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HABLA IZQUIERDA GUEVARISTA DE CHILE:
ENTREVISTA A PATRICIO CID, MIEMBRO DE LA DIRECCIÓN NACIONAL POR REVISTA “LA ESTACA”1 Pregunta: ¿De dónde proviene la Izquierda Guevarista? Respuesta: La Izquierda Guevarista (IG) refleja la unidad que encabeza la Juventud Guevarista (JG) más el Frente de Trabajadores Guevaristas (FTG) y el Colectivo Poder Popular de Santiago (CPP). Junto a ellos, se suman compañeros de Convergencia Mirista, Polo Clasista de Trabajadores (PCT), Brigadas de Acción Comunista y el Movimiento por la Asamblea del Pueblo (MAP). En este proyecto nos volvemos a encontrar compañeros que militaron en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y compañeros que estuvieron con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), apoyando la guerrilla en Bolivia. El núcleo central de la Izquierda Guevarista lo constituye una generación de jóvenes profundamente comprometidos con una formación muy sólida, a pesar de su juventud. Desde el punto de vista teórico, sin duda la matriz del pensamiento está en el marxismo y, posteriormente, hemos enriquecido nuestra concepción marxista con una línea de pensamiento que en lo fundamental se apoya en la dialéctica marxista, donde destacamos a György Lukács, Antonio Gramsci, Karel Kosík, Adolfo Sánchez Vázquez, y en América Latina, nos sentimos profundamente comprometidos con el pensamiento de José Carlos Mariátegui que, a pesar de su corta existencia, levantó la arquitectura de una conciencia y de un ideal que se sintetiza en la frase: “marxismo sin calco ni copia”. Mariátegui no estuvo solo, con él coincidieron el cubano José Antonio Mella y a este binomio podríamos agregar los nombres del argentino Aníbal Norberto Ponce y el chileno Luis Emilio Recabarren. En definitiva, la Izquierda Guevarista proviene de diferentes fuentes, que captan las lecciones de las luchas revolucionarias a través de la historia. En lo fundamental, la revolución rusa, la revolución cubana, la experiencia vietnamita, así como las luchas independentistas de nuestra América, las luchas revolucionarias de la primera mitad del siglo XX lideradas por Zapata en México, Sandino en Nicaragua y las heroicas luchas
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de los años 60 y 70 y el ejemplo de los movimientos revolucionarios como el MIR de Chile, el MLN-Tupamaros del Uruguay y el ERP de Argentina. En los años presentes reconocemos el aporte de Néstor Kohan de Argentina y del cubano Fernando Martínez Heredia. Para los guevaristas, la figura central del proceso revolucionario contemporáneo lo constituye, sin duda alguna, aquel guerrillero heroico cuya figura traspasa los continentes. Su ejemplo se introduce en los jóvenes del mundo, cuyo coraje y consecuencia lo hacen inmortal y presente, constituyéndose no sólo en la reserva moral, sino fundamentalmente en la cantera teórica del pensamiento revolucionario del siglo XXI. Me refiero al comandante Ernesto Che Guevara. El Che entregó las claves para abrir la caja de Pandora y descubrir la esencia del verdadero marxismo. P2: ¿Qué proponen cómo organización? R: Algo tan simple y a la vez tan difícil y complejo como es: “que la revolución no solo es necesaria, sino que además es posible”. Esta aseveración fue el gran aporte del MIR en los años 60-70 y por eso nos sentimos los continuadores del proyecto revolucionario chileno y latinoamericano. Estamos conscientes de que asistimos a un proceso de retroceso en la correlación de fuerzas a nivel mundial, entre los sectores explotadores y las grandes masas explotadas. Si comparamos la actual situación con 40 años atrás, vemos una diferencia significativa. El retroceso ha sido gigantesco: hace 40 años cientos de millones de personas formaban parte de un proceso que teóricamente apuntaba a la construcción de una nueva sociedad, una sociedad socialista. Hoy día vemos el derrumbe del campo soviético y el retroceso hacia un proyecto capitalista de experiencias tan importantes como China y Vietnam. A nivel de Chile, vemos como amplios sectores que ayer apuntaban a un cambio revolucionario hoy se suman al proyecto capitalista. Una parte importante de la población se encuentra sometida a un profundo proceso de enajenación y alienación. La ideología capitalista se ha metido al interior de las mentes de las grandes masas y hoy vemos a una población consumista que ha perdido los valores de la solidaridad para cambiarlos por la competencia. El sentimiento de amor, que es la base del accionar de los revolucionarios, ha sido cambiado por el sentimiento del egoísmo. Lo profundo ha sido sustituido por lo superfluo. Sin embargo, a pesar de que todo lo anterior es cierto, también es cierto que la dominación capitalista mantiene e incluso aumenta sus niveles de explotación y de abuso, lo que conduce inevitablemente a agudizar las contradicciones, haciendo que
cada día más sectores se sientan disconformes, lo que aumenta una masa crítica que empieza a transformarse en masa movilizada, con grados aún embrionarios de organización y de combatividad. Nosotros proponemos fortalecer los niveles de organización, profundizar y extender el estudio para una mejor compresión de la realidad, buscar los espacios y construir los diferentes instrumentos que nos permitan cada día ser más fuertes hasta tener la capacidad de golpear y derrotar a quienes nos explotan y nos oprimen. Hoy día debemos enfrentarnos no sólo con quienes nos explotan sino que debemos dar una lucha teórica y cultural contra posiciones que han retrasado el proceso de construcción de un movimiento revolucionario o simplemente lo han llevado a profundos fracasos, como son las experiencias reformistas y post modernistas. Hacemos el esfuerzo por construir un instrumento de pensamiento eficaz, que cuestione la concepción del mundo de la burguesía y además identifique en la actividad revolucionaria popular el eje de su propia concepción. La clave de los cambios está en la práctica, en la acción transformadora, en la actividad de los trabajadores y las masas populares, detrás de una filosofía que ponga todo su énfasis y energía en la transformación del mundo, lo que denominamos la filosofía de la praxis, que articula a partir de la historia y de las contradicciones de clase, una actividad verdaderamente transformadora. P3: ¿Qué opinión le merece la llamada crisis de la izquierda? R: El actual sistema de dominación ha tenido la habilidad para trastocar el significado de las palabras y, por lo tanto, alterar los conceptos. Yo sigo entendiendo por Izquierda a los representantes de La Montaña, que se sentaron a la izquierda en la asamblea constituyente durante la revolución francesa, y que propugnaban los cambios necesarios para terminar con el viejo orden. Hoy día adquieren la connotación de izquierda todos aquellos que no están totalmente de acuerdo con los sectores más conservadores y defensores a ultranza del sistema capitalista, pero que sin embargo siguen siendo defensores del sistema capitalista. Por lo tanto, el primer elemento de la crisis está dado por la necesidad de establecer de qué izquierda estamos hablando. La crisis de la izquierda socialdemócrata es ya de larga data y, a pesar de que muchos la quieren reeditar bajo otros ropajes, como eurocomunismo, socialismo renovado, etc., se insertan en el proyecto socialdemócrata que termina a la larga identificándose plenamente con los defensores del capitalismo.
El MIR, inmediatamente después del golpe militar, habló de la crisis de la izquierda reformista, pero en verdad la crisis abarcaba a toda la izquierda, incluyendo a los sectores revolucionarios. No me refiero sólo al concepto de la derrota, sino a que la propuesta en aquellos años, incluyendo a los sectores revolucionarios, estaba sustentada en un marxismo mecanicista, que tarde o temprano terminaría en el más rotundo de los fracasos como desgraciadamente sucedió. En nuestro país la mayoría de la izquierda se quedó en un formato reformista, que en lo sustancial cree que a partir de la actual institucionalidad, o con una institucionalidad “que puede modificarse”, es posible realizar los cambios que el pueblo necesita. Una parte de esa izquierda cree que actuando al interior de experiencias, como los últimos gobiernos, se aporta en la construcción de una sociedad mejor. Me refiero a la opción tomada por el Partido Comunista (PC), el MAS, la Izquierda Ciudadana. Otro sector cree en la posibilidad de cambiar la actual institucionalidad y a partir de allí realizar los cambios. Son sectores que estando fuera del gobierno, vacilantes en sus posiciones, siendo críticos con la actual situación del país, siguen creyendo en la institucionalidad, buscan el diálogo con los sectores en el gobierno de turno y, en definitiva, se creen el cuento de que es posible avanzar. Los principales exponentes de este nuevo reformismo lo constituyen el sector de Izquierda Autónoma y sectores de la Izquierda Libertaria (una suerte de anarquismo moderado y reformista) como también algunos sectores trotskistas y sectores que vienen de la izquierda revolucionaria y que incluso ocupan el nombre de MIR. Con este amplio abanico de posiciones, indudablemente se hace difícil construir una propuesta unitaria, y podemos hablar de una crisis de la izquierda. En la medida que tengamos la capacidad para demostrar que no es posible avanzar a cambios reales bajo la actual institucionalidad y que sólo con un trabajo duro, difícil y a largo plazo podremos construir una fuerza social revolucionaria en la perspectiva de llevar adelante cambios profundos, estructurales, revolucionarios, estaremos realmente avanzando en la solución de la crisis de la izquierda. En el momento actual daremos la discusión y el enfrentamiento teórico y práctico contra todas estas posiciones que consideramos erradas y perjudiciales para el conjunto de los trabajadores y el pueblo, esperamos que en el futuro los sectores honestos se sumen a las filas de izquierda revolucionaria. P4: Hablemos de su trayectoria ¿Dónde comenzó su militancia? R: Empecé como dirigente estudiantil secundario en el Liceo de Talca. Luego entré a estudiar medicina en la Universidad de Concepción el año 1962, teniendo la ocasión de conocer a compañeros como Luciano Cruz, Alejandro Barra, Bautista Van Schouwen, Miguel Enríquez, Tati Allende. Participo en el Movimiento Universitario de Izquierda
(MUI) y en el núcleo socialista de la escuela de medicina y posteriormente en la Vanguardia Revolucionaria Marxista. Por motivos personales me cambio a la Universidad de Chile en Santiago a cursar el 4 año de medicina el año 1965. Ingreso al MIR el año 1967, participo a nivel de la Universidad, donde conozco a Luis Vitale y a Lumi Videla que fue mi primera responsable política. Participo en la primera Unidad Campesina del MIR de la Región Metropolitana, donde ahora está el aeropuerto Pudahuel. Una vez recibido de médico me fui a trabajar a Curanilahue donde viví años hermosos de construcción partidaria y trabajo a nivel de pobladores. En la toma de terrenos “Salvador Allende” trabajé con los mineros del carbón donde el MIR dirige a varios dirigentes sindicales, estudiantes secundarios, profesores, comerciantes, pensionados, campesinos y especialmente obreros forestales. Realizamos un gran trabajo en el ámbito medico donde se destaca un gran compromiso por parte de los trabajadores de la salud, profesionales, técnicos como personal administrativo y de servicios a lo que se suma una importante participación de la comunidad a través de los Comités de Salud. Después del golpe militar me quedo en Chile, caigo preso en Curanilahue, siendo trasladado a Lebu, después al fuerte Borgoño en Talcahuano, posteriormente a la isla Quiriquina, al Estadio Regional de Concepción y a la Cárcel de Concepción. Fui condenado por un Consejo de Guerra a 5 años y 1 día y finalmente soy expulsado del país. La segunda experiencia hermosa fue la vivida en Nicaragua al calor de la revolución sandinista donde estuve 6 años hasta viajar a Argentina y Perú el año 1986 y volver a Chile el año 1987. Durante 25 años, en Chile, fui parte de diferentes esfuerzos organizativos, obteniendo pobres resultados (Foro por la Democracia, Partido de los Trabajadores, Hijos de la Rebeldía, Movimiento por la Asamblea del Pueblo, MAP). El tercer momento importante de mi vida partidaria ha sido el encuentro con los jóvenes guevaristas, sintiéndome parte de una unidad monolítica y volviendo a encontrar las esperanzas y las certezas de que estamos en un proyecto serio y con gran futuro, tal como me sentí en los mejores momentos del MIR. P5.-A propósito de los 50 años del MIR ¿Cuáles cree usted que fueron las principales carencias del MIR? R: Me gustaría primero señalar qué fue lo que me motivó para llegar a ser militante del MIR de Chile: fue la capacidad que tuvo ese partido para romper los esquemas
burocráticos de la izquierda chilena de entonces y plantearse en forma seria y decidida la construcción de un partido revolucionario, con formación ideológica y militar de sus cuadros para implementar la lucha revolucionaria bajo una concepción internacionalista. La principal carencia del MIR fue no hacer un diagnóstico correcto de la realidad. No tuvimos la capacidad para darnos cuenta de que a partir de la década de los 60, y fundamentalmente de los 70, se empezaba a instalar a nivel mundial un nuevo modelo de dominación, que exigía modificar nuestra táctica y nuestra estrategia. Tampoco tuvimos la capacidad (por no tener acceso a documentos que por largos años fueron ocultados y algunos destruidos), para comprender la esencia del marxismo, no supimos distinguir el marxismo vulgar del marxismo que se apoya en la dialéctica y en la filosofía de la praxis. Estuvimos en Cuba, pero no tuvimos conocimiento de la lucha gigantesca que había dado el Che por darle otro rumbo a la revolución y hoy recién nos damos cuenta de aquello, al leer sus escritos que durante muchos años no fueron publicados. En momentos cruciales los miristas nos enredamos en posiciones reformistas, a pesar de la intensa lucha que dimos en forma permanente contra dichas posiciones. No concretamos la construcción de una retaguardia estratégica, no pasamos a la ofensiva a raíz del “Tanquetazo”, y las cercanías y el respeto (mutuo) que teníamos por el presidente, de alguna manera nos pasó la cuenta. En el período de la lucha anti-dictatorial, retrospectivamente me doy cuenta que hubo un gran desfase entre la realidad concreta de lo que sucedía en Chile con los análisis y planes de la dirección en el exterior. Lamentamos que nuestra dirección histórica no haya realizado una reflexión profunda, un análisis riguroso de nuestro accionar. Hoy todavía están los tiempos, los espacios y los materiales para realizarlo. P6: ¿Cuáles serían las virtudes y las debilidades de las nuevas generaciones de militantes revolucionarios que hoy se organizan en Chile? R: Difícil responder tu pregunta, ya que parto de una falta absoluta de objetividad ya que debo confesarte que estoy profundamente enamorado y comprometido con esta juventud. Sin embargo, puedo responderte a que se debe tal encantamiento. La mayoría de los jóvenes que forman parte de la Juventud Guevarista oscilan en edades que van entre los 16 y los 23 años de edad. Lo primero que me llamó la atención fue su gran madurez sobre todo comparándolos con el resto de los jóvenes de hoy, madurez que los lleva a ser muy responsables y comprometidos al mismo tiempo que son muy estudiosos y preparados, lo que ha significado que he tenido que hacer un gran esfuerzo para volcarme nuevamente a los
libros, descubrir con ellos a pensadores que eran por mi desconocidos y superar mis grados de ignorancia. Lo segundo que me ha llamado la atención es la capacidad para abrir sus mentes a nuevas propuestas sin dejar de ser críticos están atentos a los aportes que nos entrega la historia y el presente. Al interior de los jóvenes guevaristas existe además un grupo de dirección que no puedo dejar de comparar con la Comisión Política del MIR incluyendo la genialidad de un Miguel Enríquez. P7: ¿Qué propone la Izquierda Guevarista frente a la coyuntura nacional? R: Vivimos un momento histórico muy especial e importante. El modelo capitalista encabezado por los partidos de la Concertación y Nueva Mayoría con alternancia con sectores aun más derechistas como lo fue el gobierno de Piñera han llegado a una etapa profunda de desgaste con una crisis moral y política de tal envergadura que les resta toda posibilidad de construir un mínimo acuerdo nacional con cierto grado de apoyo popular. El descontento hoy día es absolutamente mayoritario y va en aumento. Los índices de des-legitimidad de los principales instrumentos de la actual institucionalidad son abismales y no existe ninguna posibilidad de que esta situación pueda ser revertida. Las mínimas reformas que eran vitales para fortalecer el modelo y frenar el proceso de movilización ascendente de las grandes masas, fueron imposible llevarlas adelante ya que su aplicación significaba agudizar la crisis en la medida que afectaban seriamente el patrón de acumulación, en un contexto mundial caracterizado, precisamente, por una profunda crisis capitalista. El actual gobierno ha dejado al desnudo que el sistema capitalista no es capaz de resistir las más mínimas reformas, ya que el modelo es inherente a un proceso ascendente de explotación y de abuso, por parte de una minoría en contra de las grandes mayorías, lo que permite mantener o incluso aumentar las tasas de ganancia en un proceso de gran concentración del capital. Esta situación conduce a que el pueblo trabajador y el resto de los sectores sociales que hoy están luchando encuentren un terreno amplio y propicio para el desarrollo y fortalecimiento de sus luchas, demandas que no sólo por la actual situación política y económica sino fundamentalmente por las características propias del capitalismo son imposible de ser solucionadas. Como guevaristas, como clase trabajadora, como parte del pueblo, seguiremos estando presentes en la lucha de los pobladores sin casa, en la
lucha de los pescadores artesanales, de los portuarios, de los trabajadores mineros, de los trabajadores forestales. Estamos presente en las principales reivindicaciones de nuestro pueblo como son salud y educación gratuita y de calidad, terminar con el lucro en diferentes actividades económicas que impactan directamente a toda la población como son, además de la salud y la educación, el problema del agua que afecta a la totalidad del país y en forma angustiante y urgente a la zona norte, problema que se agudiza debido a las normas actuales y únicas en el mundo de propiedad privada del agua en sus diferentes usos (riego, potable, industrial, de uso consuntivo y no consuntivo), la propiedad de los servicios básicos como el agua, teléfonos, gas, electricidad. Recuperar el mar, el cobre, terminar con los negociados usureros de la banca, financieras y aseguradoras. Terminar también con el sistema de pensiones basados en la capitalización individual y cambiarlo por un sistema de tipo solidario. Todas estas demandas están presentes a lo largo del país todos los días y todos los minutos del día ya que son profundamente sentidas por el conjunto de la población y ninguna de ellas tiene posibilidad de ser satisfecha bajo las reglas del actual sistema. A nivel de los trabajadores existen demandas permanentes que, en definitiva, se oponen a todos los mecanismos de represión, explotación y abuso a los cuales la clase trabajadora es sometida, lo que requiere no sólo cambios profundos del código laboral, sino cambios estructurales en el sistema económico y de dominación. Generar mecanismo de participación en un proceso de democratización permanente de la sociedad, lo que significa construir espacios de participación, de estudio y discusión donde se potencien las estructuras de poder del pueblo trabajador, de los pobladores, de las mujeres y de los estudiantes. Terminar con todo tipo de discriminación y potenciar las reivindicaciones antipatriarcales desde el mundo de la mujer. Todo este proceso de demandas que se acompañan de organización y movilización popular constituyen el ingrediente que nos permite ver con optimismo el futuro. Sin embargo esta situación de grandes contradicciones, de grandes movilizaciones obreras y populares, de crisis de hegemonía y debilitamiento de la clase burguesa, al mismo tiempo nos coloca en una situación extremadamente delicada, ya que la única respuesta que le queda a la clase dominante es aumentar los niveles de represión, cuestión que ya estamos viendo y que seguramente crecerá en los próximos meses y años. La feroz represión sufrida por el pueblo mapuche, la tergiversación permanente de los hechos ocurridos y el apoyo irrestricto que han tenido los latifundistas por parte de los principales dirigentes políticos de gobierno y oposición, debe colocarnos en alerta.
La violencia como reacción política por parte de los sectores dominantes constituye una suerte de ley histórica que hemos sufrido en carne propia, lo que obliga a la clase trabajadora y a sus organizaciones de vanguardia a asumir una estrategia que contemple todos los escenarios posibles de confrontación entre clases. En este contexto apuntamos a desarrollar la fuerza social revolucionaria de la clase trabajadora en un proceso de movilización revolucionaria permanente de las masas que se enfrentan al poder dominante. P8: ¿Qué proponen frente al panorama latinoamericano? R: Conociendo y haciendo énfasis en las diferencias de cada país latinoamericano, existe al mismo tiempo una situación común dada por la dominación de un mismo sistema capitalista e imperialista que busca salir de su crisis fortaleciendo los métodos represivos, golpear a los procesos más progresistas y ojalá derrumbarlos como también reprimir y aniquilar el proyecto revolucionario. Existe en marcha una ofensiva del gran capital y del imperialismo norteamericano y recuperar terreno en países que le son vitales como son Venezuela, Brasil y Argentina y afianzar su poder en países como Colombia, Perú y Chile. Ciertamente que para implementar nuestro proyecto, como para defendernos de más abuso y más represión, se hace indispensable desarrollar la unidad latinoamericana de los pueblos, para lo cual estamos trabajando en la construcción de un polo de unidad internacional de fuerzas revolucionarias: la Coordinadora Guevarista Internacionalista, articulación internacional que se extiende por ya varios países latinoamericanos. P9: ¿Cuáles serían las limitaciones de los gobiernos de izquierda en América Latina? R: Hoy vivimos diferentes experiencias que se llaman de izquierda en América Latina. Si tú vas a otro país te van a nombrar al gobierno de Bachelet como uno de los gobiernos de izquierda. Yo creo que ni el propio Partido Comunista que forma parte del gobierno llama de izquierda a este gobierno que cada día que pasa queda en evidencia su derechización progresiva. Algo similar sucede con gobiernos como Cristina en Argentina, Tabaré Vásquez en Uruguay y Vilma Roussef en Brasil. Por otro lado, tenemos las experiencias que se viven en Bolivia, Ecuador y Venezuela donde efectivamente han existido importantes beneficios para los sectores más humildes, y donde existe no solo una contradicción fundamental con los grandes capitalistas y el imperialismo sino también se viven contradicciones al interior de los propios simpatizantes de esos gobiernos. Nosotros apoyamos a los sectores que están por avanzar en el proceso de cambios profundos y radicales, y fundamentalmente apoyamos a aquellos sectores que rompen con los postulados mesiánicos y mecanicistas, en la perspectiva de instalar un proyecto emancipador, donde la meta fundamental sea la liberación del ser humano en toda su dimensión.
La historia nos demuestra una y otra vez que los procesos a medias que intentan mecánicamente cortar o frenar los procesos dialécticos de los cambios permanentes y progresivos tarde o temprano terminan cavando su propia tumba.
P10: ¿Algo qué agregar, unas últimas palabras? R: Tomamos el nombre de guevarista como un homenaje y un compromiso con el comandante Ernesto Che Guevara, no solo por lo que significa su ejemplo de consecuencia sino fundamentalmente por haber sido capaz de desenmascarar al marxismo vulgar que por cien años usurpó el nombre de Carlos Marx. El Che rescató el socialismo de las manos de la burocracia, del mecanicismo vulgar para darle la connotación profundamente humanista que tiene, al mismo tiempo que tiraba al tacho de la basura los manuales soviéticos, que el mismo catalogó como ladrillos, para dar paso a la necesidad de pensar y de aplicar la dialéctica marxista. Al levantar la Izquierda Guevarista estamos haciendo el esfuerzo por recuperar el verdadero marxismo, sustentado en la filosofía de la praxis y en la dialéctica revolucionaria marxista. Recuperamos también su concepto humanista, la fe inquebrantable en el ser humano, en la clase obrera, en los campesinos pobres, en la juventud, quienes son verdaderamente capaces de diseñar su propio futuro, empapados de esperanza y de felicidad, donde el sentirse hombre y mujer en toda la dimensión de la palabra, sentirse ser humano en toda la dimensión de su existencia constituyen la más alta recompensa que pueda obtener el ser humano, terminando con el fetichismo del dinero y las cosas, terminando con toda forma de enajenación y de alienación, en el contexto de llevar a cabo una revolución al interior de cada uno de nosotros construyendo el hombre y la mujer nueva. El marxismo busca la emancipación plena del ser humano, liberándolo de las cadenas del determinismo económico, restituyéndolo a su totalidad humana, al encuentro de una unidad en armonía con sus semejantes y la naturaleza. Lejos estamos del marxismo vulgar que se quedaba en la concepción de igualdad compuesta de individuos materialmente satisfechos que pierden su individualidad transformando la sociedad supuestamente socialista en grandes burocracias con grados ascendentes de conformismo que borran la necesidad de luchar, de crear, de participar, transformándose en definitiva en sujetos-mercancías, manteniendo por lo tanto los principios esenciales de la enajenación del ser humano propios del capitalismo y la sociedad burguesa. Estamos en un proyecto serio, cuyo motor principal está en el amor, en la perspectiva de construir una sociedad capaz de alcanzar la felicidad plena, el equilibrio entre los propios seres humanos y entre los seres humanos y la naturaleza.
Bajo este contexto llamamos a los trabajadores, a los campesinos, a los jóvenes, a los pobladores, a las mujeres y hombres, a las personas con opciones sexuales diferentes, a los artistas e intelectuales, a los profesionales honestos, a los pequeños propietarios, a sumarse a nuestra cruzada, a integrar las filas del guevarismo en Chile y América Latina.
¡A construir una gran unidad de todo el pueblo y de todos los pueblos! ¡Con responsabilidad y convicción afirmamos que vamos a vencer!
Octubre del 2015