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Iglesia del Salvador de Burriana Patrimonio, Historia y Legado del Reino de Valencia
Por: Juan José Morcillo Castaño
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL ARTE
Índice 1. Contexto Histórico, Social y Cultural.............................................. 3
2. Análisis Formal, Arquitectónico e Interpretación:.........................6 2.1. El Ábside Gótico y su interior 2.2. Exterior del ábside 2.3. Nave de la Iglesia
3. Primera gran Reforma de los siglos XVII-XVIII............................17 4. Última fase constructiva: Ampliación de los pies de la Iglesia. Siglo XIX.....................................21 5. 1936: Inicio de la destrucción de la Iglesia de El Salvador y su patrimonio.........................................22 6. Fin de la Guerra. Valoración patrimonial. Análisis de Daños, proyecto de Reconstrucción y Restauración:....24 6.1. La Restauración del Ábside y su vuelta al Gótico. 6.2. Etapa Inicial de la Restauración. 6.3. Segunda etapa y declaración de Monumento Histórico Artístico Nacional.
7. Últimas intervenciones en el siglo XXI...............................................36 8. La Iglesia de El Salvador de Burriana Actualmente.........................39 9. Anexo de Imágenes................................................................................41 10. Bibliografía...........................................................................................52
El objetivo del siguiente trabajo es estudiar los cambios en la fisonomía del edificio a lo largo de su historia, reformas y añadidos siendo cada uno una señal, un registro de la vida del edificio, lo cual nos habla de la historia y de la cultura de sus gentes en las diferentes etapas de la historia de la plana valenciana. Para ello analizaremos su morfología y significado dentro de sus necesarias y adecuadas coordenadas históricas necesarias siempre para poder comprender las modificaciones realizadas a lo largo de su historia constructiva. Análisis e interpretación que buscan como resultado el valorar y manifestar la importancia y relevancia patrimonial que tiene la iglesia en cuestión dentro de nuestro ámbito geográfico concreto, la cual ostenta el rango de Bien de Interés Cultural dentro del Patrimonio Histórico Artístico de España.
1. Contexto Histórico, Social y Cultural La actual Basílica Menor del Salvador de Burriana en su origen no fue tal siendo en su fundación la iglesia parroquial de Santa María para entender las razones de tales cambios necesitamos conocer el devenir histórico de la población burrianense. Nos remontamos a la conquista cristiana por parte de Jaume I el Conqueridor, rey de la Corona Catalanoaragonesa, cuyo ejército bajando desde Teruel puso sitio a la ciudad a mediados de Mayo del 1233. El sitio fue breve debido a que la ciudad no estaba preparada para tal embestida de un ejército preparado, la ciudad capituló mediante un pacto de rendición aceptado por el Rey por el cual disponían de 4 días para abandonar la ciudad y refugiarse en Nules. Por lo tanto el 16 de Junio de 1233 salieron los habitantes de la ciudad, Burriana había sido tomada y fue refundada como ciudad franca y libre en el realengo de Jaume I. Organizando así las nuevas tierras que iba a estructurar fuera del sistema feudal vigente en Aragón y Cataluña para que su dominio en el nuevo Reino de Valencia fuera más efectivo. Por esa razón se impulsan las ciudades en detrimento de los señoríos feudales. Burriana es la primera de esta red de ciudades bajo la directa autoridad del monarca. Como hemos señalado se trata de la primera gran victoria del Jaume I en la campaña militar que dará como origen el Reino de Valencia, la conquista de Burriana supuso abrir una brecha en la frontera con la Balansiya musulmana lo cual dejaba el camino marcado para bajar hacia la capital. Estamos ante la estrategia militar del Conqueridor, en vez de atacar poblaciones o plazas fuertes como por ejemplo Peñíscola, la cual intentó conquistar fracasadamente, toma la decisión de sitiar las ciudades, que a pesar que en época musulmana eran más pequeñas seguían siendo núcleos de concentración urbana con una actividad comercial y económica activa siendo el lugar desde donde se rige el territorio circundante. Intentar conquistar una plaza fuerte es complicado pues están bien fortificadas y su asedio puede alargarse durante meses, mientras que una ciudad debido a la densidad de población es un objetivo más razonable. Sin embargo principalmente el objetivo de conquistar las ciudades es debido a que son cabeza de un amplio distrito, de la ciudad dependen las alquerías y campos de producción así como los castillos y fortificaciones. Es decir si cae la ciudad se descabeza el sistema, se rompe la trama política, militar y económica que
mantiene la región bajo el dominio del reino musulmán, conquistar una ciudad, en este caso Burriana hace que el distrito circundante caiga, debilitando así el resto de la taifa. La ciudad de Burriana era pequeña pero debido a la zona donde se encontraba y al regir una rica huerta circundante se puso empeño en que la ciudad resistiese, además de ser por supuesto la frontera con el enemigo que debía de asegurarse para que la conquista fuera efectiva y duradera. Jaume I es quien funda la iglesia seguramente sobre la antigua mezquita. La fecha no es clara sin embargo es posible que la fundación fuera al poco de ser conquistada la ciudad como lógica implantación cristiana en el territorio, siendo dedicada a la Virgen Santa María. Para ello aludimos a las fuentes documentales, en concreto a un escrito de las Crónicas de Jaume I o Llibre dels Feits, el escrito está en el folio 170, siendo escrito durante la campaña de Murcia (1261-1270): “Luego que tuvimos Iglesia, ordenamos construir en ella altar a nuestra señora Santa María, pues habiendole siempre edificado templo en todas las villas importantes que Dios nos había concedido ganar de los sarracenos, era muy justo que se la dedicásemos también a aquella villa, que era de las más importantes de Andalucía después de Sevilla”1 Por lo tanto en tal fragmento deducimos que la iglesia de Burriana ya estaba dispuesta para el culto debido a que se puede consagrar el altar a la Virgen, siendo una construcción de gran celeridad por la proximidad a la conquista. Otro dato importante es la estancia del monarca junto con su consorte, la reina Violante de Hungría, con la que celebró nupcias el 8 de Septiembre de 1235, quien dio un impulso importante en las obras de la iglesia. Es lógica esta premura por elevar el templo cristiano pues es símbolo y acto de la conquista efectiva del territorio, así como un mensaje de continuidad, es la forma de fortificar la ciudad psicológica y socialmente, de implantar la nueva religión y por lo tanto del poder gobernante del rey cristiano en la ciudad que es cabeza de un amplio territorio. Un territorio que se debe de asegurar militar, política y sobretodo religiosamente. Debido a ello se quiere elevar una iglesia monumental que emplee la piedra y el lenguaje arquitectónico de los reinos cristianos para configurar la nueva imagen cristiana de Burriana. Entonces vemos que la construcción comenzó pronto con el importante impulso de la reina Violante aunque las obras no se acabarán hasta el segundo tercio del siglo XIV. En cuanto a la advocación aludimos a una serie de documentos, con los cuales establecemos que el siglo XIII acabó perteneciando aun a Santa María. Ello lo sabemos por una reunión ente los representantes de las aguas de Almanssora y Castellón quienes por un conflicto sobre el agua fueron a Burriana a solucionar el problema frente dos vecinos de la ciudad, Ramón de Gilabert y A. Cardona. En el texto se dice que se reunieron en: “en el cimenterio ettclesia Beate Marie Burriane”2 Fechado en las calendas de junio del 1297, por lo tanto queda confirmado que continuaba la advocación original de la parroquia. El cambio de advocación se realizó entre 1330 y 1360, no sabemos la fecha exacta pero aludiendo a los documentos históricos sabemos que Pedro IV de Aragón otorgó una casa al presbítero Mosén Ramón Marco al que alude como 1. MATARREDONA SALA, F. El Románico en la ciudad de Burriana. El ábside de la iglesia de “El Salvador”. Castellón: Ajuntamiendo de Buerriana, 1991. pp. 67-78. 2. MATARREDONA SALA, F., op. Cit., p. 68.
beneficiario de la Iglesia de San Salvador de Burriana. Por lo tanto entre 1330-1360 la Iglesia deja su advocación mariana por dedicarse a la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo en el Monte Tabor. Por estas fechas la iglesia ya estaría a punto de ser finalizada comenzando pronto las obras del campanario exento. Las modificaciones en el templo serán varias y las analizaremos cronológicamente en su periodo, el objetivo de la actual contextualización es situar el origen y función principal del templo. Tal empresa fue posible debido al panorama social, en esta época es cuando las ciudades se dinamizan, la burguesía se eleva como principal motor económico de las urbes que son centros comerciales de gran dinamismo lo que lleva a acrecentar u importancia en el panorama político de los reinos, en detrimento de los señoríos feudales basados en la explotación de grandes extensiones de tierra desde sus residencias. Burriana es un ejemplo de este tipo de ciudades, las cuales tuvieron un especial impulso en el nuevo Reino de Valencia que iba ser estructurado mediante esta cadena de ciudades leales a la corona que gobierna directamente sobre ellas. Esto produjo una despoblación rural generalizada, se abandonan muchas alquerías y el campo deja de trabajarse en cuanto a la dimensión que tenía antes lo que produjo crisis y hambrunas. A pesar de ello la ciudad pudo emprender la construcción de su iglesia con cierto patrocinio real, sin embargo tal monumentalización en la cabecera es algo excepcional pues los recursos durante su primera etapa constructiva estuvieron destinados a la guerra. La Iglesia impulsó las obras como en el resto de ciudades conquistadas debido a que era necesario mantener la fe y el culto en los nuevos pobladores así como implantar la religión a los habitantes musulmanes anteriores que se hubiesen quedado. Las primeras iglesias eran austeras y sin relevancia arquitectónica por esa razón destaca tanto el templo de Burriana ciudad que tenemos que tener en cuenta se encontraba en una situación de cierta seguridad al estar fuera del área de razias musulmanas, lo que permitió una cierta estabilidad en la urbe. Para entender el por qué de las reconstrucciones hay que tener en cuenta que un edificio tiene una vida activa y en el caso de las iglesias y templos en general las modificaciones son frecuentes. Los deterioros del edificio se solventarán con nuevas construcciones sin embargo las mayores empresas constructivas responden a las nuevas visiones de cada época, aunque suene trivial los cambios en la iglesia se deberán a la nueva corriente artística, a la moda. De esta forma se construyen dos nuevas portadas barrocas en el XVII, la construcción de la Capilla de la Comunión en el XVIII o de la completa remodelación del edificio en el XIX cuando se dio la imagen actual de la nave. Hasta llegar a mediados del XX cuando se restaura y reconstruye el templo siguiendo la Restauro en Estilo de Viollet Le-Duc que llevó a la repristinación del ábside o a la reconstrucción prácticamente total del campanario. Para tener una idea general sobre las etapas constructivas del complejo parroquial hacemos referencia a la evolución en planta del mismo (Anexo 1). Es sin duda una larga trayectoria escrita en la piel del edificio, algunas líneas de la cual han sido borradas, modificadas o siguen siendo legibles tal y como fueron vistas en su momento de construcción. Con el objetivo de saber leer esta historia visual procederemos al análisis formal del templo.
2. Análisis Formal, Arquitectónico e Interpretación 2.1. El Ábside Gótico y su interior: En primer lugar señalamos la ubicación del templo en su entorno, la iglesia fue construida junto a la muralla coincidiendo el ábside con una torre defensiva la cual ha sobrevivido refugiada entre construcciones modernas. Esto es importante debido a que estamos ante una iglesia con carácter de fortificación, defensivo, siendo por supuesto un edificio que marca la presencia cristiana en el territorio, así como el poder y resistencia de al ciudad. La iglesia comenzó a ser construida por el ábside como es habitual en la mayoría de construcciones eclesiales. El edificio comenzó por la absidiola primera en el lado del Evangelio, al norte. Absidiola que presenta en sus capiteles una decoración a base de palmetas las cuales como sabemos se relacionan con la virginidad lo que sostiene la primera advocación del templo a la Virgen perteneciendo esta fábrica a las dos primeras décadas de ser la ciudad conquistada (Anexo 2). 3 El primer elemento construido como hemos dicho fue el ábside, cuyas fechas oscilan entre el 1234-1245 hecho en piedra de cuidada cantería. Este ábside se inscribe ya en los patrones del conocido como gótico mediterráneo que como sabemos tiende a espacios abiertos y poco compartimentados. Eso mismo vemos en el ábside el cual en un principio se pensó con girola lo cual no se llevó a cabo siendo más favorable el empleo de nave única de gran anchura (fig 1).
Figura 1. Planta poligonal del ábside. 3. MATARREDONA SALA, F., ibidem., p. 88.
El ábside es de planta poligonal, compuesta por 7 paños de los cuales 5 son las absidiolas construidas entre los contrafuertes, los paños más occidentales corresponden con la actual torrecilla norte y la sacristía sur. En el trazado original se proyectaron dos torrecillas gemelas cuyo uso era acceder a las cubiertas, de éstas sólo se construyó la norte pues los gastos bélicos no permitieron la erección de su gemela. La organización interna se construye de esta forma mediante estos 7 paños de los cuales dos se ciegan, los correspondientes a la torre y la sacristía, en cuyos muros se aprecian las puertas que dan acceso a los espacios. En los otros cinco paños se abren los arcos apuntados que dan paso a las absidiolas radiales, arcos que nacen de los pilares pilogonales a los cuales se adosan columnas pareadas de las que nacen los arcos torales de acceso a las absidiolas, entre estos vemos los baquetones que se funden con los nervios de las bóvedas. (figura 2)
Figura 2. Interior del ábside. Estructura gótica interna de la cabecera.
Destacamos la función estructural de estos anchos arcos que aparte de dar paso a las absidiolas actúan como arcos de descarga que dirigen el peso de los lienzos superiores hacia las pilastras columnadas. Las columnas son esbeltas y nacen de una basa compuesta por toro, escocia y toro sobre un basamento robusto. Los fustes son estilizados y anillados cuyo capitel es estilizado y sostiene un cimacio del cual arrancan los nervios. Esto no es así en las columnas pareadas que se adosan a las pilastras de los vértices, estas columnas dobles son más gruesas y cortas, las cuales comparten capitel decorado sobre el cual se dispone un cimacio también cuidadosamente esculpido, esto es una traza en la cual podemos vislumbrar las practicas anteriores, serían los rasgos “románicos” del ábside marcando por donde se comienzan las obras.4 (Anexo 3) 4 MATARREDONA SALA, F., ibidem. pp. 27-29.
Las absidiolas presentan las cinco la misma planta, planta poligonal de siete paños, son como la planta del ábside, respondiendo de esta forma a la típica geometría variable del opus francigenum. Se encuentran internas en los contrafuertes, excepto los tres paños más exteriores de cuyos vértices sobresalen otros contrafuertes más delgados. El interior de estas capillas radiales presentan los lienzos cegados a excepción del lienzo central exterior en el cual se abre un ventanal apuntado y abocinado. En los vértices vemos sendas columnillas de las cuales arrancan los nervios lo cual crea unas capillas esbeltas y diáfanas. En el caso de la capilla central, la más oriental, se horadan los tres lienzos visibles como simbología de la Trinidad. Las absidiolas se cubren mediante bóveda de crucería compuesta por 8 nervios que nacen de los vértices y se funden en la clave la cual enlaza con el arco toral mediante un nervio espinal. Los nervios son apuntados y presentan una moldura simple, doble bocel en el intradós y acanaladura en los extradós. (Anexo 4) Sobre las absidiolas se elevan los lienzos de muro correspondientes hasta llegar a los ventanales o lancetas ojivales que se dividen mediante un parteluz en dos parcelas que se cierran ojivalmente con dos almendras. Ambas se coronan por una vejiga cuadrilobulada que cierra la ojiva. Estas ventanas son restauraciones, más bien reconstrucciones que siguen un patrón moderno al que recurrir en las restauraciones, pero se piensa que fueron así por la influencia cisterciense del templo. El extremo occidental se cierra mediante un gran arco toral de intradós plano, el ábside se cubre mediante una bóveda de crucería que presenta 8 nervios que se funden en la clave principal de la cual surge un nervio espinal del que nacen otros dos nervios que completan el cimbrado necesario para abovedar el espacio poligonal complejo. Los nervios presentan un grueso bocel sustentado por dos nacelas muy prolongadas para aumentar el espesor sobre el cual se dispondrá la plementería. (Fig. 3)
Figura 3. Vista del alzado superior y de la bóveda de crucería que cubre el ábside poligonal.
La plementería está realizada mediante ladrillo a rosca al igual que en la posterior catedral de Valencia, se ha aludido a una influencia aragonesa, mudéjar, sin embargo hay que tener en cuenta que Burriana es una ciudad de la plana en la cual la piedra escasea, mientras que la técnica del ladrillo ha sobrevivido en el seno musulmán y ahora los cristianos la emplean, al igual que en todas las zonas de planicie. Es más bien una adaptación técnica y constructiva más que de estilo o tendencia constructiva.
2.2. Exterior del ábside: Desde el exterior es apreciable el sistema constructivo empleado que sustenta la fábrica, se diferencian las cinco absidiolas de las cuales sólo vemos tres lienzos, pues la mayor parte del espacio lo ocupan los recios contrafuertes que sustentan la estructura desde los vértices que quedan en el centro de los contrafuertes. La imagen que vemos es la de unos enormes y macizos contrafuertes, sin embargo los contrafuertes primigenios de la obra son los centrales esbeltos ya que los añadidos troncopiramidales son posteriores. (Figura 4).
Figura 4. Vista exterior de la cabecera en una fotografía de 1991. anterior a la retirada de las cubiertas de teja.
Las absidiolas presentan tres esbeltos contrafuertes poco adelantados de perfil plano excepto en la absidiola central en cuyos contrafuertes se adosan baquetones estilizados. Todos se rematan mediante un parapeto de tejas. Los ventanales presentan un
abocinamiento compuesto por bocel, escocia y bocel de gran anchura lo cual hablando del grosor es propio de las construcciones románicas. Los contrafuertes principales se encargan de ejercer toda la sustentación del edificio, reciben las cargas de la bóveda que por su estructura desvían las cargas hacia estos vértices sólidamente construidos y asegurados mediante estas moles de cantería. El gran estribo tiene dos partes, la anexa al muro que se culmina con un tejadillo y una segunda rematada con un elemento trapeziodal del cual surgen las gárgolas de desagüe, en origen tendrían un remate de cantería que fue sustituido durante la remodelación de los contrafuertes. Destacamos una especie de vanos abiertos en los mismos contrafuertes, vanos adintelados hoy cubiertos parcialmente por el incremento de la techumbre de las absidiolas, estos vanos son los que permiten transitar el paso de ronda que formaba parte del sistema defensivo de la ciudad. Las torrecillas occidentales, la sur no fue finalizada y su planta se empleó para realizar la sacristía, mientras que la torre norte aun es visible. Es una torre cuadrada anexa al muro continuo del abside, se eleva exteriormente como un lienzo de cantería en el cual sólo se abren dos saeteras estrechas, esta torre se empleaba para acceder a la cubierta y al paso de ronda del exterior, el remate de ladrillo es tardío, del XVII para realizar la función de campanario. 5 (Anexo 5) Es interesante el arcosolio que se ubica en la primera absidiola, la más antigua, contigua a la torre norte, en uno de sus lienzos entre contrafuertes se ubica un arco ojival que sirve de hornacina para un sarcófago sepulcral pétreo, es lógica su ubicación atendiendo a que en esta zona se ubicaba el cementerio. Junto la torre hay un arco ojival cegado que quizás hubiese sido una entrada. (Anexo 6)
Elementos escultóricos del ábside. Análisis iconográfico: El ábside es fruto de una repristinación y por lo tanto hay falsos históricos como los ventanales y las propias vidrieras sin embargo el conjunto escultórico manifestado en los elementos estructurales son originales y nos ofrecen una interesante información acerca del siglo XIII y de la primera etapa constructiva del templo. La decoración se concentra en los elementos sustentantes verticales, basas y capiteles principalmente. Los capiteles presentan un collarino inferior de conexión con la columna y sobre estos distinguimos un cimacio sobre el cual arranca el arco o nervio. Hay varios tipos de decoración en los capiteles pareados de los arcos formeros de las absidiolas, principalmente vegetal pero también figurado: 1 Palmetas situadas en la primera absidiola que aluden a la pureza de al virginidad mariana. Son hojas de helechos nervadas en un haz de siete hojas. (Anexo 2) 2 Ramajes o lacerías complejas, son los más abundantes, sus formas y tratamiento son varios dependiendo del escultor, se encuentran en las absidiolas 2, 3 y 4. Son tiras finas, como ramas entrelazadas de trazado geométrico, seguramente de influencia musulmana. Estoz enlazamientos al juntarse culminan en una flor de acanto, siguen una serie de patrones establecidos pero su configuración final depende de la mano del escultor. 6 5. MATARREDONA SALA, F., ibidem. Pp 30-32. 6. MATARREDONA SALA, F., op. cit. Pp 32-39.
3 Motivos iconográficos, se encuentran en la absidiola 5, la más al sur, estos relieves se encuentran en mal estado y su análisis así como la posterior interpretación se hace complicado. En un capitel de esta absidiola vemos una especie de monstruo aladao cuya cabeza situada en la arista del capitel no conservamos, en su capitel pareja tenemos un gallo bien definido. En la pareja de enfrente vemos una especie de dragón el cual es fruto de la restauración hecho a partir de la pista de la cola que había sobrevivido. Destacamos el capitel pareja debido a que se trata de un original íntegro pero bastante deteriorado. Se compone por una figura sedente que porta otra figura menor, quizás un infante en su regazo que posiblemente hubiese portado una corona en la cabeza. A su lado vemos una arpía con la cabeza en la arista y cola flamígera acabada en flores, se enfrenta a ella en el otro lado una especie de caballero que monta a caballo y blande una espada y ha perdido la cabeza. 7 (Anexo 7). Impostas o cimacios: Este elemento se dispone sobre los capiteles y presentan unos ricos relieves de gran calidad y definición que dibujan una cenefa compuesta por unas tiras entrelazadas que están punteadas. Los espacios entre estos lazos se llenan con hojas y flores, estos brotes son diferentes en cada cimacio.
Figura 5. En la izquierda tenemos una tortuga ornamental en la basa de una columna, en la derecha un capitel decorado con aves. Ambos elementos situados en las absidiolas.
Basas, son sencillas y siguen un modelo clásico compuesto por toros y escocias moldurados, algunos toros presentan garras que se apoyan cobre el pedestal, estas cabezas en algunos casos están bien detalladas tomando la forma de unos leones u otro tipo de 7 MATARREDONA SALA, F., ibidem. Pp 45-66.
animales como tortuguitas. No todos los basamentos se decoran. (fig. 5) Columnas de las absidiolas: Estas columnas son más delgadas y esbeltas dispuestas individualmente en las aristas de las absidiolas, su delgadez ha dado como resultado una serie de capiteles alargados y de diferentes tipologías por su número. Los capiteles presentan varias tipologías decorativas, para hacernos una idea hay tes formas y unos 16 tipos, lo cual supone una riqueza ornamental excepcional para el templo burrianense. De estas tres formas la más habitual y numerosa con una gran mayoría es la forma dos que consiste en capiteles de volumen campaniforme, con variados ornamentos como por ejemplo el de dos pavos enfrentados. (fig. 5) Los motivos empleados son muy variados agrupando lacerías de patrón geométrico con elementos vegetales, sólo elementos vegetales, o elementos geométricos únicamente, y en algunos casos tenemos figuraciones, palomas por ejemplo o en un caso vemos unas arpías con cuerpo de serpiente. En los capiteles se pueden combinar elementos, principalmente son los vegetales los motivos predominantes. Algunos capiteles tienen una clara influencia islámica y otros de carácter clásico tratando de imitar un capitel corintio. ( Anexo 7) Por último destacamos las gárgolas exteriores que se disponen en los contrafuertes, los contrafuertes que flanquean las tres absidiolas centrales presentan cuatro gárgolas que representan zoomórficamente el tetramorfos, el toro de San Lucas, el Ángel(hombre) de San Mateo, el león de san Marcos y el águila de San Juan. 8 (Anexo 8)
Interpretación del ábside gótico: La singularidad del ábside junto son buen y fiel estado de conservación hacen necesario un estudio individualizado del mismo como hemos dispuesto mediante el precedente análisis que nos ayuda a entender su morfología para atender ahora a cuestiones significativas y estilísticas. El ábside presenta una monumentalización evidente que se manifiesta en una proyección arquitectónica de gran tamaño y siguiendo las últimas corrientes constructivas empleadas en el norte del reino así como del foco de irradiación del nuevo estilo, el Dominio Real Francés, pero sin olvidar que se toman influencias italianas. En el norte se había comenzado a introducir el gótico por vía de la orden del Cister, entonces se tomó esta vía por la gran influencia que tuvieron las órdenes militares en la campaña de conquista de Jaume I, principalmente los templarios. Sin embargo en Burriana los maestros constructores deciden mediante los modelos anteriores innovar e introducir las últimas novedades para crear un templo genuino y excepcional. 9 En primer lugar la planta nos alude a la influencia de las cabeceras góticas europeas, por la disposición de cinco absidiolas radiales como se dispone en Reims o en la iglesia monacal de Veruela. En Burriana deciden no construir la girola al no ser necesaria por lo que se aleja de los modelos cistercienses de Poblet y Verueala, además los contrafuertes ocupan gran parte de las absidiolas, no como en las construcciones diáfanas cistercienses. Esta influencia del Císter se debe a las órdenes militares que se establecieron en la ciudad, las 8. MATARREDONA SALA, F., ibidem., Pp 40-41. 9. Respecto del papel templario en la construcción del ábside. MATARREDONA SALA, F., op. cit. Pp 68-70.
cuales fueron favorecidas por Jaume I, la de Calatrava, Santiago, del Temple y del Hospital de San Juan, que participaron activamente en la conquista de la ciudad y por su carácter monástico llevaban consigo las matrices del Císter. 10 (Fig. 6)
Figura 6. Cabeceras del monasterio de Veruela, iglesia de Burriana y catedral de Reims.
Estos factores junto con el desconocimiento del gótico provenzal y la necesidad de tener un templo lo más rápido posible hizo que se dispusiera este modelo. Como hemos señalado la importancia de Burriana en la conquista cristiana fue crucial como primer baluarte desde el cual lanzarse a la conquista completa de Balansiya. Para ello era necesario erigir una iglesia imponente de recios muros pétreos que funcionaban como el estandarte cristiano que ondeaba firmemente en la ciudad. En Burriana se mejoran las técnicas cistercienses como se muestra en el abovedamiento y en la disposición radial de las capillas, así como en su sistema de contrafuertes que permiten un ábside de gran amplitud y espacio, una gran nave única que crea un espacio diáfano, claro y monumental donde se manifiesta el poder de los nuevos habitantes de Burriana, así como del poder de sus gobernantes, el Rey Jaume I a cuyo servicio están las fieles órdenes militares que luchan por la cristanización de la península. 10. MATARREDONA SALA, F., ibidem., Pp 40-43.
En la construcción probablemente hubiese algún monje cisterciense que ayudó a la conjugación del edificio, como es visible en su escultura la cual presenta temas empleados por la orden que proceden de la tradición románica anterior, una combinación común en el Císter. Sin embargo la anchura de la nave se debe a los modelos anteriores como son la catedral de Reims, la de Lérida o la de Tarragona, así como Poblet y Veruela, todas estas cabeceras presentan o girola con capillas radiales o sin ellas, y siendo de mayor tamaño presentan una anchura similar a la de Burriana, que son 15, 65 metros. Burriana tiene un amplio repertorio de modelos mostrando ser vanguardista al disponer de modelos franceses del norte como es Reims, todo ello se conjuga magistralmente en este templo con la intención de crear un edificio singular, excepciona, diferente y sobretodo que mostrase mejoras y avances. Un ábside de gran tamaño, 15, 65 m de anchura y una altura de 16, 65 m, sin girola y con capillas radiales, sobre las cuales se abren grandes ventanales, y en el exterior no se hace necesario un sistema de arbotantes. El resultado es una cabecera espaciosa, iluminada, amplia y diáfana que dejan manifestarse en la iglesia la gloria divina de Dios manifiesta en el plano humano, los ventanales transfiguran la luz que penetra en el templo haciendo que sea una luz coloreada que emana de vidrieras que parecen ser las joyas deslumbrantes de las doce puertas de la Jerusalén Celestial que se ha materializado en la tierra, las vidrieras originales no se conservan y las actuales son modernas basadas en un documento que hacía referencia al programa iconográfico.11
2.3. Nave de la Iglesia: Destacamos la fecha del 1 de Enero de 1268 año en el cual con la presencia temporal de los monarcas en la ciudad se lleva a cabo la consagración del altar siendo cambiada la advocación por la de El Salvador. Durante esta década se comienza a dinamizar la actividad constructiva de mano de los Montcada quienes agilizaron la financiación de las obras. 12 Entonces alrededor de 1270-1320 se comienza la nave longitudinal de la iglesia que continuaba a partir del arco toral del ábside, esto fue debido a que el ábside ya había sido concluido y consagrado, obra que fue proveída de recursos por la Reina. Según la leyenda la reina abortó en Burrina siendo enterrado el niño no nato en la cabecera, en uno de los arcosolios exteriores entre los contrafuertes, esta leyenda es falsa y no tiene documentos ni vestigios que lo confirmen. Sin embargo tal leyenda nos alude a una verdad que fue la atención de la reina en que el ábside fuera completado en un momento en el cual no habían recursos que poder invertir en construcciones monumentales como la que estudiamos. En todo caso la nave se prolongó hacia el oeste compuesta por cuatro tramos rectangulares que continuaban la nave única comenzada por el presbiterio, por lo tanto se emplea la tipología más común de iglesias construidas en el reino de Valencia, de nave única la cual presenta capillas laterales que se albergan entre los contrafuertes de la fábrica. Los tramos son rectangulares y estrechos, en origen estarían cubiertos por bóvedas de crucería simple entre arcos fajones que separarían los tramos de la nave. En esta bóveda central un nervio espinal crearía un eje axial que pasaría por todas las claves de la bóveda hasta entroncar con el mismo nervio del presbiterio. Las naves laterales de planta cuadrada estarían cubiertas por bóveda de crucería simple. Como resultado se construyó una nave amplia y unitaria que proporcionaba un espacio diáfano sin compartimentaciones que impidieran la visión directa del altar mayor. (Anexo I. Planta 2) 11. MATARREDONA SALA, F., ibidem., Pp 225-227. 12. MATARREDONA SALA, F., op. cit., Pp 67-70.
Exteriormente se puede apreciar unas ventanas que serían abiertas posteriormente, el rastro que nos interesa es la puerta menor más cercana al presbiterio en el lado del Evangelio, en la cual podemos observar la presencia de un rosetón primitivo sobre la entrada, esta puerta presenta un añadido posterior que substituye la original gótica sin embargo su huella aun es visible. Los pies de la iglesia hoy en día no conservados como tal lo más probable es que presentase la entrada principal sobre la cual se hubiese dispuesto un rosetón como era costumbre en las iglesias parroquiales góticas valencianas. Tenemos que señalar que en el año 1394 un terremoto sacudió la fábrica e hizo evidente la necesidad de acometer una serie de reformas a la iglesia que fueron llevadas a cabo durante los 20 años siguientes. 13 En primer lugar se reforzaron los contrafuertes pues la altura y amplitud de la nave hizo evidente la necesidad de incrementar los estribos para poder sustentar la bóveda de crucería interior la cual amenazaba con hundirse si no se aplicaban unos refuerzos exteriores. De esta forma se decide construir unos segundos contrafuertes anexos a los contrafuertes principales para poder sustentar los enormes empujes ejercidos por la bóveda. (Fig. 7)
Figura 7. Vista exterior del ábside, se aprecian los contrafuertes principales reforzados por ambos estribos laterales que ciñen el contrafuerte desde sus ángulos.
Además hay que pensar que se trata de una iglesia-fortaleza por lo tanto era necesario que su elemento de mayor fortificación, el ábside estuviese en buenas condiciones presentando una estructura firme y sólida. Como solución se decidió añadir dos contrafuertes prismáticos piramidales a los contrafuertes mayores que se encuentran entre las absidiolas, se construyeron por pares en 13MATARREDONA SALA, F., ibidem., p. 75.
derrame exterior. Estos contrafuertes llegan hasta el nivel de las absidiolas de forma recta para entonces arrancar los estribos en forma de pirámide sesgada que a medida que asciende se va disponiendo al nivel del contrafuerte, que ciñe las esquinas de los mismos. Se trata de una solución que fue de gran eficacia pues por su complicada geometría que denota un alto dominio de la estereotomía, con lo cual se aseguraba la estabilidad de los contrafuertes reforzados por sus ángulos más débiles, lo que permitió que la bóveda estuviese sustentada adecuadamente solucionando así los problemas estructurales de contención de las cargas y empujes. (Anexo 9) Es necesario que comparemos estos añadidos troncopiramidales con los mismos refuerzos que por estas décadas se construyeron en la portada de los Apóstoles de la Iglesia Arciprestal de Santa María de Morella. Estos estribos se disponen en los flancos de la portada apuntalándola, presentan el mismo patrón solo que adaptado al ángulo obtuso, son unos refuerzos más anchos y bajos pero que cumplen adecuadamente con su función. (Anexo 9) La explicación a la que llegamos para poder averiguar la necesidad de tales complementos es debido a que el ábside de Burrina fue el primer experimento gótico del reino de Valencia, fue la primera gran bóveda de crucería que se proyectó empleando el lenguaje gótico. Podríamos decir que el ábside de Burriana fue un campo de ensayos de la nueva forma de construir, se levantó la primera bóveda de crucería que cubría un espacio poligonal de un tamaño considerable. Este carácter de experimento es el que nos justifica que aun no supieran como respondería la construcción en décadas posteriores, y como se hizo visible era necesario un mayor volumen de masa sustentante en los contrafuertes para poder mantener la fábrica.
Campanario: Este elemento clave y significativo fue comenzado a construir hacia la mitad del siglo XIV como un campanario octogonal siguiendo el modelo de la Seu Vella de Lleida pero sin estar adosado a la construcción siguiendo entonces el modelo de campanile italiano, dispuesto de forma exenta justo enfrente de la fachada occidental (Anexo 1. Planta 3). Esta obra tenía varias funciones en un primer lugar, era una torre vigía que dependía de la casa de la Villa, es decir pertenecía al municipio y no explícitamente al conjunto eclesiástico. Su sólida construcción complementaba las defensas de la ciudad al ser una torre de comunicaciones, de defensa y más tarde del reloj. Por otra parte es evidente su función simbólica, la torre campanario como señuelo de la ciudad, como símbolo del poder y prosperidad de la urbe que enuncia que está preparada para poder enfrentarse a las amenazas exteriores. El campanario presenta un sillar en el que un tal Bertomeu Bataller es interpretado como maestro de obras de la torre, cabe señalar que esta obra se trata de uno de los primeros campanarios de estas características levantados en el Reino de Valencia, sirviendo posiblemente como ensayo para la posterior construcción del Micalet en la catedral de Valencia. Además presenta a su vez similitudes con la torre de la Seu Vella de Lleida por entonces en construcción, la cual presenta un primer nivel de base cuadrada de la cual se pasa a la octogonal mediante una trompa invertida al igual que en el campanario burrienense, siendo posible que el esquema leridano se pusiera en práctica en un primer momento en Burriana como experimento previo para la construcción del Micalet en la catedral de Valencia dos décadas después. La torre se construyó en sillares de cantería, la planta de la torre es cuadrada en su primer nivel pasando luego al prisma octogonal
mediante cuatro prismas piramidales decrecientes o trompas invertidas en las esquinas de la base cuadrada. 14 (Anexo 10) La base presenta dos puertas ojivales que dan a la escalera de caracol que asciende al resto de niveles, en una de ellas visible desde la calle es posible ver dos gárgolas zoomórficas, en forma de león que fueron dispuestas en tal lugar durante la reforma del siglo XVIII. La torre se componía de cuatro niveles separados por una moldura horizontal exterior. El primer nivel, el de la base cuadrada es completamente macizo a excepción de la entrada de las puertas inferiores para acceder a la escalera de caracol. A partir de este primer nivel como hemos dicho se pasa a la planta octogonal en cuyos tres niveles hubiese habido en cada uno una cámara de reducidas dimensiones cubierta con bóveda de crucería. El tercer nivel se reservó para la ubicación del reloj, el cual fue dispuesto a finales del siglo XV como reloj público que regía la vida de la ciudad, algo indispensable para los horarios cotidianos, el horario litúrgico así como las horas de riego que son tan esenciales de controlar en una zona dedicada a la agricultura de regadío. En el último nivel se abrían ocho vanos de medio punto reservado para el cuerpo de campanas, estando un vano probablemente cegado para la continuación de la escalera que llevaría a la terraza superior la cual se culminaba en plano. La decoración original no la conocemos pues el campanario en el siglo XVIII tuvo una reforma en su cuerpo de campanas para adaptarlo al gusto de la época, sin embargo en origen la decoración no hubiese sido muy llamativa, quizás hubiese habido unos pequeños pináculos coronándolo.
3. Primera gran Reforma del siglo XVII-XVIII. La Parroquia de Burriana debe de ser entendida como el principal edificio de la ciudad, el lugar de reunión de toda la comunidad, espacio en el que se llevan a a cabo gran parte de las relaciones sociales entre sus habitantes que se reúnen en este espacio para el oficio de la fe. En una época en la que la religiosidad marca la vida de las personas es evidente que el templo principal de cada localidad se determina como el símbolo de la comunidad donde se expresa el carácter, religiosidad y poder de la misma. Por esa razón es necesario actualizar el espacio con el gusto y los parámetros artísticos con los cuales esta población manifiesta su religiosidad y prosperidad. A finales del siglo XVII después de una época de cierta recesión la villa dispone de recursos para acometer una importante reforma que adecue su iglesia al gusto barroco imperante tomando referencias de las capitales cercanas, Valencia en primer lugar pues durante esta misma época allí se ha llevado a cabo una febril actividad constructiva para adecuar todos sus templos a la nueva plástica barroca. Hacia 1695 se comienzan las obras para dar el nuevo aspecto interior a la iglesia, en primer lugar la nave gótica debido a que por razones de altura y composición interna era inadecuada para el proyecto pensado se hizo necesario demoler las bóvedas de crucería y modificar las capillas entre contrafuertes. La nave se recubrió de ladrillo estucado reproduciendo una bóveda de cañón separada por arcos fajones, en cada tramo se abrieron dos lunetos en los cuales se dispusieron sendas ventanas rectangulares con sus respectivas vidrieras. Los pilares fueron recubiertos conformando pilastras corintias que sustentan el entablamento dispuesto en la línea de imposta de la nave anterior. Los intercolumnios compuestos por un arcos de medio punto dan a las capillas laterales entre contrafuertes de base cuadrada abovedadas mediante semiesferas rebajadas o bóvedas de arista rebajadas. 14. GIL CABRERA, J. L. “El Campanar de Burriana”.
El conjunto en general es de un sobrio clasicismo el cual recibe decoración de grutescos de estuco dorado en la zona del entablamento corrido. (Anexo 11). La reforma del ábside fue menos agresiva pues en vez de modificar la estructura original simplemente fue recubierta de ladrillo y estuco enmascarando la piel gótica del edificio. La reforma del ábside fue completa, se tapiaron las tres absidiolas centrales, en la central fue necesario para disponer el retablo renacentista del primer tercio del XVII, mientras que las absidiolas más exteriores tomaron la morfología de arcos de medio punto enmarcados por pilastras. Por otra parte se dispuso en las paredes de las torrecillas dos grandes pilastras corintias en las cuales se dispusieron dos púlpitos, sobre las mismas pilastras se dispuso el entablamento que continuaba con el de la nave central. En el muro de la epístola se dispuso un órgano barroco de 1738. (Fig. 8)
Figura 8. Visión del ábside barroco. Fotografía de L. Rousin hacia 1900. Siguiendo el entablamento se dispuso en el arranque de las lancetas ojivales del ábside un amplio entablamento con decoración de rocallas doradas en su friso corrido así como una cornisa ovulada de gran tamaño sobre la cual se lanzaba un ancho alero que era practicable como una especie de pasillo en alto. Como hemos dicho en los pilares de los arcos torales se dispusieron unas anchas pilastras trapeziodales desde las cuales se recubrió el arco toral incrementando su tamaño considerablemente, en el intradós presentaba casetones en relieve con florones, mientras que en la clave del arco se dispuso un escudo llevado por ángeles. La bóveda de crucería fue completamente recubierta por esta corteza barroca de ladrillo y estuco, sin embargo la morfología subyacente marcó de forma evidente la forma de esta nueva bóveda. Los nervios se aplanaron siendo decorados con más rocalla dorada, en la clave se dispuso una gran clave barroca conformada por una especie de rosa en rocallas doradas. Los ventanales fueron cegados parcialmente para disponer unas pequeñas ventanas rectangulares entre una moldura compuesta pos dos pilastras y un coronamiento en forma de cornida curva moldurada. Si comparamos la bóveda gótica con su cobertura barroca apreciamos que ésta se rebaja en gran medida, al reducir las ventanas se bajan a su vez los
plementos que se disponen en forma de lunetos entre los nervios cumpliendo así con el sistema empleado en la nave.
Reforma Exterior: Al reformar la nave se reformó su exterior, en la fachada del Evangelio se alzó un muro de sillería continuo en el cual abrieron las ventanas necesarias para la iluminación entre lunetos del interior, esta fachada pantalla no deja ver los contrafuertes que si son visibles en el lado de la epístola, al sur. Por otra parte la antigua torrecilla del lado de la Epístola en el principio del ábside fue alzada y rematada con un pequeño cuerpo de campanas en fábrica de ladriillo. (Anexo 5) En 1695 se remodeló la primitiva puerta que se encuentra junto el inicio del ábside, esta puerta del siglo XIII ha desaparecido sin embargo ha dejado la huella de un rosetón que originalmente coronaría la puerta ojival, siguiendo así la tónica gótica de construcción de puertas en tierras valencianas. (Anexo 12) Como vemos la nueva puerta se conforma por un vano rectangular flanqueado por pilastras toscanas sobre plinto que guardan en su interior la moldura que guarda la puerta. Sobre estas pilastras embebidas se dispone una cornisa que no llega a ser entablamento pues no dispone de los elementos formales necesarios, la cornisa de ancho alero presenta un arco en su centro reproduciendo una especie de serliana barroca donde se encuentra el escudo de Burriana, dos coronas menores sobre una mayor, aludiendo al patronazgo real de la ciudad. Este escudo presenta decoración de roleos vegetales a su alrededor. Sobre la cornisa se eleva una hornacina que arranca desde la base de la serliana conformada por dos pilastras molduradas de capitel floral, presenta al igual que en el inferior una cornisa curva sobre la cual vemos dos bolas castellanas en correspondencia con las pilastras y en el centro un búcaro floral sobre pedestal. En el interior se horada una hornacina cubierta por bóveda de horno en venera, en este espacio había una imagen de Cristo Salvador destruida durante la guerra Civil. A ambos lados de la hornacina tenemos un balaustre flanqueado por dos jarrones que se corresponden verticalmente con las pilastras. Destacamos por último los roleos vegetales que rodean la hornacina. Es una portada barroca teatral que reproduce cierta morfología palacial.
Capilla de la Comunión: En el siglo XVIII se llevó a cabo una construcción que entroncaba con la tradición que se impuso con San Juan de Ribera en el siglo XVI, la costumbre de construir capillas dedicadas exclusivamente a la Eucaristía, una tipología de espacio muy común en el barroco valenciano que se prolonga durante los siglo XVII, XVIII y XIX. Ello es un claro síntoma del aumento de población de la ciudad con la consecuente riqueza de la misma que permitió llevar a cabo empresas ambiciosas como esta.15 (Anexo 1. Planta 4) La capilla se dispuso como continuación del muro de la epístola prolongándose hacia el sur. Presenta planta de cruz griega que presenta distribuye el espacio de manera que el crucero es notoriamente espacioso en comparación con los brazos del transepto y de entrada, a excepción del brazo del altar que se prolonga formando un presbiterio ovoide flanqueado por dos habitáculos laterales, uno de ellos la sacristía. Siguiendo el modelo 15. GARCÍA, M. “Patrimonio cultural de Burriana”. Apartado de la Iglesia de El Salvador de Burriana.
academicista se disponen pilastras corintias en esquinas y pilares torales que sostienen un entablamento corrido en cuyo friso las decoraciones de rocalla son menores y más escasas. El presbiterio se cubre mediante una bóveda de horno ovoide que sigue un esquema de lunetos a imitación del ábside barroco de la misma iglesia, mientras que los brazos se cubren con bóveda de cañón. ( Fig. 9)
Figura 9. Interior de la Capilla de la comunión. Vista del presbiterio.
Destacamos el crucero el cual presenta una cúpula sobre tambor octogonal que presenta ocho ventanales rectangulares separados por dobles pilastras en su interior, este elemento fue destruido durante la guerra y el que tenemos hecho según el original es ciertamente más esbelto que el original. Los elementos relevantes de la obra son por una parte los altorelieves en estuco cuya atribución a Ignacio Vergara no es segura aunque remite a su estilo, que presentan a El Salvador y los apóstoles. Así como en otro relieve es apreciable el Sacrificio de Isaac. Indudablemente si hay que señalar un elemento de calidad excepcional en la capilla son las pinturas al fresco de las pechinas por José Vergara Gimeno, fundador de la Real Academia de San Carlos en el 1768. Estas pinturas realizadas en 1767 no fueron destruidas durante la guerra sino que permanecieron ocultas por la restauración posterior hasta el año 2008 en el cual se redescubrieron y restauraron gracias a la campana “La Luz de las Imágenes”. 16 Estas pinturas presentan varios temas en cada una de las pechinas; La Iglesia católica mostrando la Salvación del Mundo, alegoría de la Fe, la boda mística de Jesucristo con la Iglesia Católica y una Deesi. Como vemos esta temática alude a la temática básica en la que se estructura el culto católico, la Eucaristía, el sacrificio de Jesucristo por la Humanidad. (Anexo 13). Para completar este ciclo iconográfico era necesario disponer dos temas más, la Instauración de la Eucaristía durante la Santa cena. Este tema se dispuso en forma de óleo al lienzo en uno de los brazos de la capilla, disponiendo en el otro el Lavatorio de los Pies. Ambos óleos son datados en 1792 y realizados por Miguel Ballester. Puerta de la Capilla de la Comunión: Para finalizar señalamos la portada que se construyó para la capilla de la Comunión hoy 16. TABERNER PASTOR, F. “La iglesia de El Salvador de Burriana. De la metamorfosis a la restauración·. Arché. Publicación del Instituto Universitario del Patrimonio de la UPV, números 6 y 7, p 470.
desplazada de su lugar original debido a la posterior remodelación. Esta portada fue finalizada hacia 1762 tal y como está inscrito en el escudo de la ciudad que se reproduce en el dintel mayor de la entrada. (Anexo 14) La portada de carácter monumental conjuga en una estructura que sigue el lenguaje clásico romanista junto con elementos rococó que eran usuales a mitad del XVIII como expresión de riqueza y opulencia. La puerta presenta un vano rectangular en el centro flanqueado por dos columnas corintas que presentan abalustrada en el tercio inferior y un estriado salomónico en el resto del fuste. Estas columnas exentas sobre plinto están avanzadas respecto de las pilastras laterales de orden corintio que se encuentran en un leve alto relieve con un derrame lateral de rocalla pétrea. Sobre estos se dispone un entablamento totalmente clásico síntoma de la normalización de las estructuras por el cercano academicismo neoclásico. Se compone de un arquitrabe a tres bandas corridas y un friso liso, coronado por una cornisa compuesta que prolonga el alero hacia el exterior. El entablamento sigue el retranquetado de los elementos verticales inferiores. (Anexo 14) Sobre este primer cuerpo se dispone un basamento corrido sobre el cual se disponen dos jarrones en correspondencia con las pilastras inferiores de un leve relieve. Sobre las columnas se avanzan otro par de columnas sobre plinto que presentan el mismo esquema que las inferiores pero en un tamaño menor. En el centro se abre una hornacina cubierta mediante bóveda de horno lisa donde se albergaba la estatua de la Virgen de Gracia destruida en la Guerra. La hornacina es flanqueada por sendas pilastras. Sobre estos soportes tenemos otro entablamento clásico de idénticas características sobre el cual se disponen dos jarrones correspondientes con las columnas exentas mientras que sobre la hornacina se abre un óculo oval cerrado con una alabastrina en la clave de la cual vemos a un putti con una cartela. Se trata de una portada excepcional por el juego de luces y sombras creado por el avance de las columnas en retranqueteado respecto de los elementos laterales en relieve lo que contribuye a dar volumetría a una fachada frontal y de atenuada volumetría.
4. Última fase constructiva: Ampliación de los pies de la Iglesia. Hacia 1870 se lleva a cabo la última gran ampliación del templo debido al incremento de la población atraída por la creciente plantación de cítricos lo que hace necesario mano de obra. El principal proyecto fue añadir dos crujías a los pies de la iglesia integrando de esta forma la capilla de la Comunión dentro de la nave central. (Anexo 1. Planta 5) Los dos nuevos tramos que a su vez llegaron a anexar el campanario se construyeron siguiendo el esquema barroco interior, para ello se destruyó la portada principal occidental siendo cegado el inmafronte de la iglesia pues se disponía la entrada al campanario. Por lo tanto se construyó la nueva entrada principal en los nuevos tramos construidos que daban a la Plaza Mayor, en el lado del Evangelio. Al unir la capilla de la comunión a la nave central fue necesario demoler la portada para crear el vano de entrada directa a la capilla. La portada fue entonces desmontada y trasladada al muro norte de la nueva construcción, que es hoy en día la entrada principal. Es decir la portada que anteriormente hemos estudiado pasa a disponerse en el muro nuevo como entrada principal, acto que no tiene referentes en todo el territorio valenciano. Este acto nos señala una valoración presente de la fachada pues en vez de ser derruida es
trasladada fielmente para ser empleada como entrada principal, lo que nos indica una apreciación notable de los habitantes por la fachada con la cual estaban familiarizados ya más de 100 años.
5. 1936: Inicio de la destrucción de la Iglesia de El Salvador y su patrimonio. Con el inicio de la Guerra Civil en el 17 de Julio del 1936 por el levantamiento de las tropas sublevadas se produjo en España un posicionamiento inicial, en general la Iglesia se puso de lado de los sublevados, aun así una parte de la población en territorio republicano tuvo como expresión a la sublevación el ataque al patrimonio de la Iglesia con la consecuente pérdida artística que ello supuso. En Burriana en este mismo año son destruidas las imágenes de las hornacinas de la puerta así como una Virgen Gótica del siglo XIII que estaba en el presbiterio junto con la destrucción del retablo mayor, ataques comunes que se produjeron a lo largo de la geografía valenciana pero sin repercusión en la arquitectura del edificio. En 1937 se comenzó a eliminar parte de la cobertura barroca del edificio con el objetivo de devolverle el aspecto gótico al ábside, se liberaron las absidiolas que dejaron ver su perfecto estado de conservación. 17 Entonces a inicios del verano de 1938 con el frente cercando el este peninsular, recordemos que se producen la batalla de Teruel y del Ebro era evidente la cercanía de la línea de fuego por lo tanto el Ejército Republicano que controlaba Burriana entonces decidió acometer la mayor destrucción patrimonial que ha sufrido la ciudad en su historia. El 5 de Julio de 1938 la Brigada 203 del Ejército republicano decidió dinamitar el campanario de la ciudad alegando a que era un elemento decisivo y estratégico que era necesario destruir, pues por su altura podía luego ser empleado por el ejército sublevado como plaza fuerte y un importante puesto de comunicación. 18 A partir del segundo nivel de la torre se dispusieron 32 cajas de dinamita que se detonaron la madrugada del 5 de Julio con la consecuente destrucción del cuerpo octogonal del campanario, explosiones que destruyeron la cúpula y tambor de la capilla de la Comunión así como gran parte de la nave central de la iglesia y los edificios colindantes. Afortunadamente ni los cascotes lanzados ni la onda expansiva dañaron el ábside gótico que fue el único elemento que quedo indemne, siendo practicamente destruido el resto de la iglesia, quedando en pie únicamente los muros de la nave, los brazos de la capilla y la base cuadrada de la torre. Las imágenes de la destrucción evidencian la enorme pérdida patrimonial que supuso para la ciudad y en general para el patrimonio valenciano, pues se destruyó uno de los primeros campanarios góticos de la Comunidad. Como vemos en la fotografía todo el campanario se ha desplomado a excepción de la base la cual al ser maciza no se podía dinamitar. Además se derribaron los edificios que se habían ido anexionando al campanario. (Fig. 10) En la siguiente fotografía se aprecia la destrucción que causó la explosión y el derrumbe en la nave central de la iglesia cuya bóveda quedó hundida. Es interesante ver los sacos terreros que se dispusieron en las capillas para amortiguar los posibles daños. (Fig. 11) Por último se observa en la siguiente fotografía el panorama desolador en el que quedó el conjunto después de la guerra. (Fig. 12) 17. GARCÍA, M. ibidem. Apartado Iglesia de El Salvador de Burriana. 18. GARCÍA, M. op. cit. Apartado Iglesia de El Salvador de Burriana.
Figura 10. Destrucción del campanario en 1938.
Figura 11. Caída de la bóveda en la nave central. 1938.
Figura 12. Vista de la fachada norte y de la torre a la derecha derruida. 1938.
6. Fin de la Guerra: Valoración patrimonial: Análisis de Daños, proyecto de Reconstrucción y Restauración: En este apartado veremos el estado en el que quedó la iglesia y cuales fueron las decisiones tomadas ya una vez acabada la guerra. Para ello comenzamos en el mismo día de la masiva destrucción, el 5 de julio del 1938, el mismo día que la ciudad fue tomada por el ejército sublevado. Un escrito de ésta época redactado por mosén Elias Milian el 7 de Julio de 1938, rector de la parroquia del Salvador, nos muestra la situación histórica de Burriana en aquel aciago momento y lo que nos importa es la descripción que hace el religioso del estado de destrucción en el que quedó la iglesia. 19 “El dia 5 de Julio quedó liberada Burriana del poder de los rojos. La Última gesta fué la voladura del campanario y la muerte de tres sacerdotes, sacados de un hotelito de la Malvarrosa, y asesinados “incontinenti” junto a la playa, fueron los Ilmos. Dres. D. Nicolás y D. Pedro Pascual Barber Aymerich y el Rdo. D. Joaquin Llopis Daudí. La impresión que la ciudad ofrecía a la entrada de los Nacionales, no es para descrita, y era pálida sombra ante la devastación que a nuestros ojos ofrecía, la tétrica descripción que leemos de las ruinas de Itálica, sobre todo el centro de la ciudad, plaza, calle Mayor, Plá y demás calles recayentes. Más de doscientos edificios, la Parroquial quedó totalmente sepultada, fueron blanco de las horribles explosiones, tres consecutivas, a las que se vino abajo el esbelto y artístico campanario de cuarenta y tres metros de altura, cuya campana mayor, la del Señor, Única que quedaba fué encontrada en los bajos de la casa de D. Juan Granell, sita en la calle de S. Jaime, y a más de doscientos cincuenta metros del campanario.” Tomamos este primer fragmento de la carta pues es extraíble la situación en la que se encontraba Burriana durante la presión del frente nacional, como apuntamos anteriormente el ejército republicano ante la inminente toma franquista eliminó aquellos edificios que les pudieran ser de utilidad durante el tiempo que transcurriese la guerra, como fue el destacado campanario de la ciudad. Aun así es posible ver un último resorte de violencia anticlerical por parte del ejército republicano en contra de los miembros de la Iglesia. En la carta es apreciable por la expresión del párroco que el campanario tenía un alto reconocimiento en la ciudad, una valoración que se pone de manifiesto en el mismo hecho de relatar la destrucción del mismo como un atentado al patrimonio de la ciudad. “Al día siguiente, y por reiteradas instancias del Comandante de las Fuerzas conquistadoras, abierta, como parroquial, la iglesia de los PP. Carmelitas y en presencia de las autoridades, y del Vicario General de la Diócesis, Dr. Colóm, celebré en una intensísima emoción la primera Misa, a la que asistió escasa concurrencia por no haber entrado aún a sus respectivas casas, robadas, destrozadas, sin muebles, y sin puertas muchas de ellas. Anuncié que se reanudaba el ministerio parroquial en todos sus servicios, y que la Parroquia quedaba instalada en la iglesia de los PP. Carmelitas, la menos perjudicada, y la más capaz para ello.” En este último fragmento lo que señalamos fue el traslado del título de iglesia parroquial de El Salvador a la de los Carmelitas un hecho movido por la urgencia de disponer de un edificio en mínimas condiciones para realizar el culto. Esto nos informa del terrible estado en el que se encontraba la iglesia del Salvador siendo inviable realizar el culto en su 19. GARCÍA, M. ibidem. Apartado Iglesia de El Salvador de Burriana.
interior pues amenazaba ruina en su mayor parte y entonces toda la zona estaba aun llena de escombros. El conjunto parroquial de El Salvador se mantuvo tal cual hasta acabada la guerra entonces una vez se comenzaba a estabilizar la situación fue necesario restaurar la iglesia parroquial principalmente debido a que la iglesia empleada como parroquia sería insuficiente para dar servicio religioso a la población. Como hemos estado apuntado la iglesia parroquial no sólo era la principal iglesia de la ciudad sino que era su símbolo, el edificio representativo del pueblo y como tal era de imprescindible necesidad su restauración que permitiera celebrar el culto lo más pronto posible. Los primeros elementos que se reconstruyeron fueron la nave que en los tramos occidentales quedó muy dañada como vimos en la fotografía anterior, al haber caído la bóveda prácticamente en su totalidad, sería necesario adecentar los muros y arquerías para lanzar la nueva bóveda. En segundo lugar en la capilla de la Comunión se restauraron los elementos que quedaron en pie siendo la cúpula y su tambor la única reconstrucción íntegra. El método de restauración empleado fue el que seguía la Restauro en Estilo de Viollet-leDuc (1814-1879). Este fue el procedimiento a seguir por todas las restauraciones llevadas a cabo a partir de la guerra Civil por el gobierno franquista. El objetivo de la restauración era devolver el aspecto anterior a la guerra de forma mimética, sin diferencia alguna entre los materiales. Al disponer de fotografías se pudo reconstruir tal y como era aunque con algunas variaciones en su morfología, y además se emplearon materiales nuevos menos costosos para la reconstrucción, destacando el uso del hormigón armado en la reconstrucción del campanario. El ejemplo más visible de esta pequeña variación lo encontramos en la cúpula de la capilla de la Comunión reconstruida con una mayor luz siendo más esbelta que la anterior, cuyo tambor prescinde de la decoración en relieve de las ventanas. (Fig. 13)
Figura 13. Izquierda cúpula y tambor actual reconstruido. Derecha cúpula y tambor originales antes de la guerra.
Entonces a principios de 1940 se comenzaría a desescombrar la zona para su consecuente restauración y reconstrucción que como hemos apuntado se centró en un primer lugar en las zonas que eran necesarias para devolver el templo al culto regular, la nave central y la capilla de la Comunión. Pues como dijimos anteriormente la zona de la cabecera no sufrió daños. El campanario fue el mayor ataque a la integridad monumental de Burriana pues como en muchos casos la torre de la ciudad es su símbolo, marca su disposición en el territorio siendo el elemento entorno al cual se organiza la ciudad, la pérdida del cual supuso un
vacío notable en el horizonte de Burriana. Era por lo tanto necesario cuanto antes reconstruir el campanario pues no sólo se reconstruía una estructura arquitectónica sino que se intentaba con ello devolver aquel símbolo representativo que los ciudadanos necesitaban en un momento en el cual las consecuencias de la guerra evidenciaban una cruda y larga postguerra. La reconstrucción fue promovida por las autoridades de la ciudad que buscaron vías para logar la financiación necesaria para poder acometer la obra, en un momento en el cual no habían recursos. Es decir es de nuevo la ciudad como entidad autónoma la que sabía del valor que tenía el campanario para la ciudad, elemento que en realidad no era de primordial necesidad sin embargo fue de los primeros proyectos constructivos de envergadura considerable que se llevaron a cabo después de la guerra con la participación de numerosas personas que contribuyeron a suministrar los materiales necesarios así como el proyecto y la mano de obra para devolver éste icono pétreo a su ciudad. En 1942 comienzan las obras de reconstrucción que se prolongarían hasta finales de 1945. El proyecto de reconstrucción llevado a cabo por el arquitecto municipal Enrique Peucourt que mediante las fotografías conservadas y la noción estructural del campanario original modeló el plan que planteaba una reconstrucción en estilo sin embargo no técnica pues no se empelaría la piedra sino el cemento Portland armado con esqueleto de hierro. 20 El proyecto partía desde el respeto y valoración de los restos originales conservados, la base cuadrangular sobre la cual se levantó el nuevo campanario siguiendo fielmente su morfología anterior. El director de las obras fue Vicente Piqueres quien se encargó de supervisar e interpretar el proyecto para que este se materializara. Se conservaban fotografías antiguas a partir de las cuales se realizó la reconstrucción. (Fig. 14)
Figura 14. Fotografía anterior a la Guerra Civil, estado original de campanario. 20. GIL CABRERA, J. L. ibidem.
Figura 15. Reconstrucción del campanario mediante las técnicas modernas 1942-45.
El nuevo campanario se construyó exteriormente tal y como era cumpliendo así con la restauro en estilo, la única diferencia es su altura pues en origen medía 46 metros para luego en su reconstrucción aumentar hasta los 51 metros. Los cambios más substanciales se realizaron en su estructura, los muros originales estaban hechos de sillares de cantería que constituían un espesor de 3 metros dejando un diámetro interior de 2,5 metros. Entonces las nuevas técnicas hacían posible reducir el espesor del muro a 1,5 metros aumentando de esta forma el diámetro interior a 6,5 metros, la escalera en vez de ser de caracol se dispuso anexa al perímetro interior de la torre. El cuerpo de campanas y su acceso a la terraza superior se hizo tal y como era en el cuerpo de campanas barroco. El campanario fue inaugurado el 10 de noviembre de 1945 siendo un claro ejemplo del aprecio del pueblo de Burriana por su patrimonio pues la construcción del campanario les devolvía el orgullo y ayudaba a disipar la sombra de la guerra que aun permanecía reciente en el recuerdo de la población. Fue por lo tanto una necesidad vital para la moral y el estado de ánimo del pueblo que el campanario fuera reconstruido pues su destrucción y su ausencia eran una cicatriz abierta que recordaba el cruel conflicto que había sacudido de forma violenta a los ciudadanos, por lo tanto con la restitución del campanario se restituía la visión próspera de la ciudad que trabajaba por recomponerse de los estragos del conflicto civil. Campanario en construcción (Fig. 15) La Iglesia ya en funcionamiento como Parroquia de la ciudad permaneció sin cambios durante las siguientes dos décadas hasta que a finales de la década de los 60, con una mayor capacidad para emprender reformas se decidió restaurar el ábside eliminando su cobertura barroca para sacar a la luz su original piel gótica que se había conservado en buenas condiciones.
6.1. La Restauración del Ábside y su vuelta al Gótico. El presente trabajo ha valorado de manera exclusiva y relevante el ábside gótico de la parroquia burrianense por sus características formales y significantes, pues como sabemos se trata de la primera obra gótica de relevancia en el Reino de Valencia, de los primeros edificios en los que se puso en práctica la cubrición mediante bóveda de crucería una planta poligonal. Es por lo tanto un bien patrimonial de gran relevancia artística e histórica dentro del gran conjunto arquitectónico valenciano, pues este comenzó en el presente ábside. Construcción que aun evidencia trazas y modelos románicos como comentamos anteriormente, su riqueza escultórica en capiteles, ménsulas y gárgolas no tiene referente en tierras valencianas por su temprana edad. La obra gótica era por lo tanto el elemento más destacable y noble de la Iglesia, a parte por supuesto de ser el presbiterio y como antes apuntamos ya en la guerra se comenzó a retirar la cobertura barroca en dos absidiolas lo que mostró el buen estado de conservación de la obra gótica que subyacía prácticamente intacta debajo del mascarón barroco. Es línea con la actitud de estas décadas se decidió repristinar el ábside, es decir eliminar todos los estucos y añadidos barrocos para liberar la fábrica gótica. Esto fue una tónica a lo largo del país, con una especial relevancia en tierras valencianas donde se repristinaron varios templos en búsqueda del preciado gótico que se estableció como una de las fases artísticas más nobles de nuestra historia siendo preciso recuperarlo en los edificios que así lo permitiesen. En el caso de Burriana así era a excepción de los ventanales que fueron cegados y sus molduras parcialmente modificadas. Sin embargo esta acción ha llevado a la
controversia de la valoración del arte, pues ambas pieles son históricamente relevantes. A pesar de ello el valor del ábside gótico estaba sobre la cobertura barroca que hacia 1967 ya estaba parcialmente retirada siendo visibles las cinco absidiolas radiales. (Fig. 16)
Figura 16. Vista interior del ábside durante 1967, iniciada la repristinación.
6.2. Etapa Inicial de la Restauración. Hacia la mitad de la década de los 60 se comenzó a poner en valor el Gótico que era necesario rescatar en el ábside en un momento en el cual los recursos económicos eran escasos para lo cual se llevó a cabo una importante campaña de recaudación la cual aludía a los ciudadanos a contribuir en la restauración de su parroquia como patrimonio eminente de la ciudad que es. Esta campaña tuvo una buena respuesta social que permitió recaudar fondos para iniciar los proyectos de repristinación. Para ello se colgaron carteles por la ciudad animando a la población a involucrarse, a ser parte de su patrimonio contribuyendo a sus reformas (Anexo 14-2).
En un principio esta acción fue impulsada por el entonces párroco Cornelio Monfort quien junto con otras personas involucradas, como por ejemplo el escultor Mariano Urdariz o el tocólogo municipal Pedro Lizanda. El objetivo de estos primeros trabajos consistió en comenzar a retirar las falsas pilastras y entablamento de las absidiolas así como los estucos de decoración de la parte superior del ábside, se comenzaron a abrir los ventanales góticos siendo descubiertos los tres ventanales de la absidiola central lo cual supondría luego un problema para su nueva constitución. Se comenzó a rebajar el presbiterio pues la cobertura barroca había reducido su altura con lo cual se desmontó el órgano barroco. Mediante estas obras se dejaba a la vista el estado del ábside gótico en el cual eran patentes algunos desperfectos que anunciaban la necesidad de formalizar y disponer al frente de las obras a un especialista que pudiese llevar a cabo una restauración tan ambiciosa. 21 El padre Cornelio que en todo momento fue el principal director de esta fase inicial comunicó que la fábrica había perdido algunos elementos como algunos baquetones, parte de la plementería desprendida, parteluces en el caso de las vidrieras sin en algún caso estaban presentes y algunos capiteles. En el mismo informe que se dirigió a la Comisión Diocesana el párroco aludía a la declaración de la Parroquia como Monumento Artístico con el objetivo de mediante la valoración a alto nivel de la Iglesia que se recibiesen más fondos para su restauración. 22
6.3. Segunda etapa y declaración de Monumento Histórico Artístico Nacional. El 15 de enero de 1966 se tramitó la Declaración de Monumento Histórico Artístico enviado a la Dirección General de Bellas Artes siendo rubicado por el párroco don Cornelio Monfot. Más tarde en el mes de junio del mismo año la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando remitía un expediente al arquitecto provincial D. Vicente Traver para informar de la declaración de Monumento Histórcio-Artístico de la cabecera de la Iglesia de El Salvador. Durante año siguiente se contempló derruir la cada abadía así como el consecuente acondicionamiento del entorno para que fuera posible la declaración. 23 Entonces el 24 de abril de 1969 fue declarada la Iglesia de El Salvador de Burriana Monumento Histórico Artístico Nacional que por el momento era el máximo reconocimiento que el Estado podía otorgar a un bien patrimonial lo que supuso que su importancia estuviese en cotas altas del ámbito nacional, llevando a mayores recursos para su restauración y conservación. Como apuntamos las primeras obras evidenciaron la necesidad de contratar a un arquitecto que se hiciera cargo de las obras necesarias aunque don Cornelio seguiría ostentando la dirección del proyecto. Se contrató al Arquitecto Conservador del Patrimonio, Dr. Alejandro Ferrant que llevaría a cabo las obras aunque sin embargo el proyecto sería conformado junto con don Cornelio quien ya vislumbró por ejemplo el programa iconográfico que se iba a establecer en las vidrieras. La restauración siguió retirando la cobertura barroca del ábside que dejó libres los huecos apuntados que se encontraban entre los nervios debajo de la plementería que ya se hacían perfectamente visibles (Fig. 17). Se repristinó por completo el interior del ábside dejando visibles la plementería y los sillares de los nervios, todos los elementos se iban liberando 21. MATARREDONA SALA, F., ibidem. Pp. 211-225. 22. MATARREDONA SALA, F., op. cit. Pp 211-212. 23. MATARREDONA SALA, F., op. cit. Pp 211-212 / 228-130.
del estuco barroco. En algunos casos, fue necesario reponer baquetones, columnas y capiteles de las absidiolas que fueron suprimidos durante la reforma barroca, principalmente las columnas estrechas que lanzaban los nervios de las absidiolas pues como apuntamos al principio del trabajo las columnas pareadas románicas habían sobrevivido en buen estado. Hay que indicar en este caso que estas restituciones se vieron afectadas por la falta de recursos siendo necesario emplear el yeso para restituir algunas de las columnas de las absidiolas (Anexo 15), o en otro caso se tuvo que emplear el hormigón en el arco del lado del Evangelio pues no era posible emplear la piedra.
Figura 17. Vista interior del ábside durante la repristinación desde la absidiola norte.
En algunos casos se tuvieron que restituir sillares íntegramente debido a su erosión, así como algunas basas y capiteles que fueron restituidos disponiendo una ornamentación creada a partir de los modelos que se habían conservado logrando así una coherencia estilística que no rompe el esquema y hace complicada la diferenciación entre añadido y original, consecuencia de la restauro en estilo que seguía siendo vigente en los procesos de restauración. En cuanto a la bóveda fue necesario restaurar los nervios parcialmente siendo necesaria una mayor intervención en el arco toral que había sido muy transformado durante la
reforma barroca. El arco toral se reformó disponiendo las dovelas que eran necesarias para recuperar su fisionomía gótica aunque sin embargo se respetó y conservó la pareja de ángeles barrocos en estuco que portan el escudo de Burriana, un detalle interesante pues este elemento barroco fue indultado en el proceso de la repristinación seguramente por su disposición que no interfería en el interior del ábside y por ser el signo representante de la ciudad dentro de la Iglesia reforzando el valor ciudadano de las obras. (Fig. 18)
Figura 18. Vista de la restauración del Arco triumfal y sus pilares.
Por otra parte los plementos de ladrillo estaban en un principio pintados, sin embargo el mal estado de la pintura original (Figura 19) no hacía posible una recomposición y por lo tanto se volvió a pintar la bóveda siguiendo el mismo patrón geométrico a imitación del ladrillo dispuesto a rosca, por encargo y decisión de don Cornelio pues Ferrant no estaba de acuerdo como manifestaba en una carta escrita el 3 de marzo de 1939: “La pintura del ábside yo no la hubiera ejecutado si no por el contrario hubiera dejado
descubierta la fábrica de ladrillo. Claro que una vez pintadas las bóvedas no era cosa de deshacer lo hecho” 24
Figura 19. Vista de la bóveda al ser repristinada, el estado de la cual como vemos estaba deteriorado, señalamos que se conservaba la pintura original que fue reconstituida.
Ferrant a pesar de ser el arquitecto y desempeñar la mayor parte de las obras no tenía mando sobre la totalidad de las obras pues como expresa en la carta acata la decisión del párroco Cornelio de pintar las bóvedas a pesar de que no estuviese de acuerdo. Lo que muestra divergencias en cuanto a la forma de proceder en la restauración del monumento, restauraciones que suelen tener siempre alguna polémica interna. Por último una vez restaurado todo el interior sólo quedaban los vanos principales del claristorio, la recuperación de los originales ventanales góticos ojivales presentó la duda de como cerrar este espacio. Espacio el cual estaba cegado y era necesario volver a abrir los ventanales que habían sido cegados pero que sin embargo conservaban la dimensión por la moldura exterior. (Fig. 20). Una de las opciones hubiese sido disponer una moldura exterior simple y cerrar el espacio mediante alabastro sin embargo esa idea en este patrón era simplemente no planteada pues don Cornelio tuvo desde un principio la idea de restituir las vidrieras como alma lúcida del edificio. 24. MATARREDONA SALA, F., ibidem. Pp. 211-212.
Las vidrieras mayores se reconstruyeron disponiendo tracería en su interior que dividía el espacio en dos mediante un parteluz, el modelo se toma de los ventanales de Benifassá tal y como indicó Cornelio. Una tracería simple que dispone dos arcos ojivales que nacen del parteluz sobre los cuales se dispone una roseta cuatrilobulada en el cierre de la ojiva. (Fig. 20)
Figura 20. Vista del ventanal más cercano a la epístola en sus tres estados, tapiado, una vez abierto y dispuesto el alfiz y finalmente cerrado con el sistema de tracería y la vidriera.
El programa de las vidrieras fue ambicioso y reunió a bastantes entendidos para su proyección y ejecución pues tal y como en el pasado en las vidrieras se escribe un mensaje que va dirigido a los fieles como discurso visual coherente. De nuevo fue don Cornelio quien realizó el encargo de las vidrieras de cuya ejecución se hizo cargo J. B. B. Castro que realizó las vidrieras del ábside junto con el óculo del inmafronte occidental. Mientras que fue el doctor Manuel Trens Ribas, importante autoridad sobre el arte cristiano, quien comunicó en enero de 1968 encargarse del programa iconográfico del amplio conjunto de vidrieras planificadas. Sin embargo don Cornelio tomando como referencia un manuscrito del archivo Parroquial estipuló que el programa de las vidrieras tendría como tema algunos hechos históricos de la ciudad siendo el tema principal un gran programa iconográfico simbólico sobre la Salvación de la Humanidad. Este proyecto inicial chocaba de lleno con lo planteado por Castro y Trens. Sin embargo Castro manifestó la posibilidad de dejar fuera del proyecto a Trens tal y como propuso el propio Cornelio para realizar el programa dispuesto por Cornelio que era más acertado teniendo en cuenta el lugar para el que iban a ser realizadas las vidrieras. 25 “la temática que tenía aboceteada consistía en una temática por calles, no por ventanales, tal como había indicado el Doctor Trens y que deseché después de nuestra conversación 25MATARREDONA SALA, F., ibidem. Pp. 225-227.
por teléfono ya que el Dr. Trens era para todas figurativas, y usted me dijo que si era así prescindiríamos del Doctor Trens, ya que forzosamente, las demás ventanas habían de ser simbólica....” “...tengo yo por lo tanto, quizás más interés que Ud., en hacer algo digno que prevalezca y afronte con prestancia y decoro los años y aún los siglos venideros” En esta carta de Castro a Cornelio se manifiesta de nuevo cierta controversia en la forma de proceder, en el proyecto siendo de nuevo Cornelio quien acababa decidiendo lo que se iba a realizar, pues su programa difería notablemente de el de Trens siendo en realidad más adecuado por temática el programa planteado por el párroco pues se aprecia que Castro se suma a esta iniciativa para crear temas que como dice sean decorosos durante siglos, es decir que cumplan su función dentro del marco en el que se encuentran. El programa de las vidrieras estaba planificado ya en abril del 1969, fecha en la cual los bocetos de las vidrieras estaban acabados, hechos todos por Castro que fueron del agrado de don Cornelio; “resuelto con verdadero arte los simbolismos de cada vidriera. Tanto la gracia de los dibujos como la armonía de los colores son un verdadero acierto”. Las vidrieras fueron entonces encargadas a Felix Cañada, director y gerente de una empresa vidriera de Bilbao quien según los cartones de Castro ejecutaría las vidrieras empleando vidrios soplados. Esta serie de vidrieras fueron aprobadas en la Dirección General de Bellas Artes a través del organismo encargado del Patrimonio Artístico Nacional. 26 El tema de las vidrieras consistía en una historia de la Salvación que se presenta mediante pasajes del Evangelio como el mensaje de Salvación dirigido a los fieles. Para ello se dispusieron los episodios más representativos de la vida de Jesucristo como Salvador nuestro, haciendo clara referencia a la titularidad de la Iglesia, estos episodios se dispusieron en los ventanales mayores. Mientras que en las vidrieras de las absidiolas se dispusieron los Sacramentos como las vías a seguir para lograr la Salvación. En la vidriera central por ejemplo se dispuso a la Santísima Trinidad junto con la imagen de la Virgen como mater salvatoris. Como dijimos se dispuso un rosetón en el cual se representa a la Virgen de la Misericordia como vemos en el cartón de Castro. (Anexo 16) Con la instalación de las vidrieras hacia 1969 quedaba entonces finalizado el proyecto de repristinación y restauración del ábside que recuperaba de esta forma su genuino aspecto original gótico cuyos nuevos elementos estaban adecuadamente cohesionados e integrados en el lenguaje del ábside poligonal. Entonces el 8 de septiembre de 1969 finalizada la completa restauración de la Parroquia de El Salvador siendo su repristinación la principal obra que devolvía el ábside a su forma original, se precedió a consagrar de nuevo la Iglesia. El acto fue presidido por el Cardenal Primado de España, Arzobispo de Toledo, Dr. D. Vicente Enrique y Tarancón junto con el párroco Don Cornelio cuyo trabajo fue imprescindible para la ejecución de las obras. (Anexo 17) Como hemos visto la restauración estuvo marcada por la escasez de recursos y liquidez hecho que hizo imposible llevar a cabo la restauración exterior del ábside así como el derribo de la casa abadía, algo que lamentó don Cornelio pues consideró inacabadas las obras. Se enviaron varias peticiones para recaudar fondos para finalizar las obras del ábside durante 1969 a 1973 siendo inviable la restauración exterior que debería de esperar al siglo siguiente.
26. MATARREDONA SALA, F., ibidem. P. 231.
Tenemos las cuentas generales de los gastos e ingresos que requirieron la obra (Fig. 21). El gasto total fue de 6, 8 millones de pesetas cuya financiación mayoritaria correspondió a las donaciones entregadas, las Limosnas que ascienden a 2, 5 millones de pesetas, es decir más de un 40 % de los ingresos fueron recaudados de la gente, principalmente de los ciudadanos de la ciudad, frente al poco más de un millón entregado por la administración. Este dato es muy interesante pues pone de manifiesto la conciencia pública sobre el Patrimonio, esta respuesta social es muestra del aprecio y de la valoración de la ciudad, de la sociedad por sus bienes. Por lo tanto la Iglesia del Salvador es claramente uno de los edificios más representativos ya no sólo del patrimonio de la ciudad de Burriana sino del patrimonio valenciano en general por su individualidad y significación, por el valor que la sociedad a la que pertenece le ha otorgado.
Figura 21. Archivo donde se presentan los ingresos y costes que supuso la restauración del ábside.
7. Últimas intervenciones en el siglo XXI. Como dijimos el estado exterior del ábside era el que requería de una reforma pues varios elementos como son los conductos de desagüe y las gárgolas estaban en mal estado, así como una parte de este presentaba una construcción anexa que como vimos anteriormente fue prevista su demolición. Entonces desde 1995 la Generalitat ha estado trabajando para acabar con esta larga restauración intermitente que ha logrado dejar el monumento en un estado excelente. Las principales intervenciones se realizaron entre 1999 y el 2000 y la segunda fue en 2008 con la intervención de la fundación “La Luz de las Imágenes”. La primera intervención comenzó en 1999 mediante un estudio del ábside y su entorno, entonces por encargo de la Consellería de Educación y Cultura, bajo la dirección de Francisco Taberner Pastor se demolió la nueva sacristía, y se retiraron las cubiertas de rejas para recuperar las cubiertas planas en el ábside y en las absidiolas liberando de esta forma el paso de ronda original devolviendo el aspecto de fortaleza original al ábside.27 La demolición de la sacristía liberó los contrafuertes del lado de la epístola además de dejar visible la torre musulmana que había ocupado. Mientras que la demolición de la cubierta de tejas hizo de nuevo practicable el paso de ronda de las absidiolas que comunica la escalera de caracol con una pequeña sala sobre al primera sacristía, elementos de claro carácter defensivo que muestra la doble funcionalidad del presbiterio de la iglesia como parte integrada de la muralla. Se piensa que en origen es posible que hubiesen habido almenas en este paso de ronda como en Notre Dame de Lamourgier, pero por la falta de documentos y recursos se abandonó esta posible construcción. (Anexo 19) La intervención en las cubiertas tenía como objetivo restaurar esta zona para disponer en primer lugar un sistema de conducción de agua óptimo que impidiese la retención de lluvia en zonas peligrosas así como que fuera posible un desagüe rápido para mitigar los efectos de las lluvias torrenciales. Se dispusieron canalones y nuevos sumideros que empleaban las gárgolas de nuevo, por otra parte se rehicieron los alfices que fueron ligeramente aumentados pero empleando una tonalidad fácilmente distinguible para que sea diferenciable el original del añadido. En 2002 se llevó a cabo una obra de consolidación y restauración de la estructura pétrea del ábside, que consistió en reforzar mediante pequeñas inyecciones de hormigón los sillares y zonas que recibían una presión considerable. Por otra parte en algunos sillares habían desprendimientos o faltaban porciones por el deterioro para lo cual mediante resinas sintéticas se restauró la volumetría de los elementos, en este caso se fue adaptando la coloración de las resinas al sillar para evitar un efecto antiestético que denotase la restauración. (Anexo 18) El trabajo más complejo se realizó en la bóveda donde se hizo un trabajo de recuperación de la policromía como es en el caso de los rojos de la clave, así como el llagueado pictórico que imitaba el ladrillo. Estructuralmente fue un proceso de gran complejidad, pues se restauraron las dovelas de los nervios íntegramente mediante una primera fase de preconsolidación para luego en la segunda fase consolidar la estructura de manera definitiva. La Pre-consolidación fue realizada en aquellos lugares dañados donde el estado de la 27. TABERNER PASTOR, F. Ibidem. pp. 467-470.
piedra y del mortero original hacían inviable una limpieza y otro tipo de tratamiento que no conllevase la necesidad de una aplicación externa. Para ello en las grietas y fisuras que presentaban peligro de desprendimiento se inyectó poliacetato de vinilo para luego impregnar la superficie con un consolidante. El consolidante estaba hecho a base de éster de ácido de sílice con el objetivo de conservar y proteger la piedra evitando de esta forma su erosión o corrosión frenando de esta forma la pérdida de volumen. 28 La Consolidación: En un primer momento se repararon las grietas y fisuras mediante la inyección de resina epoxi, sin embargo el poliacetato de vinilo se empleó en las fisuras de tamaño pequeño. En el caso de las grietas de mayor tamaño se cerraban en un primer lugar para luego inyectar la resina epoxi a la cual se le incrementaba una carga de carbonato cálcico que sellaba la intervención para evitar los desprendimientos. La última fase consistió en reformar y consolidar toda la superfície de la bóveda para evitar así su deterioro, es decir en principio fueron medidas de conservación en las cuales los añadidos fueron localizados y de no mucha extensión. Mediante una mezcla de éster de sílice junto con hidrocarburos alifáticos se hizo la impregnación de la superficie que quedaba protegida y reforzada a los agentes de deterioro externo como los ácidos contaminantes y otros posibles daños. Señalamos de nuevo que la bóveda quedó consolidada por una capa permeable y transpirable que aseguraría la perfecta conservación de la bóveda. Esta consolidación es de relevancia por el respeto hacia el original, pues en vez de retirar las pinturas como se hizo en otros casos para dejar la piedra viva, en este caso se reformó la bóveda y sus pinturas como elemento de gran valor, pues recordemos que en el Medievo los paramentos eran policromados siendo el llagueado y las pinturas de El Salvador una muestra de un motivo recurrente en las Iglesias medievales valencianas. La siguiente intervención se llevó a cabo durante el proyecto de La Luz de las Imágenes que llevaron a cabo una serie de restauraciones interiores y exteriores con el objetivo de devolver a su estado original las partes del templo que aun precisaban de ello. Exteriormente se limpiaron las fachadas y portadas que debido al paso del tiempo y los avatares no presentaban un buen estado de conservación, habiendo peligro de desprendimiento en la portada de la Capilla de la Comunión que como dijimos se empleaba como entrada principal al templo. Esta intervención acabó de solucionar los deterioros de la fachada del lado del Evangelio, se resolvieron los problemas de canalones que estaba produciendo filtraciones hacia la portada y se recuperó el tratamiento pictórico del alero. En el interior el trabajo por hacer era menor, sin embargo se retiraron algunos estucos en pan de oro en los paramentos inferiores para recuperar los estucos originales. Una actuación de importancia fue la retirada de las coberturas ornamentales que se dispusieron en las pechinas de la cúpula de la Capilla de Comunión durante la reconstrucción de la cúpula siendo rescatados los frescos de Vergara. Intervenciones de menor relevancia artística fue la renovación del pavimento de la capilla de la Comunión, la restauración de puertas y elementos de carpintería bastante dañados por el paso del tiempo, y se dispuso un nuevo sistema eléctrico y de megafonía que ya no hacía necesario el uso del muro como soporte respetando así la fábrica original. 28. TABERNER PASTOR, F. Ibidem. pp. 468-470.
La Última intervención en el conjunto parroquial de la Iglesia de El Salvador fue el derribo de la casa abadía que se encontraba adosada al ábside (Anexo 20). La Casa Abadía fue construida en 1850 como residencia para el clero encargado de la iglesia sin embargo era un elemento que impedía la visión completa de la cabecera por lo tanto como vimos ya don Cornelio planteó su derribo lo cual en aquellos momentos no fue posible. 29 Ello fue posible a partir del 25 de Marzo de 2008 cuando el Ayuntamiento de Burriana recibió el permiso para la demolición de la casa Abadía tal y como se publicó en un artículo periodístico: 30 El Ayuntamiento de Burriana ya dispone desde hoy del permiso de la Dirección General de Patrimonio para derribar la antigua Casa Abadía, adosada al ábside gótico de la Iglesia de El Salvador. Dicho permiso contempla una salvedad, y es que antes de iniciarse el derribo, que ya ha contratado el Ayuntamiento por importe de 15.000 euros, éste deberá tener aprobado el proyecto de seguimiento arqueológico. La documentación de este proyecto ya la presentó el arqueólogo municipal hace un mes, por lo que el concejal de urbanismo, Javier Perelló, se ha interesado esta mañana ante de la Dirección Territorial de Cultura para conocer cuál es su estado de tramitación. Mañana tiene previsto insistir sobre este asunto, a ver si es posible obtener la aprobación de este proyecto durante esta semana, dado que su única finalidad es garantizar que mientras se produzca el derribo esté presente, de manera continuada, el arqueólogo municipal José Manuel Melchor, por lo que allí pudiera encontrarse. De solucionarse esta semana la citada reseña, a la semana que viene se procederá a derribar la antigua Abadía, edificada en 1850. Este derribo es vital para que la Fundación La Llum de les Imatges, que debe tener restaurada toda la iglesia de El Salvador para finales del próximo mes de julio, decida todavía redactar un proyecto de urgencia para la restauración del ábside gótico, en su parte exterior, que en estos momentos no existe. El arquitecto encargado de la restauración, Amando Llopis, declaró a elperiodic.com que “respecto a la restauración exterior del ábside, en principio estaba previsto hacer algo, pero a día de hoy no sabemos qué vamos a hacer. Se ha retrasado mucho el tema del derribo de la Casa Abadía – sabemos que se va a empezar en breve–, y suponemos que desde el punto de vista de la exposición de la Luz de las Imágenes es muy importante poder acceder a través del jardín y alguna medida seguro que haremos. A día de hoy no hay proyecto hecho, pero podría ser que nos digan que hagamos un proyecto súper rápido. Hay un fragmento, de unos 15 o 20 metros, que está muy deteriorado, y el trabajo de restauración ahí debe ser muy cuidadoso, porque hay que sustituir mucho sillar que está totalmente deteriorado”. Por lo tanto con esta última intervención queda completada la larga trayectoria constructiva que ha tenido la Iglesia de el Salvador desde su construcción a mediados del XIII. Al eliminar la casa abadía hoy en día es apreciable todo el exterior de la cabecera gótica, joya de la arquitectura valenciana como el primer edificio gótico construido en el Reino de Valencia cuya belleza formal, trayectoria histórica, relevancia artística y valor ciudadano han evidenciado su importante papel dentro de la ciudad y población de Burriana, recelosa de su patrimonio a quien se le debe su existencia y conservación. (Fig. 22)
29. TABERNER PASTOR, F. Ibidem. pp. 470-471. 30. RÍOS, G. “El Ayuntamiento de Burriana ha recibido hoy el permiso que le faculta para poder derribar la Casa Abadía”, 25/03/2008.
Figura 22. Vista exterior del ábside de la iglesia de El Salvador en Burriana en la actualidad una vez concluidas todas las restauraciones necesarias.
8. La Iglesia de El Salvador de Burriana Actualmente. Este edificio en primer lugar señalamos que ostenta la declaración de Bien de Interés Cultural como Patrimonio Histórico Artístico de España, el máximo rango que el Estado puede otorgar a un bien patrimonial lo que reitera el valor del conjunto parroquial, como fruto de una sociedad que ha sido levantado por el esfuerzo de su ciudad, sin embargo hemos visto una serie de valores históricos, artísticos, simbólicos y sociales que hacen de este conjunto un bien de relevancia nacional, siendo de mayor relevancia en el marco de nuestra Comunidad. El título actual de BIC es el equivalente actual a su primera declaración como Monumento Histórico Artístico Nacional en el 1969. En el presente trabajo hemos recorrido todas las etapas de construcción, reforma, ampliación, destrucción, reconstrucción, restauración y conservación que se han llevado a cabo desde la fundación de la Iglesia. Esto evidencia el carácter vivo del edificio, el conjunto ha ido cambiando al igual que hacía su sociedad, sociedad que al verse representada en su parroquia buscó materializar en ella como se veían en un determinado momento histórico, como se querían mostrar a la sociedad, siendo un claro testimonio histórico de las mentalidades que intervinieron en la larga historia constructiva de la Iglesia. Entendido como tal la Parroquia de Burriana es contingente de una serie amplia de significados y valores que remiten como hemos dicho a la cultura que le dio origen, a su historia, a su forma de entender el mundo y expresarse. Sin embargo no es un edificio que
pertenezca únicamente al pasado sino que es un tesoro legado que ahora pertenece a la sociedad presente, la cual sigue viendo en esta construcción el símbolo de su sociedad, del lugar donde viven. Por esa razón se han hecho intervenciones tan recientes con el objetivo de dar ese último aspecto que trata de evocar el original pero que en realidad nos habla más de los anhelos de la sociedad presente que busca en ese pasado un referente simbólico que ya no existe. Pues está en el ser de todo integrante de nuestra sociedad el preguntarse por nuestro pasado, siendo los bienes patrimoniales la ventana, la máquina del tiempo que nos permite una cierta inmersión en ese tiempo remoto. En conclusión la Iglesia Parroquial de Burriana es entendida como un bien histórico artístico de gran relevancia fruto del pasado y legado de nuestros antepasados, con una serie de significados que aportan conocimientos de gran relevancia para la sociedad contemporánea cuya obligación es conservar y legar el tesoro patrimonial cuyos depositarios somos nosotros.
9. Anexo de Imágenes
Anexo 1. Evolución de la planta: 1. Santa María, 1234-1245 / 2. Santa María hasta 1350 3. El Salvador, 1350-1400 / 4. El Salvador, 1675-1870 / 5. El Salvador, 1870-1067
Anexo 2. Capitel pareado de la absidiola norte, palmetas vegetales alusivas a la Virgen María.
Anexo 3. En el interior del ábside, columnas pareadas en los pilares compuestos de las absidiolas.
Anexo 4. Absidiola norte, en el lado del Evangelio. Interior de la absidiola donde se observan las columnas y baquetones a partir de los cuales se lanza la bóveda de crucería poligonal.
Anexo 5. Vista de la torre menor norte en el principio del ábside.
Anexo 6. vista exterior del lado norte del ábside, donde vemos el arcosolio y una antigua puerta tapiada.
Anexo 7. Capitel pareado de la absidiola sur donde vemos una escena figurada incompleta.
Anexo 8. Vista de dos de las gárgolas que coronan los contrafuertes, en éste caso el águila de San Juan a la izquierda y el ¿león? de San Marco o el toro de San Lucas a la derecha.
Anexo 9. Imagen izquierda, estribo troncopiramidal de refuerzo en el contrafuerte del ábside de Burriana. En le imagen derecha estribo piramidal de refuerzo en la portada de la Iglesia de Morella.
Anexo 11. Vista de la nave después de su reforma barroca. Excepto los dos últimos tramos que fueron construidos en el XIX.
Anexo 10. Izquierda, campanario de Burriana reconstruido pero siguiendo fielmente su morfología original. Derecha campanario de la Seu Vella de Lleida.
Anexo 12. Portada del inicio del ábside.
Anexo 14. Portada de la Capilla de la Comunión.
Anexo 13. Pechinas de Vergara: La Iglesia católica mostrando la Salvación del Mundo. / Alegoría de la Fe. La boda mística de Jesucristo con la Iglesia Católica. / Deesi.
Anexo 14-2. Cartel publicitario para animar a la población a realizar donaciones para la restauración del ábside.
Anexo 15. En la izquierda vemos la bsidiola norte en el estado en el que se encontraba durante la restauración. En la derecha la misma absidiola restaurada.
Anexo 16. Cartón preparatorio para el rosetón del inmafronte occidental por Castro.
Anexo 17. Consagración del templo durante la inauguración de la repristinación de la cabecera. Ofició la ceremonia el Cardenal Primado de España, Arzobispo de Toledo, Dr. D. Vicente Enrique y Tarancón, a quien vemos sentado. En primer plano vemos a D. Cornelio. Fotografía del 8 de Septiembre de 1969.
Anexo 18. Vista de la absidiola central. En la izquierda una vez restaurados sus contrafuertes del estado en el que se econntraban como vemos en la derecha.
Anexo 19. Vista del ábside después de la retirada de las cubiertas donde es apreciable el paso de ronda, sin embargo aún se puede ver la casa abadía en el margen derecho.
10. Bibliografía. Libros: MATARREDONA SALA, F. El Románico en la ciudad de Burriana. El ábside de la iglesia de “El Salvador”. Castellón: Ajuntamiendo de Burriana, 1991. Artículos: GIL CABRERA, J. L. “La Iglesia Parroquial del Salvador”. Burriana en su Historia I. Burriana: Ayuntamiento de Burriana, 1987-1991. pp. 99-129. GIL CABRERA, J. L."La Iglesia Parroquial del Salvador".Catálogo de Monumentos y Conjuntos de la Comunidad Valenciana, València, Consellería de Cultura, Educació i Ciència de la Generalitat Valenciana, 1983, vol. I, p. 249-259. TABERNER PASTOR, F. “La iglesia de El Salvador de Burriana. De la metamorfosis a la restauración·. Arché. Publicación del Instituto Universitario del Patrimonio de la UPV, números 6 y 7, 2011-2012, pp. 464-471. Recurso digital: GARCÍA, M. “Patrimonio cultural de Burriana”. En http://mayores.uji.es/blogs/antrop/2012/02/11/patrimonio-cultural-de-burriana/ (consultado los días 15-16 de Octubre y 26-27-28 y 29 de Noviembre de 2014). GIL CABRERA, J. L. “El Campanar de Burriana”. En http://campaners.com/php/textos.php?text=1054 (consultado los días 20-21 de octubre y 26 a 29 de Noviembre de 2014). RÍOS, G. “El Ayuntamiento de Burriana ha recibido hoy el permiso que le faculta para poder derribar la Casa Abadía”, 25/03/2008. http://www.elperiodic.com/burriana/imprimir/noticias/12777?_pagi_pg=1 (Consultado el 27-28-29 de Noviembre de 2014). Las fotografías e imágenes empleadas en el presente estudio proceden de las fuentes anteriores siendo importante destacar el Archivo Fotográfico de Burriana del cual se toman una serie de fotografías antiguas. Las Figuras: 1, 2, 4, 5, 6, 8, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21. Anexos: 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 12, 14, 14-2,15, 16, 17, 18. Provienen de: MATARREDONA SALA, F. El Románico en la ciudad de Burriana. El ábside de la iglesia de “El Salvador”. Las Figuras: 3, 7, 9, 10, 11, 12, 13. Anexos: 4, 10, 11. Provienen de: GARCÍA, M. “Patrimonio cultural de Burriana”. En http://mayores.uji.es/blogs/antrop/2012/02/11/patrimonio-cultural-de-burriana/ El Anexo 19. Proviene de: RÍOS, G. “El Ayuntamiento de Burriana ha recibido hoy el permiso que le faculta para poder derribar la Casa Abadía”, 25/03/2008. http://www.elperiodic.com/burriana/imprimir/noticias/12777?_pagi_pg=1