloria, el Hijo de Dios. el universo todo seduce! 6- Cante el cielo, cante la tierra y los mares, la victoria, la gloria de la cruz! Sl 23 (24) Entrada del Señor en el Templo Llegó la verdadera luz, dejemos que ella nos ilumine, que ella brille sobre todos nosotros.

¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. 10

-¿Quién es ese Rey de la gloria? -El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria. Lectura Breve

Is 12,5-6

Canten para el Señor, que hizo proezas, anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sión: > V. La misericordia y la fidelidad se encuentran. R. La justicia y la paz se besan Para meditar De la declaración de S. Francisco Javier en Roma el día de su partida. Yo, Francisco, digo así: que concediendo Su Santidad nuestro modo de vivir, que estoy dispuesto a hacer todo aquello que la Compañía ordene acerca de nuestras Constituciones, reglas y modos de vivir. Reuniéndose en Roma los que la Compañía pueda cómodamente convocar y llamar; y como Su Santidad envía a muchos de nosotros a diversas partes fuera de Italia y, por eso, no todos podrán reunirse; por ésta (declaración) digo y prometo estar de acuerdo con todo aquello que ordenen los que puedan reunirse, quienes sean dos, quienes sean tres o los que fuesen: y

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así por ésta, firmada por mis manos, digo y prometo estar de acuerdo con todo aquello que hagan. Así mismo yo, Francisco, digo y afirmo que, de manera alguna humanamente persuadido, juzgo que aquél que ha de ser elegido prelado en nuestra Compañía, al cual todos hemos de obedecer, me parece, hablando conforme mi conciencia, que sea nuestro antiguo y verdadero padre Don Ignacio, el cual pues nos juntó a todos no con pocos trabajos, no sin ellos nos sabrá mejor conservar, gobernar y aumentar, de bien a mejor, por estar él más al cabo de cada uno de nosotros, y después de su muerte, hablando conforme con lo que mi alma siente, caso éste venga a morir, digo que sea el padre Pedro Fabro, y en esta parte Dios es mi testigo que no digo otra cosa que lo que siento; y porque es verdad, hago la firma de mi propia mano. Escrita en Roma, año 1540, el 15 de Marzo. Francisco (Ex i 31) (Tomo I, P. 725). Peticiones: 1- Para que el Señor, con su bondad, haga a todos nosotros jesuitas volcados al fervor de la Compañía naciente. Señor, que nuestros ojos vean tu salvación. 2- Cristo Salvador, luz que se revela a las naciones, ilumina aquellos que todavía no te conocen, para que crean en ti.

Padre Nuestro... Oración (Liturgia de las Horas de la SJ – Propio del 04 de febrero) Señor, que escogiste a tus bienaventurados mártires para que fuesen mensajeros y testimonio del Evangelio, multiplica los frutos de la salvación en aquellos que sin temor anuncian la palabra de Nuestro Señor Jesús. Él que es Dios con nosotros en la unidad del Espíritu Santo. Canto Final Vienen con alegría, Señor cantando vienen con alegría, Señor, los que caminan por la vida, Señor, sembrando tu paz y amor. Vienen trayendo la esperanza a un mundo cargado de ansiedad, a un mundo que busca y que no alcanza caminos de amor y de amistad. Vienen trayendo entre sus manos, esfuerzos de hermanos por la paz, deseos de un mundo más humano que nace del bien y la verdad.

3- Jesús, deseado de todas las naciones, los ojos del justo Simeón vieron tu salvación; salva la humanidad entera. 4- Señor, que en tu presentación fuiste anunciado a Maria, fortalece aquellos que soportan probaciones por causa del servicio de tu reino. 5- Por intercesión de San Juan de Brito; BB. Rodolfo Acquaviva; Francisco Pacheco y Carlos Espínola; Santiago Berthieu y León Mangin, danos la gracia de anunciar tu luz a las naciones. (intenciones libres)

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V SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO Llevaron a Jesús todos los enfermos y poseídos Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Reconstruí, protegí la vida de indefensos e inocentes. Donde muere tu hermano, yo estoy muriendo en él. Sl 140 (141),1-9 Oración en las dificultades de la vida Recuérdate que mi vida es apenas un soplo (Jó 7,7a) Ant.: El Señor conforta los corazones despedazados 1

HIMNO Yo vine para que todos tengan vida. Que todos tengan vida plenamente.

Señor, te estoy llamando, ven de prisa, escucha mi voz cuando te llamo. 2 Suba mi oración como incienso en tu presencia, el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. 3

1. Reconstruye tu vida en comunión con tu Señor, reconstruye tu vida en comunión con tu hermano. Donde está tu hermano, yo estoy presente en él.

Coloca, Señor, una guardia en mi boca, un centinela a la puerta de mis labios; 4 no dejes inclinarse mi corazón a la maldad, a cometer crímenes y delitos; ni que con los hombres malvados participe en banquetes. 5

2. Quien come del pan de la vida vivirá eternamente. Tengo pena de este pueblo que no tiene que comer. Donde está un hermano con hambre, yo estoy con hambre en él. 3. Yo pasé haciendo el bien, yo curé todos los males. Hoy es mi presencia junto a todo sufriente. Donde sufre tu hermano, yo estoy sufriendo en él.

Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda, pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza; yo seguiré rezando en sus desgracias. 6

Sus jefes cayeron despeñados, aunque escucharon mis palabras amables; 7 como una piedra de molino, rota por tierra, están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba. 8

Señor, mis ojos están vueltos a ti, en ti me refugio, no me dejes indefenso; 9 guárdame del lazo que me han tendido, de la trampa de los malhechores.

4. Entregué mi vida por la salvación de todos.

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Lectura Breve

Gl 6,9-10

No nos cansemos de hacer el bien, que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos. En una palabra: mientras tenemos ocasión, trabajemos por el bien de todos, especialmente por el de la familia de la fe. V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor. R. Y guardaré tus leyes. Para meditar: De la Fórmula del Instituto de la Compañía de Jesús Todo el que quiera militar para Dios bajo el estandarte de la cruz en nuestra Compañía, que deseamos se distinga con el nombre de Jesús, y servir solamente al Señor y a su Esposa la Iglesia bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra, persuádase que, después del voto solemne de perpetua castidad, pobreza y obediencia, es ya miembro de esta Compañía, fundada principalmente para emplearse en la defensa y propagación de la fe y en el provecho de las almas en la vida y doctrina cristiana por medio de las predicaciones públicas, lecciones y todo otro ministerio de la palabra de Dios, de los ejercicios espirituales, de la doctrina cristiana a los niños y gente ruda, y del consuelo espiritual de los fieles, oyendo sus confesiones y administrándoles los otros sacramentos... Y procure tener ante los ojos mientras viva, primero a Dios, y luego el modo de ser de éste su Instituto, que es camino hacia Él, y alcanzar con todas sus fuerzas este fin que Dios le propone; cada uno, sin embargo, según la gracia que el Espíritu Santo le comunique, y según el grado propio de su vocación. Fórmula del Instituto no 1, aprobada confirmada por el Papa Julio III el 21/07/1550. Peticiones: 1- Por los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, para que unan sus sufrimientos a los de Cristo en la cruz, y tengan confianza en el Cristo resucitado.

2- Por los jesuitas científicos y técnicos, para que empleen sus energías en la construcción de un mundo nuevo, más justo y más humano. 3- Por los que cooperan en nuestras casas de ancianos y casas de salud, para que sean, con Jesús, compasivos y llenos de misericordia, y pasen entre los que sufren haciendo el bien, recemos. 4- Por la Compañía de Jesús en el Japón, para que siguiendo los pasos de Francisco Javier, y el testimonio del mártir de S. Paulo Miki y compañeros, pueda colaborar en la cura de cuerpo y de alma de nuestros hermanos del Oriente. 5- Para que nuestra vida de fe se mueva en la perspectiva evangélica de saber perder la vida para poder ganarla, recemos al Señor. (intenciones libres) Padre Nuestro... Oración Vela, Oh Dios, sobre tu familia, con incansable amor; y, como sólo confiamos en tu gracia, guárdanos bajo tu protección. Por nuestro Señor Jesús Cristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Canto Final Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor. Un largo caminar, por el desierto bajo el sol, no podemos avanzar sin la ayuda del Señor. Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor.

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VI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO Jesús, lleno de compasión extendió la mano y lo tocó. Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO 1. Si un día caes en el camino, no digas nunca a tu pobre corazón: "Soy malo y traidor; ingrato y desleal. Ni mires más para el cielo; no tienes perdón". El Rencor destruye un corazón que cometió un error. Mejor usar la benignidad y el amor. 2. Corrige tu corazón herido, diciendo: "Amigo, coraje, vamos adelante. Intentemos otra vez, llegar hasta el fin. Dios es bueno, Él nos va ayudar". Sl 31 (32) Feliz el hombre que fue perdonado! Todo puede aquel que nada confía en si, mas pone en Mi toda su esperanza.

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porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se me había vuelto un fruto seco. 5 Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. 6

Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. 7 Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. 8

Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos. 9 No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte. 10

Los malvados sufren muchas penas; al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea. 11 Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. Lectura Breve

Ant.: Feliz el hombre a quien el Señor No mira más siendo culpado! 1

Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; 2 dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Jr 31,33

Así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días -oráculo del Señor-: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. V. Oh Dios, crea en mi un corazón puro, R. No me arrojes lejos de tu rostro.

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Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día,

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Para meditar

4- Para que nos dispongamos a vivir el llamado de Dios, en el compromiso de una vida dedicada al apostolado a nosotros confiado.

Del Memorial del Beato Pedro Fabro Este mismo año, día de la Virgen de Agosto (Asunción), todos los que teníamos la misma determinación y habíamos hecho los Ejercicios, maestro Francisco Javier, aunque estaba determinado, no los había hecho todavía- nos fuimos a Santa Maria del Monte de los Mártires (Montmartre), a las afueras de Paris. Cada uno de nosotros hicimos voto de ir, a su debido tiempo, a Jerusalén, y a la vuelta, de someternos a la obediencia del Romano Pontífice y comenzar el día señalado a dejar padres, redes, excepto alguna ayuda para el camino. Los que nos reunimos esta primera vez fuimos Ignacio, Maestro Francisco, yo Fabro, Maestro Bobadilla, Maestro Laínez, Maestro Salmerón, Maestro Simón. Jayo aún no había llegado a Paris. Maestro Juan y Maestro Pascasio no se habían unido todavía a nuestro grupo. Los dos años siguientes, en el mismo día, íbamos todos al mismo lugar, con el mismo propósito de confirmar esta determinación. Y recibíamos un gran estímulo espiritual para llevarla adelante. Ya estaban con nosotros en esos dos años Maestro Jayo, Maestro Juan Codure y Maestro Pascasio. Todos ellos estuvieron con nosotros el último año (Pedro Fabro, Memorial, el 15 de agosto de 1534). (Pedro Fabro, Memorial, 5 de noviembre de 1536).

5- Para que nuestra fidelidad a las Constituciones y al modo de proceder de San Ignacio invada nuestro comportamiento religioso. (intenciones libres) Padre Nuestro... Oración Señor, nuestro Padre, que hablaste al corazón de tu siervo fiel, San Claudio de la Colombiere, para que diese ese testimonio de tu inmenso amor por los hombres, haz que los dones de la gracia iluminen y conforten tu Iglesia. Por Nuestro Señor Jesús Cristo, tu Hijo, que es Dios con nosotros en la unidad del Espíritu Santo. Canto Final Cristo te necesita para amar, para amar. Cristo te necesita para amar. (bis) No te importe la raza ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien. (bis)

Peticiones: 1- Por los que son apartados de la convivencia de sus hermanos por causa de la enfermedad, de la vejez o de la condición social, para que encuentren, en la palabra de Jesús y en la caridad de los cristianos, la esperanza de una vida mejor y fuerza para no desesperar. 2- Para que nuestra comunidad religiosa se esfuerce en cumplir la Palabra de Dios, misterio del amor escondido durante siglos y ahora manifestado a los hombres. 3- Para que a ejemplo de San Claudio de la Colombiere, prosigamos en la libertad de espíritu que nos lleva a Dios.

Al que sufre y al triste, dale amor, dale amor. Al humilde y al pobre, dale amor. (bis) Al que vive a tu lado, dale amor, dale amor. Al que viene de lejos, dale amor. (bis) Al que habla otra lengua, dale amor, dale amor. Al que piensa distinto, dale amor. (bis) Al amigo de siempre dale amor, dale amor. Al que no te saluda, dale amor. (bis)

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VII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO Hijo, tus pecados están perdonados Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO 1. El Señor me llamó a vivir, a vivir la alegría del amor. Fue tu amor quien nos hizo conocer toda la alegría de la vida, Señor.

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El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, calmará los dolores de su enfermedad. 5 Yo dije: «Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti». 12

En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí. 13 A mí, en cambio, me conservas la salud, me mantienes siempre en tu presencia. 14 Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre. Amén, amén.

Lectura Breve

Alégrense, conviértanse, anímense; tengan un mismo sentir y vivan en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes.

Señor de la vida, tu amor nos hace recomenzar. Yo sé que nuestra vida es vida perdida para quien no ama.

V. Los ojos del Señor miran a los justos, R. Sus oídos escuchan sus gritos.

2. Nunca es demasiado largo el camino que nos lleva al encuentro del amor. Fue tu amor que nos hizo descubrir toda la alegría de la vida, Señor.

Para meditar

3. El Señor nos llamó a vivir, a vivir como hermanos simplemente. Fue tu amor que nos hizo conocer que el propio Dios vive la vida de la gente. Sl 40 (41) Oración de un enfermo Yo cancelo tus culpas por mi causa (Is 43,25) Ant. Cúrame, Señor, pues pequé contra ti! 2

Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. 3 El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos.

2 Cor 13,11

De las cartas de Francisco Javier a los compañeros jesuitas. No os digo estas cosas para daros a entender que es trabajosa cosa servir a Dios, y que no es leve y suave el yugo del Señor, porque si los hombres se dispusiesen en buscar a Dios, tomando y abrazando los medios necesarios para ello, hallarían tanta suavidad y consolación en servirlo, que toda la repugnancia que sienten en vencerse a sí mismos, les sería muy fácil ir contra ella, si supiesen cuántos gustos y contentamientos de espíritu pierden por no esforzarse en las tentaciones, las cuales en los flacos suelen impedir tanto bien y conocimiento de la suma bondad de Dios y descanso de esta trabajosa vida; pues vivir en ella sin gustar de Dios no es vida sino continua muerte. (San Francisco Xavier, Carta a los compañeros de Goa, el 5 de noviembre de 1549).

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Peticiones:

Hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar.

1- Pastor eterno, protege a nuestro Obispo N., nuestro Provincial N., y todos los pastores de nuestra Iglesia. 2- Mira con bondad para los que sufren persecución, y apresúrate en liberarlos de sus sufrimientos. 3- Ten compasión de los pobres y necesitados, y da pan a los que tienen hambre. 4- Ilumina a los superiores de nuestras obras apostólicas y de nuestras comunidades, para que en todo puedan discernir con sabiduría y equidad.

Hombres nuevos, luchando en esperanza caminantes, sedientos de verdad. Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad. Hombres nuevos, amando sin fronteras, por encima de razas y lugar. Hombres nuevos, al lado de los pobres, compartiendo con ellos techo y pan.

5- Acompaña, Señor a nuestros escolares y hermanos que inician la etapa de magisterio en este tiempo. Que consideren en primer lugar tu misericordia. (intenciones libres) Padre Nuestro...

Oración (Oración Coleta VII Semana del Tiempo Ordinario) Concede, Oh Dios todopoderoso, que, procurando conocer siempre lo que es recto, realicemos tu voluntad en nuestras palabras y acciones. Por Nuestro Señor Jesús Cristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Canto Final Danos un corazón grande para amar; danos un corazón fuerte para luchar. Hombres nuevos, creadores de la historia constructores de nueva humanidad.

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VIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO Cuando el novio está, los convidados no pueden ayunar Inicio V: Dios mío, ven en mi auxilio. R: Señor, date prisa en socorrerme. V: Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R: Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO (Cántico Dn 3)

Profetas y justos de Cristo señales, díganle cantando: bendito seas! Sl 15 (16) El Señor es mi heredad La verdadera santidad trae siempre consigo el don de la alegría del Espíritu. Ant.: El Señor es bondadoso y compasivo 1

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».

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1. Criaturas de Dios y todos los mortales, díganle cantando: bendito seas! Ángeles celestes que a Dios adoran, díganle cantando: bendito seas!

Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. 4 Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios.

Bendito seas, Oh Padre Creador Padre Santo y Señor, bendito seas!(bis)

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2. Estrellas, luna y sol que brillan díganle cantando: bendito seas! Noches y días, mañanas, que irradian, díganle cantando: bendito seas! 3. Vientos y nubes que las lluvias forman, díganle cantando: bendito seas! Montañas y valles que el mundo adornan, díganle cantando: bendito seas! 4. Florestas y campos, díganle cantando: bendito seas! Aves, peces y animales, díganle cantando: bendito seas! 5. Niños y jóvenes, hijos y padres, díganle cantando: bendito seas!

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: 6 me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad. 7

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. 8 Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. 9

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. 10 Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. 11

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

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Lectura Breve

Lv 20,26

Sean para mí santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he separado de entre los pueblos para que sean míos. V. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, R. El pueblo que él se escogió como heredad.

Para meditar Del Memorial del Beato Pedro Fabro. En la víspera de la fiesta de los apóstoles Simón y Judas, me levanté en el silencio de la noche para orar y sentí una gran inspiración de emplear todas mis fuerzas en conseguir para los enfermos indigentes, que vagabundean por la ciudad de Maguncia, un hospital donde ellos puedan ser reunidos, recibidos, atendidos y bien tratados. Tuve el claro sentimiento de haber sido negligente, distraído y despreocupado con aquéllos que otrora encontré, cubiertos de llagas, y algunas veces ayudé, pero con pereza e inconsistencia. Aunque entonces yo carecía de medios, podía haber procurado que otros los socorriesen, o haber pedido limosna de puerta en puerta, para brindarles algún alivio mayor que el que tenían. Podía haber acudido a los obispos del lugar, a los médicos y cirujanos, a los señores y magistrados de las ciudades, donde aquellos enfermos y otros lo pasaban tan mal. (Pedro Fabro, Memorial, el 27 de octubre de 1542).

3. Por las vocaciones y candidatos a la Compañía de Jesús, llenos del deseo de vivir, para que comprendan que sólo en el Evangelio y en la obediencia a la Palabra de Dios pueden realizarse plenamente, recemos. 4. Por los enfermos, N, (jesuitas, colaboradores, familiares e benefactores), para que la caridad y el optimismo de los hermanos les dé la esperanza de una vida de plenitud, donde el dolor y las lágrimas cambiarán en alegría sin fin, recemos. 5. Señor, eres el Dios que alegra nuestra juventud Latino-americana y del Caribe. Ayúdanos a ser, hasta en las dificultades y en el dolor, alegres testimonios de la resurrección de Cristo, tu Hijo y nuestro Señor. (intenciones libres) Padre Nuestro... Oración Haz, Oh Dios, que los acontecimientos de este mundo transcurran en la paz que deseaste, y tu mínima Compañía te pueda servir, alegre y tranquila. Por nuestro Señor Jesús Cristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Canto Final Qué detalle, Señor, has tenido conmigo cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tú eras mi amigo. qué detalle, Señor, has tenido conmigo.

Peticiones: 1- Señor, eres el Dios de la alegría y no de la tristeza, el Dios de los vivos, no de los muertos; llena los corazones de tus hijos e hijas de la alegría y de la vida que desborde para la eternidad. 2. Por nuestra acción apostólica, para que nos recordemos siempre de que juntos con toda la Iglesia, somos los consagrados de una alegre noticia de salvación, y no áridos expositores de una doctrina sin vida, recemos.

Te acercaste a mi puerta y pronunciaste mi nombre. Yo temblando te dije: aquí estoy, Señor. Tú me hablaste de un Reino, de un tesoro escondido, de un mensaje fraterno que encendió mi ilusión. Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura, codo a codo contigo comencé a caminar. Han pasado los años y aunque apriete el cansancio paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás.

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