GUARDA TU TEMPLO. Mateo 13:24 25

GUARDA TU TEMPLO Para nadie debe ser nuevo el hecho que nosotros como cristianos, tenemos un enemigo que no pierde el tiempo y que siempre está busca

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Texto del año 2014 Venga tu reino (Mateo 6:10)
1 Puntos Sobresalientes Génesis 32 a 35 Libro bíblico número 1: Génesis Escritor: Moisés Dónde se escribió: Desierto Cuándo se completó: 1513 a.E.C.

TEMPLO DEL MEDIO DIA
TEMPLO DEL MEDIO DIA INVOCACION Oh! Alma universal escuchanos Tu que eres fuerza, justicia y amor, ayudanos Tu que eres llama, tu que eres fuego Tu

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GUARDA TU TEMPLO

Para nadie debe ser nuevo el hecho que nosotros como cristianos, tenemos un enemigo que no pierde el tiempo y que siempre está buscando la forma de estorbarnos en todo. Frecuentemente nos encontramos ante situaciones en las que Dios nos habla al corazón sobre algunos asuntos que El desea trasladarnos y recién hemos terminado de recibir aquello que Dios nos envía; nos encontramos que el enemigo está estorbando nuestro fluir respecto a muchas cosas; y la rezón es muy sencilla aunque tiene un trasfondo muy impresionante; la razón es porque nosotros como cristianos, somos templo de Dios y como tales, tendremos enemigos aunque el principal es el diablo.

Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. Mateo 13:24­25 Notemos en la parábola anterior que el reino de Dios lo está comparando Jesús a una buena semilla; lo cual nos deja que pensar que esa semilla tendría que dar su fruto; pero también dice que llegó el enemigo a sembrar cizaña y después se fue. Pero el punto es que el enemigo no desaprovecho la oportunidad de lo que podría ser nuestro fluir, sino que dejó cizaña; o sea, estorbo para cuando fuera la oportunidad, no tuviera el grano de la semilla buena, pura, sino que tuviera que verse también la cizaña. Cuando estamos en el fluir de Dios, debemos saber que pueden aparecer muchas cosas que se opondrán a que hagamos la voluntad de Dios; lo cual se puede convertir en una batalla porque puede llegar el enemigo a decir que lo que estamos haciendo no es de Dios; pero debemos saber que si el movimiento en el cual estamos participando es de Dios, se mantendrá de pié y progresará, pero si no es de Dios, todo pasara luego. De tal manera que, nosotros como hijos de Dios, debemos cuidarnos a no oponernos a las cosas de Dios porque, porque si lo hacemos, nos estaremos convirtiendo en opositores a la voluntad de Dios y haciendo participes también de las obras del enemigo. Una de las cosas que debemos hacer es buscar a Dios constantemente para que El nos revele cual es Su plan para nuestra vida y dejar que ese fluir de cumpla en nuestra vida; no obstante que el enemigo siempre estará al acecho y se estará oponiendo en todo, y en ese momento es cuando debemos clamar a Dios que fortalezca nuestra fe para seguir adelante, sin importar que a veces vengan las tinieblas a querernos desanimar, porque en ese momento es cuando nuestro clamor debe

subir a Dios para que se alejen las tinieblas y que venga a nosotros la luz de Jesús. El ataque del enemigo es evidente que vendrá y nosotros debemos estar alertados para que no nos sorprenda, pero para que podamos mantenernos firmes cuando vengan esos ataques, necesitamos estar en el fluir de Dios y haciendo Su voluntad para lo cual necesitamos morir día a día a nuestra voluntad y que sea la voluntad de Dios en nuestra vida. Hasta este momento, se ha señalado de los ataques que vendrán de parte de las tinieblas de parte del enemigo el cual no pierde el tiempo; pero también debemos saber cómo nos puede atacar el enemigo y cómo podemos estar alertas ante tal situación. Quizá, lo primero que debemos hacer es buscar la forma de cómo desenmascara las obras del enemigo, para que de esa forma, podamos saber de dónde y cómo vendrán los ataques. No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS; Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO. 2 Corintios 6:14­16 Sabemos que como cristianos hijos de Dios, nacidos de nuevo, somos el templo del Dios vivo, porque eso está escrito, pero también debemos saber que como templos de Dios, tendremos enemigos como los que están escritos en el tema: Somos templo de Dios; y en ese tema están descritos bastantes templos que podemos decir que son los anti­templos de Dios por consiguiente son enemigos nuestros. Otro punto que debemos saber es que en nuestra vida pasada podría ser que hayamos hecho pactos con las tinieblas, los cuales pueden tener repercusiones al momento en que lleguemos a Cristo; es como lo describimos en la cita inicial de este tema; se sembró la buena semilla pero también se sembró la semilla de la cizaña y cuando fue tiempo estaba el fruto de la buena semilla, pero también estaba la cizaña. Entonces podríamos decir que en determinado tiempo de nuestra vida, la buena semilla fue sembrada en nuestro corazón, pero al momento de hacer pactos con las tinieblas, fue sembrada la cizaña y ahora que estamos en Cristo, también apareció la cizaña. Pero lo que el enemigo no sabe o ha olvidado es que esos pactos también se pueden romper en el nombre de Jesús porque ha libertad nos ha llamado el Señor Jesucristo y no ha esclavitud. Pero ese no es el punto, el punto es que nosotros somos el templo de Dios y por consiguiente tendremos enemigos como lo hemos repetido varias veces.

Los enemigos de Dios o sea los templos que son enemigos de Dios, tenían una característica bastante particular y que podemos decir que era para confundir al pueblo de Israel: tenían 3 lugares; como el templo de Dios verdadero. Pero no es solamente ahí donde existen 3 lugares, sino que, nosotros como templo de Dios, tenemos 3 lugares: cuerpo, alma y espíritu. No es que nuestro espíritu sea el espíritu de Dios; Dios lo habita y habita también en el alma y cuando El llega a nuestra alma, se confabulan muchas cosas que pueden estar dentro de nosotros en el alma y que se pueden manifestar al cierto momento. Cuando nosotros le abrimos nuestro corazón a Cristo, El entra y es en ese momento cuando entra Su Arca en nosotros con todo lo que podemos ver que llevaba el Arca. Eso es algo que debemos comprender plenamente; Dios vive dentro de nosotros en su plenitud, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Necesitamos saber que el principio del Templo es algo eterno y no temporal. El templo no empezó en la tierra y esto lo podemos avalar con las citas que encontramos que muestran el momento cuando se llevan a Moisés a que subiera de la tierra en una nube, y le piden que haga el templo en la tierra en base a lo que había visto en el cielo. Así como lo hicieron también con el Apóstol Pablo a quien se lo llevaron al tercer cielo; a Moisés lo debieron haber introducido en una burbuja y se lo llevaron para que viera las características del templo que estaba en el cielo y que lo hiciera en base a esas medidas y de esa forma, lo que nos deja ver entonces que el templo ya existía y en la tierra solamente se haría una maqueta pero la realidad estaría en el cielo; y se hizo de esa forma para que se pudiera explicar a los hombres. Entonces existe otro tabernáculo que está constituido como el Lugar Santísimo en el cual Dios se manifiesta. El Lugar Santo que es el cosmos, o sea, todo lo que se ve o se considera como universo y el Atrio es la tierra. Cuando nosotros llegamos a comprender estas cosas podemos comprender otras más, por ejemplo: cuando se llevaron a Elías se lo llevaron a los cielos o sea al cosmos; lo cual es diferente de haber sido llevado al cielo porque solo Cristo pudo haber bajado y vuelto a subir al cielo, y el evento que le sucedió a Elías y Enoc fue antes que bajara y subiera Cristo. Con esto podemos decir claramente entonces que la existencia de vida en otra parte del universo es bastante cierta porque Elías y Enoc deben estar en otra parte que no es la tierra. Definitivamente Dios no iba hacer algo tan grande como es el universo para que solamente la humanidad existiera en un lugar tan pequeño como lo es la tierra. Además dice la Biblia que cuando Dios hizo al hombre, los hijos de Dios se regocijaban en las estrellas. También existen otra prueba, la cual es científica y dice que si ha habido vida en otro lado porque han descubierto hielo en el planeta Marte y en base a eso deducen si hay hielo es porque hubo agua y si hubo agua es porque hubo vida. Otro punto que podemos ver es que Dios dice que llamara de los confines del universo a sus ejércitos. Otro punto es cuando El dijo que iría hacer lugar para nosotros. Muchas personas creen que esta

tierra es el paraíso y están enamorados de esta tierra pero realmente aquí es solamente el atrio, nadie tiene idea de lo que nos espera cuando salgamos de la tierra. En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaban en las obras de sus manos. Pero Dios se apartó de ellos y los entregó para que sirvieran al ejército del cielo, como está escrito en el libro de los profetas: ¿ACASO FUE A MI A QUIEN OFRECISTEIS VICTIMAS Y SACRIFICIOS EN EL DESIERTO POR CUARENTA AÑOS, CASA DE ISRAEL? TAMBIEN LLEVASTEIS EL TABERNACULO DE MOLOC, Y LA ESTRELLA DEL DIOS RENFAN, LAS IMAGENES QUE HICISTEIS PARA ADORARLAS. YO TAMBIEN OS DEPORTARE MAS ALLA DE BABILONIA. Hechos 7:41­43 En los versículos anteriores podemos ver muchas cosas pero el principal es que ellos tenían el tabernáculo; sin embargo, no les bastó y llevaban otros altares. No les fue suficiente ver tanto milagro que diariamente tenían: la nube los cubría en el día para que el sol no los ahogara del calor y en la noche la columna los alumbraba y les daba calor; pero eso no era suficiente testimonio para los israelitas y como no les bastaba; llevaban a Moloc, lo cual significa rey y era una deidad pagana a la cual ellos ofrecían sus hijos recién nacidos. Desde ahí los marcaban para que cuando fueran grandes tuvieran grandes problemas que quizá ellos no se sabían explicar porque les acontecían los problemas que tenían. Desde ese entonces se hacían pecados horrorosos, de los cuales podían tener como resultado, que Dios destruyera la humanidad por completo; pero Dios es infinitamente misericordioso que aun después de tantas cosas, la humanidad sigue existiendo; aun más, hoy día los pecados de la humanidad no han cesado sino que van acrecentándose más y más, pero Dios no la destruye por Su infinita misericordia. Debemos tener cuidado de no entregar a nuestros hijos al fuego, a la pasión, a la concupiscencia, a la murmuración, a todos los pecados de idolatría que podamos imaginar para que ellos no tengan ninguna repercusión cuando sean grandes. "Increíblemente"; es en el hogar donde se siembran muchas cosas negativas; porque la humanidad piensa que con teorías humanistas pueden salir adelante. Ese mismo fuego al que se entregan los hijos, es el fuego del sexo ilícito. Hoy día vemos tanto anuncio que invita a pecar con permiso y seguridad para que se cuiden del sida. Es tanto el empuje de esto que hasta se les está dando enseñanzas a nivel educativo en las escuelas, de cómo deben ponerse los preservativos para estar seguros. Estamos viviendo tiempos tan difíciles que vemos que los países donde se dice que son potencias mundiales, se están cumpliendo los versos donde dice que los hijos entregaran a los padres. Vemos reportes televisivos que cuando los padres desean corregir a sus hijos, ellos

tienen la potestad de llamar a la policía para evitar que los padres los corrijan y aun más, pueden divorciarse de sus padres. Sin embargo, Dios no ha decidido destruir la humanidad, sino que cada día extiende su misericordia y nos concede una nueva oportunidad. Los hijos de Elí eran hombres indignos; no conocían al SEÑOR ni la costumbre de los sacerdotes con el pueblo: cuando algún hombre ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote con un tenedor de tres dientes en su mano mientras se cocía la carne, lo introducía en la cazuela, la olla, la caldera o el caldero, y todo lo que el tenedor sacaba, lo tomaba el sacerdote para sí. Así hacían en Silo con todos los israelitas que allí iban. Asimismo, antes de quemar la grosura, el criado del sacerdote venía y decía al hombre que ofrecía sacrificio: Da al sacerdote carne para asar, pues no aceptará de ti carne cocida, sino solamente cruda. Y si el hombre le decía: Ciertamente deben quemar primero la grosura y después toma todo lo que quieras; él respondía: No, sino que me la darás ahora, y si no la tomaré por la fuerza. El pecado de los jóvenes era muy grande delante del SEÑOR, porque los hombres menospreciaban la ofrenda del SEÑOR. Samuel siendo niño, ministraba delante del SEÑOR, usando un efod de lino. Su madre le hacía una túnica pequeña cada año, y se la traía cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual. Entonces Elí bendecía a Elcana y a su mujer, y decía: Que el SEÑOR te dé hijos de esta mujer en lugar del que ella dedicó al SEÑOR. Y regresaban a su casa. Y el SEÑOR visitó a Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el niño Samuel crecía delante del SEÑOR. Elí era ya muy anciano; oyó todo lo que sus hijos estaban haciendo a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión, y les dijo: ¿Por qué hacéis estas cosas, las cosas malas de que oigo hablar a todo este pueblo? 1 Samuel 2:12­23 Otro de los enemigos del templo de Dios es el robo de las cosas que están dedicadas a Dios. Hoy día, algunos ministros que han sido llamados a trabajar en la obra de Dios a tiempo completo, lo único que buscan es saciarse ellos con las cosas que el pueblo de Dios lleva al altar y no buscan hacer la voluntad de Dios. Otra cosa que debemos notar es que el sacrificio que los mismos sacerdotes estaban incitando al pueblo a que se hiciera era a que ofrecieran sacrificio con carne cruda, como diciendo que le daban a Dios lo que pedía pero de mala voluntad. Esto nos enseña que ellos llegaban con su sacrificio pero contra su voluntad y sin el deseo de agradar a Dios. Nosotros lo que debemos buscar es estar delante de Dios como sacrificio vivo y agradable. Vemos otro de los enemigos del templo de Dios son las peleas constantes que podamos tener en contra de otras personas. No estamos diciendo es pecado enojarse, pero si estamos diciendo que no es normal que estemos peleando contra todas las personas que nos rodean y que no podamos tener comunión agradable con ellos; eso es otra cosa que debemos cuidar del templo de Dios.

Después me llevó a la entrada del atrio, y cuando miré, he aquí, había un agujero en el muro. Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en el muro. Cavé en el muro, y he aquí una entrada. Entonces me dijo: Entra y ve las perversas abominaciones que ellos cometen aquí. Entré, pues, y miré; y he aquí, había toda clase de reptiles y bestias y cosas abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel estaban grabados en el muro por todo alrededor. Y de pie frente a ellos, estaban setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías, hijo de Safán, de pie entre ellos, cada uno con su incensario en la mano; y el aroma de la nube de incienso subía. Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: "El SEÑOR no nos ve; el SEÑOR ha abandonado la tierra." Ezequiel 8:7­12 La pornografía es otro de los enemigos del templo de Dios. Lamentablemente muchos de los sacerdotes de este tiempo ven pornografía y se están haciendo esclavos de los juegos del enemigo. La pornografía es algo que los sacerdotes de Dios deben sacar de su corazón para siempre, y una de las formas de extirparlas es poniéndose delante de Dios y ministrarse para que no haya nada oculto. No importa que lo hagan en secreto, Dios lo está viendo. Si alguien está cayendo en ese pecado, es momento de retirarse y prometerle a Dios que no se volverá a caer en lo mismo; recordar que es ministro del evangelio, que es sacerdote del templo y seguir adelante.

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