GOVERNING THE GLOBAL RISKS. Casa de la paz y los derechos humanos

GOVERNING THE GLOBAL RISKS Casa de la paz y los derechos humanos Donostia-San Sebastián, 6 - 7 / Octubre / October / Octobre 2010 CASTELLANO Introd

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GOVERNING THE GLOBAL RISKS Casa de la paz y los derechos humanos Donostia-San Sebastián, 6 - 7 / Octubre / October / Octobre 2010

CASTELLANO

Introducción ULRICH BECK, Universidad de Munich (Alemania) Vivir y sobrellevar la sociedad del riesgo global La narrativa del riesgo global es una narrativa de la ironía. Esta narrativa trata sobre la sátira involuntaria y la futilidad optimista con las que las instituciones altamente desarrolladas de la sociedad moderna, ciencia, estado, negocios y militar, intentan anticipar lo que no se puede anticipar. Sócrates nos dejó una frase desconcertante para que le diéramos sentido: sólo sé que no sé nada. La ironía fatal hacia la que nos arroja la sociedad científico-técnica es, debido a su perfección, mucho más radical: no sabemos qué es lo que no sabemos, pero de ahí surgen los peligros que amenazan a la humanidad. El ejemplo perfecto lo aporta el debate sobre el agente refrigerante CFC. En 1974, alrededor de 45 años después del descubrimiento del CFC, los químicos Rowland y Molina plantearon la hipótesis de que el CFC destruía la capa de ozono de la estratosfera y en consecuencia el aumento de la radiación ultravioleta alcanzaría la tierra. La cadena de efectos secundarios imprevistos provocaría un significativo aumento del cáncer en todo el mundo. Cuando se inventaron los refrigerantes nadie podía saber, ni siquiera sospechar, que causarían tal peligro. La ironía del riesgo es que la racionalidad, es decir, la experiencia del pasado, provoca la anticipación del tipo de riesgo equivocado, el que creemos que podemos calcular y controlar, mientras que el desastre surge de lo que no conocemos y no podemos calcular. Las amargas variaciones de esta ironía del riesgo son virtualmente infinitas: la enfermedad de las vacas locas, los ataques terroristas del 11S, las crisis financieras globales, el virus de la gripe aviar y la más reciente aunque no la última, las nubes de ceniza volcánica interrumpiendo el tráfico aéreo en Europa y el resto del mundo. En la medida en que ese riesgo se experimenta como algo omnipresente, solo existen tres posibles reacciones: negación, apatía o transformación. La primera está ampliamente insertada en la cultura moderna, la segunda se asemeja al nihilismo postmoderno, la tercera es el ‘momento cosmopolita’ de una sociedad del riesgo global 1. En primer lugar, me gustaría demostrarlo en tres pasos (recurriendo a los resultados empíricos de los estudios del Centro de Estudios de Munich “Modernización Reflexiva”): (1) Viejos peligros – nuevos riesgos: ¿Pué hay de nuevo en la sociedad del riesgo global? (2) El ardid de la historia: ¿En qué medida son los riesgos globales una fuerza global en la historia mundial del presente y el futuro, incontrolables, pero que también abren nuevas oportunidades de acción para los estados, los actores de la sociedad civil, etc.? (3) Consecuencias y perspectivas: Para entender la incertidumbre fabricada, la falta de seguridad y la inseguridad de la sociedad del riesgo global ¿existe la necesidad de un cambio ejemplar en las ciencias sociales?

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Véase U. Beck: Risk Society (1986, 1992), World at Risk (2007; 2009), Polity Press.

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1. Viejos peligros – nuevos riesgos: ¿Qué hay de nuevo en la sociedad de riesgo global? La sociedad moderna se ha convertido en una sociedad del riesgo en el sentido de que cada vez está más ocupada debatiendo, previniendo y gestionando riesgos que ella misma ha creado. Muchos dirán que bien podría ser eso, pero es más bien un indicativo de la histeria y la política del miedo instigadas y agravadas por los medios de masas. Por el contrario, alguien que observe las sociedades desde fuera ¿no tendría que reconocer que los riesgos que nos inquietan, son riesgos de lujo, más que otra cosa? Después de todo, nuestro mundo parece mucho más seguro que, por ejemplo, el de las regiones devastadas por la guerra en África, Afganistán u Oriente Medio. ¿No se distinguen precisamente las sociedades modernas por el hecho de que en gran medida han conseguido controlar las contingencias e incertidumbres, por ejemplo, en lo que se refiere a accidentes, violencia y enfermedad? Por muy ciertas que puedan resultar estas observaciones, se olvidan del punto más obvio sobre el riesgo: esto es, la diferencia clave entre riesgo y catástrofe. Riesgo no significa catástrofe. Riesgo significa la anticipación de la catástrofe. Los riesgos existen en un estado permanente de virtualidad, y sólo se convierten en ‘actualidad’ en la medida en que se anticipan. Sin las técnicas de visualización, sin las formas simbólicas, sin los medios de masas, etc. los riesgos no son nada en absoluto. En otras palabras, es irrelevante si vivimos en un mundo que es, de hecho o en cierto sentido, ‘objetivamente’ más seguro que el resto de los mundos; si la destrucción y los desastres se anticipan, se produce una compulsión a actuar. La teoría de la sociedad del riesgo global sostiene que las sociedades modernas están conformadas por nuevos tipos de riesgos, que sus cimientos se ven sacudidos por la anticipación global de catástrofes globales. Tales percepciones del riesgo global se caracterizan por tres aspectos: 1 Deslocalización: sus causas y consecuencias no se limitan a un lugar o espacio geográfico, en principio son omnipresentes. 2 Incalculabilidad: sus consecuencias son en principio incalculables. En el fondo se trata de riesgos “hipotéticos” que se basan en el no-conocimiento inducido por la ciencia y la disensión normativa. 3 No compensabilidad: el sueño de seguridad de la primera modernidad se basaba en la utopia científica de hacer que las consecuencias inseguras y los peligros de las decisiones fueran más controlables; los accidentes podían ocurrir, en tanto que y porque se consideraban compensables. Si el clima ha cambiado irreversiblemente, si el progreso de la genética humana hace posibles las intervenciones irreversibles en la existencia humana, si los grupos terroristas ya disponen de armas de destrucción masiva a su alcance, entonces es demasiado tarde. En vista de esta nueva cualidad de las “amenazas a la humanidad”, argumenta Francois Ewald, aparece la lógica de la compensación y es sustituida por el principio de precaución mediante la prevención. La prevención no sólo está precediendo a la compensación, también intentamos anticipar y prevenir los riesgos cuya existencia no ha sido probada. Permítanme explicar con más detalle estos puntos: deslocalización, incalculabilidad, no compensabilidad. La deslocalización de los riesgos incalculables de la interdependencia tiene lugar en tres niveles: 1 Espacial: Los nuevos riesgos (p.ej. el cambio climático) no respetan naciones, estados ni otras fronteras; 2

2 Temporal: Los nuevos riesgos tienen un largo periodo de latencia (p.ej. residuos nucleares), de modo que no se puede determinar ni limitar con seguridad su efecto a lo largo del tiempo. 3 Social: gracias a la complejidad de los problemas y la longitud de las cadenas de efectos, ya no se pueden asignar las causas y consecuencias con algún grado de seguridad (p.ej. crisis financieras). El descubrimiento de la incalculabilidad del riesgo está estrechamente relacionado con el descubrimiento de la importancia del no saber en el cálculo de riesgos, y es parte de otro tipo de ironía, el hecho de que sorprendentemente este descubrimiento del no saber se produjo en una disciplina académica, que hoy en día ya no desea tener nada que ver con él: la economía. Fueron Knight y Keynes, quienes insistieron en primer lugar en una distinción entre las formas de contingencia predecibles e impredecibles o calculables e incalculables. En un conocido artículo en The Quarterly Journal of Economics (febrero 1937: 213-14) Keynes escribió: “...con ‘conocimiento incierto’, permítanme explicar, no me refiero simplemente la distinción entre lo que se conoce y lo que es meramente probable. El sentido en el que utilizo el término es en el que el precio del cobre y la tasa de interés dentro de veinte años, toda la obsolescencia de una nueva invención es incierta. Sobre estos temas no existe ninguna base científica sobre la que crear cualquier probabilidad calculable. Simplemente no sabemos…” No obstante, la recomendación de Keynes de abrir el campo de la toma de decisiones económicas a los desconocimientos desconocidos se descartó completamente en el posterior desarrollo de la economía predominante (incluida la economía keynesiana predominante); y este rechazo al no saber se ha convertido en una condición causal para el surgimiento de la crisis financiera global de 2009. Sin lo importante, no sólo es el descubrimiento de la importancia del no saber sino que, simultáneamente la exigencia de conocimiento, control y seguridad del estado y la sociedad se renovó, profundizó y expandió (de hecho tuvo que ser así). La ironía reside en la exigencia institucionalizada de seguridad, de tener que controlar algo, aunque no se sepa si existe o no. Son precisamente los desconocimientos desconocidos los que provocan conflictos a gran escala sobre la definición y construcción de las normas políticas y las responsabilidades con el objeto de prevenir lo peor. Por el momento el último y más llamativo ejemplo de ello son las nubes de ceniza volcánica en la primavera de 2010: los vuelos se reanudan, la ceniza también. Si las catástrofes cuyo potencial de destrucción finalmente amenaza a todo el mundo se anticipan, entonces el cálculo de riesgos basado en la experiencia y la racionalidad se viene abajo. Todos los escenarios posibles, aunque sean más o menos improbables, deben tenerse en consideración; por lo tanto al conocimiento extraído de la experiencia y la ciencia ahora hay que añadir la imaginación, la sospecha, la ficción y el miedo 2. La frontera entre la racionalidad y la histeria se desdibuja. Dado el derecho con el que han sido investidas para prevenir peligros, los políticos, en especial, podrían verse forzados a proclamar una seguridad que no pueden cumplir. Porque los costes políticos de la omisión son mucho más elevados que los costes políticos de la sobre-reacción. Por lo tanto, en el futuro, no será fácil, en el contexto de las promesas estatales de seguridad y el hambre de catástrofes que tienen los medios de masas, limitar de forma activa y prevenir un juego de poder diabólico con la histeria del no saber. Ni siquiera me atrevo a pensar en los intentos deliberados de instrumentalizar esta situación. 2

F. Ewald (2002): The Return of Descates’ Sociology Malicious Demon: An Outline of a Philosophy of Precaution, en T. Baker y J. Simon (eds.): Embracing Risk, Chicago, University of Chicago Press: 273-301.

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2. El ardid de la historia: el riesgo global es una fuerza impredecible e impersonal en el mundo contemporáneo Lo mejor es empezar con un ejemplo: en 2004 el huracán Katrina destruyó Nueva Orleáns. Fue un acto terrorífico de la naturaleza, pero al mismo tiempo, como acontecimiento mediático global, desarrolló de forma involuntaria e inesperada una función esclarecedora que rompió toda la resistencia. Lo que no habría sido capaz de conseguir ningún movimiento social, partido político, y ciertamente ningún análisis sociológico (sin importar lo bien fundamentado que estuviera y lo brillantemente que se hubiera redactado), ocurrió en unos pocos días: Estados Unidos y el mundo se enfrentaron a imágenes de los medios globales de la otra América reprimida, la cara ampliamente racializada de la pobreza. ¿Cómo se puede entender esta relación entre el riesgo y la creación de un público global? En su libro de 1927 The Public and its Problems, John Dewey explicaba que no son las acciones sino las consecuencias las que están en el corazón de la política. Aunque Dewey no estaba pensando en el calentamiento global, la EEB o los ataques terroristas, su idea es perfectamente aplicable a la sociedad del riesgo global. Un discurso público global no surge de un consenso en las decisiones, sino de la disensión sobre las consecuencias de las decisiones. Las modernas crisis de riesgos se componen de esas controversias sobre las consecuencias. Donde algunos quizá vean una sobre-reacción al riesgo, también es posible ver razones para la esperanza. Porque, de hecho, tales conflictos de riesgo tienen una función esclarecedora. Desestabilizan el orden existente, pero los mismos acontecimientos pueden parecer un paso vital hacia la construcción de nuevas instituciones. El riesgo global tiene el poder de destruir las fachadas de la irresponsabilidad organizada. El egoísmo, la autonomía, la autopoiesis, el auto-aislamiento, la improbabilidad de la traducción, son términos clave que, en la teoría sociológica, y también en los debates públicos y políticos, distinguen a la sociedad moderna. La lógica comunicativa del riesgo global se puede entender como el principio opuesto exacto. El riesgo es el medio de comunicación obligatorio voluntario y no intencionado en un mundo de diferencias irreconciliables, en el que todo el mundo se centra en sí mismo. Por lo tanto un riesgo percibido públicamente induce a la comunicación entre aquellos que no quieren tener nada que ver con los demás. Asigna las obligaciones y los costes a aquellos que los rechazan, y que normalmente incluso tienen el derecho vigente a su favor. En otras palabras: los riesgos destruyen el ensimismamiento de las culturas, lenguas, religiones y sistemas, así como la agenda política nacional e internacional, cambian las prioridades y crean contextos para la acción entre campos, partes y naciones en guerra, que se ignoran y enfrentan. Propongo que se haga una clara distinción entre las ideas filosóficas y normativas del cosmopolitismo por un lado y la “impura” cosmopolitización real en el sentido sociológico por otro lado. Lo importante de esta distinción es que el cosmopolitismo no puede, por ejemplo, convertirse en real de manera deductiva en una traducción de los sublimes principios de la filosofía, sino también y sobre todo mediante las puertas traseras de los riesgos globales, no vistos, involuntarios, obligatorios. A lo largo de la historia el cosmopolitismo ha sido tachado de elitista, idealista, imperialista, capitalista; hoy en día, sin embargo, vemos que la propia realidad se ha convertido en cosmopolita. El cosmopolitismo no significa, como para Emmanuel Kant, un activo, una tarea para ordenar el mundo. El cosmopolitismo en la sociedad del riesgo global abre nuestros ojos a las responsabilidades incontrolables, a algo que nos ocurre, nos sobreviene, pero al mismo tiempo nos estimula para tener nuevos comienzos que trasciendan fronteras. La idea de que en la dinámica de la sociedad del riesgo global tratamos con una cosmopolitización bajo presión, roba al cosmopolitismo “impuro” gran parte de su atractivo ético. Si el momento cosmopolita de la sociedad del riesgo global es a la vez: deformado e inevitable, entonces 4

aparentemente no se trata de un objeto apropiado para las reflexiones sociológicas y políticas. Pero ese sería precisamente un grave error. Aunque todos estos argumentos son muy importantes, la cuestión decisiva es otra distinta: ¿En qué medida la amenaza y el impacto de la sociedad del riesgo global abre el horizonte a las alternativas históricas de la acción política? Encontrarán respuestas en mi libro Power in the Global Age (2005). Aquí sólo puedo esbozar la idea básica. Dos premisas: (1) la sociedad del riesgo global da prioridad a una nueva e histórica clave lógica: ninguna nación puede tratar sus problemas en solitario. (2) En la era global es posible una alternativa política realista que contrarreste la pérdida de capital globalizado del poder al mando en las políticas de estado. La condición es que la globalización debe interpretarse no como un destino económico sino como un juego de estrategia para el poder mundial. Una nueva política doméstica global que ya está funcionando aquí y ahora, más allá de la distinción nacional-internacional, se ha convertido en un juego de meta-poder cuyo resultado tiene un final completamente abierto. Es un juego en el que los límites, las normas básicas y las distinciones fundamentales se renegocian, no sólo aquellos entre las esferas nacional e internacional, sino también aquellos entre los negocios globales y el estado, los movimientos de la sociedad civil transnacional, las organizaciones supranacionales y los gobiernos y sociedades nacionales. Las estrategias de acción, abiertas por los riesgos globales, echan por tierra el orden del poder, que ha formado coalición en el estado capital neo-liberal: los riesgos globales otorgan poder a los estados y los movimientos de la sociedad civil porque revelan nuevas fuentes de legitimación y opciones para la acción para estos grupos de actores; por otro lado, restan poder al capital globalizado porque las consecuencias de las decisiones de inversión y la externalización de riesgos en los mercados financieros contribuyen a crear riesgos globales, desestabilizar mercados, bancos globalmente operativos, y a activar el poder del estado así como el del gigante durmiente del consumidor. Contrariamente, el objetivo de la sociedad civil global y sus actores es lograr una conexión entre la sociedad civil y el estado, es decir, producir una forma cosmopolita de independencia. Las formas de alianzas celebradas por el estado liberal instrumentalizan el estado (y la teoría del estado) para optimizar y legitimizar los intereses del capital en todo el mundo. Por el contrario la idea de un estado cosmopolita en forma de sociedad civil tiene como objetivo imaginar y llevar a cabo una diversidad amplia y un orden post-nacional. La agenda neoliberal se rodea de un aura de autorregulación y autolegitimación. Por otra parte, la agenda de la sociedad civil se rodea del halo de los derechos humanos y la justicia global y lucha por una gran narrativa de la globalización democrática radical. ¿Por qué esto no es hacerse ilusiones?, ¿Por qué es una expresión de una realpolitik cosmopolita? La perspectiva cosmopolita sugiere que existe un vínculo oculto entre el riesgo global y Emmanuel Kant. Es precisamente el fuerte realismo del imperativo cosmopolita: ya sea Kant o una catástrofe, ya sea cooperar o fallar, que también es motivo de esperanza. 3. Consecuencias y perspectivas Es evidente que el marco de referencia de estado nación que se ha dado por sentado, lo que yo llamo el ‘nacionalismo metodológico’, evita que las ciencias sociales y políticas entiendan y analicen la dinámica y los conflictos, ambivalencias e ironías de la sociedad del riesgo global. También es cierto, al menos en parte, en lo que respecta a los dos principales enfoques teóricos y escuelas empíricas de estudio, que abordan el riesgo, por un lado en la tradición de Mary Douglas, por otro lado en el de 5

Michel Foucault. Estas tradiciones de pensamiento y estudio han planteado indudablemente cuestiones clave y han aportado resultados extremadamente interesantes y detallados en lo que respecta al entendimiento de las definiciones del riesgo y las políticas de riesgo, trabajo del que nadie puede prescindir y que siempre será un componente esencial del estudio del riesgo de las ciencias sociales. Su logro y su evidencia es abrir el riesgo como una lucha por la redefinición del estado y el poder científico. Un defecto inicial reside en considerar el riesgo, más o menos o incluso exclusivamente, un aliado, y en no percibirlo como un aliado no fiable y o un antagonista potencial, como una fuerza hostil tanto al poder del estado nación como al capital global. Sorprendentemente las tradiciones de estudio de Douglas y Foucault definen su problema de manera que la lucha por riesgo siempre acaba en la reproducción del orden social y estatal del poder. Porque el estado nación que intenta manejar los riesgos globales en solitario parece un borracho que en una noche oscura intenta buscar su cartera perdida bajo la luz de una farola. A la pregunta: ¿Has perdido aquí la cartera? Él responde, no, pero a la luz de la farola por lo menos puedo buscarla. En otras palabras, los riesgos globales están produciendo ‘estados fallidos o en bancarrota’, incluso en occidente (el último ejemplo Grecia, pero quizás en el futuro próximo también Italia o Gran Bretaña o incluso en EE.UU.). La estructura estatal que se desarrolla en las condiciones de una sociedad de riesgo global podría caracterizarse en términos tanto de ineficacia y autoridad post-democrática. Por lo tanto hay que hacer una clara distinción entre la norma y la ineficiencia. Es bastante posible que el resultado final pudiera ser la sombría perspectiva, de que tenemos regímenes estatales autoritarios y totalmente ineficaces (incluso en el contexto de las democracias occidentales). La ironía aquí es la siguiente: la incertidumbre fabricada (conocimiento), la inseguridad (estado de bienestar) y la falta de seguridad (violencia) socavan y reafirman el poder del estado más allá de la legitimidad democrática. En vista de las condiciones exasperantes de la sociedad del riesgo global, la antigua teoría crítica de Foucault está en peligro de convertirse simultáneamente en afirmativa y anticuada, junto con las grandes áreas de sociología que se han concentrado en las dinámicas de clase en el estado del bienestar. Infravalora y castra la lógica comunicativa cosmopolita y la ironía de los riesgos globales; en consecuencia la cuestión histórica, de dónde ha perdido su cartera la política, es decir, la cuestión de una modernidad alternativa, está analíticamente excluida por la vana búsqueda a la luz de una farola del estado nación. Las ciencias sociales cosmopolitas que se enfrentan a los retos de los riesgos globales, también deben, sin embargo, deshacerse de su quietismo político: la sociedad y sus instituciones son incapaces de conceptualizar riesgos adecuadamente, porque están atrapadas en los conceptos de la primera modernidad del estado nación, creyendo en la certidumbre científica y el progreso lineal, que hoy en día han pasado a ser inapropiadas. Y tienen que enfrentarse a la pregunta: ¿cómo pueden ser entendidas las sociedades de riesgos no occidentales por una sociología, que hasta ahora ha dado por sentado que su objeto, la modernidad occidental, es a la vez históricamente única y universalmente válida? 3 ¿Cómo es posible descifrar el vínculo interno entre riesgo y raza, riesgo e imagen enemiga, riesgo y exclusión?

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See British Journal of Sociology (BJS), special issue on ‚Varieties of Second Modernity: Extra-European and European Perspectives, September 2010 (in print).

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6 de Octubre de 2010 SESIÓN 1: 9.00-11.15 Daniel Innerarity, Instituto de Gobernanza Democrática- Gobernar los Riesgos Globales

Biografía: Daniel Innerarity es catedrático de filosofía política y social, investigador “Ikerbasque” en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y director del Instituto de Gobernanza Democrática. Antiguo becario de la Fundación Alexander von Humboldt. Sus últimos libros son Ética de la hospitalidad, La transformación de la política (III Premio de Ensayo Miguel de Unamuno y Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Ensayo 2003), La sociedad invisible (XXI Premio Espasa de Ensayo), El nuevo espacio público y El futuro y sus enemigos. Ha recibido también el Premio de Humanidades, Cultura, Arte y Ciencias Sociales de la Sociedad de Estudios Vascos/Eusko Ikaskuntza en 2008. Es colaborador habitual de opinión en los diarios El País y El Correo / Diario Vasco, así como de la revista Claves de razón práctica. Miembro de la Academia de Ciencias y Artes con sede en Salzburgo. Resumen: La cuestión de los riesgos globales ha irrumpido en las agendas políticas. El cambio climático, las nuevas amenazas a la seguridad, los riesgos sanitarios y alimentarios, las crisis financieras plantean, de entrada, un desafío a nuestra conceptualización de esos futuros inciertos. ¿Cómo podemos conocer el riesgo posible? ¿Cómo actuar en relación con los riesgos, que no son hechos comprobables sino posibilidades latentes de controvertida identificación? ¿Cómo tener en cuenta lo improbable? Todo futuro incierto nos sitúa ante dilemas de especial dificultad: qué precaución es razonable, de qué manera podemos anticipar las cadenas causales catastróficas, qué tipo de acción concertada corresponde al tratamiento global de nuestros problemas, cómo gestionamos nuestra inevitable ignorancia acerca de los acontecimientos futuros… Tratándose de sociedades complejas, donde todo está estrechamente interrelacionado, la gran cuestión es cómo podemos protegernos de nuestra propia irracionalidad. Los encadenamientos catastróficos frente a los que nos hemos de proteger resultan de nuestra irresponsabilidad por temer demasiado o demasiado poco. En la crisis económica, por ejemplo, quienes gestionaban las innovaciones financieras tenían menos miedo del que debieran; ahora, la desconfianza de los agentes económicos se explica porque temen tal vez demasiado. Hablando en términos generales, seguramente deberemos generalizar una regulación ex ante, que permita prevenir lo que no es posible sanar, anticipar más bien que reaccionar, impedir y no tanto corregir. Y, dado que los miedos no se pueden eliminar completamente, necesitamos nuevas estrategias para gobernarlos. Para eso están las instituciones y esa es una de las funciones del la buen 7

gobierno: generar confianza y previsibilidad, impedir que el miedo se convierta en pánico o que la audacia favorezca la irresponsabilidad. Las sociedades contemporáneas se enfrentan a la cuestión crucial acerca de cómo volver a determinar la relación entre riesgo y seguridad. La búsqueda de procedimientos para gestionar los riesgos de manera efectiva y socialmente aceptable se ha convertido en una tarea de especial interés tanto para la reflexión política como para la praxis de la gobernanza. ¿Qué función puede desempeñar en este contexto la política? Concretamente, ¿qué innovación política requiere una sociedad que depende enormemente de las innovaciones técnicas pero que conoce también sus consecuencias indeseadas, en términos ecológicos, económicos y sociales, o de acuerdo con los valores de libertad y justicia?

Edgar Grande, Universidad de Munich (Alemania)- Riesgos Globales y Gobernanza Preventiva

Biografía: Edgar Grande es profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Munich. Sus estudios se centran en los problemas de la globalización, la integración europea y el futuro del estado-nación. Entre 1996 y 2004 fue profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Técnica de Munich y en 2001/02 fue presidente de DAAD en Política Alemana y Europea en la Universidad de Toronto. Desde 2006 hasta 2008, fue director del centro de estudios (‘Sonderforschungsbereich’) sobre la Modernización Reflexiva en la Universidad de Munich; y desde 2007 hasta 2009 fue director del Centro sobre Gobernanza, Comunicación, Política Pública y Derecho de Munich. Sus últimas publicaciones incluyen Varieties of Second Modernity: extra-European and European experiences and perspectives. Un número especial de British Journal of Sociology, Vol. 61, Nº 3 (coeditado con Ulrich Beck) West European Politics in the Age of Globalization. Cambridge: Cambridge University Press, 2008 (coautor con h. Kriesi, R. Lachat, M. Dolezal, S. Bornschier y T. Frey); Cosmopolitan Europe. Cambridge: Polity Press, 2007 (co-autor con Ulrich Beck); y Complex Sovereignty. Reconstituting Political Authority in the 21st Century. Toronto: University of Toronto Press, 2005 (coeditado con Louis W. Pauly) Resumen: Este trabajo se basa en el supuesto de que la política mundial se enfrenta cada vez más a una nueva forma de riesgos auto-generados. Son un ejemplo las modernas tecnologías de riesgo como la energía nuclear y la ingeniería genética, los nuevos tipos de problemas medioambientales y de salud (el “calentamiento global”, las pandemias globales), nuevas formas de terrorismo transnacional pero también los nuevos riesgos sistémicos de la economía y las finanzas globales. A primera vista, estos fenómenos apenas tienen nada en común, aparte del hecho de que, durante las últimas tres décadas, han ido ocupando cada vez más las agendas de los gobiernos nacionales, las organizaciones internacionales, las cumbres globales y los debates públicos. No obstante, con un examen más detallado podemos identificar las características esenciales comunes y son éstas las que permiten incluirlas en la categoría de “nuevos riesgos globales”.

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Los sociólogos ya reconocieron en 1980 el hecho de que las sociedades modernas están cada vez más conformadas por la existencia de un nuevo tipo de riesgo que es claramente distinto de los peligros, amenazas y riesgos de la sociedad industrial. En los estudios de Ulrich Beck, Anthony Giddens, Scott Lash y otros, los riesgos de la nueva civilización, la individualización, y la globalización, cada una a su manera, socavan los cimientos de la sociedad industrial (Beck 1992, 1994, 1997; Giddens 1990, 1994; Beck/ Giddens/ Lash 1994; Adam/ Beck/ van Loon 2000; van Loon 2002). La teoría de Ulrich Beck sobre la “sociedad del riesgo” es la más pronunciada a este respecto. “Sociedad del riesgo” significa “que en el curso de las fuerzas productivas que crecen exponencialmente en el proceso de modernización, se han desatado peligros y potenciales amenazas hasta un punto hasta ahora desconocido” (Beck 1992: 19). El “progreso” científico-técnico amenaza la propia existencia de las sociedades modernas, y, más generalmente, el proceso de modernización social se vuelve contra sus propios fundamentos. En los últimos años, ha sido sobre todo Beck el que ha desarrollado la teoría de la “última” o “segunda” modernidad en la teoría sociológica global de la “sociedad del riesgo global” (Beck 1999, 2005, 2009). Sostiene que la característica de trascender fronteras de las transacciones económicas y los riesgos de la civilización (como en el ejemplo del cambio climático) devalúa los instrumentos de los estados nación y las instituciones básicas de la sociedad industrial, la “sociedad del riesgo” necesariamente se transforma en una “sociedad del riesgo global” (Beck 2009). En esta última versión, las teorías sociológicas de la sociedad del riesgo pueden y deberían estar conectadas a la investigación de RR.II. Es más, como expondré en este trabajo, se han convertido en una fuente indispensable de inspiración para los estudios posteriores a la Guerra Fría de la política mundial. El cambio climático, el terrorismo internacional y la crisis financiera internacional, por mencionar solo algunos de los ejemplos más obvios, se enfrentan a las relaciones internacionales con una nueva calidad de problemas globales (véase Daase 2002; Beck 2005; Kessler 2008; Pauly 2009). Y las respuestas políticas consideradas necesarias para sobrellevar estos problemas no son sólo demasiadas para los estados nación ordinarios, también estira excesivamente las capacidades de las grandes potencias y las organizaciones internacionales establecidas. Por lo tanto, la transición desde la “Guerra Fría” hasta la “sociedad del riesgo global” supone fundamentalmente un desafío a las instituciones, principios, procedimientos y agendas básicas de la política global. Tal y como sostengo en este trabajo, los riesgos globales requieren nuevas formas de gobernanza preventiva que trasciendan las limitaciones funcionales y las fronteras territoriales del estado nación. Estas nuevas formas de gobernanza preventiva no deben equipararse ni confundirse con las formas existentes del “estado de prevención” ni con los conceptos de “gobernanza global”. Este argumento se desarrollará en cuatro pasos. En primer lugar, introduciré varias distinciones conceptuales que permitan identificar los riesgos globales y distinguirlos de otras formas de riesgo, catástrofe e incertidumbre. Segundo, analizaré las implicaciones políticas de la sociedad del riesgo de manera más general. Demostraré que el concepto de “sociedad del riesgo” corresponde a un nuevo tipo de gobernanza preventiva que es claramente distinto de los ya conocidos conceptos de regulación y prevención de riesgos. Tercero, aplicaré el concepto de la gobernanza preventiva a la política global y debatiré las similitudes y diferencias con los conceptos existentes de gobernanza global y transnacional. Finalmente, identificaré algunos temas para un estudio futuro sobre la gobernanza de riesgos globales.

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Zaki Laïdi, Sciences Po (Francia) – Decodificando el Desarrollo en el siglo XXI.

Biografía: Zaki Laïdi es Director de Investigación y profesor en el Instituto de Ciencias Políticas (Sciences Po, Francia). Es miembro del comité de Control de la Ley sobre la Libertad y la Responsabilidad de las Universidades. Entre 2007 y 2008 fue miembro de la comisión del Libro Blanco sobre la política extranjera y europea de Francia. Asimismo, entre el año 2000 y 2004 fue consejero especial de Pascal Lamy, comisario encargado del comercio (2000-2004). A lo largo de su trayectoria profesional a estado como profesor invitado en las universidades de: Johns Hopkins-Bolonia (1992-1995), Montreal (2001&2004), Ginebra (2003&2004), la Universidad de Brujas (2004-2008) y la Universidad de Luiss (Roma) (2010-2011). Entre sus proyectos de investigación destacan: El pensamiento de 1989, un pensamiento de la inmediación; Europa y el sistema internacional; Competencia energética UE/Rusia. Resumen: ¿Es posible definir la identidad y la estrategia de un actor en el sistema internacional refiriéndose a su aversión al riesgo? ¿Se puede hablar de un Poder de Aversión al Riesgo? Estas son las cuestiones a tratar que expondremos, sugiriendo que la Unión Europea es un actor político cuya identidad y estrategia a nivel internacional se basa en una fuerte aversión frente al riesgo. Para establecer esta hipótesis: (I) definiremos el significado de Poder de Aversión al Riesgo; (II) propondremos criterios para medir la aversión al riesgo; (III) intentaremos explicar por qué Europa es adversa al riesgo y (IV) determinaremos las consecuencias de la aversión al riesgo de Europa como actor global.

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SESIÓN 2: 11.30-13.45 MODERADOR: José Luis Curbelo, Orkestra- Instituto Vasco de Competitividad.

Michael Zürn, Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales (WZB) (Alemania)- La Politización de la Política Mundial y sus Consecuencias.

Biografía: Michael Zürn (nacido en 1959) es el director de la unidad de investigación de Conflictos Transnacionales e Instituciones Internacionales (TKI) en el Centro de Estudios de Ciencias Sociales de Berlín (WZB), profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Berlín, y miembro de la Academia de Ciencias y Humanidades de Berlín-Brandenburgo. Zürn fue miembro fundador y decano de la Escuela de Gobernanza Hertie en Berlín desde 2004 hasta 2009. Anteriormente ejerció como profesor de Relaciones Internacionales durante diez años en la Universidad de Bremen donde dirigió el Instituto de Estudios Interculturales e Internacionales (INIIS) y el Centro Colaborador de Investigación “Transformaciones del Estado”. Michael Zürn está en distintos consejos editoriales y científicos entre los que se encuentran el Consejo de la Fundación Alemana de Investigación (DFG), la Junta Directiva de la Fundación para el Desarrollo y la Paz, el Comité del Congreso de la Iglesia Protestante Alemana, y la Junta Científica del Consejo Alemán sobre Relaciones con el Extranjero (DGAP). El estudio de Michael Zürn se centra en las instituciones y organizaciones internacionales, y sus repercusiones en las fundaciones de orden político. Se ocupa especialmente de las cuestiones relativas a la aparición de regímenes internacionales, así como de temas relacionados con dichos regímenes y el cumplimiento de los sistemas reguladores que establecen. Anteriormente adoptó el tema y conceptualizó la idea de la legitimidad de las instituciones internacionales colocando este análisis en el contexto más amplio del establecimiento de órdenes internacionales y los impactos de las instituciones internacionales sobre el estado nación. Se ha comprometido con varios proyectos de cooperación (en parte con expertos jurídicos) para tratar temas relacionados con la legalización y la constitucionalidad de las instituciones internacionales. Entre sus publicaciones más importantes se hallan Regieren jenseits des Nationalstaates [gobernanza más allá del estado nación] (1998/2004) y Krieg und Frieden in der postnationalen Konstellation [guerra y paz en la constelación post-nacional] (2003, con Bernhard Zangl), Suhrkamp Verlag; Governance in einer sich wandelnden Welt [gobernanza en un mundo cambiante], Politische Vierteljahresschrift Sonderheft 41, Wiesbaden, VS Verlag (2008, co-editado con Gunnar Folke Schuppert); Analyzing International Environmental Regimes: From Case Study to Database, Cambridge, MA y Londres, RU, MIT Press (2006, con Helmut Breitmeier, Oran R. Young); Transformations of the 11

State? Cambridge: Cambridge University Press (2005, con Stephan Leibfried); and Law and Governance in Postnational Europe, Cambridge University Press (2004, con Christian Joerges). Resumen: La tesis que se presenta en este trabajo es que la gobernanza de los riesgos globales crea problemas de legitimación. En consecuencia, los asuntos internacionales se han ido politizando de una forma sin precedentes durante las últimas dos décadas aproximadamente, sobre todo por parte de los actores sociales, lo cual supone implicaciones más profundas. En primer lugar, ya no es válida la tradicional separación entre la política dentro de los estados nación siguiendo los principios de la contienda democrática y la política internacional siendo un tema ejecutivo generalmente retirado de los procesos democráticos. Además, esta tesis implica una contradicción del tan lamentado vaciado de la democracia y la despolitización de nuestras sociedades. La supuesta degeneración de las democracias nacionales debido al capitalismo globalizador, evidenciada por, por ejemplo, la progresiva desafección por la política, sólo representa una cara de la moneda; la otra cara es la creciente voluntad de comprometerse con organizaciones transnacionales en busca de metas específicas. Mientras el ejercicio del poder se escapa del marco del estado territorial, el potencial de politización parece continuar. Esta nueva escisión emergente no puede verse como una mera consecuencia de pasar de la reacción tradicionalista a la modernización. Las nuevas escisiones se basan de manera concreta y duradera en las políticas de interés y en las ideologías políticas incluidas. Resulta más grave precisamente porque los nuevos discursos políticos no tienen lugar en las instituciones establecidas de la democracia representativa, de manera que se intensifican la selectividad y las desigualdades existentes.

Javier Solana, ESADE-Transferencias de poder en un mundo global.

Biografía: Javier Solana es actualmente el presidente del Centro de Economía y Geopolítica Global de ESADE (Barcelona – Madrid), presidente honorario del Centro para el Diálogo Humanitario (Ginebra), distinguido senior fellow de Brookings (Washington), vicepresidente del Instituto de Salud Global Barcelona, profesor visitante de la London School of Economics, miembro del patronato del International Crisis Group, y presidente de la Fundación Madariaga-Colegio de Europa (Bruselas). Desde 1999 a 2009, J. Solana fue Secretario General del Consejo de la Unión Europea (UE); y, de 1995 a 1999, Secretario General de la OTAN. J. Solana se convirtió en el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la Unión Europea. Previamente, ostentó varios cargos ministeriales en el Gobierno español, incluido el de Ministro de Asuntos Exteriores. J. Solana es catedrático de Física en la Universidad Complutense de Madrid.

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Resumen: El mundo de hoy asiste a enormes transformaciones de poder. Cuando la crisis económica visualice su fin, el escenario que contemplemos será significativamente diferente al actual. Habrá nuevas relaciones entre el mercado y el Estado y habrá fundamentalmente dos transferencias de poder. La primera transferencia se corresponde con un desplazamiento del centro de gravedad desde el clásico mundo occidental hacia el Pacífico. La segunda transferencia de poder se producirá dentro de los estados, desde el Estado clásico hacia las instituciones y organismos internacionales. Hemos entrado en una fase con diferentes focos de poder. Los nuevos desafíos del siglo XXI (crisis económica, cambio climático, pandemias, proliferación nuclear) aumentan nuestra interdependencia. Al mismo tiempo, su carácter transnacional erosiona la capacidad del Estado para aportar soluciones a problemas que son de índole global. En este escenario geopolítico, resulta fundamental adaptar nuestra mentalidad a esta nueva y compleja realidad. El impulso debe ser en pro de una transferencia de poder hacia instancias supranacionales, en pro de ejercicios de racionalidad y responsabilidad. Se necesita la capacidad y la voluntad política de generar instrumentos que permitan un multilateralismo efectivo y la edificación de instituciones sólidas, absolutamente fundamentales para lograr un mundo en paz.

Gurutz Jauregui, Universidad del País Vasco (UPV-EHU)- La emergencia de un nuevo orden jurídico-institucional: el estado y la constitución en la era de la globalización.

Biografía: Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. Ha sido Vicerrector de la UPV/EHU, Decano de su Facultad de Derecho, y Director del Departamento de Derecho Constitucional y Administrativo. Profesor visitante en varias Universidades extranjeras de Europa: Oxford, Consiglio Nazionale delle Recerche de Roma), EEUU (Reno, Puerto Rico) y Latinoamérica (República Dominicana, Bolivia, Perú, Chile, Brasil, México). Ha sido asimismo consultor científico de la ONU (UNRISD). Autor de trece libros: - Ideología y Estrategia Política de ETA. Análisis de su evolución entre 1959 y 1968. Siglo XXI. Madrid. 1981. (2ª edición 1986) - Contra el Estado-Nación. En torno al hecho y la cuestión nacional. Siglo XXI. 1986. (2ª edición 1988) - Las Comunidades Autónomas y las Relaciones Internacionales. Instituto Vasco de Administración Pública-IVAP. 1986. -La Comunidad Autónoma del País Vasco y las relaciones internacionales. IVAP. 1989. -Nación y Estado Nacional en el umbral del nuevo siglo. Centro de Estudios Constitucionales. Madrid. 1991. - La democracia en la encrucijada. Anagrama. Barcelona. 1994. (2ª edición 1995) - Decline of the Nation-State. Nevada University Press. Londres-Reno-Las Vegas. 1994. 13

- Entre la tragedia y la esperanza. Vasconia ante el nuevo milenio. Ariel. Barcelona. 1996. (2ª edición 1997). -Los nacionalismos minoritarios y la Unión Europea. ¿Utopía o Ucronía? Ariel.1997 - La institucionalización jurídica y política de Vasconia (coautor). Sociedad de Estudios Vascos. 1997 - La Historia de ETA (co-autor). Temas de Hoy. Madrid. 2000 - La democracia planetaria. Ediciones Nóbel. Oviedo. 2000 - La democracia en el siglo XXI: Un nuevo mundo, unos nuevos valores. IVAP. 2004 También ha dirigido o participado en la publicación de más de cincuenta libros colectivos y publicado más de una treintena de artículos científicos tanto en español, como euskera, catalán, inglés, francés, italiano o alemán. Ha obtenido, entre otros, los siguientes Premios: - Premio Eusko Ikaskuntza/Caja Laboral Popular de Humanidades y Ciencias Sociales 2003 al mejor Currículo del País Vasco en Ciencias Sociales y Humanidades. - Premio Euskadi de Investigación en Ciencias Humanas y Sociales 2004, otorgado por el Gobierno Vasco al mejor Currículo del País Vasco en Ciencias Sociales y Humanidades. - Premio “Ana Frank” Edición 1995, a la defensa de los Derechos Humanos y la Cultura de la Paz. - Premio "El Correo" de Periodismo. Edición 1998 Tambien ha sido finalista del Premio Anagrama de Ensayo. 1994. Del Premio Nacional de Ensayo, del Ministerio de Cultura. 1995 y 1997 y del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos. 2000. Resumen: Hasta ahora todos los sistemas políticos y jurídicos han estado volcados sobre el presente inmediato y se han estructurado en un espacio territorial determinado por las fronteras del estado nación. Esta doble limitación, temporal y espacial, ha comenzado a quebrarse de forma radical ante el fenómeno de la globalización, un fenómeno que está provocando una transformación radical del espacio y el tiempo. El tiempo y el espacio mundial del mercado y de la tecnología han entrado en conflicto con el tiempo y el espacio político de las democracias y del derecho. Hoy resulta moralmente inaceptable condicionar, mediante las acciones presentes, el futuro de las generaciones venideras, pero al mismo tiempo, ya no es posible resolver los actuales problemas, que son problemas que afectan al espacio global de la tierra o de la humanidad, a través de acciones políticas o jurídicas de dimensión estatal-territorial. De ahí, la necesidad de establecer un nuevo contrato social acorde con las nuevas realidades y necesidades de orden espacial y temporal. Un nuevo contrato que debe tener en cuenta el futuro y que, al mismo tiempo, debe tener un carácter universal. Dejando a un lado la exploración de cuestiones relacionadas con el tiempo y más concretamente con el futuro, esta ponencia se va a centrar en algunas de las consecuencias “espaciales” o territoriales del proceso de globalización sobre la actual estructura jurídico-política. Se analizarán, para ello, algunos de los retos a los que se enfrentan determinadas estructuras o conceptos clásicos tales como el Estado, la soberanía y la constitución.

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A tal efecto se abordará, en primer lugar, la necesidad de superponer sobre el concepto clásico de “gobierno” estatal-nacional un nuevo concepto, todavía emergente, de “gobernanza” global o mundial. A continuación se discutirá sobre el futuro de los estados en el nuevo orden mundial emergente, con una especial atención a la Unión Europea como paradigma de ese nuevo modelo emergente. Posteriormente se analizarán las consecuencias que vienen provocándose, como consecuencia de la nueva situación, en una de los ejes fundamentales en los que todavía siguen sustentándose los actuales sistemas jurídico-políticos como es el concepto de soberanía. Para finalizar, se debatirá sobre el futuro de las constituciones estatal-nacionales en la perspectiva de un orden jurídico complejo en el que cada vez resulta más difícil establecer una distinción entre derecho interno, derecho comunitario, derecho internacional, derecho transnacional, etc.

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SESIÓN 3: 15.15-16.45 MODERADORA: Susana del Rio, Comité de Expertos de la Comisión Europea. Elena Pulcini, Universidad de Florencia (Italia)- Reaprendiendo a temer: la percepción de los riesgos en la era global.

Biografía: Elena Pulcini es profesora titular de Filosofía Social del Departamento de Filosofía en la Universidad de Florencia. Su investigación se centra en los temas de antropología filosófica y filosofía social y política. Su principal interés es el tema de las pasiones en la esfera de la teoría de la modernidad y el individualismo moderno, prestando atención, además, al problema de la subjetividad femenina en el campo de los “Estudios de Género”. Entre sus trabajos recientes: L’individuo senza passioni. Individualismo moderno e perdita del legame sociale, Bollati Boringhieri, Turín 2001 (reimpreso en 2005; obtuvo una “mención especial” en el Premio Internacional de Filosofía Salvatore Valitutti así como el Premio Internacional de Filosofía Viaggio a Siracusa). Traducción al alemán c/o Diaphanes publishers, Berlín 2004; Il potere di unire. Femminile, desiderio, cura, Bollati Boringhieri, Turín 2003; y (como coeditora): Umano postumano. Potere, sapere, etica nell’età globale, Editori Riuniti Roma 2004; Common Passions, Different Voices. Reflections on Citizenship and Intersubjectivity, Raw Nerve Books, York 2006. Su investigación actual trata sobre la transformación de la identidad y los lazos sociales en la era global. Entre sus trabajos sobre estos temas: Filosofie della globalizzazione (coeditor), ETS, Pisa 2001/2003; The Responsible Subject in the Global Age, en "Science and Engineering Ethics", Springer Netherlands, 3 nov. 2009 (http://www.springerlink.com/content/vu1243782731461w); Pathologies de la reconnaissance, en Alain Caillé, Christian Lazzeri (eds), La reconnaissance aujourd'hui, Presses du CNRS, París 2009; Rethinking Community in the Global Age, en “Iris”, Florence University Press, II, 3 abril 2010. Su libro más reciente sobre estos temas La cura del mondo. Paura e responsabilità in età globale, Bollati Boringhieri, Turín, 2009, ha obtenido el primer Premio en el Premio de filosofía nacional “Viaggio a Siracusa”. Es miembro del consejo editorial de muchas publicaciones -Iride (Il Mulino), La società degli individui (Angeli), Politica e società (Carocci), “Iris” (FUP), etc.- Fue miembro (2001-2007) del comité científico de la Sociedad Italiana de Filosofía Política (SIFP).

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Resumen: El trabajo va desde una definición de los riesgos globales (Beck, Giddens, etc.), y la diferenciación entre “peligro” y “riesgo”, hasta concentrarse en la percepción de los riesgos. Más específicamente, el trabajo se centrará en la percepción del calentamiento global y la amenaza nuclear. La primera tesis presentada en mi trabajo se refiere a la distorsión que tiene lugar en la percepción actual de los riesgos. Tal distorsión se debe a los mecanismos de defensa ejercidos por el sujeto. Más específicamente, aquí se trabajará sobre la hipótesis de que el Yo global, caracterizado por un conjunto específico de patologías, responde a las amenazas nucleares con el mecanismo de negación y al calentamiento global con estrategias de autoengaño. Esas estrategias producen una represión del miedo. Así el miedo pierde su función productiva y movilizadora y se transforma en mera ansiedad, un sentimiento de indefensión extendido frente a amenazas desconocidas e indefinidas. La segunda tesis propuesta por el trabajo se refiere a la necesidad de reaprender a temer. El miedo como una pasión debe ser revitalizado, ya que permite recobrar la percepción de la propia vulnerabilidad. La vulnerabilidad es una dimensión constitutiva del sujeto, que se ha visto socavada y apartada por el modelo hegemónico del moderno sujeto soberano; y que se convierte, en la era global, en una condición de escala planetaria. La interdependencia global de los riesgos y la interdependencia global de las vidas nos hacen a todos vulnerables. Por lo tanto, la vulnerabilidad podrá convertirse en una fuente significativa para reavivar un temor por el mundo y para reactivar la responsabilidad por y el cuidado del mundo.

Dimitri D’Andrea, Universidad de Florencia (Italia) – El calentamiento global como un riesgo globalizado y una potencial amenaza global.

Biografía: Doctor en Filosofía Política en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Pisa, Dimitri D’Andrea es autor de una monografía sobre la relación entre la antropología y la política en Th. Hobbes. En los últimos años ha trabajado con los aspectos políticos de la globalización en el marco de una teoría de la modernidad. En particular se ha interesado por la transformación de las categorías de la política moderna como la soberanía, el Estado-nación, la identidad política y los conflictos políticos. En 2005 concluyó una segunda monografía sobre ética y política en M. Weber, interpretando “Last Men” como el símbolo de una humanidad futura completamente adaptada al mundo y carente de capacidad ética y política. Sus principales campos de estudio son: antropología y política, teoría de la modernidad, globalización, identidad política y conflictos y riesgos medioambientales globales.

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Resumen: El trabajo intentará ilustrar cuatro tesis distintas pero relacionadas: a. La necesidad de distinguir los Riesgos Globales, los Riesgos Globalizados y las Amenazas Globales. De acuerdo con esta tipología, el calentamiento global es la causa de una serie de riesgos globalizados en el futuro próximo y una potencial amenaza global para la propia supervivencia de la civilización humana en un futuro más lejano. La destrucción de la capa de ozono ha sido una amenaza global, y sólo la presencia de armas nucleares es un riesgo global. La base de esta distinción es la distinta naturaleza y localización de la incertidumbre. b. La segunda tesis del trabajo es que el calentamiento global es el reto más complicado y exigente que se le presenta a la humanidad en la actualidad. Para razonar este punto el trabajo se reconstruirán las principales características del calentamiento global ética y políticamente pertinentes: la ambigüedad (incertidumbre en lo que se refiere al “como” y el “cuando” de acontecimientos no necesariamente o universalmente perjudiciales a “corto plazo” asociados a la certeza del desastre final para la civilización humana, si no se introducen los límites oportunos), la naturaleza inercial y evolución no lineal del fenómeno y la incapacidad para identificar el punto de no retorno. c. A partir de esta reconstrucción el trabajo intentará ilustrar que no es posible confiar en el temor de la inminente muerte física del individuo (el miedo del realismo político) para la aceptación colectiva de una responsabilidad hacia el futuro, porque la autopreservación de los individuos actuales no está en duda. d. Finalmente, el trabajo intentará ilustrar las razones que, generalmente, nos hacen tan difícil adoptar una actitud responsable hacia las futuras generaciones a pesar de los buenos argumentos a su favor. Los motivos de estas dificultades no surgen de la naturaleza incierta y novedosa, indirecta/inocente, lejana en el tiempo/espacio, acumulativa/colectiva y sistémica/holística, de nuestra imputabilidad por el cambio climático, sino principalmente de los costes de la responsabilidad en términos de renuncia a los bienes y el consumo. Intentaré trazar un mapa del fenómeno de la falta de responsabilidad hacia las futuras generaciones, sugiriendo una tipología de tres partes: la ineptitud cognitiva, la invención de la posibilidad y la improbabilidad de un consenso planetario sobre la limitación del consumo y la movilidad.

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SESIÓN 4: 17.00-18.30 MODERADORA: Cristina Monge, ECODES. Andreas Metzner-Szigeth, Universidad de Münster (Alemania)- La gobernanza de la ciencia y tecnología y el desafío del progreso, la vulnerabilidad y el desarrollo sostenible.

Biografía: Andreas Metzner-Szigeth es Doctor en Sociología por la Universidad de Münster (Alemania). En la actualidad trabaja como Consultor y Director ejecutivo del Episteme Consulting de la Universidad de Münster. Desde 2007 es profesor visitante de la Facultad de Filosofía de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Sus principales campos de trabajo e investigación son: Teoría de la Ciencia & Comunidades Epistémicas, estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), Econlogía Humana & Desarrollo Sostenible e Investigación de Riesgos, Evaluación Tecnológica, Estudios del Futuro además de otros. Durante su trayectoria profesional ha sido también profesor visitante de Filosofía de numerosas instituciones como la Universidad de Viena o la Universidad de Silesia en Polonia. Asimismo, ha publicado numerosos artículos y libros entre los que destacan: Kultur&Technik als Medien menschlicher Selbstverwirklichung (2010); Contradictory approaches?-On Ralism and Constructivism in the Social Sciences Research on Risk, Technology and the Environment (2009) o “El Movimiento y la matriz”- Internet y Transformación socio-cultural (2006). Resumen: En la secuencia de la parte 1-4 este trabajo presentará una serie de cuatro breves ideas principales, cada una seguida de una explicación más compleja que puede resultar útil para impulsar el debate sobre la mejor gobernanza de las ciencias gracias a la cooperación de expertos inter y transdisciplinares y la participación ciudadana. En la parte 1 se tratarán algunas características del progreso, es decir, progreso y progresismo, progreso y (in)seguridad, progreso, dominación y reflexión, progreso y ciclos de innovación industrial, para hacer accesibles sus promesas y su naturaleza problemática. En lo que respecta a los retos de la vulnerabilidad éstos se considerarán en la parte 2 en tres niveles (micro, meso, macro) y dos componentes (exposición, solución) de este concepto. La siguiente perspectiva analiza las relaciones entre vulnerabilidad, riesgos, peligros y las estrategias de prevención y resistencia. Después de contrastar las limitaciones del modelo convencional de la prosperidad creciente con los dos fundamentos del modelo alternativo del Desarrollo Sostenible (DS) (integridad medioambiental, rendimiento económico) la parte 3 abordará el punto crítico de lo último: ¿cómo se combinan estos 19

dos elementos opuestos? Esto debe estudiarse en contextos de constelaciones win/win (todos ganan) y es necesario localizar los conflictos para identificar caminos sólidos para las innovaciones. La parte 4 dibuja un marco titulado Evaluación de la Tecnología Integradora (ETI). En el contexto de algunas directrices referidas a las cuatro dimensiones (medioambiental, socio-cultural, económica, político-institucional) del DS, y con respecto a los problemas de dependencia del conocimiento, la vulnerabilidad múltiple, y la consecución del SD en la práctica, se introducirá una propuesta para dar forma al progreso científico-tecnológico, especialmente relacionado con las oportunidades y los desafíos de las tecnologías convergentes (info-bio-nano).

Ignacio Aymerich, Universitat Jaume I- Riesgos Globales y Soberanías Populares.

Biografía: Es profesor titular de filosofía del derecho en la Universidad Jaume I. Está especializado en Filosofía del Derecho, Sociología del derecho y Derechos Humanos. Posee múltiples titulaciones académicas, es Licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla, Doctor en Filosofía por la Universidad de Sevilla con la tesis “La Libertad subjetiva de en Hegel y Adorno” calificada con Apto Cum Laude. Doctor en Derecho por la Universidad por la Universidad Jaume I de Castellón y Certificado de Aptitud Pedagógica. Posee experiencia docente desde 1985. Ha participado en números proyectos de investigación, ha publicado libros como Sociología de los derechos humanos. Un modelo weberiano contrastado con investigaciones empíricas. Tirant lo Blanch., “¿Puede el derecho reflejar valores morales? Reflexiones sobre la teoría dualista” En VV.AA. Estudios en homenaje al prof. Gregorio Peces-Barba. Ed. Dykinson. Madrid, 2008. Ha participado y organizado congresos, eventos científicos, cursos y conferencias. Como méritos hemos de destacar entre otros Consultor en materia de indicadores de derechos humanos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Julio-Agosto de 1999. (Cfr. los agradecimientos en el “Informe sobre desarrollo humano” 2000, editado por el PNUD. Nueva York, 2000) Resumen: El discurso de legitimación del poder siempre ha ligado la necesidad del gobierno con la capacidad para afrontar los riesgos colectivos, sean estos de la naturaleza que sean: ciertos e inminentes o hipotéticos e incluso imaginarios, religiosos o mundanos, bélicos, económicos, etc. Gobierno y riesgo van así unidos como el haz y el envés. Bajo este esquema general, los procesos de cambio social contemporáneo modificarían el tipo de riesgos que hay que afrontar, modificando también con ello el tipo de gobierno necesario para esta labor. La ecuación en que se articulan gobierno y riesgo operaría como estructura estable y la evolución histórica de las formas de riesgo y de gobierno serían los elementos variables de la ecuación. La evolución hacia sistemas políticos democráticos, el desarrollo de las formas modernas de administración pública y privada o el proceso de secularización vendrían a ser parte de esas variaciones históricas.

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Las cosas pueden aparecer de otro modo si dejamos de lado el concepto clásico de soberanía que va aquí implicado La habitual remisión del origen de este concepto a Bodino la liga a la potestad legislativa. Efectivamente la soberanía es definida como el poder absoluto y perpetuo de una república, y su carácter absoluto queda unido al poder de dictar y derogar leyes. Hay una estructura política piramidal en cuya cúspide está el poder legislativo. Sobre esta estructura estable se presenta luego la variable histórica de la democratización como un cambio en el modo de legitimación de quien ocupa la potestad legislativa suprema. Pero en cualquier caso el soberano ocupa una posición en la que ya no debe rendir cuentas a ningún poder superior: el monarca absoluto no tiene por qué justificar sus decisiones legislativas ni el pueblo soberano tiene que justificar su voto. Pero de un concepto unitario de soberanía pasamos a otro plural cuando nos preguntamos qué tipo decisiones no están jurídicamente sujetas a una obligación de justificación y son, en ese sentido, soberanas. Nadie está obligado a justificar sus elecciones afectivas, sus preferencias como consumidor, su elección de profesión o su creencia religiosa. Por tanto, el tipo de relaciones sociales estables que se deriven de la dirección en que los individuos resuelvan sus decisiones soberanas queda sujeto a incertidumbre. Y esa incertidumbre genera riesgos propios. Ya no se trata de que el poder gubernativo se legitime ante el pueblo por su capacidad para afrontar riesgos exteriores, porque una parte del riesgo es ahora interior a la comunidad política: con el desarrollo efectivo del sistema de derechos fundamentales se ha vuelto constitutivo.

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7 de Octubre de 2010

SESIÓN 5: 9.30-11.00 MODERADOR: Francisco Longo, ESADE.

Michel Wieviorka, Escuela de Grandes Estudios en Ciencias Sociales (Francia)- Entre los sujetos individuales y el "global": ¿qué mediación?

Biography: Michel Wieviorka Sociologo Francés, conocido por su trabajo sobre violencia, terrorismo, racism y movimientos socials así como la teoría del cambio social. Alumno de Alain Touraine, es uno de los más conocidos y renombrados sociólogose e intelectuales de Francia. Sus numerosos trabajos han sido traducidos en diferentes idiomas. Wieviorka cubrió los arrestos civiles de 2005 en Francia y ha sido elegido en Durban (2006—2010) como Presidente de la Asociación Internacional de Sociología. Junto con Touraine y François Dubet, Wieviorka desarrollo el método de la intervención sociológica y lo aplicó al estudio de los movimientos militares sociales, en concreto en las ligas estudiantiles, el activismo antinuclear francés y las trade unions de Polonia. Siguiendo el clásico concepto de la sociología interpretativa de Max Weber (verstehende Soziologie), la intervención sociológica tiene como fin entender el sujeto racional de los actores en el contexto de los conflictos sociales. Wieviorka es director del Centre d'Analyses et d'Interventions Sociologique (CADIS) en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, establecida por Alain Touraine en 1981 y administrador de la Fundación Maison des Sciences de l’Homme desde 2009. También es presidente del Premio Michel Seurat y Director del los Papers Internacionales de Sociología con Georges Balandier, así como miembro del comité de diversas revistas ciéntificas sobre sociología, ética y política. Abstract: Las ciencias sociales se enfrentan a una evolución mayor que justifica un cambio de paradigma, como sugiere Alain Touraine. En particular, se debe "pensar globalmente", y tener en cuenta, más allá de lo "global", la subjetividad individual de las personas. Por lo tanto, gobernar es tener que hacer una gran diferencia entre los sujetos singulares y el mundo en los ámbitos políticos, jurídicos, sociales, culturales y económicos que si no siguen al menos reinventando, muchas veces repensando. 22

Christophe Bouton, Universidad Michel de Montaigne Bordeaux 3 (France)- La sima entre el saber y el poder. Sobre algunas modalidades contemporáneas del porvenir.

Biografía: Desde 1989 hasta 1995 estudió en la Ecole Normela Supérieure de París. Fue Asistente de Profesor en la Universidad de Poitiers (1995-98), Profesor de Secundaria (1998-2000), Profesor de Posdoctorado en la Universidad de Poitiers (2000-2001) y Profesor Asociado a la Universidad de Bordeaux 3 (20012005). En la actualidad es Profesor de la Universidad de Bordeaux 3 desde 2005. Asimismo, ha sido Profesor Visitante de la Universidad de Hamburg (abril-julio 2010). Publicaciones: Libros: 1) — Temps et esprit dans la philosophie de Hegel. De Francfort à Iéna. Paris, Vrin, 2000, 320 pp., « Bibliothèque d’histoire de la philosophie ». 2) — Le Procès de l’histoire. Fondements et postérité de l’idéalisme historique de Hegel. Paris, Vrin, 2004, 320 pp., « Bibliothèque d’histoire de la philosophie ». 3) — Temps et liberté, Toulouse, Presses Universitaires du Mirail, collection « Philosophica », 396 pp., 2008. Publicaciones Colectivas: — La Physiognomonie. Problèmes philosophiques d’une pseudo-science, sous la direction de C.Bouton, L.Raïd, V.Laurand, Paris, Kimé, 2005. — Dieu et la nature. La question du panthéisme dans l’Idéalisme allemand, C. Bouton (éd.), Hildesheim / New York / Zürich, Olms, collection : « EUROPAE MEMORIA », Studien und Texte zur Geschichte der europäischen Ideen, Reihe I, Band 40, 2005. — L’Année 1790. Kant, Critique de la faculté de juger. Beauté, vie , liberté, sous la direction de C.Bouton, F.Brugère, C.Lavaud, Paris, Vrin, 2008. — Hegel et la philosophie de la nature, sous la direction de C.Bouton et J.-L. Vieillard-Baron, N°4 des « Recherches sur le romantisme et l’idéalisme allemands », Paris, Vrin, 2009.

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Resumen: Con el invento de técnicas cada vez más eficaces, se abre una sima entre la capacidad del hombre para transformar el mundo y su capacidad para anticipar los efectos de esta transformación. El saber preventivo es superado por el poder tecnológico. Partiré de esta idea de Hans Jonas para preguntar las principales modalidades de nuestra representación actual del porvenir: la opacidad, la indeterminación, la aceleración, la catástrofe y su prevención, el riesgo, la urgencia. La cuestión es saber en qué medida esta nueva complejidad del porvenir está obsoleta, a principios del siglo XXI, la pretensión de los hombres por "hacer historia", visible a lo largo de los siglos XIX y XX.

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SESIÓN 6: 11.15- 12.45 MODERADOR: Juanjo Álvarez, Instituto de Gobernanza Democrática.

Daniel Weinstock, Universidad de Montreal (Canadá) – Riesgo, Incertidumbre y Catástrofe.

Biografía: Daniel M. Weinstock es Doctor en Filosofía por el Saint Antony’s College, Oxford University. Desde 2007, trabaja en la Mesa Canadiense de Investigación en Ética y Filosofía Política en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Montreal. Es también Director del Centro de Investigación y Ética de la Universidad de Montreal (Canadá). A lo largo de su carrera ha escrito numerosos libros sobre política y ética como por ejemplo: Deliberative Democracy in Theory and Practice (Vancouver, 2009), Profession: éthicien (Montréal, 2006), Republicanism in Theory and Practice (London, 2004) y La démocratie deliberative en philosophie et en droit: enjeux et perspectives (Montréal, 2001). A lo largo de su carrera ha participado en numerosos libros y artículos de carácter científico. En 2007, recibió el Premio André-Laurendeau, Assocation Canadienne-Francaise pour l’Avancement des Acienes. Resumen: Cass Sunstein ha defendido en distintos libros y artículos, recientes y de carácter influyente, que el principio de precaución debería ser dejado a un lado a la hora de deliberar sobre la política en el contexto del riesgo a favor del análisis de coste/beneficio. Mi intención en este trabajo no es tanto discrepar con Sunstein como señalar lo limitada que resulta esta conclusión, aunque sea verdadera. La distinción básica presente en el trabajo será entre riesgo, que es calificable y susceptible a las técnicas del análisis de coste/beneficio, e incertidumbre, que sólo puede llevarse al ámbito de tales técnicas a costa de simplificar los supuestos con el objeto de hacer que lo incierto se pueda cuantificar. En primer lugar, sugeriré que muchas áreas de políticas percibidas como una presentación de riesgos en realidad son atravesadas por la incertidumbre en lo que se refiere a los valores presentes en la asignación de valores numéricos a los distintos posibles resultados, si se pudiera asignar probabilidades a tales resultados con algún grado de precisión. En segundo lugar, defenderé que los análisis coste/beneficio tienen poco valor para nosotros cuando la incertidumbre, es decir la incapacidad para asignar probabilidades a los resultados, está en juego. Tal y como el propio Sunstein reconoce, tiene aún menos valor si la catástrofe es un posible resultado. Aunque no se trata de una defensa del principio de precaución, la presentación sugiere que no se rebate el principio con argumentos que sólo conciernen a lo que, de hecho, es únicamente un pequeño subconjunto de los retos de las políticas en la era que quizás haya sido etiquetada, engañosamente, como la era del riesgo.

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Dominic Desroches, Ahuntsic College, Montreal (Canada)- Risk management confronted with the acceleration of time – From the unexpected to a climate of urgency and time of panic.

Biografía: Dominic Desroches es Doctor en Filosofía por la Universidad de Montreal. Trabaja como profesor en el departamento de filosofía de la Universidad de Ahuntsic (Montreal) desde 2005. Asimismo, trabaja como corresponsal y miembro del comité de lectura de Sens Public (Francia), Corresponsal y miembro del comité de lectura de Transverse (Francia) y como miembro del comité de lectura de Horizons philosophiques, Collège Éd.-Montpetit Quebec (Canadá).A lo largo de su trayectoria profesional ha colaborado en varios proyectos de investigación en el Centro de Investigación en Derecho Público de la Universidad de Montreal (2003), a trabajado en el proyecto de Investigación sobre “Genética, Ética, Derecho y Sociedad” (2002-2003) y en el proyecto MSSS de Quebec, IIREB de la Universidad de Montreal (2002). Entre sus publicaciones recientes destaca el libro Expressions éthiques de l’intériorité. Éthique et distance chez Kierkegaard (2008). De la misma manera, ha escrito numerosos artículos relativos a su ámbito de investigación que se centra en la filosofía continental, ética, retórica y política. Resumen: La aceleración del tiempo es una fuente de riesgo tecnológico mayor para las sociedades avanzadas. La noción de riesgo está ligada a la complejidad de las organizaciones que dificulta las previsiones, el sentido de las prioridades y la recuperación de los errores, sobre todo si estos últimos implican agentes en red. La aceleración, la desmaterialización de la técnica y del riesgo conducen a la incertidumbre. Si el hombre se integra mal con lo imprevisible, lo inesperado y lo extraño, debe no obstante prever la catástrofe, cuyos efectos pueden ser irreversibles y transgeneracionales. Esto apunta una tensión que muestra la diferencia entre el tiempo humano de la decisión y el de la técnica entre un pasado (demasiado tarde) y un futuro (demasiado pronto) sin sincronía posible - que crea la espera, la angustia y el estrés. El estrés se vive en el tiempo humano comprimido, que es el único tiempo en virtud del cual encontraremos la solución. La urgencia forma así la trampa del tiempo, pero también su razonamiento. Cuanto más se eleva el riesgo y se anuncia la catástrofe, más se mediatiza, lo que aumenta el sentimiento de miedo y el clima de inseguridad. Este clima de urgencia, este ambiente de intoxicación puede incluso ser, por parte de las instituciones y los medios de comunicación, objeto de una tendencia y mantenerse después. La formación del tiempo del pánico, combustible para su propia retórica, perjudica así a la toma de decisiones colectivas.

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