IGLESIA METODISTA DE CHILE PROCESO NUEVA CONSTITUCION POLITICA PARA CHILE ORIENTACION PASTORAL (Documento circulación interna)

I - Antecedentes El actual gobierno, encabezado por su Presidenta, la Sra. Michelle Bachelet, ha hecho el llamado para "una nueva Constitución Política para Chile", cuyo proceso consultivo y participativo ya está en curso. Este proceso señala en forma pública la acción de la democracia participativa sobre la representativa y la presencia de herramientas de representación que muchas veces son lejanas a las bases. Como ciudadanos y como metodistas somos invitados a participar responsablemente en este proceso, y desde esa plataforma ejercer nuestra responsabilidad social cristiana. No obstante se respeta a quienes, en conciencia, consideran restarse de este acto político social. Como miembros de la Iglesia Metodista de Chile asumimos y reconocemos que esta participación si bien tiene momentos de discusiones colectivas, en el momento decisivo se plasmará en un voto individual y secreto. Pero, como ya lo sabemos hay una consulta que se abre para participar en diferentes niveles y ante esta posibilidad les invito a considerar las siguientes orientaciones.

II - Fundamentos 

Bíblicos:

Las sagradas escrituras son claras en manifestar que es la voluntad de Dios que vivamos en paz (Mt 5: 9; Ro 12: 18; Heb 12:14), ello más allá de las fronteras de nuestra comunidad iglesia, incluyendo la sociedad en donde convivimos en una comunidad humana. Dios quiere que la vida en sociedad se lleve a cabo en un contexto de justicia y paz, en donde los cristianos son llamados a vivir su fe cooperando en forma comunitaria para una más integra convivencia humana (Mt 5: 38-48; Ro 12:17; 1 Pe 3:9). 

Wesleyanos:

La religión cristiana tiene una inequívoca repercusión social, reconocemos que la santidad tiene una dimensión social. Wesley llegó a decir que el cristianismo es esencialmente una religión social y transformarlo en una religión solitaria es destruirlo. Esta práctica somos llamados a expresarla sobre la clave del amor de Dios que quiere llegar a todos los seres humanos, en donde aspiramos vivir en una nueva creación, una nueva historia, donde un nuevo hombre pueda ejercer el mandato de mayordomo de todo lo creado, responsablemente.

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Históricos:

Por todos es sabido que la mayor parte de la actual Constitución de Chile proviene de un gobierno autoritario, donde su propuesta se realizó sin representación ciudadana, se condenó a todos quienes se oponían a su contenido y se votó en un ambiente de falta de libertades individuales, y en general sin las garantías básicas de un ejercicio cívico libre e informado, lo que provoca que distintos actores sociales y políticos sostengan que carece de legitimidad por no permitir abordar ni intervenir sobre temas de importancia nacional. Se debe valorar que después de 25 años de haber terminado la Dictadura Militar se hable, en términos efectivos, de nueva Constitución; puesto que hasta ahora solo se alcanzó para realizar enmiendas, y es valorable la oportunidad de enfrentarse al dialogo y debate que permitirá que esta encrucijada defina en cierto modo una gran parte del futuro del país. 

Ideológicos:

Una Constitución contiene las bases filosóficas, conceptuales y culturales sobre los principios que fundan la institucionalidad de un país, buscando con ello consensuar las formas de convivencia humana, su sistema de gobierno y los principales ejes que salvaguarden la vida en sociedad, propiciando con ello las garantías para los derechos individuales y colectivos, el bien común y la unidad de la nación. En esto, querámoslo o no, priman visiones políticas, proyectos de sociedad que ideológicamente están condicionados a intereses, a pesar de que las diferentes tendencias van a hablar de la justicia y el bien para todos, sin embargo debemos ante estas posturas ideológicas buscar un orden político y social que sea una expresión de la voluntad general y consensuada y no una imposición. 

Teológicos:

El creyente vive en este mundo, el mundo que Dios amó (Jn 3:16). Un testimonio cristiano va más allá de lo que desarrollamos al interior de nuestras iglesias. La fe tiene alcances ante lo público, ante la sociedad civil y allí tiene que ser eficaz (Mt 5:14; Mt 5:13). El cristiano que participa en un proceso como este debe tener conciencia del uso de la política como una mediación o instrumento social, pero que en ningún caso le significa una dependencia absoluta (Jn 15:19; Jn 17: 15-17). La participación social de los cristianos tiene en su base el concepto de que la soberanía de Dios es sobre todo y a los creyentes les cabe la misión de hacerla manifiesta.

III - Participación Para los metodistas es absolutamente compatible con la fe cristiana participar de este proceso de "nueva Constitución". El hecho de participar activamente en este proceso, el miembro común de nuestra Iglesia no tiene por qué ocultarlo ni mantenerlo reservado, tampoco debe ser objeto de rechazo al interior de nuestras comunidades cristianas. La participación en política es una forma de mostrar nuestra vocación de ser luz del mundo y sal de la tierra.

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Al contrario de lo anterior, se debe respetar a toda persona de nuestra Iglesia que no tenga interés en participar de este proceso, es el derecho que en conciencia está ejerciendo también desde su fe. Respetando el derecho a la no participación, nadie queda facultado para descalificar al que sí quiere participar. Unos y otros son parte de una Iglesia que es el cuerpo de Cristo y somos llamados a vivir en comunión (Ro 12: 3ss.; 1 Co 12; Ef 4). Lo que si podemos hacer unos y otros es orar por este proceso consultivo, por la propuesta y por el plebiscito que en algún momento se realizará para aprobar la nueva carta fundamental (1 Tim 2: 1-3). En eso debemos ser categórico, tenemos que orar y pedir a Dios que en una decisión de esta naturaleza El otorgue sabiduría a gobernantes y a todos los ciudadanos para que en lo que se pretende hacer se pueda propiciar una sociedad más justa, con rostro más humano y en donde estén las garantías para la vida social con mayores oportunidades y proyecciones para todos y permita una expresión permanente y no solo momentáneos a estos derechos y garantías. Quienes sienten que deben ejercer su derecho a participar, les invito a informarse, como por ejemplo en la página web: https://www.unaconstitucionparachile.cl/ Producto del llamado que allí se hace, es válido que los metodistas se sumen con su opinión en sus partidos políticos, juntas de vecinos, sindicatos y cualquier otra organización comunitaria en la cual se encuentren vinculados. En el caso especifico de lo que se propone en la página web, cada cual tiene la libertad de responder la "consulta individual", participar en el "cabildo provincial" y "cabildo regional". Mención especial es la posibilidad de organizar un "encuentro local" al interior de la propia Iglesia. A este ultimo respecto quiero recomendar dos cosas: 

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La propia Iglesia puede formar un grupo de "encuentro local", por recomendación del Pastor de la Iglesia y el parecer favorable de la Junta de Oficiales. Ello, como una manera de fortalecer la unidad de la Iglesia y en ningún caso comprometerla a través de esta práctica. Por recomendación del pastor y el parecer favorable de la Junta de Oficiales, bajo procedimientos y requisitos bien definidos, se puede ofrecer alguna dependencia de la Iglesia para la reunión de vecinos que no tengan donde reunirse, ello es una oportunidad de testimonio, bajo reglas muy claras.

IV - Contenidos En una Constitución Política hay conceptos sobre realidades bien concretas: poderes del Estado, derechos y deberes constitucionales, Fuerzas Armadas, Religión, organización del Estado, etc. En cada una de estas áreas hay visiones de la sociedad, ideologías, principios que la ciudadanía desea estipular y que se trasformen en la base jurídica fundamental que rige al país. 3

¿Qué orientaciones tenemos? En lo personal, cada uno/una debe hacer uso de la significación que le atribuye a su experiencia de fe, comprensión de las sagradas escrituras, su propia conciencia y la simpatía critica que tenga con alguna ideología política. Todos estos elementos interactúan en nuestra mente y es honesto que así lo reconozcamos. Lo que importa es significar nuestras opiniones de la manera más objetiva, asumiendo que somos herederos de experiencias particulares, de historias sociales, de niveles educacionales, de militancia política, de distintos grupos étnicos culturales, simpatía con movimientos sociales con diferentes orientaciones, de formación metodista, etc. En caso de que alguien desee hacer uso de los principios sociales que su Iglesia sostiene, entonces debe recurrir al Credo Social de la Iglesia, allí se encuentran enseñanzas que registran la forma en que la tradición metodista se posiciona sobre diferentes temas que contiene una Constitución Política. Debemos reconocer y valorar ese insumo que nuestra Iglesia tiene pues en ellos se contienen las formas de comprensión que desde el punto de vista cristiano y wesleyano nos identifican. ¿Cuál es el espíritu de lo que nuestros principios sociales tienden a promover? En esto quisiera detenerme, promoviendo mi comprensión de las enseñanzas que tenemos: Para la fe cristiana está ante todo la comprensión de que a quien debemos obedecer por sobre todas las cosas es al Señor Jesucristo, ante el cual se debe inclinar toda rodilla (Fl 2: 5-11). Es necesario recordar este principio rector, puesto que debemos admitir que la fe cristiana puede y debe tener concepciones que no siempre son concordantes con las propuestas políticas de compresión de la vida y organización de la sociedad. Recordemos que Jesús nos viene a hablar del reino, del reino de Dios, y eso supera toda estructura de este mundo, trasciende las fronteras de espacio y de comprensión que este mundo puede tener. Siendo así, nuestra ciudadanía corresponde a la invitación que Jesús nos ha hecho y de este modo, en no pocos casos, pasamos a vivir en contraste con los principios y valores que este mundo tiene. Es importante que el cristiano entienda esto, de lo contrario quedamos expuestos a someternos a cualquier comprensión del mundo, de la historia y de la vida, que pueda negar la soberanía de Dios y su reino, cuyo origen ya ha estado en la persona del Señor Jesús en medio de nosotros. Jesús claramente dijo "mi reino no es de este mundo" (Jn 18: 36). El pueblo de Dios es una comunidad peregrina, su paso por esta tierra es transitorio, de tal modo que no existe un proyecto humano que pueda tener la clave para construir una sociedad ideal o perfecta. Las propuestas totalitarias de diferentes siglos de la historia humana han comprobado este hecho, con epílogos tristes y dolorosos .Cada uno de estos proyectos políticos pensó que en su propuesta de sociedad se podía contener lo necesario para alcanzar utopías de bienestar, igualdad, justicia y calidad de vida para los seres humanos. Esto no ha sido posible, hemos visto las contradicciones de la política y de los políticos, dejando al descubierto que las propuesta de la sociedad ideal no eran tales, tampoco ha bastado con reformas que, si bien muchas veces pueden mejorar algunos aspectos, no se basan en la soberanía que legítimamente tiene el pueblo (entiéndase nación, estado, sociedad), sino que generan una ilusión de legitimidad que oculta tanto su origen 4

como el resguardo de un orden socioeconómico injusto y a veces autoritario. Por eso, a los cristianos muchas veces les corresponde resistir, pues a veces en nuestra existencia histórica subyace el Estado de Romanos 13, pero otras veces es el de Apocalipsis 13. Los cristianos de los primeros siglos nos ofrecieron varios testimonios en cuanto a la comprensión de su existencia social e histórica. En no pocas oportunidades, como por ejemplo en la Carta a Diogneto (s. II), los cristianos asumen que están dispuestos a cumplir las leyes, pero también están dispuestos a superarlas, a ir más allá de ellas; ellos pueden hacer el bien y promover la paz en el lugar donde vivan, pero ellos asumen que su ciudadanía está más allá de esta tierra, por lo cual esto es pasajero y transitorio; ellos están dispuestos a vivir su fe en Cristo Jesús y son capaces de rechazar cualquier otra oferta que el Estado les haga en materia de adoración, por considerarla idolatría; ellos pueden trabajar por la convivencia humana, pero están dispuestos a pagar el costo por las incomprensiones, soportando sufrimientos que otros les infligen sin dar una razón clara del motivo. Desde sus orígenes, los cristianos tomaron como una verdad las palabras de Jesús, en el sentido que él iba a preparar otra morada para quienes creen en su nombre (Jn 14: 1-6), por ello la esperanza cristiana va más allá de las fronteras de este mundo, lo trasciende todo. Por lo anteriormente expresado, existen énfasis, realidades que para un cristiano metodista deben ser privilegiadas, entre ellas: afianzar un sistema democrático, garantizar el respeto a los derechos humanos, respeto y protección por la vida humana, separación entre Iglesia y Estado, una economía más solidaria (especialmente con referencia a los ancianos, enfermedades catastróficas, personas con capacidades diferentes), financiamiento de la política, medios de comunicación que garanticen la promoción de la cultura, promoción del respeto por los derechos de los pueblos indígenas, etc. Se podrían enumerar muchas áreas más, pero las hasta aquí mencionadas representan tópicos sobre los cuales un cristiano debe hacer prevalecer:       

la vida como un don de Dios la solidaridad humana la ética pública y el poder como servicio la cultura como patrimonio la igualdad ante la ley El cuidado del mundo natural La paz y las relaciones internacionales

Todas estas temáticas, antes que pasar a ser normadas con una definición cerrada, se invita a los metodistas para que las asuman bajo el concepto de "Dios creador de todo lo que existe, del ser humano como imagen de Dios, el cuidado de la naturaleza y la vocación humana para vivir en un ambiente donde existan las garantías de una vida saludable para todos".

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V - Orientaciones si, postulados absolutos no La tentación sería hacer una declaración de cada una de estas áreas y dejar totalmente enmarcado y definido el pensamiento oficial que tiene la Iglesia, como si se tratara de escoger entre blanco o negro. Ello no correspondería a nuestra tradición evangélica, el principio protestante nos remite a considerar a Dios y nuestra fe, sin embargo en materia de la aplicación de nuestra fe en las áreas de la vida humana se espera que hagamos el ejercicio nosotros mismos. Por eso los protestantes no tenemos dogmas o declaraciones categóricas, más bien hablamos de orientaciones, para enunciar un principio, pero provocar el desarrollo y la decisión final por parte de la misma persona. La experiencia de encuentro y diálogo nos ayuda a enriquecer nuestras percepciones, a complementarlas, a corregirlas, ello pedagógicamente lo podemos ofrecer ante otros, de ahí el valor de la discusión, la reflexión y la búsqueda de consensos. Con respuestas preestablecidas se nos niega nuestra capacidad de análisis, nuestro proceso reflexivo como actores sociales, se coarta nuestra posibilidad de construir visiones que sirvan para perfeccionar la vida en sociedad, así la fe se torna una repetición de conceptos sin la significación de lo nuevo que éstos pueden tener en los desafiantes y dinámicos contextos de los cuales formamos parte como seres humanos. VI - La santa ciudad de Dios Con toda razón, Juan en el apocalipsis (cap. 21) ve la santa ciudad que desciende del cielo, sugiriendo con ello la caducidad de nuestros modelos y estructuras, asumiendo que lo que anhelamos como espacio de convivencia, única y exclusivamente nos viene de Dios, no es construcción humana, no es producción humana, no es la realización de nuestros proyectos, no será el resultado de la Constitución perfecta. Pero, mientras aquello viene, "vivamos santamente" (1 Pe 2:9) como primicia del mundo que esperamos, desde donde a propósito de las contingencias humanas cada día tiene más sentido recitar "vénganos tu reino" (Mt 6: 10).

Desde Portland, Oregón, USA Conferencia Iglesia Metodista Unida jueves 19 de Mayo de 2016 Tiempo de Pentecostés

Pastor Pedro Correa M. Obispo Iglesia Metodista de Chile

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