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la
0-L=i3— 22
Julio
Agosto.
.
.
.
Septiembre.
.
Octubre.
.
.
Noviembre. Diciembre.
.
.
A — B= C — L= C — L=
— 30 — 21 — 22 E — C= — 28 G — L= 7 — 22 i
3 3
5
antigüedad hacen memoria de los días egipcíacos,
puede ver en Du-Cange en
la
Ad Caíalas,
la
cabala los días á
el lugar citado. San Agustín, en la epístoque en su tiempo había muchos que buscaban en propósito, para hacer sus cosas, de modo que no tropeza-
cap. IV, dice
sen con los días egipcíacos: plena snnt conventícula nostra Imninilms, qni témpora
rerum agendaruní a viathematicis accipiunt... rio
Augusto,
libr. II.
De Imag.
'diebus quos acgyptios vocant .
viundi, cap. 108, asegura
que
Hono-
los egipcios in-
ventaron estos días, y añade: el qtiia Aegyptus dicilur tenebrae, ipsi tetubrosi inde nominantur, eo quod incautos ad leuebras mortis pcrducere affirmantur. Los
cánones prohibieron esta vana observancia, causa 26, q. 7,
c.
Non
16.
das Januarii, que en
como
se vé
en
las Decretales
observeiis dies qni dicuntur aegyptiaci,
un canon
—
aut Calen-
penitencial se prohibe también se observen,
ya sea ad minucndum sanguinem ó para cualquier otra cosa. Los ingleses, en los el
les
tiempos de Ricardo
que fuese
éste
I,
consta que aún tenían esta superstición, pues se notó
ungido rey
el 3
de Septiembre, día egipcíaco. En los Misa-
de principios del siglo XVI, pertenecientes á
Westminstcr,
guido
allí
se
las iglesias de Salisbury y consignan aún dichos días, señal que aún no se había extin-
esta superstición.
EL ARCHIVO
29
JANUARIUS habet dies. xxxi. luna, xxx
Nox I
habet horas, xvi. dies.
viii
EL ARCHIVO
30
FEBROARIUS' habet dies. xxviii. luna. xxix.
Nox I
habet horas,
xiiii.
dics.
x.
EL ARCHIVO
I
31
EL ARCHIVO
32
En
los otros
cuadernos continuaremos publicando estos calendarios hasta
su terminación, y ellos
muchas
al
haremos su estudio, pues teniendo que hacer á no sería posible entender lo que escribiéramos antes
final
referencias,
de su publicación. R. Chabás.
ianuuentuíi
iiiébitosí íie gllejattíiro VI.
Sr. Director de Soluciones Católicas.
|uY
estimado señor mío y compañero:
hallazgo que dias atrás vino A mis-
Me
ruega V.
manos en
Excmo. Cabildo Metropolitano, y voy
el
le detalle el
archivo de este
á complacer á
V.
lo
más
concisamente que pueda.
Ya vio V. que se relacionaban estos papeles con el Pontificado del primer Arzobispo de Valencia, después Alejandro VI, que nacido en Játiva, no supo dejar de ser valenciano hasta su muerte. En nuestro idioma provincial están escritos los diferentes documentos que he registrado, á excepción de una pequeña nota en italiano. Disiínguense dos clases de letra, una más redonda y otra más angulada, pero muy semejantes; esta última es la que parece de persona que estaba más cerca del Papa: ya veremos qué importancia tiene ésto.
Los primeros documentos, cronológicamente hablando, y aun por
ambos
los
únicos firmados por
el
Duque de Gandía, pues aunque
ser
Papa, son dos cartas suyas dirigidas
no
al
que fuese D. Juan de Borja, que lo era á la sazón, ni le llama más que Duque, los otros documentos lo ponen en claro. Lleva en el encabezamiento la firma del Pontífice: Alexanderpapa. VI. nuinu propria: y
su data en San Pedro de
allí
dice
al final el sello
Roma
del pescador en lacre sobre papel:
día último de Julio de
1493. Contiene de avisos y encargos dignos de un Papa tan político como aquél, los cuales prueban la ternura de su cariño para con el joven Duque. La letra
una
el
serie
es de la
más redonda y no
Sigue otra carta con
segunda
letra
el
lleva refrendo alguno.
mismo encabezamiento autógrafo, escrita con la el mismo día de la salida del Duque para Espa-
más angulosa,
no señala la fecha: sólo dice que está d.ida en Roma en San Pedro, un domingo á 4a hora dccimaoctava, que, como V. sabe muy bien, por haber residido allí, viene á ser las doce de la mañana. Domingo efectivamenña, pero
EL ARCHIVO te era el día el
Duque
á
33
4 de Agosto de 1493 en que asegura Gregorovius (i) que dejó
Roma
para embarcarse en las galeras españolas en Civitavecchia.
como
la anterior, el sello del pescador y la firma /o. Datarius, D. Juan López. El viaje del Duque de Gandía, que se creyó sería de pocos meses, duró hasta el 10 de Agosto de 1496, en que volvió á Roma
Esta carta tiene,
que
lo era
é hizo en ella su entrada con gran
pompa.
hay un pliego con- las instrucciones y memorias que hacía consignar Alejandro VI para que las cumpliera el Duque á su llegada á Junto con
las cartas
España. Están escritas de
han sido llenados por
la
primer
letra,
dejando espacios: algunos de
segunda
letra,
que
la
margen. La§ últimas advertencias están
ellos
que pasar al segunda mano. La
á veces ha tenido
escritas de esta
minuciosidad llega hasta mandar qué sombrero se pondría
el
Duque en
su
entrada.
El que escribe
la
otra letra debía ser persona de la casa del
pues en otro cuaderno de
confianza del Papa,
Duque y de
la
tres pliegos escribe los diver-
y á continuación de cada uno está la solución y órdenes de Su Santidad, algunas de las cuales quedan á disposición suya, es decir, de nosaltres qui som en seruey e companyía del Senyor Duch.
sos puntos dificultosos
No
tiene fecha,
que
se aprecian,
pero debe ser anterior á
la salida
de
Roma; tampoco
lleva
estancia en Barcelona, en Valen-
firma. Las prevenciones abarcan su llegada
y y en Gandía. Se supone que aquí serán presentades e donades maltes coses al Sr. Duch axi com cavalls e mules e jahesos, y se manda que lo Sr. Duch aquelles cia
faga guardar en hon rtcapte a ago que
les
sen
puga portar agi hon
sen pot servyr e
fersen honor.
Nada
se dice
en estos papeles de
cómo
entró
el
Duque en
Barcelona y
vino á Valencia y Gandía, hasta que en Septiembre del año siguiente 1494 lo encontramos en Llombay, desde donde escribe cartas al Rey y Reina de Ñapóles,
al
príncipe de Squilachi,
al
Cardenal de Monreal su primo (cosín
germá), y al Cardenal de Valencia. Una carta que escribe á su hermana Lucrecia en aquel tiempo, tiene la nota marginal de que no ha sido remitida.
En todas empeños
envían á llamar desde Roma, y les pone por para conseguirlo. Para ello se determina á enviar también su carta
se queja de
que no
le
al
Papa, fechada en Gandía á 17 de Septiembre de dicho año, por conducto,
lo
mismo que
las otras,
de
Mosén Jerónimo
minuciosas instrucciones, de diferente gociar
e
letra
Llopis,
que
para el cual son unas
las cartas, á fin, dice, de ne-
parlar ab la Santitat de nostre Senyor y ton los Reyes de Ñapóles.
Parece que S. S. se quejaba de los gastos que hacia
el
Duque por
cargos en una carta que
el
6 de Septiembre
y se sincera éste de escribió desde Llombay. La partes,
(i)
Lucrecia Borgia.
— Firenze.
los
letra
vuelve á ser
1874, página 62.
la
estas
segunda, y llegamos á supo-
EL ARCHIVO
34
Fira que suena mucho en estos papeles. En justificaacompañan en esta colección cuentas de lo invertido diariamente, y relaciones de los que comían á la mesa de los Duques y á
ner que sea de un
tal
ción de los gastos se
sueldo de los mismos. á 135 los
Otro
Aquello es palacio de Principes ó Reyes, pues llegan
que tienen ración en casa y además muchos fuera en dinero. de estos papeles, es una relación minuciosa de
detalle curiosísimo
la
ropas y joyas que se trajeron de Roma. Lista curiosísima, pues dice Gregorovius en su Lucrecia, que los orfebres de aquella ciudad alhajas,
plata,
habían estado ocupados muchos meses en
la
fabricación de aquellos objetos
preciosos de arte.
Finalmente, cierra esta colección
Banco Spanochi, que suministró
la
nota justificada de
las ciitntas
con
el
ciertos capitales.
Sin querer extenderme, ya vé V., amigo mío, que esta carta se ha hecho
Los documentos de referencia merecen un estudio detenido y
larga.
blicación en su
De
mayor
la
pu-
parte.
V., afectísimo amigo Q. S.
M.
B.,
R. Cuabas.
|ln
iionuucutu original DEL SIGLO
XII
[oTABLK por más de un concepto es un pergamino que entre otras cosas
muy
curiosas conserva
el
ilustrado bibliógrafo valenciano
José Fnrique Serrano, y siendo singular por su antigüedad,
—
don
— no co-
nocemos en Valencia otro de fecha tan remota, es importante también por su redacción y hasta por la luz que da á la historia del insigne monasterio de Poblet, en cuya iglesia fueron sepultados muchos de los soberanos de Aragón. Según Finestres (i), el territorio donde se edificó el convento fué conquistado á los moros en 1148, lo más tarde, y unr par de años después se hacía la fundación. En contra de la opinión de Finestres, que quiere sea apellido de un ermitaño que allí vivía, creemos que el nombre de Poblet expresa el
que desde antiguo
como
dice Plinio,
lib.
se le
árbol dedicado á Hercules.
(i)
Historia de Poblet,
daba por haber estado plantado de álamos, pues
XVI,
De
cap.
XVIII, populas arbor montes amat: es
el
pnhulrium, bosque ó lugar plantado de álamos,
lib. I, t. II, p.
16.
EL ARCHIVO nombre
35
como de
anterior á los árabes, resultó Pohlet,
populus, poblé.
La
tra-
no nos pone
dición de esta etimología nos la da este nuestro documento, que
—
diminutivo de pueblo, atribuyéndole etimología catalana lo que sería absurdo en un lugar recientemente conquistado sino el primitivo de Popule-
el
—
tum.
esta palabra proceden Polop, lugar en
De
el
partido de Callosa, y Polop,
partida del término de Alcoy.
Menos que en á la te
el
variación hay aún en el de Apiaria, plural de apiarium
bajo latín se convirtió en Apiaria, femenino singular. Corresponde
moderna
Fiera, en la provincia
también es topográfico, pues
del collado sobre
El
mo
de Barcelona. El apellido del confirman-
el Podiiis viridis
las
ó Puig
vert,
expresa el color
que su familia tuvo origen.
documento en cuestión, traducido con
que son
— colmenar—
expresiones jurídicas, dice
dificultad por lo intraducibies
así:
«Conocida cosa sea á todos como yo Geraldo de Jorba recibo en préstay manlievo en este acto de tí Esteban, Abad de Poblet y de la comuni-
dad de dicho monasterio, mil cien sueldos de moneda barcelonesa, por cuya cantidad doy en prenda al monasterio de Poblet á Piera con sus términos, y
con todas
las casas señoriales,
y con todos
aprovechamientos y rentas, y
los
con todo el derecho señorial y con todas sus pertenencias. Y esto lo doy en prenda á dicho monasterio con el consentimiento, voluntad y consejo de
Pedro de Puigvert y de Geralda su mujer; con esta condición: que reciba en pago del débito sobredicho todos los frutos y aprovechamientos, en la cantidad que valieren, entre las festividades de San Miguel y de Todos Santos, y que tenga esta prenda durante el tiempo necesario, para que con los frutos y aprovechamientos, convertidos en capital, pueda por completo recuperar los antedichos rnil y cien sueldos de moneda barcelonesa. Y yo Pedro de Puigvert y mi mujer Geralda, loamos, concedemos y confirmamos á dicho monasterio
Sit
la
notum
sobredicha prenda en
cunctis
la
forma arriba expresada, y convenimos
quod ego Geraldus de jorba mutuo suscipio
inpresenti a te Stephano
et
manuleuo nunc
populetensi abbate et a conuentu ipsius monasterii.
niille
centum. solidos, denariorum barchinoiiensis monete. pro quibus impignoro monasterio populeti apiariam et
cum ómnibus
pertinentis suis. tate. et
cum
quod omnes
cum ómnibus
prouentibus
cum ómnibus
dominicaturis
teto senioratico. et
cum ómnibus
terminis suis. et
et redditibus et
cum
Hoc autem impignoro eidem
monasterio,
cum consensu
consilio petri de podio uiridi. et Geralde. uxoris eius.
tali
et
uolun-
conditione.
fructus et expíelos suscipiat in sortem debiti supradicti. sicut ualuerint
Ínter festum sancti michaelis et
pignus doñee de fructibus
et
festum
omnium
expletis in
sanctorum. Et tandiu teneat hoc
sortem computatis. ad plenum recuperet
predictos mille centum. solidos, barchinonensis monete. Et ego pqtrus de podio uiridi et
uxor mea Geralda laudamus. concedimus.
et
confirmamus predicto mona-
EL ARCHIVO
36
y sin engaño, que nada recibiremos de la 'sobredicha prenda y ninguna violencia ó molestia haremos ni permitiremos que se haga al monasterio ni á los monjes respecto á dicha prenda, antes bien, haremos que de buena
fe
el monasterio sea habida y tenida y explotada en paz, hasta que recupere por completo dicha cantidad de dinero de los aprovechamientos y frutos,
por
computados y recibidos como para todo lo necesario.
y Comunidad por que dicha prenda
Y para
fiador á
capital. El
monasterio enviará
mayor seguridad sobre
esto,
allí
damos
un
baile
suyo
á dicho
Abad
D. Berenguer, Arzobispo de Tarragona,
sea habida
y tenida y explotada por
el
el cual
haga
monasterio segura
y quietamente, hasta que, conforme se ha dicho, recupere.de allí por completo los mil y cien sueldos, deducidos gastos, si hiciere algunos el monasterio, y computados los frutos y aprovechamientos, como capital. Y yo Berenguer, por la dignación de Dios, Arzobispo de Tarragona, hago esta fianza como arriba se indica y como mejor se pueda decir y entender, en beneficio del monasterio y á buen parecer del Abad, sin engaño alguno. Se hizo ésto á 9 de Diciembre del año de la Encarnación del Señor 1189. Sigfno de Geraldo de Jorba. Sigfno de Pedro de Puigvert. Sigfno de doña Geralda su mujer,
que esto empeñamos y confirmamos y rogamos que fuese firmado por testigos. Sigfno de Berenguer Pcrc/. Sigfno de Guillem Pérez, hijos de Pedro de Puigvert.
Yo Raimundo
de Barberáf
.
Sigfno de Gombaldo, canónigo de
la iglesia
de Tarragona. sterio
conuenimus per bonam fidem nullam ujm ucl sincmus monasterio ucl monachis in supradicto
supradictum pignussicufdíctum
omni
sinc
dolo,
quod
cst supcrius. el
nichil accipicnius in supradicto pignore, et
molestiam infcrcmus ncquc
infcrri
pignore, sed. facicmus illud a monasterio haberi ct tencri atquc cxpletari in pace,
doncc integre recupcrct supradictam pccuniam de explctis computatis atquc susccptis. Monastcrium ucro
niittat ibi
ct
fructibus in sortcm
bajulum suum
in
ómni-
Ad maiorcm ucro sccuritatcm donamus indc abbati ct conuentui firmantiam dominum bcrcngarium tcrrachoncnscni archicpiscopum. qui prcdictum pignus faciat bus.
secura et quiete a monasterio haberi atque tcneri ct cxpletari. doñee sicut dictum cst ad
plcnum indc
expensas
ibi fccerit
recupcrct.
millc
monastcrium.
ccntum. solidos, dcductis cxpcnsis. siquas
ct fructibus
atquc explctis
in
sortcm computatis.
Et ego berengarius dci dignatione tcrrachonensis archicpiscopus. fació hanc firmandici ct intclligi potcst ad comodum bonum intcllcctum abbatis. sinc omni cngan. Actum cst hoc v. idus dccembris. Anno M." c.° Lxxx." ix.*» dominice incarnationis. Sigfnum Geraldi de jorba. Sigf num pctri de podio uiridi. Sigf num domnc Gcraldc uxoris cius. qui hoc
tiam sicut dictum cst supcrius ct sicut mclius monastcrii ad
¡mpignoramus
ct
firmamus
Sigf num Guillclmi
ct a tcstibus firmari
pctri filiorum pctri
de podio
rogamus. Sigfnum bercngari
ngo Rajmundus de barberanof .; Signuní Gombaldi tcrrachonensis canonjci
f
pctri.
uiridi.
ccclcsie
BL ARCHIVO -|-
37
Berenguer, Arzobispo de Tarragona.
Yo Pedro lineado de
la
de Tarragona, notario de Tarragona, escribí ésto con
décima tercera
línea,
baile para todo lo necesario: el día
La fecha de
este
donde
dice: el
y año
el inter-
monasterio enviará
allí
su
indicados.»
f
documento, como aparece en
mismo,
el
9 de
es el
Diciembre de 1189. Geraldo de Jorba recibe del Abad y comunidad de Poblet mil cien sueldos barceloneses, dando en prenda á Fiera con todas sus rentas.
Pedro de Puigvert y su mujer Geralda, confirman este trato ¿por qué? No aparece de este documento, pero ya por esta misma confirmación, debíamos suponer que tendrían algún derecho sobre Piera. Finestres en su Historia de
ha publicado un documento que nos pone en claro
Poblet, (t. II, p. 409),
esta
duda, pero envuelve en otra. Por
en
183, confirma
1
al
él
aparece que D. Alfonso de Aragón,
célebre monasterio todas las posesiones
pudiera en adelante conseguir,
las
que
detalla:
que tenía y que Honorem de
entre otras está
Apiera, qui debet ad vos revertí post obilum Petri de 'Podioviridi; luego viviendo,
según aparece, Pedro de Puigvert, era de
él
Piera y estaba en su caso la con-
firmación; pero ¿qué tenía que ver en Piera D. Geraldo de Jorba?
alcanzamos. Es uno de los firmantes del privilegio de D. Alfonso, en aparece
el
por qué de
No
firma del Arzobispo de Tarragona, pues aquel rey
la
dispuso que los monjes de Poblet no tuviesen que acudir á otro tribunal
que
al del
mismo
rey ó
del Arzobispo de Tarragona.
al
tado Finestres (pág. 51), en 18 de Diciembre de 1164,
de
las
más nobles
nasterio
y
le
familias de Cataluña, había
había legado
la
Abad de Poblet concede
mujer, durante su vida,
la
al
5
más
Según nos dice el ciD.Pedro de Puigvert,
mandado
dominicatura de Piera con
y sus términos, y después (pág. 72), en el
lo
el cual
enterrarse en el
las
mo-
décimas de Barbera
de Septiembre de 1181, aparece que
mismo D. Pedro de
Puigvert y á Geralda su
administración del señorío de Piera.
D. Geraldo de Jorba y su mujer Saurina, empiezan á aparecer en la hiscuando asiste con otros caballeros al acto de dotar varias iglesias el con-
toria
de de Barcelona en 1151. D. Geraldo concedió á Poblet
la torre
de Avingaña
con su mujer donado del monasterio, lo que equivaha á una y hermandad de sufragios: Finestres trae las escrituras que mediaron sobre ésto sn 1 153 (pág. 30). Pocos años después, en 11 84, firma con el rey don se constituyó
Alfonso una concordia del monasterio con ciertos caballeros, lo mismo que en otro documento de 11 87. Después sólo consta ya en estos apuntes,
-j-
escritura objeto de
y desaparece luego su memoria.
Berengarius terrachonensis archiepiscopi.
Ego Petrus de terrachona terrachonensis linea, xiü. ubi dicitur. et
la
anno \
notarius hoc scripsi et suprascripsi in
Monasterium uero mjttat
ibi
bajulum suuní
in
ómnibus, die
prefixa.
Tomo
VII
S
EL ARCHIVO
38
Réstanos sólo indicar apellido
la
D; Geraldo. Pertenece ahora
de Barcelona y diócesis de Vich,
cia
gona.
Aún
donde tomaba su
situación de Jorba ó Yorva, de al
partido judicial de Igualada, provin-
paso que Poblet está en
al
existe el antiguo castillo de Jorba
con su
torre.
la
de Tarra-
Es lugar que
ac-
tualmente no llega á tener setecientos habitantes.
Respecto á
la
traducción
hemos de hacer algunas
advertencias.
La pala-
bra conventus, se traduce ordinariamente por convento, sinónimo de monasterio,
pero aquí significa el
la
— conventus monasterii — como
comunidad
diploma repetidas veces. La palabra
ción sinónima de suscipere, recibir, por
mentos de aquella época venga
á
latina manulevare, tiene
se expresa
en
más que ordinariamente en
ser salir fianza,
lo
que en
él la
en
acep-
otros docu-
los fueros
de
Valencia se traduce por capllevar.
Con
esto creemos haber dicho lo bastante para hacer ver la importancia
del antiquísimo y curioso
pergamino del
siglo XII, de
D. José E. Serrano. R. Chabás.
}|riurc0 be la
DESDE EL AÑO
I
385,
gcal prtuja be gal^De^lin^ta EN QUE SE FUNDÓ, HASTA
VERIFICÓ LA EXCLAUSTRACIÓN.
I
D.
1
83
5,
EN QUE SE
..
..
EL ARCHIVO 33 D. Bautista Torrón. 34 D. Juan Texidor. 35
36 37
38 39
40 41
42 43
44 45
46
D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.
Francisco Marques Bautista Torrón. .
Juan
.
Bellot.
.
Juan Sangenís.
.
José Maícas.
.
.
579 581 583
588
.
591
Juan Bellot.
.
593
Francisco Martínez.
600
Juan Miralles.
601
Juan Valero.
.
.
.
602
.
604
.
609
.
.
D. Juan Monter.. D. Joaquín Cuncarreu. D. Felipe Monchoni. .
,
.
D. Agustín Camañas. D. Andrés Albasio.
¡8
569
Joaquín Amigó.
;4D. Juan Monter. 5
562
Bernardino de Alba.
.
74 D. 75 D. 76 D. 77 D.
-
565
Jaime Cenedo.
47 D. Luís Mascarell. 48 D. Matías Ferrer. 49 D. Onofre RipoU. ¡o D. Gaspar Gimeno. I
555 561
.
.
D. Otenrico Tustani. D. Pedro Benavente.
¡9 D. José del Villar. 60 D. Gerónimo Frígola.
39 Gaspar Gil.
.
1692
.
Gregorio Mascarell
1693
Gaspar Planes.
1697
Juan Bautista
.
Peris.
1699
78 D. José Tomás Ferrer. 79 D- Andrés Pérez..
1703
80 D. José Tomás Ferrer. 81 D. Andrés Pérez..
1720
.
1720
82 D. Tomás Giner. 83 D. Francisco Plana.
,
1729
.
1737
1712
84 D. José Palomar. 85 D. Baltasar Gil de Fe deric.
.
.
.
.
1738
.
1754
86 D. Juan Echave y Ansorena
1758
614
87 D. Felipe Pérez de Ar ganza
1767
615
88 D. Ignacio Aparicio.
1769
620
89 D. Francisco Zaragozí.
1771
620
1788
621
90 D. José Pastor. 91 D. José Ignacio Aparicio
626
92 D. Agustín Sebastián Pas
.
.
1789
sau
627
1792
:63o
93 D. Francisco Bonet.
633
94 D. Lorenzo Soler. 95 D. Miguel Valiente. 96 D. Luís Barreda.
638
1795 1801
.
1803 .
1808
649 651
97 D. Vicente Canelles.
1816
98 D. Gabriel Fornis.
1819
652 660
99 I
64 D. Bernardo Alfaura. 65 D. Vicente Navarro.
662
loi D. Vicente Fornes Bala-
66 D. Diego Rodríguez.
670
102 D. Miguel de Aloy.
67 D. Luís Albero. 68 D. Gaspar Gil.
673
103 D.
.
61 D. Martín de Altarriba.
62 D. José del
Villar.
.
63 D. JuanFrnc.°Alzamora
.
.
644
.
D
.
Antonio Casino.
1824 1826
00 D. Vicente Canelles. guer
666
Tomás de
1828 Aloy.
.
1829
.
1831
675
104 D. Teodoro Ruiz.
69 D. Francisco Jubero. 70 D. Pedro Pastor.
680
105 D. Bruno Rojel gobernó
683
hasta el día 3 de Sep-
71 D. Juan Tíirrega.
686
tiembre,
72 D. Pedro Villanova,
688
le
690
de exclaustración.
.
73 D. Juan Viñols.
.
.
.
1835
en que se
notificó la
orden .
1835
EL ARCfflVO
40
Los que gobernaron dicha Cartuja con
de Rectores, fueron los
el título
siguientes:
D. Juan Berga, que también
1
se intituló Prior.
2 D. Pedro Podiolo ó Pujol
D. 4 D. 5 D. 6 D. 7 D. 3
1385
1415 15 10
Juan Godos
Lorenzo Verra
1523
Pedro de San Andrés
1542
Miguel Monllor
1587
Juan Miralles
1590
Morro Aguilar.
José Utiel Diciembre 1892.
í^íIÍIJ^CeDÍIDeH*^ Santa María de Ripoll. amantes de nuestras glorias
Cenobio de
— Por
excepcional importancia que para los
la
religiosas
artísticas reviste la reconstrucción del
y
próximo Julio, puExcmo. Prelado de Vich ha escrito con motivo de aquel acontecimiento. Dice así tan hermoso documento, que Ripoll, cuya inauguración se señala para el
blicamos la elocuente convocatoria que
copiamos del
Boletín Eclesiástico
«Nobles y Religiosos «Es.arribada fa set
anys, de
de aquella diócesis:
del principat de Catalunya:
hora de podervos notificar que
ja la
la
filis
el
la
obra,
comensada
ara
restaurado del Monastir de Santa María de Ripoll, pot con-
siderarse felisment termcnada.
)>Quan
la
emprenguerem, comptant ab
recursos humans, vos convidaren! á tots á
mer monument de acte de reparado
catalans del sigle
'Is
grés de las
XIX no
la
sois
majestuosa en
que
tal
Deu mes que en
los
restauració d' aquell
Patria Catalana y
'1
pri-
vegada una proba clocuentissima de trevallan pera enaltir
la
volta
'1
y de
y enriquerir
sa
las lletras
y de patriotisme simbolisadas en Ter y del Freser.
la Basílica
que
confluencia del
wSens ánimo de queixarnos (puig no dir
la
y ab lo creixent proindustrias, sino que volcn mantenir incólumes y llegar á sos filis
senceras, las tradicións de fe alsa
la
de
Reconquista alsat peí victoriós comte Guifre, fos un
la
y desagravi, y á
patria ab las altas manifestacións del art
s'
auxili
de que
Cenobi, justament anomenat lo bresol de
ilustre
que
1'
fi
Principat
seria esta ocasió
no ha correspost com £ra de
oportuna), esperar,
y
la
podém penu-
EL ARCHIVO
41
que molts no hagin contribuhit á la obra com esperavam; pero ab perseverancia may vensuda per las contrarietats, com cal teñirlas en totas las obras que 's fan per Déu, á la fi hem tingut la consolado de veure realisada la obra que per alguns era com un somni, y '1 temps sens dupte ha
ria deis
Temple
del gran Oliva está totalment
tructura, y rit
fet
renovat en sa primitiva forma y esdons del Espi-
aquells set altars absidals, símbol místich deis set
murs
Sant, y aquells
aixecats de sa trista é ignominiosa desolado, espe-
ran r unció sagrada de la litúrgica consagració per ésser de
Déu
nou Temple
del
viu y Casa santa de oració.
«Aquesta augusta y solemne ceremonia decretém y anunciém feria, ajudant Déu, los días i y 2 del vinent mes de Juliol, festa de la visitado de Nostra Senyora; y ara per llavoras, convidém á la solemnitat á tots los nostres venerables Germans en 1' Episcopat que, baix la direcció y vigilancia del Reverendíssim senyor Arquebisbe de Tarragona, primat de las Espanyas, regeixen y gobernan ais fiéis del Principat de Catalunya, y que no duptém tindrán á be assistir, ab distinguidas representacións de sos Capítols y Clero, al acte de entronisar
novament en
bellament representada en
lo Santuari
la efigie
de Ripoll á
de mosaich que
Verge Santíssima
la
ha dignat regalarnos
's
Nostre Santíssim Pare Lleó XIII.
«Convidém ademes litars, á totas las
fittigas
faltar á las alegrías
de
de
la festa los
qui 'ns han ajudat
obra.
la
))Y á tots los habitants del noble Principat de Catalunya, rra plena de llealtat,
com deya
'1
gran rey
vidém per aquella diada que voldríam verdadera restaurado de
la
En
un bon
fos
aquesta té-
d'
Pere, á tots los cridém y conprincipi
nostra patria, d' aquesta térra tan
que voldríam veure próspera, honrada y verament
tre cor,
y mi-
judicials
Associacións religiosas y Societats de propaganda catalana,
esperant que no han de
en los travalls y
com
á totas las Autoritats, així civils
y auguri de
amada
la
del nos-
ab aquella
Iliure,
santa y antigua Ilibertat que vingué á darnos Jesucrist Salvador nostre.
«Nos ho dihem ab
tota sinceritat de Bisbe
y franquea de
cátala,
no hem
volgut restaurar lo Santuari de Ripoll solzament pera satisfer lo pler artístich
y
las aficións del antiquari;
sia es la
dirli al
que guarda
la
hem
volgut principalment ensenyar
virtud y eficacia pera totas
poblé cátala que,
si s'
las
alegra de veure salvat de
bava de perdre aquell Cenobi que fou
com
la
com
restauracións, la
primera
forma sensible expressats en en
las
ideas
llar social
de
la
s
aca-
Cata-
d' aquells
y en sos sentiments, en
esculpturadas pedras del
Monument, y fundar
vera y fecunda tradició tots los progresos llegitims y totas aspiracións del temps present. la
y poder
ruina en que
lunya rescatada del poder deis moros, ha de procurar ferse digne seus ilustres progenitors, inspirantse en sas
la Igle-
las
novas
«Prou hauríam volgut, y de cor desitjavam, que aquesta restauració ha-
,
EL ARCHIVO
42
gués
estat
com arch de triomf que Catalunya com lo temple de RipoU, en 888, 1'
restaurado;
de
la
fou lo primer arch de triomf
Catalunya Ilibertada del jou mussulmá; pero
llém perqué
podríam
sia
demá, y acudím
que no
Deu y be de la Patria. Deu Nostre Senyor benehesca la obra, y que
nos deixe veure á tots una
fy
ja
es
tots á la cita pera inspirarnos
avuy, trava-
y veure cóm
lograrla, á gloria de
j^Que
Fill
aixecava pera celebrar la seva
tal
diada.
Y
sia
ab tots
la
Verge Santissima
la gracia
de
Deu Pare f
f Amén.
Espirit Sant
.
»Dadas en nostre Palau Episcopal de Vich, any 1893.
al
6 de Janer, festa de
la
Epi-
fanía, del
»JOSEPH,
BiSBE DE
Vich
»Y Administrador Apostólich de Solsona.»
m Descubrimientos.
vamos
Ampurias. parte,
— Se
registran algunos estos días en los periódicos, y
á dar cuenta de ellos:
no con
— En el
las
excavaciones que
allí
se
hacen de algún tiempo á esta
loable objeto de enriquecer nuestros
riquezas de aquella colonia griega, sino con
el
Museos y estudiar
las
de comerciar con aquellos vene-
randos restos, se han encontrado preciosas muestras de
la civilización
griega
y romana, que de seguro pasarán pronto á manos de extranjeros. Hace poco el hallazgo fué de dos capiteles de mármol, en los que se vé un león perfectamente conservado: fueron encontrados sobre un pedazo de piso pavi-
mentado de mosaico en buena conservación, con señales de cenizas y huesos, lacrimatorios y pequeñas ánforas. ¿Seria aquello una cámara funeraria? De un periódico de Barcelona recortamos:
,«En Ampurias un propietario ha practicado excavaciones en una viña,
cuyo resultado ha sido el hallazgo de una cabeza de metal no especificado, y que, según se dice, es de oro, de peso aproximado 15 kilogramos, y de 36 centímetros de altura. Representa una cabeza de mujer, tipo griego,
muy
bien modelada, y que se considera servía de adorno, colocada sobre su pedestal, habiendo sido tasada en 20.000 pesetas. Ha visto esta joya artística
un
italiano,
que ha ofrecido por
Sobre
mismo
el
ella
9.000 pesetas.»
descubrimiento, leemos en
el
Diario de Barcelona:
«Se ha encontrado en Ampurias un busto en bronce, del que hemos tenido ocasión de ver unas pequeñas fotografías. A juzgar por éstas, nos ha
muy
un busto de mujer, al parecer de algunas personas, una testa griega de Diana; mas á nuestro juicio, en vista del peinado y del carácter general de la cabeza, creemos más probable que sea un busto icónico de alguna dama romana de los primeros tiempos del
parecido un ejemplar
interesante. Es
EL ARCHIVO Imperio. Mide
el
43
busto 38 centímetros, y fué encontrado á unos cuatro mela muralla y el mosaico delfigenia. Tiene los ojos
tros de profundidad, entre
pintados con un betún y esmalte blanco y negro, siendo
La encontraron cuatro pobres
tado de conservación.
muy bueno
trabajadores,
su es-
que por
de trabajo se ocupaban en hacer excavaciones. Tratan de venderla, y ande aceptar proposiciones que se les han hecho del extranjero, esperarán algunos días para ver si la adquiere algún Museo ó coleccionista español,
falta
tes
pues preferirían que se quedase en España. Sería de desear que
porque,
como hemos
dicho, ofrece en nuestro concepto
así
sucediese,
mucho
interés el
citado objeto escultórico.» Sevilla.
— Al
labrar los cimientos de la casa
como
rreblanca,
no há muchos
una
de barro cocido y vidriado de verde,
tinaja
puro
estilo
días, se
encontró,
núm. 18, de la calle de Toá un metro de profundidad, bellísimo ejemplar del más
mudejar.
Su ornamentación consiste en fajas ó anillos, anchos y estrechos, alternando, y cada uno presenta diferentes motivos ornamentales, palmas, lacerías, florecillas, cuadrifolias y arquerías de ojiva túmida. Todos estos ornatos, que luce tan extraño ejemplar cerámico de los alfahares trianeros, fueron ejecutados imprimiendo las matrices de hierro ó madera sobre el barro blando, y una vez cocido, fué vidriada la tinaja toda de verde, cuyo esmalte, descompuesto por la
humedad
del terreno, ha producido bellísimas irradiaciones.
Dice El Español de Sevilla del 18 de Diciembre último:
«A poco más de una
legua de
de Constantina, y en el sitio denominado «El Robledo,» se ha verificado casualmente un hallazgo arqueológico la villa
que parece debe revestir importancia. «Dícese que con ocasión de estar cazando un hombre
del pueblo
con hu-
rón, levantó algunos pedruscos y descubrió varias sepulturas, conteniendo una
de
ellas,
tes
y
de considerable extensión, un esqueleto adornado de
collares de oro, cuyas joyas
han sido vendidas
»E1 hallazgo parece que ha despertado
la
al
anillos, brazale-
peso en esta capital,
ambición de personas indoctas,
continúan haciendo excavaciones á troche moche y sin dirección busca del legendario tesoro.» en alguna,
las cuales
—Mr. Heron de
Villefosse presentó á la Académie des Inscriptions en una de las últimas sesiones celebradas por aquella docta Corporación, un vaso de plata que contiene una inscripción celtíbera, en hermosísimos caracteres, encontrado hace poco en el cortijo de Cazlona (Andalucía), conocido por Cástulo en la antigüedad. Dicho vaso, en forma de seno de mujer, se halla desprovisto de toda ornamentación en relieve; es decir, está completamente liso. En 16 18 pertenecía al marqués de la Aula, y se creyó perdida aquella joya arqueológica, hasta que actualmente ha sido hallada (?) en Santander y transportada á Francia, como tantas obras artísticas de los pasados tiempos...
Callona.
et
Belles Lettres,
EL ARCfflVO
44 Dicho monumento
tiene
un excepcional valor, pues dice la Revue 'Bleue donde tomamos esta noticia, que las insaue adorna el vaso referido son rarísimas,
del 17 de Diciembre último, de cripciones de la naturaleza de la
toda vez que los caracteres del alfabeto llamado celtibero eran solamente conocidos por las leyendas de los ejemplares numismáticos. Dicho vaso, al ser descubierto, estaba lleno de monedas, de las cuales unas pertenecían á la época consular de los últimos tiempos de la República Romana, y otras eran celtíberas. Existían cerca de la antigua Cástulo algu-
nas minas de plata, que proporcionaron probablemente el metal para este vaso. La inscripción no ha podido aún ser explicada. Las leyendas délas monedas celtíberas son relativamente fáciles de traducir, porque contienen comunmente nombres propios, existiendo muchas, como es sabido, bilingües. En las excavaciones practicadas en la Beocia durante el año pa'Beocia. sado, y cuyos resultados ha dado á conocer Mr. Heuzey á la Académie des Inscriplions et Belles Lettres, se descubrieron en el santuario antiguo de Apolo Ptoyos, muchas esculturas notables, particularmente dos Apolos arcaicos, y una serie de bronces votivos y decorativos que, comparados con los ejemplares de vajilla de barro que los rodeaban, forman una serie cronológica instructiva. A cinco metros de profundidad, en la capa del suelo donde se hallaron objetos de barro con adornos geométricos, se hallaron primeramente pequeñas estatuitas de animales votivos, reproduciendo el estilo primitivo de los que se encuentran sobre dichos barros. En las capas intermedias, en medio de fragmentos de barro de estilo corintio, se encuentran gran número de fajas de bronce muy delgadas, trabajadas al repujado, que parecen haber sido aplicadas sobre muebles. En ellos se sigue, como en los vasos pintados, toda la historia de la decoración primitiva en Grecia: la influencia oriental se nota gradualmente por la introducción de las rosáceas asirlas que se mezclan con animales primitivos, después aparecen las trenzas, los entrelazos, las palmitas; luego se muestran los animales fantásticos de origen oriental, pero de estilo completamente griego, esfinges afrontadas, grifos, pájaros con cabeza viril y barbuda; y por último, la figura humana hace su aparición, y casi inmediatamente entra en las composiciones legendarias pertenecientes al ciclo griego; Júpiter y Tifón, Prometeo, Hércu-
—
les, la
Górgona,
etc.
Como
bronces semejantes se han hallado también en Dodone, en la Acrópolis de Atenas y particularmente en Olimpia, en donde se han descubierto restos de inscripciones argivo-corintias, se cree que toda esa fabricación de bronce repujado debe provenir de un mismo taller pcloponense. A estos resultados hay que añadir muchas estatuas de bronce, inscripciones sobre fragmentos del mismo metal, de las cuales una da el nombre de un artista: Onasimos, de Tebas; y en fin, un fragmento de cabeza de mayor tamaño que el natural, que pertenece al tipo de Apolo hisménico del escultor
Canachus. Dichos objetos descubiertos constituyen una página de
la
arte é industria helénicos desde últimos del siglo VIII hasta el
del
VI
siglo antes de nuestra Era.
Imprenta de Francisco Vives Mora, Lauria, 20,
historia
del
primer tercio
Í^GYIjÍTH
•«
DG
+
+
GienClHjí
Director: Dr. D.
Tomo
VII
S
+ l^IjáfPÓI^IGHjí
ROaUE CHABÁS,
VALENCiA.-Febrero, Marzo y Abril 1893.
»
Presb.
á Cuaderno
II
T
t
latálojia
iie
luán
ía^ obta^ ht
ht
^mnt^.
|uANDO en 1884 publicamos en forma de libro la Biografía de Juanes, se traspapeló en la imprenta el Catálogo de las tablas del Rafael
Hoy lo damos á luz El Archivo, ampliado con muchos datos adqui-
valenciano, con harto sentimiento nuestro. para solaz de los lectores de ridos posteriormente. .
El
examen detenido de
las
producciones juanistas, nos impone su divi-
sión en las tres secciones siguientes: i." Composiciones históricas, 2.*
posiciones alegóricas.
ó más personajes. Juanes, ya que
Y
En
muy
Com-
Figuras, medias figuras, bustos y grupos de dos este último inciso colocamos también los Retratos de 3.*,
rara vez
abandonó su género
habitual,
que era
el reli-
gioso.
SECCIÓN
1/
Composiciones históricas. Vida de San Esteban, en cinco con
los Doctores;
ducción
Museo
al
del
tablas:
Núm.
749. El Santo discutiendo
núm. 750. Su juicio ante el Sanhedrín; núm. 751. Connúm. 752. Lapidación, y núm., 753. Entierro del Santo.
martirio;
Prado (Madrid).
Ultima Cena.
—Tamaño
natural.
—Núm.
755.
Museo
del
Prado (Ma-
drid).
Visitación de Santa Isabel.
Museo del Prado (Madrid). Tomo VII
—Tamaño
pequeño
circular.
—Núm. 6
756.
EL ARCHIVO
46
Martirio de Santa Inés. del
Oración del Huerto. Cristo cargado con
igual
tamaño y forma.
— Núm.
757.
Museo
Carmen
— Núm. 766. Museo del Prado (Madrid). Cruz. — Núm. 763. Museo del Prado (Madrid). Cruz. — Núm. 765. Museo del Prado (Madrid).
la
Descendimiento de
la
— Boceto ó reducción de
Ultima Cena. del
— De
Prado (Madrid).
anterior.
la
—Núm.
612.
Museo
(Valencia).
Conversión de San Pablo.
— Apaisado. —
Sacristía de la Catedral de
Va-
lencia.
— Medias — de Catedral de Valencia. —Tamaño regular. — de Catedral de Valencia. Ultima Cena. — Tabla pequeña. — En parroquial de San Nicolás. Anunciación de Virgen (i). — San Nicolás. Nacimiento Señor. — San Nicolás. Adoración de Reyes. — San Nicolás. Circuncisión Señor. — San Nicolás. Resurrección de Jesús. — San Nicolás. Cuatro de apariciones de San Miguel. — San Nicolás. Tres sobre Creación. — San Nicolás. Oración Huerto. — Capilla Cristo de San Nicolás. Beso de Judas ó Prendimiento. — Capilla Cristo de San Nicolás. Sacra Familia.
Sacristía
figuras.
Ultima Cena.
la
Sacristía
la
la
la
del
los
del
tablas
tablas
la
del
del
del
Flagelación de Cristo. -Capilla del Cristo de San Nicolás.
Calle de Amargura.
— Capilla del Cristo de San Nicolás.
Descendimiento de
la
Sacra Familia.
—
Cruz.
Sacristía.
Oración del Huerto.
— Capilla
del Cristo de
San Nicolás.
— San Nicolás.
— Parroquial de San Bartolomé.
columna. — San Bartolomé. — San Bartolomé. Entierro de Cristo. — San Bartolomé. Cristo atado á
la
Crucifixión.
Cuatro tablas
relativas á
San Miguel y San Dionisio.
— Parroquial de San
Miguel.
— de San Miguel. — Figuras enteras. — de San Miguel.
Nacimiento del Señor. Sacra Familia.
Sacristía
Sacristía
Descendimiento de
la
Cruz.
—
Sacristía
Camarín en
del
la
Capilla de la
Virgen de los Desamparados.
Anunciación de Nuestra Señora. Visitación de Santa Isabel.
Ultima Cena.
—
—
Sacristi.i
la
Catedral de Segorbe.
la
de Segorbe.
en Alcira.
— De propiedad
Esta obra, las dos que siguen y
de
Sacristía de la Catedral
Iglesia del Cristo
Nacimiento de Jesús. (i)
—
particular.
Resurrección, es
muy
dudoso sean de Juanes.
EL ARCfflVO Adoración de
los
Reyes (i).
47
— De propiedad
particular.
San Pedro instituyendo Patriarca de Antioquía á San Ignacio, discípulo de San Juan.
—De propiedad
particular.
SBCCIÓN
2.:
Composiciones alegóricas. Coronación de de forma ovalada.
Asunción de
la
—
la
Virgen por
Museo
la
Santísima Trinidad.
Virgen, sostenida por ángeles.
Bodas místicas de Santa Inés y rotea, ó Apoteosis de la Inocencia.
Bautismo de Cristo en
el
— Museo
del
Carmen.
B. Agnesio, San Teófilo y Santa
Do-
— Cuadro apaisado. — Museo del Carmen. Jordán. —Tamaño natural. — Catedral de Va-
el
pila bautismal.
lencia, sobre la
Coronación de
la
— Mitad — Medias Cristo en brazos de ángeles. — Cruz. — Cuatro Retablo de
Coronación de la
la
— Tamaño — — San Nicolás. — San Andrés. de San Andrés. parroquial de Onda. —
Virgen ó Purísima.
razón de Jesús ó Compañía.
Virgen de
—Tabla pequeñísima
del Prado.
Virgen.
Leche.
natural.
Iglesia del
Co-
del natural.
figuras.
Sacristía
tablas.
la
Iglesia
SKCCIÓN
3.'
Figuras, inedias figuras, bustos y grupos de varios personajes.
— Media Dos Salvadores. — Media
—Núm. 759 Museo Prado. —Núms. 760 y 764 Museo Prado. Melquisedec y Aarón. — Figuras —Núms. 761 y 762 Museo Prado. Museo Padre Eterno. — Busto con manos. —Núm. 388 Carmen. Ecce-Homo. — Media —Núm. 393 Museo Carmen. Dos Salvadores. — Más de medio cuerpo. —Núms. 617 y 632 Museo Carmen. Salvador. — Busto con manos. — Catedral de Valencia. Ecce-Homo.
del
figura.
figura.
del
del
del
del
del
del
figura.
del
del
enteras.
del
del
del
(i)
Esta obra bellísima y de autenticidad indudable, tuvimos ocasión de admirarla en
almoneda de D.
Ramón
nes en sus comienzos,
si
la
Mata, donde vimos también un San Vicente Ferrer atribuido á Juabien esto es ya
más
discutible.
— EL ARCHIVO
48 Ángel Custodio.
— Figura
entera, mitad del natural.
lencia.
Ecce-Homo.
— Media
figura.
— Catedral
— Gitedral de Valencia.
San Miguel, Santa Bárbara, San Vicente Ferrer y San Benito. blas estrechas.
—
— Catedral de Valencia.
de Va-
— Dos
ta-
—
Grupos de Apóstoles, Doctores, Santos y Santas Mártires. Cuatro tablas. San Nicolás. Dudosas. Padre Eterno, San Nicolás, San Pedro Mártir, San Cristóbal.
—
— San Nicolás. Salvador. — Medio cuerpo. —
Sacristía
de San Nicolás.
—
—
Dos relicarios. Sacristía de San Nicolás. Cabezas de Jesús y María. Tres tablas. San Pablo San Salvador, José, San Pedro y la Virgen. y ^
Santa Catalina.
—
—
—
Medio cuerpo. Santa Cruz. La Virgen y el Niño, San Miguel y San Jerónimo.— Tríptico. Salvador.
— San
Andrés.
— de San Miguel. — Dos — San Sebastián. San Francisco de Paula. — Figura
Dos Santos Obispos.
Sacristía
tablitas.
entera.
La Magdalena y San Juan, San Nicolás y San Pedro Mártir.
— De propie-
dad particular.
Los cuatro Doctores.
—Cuatro
tablas.
— Bocairente (Valencia).
— Fuente Higuera (Valencia). — Más de medio cuerpo, fondo de oro. — Sueca (Valencia). Salvador. — Más de medio cuerpo, fondo obscuro. —Jabea (Alicante). — Onda (Gistellón). Gibezas de San Pedro y San Pablo.— Dos San Roque. — Capilla de Santo Tomás. — Catedral de Segorbe. (Casdudosas. — y Mclquisedcc. — Puertas de
Salvador.
la
Salvador.
tablas.
Villatorcaz
oratorio,
Elias
tellón).
Retrato de D. Luís Castelví, conde de Carlet. del
Museo
— Media
figura.
Núm. 754
del Prado.
Tomás
Retrato de Santo
de Villanueva, Arzobispo de Valencia (i).
Guadamacil, busto con manos.
—Sala Capitular moderna de
la
Catedral de
Valencia.
Obras de Juanes comprendidas en
las tres
secciones,
cuyo
perdido, no estando comprobada su identidad con ninguna de
(i)
Algunos achacan
representa
V. su
al
á
Juanes
la
Patriarca Ribera; j)ero
artículo en
el
tomo
V
rastro se ha
las anteriores:
paternidad del guadamacil que forma pareja con ¿ste y docto Sr. Tarín probó lo inexacto de esta presunción.
el
de El Archivo, pág. 336.
— EL ARCHIVO
49
—Parroquia de Santa Cruz. — San Bartolomé. Una Vida Señor. — Convento de San Agustín. sobre de milagros de San Francisco de Paula. — Convento Dos ó cuatro Un
Cristo.
Concepción.
Siete tablas
del
la
tablitas
de San Sebastián.
— Convento de San Francisco. Ángel Custodio. — Convento de San Francisco. Corona. Mayor. — Convento de Santiago Salvador. — Convento de Santo Domingo. — Convento de Santo Domingo. Niño La Virgen y Salvador.
la
el
(i).
el
Dos de
la
San Sebastián, San Vicente Ferrer, San José y Virgen Convento de Santo Domingo.
oratorios con
—
Esperanza.
Muerte de
Magdalena.
la
—Arciprestal de Castellón. Pasión — Dudosas. — Catedral
Salvador y cuatro tablas sobre
(2).
la
de
Segorbe. Salvador.
— Dudoso. — Cartuja de Valdecristo.
San Sebastián, San Bruno, San Vicente Ferrer,
etc.
—Varias
tablas.
Cartuja de Valdecristo. El Padre Eterno y Cristo (3).
— Museo del Louvre.
— Museo del Louvre. Louvre. Religión. — Museo
Cristo sostenido por ángeles.
del La Magdalena y la San Jerónimo y San Francisco. Museo del Louvre. Cristo meditando sobre los atributos de la Pasión. Museo
—
Cabeza de
fraile.
— Museo
—
del Louvre.
del Louvre.
—
Almoneda de Aguado. un instrumento músico. Almoneda de Aguado. San Juan Evangelista. Almoneda de Aguado. Ultima Cena. Almoneda de Aguado. Cristo.con la Cruz. Almoneda del mariscal Soult. Ecce-Homo. Almoneda del mariscal Soult.
Aparición de Jesús á Santa Teresa (4).
Un
—
ángel tocando
—
—
—
—
(i)
Esta obra quizás sea
(2)
Cerraban este Salvador
el tríptico
las
de San Andrés.
dos puertas de oratorio de Villatorcaz y
es,
como
ellas,
muy
incierto.
(5)
Las obras que siguen
las cita
Mr. Guellette, en su obra sobre
los pintores españoles,
París 1865. (4)
Esta obra no debe ser de Juanes, pues Santa Teresa murió después que éste,
y su culto público no
se autorizó hasta 1621,
en
1
582,
EL ARCHIVO
50
Cuadros de Juanes existentes en los museos extranjeros.
— Museo de l'Ermitage en San Petersburgo. — Museo de l'Ermitage en San Petersburgo. Santa Lucía, Santa Bárbara, Santa Oitalina. —Tres — Galería HosAna
Santa
(i).
Santo Domingo.
tablas.
kins. Londres.
San Pedro y San Pablo.
— Dos
tablas.
— Galería Hoskins. Londres.
Diseños de Juanes perdidos. Cartones para unos tapices representando
la
«Vida de
la
Virgen.»
— Ca-
tedral de Valencia.
Retratos de los duques de Calabria en papel.
Figuran en
contando ducido
el
las
la
lista
unas i6o obras de Juanes, de
extraviadas, pero sin excluir las
número
este cálculo
anterior
á 120,
en un tercio
«Biografía» y casi en
la
las
la cifra
Reyes.
que, des-
dudosas, vendrá á quedar re-
de 80 cuadros que hicimos en
mitad á
los
se acerca bastante á la verdad.
que creemos al
— San Miguel de
la
Supera
mencionada
de 68, que fueron los que en
la
misma
citamos.
La colección más numerosa
es la
de San Nicolás, que contiene, entre
y problemáticas, 34 tablas. Sigue á ésta la del Museo del Prado (18 obras), la de la Catedral de Valencia (8), San Miguel (8 ó 9), Museo del ciertas
Carmen
(7), iglesia parroquial de
Onda
(6),
parroquia de San Andrés (5). Ninguna de
las
Museo Hoskins de Londres y demás colecciones
;ilc.in/;i
este
número.
Terminada
la
parte estadística de nuestro trabajo,
vamos
á hacer algunas
consideraciones críticas acerca de las principales creaciones catalogadas. Para
proceder con más orden, dividiremos este artículo en tantas partes, cuantas secciones
hemos admitido.
SECCIÓN Todos la
I.*
y de la Pasión de Jesús, desde «Adoración de los Reyes,» y de la
los pasajes salientes de la Infancia
«Anunciación de
la
Virgen» hasta
la
V. la obra citada de Guellette. Dicho señor afirma la existencia de otras tablas en (i) Londres. Por nuestra parte, sospechamos haya en dicha capital una Concepción.
EL ARCHIVO
51
la «Resurrección,» han sido tratados por el pincel hay que sepamos ninguna colección que posea la desgracia no Por de Juanes. serie completa, pues en la de San Nicolás, que es la que más se acerca á este
«Oración del Huerto» á
no pocas dudas
resultado, las tablas referentes á misterios gozosos, ofrecen
respecto á su legitimidad.
Como
quiera que sea, en las composiciones titu-
«Nacimiento del Señor» y «Adoración
ladas «Visitación de Santa Isabel,»
de los Reyes,» demostró Juanes su aptitud para nas,
y en
el
torrentes la
«Descendimiento de
el idilio
y
las
escenas tier-
Cruz» y «Entierro de Cristo,» desplegó á
la
melancoHa suave propia de tan
patéticas situaciones.
La serie de misterios dolorosos es á la vez la más completa y repetida. La vemos en la Sala de Alfonso XII ó Tablas antiguas (tres cuadros), en San Nicolás (5), y en San Bartolomé (4). A fin de no incurrir en repeticiones, nos fijaremos solo en esta última, que nos debe una reparación. Pusimos en duda su autenticidad en
humo
ó
tal
la
cuando ennegrecidas por el si daban de sí dichas circunstancias han cambiado, y la feliz res-
repetida «Biografía,»
vez por haberse rechupado
obras una idea confusa.
Hoy
las
el color,
apenas
tauración de tales pinturas permite colocarlas junto á
maestro. Todas
ellas
seducen por
magia
la
las
análogas del insigne
del colorido, distinguiéndose ífLa
Oración del Huerto» por su efecto de Cristo entre las sombras de
cadas reminiscencias con el
guarda
el
luz, que hace destacar la figura de noche, y el «Entierro del Señor» por sus marúltimo cuadro de la «Vida de San Esteban,» que
la
Museo de Madrid.
La gran semejanza de una
que
tabla
nuestra Patrona, y cuyo asunto es
cuadros que relatamos, nos
mueve
mejor parecer de
y
los doctos,
buyen discrepe más en
la sacristía del la
tal
vez alguna de
las
camarín de
Cruz,» con los
que
siempre se le
el
atri-
el estilo.
Para completar lo referente á
la
cuadro grande «La Crucifixión,» de ni
en
á asignársela á Juanes, salvo
que
á fe
existe
«Descendimiento de
el
tampoco de Zariñena (i),
«Pasión del Señor,» diremos que
la capilla
no
del Cristo,
á quien en otra ocasión se lo
más bien de escuela romana de fines del Apegado Juanes á las tradiciones de
siglo
XV
es
el
de Juanes,
achacábamos, sino
ó principios del XVI.
no
es nada extraño se com-. «La Sacra Familia,» esa graciosa composición que tradominios del arte su ilustre maestro. Las tres que de aquél conoce-
Rafael,
placiera en reproducir jo á los
mos, son las de la Catedral de Valencia y San Nicolás (medias figuras), y de San Miguel (figuras enteras, pero menor tamaño) y todas pertenecen á mejor época de su autor. La de
la
(i)
con
la
famosa «Virgen del Pez.» En nuestros
Entiéndase del mayor ó Cristóbal.
la
Catedral, que es la que ha adquirido
yor celebridad, mereció de Ponz grandes elogios, hasta rarla
la
el
mapunto de compa-
días, el Sr. Llórente
en
EL ARCfflVO
52
su libro titulado Valencia, atribuye dicha obra á Julio
Romano, y aunque
nos atenemos
esta opinión sea para nosotros de gran peso,
al
parecer de Ponz,
y no porque este crítico fuera infalible, sino fundados en analogías de estilo con otros cuadros indudables de Juanes, y singularmente la tabla gemela de
Caso de haber duda entre
Sají Nicolás.
el
discípulo español y
juzgamos mucho más verosímil existiendo
Rafael,
el
romano de
obra en Valencia que
la
pertenezca á aquél y no á éste.
La «Ultima Cena» marca en ó histórica y tución de
la
rigor la transición entre la sección primera
segunda ó alegórica, y
Eucaristía.»
la
quien crea
la
Examinada
la
casi debiera
«Cena» de Juanes, inspirada en
entre ambas.
En
el fresco
admirable de
la
no
Insti-
faltará
composición similar de
la
Catedral de Milán, Jesús, dirigién-
dose á sus discípulos, exclama: Avien dico
Los apóstoles,
riis est.
mientras
el
vohis, guia untis vestrttm
modo
traditn-
diverso y adecuado á su cirácter, pues
enérgico Pedro protesta de su lealtad,
hombro de interesante. En
emoción, se reclina sobre
una escena animada
im
expresan un sentimiento de sorpresa é indig-
al oirle,
nación, que manifiestan de un
la
«La
titularse
Sin embargo incurriría en error, pues no hay punto de comparación
Vinci.
por
mejor
cuestión superficialmente,
el
dulcísimo Juan,
otro discípulo.
el
mudo
Resulta, por
«Cena» del pintor valenciano todo varía por completo. Jesús pronuncia con tono solemne las palabras sacramentales: Hoc est etiim corpas menm, hic est cnim sauguis meus, que escuchan los apóstoles con religiosa atención. Una atmósfera de poesía y misticismo rodea esta situación culminante, y parece arrastrar, á su pesar, aun lo tanto,
é
la
mismo Judas, que oprime convulsivamente la bolsa, fruto de su traición. En resumen, la obra de Vinci es más dramática y la de Juanes más simbólica. En aquél sobrepujó el artista al cristiano; en éste el cristiano al artista. al
Entre
las varias
«Cenase que contiene
nerse al nivel de la de San Nicolás,
mejor de su autor. Con
la
el
una de
«Virgen de
la
Catálogo, no puede ninguna polas
mejores creaciones,
Leche,» de San Andrés;
tación de Santa Isabel» y el «Martirio de Santa Inés,» del
si
la
no
la
«Visi-
Museo de Madrid;
«Asunción» y «Bodas místicas» del de Valencia; los «Salvadores» y «Eccey algunas pocas obras más, forma el repertorio selecto, el Sancta Sanctomm de Juanes. Más dichoso éste que su rival el gran Leonardo, la la
Homo»
«Cena» de referencia
hállase en tan excelente estado de conservación,
parece no se haya acabado de secar, ¡y cuenta frescura de su color. Bien iglesia
tres siglos!
que no hemos de olvidar que
el
que
Tal es
la
clero de dicha
guarda esta preciosa tabla con cuidado exquisito. Ordinariamente per-
manece oculta de que
más de
á los ojos de los proí^mos, temerosos sus diligentes poseedores
la luz les
robe algunos átomos de su brillante colorido ó algunos ras-
gos de su vigoroso dibujo.
Siguen á esta «Cena,» en primer término,
la
de
la
Catedral, y después, y
EL ARCHIVO á
mayor
distancia, las de Alcira,
53
museos del Prado y
Carmen, que
del
si
no
fuera por la expresión de las cabezas, las atribuiríamos al P. Borras, pues es-
muy
tán
Sin
de San
de acusar
lejos
las
la
finura de pincel
circunstancias angustiosas en lo
país.
las tablas del altar
No
quiere esto decir que no posea
el
Museo
«Vida de San Esteban,» pero
lo
demás
Prado obras suyas superiores á
del
muy
está
disperso,
menos
visible,
al clero
IV
Esteban á vender á Carlos
Juanes conocido fuera de su
que la antes nombrada. económico que obligaron
y
la
tamaño
ni por el
mayor, apenas
si
sería
ni por el asunto, reúne
tantas condiciones de popularidad.
Representar los dramáticos incidentes que rodearon tomártir Esteban, en cinco cuadros (eran
«Ordenamiento
titulado
pero
seis,
el
la
existencia del pro-
primero de
la
colección,
del Santo,» se atribuye al P. Borras), fué idea felicí-
sima y con notable acierto desarrollada. Hay que añadir también que sus mismos defectos contribuyen á hacernos simpático este hermoso poema. Aquellos deliciosos anacronismos de arquitectura é indumentaria en
que aparece
el
San-
hedrín con ornamentación del Renacimiento, y junto á la dalmática recamada del Santo la ropilla negra del autor, sin que ni una ni otra prenda estén más justificadas
que
la
presencia del pintor en
el
(f
Entierro» del Diácono; aquella
perspectiva corta que detalla los últimos términos casi tanto
como
los prime-
que más parecen panecillos; que seduce sobremanera. Quizás ante crea-
ros; aquellas piedras del «Martirio del Santo,»
todo esto es tan típico y original, ciones más acabadas, exclamásemos: «Aquí se vé más perfección, pero se vé
menos
mo» la
á Juanes.»
de
la
En
Catedral y
primera á
la
«Purísima» de
la
Compañía, marcan
segunda manera de Juanes. De suponer
la
admitirse que
nuestro concepto, esta interesante serie, la
el
«Bautis-
transición de
lo contrario, debía
había echado á perder en Valencia, sobre todo en lo
que resno juzgamos probable. Las tres tablas de «la Creación» que nos trasladan con el pensamiento á las «Loggias» del Vaticano, tanto es lo que recuerdan á Rafael, y las cuatro de «Apariciones de San Miguel Arcángel,» unas y otras existentes en San pecta
se
al color, lo
cual
Nicolás, figuran entre los mejores cuadros de Juanes. Creeréis al verlas que
no hay un más opinión
al
que esto á
allá
en
el arte,
pero
si
os descubren «la Cena,» mudaréis de
punto, pues dicha tabla supera á lo mejor, lo
casi
en
la
proporción
mediano ó dudoso.
Las obras relativas á San Miguel tienen por asunto «la lucha entre los ángeles buenos y malos,»
batalla de
Josué contra los cananeos» y las «apariciones del Monte Gárgano y de Roma.» En esta última aparece la famosa Moles Hadriani (hoy castillo de Sant Angelo), reproducida con toda «la
exactitud.
En
la
(fOuía de Valencia» del Sr. Settier se asignan á Juanes en
mienzos, ó á su escuela, ocho obras del
Tomo
VII
altar
sus co-
mayor de San Miguel, afirma7
EL ARCHIVO
54
ción que ha sido después repetida por varios escritores.
Sin embargo, á que representan «La victoria del Arcángel sobre Luzbel,» la «Aparición de San Miguel en el monte Gárgano» y «La sentencia y martirio de San Dionisio,» y lo más que podemos admitir es que se agregue á las anteriores una Virgen que hay en el centro de dicho altar, y que por su forma análoga demuestra pertenecer á la colección. El error nuestro juicio no son
más que
cuatro,
expresado dimana, según creemos, de haber incluido entre los cuadros de iglesia los
de
en cuyo caso resultan ocho ó nueve
la sacristía,
tan rasgos de Juanes.
Las tablas citadas aparecen inferiores á
la
que osten-
los
de San
las
Nicolás, á lo cual contribuye su lamentable estado de conservación, pues la
de «San Miguel en
todas tienen sucio
monte Gárgano»
el
tonces figuraran entre las
Sería
SECCIÓN Pocas son en número
profundo sentido alegórico que en quilates,
y por lo que á
denotan
la
varias
partes
y
2.»
obras que en este grupo se contienen; pero
las
compensada con
escasez se halla
rajada en
está
muy
conveniente restaurarlas, y quizás enbuenas producciones de la primera época de Juanes.
el color.
creces
por
calidad de las
la
ellas palpita acrecienta
tal
mismas. El
muchos
su valor en
ejecución se refiere, acusan marcado adelanto y madurez del autor. la
«El Bautismo de Cristo en
el
Jordán;» ¡qué magnífica portada para tan
interesante sección! Acerca de este cuadro decíamos en otro lugar lo siguiente:
«Es de
la
la
obra de Juanes que tiene mejores efectos de luz, siendo un estudio
alborada, cuyas rosadas
tintas se reflejan
singularmente anatómico, no tiene los doctores griegos
y
en
rival; el color
(San Gregorio, San
latinos
el
Jordán.
muy
Como
dibujo,
propio, las cabezas de
Basilio,
San Agustín y San
de Cristo y de San Juan.» A esto podemos añadir, que dicha «Alegoría del Bautismo» es una libre imita-
Jerónimo) excelentes,
como
así
Más grave
ción de Rafael.
el
genio de Juanes que
las
graciosas figuras de ángeles
tal
vez infunden en
que explicaron
el
posición, puesto
el
ánimo
dogma
que en
las actitudes
que aquél pusiera
ideas nada devotas,
católico. Así logró dar
ella
aparece
el
á
el
de su maestro, sustituyó
ambos
—
—y que
lados del río
por los austeros personajes
más trascendencia
Bautismo venerado por
á su
com-
las iglesias
de
Oriente y Occidente. Un beneficiado de la Catedral, arrodillado y con un libro abierto en la mano, que figura en un extremo del cuadro, es el que lo
Moscn Bautista Agncsio más adelante hablaremos.
encargó,
(i)
(i),
El llamarse Bautista este virtiiuso y
no deben despreciarse
al tratar
íntimo amigo del
.s.uiui
artista,
de quien
sacerdote priieiia que ciertas cumciueiicias
de interpretar los asuntos de algunas obras.
EL ARCHIVO
San Andrés, «Cristo en brazos de ángeles,» llamada
tabla existente en
La
también «La Piedad,» encanta por
ramente romanas,
la
55
suavidad de
la
agrupación simétrica de
las tintas
y
cierta agradable
brota del asunto. Se ve en primer término á Jesús difunto,
dez cadavérica; su cuerpo aún está caliente,
pu-
las figuras,
melancolía que pero sin
la livi-
más bien parece dormido que
muerto. Dos ángeles, arrogantes mancebos, le sostienen, y en lo alto su Eterno Padre le mira complacido. Alguien ha supuesto fuera esta obra una representación de
la
Trinidad, lo cual no creemos, pues
A
bolo del Espíritu Santo.
nuestro juicio,
el
falta la
paloma, sím-
asunto se puede interpretar
así:
«Dios Padre contemplando consumada la redención del hombre por la muerte de Jesús.» D. Vicente Boix, en su «Guía,» atribuye este cuadro á Ribalta imitando á Juanes, opinión que ha sido seguida, sin reflexionar, por otros autores, mas que consideramos destituida de fundamento. Grande fué la facultad asimilativa de Ribalta, según
demuestran sus copias del Piombo; pero no
hasta el punto de reproducir con tanta exactitud
suyo.
Aun dado
un
estilo
muy
diverso del
caso de que el citado «Cristo» perteneciera á Ribalta,
toda imitación requiere original,
la
gloria
como
de haber concebido éste sería
íntegra de Juanes.
En
la lista
de Mr. Guellette figura una composición con igual título y
que debemos juzgar análoga.
La
iglesia parroquial
de los que dio
la
de
Onda
primer noticia
posee fragmentos de un retablo de Juanes,
Mundina en
el Sr.
su
«Historia de
la
pro-
vincia de Castellón» y tuvimos la suerte de ver en Septiembre de 1891.
Hé
aquí en qué forma describíamos dichas obras en un artículo de El Correo de Valencia que por entonces publicamos:
«Consta de
tres
cuerpos
el retablo.
En
el inferior,
que llamó desde luego
y con preferencia nuestra atención, se advierten tres tablitas apaisadas, en las que se desarrollan escenas de la vida de Cristo. Vese en el primer cuadrito de la izquierda «La Sacra Familia» ó sea María, que tiene á Jesús en sus brazos jugando con la cruz, al cual contemplan sentados San Joaquín y Santa Ana, y en pie, en segundo término, San José. En el fondo bello país. »La tabla de en medio representa «El Entierro de Cristo,» grupo de seis figuras de subido valor. Jesús yace tendido en tierra,
preparan á envolverle en
el
y José y Nicodemus
se
sudario; María, con expresión de intensa amar-
gura, se arroja delirante sobre el cadáver de su hijo, mientras San Juan y la
Magdalena
se
disponen á consolarla. ¡Qué hermoso contraste presentan
bas composiciones! rafaelescas
La primera
es
un
idilio tiernísimo,
am-
una de esas alegorías
al paso que la segunda pone un modo interesante y conmovedor. cuadro completa el de los anteriores. En él Jesu-
en que tanto se complacía Juanes;
ante los ojos
el
drama
del Calvario de
»E1 asunto del tercer
cristo resucitado se aparece á su
Madre, que
le
recibe de rodillas. Varios
«
EL ARCHIVO
56
Apóstoles, situados en fecías,
y
el
el
fondo, presencian esta escena. Se cumplieron
instrumento de martirio y afrenta
iiáse
las pro-
convertido en símbolo de
redención, en lábaro de los celestes elegidos.
«Ofrecen todas estas obritas
el sello
no
indeleble de Juanes, y
así
como
de «la Cena» y de «la Creación» de San Nicolás, en que empleó ñguras pusitiescas, bastantes años antes quiera, sino de su mejor período,
el
de
las tablas
que Poussin. El dibujo correcto y sólido, el colorido rico y brillante, la simetría en las composiciones y la gran propiedad en la expresión, acusan la experta
mano
de aquel gran pintor, místico y filosófico á
»E\ cuerpo central lo ocupan cuales son: en
Santos médicos
))En el la
tamaño natu-
medio San Antonio Abad y Santa Bárbara, y á Damián y Cosme. remate, que guarda mayor relación con el cuerpo inferior,
ral, las
dos
los
la vez.
cuatro figuras sueltas, casi del
Santísima Trinidad, simbolizada por
el
los la-
se
ven
Padre Eterno sosteniendo á su Hijo
en la Cruz y rodeado de ángeles, y dos hermosas cabezas circulares de San Pedro y San Pablo. Todo esto es de Juanes, sin género ninguno de duda. «Por último, adosados á la parte inferior y en relación con la central, están los Santos ermitaños Gil (lienzo) y Onofre, y las Santas mártires Paula
y Apolonia, de escaso tamaño é importancia. »La manifiesta incongruencia entre unas y otras tablas, me hace sospechar se amalgamaran, para formar el actual retablo, materiales de diverso origen. Dados los asuntos del remate y del cuerpo inferior, que son de Juanes sin disputa, en
Quien
así
no
centro precisaba desarrollarse
el
lo entienda, será
la
«Crucifixión del Señor.
que desconoce en absoluto
la índole del reta-
blo medioeval y de comienzos del Renacimiento, semejante á una sinfonía
en que se desarrolla un solo tema, y es conjunto regular de partes armónicas. »
Fundados en la citada disparidad de asuntos y en notables diferencias de veníamos á deducir en dicho artículo, que el retablo de Onda se componía de fragmentos de otros dos; uno, el de la Cruz, en que el signo re-
estilo,
dentor era
el
lazo de unión entre las distintas partes, debido
«Salvador, « y otro, cido, anterior
pintor del
de «San Antonio y Santa Bárbara,» de autor descono-
el
medio
al
siglo al
primero y dominado por influencias germá-
nicas.
La «Asunción de
la
Virgen» ó su coronación por
la
Santísima Trinidad,
es una de las composiciones más típicas de Juanes, y en las que demostró que no por pertenecer á la escuela romana, carecía de originalidad. Tres son las obras de esta clase que de el recordamos: la de la Compañía (tamaño natural), la de San Nicolás (mitad del natural), y la del Museo del Prado
(Núm.
758, tabla pequeña).
Descuella entre
las
expresadas, por su
tamaño
é importancia,
una de
las
EL ARCHIVO
57
producciones más populares de su autor, la famosa «Purisima» de la Compañía, que una piadosa tradición ha cubierto con su aureola. Pintóla Juanes para los padres jesuítas: cuando
la
Museo
exclaustración fué á parar al
del
Carmen, donde presidió muchos años el Salón de Sesiones, y hoy ha vuelto á poder del indicado Instituto y ocupa una capilla lateral de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Varias notables cualidades coadyuvan á enaltecer esta admirable crea-
en lo alto el Padre Eterno y su Hijo cororeverente y cruzadas las manos sobre el actitud en nan á María, que aparece pecho; á los lados los símbolos de la Letanía Lauretana y dos ángeles pura-
La primera
ción.
es su sencillez;
rafaelescos; á esto se reduce todo.
mente
La atención
se concentra
en
la figura
Virgen, esbelta y airosa, de facciones correctas, mirada dulcísima y respirando una modestia, gracia y magestad, que causan indecible encanto. Pa-
de
la
sado
os
lido,
momento
primer
el
en
fijáis
muy
colorido
de estupor, de adoración á que se siente uno impe-
y veis un dibujo vigoroso, escultural, y un más que con la restauración parece haber per-
los detalles
simpático, por
dido algo de su carácter. Vése patente en esta obra
de Rafael en su primera manera, que era
el influjo del
que mejor
la
se
Perugino y
amoldaba
al estilo
de Juanes.
La «Purísima» de San Nicolás
de tamaño
es
mucho más
reducido, y
así
anterior el Padre Eterno y Jesucristo solo asoman su busto entre ésta aparecen de cuerpo entero y sentados, coronando á María, lo nubes, en
como en cual dá
Santo
al
la
cuadro
el
aspecto de una especie de Trinidad, en
está sustituido
dicada
al
mismo
por
la
Virgen. Otra
asunto, existe en
el
tablita
Museo
del
la
que
el
Espíritu
ovalada y microscópica, de-
Prado y reproduce
la
obra de
bien con la variante de haber á los lados y parte inferior infinitas cabezas de Santos, en vez de los atributos de María. la
Compañía,
si
Una «Asunción,» del
Carmen. En
diversa por completo de las nombradas, posee el
ella la
Virgen
nida por cuatro ángeles. El tamaño de esta
Compañía y
la
Museo
y asciende á los cielos, sosteobra es intermedio entre la de la
sale del sepulcro
de San Nicolás, pero en cuanto á primores de ejecución
deja atrás á todas. El estilo suelto y valiente nes, la composición original
las
como en pocos cuadros de Jua-
y graciosísima y una gran suavidad en
los tonos,
debida sin duda á no haber sido retocada por manos agenas; hé aquí expli-
cada
de
la
las
superioridad de tan preciosa tabla sobre sus similares en asunto. Joya
joyas del
Museo
la
llama
el Sr.
Araujo en su «Viaje á
afirma que en tan cortas dimensiones no hubiera hecho
tepone á
la
citada
«Asunción grande.»
compañera en simbolismo místico, ción.
Por eso
es
Esta,
sin
más
los
de España;»
Rafael, y la an-
embargo, aventaja á su
lo cual constituye
una sabia compensa-
más popular.
La «Virgen de
la
Leche, con San Jerónimo y San Juan Bautista,» de San
EL ARCHIVO
58
Andrés, debe ser colocada entre razón movió á éste á poner
al
las
más
perfectas creaciones de Juanes.
Precursor, ya en edad
viril,
Qué
junto á Jesús niño,
sabiendo que con ello cometía una impropiedad, ni á qué
reunió aquel
fin
Santo y á San Jerónimo al lado de la Virgen, son cosas que no se nos alcanzan y para cuya explicación hemos de apelar á la conjetura. Agrupaciones parecidas se observan en
norma
las rija,
que
y romana,
las escuelas florentina
que otra
sin
capricho de los pintores. Tal creemos ocurra en
el
sente caso, y que se trata de un cuadro de familia. Alambicando miento, no descubrimos otro vínculo entre el solitario del Jordán y
do «Cardenal de Belén,» que
el
de apellidarse Juan
el artista
el pre-
el
pensa-
el
llama-
y Jerónima su
mujer. Descrita esta obra por nosotros en Las Proi'incias hace ya algunos años,
nos limitaremos á copiar los párrafos más salientes del citado artículo. Dicen
«Represéntanse en
Virgen con
así:
cuadro de medias figuras; en primer término
el
la
niño Jesús en su regazo, aquélla mirándole con ternura y éste sonriendo, vuelto al espectador y apoyando la diestra manecita en el pecho el
materno; no se puede dar actitud más natural ni más
término y sirviendo de fondo, á
la
artística;
en segundo
derecha, San Jerónimo con hábitos car-
y sosteniendo un libro; á la izquierda San Juan Bautista, vestido con un pellico de color verde obscuro, y por último, en lontananza, ameno país. ¡Qué bien diversificados están los personajes conforme á su edad y ca-
denalicios
tegoría! Fijándonos en las carnes, la
Virgen,
el
moreno
del
hombre
notamos
el
color sonrosado del niño y de
(San Juan), y el cetrino del cano y liso, el Bautista negro y Jesús dorado y lleno de rizos. A esto
del pueblo
viejo (San Jerónimo). Este tiene el cabello
crespo,
Virgen castaño y flexible, que la vestidura de María, bastante complicada, consta de
la
podemos
añadir,
tunicela ó camisa encarnada, después
una especie de toga de
tinte amarillo
un velo ó pañuelo blanco que cubre la cabeza, y por encima de todo, un anchuroso manto de intenso y hermoso color verde. En
pálido, sobre ésta
cuanto
al
niño, aparece completamente desnudo.
»La composición, anacrónica bajo de alegoría rafaelesca, es bellísima bajo dable disposición. Se ha tratado escollos, tal
vez
y
la
el
el
punto de
el
pictórico por su simetría
vista histórico
y
á
modo
y agra-
asunto con delicadeza, venciéndose sus
humana y una actitud res-
Virgen, sin ser una hermosura ideal, sino más bien
el retrato
de
la
mujer ó alguna
hija del pintor, ofrece
petuosa y digna. El dibujo es sólido, correcto y vigoroso, y la anatomía bien indicada, probando lo empapado que estaba el autor en las máximas de Sanzio de Urbino.
gran Vinci,
el
En cambio,
san grandemente el
epíteto de
el
color con su esplendente armonía, recuerda al
colorista inimitable. al
que
Andrea
los
Los tonos son
contempla. Merece, en
del Sarto, Sai:;^a error i.»
muy
simpáticos y embele-
fin,
Juanes por esta obra,
EL ARCHIVO
59
Cierra dignamente esta serie una gran maravilla, no inferior á ninguna
de
nombradas,
las
la
obra titulada «Bodas místicas de Santa Inés y
el
Vene-
rable Agnesio, San Teófilo y Santa Dorotea,» ó «Apoteosis de la Inocencia,» que admiramos en el Museo del Carmen (Núm. 678). Aun cuando en la repetida «Biografía» hicimos una descripción de dicha tabla, era tan deficiente, que creemos deber ampliarla é ilustrar con algunos
datos su probable origen.
Mosén Juan el
Anyes (Agnesio), sacerdote ejemplar, según prueba le conoce, que vivió de 1480 á 1553, y obras latinas en prosa y verso, demostró una profunda erudiBautista
dictado de Venerable con que se
en sus varias
ción; distinguió á nuestro Juanes con firme
y duradera amistad.
influyó sobremanera en la elección de asuntos de
punto
Tal vez
es de fe para nosotros.
Santa Inés,» del se gloriaba
con
predilección de se debiera
Museo
el
parentesco de
la
ser el
ella
bellísimo, el sin igual «Martirio de
que
Santa Virgen romana; quizás también
que luego hablaremos, mostrada
no solo á
Que
del artista,
del Prado, fuera inspirado por el místico varón,
á
la
San Jerónimo por Juanes,
Patrono de su esposa, sino á los consejos del sabio
teólogo Anyes, que escribió
Oficio de aquel Santo para
el
y comentó sus elegantes
lencia
el
muchas obras
Epístolas,
que
le
de Va-
la Iglesia
valieron el título de «Cice-
rón cristiano.» Empero todo esto, no pasa del terreno hipotético. Lo que cae
ya dentro del dominio de
la
realidad es la presencia de Agnesio en el
«Bau-
tismo de Cristo,» y en la tabla que relatamos; en el primero en calidad de espectador, y en la última con intervención más directa.
Suponiendo, como
que ocupa en tismo» de
la
la
la
tradición sostiene
composición, que
Venerable encargó
como cierta tomo VIII), de
Catedral, y dando
(Viaje á las Iglesias de España,
bos de
el
y parece darlo
las tablas
de
la
á entender el lugar el
estar fechados
Catedral de Segorbe, no
cuadro del «Bau-
aserción del P. Villanueva
la
en 1530
los reci-
podemos admitir como dato
cerrado, que Juanes naciera en 1523, sino unos diez ó veinte años antes (i).
Obra de
la
importancia que
«Alegoría del Bautismo,» que
fija una no es fácil que éste la pintara (Agnesio murió en 1553), y aún creemos
la citada
línea divisoria entre las dos épocas de Juanes,
cuando apenas
tenía seis lustros
menos factible que el Cabildo Catedral de Segorbe encargara el retablo de su Altar mayor á un niño de siete años. En cambio, alargando como se ha dicho
la
vida del pintor, queda todo explicado,
así
como que
fuera discípulo
de Rafael.
La idea germinal de «Bodas
(i)
dose en
místicas,» fué
Ponz y Cean Bermúdez marcan para Juanes el acta
la
una visión que tuvo
edad de cincuenta y
seis
el
repe-
años, fundán-
de depósito del cadáver en Bocairente. Sin embargo, este documento nada
dice sobre el particular.
EL ARCHIVO
6o
tido Anyes, Apareciósele Santa Inés, y él la tija
en señal de desposorio, según
tio.
Atendida
á su
la
puso en
costumbre de
la
el
la
dedo anular una sor-
romana (i) Confarrea-
modestia del virtuoso clérigo, juzgamos esta obra posterior
muerte y como un monumento consagrado á su memoria por la ternura el Cabildo anheló conservar un recuerdo del
de Juanes, ó más bien que hecho.
Veamos de qué modo
dispuso
el artista esta
composición. Colocó en
centro á María, sentada, teniendo á Jesús en su regazo y llevando en
una corona de campanillas.
tra
A
sus pies los dos Santos Juanes, niños,
dos Santos Inocentes, se agrupan en torno de
A
Infante.
diante
la
la
la
derecha Santa Inés, se desposa con
entrega del anillo, y á
la
Cruz que sostiene el
el
el
la dies-
y
Divino
Venerable Agnesio me-
izquierda Santa Dorotea ofrece tres grana-
das á San Teófilo, en calidad de arras matrimoniales. Los prometidos, arro-
y en reverente actitud, dan á sus novias, sentadas y sonrientes, hermosos ramos de rosas y azucenas. En el fondo un paisaje pintoresco, árdillados
montañas y edificios. Y por fin, en lo alto doradas que explica el asunto: Crux est
boles,
en
letras
trames, lo cual significa en castellano:
que conduce
La
«La Cruz
del cuadro, esta inscripción
ad stemmata florida
innocuis
es para los inocentes, escala
á su coronación.»
historia pareja de la de Santa Inés, encontróla Juanes
en
la
«Leyenda
Áurea,» y por lo bella é interesante debemos referirla. La escena pasa en Cesárea (Capadocia), la joven cristiana Dorotea es conducida al martirio. Vela
el
abogado Teófilo que conversaba con unos amigos, y
deando de impiedad: «Ahora Paraíso. flores.»
Cuando
llegues allá, haz el favor de traerme unas
El grosero chiste fué celebrado con grandes risas,
respondió, y siguió su cimino; pocos
dice alar-
le
puesto que vas
estarás contenta, Dorotea,
al
manzanas y unas mas la Santa no
momentos después moría
al filo
de
la
un apuesto mancebo se apareció á Teófilo y le entregó tres manzanas y un ramo de flores, borrándose al punto de su vista. Ante semejante prodigio, pues esto ocurría en el mes de Febrero en que el campo está espada. Entonces
no tienen hojas, Teófilo se convirtió y derramó su sangre por Cristo (2). Terminaremos lo referente á esta creación peregrina, diciendo que produce en el ánimo gratísima impresión. Aquellos grupos de niños y candorodesprovisto de sus galas y los árboles
sas vírgenes
(i)
simbolizando
Siguiendo
Si tu es Agnesius,
(2)
la
P. Croissct
el
inocencia, aquellas tintas tan jugosas
famosa fórmula «Si tu
ego sum Agnes,
Afw
este autor, se truecan
usando
la
Cristiano,
en
nombre genérico
el
es Caius,
ego sum Caia,»
etc.,
y transpa-
parecen decirse:
etc.
tomo de
Febrero, día VI. Las manzanas de que habla
cuadro en granadas. Probablemente
latino (Pom.i).
la
«Leyenda»
dirá frutas,
1
EL ARCHIVO
6
y frutas, expresados con vistas que para contadas. Rogamos para más cosas son delicadeza, nimia tan guardadora del Museo del Carmen, discelosa Carlos, San á la Academia de en su defecto, de la Fotoponga la reproducción por medio del grabado, ó rentes, aquellos detalles, singularmente las flores
de
grafía,
obras de Juanes, en especial ésta y
las
SECCIÓN En
«Asunción» (Núm. 626).
la
3.*
varias ocasiones representó Juanes al «Padre Eterno,» por lo general
de medio cuerpo ó busto con manos, ya formando parte de una composición, ya solo por completo. Entre estos últimos, debemos citar por ser el más típico, el señalado con el
núm. 388
del
Museo
Carmen, cuya forma trianentender que figuraba de re-
del
gular y grandes dimensiones, dan bien claro á mate en algún Retablo y había de ser visto á distancia.
El Padre Eterno de Juanes, viejo de luenga y canosa barba y aspecto venerable, que recuerda
no poco
al
Kronos ó Saturno de
la
antigua Mitología,
no no amengua su
tiene su filiación directa en Rafael. El pintor valenciano, en esta parte,
hizo
más que reproducir con
leves variaciones.
Mas
ello
mérito, ni es caso extraño que los jefes de escuela se conviertan á veces en
En
Arte hay pocas lagunas y no se procede por saltos, sino en ordenada ilación. Los artistas más eminentes son como los dieces del Rosa-
imitadores.
el
rio,
que no por su tamaño algo mayor, dejan de formar parte de un todo
con
los granos
que
les
preceden y siguen.
Precisamente en los «Salvadores» dio muestras Juanes de su potente
Tan admirable
ginalidad.
tipo de belleza
tampoco en Vinci. El «Salvador» de grabado de patética,
éste
ori-
no hay que buscarle en Rafael, ni que conocemos por un excelente
Española y Americana, se distingue por la expresión de Juanes le supera en majestad. Aquél es más hombre,
la Ilustración
pero
el
más Dios. Los Museos
del Prado y del Carmen, la Catedral de Valencia San Nicolás, poseen excelentes Salvadores, en cuya y descripción no entramos, porque ya la hicimos en otro lugar. Dos agregamos
éste
(Capilla de San Pedro),
á la
lista, el
de
la Iglesia
Parroquial de Sueca, rubio y de fondo de oro, y
el
de Jabea, moreno y de fondo obscuro y con huellas de las bayonetas francesas, ambos de más de medio cuerpo. Otros dos de menor tamaño, tam-
de
la
uno de una
bién indudables,
una
villa
importante de
temor de que
Además,
tía,
en
la
indefinido.
creación del tipo.
sirve de puerta al Sagrario
VII
modo
de Juanes no estriba en haber pintado muchos «Salvado-
todos estos casos simboliza
Tomo
(no parroquial) de Valencia y otro de
provincia, pudiéramos añadir, pero nos detiene el
nos tache de alargar este Catálogo de un
la gloria
res,» sino
En
se
la
iglesia
y
el
«Salvador»
lleva
en una
la
institución de la Eucaris-
mano
la
hostia
y en
la otra el
8
EL ARCHIVO
62
cáliz
de dos
como en
que
las
asas, reliquia inestimable
señalado con
el
núm. 760
el
se vé á sacerdotes
sedec. Separa entre
sí
á los
de nuestra Catedral. Algunos á su vez,
Museo de Madrid, tienen dos puertas, de la Ley antigua como Elias, Aarón ó Melqui«Salvadores» como rasgo saliente, el que unos del
tienen dorados los fondos y los otros obscuros. Los primeros, que resultan
algo anacrónicos para
el
tiempo en que
ricamente que tienen vistas á
la
se pintaron,
puede afirmarse metafó-
Edad Media que muere, y
los
segundos,
al
Renacimiento que germina.
sí
El «Ecce-Homo,» otro portento, otra producción original y típica. Aquí citar esta ó aquella tabla, todas se parecen como hermanas
que no cabe
gemelas, y tan solo se diferencian en el tamaño. Juanes no supo ó no quiso apartarse de la primitiva concepción de este asunto, y se limitó á copiarse á sí
mismo.
No
«Ecce-Homo» la sonrisa del «Salvador;» su mirada severa nos reconviene amargamente. Ni menos notamos en el reminiscencias italianas: si como quien cierra los ojos á la luz, supusiéramos por un momento, en virtud de la fuerza de la abstracción, que Juanes no había existido, ¿á quién atribuiríamos esta obra? Contestamos sin vacilar que á Alberto Durero.
se advierte
Tiene toda
en
el
la valentía, los
toques vigorosos y
la
sobriedad de color del
maestro de Nuremberg (i). Dista un abismo de Rafael y de Vinci. En la Sacristía de la Catedral hay un «Buen Pastor» que algunas «Guías» achacan á Juanes, pero sin fundamento. Es una
de escuela florentina.
Tampoco
cuerpo entero que cubre
mayor), pertenezca
al
de San Nicolás,
particular
que
la
tablita apreciable, al parecer
hoy nadie que
«Salvador» de
el
puerta del Trasagrario de dicha Basílica (Altar
pintor de referencia, sino á alguno de sus discípulos.
Algunos grupos de Santos los
la
sostiene
se conservan de Juanes. Entre ellos
podemos
citar
Catedral, Santa Catalina, y las dos obras de propiedad
que forman parte de una de
las
colecciones
más
ricas
de esta clase
en Valencia. Las tablas de Santa Catalina merecen mención Son tres cuadros apaisados, de los cuales dejaremos aparte el del que representa al «Salvador,» y no por cierto de los mejores de Jua-
se conservan
especial.
centro,
nes, para fijarnos en los de los lados.
Vése en
el
de
la
izquierda á San Pablo
y San José con Jesús en brazos, y en el de la derecha, á San Pedro y la Virla composición en que aparece dividida la Sacra
gen. Aparte de lo extraño de
Familia y se hace no solo á San Pedro sino también á San Pablo contempola infancia de Cristo, estas producciones de los comienzos ó matura
ráneos de
no ofrecen nada de notable. Sin embargo, para nosotros enparticular interés, pues las dimos á conocer en un articulito, que fué
fría del autor,
cierran
(i)
Pudo Juanes conocer
ser pura casualidad.
algunas obras de Durcro en
Italia,
empero
esta analogía
debe
EL ARCHIVO
63
primero que publicamos en La Ilustración Valenciana (1881). De otros Santos de Juanes, apenas tenemos nada que decir. La Catedral posee una tablita que contiene el «Ángel Custodio» con suelta vestidura, y llevando
el
una corona y una espada, de Valencia.
Tan
insignias alusivas á su protectorado sobre la ciudad
poética devoción háse perdido por completo.
Obra en nuestro poder una hermosa lámina que representa á fcSan Juan Evangelista» sentado al pie de un árbol y escribiendo, y á quien se le aparece la Purísima, cuyo original es de Juanes y el dibujo y grabado de D. Teodoro Blasco de Soler, artista valenciano que murió en 1864. Como este señor hizo en París sus estudios, sospechamos que la
misma que
citó
la
obra por
Mr. Guellete, como procedente de
la
él
reproducida fuera
Almoneda
del ban-
quero Aguado.
La figura del Doctor San Jerónimo fué una de las favoritas de Juanes. La vemos en el «Bautismo de Cristo,» en la «Virgen de la Leche,» en los grupos de San Nicolás, en el tríptico de San Andrés, y con toda seguridad en los «Cuatro Doctores» de Bocairente, su última obra. Supo crear en esta y simpático y darle nobleza y majestad. A excepción del cuadrito de San Andrés en que le pintó penitente y desnudo, adornóle siempre con los hábitos cardenalicios. El P. Interián de Ayala (i), censura esto, pues dice apoyándose en el Cardenal Baronio, que nunca tuvo el Santo
parte
un
tipo venerable
aquella dignidad, y que aunque la hubiera gozado, se introdujo hasta 1254, siendo Papa Inocencio IV.
que
el
A
púrpura no
uso de
la
esto se
puede oponer,
y sin la dalmática de San Esteban, no menos anacróvulgo que se trataba de un Cardenal ó un Diácono.
sin tal distintivo
nica,
no
Una
sabría el
más importantes de esta Sección, después de los «Salvadores» y «Ecce-Homos,» es sin disputa el «San Francisco de Paula» que se venera en la Iglesia de San Sebastián (extramuros), antes Convento de Mínide
las
obras
mos, y que se distingue por la solidez del dibujo y la hermosura del color. Como ya en 1891 hicimos su descripción en un artículo dedicado al Santo
que publicó La Semana Dice
así:
«Aparece en
Católica, solo recortaremos
ella el
de
él
algunos párrafos.
Santo, de pié, de cuerpo entero, en tamaño algo
menor del natural, echada la capucha y apoyándose sobre un báculo. En fondo se despliega un país agreste, destacándose en el horizonte un sol con lema Charitas. Adviértese en
el
rostro del Santo
un
el el
melancóÜco y de entereza de un San
tinte
notable austeridad, que trae á la memoria cuando con la Ambrosio ó de un Tomás de Cantorbery, echaba en cara
á
Fernando
I,
de
Ñapóles, los onerosos impuestos con que vejaba á sus vasallos, ó afeaba los
crímenes é hipócrita conducta de Luís XI. La circunstancia de ser valentino casi coetáneo de San Francisco, y haber estado en
(i)
Pintor cristiano y erudito.
Tomo
III.
el
Apeles
Roma, donde
EL ARCHIVO
64
vez vería su retrato auténtico, hacen suponer encierre esta producción
tal
grandes garantías de exactitud histórica. »E1 inmortal Murillo también reprodujo pió con frecuencia. La
la
imagen de
de estar San Francisco descubierto), notable por mirable colorido, peculiares á todas
por
este Santo,
obra del artífice sevillano (que ofrece
las suyas,
la
la
profusión de luz y
el
ad-
atrae desde luego las miradas
aspecto candoroso y simpático del Fundador insigne. La bondad y la
el
caridad se observan en su faz estampadas, y en cambio
la
humildad y
nitencia resaltan en la tabla de Juanes. Esta causa veneración;
la
Murillo seduce. Amba'S se completan y encarnan perfectamente
que
queco-
particularidad
la Iglesia
la
pe-
pintura de el
concepto
ha formado del Santo.
Varios son los retratos que conocemos, debidos á Juanes. Entre ellos figura a la cabeza el de
Museo
D. Luis
del Prado), por su
Castelví,
tamaño
Conde de
é importancia.
Carlet
Tiene
tal
(núm. 754
del
finura de tintas,
que parece brotado del pincel del Ticiano. Siguen después el guadamacil de la Catedral, en que aparece el respetable busto del Arzobispo Santo Tomás de Villanueva, y los retratos del venerable Agncsio («Bautismo de Cristo» y «Bodas místicas^) y del propio artista («Entierro de San Esteban,» número 753 del Museo de Madrid). Manifiesta Juanes en dicha obra, unos cuarenta años, lleva barba negra, corta y cerrada, y ostenta facciones regulares. Revisten especial cuidado las expresadas producciones, por cuanto demuestran
no siempre
elevaba los ojos
nero tan
al
que
regiones del ideal, y que aun cuando cielo, á veces los volvía á la tierra para dedicarse á un gé-
se cernía su autor
en
las
realista cual es el retrato.
Ahora ocurre preguntar: ¿existen lienzos de Juanes? Mucho lo dudamos, por más que no nos atrevamos á negarlo en absoluto. Desde luego no son suyos, ni la «Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, ó Pentecostés,» del Museo del Carmen, ni la «Purísima» de San Nicolás que destruyó un petardo y algunos le atribuían, cuando era solo una mala copia mucho más moderna. Únicamente un «Ecce-Homo,» muy imitado á su estilo, aunque de dimensiones mayores á las por él usadas, pudiera hacernos vacilar y hasta inclinarnos á la afirmativa. Dentro de la escuela de Juanes, sus hijos, Cristóbal Llorénsy los Zariñenas, optaron por la tabla, y el P. Borras empleó indistintamente la madera y el lienzo. Pero hay que decir que alcanzó el siglo XVII, en
el
Y
cual Francisco Ribalta simboliza el triunfo definitivo de
aquí finaliza este ligero estudio de
las principales
la tela.
creaciones del funda-
dor de nuestra Escuela, del más genial é independiente discípulo de Rafael. F. ViLANOVA.
EL ARCHIVO
§0^
calettíiarto^ ualenriatto-s
65
M
^tgío
APRILIS habet dies. xxx. luna. xxix.
Nox
habet horas,
x.
dies.
xiiii.
XIV.
6é
EL ARCHIVO
EL ARCHIVO
JUNIUS
I
2 3
4 5
6
7 8 9
lo II
12 13
14 15
16 17 18
19
20 21
22 23
24 25
26 27 28 29 30
^1
68
EL ARCHIVO
JULIUS
I
BL ARCHIVO
|álima]5 ht cerámica
69
t)
h
mMo.
¿EXISTIERON EN ALICANTE DURANTE LA ÉPOCA ROMANA?
Sr.
muy
D. Roque Chabás:
querido amigo y maestro: Hace algún tiempo tuvo V.
la
amabilidad de insertar en su notable revista una desaliñada carta mía, en
la
que
le
daba cuenta de los hallazgos arqueológicos veri-
mí en esta ciudad; hallazgos que innegablemente tuvieron desde el principio un gran valor histórico para la misma, porque ellos vienen á echar por tierra no pocas de las aventuradas y equivocadas apreciaciones que ficados por
de sus primitivos tiempos han dejado consignadas todos cuantos historiadores trataron de esta región.
Hoy
vuelvo á abusar de
distingue, para rogarle,
que
mal pergeñadas mi primera epístola.
las siguientes
puestas en
amabilidad y condescendencia que tanto le oportuno, dé cabida en El Archivo á
la si
lo cree
líneas,
que vienen á ensanchar
las ideas
ex-
I.
FABRICACIÓN DE OBJETOS DE CERÁMICA.
Mucho
se
ha debatido
obscura cuestión de
la
mitivo nombre de Alicante en
la
la
antigua situación y pri-
época romana, por los historiadores que de
nuestras cosas se han ocupado, hasta que el sabio arqueólogo D. Juan de Dios la Rada y Delgado y V. se ocuparon de tan trascendentales cuestiones, dejando sentada de una vez para siempre la verdad sobre aquellos dos puntos.
de
Porque en nuestro pobre concepto, todos, absolutamente todos cuantos las han estado equivocados en sus
trataron, especialmente en cuanto á la situación,
apreciaciones; falta
de esa
unos por
crítica
falta
de sólidos é irrefutables antecedentes, otros por
profunda, severa y elevada, tan necesaria para tratar los
asuntos históricos, á
fin
mente imparcial, y por
de que éstos resulten escritos con un criterio esencialfin,
algunos por apasionados, no faltando algún otro
por hacer alarde de una erudición y conocimientos que está muy lejos de poseer, vino á querer resolver el difícil problema, según se lo dictaba su fan-
^
los
que había de regirse
en que
las
el tribunal en el orden judicial y forense, y aquellos costumbres de mar de Barcelona se hallaban consignadas como
cuerpo del derecho
común marítimo.
Los editores no tuvieron en cuenta la división y englobaron cosas tan haciendo un compuesto á que dieron el nombre impropio de Leyes
varias,
De
del Consulado.
modo suma
este
la tercera
impresión 329 capítulos y
la
quinta 333, mientras que en el manuscrito, según queda expresado, se compone de 46 lo que concierne á los Cónsules, y de 257, separados y con nu-
meración ordinal propia,
Código de
el
las
costumbres.
Otra diferencia considerable consiste en que, en en
Códice,
el
están
guerra, mientras que en los libros
que pudieran llamarse
militares,
empieza en
lencia de 1539
el cap.
estas
costumbres
escritas
que ocurran en paz como en impresos se han segregado las ordenanzas
comprendidos
casos
los
formando sección aparte, que en 295 con este membrete:
«Hasta aquí habernos hablado de
las
leyes
f ordinaciones
el
de Va-
de contratos
de mar mercantivos. Agora pornemos ordinaciones en hecho de armada de
mar.»
En
el de Barcelona de 1732 empiezan en el capítulo 297 así: «Ordinaciones de todo navio que armará para ir en corso y de toda ar-
mada que
se
haga por mar.»
Entran aquí
las
obligaciones y circunstancias del almirante,
contramaestre, gaviero, etc., distribuidas en
el
Códice en
capitán,
los capítulos 179,
187 á 191 y otros sin orden.
en
Comparados entre sí los capítulos de las compilaciones, no sólo varían número mayor que tienen los libros impresos y en el orden que ocu-
el
pan, sino también en alteraciones del texto,
(i) llano,
Titúlase ésta Consulado del
que no están
Tomo
foliadas.
VII
Imp. de
Hay
bien conservan conformidad
de 'Barcelona, wievamente traducido del calhalau en caste-
por D. Cayetano de Pallejá, y adicionado de
etcétera. Barcelona. 1732. ces,
mar
si
los
autores que tratan cada uno de los capítulos,
sin las J. Piferrer, folio, 199 págs.,
ejemplar en
la
Academia de
de preliminares é índi-
la Historia.
19
EL ARCHIVO
198
en
Muchos de
la esencia.
los
añadidos se han escrito en ampliación de los
precedentes ó esclareciendo dudas que habrían ocurrido á los jueces, habien-
do otros que responden á nuevas necesidades de los tiempos, por ejemplo, que atañen á las escalas en Alejandría, Armenia, Andalucia y Berbería, lo cual no se trata en el manuscrito de Valencia. de
los
Las diferencias están justificadas por
una de iutgar e
las
les
artículo 38 de éste, referente á
el
atribuciones de los Cónsules: «Jí
questions, deimi esser delcrminades
ah
les
costumes de
mar no
consell de dos bons
bastaran á
homens mercaders
marins.»
Es obvio que
al
formar jurisprudencia
los fallos, se fueron
incorporando
sucesivamente, y que en virtud del crecimiento- legal quedó anticuada colección manuscrita, sin uso en
mento
el tribunal,
histórico de consulta.
Esa misma colección comprende, sin duda, por
la
aunque apreciable como docu-
experiencia en
la
la
las
innovaciones implantadas
sucesión del tiempo, desde que
tituyó iiasta que la recopilación se hizo, de
modo que
el
Consulado
dá d conocer
se ins-
las leyes
vigentes en 1380, modificadas las que regían un siglo antes, cuando el rey
D. Pedro
III las prescribió
y se incorporaron en
el
Código de
los Jueces,
escribiendo en cabeza:
«Estos son los buenos establecimientos y
que
nientes á los hechos de mar,
mundo, empezaron
las
buenas costumbres concer-
hombres expertos que navegan
los
buenas costumbres, (i)»
libros de la ciencia de las
Empezaron... quiere esto decir que era remoto en 1283 reglas establecidas.
Problema
es
el
á dar A nuestros antecesores; las cuales hicieron por los
¿Cuánd« tuvieron
que procuró resolver
el
origen de
las
principio? el
referido señor
Capmany
ejercitando
su excelente criterio después de haber registrado los archivos de Cataluña y de reunir cuantos datos pudo lograr para el estudio de la navegación y del
comercio marítimo. Lo planteó en habiendo analizado
sulado, la
las
el
discurso preliminar á su Libro del Con-
opiniones de los autores de más reputación en
Ciencia del Derecho, antiguos y modernos: lo discutió una y otra vez en y en el III tomo de las Memorias sobre la antigua 'Marina de Barcelona, sin
el I
vencer
las
dudas que tan
difícil
investigación va presentando á medida que
más se profundiza. Consiguió desvanecerlas en punto á haberse redactado el Código en Barcelona, y también en cuanto á su primacía sobre los de todas
(i)
Así en
tumes qui son anar
els
Capmany;
el
del fet de la
GJdice dice: «Questes son los bons stabliments e
mar, quels sauis homens qui
no^res antecessors fercn per
aiiant pot
hom
iurs libres
de
u.in per lo
la saluetat
de
les
mon
les
bonos cos-
ne comentaren de
bones costumes on d'aqui
trobar que deu fer senyor de ñau a mariner c a mercader e a pclegri ó á altre
liom que uaia en
la
nau.«
.
EL ARCHIVO las
naciones de Europa; respecto á
jeturó que la
mayor antigüedad
la
199
fecha, vacilante en la apreciación, con-
del Libro del Consulado
no debe pasar de
mitad del siglo XIII, antigüedad que, con sus propios argumentos,
le
la
disputó
D. Javier de Salas en la Marina española de la Edad íKedia (i), rebajándola y posponiéndola á la de las Ordinationis Ripariae, esto es, á las Ordenanzas mercantiles de D. Jaime I, de 1258. El Sr. D. Bienvenido Oliver, en trabajos posteriores, no concede tampoco supone más moderno que los capítulos ú ordenaciones de D. Pedro IV, promulgados en 1340, y con evidencia de tanta vejez al Libro del Consulado; lo
haberlo sido en
el
último tercio del siglo XIII
las
Costumes de Tortosa,
con estudio luminoso (2), con mención del reglas del comercio marítimo bajo el epígrafe
darlas á conocer
títuáo
especial de las
Iste
tudines
glas de
nen
et iisus
simt consue-
maris quibus utuntur homines dertusenses, observa que otras re-
navegación se encuentran esparcidas en los nueve libros que compo-
Código, señaladamente
el
al
ó rúbrica
las
que establecen ó declaran
sitio
el
para la
construcción de buques; libertad de navegar; introducción é importación de mercancías; efectos de los contratos de marineros; responsabilidad de los navieros por
las
mercancías recibidas; efectos de
viero á su hijo ó siervo para
el
la
comisión hecha por
con materiales ágenos; derechos del naviero sobre del flete; hipoteca tácita en favor del
na-
mercancías para
el
pago
á la conservación ó re-
propiedad de los buques y mercostas de Tortosa; derecho de los
cancías que hubiesen naufragado en las flete;
las
que contribuye
paración de las naves; garantías en favor de
corredores por los contratos de
el
gobierno de un buque; construcción de naves
la
medidas de capacidad de
las
naves; reglas
sobre importación de mercaderías extranjeras.
De aquí deduce que las Consuetudines et usiis maris deben considerarse como parte integrante del Código general; que fueron redactadas definitivamente por unas mismas personas y bajo el mismo criterio jurídico, y sienta importante conclusión:
esta
«Podemos nos, que
la
documentos no vengan
afirmar, mientras nuevos
primera compilación marítima que merece
código promulgado por autoridad pública, es Tortosa, siendo éste, por consiguiente,
el
la
á rectificar-
nombre de ley ó contenida en el Código de el
primer Código de Derecho naval
más completo que se conoce en el mundo marítimo. «Fundamos esta proposición en dos hechos evidentes é incuestionables, á saber: que las Costumes de Tortosa son un código promulgado por autori-
(i)
Los ha disputado también fuera de España
(2)
Historia del Deredx) en Cataluña, Mallorca y Valencia, Código de las Costumbres de Tor-
tosa,
por
el
el
exclarecido jurisconsulto Pardessus.
Dr. D. Bienvenido Oliver.— Madrid, Ginesta, 1879.
apéndice, p. 63
1
— T.
III,
p.
227 á 307, y
EL ARCHIVO
200
dad pública, con fuerza obligatoria y de fecha cierta y conocida, y que de ninguna de las compilaciones marítimas hasta ahora conocidas, como el Derecho naval de los Rodios,
el
Consulado de mar, los Roles de Oleron ó leyes
de Layron y los Juicios de Damme y de Westcapelle, la Compilación de IVisby y el Guidon de la mar, consta que fuesen formadas ó promulgadas por autoridad pública, ni
la
fecha y época de su promulgación.»
Encontrando
el
mismo
de
las
y casi identidad entre muchas Derecho naval de Tortosa y el Libro de
Sr. Oliver analogia
disposiciones contenidas en
el
Consulado, investiga cuál de los dos influyó en
fondo de ambas compilaciones, cotejando se persuade de
que
la
razón, con otras, decide que, lejos de ser
como
dactó teniendo á das en
el libro
Lo que
las
y bajo
si
Libro de Consulado, por cuya
la
que
se re-
influencia de las leyes marítimas consigna-
que el Código de Tortosa preceConsulado de Valencia; pero en el contexto se dá á
cabría discutir es
diera á la institución del
entender que,
el
primero un extracto formado del
Costumes.
mi parecer
á
el
se ha supuesto (i), fué el Libro del Consulado el la vista
de
otro, y penetrando en el
Código de Tortosa contiene disposiciones sobre Dere-
el
cho marítimo de que no hace mención alguna barcelonés,
el
doctrina consignada en cada una,
bien por sus capítulos se dirimían las cuestiones en
lidad, se redactaron aquéllos,
teniendo conocimiento de
la loca-
las costumbres
de
otras partes (2).
No pudo la
aprovcciiar á los Sres.
ciencia y á las letras por
el
Campany y
Sr. Oliver
luña, Mallorca y Valetuia; en el juicio de
Salas el servicio prestado á
con su Historia
ambos
del Derecljo en
influyeron,
sí,
Cata-
ciertas con-
clusiones copiadas en los Códigos impresos, y por ello me parece oportuno transcribirlas y compararlas, tomando por extremos el Códice de Valencia y la
edición de Barcelona de 1732.
(1)
Por D.
J.
A.
Compendio dt
Elias,
la
Historia de las instituciones
y Derecho de
la
Moftar-
Barcelona, 1847, X por D. Manuel Duran y Bas, en las adiciones á las Instituciones de 'Derectx) tnercantil de España, de D. Ramón Martí de Eixalá, 4.» edición. Barcelona,
quia española,
1863. (2)
«Com
moltes vegades
sia trabayl
entre els senyors deis leyns e de les naus e els merca-
ders, e els mariners, e els peregrins eeu la >nar aja costumes e usancesper pleyts que sien entre eyls son
Tortosa de Cost.
la
vsanza de
III, par. I.
p. 299, nota.
Rúb.»
la
a determinar
mar
Iste
e
a de/enir,
si
Gjmposades en aquest
metexes, per los libre les
e de la ribera; e de couinences e auinences
sunt consuet.
et us.
mar. Lib. IX. Citado por
quds
Costums de
feytes entre eyls.
el Sr.
Oliver, T.
III.
EL ARCHIVO
EDICIÓN DE BARCELONA EN 1732
CÓDICE DE VALENCIA
Al
de
final
costumbres de mar se
las
201
.
A
la
conclusión del libro dicen:
lee:
Deis fermamenls fets costumes de
«Anno
la
iuramenis de
MLXX
los capítulos, leyes
fermats
nes que los antiguos ordenaron para los
Sent iohan de
E
portats a troya. castell
Roma letra.
E
marítimos, y aun por hecho de corso ó armada, los cuales capítulos y
foren
ordenaciones fueron aprobadas, firmadas
foren iutats en lo
Roma per teñir aqueAb les quals costumes
temps.
maritimshana iutgar
los
Consols deis
les
sentencies e discenssions entre los na-
fets
vegans, marins, mercaders e altres qualseuol persones
y buenas ordinacio-
mo-
al
de Junu en
lles tots
vulgarmente
libro
el
Domini
costumes de mar, en
nestir de
fin
del Consulado, en el cual son
marcii foren
aquestos capitols dessus dits que son apelláis
Aquí da
les
nombrado
a nativitate
Kalendas
quinto
e
mar.
navegants per totes
les
casos
y promulgadas por
las
señorías bajo es-
critas (i).
En Roma, en
el
año de
ción de Christo 1075, en
las
Marzo fueron firmadas por
la
Encarna-
calendas de los
romanos
en San Juan de Letrán para observarlas en todos tiempos (2).
coses e negociacions que hauran fetes ne contratades en art maritim axí los dits
marins de
e
mon
mercaders
com
totes altres gents
contractants en la mar.
loys e del
Comte de
ítem foren
Sen Per de
la
roso milares
en ma-
Anno Domini MC.
ítem foren firmts
mar en
e iurats la
el
Acre, en el pasaje de Jerusalén, año Í102, en las calendas de Sep-
y por las
en pisa en
ama-
potestat de
Anno Domini
en
tiembre, fueron firmadas por
tolosa.
iurats e fermats
llorques, per pisans
En
Anno
ítem, foren fermats en Acre
Dominici MCij Kals. septembris de Rey
MCxviij.
el
el
rey Luis
conde de Tolosa para observar-
en todos tiempos.
En dro de
Pisa, la
en
el
mar, en
sio Millers (3),
año la
11 18
en San Pe-
potestad de
Ambro-
fueron firmadas para ob-
servarlas en todos tiempos.
mes d'Agost foren atorgats en massella á la mayso del hospital en la ítem
el
poustria de Ser. Santre
Antón.
Anno
En
el año 1162, fueron mes de Agosto en la po-
Marsella, en
firmadas en
el
testad del Sr. Jofre Antoix (4),
fueron
firmadas para observarlas en todos tiem-
Domini MClxij.
pos.
(i)
Edición de Valencia de 1539:
«... los
cuales capítulos y ordinaciones fueron loadas
afirmadas y promulgadas por los señores del bajo escritos.» ídem. El año de Nuestro Señor Jesucristo de 1025 á (2) firmadas por los romanos en
Roma
de contino. (3)
ídem. Ambrosio Miles.
(4)
ídem. Ser. Jauíre autor.
en
el
las
y
Calendas de Marzo fueron
monasterio de San Juan de Letrán para ser tenidos
EL ARCHIVO
202
lo
En Almería, en
los ienouc-
fueron firmadas por
ítem foren fermats en Almería per
Comte de Barchinona e per sos Anno Domini MClxxv.
año 1174
el
(i),
buen conde de
el
Barcelona y por los Genoveses, para oben todos tiempos.
ser\'arlas
ítem foren fermats per ienova en
E de
cians Ser. p. de Combresi.
E de
Johan de sent donat.
E de
llem de Carmesí.
E
de Ser. p. darenes
al
Ser.
Ser. p. gui-
Baldouín.
Ser.
E Anno Domíní
cap. de molí.
a^o íuraren p. tois temps.
En Genova, en
la
poestria de Ser. pinell milanes e deis an-
firmadas ante
el
año
el
11 86, fueron
Pinel Mílers (2) y
Sr.
de los ancianos señores Pedro Ambrosio,
Juan de San Donato, Guillermo de
Carmasí, Baldonío y Pedro Arenas, y esto lo juraron al cabo del muelle para observarlas en todos tiempos.
Mlxxxv.
En Brandis
ítem foren fermats en Brandiz per lo rey Guillen en l'any de Mxxxvij Kls.
fe-
por
broarij:
en
(3),
el
año 11S7, en
Calendas de Febrero fueron firmadas
las
el
rey Guillermo para observarlas en
todos tiempos.
En Roda, en
ítem foren fermadcs per lo Caleta en
Rodes
e les jura
Anno Domíní MCXC.
morea en
l'any de
MCC.
firmadas por
ítem foren fermands en Anchona en l'any de
ítem
el
En Morea, en
ítem foren íurades per lo princep de la
año 1190, fueron
el
Galeta y juró de observarlas en todos tiempos. firmadas por
el
el
año 1200, fueron Morea para
principe de
observarlas en todos tiempos.
MCCv. les iura lo
En Alemania, en
compte iilamany en
el
año 1224, por
el
conde Alemán (4), que juró observarlas
l'any de MCCxiíj.
por todos tiempos. ítem
comu ps.
les
de uenecía en Constantinopol fon
que fon
MCCxv
id.
En Constantinopla, en
ferma lo Rey Johan per lo
tolt ais
Grechs, en l'any de
nouembrís en
Sta.
Sofía.
E
fueron firmadas por
las
ítem
les iura frederich
alemanya
a
feit
a
mecina
a Sta.
m.
la
sencia del bisbe de Cathania en
MCCxxv.
(5)
ídem. Mecina.
año 1223,
fue-
obispo Cathania, por Federique, emperador de Alemania, para observarlas en
todos tiempos.
ídem. 1176. Brindis.
(5), en el
l'any
ídem. Milleres, ser per Ambrosi... Baldoni. Ídem. El Conde Alemany.
de Sta. Sofía, para observar-
en todos los tiempos.
fon
(2)
(4)
5,
V^e-
pre-
(i)
(3)
año 121
ron firmadas y juradas en la iglesia de Santa María la nueva en presencia del
E a^o
noua en
la iglesia
En Masina
Emperador de
Sando de mar, iurant son
almirall de teñir e fer teñir.
el
República de
necia y firmó por ellos el rey D. Juan, después que fué quitada á los Griegos,
en
foren íurats de teñir tots temps.
la
EL ARCHIVO ítem
la
En
en ¡ohan de bellmont a
les iura
atendré sobre
anima
Rey de franca Rey sans, en pre-
del
en aquell cas no era lo sencia deis cauallers de
la ost e
cauallers
E deis alamanys. E de levant. E del arch. E deis
203
París, el
enfermo, en presencia de los caballeros
Host y de
de
del almirall
pitaleros
senyors e de
les
MCCl.
ítem de
de atendré e
fer
la
en
la
sua térra, Giura a^o en
sent angelí en Constantinopol lo iorn de
y
del
los Templarios y HosAlmirante de Levante,
para observarlas en todos tiempos.
En Constantinopla,
iura Parigolo emperador,,
les
fer teñir
nn,
el alma que entonces estaba
del rey de Francia,
del temple e espital.
atendré, l'any
año 1250, fueron filma-
das por Juan de Bellmont sobre
1262, fueron
(i),
en
firmadas en San
el
año
Ángel,
para observarlas en todos tiempos.
aparici.
ítem foren firmats aqüestes capitols e costumes
deius
dites
en Suria e en
Xipre en poder de Frederico Rey de Xi-
E
pre.
foren fermats
per
l'emperador
Constanti en Constantinopol, de teñirles tots
En Suria, en el año 1270, fueron firmadas por Federique, rey de Chipre, y en Constantinopla por el emperador Constantino, para observarlas por todos tiempos.
temps en l'any MCClxx.
Vide hic quo modo serraceni debent
En
Mallorca, en
el
año 1270, fueron
firmadas y otorgadas por
iurare.
Bethlechi
deheledi bethlehu veradi
muscech beldich equibla
sui resualla.
Que uol dir en crestianesch: Yo iur per aquesta alquibla de mahomat que 90 que yo dich
es veritat.
muy
el
alto
príncipe y señor rey D. Jaime, por
la
gracia de Dios rey de Aragón, de Valencia,
de Mallorca, conde de Barcelona y
de Urgel y señor de Mompeller, y por el dicho fueron otorgados Cónsules á la ciudad de Valencia en
la
forma que so-
bre se ha dicho.
No
habiendo llegado á manos de Capmany, según dicho queda
manuscrito valenciano en que claramente se indica corresponder
maciones
al
código primitivo, aquel «que los navegantes por
maron recogiendo
el
atrás, el
las
confir-
mundo
for-
buenas costumbres y dieron á los antecesores de los Cónsules de Valencia, antes que estos agregaran sentencias y decisiones por
querellas,
las
creyó se tuvieran
las
firmas y juramentos por aplicación á cualimpugnó su validez, esti-
quiera de las compilaciones posteriores vistas, é
mando
imposible puntualizar
la
verdadera fecha del Libro del Consulado.
«Si se pudiese dar crédito, decía, á la lista cronológica inserta en el libro,
veríamos, según se refiere en
el
último párrafo, que en
loadas y consentidas aquellas ordenanzas por
el
el
año 1270 fueron Aragón en la
rey Jaime I de
ciudad de Mallorca. Pero, además que este soberano no estuvo en aquella
(i)
Por
el
Emperador Paleólogo.
EL ARCHIVO
204
isla
año 1229, en que consumó su gloriosa conquista, ¿qué puntuaautenticidad puede tener la relación del autor de aquella lista, cuan-
desde
lidad ni
el
do concluye diciendo por
dicho señor fueron
D. Pedro
III fué el
«Examinado, pues, con que
el
el
á
la
ciudad de
año 1275, y que su hijo
verdadero fundador de aquel consulado en 1283. luz de
la
la
historia y de la cronología, el
texto de aquel catálogo ¿qué fé ni crédito
mismo
concedidos cónsules
murió en
Valencia? Es de advertir que D. Jaime
conde de Barcelona
y
los
con-
podrá merecer, cuando dice
allí
Genoveses firmaron y aprobaron dichas or-
constante que este príncipe
denan:(as en KAltneria en iijj, siendo
(Ramón
Berenguer IV) había muerto en 1162, y su expedición de Almería acaeció en 1 1 47? También se dice que fueron firmados por los ^Písanos en ÍKallorca
y éstos no desembarcaron en aquella
en 1 102,
fueron en Acre por
el rey
el
isla
hasta
el
año
conde de Tolosa en 1102;
11 15:
que
lo
pero Luís VII,
no llegó
rey de Francia,
fueron en la iglesia de
jurándolas por
Luis y
á Palestina hasta el año de 1147; que en 121 s lo Santa Softa en Consiantinopla por el común de Venecia,
ellos el rey
Juan,
después que la perdieron los Griegos;
mas en
aquel año no se encuentra rey alguno de este nombre, pues sólo consta que
desde 1228 hasta 1237, Juan de Breña, que había sido rey de Jerusalén, gobernó en calidad de regente del imperio en la menor edad de Balduino 11.
También
se dice
que, en 12 jo fueron firmados en Suria por Federico, rey de
Chipre y en Consiantinopla por
en aquella
isla
el
emperador Constantitw, pero en aquel año, ni
reinaba ningún Federico, ni ocupaba
el
trono imperial de los
Griegos algún príncipe con nombre de Constantino, sino Miguel Paleólogo.»
Denunciados con exactitud
los
anacronismos aparentes,
el
escritor eru-
dito los atenúa, escribiendo:
«Por no haberse examinado hasta aquí con tálogo,
fué copiado en todas las traducciones
deslumhrado
á los autores
los ojos
del
de
la crítica
este ca-
Libro del Consulado y ha
que han querido hablar de
la
antigüedad de estas
ordenanzas. Mas, sin embargo de no tener una calificada autenticidad, por-
que le
ni la historia le justifica, ni la autoridad
apoya, encierra substancialmeutc
la
de algún autor contemporáneo
verdad de
los hechos, es decir,
que en
to-
dos los estados y naciones que allí se mencionan, estarían observados los usos y estilos que recogieron los primeros navegantes barceloneses, para for-
mar y coordinar de todas las prácticas y consuetudes de los pueblos del levante un cuerpo general de derecho marítimo escrito, más extensivo, claro y acomodado,
el
cual después tuvieron
que mendigarlo para su gobierno
los
juzgados mercantiles de aquellas mismas naciones y repúblicas. Yo creo que la ignorancia de los copiantes, ó la impericia del que coordinó el catálogo, aunque por
el
lenguaje denota
mayormente
si la
mucha antigüedad,
ocasionó tantos yerros y contradicciones,
tradición habla conservado aquellas
noticias; lo cual parece
muy
probable, si se atiende á la individualidad con que alli se especifican los lugares.
EL ARCHIVO las personas,
bres
y
otras circunstancias,
y
villar
el acierto
con que se puntualizan otros nom-
épocas.»
Así debió suceder: siendo tan critas
y
205
en
fácil errar
la
transcripción de fechas es-
con números romanos y con variedad de sistemas, no es cosa de maraque en tantas copias sacadas, sin ir más allá de la creación del Consu-
lado de Valencia, en
no han numeración arábiga, según revelan los
XIII, se deslizaran equivocaciones que
el siglo
podido evitar los modernos usando
la
textos.
Una
de
las
comprobaciones de autoridad que echaba de menos Campany,
por otro lado, y
existe,
él
propio lo consignó
al
repasar los escritos de auto-
res italianos.
«Constantino Cayetano, en sus comentarios á
como por
peradores
la
la
vida del Papa Gelasio
así
por los privilegios de los
aclamación de todas
las
naciones, fueron llamados se-
así:
ñores del mar; pues ellos fueron los promotores para que
la
hasta entonces carecía de leyes, tuviese en adelante reglas giosos, resolvieron consultar la autoridad pontificia, con
ron á
II,
em-
Los písanos,
natural de Pisa, se explica
Roma y consiguieron
navegación, que
fijas.
Como
reli-
cuyo motivo pasa-
que Gregorio VII condescendiese en aprobarlas
y confirmarlas con su apostólica potestad en la Basílica de San Juan de Letrán, en las Calendas de Marzo de 1075, y en su consecuencia, los romanos con juramento á observarlas respetuosamente. En 11 15
se obligaron
mismos
los
písanos, habiendo llegado á Mallorca, las adoptaron, lo cual repitie-
ron después en Pisa en 11 18, corroborándolas con juramento.»
Verdad ción de la
de
chosa
es
que Cayetano no
cita la fuente histórica
embargo, como coincide en
ticia; sin
las
la
ordenanzas en San Juan de Letrán y
llegada de los písanos á Mallorca,
la la
intención,
sin advertir
que
la
más que
de donde tomó
indicación de
dando
la
rectifica la
la
no-
fecha de confirmaal
mismo tiempo
verdadera,
no
es sospe-
en atribuir á sus paisanos la primacía de las leyes,
contradice haciéndoles jurar
la
observación dos veces,
cuarenta y cuarenta y tres años después.
Nada de inverosímil
tiene la suposición de
lona fueran recogiendo durante regulaban
el tráfico
comercial en
el siglo
XI
las escalas
que
los
mareantes de Barce-
noticia de las costumbres
que del Mediterráneo; en Pisa mis-
ma, en Venecia, en Genova y en Constantinopla, como en los puertos del archipiélago griego. En el Usage Omnes quippe naves... que es de aquel tiempo, está establecida la protección á la marina; cuando los písanos emprenexpedición contra los moros de Mallorca en 11 14, llevó el conde Raimundo Berenguer III su hueste en armada propia: en 11 18 estuvo este dieron
la
príncipe en
Genova y en
Pisa,
también con
la
escuadra,
negociando
la
em-
147 acometió el conde Raimundo Berenguer IV el asedio de Almería, aliado con los genoveses, y con estas expediciones conpresa de cruzada: en
ToMo
VII
1
20
EL ARCHIVO
2o6
cuerdan los datos suministrados por
las
confirmaciones del libro primitivo
del Consulado. Que una vez colectadas y comparadas aquellas noticias habidas «por los hombres expertos que navegaban el mundo,» se pusieran por
prohombres de mar para su gobierno, y sucesivamencomunicaran á otros pueblos comerciales, obteniendo adhesión fácil,
escrito, se dieran á los te se
(pues que todos con algo habían contribuido
apoyando todavía
natural,
la
al
acerbo común), parece
conjetura, una circunstancia, una coincidencia
de fecha y suceso, en que debe fijarse la atención. El año de 1070 ó el de 1071 recibieron sanción del conde
mundo Berenguer dada
la
riosa,
unificación,
como
Corpus
el Sr.
Ramón
las
personas entendidas á quienes estuvo encomen-
que aquellos
legisladores
dignos de remembranza glo-
Oliver opina que se hizo en Tortosa, quisieran juntar
formalidades del juicio mercantil y marítimo, fundado en
las
ó Rai-
Usalges (i), código civil fundado en las costumbres;
I los
nada extraño fuera que
muy
al
las cos-
tumbres asimismo, y que había de ser complemento de su obra. Cinco años para llevarlo á Roma, darlo á estudiar y á discutir hasta el momento solemne de la firma en San Juan de Letrán, no es demasiado. Sea
lo
que
sea, la aparición del
Códice perteneciente
al
Ayuntamiento
de Valencia, constituirá de hoy más, fuente de investigación que ha de aprovechar á los doctos, y
si
no
surje de ella de
pio del llamado Libro del Consulado, pilación,
más
atrás
y
la iniciativa
un modo indiscutible
acreditará,
el
cuando menos, que
princila
com-
de los marinos catalanes, á que se debe, vienen de
de lo que generalmente se estima.
Cesáreo Fernández Duro.
(1)
D. Víctor Balaguer, Historia df Cataluña, Madrid, 1885, T.
II,
págs. 119, 121, 263.
EL ARCHIVO
§05
mhnUúo$ mítuimas
207
M
¡siglo
AUGUSTUS habet dies. xxxi. luna. xxix.
Nox I
2 3
4 5
6
7 8 9
10 II
12 13
H 15
16 17 18
19
20 21
22 23
24 25
26 27 28 29
30 31
viii
habet horas, x.
dies.
xiiii
XIV.
208
I
EL ARCHIVO
EL ARCHIVO
209
OCTOBER habet dies xxxi. luna, xxix
Nox I
2 3
4 5
6 7 8 9
10 II
12 13
14 15
16 17 18
19
20 21
22 23
24 25
26 27 28 29 30 31
xvi
habet horas,
xiiii.
dies.
x
210
(A) (V) I
EL ARCHIVO
EL ARCHIVO
2U
DECEMBER habet dies. xxxi. luna. xxix.
Nox
habet horas,
xviii.
dies.
vi.
EL ARCHIVO
212
Al terminar
una
la
rectificación.
hemos de consignar que
cosa
ducción de
la fiesta
de
de Alcira es del
el
XV;
más
Ego Martinus
Vahucie....
Sede
de Fernu(
facimus
anniversaria perpetual ia.
et
..
.
ordinamus istud martilogium
et
fuit compossitum
anno Domini M.° CCC.° xxx.
et
el
mismo y forma un todo con
Muchas fechas de podemos averiguar el hay completas
pues lleva este
siendo de
él,
la
no
el
bemficiati in
fecha que aquí se asigna
que
la
le
precede es
misma
la
pauta
época.
óbitos de personajes ilustres se registran día y mes,
et
quo sunt otnnia
in
ordinattum .xv. Kakndas Madii
Propiamente
octavo.
es la del Obituario (Martilogium), pero el calendario
para
de Santo To-
la
fija,
Dominicus Merino presbiteri
et
la
lo exige la intro-
así
Concepción de Nuestra Señora y
la
de Aquino. El calendario de Valencia tiene fecha
epígrafe:
hemos de hacer
publicación de los precedentes calendarios
Dijimos que ambos eran del siglo XIV, y mejor vista
allí,
pero sólo
año, que rara vez se consigna; apenas
las siguientes:
23 de Enero de 13 18, óbito del Arcediano de Valencia Jaime de Albalat. 9 de Abril de 1326, el Maestro
Raimundo de
Olmellis, ciudadano de
Va-
lencia.
18 de Junio 1348, fallecimiento del Rev. en Cristo
Don Raymundo Gas-
tón, obispo de Valencia.
4 de Septiembre de 1307, el Chantre (Precentor) Pedro Gomit,-. 15 de Septiembre de 1329, Doña Jacoba (lacma), viuda de Bartolomé Mathoses.
Los
días aciagos,
en otros muchos de
que la
se
ven anotados en
colección del
el
calendario de Alcira, lo están
Excmo. Cabildo y en
el
Costumbres de mar del Ayuntamiento. Las mayores variantes
códice de las las
hemos
contrado en un magnífico Misal Ms. en vitela é iluminado del siglo
no se ajusta bien al santoral valenciano. En un verso al principio de cada mes y otro al por lo curiosos que resultan:
Al
el
calendario que
final,
los cuales
principio.
— Prima dies mensis séptima truncat ut ensis ensis — Alterius mensis post quartum prima cum quarta dividit yma Marzo — Martius obedit Abril. — Cui decimus cedit undenus Mayo —Tertius hic aptat maii quod septimus aptat dena dabit quindena negabit Junio — Cui Enero
et
Febrero
tertius
in
aprilis
iunii
nil
—Tredecimus
Julio
fortis julii
sexdecim via mortis
a secunda pcrurit — Sexti prima turbatur septembris dena miratur Septiembre — Tertia
Agosto
furit
fine
le
en-
XV, que
precede hay
copiamos aquí
EL ARCHIVO
213
decimusque saluber —Tertius octubris novembris obest Quinta prodest — Diciembre — Hoc dat bissena decimi quod séptima dena.
Octubre
nulli
Noviembre
nullis vite tertia
Al
final de cada mes.
bellum sed quinta dat hora flagellum —Nona ave Febrero — Nullius ut octave uel dene
Enero
parit
dixit
—Prima nocet multum nulla cultum Abril— Prima quem nona Mayo — Sexta minus sordet cum vulnera dena remordet quinta cutem dat quarta salutem Junio— quomodo nona leena —Est lupus undena Agosto — Cúspide prima quem séptima pridem Septiembre — Tertia septembris quarta dabunt mala membris Octubre — Quinta dat octubris quem nona venena quarta videtur Noviembre —Est octava Diciembre —Prima luctum nuUum dat séptima fructum Marzo
dabit altera
requirit aprilis
petit celis
nulli
Sedit
pariter
Julio
qucrit
ferit
et
colubris
canis, fore
inanis
parit
En
mismo encontramos
el
leyes del
los siguientes versos, para indicar
con
ellos las
cómputo:
El 24 de Febrero: Cedit
yems
retro / Cathedrato
symone
petro
El 25 de Abril: Extrema pasche / tua docet passio Maree. El 25 de Noviembre:
Aún
Festum Clementis / yemis caput est orientis. como hemos visto, pero añade el 19 de
señala éste los días aciagos
Julio el siguiente consejo: bris
A XIV
Kal. Augusti usque ad Kalendas septem-
non minuas sanguinem. R. Chabás. —.0'—
^dteagrafía Dalennana reíru^pertlua.
EL BAILE DE TORRENTE.
BjESEOsos
de conservar en lo posible
el
recuerdo de esta célebre
fiesta,
destinada á desaparecer pronto de las costumbres de nuestro pueblo,
—
rr-il
mos
si
es
ToMo
VII
la damos ya por desaparecida al El Archivo estos ligeros apuntes de
que no
á enviar á
presente, nos decidilos principales episo21
EL ARCHIVO
214
dios de que se
componía
el
famoso
baile de Torrente,
de interesar á los amantes de hacer
creyendo que no dejarán
inventario de las cosas que se van.
el
Esta función pantomímica y grotesca en que, según cuentan, se trataba de poner en ridículo y parodiar los obsequios con que festejaron en el pueblo
de Torrente á los señores virreyes de Valencia en una á dicha población,
celebraban en
formaba parte
muchos pueblos
muy
que verificaron
visita
principal en las grandes fiestas
del antiguo reino de Valencia,
que se y aun en esa
ciudad, Sagunto, Scgorbc, Liria y otras de importancia á últimos del pasado siglo
y principio
del presente, hasta el
año 40.
Aun cuando
después se ha ve-
alguna vez, no ha sido con tanto éxito y está próxima á desaparecer, no ha desaparecido ya. Por esta razón me he movido á señalar en estos
rificado si
ligeros
apuntes los principales episodios de que se componía, que eran
objeto de entretenimiento y solaz de nuestros padres y abuelos, y
las delicias
y admiración nuestra cuando niños.
ORDEN DE LOS FESTEJOS. A
las
ocho de
la
mañana del día en que debía celebrarse, salía una comimuhh:\ El Repeso, la cual, recorriendo las principales
sión de disfrazados, que se
calles
y plazas y puntos de venta de la población, fingiendo ir compulsando y medidas, exigía á cuantos se les antojaba una pequeña multa ó
las pesas
retribución, inventando ó alegando cualquier causa ó motivo disparatado. las
doce del mismo día se reunían en
otro punto principal destinado
al efecto,
dos de ellos figurar los virreyes, cuatro ó cinco los que componían tamiento, llevando uno de ellos en bastón de autofidad
como
cura; otro con levitón,
alcalde;
que
A
ó en cualquier cuantos disfrazados querían, debiendo
las casas consistoriales,
mano un
el
Ayun-
gran palo, que figuraba
el
otro de eclesiástico, que representaba
el
la
hacía de escribano, con
un gran
libro viejo bajo
— EL ARCHIVO el
brazo y un gran puchero y un cuerno en
la
215
mano, que
le
había de servir
de tintero y pluma; dos ó cuatro con gramallas, que hacían de porteros ó maceros; varios con diferentes trajes á capricho que se llamaban los rajo-
—
las
— que habían
de hacer de alguaciles, y cuantos habían de figurar en danzas, comparsas y demás.
neros
Conducidos
los virreyes
y
el
cura en un coche
—
—
si el
baile se hacía bajo
buenas condiciones, directores y entusiasmo ó montados en un caballo el virrey, llevando á grupa á su señora; el cura en una muía ó jumento, y en igual cabalgadura los del
Ayuntamiento, escribano y maceros, precedidos del la música típica de la función, digámoslo
dulzainero y tamboril, que tocaban así,
se tocaba en cuantas ocasiones funcionaba el
y que
tidos los principales personajes,
como
se ve
Ayuntamiento; ves-
en los dibujos núms.
prendas exageradas y de colores abigarrados, gesticulando de
la
3
y 4, con
manera más
y ademanes y contorsiones exageradas, demotrando unas veces gran valor, otras extremada cobardía; unas superior inteligencia, otras supina ignorancia ó simpleza, muy especialmente los del Ayuntamiento ostentosa
y
ridicula
pues es de advertir que estos individuos eran los que daban ción y la gracia á todos los sucesos
— convidando
al
el
tono á
público para
la
la
fun-
función
NUM. 2.— LA CABALGATA.
de
la
y viendo al propio tiempo la manera de complacer y agradar á los formando una comitiva ó cabalgata, que así se llamaba, recorriendo
tarde
virreyes,
las principales calles
de
la
ciudad, al son de
la
tonadilla aquí reproducida.
EL ARCHIVO
2l6
Por
á la hora convenida, todos los de la cabalgata y cuantos ha-
la tarde,
reunían en el mismo punto que lo habían forma que en la cabalgata, desempela misma en y ñando cada uno su papel, haciendo notar el cura y los del Ayuntamiento á los virreyes cuanto de notable había en las calles y plazas, ventanas y balco-
bían de tomar parte en verificado al
medio
nes, hasta llegar al
mente
era en
el baile se
día
una
punto donde plaza,
se había de celebrar el baile,
que general-
ó punto espacioso, señalado de antemano con
si-
-LA VL'ELTA POR LA TLAZA.
lias
y bancos; dando
la
vuelta por todo
él,
saludando afectuosamente á todos
más preferente. Empezaba agitando el Alcalde un enorme cencerro, que en vez de campanilla hacía sonar en este caso y en otros muchos para restablecer el orden, mandar cesar alguna danza ó disponer algún otro espectáculo; salían al centro del redondel una porción de lados, se sentaban en el sitio
NÚM. 4.— EL BAILE DE LA VIRREINA Y EL CURA.
parejas de
de
la
ambos
música de
sexos, vestidos al estilo del país,
la
donde bailaban
dulzaina y costumbre del pueblo.
Luego
rreyes dando una vuelta cojidos del brazo, se colocaban en
do
el
virrey ligeros
y gravísimos movimientos como de
al
salían los el
compás dos vi-
centro, hacien-
bailar,
y
la
virreina
EL ARCHIVO desenvuelta y ligera; á poco sustituía
por último,
al alcalde el
Seguía á esto
el baile
el
217
alcalde al virrey en el baile,
y luego,
cura.
ó danza de
los
Oficios,
que
consistía en varios dis-
NÚM. 5.— LOS OFICIOS.
Trazados que, llevando algunos de los instrumentos ó herramientas del que
querían representar, daban á compás ciertas vueltas, dirigidos por representaba ser
El
el
maestro de
Baile de las Gitanillas
y
la el
música,
como
se vé
en
el
uno que
grabado.
Regidor chasqueado, que consistía en colocar á
NÚM. 6.— EL REGIDOR CHASQ.UEADO.
LAS GITANAS.
EL ARCHIVO
2l8
uno de los del Ayuntamiento un cohete sujeto á una tablilla, y ésta al sitio que se vé en la citada lámina; prendido fuego el cohete, salía escapado el regidor hasta que concluía, y entonces se tiraba al suelo como muerto; asombrados sus compañeros, buscaban al agresor con mil ademanes y figuras.
empeñándose en encontrarle unas veces bajo una piedra pequeña ó en el pañuelo de la mano de una de las muchachas más agraciadas de la concurrencia,
cantando
El paso
NÚM.
la
música que aquí ponemos.
En
del Barbero.
7.
— TV PASO
este
se figuraba
DI-L BARBF.RO.
afeitando á otro, que aparecía
como
uno de
los
de
la
profesión,
que
nCM. 8.— EL BAILE DE LOS ANCIANOS.
viajero,
con largas barbas, en uno de los
el bolsillo y escondiéndose en su busca, y con mil gestiones y iba á encontrar bajo el pañuelo ó sombrero
pases de la navaja le degollaba, robándole luego
después; entonces
el
Ayuntamiento
ademanes, haciendo como que
le
salía
de uno de los espectadorQS, ó entre los pañales de un niño de pechos, ó cosas
encontraba y castigaba, ó bien haciendo
por
el estilo, le
los
miñones, previas
las
como que
formalidades de hacer testamento ante
le
el
fusilaban
escribano,
EL ARCHIVO confesarse con
el
cura,
ó bien
echaban á
le
219
la pila
de
fuente
la
—
si
antes
la
música,
el
interesado convenía en ello: todo con la música de arriba.
El
baile de los ancianos.
y concluía por empujar
Dos
el viejo á
repitiéndose con el viejo
rirse,
viejos
El caían
estornudo.
al
9.
— EL
al
10.
— LA
mo-
ESTORNUDO.
como desmayados, haciendo
NUM.
suelo, fingiendo
ó parecida escena del barbero.
Figuraba que habiendo estornudado
suelo todos
compás de
al
su pareja, que caía
misma
la
NÚM.
daban vueltas
la
virreina, asustados
cada cual
ESTUDIANTINA.
las
contorsiones
EL ARCHIVO
220
y movimientos más ridículos, hasta que cogiendo uno de los regidores un enorme abanico, les hacía aire y volvían de su fingido síncope.
La
hasta el
Un
grupo de jóvenes disfrazados con el traje que año 1837 ó 38, habiendo recorrido los principales puntos de
estudiantina.
se usó la
po-
blación, tocando diferentes instrumentos la tan
cantando coplas, llegaban á
y saliendo á voluntad
vuelta,
conocida jota aragonesa y plaza ó redondel, daban en el mismo una
la
muchas
centro, bailaban á los acordes de la
El
refresco.
Figuraba éste
el
que
presentándose una comisión del
mes garapiñeras y
parejas de
ambos sexos
disfrazadas al
música por algún tiempo. el
Ayuntamiento debió dar
mismo con
los
á los virreyes,
maceros ó porteros, con enor-
bandejas, llenas las primeras de agua blanqueada con almi-
dón, y cubiertas las segundas con pedazos de madera pintados, figurando dulces esponjados y bizcochos; viendo los virreyes y demás que eran chasqueados, los arrojaban al viento en todas direcciones.
Los torneantes ó danzantes.
NÚM.
II.
disfrazados de blanco con to-
— EL ALCALDE MANDANDO Q.ÜE PARE LA DANZA.
neletes, llevando en las
tos de verdes hojas, figuras
Una comparsa de
manos unas
LOS DANZANTES.
veces ramos de flores, otras arcos cubier-
ó panderetas otras,
al
compás de
la
música hacían varias
y evoluciones.
La dan^a
de la Bayeta.
Esta,
que
se dice era la m.is aiitii^ua,
i.i
tomiaban
una porción de disfrazados de labradores de aquella época, que llevaban agu-
EL ARCHIVO
221
jeros
hechos en una pieza de dicha ropa, por los que metían
se ve
en
el
grabado, formando una cadena, y
vueltas y formaban diferentes figuras,
al
la
cabeza,
como
compás de una música daban estrella, una serpiente, va-
como una
rios semicírculos, anillos, etc.
NUM.
El
12.
— LA
DANZA DE LA BAYETA.
alcalde escondido.
EL ALCALDE ESCONDIDO.
Este funcionario,
como aburrido y cansado de
cargo, fingía esconderse, y al efecto se subía á
un
palo, colocado
pación en uno de los lados del redondel, á vista de todos; pero
que nadie
él
su
con anticihace
como
compañeros, que fingían no saber dónde estaba, buscándole por todos lados, entreteniendo con sus ocurrencias y exle ve.
travagancias gría
y
los
público, hasta que, encontrándole, mostraban la
mayor
ale-
satisfacción.
Los rras
al
Se aperciben
en
alcides. las
Unos cuantos
manos,
son de
al
disfrazados de tales, con grandes mazas ó pola
música hacían varios ejercicios de fuerza y
equilibrio.
Las andas, que
se
llamaban
así
por
la
manera de
ser
conducidas por cuatro,
y que hoy llamaríamos regalos de sorpresa, eran en algunas ocasiones muchas, y alternaban con los bailes, danzas, pasos ó pantomimas, figurando, ó bien un hermoso ramo de flores, ó un canastillo con frutas, un pedestal con
un
jarrón, vistosos todos y bien compuestos, y al
Ayuntamiento, rando
el
salía
diablo, ó
ir
á reconocerlos los del
de dentro, ó un muchacho vestido de encarnado figu-
un
perro, gato, palomas ó pajaritos vivos, disparándose al
propio tiempo cohetes y petardos. Terminaba todo con la pantomima titulada Los contrabandistas. En ésta figurábase que varios disfrazados de
ambos
sexos, de andaluces, majos ó gi-
tanos, habiendo recorrido toda la tarde por la población
Tomo
VII
montados en briosos 22
EL ARCHIVO
222
y bien enjaezados caballos, arrojando dulces y confites, llegaban á la pla/a desmontados, penetraban en el redondel fingiéndose amigos de la autoridad, colocaban una mesa de venta de tabacos
niéndose á venderlos una de
Nt'M.
15.
— figurados y hechos
jóvenes que con los
las
— LOS
de madera
mismos había
— po-
llegado.
CONIKA!'^^"!^'^'-.
las más lindas y agraciadas de la población. Ayuntamiento de que eran tabacos de contrabando, salían con
procurando que esta fuese una de Apercibido
el
muchas precauciones;! prenderles y apoderarse de
los efectos,
y entonces
se
armaba una escaramuza por una y otra parte, fingiendo ya ser unos los vencidos, ya vencedores los otros, que terminaba en una confusión indescriptible por supuesto, procurando todos no causarse daño dando lugar al dicho que ha quedado después en este antiguo reino de Valencia de «ha con-
—
—
cluido á palos,
como
el baile
de Torrente.»
Segorbe.
Gonzalo Valero Monti
gíituDiusí
tuv
ctimulúgiruo.
CULLERA Y CARCAGENTE. ^x,1w\^\í >R '
demás engorrosos y
llenos de peligros están los trabajos
lacen al investigar los orígenes de los
no por son
la
ello deja
de ser
cierto,
que
los
primera pieza arqueológica que se ha de estudiar
güedad. La mayor parte de
las veces, la falta
que
se
nombres topográficos; pero nombres de Lis poblaciones
de datos y
al
investigar su anti-
la dificultad
lexicográ-
EL ARCHIVO
223
nos dejarán á obscuras: tengamos franqueza para confesarlo, pero no
fica
desmayemos, pues acaso en otros muchos podamos alcanzar
término
feliz
al
estudio y comprobación completa de los mismos. Muchísima parte de los nombres de las poblaciones del Reino de Valen-
son arábigos, en particular los de
cia
las
pequeñas, y
casi
todos estos llevan
el
de alguna familia mahometana, no faltando los de célebres tribus africanas. Y como con posterioridad á la conquista de D. Jaime I, apenas se ha fun-
dado población alguna, antes bien, han desaparecido muchísimas de las que en aquel entonces había, resulta que á las que por su nombre no se vé origen arábigo, les
hayamos de suponer procedentes
habló aquí hasta
que
lo
la
del latín, pues
exceptuamos
si
lengua se
poquísimos serán
entrada de los hijos del desierto;
puedan pretender anterior,
esta
los
Sagunto, Játiva, Segorbe
á
y Liria. De ahí el que tengamos siempre sumo interés en señalar las formas que en la antigüedad han tenido los nombres de nuestras poblaciones, para lo cual nos ha servido admirablemente el índice de las que figuran en el libro del Repartimiento,
En
que publicamos en
otros artículos
(tomo
III, p.
etimologías de Alicante, de Rebollet la
fonética de la palabra;
hoy
el
tomo
III,
página 74.
241 y tomo VI, p, 287 y 289) dimos las y de Oliva, comprobadas por la historia y
toca su turno á dos importantes poblaciones de
la
Ribera: Cullera y Carcagente, latino el primero,
el
segundo.
mezcla de árabe y
latín
CULLERA. Desde la reconquista tenemos ya fijado el nombre de Cullera en la misma forma que actualmente; pero encontramos mucha variedad al pasar de los labios del árabe á los del cristiano. Sj._aJ_9 Coleira ó Colaira),
como suena en
el
De
s
^-:>-l-*
Colira (ó acaso
texto latino del Núblense, hi-
Cullera con la
(como escribieron cavayleria de cavalleria) ó misma pronunciación. Otra variante notable es
ría (t.
406.)
hicieron Cuylera
en
el
III, p.
(t.
IV,
p.
291) y finalmente
la
cuando duplicaban
También la
La vaguedad en
/
se ha de advertir,
la
pronunciación de
nos hace preciso acudir á
tradición
la
vemos siempre aparece u en
el
reconquista, á pesar de
que
letras arábigas,
la
pág. 83),
dido ó seguido de
las
que
los árabes
resultaban dos sonidos iguales
regla
donde
letras
las
de Culera
trae
no tienen
no
//
y
entre los lati-
vocales ó mociones arábigas
respecto á
Repartimiento y
dice
como
y
de Culla-
Repartimiento (p. 392 y siguientes). El poner la h después de la c
modifica su valor.
nos.
y Chulleria
Cuyllera, la
la
primera, que según
demás documentos de
Eguílaz (Estudio
que ffcuando
el
sobre el
dama I
la
valor de las
se halle prece-
guturales ó enfáticas, será representado por
EL ARCHIVO
224
nuestra o.» Es decir, que los árabes, según decir Colira; pero seguramente decían cu ció constantemente por los cristianos
el
genio de su lengua, deberían
y ñoco cuando CuUera
que de
Transcripción más antigua que estas no
se
pronun-
ellos lo aprendieron. la
conocemos. ¿Qué nos dicen
nombre en cuestión? Para nosotros bien un nombre latino corrompido, el de gula Jiuvii, la De este sustantivo, que ha sido aplicado á la desembocadura las gargantas de los montes y que aún se usa en Valencia en
sus formas sobre la etimología del claro se muestra
gola del Júcar.
de los ríos y á
que
late
este sentido, se derivó el adjetivo gularius, cosa
y tomando
sitio,
mediato á
la
virtió (cosa
de ripa
CuUera
la
terminación femenina,
nombre, mudada
gula. Este
muy
formó
se
la
la
que
gutural
la
está al rededor
de aquel
población que ocupa lugar in-
^ en
la r fuerte, se
frecuente) de guiaría en Guiaría y Culera y CuUera,
con-
como
y ribaríus, ribaría y ribera. Tendremos, pues, para significación de población situada á la desembocadura del rio, como ríparíus
efectivamente lo está.
Q.ue gula signifique lo indicado, podemos probarlo por
Du-Cange: gula fluvií, ostium per quod
ín
mare
influit.
el
testimonio de
Los franceses usaron de
Pueden verse varios documentos en el Glosario con esta acepción. Entre nosotros tampoco nos faltan ejemplos de lo mismo, además de que aún hoy se llama gola del río á su desembocadura. En un privilegio citado por Chabret (Hist. Sagunto, t. II, pág. 430) se manda en 1303 que se abra continuamente la gola del estanque de la Rif y se compela al pago de los gastos in aperíendo bucam seu gulam stagui. En el privilegio 21 de Pedro I (fol. 33 del Aureum Opus) se manda quod non pisuntur aliqui in circuitn gule albufaríe... sed cum clausa fuerit possint... piscari per mare. En la Crónica del Conquistador (cap. 312, ed. Aguiló), hablando del palabra engouletnent en
la
el
mismo
sentido.
Rey desde Cullera al castillo de Baircn, dice: hauíem enuiat vna barca a la GOLA del estany del almarge que ve de Garbera, que hau/a Jetes grans pluges e exia molta aygua peí Grau del estany e uem que no podiem passar. La g convertida en c es fenómeno frecuente, pues dice el mismo Du Cangc: g. pluries pro c. viaje del
scribitur;
y en
el
y
al tratar
de esta última, añade:
c.
intcrdum mutatur in g.
et
vicissim;
lugar correspondiente anota lo siguiente: Cula, pro gula, gallice gorge,
garganta. Los árabes representaron esta inicial por Jj y Eguilai en su Glosario (XVII), nos advierte que esta letra «se encuentra representada por la c, ch, g, k iaría;
y q.» De aquí
es lógico
suponer que de Gula hicieran los latinos Gu'ij^-J, que los cristianos dijeron el
de donde tomaron los árabes
después Cuylaría y Cullera.
Al llegar aquí tropezamos con un pasaje del Edrisi, que creemos digno de atención. «La faja septentrional de
de
la
(i)
de Valencia hasta La geografía
de
el
España
la
provincia de Alicante con lo que sigue
Júcar (dice un
del Edrisi,
moderno
escritor) (i)
comentando
por D. Eduardo Saavedra, 1891, pág. 37.
EL ARCHIVO formaban un
á aquel sabio geógrafo,
denomina
Edrisi
distrito
modo
de ver, lee Erghira, y lo identifica á Enguera; pero yo no encuen-
tro verosimilitud en tales combinaciones,
tivo apropiado
Yo,
que Yacut llama de Denia y
estos caracteres, escritos sin vocal alguna, leyó
Argira, interpretándolo por Alcira; Dozy, desechando fundadamente
Conde este
En
V »í¿. !.
225
mi
á
como ninguno que
vez, diría
diente de
la latina
la
riparia,
para
el
y prefiero
leer Irrigtieira, califica-
modelo de regadíos en España.»
país
palabra Ribera actual, es originalmente descen-
y escribiría
nombre árabe
el
^j->j\
ó
la Ribera,
transcripción semejante á la de otra Ribera en el partido de Alcalá Real,
un geógrafo árabe llama en plural Volviendo á
la
¡Jl, ,>s
etimología de Cullera, se confirma más su procedencia
degulafltwiinis, pues hasta los griegos
Aunque el
Academia no anota
nuestra
verbo
tomaron
la
verbo no viene de
in
esta palabra é hicieron roü).a.
acepción que
hemos dado, pone
le
comida atropelladamente y
«tragar la
anticuado engullir:
carla.» Este
,
que
Riherax.
y glutire como parece
allí
sin
mas-
insinuar la en-
cargada de limpiar, fijar y dar esplendor á nuestra lengua, sino de in y gula. De la misma palabra gula se formó otra en el bajo latín, con sola la mu-
que hemos indicado de la inicial, y dijeron Collia á las gargantas de montes, y de ahí los nombres geográficos de Cuellar, cabeza de partido
tación los
en Segovia, Cuellar de
en Soria, Cuellar en Salamanca, Culla en
la Sierra
mismo que
Castellón, y Cullar de Ba^a lo
Cullar de
la
Vega en Granada,
situados todos en gargantas de montes. Si
fuéramos á aguzar más
ria y culeria, lugar tierras bajas
el
ingenio, podríamos pensar en guletum, gule-
abundante en juncos: y efectivamente,
de ésta, nos impiden
¿Fué siempre
tal
suposición.
éste el
nombre de
formado en tiempos ya del bajo
mismo
del río
que mucre
riales para tejer brillantes villa.
un
páginas en
Pero no queremos entrar en terreno
diligente historiador prepara ricos matelas
que
se verá lo
que fué aquella
ilustre
El ha estudiado bien este punto, y debemos dejar nosotros de tratarlo se
Escolano
merece; pero antes de pasar á otra cosa, hemos de indicar lo aven-
(t. II,
cap.
XXIV,
que suponen tener
el
hay restos ni noticias de
tal
XXX,
pág. 172),
pág. 86), y los blasones heráldicos de la
nombre de collado, ni
en época alguna se llamó Cullera de le
el
Su contextura nos prueba ser nombre primitivo fué Suero, el
su
turadas que son las afirmaciones de Beuter (lib. 2, cap.
villa,
son aquellas
Cullera?
latín;
á sus pies.
cultivado por otro, sabiendo que
como
lo
de Cullera; pero los nombres geográficos de igual origen que
tal
corresponde, y nosotros pasemos á
la
Collis Aeriae ó Collado, de la
misma
Juno. Ni
etimología puede venir de ahí, ni
manera. Pero de esto ya tratará quien averiguación etimológica de
EL ARCHIVO
22é
CARCAGENTH. Ocupándose de
amigo nuestro, nos
esta cuestión otro
escribe lo siguiente:
«El instinto popular ha comprendido siempre y en todas partes cia,
que para conocer
los orígenes
la
importan-
de una población, suele tener
la investi-
gación etimológica del nombre con que se punto, en parse lo
explicación etimológica de los
la
mismo
guiadas por los rectos principios de
las inteligencias cultas
que
ciencia filológica y lingüística,
la conoce. Así es que en este nombres geográficos, suelen ocu-
los
la
entendimientos vulgares é indoctos
para quienes toda investigación se reduce á encontrar alguna ó algunas palabras de análogo sonido.
tradas en algún
ramo
Y así,
es ciertamente curioso que,
aun personas
ilus-
del saber, acepten con bastante frecuencia esas etimo-
y absurdas, y afirmen muy seriamente, por ejemplo, que palabra Barbastro viene de barbas y astro, y Murviedro de muros y yedra.
logías arbitrarias la
Y aun
casos se dan en
dica, figurando
que
tales
absurdos etimológicos han pasado
simbólicamente en
el
escudo de
las
á la herál-
poblaciones.
«Algo parecido ha venido sucediendo con la etimología de Carcagcnk. Aquí ha pasado como cosa resuelta, entre mucha gente que se tiene por entendida, que esta palabra tanto vale cuanto gente del carcax, que era lo
que podríamos llamar
solían guardar las flechas,
el saetero
ó
utensilio bélico
donde
como
se sabe
los guerreros
llamado también aljaba. Ciertamente que para
encontrar etimologías de ese calibre no hay necesidad de muchas cavilaciones.
Con
misma razón que
la
se
ha propuesto, podríamos afirmar que
Vallada quiere decir hada del valle y Catarroja la hoja del catarro. Quedamos, pues, en que lo de gente del carcaix es una verdadera atrocidad, un disparate
mayúsculo, que
ni siquiera
merece tomarse en
»¿De dónde proviene, pues,
la
serio.
palabra Carcagente? ¿En qué lengua en-
contraremos sus orígenes? ¿Es vocablo de origen griego, latino ó arábigo?
¿Contiene algún elemento púnico,
amigo mío, ginés? el
como ha
fijándose en la sílaba car,
Con no poca
que
tras otra cosa
dera es
la
no
que ya
la
fecha se hayan
yo tendré para mí que
se halla en las al
el
podido poner de
En mi concepto y mienla
única solución verda-
Décadas de Escolano
es el vocablo original
(t.
II,
cap.
XXVII,
antes de ser modificado
«que dieron los modernos aquel nombre, coque antiguamente tenía todo aquel sitio, que era la horta del
la infle.xión castellana, dice
rrompiendo
en idioma carta-
hablar de nuestro pueblo, es decir, de Carcagente, ó
mejor dicho Carcaixent, que por
la
solución que deba adoptarse.
se pruebe,
página 521), donde
significa ciudad
muy
curiosidad han discutido algunos de mis paisanos sobre
origen de esta palabra, sin que hasta
acuerdo respecto á
conjeturado alguna vez un
Cent,» es decir que equivale á horta del Cent.
EL ARCHIVO «Confieso ingenuamente, que
al
227
encontrar por primera vez en Escolino
tan extraña explicación etimológica, supuse que sería
uno de
tantos
lapsus,
que suelen encontrarse en el que pasa las afirmaciones y ciertamente que hay mucha razón para ello, por el historiador clásico del reino de Valencia. Yo no tenía noticia del termino de Cent, ni barruntaba por otra parte qué palabra, con significado de huerta, en los gratuitas
alguna de todavía,
idiomas antiguos, pudiera haber dado origen
al
primer elemento de
bra que nos ocupa; posteriormente, sin embargo, he aclarado vacilo en hacer
no
«Consta por
mía
modo
la
ponde
indudable que en
pasó
ambas dudas y
al latín
XIII hubo en
el siglo
del Cent, situada
Carcagente (r). Por otra parte,
á
significa huerta,
pala-
opinión de Escolano.
una partida rural denominada
Alcira,
la
la
en
el
término de
que hoy corres-
el
palabra árabe l^^.í cariatou, que
de los tiempos medios bajo
formas al-caria,
las
y al-charea, de que hemos visto abundantes ejemplos, que no son otra cosa más que el citado nombre árabe precedido del artículo y
al-charia, al-carea
suprimida
pronunciación de
la
la
Tenemos, pues, que en
árabe vulgar.
como
última sílaba, el
costumbre en
es
el
término rural del moderno Carca-
gente existió en tiempos antiguos una huerta ó carea que se designaba con
nombre de Cent (2), Carea Cent. «¿No habrá, pues, motivo para suponer que de
el
dos palabras nació fónicas?
el
justaposición de estas
la
vocablo Carcaxent, mediante ligerísimas modificaciones
Nada más común que
transformación de
la
como
en x,
la s
Así consta en un pergamino del convento de Agiiasvivas, custodiado actualmente en
(i)
Archivo Histórico Nacional: Noverint universi quod nos rainiundus Corts
el
Arzendis... vendimus... vobis bernardo cayabo...
termino
mir
camino quo
M.CC.LXX En
quamdam
peciam vinee
Cent termino algezire. Et afrontat in vinea de na Lorenca...
del
et in
domini (2)
en Xátiva
apud Cárcel... quod
itur
est
actum
et
uxor eius
quam habemus
et in térra
in
bernardi
algezire Kalendis martii
anno
quinto.
Archivo municipal de Alcira, volumen número 37, fol. 56 b, hemos encontrado i.o de Diciembre de 1386, se dispone por el
el
confirmado este aserto de nuestro amigo. El día Consejo de
villa
la
de Alcira, «fossen ordenats, limitats e
ds hoalars en
fitats
les ortes del
terme,» y efectivamente, el 8 de Enero inmediato, empezaron el deslinde de los boalares de Algemesí, de Guadaquar y de Cabanes, y al folio 59, el amojonamiento del «Boalar del qnartcr
de la orta del Cent, en
cuya empresa ayudaron
á los
de Alcira «alguns bons
loch de Benimacli e de Cogullada.» La línea de demarcación seguía
barranquet del Riu de Xuquer... tro a del Giro?, cequia avall al moli
cami de Xátiva, a 11a, al
altre
cami de
cami de
la
real
de
la
muntanya, a la
la
al
senda deis Peixcadors, ves
muntanya,
al
cami
lo riu
real
cami de
la
Ribera, ves
les basses,
de Corbera, per
la
del
marge de
la
cequia
avall ves Benimacli...
cami de Enova ves Cogullada, ves
al
a la bassa pregona, al
Ribera tro en
cami de Castclló,
homens
siguiente ruta: «Del
riba de la cequia del orta... tro al
de Celma, tro
foya den Rovira,
muntanya,
la
ves les íaldes de
cami
la
la
la
lo
y al cami de Palme-
la villa
(Alcira)
senda de Sancta Barbera en
Xuquer.» (Nota de
un
ves lo loch de Carcaxen,
la Redacción.)
lo
EL ARCHIVO
228
de Setabis, Xtiquer de Suero, cambio que procede por
lo común del sonido con que los árabes solían pronunciar nuestra s y h c seguida (^J^) No hay, pues, inconveniente alguno en admitir la transformación de
fuerte
de
e i.
como tampoco
Carea-cent por Carcaxent, así
en que
con
la e
la c,
existe, á nuestro
de Carea, ora por imperfección en su trazado que
ora por alguna ley fonológica que ahora no
convirtiese en esta última letra, resultando de ello
su forma antiquísima, conservada en
el
el
modo la
de ver,
confundiese
podemos precisar, se nombre Carcaxent en
idioma valenciano.»
Hasta aquí nuestro ilustrado amigo. Antes de decir nuestra opinión sobre el particular,
tenemos que hacer unas advertencias. ¿No podía
CLXXIX),
net (Glosario
/
de alcarria á carja, carcha y carca. Respecto á cagente, es constante desde el siglo XIII al
que
se
^3 haberse
el
pasar á / y q? Eguílaz (Glosario XX) y Simoestablecen doctrinas que hacen probable el tránsito
convertido en gutural, y de
añadió después, lo
mismo que
.-í
la
escritura del
XVI
la
nombre de Car-
forma Carcaxcn
sin la
/
Luchen/r, Bocairen/r, Ontenien/í",
Mogen/í' y otros varios, que seguramente debieron parecer participios de presente y sufrieron la necesaria transformación para que se ajustasen por completo á aquella forma. la suposición de la etimología propuesta, pero no tanto La huerta de Carcagente se llamó del Cent después de la Conquista, pero no antes, pues los árabes no conocían la palabra cent; y sin embargo llamaban al mismo tiempo Carcaxen la población en ella enclavada y que tomaba de aquella su nombre. ¿Cómo? Pues muy sencillamente. No se adul-
Esto destruye
como
teró el
parece.
nombre de Carcaxen con la añadidura de la / hasta el siglo XVII; la empezó á tener su adulteración desde la misma reconquista;
huerta del Cent
^A;. i:js Carja xene, Carcaxen, acentuando
anteriormente se denominaría la
última por
la
supresión de
conocemos; sobre
la
la e final.
Glosario de Simonet. Xene ó xeni
español de
La primera
parte de esta palabra ya la
segunda debemos una explicación, que lomamos del
la tnosta:(a,
c^í-í-
según Ibn Buclarix, es
contraído del latino sinapi.
el
nombre
¿Qué de extraño puede
haber en que de esta planta tomase nombre una alquería y que se llamase la huerta del sene ó de la mostaza, Carcaxen? La circunstancia de no encontrar la
/
en
el
nombre
el
que
se
haya añadido á
primitivo, nos hace suponer que no es propio del la
traducción, hrta del Cent,
no ha sido por
cosa sino para conseguir palabra que significase algo en
Por esto también hicieron
los
primeros cristianos de
la
el
Campo
reconquista de Robóle,
los datos
posibilidad de
el
Patró, y de
de mirra.
Por desgracia, para
tenemos
otra
lenguaje vulgar.
ReboUet, de Oliba, Oliva, de Nompoi, Monfort, de Alpotron, Almiara,
mismo;
que
la
comprobación de
que para se derive
la
la
etimología de Carcagente, no
de Cullera; queda, pues, demostrada sólo
de huerta de
la mosta:;a,
ó xene como
la
la
llamaban
EL ARCHIVO los árabes. Si
229
tuviéramos su nombre escrito por éstos, veríamos bien
dad de nuestra opinión.
De
la
ver-
todos modos, buenos arabistas tiene Carcagente
y esperamos que pongan en claro tan debatida etimología. R. Chabás.
^ctííuíi
burante
ú
íie
l^amhxt
palíorca que |M?rt |iabcció
EN LOS SIGLOS XVI Y XVII.
y concedidos por los mahambre que
¡OS socorros solicitados por los ibicencos
llorquines en
el
transcurso del período de miseria y
padeció Ibiza en los siglos
XVI
que hemos aportado
rico caudal de datos
y XVII, nos permite aumentar
estudio de aquella pertinaz do-
al
mismo tiempo determinar
lencia social (t), y al
el
las
relaciones
que
existían
entre los dos pueblos hermanos.
La
idea de la propia defensa
espíritu de los ibicencos en difícil,
y
los
ría
y conservación trabajaba hondamente
de
incremento por
la
las
días aciagos,
enfermedad que, iniciada en
porque presen-
siglos anteriores, adqui-
guerras, por las epidemias y por otras calamidades nada
de remediar.
Promover
la
baratura de los artículos de primera necesidad, ó asegurar la
concurrencia á los mercados para disminuir
la carestía
de
ó impedir consecuencias todavía más funestas, era uno de
dados de
y
el
primer tercio del siglo XVI. La situación era
hombres previsores pronosticaban
tían los progresos
fáciles
el
la
faltaba la
representación popular; y
si las
las subsistencias,
los
primeros cui-
sequías malograban las cosechas
producción en cantidad suficiente para
el
abastecimiento público,
no quedaba más recurso que buscar en el exterior lo que no se encontraba en el interior de la isla, único medio que podía conjurar los trastornos que produce en la vida económica la escasez ó la falta de materias agrícolas. De aquí nacieron las relaciones de Ibiza con algunos pueblos de
por la triste virtud de estos y otros
pañola, y se estrecharon
más
los vínculos
que unían
la
península es-
muchos análogos ó
la isla
parecidos,
con sus hermanas del
chipiélago balear.
(i)
V. El Archivo,
Tomo
VII
t.
VI, p. 313.
23
ar-
— EL ARCHIVO
230
Ibiza,
problema
en medio de sus desgracias y sufrimientos, buscaba la solución del social en su propia casa, y después de agotar los recursos de que
podía disponer, apelaba
poder central, á
al
la
cabeza de su antiguo reino y á
los pueblos vecinos. Secas las fuentes de su
ralizado
temporalmente por
tranjero,
rompíase
el
las
guerras
producción y entorpecido ó pacomercio que sostenia con el ex-
el
económica y
equilibrio de la vida
población comen-
la
zaba á sentir los efectos de aquella perturbación mercantil. Empeñados los
gobernantes en colosales empresas guerreras,
voz de los pueblos que sufrían
la
perdíase con frecuencia en las altas esferas, cuando
Y cerradas
para defender la integridad del territorio.
forzosamente había que llamar á
pales,
las
de otros reinos, que por su proximidad á bres, por el
común
estas
auxilio
dos puertas princi-
de Mallorca y á las de los pueblos por la semejanza de costum-
Ibiza,
origen de su historia después de
cenos, podían prestarse
no demandaban
la
expulsión de los sarra-
mutuos socorros en tiempos calamitosos y en
los
trances apurados.
Veamos cómo respondió Mallorca á la demanda de Ibiza: En 1 518, hallándose D. Hugo de Moneada con sus naves en
el
puerto de
Pythiusa mayor, necesitó provisiones, por no haber recibido oportuna-
la
mente
las
que esperaba para su
ejército,
de Mallorca socorrieron entonces á
la
de Málaga y de
escuadra.
Los Jurados
Sicilia.
En cuanto
á la
población de
que sentía iguales ó mayores necesidades que la armada, acordaron que buscara remedio en otra parte, no obstante las indicaciones hechas por D. Hugo y las cartas que escribieron el Gobernador y los Jurados de Ibiza para sacar del reino 400 cuarteras de trigo que tenían compradas (i).
Ibiza,
Bloqueada vimiento de
la isla
la
de Ibiza por
los
moros en 1521, cuando
estalló el
mo-
Germanía, pidieron socorro de víveres sus habitantes en
las
mismas puertas de Mallorca, después de burlar sus buques, con peligro, la vigilancia de las galeotas sarracenas. La plaza fué auxiliada con trigo y dinero por Colom, jefe de los comuneros mallorquines, quien armó por su cuenta algunas naves, en vista de
las vacilaciones
y aplazamientos de
los
Jurados de
la capital del reino.
En 1524 lar
pidieron los ibicencos mil ó dos mil cuarteras de trigo para anu-
amargamente y
de alimentos; y en 1527 lamentaron paralización del comercio de la sal por las guerras de Italia,
ó disminuir los efectos de
la
ruina de
la
la isla.
la carestía
Recogidas estas quejas de
rados cbusitanos, no puede asegurarse
si
chivo general histórico faltan las actas del
(i) daltrc
«E que
los
de Ivi^a alteza
part.»— 8 Enero ISI9-
Hist, de Malí.
la
las
el
Ar-
G. y G. Consejo desde 1519a 1524
poca disposicio es en
— Llib. de
cartas escritas por los Ju-
fueron atendidas, porque en
lo
regnc de forment, se remedien
Dcterminacions del G. y G. ConscU.
Arch.
Gm.
—
—
EL ARCHIVO
231
que sobre la formulada en 1527 no recayó acuerdo alguno. La falta de resolución y la de la cosecha en Mallorca, pues sólo se recolectaron 1 10.000 cuarteras de trigo (i), y por otra parte las gestiones hechas inclusive, pero
por
el
sí
Síndico P. Malferit para que se
dispensara
les
pago de
el
los derechos
de coronaje (2), permiten afirmar sin vacilaciones que en 1527 la situación económica de Mallorca presentaba mal aspecto, y que entonces no se facilitó recurso alguno á los ibicencos.
Trece años después y uno antes de visitar el Emperador Carlos V la capidonde reunió sus escuadras menos la de Poniente
—
—
del reino de Mallorca,
tal
para emprender la conquista de Argel, sentía la
isla
necesidades imperiosas
obligaron á solicitar de Mallorca autorización para proveerse de víve-
que
le
res.
Esta súplica, juntamente con otra de Menorca, presentadas al
Grande y
General Consejo en 17 de Septiembre de 1540, fueron atendidas por los Jurados mallorquines, acordándose socorrer á las dos islas con trigo de Sicilia
que había en
el
Alternando por
falta
rra.
En
reino de Mallorca (3). los
años regulares con los malos, aumentaron
las
necesidades
de ingresos y sobra de gastos que ocasionaban los aprestos de gue1569 (4) y diez y seis años más tarde, en 1575 (5), encontramos
nuevas peticiones de los Jurados ibicencos á los mallorquines, de
no
mención
se hace
en los extractos de las actas del G.
las cuales
y G. Consejo, prueba
evidente que ni siquiera merecieron los honores de la lectura en aquellas asambleas, y prueba también del poco caso que se hizo de los mandatos del Rey sobre provisión de Ibiza (6). Esto no obstante, la correspondencia cam-
biada entre los representantes de los dos pueblos continuó siendo frecuente y afectuosa, aunque muchas veces los ibicencos no consiguieran los recursos
que con insistencia solicitaban. Al
finalizar el siglo
bién activa correspondencia con
el
dor que había sido de Ibiza,
vez con
(i)
(2)
tal
XVI
mantuvieron tam-
Virrey de Mallorca, (Janoguera, Gobernael
propósito de que aquella autori-
Act. del G. y G. Consejo. 8 Enero 1527. 13 Febrero 1527.
—Instruccions
al
sindich miser Pere Malferit.
— «Primo
la necessitat
apretadissima de forment y que staue a perill de despoblarse la Illa y axi que suplicas liberacio deis drets de coronatje en atencio que hauia pocha dies hauia pagat al Regne mil ducats per perseguir bandetjats (3)
y desmandáis.»
Menorca
solicitauan
Arch. Gen. Hist. de Malí.
1540.—'«...fonch proposat que de luissa y y demanauan hauer alguna prouicio per socorrer algunas ne^essitats de
Act. del G. y G.
Consejo. 17 Septiembre
aquellas islas...» «y fonch determinat socorreguessan
trobaue en (4)
Regne...»
el
ditas
illas
de forment de
Sicilia
ques
Arch. Gen. Hist. de Malí.
Carta de 26 de Agosto de ijó^.
(5)
Carta de 21 de Julio de iS7S'
(6)
Con
trigo á Ibiza
fecha 24 de Septiembre 1574, el Rey manda al Virrey de Mallorca provea de cuando lo pidan los Jurados, sin ponerles embarazo en la saca, como no falte la
entera provisión de aquel reino.
—
—
—
EL ARCHIVO
232
dad, conocedora del estado de la
isla,
influyera en su favor en la cuestión de
provisiones.
No en
el
estar general
principió el siglo
XVIl y
que
los sucesos
centuria se desarrollaron, acentuando cada día el mal-
la
y preparando
produjeron en
las
dolorosas escenas que
la
miseria y
el
hambre
la isla.
La misma suerte que ron
cómo
necesitamos repetir
transcurso de
las
últimas peticiones hechas en
el siglo
XVI,
tuvie-
en i6ii (i) y en 1618 (2) á los Jurados de Mallorca, pidiendo socorro por vía de préstamo en la primera y auxilios para remediar la falta de trigo en la segunda. Nada se dice de ellas en las actas del
las suplicaciones dirigidas
Consejo mallorquín, y
si
bien es verdad que en 1618 Mallorca hizo pro-
visión de granos, también lo es
que en 161
1
no
fué necesario apelar á este
recurso, porque la cosecha arrojó 245.000 cuarteras de trigo
y 144.000 de el mismo año de 1618 en (3), y quedaron en la isla 13.244 cuarteras de grano, según consta del recuento practicado en 1619, que se cosecharon, además, 533.740 cuarteras de trigo y cebada (4). cebada, calculándose
Andando
el
el
consumo en 350.000
tiempo encontramos
en dos ocasiones
distintas:
cuarteras de trigo (5), y
Medio
en 1624
al
las
pruebas de haberse prest.ido socorros
se facilitaron á Ibiza tres
año siguiente doscientas
siglo transcurrió después sin tomarse acuerdo
del
ó cuatrocientas
mismo grano
(6).
alguno en Mallorca so-
bre el envío de víveres, hasta que en Marzo de 1677, teniendo en cuenta las grandes necesidades que sentían los habitantes de las Pythiusas, resolvieron los
mallorquines
facilitarles
mil cuarteras de grano, pero sin que
pudiera servir de precedente (7). (i)
Carta de 18 Noviembre 1611.
(2)
Carta de 16 Junio 1618.
(3)
Scutrini ccrt de 161
forment
1.
— «A
11
Y
el
hecho
tan firme era la decisión de los Jurados
de 8.*"" 161
1
fonch proposat ser
lo
scutrini general de
1446 q"», y de ciuada 706 q"», y que en anys passats se deja hauerse de menester 3506 q."*, y íonch deterniinat que nos fes prouisio.»— Extr. Act. del Uis
2456 qJ**, de
G. y G. Consejo.
«A
ordi
Arch. Gen. Hist. de Malí.
1619 fonch proposat lo scutrini cert de blat y xexa 2466100 q."^»» ordi 2696640 q."» y siuadas 706865 q."' y que en la adniinistracio hy hauia 3244 q.'«« y circa 10.000 q.>"*« que tenia Pere Juan Rius y fonch deterniinat que nos fes provicio per á las (4)
MS. y
horas.» (j)
19 8.*>"
Arch.
cit.
Act. del G. y G.
Ivissa ab 3
ó 400
q.''»»
Consejo.— -e
y canonge y
deis jurats de aquella isUa.»
varias sesiones se trató del
acordóse remitir
seis
mil
aplicar tres mil á gastos
libras, á
de
la
aumento
—
«Mes fonch proposat Ses. 15 febr. y medi del molt Iltre Dr. Joan
solicitut
Arch. Gen. Hist. de Malí.
sin recaer resolución,
dos mil por año, quedándose con
y en
las seis
la
de
3
Julio 1686
mil restantes para
acequia den Baster, y tres mil para gastos ordinarios.
A
propósito de una petición de 2.000 cuarteras, en el G. y G. Consejo de 17 Diciem(3) bre 1 67 1 «fonch determinat que sempre que en Mallorca hi agües provicio que apparagues bastant els consolaría ab la quantitat ques pogues.»
Arch.
cit.
EL ARCHIVO
23 6
cientos y treze annos, ante la presencia de los Señores doctores Gaspar de Tapia Arcidiano maior de la santa Metropolitana Seo de Valencia, don Balthasar de Borja Arcidiano de Xatiua, gia syndico de los
Eugenio Tudela, don Leonardo de Bor-
Canónigos y Cabildo de
la
dicha santa Iglesia y de Johan
Joseph Agorreta todos canónigos prebendados de
la
dicha santa Iglesia
como
orden y comission de los dichos señores canónigos y cabildo para que jusso se dirá personalmente hallados en la tercera sacristía de la dita
a teniendo lo
seo de Valencia en
la
qual están recondidas custodidas y guardadas con
muchas llaves las sanctas reliquias de dicha sancta Iglesia y aun en presencia de mi Gaspar Palauicino por auctoridades Apostólica Real y de la ciudad de Valencia notario publico y secretario de los dichos señores canónigos y cabildo y de los testigos abajo escriptos personalmente páreselo Pedro Marco notario en nombre y como a syndico y procurador que dixo ser del cabildo y consejo del lugar de Aniñon aldea de la comunidad de Calatayut del obispado de Tarra»;ona en el Reyno de Aragón el qual en dicho nombre de pa-
y represento a dichos señores capitulares que por quanto en el sacrario de la Iglesia de Sancta Maria del Castillo del dicho lugar de Aniñon labra dixo
hay vnos corporales de han
que
lien(;o
visto son de lienso viscayno
al
que los chamusca-
parescer de todas las personas
crudo grossero
los quales están
dos de fuego con cinco formas pequeñas bueltas en parte en sangre que habrá
mas de
trescientos
annos que hauiendose dado fuego en
el
retablo de la dicha
de Aniñon y habiéndose quemado todo el dicho retablo y la Iglesia fueron reseruados dichos sanctos corporales y formas sin quemarse según
Iglesia
que por tradición de muchas personas muy viejas las quales dezian hauerlo oydo assi dezir a sus padres y mayores que según se collige es de mas de dichos trescientos annos y que buscando e ynquiriendo si habria alguna cosa concerniente a este tan grande milagro de los dichos sagrados corporales y
formas se ha tenido noticia por cosa sancta Iglesia de Valencia y en
el
muy
cierta
y averiguada que en
armario a donde están guardadas
esta
las sánelas
con la HosRey don Johan Rey de Nauarra y después dio juntamente con muchas otras sanctas reliquias a esta
reliquias de aquella se hallarla la hijuela de los dichos corporales tia
consagrada
la
Rey de Aragón
qual reliquia la
el
dicha sancta Iglesia y que para la aueriguacion de este caso les pidia por merced tuuiessen por bien que el dicho armario se abriesse y recognosciesse
por ver li
si
en aquel estaua dicha hijuela con
diere verdadero testimonio en
la
Hostia y que (de) todo ello se fe y los dichos señores
manera que haga
canónigos capitulares de orden y comission de todo el cabildo de esta dicha sancta Iglesia mandaron que por el sots sacristán de dicha seo se habricsse el dicho Armario
qual esta serrado con dos llaves y se mirasse y reconosciesse lo que por parte de dicho Pedro Marco notario en dicho nombre se el
pedia por ser cosa
muy
justa
y piedad
christi.ina
conucnicntc y luego
el di-
EL ARCHIVO cho
sots sacrista en execucion de la
237
mandato abrió
provission y
el diclio
Armario de dichas santas reliquias y tirada la cortina en presencia de todos sacó de dicho Armario un reliquiario de oro con sus vidrios o christales
y
abriéndole en prescencia de todos hallaron enserrada una hijuela de liento
que
parescer de todos los que
al
allí
estañan presentes juzgaron que era liento
vizcayno grossero y que a la vna parte paresce estar chamuschado de fuego y en la otra parte vn tantico quemado y en desenboluiendo el dicho liento el
señor canónigo Tudela hallaron en medio de aquel apegada vna forma de
Hostia de grandaria de mas de un Real de a ocho grande que dicho liengo o hijuela
y forma de Hostia todo
se
hecha claro de ver ser de muchissimos
años y ansimismo el dicho Pedro Marco notario en dicho nombre Pidió y requirió a los sobredichos señores canónigos capitulares tuuiessen por bien
que por quanto en un el
libro
pequeño que
esta recóndito
qual están escritos los nombres de las reliquias que
el
en dicha
sacristía
en
Rey don Johan Rey
de Nauarra y después Rey de Aragón dio a la dicha sancta Iglesia de Valenrecondidas y guardadas en el dicho Armario y el segundo
cia las quales están
o tercero dia de Pasqua de Ressurreccion quando quias a todo
pueblo estando junto en
el
muestran
se
la pla(;a
de
la
Seo
ías
dichas reli-
nom-
se leen los
una copia o traslado de lo que toca y es concerniente a dicha hijuela y forma de Hostia consagrada el qual es del tenor que se sigue Los corporals deuots christians aquestos son los bres de las reliquias con sus oraciones se le diesse
sagrats corporals
que cremantse en Arago
vna
Iglesia miraculosament que nos cremaren hauent hi bona deuocio digau axi. O corporals conseruats per miracle del foch cremant per Jesús jnfinit daunos esfors per quel mal spirit creme james nostre sant taber-
foren conseruats illesos de
mig
tota
del foch
verbum caro factum. E los dichos señores canónigos capitulares Prouehieron y mandaron a mi el dicho escriuano de todo lo suso dicho en la forma y manera que ha passado lo de por aucto en publica forma que haga fee, e yo el dido Gaspar Palauicino notario publico y secretario susodicho certifico y hago fee y verdadero testimonio como todo lo susodicho passo ansi en verdad en mi presencia y dello rescebi este aucto y certifinacle, respon lo chor,
cación en la dicha ciudad de Valencia y en sancta Iglesia los sobredichos dia
la
tercera sacristía de la dicha
mes y año siendo
a todo lo
que dicho
es
presentes por testigos llamados y rogados Sebastian Guterris sots sacrista
Vicente Nauarro otro de los archiueros de
Miguel Vicente Martínez de
la
yuanyes mercader vezinos de
Hemos
visto
Aviñón cuando la
la
MadoT^^
Tomo
VII
no
estas hostias,
y constantemente
se dice
Aniñan, población actualmente de 500 vecinos, situada á
espalda de Calatayud y á su
misma.
dicha santa Iglesia Presbíteros
dicha ciudad de Valencia.».
muchas notas sobre
es
la
Raga Joachin moreno ciudadanos y Phelippe
cita
NO., y como
á dos leguas de distancia de la
dicho pueblo. 24
EL ARCHIVO
238
líataí rtonoíógicas b(I retnabo ht
g^n |atmr
I
br llragon.
|o solo la crítica descuidaron los cronistas del
Rey Qjnquistador y
muy particularmente el orden y fechas de los sucesos de su vida, lo que involucra acontecimientos tan
del Reino de Valencia, sino
notables
como
miento de brollado
la
las
conquistas de Mallorca, Valencia y Murcia. El desconoci-
ciencia cronológica, auxiliar indispensable de
muchos sucesos y hecho perder
el
la historia,
ha
em-
verdadero punto de vista de los
mismos. Para dilucidar unos y otros, nos propusimos años
atrás recoger
mayor número posible de fechas de la vida de D. Jaime, y á este objeto, tomamos nota del lugar y fecha en que otorgó el Rey los documentos que llegaron á nuestras manos y que en su mayor parte se custodian en el Archivo general de la Corona de Aragón en Barcelona. La vida de aquel monarca es un continuo movimiento: nunca está larga temporada en un mismo sitio: esto dificulta el trabajo. todos los datos fidedignos y
fijar el
Se debe éste dividir en dos partes, ó sea en que empiezan los
registros
en
la anterior y la posteriora 1257 archivo de Barcelona. Desde esa fecha en
el
adelante, se puede saber día por día
dónde estuvo
el
Rey. El averiguar su
muy útil y curioso, pero se necesita una estancia detenida en aquel centro, que no nos ha sido posible hasta ahora. Lo que nos parece aún más preciso por referirse al periodo de nuestra reconitinerario por los dichos registros será
ser necesario recogerlo de archivos
y bibliotecas, es lo referente á la primera época, ó sea la anterior á 1257. Esto es lo que hoy ofrecemos. Pero como preliminares, hay que tener presentes dos cosas. quista
y
En primer
lugar,
muchos
Hijo de Dios se
autores, notables por otros conceptos, lian in-
computar los años de la Encarnación. Si bien el encarnó nueve meses antes de nacer, al establecerse la cuenta
currido en equivocación
de los años de
la
meses antes que
el
al
era cristiana, se
de
la
empezó
el
cómputo de
Encarnación; de manera, que
la
Natividad tres
las fechas
que median
24 de Diciembre coinciden en el año; no así las anteriores, desde el 25 de Diciembre hasta el 24 de Marzo, en que el año de la Encarnación es una unidad menos que el de la Natividad. De esto tratamos detenidamente en el tomo IV, pág. 273. En segundo lugar, en tiempo de D. Jaime I, era muy inconstante la cadesde
el
25 de Marzo hasta
lendación, hasta que el
Rey
el
fijó el
annus domini en
los fueros
de Valencia.
EL ARCHIVO
No
¿Cuándo?
es fácil averiguarlo,
239
pero de seguro
muy
á lo último de la
época cuya investigación hemos emprendido. Es decir, que estos tres
meses (desde
ción de
la era
estudiar
si
española,
el
25 Diciembre
ó de
la
Natividad ó
la
la
Y como
fecha tenga
fechas de
24 Marzo) que no tengan
Natividad, ó de
son de ésta ó de aquélla.
minables en ésto, cuando
al
las
el
la
indica-
Encarnación hemos de
no nos hemos de hacer
inter-
carácter indeterminado entre la
Encarnación, téngase presente esta circunstancia.
Respecto á abreviaturas es preciso indicar que Pg. indica pergamino del la Corona de Aragón, según la numeración que les dio D. Próspero de BorafuU. La de Rp. equivale á Repartimiento, cuyo libro impreso por este mismo archivero y sus páginas citamos. Es de notar que este libro, casi siempre fecha sus documentos por los años del nacimiento. Las
Archivo General de
demás abreviaturas son por demás Ene. Encarnación, Au.
Prescindimos de
moderno
datos cronológicos.
I2I7
la
las calendas,
Aureum
fáciles:
Arch. Archivo, Nat. Natividad,
opus.
calendación romana y convertimos en fechas á lo
nonas
é idus, para facilitar
más
el
manejo de
estos
240
242
244
246
— EL ARCHIVO
248
damos
vestigar,
la
cronología del año
que
1.257,
es el
más pobre en docu-
mentos. Barcelona.
— — 8 — — 10 — — 12 — — Tortosa. Enero, 23 — 30 — 31.— Febrero, 2 — — 6 — — — 16 — 19 — 27. Marzo, 2 — 4— — 7 — 9 — 12 — 14 — 16 — 7
Enero, 4
9
11
18.
15
3
5
13
15
19.
Lérida. Abril, 10.
Zaragoza. Junio, 21. Lérida. 6
— Agosto, — —4 — — 8 — — 10 — — 12 — — 17 — 20 21-T-22 — 23 — 24 — 29 — 30 — — Septiembre, — 4 — — 7 — 8 — 10 — 12 — Octu14— 16 — 17 — 18 — 19 — 20 — 22 — 24 — 25 — 26 — 27 — 28 — 29 — 2 — 4— — — Junio, 27.
I
3
9
11
31.
15
6
3
30.
9
5
bre,
10.
Almenar. Octubre, 13.
Camarasa.
— Lérida. Octubre, 17 —22 — 24 — 25 — 26—27 — 29 — 30—^1. Barcelona. 8 10 Noviembre, 7 — — — — 12 — 14 — — 16 — — 19 — 21 — 23 — 24 — 25 — 26 — 28 — 29. — Diciembre, — 2 — — 4— — 7 — 8 — — 10 — — — — — 16 — 17 — 19 — 20 — 21 — 22 — 27 —29 — 30 — 31. Octubre, 15
16.
11
13
17
15
i
3
5
9
1
1
12
15
Con
esto
damos
fin á estos
datos cronológicos, que esperamos corregir y repetir, que las fechas desde
aumentar, Dios mediante, pero volvemos á el
de la
al 24 de Marzo no son fijas mas que cuando anotamos ser Era ó de la Encarnación , pues aunque las hayamos fijado en el año de Natividad que lleva su numeración, podría ser del siguiente, ó viceversa.
25 Diciembre la
R. ChabAs.
EL ARCHIVO
ftoral iUvito
m
ti st0Ío
249
M ^tUtmánto
VI-V
antes be |**f
*
LOS TARTESIOS DEL ESTRECHO O CALPIANOS EN LA REGIÓN DE DENIA.
^^Íegún "
veremos en otro capítulo,
los libyfénices andaluces poseían ciu-
dades interiores y ciudades marítimas. Las primeras no fueron sometidas por Cartílago ni tuvo que emigrar su población, mas sí de
segundas; y por esto encontramos reproducidos los nombres de éstas y los de aquéllas en la parte Sur del Tarteso levantino, donde hemos dicho
as
no
que hubieron de
instalarse los
emigrados de
la
región del Estrecho. Según
puede colegirse de Appiano, Strabón, Mela, Plinio,
Marciano y otros,
las
Ptolomeo,
el Itinerario,
ciudades marítimas de los libyfénices se hallaban com-
prendidas entre éstas: Lauron, Menlaria ó Mellarla, Transducta, Barbesula,
Portualbo y Calpe-Carteia, dicha también Tarteso. Pues bien; el mayor número de ellas reaparece en la época clásica entre la frontera meridional del Tarteso levantino y
La
el río
existencia de
Turia, ó
tal
vez entre esta frontera y
una Lauro libyfénice
la
el río
Júcar.
deduzco de dos pasajes combi-
Munda Cneo Pompehuyó delante de César, yendo á parar á Cartela sobre el Estrecho; que se embarcó allí, y saltando nuevamente en tierra para refugiarse en un monte nados: uno de Strabón, quien afirma que, vencido en yo,
mar, fué descubierto y asesinado (i); otro, de Floro, según el donde encontró tan desastrado fin el hijo de Pompeyo se decía Lauro (2). La otra Lauro se halla mencionada, á propósito de la guerra Sertoriana, en Appiano (3), y puntualiza su situación de un modo indirecto el mismo Floro al decir que Pompeyo y Sertorio se derrotaron alternativamente uno á otro en las batallas de Lauro y del Suero ó Júcar (4). Las mo-
inmediato
ai
cual el lugar
—
(1)
Etí
-flv
(Carteia)
opuvhv
ÚTTípxEtfxsvYjv OaXkíXTrig
(2)
Sed
(3)
Y,TrriQsiq
^istfOip'n
ó
rvato;
(adeo
nondum
sirlevrrxg
xat
'¿vOsv
exSáj
eg
rtva
liberis,
Cnaeum
praelio
apud Lauronem oppidutn
profugum, consecutus,
desperahat) inlerfecit (Floro, Hist. rom., lib. IV, cap. 2).
Tzokiv, siE;^|Ot
era solo
á los celtí-
opoí otxo'jvTij
K«^y^y¡5óvo; (III,
4,
I4).
T/)v
La
del Júcar, alcanzando casi el paralelo de Denia.
El peñón de Hifac «forma dos calas seguras á
tanto dentro de agua» (Diago, ob.
cit., t.
I,
pág. 39).
«A
ambos los
lados, por meterse
dos lados del peñón se
forman dos puertos más que medianos, el uno al Poniente, que los nuestros llaman del Rincón, y el otro al Levante, llamado de Gallicant, en cuyo paraje hay una al-
ToMO
VII
26
2)
EL ARCHIVO
I
Calpc (23) está limitada por la punta del monte Hifac al Este y la de Toix á Mediodía; en ella hubo en lo antiguo una ciudad opulenta, cuyo nombre ha heredado, según es dable conjeturar, la pequeña villa de Calpe. Apoyábase, según todas
probabilidades, en las faldas
las
cesibles por la parte de tierra (24),
en una extensión que no es
una media hora de
fácil precisar,
distancia,
cido ya de antes por «los baños de
un
(dice) indica
muy
de
la
villa,
siglo ilustrado,
ensenada,
la
exploró y describió el sitio
cono-
Reina,» pavimentos de mosaico, már-
la
teatro, aposentos diversos, etc.
un pueblo grande,
de 400 pies de diámetro,
de preciosos mármoles exparcidos,
como
peñón, que son ac-
notables ruinas en
rico y
multitud de piezas descubiertas en tan corto tiempo,
van en más
del
pero que debía ser considerable; á
caminando hacia
Cavanilles, á últimos del siglo pasado,
moles labrados, restos de un
mismas
se dilataba á lo largo
y
el
así
número
las
«Esta fábrica
de buen gusto. I^
ruinas que se obser-
considerable de fragmentos
entre las peñas batidas por las olas,
muchas de ellas con molduras, y otras obras de arte; finalmente, las monedas de Nerón y otros emperadores que se hallan, todo aríuncia que en los siglos lloridos del imperio romano hubo por los campos inmediatos,
madraba de atunes y unas famosas salinas» (Escol.ino, ob. cit., «Aunque no pasa (Calpe) de cien casas, conoce todo el mundo
lib. la
VI, cap.
fama de
la
15).
aven-
tajada pesquera de su sardineta»*(Ibid., col. 106. Vid. tambic-ii "DcNolet o general del
Mcdi Ierran eo, págs. 316-317). «La villa de Calpe [cerca de 2.000 almas] (23)
so halla en el centro
Je
la
ensena-
da y apartada de la playa unos dos y medio cables y edificada sobre una loma... No dejan de acudir todos los años algunos buques nacionales y extranjeros al fon-
deadero de Calpe para
el
embarque de
las frutas
secas que exporta
el
pais» (Derro-
muros antiguos: el primero circuye todo el casco de la población, menos el arrabal, y el segundo se halla situado en el centro del pueblo, con tres fuertes de baterian (Madoz, Dice. grog. esl. hist,, t. V, 1846, v.° Calpe). «Los muros de que está circuida se hallan en completa ruina, asi como el fuerte de San Pedro, que está cerca de la orilla del maí, en el sitio llatero cit., pág. 316),
mado Chechina» (24) las
«En
la
Esta
monte Hifac
lles,
Obsenmciones sobre
II,
conservan ruinas de un pueblo antiguo, que
las
paredes de
los reyes de .\ragón
|,
quedan algunos trozos» (A.
la historia natural, etc., del reino
de
la
antigüedad una pequeña iglesia á
(ob. cit., 2.» parte, col. 106).
y que
el
monte
Hifac,
existido colonia ninguna II,
la Iglesia
según reJ
Cavani-
de Valencia, Madrid, 1797,
pág. 226). Cerca de dos siglos antes escribia Mscolano: «Solo nos queda por
reliquias
t.
se
armadas gcnovcsas destruyeron [en guerra con Escolano:» «de
sia,
está fortificada por dos
(Derrotero, cit., pág. 316).
fafda del
fiere
t.
villa
pág. 280;
t.
III,
la
falda del dicho
— Cortés supone que Honosca
monte Hifaques»
estuvo donde hoy
llamado Calpe, fué dependencia suya,
sin
con nombre de Calpc, como opinó Mayáns (Dice,
pág. 49).
Nu-
que hubiera creof'.
hisí.,
EL ARCHIVO campo
casas de
allí
deliciosas.
Y
255
parece consiguiente hubiese en las inmedia-
ciones alguna ciudad ó pueblo numeroso, ya fuese en nales del Hifác, ó sobre el cerro
D. Josef Feliii. En efecto, aún se un encañado capaz de conducir á un gran pueblo
que nace en
Paratella,
las faldas
las
aguas de
término de Benisa, una legua
el
septentrio-
donde hoy día existe la casa de campo de ven por aquellas inmediaciones pedazos de al
fuente de
la
Nordeste de
las
ruinas...» (25)
Ya en
capítulo
el
signan con
el
hemos
visto
que en Herodoto
de Carpeianos, correspondiente á
ciudad de
los libyfénices se de-
nombre de su
geógrafo de Byzancio, además de Calpianos, registra
capital Calpe. El
lativo
I
étnico de Calpianos, seguramente derivado del
Kilirn, atestiguada
variante
la
K«pnr,ic/. del-
asimismo por Pausanias,
KxpTTíoc.
el
ape-
nombre de
la
Appiano conoce
una tercera variante, KxpnmThg, que presupone el adjetivo étnico Carpesio (26). éste eran probablemente 'conocidos en el siglo III a. de J. C. los liby-
Con
fénices de la Contestania,
un episodio de
la
el relato
vida de Asdrúbal. Había recibido
pequeño refuerzo de dirigió (desde
según deja adivinar
el
que hace T. Livio de caudillo africano
Ebro), después de haber equipado una escuadra destinada á proteger
y
las islas
(naturalmente, las Baleares)
hubo de detenerle
el
Observaciones
Herodoto, fragm. 20; Steph. Byz.,
En
cit., II,
Appiano, de
el libro
larga distancia del
tullís tenebat se, qiioad
XXIII, cap. 26, dice
IV,
s. v.
Ká),7r/j,
ed. Berk., pág. 439;
le
multum
Pau-
el
Paduano que Asdrúbal
se
mantenía
á
llegaron los refuerzos de Carthago: Hasdriibal
ncutri parti virium satis fidens, procul ah Imte intervallo ac
locis
ac diu obtesiantí quattor milia peditum mille equites in
supplementum missi ex áfrica sunt.
mo
tuerzas de mar, ofendidas por
reb. hisp., cap. 2.
enemigo cuando
Toenorum imperaior,
las
el litoral
ejecución de sus planes
la
págs. 226-232.
(25)
sanias, VI, 19, 3;
En
(28).
pronunciamiento de
(26)
(27)
un
y caballería de Carthago, y fuerte con él, se Cartagena?) (27) contra los romanos (por tanto, camino del infantería
— Weissenborn
Berlín, 1877, pág. 198), relaciona esto
(Titi Livi ab urbe condita libri, to-
con
la
marcha de Asdrúbal
á Lusi-
Ebro y de la expedión triunfal de los Escipiones hasta almacenes de Longuntica: XXII, 20, Hasdrubalin Lu-
tania después de la derrota del los
muros de Cartagena y
los
sitamam ac propias Oceanumconcessit. Pero Asdrúbal había regresado ya de Lusitani-a en aquella sazón (XXII, 21): por otra parte, habiendo quedado Cartagena en poder de los cartagineses, y siendo este puerto el más cercano á Carthago de toda la Península y el centro del poderío naval de los Bárkidas, á él hubo de enviar el Senado de
la
república africana los refuerzos que
litoral
balear y levantino, que es
donde
Asdrúbal había pedido para guarnecer tenía
que temer de
los ruínanos,
el
como no
en Andalucía. (28) parariquc
Tiim
refecta
jiibcl
ad Ínsulas maritnmamquc oram lulaiidam (T. Livio, XXIII, 26).
tándem
spe, castra
propias Iwstcin móvil classcinquc
et ipse
iiistrui
EL ARCHIVO
256
la
dureza con que
les
había reprochado su cobardia en
Ebro. Los sublevados saltaron
á tierra,
la.
batalla naval del
excitaron á los carpesios ó tartesios
(29) á que hiciesen causa común con ellos, y no sin resultado, pues algunas poblaciones se dejaron arrastrar á su partido, y expugna(región de Denia)
ron una que no acababa de decidirse, capitaneados por Jalbo, pesios (30). Fuéle preciso á Asdrúbal desistir por el
de
jefe
momento de
la
contra los romanos y dirigir sus armas contra los sublevados (51). efecto, reunió viveres
et
los car-
campaña
en Ascna (Jijona?) (32), población inmediata
A
este
al terri-
(29) a/« Carpesioruin gente, cdd. Mogunl. ct Aid. ct indcaliac. Sed priniac cdd. mss. fere omnes Tarlesiorum aut Tartessionim, ct quídam Carlhesiorum. Tartcsii
tamcn ab Ibero nimis remoti erant, et KapTr/.Ttot líuo; 'I*»ijOty.ov riv ¿vtí>; lír.joo; ;ror«piov apud Steph.» (Lemaire, Titus Livius Talavitius ad códices parisinos recevsilus, vol. IV, París, 1823, pág. 319).
Como
se ve, el sabio editor
se inclina á la variante Carpesii,
y comentarista de
las
Décadas
pero aduciendo razones que resultan ahora de nin-
gún peso: que los Tartesios caían demasiado lejos del Ebro (no conocía este otro Tarteso que se extendía hasta el Ebro) y que, en cambio, una gente Carpcsia habitaba ala izquierda de dicho rio. La edición de Weissenborn (pág. 198) no trac .otra lección que
la
se trata de los
de Tartcsioruw
sin indicación
,
Túrdulos ó Turdetanos que poblaban
cho hasta
el
de variantes, dando por supuesto que
Túrdulos ó Turdetanos de Andalucía: «Tarlesü, otro nombre de
Guadiana: vid Movers,
el valle del
Baetis
Thoctii:^ien, 2, 2,
desde
los
Estre-
y 612 y siguientes: que Asdrúbal el litoral
el
se retiró lejos, lo acredita el procul ab bosle ititervallo ac locis iutus ienehai se del
mismo
capítulo 26: compr. además, XXII, 20, 5 12.»
Carpcsiorum dux
(30)
una y otra
sin expresión
Feceranl hi Iransfugae
(31)
runí] gente, descivcrantque
In cam geniem versum
agrium
ed. de Lcmairc;
la
Tartcsioruw dtix
la
de Weissenborn;
de variantes
iis
malum
ni
L'artcsiorum (var.
Carpcsiorum, Lürujcsio-
auctoribus urbes aliquol: una eliam ab ipsis vi capia fueral.
%omanis bellum
est:
infeslogue exercitu Asdrúbal ingresas
hostiutn, pro caplac ante dies paucos urbis
mocnibus Chalbum, nobilcm Carpcsio-
rum ducem, cum
alf
valido exercitu castris se lenentcm, adgrcdi statuii (T. Liv., XXIII, 26).
(32) Tostt¡uam ñeque elicere 'Poenum ad certamen obversali castris poterant, ñeque castrorum oppugnalio facilis eral, urbem Asenam, quo fines hostium ingrediens, Asdrúbal
frumentum commeatusque (T. Liv., XXIII, 27).
alios
convexerat,
— Las antiguas
vi capiunt
omnique
circa agro potiuntuí
Muchos
ediciones dicen «Asena.»
códices del
Paduano, «Ascua,» y asi Weissenborn (Ob. cit., pág. 199) que recuerda á propósito de ella la ETxoua de los Túrdulos registrada por Ptolomco, II, 4, 1 1.— CeanBer-
múdcz
la
redujo
Segura y de
á
la villa
unas ruinas existentes de Cicza (Sumario
ciudad, dice, perteneciente á
la
al
cit.,
España
pió de la sierra de Ascoi, cerca del río
pág. 49).
ulterior,
— Gronovio pensó en «Mastia,»
próxima
cho de Gibraltar; pero ya veremos que entre Mastia y pacio de
muchas
jorn.ltl^s
—
Pirtli-nilíi
.U-
I.1
Iii\-in!i
el
á los Tartesios
y
al
Estre-
Estrecho mediaba un es-
'Asin.i
»
V rcfiticndii
!v
A
ser cierto, resultaría
EL ARCHIVO
No
6." cia
293
caer á Tonienle del río Palancia, porque á Poniente del río Palan-
estaban los celtíberos, y
la
Turdetania era gen niñamente edetana, no
T. Livio denomina extranjero, aliena anua, por relación á
tíbera.
tanos,
cel-
los turde-
cuerpo de ejército auxiliar compuesto de celtíberos asalariados (32);
al
y cuando éstos celebraron asamblea para deliberar sobre las proposiciones de Catón, tomaron parte en ella los turdetanos, no porque tuviesen derecho á ello, sino
porque habían sido llamados ó admitidos por sus auxiliares (33). el territorio turdetano, y por tanto su capi-
Prueba esto palmariamente que tal,
cual
ha de buscarse fuera y no dentro de las fronteras de la Celtiberia, con lo queda excluida Teruel, á quien muchos eruditos declararon sucesora de
los turdetanos
de
esto
Plana de Castellón. la
Citerior (34).
la
Ya después de
No
no cabe
elegir:
era de esperar
se piensa
involuntariamente en
que un pueblo marítimo, como
el
la
de
Turdetania Bética, se hubiese apartado del mar, confinándose en una se-
y que formando parte de un organismo
rranía;
político
Tarteso oriental)
(el
tenía en su poder por los dos extremos (Carpesios, Kempsios) la vía
que
He-
arrasada por los Escipiones y declarada por su sucesor feudo de Sagunto, y se explicaría
con eso que una ciudad de tanta importancia como presupone su antigua capi-
talidad sobre la Edetania [¿sobre
Oestrymnis
= Ophiusa?] no
llegara á acuñar
mo-
neda como sus finítimas Valencia y Sagunto. Ignoro las razones que tuvo el docto helenista para aquella corrección ó suplemento; pero, conferido el pasaje en cues-
con su correlativo de
tión
Toup'T/iTavwv,
en vez de
Decem
las
Décadas de Livio, parece más obvio deber suplirse
'ESvjravwv,
con
lo cual
queda en pié
(32) hellum Cr. Liv.,
XXXIV,
17).
Conciliuin inmixtis Turdelanis hahitiun
(33)
la dificultad.
millia Celiiberum mcrcede Tiirdiili coudiiciint, alienisqiie armis parahant
magno cum lumultn
(id.,
XXXIV,
19).
«Esta ciudad (Turdeta ó Turta) la pone Pineda (lib. IX, cap. 12) en el (34) reino de Murcia, olvidado que poco antes dijo que estaba en los confines de Aragón
y que era la que agora llamamos Teruel, á 20 leguas de Valencia. Este último parecer tuvo también D. Francisco Llansol (lib. I, cap. 51), y cita en su favor á Juliano Pomerio y á Lucas Diácono, autores antiguos entre los españoles. Síguenle asimis-
mo
Florián de
los 7,
es el
I
i).
Ocampo y Ambrosio
— «Teruel,
Morales.» (Escolano, Décadas,
ciudad del reino de Aran;ón...:
el
lib,
VII, capítu-
nombre de Turdeto ó Turvcio
más autorizado, suponiendo haberla fundado Turdetanos que
los Cartagineses
enviaron de Andalucía para oponerlos á Sagunto... Lo cierto es que Teruel fué población
romana en tiempo de
la
República, que
Tolomec
la
llama Túrbala, que
estaba en la Edetania, y que conserva rastros y reliquias de aquella edad. Hay quien afirma que fué capital de los Torboletas, de cuyos pueblos dice Appiano Alejandrino
que estaban cercanos á
los Saguntinos en la parte occidental del Ebro.» (Ceán Bermúdez. Sumario, pág. 117.) También Cortés, Dice. geog. hist., pág. 440, reduce los Turboletas (ó sea, en su sentir, los Turdetanos enemigos de Sagunto) á Teruel.
Tomo
VII
31
EL ARCHIVO
294 de
se alejara
raclea,
entre los
Kempsios
ésta,
del
dejando
Ebro y
cortada toda comunicación por
así
el
centro, que necesariamente había de ser
la
invasión y conquista tartesia no alcanzó
Denia, nos cias acerca
y
la
y de unos y otros con Turdetnnia. La prueba de que
menos
que al de Rufo Festo sus noti-
este litoral
á
da el viejo periplo que ha suministrado á
la
de esta costa: «Allí se yergue
cabo de Crabasia (var. Caprasia)
el
se dilata la playa solitaria, sin pobladores, hasta el confín del asolado
soneso» (35). Era la Plana, con sus anejos, región
muy
adecuada para
el
Nordeste
el
mar Mediterráneo, y por
los otros
Cher-
ejercitar las apti-
tudes de un pueblo labrador y ganadero, que se había formado en ticas agrícolas y pecuarias del maravilloso delta del Guadalquivir.
por
tierra,
los Carpesios del Júcar,
rumbos
la
prác-
las
«Báñala
mon-
cierran
tes dispuestos en arco, que apoyan sobre Benicassim y Almenara, siendo los
principales los
que hacen
parte de
la
de Espadan [poblados de olivos,
sierra
como también gran
algarrobos y viñas]... Lis faldas y raíces de los montes, parte de les
la
llanura, es secano; síguense luego huertas terminadas por marja-
más ó menos
conduce hasta entrarla en faldas
y la
el
Plana por
mar
mar. Desde
el
el
los
á
montes opuestos.
El
como
arte las
seis leguas,
río Millares
parte septentrional, dejando por su
la
el
Almenara hasta
collado de
de los montes de Borriol hay
raíces meridionales
más de dos desde cruza
más ó menos abundantes de agua, que
areniscos,
y
[Mi/ares]
izquierda los pue-
Plana] y Almazora, y por la derecha los de Onda, Bechí y Vilabella, situados al Poniente del camino real; la Llosa, Chilchcs, Moncofa, Burriana y Mascarell están al Oriente del camino, que corre de blos de Castelló[n de
la
Mediodía á Norte, pasando por Nules, Villarcal y Castellón. Seis son los luCastellón, Villareal, Burriana, Almazora, Nules y Onda;
gares principales:
los otros son de corto vecindario. Distinguió el
y abundantes aguas, con un
la
Naturaleza
á la
hermoso y desnacen y prosperan cuantas producciones desea el hombre, no
Plana con un terreno pejado... Allí
Autor de
solamente para
la
fértil
vida,
cielo
Aunque
sino también para recrear los sentidos.
tierras de este recinto son de
la
misma
naturaleza en huertas y secano,
todas rinden iguales producciones. El Millares es
la
fuente de
la
las
no
abundancia.
Por su beneficio, en poco más de dos leguas de diámetro se ocupan y mantienen más de 30.000 almas, que habitan en Castellón, Villareal, Almazora
y Burriana. Parece
(35)
increíble la
Posl Crabasiac
chersoitesi icrmitios.
jugum
¡
suma de
riqueza que produce
pioccdil alte, ac
nuda httonim
el
jacetit /
suelo...» (36)
ad
usqite cassae
(Ora marit,, 4S9-491.)
Esta descripción cuenta un siglo de edad y pertenece á Civanillcs, Obscí raciones sobre la historia tialural, geos^rafta, agricuUura, población y frulos del Reytw en y en v, ha resultado Vallis Sapinorum, Val de Sapinos, Val Sapin, Val Sabin, Val Savin, Valsaín y Balsaín. ¿>
Y se
concluye
el
debe siempre
P. Sarmiento:
insistir
no me pesa
esta excursión etimológica, pues
en que no hemos de buscar en lenguas extrañas para
explicar las etimologías de nuestros pueblos,
si
podemos, en
el latín
que aquí
EL ARCHIVO
375
se habló durante tantos siglos, encontrar palabras apropiadas
y de significado
verosímil con que poderlas explicar.
R. Chabás.
fítaral ibérico bel peíiitertátteo
m
d
VI-V
SÍ9Í0
antes be |»*|.
LOS TARTESIOS DEL GUADALQUIVIR Ó TURDETANOS EN LA REGIÓN DE SAGUNTO.
II.
El
rio
Balancia
se
denominó
Betis.
muros de Sagunto tiene su nacimiento en un monte que llaman Peña Escabia. Al pié de este empinado cerro ó monte, en el punto donde dicho río recibe el tributo del Canales, la villa de Bejís, con un castillo de construcción romana y árabe,
L río que baña los
se asienta
que prestó servicio todavía en corre
tuvo en
la
hasta el
mar
ellos
llamado Palancia;
el río
El río en cuestión re-
civil.
(i). Ignórase el
antigüedad. Ptolemeo hace desaguar en
uno de
ríos,
primera guerra
la
un trayecto de nueve leguas
nombre que
golfo de Valencia tres
el
que nace en
Bejís
y muere en Sa-
mismo nombre de Palancia: ha de parecer, por tanto, lógico deducir que el Palancia actual es el mismo Palancia de Ptolemeo, y así lo han defendido Beuter, Miedes, Ocampo, Diago y el P. Flórez (2),
gunto, es conocido hoy con ese
(i)
Madoz,
Diago, Anales de Valencia, Valencia, 1613, libro
mentos, Barcelona, 1888,
t.
miento hasta su unión con
II,
cap. 9,
t.
Palancia; A, Chabret, Sagunto, su historia
'Dice, cit., vv. Bejís,
II,
el
pág. 367
ss.
I,
y
fol.
34;
monu-
sus
— El trayecto de este río desde su
naci-
Canales se llama también río de Toro (Valcárcel-Lu23); y aún parece nombres (Ponz, Viaje de
miares, Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia, pág.
haberse comunicado á todo
España, (2)
t.
el río,
falta
entre varios
IV, carta VI, § 27).
«Palancia es
el
verdadero nombre de aquel
po, Miedes y otros... Ptolemeo es
que
como uno
mucho, como
el
autor
río,
como
más antiguo que
extranjero, en ponerle antes que
al
sienten Beuter, le
Ocam-
da ese nombre, aun-
de Turulis, corriendo
EL ARCHIVO
376
como
modernos
entre los
de nota,
como Escolano y
clinándose á identificar
Sr.
el
Chabret (3). Otros eruditos, asimismo
Cortés, han acreditado distinta opinión,
Palancia con
el
el
como nombres distintos de un mismo y solo más oportunidad que aquí podría recordarse la máxima
vocablos
bat, nihil probat.
A
la
rio (4).
tales
como
éstos: i.°
Nunca con
latina quod nimis pro-
identificación del Palancia actual con el de
oponen reparos de cuenta,
in-
considerados estos dos
Turia,
Que Ptolemeo
Ptolemeo sitúa su
se
Pa-
y el Turia (5), siendo así que el río de Bejís-Sagunto Turia y el Mijares. 2.° Que á esa situación del Palancia en de Ptolemeo corresponde en los mapas modernos la que ocupa el
lancia entre el Júcar
desagua entre las tablas
el
barranco por excelencia, llamado Barranco de Torrente (6), cuyo nombre
hacia Levante, que
no
le
había de asentar sino después, constando que
de Valencia, llamado Turia...» (Diago, Anales
es el
cit., lib. II,
cap. 9,
el t.
de Turulis I, fol.
34.)
muy
desconcertada esta costa; y el nombre que dio al primer rio después del Suero debe aplicársele al segundo; de modo que el primero, ffEn
Ptolemeo
se halla
que pasa por Valencia, sea Turia ó Turulis, y el segundo, correspondiente á Sael Palancia.» (Flórez, Esp. Sag,, t. V, ed. de 1839, pág. 47 y otras.)
gunto, sea (3)
Sagunlo, su historia y sus monumentos, 1888,
(4)
«A
t.
I,
pág. 17.
pesar de tales evidencias, se ha hecho casi general
la
opinión que
el
Pa-
que pasa por Segorbc y entra en el mar por Sagunto. El primero que concibió este desatino fué, en mi juicio, Beuter, cuyos escritos y crónicas están llenos de estos y mayores errores, y los demás lo han adoptado sin haber examinado la lancia es el río
geografía hispano-romana con el esmero que arrastrar
por
la
merece. Sólo Escolano no se dejó
corriente, y opinó con exactitud que el Palancia es el río de \'alen-
cia.» (Cortés, Dice. gcog. hist. de la l'.spaña antigua, v. Pallanlia fluvius t.
III,
Madrid, 1856, pág. 272. KovTtorávwv
(5)
— Cf.
irajoáXto;...
Tou/jo'Jitoí TTOT. £x6oiaí (lib. II.
2Lovxpo)VOf TroTatxoO
ex^oXai.
que Plinio
el
'H5»!T«v'.")v,
IIkaaxvtc/
ttot.
cap. 6; ed. Mont., pág. 39).
La anchurosa rambla ó barranco de Torrente
(6)
Ptolemeo tomase
Edctnnorum,
ibid., v. Serabis.)
es
bastante notada para que
que desemboca y de mención en su Enciclopedia [^regio Edetania amoeno 3]> y en segundo lugar, por la longitud de su trayecto
acta de ella; lo uno, por la vasta albufera en
Naturalista hizo
praetendenle se stagno... 111,4,
y la anchura de su cauce, que le da honores de rio, y lo considerable de su caudal en tiempo de lluvias. oSiguiendo hacia el sur desde .\laquás como á un cuarto de legua, se atraviesa
el
barranco que empieza en
á Chiva, entra en esta villa y continúa por considerable:
cruza
el
el
las montañas de Buñol con dirección camino de Cheste, donde recibe otro
engrosado con este aumento y con las vertientes de aquellos montes, la venta de Poyo, pasa después por las cercanías de
llano de Quart junto á
Torrent, que dexa á su derecha,
como igualmente
Catarroja,
y desagua en
la
albu-
de Valencia. Su profundo y ancho cauce siempre está seco, salvo en las avenidas quando recibe tantas aguas y corre tan furiosamente, que destruye quanto enfera
EL ARCHIVO muy
antiguo parece perseverar con
nombre de Palancia que
el
la tradición oral,
sino que
ha sido impuesto por
le
Que
leve alteración en el actual (7). 3.°
lleva el río de Bejís-Sagunto
En 1775 causó muchísimas
cuentra.
377
no
ha recibido de
lo
erudición
la
moderna
desgracias en Chiva, sorprendiendo á
noche sus vecinos: asoló un número considerable de
edificios,
(8).
media
esparciendo por más
tristes despojos y los cadáveres de los pobres que no pudieron muerte.» (Cavanilles, Observaciones cit,, t. I, pág. 159.) «Baña las paredes
de dos leguas los evitar la
de Chiva, cuyos moradores aprovechan la
huerta.
.
Muy
.
aguas que nacen en su cauce para regar
las
feraz la huerta de Torrente,
mado de Torrente ó de
Chiva, en
para conservarlas.» (Dice.
cit.
aguas del barranco
las
el
Rdo. P.
que
Fita,
como nombre
los heleno-tartesios de
propio en
el
actual del fon-
deadero de los Berengueles, y que hubiese sido vertido por los romanos en viclutn del Itinerario,
próximo
á
Almuñécar (Antiguas murallas
«Revista histórica» de Barcelona, 1876, pág. 12); pero es
un nombre
apelativo tan plebeyo,
de barranco, haya podido
lla-
un azud ó pantano
de Madoz, vv. Chiva, Torrente.)
vocablo fipay^
el
regada con
cual se está construyendo
como opina
Podría ser cierto,
(7) Massía hubiesen dejado
el
salir,
la
Real Academia de
no incluyó
F. Diez
I,
ap.
poco verosímil que
fondo vulgar de nuestra lengua como
tan del
según opina
nario, 12.* ed., 1884, pág. 139:
muy
Ca-
el
de Barcelona, §
la
Lengua
el
(Diccio-
este vocablo en su Worterbuch),
del citado fipv.y^, que, por otra parte, ni siquiera significa «barranco», sino «bára-
tro», «sima»,
«precipicio».
Yo me
persuado que barranco es un vocablo ibérico, ó
vez pre-ibérico (no parece conocerlo
tal
otra cosa
presuma Larramendi,
nominaba
la
la
lengua berberisca, ni tampoco, aunque
vascongada); que
el
barranco de Torrente se de-
en esta forma, Tallanco ó Talanci (que retrae por
«el Barranco»,
la ter-
nombre geográfico Numancia, referido por algunos al guipuzcoano «umanci»=laguna de Larramendi), y que así estaría escrito en los cartones que disfrutó y puso á contribución para su magna obra Ptolemeo; que los romanos lo vertieron á su lengua por Torrens, y de ahí, perpetuado por los muzárabes, el nombre minación
el
actual de «barranco de Torrente»
cambio de
//
(comp. en término de Huesca «río Flumen»): el según acreditan prácticamente
en rr no tiene nada de inverosímil,
muchos vocablos
arábigos en su tránsito
español (Dozy-Engelmann, Glossaire
al
cit.,
22 y 231); Stephano denomina A?t>£? auna ciudad de la Libya que algunos llaman y4:(írm (Charax, Aiirum), según él mismo advierte. Tal vez el 2.' ed., 1869, págs.
nombre
indígena, en su forma primitiva y sin traducir, persiste, alterado por
mología popular, en
el
nombre Plana con que
es
conocida una de
de Madoz,
v.
«El documento más antiguo que lo menciona es
el
que se divide
el
lago de
la
Albufera (Dice.
cit.
la eti-
las tres partes
Albufera,
t.
I,
en
1845,
pág. 340). (8)
concedió á los habitantes de Sagunto D. Jaime rio
de Sogorp (Segorbe), de la población
Pero desde que
la crítica
empezó
I
primer privilegio que
de Aragón, en donde aparece
como
que también baña en su parte superior.
á depurar las verdades
reino Escolano y Diago resucitaron con su auxilio
el
de
la historia
nombre que
al
y en nuestro parecer tenía
EL ARCHIVO
378
El resultado es que seguimos ignorando el orillas
tuvo sus trágicos comienzos
la
nombre antiguo
geógrafos é historiadores clásicos se hayan olvidado de
nombren una
del río en cuyas
segunda guerra púnica. ¿Será que él
en
tal
los
extremo que
Nó, no es eso: yo hallo que lo han mencionado varias veces; lo que hay es que ese nombre coincide con el de otro río de la Península, ilustre entre los más ilustres de la historia, y cumpliéndose en él aquella ley que nuestro pueblo ha formulado con una expresiva metáni siquiera lo
fora, «el pez sí el
grande
concepto de su
vez?
se come al chico,» el río homónimo y apropiádose
ilustre
ha arrastrado en pos de
todos los textos que á
él
hacían
moderna haya caído en la cuenta, no obstante las obscuridades y contrasentidos que se engendraban de aquella usurpación, y que afectaban á lugares muy substanciales de la geografía y de la historia referencia, sin
que
la crítica
hispano-romana. El río de Sagunto, ya El primer hecho por relación
a)
autores antiguos, es
ma
al
lo dije, se
llamaba Baetis.
cual hallamos
memoria de
restauración de Sagunto por los Scipiones.
la
de Sillo Itálico se nos representa á P. Cornelio presa de
el
aflicción
la
en
este río
En
poe-
más
honda al recibir la noticia del desastre que costó la vida á su padre y á su tío: no encuentra alivio para su pena, y se siente aguijado por un deseo irresistible de conversar
Cumas, y
allí,
con los dos héroes muertos.
Con
á instancias suyas, la sacerdotisa
tal
propósito se dirige á
de Apolo, Autonoe, evoca
sombras augustas de Publio y Gneo, quienes le cuentan el modo como acaeció su muerte, ocho años después de haber subyugado la tierra de Tarteso y hecho huir muchas veces al hermano de Aníbal, después de «haber las
levantado de nuevo los muros de
infortunada Sngunto, hecho revivir sus
la
casas de sus cenizas
y permitídole beber con sosiego las aguas del Baetis sin temor á ninguna clase de enemigos» (9). Este Betis no es el Guadalquivir: conocía Silio demasiado
la
geografía de
la
Península para no comprender
imposibilidad de que los saguntinos se surtieran de agua en aquel río, á
la
mu-
es
el camino, y lo que más, lamiendo sus muros uno cristalino y no poco caudaloso (10): por
en
la
chas jornadas de distancia, brindándose varios otros en
antigüedad, es conocido este rio por propios y extraños ba)o
de Palancia.» (Chabret, Sagunto, transmitido este
nombre
t.
I,
págs.
15-16).
sin alguna alteración,
denominación
la
Los musuhiiancs no habrian
principiando por
la
P,
que en sus
labios se hubiera trocado en B.
(9) hoste
Nos miserae muros
et
teda
retía t a
Sagunto,
\
nos drdintiis lira Un
nuHc
piafare
suh
(Punicor. XIII, 675).
(10) Silio dcbia haber leído el nombre del rio de >i,i^umu en (akiih viuipatiu, que parece haber sido una de sus dos fuentes de información, y que había escrito la historia
de
la
guerra de Aníbal en VII libros.
EL ARCHIVO simbolizar á España en im
parte, á haber querido
otra
(n),
sido el Guadalquivir
379
sino
el
no habría
éste
río,
Ebro, que había comunicado su nombre á
Península, y que además caía cerca de Sagunto en el concepto de los antiguos, según veremos. El Baetis del pasaje transcrito no puede ser otro que la
río
el
mismo de Sagunto: en
la
poética de Silio, beber
de este ó aquel río significa morar en sus
orillas:
notar á los romanos dice «los que apagan su sed en vez, en
Otra
h)
y Sagunto, con motivo del desenlace de
Roma
haber hartado á terculo
que fué para
nombres de
los
Baetis
guerra de Viriato. Después de
guerra viriática), vino á caer herido por
la
de su rencorosa enemiga, sin que hubiera sido parte á desarmarla
la perfidia
noble proceder del héroe lusitano con
el
aguas
de afrentas (contumeliosum bellum dice Veleyo Pa-
República
la
la
las
regio Tiber» (12).
el
Appiano, encontramos asociados
un pueblo
por ejemplo, para de-
así,
el ejército
de Serviliano. Los viria-
tenses alzaron por jefe á Tántalo, pero sin consecuencia: había desaparecido
mandaba
aquel genio portentoso que
Sagunto,
Baetis (13),
rendirse,
nos;
záxKvQav;
«rechazados de
y de
modo
sTTt
si
y en
tal
efecto,
una vez que Caepión que
teniente de Junio Bruto, ó
(i i)
se
Como
al
les
como
subditos roma-
hubo recogido las armas, dióles no tuviesen que vivir de co-
establecieran y
Estas tierras concedidas por
saltos en lo sucesivo» (14).
3'
alcanzólos Caepión al pasar el que no tuvieron otro remedio sino
allí,
los apretó,
bien lo hicieron á condición de ser tratados
tierras suficientes para
rrerías
á la victoria; intentaron dirigirse sobre
menos una
parece suponer en su comentario Lemaire, ad d.
1.:
(12)
Nec non
—
sceptriferi qui potant Thybridis
iindam \
Cf.
XVI, 476: Et Theron
Baetis
quique Aniensis habent ripas...
potator aquae siib nomine Lethes...
Esta figura es usada por Cervantes con repetición en
que D. Quijote hace de están los que beben las
al
nam
fl.»
(VIII, 367).
y
lugar-
«Baetin potare
dedimus, etc.) eftecimus, ut Saguntini in Hispania essent tuti ab hoste,
Hispaniae
el
parte de ellas, eran de los Olcades,
la
bellísima
descripción
soñados ejércitos de Aliñmfarón y Pentapolín: «Aquí dulces aguas del famoso Xanto..., los que gozan las famosas los
frescas riberas del claro
Termodonte,
los
que sangran por muchas y diversas vías los que beben las corrientes cris-
dorado Pactólo..." En estotro escuadrón vienen
talinas del olivífero Betis... los los
que en Pisuerga
(13)
App., VI, 75: App., loe. cit.
(14) «El general
que gozan
las
provechosas aguas del divino Genil...
se bañan...» (T)on Quijote, parte y.TToy.po-jtrOsl'yt §'
I,
cap. 18.)
a^voig ¿/síOev, xxí tov BolItiv noTotum mpü/ru...»
— Diodoro Sículo se expresa sencillamente en estos términos:
romano [Caepión] sembró
el
espanto en Tautamo, sucesor de Viriato,
y en su ejército; les hizo suscribir un tratado á su talante, y les dio un territorio y una ciudad donde se establecieran:» sSwxe xrópctv xat nóhv sts x«rotxv¡(7tv (lib. XXXIII, 1,4)-
EL ARCHIVO
38o
misma
hacia partes de Valencia (15); acaso aquella
Han entendido
antes por Aníbal.
canzó Caepión las
sin
de Viriato es
al ejército
incoherencias que resultaban de
género alguno de duda, que
como
el
el
Guadalquivir (16), sin reparar en
De Appiano
deduce
se
ocurrir el asesinato de Viriato, Caepión del suceso;
á
allí
de Tántalo, acierte á escapar á
como
que va desde
la
se deje adelantar de su perseguidor,
que, rendido
84 años donde al-
por consiguiente, anduvo Sagunto y desde Sagunto en adelante. ha de parecer inverosímil que un ejército desmoralizado,
esto,
larga distancia
rio Baetis
el
tal identificación.
al
se hallaba á corta distancia del lugar
siguiendo á los viriatenses desde
Supuesto
Cartela, asolada
modernos, que
los
allí
y despojado de
las
el
la
romano en
persecución del
tan
Palancia hasta Andalucía, y á deshora
que
le corta el
armas, vuelva
paso del Guadalquivir; y punto de partida, escol-
al
tado por los legionarios victoriosos, para recibir á orillas del Turia tierras
que del mismo modo podrían haberle sido concedidas en dalquivir. Por otra parte, si las cosas hubiesen sucedido tan parco y avaro de palabras
(Sagunto),
al
el
riberas del
Gua-
no habría sido
historiador Alejandrino: «rechazados de
pasar el Betis, alcanzóles Caepión:»
mente de quien
las
asi,
no
es creíble
allí
que en
la
escribió estas palabras hubiera sobreentendida entre «Sa-
gunto» y «Betis» una retirada de 550 kilómetros que no merecía ni la más mención. Pues que entrambos conceptos van unidos en la expresión,
ligera
hemos de creer que estaban unidos del mismo modo en la realidad. c) La descripción que el nomenclátor de Stephano hace del Baetis, «río próximo á la Iberia, que los indígenas denominan Perkes» (17), no conviene de cerca ni de lejos
al
Guadalquivir, y
sí
de todo en todo
al
Palancia.
A
la
techa en que se escribió esa definición, acogida en su vasto registro geográfico
por
el
Bizantino, coexistían, segiin se vé, en las riberas del río dos distintas
gentes: una, indígena,
que
lo
nombraba
que
lo titulaba Perkes;
Baetis. Esta señal
vale para nosotros por
mada aquí en su sentido
una lato,
y otra, recién venida de fuera, con que caracteriza al río, x«rá'ii?>!/íí«v,
fecha; ella nos enseña
como sinónimo
que
la
Iberia
no
está to-
de «Península ibérica,» sino
(15) lutiius Brutus COS., üs qui sub Viriato militaverant quod vocatum esl Valenlia (T. Liv., lib. LV epit.)
,
agros oppidumque dedit,
(16) V. gr. Cortés (Dice, v. Valentía, t. III, pág. 46$): «En la región Edetana, y no lejos de Sagunto, fué asesinado \'¡riato, pues el primer punto de apoyo que tomó su ejército después de esta catástrofe, para organizarse y nombrar sucesor á Tántalo, fué Sagunto,
Turia y (17)
el
Suero, y á
BottTt;,
pág. 207).
como
dice Appiano. \'ino Ccpión sobre ellos, pasaron por
las orillas del Betis
rotado; xará
el
capitularon.»
'l€*j^íav, 5c iMpT^r.f ^lyirat vrro
twv
fyp^wjBt'ov
(Steph.-Berk.,
EL ARCHIVO en
el
antiguo concepto de
de los Gletes,» «región entre
ffpaís
el
Ebro y
el
Pirineo;» por lo tanto, no procede de ninguno de aquellos escritores ante-
VI
riores al siglo la
antes de J. C. á quienes aludió Asclepiades, que daban á
comarca catalana
diatos sucesores
el
nombre étnico de
que vieron mudarse
la
Gletes, sino á alguno de sus
rese ahora la indicación topográfica xará
Bizantino (Steph.-Berk.,
Appiano
'igv;/>i«v,
207), con
pág.
la
de
V
antes de J. C. Compájuxta Iberiam, de este texto
Iberos; de consiguiente, hacia principios del siglo
del
inme-
denominación de Gletes por
la
situación atribuida por
á las ciudades turdetanas de la Edetania, mpiíñripa Trorapv (VI, 40-41),
y por Strabón á las ciudades de Cherroneso, Oleastrum y Cartalias, «cerca, n'Xr,(TÍov, de Sagunto» (III, 4, 6), y se sacará por conclusión que el BaetisPerkes definido por Stephano es el río de los turdetanos de la Edetania, el
mismo
río
Que
de Sagunto.
los naturales
de
las riberas del
Guadalquivir no llamaban á este río
Perkes, lo sabemos por Livio, quien dice que era conocido entre
En cambio, veamos
Kertis (18).
recibe en la actualidad es
el
de Sagunto.
el río
de Bejís (19), idéntico
Uno al
ellos'
por
de los nombres que
de
la
villa
en cuyos
A
mí me parece Bejís la manera africana de pronunciar el vocablo Perkes, que hubieron de encontrar vivo todavía al tiempo de su invasión los soldados de Tarik y de Muca, y por tanto, que no acertó Sigonio suponiendo viciado aquel nombre en los códices del Bizantino, con la mira de reducir los dos vocablos á uno solo, por entender que se trataba del Guadalquivir, ni Bochart, Mayáns y Berkelio, derivándolo en términos tiene su nacimiento.
idéntica hipótesis de la lengua hebrea (20); la labial inicial, en
(18)
Marcius, supéralo Baete amni, quem incolae Cirtium [Certim, según correc-
ción de Lipsio] apellant, duas opulentas
(T. Livio,
XXVIII,
lib.
Ponz, Viaje de España,
3.'^
(20)
Después de recordar
pasaje
Abraham
civitates sine
el
ed., 1789,
Ktp.vj?,
mus Bocharlas
sed conjectura, ut mihi videtur, satis infelici,
[Geog. Sac,
lib.
cap.
I,
in Sicilia
nomen Cunae
cap.
XVII,
enim
circa ostia et
modum, unde
ct a
prope Cordubam
ab accolis pars
fluvii
doctissi-
accepisse,
quemadmo-
vicinus, ubi Proserpina
et in ipso fonte latius diftundi-
Telagus dicebatur» (ad Steph. Byz.
—
Lugd. Batav., 1694, pág. 207). Vid Mayans de bisp. prog. vocis Ur, por Cortés. Asi este último arqueólogo ha podido, resu-
n. 46, cit.
—
miendo opiniones y prohijándolas,
atribuir al Guadalquivir
Terkes, Certis, Tartessus, Baetis, considerando
generación del primero
Tomo
nam
hanc vocem non soUicitavit,
stagno
rapta est. Baetis
de pop. et tirb.,
34, col 606]
Percusa vel Pergusa dicebatur lacus
existimans rb Tuerca factum esse ex herca
tur in stagni
IV, carta VI, § 27.
t.
que acabamos de transcribir de T. Livio,
Berkelio: «Sigonius suspicaturapud nostrum [Steph. Byz.] pro nÉp-/)?
oportere scribi
dum
cerlamine in deditionem accepit
cap. 22).
(19) dice
uno y otro
VII
(T)icc. cit.,
t.
II,
al
todos estos nombres: segundo como una alteración ó de-
1836, pág. 203).
42
EL ARCHIVO
382
vocablo, se hallan en
misma
la
relación
que
las
árabe-hispano «al-bérchigo» (21); y en cuanto reducirse al gain, pronunciado en africanos,
según
De
d)
al
«persicum,» y
latín
grupo fonético
rk,
el
pudo
forma grasellana característica de
los
de fonética que todavía hoy rige en berberisco (22).
Plutarco, Polybio y Appiano combinados resulta igualmente titu-
lado Baetis la
cierta ley
la
del
que regaba por una parte el territorio de los turdetanos de M. Porcio Catón había traído á España por principal
el río
Edetania. El cónsul
misión
la
conquista de Cataluña; pero á
menudo
tenía
que suspender sus
operaciones y pasar el Ebro para aquietar á los turdetanos, que no cesaban en sus alardes de independencia y amenazaban propagar el incendio de la rebelión á todas las tribus de los contornos. Diago ha sostenido con buenas
razones, que esos turdetanos á quienes combatió Catón
no son
los del
Gua-
comarcanos de Sagunto, siguiendo en esto á Morales,
dalquivir, sino los
quien negó asimismo que se tratara de Andalucía (23). Paréceme evidente que Livio, en el cap. 17 del lib. XXXIV, refiere con otros detalles y según fuentes diferentes
la
misma campaña y
del
mismo
ma
Segontia mencionada en
libro;
por tanto, que el
episodios idénticos que en
el cap.
19
nombrada en el uno es la misy en suma, que la Turdetania á que
Segestica
la
otro;
uno y otro hacen referencia no es la andalu/a, sino la edetana. Indirectamente confirma esta opinión Appiano, de cuyo relato parece desprenderse que el Júcar y Saguntia son localidades no muy apartadas una de otra. Y sólo con ella se resuelve la contradicción que Cortés echaba de ver en dos pasajes del Paduano, y de la cual no acertó á librarse sino por un rodeo á
(21)
En
el alfabeto ibérico,
un mismo signo parece expresar indistintamente
la
y p (Zobel, Estudio hist. cit., t. I, pág. 177). En vasco la p inicial es muy rara, no encontrándose por lo común más que en palabras adoptadas de otras lenguas. h
Vi
Newman, en (22) ella,
su «Libyan vocabulary)»,
Cuando
la
r'
resolviéndose en
no pone sección
(r grasellada, ¿
^
ó
k': tal,
especial para
ó gain) va seguida de
la p.
k, se
verbigracia, enhi k'ai por enhir
combina con kai: enhi
k'em
por enhir' kem (Hanoteau, Graminaire lainachek, Paris, 1860, pág. 13). La permutación de r y k' es muy común entre los kabylas (ibid^ y Grawmaire kabyk, pág, 10
y apéndice, nota 2.*, pág. 355 ss.) Dozy opina que la palabra antigua española barga, barraca moderna, es la berberisca baga, explicando la intercalación de una r, de que se carece en berberisco, por el modo grasellado como pronuncian los africanos la^ 6 gain (Glossaire esta
cit., 2." ed., 1869, pág. 237: el Sr. Simonet impugna opinión en su Glosario citado). De ese grascllamiento nace que, por ejemplo,
los autores escriban indistintamente
(23)
Diago, Aníilr-\t
Ívtcií
xepLVApsBrivrxi...
.
De
Bc/.i-tog
— Pueden verse
allí
reh. hisp., cap.
40-41.
estratagemas, que registraron ésta
Polieno (Ub. VIII, cap. I, ej. i).
hisi.
7roTap.oO
ttÓ^smv
(Plut., Cato maior, cap.
dad, págs. 92-93.
(27)
Dice. geog.
Antigüedades prehistóricas de Andalucia,
1868, pág. 91.
los celtíberos occiden-
de la
En
la
época del
los confines
de Cádiz,
España antigua,
v. Sa-
1836, pág. 317.)
IIo^O§tóí
(Kárwvo?)
donde
armas romanas no habían llegado á
lo afirma Tito Livio.» (Cortés,
guntia,
Catón no llegó sino
se entendía toda la Bética:
por los turdetanos, habían dejado sus equipajes.
consulado de Catón,
lo
mpi
aí
solo día las fortificaciones por arte
á los confines occidentales, y retrocedió por Sigüenza,
a-jTOJ
nokní
aí
al
no precisa
fué obedecida y cumplida,
embargo, y por
«Algunos han creído que
(24) es la
próximas
mismo y
allanaron en un
Appiano, que
texto transcrito de Polybio.
modo como
al
«las ciudades
torio;
el
cierto lujo de detalles de la
'^iy-ip«.
X,
¡j-l'}.
rá
Tít;¿>j
Xs).6Ú(r«vTo;
§ 4.)
por D. M. de Góngora. Madrid,
dibujados estos importantes restos de antigüe-
— "I'odavia especifican como memorable:
menos
los
«ciudades de
compiladores de la
17); «ciudades de España», dice Frontino
Iberia»,
dice
(lib. I, capítu-
EL ARCHIVO
384
mucho
solución que afecte poco ni
misma
rada esa
Guadalquivir; por otra parte, compa-
al
indicación topográfica con
de Strabón, que señala «cerca
la
de Sagunto» las ciudades situadas entre esta ciudad y
y con
de Stephano, que pone
la
el
Ebro
(III, 4, 6),
«próximo
á la Iberia»
el río
río Baetis-Perkes
(ed. Berk., pág. 207), y por tanto, al Ebro, según hemos visto, resultan Polybio y Appiano enteramente acordes, y el Baetis y el río de Sagunto un
mismo y
solo río.
En
el
siglo
I,
cuando Tito Livio
rio en cuestión había perdido por desuso el el
escribía sus Décadas, el
nombre de
Baetis (28); ignoraba
Paduano que tal denominación hubiera estado jamás en uso en la Edetaque Catón no había guerreado nunca en la Bética; era natural que
nia; sabía
juzgase equivocada
la
indicación de Polybio
BaíTio; írorafioO
¿vtó,-
trasladándola por cis Iberutn (29); pero es el caso
que á
la
y
la corrigiese
izquierda del Ebro
no había turdetanos ni ciudad que se llamase Segestica ni Segontia; á orillas Sagunto sí, había una tribu ó nación turdetana, puntualizada allí por el mismo Paduano en otro libro (XXI, 6), y una población, si tal vez
del río de
no dos ó mirado,
tres,
el
De
e)
se caracterizaba
por
el radical Seg...
de Appiano.
modo que
igual
Tiberio Sempronio Graccho puso su nombre,
«Gracchurris,» á una antigua población del Norte de bía conquistado
y que
los
naturales
El hecho de desusarse
(28)
(30). Bien
confuso y dislocado texto de Tito Livio se concilla y harmoniza
el
bien con
cuyo nombre
guo, no es infrecuente:
la
el
denominaban
la
Península que
«Ilurcis» (31),
nombre moderno y renacer ó prevalecer
antigua Kio, ciudad de
la
él
ha-
Décimo
el anti-
Bythinia, próxima á Myrleo, se
llamó después Prusias, y luego nuevamente Kio, que todavía conserva; la ciudad italiana que hacia el año 500 a. de J. C. habia sido registrada por Hccateo con el
nombre de Capua
(ap. Steph. Byz., v. Kdbrva),
pués por los Etruscos, quienes
de medio siglo más tarde se
la
le
mudaron
el
fué conquistada
nombre por
el
como
30 años des-
de Vulturnum: menos
arrebataron los Samnitas, y entonces rccobnS su an-
denominación de Capua (T. Livio, IV, 37). Arma omuihus cí$ Iherum Hispanis adetnii... (29)
tigua
ad
eos,
qui nonditm parehanl, profeclus, ut
incolebatii,
popula
in deditionem accepii
iii
i'tio ¡nt
untii> cnuíuiui iu-k/ix.
quamqtie regionem veneral, omttes
(T. Livio,
XXXIV,
qtii circo
17).
Inmediato á Sagunto están los lugares de Segarl y Albalat de Segart. El (30) de Segó, hoy Valletes de Sagunto, cuenta con los lugares de Faura, Benifairó,
valle
Quart, Quartell, Benevitcs, y han desaparecido Alquería Blanca, Almorig, GarroLarap, Quémalo, Santa Coloma, Rubau, Benicalaf. Los tres últimos
íera, Frarcs,
subsistían
(31)
aún
á fines del siglo
pasado (Chabrct,
operum suorum Grcuchurrim oppidum
Cf
Sext.
oh. cil., pág. 560).
Tib. Semp. Gracchus celtiberos vicios in dedilioiiem accepit;
Pomp.
in
Hispania
cotistiluil
mouumeutumqiie
(T. Liv., cap.
XLI
epit.)
Festo: Gracchurris, urhs Hiberne regionis, dicta a Graccho Sempronio,
qua* antea Ilurcis nominabatur.
EL ARCHIVO
385
Junio Bruto hubo de bautizar con el suyo, para perpetuar la memoria de sus triunfos en la Península, alguna de las ciudades dadas á los viriatenses en de Valencia, según hemos visto (32), intitulándola Brutóbriga. La nombra Stephano de Byzancio, puntualizando su situación en los siguientes términos: «Brutóbria, ciudad entre el río Baetis y los tirytanos» (33). Tengo tierra
por cierto que en tirytanos ha de entenderse la
representa ceñida por
del Júcar (34); pero el
ciudad de Tyris: Avieno nos
la
Turia en un lugar poco distante del
rio
el
no habiendo acertado
divorcio
de los modernos á
la crítica
fijar
valor de la palabra «divortium,» le ha sido imposible reducir satisfactoria-
mente
rez, la identificó cial
con Valencia; quién, como
de Chiva); quién,
como
como
Escolano y FlóVossio, con Turís (partido judi-
á localidad cierta aquella antigua ciudad: quién,
Diago, con Alcira; quién,
como
Cortés, con
Vinaroz (35). Pero «divortium,» tratándose de ríos, no significa el trayecto que precede á la confluencia de uno con otro, ni tampoco el lugar en que
Appiano, de
(32)
reh. hisp., cap. 75;
^povToSpia, TróXt?
(33) na 245).
Bamo?
atraJ^x)
T. Liv.,
LV
lib.
epit.
xat Tuptravwv (Steph.-Berk.,
Trorapioü
pági-
(34) Non longe ab hujus flutninis [Sicani] divortio preslingit amnis Tyris oppidum Tyrin (Ora, 481-482).
«Lo más
(35)
(lib. I, cap. la
autorizable parece que [Valencia] se llamó
19) reconoce en
el
nombre de Tyris
Tyris.
Escolano,
á Valencia; pero Diago, siguiendo
costumbre de oponérsele en cuanto pudo, dice (lib. II, cap. 15) que Tyris es Aly Tyrius el rio Júcar... Diago se alucinó entendiendo la voz divortio de ríos que
zira
alguna vez se juntan, lo que no sucede en los de Valencia y Játiva, sino entre el de Játiva y el Suero, que, uniéndose en un cuerpo á tres leguas después de Játiva, dan lugar á que se llame divorcio todo lo que precede desde aquel punto atrás, según
habla
allí
Diago. Pero Avieno no trata de ríos que se junten, sino de ríos que des-
mar, no lejos uno de otro, en cuya conformidad no dice non longe ab horum fltiminum divortio, sino ab hujus fluminis divortio, etc. La voz, pues, de «divorcio» en Avieno denota el punto en que desagua en el mar el río que pasó cerca
aguan en
el
de Játiva, pues entonces se despide de
págs, 137-138).
rada
—
la tierra,
XXV,
y á esto dio nombre de divorcio el VIII, -^.^ ed., Madrid, 1860, t.
§§ 11-12; «El divortium fluminis Sicani es
poeta...» (Flórez, Esp. Sag.,
como prolongación
trat.
del Júcar por
medio
albufera de Valencia, conside-
la
del brazo
que pasaba junto
á
Sueca»
(Fita, Antiguas murallas de Barcelona, § II, ap. %evisla histórica de Barcelona, vol. III,
1876, pág. 70). hasta
el
— Cortés interpreta bien
extremo de suponer que
el
por Vinaroz, fundándose en que corre diata á la
que
la
palabra divortium,
Tyris no es otro que á la vertiente
lleva sus aguas el río Sicano; é
pomanes, que reconocieron págs. 459-460).
el
Tyris en
el
el
pero luego se ofusca
humilde Cerbol, que pasa
meriodional y opuesta é inmeel parecer de Escolano y Cam-
impugna
Turia CDicc.geog.
hist. cit., t. III,
1836,
EL ARCHIVO
386
desaguan en
mar, que éstas y otras significaciones
le han sido atribuidas, cumbre donde uno nace y se separa de los un nacimiento común (36). Ahora bien; la ciudad
el
sino sencillamente su origen en
la
demás que tienen con él que responde á la situación topográfica de Tyris según Avieno, «á orillas del Guadalaviar, cerca de las fuentes del Júcar» y retiene, además, bien que desfigurado, aquel antiguo nombre, es Teruel (37). Esto supuesto, Brutóbriga ha de buscarse entre Teruel y un río denominado Baetis. Que no es éste el Guadalquivir, persuádelo la gran distancia que lo separa de dicha ciudad, causa de que sean términos heterogéneos é incongruentes para el efecto de fijar por relación á ellos la situación de un lugar cualquiera. Pero escríbase en el texto del Byzantino «río de Sagunto» donde dice «Baetis,» y al
—
—
nos declara y hace inteligible todo su sentido, ya se considere en sí, ó en su relación con los dos pasajes de Livio y de Appiano referentes al esta-
punto
se
blecimiento de los viriatenses en
las riberas del
Turia.
Mientras no se ha conocido más Baetis que ble acotar en el
pero no
mapa,
ni
ideado someter
el texto
que diese de
de Stephano á sí
donde
original decía
el
tradujo resueltamente «inter Baetim
como
amnem»
el
entre Andalucía y
el
Betis
y
la
ciudad
T|5tT»!
que
el
y Berke-
que
misma
lo sería para los
propio Stephano registra en
nas (40). La dificultad no se resolvía con esto:
pero
cosa (39),
Bélica, cosa igualmente
ble esta otra corrección, xai Tpiravht, sospechando
que
im-
situarla
preferi-
vez se referiría á
tal
la
la proximidad de las Colummudaba únicamente de nom-
El lexicón latino de Forcellini registra varios textos que hacen á este pro-
pósito: «'Divortium:
mina montium. Cic. tio dividit; ct ipsis jugis
Fam.,
ubi aquae in diversas partes defluunt, divergía, ut sunt cacuAlt., 5, 20: 2, 10:
divisas
aquarum
ima aquaruní divor-
a Cilicia
divortiis.
— Liv.
38, 45:
Propc
la
forma que
reviste
el
nombre
del
rio
en Ptolemco:
Turuli.
«Leve
Tou/ȒtTav5v
Anianus qui Syriam
Amanus
ad divertía aquarum castra possuissc.i)
Corresponde á
Tou/joJXto{,
(38)
Tupiravoiv,
/.«t
et Turditatios» (38);
modernos Guadalquivir; por cuya razón, Gronovio halló
posible para los geógrafos antiguos
(}7)
y metamorprimero corrigió el
torturas
el
para Stephano, «Turditania» y «Baética» son una
resultaba situada Brutóbriga entre
(36)
ciudad de Brutóbriga;
más extrañas
algún significado. Cluverio
texto escribiendo x«c Tou/joiraviv lio
las
la
con un signo dubitativo, han
resignándose los críticos á sustituirla
fosis, para
de Andalucía, era imposi-
el
aun aproximadamente,
mcndum
irrcpsit,
quod Cluvcrius
in
Gcnnama
anlinua.
IcíTcndo xai
emendavit» (Steph. Byz.-Berk., 1694, pág. 245).
(39)
S. v. Toj/)ítTavta, ed. Berk., pág. 713.
(40)
¡bid., variac Icctioncb ct nolac, págs.
lo-u: «Volunt,
ut video, Toj/»Íít«-
EL ARCHIVO bre,
—Nuestro Delgado quiso
Tajo, fundándose en
Bruto á su cargo
el
la
señalar solar á Brutóbriga hacia las riberas del
Décimo Junio
doble circunstancia de haber tenido
gobierno de
provincia Ulterior, y de haberse descu-
la
Extremadura (en Castuera)
bierto en
387
Brutóbriga entonces conocida; y
única
la
como
esto
no
moneda antigua con leyenda lo admitía el texto
de Stepha-
Tagum amnem
no, lo dio por viciado, corrigiéndolo en esta forma: «inter
et
Turtytanos (Turditanos)» (41). Otro reparo de no menor cuantía se le oponía en su propio terreno numismático, á saber, que la fábrica de tal moneda ostenta los caracteres de las ibéricas de
que contradecía su
sivo, la
mención que en
quum
Sed
v¿Jv.
ella se
appositam
meo
ei
hace de
eandem
Toy^StravÍKv
BaiTtv ffoTapiov, ut in ea
voce
la
quedó
hipótesis,
Buirur,
quam
illi,
ratione,
sit
mpi
tov
urbi inter Baetim et hanc
me
fateri
adscripsisse exemplari
demendo, non addendo. Habes
Nuevo método cit., t. I, pág. 45 ss.: «Hay, por tanto, error en más verosímil es quisiera decir inter Tagum amnem et Turtytanos, ó
(41) lo
según pare-
esse velit, quae scilicet
quomodo haec
infra patet,
regionem jacere queat? Ideo sustineo
xat TpiTuvüv, contraria,
hecho tan deci-
sin contestar (42): podría añadirse
tribu Sergia, característica,
la
t}¡
Citerior; pero este
infra,
este texto,
y
sea «entre el
Tajo y los Turdetanos ó Túrdulos», ó bien cfentre el río Tajo y los pueblos de Turdnlorum» de Plinio, dependiente del convento jurídico de Córdova.
rio
la.'Beturia
No
desdeñaríamos aceptar
tado situada entre
la
también gente turia
como
probable
la
opinión de que Brutóbriga hubiera es-
desembocadura del Tajo y el Algarbe, pues por allí poblaron ó tyria...» «Creemos, por lo tanto, que debe fijarse la situación
de Brutóbriga no lejos del río Zézere ó de otro afluente gran
A
al
Tajo antes de formarse
la
que termina en Lisboa.»
ría
esta conjetura del exclarecido
numógrafo coadyuvaría
la
antigua opinión de
y Morales en el cap. 3 del lib. VIII, según la cual viriatenses no sería la edetana, sino la que hoy llamamos de
Zurita, ad Itinerarium Antonini, la
Valencia dada á los
Alcántara en Extremadura, ó
anduvo por
la
El P. Flórez, que hace
como
la del río
Miño junto á Tuy, fundándose en que Bruto la mayor parte fué la guerra de Viriato.
España Ulterior, donde por
memoria de
esta opinión,
defiende con razones de peso,
antes Cellario, que se trata positivamente de Valencia
la
del
Cid (Esp. Sag.,
XXV;
§§ 4-8, t. VIII, 3.'^ ed., 1860, págs. 135-137), Hübner tiene por probable la hipótesis de Delgado (Corpus i. /., vol. II, suppl,, pág. 813).
trat.
v,
y Appiano, VI,
reino de
Laertes fundaran esta ciudad, sino,
ella
7. [Sil. Itál.
I,
288-295, "O dice que los zacynthios del
que se establecieron en
parecer,
al
acrecentándola.] Pero ha de entenderse pelasgos procedentes de las
fueron luego griegas, porque en
el siglo
XIV
de
a.
islas
C. no existía aún
J.
griega: así Platón, en el relato de las luchas de los Atlantes
con gentes
la
que
gente
del Pelopo-
neso, designa á éstas por ogriegos», debiendo decir «pelasgos» (Timeo, ed. Didot-
Schneider, viros.
t.
II,
pág.
202).— Respecto de Cartagena,
Tenero fúndala vetusto
vid.
Silio Itál., dal Carihago
368); Urhs colitur, Teucro quondaní fúndala vetusto
(\\\,
nomine Carihago (XV, 192). Gallaeci autem Graecam
originem asserunt. Siquidcm
sibi
finem Trojani belli, Teucrum... Hispantae litloribus appulsum, loca, ubi nunc est Carihago Nova, occupasse; inde Gallaeciam Iransisse, el posilis sedibus gtnti nomen dedisse
post
(Justino, ex
Trogo Pomp., XLIV,
Los teucros fundaron hacia
3). Cf. Strab., III, ed.
el siglo
XIV
ó
XV
playas africanas del Mediterráneo: Lenormant,
gina 427,
cit.
por M. d'Arbois de Jubainville.
ción, pág. 97): «Habían arribado á ellas por la
bajo su dominio. Teucros, rey de
la
a.
de
Manuel
Y
Didot, pág. 157 sqq. J.
C. una colonia en
d'Hisloire anciennt,
t.
I,
las
pá-
dice este último (ob.cil., 2.* edi-
isla
de Creta, que estaba asimismo
Troade, es cognominado cretense en
las Troicas
de Hegesianax; y los Teucros de Creta son idénticos á los Pelasgos de Creta mencionados por Homero, como á los Puluschti de los monumentos egipcios (Hegesianax, fragm. S;
po que
los
cf.
Hellanico, fragm. 139, y Ephoro, fragm. 21).» Al
Teucros (Takkaro de
colonizaban en
la
las
Libya, hubieron de alongarse hasta
España, y establecerse
allí, al
mismo tiemRamés III)
inscripciones egipcias de tiempo de
cebo de
las
minas de
el p.iís
píala.
de los M.isicnos.
en
»
EL ARCHIVO como
Perkes, Segestica, Dracanes,
393
Táutamo ó Tántalo y Olbia
(9), la deno-
minación de Tyrrenos dada á los Iberos por algunos autores de los siglos III y IV de nuestra Era (10), etc. De entonces ha de datar el templo de Aphrocegado ahodite (11), fundado sobre el antiquísimo puerto de Almenara, Sicilia, donde en ra (12), que debía corresponder al de la misma deidad y
—
—
La
(9)
Segestica
nombrada por T. Livio en una de
rior) retrae á «Segesta», [la otra es Erix]. El
«Percusa».
vimos,
el
las
la
Turdetania edetana (vid. § ante-
dos colonias fundadas por pelasgos en
nombre indígena
del río
Sicilia
Perkes recuerda el del lago siciliano
En cuanto á Tántalo ó Tautatno, que es como se denominaba, según nombrado cerca de Sagunto por el ejército de Viriato para susti-
caudillo
tuir áéste, coincide
con
de «Tántalo», padre de Pelops, que fué rey de los Pe-
el
Menor (Diod. Sic, IV,
lasgos del Asia
74, 4; Pausanias,
II,
22, 3), ó con el de
«Teutamo», padre del pelasgo Lethos en la Iliada, II, 843. Strabón da el nombre de Drácanon á un promontorio y una población de la isla Icaria, inmediata á la de Samos, que debía el nombre á Icaro, hijo de Dédalo (Strab., XIV, I, 19). De las nueve Olbias que Stephano Byzantino señala en diversos países, dos corresponden á Occidente, á saber: una á España ('0Kt«, nóhg '\or,piy.¡;, ed. Berk., pág. 609), y cí
otra á Cerdeña. Esta última había sido fundada por lolaos,
de
la Ática,
§ 5).
posteriormente á
En cuanto
[villa á la
gráficas.
la
no hallo verosímil su reducción
á la española,
margen izquierda
Ni deben
con colonos thespios y lib. X, cap. 17,
expedición del ibero Norax (Pausan.,
á la turolense
Olba
y sus condiciones topoOlbisios de Sthepano-Berk., pág. 610, porque el
del Mijares], dada su situación
ser éstos los
étnico de aquélla hace «olbiano» (pág. 609). Otra también occidental registra Stra-
bón
á saliente de Marsella
(10)
nicon Pascale;
—
por
cit.
Polyb.,
(11) (TTaSíouc
y dependiente de
'Tharsis, ex quo Hiberi,
III,
el Sr.
TTcjOt
To
T/jf
ZKzavQatwv
;r¿3oj t/ív '
Afpo^ÍTY,tv
Adam: Chro-
cit.,
pág. 33).
(los Escipiones)
^oczíTrptxT07ré^í\)rT(x-j.
a.TZfi(íyJriXZi;
[Dédalo conso-
templo de Aphrodite Eryx, que amenaza-
diosa una colmena de oro de labor admirable:
En un cerro de Almenara, á distancia de un kilómetro del mar, han llegado hasta hoy algunos vestigios de este templo, que, aunque levísimos, han permitido dibujar su planta y formar idea de su estilo arquitectónico y de las ofrendas hechas
en
él á la
diosa (Veneri sanctae, que dice una inscripción) por sus devotos: vid.
miares, Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia,
Academia de
la
Sagunto
1888,
c'it.,
Historia, t.
II,
t.
VIH, 1852,
págs. 17-25.
ap.
Memorias de
la
LuReal
y A. Chabret, miembros arquitectónicos (dice este
págs. 17-20, láminas 46-47,
«Con
los
último) que todavía se conservan entre antiguos escritores, no seria
numento, que no (12)
difícil
las ruinas del templo y los que vieron los hacer un estudio de reconstrucción de aquel mo-
carecería de interés.
Lumiares dibujó
tres lagos
ó almarjales existentes á un kilómetro del mar,
EL ARCHIVO
394
Dédalo; de entonces los muros ciclópeos de Sagunto, atribuidos
trabajó á
Hércules (13), de que quedan aún alguuos vestigios, descritos por el señor lo mismo que los de Cartagena que se nombran en un docu-
Chabret (14),
mento
del
VI
siglo
donde
frente á la colina
de
a.
C. (15), contemporáneos unos y otros del
J.
se alzaba el
templo de Venus y lamiendo su
pié, los cuales
estaban todavía circuidos por un fuerte pretil de hormigón hidráulico; asimismo en-
contró restos de una torre que tenia 26 palmos dentro del agua, formando sólida canal (Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia^ lámina Memorias de la Real Academia de la Historia, t. VIH, 1852). El ha desaparecido, pero quedan aún los lagos, á propósito de los cuales dice el
defensa á
47 y
la salida del
P'^Sí ^9> ^P-
pretil
de Sagunto, según
Sr. Chabret: «Este era el puerto
creencia de dichos escritores
la
[Lumiares y otros anticuarios del siglo pasado], que los antiguos ahondaron y peroEl feccionaron, utilizando las buenas condiciones de la albufera que alli existia.»
—
gran comercio y tráfico que en lo antiguo tenia este puerto está evidenciado por la existencia de grandes carriles excavados en la peña de la falda septentrional de los dirección
al
mismo. Los productos
de esta zona fértilísima daban contingente no escaso para
la
exportación; y las alfa-
montes inmediatos, y rerías saguntinas,
que tanto renombre alcanzaron en
mucha estima
Barcelona, 1888, Hercules...
(13)
tollunt se litare
dicho en
5
el §
gran Imperio, que
tan preciosa industria.» (Sagunto, su historia II,
I,
sus
y
monumen-
págs. 30-31).
mHrorwm
muri(\d..
/>ar¿wí (Sil. Itál., II,
273).
654-655) Haud procul Hercuki en Sagunto, hemos ya
— Del templo de Hércules
de este capítulo.
Quedan en
(i^)
t.
antigüedad, embarcaban en
la
surtir á las ciudades del
punto sus preciosos productos, para
este
tenían en tos,
vestigios de calzada con
ó acrópolis de Sagunto restos de muros dc'una torre
el castillo
cuadrada que formó parte de
la
primitiva fortificación ciclópea de aquella ciudad y el Sr. Chabret, ob. cit., t. II, págs. 9-14: o En el
han sido estudiados y descritos por
estado actual de los estudios históricos, no es posible asegurar de una manera categórica quién fué
Creyóse
al
pueblo que levantó
las
construcciones megalíticas de Sagunto.
principio que los pelasgos ó primitivos griegos pudieran haber construido
los colosales to,
el
monumentos que
se
porque hay algo de común en
ven en Micenas y Tirinto, en Tarragona y Sagunel sistema de aquellas construcciones, que se ob-
servan también en otras poblaciones de Grecia,
más
tarde que tanto en Asia
como en
África y
Italia
y España. Pero
Europa
al
observar
se veían construcciones gi-
monumentos funerarios denominó de los doJmens, emigraciones había dejado memoria de su
gantescas, aunque pertenecieran unas á cercas militares ó á otras, etc., se
pensó en atribuirlas
á
un pueblo que
originario del Asia, que en sus diversas estancia en diferentes países.
Nosotros, siguiendo
el
se
parecer de eruditos arqueólo-
gos, creemos que las murallas de la acrópolis de Sagunto,
como
las
fueron construidas por los aborígenes hispanos...» (pág. 13). (15) Sinuque in imo surgit altis moenibus urbs AíflíííVwrt (Avienu, pt-ziOo;
de Tarragona,
v
'
...
.i,.^. ^;.
Twv Tít^wv en Polybio (X, 13,6), que Livio traduce por allitudc moenium
EL ARCHIVO «muro
mencionado por Heródoto y Hecateo, y del de entonces también hubo de introducirse en el li-
pelásgico» de Atenas,
Tarragona, todavía en toral
de Levante
como
hijo suyo,
pié;
culto del pelasgo lolaos, asociado en Sicilia á Hércules
el
y cuyo nombre ha de reconocerse quizá en el vocablo H AH inscripción votiva de Sagunto en caracteres ibéricos (i6), en el su-
de cierta
puesto de que
(bau) griego
H representan un mismo sonido, el i\ (vau) fenicio, p (17), H ó X (ief ó f) de las inscripciones rupestres del Sa-
H
Y
HAH
hara (18), y por tanto, que
(XXVI,
puede interpretarse por VioLaVos, quees
El primero ds estos tres textos se refiere á
45).
otros dos, según veremos en
el
y lám.
misma ciudad que
la
los
cap. IV,
Lumiares [Valcárcel, Principe Pío],
(lé)
Valencia, pág. 58 t.
395
y antigüedades del Memorias de la R. Acad. de
Inscripciones
13, figura 119, apud.
reino de la Hist.
VIII, 1852.
(17) El Sr. Zobcl considera los caracteres [-|^ p ^ como homófonos, expresivos del sonido ó, ho, esto es, o con aspiración (Estudio histórico de la moneda antigua española, t. I, pcág. 176), lo cual no se compagina bien con la reducción que hace, V. gr.,
de
la
H^^^^'í'^'í^ ^^
nas 80-^1 y 85). el
primero
al
—
H
griego
págs. 205, 207, 224). identificar el
p
parecen del N. de
ponder
{e larga)
— En mi
ibero con
de valor igual. El
el
y
el
segundo
á la
Veluca de Ptolemeo
fenicio; Zobel,
l-|
sufijo étnico
en considerar
monedas
se explica
atribuidas á
oh. cit.,
t.
cit.,
H
Y
|-)
como
signos
I,
192-193) ha de corres-
págs.
Viroves [cum], etc., que suena en
Coroves[cuni],
á
1"^ se
f^'j^^Hf^^h'
Narbona (Delgado, Nuevo método,
modo (NERVN-KN) mejor que dando
de este
y
pági-
de algunas monedas ibéricas que
inscripciones hispano-latinas del Norte también. La leyenda lee en
H
II,
(vau) fenicio (Los bronces
Ljj
H^, H^, HM
Península (Zobel,
la
al
(t.
jJ, asimilando
dos tienen razón en una parte: éste en
sentir, los
étnico ves de Bodecives,
al
monedas
^^^
El Sr. Rodrígez de Berlanga distingue entre
|-|
III, el
págs. 467-469)
valor de
ó
ó de
v?
(NEREN-KN).
A
que entre
este propósito recordaré
Gramm.
tamachek, .1860)
el iech
plo, achular, ahular, afular, saludar.
Con
tal
y
los targuies del Sahara
sustituyen á
el iab se
macho
motivo, recuerda
(según Hanoteau,
menudo por
el ief;
por ejem-
cabrio; tehussai, tefussai, belleza; chuled, efuled,
el
autor
la
permutación
de/y
/;
en España,
como
forniosus, hermoso, etc.
Ya vimos en
otro § de este
mismo
que en monedas de Osea permuta con vocal y equivale
/¡sfí^^H'^I^p^^
á
ou,
u,
Virovias?
y
tal
vez
capitulo,
^ //
A^^^H
y
>¡í
y
o,
que algunas veces
(Zobel,
oh. cit., II,
como en
Lauro?
signo
H
,
257), parece ser
^M^4*HY
Caligum?
H^/^fi^' ÜH^oscan, en Strabón
'l)>£Ocrxa.
(18)
el
Deveyrier, Les touareg du Nord, pág. 388, lám.
XXI.
EL ARCHIVO
^96
nombre
como una fundamento juzgó Strabón que las expediciones de Ulises á Italia, Sicilia y España habían inspirado á Homero la Ilíada y la Odysea (19), y Trogo Pompeyo y Silio que Teucro (el rey pelasgo de la Troade, fundador de la gente troyana, confundido con el hermano de Ayax) había dominado los lugares donde se erigió más tarde Nueva primitiva ortografía del
la
No
supervivencia provincial.
acaso perpetuada aquí
lolaos,
sin algún
Carthago, Cartagena (20).
A
los Pelasgos
hubieron de suceder los Egipto-Fenicios. Según es sabido,
los mitologistas griegos localizaron su
por
la
Campo
correspondencia que observaron entre
Elysio en nuestra Península, la
descripción que hacía de él
y los caracteres climatológicos del Bajo Guadalquivir (21). Tal vez, embargo, no carecía de algún fundamento histórico esta asimilación:
la Ilíada
sin
Elysio, era hermano de Minos, personificación del poder marítimo egipto-fenicio, y su reinado parece simbolizar el triunfo de aquella raza sobre los pueblos del Mediterráneo occidental que acometieron á Egipto
Rhadamanto, rey de
y fueron vencidos por Menephtah I. Esa significación ha de tener la noticia de Avieno que supone el litoral de Alicante y de Cartagena sometido en siglo
remoto
á los Fenicios
debiendo entenderse que á
(22),
egipciados, según persuaden las antigüedades de
Monteagudo y de Monteale-
gre (23); en cuyo sentido pudo tener razón Movers
Sagunto (24). Stephano Bizantino señala una
(19)
Strab., III, 2, 12-13.
que hay en híslorique,
la
t.
Odysea
XXVI,
regular en tiempos
— Según
lilis
al
reconocer Fenicios en
en
Arcadia y otra en
la
A. Bauer, no es posible ya poner en duda
indicios de tradiciones maritimas del
pueblo griego (%ívue
Yo
tengo por segura una comunicación activa y remotos entre los pelasgos del Mediterráneo oriental y
París, 1884).
muy
los Fenicios
nuestra Península. Asclepiades Myrleano recogió en España una tradición, según cual algunos
compañeros de Hércules y Messenios
se habrían establecido en España:
x«t twv /mO'
tfXTOjBy/ffOat fv¡iTiv tjToex-flirat ti^v 'I6»!pí«v (III,
(20)
Vid. infra, nota 8.
(21)
Strab., III, 2, 13.
—Vid.
el §
i
del reino de
llpxAwjt
la
Menalao en Esparta
8e rtvac xai
twv áko Mt99r,vi}(
4, 3).
de este
mismo
capitulo.
(Avieno, Ora, 459). (23) Lozano, Basltlania y Conleslania del '^iuo de Murcia, disert. I\^ § 19; Rada y Delgado, Antigüedades del Cerro de los Sanios, discursos leídos ante la Real Academia déla Historia, Madrid, 1875. (22)
Ista Phoenices prius loca iucokhaut
(24) «Conditam essc reveram Saguntum, uti traditum est, a Graecis hominibus ab Ínsula Zacynthi oriundis, quamvis antea jam eodcm loco Phocnicios consedisse
(Movers, 'Phoeniíier , tasse (similiter ut
2, 2 p.
Emporiis)
tam Ibérico nomine (Arse
644 adn. 176) probabilc sit indigenasque ibidem habinummi doceant qui extant bilingües non pauci, scilicet
fortasse) inscripti
quam
latino (Eckhel, Lorichs),
nomen
EL ARCHIVO
397
España (25): ignoramos cuál fue'se esta última (26), pero pudo comunicar nombre de Elisión (=Elysion) á una región ocupada primeramente por
el
(27) y sometida luego por los Fenicios, personificados en Rhadamanto, en tiempo de Menephtah I ó de Ramsés III (28). Como resultado los Pelasgos
de su estudio sobre la existencia
y una de
las
las
antigüedades sardas, ha sacado por conclusión Ebers
de emporios fenicios en Cerdeña en razones que aduce para explicarlo,
el siglo
marítimas del Mediterráneo occidental,
rrientes
XIV
antes de
J.
C,
es la disposición de las cola cual
obligaba á los nave-
Tyro y Sidón á tocar en Sicilia, Cerdeña y Cartago (29). Diodoro Sículo escribió, que con la plata extraída de España para los mercados de Oriente, habían logrado los fenicios enriquegantes que desde España regresaban á
y enviar colonias numerosas á Sicilia y demás islas circunvecinas (V, 35 36). De cierta tradición que halló un eco confuso en el Chronicón Pascale, en Procopio, Ben Jaldun y algún otro escritor de la Edad Media, se deduce que los fenicios llegaron á las Baleares por el mismo tiempo que á cerse
ipsum demonstrat ex Zacynthi procul dubio Latinum factum, Corpus (25)
i.
1.
cit.,
Steph.-Berkel, pág.
OXupiTrtK, árro
(26)
etc.»
(E. Hübner,
pág. 511).
HXet'ou toü
381: Uhi;, iróh? nphg
TavráXou
El Sr. Fernández-Guerra
alegre, provincia de Albacete
liotozíci
tyi
(? según Salmasio)
irui^oQ. s(Tti aXk-r¡ ^kpy.a.ZicK.q. xat rpÍTri,
la identifica
CDisc.
cit.
en
con
la
la
Itnrxviexg.
Elo del Itinerario, en Monte-
recepción del Sr. Rada y Delgado,
Madrid, 1875, pág. 131), y conjetura si sería fundada «por una tribu oriental, fenicia por ventura), con posterioridad al siglo XV a. de J. C. (pág. 158). Acaso se trata más bien de una ciudad Elis fundada por beocios, recordando aquella otra Elis
—
de
la
Elea del Peloponeso que Salmasio y otros leen en Stephano Byzantino.
(27) Los Arcades eran pelasgos: 'Apxíhg llsAao-yot (Heródoto, I, 146): á Lycaotí, primer rey de Arcadia, reputábalo la tradición hijo de Pelasgo (Hesiodo, fragm. 98; Pausanias, VIII,
(28)
i, 4).
DArbois de
Júbainvillc reduce este reino al país de los Elesyces,
Narbona, y conjetura que Rhadamantho danas (Premiers hahitants de l'Europe, (29)
lib. I,
cap. VI, §
Ehers, Antichitá sarde, ap. Annali ch.,
hacia
conquistado de los Sardos ó Shar-
lo habría
l.
5
(2.''
ed., págs.
188-189).
1883: «Navegantes fenicios
55,
pusiéronse en contacto en tiempos antiguos con los schardanas y erigieron en
la
costa (de Cerdeña) estaciones para las navegaciones á Tarsis y factorías para los pro-
ductos de
la isla, tan
abundante en metales. Se sabe que á causa de
la parte occidental del Mediterráneo, no ofrecía éste
las corrientes
más que un camino
en
á los na-
—
vegantes que desde España volvían á Tyro y Sidón, etc. (págs. 124, 131).» Ya nuestro Lozano, en el siglo pasado, fué de opinión que los Tyrios y Sidonios habían llegado á las playas de
la
Contestania y de
la
Edetania 1500 años
(Bastitaniay Contestania del %eino de Murcia, Murcia, 1794,
Tomo
VII
t. II,
a.
de
pág. 294).
44
J.
C.
EL ARCHIVO
398
Sicilia
y Cerdeña (30). Esas debían ser
gran mar» donde se or-
las «islas del
ganizaban aquellas audaces invasiones que iban á esparcir el
el terror
por todo
Egipto, y esos, los fenicios que reclutaban schardanas y maschauaschas
mercenarios para los Faraones y los trasladaban en sus naves á las riberas del Según se recordará, á partir del siglo VI a. de J. C. los colonos grie-
Nilo.
gos enriquecieron
panteón ibero alojando en
el
no tardó en penetrar en las costumbres de con aquéllos más frecuente trato (Strab., IV, i, culto
haber hecho los egipto-fenicios con en
diosa
la
él
que mantenían
pues no otra cosa debían
5);
Isis
ocho ó nueve
niisnid litoral levantino de nuestra Península
l1
diosa Artemis, cuyo
la
íí
los naturales
siglos antes
(sO*
(30) Procopio, de bell. VaudaJ., 2, 10; Moisés de Khorene, Fragm. Iñsi. graecor., cd. Didot, vol. V, pars 2, pág. 30; Ibn Khaldun, Hisi. des herehers, ed. Slane, t. I, pág. 177: Chronicou Táscale, ed. Bonn, Corpus
script.
102,
hyiant., II, pág.
hisl.
autores antiguos encontró Solino ukíih.h.i üc un Bocchor ú Bocchoii.-»
«^u».
por
el
Sr.
278-281.
había reinado en
uum
— citados
Los
bronces, págs.
En
Adam;
Rodríguez de Berlanga, ap.
Líber generationis ab
el
archipiélago Balear hacía
Tialeares fuerunl , usque
el siglo
XII
ad eversionem Phryguní (C.
a.
lulií
de
J.
C:
Bocchoris reg-
Solíní Polyhístor.,
ca-
pitulo 26).
(31) En Monteagudo se desenterraron el siglo pasado y formaron parte del Musco de Saurín, en Murcia, algunas estatuitas de Isís y Osirís en metal (Lozano, Coitiestatiia cit., discri. IV, $ 19).
Baslilauia
y
considera
la
Isís fenicia
latina
El docto presbítero
D. P. Paraseis
imagen de Nuestra Señora de Mongrony (Cataluña) como copia de una (Revista histórica ¡atina, Barcelona, Agosto de 1874). Una inscripción
de Valencia atestigua
la
existencia
allí
de un ((sodalicium vernarum
colentes Isi-
Representaciones isiacas y osiriacas en piedra y vestigios del culto de estas y otras deidades egipcias abundan en Ele (Rada Delgado y Ez. Guerra, Antigüedades del Cerro de los Santos, Madrid, 1875; y S. Sanpere y
dcmo (Corpus
i.
1.,
vol
II,
3730).
Miquel, Contribución al estudio de históricas» de Barcelona,
núm.
la
religión de los iberos,
ap.
«Revista de ciencias
1).
Este último eruditísimo autor expone con gran amplitud una teoría, conforme á el mito de la expedición de Hércules á través de nuestra Península, referido Diodoro Sículo, IV, 9 y 10, envolvería la historia de una inmigración de genpor tes asiáticas que él identifica con los chethas, chcttím, hycsos ó pastores, previamente egipciados á virtud de una larga permanencia en el Bajo Egipto: de ellos ha-
la
cual
bría recibido Cádiz su primitivo
nombre «Cotinusa»,
asi
como también
des», reproducción del de Kades, capital asiática de aquella gente;
habrían impuesto á
nombre de
a
la
región limitada por
Cataluña», que
el Sr.
el
Ebro,
el
Pirineo y
el
el
de «Ca-
ellos
también
Mediterráneo,
Sanpere identifica temerariamente con
el
el
de
«Iglctes» (Origens y fonts de la nació catalana, ap. La Renaixensa, revista catalana ilustrada, Barcelona, año VIII, tomo I [1878], págs. 436 sqq., 489 sqq., 499, 501; t.
II
[1878], págs. 174,328).
EL ARCHIVO Los Tartesios arrojados de derarse de esta población,
las orillas del
— como de todas
39x>
Guadalquivir, hubieron de apo-
las del río
Palancia,
— mudándole
el
nombre por
el
nombre que le daban sus naturales con anterioridad: por lo pronto, no le mi entender, el de ^^^^, tArse, que se lee en las monedas de
de cu patria Saguntia (32), ciudad túrdula que registran Plinio y Ptolemeo y cuyo solar se señala no lejos de Jerez (33). Ignoramos el
conviene, á
emisión unánimemente atribuida desde M. Bourdad á esta ciudad, sin
cierta
razón suficiente según veremos (34). El Sr. Hübner no cree que exista ningún género de relación entre el nombre de Sagimto, griego á su juicio, y el de Saguntia, que conceptúa de origen hispano (35).
Con
posterioridad
establecimiento de los Tartesios en Sagunto, algu-
al
nos mercaderes griegos hubieron de fundar un emporio ó estación comercial en
el
suburbio, donde estuvo
colonia forastera,
templo de Artemis (36). Con
el
Plin., III, 3, 12: Gaditani convenlus
(32)
tiempo, esa
el
vez acaudalada y renovada por nuevos inmigrantes (37),
tal
Andorisae. Ptolemeo,
.
Stipen diaria:...
Oleastro, Itucci, Brana,
Mont., pág. 36: K«>5óOS«... icuyau-nicc, AiTtvSov... Se reduce al despoblado de Gisgonza, en el camino de Arcos á Jerez de la Frontera, donde se ha encontrado alguna inscripción y se conservan ruinas de un
Saguntia,
II,
ed.
4;
—
castillo
(Cean Bermúdez, Sumario Podría creerse que
la
(33) detana nombrada por T. Livio, de
la
primera
sílaba,
nombre
(34)
Vid. supra, cap. IV,
(35)
«Nomcn
quo
c et
la
actual de la ciudad de Segorhe, á
monedas de IsX^. dubio Latinum íactum eo tem-
quam pronuntiando nondum erant Graecae Graecaque aspiratio. Quod apud
et
et
y
litterac
diversae
Graecos.
Diodorum, Appiannum) Záz«vO« nominis forma, apud Latinos Ptolemaeo Sagtimtum, non Saguntus, in usu videatur fuisse... Mi-
nime autem oppida nonnulla Hispaniac mediterránea (Plin., III, 15,
54--- de
la
inscripción bilingüe
que aquél constituía
latino del epígrafe, desgraciadamente mutilado,
y
el
otro
la
última linca del
la línea
primera de
(Origens y fottts di ¡a nació catalana, ap. Revista Catalana, Barcelona, 31 Oct. 1878, núm. I, págs. 106-109 y 121-123).
su versión ibérica, etc.
(45)
El signo distintivo del plural en todos los dialectos del vasco es la k sufi-
EL ARCHIVO
403
—
El Rey Sucén. Así vimos, en una visita á Liria, que se llamaba una de más que recorríamos las listas de reyes de todo el mundo no aparecía tal rey. Hablando de esto con un amigo nuestro muy entendido en sus calles. Por
antigüedades,
con
calle
nos aseguró que en Relleu, cerca de Villajoyosa, habí^ otra de barrio
el título
mismo nombre. Pero hé
muy
con objeto
mología popular de
que viene
rechiichén,
diferente, á la pág. 9,
Aben-Mohamad. Hé aquí
Jahia
el
el
á ser otra
forma del
Repartimiento de Mallorca
tropezamos con un %aal Zusen de
rey Sucén,
constituido
tal
sobre
la eti-
alquería suburbana (que esto significa Raal) llamada
la
nombre (V. Eys, Gramm. comp.
jada al
rece, en la lengua ibérica.
en todos los dialectos del
Gramm. t.
cit,, pág. 52); y no era otro, á lo que paLa forma regular y más constante de formación del plural beréber, consiste en sufijar al nombre una n (Hanoteau,
tamachek' , pág. 20;
según ha enseñado 1874,
del
aquí que, estudiando
I,
la
id. kahyle,
pág. 22); y ya era asi en la lengua libyca, Tugga (Halévy, Journal asiatique,
inscripción bilingüe de
pág. 93).
El signo de dativo en
las
dos lenguas es
i,
sufijado en vasco
(v.
gr., giionari,
hombre; V. Eys, ob. cit., pág. 62) y prefijado en berberisco (v. gr., i urgai, al hombre: '^ewman, Libyan vocal., pág. 14; A. Hanoteau, Essai de gramm. kabyle,
al
DQX» XC
ó
prefija del
Í^^V X^
—
como hemos visto en otra ocasión que la n, signo mismo modo en berberisco y se sufija en vasco. En
pág. 46; id, tamachek' , pág. 27);
de genitivo, se
no
ha omitido ninguna fM
se
(i)
por
el
principio, pues la
i
inicial la escribían siempre, según es de ver por las inscripciones numarias de Ilerda,
y por el mismo citado epígrafe lapídeo de Sagunto, donde suePor eso estimo que, si acaso, ha de suplirse dicha / en el final, con
Iliberis, lacea, etc.,
na
ILDaKL.
arreglo á la gramática vasca.
Es verdad que, según
cuando
ésta,
se sufija
i
á
un vocablo
plural, la k se elide;
hace giipnai y giipnci (V. Eys, ob. cit., pág. 63); pero esta manera de apócope ha de ser relativamente moderna, lo mismo que la síncopa de las flexio-
así
giipnak
-f- i
el siglo XVI, el dialecto suletino escribía deraiit, XVII ya había degenerado en deril; en nuestro tiempo dice
nes de los verbos auxiliares (en «él
me
lo ha»;
simplemente de ^\ma\:
en
deit:
as\,
el
V. Eys, ob.
gíXpnaken; y sin embargo, en tal,
por ejemplo,
SETHIS-K-N,
en
el
en
pág. 15).
pág. 6).
Igual elición padece la k en el genitivo
la
antigüedad encontramos juntos los dos sufijos, k-n;
epígrafe de
las
monedas de
Sethisa,
construido
«de los de Sethisa ó Sethitanos» (Zobel, Estudio
ginas 188-194): todavía
como
cit.,
de giionak, «los hombres», giipnaen «de los hombres», en vez de
las cercanías
hoy
esa k sigue pronunciándose en
hist.
cit.,
asi:
pá-
algunas localidades,
de Irún y Fuenterrabía, que dicen gixpnaken (V. Eys, ob.
cit.,
EL ARCHIVO
404 Zusén, no por
Mohamad),
el
nombre de su dueño (que en
sino porque
allí
nacían
lirios
y acaso fantásticamente, pues bastaba que se aunque en realidad no los hubiera, aunque es
abunda
la y/t)r
su Dic. pág. p.
to:
325. En
177,
el
que
de ganchol,
es el lirio
que va junto
la
de Mallorca era Jahia Aben
ó aiucenas natural ó artificialmente le
hubiera puesto ese nombre,
fácil
en este país en que tanto
de referencia. Véase A Simonet en
á la crcstomatia. ad ver. ..r--^—
y Eguilaz,
aunque con otra ortografía, el mismo asienAbinmahomet, tomando la ^ por G.
Rcp. 73 se repite,
Rahal Gussen
Liiaffia
ADVERTENCIA. Al terminar el tomo VII de El Archivo nos vemos precisados á suspender su publicación por una temporada, que esperamos sea corta. Vamos á emprender nueva campaña y á formar nueva serie: por eso damos ahora, en vez del índice del tomo, el índice general de toda
la
colección. Siendo tan variadas las materias publicadas, se
necesitaba este trabajo para facilitar su manejo.
Cada tes de la
dia recibimos nuevas pruebas de lo
que estiman
los
aman-
historia nuestra publicación: se nos hacen ofrecimientos
que agradecemos en
alma; pero deben saber todos que, mientras
el
podamos sostenerla, seguiremos adelante. Demasiado conoce todo el mundo, que no buscamos lucro: que además del trabajo material dedicaremos á su sostenimiento nuestros modestos ahorros; pero para hacer este milagro es preciso algún espacio de tiempo, empleado en la
parte
económica de
la
redacción y confección,
publicación, pues dedicados por entero á su la
teníamos descuidada, y
el
encargarla á
otro era aumentar gastos y desvirtuar la unidad de acción.
Contamos con que no nos buenos amigos
faltará la coopcraci(>n
los suscriptores de
L.\
FIN DEL
de inir^no^
El Archivo.
TOMO
Vil.
Redacción.
DE MATERIAS
ÍNDICE
DE
LOS SIETE TOMOS.
Los números romanos indican
el
tomo,
arábigos
los
página del
la
mismo.
No
217), ni lles allí
en este índice
se incluyen
reino de Valencia
(t. III,
el
vocabulario de los peces
el
de
las
denominaciones geográficas del
73), ni el de la topografía de esta ciudad (t. II,
193), pues
sería
(t.
III,
repetir los deta-
publicados.
Sobre
la
geografía del reino de Valencia consúltese además
el
t.
IV, 379
guiéntes.
A. Aben Amira, en
el
Repartimiento, VII,
371. Ahencedrel,
I,
Ador,
299.
Ali en Játiva (Escuela de),
III,
74.
Adyineta de Albaida,
Aben Hudiail, I, 204; VII, 373. Aben Mardenix, VII, 372.
Abu
Ademuí, IV, 318. Adenament ó germanía, VII, 305.
II, 2.
Abii ^eid, V. Qeit.
Agost, VII, 343.
Acebibe ó pasa, IV, 233.
Agres,
Aceituno
(La
torre
del)
en
Grana-
Actitud litúrgica de 1
99.
que
la
oración,
— De Mallorca durante Ibiza padeció
y XVII, VII, 229. Achila, rey, V, 358.
Tomo
Vil
el
IV,
hambre
en los siglos
XVI
80.
III,
75.
— Convento de domini-
V, 204; VI, 358.
cos,
Aguas, VII, 343. Aguilar, IV, 319.
da, VI, 12.
Aciagos (días), VII, 28, 212.
III,
Adxuhia, IV, 233, 393. Agnesio (El Ven, Juan B.), VII, 59.
— Castillo
cerca de
Confrides en término de Guadalest.
Acaso mal leído por Algar. Ahin,
III,
81
.
— Castillo junto á Beho ó
Veo. Alacuás,
III,
75. 45
—
EL ARCHIVO
4o6
A
la
luna de Valencia,
Alasquer,
III,
jllcodar, III, 77.
13.
II,
tAlcoleja-Alcoleya, III, 77.
75.
AlaTjach, su insurrección en Benicadell,
loi, 330;
I,
—Tratado
145.
11,
36.— El
con
Blau,
II,
Infante,
el
280.— Parientes suyos, 299.—Vario, II, 325; IV, 296;
204; IV,
I,
allila villa,
107.
340.
— Compra
Repart.,
— Se ins358.—
II,
151;
I,
Albaida,
I,
Alhalal,
de Altea,
248;
III,
III,
301.
alcacer,
III,
309,
75; de So-
III,
desp,
III,
75.
70.
III,
VI, documentos
^Alejandro
inéditos,
VII, 32, 85.
Alfafar, en
Rep. Alfofar y Alfolfar,
el
77.
Alfandech,
216, 289;
I,
Alhuoyr y Alhahuy.
se le llama
256;
I,
III,
289;
77,
IV,
311; VII, 355. III,
Alfonso
76.
F
y
el
Papa, IV, 266, 338.
^//«/¿// de Simat,
76.
76.
III,
Alejandría y
Alfahuir-Alahuir-Alfuir,
IV,
75;
75.
Alhoraya-Alhorayis, Alhuixech,
319.
III,
76. III,
319; de Pardines, rells, III,
I,
359— Eti-
159, 168, 175; II, 352, mología, VII, 344.
III,
2S9, 291; Vil,
354-
de Alfandech,
III,
76,
Algor cerca de Tárbena, IV, 319, 322. Algemesi, 11,48; 111,78.
289. la J ovada, el
alcalá de
con Alazrach,
allí
Jllcalá, valle,
^Icau de
II,
tratado celebraI,
408; IV, 280, 311.
Vicente),
el
D. Jaime, VI, 214. I,
Colegio de
— Contribución — Morería,
247, 256.
II,
390, 403.— Judería, III,
II,
23; IV, 266, 328.
273,
—Topo-
54.— Baños árabes, Término general, II, 306,
grafía árabe, II,
— — Archivo municipal, 22, 36, 180. — Cortes, IV, 231, 214,215; 303. — Libro de Ordenanzas, VII, 302. —Navegación del Júcar, VII, 306. — Industria antigua, VII, 313. 41.
406.
II,
III,
El Encubierto,
IV,
capilla
la
de Jaime
I,
IV,
Alhichante de
Pueymonzón, IV, 171.
— Etimolo— Epígraf. prov.,
Alicante, II, 115, 142, 281.
Corpus Christi de Valencia, \', 244. ^Icira, Repart., III, 77.— Su entrega á antigua.
Alhajas de
289.
204.
Jalón, VII, 342.
Jllcayne (D.
II,
77; V,
II,
de Barchell y Xirillent, Vil, 340.
Concesiones para favorecer esto,
392;
II,
Empeñado por D. Jaime,
^Idaya-Addaya,
Alhacar del castillo de Denia.
270,
fabricación de pa-
Jllcudia de Castell de Castells, IV, 280,
ción notable, VI, 293.
do
la
— Fábulas,
259.
I,
VI,
Alba (La duquesa de) y Colón, publica-
Jllcalíi
ños,
IV,
243-
tala
de
jllcoy, origen
128.— Noticias
varias, II, 4, 47, 52, 164, 304, 396,
400; IV, 279, 296, 302, 311.
gía, III,
18, 241.
III,
63, 104.
— Acra Leuca, IV, 64. 15. — Alona, IV, 15.
Lucentia, ,IV,
—Varias, IV, 34, 65, 92; VI, 159, 258; VII, 17, el
69.— Priv.
de Alfonso
Sabio, VII, 343.
Aljama y Aljamia,
I,
143,
157;
III,
118.
Aljuhea, IV, 319.
Almocera cerca de Alboraya,
III,
79.
Almarjales del Molincll, IV, 399. Almaiarof de Jalón, Vil, 342.
Almenara,
I,
248; V, 160.
Almirante D. I-rancisco Carroz. V. Carroz.
Almiseá
de
romana,
Villajoyosa,
III,
262.
inscripción
—
EL ARCHIVO Ahniserá de Gandía, III,
289;
I,
II,
35;
78.
III,
— En
Rep. apa-
el
rece Almangaphes.
Alquenecia,
Allamira
— Muralla
56; de Simat, VII, 354.
II,
(D.
Rafael)
su
y
libro,
IV, 71. 252, 257;
I,
II,
240,
79; IV, 279, 309; diferente del castillo de Altea, III, 79. III,
I,
252, 257;
240, 376;
II,
III,
79; IV, 279, 309; VII, 342. Allá van leyes do quieren duques,
I,
Mochehid de Denia,
(Miguel),
— Noticias suyas,
V, 90.
213, 289;
II,
286.
América,
Hist.
de su descubr., VII,
(Hist. del),
316.
II,
Ampurias, Descubr., VII, 42.
Andana
V, 65.
— — IV, 190. — Las mujeres arábigo265.— Estudios y
hispanas, V,
(La),
III,
•
II,
II,
— Apodos
de forma adjetiva, VII,
Juan),
T).
Andrés de Mendoza,
Aniano (El código Aniñan,
III,
III,
274.
Valencia,
I,
— Del
323,
del
libro
—
de..., VII,
cio
III,
de...,
192.
V.
tariales,
y
141.
el
I,
47.
que
144; V,
VI, 37.
— Su desorden, V, 407, —Ven-
Museo de
II,
190.
de Alcira,
306.— El de
I,
79, 158.
— Los la
la
— No-
municipales
180; VI,
III,
El hispalense (de
214.—
sociedad), VI,
68, 70.
— Comer-
Arenaprimo
Descubri-
chiano,
mientos.
(Sig. G.),
Barone di Monte-
V, 411.— Su
libro
La
Sicilia
nella Bataglia di Lepanto, VI, 259.
Apellidos geográficos valencianos, III,
Arenoso.
V, 160, 164, 368.— Castillo
— Formación de lemosines, 233. — Los...lemosines,
Argelita,
251.
Arias (D. Jesús).
182.
los...
III,
III,
Apodos geográficos de forma adjetiva arábiga, VII, 370.
Apolo, oda,
305,
— Lo
46, 69,
Borghese, V,
401, 404,
84.
IV,
él,
121.
III,
corona de Aragón,
Consulado de
V.
5
ta del
Ibéricas, VI,
— Museos
53
extranjero,
el
35 5-— Recortes,
Archivos.
VII, 235.
314,
Mar, VII, 194.
3
321.
Antigüedades, Sepulcro del
II,
400.-;-Curioso de 1608, VI, 40. Aranjuei, su etim., VII, 374.
dicen de
de), II, 212.
las hostias,
Arancel del peage de Alcira,
— En Alemania,
V, 160, 164. Andreolo Carrol. V. Carroz.
Andrés (abate
Mo-
nedas.
Archivo (El) en
148, 156.
I,
pre-
— Trabajos en tiempo de Carlos 73. — Arabistas expedicionarios, 216. — Suscripción mios, 1,255
Basset.
Andilla, III, 80;
V, 255.
Aqui, su significado en valenciano es ahí,
— Lámpara,
Arbuixech (Ven. Ana), V, 204. Archiduque Carlos III. V. Denia.
22.
Ampurdán
219.
de Valencia, V, 411.
370. V. Tribus. V. Moros. V.
Amari
409.
I,
— De Cos-
arábiga de Abu-Ceid, V, 150, 163.
145.
III,
293.
III,
Baños de Mallorca, V, 259. En Alcira, II, 41. Los árabes en Castellón,
(Torre de)
Altea,
— En Valldigna, turera, VII, 341.
Alpuente, V, 148, 154, léo, 162.
376;
Aquiles, estatua, III, 192.
Árabe, Inscripción en Valencia,
79-
Almtisafes,
AUea
407
V, 190.
y
villa.
V, 292.
— Orígenes
día. El reverso.
I,
de Gan-
177.
Arias Montano, V, 231.
Armengola (La) de Orihuela, VI, 354, 371.
Arqueología sagrada.
— El
libro
del se-
EL ARCHIVO
4o8
— Un — Socie-
ñor López Ferreiro, IV, 189. discurso sobre...,
V,
dad... barcelonesa,
V, 407.
349.
— Circular
del
Sr.
Obispo so-
bre antigüedades, IV, 46.
350. V. Dara-
II,
Áurea (Santa), V, 121. Aureitm opus, 37.
— Los Ms.
— En
de Játiva, de Alcira
campanas
las
de Alcira,
VI,
Migue-
del
VI, 178.
V, 79.
— El
(Anécdotas de
de
la
provin-
III,
(D. Francisco Xavier de),
II,
142, 158, 169. Balsain, su etim., \'III, 574.
Baños árabes.
—
239.
De
Zaricb,
V.n Alcira, II, 41.
(D.
156, 168.
III,
— De
Denia, IV,
— De Mallorca, Antonio),
V, 259.
I,
590,
396;
11,7. 'Bar, su significado, IV, 268.
25.
II,
III,
Barcas (Genealogía de
383.
98; se llama Ycór, alq. de
lencia, VII, 84, 284.
comprado por Alcoy, Vil, II,
253, 258;
Barig-Berix-Berig,
Ayelo de Malferit,
llama
se
98;
III,
Yelo.
268.
340. Barcheta,
Ayalt, IV, 319.
los), II,
'Barcelona, III, 43, 338, 342, 356. 'Barchell,
Játiva.
Ayala, (D. Martin), Arzobispo de Va-
III,
'Bas (D. Quintín).
III,
80.
84.
Ni- Tnm,.
F, K,,.,-.
VII, 330.
(Marqués
su
de),
correspon-
dencia diplomática, VII, 318.
Baset y las guerras de sucesión, correccio-
mi
121.
moros y su
iglesia
L
nes á Perales.
Ayneto (D. Juan), VI, 17.
inx.
129.
V,
Ayódar-Yodar-Jodar y Xoda,
160,
Basílica
de Loja,
\'ll,
181.
Bastitanos, IV, i6.
164.
Ayora, IV, 322; V, 291.
Aiagra, V, 162; pueblo
Bechi, sus orígenes al
parecer in-
mediato á Segorbe ó Albarracin y
no Azagra en Navarra.
cristiana, III, 114.
Bcgis-Uexis,
V, 145, 157.— Origen del
Palancia, VII, 375.
ATjicar. V. Cosecha.
Bclgida- Bellida?,
Baeía,
Beltrán (San Luís),
II,
246.
(^ando
sobre),
V, 128.
— El
de
Torrente, VII, 213. Bairén-Bayrén.
252.
orden de Mon-
la
libro
—
275, 404.
Avisos de Flandes,
Bailes
Co-
de Castellón, V, 409. /Baleares, II, 295. Su conquista por
"Bañuls
musulmán
Aventurero
Ayerhe
Balbas (D. Juan A.),
'Ballestas, 11 1,
critica,
Aveus (V), IV, 39.
Ayacór^
sus estudios sobre
Víctor,
Bal mis
— Ms.
305.
II,
y Valencia, V, 304. Ave-Marta (FA), su historia
un),
305, 599.
Mochehid, V, 95.
zana.
lete,
II,
cia
Alaraiana de Denia,
17.
— D.
tesa,
Atanaildo, IV, 106.
II
Antequera,
lón, VI, 377.
Aspe, VII, 343. Aslorga.
D. Fernando de
'Balaguer, su sitio por
I,
314,
I,
289 y 316,
239,
sig.;
III,
318, 323,
III,
69; V, 279.
Benavayren de Valldigna, VII, 343. Benaxar, en tcrm. Denia, IV, 324. Bendicho (D. Jaime), Benedicto
II,
47, 70.
XIII (El Papa Luna),
136; VII, 363.
324.
Bajo relieve
340.
Benavites, III, 287.
Donaciones,
— Historia,
81; IV, 311,
II,
romano de Jabea,
I,
31.
Benevenio, IV, 338.
— Benavente?
\'l,
— EL ARCfflVO Beniadjar,
II,
Beniarjó-Benigario-Benidario,
1,
216;
III,
82; IV, 311.
II,
•
111,
81.
319.
— Carta
de pobla-
ción. Vil, 340.
Benieio,
de Valldigna,
III,
82, 292; IV, 185.
Petersburgo,
Vaticano,
Alicantina,
III,
I,
238.
230,
17, 308.
Biíaníina (Imagen),
Blanca (Reina
V, 64. I,
'D.""),
93. II,-
356, 357.
Blasfemia, pragmática de D. Jaime I,
Beniferri-Abinferro, III, 74, 82.
252; IV, 319.
I,
— Los se-
Bigastro, IV, 12, 105.
Benijairó-Beniayroy
Benigalib,
— Del
Biclarense (Ms. del),
223.
I,
De San
Bibliotecas.
119.
342.
Benidorm, IV,
182.
Bibliografía, VI, 39.
Benjcalaf-Beniacaf-Benchalai,
Benidokig,
VII,
villanos, VI, 64.
342.
II,
311.— Es Mellada?,
IV,
251. Bibliófilos, sus clases, 1,
Benibrahim, IV, 319, 396.
Benkadim,
del actual Palancia, VII,
375. Biar,
342.
II,
nombre
jB^/ü,
339.
Benian-Benján, cerca de Altea, IV, 309. Benjarbeig,
409
207; Vil, 337.
I,
Beni-Guachib (Los), IV, 86.
Blasones de Alicante, IV, 285.
Beniharmut de Denia, VII, 340. Beuihomer-Bemoma, II, 342; III, 83;
Blavet (El Azul), apodo de Alazrach,
IV, 319. Benimackt-Benimaglet,
Bocairente-Bocayren,
BenimanteU,
III,
Bodria
III, 83.
42; VII, 341.
III,
BenimusUm,
III,
145.
Maestrazgo.
Bofarull
Manuel
(T).
83,
Beniopa-Beniocba,
Bórdelos, V, léo.
III, 83.
Benipeixcar-Benampiscar,
I,
240;
III,
81; IV, 323.
Benisanó,
III,
I,
15,
317;
II,
240,
II,
241.
38.— Ne-
84.
II,
84.
— Compra
ducado de Gandía, IV, 344.
Titulo de Egregios, IV, 350.
— De
—
82.
85. III,
Benixamen-Benejama,
82; IV, 309. I,
Bou 1,
— Vario,
Borró,
248.
Benumeya-Benumea-Benihimeya,
252.
I,
289;
342; IV, 276. 85.
V. Influencias.
cia,
V, 102.
II, 339, 340. Berenguer, Arzob. de Tarragona, VII,
Brunet y
eclesiástico, V, V, 105. ValenMilitar, V, 106.
Cortes,
las
— Real,
Berdia,
II,
111,
CAÍ." Ant.°), III, 134.
Bracos de ICO.
Beoda, descubr. Vil, 44. Berberiscos.
I,
duques de Gandía, IV, 353. Documentos sobre el 2.° Duque, VII, 32,
Benisecli, III, 82.
Benisoda-Bencoh,
de),
III,
escudo,
su
Borjas, del
81.
III,
— Catí,
310.
Borbotó-Borbatur ,
376;
84.
excursión por
crología, VI, 402.
Benioma. V. Benihomer.
Beniga-Benayga,
111,
Una
(D. José),
Bonaqtúa, en térm. de Jalón, IV, 279,
342.
II,
II,
el alto
83.
Benimasot, inscr. árabe de Costurera,
Benimeli,
1,330;
—
villas,
—
Bellet (T). José), El tablero del
sepulcro de Severina,
I,
243 y 249;
el
pesebre del
111,43-
36.
Bernia, vestido, IV, 126.
Brutóbriga, VII, 385.
Beselga-Buselcam,
Buey (El) y
la
Señor,
265.
Bétera, III, 84.
Tomo
VII
III,
85.
I,
muía en
45*
— EL ARCHIVO
410 Bueynegro, V, léo, 164. Buñol-Biiynol ,
Burjasol-Borgasoi, IIl, 85.
248, 256;
I,
Burriaim-Borriana,
166;
II,
jBwrííí/
248;
I,
III,
85.
Busot, Vil, 343.
111,85.
de Sueca, IV, 120.
C mo-
(D. Francisco),
Caballero-Infante
nedas árabes de Denia, IV,
según
Caheio, IV, 319.
Calendación valenciana, IV, 273. valencianos
glo XIV, VII, Calp-Calpe,
si-
35, 240, 323,
3"-
Campamento romano, IV, 285. Campanar (T>. %anwn). Poesía historia
y
ra, III, 58,
Campanas
De
— Poesía
poesía,
é his-
Carpesa,
los
334;
II,
176.
y, 129,
248; U, 35.
Mártires en Granada, Y,
209,
321,
209.
— Las pintaderas, V, 210.
338; IV, 230.
I,
519,
II,
141.
— La
cruz, IV, 215.
Carbonera, Dep. de Bélgida, 340;
lII,
85.
I,
256;
II,
II,
30, 77,
325,
85, 94; VII, 340.
Denia,
I,
135.
— De
327.— De Sueca,
II,
205, 269, 386. Carlas eruditas del T. Luis Galiana, V, 125,' 204,
230, 279, 321; VI; Del P. Teixidor,
—
372.
Cartagetia, I\', 13. III,
70.
Carlalias, VII, 381.
Carteia-Castalla?
VII,
258.
— Cuartc,
VII, 260. Cartuja (La) y
297.
Caravaca,
—
I,
Carta puebla de
Carlago,
Cany ellas, IV, 324. Caoun (Mongó), 1, 258, 375. Capilla en Túnez de Jaime 1, IV, 282,
I,
327 á 330, Andreolo, II, 324. á
323
— Sepulcro,
341, 367,
213;
— Su hijo.
—
VII, 342.
Canarias, sus habitantes primitivos, V,
120.
cap, y su familia,
Cañáis,
85.
86,
— El
51,
133-
III,
I,
Francisco y su armada. I, El almirante. I, 206. 330.
Canales, afluente del Talancia, VII, 375. II,
356.
246, 285.
el capitán. I,
Pego,
de
III,
nombres valencianos,
III,
— D.
357I,
II,
330.
Campaner (D. Alvaro), Dominación de los reguíos de Denia en las islas Ba-
de Mirra-Almiira,
8.
sus
usted quie-
Alcira, VII, 303.
Campo Campo
— Etimo-
Carlet, III, 86.
Carrol,
leares, II, 247, 293; III, 20;
48.
256.
ó
VI,
Miguelete,
114.
105,
II,
366.
é historia,
como
III,
Cardenal legado en Barcelona,
Carnes,
137.
del
I,
Carmona,
Ibérica, VII, 252.
Callosa de Ensarriá, IV, 278, 319.
52.
Cárcer,
Carcesa, IV,
327, 354, 376; 111,85; IV, 274,
toria, III,
Concepción y Natividad,
Corán,
logía, VII, 226.
del
27, 67, 207.
256;
1,
(Dos)
II,
el
Carcaxen-Carcagente.
Cairola-La Cayrola, IV, 280.
Calendarios
Carbonero y Sol (D. León), María Santísima, su
2, 25.
IV, 265,
De 38.
el
cisma de Occidente,
329.— DeOrihuela, V,
Valdecristo.
—Sus
125.
priores, VII,
— EL ARCHIVO Cartulario de Silos,
II,
411
Celaya, (El maestro
164.
Casamiento. V. Matrimonio.
— Su
Casail (D. Joaquín), Sepulcro gótico de
bros, VI, 349.
VI, 113.
los Santos Juanes,
— Nueva
publicación, VI, 140. Castalia, IV, 299;
V, 285; VII, 258.
nombres valen-
cianos de los pueblos, Castellar, IV, 311.
Castellón de la Albufera,
VII, 251. 86; IV,
III,
Burriana
304. — El
256.
I,
ó de la
Plana, IV,
de
libro
pro-
la
vincia de... V, 308, 409. Castells, IV,
mora,
Castras célticos,
21.
II,
Cervantes (D. Miguel),
258.
Ciclópeos
Catalán-Cast., Diccionario,
— Revista, VI, 40.
de
I,
97,
143,
9.
369, 377, 385. V. Título.
— Ciudad subterránea, V, su
la),
li-
bro Ms., V, 65.
I,
I,
17,71, 260; V,
Cisma de Occidente, IV, 265, 329. Ciudad (La) de Denia, bosquejo histórico,
Catt, II, 241. Cautivos, redención, IV, 366.
CaTji,
II,
Cirat, V, 160, 164.
sus puertas late-
VI, 139.
(Gonxalvo
las Baleares,
IV, 48.
380;
189.
III,
V,
113.
II,
(Monumentos) de
Cid (El), en Benicadell,
nes, VII, 45.
Cavalleria
—
nebres de los moros españoles, IV,
404.
Catálogo de las obras de Juan de Jua-
Catedral de Valencia,
— Des-
cubrimiento en Alicante, VII, 69. Cerimonias de moriscos. I, 162. Fú-
107.
V, 149, 156.
Castillo de la reina II,
VI,
Certamen del centenario de Colón,
280, 319.
Castellfabib, II, 327;
rales,
— De Juan Luís Vives,
398.
Cerámica. Valenciana, VI, 379.
279, 296. Castellón de Monlornes,
293;
Centelles (D. Cerafin), VII, 283.
Centenar (Curatos del), VII, 344. Centenario de Colón, su fecha exacta,
307.
I,
Castellón de Rugat, III, 86.
II,
II,
Mallorca, IV, 48.
Castellaniíación de los
Castellón de
39, IV,
I,
— De Valencia, V. Enterramien— Romano, 47. — Romano en
404. tos.
Castelmontán, V, 160.
— Sus^li-
58.
MorodeDenia,
Cementerio. .
Juan de), VI, 309.
vindicación, V,
6.— O
III,
nombres valencianos de
la caza,
209.
Claret (T). Valentín), Historia ó poesía,
98.
Historia ó
Poesía,
— Historia ó Poesía,
III,
III,
145.
Cloca en Valencia, IV, 295.
365.
Callona, descubr., VII, 43.
Colegio de Corpus-Christi, V, 244, 315.
Cebrián y Mezquita (D. Luis), \'iriato
Coloma (D. Carlos),
y
la
Edetania,
Ceid-Abu-Ceid,
III,
IV,
174, 196.
215,
297.
— Su
—
nombre moro, IV, 272, 298. Datos biográficos, V, 143, 283, 362. Su nombre cristiano, IV, 219. Sus hi-
—
—
— Sepultura,
jos,
IV, 220, 298.
219.
— Señorío de Castalia,
IV,
IV, 299.
Ceid-Aazón y su padre Ceid-AbuAbu-Ceit en Aspe,
Ceid, VI, 407.
VII, 343.
—
Colón
(Cristóbal),
— Su
patria corsa,
tenario,
275.
III, II,
316;
V,
III,
132.
263.
— Cen-
V, 307, 404.— Rábida, V,
212.— Su
naturaleza,
VI,
211.
DeCalviPVI, 43.— De Saona, VI, 212.
— Fecha
del Centenario de su
descubrimiento, VI, 251, 257, 294. Primera isla descubierta, VI, 379.
— — Los
dominicos,
Duquesa de Alba,
VI, VI,
290.
— La
293.— Sus
— EL ARCHIVO
412
descendientes valencianos, VI, 45.
— Sus restos en venta? VI, 378. — Estudios de D. V. Balaguer, VI, Iba377. — Libro colombino del VI, 410. — Hist. del descubr. de doAmérica, VII, 22. — Colón y Sr.
rra,
los
296.
Comercio de esclavos, IV,
— De
Company (Fr. Joaquín), I,
248, 252;
87; IV,
III,
Concepción de Nuestra Sefiora,
I,
279,
2'^6.
Condado át Denia, des de id.,
ibérico del Mediterrá-
neo en
VI-V
el siglo
— Los tartesios 249.
antes de J. C.
ó
del estrecho
cal-
región de Denia, VII,
la
— Los tartesios del Guadalquivir región de Sagun-
la
VII, 285, 324, 375, 389. Costurera, inscrip. arábiga de su mez-
Cotanda,
II,
5.
Crcspins, III, 87.
I,
351. — Con-
342,
237, 239, 305, 376;
II,
Confesión (La) Confrides,
de D. Jaime
I,
I,
276.
Cristianos (Los primitivos) españoles
Conquista de España por
González, IV,
cia, su fecha,
los
monumentos, IV, 145; VI,
los de Valencia, VI, 10.— Sus
árabes, por
118.— De Valen-
Cristóbal (Iglesia de San),
Cronicones, falsos,
Mayoricense,
VI, 244.
Consulado de Mar, su antigüedad, VII,
Contribución primera de cristianos del
la
I,
— De Gerona,
Id.
de
Tr!;m,>
T
\'II
238.
del), III, 105.
2.47; II,
III,
279;
III,
87; IV,
III,
94; VII, 260.
Cucol,
W,
Cucllar,
396.
— Córdoba, su Catedral, V, 212. valenciana
III,
94.
319.
V, 148, 154.
Cuestión gramatical.
retrospectiva,
276.
III,
Cuartell, III, 93.
Cuat retonda,
I,
271.
Curcas habitadas en Toledo,
\
1,
299.
Culata-Colata, 111,87.
VII, 213.
égloga de
Propercio,
VI,
Cullera,
247, 289,
I,
su castillo,
226. Correspondencia inédita diplomática, VII
por
Cortes de Pallas,
I,
Cortes de Arenoso,
71.
256.
V, 164.
IV,
291.— Toma de 222.— Sitiada
21,
V, 145.— La ciudad 302.— Etimología, VII,
crist.
na?, VI,
318.
III,
«í--
Cuart de Poblely IV, 293.— Cartela?,
247.
Córdoba y Aragón (D. Enrique),
Cornelia^
II,
166.
comunidad, VII, 38.
I,
230.
Coreografía
II,
255.
Corán (Testimonios Corberay
20.
III,
Crui de Selabis, Vil, 342. Cru^ (Sor Joaquina de la),
reino de Valencia, I,
—
V, 41.
105; VII, 8.
II,
Cronología del reinivi'^
Contestania, IV, 16; VII, 261.
moros.
oríge-
Cronista de la provincia de Alicante,
117.
194.
Conventus,
y
6.
nes, VII, 7.
256; IV, 311, 319.
I,
V, 237,406.
Cresques, judio,
sus
VII, 336.
Coruña,
ciudades, aldeas, VI,
Cots (Fr. José), III, 276.
Concilio Valentino, V, 67.
I.
tribus,
quita, VII, 341.
311; VII, 341.
D.
141.
to,
275.
III,
43, 53, 59.
— Litoral
ricas,
ó turdetanos en
pasa, IV, 233, V. Pasa.
I,
Costa (D. Joaquín), Antigüedades ibé-
pianos en
minicos, VII, 210.
Concenlaina,
Cosecha del azúcar.
— Concesiones
223.
á los Sanjuanistas
puente, VII, 341.
Curato de Denia,
sica-
II,
341.
y
—
—
EL ARCHIVO
413
CH. Chabás (D. Roque) ha publicado en tomo I: El sepulcro de Severina,
el
cumentos, 208,
2,
¿Voconia Paz ó Paz Voconia?, 274. Traducción déla sección de docu-
— Hallazgo de un orante en — La cosecha del azú-
—
car en el reino de Valencia, 43, 53,
Tomo
9
17.
y
Denla, 27, 38.
59.
— La
enseñanza de
la
gramática
269, 303.
235,
mentos. III: Las Vísperas Sicilianas y la
bula de Honorio
11.— Biblio-
IV,
— El
castellana en las escuelas del reino
teca de autores alicantinos, 17.
de Valencia, 57, 65, 73, 81, 89.— Baset y las guerras de sucesión, 105,
libro del repartimiento de la ciudad
113, 121, 129.
—Templos
en
de Valencia,
costas
las
Viaje literario la
al
de Diana 155.
archivo general de
— La
corona de Aragón, 187, 195.
prosapia de San Vicente Ferrer, 212,
Baño de
Zarieb,
184.
— Un
Sicilianas,
— La esclavitud en — Etimología de Ali-
mana de
Los nombres de mología y
273 y
los santos,
clasificación,
sig.
su eti-
282 y
sig.
nombres va-
Castellanización de los
lencianos de los pueblos, 307.
sepulcro cristiano del lencia,
323.
— La
— El
Museo de Va-
ciudad de Denia
(bosquejo histórico), 369 y sig. D, Antonio Bañuls, criado de S. M., 390. el
— Efemérides dianenses de todo
año.
— Traducción
mentos
Tomo
de los docu-
D. Antonio Bañuls, criado de
II:
S,
M.,
13.
— El
7.
—A
Valencia, 236.
— En justa
cante, 241.-
la
la
luna de Valencia,
defensa, 245. epigrafía ro-
á la
provincia de Alicante,
258. — Nuestro regionalismo, 281. — Valldigna, 289. —Misceláneas en
todos los cuadernos.
Tomo IV: Lo moviment
Iliterari,
ar-
y arqueológich á Valencia en Las inscripciones arábi1889, 39.
tistich
—
gas de Simat, 49. trozo de
— Los les
— El
final,
primitivos cristianos españo-
— El — Orante
y sus monumentos, 145.
de Denia, 193. la
juicio
un sermón morisco, 116.
pulcro de Severina,
latinos.
Liria,
193.
Gandía. El anverso,
el
de
episodio de las Vísperas
— Rectificaciones
la
156,
nuevas lápidas romanas
— La provincia árabe de Denia, muía en pese257. — El buey y bre del Señor, 265. — Orígenes de 220.
— — 169. — Las
y reino de Valencia, 73, 217. Para El la historia de una poesía, 129.
— El
160.
se-
drama sacro de
Virgen de Elche, 203.
—Nuestra
sección de documentos,
214,
El archivo municipal de Alcira, 36.
— La patera de
— D.
— Precau-
ciones
capitán Carroz, 30, 77.
Roque Lloréns
Sala, 62.
inscripción de Voconia,
nes á Diago,
68.
^La
— La
correccio-
carta-puebla
— Obras para estudio del valenciano, 90. — Los falsos cronicones y su influencia, 105. — La de Utiel, 85.
el
cuarta-puebla de Sueca y el P. Ribelles, 205. Nuestra sección de do-
—
ToMO
VII
253.
Illici,
sanitarias
en
— Miscelánea
241. el
siglo
264.
XVII,
en todos los cua-
dernos.
Tomo V: Los mozárabes valencianos, é. Robo de la Judería de Valencia, 184. III, La estatua de don 37,
—
—
Jaime
el
— Tesoro — Inscripcio-
Conquistador, 46.
griego del
Mongó,
59.
46
—
—
EL ARCHIVO
414 nes romanas, 88.
— Un
222.
valencianista
— Qeid-Abu143, 283, 362. — Un discurso sobre arqueología, 349. — Un rey de España desconocido, 357. — Las pin107.
del pasado siglo,
lógicas del reinado de D. Jaime
^>eid,
turas del altar
mayor de
de Valencia,
376.
la
VI:
y sus
tituido á
monumentos,
gráfico, 365.
en
7.
cias:
siglo
XIV,
11,
30.— Orígenes
21,
— Sobre
II,
su
284;
143,
la
His-
Hist. de SaIII,
165;
44,
Chelva-Xelva, V, 160.
cristianismo
Colón.
Cherroueso, VII, 381.
Amé-
valencianos
27, 65, 207.
publicado
IV, 40.
— Cristóbal
calendarios
— Ha
Historia de Sagunto
I:
Es nombrado corresp. de
gunto,
Cheít-Xest, III, 98.
por D. Francisco Serrato, 22.
— Dos
tomo
toria, 321.
— Miscelánea
Historia del descubrimiento de rica,
del
—
de Bofarull, 402.
del
lexico-
— Tres etimologías
de Sagunto, 35,41, 49. Inscripción interesante de Sagunto, 190. Noti-
en todos los cuadernos. Valencia,
el
(sumario),
eti-
407.
— Indicador
Chahrel (D. Antonio).
— Investigaciones 284. —Juan Luis Vives,
carta-puebla.
en
— Li-
P. Sarmiento, 372.
—
Tomo VII: Orígenes
patria, 535.
—
ciudad y reino de Valencia, 240. Rebollet y D. Pedro el Cruel. La
(^-eid-Abu-^eid,
Denia su
Repartimiento.
6.
la
— D. Manuel
de
Or-
—
crítica
398.
I
las
quidación de notas, 335. El canónigo Ginés Fira, 356, El libro del
del Ave-María, 20. — Historia — Doña Teresa Gil de Vidaure, 22. — Alcira y su archivo municipal, 214. — El libro del Repartimiento de
mológicas,
de
—
en
Los primitivos cristianos
españoles
libro
denanzas municipales de Alcira, 302. El pintor D. Vicente \^ictor¡o res-
todos los cuadernos.
Tomo
— El
Aragón, 258.
Catedral
— Miscelánea
— Prodigio Eucarístico. Las hos— Notas crono-
de Aniñón, 235.
tias
Chikhes-Xilxes-Silx-Cilx,
ChiriveUa-XilbeUa,
del
— Documen-
Oñrles-Xirle.
tos inéditos de Alejandro \'I, 32, 85.
— Un documento original del siglo XII, 34. — Real Pragmática sobre
I,
III,
87.
87.
98.
256;
III,
98.
Churat (D. Juan), su estudio sobre mujeres emparedadas.
la
nobleza valenciana, 191.
III,
Chiililla-XuUlla,
III,
— Estudios
II,
las
22.
Churros, VII, 371.
etimológicos. Cullcra y Carcagente,
D. Daimus-Atheymus, V, 149, 156.
del
Dámaso (San), estudio
impugnación
381.
biográfico, \'I,
— Era español, VI,
publicado en
el
tomo
409.
584.
'Danvila (Excmo. Sr. D. Manuel).
— Ha
IV, p. 123, El
Encubierto de Valencia.
—
Museo de
Damila (D. Francisco). Ha publicado en el tomo I: El sepulcro cristiano
no
— Tomo
1455,
II:
la
— Otra
Sr. Martínez Aloy,
El sepulcro cristia-
Museo, 129.
del
Saco de del
\'alencia, 401. al
— Tomo
— Tomo V: El Tesoro 167. — El robo de JuValencia, 235. — Sepulcros
124.
Mongó,
dería de
III:
Morería de Valencia en
la
— ——
—
——
—
EL ARCHIVO de
Puerto, 261.
del
calle
la
mo
— To-
VI: Investigaciones sobre
ju-
el
daismo en España, 200. Danvila (D. Augusto).
en
tomo
el
— Ha
publicado
253, Las ruinas de
III,
Daniel religiosa, V, GG.
Dara\ana deT)ema,
V. Atara-
112.
I,
zana.
91.
II,
pez, VII, 33, 94.
Deanes de
Colegial de Gandia,
la
'Decimal (Sistema) de los peruanos,
I,
I\',
186. Denia-Ihérica, VII, 262.
Tartesia, VII,
Tesoro
Griega.
del
Mongó,
— Templo de Diana, 152. — Romana, IV, 68. — Inscripciones, I,
59.
260, 331, 337, 372; n, 211; Cristiana. Orígenes, VII, 258.
18,
III,
15.— Orante,
I,
27,
— Sepulcro
16.
VII,
IV,
38;
193;
de Severina,
I,
—
Estela sepul243, 249. Obispos, VII, 21, VII, 180.
2, 8, 17,
—
cral,
Árabe, vario,
335.
140,
23, 203.
II,
5,
6,
— Mocheid, V, 90. — Domi-
nación de los Régulos de D. en
las
— Monedas, 65; — Mezquitas, baños, cemente39; IV, 274. — Monasterio musulmán, — Olimbroy, 1,67, 68. El Edrisi, 373. — La provincia de
Baleares, II, 293.
IV,
I,
2.
rio,
I,
I,
D...,
I,
251, 256.
34, 210; I,
%econquisia,
IV, 222.
II,
— Repartimiento,
120, 121, 144, 248.- Fueros,
I,
— Castillo, IV, 304, 311, 324. — Albacar, 151, 159, 175. — Murallas, VII, 323.
127, 135.
318, 168,
I,
Jerónimos, VII, 282, 336; IV, 23, Mercado los Martes, 235, 311.
—
VII, dal.
I,
212, 227.
I,
202.
336.— Notas, Condado,
tancia de su
I,
VII,
^^6.— Feu-
342, 351.
Marquesado,
— Impor\'II,
32.
398.
I,
y
5
Pedro
P.
en D...,
III
134-— Inscrip.,
sig.; II,
61.
I,
— Término de su 209. — Recoletos, IV, 406. — Agustiantig.,
II,
300. — Ciudad, 294, 302, — La costumbre de Andana, 148, 156. — Datos topogr., IV, 404.
nas,
I,
I,
10.
la
La pedrera,
— Carlos 91.
I,
39.— Puerto,
I,
— La Guadalupe, y su privado,
II
El Archiduque,
249.
IV,
— Del — Felipe
Ferrer,
Esteve,
367» 375-
140.
1,
de Vergel,
Prosapia dianense de San Vicente
3
Dalario de Alejandro VI, D. Juan Ló-
V,
— Compra
parr.
Pallantia.
D'AsfeU,
415
I,
I,
I,
358,
25, 33. 20.
II,
383, 391, 399;
II,
— Comisión del metro en D..,,
I,
14, 15. —Sitio de 1813,
I,
102.— San Telmo,
— Efeméri-
39.
I,
161;
II,
des dianenses en todos los números
tomo
del
I.
— Doc.
324, 398, 404, tórico,
I,
369,
de Esteve,
ras
hist.,
II,
323,
406.— Bosquejo his377, 385.— EscultuVII, 349.— Patria del
pintor Victoria, VII, 325. Derecho español, su historia, por D. E.
Hinojosa, VI, 258. 'Desafio de dos reyes, II, 87, 186.
— En Al—Alcora, 70. — Alicante,
Descubrimientos arqueológicos. colea del Rio, V, 132.
III,
—Alejandría, VI, 159. — Ampurias, VII, 42.— An71.
III,
dorra,
357.— Atenas,
I,
Barcelona, 44.
— Benavites,
III,
43.
III,
III,
70.— Gástelo,
I,
285.—
— Beocia, VII, 287. — Cartago,
III,
71.— Cazlo-
— Canarias, 205. Elche, 209. — Huelva, 70. — Jerusalén, 246. — Mahón, 311. — Méjico, 311. — Moneada, 70. — Mongó, V, 60. — Monte CeUus, 254. — Monteornet, 309. na,
VII, 43.
I,
III,
III,
I,
III,
III,
III,
I,
I,
—Palenque, IV,
III,
288.— Pellgoritza,
239.— Pompeya,
I,
181;
III,
— Ratisbona,!, 341. 286. — Roncesvalles, IV,
192; VI, 298.
Rávena,
I,
239.— Varios, V,
207, 208, 307.
—
EL ARCHIVO
4i6 342. — —Tarifa,
Segovia,
I,
VII, 43. I,
Sevilla, I,
302.
Documentos (Sección de), IV, 289.
287;
III,
— Túnez,
286, 318.
Su techa
Domeño, V, 160, 162. Dominación islamita en
exacta, VI, 250, 294.
su privación de
Deudores,
VI, 181.
iricc. ral
Val
11,
de Denia,
II,
295.
II,
370;
I,
— Su
los R(ir-
las Baleares,
— De los régulos
248.
sepultura,
Dialecto hispano-hehraico, IV, 83.
Diana,
— Sobre
VII, 32, 85.
jas,
Descubrimiento de America.
IV, 214.
estudio,
"Dominicos y Colón,
285. V. Templos.
Cast., III, 46,
276.— Gene-
Valenciano Castellano, V, 130.
— Rectificaciones, bres de los peces,
I,
— Nom366. — De los
V, 307. I,
1\',
354. — Del reino, V, 30. — Notas histórico-criticas de la antigua
I,
256.
Iliberis
203.
— De Adán — De
lencia, 204.
y mo-
y Eva en
\'a-
Pasión en Obe-
la
rammergau, 214. Ducado de Gandía. V. Borjas.
derna de Valencia, VII, léS.
Divina comedia,
—
y Granada, \', 156. "Drama sacro de la Virgen de Elche, Do\\.
167; VII,
III,
21), 223, 231. V. Baircn.
'Dos- Aguas,
hongos, VII, 351. D//)!^/^^/^/;.— Circular,
290; VII, 280.
\'I,
de Denia y licencia para vender. I, 112, 144.— De Gandía,
Donaciones
245.
II,
E. Eho,
III,
Encubierto (El), IV. 12^.
88.
Enseñanza (La) del casicilano en
F.detania, VII, 293.
Edrisi ff/;.
I,
cuelas del reino de Valencia.
373.
Efemérides dianenses de
la
semana en
todos los números del tomo Egregio, titulo de los Borjas,
Eguilai (D. Leopoldo). table,
— Un
libro
no-
70, III, 115;
III,
—
Elegía (La) de Valencia
y su autor. I, á la muerte
— Latina
de Zorrilla, VII, 141.
Elmer (D. Claudio).
y un recuerdo Ello,
IV,
104.
Enterramientos moros, Epigrafía
Errors
Va-
.
musulmanes
I,
(Esludios dt),
209; IV, 107. III,
V.
264.
bistórichs, III, 43.
Esclavitud en Valencia, III, 236;
— Una joya del arte
histórico,
III,
— Rectificaciones,
122.
IV,
II,
22.
23,
II,
Escorial.
III,
74.
VI, 261.
— Su etimología, VII,
Escritores
372.
de Alicante y su provincia,
308.
Escritura /'\f!/irrr54.
c
1.
rey de Denia,
Mochehid,
"'
musuln)án en Ucnia,
,
J
115.
II,
Mislala, III, 90.
Mommseu,
20.
I
342.
antiguo,
Molina (Fr. Pedro Juan de), inscrinción
\
\', 11 6.
Moldes de hostias, colección,
38, 374.
[\Caimoditias, III, 258.
nn
14.
I,
— Denia,
,
Mcicutc-Moxcn,
ÍS( challa,
2^)^
342.
Moctc\tinia, III, 31
— Fun-
3)7-
^Cedinaceli
Mongó,
III,
256.
I,
Mira flor,
^Cayáns Ciy
!!'
de
Mezquita
Milagro de
252, *337.
309; VI, D.» Teres
II,
V, 105.
Mestre, pintor,
Metel-Matel?, IV, 319.
1^5.
¿\Catrimonio lU los Reyes Católicos,
Denia,
la
Merino de Zaragoza, IV, 96.
Miguelete (El) y sus campanas,
D^Calarmia,]
DíCcchain
á
123.
vo.
^',
DiCatoses, II,
tos
I,
IV, 275,404. :
pinte
Colón
duquesa de G.in.rm
la
Emperatriz,
V. Saxoíc i\Casaitiagrt¡i.
Opiata,
225, 233, 241;
i,
IV, 324.
Metro (La comisión) en
tórico-cr(in()ló:;¡cas, VII, 168. í\Cáiiires, ai'.y
Mercer{D. Mateo),
131.
lemo-
274.
Mercedarios,'U, 21; IV, 299».
Danvila, 404.
— Armas de los Borjas,
de Valencia, IV, .294, 315.
.V^rí-ííífo
Martitiei (Crisóstomo), IV, 286.
imperio de Marrue-
el
célebres
sus orí-
iglesia
cristiana,
''.— Dialecto
hispano-
i/
II,
.
Monduber, Moneda.
II,
ié6;
III,
1,
67.
"-o, 91.
259.
— Su valor,
i,
— Árabes de Denia,
105. I,
\
.
i'recio^.
63; IV, 2.—
Hallazgo de monedas, 24 y. 22. Griegas del Mongó, V, 59.— Antiguas, sus valores, VI, 362.
Monetario arábigo, IV, 240. Monfr-'-
'^•1'
-V
—
—
EL ARCHIVO Mongó,
258, 259;
I,
357; IV,
II,
—
425
— Contribuciones. — Ceremonias.
14,
Etimología, VII, 139. 285; V, 59, V. Caom. Mons parturiens, II, 232. Montan, V, i6o, 164.
Festivos.
—
Morro Aguilar (D. José). Ha publicar do en el tomó 11: Antigüedades de Utiel,
cuerdos de
Mantesa,
Vil:
cristo,
91.
III,
Montesinos (D. José).
— Su
Montroy,
256.
I,
,
91; IV, 324.
III,
Mosaicos.
— De
Morabitos y santones musulmanes,
joyosa, 117.
II,
27.
Morales San Martin (D. Bernardo).
Morella,.
248;
I,
II,
Muñoi
quisición,
ción de sus curatos, VII,
Gandía,
I,
264.
157. — Delante
Onda,
II,
I,
175.— De
Muría,
IV,
5 5;
1,
Muro,
6.
IV,
— De
Museo.
— De Valencia, 125. —Játiva, — De Tor2,48. — De Orihuela, tosa, 25. — Morabitos ó santones, 27. V. Enterramientos. — Cementerios. 11,
II,
323.
356.
Alcira, IV, 235, 319. III,
91.
pal
deMahón,
45.
— Sepulcro,
111,
IV, 47. 1,
— Munici— Diocesanos, 168.
314,
324, 401,
129.
II,
Mustaiaf,
411.
328; 111,47.
11,
— Martorell,
409;
5.
V,
Denia, VII,
91.
111,
Murviedro,
Alcira,399, 403.
III,
Valencia,
Murcia (Guerra de),
137,
66.
de Jabea,
de
XIV de
Del siglo
Murta de
231, 388. V. Ceremonias. Moros célebres valencianos,
Severina en De-
Maestro 'Gerónimo),
(El
—Árabes
In-
— Erec345. — De
— Su expulsión,
— De
231.
230, 251, 309.
II,
Villa-
Murallas romanas de Denia, IV, 72.
158, 169. relaciones con la
y
Mozárabes de Valencia, IV, 24; V,
304; V, 148, 154.
—
— Sus
Itálica
— Del Puig y Villa-
Moscateles, sus clases, II, 93.
iii.
Illici, II,
Moreno (Dr. D. Eduardo). El doctor D. Francisco Xavier de Balmis, II, Moriscos.
de
el
V. Severina.
nla, i6i.
Sepulcro romano de
— Tomo
cartuja
real
la
Sevilla,
joyosa, IV, 72.
238.
III,
de
torre vieja de Utiel, 78.
Moniimenta lingual ibericae, VII, 322. Morabaiines,
308.
302,
58,
Vall-de-Cristo desde
Orihuela, VII, 364.
Montornés (CdiSXQWbn de).
25,
Priores
Re-
111:
de Valde-
la real cartuja
año 1385, en que se fundó, hasta 1835, en que se verificó la exclaustración, 38.— La
de
historia
306.— Tomo
188,
Montaverner, IV, 279, 309. Montecasini, historia, VI, 44.
1,
87.
N. Napoleón.
— En
Santa Elena, IV, 96.'— 120.
Autógrafos,
— Casa
natalicia,
Naufragios,
I,
4. V.
Navas de Tolosa,
La Guadalupe.
II,
21.
Navegación fluvial del Júcar, Vil, 306.
V, 68. Ñapóles (Francisco de), pintor, V, 380.
Necrologio del Teixidor, VI, 344.
Naquera,
Necrópolis maguntana, IV, 42.
111,
92.
Narciso (Fr.) de Denia,
Tomo
VII
II,
24.
•
Negrals,
II,
342;
111,
92; IV, 232, 388. 47*
—
v
EL ARCHIVO
426
Neoburqtie
(Duque
de),
318.
590.
III,
Nobleía musulmana de Valencia, 349.
— Pragmática sobre
la
valencia-
me
del término de
Noi'elda, VII, 343.
Simat, Vil, 354.
Nuevo mundo. brimiento),
—(Historia de su I,
descu.-
227.
Nules-Noulas?, V, i6o.
quín Serrano Cañete, Vil, 152. criticas.
Liquidación de
Vil, 238. V.
I,
notas.
Nompot, Vil, 343. Notas bio-bibliográficas del Dr. D. JoaNotas
280.
Vilanova, 281.
Nombres de lugares, su etimología, VI,
— Topográficos
— Del — Del señor
Ferreira, 279.
Sr.
Notas cronológicas del reinado de Jai-
na, asimilándola á la castellana, 191.
297.
— Del
Monner Sanz,
Sr.
I,
— Sobre estudios del
Nunifincia, IV, 287.
rei-
Numismática,
nado de los Reyes Católicos, VI, 404. Saavedra, Vil, — Un libro del 276. — Otro del Marqués de Ayerbe,
II,
165, 315; V, 259.
Hallazgos, 207, 307.
Sr.
O. Obispos primitivos de X'alencia, Vil, 12.
— Inscrip. Vil,
de uno de
14.— En Denia, Elche,
— De Denia en
21.
— De Gerona, fía
el
Setabis,
de los de Valencia,
II,
Orante cristiano, nia, I\^
Denla,
193.
VH,
I,
Olimbroy. V. Orambroy.
Orchita,
336;
252,
I,
92; IV, 68.-Eti-
III,
mologia, VI, 289.
— Palacio
256;
I,
II,
Onda,
II, I,
Orihuela,
175; V,
160.
Ondara,
II,
— Es
I,
205,- 332; VI, 371.
III, 8>
248;
'
lll.
14;
J.
I,
222.
IV, 99; V,"53,
366.— Repart.,
por D. E. Gisbert y Montesinos, VII, 364. II,
hist.,
95.
Ortografía valenciana, V, 109.
Onil-Unil, V, 164; Vil, 350. Ontenieute-Untiyen,
D.
Orinoco,
342; IV, 397; Vil. ;ii.
Ondarella-Andarella,
5,
125; VI, 350, 352,
ibérica?. Vil, 295.
35
(Congreso de).
II,
353.— Su II,
II,
302.
24.
248;
i6.
Orden de Montcsa, V, ^y.
323; IV, 279, 309, 320, 324.
Oüerm.
— De De198. — De
IV, 319.
Orientalistas
Olocaiba-Alocayba-Locayba,
38.
Ordenanzas municipales de Alcira, VII,
de los
Condes, Vil, 283.
27,
— Romano,
Oratorio de moros,
II,
lamentas,
III,
120.
Otos, III, 92.
o:;
\',
I,
68; IV, 275, 317-
Okades, VII, 379. OJeastrum. Vil, 381.
257;
l\,
Oramhroy-Olimbroy, cerca de Denia,
47.
Oliva-Oriba-Auliba-Auriba,
laj,
199.
siglo XII, 140.
305.— Sigilogra-
IV,
Oración (Actitud litúrgica de
VI, 6;
ellos,
Oviedo Arce (D. Eladio\
^'.
:
10.
—
—
EL ARCHIVO
427
P. Tagés (Mr. Amédée).
Hugo
de D.
V.
'Palancia.
Palas.
— El
testamento
de Moneada, IV, 247. en?:ontrado en
Denia,
Falencia, III, 43.
289;
IIÍ,
92; IV,
311; VII,
Taima (D. mal entre
Ricardo).
— Sistema
deci-
los antiguos peruanos, IV,
186. del),
en Denia,
II,
— Su
^Palmeras.
origen en España, JV,
35, 323,
IV, 397.
mártir en
Pego.— Carta, puebla,
Tallantia, población,
III,
253.
— Río,
VII, 298, 375-
Pamis,
Penágnila-'Beniáguila.
250.— Vario,
amor por
el arte,
— Papa Luna, su entrada
V, 408.
en Valen-
VI, 135.
de Lucentum,
III,
— La inscripción — Aclaración, 18.
I,
249. V. Benicadell.
248;
Pep de riiorta, VI, 152. Peregrinación ala Meca, IV, 172. la
I,
Papiro egipcio, IV, 95.
Sus Mss., IV, 144; V, 64.
nombre
Perkes,
Perros.
Paranget-Pranchet-Prolanxet ,
III,
93.
(Despobl. de Masalavés.)
II,
del Palancia, VII, 380.
III,
306, 408.
409. Pasa ó acebib, IV, 233.
fa
guerra,
Pascual (S2in Pedro).
VII,
n8. Perujo (D. Niceto Alonso), IV, 40.
— Pasa
de Pop,
Pesca, IV, 274, 315.
Peste en Valencia
396.
— Mr., V,
134.
IV, 241; VII, 17.
Garruci, IV, 201.
— De
en
el siglo
XVI y
voción á San José, VI,
105.
cauciones sanitarias por
la
siglo
de-
— Pre-
peste del
XVII, IV, 253.
Picasent-Picaccn, III, 93.
93.
Pavordes de Jabea,
I,
Pai y tregua
IV, 268.
foral,
en
.
Pertusa (M." Jaime), cavallero,
Pardo 'Baián (D.* Emilia), VI, 404,
III,
^3; IV, 280.
— Su importancia
Persas, antigüedades, III, 120.
93.
Ilici,
—
Su opinión sobre Ob. de Val., VI, 6.
260.
lápida del
Perpnnchent,
245.
Paterna,
II,
III, 93; V, 148, 154. Peña Escnhia, monte donde nace el Pa-
Peñiscola,
Péreí (Juan Bautista), de Segorbe.
259, 373.
Tapi (D. Francisco).
Patera de
ibérica?,.
98; IV, 280,
311,319.
Péreí Bayer,
— Su fabricación en Játiva árabe,
III,
— Gili III,
lancia, VII, 375.
342.
II,
— Su
Tarcent,
I, 319, 327.— 286; IV, 280, 311;
Noticias, 252,
Peñacadell,
52.
I,
11,
324.— Pasa,
padre, IV, 228, 299. Pedro de Saxoferrato (San),
VII,
351.
Papel.
93.
VII, 342.
^
Palmar (Villanueva
cia,
III,
256, 258;
I,
Valencia, IV, 215.
342.
Tapa.
los), I,
Pedro (Infante D.), se rebela contra su
Talermo en 1647, VII, 344. Talimsesto de León, IV, 188. I,
Pedreguer,
343; IV, 279, V. Locaiba.
IV, 73.
"Palma,
(Nombres valencianos de
366.
Pedralba-Pelralba,
Pallantia.
— Busto
Peces
62.
Picatas fe (D. Felipe).
— Fecha del Cen-
tenario de Colón, VI, 257.
•
—
EL ARCHIVO
428 Ptera.
— Su etimología, VII,
Porta-Coeli,
35.
Piles, IV, 318.
III,
— Los —
dominicos
Pragmática sobre
y Colón, VII, 280. Nota critica. Pintaderas de Canarias, V, 210.
Precios.— De
Pintor.— D.
•
325.— D.
Vicente
Cristóbal Llóreos, VI, 277.
Del salón de Cortes, V, 30, 97. De Del Colegio del Patriarca, 247.
—
del altar
380.
al fresco,
mayor
— Puertas
Piíiar (D^ Blas L. del).
— Amari
Vísperas Sicilianas,
289.
Tomás),
Piris (D.
II,
y
las
252,
I,
— Sus restos,
III,
Planta (pasa de).
V, 107.
la catedral
de Va-
V, 397.
lencia,
de
Orden, V,
la
205. Prehistoria.
284;
— Española, 263.— De
III,
I,
II,
397;
Valencia,- VII,
/Vfwio.— Martorell,
— De — De
284.
II,
la
Academia de
Concursos, V,
22.
Historia,
la
131."
VII, 34.
—
— Nuevos
descubrimientos,
Propagación
en Játiva,
— Escuela de Abú-
II,
f.
Jalaf
ben So-
leiman ben Fathon de Orihuela y su Anécdotas de un hijo Mohamed, 5.
—
musulmán de Tortosa,
aventurero
— Morabutos y santones musul27. — Trabajos arábigos en 63. — La Intieqapo de Carlos 25.
manes,
III,
quisición y los moriscos de Valencia,
230, 251,
309.
— Retazos
— Colaborador,
Túnez, 95.
22.
—Su
•
Provincia de Denia árabe.
Nuevo en
Puente
I,
358,
367,
Valencia, IV, 295.
El de Serranos y el fabuloso entierro
de piedras romanas en Puertas de Valencia, judíos,
V,
— Del
409.
408. altar
II,
— De
VI, 306.
él,
— De
14,
los
Boatella,
la
mayor de
la
Cate-
dral, 376.
Puerto de Denia,
I,
III,
Pmj^'
Torralha (D.
de
Porta, pintor, V, 32.
212,
375-
— Su pasa, 233. — Alca-
328;
I,
220.
III,
nicia, III, 76.
VI,
1
San Vicente Ferrer,
Puig,
35, 321, 323, 326,
93; IV, 280.
moriscos,
II,
de
hostias
del cristianismo, IV, 157.
Propiedad comunal, IV, 7 Prosapia de
Pons (D. Francisco).
II,
— Las
221.
VI, 298.
131.
eucarístico.
.\uiñón, VMI, 235.
Propercio, estudio del Sr. Quirós,
pestilenciales, IV, 233.
viaje ¿
181.
Cartuja de \'aldecristo,
la
Privación (La) de sepultura de los deu-
Vrodigio
gía, 35-
Pompeya.
de
Prioras
dores, VI, 181.
— Etimología,
Polop,U, 35, 323; III, 93; IV, 308, Etimolo319; V, 30Í-, VII, 342.
Pop.
las
VII, 38.
258.
I,
Plata (Altar de) de
III,
— Actas
monumentos, VII,
168.
Planells, escritor valencianista,
Ali
— De
Primitivos cristianos españoles y sus
.258. Piíarro.
Pí)/t'05
365.
pescado, 366. •
Antiguos, 39.
la
Pitraiis-Pedreguer?-El Potro?,
Poblet.
I,
— Del
Diputación de Castellón, 232.
297.
III,
caza.
la
366.
281.
óleo, 376.
al
carnes,
Predicadores.
363.
I,
nobleza valencia-
la
na, VII, 19.
VII,
Victoria,
Pinturas murales de Ternil,
Catedral
201, 226.
Posso, pintor, \', 106.
Pinceladas históricas.
la
——
.
358, 367, 375.
93.
nuestras
Ramón).
palmeras,
— Origen
la
histórica, IV, 52.
Puigvert (D. Pedro), VII, 35.
cuestión,
—
EL ARCHIVO
429
Qpercio, estudio de literatura clásica,
Querol (D. Vicente), IV, 39. Quesa,
III,
Quirós de
VI, 221.
94.
%ios (D. Juan).
Jos
— Pro-
— Elegía latina
á la
muerte
del gran poeta Zorrilla, VII, 141.
R. Rabat (Oratorio),
I,
de alicantinos ilustres,
'Rjiratos
290.
Rahatines, etimología, V, 24.
273.— Del
Rohi Zay y %ohi Samuel, VII, 344. EtimoRábida, monasterio, V, 211.
333-
—
i?4/b/
norca,
de Jalón, IV, 396.
%afelcofer-%afal
Cofer.
I
— Inscrip.
ro-
manas, V, 88. Ranes-Rahana,
III,
en 1869.
—Nota
Zambe-
critica,
VII, 279.
Duquesa de Gandía,
I,
215.
— De Me-
desconocido en
la historia,
V,
3
57.
— De Denia, 377. — Católicos, V, 309. — Rey Sucén, nombre supuesto I,
II,
324.
V, 337. Ribelhs (El P. Bartolomé), Ribalta, pintor,
II,
205;
VII, 333Ribera. El Españoleto, su centenario,
—
108. 'Rsggio (Paulo de), pintor,
Regionalismo,
III,
281.
V, 380.
II,
— Literario, VI,
191.
'Ribera.
— El
Beato Juan, V,
333.
Erige los curatos de moriscos, VII,
56.
%eig (D. José),
III,
48, 278.
345.
Relacionero histórico, III, 2, 42,
de España,
primitivas
Religiones
313.
IV,
154.
terio
musulmán en Denia,
lencia, 83.
%endición de Valencia, IV, 273. %epartimienio.
—Sus
y figurones de
— De
Orihuela,
la
240.
— Sus
Conquista,
355.
— Indica-
dor lexicográfico, VII, 365. %eqiiena, pintor, V, 32, 102. Restauraciones.
— De
la
Lonja, Serranos
y Colegio del Patriarca, V, 68, 250.
— De
la
Rábida, 211.
Retacos moriscos, 111,131.
Tomo
Vil
— Un
'Contestania.
— De Valencia, VI,
noticias históricas, 241.
figuras
244.
Ribera y Tarrago (p. Julián).
Las tribus árabes en
Relleu, I, 256; IV, 319; VII, 403.
•
V,
22, 42.
III,
Ribaldo Carrol,
94.
Racordagoes da Expedi^ao da
Regalos de la
"Rey
III,
III,
Ribera,
en Liria, VII, 403. V. Matrimonio.
Ráfol, II, 342; IV, 324.
zia
de cambio,
'Revistas
logía, 26.
B. Juan de
97 y 143.
el
— MonasI,
67.
reino de Va-
rey ignorado de
la
El Cid en Benicadell,
— Moros
cianos en literatura
célebres valen-
y
viajes, 137.
Influencias berberiscas en
el
reino
— Enterramientos moros en Valencia, 209. — La provincia de Denia, 251. — La nobleza de Valencia,
169.
musulmana en Chahaf, cia
Valencia.
3 49.-^ La
Los Beni
Elegía de Valen-
y su autor, 380, 388, 393.
Beni Mofaguaz de Játiva,
II,
48
— Los 49.
——
—
430
EL ARCHIVO
Topografía de Alcira árabe,
54.
De
Ridaura (D. Gregorio),
luengas vías, luengas mentiras;
Hiola- Arrióla,
reflexiones críticas de la historia de
198.— ¿El
\'alencia, 121, 147,
145.
— Los
Mons
nes y notas, 249. El castillo de
252.
de).
— Estudios sueltos.
Robo de
la reina
VU,
ñanza árabe,
^
'R,oig
—
95.
11,
272,
273, 391.
— De
la
Judería
235; V, 37. de Berlanga (Excmo. Sr. don III,
— Estudios epigráficos, — Una inscripción cristiana
III,
de
17, 308;
III,
— Ha publicado
(Jaime).
%onda
•
'R^os
tomo
Rateros.
Róíova,
•qucologia alicantina, 159.
el
VI,
— Fábricas
(Sitio de), IV, 277.
y [lebrera (Carlos), V, 169.
VI: Nuevos descubrimientos de ai-
en
— Datos biográficos,
573-
—
— Puerta y torres. MI. I,
;^u
289; in, 94.
Rubio (Fr. Joaquín), Vil, 5)ü.
de cerámica y de vidrio. Existieron en Alicante durante la época romana?
Judería,
la
Málaga, V, 213.
Garda (D. Manuel). El Ms. de Bendiclio, 11, 47. Su ensayo de
IV, 41.
Morería de Alcira,
Manuel). 265.
RicJa, \', 157, jOj-
escritores alicantinos,
la
Rodrigue:^
320.
Rico
(D. P.)— La necrópolis ma-
Arqueológico,
-"se-
'
Señora
21; VII, 40.
III,
de Valencia,
I,
discurso sob'^"
182;
— De
390.
— Ceremonias fúnebres de los moros españoles, 107. — Correspondiente, 321. — Catedrático,
— Su
278. 80.
gontana, IV, 42.
Cais, IV, 86.
20.
I,
Ritídavcls
— Correccio-
mora, 258. Los Beni-Guachib de la tribu de
II,
III,
III,
Ripoll (Restauración de Nuestra
Blau?
de Jérica, 201.
Jarifes
parturiens,
279;
II,
Rugat-Rogal, Ruiafa,
III,
2^6:
I,
9
vio:
II.
III.
01.
I
\'II, 69.
S. Saavedra (Excmo. Sr.»D. Eduardo). Inscripciones arábigas de Elche, 121.
— Su
tis,
I\'.
libro sobre la invasión d
sV/i¿v
los árabes en España, VII, 276. Saelabis.
— Sus
— Monerm/ 250 — T >
das ibéricas, 69; VII,
de Sactabis, 342. V. Sagrá-Zacram?, Sagutilo.
Su
— Los
hist.
30;
II,
nes,
I,
248;
de 11,
Játi
253, 259Í
285;
III,
I,
283.
I,
44, 16).
ii,
I,
— Su
río
III,
71.
Sales (Agustín).
II,
— Sus
355,
equivocaciones,
-V, 26; VI, 7,9. sVi/óM de Cortes de Valencia, V, 98. Salhui-Selleui-Sitlont, III, 95.
Sitnarr
Ác disto
— Su
J moción
\'
21
— Oríge-
— — Contrib
se
(Mr.),
542.
Vil,
152.
v vicisitudes,
28>.
285.— Insi9o;*V, 89. Tem-
33, 41, 49;
Diana,
11,
VII,
turdetanos,
V monumentos,
cripciones,
plo
I,
— Origen
^aladar de Denia,
IV, 35,
telas,
VII, 375.
389.
,
llamó Bc-
SaniiUuL-
Prcocupacior.
XVII, IV, 253. San Simeón (Sor Mariana), V(/»;/ja^o
146.
¡glo
líl,
2S
(El apóstol) en Valencia,
•
II
——
EL ARCHIVO Sanios (Los nombres
délos).— Su
sificación etimológica,
P^Diago,
— La
ins-
defensa
del
Pascual).
de Voconia,
Saní (Mr.).
dominicos
libro, los
y Colón, Vil, 280. Saona, patria de Colón?, VI, 212. Sarcófago cristiano de Ecija, IV,
—Del
siglo
ó
II
etimologías
243.
suyas,
VII,
319;
III, I,
el
61.
— Sus
investigaciones
canónigo Tárrega, 310. E.)
— El
cionero histórico español,
III,
Los
J.
(D.
— Su
Francisco).
rela2.
VI, 64.
bibliófilos sevillanos,
historia
del descubrimiento de América, ^'11,
280.
Servera (D. Juan B.),
119, 158.
Sesostris
Seda, cosecha en Alcira, VII, 311.
Sedavi-Tiemcidavl , Segaoria,
II,
95; IV,
248,
I,
95; V, 148, 154, 160;
Comisión
literaria,
Los
256;
VII,
III,
298.—
V, 64. la
II,
Segura (Fr. Jacinto),
— De
Sepulcros.
24.— De
Ceid, V, 159.
III,
Severina en Denia, 249; IV,
VIL 15.— De
Cádiz,
II,
160,
19.— De
— Romanos, III. — Del Museo, III,
314, 324, 401, 409;
la galle
261.
VI, 113.
— De
II,
129.— De
del Puerto en Valencia,
— De los
I,
167;
Aristóteles, VI, 180. Ilía, II,
sobre
V,
SS. Juanes en idem,
— De Roger de Lauria, 260.
los Carroces,
I,
la
289,
—
jBula
de Honorio
I\'
— Historia,
III,
misma, 246.
189, 193.
— Dom. española, V, 411.
catalán de su hist., VII, 346.
85, 94.
— De
gobernadores de Ibiza, VI, 238.
Lepan-
VI, 259.
Sigilografía de los cia, II,
279.
2, 9, 17, 243,
— De
demia de Buenas Letras, GG.
to,
Sempere (D. Andrés),
V. El
Sicanos del Júcar, VII, 389.
Sicilia nella Bataglia di
III, 279*.
Sella, II, 342, 376.
Sello árale, II,
15.
— Descubrimientos, VII, 43. VI, 64. — Real Aca-
— Ms. — La
conquista de Mallorca, 46.
2, 9, 17.
I,
bibliófilos,
Sicilia, II,
— Fundación de Ma261. — Su estudio sobre
Seguí (D. Juan).
hón,
244.
tablero. Sevilla.
Segésiica-Vakncia?, VII, 299, 382. Segorhe-Segóhriga?,,
I,
—Mosaico, IV, i6i; VII, III,
365;
323,
280.
III,
(Su momia),
Severina (El sepulcro de),
82.
III,
311.
los
sobre
escultura valenciana, dis-
III,
22.
Sección de documentos.
I,
— Biogra—Nota necrológica, VI,
Serveíla, IV, 319.
265.
III,
(D. Marcelino),
43.
— La
Serrato
IV,
de),
342. Sauceja,
.
VII, 152.
Serrano y Morales (D.
VII, 572.
Sarria (Bernardo
Saiirí
fía,
219.
Vil, 344.
III,
— Tres
de), VI, 181.
Sermón del Encubierto, IV, 127.
curso,
Sariñena, pintor, V, 32, 100, 102.
Sarmiento.
de Valen-
iglesia
V, 21.
cia?,
Serrano Cañete (I). Joaquín).
217.
II,
— Su
— Santo Sepulcro,
Sepultura de los deudores (Privación
326, 333, 339Saní- y Forés (D. cripción
cla-
283, 291,
I,
431
Obispos
Valen-
-de
47.
Simat-Cimat-Ximat,
III,
VII, 354. Simón de Roxas,
313.
III,
292;
I\'^,
185;
Simonet (D. Francisco Javier).
— Mála-
— El
Campo
ga Sarracénica, V, 69.
de los Mártires en Granada, 133. La mujer arábigo-hispana, 265. La
—
torre del Aceituno, VI, rre
de
la
Concilio
12.
— La to-
Vela en Granada,
167.-^
toledano,
— Libro
III
suyo notable, 225.
GG.
—
—
EL ARCHIVO
432 Sirga en
Júcar, VII, 308.
el
Sucén, rey supuesto, VII, 403.
Olmo (D. José), III, 281. Téreí (D. Eduardo).— Valldigna
Soler del Soler
y sus
iglesias,
Sueca,
IV, 181, 260.
Suáreí Chiglione (D.
II,
286;
47, 97, 108, 205, 211, 269,
III,
87,
1
34; IV, 21, 230, 303.
Sumacárcel'Summa Cárter,
A.)— Fecha
exac-
256;
I,
III,
95; IV, 311.
Centenario del descubrimiento de América, VI, 250, 295, ta del
Suúer, pintor, V, 340.
,
T. Tablero
del sepulcro de
Severina,
1,
243, 249; IV, 167. Tapia, pintor,
V, 32.
Terremoto
Tárbena, IV, 280, 311, 319. Tarín Juaneda(p. Rafael). Origen de
—
nuestras palmeras, objeciones de un naturalista,
del Beato
60.— Los
IV,
retratos
Juan de Ribera,
— S.obre Jaime
\',
Teulada,
III,
Toledo', 7'í)ra/
Tarteso en la Contestania, VII, 261, la
región de De-
— Los turdetanos
en
la
de
II,
Tegeda {?>or), V, 332.
— Fabuloso entierro — Careruditas, 342. — Notas estudio sobre 51, 127. — Su
Teixidor (P. José).
de piedras romanas, IV, 306.
históricas,
M." Febrer, VII, 333. Telrno (San). Columnas de su
—
en Denia,
I,
I,
153.
Teodomiro, IV, 102. Teresa (Santa).— Reliquia,
I,
294, 302, 310.
cuevas habitadas, VI, 399.
(Marqueses de),
527
95.
Tormo, V, 160, 164.
— Nombre
topográfico.
— Su
eti-
mología, VII, 355. Torre inclinada de Zaragoza, V, 240.
Torre (La) Vieja de Utiel, VII, 78. Su barranco, si se llamó Pa-
Torrente.
—
lancia, VII, 376.
Torres, IV, 319.
—
Ibérica?, VII, 291.
Torres (P. Hermenegildo).
V, 67.
Torres (Los) de Benisa, Tortosa, II,
25.— Su
— Las
odas
Tourtoulon,
III,
Tous-Thous,
I,
317.
71.
256.
roí'flr
20.
I,
catedral, \', 258.
Tramoyeres (D. Luis).
363;
III,
III,
Teresa Gil de Vidaure, VI, 22. II,
59, 167.
9$.
— Sus adelantos, VI, 44. — De Gandía, 133.
Ternils,
I,
III,
de Horacio, V, 255.
39.
Templos de Diana en las costas de Valencia,
V.n
211.
240, 376;
Torres-Jorres. iglesia
—
Tormos de Laguar, VII, 342. Toro.
167.
loi.
Mongó, V,
Torballos-Turballos,
Sagunto, 285, 375. Tecmila,
II,
— De Denia,
Los calpianos en
II,
Tííorü griego del
Titulo de ciudad.
310.
V,
Tesera romana,
165.
Tárrega (D. Francisco Agustín),
VIL
1396,
1598, 1,77.
Tipografía.
\',
de
7ibi-Tivi,y, 164.
— Blasón, 211.
nla, 249.
256.
I,
333.
Roig, VI, 572.
Tarragona, privilegio de Qeid,
tas
Ter rabona.
Terracina, IV, 338.
(Juan Partenio), poeta,
\',
321.
— Pinturas
mu-
—— —
——
—
EL ARCHIVO rales del salón cia,
de Cortes de V^alen-
V, 30, 97.
gremiales,
III,
— Sus
Trolas de Febrer, VII, 330. Troya, IV, 288.
instituciones
309; IV, 40.
Trapiches de azúcar,
I,
Tuéjar-Tuexar, V, 160,162, 164.
Túnel.
53, 59.
Tratado de Orihuela, IV, loi.
Tregua •
con
Zeyan,
IV,
— Capilla
en
de Jaime
ella
I,
IV, 282, 297.
292.
— Con
Túrhulo, VII, 293.
Alazrach, 280.
Tiirdeianos en Sagunto, VII, 285.
Tribus árabes dé Valencia, Tríptico
433
Turia.
83.
I,
de los Reyes Católicos,
III,
— Su etimología,
IV,
142; VI,
303.
Turres ilipulitanae, VII, 183.
123.
U. Usatges de Barcelona, III, 119. Utiel-Otiel,
268.
II,
85, 116, 188, 306;
— Inscrip.
III,
rom., V, 89.
Utrera,
II,
Uva
sin
grano, VII, 284.
Uxó,
I,
165.
248, 256, 258, 262; V, 160.
V. Valdecristo.
— Cartuja,
III,
25, 58, 302;
VII, 38.
car, 44.
— Fundación, VI, 301; VII, — Orígenes del — Obis— Predic. de San pos primitivos, Vicente Mr., 179. — Sepulcro del
Valencia.
281.
crist., 7.
12.
Musco,
I,
314, 324, 401,
409;
II,
— Tribus, 83, — Nobleza, 349,355. — Celebridades, 137. Árabes.
129.
I,
Berberiscos, 169. —Cementerios, 208.
— Inscripción, 143.— Elegía,
219,
— El
380, 388,
pografía, III, 217. lencia,
Cid,
III,
96.
97,
393.— To-
Conquistade Va-
IV, 221, 273; VI, 244.
partimiento,
— Re-
Mozárabes, V,
— Cali, 184, 235. — Sepulcros, 261. — Puerta, 408. Val. — Puertas, 14. — La BoateUa, V, 409. — Murallas, 411. — Mercado, IV, 269, 294. — Puentes, 270, 295. — Cloaca, VI, 271, 295. — Con6.
trib.. I,
Judíos.
cris-
tiana.
ToMO
II,
VII
248, 256. — Cosecha de azú— Colegio del Patriarca, V,
224.— Antigüedades
del solar de
San
— Puerta y torres de Roteros, VII, 339. — Sepulcro de los Santos Juanes, VI, 135. — El Miguelete y sus campanas, 176. — PuerFrancisco, 306.
tas laterales
de
Catedral,
la
139.
Antigua y nueva Diputación, VII, 168. Varios sucesos. Las hostias
—
— — San Vicente Fesu prosapia. 212, 220. — Entrada del Papa Luna, VI, 135. — Fal-^ de Aniñón, 235. rrer,
I,
so entierro de lápidas romanas, 306.
— Peste
del siglo XVI y devoción á San José, 105. Fastos valentinos en todos los cuadernos del tomo II,
—
VII, II,
340.
— Hallazgo
numismático,
315.— Valencia, por D. T. LlóLa V. Inscrip-
rente, 118, 140, 285; IV, 40. V.
esclavitud en Valencia.
.
48*
—
.
EL ARCHIVO
434 clones.
— Etimología
Escolano, Valenciano.
— Estudios,
III,
I,
del castellano
57, 6$, 73, 81,
374.— Obras
90.
II,
— Dice.
46, 296; V,
Vich,
Museo
V,
é historia,
356, 407.
Víctor Túnense Ms., V, 64.
— Enseñanza
estudio,
de
fantástica
150.
II,
á los valencianos,
89.
para su
Val. Cast.,
307.— Voca-
130,
bulario de los peces,
152,
II,
193.
— Pragmát. sobre nobleza, VII, 191. — Calendarios del siglo XIV, 27, 67, 207. — Descendientes valenla
cianos de Colón, VI, 45. V. Cres-
Victoria
(D. Vicente).
— Su
patria
Vidaure (D.-» Teresa de), VI, 22. Vidrio.
— Descubr.
en Alicante,
(D.
Vilanova
— Su
Juan).
Memoria
geognóstico-agricola y protohistoria de Valencia, VII, 281. Su visita á
—
Denla,
23.
III,
Vilanova (D. Francisco),
— Los
bres de pueblos.
— Los
Gonzalo).— Geografía
lenciana retrospectiva,
— El
va-
baile
de
Valor de los maravedís antiguos, \\
31$.
— Un
logo de
Patriar-
Notario-Pintor, VI,
277.
— Catá-
obras de Juan de Juanes,
las
VII, 45.
231. Valldigna,
HI, 289; IV, 49,
359;
1!,
181, 260; Vil, 342,
Vasallaje del Sr.
35.1.
Moro de
Jovada y otros Vaticano,
1 1
1 ,
Alcalá de
la
siete castillos. I, 204.
I,
158.
— Ve-
I,
289.
342; IV, 280, 398.
II,
Via Heráclea ó Augusta por
la
187, 193.
— A Túnez, 318,
Viriato
y
Viana, Príncipe D. Carlos, Vil, 324.
8.— El
sitio
de
Roqueta, IV, 202, 293; V, 12.
Vicente Ferrer (San).
— Su
Luís Beltrán,
XVI en
Edetania,
la
— Su
prosapia.
Oliva,
I,
174, 10/v
11, 46.
— El — Aclaraciones,
castillo I,
91.
almirante Mercer, 225, 233, Retratos de alicantinos 272.
I,
III,
lil,
Vives Ciscar (D. José),
Rebollet.
Vicente Mr. (San), Vil,
(j
Villarreal, Vil, 343.
Vísperas Sicilianas, I,
i
,
Villar roya {Vi. José), Vil, 364.
Plana,
VII, 295. Viaje literario á Barcelona,
\' ,
Villamalur, V, 160.
270.
Vestidura de loa poetas, V, 329.
212, 220.
366;V, 410.
554, 565, Villalonga,
riV/flMfíVw del siglo
191.
II,
Verdaguer (D. Jacinto), V, 520. 307;
V, 160.
Vi I tamalea- Villamalefa
Venus (Hallazgo de una).
I,
289,
I,
Vilbjoyosa, III, 261; IV, 18, 278, 319,
\.\^.
71
nus y Marte,
Vilella,
Villafoleva,
Fflroww apostólicos, IV, 10,
la
V,
182.
251.
Los frescos del Colegio del ca,
apelli-
III,
apellidos Icmosines,
Cristóbal Lloróns,
Torrente, VII, 213.
VII,
•
69.
dos geográficos valencianos,
Valero (D.
De-
nla, Vil, 325.
tomatía. Castellanización de los nom-
Vergel,
—
.
— Su
de
— El
241.—
ilustres,
III,
estudio sobre Crisóstomo
Martínez, IV,
286.
— Descendientes
parentesco con San
valencianos de Cristóbal Colón, VI,
— Su predica— En Valen-
— Noticias de Pep de l'horta, — Nota necrológica, 107. Vives (Juan Luis). — Estudio bio-bi-
III,
69.
ción en Mallorca, 188.
cia, V, 45, 239; Vil, 179.— En Introduce el AveOrihuela, V, 52.
—
45.
152.
bliogrático, VI, 398.
Marla en los sermones, VI, 21.
Vives (Vr. Pedro), III, 47, 281.
Datos biogr., 344.
Vísperas Sicilianas, II, 289.
EL ARCHIVO
II,
Voconia Pax ó Paz Voconia?,
de los peces,
Vocabulario valenciano
435
215;
152, 193.
III,
II,
274,
22.
X. Xacos, IV, 319.
Xirilkttt,
Xara, ermita de Simat, Uí, 292; VII, 354. Xarico.
comprado por Alcoy,
VII,
340.
.
XitJa, IV, 319.
— Su etimología, V,
303.
Y. Yáñei (Fernando) de
la
Almedina, V, 390.
Z. Zacram,
1,
Zaydia, su fundación, VI, 33.
253. V. Sagra.
Zahan. V. Zeyan. Zale, reino cedido por Ceid
Aaron á
la
Orden de Santiago, VI, 407. Zaneia,
111,
Zaragoxfi.
98. V. Ad\anela.
— Sus
catacumbas, IV, 202.
— Torre inclinada, V, Zarieh,
111,
240,
156, 168, 169, 239.
Zariñena, pintor, V, 338.
Zeyan (Giomail Abu) y Vixó y Eslida, I, 262.
los
moros de
— Casas suyas, 112. — Visita á Bairen, 290. — Pierde
Valencia, IV, 221; V, 146. Zorrilla.
— Elegía
latina
á su
Vil, 141.
Zuhia,
lll,
267. V. Adiubia.
Zücaro, pintor, V, 352.
muerte.
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