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Author:  Alba Lara Santos

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[21] w w w . f i c v a l d i v i a . c l ORGANIZA PRODUCE INVITA PATROCINA ALIADOS PRINCIPALES FINANCIA MEDIA PARTNERS AUSPICIADORES OFICIA

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ROSA-CRUZ DE ORO BOCHICA t f . i f . y . i f . i f . V W W V V * 1} - * * * FRATERNIDAD ROSA-CRUZ ANTIGUA REVISTA DE LA CIENCIA ROSA - CRUZ ORGANO

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T H E O F F I C I A L W E B S I T E O F M E R L I N V I L L A G O M E Z
THE OFFICIAL WEBSITE OF MERLIN VILLAGOMEZ DATOS PERSONALES NOMBRES: MERLIN VILLAGOMEZ FUENTES ESTEVEN LUGAR DE NACIMIENTO: GUAYAQUIL, ECUADOR NA

Story Transcript

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¡T

la

0-L=i3— 22

Julio

Agosto.

.

.

.

Septiembre.

.

Octubre.

.

.

Noviembre. Diciembre.

.

.

A — B= C — L= C — L=

— 30 — 21 — 22 E — C= — 28 G — L= 7 — 22 i

3 3

5

antigüedad hacen memoria de los días egipcíacos,

puede ver en Du-Cange en

la

Ad Caíalas,

la

cabala los días á

el lugar citado. San Agustín, en la epístoque en su tiempo había muchos que buscaban en propósito, para hacer sus cosas, de modo que no tropeza-

cap. IV, dice

sen con los días egipcíacos: plena snnt conventícula nostra Imninilms, qni témpora

rerum agendaruní a viathematicis accipiunt... rio

Augusto,

libr. II.

De Imag.

'diebus quos acgyptios vocant .

viundi, cap. 108, asegura

que

Hono-

los egipcios in-

ventaron estos días, y añade: el qtiia Aegyptus dicilur tenebrae, ipsi tetubrosi inde nominantur, eo quod incautos ad leuebras mortis pcrducere affirmantur. Los

cánones prohibieron esta vana observancia, causa 26, q. 7,

c.

Non

16.

das Januarii, que en

como

se vé

en

las Decretales

observeiis dies qni dicuntur aegyptiaci,

un canon



aut Calen-

penitencial se prohibe también se observen,

ya sea ad minucndum sanguinem ó para cualquier otra cosa. Los ingleses, en los el

les

tiempos de Ricardo

que fuese

éste

I,

consta que aún tenían esta superstición, pues se notó

ungido rey

el 3

de Septiembre, día egipcíaco. En los Misa-

de principios del siglo XVI, pertenecientes á

Westminstcr,

guido

allí

se

las iglesias de Salisbury y consignan aún dichos días, señal que aún no se había extin-

esta superstición.

EL ARCHIVO

29

JANUARIUS habet dies. xxxi. luna, xxx

Nox I

habet horas, xvi. dies.

viii

EL ARCHIVO

30

FEBROARIUS' habet dies. xxviii. luna. xxix.

Nox I

habet horas,

xiiii.

dics.

x.

EL ARCHIVO

I

31

EL ARCHIVO

32

En

los otros

cuadernos continuaremos publicando estos calendarios hasta

su terminación, y ellos

muchas

al

haremos su estudio, pues teniendo que hacer á no sería posible entender lo que escribiéramos antes

final

referencias,

de su publicación. R. Chabás.

ianuuentuíi

iiiébitosí íie gllejattíiro VI.

Sr. Director de Soluciones Católicas.

|uY

estimado señor mío y compañero:

hallazgo que dias atrás vino A mis-

Me

ruega V.

manos en

Excmo. Cabildo Metropolitano, y voy

el

le detalle el

archivo de este

á complacer á

V.

lo

más

concisamente que pueda.

Ya vio V. que se relacionaban estos papeles con el Pontificado del primer Arzobispo de Valencia, después Alejandro VI, que nacido en Játiva, no supo dejar de ser valenciano hasta su muerte. En nuestro idioma provincial están escritos los diferentes documentos que he registrado, á excepción de una pequeña nota en italiano. Disiínguense dos clases de letra, una más redonda y otra más angulada, pero muy semejantes; esta última es la que parece de persona que estaba más cerca del Papa: ya veremos qué importancia tiene ésto.

Los primeros documentos, cronológicamente hablando, y aun por

ambos

los

únicos firmados por

el

Duque de Gandía, pues aunque

ser

Papa, son dos cartas suyas dirigidas

no

al

que fuese D. Juan de Borja, que lo era á la sazón, ni le llama más que Duque, los otros documentos lo ponen en claro. Lleva en el encabezamiento la firma del Pontífice: Alexanderpapa. VI. nuinu propria: y

su data en San Pedro de

allí

dice

al final el sello

Roma

del pescador en lacre sobre papel:

día último de Julio de

1493. Contiene de avisos y encargos dignos de un Papa tan político como aquél, los cuales prueban la ternura de su cariño para con el joven Duque. La letra

una

el

serie

es de la

más redonda y no

Sigue otra carta con

segunda

letra

el

lleva refrendo alguno.

mismo encabezamiento autógrafo, escrita con la el mismo día de la salida del Duque para Espa-

más angulosa,

no señala la fecha: sólo dice que está d.ida en Roma en San Pedro, un domingo á 4a hora dccimaoctava, que, como V. sabe muy bien, por haber residido allí, viene á ser las doce de la mañana. Domingo efectivamenña, pero

EL ARCHIVO te era el día el

Duque

á

33

4 de Agosto de 1493 en que asegura Gregorovius (i) que dejó

Roma

para embarcarse en las galeras españolas en Civitavecchia.

como

la anterior, el sello del pescador y la firma /o. Datarius, D. Juan López. El viaje del Duque de Gandía, que se creyó sería de pocos meses, duró hasta el 10 de Agosto de 1496, en que volvió á Roma

Esta carta tiene,

que

lo era

é hizo en ella su entrada con gran

pompa.

hay un pliego con- las instrucciones y memorias que hacía consignar Alejandro VI para que las cumpliera el Duque á su llegada á Junto con

las cartas

España. Están escritas de

han sido llenados por

la

primer

letra,

dejando espacios: algunos de

segunda

letra,

que

la

margen. La§ últimas advertencias están

ellos

que pasar al segunda mano. La

á veces ha tenido

escritas de esta

minuciosidad llega hasta mandar qué sombrero se pondría

el

Duque en

su

entrada.

El que escribe

la

otra letra debía ser persona de la casa del

pues en otro cuaderno de

confianza del Papa,

Duque y de

la

tres pliegos escribe los diver-

y á continuación de cada uno está la solución y órdenes de Su Santidad, algunas de las cuales quedan á disposición suya, es decir, de nosaltres qui som en seruey e companyía del Senyor Duch.

sos puntos dificultosos

No

tiene fecha,

que

se aprecian,

pero debe ser anterior á

la salida

de

Roma; tampoco

lleva

estancia en Barcelona, en Valen-

firma. Las prevenciones abarcan su llegada

y y en Gandía. Se supone que aquí serán presentades e donades maltes coses al Sr. Duch axi com cavalls e mules e jahesos, y se manda que lo Sr. Duch aquelles cia

faga guardar en hon rtcapte a ago que

les

sen

puga portar agi hon

sen pot servyr e

fersen honor.

Nada

se dice

en estos papeles de

cómo

entró

el

Duque en

Barcelona y

vino á Valencia y Gandía, hasta que en Septiembre del año siguiente 1494 lo encontramos en Llombay, desde donde escribe cartas al Rey y Reina de Ñapóles,

al

príncipe de Squilachi,

al

Cardenal de Monreal su primo (cosín

germá), y al Cardenal de Valencia. Una carta que escribe á su hermana Lucrecia en aquel tiempo, tiene la nota marginal de que no ha sido remitida.

En todas empeños

envían á llamar desde Roma, y les pone por para conseguirlo. Para ello se determina á enviar también su carta

se queja de

que no

le

al

Papa, fechada en Gandía á 17 de Septiembre de dicho año, por conducto,

lo

mismo que

las otras,

de

Mosén Jerónimo

minuciosas instrucciones, de diferente gociar

e

letra

Llopis,

que

para el cual son unas

las cartas, á fin, dice, de ne-

parlar ab la Santitat de nostre Senyor y ton los Reyes de Ñapóles.

Parece que S. S. se quejaba de los gastos que hacia

el

Duque por

cargos en una carta que

el

6 de Septiembre

y se sincera éste de escribió desde Llombay. La partes,

(i)

Lucrecia Borgia.

— Firenze.

los

letra

vuelve á ser

1874, página 62.

la

estas

segunda, y llegamos á supo-

EL ARCHIVO

34

Fira que suena mucho en estos papeles. En justificaacompañan en esta colección cuentas de lo invertido diariamente, y relaciones de los que comían á la mesa de los Duques y á

ner que sea de un

tal

ción de los gastos se

sueldo de los mismos. á 135 los

Otro

Aquello es palacio de Principes ó Reyes, pues llegan

que tienen ración en casa y además muchos fuera en dinero. de estos papeles, es una relación minuciosa de

detalle curiosísimo

la

ropas y joyas que se trajeron de Roma. Lista curiosísima, pues dice Gregorovius en su Lucrecia, que los orfebres de aquella ciudad alhajas,

plata,

habían estado ocupados muchos meses en

la

fabricación de aquellos objetos

preciosos de arte.

Finalmente, cierra esta colección

Banco Spanochi, que suministró

la

nota justificada de

las ciitntas

con

el

ciertos capitales.

Sin querer extenderme, ya vé V., amigo mío, que esta carta se ha hecho

Los documentos de referencia merecen un estudio detenido y

larga.

blicación en su

De

mayor

la

pu-

parte.

V., afectísimo amigo Q. S.

M.

B.,

R. Cuabas.

|ln

iionuucutu original DEL SIGLO

XII

[oTABLK por más de un concepto es un pergamino que entre otras cosas

muy

curiosas conserva

el

ilustrado bibliógrafo valenciano

José Fnrique Serrano, y siendo singular por su antigüedad,



don

— no co-

nocemos en Valencia otro de fecha tan remota, es importante también por su redacción y hasta por la luz que da á la historia del insigne monasterio de Poblet, en cuya iglesia fueron sepultados muchos de los soberanos de Aragón. Según Finestres (i), el territorio donde se edificó el convento fué conquistado á los moros en 1148, lo más tarde, y unr par de años después se hacía la fundación. En contra de la opinión de Finestres, que quiere sea apellido de un ermitaño que allí vivía, creemos que el nombre de Poblet expresa el

que desde antiguo

como

dice Plinio,

lib.

se le

árbol dedicado á Hercules.

(i)

Historia de Poblet,

daba por haber estado plantado de álamos, pues

XVI,

De

cap.

XVIII, populas arbor montes amat: es

el

pnhulrium, bosque ó lugar plantado de álamos,

lib. I, t. II, p.

16.

EL ARCHIVO nombre

35

como de

anterior á los árabes, resultó Pohlet,

populus, poblé.

La

tra-

no nos pone

dición de esta etimología nos la da este nuestro documento, que



diminutivo de pueblo, atribuyéndole etimología catalana lo que sería absurdo en un lugar recientemente conquistado sino el primitivo de Popule-

el



tum.

esta palabra proceden Polop, lugar en

De

el

partido de Callosa, y Polop,

partida del término de Alcoy.

Menos que en á la te

el

variación hay aún en el de Apiaria, plural de apiarium

bajo latín se convirtió en Apiaria, femenino singular. Corresponde

moderna

Fiera, en la provincia

también es topográfico, pues

del collado sobre

El

mo

de Barcelona. El apellido del confirman-

el Podiiis viridis

las

ó Puig

vert,

expresa el color

que su familia tuvo origen.

documento en cuestión, traducido con

que son

— colmenar—

expresiones jurídicas, dice

dificultad por lo intraducibies

así:

«Conocida cosa sea á todos como yo Geraldo de Jorba recibo en préstay manlievo en este acto de tí Esteban, Abad de Poblet y de la comuni-

dad de dicho monasterio, mil cien sueldos de moneda barcelonesa, por cuya cantidad doy en prenda al monasterio de Poblet á Piera con sus términos, y

con todas

las casas señoriales,

y con todos

aprovechamientos y rentas, y

los

con todo el derecho señorial y con todas sus pertenencias. Y esto lo doy en prenda á dicho monasterio con el consentimiento, voluntad y consejo de

Pedro de Puigvert y de Geralda su mujer; con esta condición: que reciba en pago del débito sobredicho todos los frutos y aprovechamientos, en la cantidad que valieren, entre las festividades de San Miguel y de Todos Santos, y que tenga esta prenda durante el tiempo necesario, para que con los frutos y aprovechamientos, convertidos en capital, pueda por completo recuperar los antedichos rnil y cien sueldos de moneda barcelonesa. Y yo Pedro de Puigvert y mi mujer Geralda, loamos, concedemos y confirmamos á dicho monasterio

Sit

la

notum

sobredicha prenda en

cunctis

la

forma arriba expresada, y convenimos

quod ego Geraldus de jorba mutuo suscipio

inpresenti a te Stephano

et

manuleuo nunc

populetensi abbate et a conuentu ipsius monasterii.

niille

centum. solidos, denariorum barchinoiiensis monete. pro quibus impignoro monasterio populeti apiariam et

cum ómnibus

pertinentis suis. tate. et

cum

quod omnes

cum ómnibus

prouentibus

cum ómnibus

dominicaturis

teto senioratico. et

cum ómnibus

terminis suis. et

et redditibus et

cum

Hoc autem impignoro eidem

monasterio,

cum consensu

consilio petri de podio uiridi. et Geralde. uxoris eius.

tali

et

uolun-

conditione.

fructus et expíelos suscipiat in sortem debiti supradicti. sicut ualuerint

Ínter festum sancti michaelis et

pignus doñee de fructibus

et

festum

omnium

expletis in

sanctorum. Et tandiu teneat hoc

sortem computatis. ad plenum recuperet

predictos mille centum. solidos, barchinonensis monete. Et ego pqtrus de podio uiridi et

uxor mea Geralda laudamus. concedimus.

et

confirmamus predicto mona-

EL ARCHIVO

36

y sin engaño, que nada recibiremos de la 'sobredicha prenda y ninguna violencia ó molestia haremos ni permitiremos que se haga al monasterio ni á los monjes respecto á dicha prenda, antes bien, haremos que de buena

fe

el monasterio sea habida y tenida y explotada en paz, hasta que recupere por completo dicha cantidad de dinero de los aprovechamientos y frutos,

por

computados y recibidos como para todo lo necesario.

y Comunidad por que dicha prenda

Y para

fiador á

capital. El

monasterio enviará

mayor seguridad sobre

esto,

allí

damos

un

baile

suyo

á dicho

Abad

D. Berenguer, Arzobispo de Tarragona,

sea habida

y tenida y explotada por

el

el cual

haga

monasterio segura

y quietamente, hasta que, conforme se ha dicho, recupere.de allí por completo los mil y cien sueldos, deducidos gastos, si hiciere algunos el monasterio, y computados los frutos y aprovechamientos, como capital. Y yo Berenguer, por la dignación de Dios, Arzobispo de Tarragona, hago esta fianza como arriba se indica y como mejor se pueda decir y entender, en beneficio del monasterio y á buen parecer del Abad, sin engaño alguno. Se hizo ésto á 9 de Diciembre del año de la Encarnación del Señor 1189. Sigfno de Geraldo de Jorba. Sigfno de Pedro de Puigvert. Sigfno de doña Geralda su mujer,

que esto empeñamos y confirmamos y rogamos que fuese firmado por testigos. Sigfno de Berenguer Pcrc/. Sigfno de Guillem Pérez, hijos de Pedro de Puigvert.

Yo Raimundo

de Barberáf

.

Sigfno de Gombaldo, canónigo de

la iglesia

de Tarragona. sterio

conuenimus per bonam fidem nullam ujm ucl sincmus monasterio ucl monachis in supradicto

supradictum pignussicufdíctum

omni

sinc

dolo,

quod

cst supcrius. el

nichil accipicnius in supradicto pignore, et

molestiam infcrcmus ncquc

infcrri

pignore, sed. facicmus illud a monasterio haberi ct tencri atquc cxpletari in pace,

doncc integre recupcrct supradictam pccuniam de explctis computatis atquc susccptis. Monastcrium ucro

niittat ibi

ct

fructibus in sortcm

bajulum suum

in

ómni-

Ad maiorcm ucro sccuritatcm donamus indc abbati ct conuentui firmantiam dominum bcrcngarium tcrrachoncnscni archicpiscopum. qui prcdictum pignus faciat bus.

secura et quiete a monasterio haberi atque tcneri ct cxpletari. doñee sicut dictum cst ad

plcnum indc

expensas

ibi fccerit

recupcrct.

millc

monastcrium.

ccntum. solidos, dcductis cxpcnsis. siquas

ct fructibus

atquc explctis

in

sortcm computatis.

Et ego berengarius dci dignatione tcrrachonensis archicpiscopus. fació hanc firmandici ct intclligi potcst ad comodum bonum intcllcctum abbatis. sinc omni cngan. Actum cst hoc v. idus dccembris. Anno M." c.° Lxxx." ix.*» dominice incarnationis. Sigfnum Geraldi de jorba. Sigf num pctri de podio uiridi. Sigf num domnc Gcraldc uxoris cius. qui hoc

tiam sicut dictum cst supcrius ct sicut mclius monastcrii ad

¡mpignoramus

ct

firmamus

Sigf num Guillclmi

ct a tcstibus firmari

pctri filiorum pctri

de podio

rogamus. Sigfnum bercngari

ngo Rajmundus de barberanof .; Signuní Gombaldi tcrrachonensis canonjci

f

pctri.

uiridi.

ccclcsie

BL ARCHIVO -|-

37

Berenguer, Arzobispo de Tarragona.

Yo Pedro lineado de

la

de Tarragona, notario de Tarragona, escribí ésto con

décima tercera

línea,

baile para todo lo necesario: el día

La fecha de

este

donde

dice: el

y año

el inter-

monasterio enviará

allí

su

indicados.»

f

documento, como aparece en

mismo,

el

9 de

es el

Diciembre de 1189. Geraldo de Jorba recibe del Abad y comunidad de Poblet mil cien sueldos barceloneses, dando en prenda á Fiera con todas sus rentas.

Pedro de Puigvert y su mujer Geralda, confirman este trato ¿por qué? No aparece de este documento, pero ya por esta misma confirmación, debíamos suponer que tendrían algún derecho sobre Piera. Finestres en su Historia de

ha publicado un documento que nos pone en claro

Poblet, (t. II, p. 409),

esta

duda, pero envuelve en otra. Por

en

183, confirma

1

al

él

aparece que D. Alfonso de Aragón,

célebre monasterio todas las posesiones

pudiera en adelante conseguir,

las

que

detalla:

que tenía y que Honorem de

entre otras está

Apiera, qui debet ad vos revertí post obilum Petri de 'Podioviridi; luego viviendo,

según aparece, Pedro de Puigvert, era de

él

Piera y estaba en su caso la con-

firmación; pero ¿qué tenía que ver en Piera D. Geraldo de Jorba?

alcanzamos. Es uno de los firmantes del privilegio de D. Alfonso, en aparece

el

por qué de

No

firma del Arzobispo de Tarragona, pues aquel rey

la

dispuso que los monjes de Poblet no tuviesen que acudir á otro tribunal

que

al del

mismo

rey ó

del Arzobispo de Tarragona.

al

tado Finestres (pág. 51), en 18 de Diciembre de 1164,

de

las

más nobles

nasterio

y

le

familias de Cataluña, había

había legado

la

Abad de Poblet concede

mujer, durante su vida,

la

al

5

más

Según nos dice el ciD.Pedro de Puigvert,

mandado

dominicatura de Piera con

y sus términos, y después (pág. 72), en el

lo

el cual

enterrarse en el

las

mo-

décimas de Barbera

de Septiembre de 1181, aparece que

mismo D. Pedro de

Puigvert y á Geralda su

administración del señorío de Piera.

D. Geraldo de Jorba y su mujer Saurina, empiezan á aparecer en la hiscuando asiste con otros caballeros al acto de dotar varias iglesias el con-

toria

de de Barcelona en 1151. D. Geraldo concedió á Poblet

la torre

de Avingaña

con su mujer donado del monasterio, lo que equivaha á una y hermandad de sufragios: Finestres trae las escrituras que mediaron sobre ésto sn 1 153 (pág. 30). Pocos años después, en 11 84, firma con el rey don se constituyó

Alfonso una concordia del monasterio con ciertos caballeros, lo mismo que en otro documento de 11 87. Después sólo consta ya en estos apuntes,

-j-

escritura objeto de

y desaparece luego su memoria.

Berengarius terrachonensis archiepiscopi.

Ego Petrus de terrachona terrachonensis linea, xiü. ubi dicitur. et

la

anno \

notarius hoc scripsi et suprascripsi in

Monasterium uero mjttat

ibi

bajulum suuní

in

ómnibus, die

prefixa.

Tomo

VII

S

EL ARCHIVO

38

Réstanos sólo indicar apellido

la

D; Geraldo. Pertenece ahora

de Barcelona y diócesis de Vich,

cia

gona.

Aún

donde tomaba su

situación de Jorba ó Yorva, de al

partido judicial de Igualada, provin-

paso que Poblet está en

al

existe el antiguo castillo de Jorba

con su

torre.

la

de Tarra-

Es lugar que

ac-

tualmente no llega á tener setecientos habitantes.

Respecto á

la

traducción

hemos de hacer algunas

advertencias.

La pala-

bra conventus, se traduce ordinariamente por convento, sinónimo de monasterio,

pero aquí significa el

la

— conventus monasterii — como

comunidad

diploma repetidas veces. La palabra

ción sinónima de suscipere, recibir, por

mentos de aquella época venga

á

latina manulevare, tiene

se expresa

en

más que ordinariamente en

ser salir fianza,

lo

que en

él la

en

acep-

otros docu-

los fueros

de

Valencia se traduce por capllevar.

Con

esto creemos haber dicho lo bastante para hacer ver la importancia

del antiquísimo y curioso

pergamino del

siglo XII, de

D. José E. Serrano. R. Chabás.

}|riurc0 be la

DESDE EL AÑO

I

385,

gcal prtuja be gal^De^lin^ta EN QUE SE FUNDÓ, HASTA

VERIFICÓ LA EXCLAUSTRACIÓN.

I

D.

1

83

5,

EN QUE SE

..

..

EL ARCHIVO 33 D. Bautista Torrón. 34 D. Juan Texidor. 35

36 37

38 39

40 41

42 43

44 45

46

D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D. D.

Francisco Marques Bautista Torrón. .

Juan

.

Bellot.

.

Juan Sangenís.

.

José Maícas.

.

.

579 581 583

588

.

591

Juan Bellot.

.

593

Francisco Martínez.

600

Juan Miralles.

601

Juan Valero.

.

.

.

602

.

604

.

609

.

.

D. Juan Monter.. D. Joaquín Cuncarreu. D. Felipe Monchoni. .

,

.

D. Agustín Camañas. D. Andrés Albasio.

¡8

569

Joaquín Amigó.

;4D. Juan Monter. 5

562

Bernardino de Alba.

.

74 D. 75 D. 76 D. 77 D.

-

565

Jaime Cenedo.

47 D. Luís Mascarell. 48 D. Matías Ferrer. 49 D. Onofre RipoU. ¡o D. Gaspar Gimeno. I

555 561

.

.

D. Otenrico Tustani. D. Pedro Benavente.

¡9 D. José del Villar. 60 D. Gerónimo Frígola.

39 Gaspar Gil.

.

1692

.

Gregorio Mascarell

1693

Gaspar Planes.

1697

Juan Bautista

.

Peris.

1699

78 D. José Tomás Ferrer. 79 D- Andrés Pérez..

1703

80 D. José Tomás Ferrer. 81 D. Andrés Pérez..

1720

.

1720

82 D. Tomás Giner. 83 D. Francisco Plana.

,

1729

.

1737

1712

84 D. José Palomar. 85 D. Baltasar Gil de Fe deric.

.

.

.

.

1738

.

1754

86 D. Juan Echave y Ansorena

1758

614

87 D. Felipe Pérez de Ar ganza

1767

615

88 D. Ignacio Aparicio.

1769

620

89 D. Francisco Zaragozí.

1771

620

1788

621

90 D. José Pastor. 91 D. José Ignacio Aparicio

626

92 D. Agustín Sebastián Pas

.

.

1789

sau

627

1792

:63o

93 D. Francisco Bonet.

633

94 D. Lorenzo Soler. 95 D. Miguel Valiente. 96 D. Luís Barreda.

638

1795 1801

.

1803 .

1808

649 651

97 D. Vicente Canelles.

1816

98 D. Gabriel Fornis.

1819

652 660

99 I

64 D. Bernardo Alfaura. 65 D. Vicente Navarro.

662

loi D. Vicente Fornes Bala-

66 D. Diego Rodríguez.

670

102 D. Miguel de Aloy.

67 D. Luís Albero. 68 D. Gaspar Gil.

673

103 D.

.

61 D. Martín de Altarriba.

62 D. José del

Villar.

.

63 D. JuanFrnc.°Alzamora

.

.

644

.

D

.

Antonio Casino.

1824 1826

00 D. Vicente Canelles. guer

666

Tomás de

1828 Aloy.

.

1829

.

1831

675

104 D. Teodoro Ruiz.

69 D. Francisco Jubero. 70 D. Pedro Pastor.

680

105 D. Bruno Rojel gobernó

683

hasta el día 3 de Sep-

71 D. Juan Tíirrega.

686

tiembre,

72 D. Pedro Villanova,

688

le

690

de exclaustración.

.

73 D. Juan Viñols.

.

.

.

1835

en que se

notificó la

orden .

1835

EL ARCfflVO

40

Los que gobernaron dicha Cartuja con

de Rectores, fueron los

el título

siguientes:

D. Juan Berga, que también

1

se intituló Prior.

2 D. Pedro Podiolo ó Pujol

D. 4 D. 5 D. 6 D. 7 D. 3

1385

1415 15 10

Juan Godos

Lorenzo Verra

1523

Pedro de San Andrés

1542

Miguel Monllor

1587

Juan Miralles

1590

Morro Aguilar.

José Utiel Diciembre 1892.

í^íIÍIJ^CeDÍIDeH*^ Santa María de Ripoll. amantes de nuestras glorias

Cenobio de

— Por

excepcional importancia que para los

la

religiosas

artísticas reviste la reconstrucción del

y

próximo Julio, puExcmo. Prelado de Vich ha escrito con motivo de aquel acontecimiento. Dice así tan hermoso documento, que Ripoll, cuya inauguración se señala para el

blicamos la elocuente convocatoria que

copiamos del

Boletín Eclesiástico

«Nobles y Religiosos «Es.arribada fa set

anys, de

de aquella diócesis:

del principat de Catalunya:

hora de podervos notificar que

ja la

la

filis

el

la

obra,

comensada

ara

restaurado del Monastir de Santa María de Ripoll, pot con-

siderarse felisment termcnada.

)>Quan

la

emprenguerem, comptant ab

recursos humans, vos convidaren! á tots á

mer monument de acte de reparado

catalans del sigle

'Is

grés de las

XIX no

la

sois

majestuosa en

que

tal

Deu mes que en

los

restauració d' aquell

Patria Catalana y

'1

pri-

vegada una proba clocuentissima de trevallan pera enaltir

la

volta

'1

y de

y enriquerir

sa

las lletras

y de patriotisme simbolisadas en Ter y del Freser.

la Basílica

que

confluencia del

wSens ánimo de queixarnos (puig no dir

la

y ab lo creixent proindustrias, sino que volcn mantenir incólumes y llegar á sos filis

senceras, las tradicións de fe alsa

la

de

Reconquista alsat peí victoriós comte Guifre, fos un

la

y desagravi, y á

patria ab las altas manifestacións del art

s'

auxili

de que

Cenobi, justament anomenat lo bresol de

ilustre

que

1'

fi

Principat

seria esta ocasió

no ha correspost com £ra de

oportuna), esperar,

y

la

podém penu-

EL ARCHIVO

41

que molts no hagin contribuhit á la obra com esperavam; pero ab perseverancia may vensuda per las contrarietats, com cal teñirlas en totas las obras que 's fan per Déu, á la fi hem tingut la consolado de veure realisada la obra que per alguns era com un somni, y '1 temps sens dupte ha

ria deis

Temple

del gran Oliva está totalment

tructura, y rit

fet

renovat en sa primitiva forma y esdons del Espi-

aquells set altars absidals, símbol místich deis set

murs

Sant, y aquells

aixecats de sa trista é ignominiosa desolado, espe-

ran r unció sagrada de la litúrgica consagració per ésser de

Déu

nou Temple

del

viu y Casa santa de oració.

«Aquesta augusta y solemne ceremonia decretém y anunciém feria, ajudant Déu, los días i y 2 del vinent mes de Juliol, festa de la visitado de Nostra Senyora; y ara per llavoras, convidém á la solemnitat á tots los nostres venerables Germans en 1' Episcopat que, baix la direcció y vigilancia del Reverendíssim senyor Arquebisbe de Tarragona, primat de las Espanyas, regeixen y gobernan ais fiéis del Principat de Catalunya, y que no duptém tindrán á be assistir, ab distinguidas representacións de sos Capítols y Clero, al acte de entronisar

novament en

bellament representada en

lo Santuari

la efigie

de Ripoll á

de mosaich que

Verge Santíssima

la

ha dignat regalarnos

's

Nostre Santíssim Pare Lleó XIII.

«Convidém ademes litars, á totas las

fittigas

faltar á las alegrías

de

de

la festa los

qui 'ns han ajudat

obra.

la

))Y á tots los habitants del noble Principat de Catalunya, rra plena de llealtat,

com deya

'1

gran rey

vidém per aquella diada que voldríam verdadera restaurado de

la

En

un bon

fos

aquesta té-

d'

Pere, á tots los cridém y conprincipi

nostra patria, d' aquesta térra tan

que voldríam veure próspera, honrada y verament

tre cor,

y mi-

judicials

Associacións religiosas y Societats de propaganda catalana,

esperant que no han de

en los travalls y

com

á totas las Autoritats, així civils

y auguri de

amada

la

del nos-

ab aquella

Iliure,

santa y antigua Ilibertat que vingué á darnos Jesucrist Salvador nostre.

«Nos ho dihem ab

tota sinceritat de Bisbe

y franquea de

cátala,

no hem

volgut restaurar lo Santuari de Ripoll solzament pera satisfer lo pler artístich

y

las aficións del antiquari;

sia es la

dirli al

que guarda

la

hem

volgut principalment ensenyar

virtud y eficacia pera totas

poblé cátala que,

si s'

las

alegra de veure salvat de

bava de perdre aquell Cenobi que fou

com

la

com

restauracións, la

primera

forma sensible expressats en en

las

ideas

llar social

de

la

s

aca-

Cata-

d' aquells

y en sos sentiments, en

esculpturadas pedras del

Monument, y fundar

vera y fecunda tradició tots los progresos llegitims y totas aspiracións del temps present. la

y poder

ruina en que

lunya rescatada del poder deis moros, ha de procurar ferse digne seus ilustres progenitors, inspirantse en sas

la Igle-

las

novas

«Prou hauríam volgut, y de cor desitjavam, que aquesta restauració ha-

,

EL ARCHIVO

42

gués

estat

com arch de triomf que Catalunya com lo temple de RipoU, en 888, 1'

restaurado;

de

la

fou lo primer arch de triomf

Catalunya Ilibertada del jou mussulmá; pero

llém perqué

podríam

sia

demá, y acudím

que no

Deu y be de la Patria. Deu Nostre Senyor benehesca la obra, y que

nos deixe veure á tots una

fy

ja

es

tots á la cita pera inspirarnos

avuy, trava-

y veure cóm

lograrla, á gloria de

j^Que

Fill

aixecava pera celebrar la seva

tal

diada.

Y

sia

ab tots

la

Verge Santissima

la gracia

de

Deu Pare f

f Amén.

Espirit Sant

.

»Dadas en nostre Palau Episcopal de Vich, any 1893.

al

6 de Janer, festa de

la

Epi-

fanía, del

»JOSEPH,

BiSBE DE

Vich

»Y Administrador Apostólich de Solsona.»

m Descubrimientos.

vamos

Ampurias. parte,

— Se

registran algunos estos días en los periódicos, y

á dar cuenta de ellos:

no con

— En el

las

excavaciones que

allí

se

hacen de algún tiempo á esta

loable objeto de enriquecer nuestros

riquezas de aquella colonia griega, sino con

el

Museos y estudiar

las

de comerciar con aquellos vene-

randos restos, se han encontrado preciosas muestras de

la civilización

griega

y romana, que de seguro pasarán pronto á manos de extranjeros. Hace poco el hallazgo fué de dos capiteles de mármol, en los que se vé un león perfectamente conservado: fueron encontrados sobre un pedazo de piso pavi-

mentado de mosaico en buena conservación, con señales de cenizas y huesos, lacrimatorios y pequeñas ánforas. ¿Seria aquello una cámara funeraria? De un periódico de Barcelona recortamos:

,«En Ampurias un propietario ha practicado excavaciones en una viña,

cuyo resultado ha sido el hallazgo de una cabeza de metal no especificado, y que, según se dice, es de oro, de peso aproximado 15 kilogramos, y de 36 centímetros de altura. Representa una cabeza de mujer, tipo griego,

muy

bien modelada, y que se considera servía de adorno, colocada sobre su pedestal, habiendo sido tasada en 20.000 pesetas. Ha visto esta joya artística

un

italiano,

que ha ofrecido por

Sobre

mismo

el

ella

9.000 pesetas.»

descubrimiento, leemos en

el

Diario de Barcelona:

«Se ha encontrado en Ampurias un busto en bronce, del que hemos tenido ocasión de ver unas pequeñas fotografías. A juzgar por éstas, nos ha

muy

un busto de mujer, al parecer de algunas personas, una testa griega de Diana; mas á nuestro juicio, en vista del peinado y del carácter general de la cabeza, creemos más probable que sea un busto icónico de alguna dama romana de los primeros tiempos del

parecido un ejemplar

interesante. Es

EL ARCHIVO Imperio. Mide

el

43

busto 38 centímetros, y fué encontrado á unos cuatro mela muralla y el mosaico delfigenia. Tiene los ojos

tros de profundidad, entre

pintados con un betún y esmalte blanco y negro, siendo

La encontraron cuatro pobres

tado de conservación.

muy bueno

trabajadores,

su es-

que por

de trabajo se ocupaban en hacer excavaciones. Tratan de venderla, y ande aceptar proposiciones que se les han hecho del extranjero, esperarán algunos días para ver si la adquiere algún Museo ó coleccionista español,

falta

tes

pues preferirían que se quedase en España. Sería de desear que

porque,

como hemos

dicho, ofrece en nuestro concepto

así

sucediese,

mucho

interés el

citado objeto escultórico.» Sevilla.

— Al

labrar los cimientos de la casa

como

rreblanca,

no há muchos

una

de barro cocido y vidriado de verde,

tinaja

puro

estilo

días, se

encontró,

núm. 18, de la calle de Toá un metro de profundidad, bellísimo ejemplar del más

mudejar.

Su ornamentación consiste en fajas ó anillos, anchos y estrechos, alternando, y cada uno presenta diferentes motivos ornamentales, palmas, lacerías, florecillas, cuadrifolias y arquerías de ojiva túmida. Todos estos ornatos, que luce tan extraño ejemplar cerámico de los alfahares trianeros, fueron ejecutados imprimiendo las matrices de hierro ó madera sobre el barro blando, y una vez cocido, fué vidriada la tinaja toda de verde, cuyo esmalte, descompuesto por la

humedad

del terreno, ha producido bellísimas irradiaciones.

Dice El Español de Sevilla del 18 de Diciembre último:

«A poco más de una

legua de

de Constantina, y en el sitio denominado «El Robledo,» se ha verificado casualmente un hallazgo arqueológico la villa

que parece debe revestir importancia. «Dícese que con ocasión de estar cazando un hombre

del pueblo

con hu-

rón, levantó algunos pedruscos y descubrió varias sepulturas, conteniendo una

de

ellas,

tes

y

de considerable extensión, un esqueleto adornado de

collares de oro, cuyas joyas

han sido vendidas

»E1 hallazgo parece que ha despertado

la

al

anillos, brazale-

peso en esta capital,

ambición de personas indoctas,

continúan haciendo excavaciones á troche moche y sin dirección busca del legendario tesoro.» en alguna,

las cuales

—Mr. Heron de

Villefosse presentó á la Académie des Inscriptions en una de las últimas sesiones celebradas por aquella docta Corporación, un vaso de plata que contiene una inscripción celtíbera, en hermosísimos caracteres, encontrado hace poco en el cortijo de Cazlona (Andalucía), conocido por Cástulo en la antigüedad. Dicho vaso, en forma de seno de mujer, se halla desprovisto de toda ornamentación en relieve; es decir, está completamente liso. En 16 18 pertenecía al marqués de la Aula, y se creyó perdida aquella joya arqueológica, hasta que actualmente ha sido hallada (?) en Santander y transportada á Francia, como tantas obras artísticas de los pasados tiempos...

Callona.

et

Belles Lettres,

EL ARCfflVO

44 Dicho monumento

tiene

un excepcional valor, pues dice la Revue 'Bleue donde tomamos esta noticia, que las insaue adorna el vaso referido son rarísimas,

del 17 de Diciembre último, de cripciones de la naturaleza de la

toda vez que los caracteres del alfabeto llamado celtibero eran solamente conocidos por las leyendas de los ejemplares numismáticos. Dicho vaso, al ser descubierto, estaba lleno de monedas, de las cuales unas pertenecían á la época consular de los últimos tiempos de la República Romana, y otras eran celtíberas. Existían cerca de la antigua Cástulo algu-

nas minas de plata, que proporcionaron probablemente el metal para este vaso. La inscripción no ha podido aún ser explicada. Las leyendas délas monedas celtíberas son relativamente fáciles de traducir, porque contienen comunmente nombres propios, existiendo muchas, como es sabido, bilingües. En las excavaciones practicadas en la Beocia durante el año pa'Beocia. sado, y cuyos resultados ha dado á conocer Mr. Heuzey á la Académie des Inscriplions et Belles Lettres, se descubrieron en el santuario antiguo de Apolo Ptoyos, muchas esculturas notables, particularmente dos Apolos arcaicos, y una serie de bronces votivos y decorativos que, comparados con los ejemplares de vajilla de barro que los rodeaban, forman una serie cronológica instructiva. A cinco metros de profundidad, en la capa del suelo donde se hallaron objetos de barro con adornos geométricos, se hallaron primeramente pequeñas estatuitas de animales votivos, reproduciendo el estilo primitivo de los que se encuentran sobre dichos barros. En las capas intermedias, en medio de fragmentos de barro de estilo corintio, se encuentran gran número de fajas de bronce muy delgadas, trabajadas al repujado, que parecen haber sido aplicadas sobre muebles. En ellos se sigue, como en los vasos pintados, toda la historia de la decoración primitiva en Grecia: la influencia oriental se nota gradualmente por la introducción de las rosáceas asirlas que se mezclan con animales primitivos, después aparecen las trenzas, los entrelazos, las palmitas; luego se muestran los animales fantásticos de origen oriental, pero de estilo completamente griego, esfinges afrontadas, grifos, pájaros con cabeza viril y barbuda; y por último, la figura humana hace su aparición, y casi inmediatamente entra en las composiciones legendarias pertenecientes al ciclo griego; Júpiter y Tifón, Prometeo, Hércu-



les, la

Górgona,

etc.

Como

bronces semejantes se han hallado también en Dodone, en la Acrópolis de Atenas y particularmente en Olimpia, en donde se han descubierto restos de inscripciones argivo-corintias, se cree que toda esa fabricación de bronce repujado debe provenir de un mismo taller pcloponense. A estos resultados hay que añadir muchas estatuas de bronce, inscripciones sobre fragmentos del mismo metal, de las cuales una da el nombre de un artista: Onasimos, de Tebas; y en fin, un fragmento de cabeza de mayor tamaño que el natural, que pertenece al tipo de Apolo hisménico del escultor

Canachus. Dichos objetos descubiertos constituyen una página de

la

arte é industria helénicos desde últimos del siglo VIII hasta el

del

VI

siglo antes de nuestra Era.

Imprenta de Francisco Vives Mora, Lauria, 20,

historia

del

primer tercio

Í^GYIjÍTH

•«

DG

+

+

GienClHjí

Director: Dr. D.

Tomo

VII

S

+ l^IjáfPÓI^IGHjí

ROaUE CHABÁS,

VALENCiA.-Febrero, Marzo y Abril 1893.

»

Presb.

á Cuaderno

II

T

t

latálojia

iie

luán

ía^ obta^ ht

ht

^mnt^.

|uANDO en 1884 publicamos en forma de libro la Biografía de Juanes, se traspapeló en la imprenta el Catálogo de las tablas del Rafael

Hoy lo damos á luz El Archivo, ampliado con muchos datos adqui-

valenciano, con harto sentimiento nuestro. para solaz de los lectores de ridos posteriormente. .

El

examen detenido de

las

producciones juanistas, nos impone su divi-

sión en las tres secciones siguientes: i." Composiciones históricas, 2.*

posiciones alegóricas.

ó más personajes. Juanes, ya que

Y

En

muy

Com-

Figuras, medias figuras, bustos y grupos de dos este último inciso colocamos también los Retratos de 3.*,

rara vez

abandonó su género

habitual,

que era

el reli-

gioso.

SECCIÓN

1/

Composiciones históricas. Vida de San Esteban, en cinco con

los Doctores;

ducción

Museo

al

del

tablas:

Núm.

749. El Santo discutiendo

núm. 750. Su juicio ante el Sanhedrín; núm. 751. Connúm. 752. Lapidación, y núm., 753. Entierro del Santo.

martirio;

Prado (Madrid).

Ultima Cena.

—Tamaño

natural.

—Núm.

755.

Museo

del

Prado (Ma-

drid).

Visitación de Santa Isabel.

Museo del Prado (Madrid). Tomo VII

—Tamaño

pequeño

circular.

—Núm. 6

756.

EL ARCHIVO

46

Martirio de Santa Inés. del

Oración del Huerto. Cristo cargado con

igual

tamaño y forma.

— Núm.

757.

Museo

Carmen

— Núm. 766. Museo del Prado (Madrid). Cruz. — Núm. 763. Museo del Prado (Madrid). Cruz. — Núm. 765. Museo del Prado (Madrid).

la

Descendimiento de

la

— Boceto ó reducción de

Ultima Cena. del

— De

Prado (Madrid).

anterior.

la

—Núm.

612.

Museo

(Valencia).

Conversión de San Pablo.

— Apaisado. —

Sacristía de la Catedral de

Va-

lencia.

— Medias — de Catedral de Valencia. —Tamaño regular. — de Catedral de Valencia. Ultima Cena. — Tabla pequeña. — En parroquial de San Nicolás. Anunciación de Virgen (i). — San Nicolás. Nacimiento Señor. — San Nicolás. Adoración de Reyes. — San Nicolás. Circuncisión Señor. — San Nicolás. Resurrección de Jesús. — San Nicolás. Cuatro de apariciones de San Miguel. — San Nicolás. Tres sobre Creación. — San Nicolás. Oración Huerto. — Capilla Cristo de San Nicolás. Beso de Judas ó Prendimiento. — Capilla Cristo de San Nicolás. Sacra Familia.

Sacristía

figuras.

Ultima Cena.

la

Sacristía

la

la

la

del

los

del

tablas

tablas

la

del

del

del

Flagelación de Cristo. -Capilla del Cristo de San Nicolás.

Calle de Amargura.

— Capilla del Cristo de San Nicolás.

Descendimiento de

la

Sacra Familia.



Cruz.

Sacristía.

Oración del Huerto.

— Capilla

del Cristo de

San Nicolás.

— San Nicolás.

— Parroquial de San Bartolomé.

columna. — San Bartolomé. — San Bartolomé. Entierro de Cristo. — San Bartolomé. Cristo atado á

la

Crucifixión.

Cuatro tablas

relativas á

San Miguel y San Dionisio.

— Parroquial de San

Miguel.

— de San Miguel. — Figuras enteras. — de San Miguel.

Nacimiento del Señor. Sacra Familia.

Sacristía

Sacristía

Descendimiento de

la

Cruz.



Sacristía

Camarín en

del

la

Capilla de la

Virgen de los Desamparados.

Anunciación de Nuestra Señora. Visitación de Santa Isabel.

Ultima Cena.





Sacristi.i

la

Catedral de Segorbe.

la

de Segorbe.

en Alcira.

— De propiedad

Esta obra, las dos que siguen y

de

Sacristía de la Catedral

Iglesia del Cristo

Nacimiento de Jesús. (i)



particular.

Resurrección, es

muy

dudoso sean de Juanes.

EL ARCfflVO Adoración de

los

Reyes (i).

47

— De propiedad

particular.

San Pedro instituyendo Patriarca de Antioquía á San Ignacio, discípulo de San Juan.

—De propiedad

particular.

SBCCIÓN

2.:

Composiciones alegóricas. Coronación de de forma ovalada.

Asunción de

la



la

Virgen por

Museo

la

Santísima Trinidad.

Virgen, sostenida por ángeles.

Bodas místicas de Santa Inés y rotea, ó Apoteosis de la Inocencia.

Bautismo de Cristo en

el

— Museo

del

Carmen.

B. Agnesio, San Teófilo y Santa

Do-

— Cuadro apaisado. — Museo del Carmen. Jordán. —Tamaño natural. — Catedral de Va-

el

pila bautismal.

lencia, sobre la

Coronación de

la

— Mitad — Medias Cristo en brazos de ángeles. — Cruz. — Cuatro Retablo de

Coronación de la

la

— Tamaño — — San Nicolás. — San Andrés. de San Andrés. parroquial de Onda. —

Virgen ó Purísima.

razón de Jesús ó Compañía.

Virgen de

—Tabla pequeñísima

del Prado.

Virgen.

Leche.

natural.

Iglesia del

Co-

del natural.

figuras.

Sacristía

tablas.

la

Iglesia

SKCCIÓN

3.'

Figuras, inedias figuras, bustos y grupos de varios personajes.

— Media Dos Salvadores. — Media

—Núm. 759 Museo Prado. —Núms. 760 y 764 Museo Prado. Melquisedec y Aarón. — Figuras —Núms. 761 y 762 Museo Prado. Museo Padre Eterno. — Busto con manos. —Núm. 388 Carmen. Ecce-Homo. — Media —Núm. 393 Museo Carmen. Dos Salvadores. — Más de medio cuerpo. —Núms. 617 y 632 Museo Carmen. Salvador. — Busto con manos. — Catedral de Valencia. Ecce-Homo.

del

figura.

figura.

del

del

del

del

del

del

figura.

del

del

enteras.

del

del

del

(i)

Esta obra bellísima y de autenticidad indudable, tuvimos ocasión de admirarla en

almoneda de D.

Ramón

nes en sus comienzos,

si

la

Mata, donde vimos también un San Vicente Ferrer atribuido á Juabien esto es ya

más

discutible.

— EL ARCHIVO

48 Ángel Custodio.

— Figura

entera, mitad del natural.

lencia.

Ecce-Homo.

— Media

figura.

— Catedral

— Gitedral de Valencia.

San Miguel, Santa Bárbara, San Vicente Ferrer y San Benito. blas estrechas.



— Catedral de Valencia.

de Va-

— Dos

ta-



Grupos de Apóstoles, Doctores, Santos y Santas Mártires. Cuatro tablas. San Nicolás. Dudosas. Padre Eterno, San Nicolás, San Pedro Mártir, San Cristóbal.



— San Nicolás. Salvador. — Medio cuerpo. —

Sacristía

de San Nicolás.





Dos relicarios. Sacristía de San Nicolás. Cabezas de Jesús y María. Tres tablas. San Pablo San Salvador, José, San Pedro y la Virgen. y ^

Santa Catalina.







Medio cuerpo. Santa Cruz. La Virgen y el Niño, San Miguel y San Jerónimo.— Tríptico. Salvador.

— San

Andrés.

— de San Miguel. — Dos — San Sebastián. San Francisco de Paula. — Figura

Dos Santos Obispos.

Sacristía

tablitas.

entera.

La Magdalena y San Juan, San Nicolás y San Pedro Mártir.

— De propie-

dad particular.

Los cuatro Doctores.

—Cuatro

tablas.

— Bocairente (Valencia).

— Fuente Higuera (Valencia). — Más de medio cuerpo, fondo de oro. — Sueca (Valencia). Salvador. — Más de medio cuerpo, fondo obscuro. —Jabea (Alicante). — Onda (Gistellón). Gibezas de San Pedro y San Pablo.— Dos San Roque. — Capilla de Santo Tomás. — Catedral de Segorbe. (Casdudosas. — y Mclquisedcc. — Puertas de

Salvador.

la

Salvador.

tablas.

Villatorcaz

oratorio,

Elias

tellón).

Retrato de D. Luís Castelví, conde de Carlet. del

Museo

— Media

figura.

Núm. 754

del Prado.

Tomás

Retrato de Santo

de Villanueva, Arzobispo de Valencia (i).

Guadamacil, busto con manos.

—Sala Capitular moderna de

la

Catedral de

Valencia.

Obras de Juanes comprendidas en

las tres

secciones,

cuyo

perdido, no estando comprobada su identidad con ninguna de

(i)

Algunos achacan

representa

V. su

al

á

Juanes

la

Patriarca Ribera; j)ero

artículo en

el

tomo

V

rastro se ha

las anteriores:

paternidad del guadamacil que forma pareja con ¿ste y docto Sr. Tarín probó lo inexacto de esta presunción.

el

de El Archivo, pág. 336.

— EL ARCHIVO

49

—Parroquia de Santa Cruz. — San Bartolomé. Una Vida Señor. — Convento de San Agustín. sobre de milagros de San Francisco de Paula. — Convento Dos ó cuatro Un

Cristo.

Concepción.

Siete tablas

del

la

tablitas

de San Sebastián.

— Convento de San Francisco. Ángel Custodio. — Convento de San Francisco. Corona. Mayor. — Convento de Santiago Salvador. — Convento de Santo Domingo. — Convento de Santo Domingo. Niño La Virgen y Salvador.

la

el

(i).

el

Dos de

la

San Sebastián, San Vicente Ferrer, San José y Virgen Convento de Santo Domingo.

oratorios con



Esperanza.

Muerte de

Magdalena.

la

—Arciprestal de Castellón. Pasión — Dudosas. — Catedral

Salvador y cuatro tablas sobre

(2).

la

de

Segorbe. Salvador.

— Dudoso. — Cartuja de Valdecristo.

San Sebastián, San Bruno, San Vicente Ferrer,

etc.

—Varias

tablas.

Cartuja de Valdecristo. El Padre Eterno y Cristo (3).

— Museo del Louvre.

— Museo del Louvre. Louvre. Religión. — Museo

Cristo sostenido por ángeles.

del La Magdalena y la San Jerónimo y San Francisco. Museo del Louvre. Cristo meditando sobre los atributos de la Pasión. Museo



Cabeza de

fraile.

— Museo



del Louvre.

del Louvre.



Almoneda de Aguado. un instrumento músico. Almoneda de Aguado. San Juan Evangelista. Almoneda de Aguado. Ultima Cena. Almoneda de Aguado. Cristo.con la Cruz. Almoneda del mariscal Soult. Ecce-Homo. Almoneda del mariscal Soult.

Aparición de Jesús á Santa Teresa (4).

Un



ángel tocando









(i)

Esta obra quizás sea

(2)

Cerraban este Salvador

el tríptico

las

de San Andrés.

dos puertas de oratorio de Villatorcaz y

es,

como

ellas,

muy

incierto.

(5)

Las obras que siguen

las cita

Mr. Guellette, en su obra sobre

los pintores españoles,

París 1865. (4)

Esta obra no debe ser de Juanes, pues Santa Teresa murió después que éste,

y su culto público no

se autorizó hasta 1621,

en

1

582,

EL ARCHIVO

50

Cuadros de Juanes existentes en los museos extranjeros.

— Museo de l'Ermitage en San Petersburgo. — Museo de l'Ermitage en San Petersburgo. Santa Lucía, Santa Bárbara, Santa Oitalina. —Tres — Galería HosAna

Santa

(i).

Santo Domingo.

tablas.

kins. Londres.

San Pedro y San Pablo.

— Dos

tablas.

— Galería Hoskins. Londres.

Diseños de Juanes perdidos. Cartones para unos tapices representando

la

«Vida de

la

Virgen.»

— Ca-

tedral de Valencia.

Retratos de los duques de Calabria en papel.

Figuran en

contando ducido

el

las

la

lista

unas i6o obras de Juanes, de

extraviadas, pero sin excluir las

número

este cálculo

anterior

á 120,

en un tercio

«Biografía» y casi en

la

las

la cifra

Reyes.

que, des-

dudosas, vendrá á quedar re-

de 80 cuadros que hicimos en

mitad á

los

se acerca bastante á la verdad.

que creemos al

— San Miguel de

la

Supera

mencionada

de 68, que fueron los que en

la

misma

citamos.

La colección más numerosa

es la

de San Nicolás, que contiene, entre

y problemáticas, 34 tablas. Sigue á ésta la del Museo del Prado (18 obras), la de la Catedral de Valencia (8), San Miguel (8 ó 9), Museo del ciertas

Carmen

(7), iglesia parroquial de

Onda

(6),

parroquia de San Andrés (5). Ninguna de

las

Museo Hoskins de Londres y demás colecciones

;ilc.in/;i

este

número.

Terminada

la

parte estadística de nuestro trabajo,

vamos

á hacer algunas

consideraciones críticas acerca de las principales creaciones catalogadas. Para

proceder con más orden, dividiremos este artículo en tantas partes, cuantas secciones

hemos admitido.

SECCIÓN Todos la

I.*

y de la Pasión de Jesús, desde «Adoración de los Reyes,» y de la

los pasajes salientes de la Infancia

«Anunciación de

la

Virgen» hasta

la

V. la obra citada de Guellette. Dicho señor afirma la existencia de otras tablas en (i) Londres. Por nuestra parte, sospechamos haya en dicha capital una Concepción.

EL ARCHIVO

51

la «Resurrección,» han sido tratados por el pincel hay que sepamos ninguna colección que posea la desgracia no Por de Juanes. serie completa, pues en la de San Nicolás, que es la que más se acerca á este

«Oración del Huerto» á

no pocas dudas

resultado, las tablas referentes á misterios gozosos, ofrecen

respecto á su legitimidad.

Como

quiera que sea, en las composiciones titu-

«Nacimiento del Señor» y «Adoración

ladas «Visitación de Santa Isabel,»

de los Reyes,» demostró Juanes su aptitud para nas,

y en

el

torrentes la

«Descendimiento de

el idilio

y

las

escenas tier-

Cruz» y «Entierro de Cristo,» desplegó á

la

melancoHa suave propia de tan

patéticas situaciones.

La serie de misterios dolorosos es á la vez la más completa y repetida. La vemos en la Sala de Alfonso XII ó Tablas antiguas (tres cuadros), en San Nicolás (5), y en San Bartolomé (4). A fin de no incurrir en repeticiones, nos fijaremos solo en esta última, que nos debe una reparación. Pusimos en duda su autenticidad en

humo

ó

tal

la

cuando ennegrecidas por el si daban de sí dichas circunstancias han cambiado, y la feliz res-

repetida «Biografía,»

vez por haberse rechupado

obras una idea confusa.

Hoy

las

el color,

apenas

tauración de tales pinturas permite colocarlas junto á

maestro. Todas

ellas

seducen por

magia

la

las

análogas del insigne

del colorido, distinguiéndose ífLa

Oración del Huerto» por su efecto de Cristo entre las sombras de

cadas reminiscencias con el

guarda

el

luz, que hace destacar la figura de noche, y el «Entierro del Señor» por sus marúltimo cuadro de la «Vida de San Esteban,» que

la

Museo de Madrid.

La gran semejanza de una

que

tabla

nuestra Patrona, y cuyo asunto es

cuadros que relatamos, nos

mueve

mejor parecer de

y

los doctos,

buyen discrepe más en

la sacristía del la

tal

vez alguna de

las

camarín de

Cruz,» con los

que

siempre se le

el

atri-

el estilo.

Para completar lo referente á

la

cuadro grande «La Crucifixión,» de ni

en

á asignársela á Juanes, salvo

que

á fe

existe

«Descendimiento de

el

tampoco de Zariñena (i),

«Pasión del Señor,» diremos que

la capilla

no

del Cristo,

á quien en otra ocasión se lo

más bien de escuela romana de fines del Apegado Juanes á las tradiciones de

siglo

XV

es

el

de Juanes,

achacábamos, sino

ó principios del XVI.

no

es nada extraño se com-. «La Sacra Familia,» esa graciosa composición que tradominios del arte su ilustre maestro. Las tres que de aquél conoce-

Rafael,

placiera en reproducir jo á los

mos, son las de la Catedral de Valencia y San Nicolás (medias figuras), y de San Miguel (figuras enteras, pero menor tamaño) y todas pertenecen á mejor época de su autor. La de

la

(i)

con

la

famosa «Virgen del Pez.» En nuestros

Entiéndase del mayor ó Cristóbal.

la

Catedral, que es la que ha adquirido

yor celebridad, mereció de Ponz grandes elogios, hasta rarla

la

el

mapunto de compa-

días, el Sr. Llórente

en

EL ARCfflVO

52

su libro titulado Valencia, atribuye dicha obra á Julio

Romano, y aunque

nos atenemos

esta opinión sea para nosotros de gran peso,

al

parecer de Ponz,

y no porque este crítico fuera infalible, sino fundados en analogías de estilo con otros cuadros indudables de Juanes, y singularmente la tabla gemela de

Caso de haber duda entre

Sají Nicolás.

el

discípulo español y

juzgamos mucho más verosímil existiendo

Rafael,

el

romano de

obra en Valencia que

la

pertenezca á aquél y no á éste.

La «Ultima Cena» marca en ó histórica y tución de

la

rigor la transición entre la sección primera

segunda ó alegórica, y

Eucaristía.»

la

quien crea

la

Examinada

la

casi debiera

«Cena» de Juanes, inspirada en

entre ambas.

En

el fresco

admirable de

la

no

Insti-

faltará

composición similar de

la

Catedral de Milán, Jesús, dirigién-

dose á sus discípulos, exclama: Avien dico

Los apóstoles,

riis est.

mientras

el

vohis, guia untis vestrttm

modo

traditn-

diverso y adecuado á su cirácter, pues

enérgico Pedro protesta de su lealtad,

hombro de interesante. En

emoción, se reclina sobre

una escena animada

im

expresan un sentimiento de sorpresa é indig-

al oirle,

nación, que manifiestan de un

la

«La

titularse

Sin embargo incurriría en error, pues no hay punto de comparación

Vinci.

por

mejor

cuestión superficialmente,

el

dulcísimo Juan,

otro discípulo.

el

mudo

Resulta, por

«Cena» del pintor valenciano todo varía por completo. Jesús pronuncia con tono solemne las palabras sacramentales: Hoc est etiim corpas menm, hic est cnim sauguis meus, que escuchan los apóstoles con religiosa atención. Una atmósfera de poesía y misticismo rodea esta situación culminante, y parece arrastrar, á su pesar, aun lo tanto,

é

la

mismo Judas, que oprime convulsivamente la bolsa, fruto de su traición. En resumen, la obra de Vinci es más dramática y la de Juanes más simbólica. En aquél sobrepujó el artista al cristiano; en éste el cristiano al artista. al

Entre

las varias

«Cenase que contiene

nerse al nivel de la de San Nicolás,

mejor de su autor. Con

la

el

una de

«Virgen de

la

Catálogo, no puede ninguna polas

mejores creaciones,

Leche,» de San Andrés;

tación de Santa Isabel» y el «Martirio de Santa Inés,» del

si

la

no

la

«Visi-

Museo de Madrid;

«Asunción» y «Bodas místicas» del de Valencia; los «Salvadores» y «Eccey algunas pocas obras más, forma el repertorio selecto, el Sancta Sanctomm de Juanes. Más dichoso éste que su rival el gran Leonardo, la la

Homo»

«Cena» de referencia

hállase en tan excelente estado de conservación,

parece no se haya acabado de secar, ¡y cuenta frescura de su color. Bien iglesia

tres siglos!

que no hemos de olvidar que

el

que

Tal es

la

clero de dicha

guarda esta preciosa tabla con cuidado exquisito. Ordinariamente per-

manece oculta de que

más de

á los ojos de los proí^mos, temerosos sus diligentes poseedores

la luz les

robe algunos átomos de su brillante colorido ó algunos ras-

gos de su vigoroso dibujo.

Siguen á esta «Cena,» en primer término,

la

de

la

Catedral, y después, y

EL ARCHIVO á

mayor

distancia, las de Alcira,

53

museos del Prado y

Carmen, que

del

si

no

fuera por la expresión de las cabezas, las atribuiríamos al P. Borras, pues es-

muy

tán

Sin

de San

de acusar

lejos

las

la

finura de pincel

circunstancias angustiosas en lo

país.

las tablas del altar

No

quiere esto decir que no posea

el

Museo

«Vida de San Esteban,» pero

lo

demás

Prado obras suyas superiores á

del

muy

está

disperso,

menos

visible,

al clero

IV

Esteban á vender á Carlos

Juanes conocido fuera de su

que la antes nombrada. económico que obligaron

y

la

tamaño

ni por el

mayor, apenas

si

sería

ni por el asunto, reúne

tantas condiciones de popularidad.

Representar los dramáticos incidentes que rodearon tomártir Esteban, en cinco cuadros (eran

«Ordenamiento

titulado

pero

seis,

el

la

existencia del pro-

primero de

la

colección,

del Santo,» se atribuye al P. Borras), fué idea felicí-

sima y con notable acierto desarrollada. Hay que añadir también que sus mismos defectos contribuyen á hacernos simpático este hermoso poema. Aquellos deliciosos anacronismos de arquitectura é indumentaria en

que aparece

el

San-

hedrín con ornamentación del Renacimiento, y junto á la dalmática recamada del Santo la ropilla negra del autor, sin que ni una ni otra prenda estén más justificadas

que

la

presencia del pintor en

el

(f

Entierro» del Diácono; aquella

perspectiva corta que detalla los últimos términos casi tanto

como

los prime-

que más parecen panecillos; que seduce sobremanera. Quizás ante crea-

ros; aquellas piedras del «Martirio del Santo,»

todo esto es tan típico y original, ciones más acabadas, exclamásemos: «Aquí se vé más perfección, pero se vé

menos

mo» la

á Juanes.»

de

la

En

Catedral y

primera á

la

«Purísima» de

la

Compañía, marcan

segunda manera de Juanes. De suponer

la

admitirse que

nuestro concepto, esta interesante serie, la

el

«Bautis-

transición de

lo contrario, debía

había echado á perder en Valencia, sobre todo en lo

que resno juzgamos probable. Las tres tablas de «la Creación» que nos trasladan con el pensamiento á las «Loggias» del Vaticano, tanto es lo que recuerdan á Rafael, y las cuatro de «Apariciones de San Miguel Arcángel,» unas y otras existentes en San pecta

se

al color, lo

cual

Nicolás, figuran entre los mejores cuadros de Juanes. Creeréis al verlas que

no hay un más opinión

al

que esto á

allá

en

el arte,

pero

si

os descubren «la Cena,» mudaréis de

punto, pues dicha tabla supera á lo mejor, lo

casi

en

la

proporción

mediano ó dudoso.

Las obras relativas á San Miguel tienen por asunto «la lucha entre los ángeles buenos y malos,»

batalla de

Josué contra los cananeos» y las «apariciones del Monte Gárgano y de Roma.» En esta última aparece la famosa Moles Hadriani (hoy castillo de Sant Angelo), reproducida con toda «la

exactitud.

En

la

(fOuía de Valencia» del Sr. Settier se asignan á Juanes en

mienzos, ó á su escuela, ocho obras del

Tomo

VII

altar

sus co-

mayor de San Miguel, afirma7

EL ARCHIVO

54

ción que ha sido después repetida por varios escritores.

Sin embargo, á que representan «La victoria del Arcángel sobre Luzbel,» la «Aparición de San Miguel en el monte Gárgano» y «La sentencia y martirio de San Dionisio,» y lo más que podemos admitir es que se agregue á las anteriores una Virgen que hay en el centro de dicho altar, y que por su forma análoga demuestra pertenecer á la colección. El error nuestro juicio no son

más que

cuatro,

expresado dimana, según creemos, de haber incluido entre los cuadros de iglesia los

de

en cuyo caso resultan ocho ó nueve

la sacristía,

tan rasgos de Juanes.

Las tablas citadas aparecen inferiores á

la

que osten-

los

de San

las

Nicolás, á lo cual contribuye su lamentable estado de conservación, pues la

de «San Miguel en

todas tienen sucio

monte Gárgano»

el

tonces figuraran entre las

Sería

SECCIÓN Pocas son en número

profundo sentido alegórico que en quilates,

y por lo que á

denotan

la

varias

partes

y

2.»

obras que en este grupo se contienen; pero

las

compensada con

escasez se halla

rajada en

está

muy

conveniente restaurarlas, y quizás enbuenas producciones de la primera época de Juanes.

el color.

creces

por

calidad de las

la

ellas palpita acrecienta

tal

mismas. El

muchos

su valor en

ejecución se refiere, acusan marcado adelanto y madurez del autor. la

«El Bautismo de Cristo en

el

Jordán;» ¡qué magnífica portada para tan

interesante sección! Acerca de este cuadro decíamos en otro lugar lo siguiente:

«Es de

la

la

obra de Juanes que tiene mejores efectos de luz, siendo un estudio

alborada, cuyas rosadas

tintas se reflejan

singularmente anatómico, no tiene los doctores griegos

y

en

rival; el color

(San Gregorio, San

latinos

el

Jordán.

muy

Como

dibujo,

propio, las cabezas de

Basilio,

San Agustín y San

de Cristo y de San Juan.» A esto podemos añadir, que dicha «Alegoría del Bautismo» es una libre imita-

Jerónimo) excelentes,

como

así

Más grave

ción de Rafael.

el

genio de Juanes que

las

graciosas figuras de ángeles

tal

vez infunden en

que explicaron

el

posición, puesto

el

ánimo

dogma

que en

las actitudes

que aquél pusiera

ideas nada devotas,

católico. Así logró dar

ella

aparece

el

á

el

de su maestro, sustituyó

ambos



—y que

lados del río

por los austeros personajes

más trascendencia

Bautismo venerado por

á su

com-

las iglesias

de

Oriente y Occidente. Un beneficiado de la Catedral, arrodillado y con un libro abierto en la mano, que figura en un extremo del cuadro, es el que lo

Moscn Bautista Agncsio más adelante hablaremos.

encargó,

(i)

(i),

El llamarse Bautista este virtiiuso y

no deben despreciarse

al tratar

íntimo amigo del

.s.uiui

artista,

de quien

sacerdote priieiia que ciertas cumciueiicias

de interpretar los asuntos de algunas obras.

EL ARCHIVO

San Andrés, «Cristo en brazos de ángeles,» llamada

tabla existente en

La

también «La Piedad,» encanta por

ramente romanas,

la

55

suavidad de

la

agrupación simétrica de

las tintas

y

cierta agradable

brota del asunto. Se ve en primer término á Jesús difunto,

dez cadavérica; su cuerpo aún está caliente,

pu-

las figuras,

melancolía que pero sin

la livi-

más bien parece dormido que

muerto. Dos ángeles, arrogantes mancebos, le sostienen, y en lo alto su Eterno Padre le mira complacido. Alguien ha supuesto fuera esta obra una representación de

la

Trinidad, lo cual no creemos, pues

A

bolo del Espíritu Santo.

nuestro juicio,

el

falta la

paloma, sím-

asunto se puede interpretar

así:

«Dios Padre contemplando consumada la redención del hombre por la muerte de Jesús.» D. Vicente Boix, en su «Guía,» atribuye este cuadro á Ribalta imitando á Juanes, opinión que ha sido seguida, sin reflexionar, por otros autores, mas que consideramos destituida de fundamento. Grande fué la facultad asimilativa de Ribalta, según

demuestran sus copias del Piombo; pero no

hasta el punto de reproducir con tanta exactitud

suyo.

Aun dado

un

estilo

muy

diverso del

caso de que el citado «Cristo» perteneciera á Ribalta,

toda imitación requiere original,

la

gloria

como

de haber concebido éste sería

íntegra de Juanes.

En

la lista

de Mr. Guellette figura una composición con igual título y

que debemos juzgar análoga.

La

iglesia parroquial

de los que dio

la

de

Onda

primer noticia

posee fragmentos de un retablo de Juanes,

Mundina en

el Sr.

su

«Historia de

la

pro-

vincia de Castellón» y tuvimos la suerte de ver en Septiembre de 1891.



aquí en qué forma describíamos dichas obras en un artículo de El Correo de Valencia que por entonces publicamos:

«Consta de

tres

cuerpos

el retablo.

En

el inferior,

que llamó desde luego

y con preferencia nuestra atención, se advierten tres tablitas apaisadas, en las que se desarrollan escenas de la vida de Cristo. Vese en el primer cuadrito de la izquierda «La Sacra Familia» ó sea María, que tiene á Jesús en sus brazos jugando con la cruz, al cual contemplan sentados San Joaquín y Santa Ana, y en pie, en segundo término, San José. En el fondo bello país. »La tabla de en medio representa «El Entierro de Cristo,» grupo de seis figuras de subido valor. Jesús yace tendido en tierra,

preparan á envolverle en

el

y José y Nicodemus

se

sudario; María, con expresión de intensa amar-

gura, se arroja delirante sobre el cadáver de su hijo, mientras San Juan y la

Magdalena

se

disponen á consolarla. ¡Qué hermoso contraste presentan

bas composiciones! rafaelescas

La primera

es

un

idilio tiernísimo,

am-

una de esas alegorías

al paso que la segunda pone un modo interesante y conmovedor. cuadro completa el de los anteriores. En él Jesu-

en que tanto se complacía Juanes;

ante los ojos

el

drama

del Calvario de

»E1 asunto del tercer

cristo resucitado se aparece á su

Madre, que

le

recibe de rodillas. Varios

«

EL ARCHIVO

56

Apóstoles, situados en fecías,

y

el

el

fondo, presencian esta escena. Se cumplieron

instrumento de martirio y afrenta

iiáse

las pro-

convertido en símbolo de

redención, en lábaro de los celestes elegidos.

«Ofrecen todas estas obritas

el sello

no

indeleble de Juanes, y

así

como

de «la Cena» y de «la Creación» de San Nicolás, en que empleó ñguras pusitiescas, bastantes años antes quiera, sino de su mejor período,

el

de

las tablas

que Poussin. El dibujo correcto y sólido, el colorido rico y brillante, la simetría en las composiciones y la gran propiedad en la expresión, acusan la experta

mano

de aquel gran pintor, místico y filosófico á

»E\ cuerpo central lo ocupan cuales son: en

Santos médicos

))En el la

tamaño natu-

medio San Antonio Abad y Santa Bárbara, y á Damián y Cosme. remate, que guarda mayor relación con el cuerpo inferior,

ral, las

dos

los

la vez.

cuatro figuras sueltas, casi del

Santísima Trinidad, simbolizada por

el

los la-

se

ven

Padre Eterno sosteniendo á su Hijo

en la Cruz y rodeado de ángeles, y dos hermosas cabezas circulares de San Pedro y San Pablo. Todo esto es de Juanes, sin género ninguno de duda. «Por último, adosados á la parte inferior y en relación con la central, están los Santos ermitaños Gil (lienzo) y Onofre, y las Santas mártires Paula

y Apolonia, de escaso tamaño é importancia. »La manifiesta incongruencia entre unas y otras tablas, me hace sospechar se amalgamaran, para formar el actual retablo, materiales de diverso origen. Dados los asuntos del remate y del cuerpo inferior, que son de Juanes sin disputa, en

Quien

así

no

centro precisaba desarrollarse

el

lo entienda, será

la

«Crucifixión del Señor.

que desconoce en absoluto

la índole del reta-

blo medioeval y de comienzos del Renacimiento, semejante á una sinfonía

en que se desarrolla un solo tema, y es conjunto regular de partes armónicas. »

Fundados en la citada disparidad de asuntos y en notables diferencias de veníamos á deducir en dicho artículo, que el retablo de Onda se componía de fragmentos de otros dos; uno, el de la Cruz, en que el signo re-

estilo,

dentor era

el

lazo de unión entre las distintas partes, debido

«Salvador, « y otro, cido, anterior

pintor del

de «San Antonio y Santa Bárbara,» de autor descono-

el

medio

al

siglo al

primero y dominado por influencias germá-

nicas.

La «Asunción de

la

Virgen» ó su coronación por

la

Santísima Trinidad,

es una de las composiciones más típicas de Juanes, y en las que demostró que no por pertenecer á la escuela romana, carecía de originalidad. Tres son las obras de esta clase que de el recordamos: la de la Compañía (tamaño natural), la de San Nicolás (mitad del natural), y la del Museo del Prado

(Núm.

758, tabla pequeña).

Descuella entre

las

expresadas, por su

tamaño

é importancia,

una de

las

EL ARCHIVO

57

producciones más populares de su autor, la famosa «Purisima» de la Compañía, que una piadosa tradición ha cubierto con su aureola. Pintóla Juanes para los padres jesuítas: cuando

la

Museo

exclaustración fué á parar al

del

Carmen, donde presidió muchos años el Salón de Sesiones, y hoy ha vuelto á poder del indicado Instituto y ocupa una capilla lateral de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Varias notables cualidades coadyuvan á enaltecer esta admirable crea-

en lo alto el Padre Eterno y su Hijo cororeverente y cruzadas las manos sobre el actitud en nan á María, que aparece pecho; á los lados los símbolos de la Letanía Lauretana y dos ángeles pura-

La primera

ción.

es su sencillez;

rafaelescos; á esto se reduce todo.

mente

La atención

se concentra

en

la figura

Virgen, esbelta y airosa, de facciones correctas, mirada dulcísima y respirando una modestia, gracia y magestad, que causan indecible encanto. Pa-

de

la

sado

os

lido,

momento

primer

el

en

fijáis

muy

colorido

de estupor, de adoración á que se siente uno impe-

y veis un dibujo vigoroso, escultural, y un más que con la restauración parece haber per-

los detalles

simpático, por

dido algo de su carácter. Vése patente en esta obra

de Rafael en su primera manera, que era

el influjo del

que mejor

la

se

Perugino y

amoldaba

al estilo

de Juanes.

La «Purísima» de San Nicolás

de tamaño

es

mucho más

reducido, y

así

anterior el Padre Eterno y Jesucristo solo asoman su busto entre ésta aparecen de cuerpo entero y sentados, coronando á María, lo nubes, en

como en cual dá

Santo

al

la

cuadro

el

aspecto de una especie de Trinidad, en

está sustituido

dicada

al

mismo

por

la

Virgen. Otra

asunto, existe en

el

tablita

Museo

del

la

que

el

Espíritu

ovalada y microscópica, de-

Prado y reproduce

la

obra de

bien con la variante de haber á los lados y parte inferior infinitas cabezas de Santos, en vez de los atributos de María. la

Compañía,

si

Una «Asunción,» del

Carmen. En

diversa por completo de las nombradas, posee el

ella la

Virgen

nida por cuatro ángeles. El tamaño de esta

Compañía y

la

Museo

y asciende á los cielos, sosteobra es intermedio entre la de la

sale del sepulcro

de San Nicolás, pero en cuanto á primores de ejecución

deja atrás á todas. El estilo suelto y valiente nes, la composición original

las

como en pocos cuadros de Jua-

y graciosísima y una gran suavidad en

los tonos,

debida sin duda á no haber sido retocada por manos agenas; hé aquí expli-

cada

de

la

las

superioridad de tan preciosa tabla sobre sus similares en asunto. Joya

joyas del

Museo

la

llama

el Sr.

Araujo en su «Viaje á

afirma que en tan cortas dimensiones no hubiera hecho

tepone á

la

citada

«Asunción grande.»

compañera en simbolismo místico, ción.

Por eso

es

Esta,

sin

más

los

de España;»

Rafael, y la an-

embargo, aventaja á su

lo cual constituye

una sabia compensa-

más popular.

La «Virgen de

la

Leche, con San Jerónimo y San Juan Bautista,» de San

EL ARCHIVO

58

Andrés, debe ser colocada entre razón movió á éste á poner

al

las

más

perfectas creaciones de Juanes.

Precursor, ya en edad

viril,

Qué

junto á Jesús niño,

sabiendo que con ello cometía una impropiedad, ni á qué

reunió aquel

fin

Santo y á San Jerónimo al lado de la Virgen, son cosas que no se nos alcanzan y para cuya explicación hemos de apelar á la conjetura. Agrupaciones parecidas se observan en

norma

las rija,

que

y romana,

las escuelas florentina

que otra

sin

capricho de los pintores. Tal creemos ocurra en

el

sente caso, y que se trata de un cuadro de familia. Alambicando miento, no descubrimos otro vínculo entre el solitario del Jordán y

do «Cardenal de Belén,» que

el

de apellidarse Juan

el artista

el pre-

el

pensa-

el

llama-

y Jerónima su

mujer. Descrita esta obra por nosotros en Las Proi'incias hace ya algunos años,

nos limitaremos á copiar los párrafos más salientes del citado artículo. Dicen

«Represéntanse en

Virgen con

así:

cuadro de medias figuras; en primer término

el

la

niño Jesús en su regazo, aquélla mirándole con ternura y éste sonriendo, vuelto al espectador y apoyando la diestra manecita en el pecho el

materno; no se puede dar actitud más natural ni más

término y sirviendo de fondo, á

la

artística;

en segundo

derecha, San Jerónimo con hábitos car-

y sosteniendo un libro; á la izquierda San Juan Bautista, vestido con un pellico de color verde obscuro, y por último, en lontananza, ameno país. ¡Qué bien diversificados están los personajes conforme á su edad y ca-

denalicios

tegoría! Fijándonos en las carnes, la

Virgen,

el

moreno

del

hombre

notamos

el

color sonrosado del niño y de

(San Juan), y el cetrino del cano y liso, el Bautista negro y Jesús dorado y lleno de rizos. A esto

del pueblo

viejo (San Jerónimo). Este tiene el cabello

crespo,

Virgen castaño y flexible, que la vestidura de María, bastante complicada, consta de

la

podemos

añadir,

tunicela ó camisa encarnada, después

una especie de toga de

tinte amarillo

un velo ó pañuelo blanco que cubre la cabeza, y por encima de todo, un anchuroso manto de intenso y hermoso color verde. En

pálido, sobre ésta

cuanto

al

niño, aparece completamente desnudo.

»La composición, anacrónica bajo de alegoría rafaelesca, es bellísima bajo dable disposición. Se ha tratado escollos, tal

vez

y

la

el

el

punto de

el

pictórico por su simetría

vista histórico

y

á

modo

y agra-

asunto con delicadeza, venciéndose sus

humana y una actitud res-

Virgen, sin ser una hermosura ideal, sino más bien

el retrato

de

la

mujer ó alguna

hija del pintor, ofrece

petuosa y digna. El dibujo es sólido, correcto y vigoroso, y la anatomía bien indicada, probando lo empapado que estaba el autor en las máximas de Sanzio de Urbino.

gran Vinci,

el

En cambio,

san grandemente el

epíteto de

el

color con su esplendente armonía, recuerda al

colorista inimitable. al

que

Andrea

los

Los tonos son

contempla. Merece, en

del Sarto, Sai:;^a error i.»

muy

simpáticos y embele-

fin,

Juanes por esta obra,

EL ARCHIVO

59

Cierra dignamente esta serie una gran maravilla, no inferior á ninguna

de

nombradas,

las

la

obra titulada «Bodas místicas de Santa Inés y

el

Vene-

rable Agnesio, San Teófilo y Santa Dorotea,» ó «Apoteosis de la Inocencia,» que admiramos en el Museo del Carmen (Núm. 678). Aun cuando en la repetida «Biografía» hicimos una descripción de dicha tabla, era tan deficiente, que creemos deber ampliarla é ilustrar con algunos

datos su probable origen.

Mosén Juan el

Anyes (Agnesio), sacerdote ejemplar, según prueba le conoce, que vivió de 1480 á 1553, y obras latinas en prosa y verso, demostró una profunda erudiBautista

dictado de Venerable con que se

en sus varias

ción; distinguió á nuestro Juanes con firme

y duradera amistad.

influyó sobremanera en la elección de asuntos de

punto

Tal vez

es de fe para nosotros.

Santa Inés,» del se gloriaba

con

predilección de se debiera

Museo

el

parentesco de

la

ser el

ella

bellísimo, el sin igual «Martirio de

que

Santa Virgen romana; quizás también

que luego hablaremos, mostrada

no solo á

Que

del artista,

del Prado, fuera inspirado por el místico varón,

á

la

San Jerónimo por Juanes,

Patrono de su esposa, sino á los consejos del sabio

teólogo Anyes, que escribió

Oficio de aquel Santo para

el

y comentó sus elegantes

lencia

el

muchas obras

Epístolas,

que

le

de Va-

la Iglesia

valieron el título de «Cice-

rón cristiano.» Empero todo esto, no pasa del terreno hipotético. Lo que cae

ya dentro del dominio de

la

realidad es la presencia de Agnesio en el

«Bau-

tismo de Cristo,» y en la tabla que relatamos; en el primero en calidad de espectador, y en la última con intervención más directa.

Suponiendo, como

que ocupa en tismo» de

la

la

la

tradición sostiene

composición, que

Venerable encargó

como cierta tomo VIII), de

Catedral, y dando

(Viaje á las Iglesias de España,

bos de

el

y parece darlo

las tablas

de

la

á entender el lugar el

estar fechados

Catedral de Segorbe, no

cuadro del «Bau-

aserción del P. Villanueva

la

en 1530

los reci-

podemos admitir como dato

cerrado, que Juanes naciera en 1523, sino unos diez ó veinte años antes (i).

Obra de

la

importancia que

«Alegoría del Bautismo,» que

fija una no es fácil que éste la pintara (Agnesio murió en 1553), y aún creemos

la citada

línea divisoria entre las dos épocas de Juanes,

cuando apenas

tenía seis lustros

menos factible que el Cabildo Catedral de Segorbe encargara el retablo de su Altar mayor á un niño de siete años. En cambio, alargando como se ha dicho

la

vida del pintor, queda todo explicado,

así

como que

fuera discípulo

de Rafael.

La idea germinal de «Bodas

(i)

dose en

místicas,» fué

Ponz y Cean Bermúdez marcan para Juanes el acta

la

una visión que tuvo

edad de cincuenta y

seis

el

repe-

años, fundán-

de depósito del cadáver en Bocairente. Sin embargo, este documento nada

dice sobre el particular.

EL ARCHIVO

6o

tido Anyes, Apareciósele Santa Inés, y él la tija

en señal de desposorio, según

tio.

Atendida

á su

la

puso en

costumbre de

la

el

la

dedo anular una sor-

romana (i) Confarrea-

modestia del virtuoso clérigo, juzgamos esta obra posterior

muerte y como un monumento consagrado á su memoria por la ternura el Cabildo anheló conservar un recuerdo del

de Juanes, ó más bien que hecho.

Veamos de qué modo

dispuso

el artista esta

composición. Colocó en

centro á María, sentada, teniendo á Jesús en su regazo y llevando en

una corona de campanillas.

tra

A

sus pies los dos Santos Juanes, niños,

dos Santos Inocentes, se agrupan en torno de

A

Infante.

diante

la

la

la

derecha Santa Inés, se desposa con

entrega del anillo, y á

la

Cruz que sostiene el

el

el

la dies-

y

Divino

Venerable Agnesio me-

izquierda Santa Dorotea ofrece tres grana-

das á San Teófilo, en calidad de arras matrimoniales. Los prometidos, arro-

y en reverente actitud, dan á sus novias, sentadas y sonrientes, hermosos ramos de rosas y azucenas. En el fondo un paisaje pintoresco, árdillados

montañas y edificios. Y por fin, en lo alto doradas que explica el asunto: Crux est

boles,

en

letras

trames, lo cual significa en castellano:

que conduce

La

«La Cruz

del cuadro, esta inscripción

ad stemmata florida

innocuis

es para los inocentes, escala

á su coronación.»

historia pareja de la de Santa Inés, encontróla Juanes

en

la

«Leyenda

Áurea,» y por lo bella é interesante debemos referirla. La escena pasa en Cesárea (Capadocia), la joven cristiana Dorotea es conducida al martirio. Vela

el

abogado Teófilo que conversaba con unos amigos, y

deando de impiedad: «Ahora Paraíso. flores.»

Cuando

llegues allá, haz el favor de traerme unas

El grosero chiste fué celebrado con grandes risas,

respondió, y siguió su cimino; pocos

dice alar-

le

puesto que vas

estarás contenta, Dorotea,

al

manzanas y unas mas la Santa no

momentos después moría

al filo

de

la

un apuesto mancebo se apareció á Teófilo y le entregó tres manzanas y un ramo de flores, borrándose al punto de su vista. Ante semejante prodigio, pues esto ocurría en el mes de Febrero en que el campo está espada. Entonces

no tienen hojas, Teófilo se convirtió y derramó su sangre por Cristo (2). Terminaremos lo referente á esta creación peregrina, diciendo que produce en el ánimo gratísima impresión. Aquellos grupos de niños y candorodesprovisto de sus galas y los árboles

sas vírgenes

(i)

simbolizando

Siguiendo

Si tu es Agnesius,

(2)

la

P. Croissct

el

inocencia, aquellas tintas tan jugosas

famosa fórmula «Si tu

ego sum Agnes,

Afw

este autor, se truecan

usando

la

Cristiano,

en

nombre genérico

el

es Caius,

ego sum Caia,»

etc.,

y transpa-

parecen decirse:

etc.

tomo de

Febrero, día VI. Las manzanas de que habla

cuadro en granadas. Probablemente

latino (Pom.i).

la

«Leyenda»

dirá frutas,

1

EL ARCHIVO

6

y frutas, expresados con vistas que para contadas. Rogamos para más cosas son delicadeza, nimia tan guardadora del Museo del Carmen, discelosa Carlos, San á la Academia de en su defecto, de la Fotoponga la reproducción por medio del grabado, ó rentes, aquellos detalles, singularmente las flores

de

grafía,

obras de Juanes, en especial ésta y

las

SECCIÓN En

«Asunción» (Núm. 626).

la

3.*

varias ocasiones representó Juanes al «Padre Eterno,» por lo general

de medio cuerpo ó busto con manos, ya formando parte de una composición, ya solo por completo. Entre estos últimos, debemos citar por ser el más típico, el señalado con el

núm. 388

del

Museo

Carmen, cuya forma trianentender que figuraba de re-

del

gular y grandes dimensiones, dan bien claro á mate en algún Retablo y había de ser visto á distancia.

El Padre Eterno de Juanes, viejo de luenga y canosa barba y aspecto venerable, que recuerda

no poco

al

Kronos ó Saturno de

la

antigua Mitología,

no no amengua su

tiene su filiación directa en Rafael. El pintor valenciano, en esta parte,

hizo

más que reproducir con

leves variaciones.

Mas

ello

mérito, ni es caso extraño que los jefes de escuela se conviertan á veces en

En

Arte hay pocas lagunas y no se procede por saltos, sino en ordenada ilación. Los artistas más eminentes son como los dieces del Rosa-

imitadores.

el

rio,

que no por su tamaño algo mayor, dejan de formar parte de un todo

con

los granos

que

les

preceden y siguen.

Precisamente en los «Salvadores» dio muestras Juanes de su potente

Tan admirable

ginalidad.

tipo de belleza

tampoco en Vinci. El «Salvador» de grabado de patética,

éste

ori-

no hay que buscarle en Rafael, ni que conocemos por un excelente

Española y Americana, se distingue por la expresión de Juanes le supera en majestad. Aquél es más hombre,

la Ilustración

pero

el

más Dios. Los Museos

del Prado y del Carmen, la Catedral de Valencia San Nicolás, poseen excelentes Salvadores, en cuya y descripción no entramos, porque ya la hicimos en otro lugar. Dos agregamos

éste

(Capilla de San Pedro),

á la

lista, el

de

la Iglesia

Parroquial de Sueca, rubio y de fondo de oro, y

el

de Jabea, moreno y de fondo obscuro y con huellas de las bayonetas francesas, ambos de más de medio cuerpo. Otros dos de menor tamaño, tam-

de

la

uno de una

bién indudables,

una

villa

importante de

temor de que

Además,

tía,

en

la

indefinido.

creación del tipo.

sirve de puerta al Sagrario

VII

modo

de Juanes no estriba en haber pintado muchos «Salvado-

todos estos casos simboliza

Tomo

(no parroquial) de Valencia y otro de

provincia, pudiéramos añadir, pero nos detiene el

nos tache de alargar este Catálogo de un

la gloria

res,» sino

En

se

la

iglesia

y

el

«Salvador»

lleva

en una

la

institución de la Eucaris-

mano

la

hostia

y en

la otra el

8

EL ARCHIVO

62

cáliz

de dos

como en

que

las

asas, reliquia inestimable

señalado con

el

núm. 760

el

se vé á sacerdotes

sedec. Separa entre



á los

de nuestra Catedral. Algunos á su vez,

Museo de Madrid, tienen dos puertas, de la Ley antigua como Elias, Aarón ó Melqui«Salvadores» como rasgo saliente, el que unos del

tienen dorados los fondos y los otros obscuros. Los primeros, que resultan

algo anacrónicos para

el

tiempo en que

ricamente que tienen vistas á

la

se pintaron,

puede afirmarse metafó-

Edad Media que muere, y

los

segundos,

al

Renacimiento que germina.



El «Ecce-Homo,» otro portento, otra producción original y típica. Aquí citar esta ó aquella tabla, todas se parecen como hermanas

que no cabe

gemelas, y tan solo se diferencian en el tamaño. Juanes no supo ó no quiso apartarse de la primitiva concepción de este asunto, y se limitó á copiarse á sí

mismo.

No

«Ecce-Homo» la sonrisa del «Salvador;» su mirada severa nos reconviene amargamente. Ni menos notamos en el reminiscencias italianas: si como quien cierra los ojos á la luz, supusiéramos por un momento, en virtud de la fuerza de la abstracción, que Juanes no había existido, ¿á quién atribuiríamos esta obra? Contestamos sin vacilar que á Alberto Durero.

se advierte

Tiene toda

en

el

la valentía, los

toques vigorosos y

la

sobriedad de color del

maestro de Nuremberg (i). Dista un abismo de Rafael y de Vinci. En la Sacristía de la Catedral hay un «Buen Pastor» que algunas «Guías» achacan á Juanes, pero sin fundamento. Es una

de escuela florentina.

Tampoco

cuerpo entero que cubre

mayor), pertenezca

al

de San Nicolás,

particular

que

la

tablita apreciable, al parecer

hoy nadie que

«Salvador» de

el

puerta del Trasagrario de dicha Basílica (Altar

pintor de referencia, sino á alguno de sus discípulos.

Algunos grupos de Santos los

la

sostiene

se conservan de Juanes. Entre ellos

podemos

citar

Catedral, Santa Catalina, y las dos obras de propiedad

que forman parte de una de

las

colecciones

más

ricas

de esta clase

en Valencia. Las tablas de Santa Catalina merecen mención Son tres cuadros apaisados, de los cuales dejaremos aparte el del que representa al «Salvador,» y no por cierto de los mejores de Jua-

se conservan

especial.

centro,

nes, para fijarnos en los de los lados.

Vése en

el

de

la

izquierda á San Pablo

y San José con Jesús en brazos, y en el de la derecha, á San Pedro y la Virla composición en que aparece dividida la Sacra

gen. Aparte de lo extraño de

Familia y se hace no solo á San Pedro sino también á San Pablo contempola infancia de Cristo, estas producciones de los comienzos ó matura

ráneos de

no ofrecen nada de notable. Sin embargo, para nosotros enparticular interés, pues las dimos á conocer en un articulito, que fué

fría del autor,

cierran

(i)

Pudo Juanes conocer

ser pura casualidad.

algunas obras de Durcro en

Italia,

empero

esta analogía

debe

EL ARCHIVO

63

primero que publicamos en La Ilustración Valenciana (1881). De otros Santos de Juanes, apenas tenemos nada que decir. La Catedral posee una tablita que contiene el «Ángel Custodio» con suelta vestidura, y llevando

el

una corona y una espada, de Valencia.

Tan

insignias alusivas á su protectorado sobre la ciudad

poética devoción háse perdido por completo.

Obra en nuestro poder una hermosa lámina que representa á fcSan Juan Evangelista» sentado al pie de un árbol y escribiendo, y á quien se le aparece la Purísima, cuyo original es de Juanes y el dibujo y grabado de D. Teodoro Blasco de Soler, artista valenciano que murió en 1864. Como este señor hizo en París sus estudios, sospechamos que la

misma que

citó

la

obra por

Mr. Guellete, como procedente de

la

él

reproducida fuera

Almoneda

del ban-

quero Aguado.

La figura del Doctor San Jerónimo fué una de las favoritas de Juanes. La vemos en el «Bautismo de Cristo,» en la «Virgen de la Leche,» en los grupos de San Nicolás, en el tríptico de San Andrés, y con toda seguridad en los «Cuatro Doctores» de Bocairente, su última obra. Supo crear en esta y simpático y darle nobleza y majestad. A excepción del cuadrito de San Andrés en que le pintó penitente y desnudo, adornóle siempre con los hábitos cardenalicios. El P. Interián de Ayala (i), censura esto, pues dice apoyándose en el Cardenal Baronio, que nunca tuvo el Santo

parte

un

tipo venerable

aquella dignidad, y que aunque la hubiera gozado, se introdujo hasta 1254, siendo Papa Inocencio IV.

que

el

A

púrpura no

uso de

la

esto se

puede oponer,

y sin la dalmática de San Esteban, no menos anacróvulgo que se trataba de un Cardenal ó un Diácono.

sin tal distintivo

nica,

no

Una

sabría el

más importantes de esta Sección, después de los «Salvadores» y «Ecce-Homos,» es sin disputa el «San Francisco de Paula» que se venera en la Iglesia de San Sebastián (extramuros), antes Convento de Mínide

las

obras

mos, y que se distingue por la solidez del dibujo y la hermosura del color. Como ya en 1891 hicimos su descripción en un artículo dedicado al Santo

que publicó La Semana Dice

así:

«Aparece en

Católica, solo recortaremos

ella el

de

él

algunos párrafos.

Santo, de pié, de cuerpo entero, en tamaño algo

menor del natural, echada la capucha y apoyándose sobre un báculo. En fondo se despliega un país agreste, destacándose en el horizonte un sol con lema Charitas. Adviértese en

el

rostro del Santo

un

el el

melancóÜco y de entereza de un San

tinte

notable austeridad, que trae á la memoria cuando con la Ambrosio ó de un Tomás de Cantorbery, echaba en cara

á

Fernando

I,

de

Ñapóles, los onerosos impuestos con que vejaba á sus vasallos, ó afeaba los

crímenes é hipócrita conducta de Luís XI. La circunstancia de ser valentino casi coetáneo de San Francisco, y haber estado en

(i)

Pintor cristiano y erudito.

Tomo

III.

el

Apeles

Roma, donde

EL ARCHIVO

64

vez vería su retrato auténtico, hacen suponer encierre esta producción

tal

grandes garantías de exactitud histórica. »E1 inmortal Murillo también reprodujo pió con frecuencia. La

la

imagen de

de estar San Francisco descubierto), notable por mirable colorido, peculiares á todas

por

este Santo,

obra del artífice sevillano (que ofrece

las suyas,

la

la

profusión de luz y

el

ad-

atrae desde luego las miradas

aspecto candoroso y simpático del Fundador insigne. La bondad y la

el

caridad se observan en su faz estampadas, y en cambio

la

humildad y

nitencia resaltan en la tabla de Juanes. Esta causa veneración;

la

Murillo seduce. Amba'S se completan y encarnan perfectamente

que

queco-

particularidad

la Iglesia

la

pe-

pintura de el

concepto

ha formado del Santo.

Varios son los retratos que conocemos, debidos á Juanes. Entre ellos figura a la cabeza el de

Museo

D. Luis

del Prado), por su

Castelví,

tamaño

Conde de

é importancia.

Carlet

Tiene

tal

(núm. 754

del

finura de tintas,

que parece brotado del pincel del Ticiano. Siguen después el guadamacil de la Catedral, en que aparece el respetable busto del Arzobispo Santo Tomás de Villanueva, y los retratos del venerable Agncsio («Bautismo de Cristo» y «Bodas místicas^) y del propio artista («Entierro de San Esteban,» número 753 del Museo de Madrid). Manifiesta Juanes en dicha obra, unos cuarenta años, lleva barba negra, corta y cerrada, y ostenta facciones regulares. Revisten especial cuidado las expresadas producciones, por cuanto demuestran

no siempre

elevaba los ojos

nero tan

al

que

regiones del ideal, y que aun cuando cielo, á veces los volvía á la tierra para dedicarse á un gé-

se cernía su autor

en

las

realista cual es el retrato.

Ahora ocurre preguntar: ¿existen lienzos de Juanes? Mucho lo dudamos, por más que no nos atrevamos á negarlo en absoluto. Desde luego no son suyos, ni la «Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, ó Pentecostés,» del Museo del Carmen, ni la «Purísima» de San Nicolás que destruyó un petardo y algunos le atribuían, cuando era solo una mala copia mucho más moderna. Únicamente un «Ecce-Homo,» muy imitado á su estilo, aunque de dimensiones mayores á las por él usadas, pudiera hacernos vacilar y hasta inclinarnos á la afirmativa. Dentro de la escuela de Juanes, sus hijos, Cristóbal Llorénsy los Zariñenas, optaron por la tabla, y el P. Borras empleó indistintamente la madera y el lienzo. Pero hay que decir que alcanzó el siglo XVII, en

el

Y

cual Francisco Ribalta simboliza el triunfo definitivo de

aquí finaliza este ligero estudio de

las principales

la tela.

creaciones del funda-

dor de nuestra Escuela, del más genial é independiente discípulo de Rafael. F. ViLANOVA.

EL ARCHIVO

§0^

calettíiarto^ ualenriatto-s

65

M

^tgío

APRILIS habet dies. xxx. luna. xxix.

Nox

habet horas,

x.

dies.

xiiii.

XIV.



EL ARCHIVO

EL ARCHIVO

JUNIUS

I

2 3

4 5

6

7 8 9

lo II

12 13

14 15

16 17 18

19

20 21

22 23

24 25

26 27 28 29 30

^1

68

EL ARCHIVO

JULIUS

I

BL ARCHIVO

|álima]5 ht cerámica

69

t)

h

mMo.

¿EXISTIERON EN ALICANTE DURANTE LA ÉPOCA ROMANA?

Sr.

muy

D. Roque Chabás:

querido amigo y maestro: Hace algún tiempo tuvo V.

la

amabilidad de insertar en su notable revista una desaliñada carta mía, en

la

que

le

daba cuenta de los hallazgos arqueológicos veri-

mí en esta ciudad; hallazgos que innegablemente tuvieron desde el principio un gran valor histórico para la misma, porque ellos vienen á echar por tierra no pocas de las aventuradas y equivocadas apreciaciones que ficados por

de sus primitivos tiempos han dejado consignadas todos cuantos historiadores trataron de esta región.

Hoy

vuelvo á abusar de

distingue, para rogarle,

que

mal pergeñadas mi primera epístola.

las siguientes

puestas en

amabilidad y condescendencia que tanto le oportuno, dé cabida en El Archivo á

la si

lo cree

líneas,

que vienen á ensanchar

las ideas

ex-

I.

FABRICACIÓN DE OBJETOS DE CERÁMICA.

Mucho

se

ha debatido

obscura cuestión de

la

mitivo nombre de Alicante en

la

la

antigua situación y pri-

época romana, por los historiadores que de

nuestras cosas se han ocupado, hasta que el sabio arqueólogo D. Juan de Dios la Rada y Delgado y V. se ocuparon de tan trascendentales cuestiones, dejando sentada de una vez para siempre la verdad sobre aquellos dos puntos.

de

Porque en nuestro pobre concepto, todos, absolutamente todos cuantos las han estado equivocados en sus

trataron, especialmente en cuanto á la situación,

apreciaciones; falta

de esa

unos por

crítica

falta

de sólidos é irrefutables antecedentes, otros por

profunda, severa y elevada, tan necesaria para tratar los

asuntos históricos, á

fin

mente imparcial, y por

de que éstos resulten escritos con un criterio esencialfin,

algunos por apasionados, no faltando algún otro

por hacer alarde de una erudición y conocimientos que está muy lejos de poseer, vino á querer resolver el difícil problema, según se lo dictaba su fan-

^

los

que había de regirse

en que

las

el tribunal en el orden judicial y forense, y aquellos costumbres de mar de Barcelona se hallaban consignadas como

cuerpo del derecho

común marítimo.

Los editores no tuvieron en cuenta la división y englobaron cosas tan haciendo un compuesto á que dieron el nombre impropio de Leyes

varias,

De

del Consulado.

modo suma

este

la tercera

impresión 329 capítulos y

la

quinta 333, mientras que en el manuscrito, según queda expresado, se compone de 46 lo que concierne á los Cónsules, y de 257, separados y con nu-

meración ordinal propia,

Código de

el

las

costumbres.

Otra diferencia considerable consiste en que, en en

Códice,

el

están

guerra, mientras que en los libros

que pudieran llamarse

militares,

empieza en

lencia de 1539

el cap.

estas

costumbres

escritas

que ocurran en paz como en impresos se han segregado las ordenanzas

comprendidos

casos

los

formando sección aparte, que en 295 con este membrete:

«Hasta aquí habernos hablado de

las

leyes

f ordinaciones

el

de Va-

de contratos

de mar mercantivos. Agora pornemos ordinaciones en hecho de armada de

mar.»

En

el de Barcelona de 1732 empiezan en el capítulo 297 así: «Ordinaciones de todo navio que armará para ir en corso y de toda ar-

mada que

se

haga por mar.»

Entran aquí

las

obligaciones y circunstancias del almirante,

contramaestre, gaviero, etc., distribuidas en

el

Códice en

capitán,

los capítulos 179,

187 á 191 y otros sin orden.

en

Comparados entre sí los capítulos de las compilaciones, no sólo varían número mayor que tienen los libros impresos y en el orden que ocu-

el

pan, sino también en alteraciones del texto,

(i) llano,

Titúlase ésta Consulado del

que no están

Tomo

foliadas.

VII

Imp. de

Hay

bien conservan conformidad

de 'Barcelona, wievamente traducido del calhalau en caste-

por D. Cayetano de Pallejá, y adicionado de

etcétera. Barcelona. 1732. ces,

mar

si

los

autores que tratan cada uno de los capítulos,

sin las J. Piferrer, folio, 199 págs.,

ejemplar en

la

Academia de

de preliminares é índi-

la Historia.

19

EL ARCHIVO

198

en

Muchos de

la esencia.

los

añadidos se han escrito en ampliación de los

precedentes ó esclareciendo dudas que habrían ocurrido á los jueces, habien-

do otros que responden á nuevas necesidades de los tiempos, por ejemplo, que atañen á las escalas en Alejandría, Armenia, Andalucia y Berbería, lo cual no se trata en el manuscrito de Valencia. de

los

Las diferencias están justificadas por

una de iutgar e

las

les

artículo 38 de éste, referente á

el

atribuciones de los Cónsules: «Jí

questions, deimi esser delcrminades

ah

les

costumes de

mar no

consell de dos bons

bastaran á

homens mercaders

marins.»

Es obvio que

al

formar jurisprudencia

los fallos, se fueron

incorporando

sucesivamente, y que en virtud del crecimiento- legal quedó anticuada colección manuscrita, sin uso en

mento

el tribunal,

histórico de consulta.

Esa misma colección comprende, sin duda, por

la

aunque apreciable como docu-

experiencia en

la

la

las

innovaciones implantadas

sucesión del tiempo, desde que

tituyó iiasta que la recopilación se hizo, de

modo que

el

Consulado

dá d conocer

se ins-

las leyes

vigentes en 1380, modificadas las que regían un siglo antes, cuando el rey

D. Pedro

III las prescribió

y se incorporaron en

el

Código de

los Jueces,

escribiendo en cabeza:

«Estos son los buenos establecimientos y

que

nientes á los hechos de mar,

mundo, empezaron

las

buenas costumbres concer-

hombres expertos que navegan

los

buenas costumbres, (i)»

libros de la ciencia de las

Empezaron... quiere esto decir que era remoto en 1283 reglas establecidas.

Problema

es

el

á dar A nuestros antecesores; las cuales hicieron por los

¿Cuánd« tuvieron

que procuró resolver

el

origen de

las

principio? el

referido señor

Capmany

ejercitando

su excelente criterio después de haber registrado los archivos de Cataluña y de reunir cuantos datos pudo lograr para el estudio de la navegación y del

comercio marítimo. Lo planteó en habiendo analizado

sulado, la

las

el

discurso preliminar á su Libro del Con-

opiniones de los autores de más reputación en

Ciencia del Derecho, antiguos y modernos: lo discutió una y otra vez en y en el III tomo de las Memorias sobre la antigua 'Marina de Barcelona, sin

el I

vencer

las

dudas que tan

difícil

investigación va presentando á medida que

más se profundiza. Consiguió desvanecerlas en punto á haberse redactado el Código en Barcelona, y también en cuanto á su primacía sobre los de todas

(i)

Así en

tumes qui son anar

els

Capmany;

el

del fet de la

GJdice dice: «Questes son los bons stabliments e

mar, quels sauis homens qui

no^res antecessors fercn per

aiiant pot

hom

iurs libres

de

u.in per lo

la saluetat

de

les

mon

les

bonos cos-

ne comentaren de

bones costumes on d'aqui

trobar que deu fer senyor de ñau a mariner c a mercader e a pclegri ó á altre

liom que uaia en

la

nau.«

.

EL ARCHIVO las

naciones de Europa; respecto á

jeturó que la

mayor antigüedad

la

199

fecha, vacilante en la apreciación, con-

del Libro del Consulado

no debe pasar de

mitad del siglo XIII, antigüedad que, con sus propios argumentos,

le

la

disputó

D. Javier de Salas en la Marina española de la Edad íKedia (i), rebajándola y posponiéndola á la de las Ordinationis Ripariae, esto es, á las Ordenanzas mercantiles de D. Jaime I, de 1258. El Sr. D. Bienvenido Oliver, en trabajos posteriores, no concede tampoco supone más moderno que los capítulos ú ordenaciones de D. Pedro IV, promulgados en 1340, y con evidencia de tanta vejez al Libro del Consulado; lo

haberlo sido en

el

último tercio del siglo XIII

las

Costumes de Tortosa,

con estudio luminoso (2), con mención del reglas del comercio marítimo bajo el epígrafe

darlas á conocer

títuáo

especial de las

Iste

tudines

glas de

nen

et iisus

simt consue-

maris quibus utuntur homines dertusenses, observa que otras re-

navegación se encuentran esparcidas en los nueve libros que compo-

Código, señaladamente

el

al

ó rúbrica

las

que establecen ó declaran

sitio

el

para la

construcción de buques; libertad de navegar; introducción é importación de mercancías; efectos de los contratos de marineros; responsabilidad de los navieros por

las

mercancías recibidas; efectos de

viero á su hijo ó siervo para

el

la

comisión hecha por

con materiales ágenos; derechos del naviero sobre del flete; hipoteca tácita en favor del

na-

mercancías para

el

pago

á la conservación ó re-

propiedad de los buques y mercostas de Tortosa; derecho de los

cancías que hubiesen naufragado en las flete;

las

que contribuye

paración de las naves; garantías en favor de

corredores por los contratos de

el

gobierno de un buque; construcción de naves

la

medidas de capacidad de

las

naves; reglas

sobre importación de mercaderías extranjeras.

De aquí deduce que las Consuetudines et usiis maris deben considerarse como parte integrante del Código general; que fueron redactadas definitivamente por unas mismas personas y bajo el mismo criterio jurídico, y sienta importante conclusión:

esta

«Podemos nos, que

la

documentos no vengan

afirmar, mientras nuevos

primera compilación marítima que merece

código promulgado por autoridad pública, es Tortosa, siendo éste, por consiguiente,

el

la

á rectificar-

nombre de ley ó contenida en el Código de el

primer Código de Derecho naval

más completo que se conoce en el mundo marítimo. «Fundamos esta proposición en dos hechos evidentes é incuestionables, á saber: que las Costumes de Tortosa son un código promulgado por autori-

(i)

Los ha disputado también fuera de España

(2)

Historia del Deredx) en Cataluña, Mallorca y Valencia, Código de las Costumbres de Tor-

tosa,

por

el

el

exclarecido jurisconsulto Pardessus.

Dr. D. Bienvenido Oliver.— Madrid, Ginesta, 1879.

apéndice, p. 63

1

— T.

III,

p.

227 á 307, y

EL ARCHIVO

200

dad pública, con fuerza obligatoria y de fecha cierta y conocida, y que de ninguna de las compilaciones marítimas hasta ahora conocidas, como el Derecho naval de los Rodios,

el

Consulado de mar, los Roles de Oleron ó leyes

de Layron y los Juicios de Damme y de Westcapelle, la Compilación de IVisby y el Guidon de la mar, consta que fuesen formadas ó promulgadas por autoridad pública, ni

la

fecha y época de su promulgación.»

Encontrando

el

mismo

de

las

y casi identidad entre muchas Derecho naval de Tortosa y el Libro de

Sr. Oliver analogia

disposiciones contenidas en

el

Consulado, investiga cuál de los dos influyó en

fondo de ambas compilaciones, cotejando se persuade de

que

la

razón, con otras, decide que, lejos de ser

como

dactó teniendo á das en

el libro

Lo que

las

y bajo

si

Libro de Consulado, por cuya

la

que

se re-

influencia de las leyes marítimas consigna-

que el Código de Tortosa preceConsulado de Valencia; pero en el contexto se dá á

cabría discutir es

diera á la institución del

entender que,

el

primero un extracto formado del

Costumes.

mi parecer

á

el

se ha supuesto (i), fué el Libro del Consulado el la vista

de

otro, y penetrando en el

Código de Tortosa contiene disposiciones sobre Dere-

el

cho marítimo de que no hace mención alguna barcelonés,

el

doctrina consignada en cada una,

bien por sus capítulos se dirimían las cuestiones en

lidad, se redactaron aquéllos,

teniendo conocimiento de

la loca-

las costumbres

de

otras partes (2).

No pudo la

aprovcciiar á los Sres.

ciencia y á las letras por

el

Campany y

Sr. Oliver

luña, Mallorca y Valetuia; en el juicio de

Salas el servicio prestado á

con su Historia

ambos

del Derecljo en

influyeron,

sí,

Cata-

ciertas con-

clusiones copiadas en los Códigos impresos, y por ello me parece oportuno transcribirlas y compararlas, tomando por extremos el Códice de Valencia y la

edición de Barcelona de 1732.

(1)

Por D.

J.

A.

Compendio dt

Elias,

la

Historia de las instituciones

y Derecho de

la

Moftar-

Barcelona, 1847, X por D. Manuel Duran y Bas, en las adiciones á las Instituciones de 'Derectx) tnercantil de España, de D. Ramón Martí de Eixalá, 4.» edición. Barcelona,

quia española,

1863. (2)

«Com

moltes vegades

sia trabayl

entre els senyors deis leyns e de les naus e els merca-

ders, e els mariners, e els peregrins eeu la >nar aja costumes e usancesper pleyts que sien entre eyls son

Tortosa de Cost.

la

vsanza de

III, par. I.

p. 299, nota.

Rúb.»

la

a determinar

mar

Iste

e

a de/enir,

si

Gjmposades en aquest

metexes, per los libre les

e de la ribera; e de couinences e auinences

sunt consuet.

et us.

mar. Lib. IX. Citado por

quds

Costums de

feytes entre eyls.

el Sr.

Oliver, T.

III.

EL ARCHIVO

EDICIÓN DE BARCELONA EN 1732

CÓDICE DE VALENCIA

Al

de

final

costumbres de mar se

las

201

.

A

la

conclusión del libro dicen:

lee:

Deis fermamenls fets costumes de

«Anno

la

iuramenis de

MLXX

los capítulos, leyes

fermats

nes que los antiguos ordenaron para los

Sent iohan de

E

portats a troya. castell

Roma letra.

E

marítimos, y aun por hecho de corso ó armada, los cuales capítulos y

foren

ordenaciones fueron aprobadas, firmadas

foren iutats en lo

Roma per teñir aqueAb les quals costumes

temps.

maritimshana iutgar

los

Consols deis

les

sentencies e discenssions entre los na-

fets

vegans, marins, mercaders e altres qualseuol persones

y buenas ordinacio-

mo-

al

de Junu en

lles tots

vulgarmente

libro

el

Domini

costumes de mar, en

nestir de

fin

del Consulado, en el cual son

marcii foren

aquestos capitols dessus dits que son apelláis

Aquí da

les

nombrado

a nativitate

Kalendas

quinto

e

mar.

navegants per totes

les

casos

y promulgadas por

las

señorías bajo es-

critas (i).

En Roma, en

el

año de

ción de Christo 1075, en

las

Marzo fueron firmadas por

la

Encarna-

calendas de los

romanos

en San Juan de Letrán para observarlas en todos tiempos (2).

coses e negociacions que hauran fetes ne contratades en art maritim axí los dits

marins de

e

mon

mercaders

com

totes altres gents

contractants en la mar.

loys e del

Comte de

ítem foren

Sen Per de

la

roso milares

en ma-

Anno Domini MC.

ítem foren firmts

mar en

e iurats la

el

Acre, en el pasaje de Jerusalén, año Í102, en las calendas de Sep-

y por las

en pisa en

ama-

potestat de

Anno Domini

en

tiembre, fueron firmadas por

tolosa.

iurats e fermats

llorques, per pisans

En

Anno

ítem, foren fermats en Acre

Dominici MCij Kals. septembris de Rey

MCxviij.

el

el

rey Luis

conde de Tolosa para observar-

en todos tiempos.

En dro de

Pisa, la

en

el

mar, en

sio Millers (3),

año la

11 18

en San Pe-

potestad de

Ambro-

fueron firmadas para ob-

servarlas en todos tiempos.

mes d'Agost foren atorgats en massella á la mayso del hospital en la ítem

el

poustria de Ser. Santre

Antón.

Anno

En

el año 1162, fueron mes de Agosto en la po-

Marsella, en

firmadas en

el

testad del Sr. Jofre Antoix (4),

fueron

firmadas para observarlas en todos tiem-

Domini MClxij.

pos.

(i)

Edición de Valencia de 1539:

«... los

cuales capítulos y ordinaciones fueron loadas

afirmadas y promulgadas por los señores del bajo escritos.» ídem. El año de Nuestro Señor Jesucristo de 1025 á (2) firmadas por los romanos en

Roma

de contino. (3)

ídem. Ambrosio Miles.

(4)

ídem. Ser. Jauíre autor.

en

el

las

y

Calendas de Marzo fueron

monasterio de San Juan de Letrán para ser tenidos

EL ARCHIVO

202

lo

En Almería, en

los ienouc-

fueron firmadas por

ítem foren fermats en Almería per

Comte de Barchinona e per sos Anno Domini MClxxv.

año 1174

el

(i),

buen conde de

el

Barcelona y por los Genoveses, para oben todos tiempos.

ser\'arlas

ítem foren fermats per ienova en

E de

cians Ser. p. de Combresi.

E de

Johan de sent donat.

E de

llem de Carmesí.

E

de Ser. p. darenes

al

Ser.

Ser. p. gui-

Baldouín.

Ser.

E Anno Domíní

cap. de molí.

a^o íuraren p. tois temps.

En Genova, en

la

poestria de Ser. pinell milanes e deis an-

firmadas ante

el

año

el

11 86, fueron

Pinel Mílers (2) y

Sr.

de los ancianos señores Pedro Ambrosio,

Juan de San Donato, Guillermo de

Carmasí, Baldonío y Pedro Arenas, y esto lo juraron al cabo del muelle para observarlas en todos tiempos.

Mlxxxv.

En Brandis

ítem foren fermats en Brandiz per lo rey Guillen en l'any de Mxxxvij Kls.

fe-

por

broarij:

en

(3),

el

año 11S7, en

Calendas de Febrero fueron firmadas

las

el

rey Guillermo para observarlas en

todos tiempos.

En Roda, en

ítem foren fermadcs per lo Caleta en

Rodes

e les jura

Anno Domíní MCXC.

morea en

l'any de

MCC.

firmadas por

ítem foren fermands en Anchona en l'any de

ítem

el

En Morea, en

ítem foren íurades per lo princep de la

año 1190, fueron

el

Galeta y juró de observarlas en todos tiempos. firmadas por

el

el

año 1200, fueron Morea para

principe de

observarlas en todos tiempos.

MCCv. les iura lo

En Alemania, en

compte iilamany en

el

año 1224, por

el

conde Alemán (4), que juró observarlas

l'any de MCCxiíj.

por todos tiempos. ítem

comu ps.

les

de uenecía en Constantinopol fon

que fon

MCCxv

id.

En Constantinopla, en

ferma lo Rey Johan per lo

tolt ais

Grechs, en l'any de

nouembrís en

Sta.

Sofía.

E

fueron firmadas por

las

ítem

les iura frederich

alemanya

a

feit

a

mecina

a Sta.

m.

la

sencia del bisbe de Cathania en

MCCxxv.

(5)

ídem. Mecina.

año 1223,

fue-

obispo Cathania, por Federique, emperador de Alemania, para observarlas en

todos tiempos.

ídem. 1176. Brindis.

(5), en el

l'any

ídem. Milleres, ser per Ambrosi... Baldoni. Ídem. El Conde Alemany.

de Sta. Sofía, para observar-

en todos los tiempos.

fon

(2)

(4)

5,

V^e-

pre-

(i)

(3)

año 121

ron firmadas y juradas en la iglesia de Santa María la nueva en presencia del

E a^o

noua en

la iglesia

En Masina

Emperador de

Sando de mar, iurant son

almirall de teñir e fer teñir.

el

República de

necia y firmó por ellos el rey D. Juan, después que fué quitada á los Griegos,

en

foren íurats de teñir tots temps.

la

EL ARCHIVO ítem

la

En

en ¡ohan de bellmont a

les iura

atendré sobre

anima

Rey de franca Rey sans, en pre-

del

en aquell cas no era lo sencia deis cauallers de

la ost e

cauallers

E deis alamanys. E de levant. E del arch. E deis

203

París, el

enfermo, en presencia de los caballeros

Host y de

de

del almirall

pitaleros

senyors e de

les

MCCl.

ítem de

de atendré e

fer

la

en

la

sua térra, Giura a^o en

sent angelí en Constantinopol lo iorn de

y

del

los Templarios y HosAlmirante de Levante,

para observarlas en todos tiempos.

En Constantinopla,

iura Parigolo emperador,,

les

fer teñir

nn,

el alma que entonces estaba

del rey de Francia,

del temple e espital.

atendré, l'any

año 1250, fueron filma-

das por Juan de Bellmont sobre

1262, fueron

(i),

en

firmadas en San

el

año

Ángel,

para observarlas en todos tiempos.

aparici.

ítem foren firmats aqüestes capitols e costumes

deius

dites

en Suria e en

Xipre en poder de Frederico Rey de Xi-

E

pre.

foren fermats

per

l'emperador

Constanti en Constantinopol, de teñirles tots

En Suria, en el año 1270, fueron firmadas por Federique, rey de Chipre, y en Constantinopla por el emperador Constantino, para observarlas por todos tiempos.

temps en l'any MCClxx.

Vide hic quo modo serraceni debent

En

Mallorca, en

el

año 1270, fueron

firmadas y otorgadas por

iurare.

Bethlechi

deheledi bethlehu veradi

muscech beldich equibla

sui resualla.

Que uol dir en crestianesch: Yo iur per aquesta alquibla de mahomat que 90 que yo dich

es veritat.

muy

el

alto

príncipe y señor rey D. Jaime, por

la

gracia de Dios rey de Aragón, de Valencia,

de Mallorca, conde de Barcelona y

de Urgel y señor de Mompeller, y por el dicho fueron otorgados Cónsules á la ciudad de Valencia en

la

forma que so-

bre se ha dicho.

No

habiendo llegado á manos de Capmany, según dicho queda

manuscrito valenciano en que claramente se indica corresponder

maciones

al

código primitivo, aquel «que los navegantes por

maron recogiendo

el

atrás, el

las

confir-

mundo

for-

buenas costumbres y dieron á los antecesores de los Cónsules de Valencia, antes que estos agregaran sentencias y decisiones por

querellas,

las

creyó se tuvieran

las

firmas y juramentos por aplicación á cualimpugnó su validez, esti-

quiera de las compilaciones posteriores vistas, é

mando

imposible puntualizar

la

verdadera fecha del Libro del Consulado.

«Si se pudiese dar crédito, decía, á la lista cronológica inserta en el libro,

veríamos, según se refiere en

el

último párrafo, que en

loadas y consentidas aquellas ordenanzas por

el

el

año 1270 fueron Aragón en la

rey Jaime I de

ciudad de Mallorca. Pero, además que este soberano no estuvo en aquella

(i)

Por

el

Emperador Paleólogo.

EL ARCHIVO

204

isla

año 1229, en que consumó su gloriosa conquista, ¿qué puntuaautenticidad puede tener la relación del autor de aquella lista, cuan-

desde

lidad ni

el

do concluye diciendo por

dicho señor fueron

D. Pedro

III fué el

«Examinado, pues, con que

el

el

á

la

ciudad de

año 1275, y que su hijo

verdadero fundador de aquel consulado en 1283. luz de

la

la

historia y de la cronología, el

texto de aquel catálogo ¿qué fé ni crédito

mismo

concedidos cónsules

murió en

Valencia? Es de advertir que D. Jaime

conde de Barcelona

y

los

con-

podrá merecer, cuando dice

allí

Genoveses firmaron y aprobaron dichas or-

constante que este príncipe

denan:(as en KAltneria en iijj, siendo

(Ramón

Berenguer IV) había muerto en 1162, y su expedición de Almería acaeció en 1 1 47? También se dice que fueron firmados por los ^Písanos en ÍKallorca

y éstos no desembarcaron en aquella

en 1 102,

fueron en Acre por

el rey

el

isla

hasta

el

año

conde de Tolosa en 1102;

11 15:

que

lo

pero Luís VII,

no llegó

rey de Francia,

fueron en la iglesia de

jurándolas por

Luis y

á Palestina hasta el año de 1147; que en 121 s lo Santa Softa en Consiantinopla por el común de Venecia,

ellos el rey

Juan,

después que la perdieron los Griegos;

mas en

aquel año no se encuentra rey alguno de este nombre, pues sólo consta que

desde 1228 hasta 1237, Juan de Breña, que había sido rey de Jerusalén, gobernó en calidad de regente del imperio en la menor edad de Balduino 11.

También

se dice

que, en 12 jo fueron firmados en Suria por Federico, rey de

Chipre y en Consiantinopla por

en aquella

isla

el

emperador Constantitw, pero en aquel año, ni

reinaba ningún Federico, ni ocupaba

el

trono imperial de los

Griegos algún príncipe con nombre de Constantino, sino Miguel Paleólogo.»

Denunciados con exactitud

los

anacronismos aparentes,

el

escritor eru-

dito los atenúa, escribiendo:

«Por no haberse examinado hasta aquí con tálogo,

fué copiado en todas las traducciones

deslumhrado

á los autores

los ojos

del

de

la crítica

este ca-

Libro del Consulado y ha

que han querido hablar de

la

antigüedad de estas

ordenanzas. Mas, sin embargo de no tener una calificada autenticidad, por-

que le

ni la historia le justifica, ni la autoridad

apoya, encierra substancialmeutc

la

de algún autor contemporáneo

verdad de

los hechos, es decir,

que en

to-

dos los estados y naciones que allí se mencionan, estarían observados los usos y estilos que recogieron los primeros navegantes barceloneses, para for-

mar y coordinar de todas las prácticas y consuetudes de los pueblos del levante un cuerpo general de derecho marítimo escrito, más extensivo, claro y acomodado,

el

cual después tuvieron

que mendigarlo para su gobierno

los

juzgados mercantiles de aquellas mismas naciones y repúblicas. Yo creo que la ignorancia de los copiantes, ó la impericia del que coordinó el catálogo, aunque por

el

lenguaje denota

mayormente

si la

mucha antigüedad,

ocasionó tantos yerros y contradicciones,

tradición habla conservado aquellas

noticias; lo cual parece

muy

probable, si se atiende á la individualidad con que alli se especifican los lugares.

EL ARCHIVO las personas,

bres

y

otras circunstancias,

y

villar

el acierto

con que se puntualizan otros nom-

épocas.»

Así debió suceder: siendo tan critas

y

205

en

fácil errar

la

transcripción de fechas es-

con números romanos y con variedad de sistemas, no es cosa de maraque en tantas copias sacadas, sin ir más allá de la creación del Consu-

lado de Valencia, en

no han numeración arábiga, según revelan los

XIII, se deslizaran equivocaciones que

el siglo

podido evitar los modernos usando

la

textos.

Una

de

las

comprobaciones de autoridad que echaba de menos Campany,

por otro lado, y

existe,

él

propio lo consignó

al

repasar los escritos de auto-

res italianos.

«Constantino Cayetano, en sus comentarios á

como por

peradores

la

la

vida del Papa Gelasio

así

por los privilegios de los

aclamación de todas

las

naciones, fueron llamados se-

así:

ñores del mar; pues ellos fueron los promotores para que

la

hasta entonces carecía de leyes, tuviese en adelante reglas giosos, resolvieron consultar la autoridad pontificia, con

ron á

II,

em-

Los písanos,

natural de Pisa, se explica

Roma y consiguieron

navegación, que

fijas.

Como

reli-

cuyo motivo pasa-

que Gregorio VII condescendiese en aprobarlas

y confirmarlas con su apostólica potestad en la Basílica de San Juan de Letrán, en las Calendas de Marzo de 1075, y en su consecuencia, los romanos con juramento á observarlas respetuosamente. En 11 15

se obligaron

mismos

los

písanos, habiendo llegado á Mallorca, las adoptaron, lo cual repitie-

ron después en Pisa en 11 18, corroborándolas con juramento.»

Verdad ción de la

de

chosa

es

que Cayetano no

cita la fuente histórica

embargo, como coincide en

ticia; sin

las

la

ordenanzas en San Juan de Letrán y

llegada de los písanos á Mallorca,

la la

intención,

sin advertir

que

la

más que

de donde tomó

indicación de

dando

la

rectifica la

la

no-

fecha de confirmaal

mismo tiempo

verdadera,

no

es sospe-

en atribuir á sus paisanos la primacía de las leyes,

contradice haciéndoles jurar

la

observación dos veces,

cuarenta y cuarenta y tres años después.

Nada de inverosímil

tiene la suposición de

lona fueran recogiendo durante regulaban

el tráfico

comercial en

el siglo

XI

las escalas

que

los

mareantes de Barce-

noticia de las costumbres

que del Mediterráneo; en Pisa mis-

ma, en Venecia, en Genova y en Constantinopla, como en los puertos del archipiélago griego. En el Usage Omnes quippe naves... que es de aquel tiempo, está establecida la protección á la marina; cuando los písanos emprenexpedición contra los moros de Mallorca en 11 14, llevó el conde Raimundo Berenguer III su hueste en armada propia: en 11 18 estuvo este dieron

la

príncipe en

Genova y en

Pisa,

también con

la

escuadra,

negociando

la

em-

147 acometió el conde Raimundo Berenguer IV el asedio de Almería, aliado con los genoveses, y con estas expediciones conpresa de cruzada: en

ToMo

VII

1

20

EL ARCHIVO

2o6

cuerdan los datos suministrados por

las

confirmaciones del libro primitivo

del Consulado. Que una vez colectadas y comparadas aquellas noticias habidas «por los hombres expertos que navegaban el mundo,» se pusieran por

prohombres de mar para su gobierno, y sucesivamencomunicaran á otros pueblos comerciales, obteniendo adhesión fácil,

escrito, se dieran á los te se

(pues que todos con algo habían contribuido

apoyando todavía

natural,

la

al

acerbo común), parece

conjetura, una circunstancia, una coincidencia

de fecha y suceso, en que debe fijarse la atención. El año de 1070 ó el de 1071 recibieron sanción del conde

mundo Berenguer dada

la

riosa,

unificación,

como

Corpus

el Sr.

Ramón

las

personas entendidas á quienes estuvo encomen-

que aquellos

legisladores

dignos de remembranza glo-

Oliver opina que se hizo en Tortosa, quisieran juntar

formalidades del juicio mercantil y marítimo, fundado en

las

ó Rai-

Usalges (i), código civil fundado en las costumbres;

I los

nada extraño fuera que

muy

al

las cos-

tumbres asimismo, y que había de ser complemento de su obra. Cinco años para llevarlo á Roma, darlo á estudiar y á discutir hasta el momento solemne de la firma en San Juan de Letrán, no es demasiado. Sea

lo

que

sea, la aparición del

Códice perteneciente

al

Ayuntamiento

de Valencia, constituirá de hoy más, fuente de investigación que ha de aprovechar á los doctos, y

si

no

surje de ella de

pio del llamado Libro del Consulado, pilación,

más

atrás

y

la iniciativa

un modo indiscutible

acreditará,

el

cuando menos, que

princila

com-

de los marinos catalanes, á que se debe, vienen de

de lo que generalmente se estima.

Cesáreo Fernández Duro.

(1)

D. Víctor Balaguer, Historia df Cataluña, Madrid, 1885, T.

II,

págs. 119, 121, 263.

EL ARCHIVO

§05

mhnUúo$ mítuimas

207

M

¡siglo

AUGUSTUS habet dies. xxxi. luna. xxix.

Nox I

2 3

4 5

6

7 8 9

10 II

12 13

H 15

16 17 18

19

20 21

22 23

24 25

26 27 28 29

30 31

viii

habet horas, x.

dies.

xiiii

XIV.

208

I

EL ARCHIVO

EL ARCHIVO

209

OCTOBER habet dies xxxi. luna, xxix

Nox I

2 3

4 5

6 7 8 9

10 II

12 13

14 15

16 17 18

19

20 21

22 23

24 25

26 27 28 29 30 31

xvi

habet horas,

xiiii.

dies.

x

210

(A) (V) I

EL ARCHIVO

EL ARCHIVO

2U

DECEMBER habet dies. xxxi. luna. xxix.

Nox

habet horas,

xviii.

dies.

vi.

EL ARCHIVO

212

Al terminar

una

la

rectificación.

hemos de consignar que

cosa

ducción de

la fiesta

de

de Alcira es del

el

XV;

más

Ego Martinus

Vahucie....

Sede

de Fernu(

facimus

anniversaria perpetual ia.

et

..

.

ordinamus istud martilogium

et

fuit compossitum

anno Domini M.° CCC.° xxx.

et

el

mismo y forma un todo con

Muchas fechas de podemos averiguar el hay completas

pues lleva este

siendo de

él,

la

no

el

bemficiati in

fecha que aquí se asigna

que

la

le

precede es

misma

la

pauta

época.

óbitos de personajes ilustres se registran día y mes,

et

quo sunt otnnia

in

ordinattum .xv. Kakndas Madii

Propiamente

octavo.

es la del Obituario (Martilogium), pero el calendario

para

de Santo To-

la

fija,

Dominicus Merino presbiteri

et

la

lo exige la intro-

así

Concepción de Nuestra Señora y

la

de Aquino. El calendario de Valencia tiene fecha

epígrafe:

hemos de hacer

publicación de los precedentes calendarios

Dijimos que ambos eran del siglo XIV, y mejor vista

allí,

pero sólo

año, que rara vez se consigna; apenas

las siguientes:

23 de Enero de 13 18, óbito del Arcediano de Valencia Jaime de Albalat. 9 de Abril de 1326, el Maestro

Raimundo de

Olmellis, ciudadano de

Va-

lencia.

18 de Junio 1348, fallecimiento del Rev. en Cristo

Don Raymundo Gas-

tón, obispo de Valencia.

4 de Septiembre de 1307, el Chantre (Precentor) Pedro Gomit,-. 15 de Septiembre de 1329, Doña Jacoba (lacma), viuda de Bartolomé Mathoses.

Los

días aciagos,

en otros muchos de

que la

se

ven anotados en

colección del

el

calendario de Alcira, lo están

Excmo. Cabildo y en

el

Costumbres de mar del Ayuntamiento. Las mayores variantes

códice de las las

hemos

contrado en un magnífico Misal Ms. en vitela é iluminado del siglo

no se ajusta bien al santoral valenciano. En un verso al principio de cada mes y otro al por lo curiosos que resultan:

Al

el

calendario que

final,

los cuales

principio.

— Prima dies mensis séptima truncat ut ensis ensis — Alterius mensis post quartum prima cum quarta dividit yma Marzo — Martius obedit Abril. — Cui decimus cedit undenus Mayo —Tertius hic aptat maii quod septimus aptat dena dabit quindena negabit Junio — Cui Enero

et

Febrero

tertius

in

aprilis

iunii

nil

—Tredecimus

Julio

fortis julii

sexdecim via mortis

a secunda pcrurit — Sexti prima turbatur septembris dena miratur Septiembre — Tertia

Agosto

furit

fine

le

en-

XV, que

precede hay

copiamos aquí

EL ARCHIVO

213

decimusque saluber —Tertius octubris novembris obest Quinta prodest — Diciembre — Hoc dat bissena decimi quod séptima dena.

Octubre

nulli

Noviembre

nullis vite tertia

Al

final de cada mes.

bellum sed quinta dat hora flagellum —Nona ave Febrero — Nullius ut octave uel dene

Enero

parit

dixit

—Prima nocet multum nulla cultum Abril— Prima quem nona Mayo — Sexta minus sordet cum vulnera dena remordet quinta cutem dat quarta salutem Junio— quomodo nona leena —Est lupus undena Agosto — Cúspide prima quem séptima pridem Septiembre — Tertia septembris quarta dabunt mala membris Octubre — Quinta dat octubris quem nona venena quarta videtur Noviembre —Est octava Diciembre —Prima luctum nuUum dat séptima fructum Marzo

dabit altera

requirit aprilis

petit celis

nulli

Sedit

pariter

Julio

qucrit

ferit

et

colubris

canis, fore

inanis

parit

En

mismo encontramos

el

leyes del

los siguientes versos, para indicar

con

ellos las

cómputo:

El 24 de Febrero: Cedit

yems

retro / Cathedrato

symone

petro

El 25 de Abril: Extrema pasche / tua docet passio Maree. El 25 de Noviembre:

Aún

Festum Clementis / yemis caput est orientis. como hemos visto, pero añade el 19 de

señala éste los días aciagos

Julio el siguiente consejo: bris

A XIV

Kal. Augusti usque ad Kalendas septem-

non minuas sanguinem. R. Chabás. —.0'—

^dteagrafía Dalennana reíru^pertlua.

EL BAILE DE TORRENTE.

BjESEOsos

de conservar en lo posible

el

recuerdo de esta célebre

fiesta,

destinada á desaparecer pronto de las costumbres de nuestro pueblo,



rr-il

mos

si

es

ToMo

VII

la damos ya por desaparecida al El Archivo estos ligeros apuntes de

que no

á enviar á

presente, nos decidilos principales episo21

EL ARCHIVO

214

dios de que se

componía

el

famoso

baile de Torrente,

de interesar á los amantes de hacer

creyendo que no dejarán

inventario de las cosas que se van.

el

Esta función pantomímica y grotesca en que, según cuentan, se trataba de poner en ridículo y parodiar los obsequios con que festejaron en el pueblo

de Torrente á los señores virreyes de Valencia en una á dicha población,

celebraban en

formaba parte

muchos pueblos

muy

que verificaron

visita

principal en las grandes fiestas

del antiguo reino de Valencia,

que se y aun en esa

ciudad, Sagunto, Scgorbc, Liria y otras de importancia á últimos del pasado siglo

y principio

del presente, hasta el

año 40.

Aun cuando

después se ha ve-

alguna vez, no ha sido con tanto éxito y está próxima á desaparecer, no ha desaparecido ya. Por esta razón me he movido á señalar en estos

rificado si

ligeros

apuntes los principales episodios de que se componía, que eran

objeto de entretenimiento y solaz de nuestros padres y abuelos, y

las delicias

y admiración nuestra cuando niños.

ORDEN DE LOS FESTEJOS. A

las

ocho de

la

mañana del día en que debía celebrarse, salía una comimuhh:\ El Repeso, la cual, recorriendo las principales

sión de disfrazados, que se

calles

y plazas y puntos de venta de la población, fingiendo ir compulsando y medidas, exigía á cuantos se les antojaba una pequeña multa ó

las pesas

retribución, inventando ó alegando cualquier causa ó motivo disparatado. las

doce del mismo día se reunían en

otro punto principal destinado

al efecto,

dos de ellos figurar los virreyes, cuatro ó cinco los que componían tamiento, llevando uno de ellos en bastón de autofidad

como

cura; otro con levitón,

alcalde;

que

A

ó en cualquier cuantos disfrazados querían, debiendo

las casas consistoriales,

mano un

el

Ayun-

gran palo, que figuraba

el

otro de eclesiástico, que representaba

el

la

hacía de escribano, con

un gran

libro viejo bajo

— EL ARCHIVO el

brazo y un gran puchero y un cuerno en

la

215

mano, que

le

había de servir

de tintero y pluma; dos ó cuatro con gramallas, que hacían de porteros ó maceros; varios con diferentes trajes á capricho que se llamaban los rajo-



las

— que habían

de hacer de alguaciles, y cuantos habían de figurar en danzas, comparsas y demás.

neros

Conducidos

los virreyes

y

el

cura en un coche





si el

baile se hacía bajo

buenas condiciones, directores y entusiasmo ó montados en un caballo el virrey, llevando á grupa á su señora; el cura en una muía ó jumento, y en igual cabalgadura los del

Ayuntamiento, escribano y maceros, precedidos del la música típica de la función, digámoslo

dulzainero y tamboril, que tocaban así,

se tocaba en cuantas ocasiones funcionaba el

y que

tidos los principales personajes,

como

se ve

Ayuntamiento; ves-

en los dibujos núms.

prendas exageradas y de colores abigarrados, gesticulando de

la

3

y 4, con

manera más

y ademanes y contorsiones exageradas, demotrando unas veces gran valor, otras extremada cobardía; unas superior inteligencia, otras supina ignorancia ó simpleza, muy especialmente los del Ayuntamiento ostentosa

y

ridicula

pues es de advertir que estos individuos eran los que daban ción y la gracia á todos los sucesos

— convidando

al

el

tono á

público para

la

la

fun-

función

NUM. 2.— LA CABALGATA.

de

la

y viendo al propio tiempo la manera de complacer y agradar á los formando una comitiva ó cabalgata, que así se llamaba, recorriendo

tarde

virreyes,

las principales calles

de

la

ciudad, al son de

la

tonadilla aquí reproducida.

EL ARCHIVO

2l6

Por

á la hora convenida, todos los de la cabalgata y cuantos ha-

la tarde,

reunían en el mismo punto que lo habían forma que en la cabalgata, desempela misma en y ñando cada uno su papel, haciendo notar el cura y los del Ayuntamiento á los virreyes cuanto de notable había en las calles y plazas, ventanas y balco-

bían de tomar parte en verificado al

medio

nes, hasta llegar al

mente

era en

el baile se

día

una

punto donde plaza,

se había de celebrar el baile,

que general-

ó punto espacioso, señalado de antemano con

si-

-LA VL'ELTA POR LA TLAZA.

lias

y bancos; dando

la

vuelta por todo

él,

saludando afectuosamente á todos

más preferente. Empezaba agitando el Alcalde un enorme cencerro, que en vez de campanilla hacía sonar en este caso y en otros muchos para restablecer el orden, mandar cesar alguna danza ó disponer algún otro espectáculo; salían al centro del redondel una porción de lados, se sentaban en el sitio

NÚM. 4.— EL BAILE DE LA VIRREINA Y EL CURA.

parejas de

de

la

ambos

música de

sexos, vestidos al estilo del país,

la

donde bailaban

dulzaina y costumbre del pueblo.

Luego

rreyes dando una vuelta cojidos del brazo, se colocaban en

do

el

virrey ligeros

y gravísimos movimientos como de

al

salían los el

compás dos vi-

centro, hacien-

bailar,

y

la

virreina

EL ARCHIVO desenvuelta y ligera; á poco sustituía

por último,

al alcalde el

Seguía á esto

el baile

el

217

alcalde al virrey en el baile,

y luego,

cura.

ó danza de

los

Oficios,

que

consistía en varios dis-

NÚM. 5.— LOS OFICIOS.

Trazados que, llevando algunos de los instrumentos ó herramientas del que

querían representar, daban á compás ciertas vueltas, dirigidos por representaba ser

El

el

maestro de

Baile de las Gitanillas

y

la el

música,

como

se vé

en

el

uno que

grabado.

Regidor chasqueado, que consistía en colocar á

NÚM. 6.— EL REGIDOR CHASQ.UEADO.

LAS GITANAS.

EL ARCHIVO

2l8

uno de los del Ayuntamiento un cohete sujeto á una tablilla, y ésta al sitio que se vé en la citada lámina; prendido fuego el cohete, salía escapado el regidor hasta que concluía, y entonces se tiraba al suelo como muerto; asombrados sus compañeros, buscaban al agresor con mil ademanes y figuras.

empeñándose en encontrarle unas veces bajo una piedra pequeña ó en el pañuelo de la mano de una de las muchachas más agraciadas de la concurrencia,

cantando

El paso

NÚM.

la

música que aquí ponemos.

En

del Barbero.

7.

— TV PASO

este

se figuraba

DI-L BARBF.RO.

afeitando á otro, que aparecía

como

uno de

los

de

la

profesión,

que

nCM. 8.— EL BAILE DE LOS ANCIANOS.

viajero,

con largas barbas, en uno de los

el bolsillo y escondiéndose en su busca, y con mil gestiones y iba á encontrar bajo el pañuelo ó sombrero

pases de la navaja le degollaba, robándole luego

después; entonces

el

Ayuntamiento

ademanes, haciendo como que

le

salía

de uno de los espectadorQS, ó entre los pañales de un niño de pechos, ó cosas

encontraba y castigaba, ó bien haciendo

por

el estilo, le

los

miñones, previas

las

como que

formalidades de hacer testamento ante

le

el

fusilaban

escribano,

EL ARCHIVO confesarse con

el

cura,

ó bien

echaban á

le

219

la pila

de

fuente

la



si

antes

la

música,

el

interesado convenía en ello: todo con la música de arriba.

El

baile de los ancianos.

y concluía por empujar

Dos

el viejo á

repitiéndose con el viejo

rirse,

viejos

El caían

estornudo.

al

9.

— EL

al

10.

— LA

mo-

ESTORNUDO.

como desmayados, haciendo

NUM.

suelo, fingiendo

ó parecida escena del barbero.

Figuraba que habiendo estornudado

suelo todos

compás de

al

su pareja, que caía

misma

la

NÚM.

daban vueltas

la

virreina, asustados

cada cual

ESTUDIANTINA.

las

contorsiones

EL ARCHIVO

220

y movimientos más ridículos, hasta que cogiendo uno de los regidores un enorme abanico, les hacía aire y volvían de su fingido síncope.

La

hasta el

Un

grupo de jóvenes disfrazados con el traje que año 1837 ó 38, habiendo recorrido los principales puntos de

estudiantina.

se usó la

po-

blación, tocando diferentes instrumentos la tan

cantando coplas, llegaban á

y saliendo á voluntad

vuelta,

conocida jota aragonesa y plaza ó redondel, daban en el mismo una

la

muchas

centro, bailaban á los acordes de la

El

refresco.

Figuraba éste

el

que

presentándose una comisión del

mes garapiñeras y

parejas de

ambos sexos

disfrazadas al

música por algún tiempo. el

Ayuntamiento debió dar

mismo con

los

á los virreyes,

maceros ó porteros, con enor-

bandejas, llenas las primeras de agua blanqueada con almi-

dón, y cubiertas las segundas con pedazos de madera pintados, figurando dulces esponjados y bizcochos; viendo los virreyes y demás que eran chasqueados, los arrojaban al viento en todas direcciones.

Los torneantes ó danzantes.

NÚM.

II.

disfrazados de blanco con to-

— EL ALCALDE MANDANDO Q.ÜE PARE LA DANZA.

neletes, llevando en las

tos de verdes hojas, figuras

Una comparsa de

manos unas

LOS DANZANTES.

veces ramos de flores, otras arcos cubier-

ó panderetas otras,

al

compás de

la

música hacían varias

y evoluciones.

La dan^a

de la Bayeta.

Esta,

que

se dice era la m.is aiitii^ua,

i.i

tomiaban

una porción de disfrazados de labradores de aquella época, que llevaban agu-

EL ARCHIVO

221

jeros

hechos en una pieza de dicha ropa, por los que metían

se ve

en

el

grabado, formando una cadena, y

vueltas y formaban diferentes figuras,

al

la

cabeza,

como

compás de una música daban estrella, una serpiente, va-

como una

rios semicírculos, anillos, etc.

NUM.

El

12.

— LA

DANZA DE LA BAYETA.

alcalde escondido.

EL ALCALDE ESCONDIDO.

Este funcionario,

como aburrido y cansado de

cargo, fingía esconderse, y al efecto se subía á

un

palo, colocado

pación en uno de los lados del redondel, á vista de todos; pero

que nadie

él

su

con anticihace

como

compañeros, que fingían no saber dónde estaba, buscándole por todos lados, entreteniendo con sus ocurrencias y exle ve.

travagancias gría

y

los

público, hasta que, encontrándole, mostraban la

mayor

ale-

satisfacción.

Los rras

al

Se aperciben

en

alcides. las

Unos cuantos

manos,

son de

al

disfrazados de tales, con grandes mazas ó pola

música hacían varios ejercicios de fuerza y

equilibrio.

Las andas, que

se

llamaban

así

por

la

manera de

ser

conducidas por cuatro,

y que hoy llamaríamos regalos de sorpresa, eran en algunas ocasiones muchas, y alternaban con los bailes, danzas, pasos ó pantomimas, figurando, ó bien un hermoso ramo de flores, ó un canastillo con frutas, un pedestal con

un

jarrón, vistosos todos y bien compuestos, y al

Ayuntamiento, rando

el

salía

diablo, ó

ir

á reconocerlos los del

de dentro, ó un muchacho vestido de encarnado figu-

un

perro, gato, palomas ó pajaritos vivos, disparándose al

propio tiempo cohetes y petardos. Terminaba todo con la pantomima titulada Los contrabandistas. En ésta figurábase que varios disfrazados de

ambos

sexos, de andaluces, majos ó gi-

tanos, habiendo recorrido toda la tarde por la población

Tomo

VII

montados en briosos 22

EL ARCHIVO

222

y bien enjaezados caballos, arrojando dulces y confites, llegaban á la pla/a desmontados, penetraban en el redondel fingiéndose amigos de la autoridad, colocaban una mesa de venta de tabacos

niéndose á venderlos una de

Nt'M.

15.

— figurados y hechos

jóvenes que con los

las

— LOS

de madera

mismos había

— po-

llegado.

CONIKA!'^^"!^'^'-.

las más lindas y agraciadas de la población. Ayuntamiento de que eran tabacos de contrabando, salían con

procurando que esta fuese una de Apercibido

el

muchas precauciones;! prenderles y apoderarse de

los efectos,

y entonces

se

armaba una escaramuza por una y otra parte, fingiendo ya ser unos los vencidos, ya vencedores los otros, que terminaba en una confusión indescriptible por supuesto, procurando todos no causarse daño dando lugar al dicho que ha quedado después en este antiguo reino de Valencia de «ha con-





cluido á palos,

como

el baile

de Torrente.»

Segorbe.

Gonzalo Valero Monti

gíituDiusí

tuv

ctimulúgiruo.

CULLERA Y CARCAGENTE. ^x,1w\^\í >R '

demás engorrosos y

llenos de peligros están los trabajos

lacen al investigar los orígenes de los

no por son

la

ello deja

de ser

cierto,

que

los

primera pieza arqueológica que se ha de estudiar

güedad. La mayor parte de

las veces, la falta

que

se

nombres topográficos; pero nombres de Lis poblaciones

de datos y

al

investigar su anti-

la dificultad

lexicográ-

EL ARCHIVO

223

nos dejarán á obscuras: tengamos franqueza para confesarlo, pero no

fica

desmayemos, pues acaso en otros muchos podamos alcanzar

término

feliz

al

estudio y comprobación completa de los mismos. Muchísima parte de los nombres de las poblaciones del Reino de Valen-

son arábigos, en particular los de

cia

las

pequeñas, y

casi

todos estos llevan

el

de alguna familia mahometana, no faltando los de célebres tribus africanas. Y como con posterioridad á la conquista de D. Jaime I, apenas se ha fun-

dado población alguna, antes bien, han desaparecido muchísimas de las que en aquel entonces había, resulta que á las que por su nombre no se vé origen arábigo, les

hayamos de suponer procedentes

habló aquí hasta

que

lo

la

del latín, pues

exceptuamos

si

lengua se

poquísimos serán

entrada de los hijos del desierto;

puedan pretender anterior,

esta

los

Sagunto, Játiva, Segorbe

á

y Liria. De ahí el que tengamos siempre sumo interés en señalar las formas que en la antigüedad han tenido los nombres de nuestras poblaciones, para lo cual nos ha servido admirablemente el índice de las que figuran en el libro del Repartimiento,

En

que publicamos en

otros artículos

(tomo

III, p.

etimologías de Alicante, de Rebollet la

fonética de la palabra;

hoy

el

tomo

III,

página 74.

241 y tomo VI, p, 287 y 289) dimos las y de Oliva, comprobadas por la historia y

toca su turno á dos importantes poblaciones de

la

Ribera: Cullera y Carcagente, latino el primero,

el

segundo.

mezcla de árabe y

latín

CULLERA. Desde la reconquista tenemos ya fijado el nombre de Cullera en la misma forma que actualmente; pero encontramos mucha variedad al pasar de los labios del árabe á los del cristiano. Sj._aJ_9 Coleira ó Colaira),

como suena en

el

De

s

^-:>-l-*

Colira (ó acaso

texto latino del Núblense, hi-

Cullera con la

(como escribieron cavayleria de cavalleria) ó misma pronunciación. Otra variante notable es

ría (t.

406.)

hicieron Cuylera

en

el

III, p.

(t.

IV,

p.

291) y finalmente

la

cuando duplicaban

También la

La vaguedad en

/

se ha de advertir,

la

pronunciación de

nos hace preciso acudir á

tradición

la

vemos siempre aparece u en

el

reconquista, á pesar de

que

letras arábigas,

la

pág. 83),

dido ó seguido de

las

que

los árabes

resultaban dos sonidos iguales

regla

donde

letras

las

de Culera

trae

no tienen

no

//

y

entre los lati-

vocales ó mociones arábigas

respecto á

Repartimiento y

dice

como

y

de Culla-

Repartimiento (p. 392 y siguientes). El poner la h después de la c

modifica su valor.

nos.

y Chulleria

Cuyllera, la

la

primera, que según

demás documentos de

Eguílaz (Estudio

que ffcuando

el

sobre el

dama I

la

valor de las

se halle prece-

guturales ó enfáticas, será representado por

EL ARCHIVO

224

nuestra o.» Es decir, que los árabes, según decir Colira; pero seguramente decían cu ció constantemente por los cristianos

el

genio de su lengua, deberían

y ñoco cuando CuUera

que de

Transcripción más antigua que estas no

se

pronun-

ellos lo aprendieron. la

conocemos. ¿Qué nos dicen

nombre en cuestión? Para nosotros bien un nombre latino corrompido, el de gula Jiuvii, la De este sustantivo, que ha sido aplicado á la desembocadura las gargantas de los montes y que aún se usa en Valencia en

sus formas sobre la etimología del claro se muestra

gola del Júcar.

de los ríos y á

que

late

este sentido, se derivó el adjetivo gularius, cosa

y tomando

sitio,

mediato á

la

virtió (cosa

de ripa

CuUera

la

terminación femenina,

nombre, mudada

gula. Este

muy

formó

se

la

la

que

gutural

la

está al rededor

de aquel

población que ocupa lugar in-

^ en

la r fuerte, se

frecuente) de guiaría en Guiaría y Culera y CuUera,

con-

como

y ribaríus, ribaría y ribera. Tendremos, pues, para significación de población situada á la desembocadura del rio, como ríparíus

efectivamente lo está.

Q.ue gula signifique lo indicado, podemos probarlo por

Du-Cange: gula fluvií, ostium per quod

ín

mare

influit.

el

testimonio de

Los franceses usaron de

Pueden verse varios documentos en el Glosario con esta acepción. Entre nosotros tampoco nos faltan ejemplos de lo mismo, además de que aún hoy se llama gola del río á su desembocadura. En un privilegio citado por Chabret (Hist. Sagunto, t. II, pág. 430) se manda en 1303 que se abra continuamente la gola del estanque de la Rif y se compela al pago de los gastos in aperíendo bucam seu gulam stagui. En el privilegio 21 de Pedro I (fol. 33 del Aureum Opus) se manda quod non pisuntur aliqui in circuitn gule albufaríe... sed cum clausa fuerit possint... piscari per mare. En la Crónica del Conquistador (cap. 312, ed. Aguiló), hablando del palabra engouletnent en

la

el

mismo

sentido.

Rey desde Cullera al castillo de Baircn, dice: hauíem enuiat vna barca a la GOLA del estany del almarge que ve de Garbera, que hau/a Jetes grans pluges e exia molta aygua peí Grau del estany e uem que no podiem passar. La g convertida en c es fenómeno frecuente, pues dice el mismo Du Cangc: g. pluries pro c. viaje del

scribitur;

y en

el

y

al tratar

de esta última, añade:

c.

intcrdum mutatur in g.

et

vicissim;

lugar correspondiente anota lo siguiente: Cula, pro gula, gallice gorge,

garganta. Los árabes representaron esta inicial por Jj y Eguilai en su Glosario (XVII), nos advierte que esta letra «se encuentra representada por la c, ch, g, k iaría;

y q.» De aquí

es lógico

suponer que de Gula hicieran los latinos Gu'ij^-J, que los cristianos dijeron el

de donde tomaron los árabes

después Cuylaría y Cullera.

Al llegar aquí tropezamos con un pasaje del Edrisi, que creemos digno de atención. «La faja septentrional de

de

la

(i)

de Valencia hasta La geografía

de

el

España

la

provincia de Alicante con lo que sigue

Júcar (dice un

del Edrisi,

moderno

escritor) (i)

comentando

por D. Eduardo Saavedra, 1891, pág. 37.

EL ARCHIVO formaban un

á aquel sabio geógrafo,

denomina

Edrisi

distrito

modo

de ver, lee Erghira, y lo identifica á Enguera; pero yo no encuen-

tro verosimilitud en tales combinaciones,

tivo apropiado

Yo,

que Yacut llama de Denia y

estos caracteres, escritos sin vocal alguna, leyó

Argira, interpretándolo por Alcira; Dozy, desechando fundadamente

Conde este

En

V »í¿. !.

225

mi

á

como ninguno que

vez, diría

diente de

la latina

la

riparia,

para

el

y prefiero

leer Irrigtieira, califica-

modelo de regadíos en España.»

país

palabra Ribera actual, es originalmente descen-

y escribiría

nombre árabe

el

^j->j\

ó

la Ribera,

transcripción semejante á la de otra Ribera en el partido de Alcalá Real,

un geógrafo árabe llama en plural Volviendo á

la

¡Jl, ,>s

etimología de Cullera, se confirma más su procedencia

degulafltwiinis, pues hasta los griegos

Aunque el

Academia no anota

nuestra

verbo

tomaron

la

verbo no viene de

in

esta palabra é hicieron roü).a.

acepción que

hemos dado, pone

le

comida atropelladamente y

«tragar la

anticuado engullir:

carla.» Este

,

que

Riherax.

y glutire como parece

allí

sin

mas-

insinuar la en-

cargada de limpiar, fijar y dar esplendor á nuestra lengua, sino de in y gula. De la misma palabra gula se formó otra en el bajo latín, con sola la mu-

que hemos indicado de la inicial, y dijeron Collia á las gargantas de montes, y de ahí los nombres geográficos de Cuellar, cabeza de partido

tación los

en Segovia, Cuellar de

en Soria, Cuellar en Salamanca, Culla en

la Sierra

mismo que

Castellón, y Cullar de Ba^a lo

Cullar de

la

Vega en Granada,

situados todos en gargantas de montes. Si

fuéramos á aguzar más

ria y culeria, lugar tierras bajas

el

ingenio, podríamos pensar en guletum, gule-

abundante en juncos: y efectivamente,

de ésta, nos impiden

¿Fué siempre

tal

suposición.

éste el

nombre de

formado en tiempos ya del bajo

mismo

del río

que mucre

riales para tejer brillantes villa.

un

páginas en

Pero no queremos entrar en terreno

diligente historiador prepara ricos matelas

que

se verá lo

que fué aquella

ilustre

El ha estudiado bien este punto, y debemos dejar nosotros de tratarlo se

Escolano

merece; pero antes de pasar á otra cosa, hemos de indicar lo aven-

(t. II,

cap.

XXIV,

que suponen tener

el

hay restos ni noticias de

tal

XXX,

pág. 172),

pág. 86), y los blasones heráldicos de la

nombre de collado, ni

en época alguna se llamó Cullera de le

el

Su contextura nos prueba ser nombre primitivo fué Suero, el

su

turadas que son las afirmaciones de Beuter (lib. 2, cap.

villa,

son aquellas

Cullera?

latín;

á sus pies.

cultivado por otro, sabiendo que

como

lo

de Cullera; pero los nombres geográficos de igual origen que

tal

corresponde, y nosotros pasemos á

la

Collis Aeriae ó Collado, de la

misma

Juno. Ni

etimología puede venir de ahí, ni

manera. Pero de esto ya tratará quien averiguación etimológica de

EL ARCHIVO

22é

CARCAGENTH. Ocupándose de

amigo nuestro, nos

esta cuestión otro

escribe lo siguiente:

«El instinto popular ha comprendido siempre y en todas partes cia,

que para conocer

los orígenes

la

importan-

de una población, suele tener

la investi-

gación etimológica del nombre con que se punto, en parse lo

explicación etimológica de los

la

mismo

guiadas por los rectos principios de

las inteligencias cultas

que

ciencia filológica y lingüística,

la conoce. Así es que en este nombres geográficos, suelen ocu-

los

la

entendimientos vulgares é indoctos

para quienes toda investigación se reduce á encontrar alguna ó algunas palabras de análogo sonido.

tradas en algún

ramo

Y así,

es ciertamente curioso que,

aun personas

ilus-

del saber, acepten con bastante frecuencia esas etimo-

y absurdas, y afirmen muy seriamente, por ejemplo, que palabra Barbastro viene de barbas y astro, y Murviedro de muros y yedra.

logías arbitrarias la

Y aun

casos se dan en

dica, figurando

que

tales

absurdos etimológicos han pasado

simbólicamente en

el

escudo de

las

á la herál-

poblaciones.

«Algo parecido ha venido sucediendo con la etimología de Carcagcnk. Aquí ha pasado como cosa resuelta, entre mucha gente que se tiene por entendida, que esta palabra tanto vale cuanto gente del carcax, que era lo

que podríamos llamar

solían guardar las flechas,

el saetero

ó

utensilio bélico

donde

como

se sabe

los guerreros

llamado también aljaba. Ciertamente que para

encontrar etimologías de ese calibre no hay necesidad de muchas cavilaciones.

Con

misma razón que

la

se

ha propuesto, podríamos afirmar que

Vallada quiere decir hada del valle y Catarroja la hoja del catarro. Quedamos, pues, en que lo de gente del carcaix es una verdadera atrocidad, un disparate

mayúsculo, que

ni siquiera

merece tomarse en

»¿De dónde proviene, pues,

la

serio.

palabra Carcagente? ¿En qué lengua en-

contraremos sus orígenes? ¿Es vocablo de origen griego, latino ó arábigo?

¿Contiene algún elemento púnico,

amigo mío, ginés? el

como ha

fijándose en la sílaba car,

Con no poca

que

tras otra cosa

dera es

la

no

que ya

la

fecha se hayan

yo tendré para mí que

se halla en las al

el

podido poner de

En mi concepto y mienla

única solución verda-

Décadas de Escolano

es el vocablo original

(t.

II,

cap.

XXVII,

antes de ser modificado

«que dieron los modernos aquel nombre, coque antiguamente tenía todo aquel sitio, que era la horta del

la infle.xión castellana, dice

rrompiendo

en idioma carta-

hablar de nuestro pueblo, es decir, de Carcagente, ó

mejor dicho Carcaixent, que por

la

solución que deba adoptarse.

se pruebe,

página 521), donde

significa ciudad

muy

curiosidad han discutido algunos de mis paisanos sobre

origen de esta palabra, sin que hasta

acuerdo respecto á

conjeturado alguna vez un

Cent,» es decir que equivale á horta del Cent.

EL ARCHIVO «Confieso ingenuamente, que

al

227

encontrar por primera vez en Escolino

tan extraña explicación etimológica, supuse que sería

uno de

tantos

lapsus,

que suelen encontrarse en el que pasa las afirmaciones y ciertamente que hay mucha razón para ello, por el historiador clásico del reino de Valencia. Yo no tenía noticia del termino de Cent, ni barruntaba por otra parte qué palabra, con significado de huerta, en los gratuitas

alguna de todavía,

idiomas antiguos, pudiera haber dado origen

al

primer elemento de

bra que nos ocupa; posteriormente, sin embargo, he aclarado vacilo en hacer

no

«Consta por

mía

modo

la

ponde

indudable que en

pasó

ambas dudas y

al latín

XIII hubo en

el siglo

del Cent, situada

Carcagente (r). Por otra parte,

á

significa huerta,

pala-

opinión de Escolano.

una partida rural denominada

Alcira,

la

la

en

el

término de

que hoy corres-

el

palabra árabe l^^.í cariatou, que

de los tiempos medios bajo

formas al-caria,

las

y al-charea, de que hemos visto abundantes ejemplos, que no son otra cosa más que el citado nombre árabe precedido del artículo y

al-charia, al-carea

suprimida

pronunciación de

la

la

Tenemos, pues, que en

árabe vulgar.

como

última sílaba, el

costumbre en

es

el

término rural del moderno Carca-

gente existió en tiempos antiguos una huerta ó carea que se designaba con

nombre de Cent (2), Carea Cent. «¿No habrá, pues, motivo para suponer que de

el

dos palabras nació fónicas?

el

justaposición de estas

la

vocablo Carcaxent, mediante ligerísimas modificaciones

Nada más común que

transformación de

la

como

en x,

la s

Así consta en un pergamino del convento de Agiiasvivas, custodiado actualmente en

(i)

Archivo Histórico Nacional: Noverint universi quod nos rainiundus Corts

el

Arzendis... vendimus... vobis bernardo cayabo...

termino

mir

camino quo

M.CC.LXX En

quamdam

peciam vinee

Cent termino algezire. Et afrontat in vinea de na Lorenca...

del

et in

domini (2)

en Xátiva

apud Cárcel... quod

itur

est

actum

et

uxor eius

quam habemus

et in térra

in

bernardi

algezire Kalendis martii

anno

quinto.

Archivo municipal de Alcira, volumen número 37, fol. 56 b, hemos encontrado i.o de Diciembre de 1386, se dispone por el

el

confirmado este aserto de nuestro amigo. El día Consejo de

villa

la

de Alcira, «fossen ordenats, limitats e

ds hoalars en

fitats

les ortes del

terme,» y efectivamente, el 8 de Enero inmediato, empezaron el deslinde de los boalares de Algemesí, de Guadaquar y de Cabanes, y al folio 59, el amojonamiento del «Boalar del qnartcr

de la orta del Cent, en

cuya empresa ayudaron

á los

de Alcira «alguns bons

loch de Benimacli e de Cogullada.» La línea de demarcación seguía

barranquet del Riu de Xuquer... tro a del Giro?, cequia avall al moli

cami de Xátiva, a 11a, al

altre

cami de

cami de

la

real

de

la

muntanya, a la

la

al

senda deis Peixcadors, ves

muntanya,

al

cami

lo riu

real

cami de

la

Ribera, ves

les basses,

de Corbera, per

la

del

marge de

la

cequia

avall ves Benimacli...

cami de Enova ves Cogullada, ves

al

a la bassa pregona, al

Ribera tro en

cami de Castclló,

homens

siguiente ruta: «Del

riba de la cequia del orta... tro al

de Celma, tro

foya den Rovira,

muntanya,

la

ves les íaldes de

cami

la

la

la

lo

y al cami de Palme-

la villa

(Alcira)

senda de Sancta Barbera en

Xuquer.» (Nota de

un

ves lo loch de Carcaxen,

la Redacción.)

lo

EL ARCHIVO

228

de Setabis, Xtiquer de Suero, cambio que procede por

lo común del sonido con que los árabes solían pronunciar nuestra s y h c seguida (^J^) No hay, pues, inconveniente alguno en admitir la transformación de

fuerte

de

e i.

como tampoco

Carea-cent por Carcaxent, así

en que

con

la e

la c,

existe, á nuestro

de Carea, ora por imperfección en su trazado que

ora por alguna ley fonológica que ahora no

convirtiese en esta última letra, resultando de ello

su forma antiquísima, conservada en

el

el

modo la

de ver,

confundiese

podemos precisar, se nombre Carcaxent en

idioma valenciano.»

Hasta aquí nuestro ilustrado amigo. Antes de decir nuestra opinión sobre el particular,

tenemos que hacer unas advertencias. ¿No podía

CLXXIX),

net (Glosario

/

de alcarria á carja, carcha y carca. Respecto á cagente, es constante desde el siglo XIII al

que

se

^3 haberse

el

pasar á / y q? Eguílaz (Glosario XX) y Simoestablecen doctrinas que hacen probable el tránsito

convertido en gutural, y de

añadió después, lo

mismo que

.-í

la

escritura del

XVI

la

nombre de Car-

forma Carcaxcn

sin la

/

Luchen/r, Bocairen/r, Ontenien/í",

Mogen/í' y otros varios, que seguramente debieron parecer participios de presente y sufrieron la necesaria transformación para que se ajustasen por completo á aquella forma. la suposición de la etimología propuesta, pero no tanto La huerta de Carcagente se llamó del Cent después de la Conquista, pero no antes, pues los árabes no conocían la palabra cent; y sin embargo llamaban al mismo tiempo Carcaxen la población en ella enclavada y que tomaba de aquella su nombre. ¿Cómo? Pues muy sencillamente. No se adul-

Esto destruye

como

teró el

parece.

nombre de Carcaxen con la añadidura de la / hasta el siglo XVII; la empezó á tener su adulteración desde la misma reconquista;

huerta del Cent

^A;. i:js Carja xene, Carcaxen, acentuando

anteriormente se denominaría la

última por

la

supresión de

conocemos; sobre

la

la e final.

Glosario de Simonet. Xene ó xeni

español de

La primera

parte de esta palabra ya la

segunda debemos una explicación, que lomamos del

la tnosta:(a,

c^í-í-

según Ibn Buclarix, es

contraído del latino sinapi.

el

nombre

¿Qué de extraño puede

haber en que de esta planta tomase nombre una alquería y que se llamase la huerta del sene ó de la mostaza, Carcaxen? La circunstancia de no encontrar la

/

en

el

nombre

el

que

se

haya añadido á

primitivo, nos hace suponer que no es propio del la

traducción, hrta del Cent,

no ha sido por

cosa sino para conseguir palabra que significase algo en

Por esto también hicieron

los

primeros cristianos de

la

el

Campo

reconquista de Robóle,

los datos

posibilidad de

el

Patró, y de

de mirra.

Por desgracia, para

tenemos

otra

lenguaje vulgar.

ReboUet, de Oliba, Oliva, de Nompoi, Monfort, de Alpotron, Almiara,

mismo;

que

la

comprobación de

que para se derive

la

la

etimología de Carcagente, no

de Cullera; queda, pues, demostrada sólo

de huerta de

la mosta:;a,

ó xene como

la

la

llamaban

EL ARCHIVO los árabes. Si

229

tuviéramos su nombre escrito por éstos, veríamos bien

dad de nuestra opinión.

De

la

ver-

todos modos, buenos arabistas tiene Carcagente

y esperamos que pongan en claro tan debatida etimología. R. Chabás.

^ctííuíi

burante

ú

íie

l^amhxt

palíorca que |M?rt |iabcció

EN LOS SIGLOS XVI Y XVII.

y concedidos por los mahambre que

¡OS socorros solicitados por los ibicencos

llorquines en

el

transcurso del período de miseria y

padeció Ibiza en los siglos

XVI

que hemos aportado

rico caudal de datos

y XVII, nos permite aumentar

estudio de aquella pertinaz do-

al

mismo tiempo determinar

lencia social (t), y al

el

las

relaciones

que

existían

entre los dos pueblos hermanos.

La

idea de la propia defensa

espíritu de los ibicencos en difícil,

y

los

ría

y conservación trabajaba hondamente

de

incremento por

la

las

días aciagos,

enfermedad que, iniciada en

porque presen-

siglos anteriores, adqui-

guerras, por las epidemias y por otras calamidades nada

de remediar.

Promover

la

baratura de los artículos de primera necesidad, ó asegurar la

concurrencia á los mercados para disminuir

la carestía

de

ó impedir consecuencias todavía más funestas, era uno de

dados de

y

el

primer tercio del siglo XVI. La situación era

hombres previsores pronosticaban

tían los progresos

fáciles

el

la

faltaba la

representación popular; y

si las

las subsistencias,

los

primeros cui-

sequías malograban las cosechas

producción en cantidad suficiente para

el

abastecimiento público,

no quedaba más recurso que buscar en el exterior lo que no se encontraba en el interior de la isla, único medio que podía conjurar los trastornos que produce en la vida económica la escasez ó la falta de materias agrícolas. De aquí nacieron las relaciones de Ibiza con algunos pueblos de

por la triste virtud de estos y otros

pañola, y se estrecharon

más

los vínculos

que unían

la

península es-

muchos análogos ó

la isla

parecidos,

con sus hermanas del

chipiélago balear.

(i)

V. El Archivo,

Tomo

VII

t.

VI, p. 313.

23

ar-

— EL ARCHIVO

230

Ibiza,

problema

en medio de sus desgracias y sufrimientos, buscaba la solución del social en su propia casa, y después de agotar los recursos de que

podía disponer, apelaba

poder central, á

al

la

cabeza de su antiguo reino y á

los pueblos vecinos. Secas las fuentes de su

ralizado

temporalmente por

tranjero,

rompíase

el

las

guerras

producción y entorpecido ó pacomercio que sostenia con el ex-

el

económica y

equilibrio de la vida

población comen-

la

zaba á sentir los efectos de aquella perturbación mercantil. Empeñados los

gobernantes en colosales empresas guerreras,

voz de los pueblos que sufrían

la

perdíase con frecuencia en las altas esferas, cuando

Y cerradas

para defender la integridad del territorio.

forzosamente había que llamar á

pales,

las

de otros reinos, que por su proximidad á bres, por el

común

estas

auxilio

dos puertas princi-

de Mallorca y á las de los pueblos por la semejanza de costum-

Ibiza,

origen de su historia después de

cenos, podían prestarse

no demandaban

la

expulsión de los sarra-

mutuos socorros en tiempos calamitosos y en

los

trances apurados.

Veamos cómo respondió Mallorca á la demanda de Ibiza: En 1 518, hallándose D. Hugo de Moneada con sus naves en

el

puerto de

Pythiusa mayor, necesitó provisiones, por no haber recibido oportuna-

la

mente

las

que esperaba para su

ejército,

de Mallorca socorrieron entonces á

la

de Málaga y de

escuadra.

Los Jurados

Sicilia.

En cuanto

á la

población de

que sentía iguales ó mayores necesidades que la armada, acordaron que buscara remedio en otra parte, no obstante las indicaciones hechas por D. Hugo y las cartas que escribieron el Gobernador y los Jurados de Ibiza para sacar del reino 400 cuarteras de trigo que tenían compradas (i).

Ibiza,

Bloqueada vimiento de

la isla

la

de Ibiza por

los

moros en 1521, cuando

estalló el

mo-

Germanía, pidieron socorro de víveres sus habitantes en

las

mismas puertas de Mallorca, después de burlar sus buques, con peligro, la vigilancia de las galeotas sarracenas. La plaza fué auxiliada con trigo y dinero por Colom, jefe de los comuneros mallorquines, quien armó por su cuenta algunas naves, en vista de

las vacilaciones

y aplazamientos de

los

Jurados de

la capital del reino.

En 1524 lar

pidieron los ibicencos mil ó dos mil cuarteras de trigo para anu-

amargamente y

de alimentos; y en 1527 lamentaron paralización del comercio de la sal por las guerras de Italia,

ó disminuir los efectos de

la

ruina de

la

la isla.

la carestía

Recogidas estas quejas de

rados cbusitanos, no puede asegurarse

si

chivo general histórico faltan las actas del

(i) daltrc

«E que

los

de Ivi^a alteza

part.»— 8 Enero ISI9-

Hist, de Malí.

la

las

el

Ar-

G. y G. Consejo desde 1519a 1524

poca disposicio es en

— Llib. de

cartas escritas por los Ju-

fueron atendidas, porque en

lo

regnc de forment, se remedien

Dcterminacions del G. y G. ConscU.

Arch.

Gm.





EL ARCHIVO

231

que sobre la formulada en 1527 no recayó acuerdo alguno. La falta de resolución y la de la cosecha en Mallorca, pues sólo se recolectaron 1 10.000 cuarteras de trigo (i), y por otra parte las gestiones hechas inclusive, pero

por

el



Síndico P. Malferit para que se

dispensara

les

pago de

el

los derechos

de coronaje (2), permiten afirmar sin vacilaciones que en 1527 la situación económica de Mallorca presentaba mal aspecto, y que entonces no se facilitó recurso alguno á los ibicencos.

Trece años después y uno antes de visitar el Emperador Carlos V la capidonde reunió sus escuadras menos la de Poniente





del reino de Mallorca,

tal

para emprender la conquista de Argel, sentía la

isla

necesidades imperiosas

obligaron á solicitar de Mallorca autorización para proveerse de víve-

que

le

res.

Esta súplica, juntamente con otra de Menorca, presentadas al

Grande y

General Consejo en 17 de Septiembre de 1540, fueron atendidas por los Jurados mallorquines, acordándose socorrer á las dos islas con trigo de Sicilia

que había en

el

Alternando por

falta

rra.

En

reino de Mallorca (3). los

años regulares con los malos, aumentaron

las

necesidades

de ingresos y sobra de gastos que ocasionaban los aprestos de gue1569 (4) y diez y seis años más tarde, en 1575 (5), encontramos

nuevas peticiones de los Jurados ibicencos á los mallorquines, de

no

mención

se hace

en los extractos de las actas del G.

las cuales

y G. Consejo, prueba

evidente que ni siquiera merecieron los honores de la lectura en aquellas asambleas, y prueba también del poco caso que se hizo de los mandatos del Rey sobre provisión de Ibiza (6). Esto no obstante, la correspondencia cam-

biada entre los representantes de los dos pueblos continuó siendo frecuente y afectuosa, aunque muchas veces los ibicencos no consiguieran los recursos

que con insistencia solicitaban. Al

finalizar el siglo

bién activa correspondencia con

el

dor que había sido de Ibiza,

vez con

(i)

(2)

tal

XVI

mantuvieron tam-

Virrey de Mallorca, (Janoguera, Gobernael

propósito de que aquella autori-

Act. del G. y G. Consejo. 8 Enero 1527. 13 Febrero 1527.

—Instruccions

al

sindich miser Pere Malferit.

— «Primo

la necessitat

apretadissima de forment y que staue a perill de despoblarse la Illa y axi que suplicas liberacio deis drets de coronatje en atencio que hauia pocha dies hauia pagat al Regne mil ducats per perseguir bandetjats (3)

y desmandáis.»

Menorca

solicitauan

Arch. Gen. Hist. de Malí.

1540.—'«...fonch proposat que de luissa y y demanauan hauer alguna prouicio per socorrer algunas ne^essitats de

Act. del G. y G.

Consejo. 17 Septiembre

aquellas islas...» «y fonch determinat socorreguessan

trobaue en (4)

Regne...»

el

ditas

illas

de forment de

Sicilia

ques

Arch. Gen. Hist. de Malí.

Carta de 26 de Agosto de ijó^.

(5)

Carta de 21 de Julio de iS7S'

(6)

Con

trigo á Ibiza

fecha 24 de Septiembre 1574, el Rey manda al Virrey de Mallorca provea de cuando lo pidan los Jurados, sin ponerles embarazo en la saca, como no falte la

entera provisión de aquel reino.







EL ARCHIVO

232

dad, conocedora del estado de la

isla,

influyera en su favor en la cuestión de

provisiones.

No en

el

estar general

principió el siglo

XVIl y

que

los sucesos

centuria se desarrollaron, acentuando cada día el mal-

la

y preparando

produjeron en

las

dolorosas escenas que

la

miseria y

el

hambre

la isla.

La misma suerte que ron

cómo

necesitamos repetir

transcurso de

las

últimas peticiones hechas en

el siglo

XVI,

tuvie-

en i6ii (i) y en 1618 (2) á los Jurados de Mallorca, pidiendo socorro por vía de préstamo en la primera y auxilios para remediar la falta de trigo en la segunda. Nada se dice de ellas en las actas del

las suplicaciones dirigidas

Consejo mallorquín, y

si

bien es verdad que en 1618 Mallorca hizo pro-

visión de granos, también lo es

que en 161

1

no

fué necesario apelar á este

recurso, porque la cosecha arrojó 245.000 cuarteras de trigo

y 144.000 de el mismo año de 1618 en (3), y quedaron en la isla 13.244 cuarteras de grano, según consta del recuento practicado en 1619, que se cosecharon, además, 533.740 cuarteras de trigo y cebada (4). cebada, calculándose

Andando

el

el

consumo en 350.000

tiempo encontramos

en dos ocasiones

distintas:

cuarteras de trigo (5), y

Medio

en 1624

al

las

pruebas de haberse prest.ido socorros

se facilitaron á Ibiza tres

año siguiente doscientas

siglo transcurrió después sin tomarse acuerdo

del

ó cuatrocientas

mismo grano

(6).

alguno en Mallorca so-

bre el envío de víveres, hasta que en Marzo de 1677, teniendo en cuenta las grandes necesidades que sentían los habitantes de las Pythiusas, resolvieron los

mallorquines

facilitarles

mil cuarteras de grano, pero sin que

pudiera servir de precedente (7). (i)

Carta de 18 Noviembre 1611.

(2)

Carta de 16 Junio 1618.

(3)

Scutrini ccrt de 161

forment

1.

— «A

11

Y

el

hecho

tan firme era la decisión de los Jurados

de 8.*"" 161

1

fonch proposat ser

lo

scutrini general de

1446 q"», y de ciuada 706 q"», y que en anys passats se deja hauerse de menester 3506 q."*, y íonch deterniinat que nos fes prouisio.»— Extr. Act. del Uis

2456 qJ**, de

G. y G. Consejo.

«A

ordi

Arch. Gen. Hist. de Malí.

1619 fonch proposat lo scutrini cert de blat y xexa 2466100 q."^»» ordi 2696640 q."» y siuadas 706865 q."' y que en la adniinistracio hy hauia 3244 q.'«« y circa 10.000 q.>"*« que tenia Pere Juan Rius y fonch deterniinat que nos fes provicio per á las (4)

MS. y

horas.» (j)

19 8.*>"

Arch.

cit.

Act. del G. y G.

Ivissa ab 3

ó 400

q.''»»

Consejo.— -e

y canonge y

deis jurats de aquella isUa.»

varias sesiones se trató del

acordóse remitir

seis

mil

aplicar tres mil á gastos

libras, á

de

la

aumento



«Mes fonch proposat Ses. 15 febr. y medi del molt Iltre Dr. Joan

solicitut

Arch. Gen. Hist. de Malí.

sin recaer resolución,

dos mil por año, quedándose con

y en

las seis

la

de

3

Julio 1686

mil restantes para

acequia den Baster, y tres mil para gastos ordinarios.

A

propósito de una petición de 2.000 cuarteras, en el G. y G. Consejo de 17 Diciem(3) bre 1 67 1 «fonch determinat que sempre que en Mallorca hi agües provicio que apparagues bastant els consolaría ab la quantitat ques pogues.»

Arch.

cit.

EL ARCHIVO

23 6

cientos y treze annos, ante la presencia de los Señores doctores Gaspar de Tapia Arcidiano maior de la santa Metropolitana Seo de Valencia, don Balthasar de Borja Arcidiano de Xatiua, gia syndico de los

Eugenio Tudela, don Leonardo de Bor-

Canónigos y Cabildo de

la

dicha santa Iglesia y de Johan

Joseph Agorreta todos canónigos prebendados de

la

dicha santa Iglesia

como

orden y comission de los dichos señores canónigos y cabildo para que jusso se dirá personalmente hallados en la tercera sacristía de la dita

a teniendo lo

seo de Valencia en

la

qual están recondidas custodidas y guardadas con

muchas llaves las sanctas reliquias de dicha sancta Iglesia y aun en presencia de mi Gaspar Palauicino por auctoridades Apostólica Real y de la ciudad de Valencia notario publico y secretario de los dichos señores canónigos y cabildo y de los testigos abajo escriptos personalmente páreselo Pedro Marco notario en nombre y como a syndico y procurador que dixo ser del cabildo y consejo del lugar de Aniñon aldea de la comunidad de Calatayut del obispado de Tarra»;ona en el Reyno de Aragón el qual en dicho nombre de pa-

y represento a dichos señores capitulares que por quanto en el sacrario de la Iglesia de Sancta Maria del Castillo del dicho lugar de Aniñon labra dixo

hay vnos corporales de han

que

lien(;o

visto son de lienso viscayno

al

que los chamusca-

parescer de todas las personas

crudo grossero

los quales están

dos de fuego con cinco formas pequeñas bueltas en parte en sangre que habrá

mas de

trescientos

annos que hauiendose dado fuego en

el

retablo de la dicha

de Aniñon y habiéndose quemado todo el dicho retablo y la Iglesia fueron reseruados dichos sanctos corporales y formas sin quemarse según

Iglesia

que por tradición de muchas personas muy viejas las quales dezian hauerlo oydo assi dezir a sus padres y mayores que según se collige es de mas de dichos trescientos annos y que buscando e ynquiriendo si habria alguna cosa concerniente a este tan grande milagro de los dichos sagrados corporales y

formas se ha tenido noticia por cosa sancta Iglesia de Valencia y en

el

muy

cierta

y averiguada que en

armario a donde están guardadas

esta

las sánelas

con la HosRey don Johan Rey de Nauarra y después dio juntamente con muchas otras sanctas reliquias a esta

reliquias de aquella se hallarla la hijuela de los dichos corporales tia

consagrada

la

Rey de Aragón

qual reliquia la

el

dicha sancta Iglesia y que para la aueriguacion de este caso les pidia por merced tuuiessen por bien que el dicho armario se abriesse y recognosciesse

por ver li

si

en aquel estaua dicha hijuela con

diere verdadero testimonio en

la

Hostia y que (de) todo ello se fe y los dichos señores

manera que haga

canónigos capitulares de orden y comission de todo el cabildo de esta dicha sancta Iglesia mandaron que por el sots sacristán de dicha seo se habricsse el dicho Armario

qual esta serrado con dos llaves y se mirasse y reconosciesse lo que por parte de dicho Pedro Marco notario en dicho nombre se el

pedia por ser cosa

muy

justa

y piedad

christi.ina

conucnicntc y luego

el di-

EL ARCHIVO cho

sots sacrista en execucion de la

237

mandato abrió

provission y

el diclio

Armario de dichas santas reliquias y tirada la cortina en presencia de todos sacó de dicho Armario un reliquiario de oro con sus vidrios o christales

y

abriéndole en prescencia de todos hallaron enserrada una hijuela de liento

que

parescer de todos los que

al

allí

estañan presentes juzgaron que era liento

vizcayno grossero y que a la vna parte paresce estar chamuschado de fuego y en la otra parte vn tantico quemado y en desenboluiendo el dicho liento el

señor canónigo Tudela hallaron en medio de aquel apegada vna forma de

Hostia de grandaria de mas de un Real de a ocho grande que dicho liengo o hijuela

y forma de Hostia todo

se

hecha claro de ver ser de muchissimos

años y ansimismo el dicho Pedro Marco notario en dicho nombre Pidió y requirió a los sobredichos señores canónigos capitulares tuuiessen por bien

que por quanto en un el

libro

pequeño que

esta recóndito

qual están escritos los nombres de las reliquias que

el

en dicha

sacristía

en

Rey don Johan Rey

de Nauarra y después Rey de Aragón dio a la dicha sancta Iglesia de Valenrecondidas y guardadas en el dicho Armario y el segundo

cia las quales están

o tercero dia de Pasqua de Ressurreccion quando quias a todo

pueblo estando junto en

el

muestran

se

la pla(;a

de

la

Seo

ías

dichas reli-

nom-

se leen los

una copia o traslado de lo que toca y es concerniente a dicha hijuela y forma de Hostia consagrada el qual es del tenor que se sigue Los corporals deuots christians aquestos son los bres de las reliquias con sus oraciones se le diesse

sagrats corporals

que cremantse en Arago

vna

Iglesia miraculosament que nos cremaren hauent hi bona deuocio digau axi. O corporals conseruats per miracle del foch cremant per Jesús jnfinit daunos esfors per quel mal spirit creme james nostre sant taber-

foren conseruats illesos de

mig

tota

del foch

verbum caro factum. E los dichos señores canónigos capitulares Prouehieron y mandaron a mi el dicho escriuano de todo lo suso dicho en la forma y manera que ha passado lo de por aucto en publica forma que haga fee, e yo el dido Gaspar Palauicino notario publico y secretario susodicho certifico y hago fee y verdadero testimonio como todo lo susodicho passo ansi en verdad en mi presencia y dello rescebi este aucto y certifinacle, respon lo chor,

cación en la dicha ciudad de Valencia y en sancta Iglesia los sobredichos dia

la

tercera sacristía de la dicha

mes y año siendo

a todo lo

que dicho

es

presentes por testigos llamados y rogados Sebastian Guterris sots sacrista

Vicente Nauarro otro de los archiueros de

Miguel Vicente Martínez de

la

yuanyes mercader vezinos de

Hemos

visto

Aviñón cuando la

la

MadoT^^

Tomo

VII

no

estas hostias,

y constantemente

se dice

Aniñan, población actualmente de 500 vecinos, situada á

espalda de Calatayud y á su

misma.

dicha santa Iglesia Presbíteros

dicha ciudad de Valencia.».

muchas notas sobre

es

la

Raga Joachin moreno ciudadanos y Phelippe

cita

NO., y como

á dos leguas de distancia de la

dicho pueblo. 24

EL ARCHIVO

238

líataí rtonoíógicas b(I retnabo ht

g^n |atmr

I

br llragon.

|o solo la crítica descuidaron los cronistas del

Rey Qjnquistador y

muy particularmente el orden y fechas de los sucesos de su vida, lo que involucra acontecimientos tan

del Reino de Valencia, sino

notables

como

miento de brollado

la

las

conquistas de Mallorca, Valencia y Murcia. El desconoci-

ciencia cronológica, auxiliar indispensable de

muchos sucesos y hecho perder

el

la historia,

ha

em-

verdadero punto de vista de los

mismos. Para dilucidar unos y otros, nos propusimos años

atrás recoger

mayor número posible de fechas de la vida de D. Jaime, y á este objeto, tomamos nota del lugar y fecha en que otorgó el Rey los documentos que llegaron á nuestras manos y que en su mayor parte se custodian en el Archivo general de la Corona de Aragón en Barcelona. La vida de aquel monarca es un continuo movimiento: nunca está larga temporada en un mismo sitio: esto dificulta el trabajo. todos los datos fidedignos y

fijar el

Se debe éste dividir en dos partes, ó sea en que empiezan los

registros

en

la anterior y la posteriora 1257 archivo de Barcelona. Desde esa fecha en

el

adelante, se puede saber día por día

dónde estuvo

el

Rey. El averiguar su

muy útil y curioso, pero se necesita una estancia detenida en aquel centro, que no nos ha sido posible hasta ahora. Lo que nos parece aún más preciso por referirse al periodo de nuestra reconitinerario por los dichos registros será

ser necesario recogerlo de archivos

y bibliotecas, es lo referente á la primera época, ó sea la anterior á 1257. Esto es lo que hoy ofrecemos. Pero como preliminares, hay que tener presentes dos cosas. quista

y

En primer

lugar,

muchos

Hijo de Dios se

autores, notables por otros conceptos, lian in-

computar los años de la Encarnación. Si bien el encarnó nueve meses antes de nacer, al establecerse la cuenta

currido en equivocación

de los años de

la

meses antes que

el

al

era cristiana, se

de

la

empezó

el

cómputo de

Encarnación; de manera, que

la

Natividad tres

las fechas

que median

24 de Diciembre coinciden en el año; no así las anteriores, desde el 25 de Diciembre hasta el 24 de Marzo, en que el año de la Encarnación es una unidad menos que el de la Natividad. De esto tratamos detenidamente en el tomo IV, pág. 273. En segundo lugar, en tiempo de D. Jaime I, era muy inconstante la cadesde

el

25 de Marzo hasta

lendación, hasta que el

Rey

el

fijó el

annus domini en

los fueros

de Valencia.

EL ARCHIVO

No

¿Cuándo?

es fácil averiguarlo,

239

pero de seguro

muy

á lo último de la

época cuya investigación hemos emprendido. Es decir, que estos tres

meses (desde

ción de

la era

estudiar

si

española,

el

25 Diciembre

ó de

la

Natividad ó

la

la

Y como

fecha tenga

fechas de

24 Marzo) que no tengan

Natividad, ó de

son de ésta ó de aquélla.

minables en ésto, cuando

al

las

el

la

indica-

Encarnación hemos de

no nos hemos de hacer

inter-

carácter indeterminado entre la

Encarnación, téngase presente esta circunstancia.

Respecto á abreviaturas es preciso indicar que Pg. indica pergamino del la Corona de Aragón, según la numeración que les dio D. Próspero de BorafuU. La de Rp. equivale á Repartimiento, cuyo libro impreso por este mismo archivero y sus páginas citamos. Es de notar que este libro, casi siempre fecha sus documentos por los años del nacimiento. Las

Archivo General de

demás abreviaturas son por demás Ene. Encarnación, Au.

Prescindimos de

moderno

datos cronológicos.

I2I7

la

las calendas,

Aureum

fáciles:

Arch. Archivo, Nat. Natividad,

opus.

calendación romana y convertimos en fechas á lo

nonas

é idus, para facilitar

más

el

manejo de

estos

240

242

244

246

— EL ARCHIVO

248

damos

vestigar,

la

cronología del año

que

1.257,

es el

más pobre en docu-

mentos. Barcelona.

— — 8 — — 10 — — 12 — — Tortosa. Enero, 23 — 30 — 31.— Febrero, 2 — — 6 — — — 16 — 19 — 27. Marzo, 2 — 4— — 7 — 9 — 12 — 14 — 16 — 7

Enero, 4

9

11

18.

15

3

5

13

15

19.

Lérida. Abril, 10.

Zaragoza. Junio, 21. Lérida. 6

— Agosto, — —4 — — 8 — — 10 — — 12 — — 17 — 20 21-T-22 — 23 — 24 — 29 — 30 — — Septiembre, — 4 — — 7 — 8 — 10 — 12 — Octu14— 16 — 17 — 18 — 19 — 20 — 22 — 24 — 25 — 26 — 27 — 28 — 29 — 2 — 4— — — Junio, 27.

I

3

9

11

31.

15

6

3

30.

9

5

bre,

10.

Almenar. Octubre, 13.

Camarasa.

— Lérida. Octubre, 17 —22 — 24 — 25 — 26—27 — 29 — 30—^1. Barcelona. 8 10 Noviembre, 7 — — — — 12 — 14 — — 16 — — 19 — 21 — 23 — 24 — 25 — 26 — 28 — 29. — Diciembre, — 2 — — 4— — 7 — 8 — — 10 — — — — — 16 — 17 — 19 — 20 — 21 — 22 — 27 —29 — 30 — 31. Octubre, 15

16.

11

13

17

15

i

3

5

9

1

1

12

15

Con

esto

damos

fin á estos

datos cronológicos, que esperamos corregir y repetir, que las fechas desde

aumentar, Dios mediante, pero volvemos á el

de la

al 24 de Marzo no son fijas mas que cuando anotamos ser Era ó de la Encarnación , pues aunque las hayamos fijado en el año de Natividad que lleva su numeración, podría ser del siguiente, ó viceversa.

25 Diciembre la

R. ChabAs.

EL ARCHIVO

ftoral iUvito

m

ti st0Ío

249

M ^tUtmánto

VI-V

antes be |**f

*

LOS TARTESIOS DEL ESTRECHO O CALPIANOS EN LA REGIÓN DE DENIA.

^^Íegún "

veremos en otro capítulo,

los libyfénices andaluces poseían ciu-

dades interiores y ciudades marítimas. Las primeras no fueron sometidas por Cartílago ni tuvo que emigrar su población, mas sí de

segundas; y por esto encontramos reproducidos los nombres de éstas y los de aquéllas en la parte Sur del Tarteso levantino, donde hemos dicho

as

no

que hubieron de

instalarse los

emigrados de

la

región del Estrecho. Según

puede colegirse de Appiano, Strabón, Mela, Plinio,

Marciano y otros,

las

Ptolomeo,

el Itinerario,

ciudades marítimas de los libyfénices se hallaban com-

prendidas entre éstas: Lauron, Menlaria ó Mellarla, Transducta, Barbesula,

Portualbo y Calpe-Carteia, dicha también Tarteso. Pues bien; el mayor número de ellas reaparece en la época clásica entre la frontera meridional del Tarteso levantino y

La

el río

existencia de

Turia, ó

tal

vez entre esta frontera y

una Lauro libyfénice

la

el río

Júcar.

deduzco de dos pasajes combi-

Munda Cneo Pompehuyó delante de César, yendo á parar á Cartela sobre el Estrecho; que se embarcó allí, y saltando nuevamente en tierra para refugiarse en un monte nados: uno de Strabón, quien afirma que, vencido en yo,

mar, fué descubierto y asesinado (i); otro, de Floro, según el donde encontró tan desastrado fin el hijo de Pompeyo se decía Lauro (2). La otra Lauro se halla mencionada, á propósito de la guerra Sertoriana, en Appiano (3), y puntualiza su situación de un modo indirecto el mismo Floro al decir que Pompeyo y Sertorio se derrotaron alternativamente uno á otro en las batallas de Lauro y del Suero ó Júcar (4). Las mo-

inmediato

ai

cual el lugar



(1)

Etí

-flv

(Carteia)

opuvhv

ÚTTípxEtfxsvYjv OaXkíXTrig

(2)

Sed

(3)

Y,TrriQsiq

^istfOip'n

ó

rvato;

(adeo

nondum

sirlevrrxg

xat

'¿vOsv

exSáj

eg

rtva

liberis,

Cnaeum

praelio

apud Lauronem oppidutn

profugum, consecutus,

desperahat) inlerfecit (Floro, Hist. rom., lib. IV, cap. 2).

Tzokiv, siE;^|Ot

era solo

á los celtí-

opoí otxo'jvTij

K«^y^y¡5óvo; (III,

4,

I4).

T/)v

La

del Júcar, alcanzando casi el paralelo de Denia.

El peñón de Hifac «forma dos calas seguras á

tanto dentro de agua» (Diago, ob.

cit., t.

I,

pág. 39).

«A

ambos los

lados, por meterse

dos lados del peñón se

forman dos puertos más que medianos, el uno al Poniente, que los nuestros llaman del Rincón, y el otro al Levante, llamado de Gallicant, en cuyo paraje hay una al-

ToMO

VII

26

2)

EL ARCHIVO

I

Calpc (23) está limitada por la punta del monte Hifac al Este y la de Toix á Mediodía; en ella hubo en lo antiguo una ciudad opulenta, cuyo nombre ha heredado, según es dable conjeturar, la pequeña villa de Calpe. Apoyábase, según todas

probabilidades, en las faldas

las

cesibles por la parte de tierra (24),

en una extensión que no es

una media hora de

fácil precisar,

distancia,

cido ya de antes por «los baños de

un

(dice) indica

muy

de

la

villa,

siglo ilustrado,

ensenada,

la

exploró y describió el sitio

cono-

Reina,» pavimentos de mosaico, már-

la

teatro, aposentos diversos, etc.

un pueblo grande,

de 400 pies de diámetro,

de preciosos mármoles exparcidos,

como

peñón, que son ac-

notables ruinas en

rico y

multitud de piezas descubiertas en tan corto tiempo,

van en más

del

pero que debía ser considerable; á

caminando hacia

Cavanilles, á últimos del siglo pasado,

moles labrados, restos de un

mismas

se dilataba á lo largo

y

el

así

número

las

«Esta fábrica

de buen gusto. I^

ruinas que se obser-

considerable de fragmentos

entre las peñas batidas por las olas,

muchas de ellas con molduras, y otras obras de arte; finalmente, las monedas de Nerón y otros emperadores que se hallan, todo aríuncia que en los siglos lloridos del imperio romano hubo por los campos inmediatos,

madraba de atunes y unas famosas salinas» (Escol.ino, ob. cit., «Aunque no pasa (Calpe) de cien casas, conoce todo el mundo

lib. la

VI, cap.

fama de

la

15).

aven-

tajada pesquera de su sardineta»*(Ibid., col. 106. Vid. tambic-ii "DcNolet o general del

Mcdi Ierran eo, págs. 316-317). «La villa de Calpe [cerca de 2.000 almas] (23)

so halla en el centro

Je

la

ensena-

da y apartada de la playa unos dos y medio cables y edificada sobre una loma... No dejan de acudir todos los años algunos buques nacionales y extranjeros al fon-

deadero de Calpe para

el

embarque de

las frutas

secas que exporta

el

pais» (Derro-

muros antiguos: el primero circuye todo el casco de la población, menos el arrabal, y el segundo se halla situado en el centro del pueblo, con tres fuertes de baterian (Madoz, Dice. grog. esl. hist,, t. V, 1846, v.° Calpe). «Los muros de que está circuida se hallan en completa ruina, asi como el fuerte de San Pedro, que está cerca de la orilla del maí, en el sitio llatero cit., pág. 316),

mado Chechina» (24) las

«En

la

Esta

monte Hifac

lles,

Obsenmciones sobre

II,

conservan ruinas de un pueblo antiguo, que

las

paredes de

los reyes de .\ragón

|,

quedan algunos trozos» (A.

la historia natural, etc., del reino

de

la

antigüedad una pequeña iglesia á

(ob. cit., 2.» parte, col. 106).

y que

el

monte

Hifac,

existido colonia ninguna II,

la Iglesia

según reJ

Cavani-

de Valencia, Madrid, 1797,

pág. 226). Cerca de dos siglos antes escribia Mscolano: «Solo nos queda por

reliquias

t.

se

armadas gcnovcsas destruyeron [en guerra con Escolano:» «de

sia,

está fortificada por dos

(Derrotero, cit., pág. 316).

fafda del

fiere

t.

villa

pág. 280;

t.

III,

la

falda del dicho

— Cortés supone que Honosca

monte Hifaques»

estuvo donde hoy

llamado Calpe, fué dependencia suya,

sin

con nombre de Calpc, como opinó Mayáns (Dice,

pág. 49).

Nu-

que hubiera creof'.

hisí.,

EL ARCHIVO campo

casas de

allí

deliciosas.

Y

255

parece consiguiente hubiese en las inmedia-

ciones alguna ciudad ó pueblo numeroso, ya fuese en nales del Hifác, ó sobre el cerro

D. Josef Feliii. En efecto, aún se un encañado capaz de conducir á un gran pueblo

que nace en

Paratella,

las faldas

las

aguas de

término de Benisa, una legua

el

septentrio-

donde hoy día existe la casa de campo de ven por aquellas inmediaciones pedazos de al

fuente de

la

Nordeste de

las

ruinas...» (25)

Ya en

capítulo

el

signan con

el

hemos

visto

que en Herodoto

de Carpeianos, correspondiente á

ciudad de

los libyfénices se de-

nombre de su

geógrafo de Byzancio, además de Calpianos, registra

capital Calpe. El

lativo

I

étnico de Calpianos, seguramente derivado del

Kilirn, atestiguada

variante

la

K«pnr,ic/. del-

asimismo por Pausanias,

KxpTTíoc.

el

ape-

nombre de

la

Appiano conoce

una tercera variante, KxpnmThg, que presupone el adjetivo étnico Carpesio (26). éste eran probablemente 'conocidos en el siglo III a. de J. C. los liby-

Con

fénices de la Contestania,

un episodio de

la

el relato

vida de Asdrúbal. Había recibido

pequeño refuerzo de dirigió (desde

según deja adivinar

el

que hace T. Livio de caudillo africano

Ebro), después de haber equipado una escuadra destinada á proteger

y

las islas

(naturalmente, las Baleares)

hubo de detenerle

el

Observaciones

Herodoto, fragm. 20; Steph. Byz.,

En

cit., II,

Appiano, de

el libro

larga distancia del

tullís tenebat se, qiioad

XXIII, cap. 26, dice

IV,

s. v.

Ká),7r/j,

ed. Berk., pág. 439;

le

multum

Pau-

el

Paduano que Asdrúbal

se

mantenía

á

llegaron los refuerzos de Carthago: Hasdriibal

ncutri parti virium satis fidens, procul ah Imte intervallo ac

locis

ac diu obtesiantí quattor milia peditum mille equites in

supplementum missi ex áfrica sunt.

mo

tuerzas de mar, ofendidas por

reb. hisp., cap. 2.

enemigo cuando

Toenorum imperaior,

las

el litoral

ejecución de sus planes

la

págs. 226-232.

(25)

sanias, VI, 19, 3;

En

(28).

pronunciamiento de

(26)

(27)

un

y caballería de Carthago, y fuerte con él, se Cartagena?) (27) contra los romanos (por tanto, camino del infantería

— Weissenborn

Berlín, 1877, pág. 198), relaciona esto

(Titi Livi ab urbe condita libri, to-

con

la

marcha de Asdrúbal

á Lusi-

Ebro y de la expedión triunfal de los Escipiones hasta almacenes de Longuntica: XXII, 20, Hasdrubalin Lu-

tania después de la derrota del los

muros de Cartagena y

los

sitamam ac propias Oceanumconcessit. Pero Asdrúbal había regresado ya de Lusitani-a en aquella sazón (XXII, 21): por otra parte, habiendo quedado Cartagena en poder de los cartagineses, y siendo este puerto el más cercano á Carthago de toda la Península y el centro del poderío naval de los Bárkidas, á él hubo de enviar el Senado de

la

república africana los refuerzos que

litoral

balear y levantino, que es

donde

Asdrúbal había pedido para guarnecer tenía

que temer de

los ruínanos,

el

como no

en Andalucía. (28) parariquc

Tiim

refecta

jiibcl

ad Ínsulas maritnmamquc oram lulaiidam (T. Livio, XXIII, 26).

tándem

spe, castra

propias Iwstcin móvil classcinquc

et ipse

iiistrui

EL ARCHIVO

256

la

dureza con que

les

había reprochado su cobardia en

Ebro. Los sublevados saltaron

á tierra,

la.

batalla naval del

excitaron á los carpesios ó tartesios

(29) á que hiciesen causa común con ellos, y no sin resultado, pues algunas poblaciones se dejaron arrastrar á su partido, y expugna(región de Denia)

ron una que no acababa de decidirse, capitaneados por Jalbo, pesios (30). Fuéle preciso á Asdrúbal desistir por el

de

jefe

momento de

la

contra los romanos y dirigir sus armas contra los sublevados (51). efecto, reunió viveres

et

los car-

campaña

en Ascna (Jijona?) (32), población inmediata

A

este

al terri-

(29) a/« Carpesioruin gente, cdd. Mogunl. ct Aid. ct indcaliac. Sed priniac cdd. mss. fere omnes Tarlesiorum aut Tartessionim, ct quídam Carlhesiorum. Tartcsii

tamcn ab Ibero nimis remoti erant, et KapTr/.Ttot líuo; 'I*»ijOty.ov riv ¿vtí>; lír.joo; ;ror«piov apud Steph.» (Lemaire, Titus Livius Talavitius ad códices parisinos recevsilus, vol. IV, París, 1823, pág. 319).

Como

se ve, el sabio editor

se inclina á la variante Carpesii,

y comentarista de

las

Décadas

pero aduciendo razones que resultan ahora de nin-

gún peso: que los Tartesios caían demasiado lejos del Ebro (no conocía este otro Tarteso que se extendía hasta el Ebro) y que, en cambio, una gente Carpcsia habitaba ala izquierda de dicho rio. La edición de Weissenborn (pág. 198) no trac .otra lección que

la

se trata de los

de Tartcsioruw

sin indicación

,

Túrdulos ó Turdetanos que poblaban

cho hasta

el

de variantes, dando por supuesto que

Túrdulos ó Turdetanos de Andalucía: «Tarlesü, otro nombre de

Guadiana: vid Movers,

el valle del

Baetis

Thoctii:^ien, 2, 2,

desde

los

Estre-

y 612 y siguientes: que Asdrúbal el litoral

el

se retiró lejos, lo acredita el procul ab bosle ititervallo ac locis iutus ienehai se del

mismo

capítulo 26: compr. además, XXII, 20, 5 12.»

Carpcsiorum dux

(30)

una y otra

sin expresión

Feceranl hi Iransfugae

(31)

runí] gente, descivcrantque

In cam geniem versum

agrium

ed. de Lcmairc;

la

Tartcsioruw dtix

la

de Weissenborn;

de variantes

iis

malum

ni

L'artcsiorum (var.

Carpcsiorum, Lürujcsio-

auctoribus urbes aliquol: una eliam ab ipsis vi capia fueral.

%omanis bellum

est:

infeslogue exercitu Asdrúbal ingresas

hostiutn, pro caplac ante dies paucos urbis

mocnibus Chalbum, nobilcm Carpcsio-

rum ducem, cum

alf

valido exercitu castris se lenentcm, adgrcdi statuii (T. Liv., XXIII, 26).

(32) Tostt¡uam ñeque elicere 'Poenum ad certamen obversali castris poterant, ñeque castrorum oppugnalio facilis eral, urbem Asenam, quo fines hostium ingrediens, Asdrúbal

frumentum commeatusque (T. Liv., XXIII, 27).

alios

convexerat,

— Las antiguas

vi capiunt

omnique

circa agro potiuntuí

Muchos

ediciones dicen «Asena.»

códices del

Paduano, «Ascua,» y asi Weissenborn (Ob. cit., pág. 199) que recuerda á propósito de ella la ETxoua de los Túrdulos registrada por Ptolomco, II, 4, 1 1.— CeanBer-

múdcz

la

redujo

Segura y de

á

la villa

unas ruinas existentes de Cicza (Sumario

ciudad, dice, perteneciente á

la

al

cit.,

España

pió de la sierra de Ascoi, cerca del río

pág. 49).

ulterior,

— Gronovio pensó en «Mastia,»

próxima

cho de Gibraltar; pero ya veremos que entre Mastia y pacio de

muchas

jorn.ltl^s



Pirtli-nilíi

.U-

I.1

Iii\-in!i

el

á los Tartesios

y

al

Estre-

Estrecho mediaba un es-

'Asin.i

»

V rcfiticndii

!v

A

ser cierto, resultaría

EL ARCHIVO

No

6." cia

293

caer á Tonienle del río Palancia, porque á Poniente del río Palan-

estaban los celtíberos, y

la

Turdetania era gen niñamente edetana, no

T. Livio denomina extranjero, aliena anua, por relación á

tíbera.

tanos,

cel-

los turde-

cuerpo de ejército auxiliar compuesto de celtíberos asalariados (32);

al

y cuando éstos celebraron asamblea para deliberar sobre las proposiciones de Catón, tomaron parte en ella los turdetanos, no porque tuviesen derecho á ello, sino

porque habían sido llamados ó admitidos por sus auxiliares (33). el territorio turdetano, y por tanto su capi-

Prueba esto palmariamente que tal,

cual

ha de buscarse fuera y no dentro de las fronteras de la Celtiberia, con lo queda excluida Teruel, á quien muchos eruditos declararon sucesora de

los turdetanos

de

esto

Plana de Castellón. la

Citerior (34).

la

Ya después de

No

no cabe

elegir:

era de esperar

se piensa

involuntariamente en

que un pueblo marítimo, como

el

la

de

Turdetania Bética, se hubiese apartado del mar, confinándose en una se-

y que formando parte de un organismo

rranía;

político

Tarteso oriental)

(el

tenía en su poder por los dos extremos (Carpesios, Kempsios) la vía

que

He-

arrasada por los Escipiones y declarada por su sucesor feudo de Sagunto, y se explicaría

con eso que una ciudad de tanta importancia como presupone su antigua capi-

talidad sobre la Edetania [¿sobre

Oestrymnis

= Ophiusa?] no

llegara á acuñar

mo-

neda como sus finítimas Valencia y Sagunto. Ignoro las razones que tuvo el docto helenista para aquella corrección ó suplemento; pero, conferido el pasaje en cues-

con su correlativo de

tión

Toup'T/iTavwv,

en vez de

Decem

las

Décadas de Livio, parece más obvio deber suplirse

'ESvjravwv,

con

lo cual

queda en pié

(32) hellum Cr. Liv.,

XXXIV,

17).

Conciliuin inmixtis Turdelanis hahitiun

(33)

la dificultad.

millia Celiiberum mcrcede Tiirdiili coudiiciint, alienisqiie armis parahant

magno cum lumultn

(id.,

XXXIV,

19).

«Esta ciudad (Turdeta ó Turta) la pone Pineda (lib. IX, cap. 12) en el (34) reino de Murcia, olvidado que poco antes dijo que estaba en los confines de Aragón

y que era la que agora llamamos Teruel, á 20 leguas de Valencia. Este último parecer tuvo también D. Francisco Llansol (lib. I, cap. 51), y cita en su favor á Juliano Pomerio y á Lucas Diácono, autores antiguos entre los españoles. Síguenle asimis-

mo

Florián de

los 7,

es el

I

i).

Ocampo y Ambrosio

— «Teruel,

Morales.» (Escolano, Décadas,

ciudad del reino de Aran;ón...:

el

lib,

VII, capítu-

nombre de Turdeto ó Turvcio

más autorizado, suponiendo haberla fundado Turdetanos que

los Cartagineses

enviaron de Andalucía para oponerlos á Sagunto... Lo cierto es que Teruel fué población

romana en tiempo de

la

República, que

Tolomec

la

llama Túrbala, que

estaba en la Edetania, y que conserva rastros y reliquias de aquella edad. Hay quien afirma que fué capital de los Torboletas, de cuyos pueblos dice Appiano Alejandrino

que estaban cercanos á

los Saguntinos en la parte occidental del Ebro.» (Ceán Bermúdez. Sumario, pág. 117.) También Cortés, Dice. geog. hist., pág. 440, reduce los Turboletas (ó sea, en su sentir, los Turdetanos enemigos de Sagunto) á Teruel.

Tomo

VII

31

EL ARCHIVO

294 de

se alejara

raclea,

entre los

Kempsios

ésta,

del

dejando

Ebro y

cortada toda comunicación por

así

el

centro, que necesariamente había de ser

la

invasión y conquista tartesia no alcanzó

Denia, nos cias acerca

y

la

y de unos y otros con Turdetnnia. La prueba de que

menos

que al de Rufo Festo sus noti-

este litoral

á

da el viejo periplo que ha suministrado á

la

de esta costa: «Allí se yergue

cabo de Crabasia (var. Caprasia)

el

se dilata la playa solitaria, sin pobladores, hasta el confín del asolado

soneso» (35). Era la Plana, con sus anejos, región

muy

adecuada para

el

Nordeste

el

mar Mediterráneo, y por

los otros

Cher-

ejercitar las apti-

tudes de un pueblo labrador y ganadero, que se había formado en ticas agrícolas y pecuarias del maravilloso delta del Guadalquivir.

por

tierra,

los Carpesios del Júcar,

rumbos

la

prác-

las

«Báñala

mon-

cierran

tes dispuestos en arco, que apoyan sobre Benicassim y Almenara, siendo los

principales los

que hacen

parte de

la

de Espadan [poblados de olivos,

sierra

como también gran

algarrobos y viñas]... Lis faldas y raíces de los montes, parte de les

la

llanura, es secano; síguense luego huertas terminadas por marja-

más ó menos

conduce hasta entrarla en faldas

y la

el

Plana por

mar

mar. Desde

el

el

los

á

montes opuestos.

El

como

arte las

seis leguas,

río Millares

parte septentrional, dejando por su

la

el

Almenara hasta

collado de

de los montes de Borriol hay

raíces meridionales

más de dos desde cruza

más ó menos abundantes de agua, que

areniscos,

y

[Mi/ares]

izquierda los pue-

Plana] y Almazora, y por la derecha los de Onda, Bechí y Vilabella, situados al Poniente del camino real; la Llosa, Chilchcs, Moncofa, Burriana y Mascarell están al Oriente del camino, que corre de blos de Castelló[n de

la

Mediodía á Norte, pasando por Nules, Villarcal y Castellón. Seis son los luCastellón, Villareal, Burriana, Almazora, Nules y Onda;

gares principales:

los otros son de corto vecindario. Distinguió el

y abundantes aguas, con un

la

Naturaleza

á la

hermoso y desnacen y prosperan cuantas producciones desea el hombre, no

Plana con un terreno pejado... Allí

Autor de

solamente para

la

fértil

vida,

cielo

Aunque

sino también para recrear los sentidos.

tierras de este recinto son de

la

misma

naturaleza en huertas y secano,

todas rinden iguales producciones. El Millares es

la

fuente de

la

las

no

abundancia.

Por su beneficio, en poco más de dos leguas de diámetro se ocupan y mantienen más de 30.000 almas, que habitan en Castellón, Villareal, Almazora

y Burriana. Parece

(35)

increíble la

Posl Crabasiac

chersoitesi icrmitios.

jugum

¡

suma de

riqueza que produce

pioccdil alte, ac

nuda httonim

el

jacetit /

suelo...» (36)

ad

usqite cassae

(Ora marit,, 4S9-491.)

Esta descripción cuenta un siglo de edad y pertenece á Civanillcs, Obscí raciones sobre la historia tialural, geos^rafta, agricuUura, población y frulos del Reytw en y en v, ha resultado Vallis Sapinorum, Val de Sapinos, Val Sapin, Val Sabin, Val Savin, Valsaín y Balsaín. ¿>

Y se

concluye

el

debe siempre

P. Sarmiento:

insistir

no me pesa

esta excursión etimológica, pues

en que no hemos de buscar en lenguas extrañas para

explicar las etimologías de nuestros pueblos,

si

podemos, en

el latín

que aquí

EL ARCHIVO

375

se habló durante tantos siglos, encontrar palabras apropiadas

y de significado

verosímil con que poderlas explicar.

R. Chabás.

fítaral ibérico bel peíiitertátteo

m

d

VI-V

SÍ9Í0

antes be |»*|.

LOS TARTESIOS DEL GUADALQUIVIR Ó TURDETANOS EN LA REGIÓN DE SAGUNTO.

II.

El

rio

Balancia

se

denominó

Betis.

muros de Sagunto tiene su nacimiento en un monte que llaman Peña Escabia. Al pié de este empinado cerro ó monte, en el punto donde dicho río recibe el tributo del Canales, la villa de Bejís, con un castillo de construcción romana y árabe,

L río que baña los

se asienta

que prestó servicio todavía en corre

tuvo en

la

hasta el

mar

ellos

llamado Palancia;

el río

El río en cuestión re-

civil.

(i). Ignórase el

antigüedad. Ptolemeo hace desaguar en

uno de

ríos,

primera guerra

la

un trayecto de nueve leguas

nombre que

golfo de Valencia tres

el

que nace en

Bejís

y muere en Sa-

mismo nombre de Palancia: ha de parecer, por tanto, lógico deducir que el Palancia actual es el mismo Palancia de Ptolemeo, y así lo han defendido Beuter, Miedes, Ocampo, Diago y el P. Flórez (2),

gunto, es conocido hoy con ese

(i)

Madoz,

Diago, Anales de Valencia, Valencia, 1613, libro

mentos, Barcelona, 1888,

t.

miento hasta su unión con

II,

cap. 9,

t.

Palancia; A, Chabret, Sagunto, su historia

'Dice, cit., vv. Bejís,

II,

el

pág. 367

ss.

I,

y

fol.

34;

monu-

sus

— El trayecto de este río desde su

naci-

Canales se llama también río de Toro (Valcárcel-Lu23); y aún parece nombres (Ponz, Viaje de

miares, Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia, pág.

haberse comunicado á todo

España, (2)

t.

el río,

falta

entre varios

IV, carta VI, § 27).

«Palancia es

el

verdadero nombre de aquel

po, Miedes y otros... Ptolemeo es

que

como uno

mucho, como

el

autor

río,

como

más antiguo que

extranjero, en ponerle antes que

al

sienten Beuter, le

Ocam-

da ese nombre, aun-

de Turulis, corriendo

EL ARCHIVO

376

como

modernos

entre los

de nota,

como Escolano y

clinándose á identificar

Sr.

el

Chabret (3). Otros eruditos, asimismo

Cortés, han acreditado distinta opinión,

Palancia con

el

el

como nombres distintos de un mismo y solo más oportunidad que aquí podría recordarse la máxima

vocablos

bat, nihil probat.

A

la

rio (4).

tales

como

éstos: i.°

Nunca con

latina quod nimis pro-

identificación del Palancia actual con el de

oponen reparos de cuenta,

in-

considerados estos dos

Turia,

Que Ptolemeo

Ptolemeo sitúa su

se

Pa-

y el Turia (5), siendo así que el río de Bejís-Sagunto Turia y el Mijares. 2.° Que á esa situación del Palancia en de Ptolemeo corresponde en los mapas modernos la que ocupa el

lancia entre el Júcar

desagua entre las tablas

el

barranco por excelencia, llamado Barranco de Torrente (6), cuyo nombre

hacia Levante, que

no

le

había de asentar sino después, constando que

de Valencia, llamado Turia...» (Diago, Anales

es el

cit., lib. II,

cap. 9,

el t.

de Turulis I, fol.

34.)

muy

desconcertada esta costa; y el nombre que dio al primer rio después del Suero debe aplicársele al segundo; de modo que el primero, ffEn

Ptolemeo

se halla

que pasa por Valencia, sea Turia ó Turulis, y el segundo, correspondiente á Sael Palancia.» (Flórez, Esp. Sag,, t. V, ed. de 1839, pág. 47 y otras.)

gunto, sea (3)

Sagunlo, su historia y sus monumentos, 1888,

(4)

«A

t.

I,

pág. 17.

pesar de tales evidencias, se ha hecho casi general

la

opinión que

el

Pa-

que pasa por Segorbc y entra en el mar por Sagunto. El primero que concibió este desatino fué, en mi juicio, Beuter, cuyos escritos y crónicas están llenos de estos y mayores errores, y los demás lo han adoptado sin haber examinado la lancia es el río

geografía hispano-romana con el esmero que arrastrar

por

la

merece. Sólo Escolano no se dejó

corriente, y opinó con exactitud que el Palancia es el río de \'alen-

cia.» (Cortés, Dice. gcog. hist. de la l'.spaña antigua, v. Pallanlia fluvius t.

III,

Madrid, 1856, pág. 272. KovTtorávwv

(5)

— Cf.

irajoáXto;...

Tou/jo'Jitoí TTOT. £x6oiaí (lib. II.

2Lovxpo)VOf TroTatxoO

ex^oXai.

que Plinio

el

'H5»!T«v'.")v,

IIkaaxvtc/

ttot.

cap. 6; ed. Mont., pág. 39).

La anchurosa rambla ó barranco de Torrente

(6)

Ptolemeo tomase

Edctnnorum,

ibid., v. Serabis.)

es

bastante notada para que

que desemboca y de mención en su Enciclopedia [^regio Edetania amoeno 3]> y en segundo lugar, por la longitud de su trayecto

acta de ella; lo uno, por la vasta albufera en

Naturalista hizo

praetendenle se stagno... 111,4,

y la anchura de su cauce, que le da honores de rio, y lo considerable de su caudal en tiempo de lluvias. oSiguiendo hacia el sur desde .\laquás como á un cuarto de legua, se atraviesa

el

barranco que empieza en

á Chiva, entra en esta villa y continúa por considerable:

cruza

el

el

las montañas de Buñol con dirección camino de Cheste, donde recibe otro

engrosado con este aumento y con las vertientes de aquellos montes, la venta de Poyo, pasa después por las cercanías de

llano de Quart junto á

Torrent, que dexa á su derecha,

como igualmente

Catarroja,

y desagua en

la

albu-

de Valencia. Su profundo y ancho cauce siempre está seco, salvo en las avenidas quando recibe tantas aguas y corre tan furiosamente, que destruye quanto enfera

EL ARCHIVO muy

antiguo parece perseverar con

nombre de Palancia que

el

la tradición oral,

sino que

ha sido impuesto por

le

Que

leve alteración en el actual (7). 3.°

lleva el río de Bejís-Sagunto

En 1775 causó muchísimas

cuentra.

377

no

ha recibido de

lo

erudición

la

moderna

desgracias en Chiva, sorprendiendo á

noche sus vecinos: asoló un número considerable de

edificios,

(8).

media

esparciendo por más

tristes despojos y los cadáveres de los pobres que no pudieron muerte.» (Cavanilles, Observaciones cit,, t. I, pág. 159.) «Baña las paredes

de dos leguas los evitar la

de Chiva, cuyos moradores aprovechan la

huerta.

.

Muy

.

aguas que nacen en su cauce para regar

las

feraz la huerta de Torrente,

mado de Torrente ó de

Chiva, en

para conservarlas.» (Dice.

cit.

aguas del barranco

las

el

Rdo. P.

que

Fita,

como nombre

los heleno-tartesios de

propio en

el

actual del fon-

deadero de los Berengueles, y que hubiese sido vertido por los romanos en viclutn del Itinerario,

próximo

á

Almuñécar (Antiguas murallas

«Revista histórica» de Barcelona, 1876, pág. 12); pero es

un nombre

apelativo tan plebeyo,

de barranco, haya podido

lla-

un azud ó pantano

de Madoz, vv. Chiva, Torrente.)

vocablo fipay^

el

regada con

cual se está construyendo

como opina

Podría ser cierto,

(7) Massía hubiesen dejado

el

salir,

la

Real Academia de

no incluyó

F. Diez

I,

ap.

poco verosímil que

fondo vulgar de nuestra lengua como

tan del

según opina

nario, 12.* ed., 1884, pág. 139:

muy

Ca-

el

de Barcelona, §

la

Lengua

el

(Diccio-

este vocablo en su Worterbuch),

del citado fipv.y^, que, por otra parte, ni siquiera significa «barranco», sino «bára-

tro», «sima»,

«precipicio».

Yo me

persuado que barranco es un vocablo ibérico, ó

vez pre-ibérico (no parece conocerlo

tal

otra cosa

presuma Larramendi,

nominaba

la

la

lengua berberisca, ni tampoco, aunque

vascongada); que

el

barranco de Torrente se de-

en esta forma, Tallanco ó Talanci (que retrae por

«el Barranco»,

la ter-

nombre geográfico Numancia, referido por algunos al guipuzcoano «umanci»=laguna de Larramendi), y que así estaría escrito en los cartones que disfrutó y puso á contribución para su magna obra Ptolemeo; que los romanos lo vertieron á su lengua por Torrens, y de ahí, perpetuado por los muzárabes, el nombre minación

el

actual de «barranco de Torrente»

cambio de

//

(comp. en término de Huesca «río Flumen»): el según acreditan prácticamente

en rr no tiene nada de inverosímil,

muchos vocablos

arábigos en su tránsito

español (Dozy-Engelmann, Glossaire

al

cit.,

22 y 231); Stephano denomina A?t>£? auna ciudad de la Libya que algunos llaman y4:(írm (Charax, Aiirum), según él mismo advierte. Tal vez el 2.' ed., 1869, págs.

nombre

indígena, en su forma primitiva y sin traducir, persiste, alterado por

mología popular, en

el

nombre Plana con que

es

conocida una de

de Madoz,

v.

«El documento más antiguo que lo menciona es

el

que se divide

el

lago de

la

Albufera (Dice.

cit.

la eti-

las tres partes

Albufera,

t.

I,

en

1845,

pág. 340). (8)

concedió á los habitantes de Sagunto D. Jaime rio

de Sogorp (Segorbe), de la población

Pero desde que

la crítica

empezó

I

primer privilegio que

de Aragón, en donde aparece

como

que también baña en su parte superior.

á depurar las verdades

reino Escolano y Diago resucitaron con su auxilio

el

de

la historia

nombre que

al

y en nuestro parecer tenía

EL ARCHIVO

378

El resultado es que seguimos ignorando el orillas

tuvo sus trágicos comienzos

la

nombre antiguo

geógrafos é historiadores clásicos se hayan olvidado de

nombren una

del río en cuyas

segunda guerra púnica. ¿Será que él

en

tal

los

extremo que

Nó, no es eso: yo hallo que lo han mencionado varias veces; lo que hay es que ese nombre coincide con el de otro río de la Península, ilustre entre los más ilustres de la historia, y cumpliéndose en él aquella ley que nuestro pueblo ha formulado con una expresiva metáni siquiera lo

fora, «el pez sí el

grande

concepto de su

vez?

se come al chico,» el río homónimo y apropiádose

ilustre

ha arrastrado en pos de

todos los textos que á

él

hacían

moderna haya caído en la cuenta, no obstante las obscuridades y contrasentidos que se engendraban de aquella usurpación, y que afectaban á lugares muy substanciales de la geografía y de la historia referencia, sin

que

la crítica

hispano-romana. El río de Sagunto, ya El primer hecho por relación

a)

autores antiguos, es

ma

al

lo dije, se

llamaba Baetis.

cual hallamos

memoria de

restauración de Sagunto por los Scipiones.

la

de Sillo Itálico se nos representa á P. Cornelio presa de

el

aflicción

la

en

este río

En

poe-

más

honda al recibir la noticia del desastre que costó la vida á su padre y á su tío: no encuentra alivio para su pena, y se siente aguijado por un deseo irresistible de conversar

Cumas, y

allí,

con los dos héroes muertos.

Con

á instancias suyas, la sacerdotisa

tal

propósito se dirige á

de Apolo, Autonoe, evoca

sombras augustas de Publio y Gneo, quienes le cuentan el modo como acaeció su muerte, ocho años después de haber subyugado la tierra de Tarteso y hecho huir muchas veces al hermano de Aníbal, después de «haber las

levantado de nuevo los muros de

infortunada Sngunto, hecho revivir sus

la

casas de sus cenizas

y permitídole beber con sosiego las aguas del Baetis sin temor á ninguna clase de enemigos» (9). Este Betis no es el Guadalquivir: conocía Silio demasiado

la

geografía de

la

Península para no comprender

imposibilidad de que los saguntinos se surtieran de agua en aquel río, á

la

mu-

es

el camino, y lo que más, lamiendo sus muros uno cristalino y no poco caudaloso (10): por

en

la

chas jornadas de distancia, brindándose varios otros en

antigüedad, es conocido este rio por propios y extraños ba)o

de Palancia.» (Chabret, Sagunto, transmitido este

nombre

t.

I,

págs.

15-16).

sin alguna alteración,

denominación

la

Los musuhiiancs no habrian

principiando por

la

P,

que en sus

labios se hubiera trocado en B.

(9) hoste

Nos miserae muros

et

teda

retía t a

Sagunto,

\

nos drdintiis lira Un

nuHc

piafare

suh

(Punicor. XIII, 675).

(10) Silio dcbia haber leído el nombre del rio de >i,i^umu en (akiih viuipatiu, que parece haber sido una de sus dos fuentes de información, y que había escrito la historia

de

la

guerra de Aníbal en VII libros.

EL ARCHIVO simbolizar á España en im

parte, á haber querido

otra

(n),

sido el Guadalquivir

379

sino

el

no habría

éste

río,

Ebro, que había comunicado su nombre á

Península, y que además caía cerca de Sagunto en el concepto de los antiguos, según veremos. El Baetis del pasaje transcrito no puede ser otro que la

río

el

mismo de Sagunto: en

la

poética de Silio, beber

de este ó aquel río significa morar en sus

orillas:

notar á los romanos dice «los que apagan su sed en vez, en

Otra

h)

y Sagunto, con motivo del desenlace de

Roma

haber hartado á terculo

que fué para

nombres de

los

Baetis

guerra de Viriato. Después de

guerra viriática), vino á caer herido por

la

de su rencorosa enemiga, sin que hubiera sido parte á desarmarla

la perfidia

noble proceder del héroe lusitano con

el

aguas

de afrentas (contumeliosum bellum dice Veleyo Pa-

República

la

la

las

regio Tiber» (12).

el

Appiano, encontramos asociados

un pueblo

por ejemplo, para de-

así,

el ejército

de Serviliano. Los viria-

tenses alzaron por jefe á Tántalo, pero sin consecuencia: había desaparecido

mandaba

aquel genio portentoso que

Sagunto,

Baetis (13),

rendirse,

nos;

záxKvQav;

«rechazados de

y de

modo

sTTt

si

y en

tal

efecto,

una vez que Caepión que

teniente de Junio Bruto, ó

(i i)

se

Como

al

les

como

subditos roma-

hubo recogido las armas, dióles no tuviesen que vivir de co-

establecieran y

Estas tierras concedidas por

saltos en lo sucesivo» (14).

3'

alcanzólos Caepión al pasar el que no tuvieron otro remedio sino

allí,

los apretó,

bien lo hicieron á condición de ser tratados

tierras suficientes para

rrerías

á la victoria; intentaron dirigirse sobre

menos una

parece suponer en su comentario Lemaire, ad d.

1.:

(12)

Nec non



sceptriferi qui potant Thybridis

iindam \

Cf.

XVI, 476: Et Theron

Baetis

quique Aniensis habent ripas...

potator aquae siib nomine Lethes...

Esta figura es usada por Cervantes con repetición en

que D. Quijote hace de están los que beben las

al

nam

fl.»

(VIII, 367).

y

lugar-

«Baetin potare

dedimus, etc.) eftecimus, ut Saguntini in Hispania essent tuti ab hoste,

Hispaniae

el

parte de ellas, eran de los Olcades,

la

bellísima

descripción

soñados ejércitos de Aliñmfarón y Pentapolín: «Aquí dulces aguas del famoso Xanto..., los que gozan las famosas los

frescas riberas del claro

Termodonte,

los

que sangran por muchas y diversas vías los que beben las corrientes cris-

dorado Pactólo..." En estotro escuadrón vienen

talinas del olivífero Betis... los los

que en Pisuerga

(13)

App., VI, 75: App., loe. cit.

(14) «El general

que gozan

las

provechosas aguas del divino Genil...

se bañan...» (T)on Quijote, parte y.TToy.po-jtrOsl'yt §'

I,

cap. 18.)

a^voig ¿/síOev, xxí tov BolItiv noTotum mpü/ru...»

— Diodoro Sículo se expresa sencillamente en estos términos:

romano [Caepión] sembró

el

espanto en Tautamo, sucesor de Viriato,

y en su ejército; les hizo suscribir un tratado á su talante, y les dio un territorio y una ciudad donde se establecieran:» sSwxe xrópctv xat nóhv sts x«rotxv¡(7tv (lib. XXXIII, 1,4)-

EL ARCHIVO

38o

misma

hacia partes de Valencia (15); acaso aquella

Han entendido

antes por Aníbal.

canzó Caepión las

sin

de Viriato es

al ejército

incoherencias que resultaban de

género alguno de duda, que

como

el

el

Guadalquivir (16), sin reparar en

De Appiano

deduce

se

ocurrir el asesinato de Viriato, Caepión del suceso;

á

allí

de Tántalo, acierte á escapar á

como

que va desde

la

se deje adelantar de su perseguidor,

que, rendido

84 años donde al-

por consiguiente, anduvo Sagunto y desde Sagunto en adelante. ha de parecer inverosímil que un ejército desmoralizado,

esto,

larga distancia

rio Baetis

el

tal identificación.

al

se hallaba á corta distancia del lugar

siguiendo á los viriatenses desde

Supuesto

Cartela, asolada

modernos, que

los

allí

y despojado de

las

el

la

romano en

persecución del

tan

Palancia hasta Andalucía, y á deshora

que

le corta el

armas, vuelva

paso del Guadalquivir; y punto de partida, escol-

al

tado por los legionarios victoriosos, para recibir á orillas del Turia tierras

que del mismo modo podrían haberle sido concedidas en dalquivir. Por otra parte, si las cosas hubiesen sucedido tan parco y avaro de palabras

(Sagunto),

al

el

riberas del

Gua-

no habría sido

historiador Alejandrino: «rechazados de

pasar el Betis, alcanzóles Caepión:»

mente de quien

las

asi,

no

es creíble

allí

que en

la

escribió estas palabras hubiera sobreentendida entre «Sa-

gunto» y «Betis» una retirada de 550 kilómetros que no merecía ni la más mención. Pues que entrambos conceptos van unidos en la expresión,

ligera

hemos de creer que estaban unidos del mismo modo en la realidad. c) La descripción que el nomenclátor de Stephano hace del Baetis, «río próximo á la Iberia, que los indígenas denominan Perkes» (17), no conviene de cerca ni de lejos

al

Guadalquivir, y



de todo en todo

al

Palancia.

A

la

techa en que se escribió esa definición, acogida en su vasto registro geográfico

por

el

Bizantino, coexistían, segiin se vé, en las riberas del río dos distintas

gentes: una, indígena,

que

lo

nombraba

que

lo titulaba Perkes;

Baetis. Esta señal

vale para nosotros por

mada aquí en su sentido

una lato,

y otra, recién venida de fuera, con que caracteriza al río, x«rá'ii?>!/íí«v,

fecha; ella nos enseña

como sinónimo

que

la

Iberia

no

está to-

de «Península ibérica,» sino

(15) lutiius Brutus COS., üs qui sub Viriato militaverant quod vocatum esl Valenlia (T. Liv., lib. LV epit.)

,

agros oppidumque dedit,

(16) V. gr. Cortés (Dice, v. Valentía, t. III, pág. 46$): «En la región Edetana, y no lejos de Sagunto, fué asesinado \'¡riato, pues el primer punto de apoyo que tomó su ejército después de esta catástrofe, para organizarse y nombrar sucesor á Tántalo, fué Sagunto,

Turia y (17)

el

Suero, y á

BottTt;,

pág. 207).

como

dice Appiano. \'ino Ccpión sobre ellos, pasaron por

las orillas del Betis

rotado; xará

el

capitularon.»

'l€*j^íav, 5c iMpT^r.f ^lyirat vrro

twv

fyp^wjBt'ov

(Steph.-Berk.,

EL ARCHIVO en

el

antiguo concepto de

de los Gletes,» «región entre

ffpaís

el

Ebro y

el

Pirineo;» por lo tanto, no procede de ninguno de aquellos escritores ante-

VI

riores al siglo la

antes de J. C. á quienes aludió Asclepiades, que daban á

comarca catalana

diatos sucesores

el

nombre étnico de

que vieron mudarse

la

Gletes, sino á alguno de sus

rese ahora la indicación topográfica xará

Bizantino (Steph.-Berk.,

Appiano

'igv;/>i«v,

207), con

pág.

la

de

V

antes de J. C. Compájuxta Iberiam, de este texto

Iberos; de consiguiente, hacia principios del siglo

del

inme-

denominación de Gletes por

la

situación atribuida por

á las ciudades turdetanas de la Edetania, mpiíñripa Trorapv (VI, 40-41),

y por Strabón á las ciudades de Cherroneso, Oleastrum y Cartalias, «cerca, n'Xr,(TÍov, de Sagunto» (III, 4, 6), y se sacará por conclusión que el BaetisPerkes definido por Stephano es el río de los turdetanos de la Edetania, el

mismo

río

Que

de Sagunto.

los naturales

de

las riberas del

Guadalquivir no llamaban á este río

Perkes, lo sabemos por Livio, quien dice que era conocido entre

En cambio, veamos

Kertis (18).

recibe en la actualidad es

el

de Sagunto.

el río

de Bejís (19), idéntico

Uno al

ellos'

por

de los nombres que

de

la

villa

en cuyos

A

mí me parece Bejís la manera africana de pronunciar el vocablo Perkes, que hubieron de encontrar vivo todavía al tiempo de su invasión los soldados de Tarik y de Muca, y por tanto, que no acertó Sigonio suponiendo viciado aquel nombre en los códices del Bizantino, con la mira de reducir los dos vocablos á uno solo, por entender que se trataba del Guadalquivir, ni Bochart, Mayáns y Berkelio, derivándolo en términos tiene su nacimiento.

idéntica hipótesis de la lengua hebrea (20); la labial inicial, en

(18)

Marcius, supéralo Baete amni, quem incolae Cirtium [Certim, según correc-

ción de Lipsio] apellant, duas opulentas

(T. Livio,

XXVIII,

lib.

Ponz, Viaje de España,

3.'^

(20)

Después de recordar

pasaje

Abraham

civitates sine

el

ed., 1789,

Ktp.vj?,

mus Bocharlas

sed conjectura, ut mihi videtur, satis infelici,

[Geog. Sac,

lib.

cap.

I,

in Sicilia

nomen Cunae

cap.

XVII,

enim

circa ostia et

modum, unde

ct a

prope Cordubam

ab accolis pars

fluvii

doctissi-

accepisse,

quemadmo-

vicinus, ubi Proserpina

et in ipso fonte latius diftundi-

Telagus dicebatur» (ad Steph. Byz.



Lugd. Batav., 1694, pág. 207). Vid Mayans de bisp. prog. vocis Ur, por Cortés. Asi este último arqueólogo ha podido, resu-

n. 46, cit.



miendo opiniones y prohijándolas,

atribuir al Guadalquivir

Terkes, Certis, Tartessus, Baetis, considerando

generación del primero

Tomo

nam

hanc vocem non soUicitavit,

stagno

rapta est. Baetis

de pop. et tirb.,

34, col 606]

Percusa vel Pergusa dicebatur lacus

existimans rb Tuerca factum esse ex herca

tur in stagni

IV, carta VI, § 27.

t.

que acabamos de transcribir de T. Livio,

Berkelio: «Sigonius suspicaturapud nostrum [Steph. Byz.] pro nÉp-/)?

oportere scribi

dum

cerlamine in deditionem accepit

cap. 22).

(19) dice

uno y otro

VII

(T)icc. cit.,

t.

II,

al

todos estos nombres: segundo como una alteración ó de-

1836, pág. 203).

42

EL ARCHIVO

382

vocablo, se hallan en

misma

la

relación

que

las

árabe-hispano «al-bérchigo» (21); y en cuanto reducirse al gain, pronunciado en africanos,

según

De

d)

al

«persicum,» y

latín

grupo fonético

rk,

el

pudo

forma grasellana característica de

los

de fonética que todavía hoy rige en berberisco (22).

Plutarco, Polybio y Appiano combinados resulta igualmente titu-

lado Baetis la

cierta ley

la

del

que regaba por una parte el territorio de los turdetanos de M. Porcio Catón había traído á España por principal

el río

Edetania. El cónsul

misión

la

conquista de Cataluña; pero á

menudo

tenía

que suspender sus

operaciones y pasar el Ebro para aquietar á los turdetanos, que no cesaban en sus alardes de independencia y amenazaban propagar el incendio de la rebelión á todas las tribus de los contornos. Diago ha sostenido con buenas

razones, que esos turdetanos á quienes combatió Catón

no son

los del

Gua-

comarcanos de Sagunto, siguiendo en esto á Morales,

dalquivir, sino los

quien negó asimismo que se tratara de Andalucía (23). Paréceme evidente que Livio, en el cap. 17 del lib. XXXIV, refiere con otros detalles y según fuentes diferentes

la

misma campaña y

del

mismo

ma

Segontia mencionada en

libro;

por tanto, que el

episodios idénticos que en

el cap.

19

nombrada en el uno es la misy en suma, que la Turdetania á que

Segestica

la

otro;

uno y otro hacen referencia no es la andalu/a, sino la edetana. Indirectamente confirma esta opinión Appiano, de cuyo relato parece desprenderse que el Júcar y Saguntia son localidades no muy apartadas una de otra. Y sólo con ella se resuelve la contradicción que Cortés echaba de ver en dos pasajes del Paduano, y de la cual no acertó á librarse sino por un rodeo á

(21)

En

el alfabeto ibérico,

un mismo signo parece expresar indistintamente

la

y p (Zobel, Estudio hist. cit., t. I, pág. 177). En vasco la p inicial es muy rara, no encontrándose por lo común más que en palabras adoptadas de otras lenguas. h

Vi

Newman, en (22) ella,

su «Libyan vocabulary)»,

Cuando

la

r'

resolviéndose en

no pone sección

(r grasellada, ¿

^

ó

k': tal,

especial para

ó gain) va seguida de

la p.

k, se

verbigracia, enhi k'ai por enhir

combina con kai: enhi

k'em

por enhir' kem (Hanoteau, Graminaire lainachek, Paris, 1860, pág. 13). La permutación de r y k' es muy común entre los kabylas (ibid^ y Grawmaire kabyk, pág, 10

y apéndice, nota 2.*, pág. 355 ss.) Dozy opina que la palabra antigua española barga, barraca moderna, es la berberisca baga, explicando la intercalación de una r, de que se carece en berberisco, por el modo grasellado como pronuncian los africanos la^ 6 gain (Glossaire esta

cit., 2." ed., 1869, pág. 237: el Sr. Simonet impugna opinión en su Glosario citado). De ese grascllamiento nace que, por ejemplo,

los autores escriban indistintamente

(23)

Diago, Aníilr-\t

Ívtcií

xepLVApsBrivrxi...

.

De

Bc/.i-tog

— Pueden verse

allí

reh. hisp., cap.

40-41.

estratagemas, que registraron ésta

Polieno (Ub. VIII, cap. I, ej. i).

hisi.

7roTap.oO

ttÓ^smv

(Plut., Cato maior, cap.

dad, págs. 92-93.

(27)

Dice. geog.

Antigüedades prehistóricas de Andalucia,

1868, pág. 91.

los celtíberos occiden-

de la

En

la

época del

los confines

de Cádiz,

España antigua,

v. Sa-

1836, pág. 317.)

IIo^O§tóí

(Kárwvo?)

donde

armas romanas no habían llegado á

lo afirma Tito Livio.» (Cortés,

guntia,

Catón no llegó sino

se entendía toda la Bética:

por los turdetanos, habían dejado sus equipajes.

consulado de Catón,

lo

mpi



solo día las fortificaciones por arte

á los confines occidentales, y retrocedió por Sigüenza,

a-jTOJ

nokní



al

no precisa

fué obedecida y cumplida,

embargo, y por

«Algunos han creído que

(24) es la

próximas

mismo y

allanaron en un

Appiano, que

texto transcrito de Polybio.

modo como

al

«las ciudades

torio;

el

cierto lujo de detalles de la

'^iy-ip«.

X,

¡j-l'}.



Tít;¿>j

Xs).6Ú(r«vTo;

§ 4.)

por D. M. de Góngora. Madrid,

dibujados estos importantes restos de antigüe-

— "I'odavia especifican como memorable:

menos

los

«ciudades de

compiladores de la

17); «ciudades de España», dice Frontino

Iberia»,

dice

(lib. I, capítu-

EL ARCHIVO

384

mucho

solución que afecte poco ni

misma

rada esa

Guadalquivir; por otra parte, compa-

al

indicación topográfica con

de Strabón, que señala «cerca

la

de Sagunto» las ciudades situadas entre esta ciudad y

y con

de Stephano, que pone

la

el

Ebro

(III, 4, 6),

«próximo

á la Iberia»

el río

río Baetis-Perkes

(ed. Berk., pág. 207), y por tanto, al Ebro, según hemos visto, resultan Polybio y Appiano enteramente acordes, y el Baetis y el río de Sagunto un

mismo y

solo río.

En

el

siglo

I,

cuando Tito Livio

rio en cuestión había perdido por desuso el el

escribía sus Décadas, el

nombre de

Baetis (28); ignoraba

Paduano que tal denominación hubiera estado jamás en uso en la Edetaque Catón no había guerreado nunca en la Bética; era natural que

nia; sabía

juzgase equivocada

la

indicación de Polybio

BaíTio; írorafioO

¿vtó,-

trasladándola por cis Iberutn (29); pero es el caso

que á

la

y

la corrigiese

izquierda del Ebro

no había turdetanos ni ciudad que se llamase Segestica ni Segontia; á orillas Sagunto sí, había una tribu ó nación turdetana, puntualizada allí por el mismo Paduano en otro libro (XXI, 6), y una población, si tal vez

del río de

no dos ó mirado,

tres,

el

De

e)

se caracterizaba

por

el radical Seg...

de Appiano.

modo que

igual

Tiberio Sempronio Graccho puso su nombre,

«Gracchurris,» á una antigua población del Norte de bía conquistado

y que

los

naturales

El hecho de desusarse

(28)

(30). Bien

confuso y dislocado texto de Tito Livio se concilla y harmoniza

el

bien con

cuyo nombre

guo, no es infrecuente:

la

el

denominaban

la

Península que

«Ilurcis» (31),

nombre moderno y renacer ó prevalecer

antigua Kio, ciudad de

la

él

ha-

Décimo

el anti-

Bythinia, próxima á Myrleo, se

llamó después Prusias, y luego nuevamente Kio, que todavía conserva; la ciudad italiana que hacia el año 500 a. de J. C. habia sido registrada por Hccateo con el

nombre de Capua

(ap. Steph. Byz., v. Kdbrva),

pués por los Etruscos, quienes

de medio siglo más tarde se

la

le

mudaron

el

fué conquistada

nombre por

el

como

30 años des-

de Vulturnum: menos

arrebataron los Samnitas, y entonces rccobnS su an-

denominación de Capua (T. Livio, IV, 37). Arma omuihus cí$ Iherum Hispanis adetnii... (29)

tigua

ad

eos,

qui nonditm parehanl, profeclus, ut

incolebatii,

popula

in deditionem accepii

iii

i'tio ¡nt

untii> cnuíuiui iu-k/ix.

quamqtie regionem veneral, omttes

(T. Livio,

XXXIV,

qtii circo

17).

Inmediato á Sagunto están los lugares de Segarl y Albalat de Segart. El (30) de Segó, hoy Valletes de Sagunto, cuenta con los lugares de Faura, Benifairó,

valle

Quart, Quartell, Benevitcs, y han desaparecido Alquería Blanca, Almorig, GarroLarap, Quémalo, Santa Coloma, Rubau, Benicalaf. Los tres últimos

íera, Frarcs,

subsistían

(31)

aún

á fines del siglo

pasado (Chabrct,

operum suorum Grcuchurrim oppidum

Cf

Sext.

oh. cil., pág. 560).

Tib. Semp. Gracchus celtiberos vicios in dedilioiiem accepit;

Pomp.

in

Hispania

cotistiluil

mouumeutumqiie

(T. Liv., cap.

XLI

epit.)

Festo: Gracchurris, urhs Hiberne regionis, dicta a Graccho Sempronio,

qua* antea Ilurcis nominabatur.

EL ARCHIVO

385

Junio Bruto hubo de bautizar con el suyo, para perpetuar la memoria de sus triunfos en la Península, alguna de las ciudades dadas á los viriatenses en de Valencia, según hemos visto (32), intitulándola Brutóbriga. La nombra Stephano de Byzancio, puntualizando su situación en los siguientes términos: «Brutóbria, ciudad entre el río Baetis y los tirytanos» (33). Tengo tierra

por cierto que en tirytanos ha de entenderse la

representa ceñida por

del Júcar (34); pero el

ciudad de Tyris: Avieno nos

la

Turia en un lugar poco distante del

rio

el

no habiendo acertado

divorcio

de los modernos á

la crítica

fijar

valor de la palabra «divortium,» le ha sido imposible reducir satisfactoria-

mente

rez, la identificó cial

con Valencia; quién, como

de Chiva); quién,

como

como

Escolano y FlóVossio, con Turís (partido judi-

á localidad cierta aquella antigua ciudad: quién,

Diago, con Alcira; quién,

como

Cortés, con

Vinaroz (35). Pero «divortium,» tratándose de ríos, no significa el trayecto que precede á la confluencia de uno con otro, ni tampoco el lugar en que

Appiano, de

(32)

reh. hisp., cap. 75;

^povToSpia, TróXt?

(33) na 245).

Bamo?

atraJ^x)

T. Liv.,

LV

lib.

epit.

xat Tuptravwv (Steph.-Berk.,

Trorapioü

pági-

(34) Non longe ab hujus flutninis [Sicani] divortio preslingit amnis Tyris oppidum Tyrin (Ora, 481-482).

«Lo más

(35)

(lib. I, cap. la

autorizable parece que [Valencia] se llamó

19) reconoce en

el

nombre de Tyris

Tyris.

Escolano,

á Valencia; pero Diago, siguiendo

costumbre de oponérsele en cuanto pudo, dice (lib. II, cap. 15) que Tyris es Aly Tyrius el rio Júcar... Diago se alucinó entendiendo la voz divortio de ríos que

zira

alguna vez se juntan, lo que no sucede en los de Valencia y Játiva, sino entre el de Játiva y el Suero, que, uniéndose en un cuerpo á tres leguas después de Játiva, dan lugar á que se llame divorcio todo lo que precede desde aquel punto atrás, según

habla

allí

Diago. Pero Avieno no trata de ríos que se junten, sino de ríos que des-

mar, no lejos uno de otro, en cuya conformidad no dice non longe ab horum fltiminum divortio, sino ab hujus fluminis divortio, etc. La voz, pues, de «divorcio» en Avieno denota el punto en que desagua en el mar el río que pasó cerca

aguan en

el

de Játiva, pues entonces se despide de

págs, 137-138).

rada



la tierra,

XXV,

y á esto dio nombre de divorcio el VIII, -^.^ ed., Madrid, 1860, t.

§§ 11-12; «El divortium fluminis Sicani es

poeta...» (Flórez, Esp. Sag.,

como prolongación

trat.

del Júcar por

medio

albufera de Valencia, conside-

la

del brazo

que pasaba junto

á

Sueca»

(Fita, Antiguas murallas de Barcelona, § II, ap. %evisla histórica de Barcelona, vol. III,

1876, pág. 70). hasta

el

— Cortés interpreta bien

extremo de suponer que

el

por Vinaroz, fundándose en que corre diata á la

que

la

palabra divortium,

Tyris no es otro que á la vertiente

lleva sus aguas el río Sicano; é

pomanes, que reconocieron págs. 459-460).

el

Tyris en

el

el

pero luego se ofusca

humilde Cerbol, que pasa

meriodional y opuesta é inmeel parecer de Escolano y Cam-

impugna

Turia CDicc.geog.

hist. cit., t. III,

1836,

EL ARCHIVO

386

desaguan en

mar, que éstas y otras significaciones

le han sido atribuidas, cumbre donde uno nace y se separa de los un nacimiento común (36). Ahora bien; la ciudad

el

sino sencillamente su origen en

la

demás que tienen con él que responde á la situación topográfica de Tyris según Avieno, «á orillas del Guadalaviar, cerca de las fuentes del Júcar» y retiene, además, bien que desfigurado, aquel antiguo nombre, es Teruel (37). Esto supuesto, Brutóbriga ha de buscarse entre Teruel y un río denominado Baetis. Que no es éste el Guadalquivir, persuádelo la gran distancia que lo separa de dicha ciudad, causa de que sean términos heterogéneos é incongruentes para el efecto de fijar por relación á ellos la situación de un lugar cualquiera. Pero escríbase en el texto del Byzantino «río de Sagunto» donde dice «Baetis,» y al





nos declara y hace inteligible todo su sentido, ya se considere en sí, ó en su relación con los dos pasajes de Livio y de Appiano referentes al esta-

punto

se

blecimiento de los viriatenses en

las riberas del

Turia.

Mientras no se ha conocido más Baetis que ble acotar en el

pero no

mapa,

ni

ideado someter

el texto

que diese de

de Stephano á sí

donde

original decía

el

tradujo resueltamente «inter Baetim

como

amnem»

el

entre Andalucía y

el

Betis

y

la

ciudad

T|5tT»!

que

el

y Berke-

que

misma

lo sería para los

propio Stephano registra en

nas (40). La dificultad no se resolvía con esto:

pero

cosa (39),

Bélica, cosa igualmente

ble esta otra corrección, xai Tpiravht, sospechando

que

im-

situarla

preferi-

vez se referiría á

tal

la

la proximidad de las Colummudaba únicamente de nom-

El lexicón latino de Forcellini registra varios textos que hacen á este pro-

pósito: «'Divortium:

mina montium. Cic. tio dividit; ct ipsis jugis

Fam.,

ubi aquae in diversas partes defluunt, divergía, ut sunt cacuAlt., 5, 20: 2, 10:

divisas

aquarum

ima aquaruní divor-

a Cilicia

divortiis.

— Liv.

38, 45:

Propc

la

forma que

reviste

el

nombre

del

rio

en Ptolemco:

Turuli.

«Leve

Tou/ȒtTav5v

Anianus qui Syriam

Amanus

ad divertía aquarum castra possuissc.i)

Corresponde á

Tou/joJXto{,

(38)

Tupiravoiv,

/.«t

et Turditatios» (38);

modernos Guadalquivir; por cuya razón, Gronovio halló

posible para los geógrafos antiguos

(}7)

y metamorprimero corrigió el

torturas

el

para Stephano, «Turditania» y «Baética» son una

resultaba situada Brutóbriga entre

(36)

ciudad de Brutóbriga;

más extrañas

algún significado. Cluverio

texto escribiendo x«c Tou/joiraviv lio

las

la

con un signo dubitativo, han

resignándose los críticos á sustituirla

fosis, para

de Andalucía, era imposi-

el

aun aproximadamente,

mcndum

irrcpsit,

quod Cluvcrius

in

Gcnnama

anlinua.

IcíTcndo xai

emendavit» (Steph. Byz.-Berk., 1694, pág. 245).

(39)

S. v. Toj/)ítTavta, ed. Berk., pág. 713.

(40)

¡bid., variac Icctioncb ct nolac, págs.

lo-u: «Volunt,

ut video, Toj/»Íít«-

EL ARCHIVO bre,

—Nuestro Delgado quiso

Tajo, fundándose en

Bruto á su cargo

el

la

señalar solar á Brutóbriga hacia las riberas del

Décimo Junio

doble circunstancia de haber tenido

gobierno de

provincia Ulterior, y de haberse descu-

la

Extremadura (en Castuera)

bierto en

387

Brutóbriga entonces conocida; y

única

la

como

esto

no

moneda antigua con leyenda lo admitía el texto

de Stepha-

Tagum amnem

no, lo dio por viciado, corrigiéndolo en esta forma: «inter

et

Turtytanos (Turditanos)» (41). Otro reparo de no menor cuantía se le oponía en su propio terreno numismático, á saber, que la fábrica de tal moneda ostenta los caracteres de las ibéricas de

que contradecía su

sivo, la

mención que en

quum

Sed

v¿Jv.

ella se

appositam

meo

ei

hace de

eandem

Toy^StravÍKv

BaiTtv ffoTapiov, ut in ea

voce

la

quedó

hipótesis,

Buirur,

quam

illi,

ratione,

sit

mpi

tov

urbi inter Baetim et hanc

me

fateri

adscripsisse exemplari

demendo, non addendo. Habes

Nuevo método cit., t. I, pág. 45 ss.: «Hay, por tanto, error en más verosímil es quisiera decir inter Tagum amnem et Turtytanos, ó

(41) lo

según pare-

esse velit, quae scilicet

quomodo haec

infra patet,

regionem jacere queat? Ideo sustineo

xat TpiTuvüv, contraria,

hecho tan deci-

sin contestar (42): podría añadirse

tribu Sergia, característica,

la

t}¡

Citerior; pero este

infra,

este texto,

y

sea «entre el

Tajo y los Turdetanos ó Túrdulos», ó bien cfentre el río Tajo y los pueblos de Turdnlorum» de Plinio, dependiente del convento jurídico de Córdova.

rio

la.'Beturia

No

desdeñaríamos aceptar

tado situada entre

la

también gente turia

como

probable

la

opinión de que Brutóbriga hubiera es-

desembocadura del Tajo y el Algarbe, pues por allí poblaron ó tyria...» «Creemos, por lo tanto, que debe fijarse la situación

de Brutóbriga no lejos del río Zézere ó de otro afluente gran

A

al

Tajo antes de formarse

la

que termina en Lisboa.»

ría

esta conjetura del exclarecido

numógrafo coadyuvaría

la

antigua opinión de

y Morales en el cap. 3 del lib. VIII, según la cual viriatenses no sería la edetana, sino la que hoy llamamos de

Zurita, ad Itinerarium Antonini, la

Valencia dada á los

Alcántara en Extremadura, ó

anduvo por

la

El P. Flórez, que hace

como

la del río

Miño junto á Tuy, fundándose en que Bruto la mayor parte fué la guerra de Viriato.

España Ulterior, donde por

memoria de

esta opinión,

defiende con razones de peso,

antes Cellario, que se trata positivamente de Valencia

la

del

Cid (Esp. Sag.,

XXV;

§§ 4-8, t. VIII, 3.'^ ed., 1860, págs. 135-137), Hübner tiene por probable la hipótesis de Delgado (Corpus i. /., vol. II, suppl,, pág. 813).

trat.

v,

y Appiano, VI,

reino de

Laertes fundaran esta ciudad, sino,

ella

7. [Sil. Itál.

I,

288-295, "O dice que los zacynthios del

que se establecieron en

parecer,

al

acrecentándola.] Pero ha de entenderse pelasgos procedentes de las

fueron luego griegas, porque en

el siglo

XIV

de

a.

islas

C. no existía aún

J.

griega: así Platón, en el relato de las luchas de los Atlantes

con gentes

la

que

gente

del Pelopo-

neso, designa á éstas por ogriegos», debiendo decir «pelasgos» (Timeo, ed. Didot-

Schneider, viros.

t.

II,

pág.

202).— Respecto de Cartagena,

Tenero fúndala vetusto

vid.

Silio Itál., dal Carihago

368); Urhs colitur, Teucro quondaní fúndala vetusto

(\\\,

nomine Carihago (XV, 192). Gallaeci autem Graecam

originem asserunt. Siquidcm

sibi

finem Trojani belli, Teucrum... Hispantae litloribus appulsum, loca, ubi nunc est Carihago Nova, occupasse; inde Gallaeciam Iransisse, el posilis sedibus gtnti nomen dedisse

post

(Justino, ex

Trogo Pomp., XLIV,

Los teucros fundaron hacia

3). Cf. Strab., III, ed.

el siglo

XIV

ó

XV

playas africanas del Mediterráneo: Lenormant,

gina 427,

cit.

por M. d'Arbois de Jubainville.

ción, pág. 97): «Habían arribado á ellas por la

bajo su dominio. Teucros, rey de

la

a.

de

Manuel

Y

Didot, pág. 157 sqq. J.

C. una colonia en

d'Hisloire anciennt,

t.

I,

las

pá-

dice este último (ob.cil., 2.* edi-

isla

de Creta, que estaba asimismo

Troade, es cognominado cretense en

las Troicas

de Hegesianax; y los Teucros de Creta son idénticos á los Pelasgos de Creta mencionados por Homero, como á los Puluschti de los monumentos egipcios (Hegesianax, fragm. S;

po que

los

cf.

Hellanico, fragm. 139, y Ephoro, fragm. 21).» Al

Teucros (Takkaro de

colonizaban en

la

las

Libya, hubieron de alongarse hasta

España, y establecerse

allí, al

mismo tiemRamés III)

inscripciones egipcias de tiempo de

cebo de

las

minas de

el p.iís

píala.

de los M.isicnos.

en

»

EL ARCHIVO como

Perkes, Segestica, Dracanes,

393

Táutamo ó Tántalo y Olbia

(9), la deno-

minación de Tyrrenos dada á los Iberos por algunos autores de los siglos III y IV de nuestra Era (10), etc. De entonces ha de datar el templo de Aphrocegado ahodite (11), fundado sobre el antiquísimo puerto de Almenara, Sicilia, donde en ra (12), que debía corresponder al de la misma deidad y





La

(9)

Segestica

nombrada por T. Livio en una de

rior) retrae á «Segesta», [la otra es Erix]. El

«Percusa».

vimos,

el

las

la

Turdetania edetana (vid. § ante-

dos colonias fundadas por pelasgos en

nombre indígena

del río

Sicilia

Perkes recuerda el del lago siciliano

En cuanto á Tántalo ó Tautatno, que es como se denominaba, según nombrado cerca de Sagunto por el ejército de Viriato para susti-

caudillo

tuir áéste, coincide

con

de «Tántalo», padre de Pelops, que fué rey de los Pe-

el

Menor (Diod. Sic, IV,

lasgos del Asia

74, 4; Pausanias,

II,

22, 3), ó con el de

«Teutamo», padre del pelasgo Lethos en la Iliada, II, 843. Strabón da el nombre de Drácanon á un promontorio y una población de la isla Icaria, inmediata á la de Samos, que debía el nombre á Icaro, hijo de Dédalo (Strab., XIV, I, 19). De las nueve Olbias que Stephano Byzantino señala en diversos países, dos corresponden á Occidente, á saber: una á España ('0Kt«, nóhg '\or,piy.¡;, ed. Berk., pág. 609), y cí

otra á Cerdeña. Esta última había sido fundada por lolaos,

de

la Ática,

§ 5).

posteriormente á

En cuanto

[villa á la

gráficas.

la

no hallo verosímil su reducción

á la española,

margen izquierda

Ni deben

con colonos thespios y lib. X, cap. 17,

expedición del ibero Norax (Pausan.,

á la turolense

Olba

y sus condiciones topoOlbisios de Sthepano-Berk., pág. 610, porque el

del Mijares], dada su situación

ser éstos los

étnico de aquélla hace «olbiano» (pág. 609). Otra también occidental registra Stra-

bón

á saliente de Marsella

(10)

nicon Pascale;



por

cit.

Polyb.,

(11) (TTaSíouc

y dependiente de

'Tharsis, ex quo Hiberi,

III,

el Sr.

TTcjOt

To

T/jf

ZKzavQatwv

;r¿3oj t/ív '

Afpo^ÍTY,tv

Adam: Chro-

cit.,

pág. 33).

(los Escipiones)

^oczíTrptxT07ré^í\)rT(x-j.

a.TZfi(íyJriXZi;

[Dédalo conso-

templo de Aphrodite Eryx, que amenaza-

diosa una colmena de oro de labor admirable:

En un cerro de Almenara, á distancia de un kilómetro del mar, han llegado hasta hoy algunos vestigios de este templo, que, aunque levísimos, han permitido dibujar su planta y formar idea de su estilo arquitectónico y de las ofrendas hechas

en

él á la

diosa (Veneri sanctae, que dice una inscripción) por sus devotos: vid.

miares, Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia,

Academia de

la

Sagunto

1888,

c'it.,

Historia, t.

II,

t.

VIH, 1852,

págs. 17-25.

ap.

Memorias de

la

LuReal

y A. Chabret, miembros arquitectónicos (dice este

págs. 17-20, láminas 46-47,

«Con

los

último) que todavía se conservan entre antiguos escritores, no seria

numento, que no (12)

difícil

las ruinas del templo y los que vieron los hacer un estudio de reconstrucción de aquel mo-

carecería de interés.

Lumiares dibujó

tres lagos

ó almarjales existentes á un kilómetro del mar,

EL ARCHIVO

394

Dédalo; de entonces los muros ciclópeos de Sagunto, atribuidos

trabajó á

Hércules (13), de que quedan aún alguuos vestigios, descritos por el señor lo mismo que los de Cartagena que se nombran en un docu-

Chabret (14),

mento

del

VI

siglo

donde

frente á la colina

de

a.

C. (15), contemporáneos unos y otros del

J.

se alzaba el

templo de Venus y lamiendo su

pié, los cuales

estaban todavía circuidos por un fuerte pretil de hormigón hidráulico; asimismo en-

contró restos de una torre que tenia 26 palmos dentro del agua, formando sólida canal (Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia^ lámina Memorias de la Real Academia de la Historia, t. VIH, 1852). El ha desaparecido, pero quedan aún los lagos, á propósito de los cuales dice el

defensa á

47 y

la salida del

P'^Sí ^9> ^P-

pretil

de Sagunto, según

Sr. Chabret: «Este era el puerto

creencia de dichos escritores

la

[Lumiares y otros anticuarios del siglo pasado], que los antiguos ahondaron y peroEl feccionaron, utilizando las buenas condiciones de la albufera que alli existia.»



gran comercio y tráfico que en lo antiguo tenia este puerto está evidenciado por la existencia de grandes carriles excavados en la peña de la falda septentrional de los dirección

al

mismo. Los productos

de esta zona fértilísima daban contingente no escaso para

la

exportación; y las alfa-

montes inmediatos, y rerías saguntinas,

que tanto renombre alcanzaron en

mucha estima

Barcelona, 1888, Hercules...

(13)

tollunt se litare

dicho en

5

el §

gran Imperio, que

tan preciosa industria.» (Sagunto, su historia II,

I,

sus

y

monumen-

págs. 30-31).

mHrorwm

muri(\d..

/>ar¿wí (Sil. Itál., II,

273).

654-655) Haud procul Hercuki en Sagunto, hemos ya

— Del templo de Hércules

de este capítulo.

Quedan en

(i^)

t.

antigüedad, embarcaban en

la

surtir á las ciudades del

punto sus preciosos productos, para

este

tenían en tos,

vestigios de calzada con

ó acrópolis de Sagunto restos de muros dc'una torre

el castillo

cuadrada que formó parte de

la

primitiva fortificación ciclópea de aquella ciudad y el Sr. Chabret, ob. cit., t. II, págs. 9-14: o En el

han sido estudiados y descritos por

estado actual de los estudios históricos, no es posible asegurar de una manera categórica quién fué

Creyóse

al

pueblo que levantó

las

construcciones megalíticas de Sagunto.

principio que los pelasgos ó primitivos griegos pudieran haber construido

los colosales to,

el

monumentos que

se

porque hay algo de común en

ven en Micenas y Tirinto, en Tarragona y Sagunel sistema de aquellas construcciones, que se ob-

servan también en otras poblaciones de Grecia,

más

tarde que tanto en Asia

como en

África y

Italia

y España. Pero

Europa

al

observar

se veían construcciones gi-

monumentos funerarios denominó de los doJmens, emigraciones había dejado memoria de su

gantescas, aunque pertenecieran unas á cercas militares ó á otras, etc., se

pensó en atribuirlas

á

un pueblo que

originario del Asia, que en sus diversas estancia en diferentes países.

Nosotros, siguiendo

el

se

parecer de eruditos arqueólo-

gos, creemos que las murallas de la acrópolis de Sagunto,

como

las

fueron construidas por los aborígenes hispanos...» (pág. 13). (15) Sinuque in imo surgit altis moenibus urbs AíflíííVwrt (Avienu, pt-ziOo;

de Tarragona,

v

'

...

.i,.^. ^;.

Twv Tít^wv en Polybio (X, 13,6), que Livio traduce por allitudc moenium

EL ARCHIVO «muro

mencionado por Heródoto y Hecateo, y del de entonces también hubo de introducirse en el li-

pelásgico» de Atenas,

Tarragona, todavía en toral

de Levante

como

hijo suyo,

pié;

culto del pelasgo lolaos, asociado en Sicilia á Hércules

el

y cuyo nombre ha de reconocerse quizá en el vocablo H AH inscripción votiva de Sagunto en caracteres ibéricos (i6), en el su-

de cierta

puesto de que

(bau) griego

H representan un mismo sonido, el i\ (vau) fenicio, p (17), H ó X (ief ó f) de las inscripciones rupestres del Sa-

H

Y

HAH

hara (18), y por tanto, que

(XXVI,

puede interpretarse por VioLaVos, quees

El primero ds estos tres textos se refiere á

45).

otros dos, según veremos en

el

y lám.

misma ciudad que

la

los

cap. IV,

Lumiares [Valcárcel, Principe Pío],

(lé)

Valencia, pág. 58 t.

395

y antigüedades del Memorias de la R. Acad. de

Inscripciones

13, figura 119, apud.

reino de la Hist.

VIII, 1852.

(17) El Sr. Zobcl considera los caracteres [-|^ p ^ como homófonos, expresivos del sonido ó, ho, esto es, o con aspiración (Estudio histórico de la moneda antigua española, t. I, pcág. 176), lo cual no se compagina bien con la reducción que hace, V. gr.,

de

la

H^^^^'í'^'í^ ^^

nas 80-^1 y 85). el

primero

al



H

griego

págs. 205, 207, 224). identificar el

p

parecen del N. de

ponder

{e larga)

— En mi

ibero con

de valor igual. El

el

y

el

segundo

á la

Veluca de Ptolemeo

fenicio; Zobel,

l-|

sufijo étnico

en considerar

monedas

se explica

atribuidas á

oh. cit.,

t.

cit.,

H

Y

|-)

como

signos

I,

192-193) ha de corres-

págs.

Viroves [cum], etc., que suena en

Coroves[cuni],

á

1"^ se

f^'j^^Hf^^h'

Narbona (Delgado, Nuevo método,

modo (NERVN-KN) mejor que dando

de este

y

pági-

de algunas monedas ibéricas que

inscripciones hispano-latinas del Norte también. La leyenda lee en

H

II,

(vau) fenicio (Los bronces

Ljj

H^, H^, HM

Península (Zobel,

la

al

(t.

jJ, asimilando

dos tienen razón en una parte: éste en

sentir, los

étnico ves de Bodecives,

al

monedas

^^^

El Sr. Rodrígez de Berlanga distingue entre

|-|

III, el

págs. 467-469)

valor de

ó

ó de

v?

(NEREN-KN).

A

que entre

este propósito recordaré

Gramm.

tamachek, .1860)

el iech

plo, achular, ahular, afular, saludar.

Con

tal

y

los targuies del Sahara

sustituyen á

el iab se

macho

motivo, recuerda

(según Hanoteau,

menudo por

el ief;

por ejem-

cabrio; tehussai, tefussai, belleza; chuled, efuled,

el

autor

la

permutación

de/y

/;

en España,

como

forniosus, hermoso, etc.

Ya vimos en

otro § de este

mismo

que en monedas de Osea permuta con vocal y equivale

/¡sfí^^H'^I^p^^

á

ou,

u,

Virovias?

y

tal

vez

capitulo,

^ //

A^^^H

y

>¡í

y

o,

que algunas veces

(Zobel,

oh. cit., II,

como en

Lauro?

signo

H

,

257), parece ser

^M^4*HY

Caligum?

H^/^fi^' ÜH^oscan, en Strabón

'l)>£Ocrxa.

(18)

el

Deveyrier, Les touareg du Nord, pág. 388, lám.

XXI.

EL ARCHIVO

^96

nombre

como una fundamento juzgó Strabón que las expediciones de Ulises á Italia, Sicilia y España habían inspirado á Homero la Ilíada y la Odysea (19), y Trogo Pompeyo y Silio que Teucro (el rey pelasgo de la Troade, fundador de la gente troyana, confundido con el hermano de Ayax) había dominado los lugares donde se erigió más tarde Nueva primitiva ortografía del

la

No

supervivencia provincial.

acaso perpetuada aquí

lolaos,

sin algún

Carthago, Cartagena (20).

A

los Pelasgos

hubieron de suceder los Egipto-Fenicios. Según es sabido,

los mitologistas griegos localizaron su

por

la

Campo

correspondencia que observaron entre

Elysio en nuestra Península, la

descripción que hacía de él

y los caracteres climatológicos del Bajo Guadalquivir (21). Tal vez, embargo, no carecía de algún fundamento histórico esta asimilación:

la Ilíada

sin

Elysio, era hermano de Minos, personificación del poder marítimo egipto-fenicio, y su reinado parece simbolizar el triunfo de aquella raza sobre los pueblos del Mediterráneo occidental que acometieron á Egipto

Rhadamanto, rey de

y fueron vencidos por Menephtah I. Esa significación ha de tener la noticia de Avieno que supone el litoral de Alicante y de Cartagena sometido en siglo

remoto

á los Fenicios

debiendo entenderse que á

(22),

egipciados, según persuaden las antigüedades de

Monteagudo y de Monteale-

gre (23); en cuyo sentido pudo tener razón Movers

Sagunto (24). Stephano Bizantino señala una

(19)

Strab., III, 2, 12-13.

que hay en híslorique,

la

t.

Odysea

XXVI,

regular en tiempos

— Según

lilis

al

reconocer Fenicios en

en

Arcadia y otra en

la

A. Bauer, no es posible ya poner en duda

indicios de tradiciones maritimas del

pueblo griego (%ívue

Yo

tengo por segura una comunicación activa y remotos entre los pelasgos del Mediterráneo oriental y

París, 1884).

muy

los Fenicios

nuestra Península. Asclepiades Myrleano recogió en España una tradición, según cual algunos

compañeros de Hércules y Messenios

se habrían establecido en España:

x«t twv /mO'

tfXTOjBy/ffOat fv¡iTiv tjToex-flirat ti^v 'I6»!pí«v (III,

(20)

Vid. infra, nota 8.

(21)

Strab., III, 2, 13.

—Vid.

el §

i

del reino de

llpxAwjt

la

Menalao en Esparta

8e rtvac xai

twv áko Mt99r,vi}(

4, 3).

de este

mismo

capitulo.

(Avieno, Ora, 459). (23) Lozano, Basltlania y Conleslania del '^iuo de Murcia, disert. I\^ § 19; Rada y Delgado, Antigüedades del Cerro de los Sanios, discursos leídos ante la Real Academia déla Historia, Madrid, 1875. (22)

Ista Phoenices prius loca iucokhaut

(24) «Conditam essc reveram Saguntum, uti traditum est, a Graecis hominibus ab Ínsula Zacynthi oriundis, quamvis antea jam eodcm loco Phocnicios consedisse

(Movers, 'Phoeniíier , tasse (similiter ut

2, 2 p.

Emporiis)

tam Ibérico nomine (Arse

644 adn. 176) probabilc sit indigenasque ibidem habinummi doceant qui extant bilingües non pauci, scilicet

fortasse) inscripti

quam

latino (Eckhel, Lorichs),

nomen

EL ARCHIVO

397

España (25): ignoramos cuál fue'se esta última (26), pero pudo comunicar nombre de Elisión (=Elysion) á una región ocupada primeramente por

el

(27) y sometida luego por los Fenicios, personificados en Rhadamanto, en tiempo de Menephtah I ó de Ramsés III (28). Como resultado los Pelasgos

de su estudio sobre la existencia

y una de

las

las

antigüedades sardas, ha sacado por conclusión Ebers

de emporios fenicios en Cerdeña en razones que aduce para explicarlo,

el siglo

marítimas del Mediterráneo occidental,

rrientes

XIV

antes de

J.

C,

es la disposición de las cola cual

obligaba á los nave-

Tyro y Sidón á tocar en Sicilia, Cerdeña y Cartago (29). Diodoro Sículo escribió, que con la plata extraída de España para los mercados de Oriente, habían logrado los fenicios enriquegantes que desde España regresaban á

y enviar colonias numerosas á Sicilia y demás islas circunvecinas (V, 35 36). De cierta tradición que halló un eco confuso en el Chronicón Pascale, en Procopio, Ben Jaldun y algún otro escritor de la Edad Media, se deduce que los fenicios llegaron á las Baleares por el mismo tiempo que á cerse

ipsum demonstrat ex Zacynthi procul dubio Latinum factum, Corpus (25)

i.

1.

cit.,

Steph.-Berkel, pág.

OXupiTrtK, árro

(26)

etc.»

(E. Hübner,

pág. 511).

HXet'ou toü

381: Uhi;, iróh? nphg

TavráXou

El Sr. Fernández-Guerra

alegre, provincia de Albacete

liotozíci

tyi

(? según Salmasio)

irui^oQ. s(Tti aXk-r¡ ^kpy.a.ZicK.q. xat rpÍTri,

la identifica

CDisc.

cit.

en

con

la

la

Itnrxviexg.

Elo del Itinerario, en Monte-

recepción del Sr. Rada y Delgado,

Madrid, 1875, pág. 131), y conjetura si sería fundada «por una tribu oriental, fenicia por ventura), con posterioridad al siglo XV a. de J. C. (pág. 158). Acaso se trata más bien de una ciudad Elis fundada por beocios, recordando aquella otra Elis



de

la

Elea del Peloponeso que Salmasio y otros leen en Stephano Byzantino.

(27) Los Arcades eran pelasgos: 'Apxíhg llsAao-yot (Heródoto, I, 146): á Lycaotí, primer rey de Arcadia, reputábalo la tradición hijo de Pelasgo (Hesiodo, fragm. 98; Pausanias, VIII,

(28)

i, 4).

DArbois de

Júbainvillc reduce este reino al país de los Elesyces,

Narbona, y conjetura que Rhadamantho danas (Premiers hahitants de l'Europe, (29)

lib. I,

cap. VI, §

Ehers, Antichitá sarde, ap. Annali ch.,

hacia

conquistado de los Sardos ó Shar-

lo habría

l.

5

(2.''

ed., págs.

188-189).

1883: «Navegantes fenicios

55,

pusiéronse en contacto en tiempos antiguos con los schardanas y erigieron en

la

costa (de Cerdeña) estaciones para las navegaciones á Tarsis y factorías para los pro-

ductos de

la isla, tan

abundante en metales. Se sabe que á causa de

la parte occidental del Mediterráneo, no ofrecía éste

las corrientes

más que un camino

en

á los na-



vegantes que desde España volvían á Tyro y Sidón, etc. (págs. 124, 131).» Ya nuestro Lozano, en el siglo pasado, fué de opinión que los Tyrios y Sidonios habían llegado á las playas de

la

Contestania y de

la

Edetania 1500 años

(Bastitaniay Contestania del %eino de Murcia, Murcia, 1794,

Tomo

VII

t. II,

a.

de

pág. 294).

44

J.

C.

EL ARCHIVO

398

Sicilia

y Cerdeña (30). Esas debían ser

gran mar» donde se or-

las «islas del

ganizaban aquellas audaces invasiones que iban á esparcir el

el terror

por todo

Egipto, y esos, los fenicios que reclutaban schardanas y maschauaschas

mercenarios para los Faraones y los trasladaban en sus naves á las riberas del Según se recordará, á partir del siglo VI a. de J. C. los colonos grie-

Nilo.

gos enriquecieron

panteón ibero alojando en

el

no tardó en penetrar en las costumbres de con aquéllos más frecuente trato (Strab., IV, i, culto

haber hecho los egipto-fenicios con en

diosa

la

él

que mantenían

pues no otra cosa debían

5);

Isis

ocho ó nueve

niisnid litoral levantino de nuestra Península

l1

diosa Artemis, cuyo

la

íí

los naturales

siglos antes

(sO*

(30) Procopio, de bell. VaudaJ., 2, 10; Moisés de Khorene, Fragm. Iñsi. graecor., cd. Didot, vol. V, pars 2, pág. 30; Ibn Khaldun, Hisi. des herehers, ed. Slane, t. I, pág. 177: Chronicou Táscale, ed. Bonn, Corpus

script.

102,

hyiant., II, pág.

hisl.

autores antiguos encontró Solino ukíih.h.i üc un Bocchor ú Bocchoii.-»

«^u».

por

el

Sr.

278-281.

había reinado en

uum

— citados

Los

bronces, págs.

En

Adam;

Rodríguez de Berlanga, ap.

Líber generationis ab

el

archipiélago Balear hacía

Tialeares fuerunl , usque

el siglo

XII

ad eversionem Phryguní (C.

a.

lulií

de

J.

C:

Bocchoris reg-

Solíní Polyhístor.,

ca-

pitulo 26).

(31) En Monteagudo se desenterraron el siglo pasado y formaron parte del Musco de Saurín, en Murcia, algunas estatuitas de Isís y Osirís en metal (Lozano, Coitiestatiia cit., discri. IV, $ 19).

Baslilauia

y

considera

la

Isís fenicia

latina

El docto presbítero

D. P. Paraseis

imagen de Nuestra Señora de Mongrony (Cataluña) como copia de una (Revista histórica ¡atina, Barcelona, Agosto de 1874). Una inscripción

de Valencia atestigua

la

existencia

allí

de un ((sodalicium vernarum

colentes Isi-

Representaciones isiacas y osiriacas en piedra y vestigios del culto de estas y otras deidades egipcias abundan en Ele (Rada Delgado y Ez. Guerra, Antigüedades del Cerro de los Santos, Madrid, 1875; y S. Sanpere y

dcmo (Corpus

i.

1.,

vol

II,

3730).

Miquel, Contribución al estudio de históricas» de Barcelona,

núm.

la

religión de los iberos,

ap.

«Revista de ciencias

1).

Este último eruditísimo autor expone con gran amplitud una teoría, conforme á el mito de la expedición de Hércules á través de nuestra Península, referido Diodoro Sículo, IV, 9 y 10, envolvería la historia de una inmigración de genpor tes asiáticas que él identifica con los chethas, chcttím, hycsos ó pastores, previamente egipciados á virtud de una larga permanencia en el Bajo Egipto: de ellos ha-

la

cual

bría recibido Cádiz su primitivo

nombre «Cotinusa»,

asi

como también

des», reproducción del de Kades, capital asiática de aquella gente;

habrían impuesto á

nombre de

a

la

región limitada por

Cataluña», que

el Sr.

el

Ebro,

el

Pirineo y

el

el

de «Ca-

ellos

también

Mediterráneo,

Sanpere identifica temerariamente con

el

el

de

«Iglctes» (Origens y fonts de la nació catalana, ap. La Renaixensa, revista catalana ilustrada, Barcelona, año VIII, tomo I [1878], págs. 436 sqq., 489 sqq., 499, 501; t.

II

[1878], págs. 174,328).

EL ARCHIVO Los Tartesios arrojados de derarse de esta población,

las orillas del

— como de todas

39x>

Guadalquivir, hubieron de apo-

las del río

Palancia,

— mudándole

el

nombre por

el

nombre que le daban sus naturales con anterioridad: por lo pronto, no le mi entender, el de ^^^^, tArse, que se lee en las monedas de

de cu patria Saguntia (32), ciudad túrdula que registran Plinio y Ptolemeo y cuyo solar se señala no lejos de Jerez (33). Ignoramos el

conviene, á

emisión unánimemente atribuida desde M. Bourdad á esta ciudad, sin

cierta

razón suficiente según veremos (34). El Sr. Hübner no cree que exista ningún género de relación entre el nombre de Sagimto, griego á su juicio, y el de Saguntia, que conceptúa de origen hispano (35).

Con

posterioridad

establecimiento de los Tartesios en Sagunto, algu-

al

nos mercaderes griegos hubieron de fundar un emporio ó estación comercial en

el

suburbio, donde estuvo

colonia forastera,

templo de Artemis (36). Con

el

Plin., III, 3, 12: Gaditani convenlus

(32)

tiempo, esa

el

vez acaudalada y renovada por nuevos inmigrantes (37),

tal

Andorisae. Ptolemeo,

.

Stipen diaria:...

Oleastro, Itucci, Brana,

Mont., pág. 36: K«>5óOS«... icuyau-nicc, AiTtvSov... Se reduce al despoblado de Gisgonza, en el camino de Arcos á Jerez de la Frontera, donde se ha encontrado alguna inscripción y se conservan ruinas de un

Saguntia,

II,

ed.

4;



castillo

(Cean Bermúdez, Sumario Podría creerse que

la

(33) detana nombrada por T. Livio, de

la

primera

sílaba,

nombre

(34)

Vid. supra, cap. IV,

(35)

«Nomcn

quo

c et

la

actual de la ciudad de Segorhe, á

monedas de IsX^. dubio Latinum íactum eo tem-

quam pronuntiando nondum erant Graecae Graecaque aspiratio. Quod apud

et

et

y

litterac

diversae

Graecos.

Diodorum, Appiannum) Záz«vO« nominis forma, apud Latinos Ptolemaeo Sagtimtum, non Saguntus, in usu videatur fuisse... Mi-

nime autem oppida nonnulla Hispaniac mediterránea (Plin., III, 15,

54--- de

la

inscripción bilingüe

que aquél constituía

latino del epígrafe, desgraciadamente mutilado,

y

el

otro

la

última linca del

la línea

primera de

(Origens y fottts di ¡a nació catalana, ap. Revista Catalana, Barcelona, 31 Oct. 1878, núm. I, págs. 106-109 y 121-123).

su versión ibérica, etc.

(45)

El signo distintivo del plural en todos los dialectos del vasco es la k sufi-

EL ARCHIVO

403



El Rey Sucén. Así vimos, en una visita á Liria, que se llamaba una de más que recorríamos las listas de reyes de todo el mundo no aparecía tal rey. Hablando de esto con un amigo nuestro muy entendido en sus calles. Por

antigüedades,

con

calle

nos aseguró que en Relleu, cerca de Villajoyosa, habí^ otra de barrio

el título

mismo nombre. Pero hé

muy

con objeto

mología popular de

que viene

rechiichén,

diferente, á la pág. 9,

Aben-Mohamad. Hé aquí

Jahia

el

el

á ser otra

forma del

Repartimiento de Mallorca

tropezamos con un %aal Zusen de

rey Sucén,

constituido

tal

sobre

la eti-

alquería suburbana (que esto significa Raal) llamada

la

nombre (V. Eys, Gramm. comp.

jada al

rece, en la lengua ibérica.

en todos los dialectos del

Gramm. t.

cit,, pág. 52); y no era otro, á lo que paLa forma regular y más constante de formación del plural beréber, consiste en sufijar al nombre una n (Hanoteau,

tamachek' , pág. 20;

según ha enseñado 1874,

del

aquí que, estudiando

I,

la

id. kahyle,

pág. 22); y ya era asi en la lengua libyca, Tugga (Halévy, Journal asiatique,

inscripción bilingüe de

pág. 93).

El signo de dativo en

las

dos lenguas es

i,

sufijado en vasco

(v.

gr., giionari,

hombre; V. Eys, ob. cit., pág. 62) y prefijado en berberisco (v. gr., i urgai, al hombre: '^ewman, Libyan vocal., pág. 14; A. Hanoteau, Essai de gramm. kabyle,

al

DQX» XC

ó

prefija del

Í^^V X^



como hemos visto en otra ocasión que la n, signo mismo modo en berberisco y se sufija en vasco. En

pág. 46; id, tamachek' , pág. 27);

de genitivo, se

no

ha omitido ninguna fM

se

(i)

por

el

principio, pues la

i

inicial la escribían siempre, según es de ver por las inscripciones numarias de Ilerda,

y por el mismo citado epígrafe lapídeo de Sagunto, donde suePor eso estimo que, si acaso, ha de suplirse dicha / en el final, con

Iliberis, lacea, etc.,

na

ILDaKL.

arreglo á la gramática vasca.

Es verdad que, según

cuando

ésta,

se sufija

i

á

un vocablo

plural, la k se elide;

hace giipnai y giipnci (V. Eys, ob. cit., pág. 63); pero esta manera de apócope ha de ser relativamente moderna, lo mismo que la síncopa de las flexio-

así

giipnak

-f- i

el siglo XVI, el dialecto suletino escribía deraiit, XVII ya había degenerado en deril; en nuestro tiempo dice

nes de los verbos auxiliares (en «él

me

lo ha»;

simplemente de ^\ma\:

en

deit:

as\,

el

V. Eys, ob.

gíXpnaken; y sin embargo, en tal,

por ejemplo,

SETHIS-K-N,

en

el

en

pág. 15).

pág. 6).

Igual elición padece la k en el genitivo

la

antigüedad encontramos juntos los dos sufijos, k-n;

epígrafe de

las

monedas de

Sethisa,

construido

«de los de Sethisa ó Sethitanos» (Zobel, Estudio

ginas 188-194): todavía

como

cit.,

de giionak, «los hombres», giipnaen «de los hombres», en vez de

las cercanías

hoy

esa k sigue pronunciándose en

hist.

cit.,

asi:

pá-

algunas localidades,

de Irún y Fuenterrabía, que dicen gixpnaken (V. Eys, ob.

cit.,

EL ARCHIVO

404 Zusén, no por

Mohamad),

el

nombre de su dueño (que en

sino porque

allí

nacían

lirios

y acaso fantásticamente, pues bastaba que se aunque en realidad no los hubiera, aunque es

abunda

la y/t)r

su Dic. pág. p.

to:

325. En

177,

el

que

de ganchol,

es el lirio

que va junto

la

de Mallorca era Jahia Aben

ó aiucenas natural ó artificialmente le

hubiera puesto ese nombre,

fácil

en este país en que tanto

de referencia. Véase A Simonet en

á la crcstomatia. ad ver. ..r--^—

y Eguilaz,

aunque con otra ortografía, el mismo asienAbinmahomet, tomando la ^ por G.

Rcp. 73 se repite,

Rahal Gussen

Liiaffia

ADVERTENCIA. Al terminar el tomo VII de El Archivo nos vemos precisados á suspender su publicación por una temporada, que esperamos sea corta. Vamos á emprender nueva campaña y á formar nueva serie: por eso damos ahora, en vez del índice del tomo, el índice general de toda

la

colección. Siendo tan variadas las materias publicadas, se

necesitaba este trabajo para facilitar su manejo.

Cada tes de la

dia recibimos nuevas pruebas de lo

que estiman

los

aman-

historia nuestra publicación: se nos hacen ofrecimientos

que agradecemos en

alma; pero deben saber todos que, mientras

el

podamos sostenerla, seguiremos adelante. Demasiado conoce todo el mundo, que no buscamos lucro: que además del trabajo material dedicaremos á su sostenimiento nuestros modestos ahorros; pero para hacer este milagro es preciso algún espacio de tiempo, empleado en la

parte

económica de

la

redacción y confección,

publicación, pues dedicados por entero á su la

teníamos descuidada, y

el

encargarla á

otro era aumentar gastos y desvirtuar la unidad de acción.

Contamos con que no nos buenos amigos

faltará la coopcraci(>n

los suscriptores de

L.\

FIN DEL

de inir^no^

El Archivo.

TOMO

Vil.

Redacción.

DE MATERIAS

ÍNDICE

DE

LOS SIETE TOMOS.

Los números romanos indican

el

tomo,

arábigos

los

página del

la

mismo.

No

217), ni lles allí

en este índice

se incluyen

reino de Valencia

(t. III,

el

vocabulario de los peces

el

de

las

denominaciones geográficas del

73), ni el de la topografía de esta ciudad (t. II,

193), pues

sería

(t.

III,

repetir los deta-

publicados.

Sobre

la

geografía del reino de Valencia consúltese además

el

t.

IV, 379

guiéntes.

A. Aben Amira, en

el

Repartimiento, VII,

371. Ahencedrel,

I,

Ador,

299.

Ali en Játiva (Escuela de),

III,

74.

Adyineta de Albaida,

Aben Hudiail, I, 204; VII, 373. Aben Mardenix, VII, 372.

Abu

Ademuí, IV, 318. Adenament ó germanía, VII, 305.

II, 2.

Abii ^eid, V. Qeit.

Agost, VII, 343.

Acebibe ó pasa, IV, 233.

Agres,

Aceituno

(La

torre

del)

en

Grana-

Actitud litúrgica de 1

99.

que

la

oración,

— De Mallorca durante Ibiza padeció

y XVII, VII, 229. Achila, rey, V, 358.

Tomo

Vil

el

IV,

hambre

en los siglos

XVI

80.

III,

75.

— Convento de domini-

V, 204; VI, 358.

cos,

Aguas, VII, 343. Aguilar, IV, 319.

da, VI, 12.

Aciagos (días), VII, 28, 212.

III,

Adxuhia, IV, 233, 393. Agnesio (El Ven, Juan B.), VII, 59.

— Castillo

cerca de

Confrides en término de Guadalest.

Acaso mal leído por Algar. Ahin,

III,

81

.

— Castillo junto á Beho ó

Veo. Alacuás,

III,

75. 45



EL ARCHIVO

4o6

A

la

luna de Valencia,

Alasquer,

III,

jllcodar, III, 77.

13.

II,

tAlcoleja-Alcoleya, III, 77.

75.

AlaTjach, su insurrección en Benicadell,

loi, 330;

I,

—Tratado

145.

11,

36.— El

con

Blau,

II,

Infante,

el

280.— Parientes suyos, 299.—Vario, II, 325; IV, 296;

204; IV,

I,

allila villa,

107.

340.

— Compra

Repart.,

— Se ins358.—

II,

151;

I,

Albaida,

I,

Alhalal,

de Altea,

248;

III,

III,

301.

alcacer,

III,

309,

75; de So-

III,

desp,

III,

75.

70.

III,

VI, documentos

^Alejandro

inéditos,

VII, 32, 85.

Alfafar, en

Rep. Alfofar y Alfolfar,

el

77.

Alfandech,

216, 289;

I,

Alhuoyr y Alhahuy.

se le llama

256;

I,

III,

289;

77,

IV,

311; VII, 355. III,

Alfonso

76.

F

y

el

Papa, IV, 266, 338.

^//«/¿// de Simat,

76.

76.

III,

Alejandría y

Alfahuir-Alahuir-Alfuir,

IV,

75;

75.

Alhoraya-Alhorayis, Alhuixech,

319.

III,

76. III,

319; de Pardines, rells, III,

I,

359— Eti-

159, 168, 175; II, 352, mología, VII, 344.

III,

2S9, 291; Vil,

354-

de Alfandech,

III,

76,

Algor cerca de Tárbena, IV, 319, 322. Algemesi, 11,48; 111,78.

289. la J ovada, el

alcalá de

con Alazrach,

allí

Jllcalá, valle,

^Icau de

II,

tratado celebraI,

408; IV, 280, 311.

Vicente),

el

D. Jaime, VI, 214. I,

Colegio de

— Contribución — Morería,

247, 256.

II,

390, 403.— Judería, III,

II,

23; IV, 266, 328.

273,

—Topo-

54.— Baños árabes, Término general, II, 306,

grafía árabe, II,

— — Archivo municipal, 22, 36, 180. — Cortes, IV, 231, 214,215; 303. — Libro de Ordenanzas, VII, 302. —Navegación del Júcar, VII, 306. — Industria antigua, VII, 313. 41.

406.

II,

III,

El Encubierto,

IV,

capilla

la

de Jaime

I,

IV,

Alhichante de

Pueymonzón, IV, 171.

— Etimolo— Epígraf. prov.,

Alicante, II, 115, 142, 281.

Corpus Christi de Valencia, \', 244. ^Icira, Repart., III, 77.— Su entrega á antigua.

Alhajas de

289.

204.

Jalón, VII, 342.

Jllcayne (D.

II,

77; V,

II,

de Barchell y Xirillent, Vil, 340.

Concesiones para favorecer esto,

392;

II,

Empeñado por D. Jaime,

^Idaya-Addaya,

Alhacar del castillo de Denia.

270,

fabricación de pa-

Jllcudia de Castell de Castells, IV, 280,

ción notable, VI, 293.

do

la

— Fábulas,

259.

I,

VI,

Alba (La duquesa de) y Colón, publica-

Jllcalíi

ños,

IV,

243-

tala

de

jllcoy, origen

128.— Noticias

varias, II, 4, 47, 52, 164, 304, 396,

400; IV, 279, 296, 302, 311.

gía, III,

18, 241.

III,

63, 104.

— Acra Leuca, IV, 64. 15. — Alona, IV, 15.

Lucentia, ,IV,

—Varias, IV, 34, 65, 92; VI, 159, 258; VII, 17, el

69.— Priv.

de Alfonso

Sabio, VII, 343.

Aljama y Aljamia,

I,

143,

157;

III,

118.

Aljuhea, IV, 319.

Almocera cerca de Alboraya,

III,

79.

Almarjales del Molincll, IV, 399. Almaiarof de Jalón, Vil, 342.

Almenara,

I,

248; V, 160.

Almirante D. I-rancisco Carroz. V. Carroz.

Almiseá

de

romana,

Villajoyosa,

III,

262.

inscripción



EL ARCHIVO Ahniserá de Gandía, III,

289;

I,

II,

35;

78.

III,

— En

Rep. apa-

el

rece Almangaphes.

Alquenecia,

Allamira

— Muralla

56; de Simat, VII, 354.

II,

(D.

Rafael)

su

y

libro,

IV, 71. 252, 257;

I,

II,

240,

79; IV, 279, 309; diferente del castillo de Altea, III, 79. III,

I,

252, 257;

240, 376;

II,

III,

79; IV, 279, 309; VII, 342. Allá van leyes do quieren duques,

I,

Mochehid de Denia,

(Miguel),

— Noticias suyas,

V, 90.

213, 289;

II,

286.

América,

Hist.

de su descubr., VII,

(Hist. del),

316.

II,

Ampurias, Descubr., VII, 42.

Andana

V, 65.

— — IV, 190. — Las mujeres arábigo265.— Estudios y

hispanas, V,

(La),

III,



II,

II,

— Apodos

de forma adjetiva, VII,

Juan),

T).

Andrés de Mendoza,

Aniano (El código Aniñan,

III,

III,

274.

Valencia,

I,

— Del

323,

del

libro



de..., VII,

cio

III,

de...,

192.

V.

tariales,

y

141.

el

I,

47.

que

144; V,

VI, 37.

— Su desorden, V, 407, —Ven-

Museo de

II,

190.

de Alcira,

306.— El de

I,

79, 158.

— Los la

la

— No-

municipales

180; VI,

III,

El hispalense (de

214.—

sociedad), VI,

68, 70.

— Comer-

Arenaprimo

Descubri-

chiano,

mientos.

(Sig. G.),

Barone di Monte-

V, 411.— Su

libro

La

Sicilia

nella Bataglia di Lepanto, VI, 259.

Apellidos geográficos valencianos, III,

Arenoso.

V, 160, 164, 368.— Castillo

— Formación de lemosines, 233. — Los...lemosines,

Argelita,

251.

Arias (D. Jesús).

182.

los...

III,

III,

Apodos geográficos de forma adjetiva arábiga, VII, 370.

Apolo, oda,

305,

— Lo

46, 69,

Borghese, V,

401, 404,

84.

IV,

él,

121.

III,

corona de Aragón,

Consulado de

V.

5

ta del

Ibéricas, VI,

— Museos

53

extranjero,

el

35 5-— Recortes,

Archivos.

VII, 235.

314,

Mar, VII, 194.

3

321.

Antigüedades, Sepulcro del

II,

400.-;-Curioso de 1608, VI, 40. Aranjuei, su etim., VII, 374.

dicen de

de), II, 212.

las hostias,

Arancel del peage de Alcira,

— En Alemania,

V, 160, 164. Andreolo Carrol. V. Carroz.

Andrés (abate

Mo-

nedas.

Archivo (El) en

148, 156.

I,

pre-

— Trabajos en tiempo de Carlos 73. — Arabistas expedicionarios, 216. — Suscripción mios, 1,255

Basset.

Andilla, III, 80;

V, 255.

Aqui, su significado en valenciano es ahí,

— Lámpara,

Arbuixech (Ven. Ana), V, 204. Archiduque Carlos III. V. Denia.

22.

Ampurdán

219.

de Valencia, V, 411.

370. V. Tribus. V. Moros. V.

Amari

409.

I,

— De Cos-

arábiga de Abu-Ceid, V, 150, 163.

145.

III,

293.

III,

Baños de Mallorca, V, 259. En Alcira, II, 41. Los árabes en Castellón,

(Torre de)

Altea,

— En Valldigna, turera, VII, 341.

Alpuente, V, 148, 154, léo, 162.

376;

Aquiles, estatua, III, 192.

Árabe, Inscripción en Valencia,

79-

Almtisafes,

AUea

407

V, 190.

y

villa.

V, 292.

— Orígenes

día. El reverso.

I,

de Gan-

177.

Arias Montano, V, 231.

Armengola (La) de Orihuela, VI, 354, 371.

Arqueología sagrada.

— El

libro

del se-

EL ARCHIVO

4o8

— Un — Socie-

ñor López Ferreiro, IV, 189. discurso sobre...,

V,

dad... barcelonesa,

V, 407.

349.

— Circular

del

Sr.

Obispo so-

bre antigüedades, IV, 46.

350. V. Dara-

II,

Áurea (Santa), V, 121. Aureitm opus, 37.

— Los Ms.

— En

de Játiva, de Alcira

campanas

las

de Alcira,

VI,

Migue-

del

VI, 178.

V, 79.

— El

(Anécdotas de

de

la

provin-

III,

(D. Francisco Xavier de),

II,

142, 158, 169. Balsain, su etim., \'III, 574.

Baños árabes.



239.

De

Zaricb,

V.n Alcira, II, 41.

(D.

156, 168.

III,

— De

Denia, IV,

— De Mallorca, Antonio),

V, 259.

I,

590,

396;

11,7. 'Bar, su significado, IV, 268.

25.

II,

III,

Barcas (Genealogía de

383.

98; se llama Ycór, alq. de

lencia, VII, 84, 284.

comprado por Alcoy, Vil, II,

253, 258;

Barig-Berix-Berig,

Ayelo de Malferit,

llama

se

98;

III,

Yelo.

268.

340. Barcheta,

Ayalt, IV, 319.

los), II,

'Barcelona, III, 43, 338, 342, 356. 'Barchell,

Játiva.

Ayala, (D. Martin), Arzobispo de Va-

III,

'Bas (D. Quintín).

III,

80.

84.

Ni- Tnm,.

F, K,,.,-.

VII, 330.

(Marqués

su

de),

correspon-

dencia diplomática, VII, 318.

Baset y las guerras de sucesión, correccio-

mi

121.

moros y su

iglesia

L

nes á Perales.

Ayneto (D. Juan), VI, 17.

inx.

129.

V,

Ayódar-Yodar-Jodar y Xoda,

160,

Basílica

de Loja,

\'ll,

181.

Bastitanos, IV, i6.

164.

Ayora, IV, 322; V, 291.

Aiagra, V, 162; pueblo

Bechi, sus orígenes al

parecer in-

mediato á Segorbe ó Albarracin y

no Azagra en Navarra.

cristiana, III, 114.

Bcgis-Uexis,

V, 145, 157.— Origen del

Palancia, VII, 375.

ATjicar. V. Cosecha.

Bclgida- Bellida?,

Baeía,

Beltrán (San Luís),

II,

246.

(^ando

sobre),

V, 128.

— El

de

Torrente, VII, 213. Bairén-Bayrén.

252.

orden de Mon-

la

libro



275, 404.

Avisos de Flandes,

Bailes

Co-

de Castellón, V, 409. /Baleares, II, 295. Su conquista por

"Bañuls

musulmán

Aventurero

Ayerhe

Balbas (D. Juan A.),

'Ballestas, 11 1,

critica,

Aveus (V), IV, 39.

Ayacór^

sus estudios sobre

Víctor,

Bal mis

— Ms.

305.

II,

y Valencia, V, 304. Ave-Marta (FA), su historia

un),

305, 599.

Mochehid, V, 95.

zana.

lete,

II,

cia

Alaraiana de Denia,

17.

— D.

tesa,

Atanaildo, IV, 106.

II

Antequera,

lón, VI, 377.

Aspe, VII, 343. Aslorga.

D. Fernando de

'Balaguer, su sitio por

I,

314,

I,

289 y 316,

239,

sig.;

III,

318, 323,

III,

69; V, 279.

Benavayren de Valldigna, VII, 343. Benaxar, en tcrm. Denia, IV, 324. Bendicho (D. Jaime), Benedicto

II,

47, 70.

XIII (El Papa Luna),

136; VII, 363.

324.

Bajo relieve

340.

Benavites, III, 287.

Donaciones,

— Historia,

81; IV, 311,

II,

romano de Jabea,

I,

31.

Benevenio, IV, 338.

— Benavente?

\'l,

— EL ARCfflVO Beniadjar,

II,

Beniarjó-Benigario-Benidario,

1,

216;

III,

82; IV, 311.

II,



111,

81.

319.

— Carta

de pobla-

ción. Vil, 340.

Benieio,

de Valldigna,

III,

82, 292; IV, 185.

Petersburgo,

Vaticano,

Alicantina,

III,

I,

238.

230,

17, 308.

Biíaníina (Imagen),

Blanca (Reina

V, 64. I,

'D.""),

93. II,-

356, 357.

Blasfemia, pragmática de D. Jaime I,

Beniferri-Abinferro, III, 74, 82.

252; IV, 319.

I,

— Los se-

Bigastro, IV, 12, 105.

Benijairó-Beniayroy

Benigalib,

— Del

Biclarense (Ms. del),

223.

I,

De San

Bibliotecas.

119.

342.

Benidorm, IV,

182.

Bibliografía, VI, 39.

Benjcalaf-Beniacaf-Benchalai,

Benidokig,

VII,

villanos, VI, 64.

342.

II,

311.— Es Mellada?,

IV,

251. Bibliófilos, sus clases, 1,

Benibrahim, IV, 319, 396.

Benkadim,

del actual Palancia, VII,

375. Biar,

342.

II,

nombre

jB^/ü,

339.

Benian-Benján, cerca de Altea, IV, 309. Benjarbeig,

409

207; Vil, 337.

I,

Beni-Guachib (Los), IV, 86.

Blasones de Alicante, IV, 285.

Beniharmut de Denia, VII, 340. Beuihomer-Bemoma, II, 342; III, 83;

Blavet (El Azul), apodo de Alazrach,

IV, 319. Benimackt-Benimaglet,

Bocairente-Bocayren,

BenimanteU,

III,

Bodria

III, 83.

42; VII, 341.

III,

BenimusUm,

III,

145.

Maestrazgo.

Bofarull

Manuel

(T).

83,

Beniopa-Beniocba,

Bórdelos, V, léo.

III, 83.

Benipeixcar-Benampiscar,

I,

240;

III,

81; IV, 323.

Benisanó,

III,

I,

15,

317;

II,

240,

II,

241.

38.— Ne-

84.

II,

84.

— Compra

ducado de Gandía, IV, 344.

Titulo de Egregios, IV, 350.

— De



82.

85. III,

Benixamen-Benejama,

82; IV, 309. I,

Bou 1,

— Vario,

Borró,

248.

Benumeya-Benumea-Benihimeya,

252.

I,

289;

342; IV, 276. 85.

V. Influencias.

cia,

V, 102.

II, 339, 340. Berenguer, Arzob. de Tarragona, VII,

Brunet y

eclesiástico, V, V, 105. ValenMilitar, V, 106.

Cortes,

las

— Real,

Berdia,

II,

111,

CAÍ." Ant.°), III, 134.

Bracos de ICO.

Beoda, descubr. Vil, 44. Berberiscos.

I,

duques de Gandía, IV, 353. Documentos sobre el 2.° Duque, VII, 32,

Benisecli, III, 82.

Benisoda-Bencoh,

de),

III,

escudo,

su

Borjas, del

81.

III,

— Catí,

310.

Borbotó-Borbatur ,

376;

84.

excursión por

crología, VI, 402.

Benioma. V. Benihomer.

Beniga-Benayga,

111,

Una

(D. José),

Bonaqtúa, en térm. de Jalón, IV, 279,

342.

II,

II,

el alto

83.

Benimasot, inscr. árabe de Costurera,

Benimeli,

1,330;



villas,



Bellet (T). José), El tablero del

sepulcro de Severina,

I,

243 y 249;

el

pesebre del

111,43-

36.

Bernia, vestido, IV, 126.

Brutóbriga, VII, 385.

Beselga-Buselcam,

Buey (El) y

la

Señor,

265.

Bétera, III, 84.

Tomo

VII

III,

85.

I,

muía en

45*

— EL ARCHIVO

410 Bueynegro, V, léo, 164. Buñol-Biiynol ,

Burjasol-Borgasoi, IIl, 85.

248, 256;

I,

Burriaim-Borriana,

166;

II,

jBwrííí/

248;

I,

III,

85.

Busot, Vil, 343.

111,85.

de Sueca, IV, 120.

C mo-

(D. Francisco),

Caballero-Infante

nedas árabes de Denia, IV,

según

Caheio, IV, 319.

Calendación valenciana, IV, 273. valencianos

glo XIV, VII, Calp-Calpe,

si-

35, 240, 323,

3"-

Campamento romano, IV, 285. Campanar (T>. %anwn). Poesía historia

y

ra, III, 58,

Campanas

De

— Poesía

poesía,

é his-

Carpesa,

los

334;

II,

176.

y, 129,

248; U, 35.

Mártires en Granada, Y,

209,

321,

209.

— Las pintaderas, V, 210.

338; IV, 230.

I,

519,

II,

141.

— La

cruz, IV, 215.

Carbonera, Dep. de Bélgida, 340;

lII,

85.

I,

256;

II,

II,

30, 77,

325,

85, 94; VII, 340.

Denia,

I,

135.

— De

327.— De Sueca,

II,

205, 269, 386. Carlas eruditas del T. Luis Galiana, V, 125,' 204,

230, 279, 321; VI; Del P. Teixidor,



372.

Cartagetia, I\', 13. III,

70.

Carlalias, VII, 381.

Carteia-Castalla?

VII,

258.

— Cuartc,

VII, 260. Cartuja (La) y

297.

Caravaca,



I,

Carta puebla de

Carlago,

Cany ellas, IV, 324. Caoun (Mongó), 1, 258, 375. Capilla en Túnez de Jaime 1, IV, 282,

I,

327 á 330, Andreolo, II, 324. á

323

— Sepulcro,

341, 367,

213;

— Su hijo.



VII, 342.

Canarias, sus habitantes primitivos, V,

120.

cap, y su familia,

Cañáis,

85.

86,

— El

51,

133-

III,

I,

Francisco y su armada. I, El almirante. I, 206. 330.

Canales, afluente del Talancia, VII, 375. II,

356.

246, 285.

el capitán. I,

Pego,

de

III,

nombres valencianos,

III,

— D.

357I,

II,

330.

Campaner (D. Alvaro), Dominación de los reguíos de Denia en las islas Ba-

de Mirra-Almiira,

8.

sus

usted quie-

Alcira, VII, 303.

Campo Campo

— Etimo-

Carlet, III, 86.

Carrol,

leares, II, 247, 293; III, 20;

48.

256.

ó

VI,

Miguelete,

114.

105,

II,

366.

é historia,

como

III,

Cardenal legado en Barcelona,

Carnes,

137.

del

I,

Carmona,

Ibérica, VII, 252.

Callosa de Ensarriá, IV, 278, 319.

52.

Cárcer,

Carcesa, IV,

327, 354, 376; 111,85; IV, 274,

toria, III,

Concepción y Natividad,

Corán,

logía, VII, 226.

del

27, 67, 207.

256;

1,

(Dos)

II,

el

Carcaxen-Carcagente.

Cairola-La Cayrola, IV, 280.

Calendarios

Carbonero y Sol (D. León), María Santísima, su

2, 25.

IV, 265,

De 38.

el

cisma de Occidente,

329.— DeOrihuela, V,

Valdecristo.

—Sus

125.

priores, VII,

— EL ARCHIVO Cartulario de Silos,

II,

411

Celaya, (El maestro

164.

Casamiento. V. Matrimonio.

— Su

Casail (D. Joaquín), Sepulcro gótico de

bros, VI, 349.

VI, 113.

los Santos Juanes,

— Nueva

publicación, VI, 140. Castalia, IV, 299;

V, 285; VII, 258.

nombres valen-

cianos de los pueblos, Castellar, IV, 311.

Castellón de la Albufera,

VII, 251. 86; IV,

III,

Burriana

304. — El

256.

I,

ó de la

Plana, IV,

de

libro

pro-

la

vincia de... V, 308, 409. Castells, IV,

mora,

Castras célticos,

21.

II,

Cervantes (D. Miguel),

258.

Ciclópeos

Catalán-Cast., Diccionario,

— Revista, VI, 40.

de

I,

97,

143,

9.

369, 377, 385. V. Título.

— Ciudad subterránea, V, su

la),

li-

bro Ms., V, 65.

I,

I,

17,71, 260; V,

Cisma de Occidente, IV, 265, 329. Ciudad (La) de Denia, bosquejo histórico,

Catt, II, 241. Cautivos, redención, IV, 366.

CaTji,

II,

Cirat, V, 160, 164.

sus puertas late-

VI, 139.

(Gonxalvo

las Baleares,

IV, 48.

380;

189.

III,

V,

113.

II,

(Monumentos) de

Cid (El), en Benicadell,

nes, VII, 45.

Cavalleria



nebres de los moros españoles, IV,

404.

Catálogo de las obras de Juan de Jua-

Catedral de Valencia,

— Des-

cubrimiento en Alicante, VII, 69. Cerimonias de moriscos. I, 162. Fú-

107.

V, 149, 156.

Castillo de la reina II,

VI,

Certamen del centenario de Colón,

280, 319.

Castellfabib, II, 327;

rales,

— De Juan Luís Vives,

398.

Cerámica. Valenciana, VI, 379.

279, 296. Castellón de Monlornes,

293;

Centelles (D. Cerafin), VII, 283.

Centenar (Curatos del), VII, 344. Centenario de Colón, su fecha exacta,

307.

I,

Castellón de Rugat, III, 86.

II,

II,

Mallorca, IV, 48.

Castellaniíación de los

Castellón de

39, IV,

I,

— De Valencia, V. Enterramien— Romano, 47. — Romano en

404. tos.

Castelmontán, V, 160.

— Sus^li-

58.

MorodeDenia,

Cementerio. .

Juan de), VI, 309.

vindicación, V,

6.— O

III,

nombres valencianos de

la caza,

209.

Claret (T). Valentín), Historia ó poesía,

98.

Historia ó

Poesía,

— Historia ó Poesía,

III,

III,

145.

Cloca en Valencia, IV, 295.

365.

Callona, descubr., VII, 43.

Colegio de Corpus-Christi, V, 244, 315.

Cebrián y Mezquita (D. Luis), \'iriato

Coloma (D. Carlos),

y

la

Edetania,

Ceid-Abu-Ceid,

III,

IV,

174, 196.

215,

297.

— Su



nombre moro, IV, 272, 298. Datos biográficos, V, 143, 283, 362. Su nombre cristiano, IV, 219. Sus hi-





— Sepultura,

jos,

IV, 220, 298.

219.

— Señorío de Castalia,

IV,

IV, 299.

Ceid-Aazón y su padre Ceid-AbuAbu-Ceit en Aspe,

Ceid, VI, 407.

VII, 343.



Colón

(Cristóbal),

— Su

patria corsa,

tenario,

275.

III, II,

316;

V,

III,

132.

263.

— Cen-

V, 307, 404.— Rábida, V,

212.— Su

naturaleza,

VI,

211.

DeCalviPVI, 43.— De Saona, VI, 212.

— Fecha

del Centenario de su

descubrimiento, VI, 251, 257, 294. Primera isla descubierta, VI, 379.

— — Los

dominicos,

Duquesa de Alba,

VI, VI,

290.

— La

293.— Sus

— EL ARCHIVO

412

descendientes valencianos, VI, 45.

— Sus restos en venta? VI, 378. — Estudios de D. V. Balaguer, VI, Iba377. — Libro colombino del VI, 410. — Hist. del descubr. de doAmérica, VII, 22. — Colón y Sr.

rra,

los

296.

Comercio de esclavos, IV,

— De

Company (Fr. Joaquín), I,

248, 252;

87; IV,

III,

Concepción de Nuestra Sefiora,

I,

279,

2'^6.

Condado át Denia, des de id.,

ibérico del Mediterrá-

neo en

VI-V

el siglo

— Los tartesios 249.

antes de J. C.

ó

del estrecho

cal-

región de Denia, VII,

la

— Los tartesios del Guadalquivir región de Sagun-

la

VII, 285, 324, 375, 389. Costurera, inscrip. arábiga de su mez-

Cotanda,

II,

5.

Crcspins, III, 87.

I,

351. — Con-

342,

237, 239, 305, 376;

II,

Confesión (La) Confrides,

de D. Jaime

I,

I,

276.

Cristianos (Los primitivos) españoles

Conquista de España por

González, IV,

cia, su fecha,

los

monumentos, IV, 145; VI,

los de Valencia, VI, 10.— Sus

árabes, por

118.— De Valen-

Cristóbal (Iglesia de San),

Cronicones, falsos,

Mayoricense,

VI, 244.

Consulado de Mar, su antigüedad, VII,

Contribución primera de cristianos del

la

I,

— De Gerona,

Id.

de

Tr!;m,>

T

\'II

238.

del), III, 105.

2.47; II,

III,

279;

III,

87; IV,

III,

94; VII, 260.

Cucol,

W,

Cucllar,

396.

— Córdoba, su Catedral, V, 212. valenciana

III,

94.

319.

V, 148, 154.

Cuestión gramatical.

retrospectiva,

276.

III,

Cuartell, III, 93.

Cuat retonda,

I,

271.

Curcas habitadas en Toledo,

\

1,

299.

Culata-Colata, 111,87.

VII, 213.

égloga de

Propercio,

VI,

Cullera,

247, 289,

I,

su castillo,

226. Correspondencia inédita diplomática, VII

por

Cortes de Pallas,

I,

Cortes de Arenoso,

71.

256.

V, 164.

IV,

291.— Toma de 222.— Sitiada

21,

V, 145.— La ciudad 302.— Etimología, VII,

crist.

na?, VI,

318.

III,

«í--

Cuart de Poblely IV, 293.— Cartela?,

247.

Córdoba y Aragón (D. Enrique),

Cornelia^

II,

166.

comunidad, VII, 38.

I,

230.

Coreografía

II,

255.

Corán (Testimonios Corberay

20.

III,

Crui de Selabis, Vil, 342. Cru^ (Sor Joaquina de la),

reino de Valencia, I,



V, 41.

105; VII, 8.

II,

Cronología del reinivi'^

Contestania, IV, 16; VII, 261.

moros.

oríge-

Cronista de la provincia de Alicante,

117.

194.

Conventus,

y

6.

nes, VII, 7.

256; IV, 311, 319.

I,

V, 237,406.

Cresques, judio,

sus

VII, 336.

Coruña,

ciudades, aldeas, VI,

Cots (Fr. José), III, 276.

Concilio Valentino, V, 67.

I.

tribus,

quita, VII, 341.

311; VII, 341.

D.

141.

to,

275.

III,

43, 53, 59.

— Litoral

ricas,

ó turdetanos en

pasa, IV, 233, V. Pasa.

I,

Costa (D. Joaquín), Antigüedades ibé-

pianos en

minicos, VII, 210.

Concenlaina,

Cosecha del azúcar.

— Concesiones

223.

á los Sanjuanistas

puente, VII, 341.

Curato de Denia,

sica-

II,

341.

y





EL ARCHIVO

413

CH. Chabás (D. Roque) ha publicado en tomo I: El sepulcro de Severina,

el

cumentos, 208,

2,

¿Voconia Paz ó Paz Voconia?, 274. Traducción déla sección de docu-

— Hallazgo de un orante en — La cosecha del azú-



car en el reino de Valencia, 43, 53,

Tomo

9

17.

y

Denla, 27, 38.

59.

— La

enseñanza de

la

gramática

269, 303.

235,

mentos. III: Las Vísperas Sicilianas y la

bula de Honorio

11.— Biblio-

IV,

— El

castellana en las escuelas del reino

teca de autores alicantinos, 17.

de Valencia, 57, 65, 73, 81, 89.— Baset y las guerras de sucesión, 105,

libro del repartimiento de la ciudad

113, 121, 129.

—Templos

en

de Valencia,

costas

las

Viaje literario la

al

de Diana 155.

archivo general de

— La

corona de Aragón, 187, 195.

prosapia de San Vicente Ferrer, 212,

Baño de

Zarieb,

184.

— Un

Sicilianas,

— La esclavitud en — Etimología de Ali-

mana de

Los nombres de mología y

273 y

los santos,

clasificación,

sig.

su eti-

282 y

sig.

nombres va-

Castellanización de los

lencianos de los pueblos, 307.

sepulcro cristiano del lencia,

323.

— La

— El

Museo de Va-

ciudad de Denia

(bosquejo histórico), 369 y sig. D, Antonio Bañuls, criado de S. M., 390. el

— Efemérides dianenses de todo

año.

— Traducción

mentos

Tomo

de los docu-

D. Antonio Bañuls, criado de

II:

S,

M.,

13.

— El

7.

—A

Valencia, 236.

— En justa

cante, 241.-

la

la

luna de Valencia,

defensa, 245. epigrafía ro-

á la

provincia de Alicante,

258. — Nuestro regionalismo, 281. — Valldigna, 289. —Misceláneas en

todos los cuadernos.

Tomo IV: Lo moviment

Iliterari,

ar-

y arqueológich á Valencia en Las inscripciones arábi1889, 39.

tistich



gas de Simat, 49. trozo de

— Los les

— El

final,

primitivos cristianos españo-

— El — Orante

y sus monumentos, 145.

de Denia, 193. la

juicio

un sermón morisco, 116.

pulcro de Severina,

latinos.

Liria,

193.

Gandía. El anverso,

el

de

episodio de las Vísperas

— Rectificaciones

la

156,

nuevas lápidas romanas

— La provincia árabe de Denia, muía en pese257. — El buey y bre del Señor, 265. — Orígenes de 220.

— — 169. — Las

y reino de Valencia, 73, 217. Para El la historia de una poesía, 129.

— El

160.

se-

drama sacro de

Virgen de Elche, 203.

—Nuestra

sección de documentos,

214,

El archivo municipal de Alcira, 36.

— La patera de

— D.

— Precau-

ciones

capitán Carroz, 30, 77.

Roque Lloréns

Sala, 62.

inscripción de Voconia,

nes á Diago,

68.

^La

— La

correccio-

carta-puebla

— Obras para estudio del valenciano, 90. — Los falsos cronicones y su influencia, 105. — La de Utiel, 85.

el

cuarta-puebla de Sueca y el P. Ribelles, 205. Nuestra sección de do-



ToMO

VII

253.

Illici,

sanitarias

en

— Miscelánea

241. el

siglo

264.

XVII,

en todos los cua-

dernos.

Tomo V: Los mozárabes valencianos, é. Robo de la Judería de Valencia, 184. III, La estatua de don 37,





Jaime

el

— Tesoro — Inscripcio-

Conquistador, 46.

griego del

Mongó,

59.

46





EL ARCHIVO

414 nes romanas, 88.

— Un

222.

valencianista

— Qeid-Abu143, 283, 362. — Un discurso sobre arqueología, 349. — Un rey de España desconocido, 357. — Las pin107.

del pasado siglo,

lógicas del reinado de D. Jaime

^>eid,

turas del altar

mayor de

de Valencia,

376.

la

VI:

y sus

tituido á

monumentos,

gráfico, 365.

en

7.

cias:

siglo

XIV,

11,

30.— Orígenes

21,

— Sobre

II,

su

284;

143,

la

His-

Hist. de SaIII,

165;

44,

Chelva-Xelva, V, 160.

cristianismo

Colón.

Cherroueso, VII, 381.

Amé-

valencianos

27, 65, 207.

publicado

IV, 40.

— Cristóbal

calendarios

— Ha

Historia de Sagunto

I:

Es nombrado corresp. de

gunto,

Cheít-Xest, III, 98.

por D. Francisco Serrato, 22.

— Dos

tomo

toria, 321.

— Miscelánea

Historia del descubrimiento de rica,

del



de Bofarull, 402.

del

lexico-

— Tres etimologías

de Sagunto, 35,41, 49. Inscripción interesante de Sagunto, 190. Noti-

en todos los cuadernos. Valencia,

el

(sumario),

eti-

407.

— Indicador

Chahrel (D. Antonio).

— Investigaciones 284. —Juan Luis Vives,

carta-puebla.

en

— Li-

P. Sarmiento, 372.



Tomo VII: Orígenes

patria, 535.



ciudad y reino de Valencia, 240. Rebollet y D. Pedro el Cruel. La

(^-eid-Abu-^eid,

Denia su

Repartimiento.

6.

la

— D. Manuel

de

Or-



crítica

398.

I

las

quidación de notas, 335. El canónigo Ginés Fira, 356, El libro del

del Ave-María, 20. — Historia — Doña Teresa Gil de Vidaure, 22. — Alcira y su archivo municipal, 214. — El libro del Repartimiento de

mológicas,

de



en

Los primitivos cristianos

españoles

libro

denanzas municipales de Alcira, 302. El pintor D. Vicente \^ictor¡o res-

todos los cuadernos.

Tomo

— El

Aragón, 258.

Catedral

— Miscelánea

— Prodigio Eucarístico. Las hos— Notas crono-

de Aniñón, 235.

tias

Chikhes-Xilxes-Silx-Cilx,

ChiriveUa-XilbeUa,

del

— Documen-

Oñrles-Xirle.

tos inéditos de Alejandro \'I, 32, 85.

— Un documento original del siglo XII, 34. — Real Pragmática sobre

I,

III,

87.

87.

98.

256;

III,

98.

Churat (D. Juan), su estudio sobre mujeres emparedadas.

la

nobleza valenciana, 191.

III,

Chiililla-XuUlla,

III,

— Estudios

II,

las

22.

Churros, VII, 371.

etimológicos. Cullcra y Carcagente,

D. Daimus-Atheymus, V, 149, 156.

del

Dámaso (San), estudio

impugnación

381.

biográfico, \'I,

— Era español, VI,

publicado en

el

tomo

409.

584.

'Danvila (Excmo. Sr. D. Manuel).

— Ha

IV, p. 123, El

Encubierto de Valencia.



Museo de

Damila (D. Francisco). Ha publicado en el tomo I: El sepulcro cristiano

no

— Tomo

1455,

II:

la

— Otra

Sr. Martínez Aloy,

El sepulcro cristia-

Museo, 129.

del

Saco de del

\'alencia, 401. al

— Tomo

— Tomo V: El Tesoro 167. — El robo de JuValencia, 235. — Sepulcros

124.

Mongó,

dería de

III:

Morería de Valencia en

la

— ——



——



EL ARCHIVO de

Puerto, 261.

del

calle

la

mo

— To-

VI: Investigaciones sobre

ju-

el

daismo en España, 200. Danvila (D. Augusto).

en

tomo

el

— Ha

publicado

253, Las ruinas de

III,

Daniel religiosa, V, GG.

Dara\ana deT)ema,

V. Atara-

112.

I,

zana.

91.

II,

pez, VII, 33, 94.

Deanes de

Colegial de Gandia,

la

'Decimal (Sistema) de los peruanos,

I,

I\',

186. Denia-Ihérica, VII, 262.

Tartesia, VII,

Tesoro

Griega.

del

Mongó,

— Templo de Diana, 152. — Romana, IV, 68. — Inscripciones, I,

59.

260, 331, 337, 372; n, 211; Cristiana. Orígenes, VII, 258.

18,

III,

15.— Orante,

I,

27,

— Sepulcro

16.

VII,

IV,

38;

193;

de Severina,

I,



Estela sepul243, 249. Obispos, VII, 21, VII, 180.

2, 8, 17,



cral,

Árabe, vario,

335.

140,

23, 203.

II,

5,

6,

— Mocheid, V, 90. — Domi-

nación de los Régulos de D. en

las

— Monedas, 65; — Mezquitas, baños, cemente39; IV, 274. — Monasterio musulmán, — Olimbroy, 1,67, 68. El Edrisi, 373. — La provincia de

Baleares, II, 293.

IV,

I,

2.

rio,

I,

I,

D...,

I,

251, 256.

34, 210; I,

%econquisia,

IV, 222.

II,

— Repartimiento,

120, 121, 144, 248.- Fueros,

I,

— Castillo, IV, 304, 311, 324. — Albacar, 151, 159, 175. — Murallas, VII, 323.

127, 135.

318, 168,

I,

Jerónimos, VII, 282, 336; IV, 23, Mercado los Martes, 235, 311.



VII, dal.

I,

212, 227.

I,

202.

336.— Notas, Condado,

tancia de su

I,

VII,

^^6.— Feu-

342, 351.

Marquesado,

— Impor\'II,

32.

398.

I,

y

5

Pedro

P.

en D...,

III

134-— Inscrip.,

sig.; II,

61.

I,

— Término de su 209. — Recoletos, IV, 406. — Agustiantig.,

II,

300. — Ciudad, 294, 302, — La costumbre de Andana, 148, 156. — Datos topogr., IV, 404.

nas,

I,

I,

10.

la

La pedrera,

— Carlos 91.

I,

39.— Puerto,

I,

— La Guadalupe, y su privado,

II

El Archiduque,

249.

IV,

— Del — Felipe

Ferrer,

Esteve,

367» 375-

140.

1,

de Vergel,

Prosapia dianense de San Vicente

3

Dalario de Alejandro VI, D. Juan Ló-

V,

— Compra

parr.

Pallantia.

D'AsfeU,

415

I,

I,

I,

358,

25, 33. 20.

II,

383, 391, 399;

II,

— Comisión del metro en D..,,

I,

14, 15. —Sitio de 1813,

I,

102.— San Telmo,

— Efeméri-

39.

I,

161;

II,

des dianenses en todos los números

tomo

del

I.

— Doc.

324, 398, 404, tórico,

I,

369,

de Esteve,

ras

hist.,

II,

323,

406.— Bosquejo his377, 385.— EscultuVII, 349.— Patria del

pintor Victoria, VII, 325. Derecho español, su historia, por D. E.

Hinojosa, VI, 258. 'Desafio de dos reyes, II, 87, 186.

— En Al—Alcora, 70. — Alicante,

Descubrimientos arqueológicos. colea del Rio, V, 132.

III,

—Alejandría, VI, 159. — Ampurias, VII, 42.— An71.

III,

dorra,

357.— Atenas,

I,

Barcelona, 44.

— Benavites,

III,

43.

III,

III,

70.— Gástelo,

I,

285.—

— Beocia, VII, 287. — Cartago,

III,

71.— Cazlo-

— Canarias, 205. Elche, 209. — Huelva, 70. — Jerusalén, 246. — Mahón, 311. — Méjico, 311. — Moneada, 70. — Mongó, V, 60. — Monte CeUus, 254. — Monteornet, 309. na,

VII, 43.

I,

III,

III,

I,

III,

III,

III,

I,

I,

—Palenque, IV,

III,

288.— Pellgoritza,

239.— Pompeya,

I,

181;

III,

— Ratisbona,!, 341. 286. — Roncesvalles, IV,

192; VI, 298.

Rávena,

I,

239.— Varios, V,

207, 208, 307.



EL ARCHIVO

4i6 342. — —Tarifa,

Segovia,

I,

VII, 43. I,

Sevilla, I,

302.

Documentos (Sección de), IV, 289.

287;

III,

— Túnez,

286, 318.

Su techa

Domeño, V, 160, 162. Dominación islamita en

exacta, VI, 250, 294.

su privación de

Deudores,

VI, 181.

iricc. ral

Val

11,

de Denia,

II,

295.

II,

370;

I,

— Su

los R(ir-

las Baleares,

— De los régulos

248.

sepultura,

Dialecto hispano-hehraico, IV, 83.

Diana,

— Sobre

VII, 32, 85.

jas,

Descubrimiento de America.

IV, 214.

estudio,

"Dominicos y Colón,

285. V. Templos.

Cast., III, 46,

276.— Gene-

Valenciano Castellano, V, 130.

— Rectificaciones, bres de los peces,

I,

— Nom366. — De los

V, 307. I,

1\',

354. — Del reino, V, 30. — Notas histórico-criticas de la antigua

I,

256.

Iliberis

203.

— De Adán — De

lencia, 204.

y mo-

y Eva en

\'a-

Pasión en Obe-

la

rammergau, 214. Ducado de Gandía. V. Borjas.

derna de Valencia, VII, léS.

Divina comedia,



y Granada, \', 156. "Drama sacro de la Virgen de Elche, Do\\.

167; VII,

III,

21), 223, 231. V. Baircn.

'Dos- Aguas,

hongos, VII, 351. D//)!^/^^/^/;.— Circular,

290; VII, 280.

\'I,

de Denia y licencia para vender. I, 112, 144.— De Gandía,

Donaciones

245.

II,

E. Eho,

III,

Encubierto (El), IV. 12^.

88.

Enseñanza (La) del casicilano en

F.detania, VII, 293.

Edrisi ff/;.

I,

cuelas del reino de Valencia.

373.

Efemérides dianenses de

la

semana en

todos los números del tomo Egregio, titulo de los Borjas,

Eguilai (D. Leopoldo). table,

— Un

libro

no-

70, III, 115;

III,



Elegía (La) de Valencia

y su autor. I, á la muerte

— Latina

de Zorrilla, VII, 141.

Elmer (D. Claudio).

y un recuerdo Ello,

IV,

104.

Enterramientos moros, Epigrafía

Errors

Va-

.

musulmanes

I,

(Esludios dt),

209; IV, 107. III,

V.

264.

bistórichs, III, 43.

Esclavitud en Valencia, III, 236;

— Una joya del arte

histórico,

III,

— Rectificaciones,

122.

IV,

II,

22.

23,

II,

Escorial.

III,

74.

VI, 261.

— Su etimología, VII,

Escritores

372.

de Alicante y su provincia,

308.

Escritura /'\f!/irrr54.

c

1.

rey de Denia,

Mochehid,

"'

musuln)án en Ucnia,

,

J

115.

II,

Mislala, III, 90.

Mommseu,

20.

I

342.

antiguo,

Molina (Fr. Pedro Juan de), inscrinción

\

\', 11 6.

Moldes de hostias, colección,

38, 374.

[\Caimoditias, III, 258.

nn

14.

I,

— Denia,

,

Mcicutc-Moxcn,

ÍS( challa,

2^)^

342.

Moctc\tinia, III, 31

— Fun-

3)7-

^Cedinaceli

Mongó,

III,

256.

I,

Mira flor,

^Cayáns Ciy

!!'

de

Mezquita

Milagro de

252, *337.

309; VI, D.» Teres

II,

V, 105.

Mestre, pintor,

Metel-Matel?, IV, 319.

1^5.

¿\Catrimonio lU los Reyes Católicos,

Denia,

la

Merino de Zaragoza, IV, 96.

Miguelete (El) y sus campanas,

D^Calarmia,]

DíCcchain

á

123.

vo.

^',

DiCatoses, II,

tos

I,

IV, 275,404. :

pinte

Colón

duquesa de G.in.rm

la

Emperatriz,

V. Saxoíc i\Casaitiagrt¡i.

Opiata,

225, 233, 241;

i,

IV, 324.

Metro (La comisión) en

tórico-cr(in()ló:;¡cas, VII, 168. í\Cáiiires, ai'.y

Mercer{D. Mateo),

131.

lemo-

274.

Mercedarios,'U, 21; IV, 299».

Danvila, 404.

— Armas de los Borjas,

de Valencia, IV, .294, 315.

.V^rí-ííífo

Martitiei (Crisóstomo), IV, 286.

imperio de Marrue-

el

célebres

sus orí-

iglesia

cristiana,

''.— Dialecto

hispano-

i/

II,

.

Monduber, Moneda.

II,

ié6;

III,

1,

67.

"-o, 91.

259.

— Su valor,

i,

— Árabes de Denia,

105. I,

\

.

i'recio^.

63; IV, 2.—

Hallazgo de monedas, 24 y. 22. Griegas del Mongó, V, 59.— Antiguas, sus valores, VI, 362.

Monetario arábigo, IV, 240. Monfr-'-

'^•1'

-V





EL ARCHIVO Mongó,

258, 259;

I,

357; IV,

II,



425

— Contribuciones. — Ceremonias.

14,

Etimología, VII, 139. 285; V, 59, V. Caom. Mons parturiens, II, 232. Montan, V, i6o, 164.

Festivos.



Morro Aguilar (D. José). Ha publicar do en el tomó 11: Antigüedades de Utiel,

cuerdos de

Mantesa,

Vil:

cristo,

91.

III,

Montesinos (D. José).

— Su

Montroy,

256.

I,

,

91; IV, 324.

III,

Mosaicos.

— De

Morabitos y santones musulmanes,

joyosa, 117.

II,

27.

Morales San Martin (D. Bernardo).

Morella,.

248;

I,

II,

Muñoi

quisición,

ción de sus curatos, VII,

Gandía,

I,

264.

157. — Delante

Onda,

II,

I,

175.— De

Muría,

IV,

5 5;

1,

Muro,

6.

IV,

— De

Museo.

— De Valencia, 125. —Játiva, — De Tor2,48. — De Orihuela, tosa, 25. — Morabitos ó santones, 27. V. Enterramientos. — Cementerios. 11,

II,

323.

356.

Alcira, IV, 235, 319. III,

91.

pal

deMahón,

45.

— Sepulcro,

111,

IV, 47. 1,

— Munici— Diocesanos, 168.

314,

324, 401,

129.

II,

Mustaiaf,

411.

328; 111,47.

11,

— Martorell,

409;

5.

V,

Denia, VII,

91.

111,

Murviedro,

Alcira,399, 403.

III,

Valencia,

Murcia (Guerra de),

137,

66.

de Jabea,

de

XIV de

Del siglo

Murta de

231, 388. V. Ceremonias. Moros célebres valencianos,

Severina en De-

Maestro 'Gerónimo),

(El

—Árabes

In-

— Erec345. — De

— Su expulsión,

— De

231.

230, 251, 309.

II,

Villa-

Murallas romanas de Denia, IV, 72.

158, 169. relaciones con la

y

Mozárabes de Valencia, IV, 24; V,

304; V, 148, 154.



— Sus

Itálica

— Del Puig y Villa-

Moscateles, sus clases, II, 93.

iii.

Illici, II,

Moreno (Dr. D. Eduardo). El doctor D. Francisco Xavier de Balmis, II, Moriscos.

de

el

V. Severina.

nla, i6i.

Sepulcro romano de

— Tomo

cartuja

real

la

Sevilla,

joyosa, IV, 72.

238.

III,

de

torre vieja de Utiel, 78.

Moniimenta lingual ibericae, VII, 322. Morabaiines,

308.

302,

58,

Vall-de-Cristo desde

Orihuela, VII, 364.

Montornés (CdiSXQWbn de).

25,

Priores

Re-

111:

de Valde-

la real cartuja

año 1385, en que se fundó, hasta 1835, en que se verificó la exclaustración, 38.— La

de

historia

306.— Tomo

188,

Montaverner, IV, 279, 309. Montecasini, historia, VI, 44.

1,

87.

N. Napoleón.

— En

Santa Elena, IV, 96.'— 120.

Autógrafos,

— Casa

natalicia,

Naufragios,

I,

4. V.

Navas de Tolosa,

La Guadalupe.

II,

21.

Navegación fluvial del Júcar, Vil, 306.

V, 68. Ñapóles (Francisco de), pintor, V, 380.

Necrologio del Teixidor, VI, 344.

Naquera,

Necrópolis maguntana, IV, 42.

111,

92.

Narciso (Fr.) de Denia,

Tomo

VII

II,

24.



Negrals,

II,

342;

111,

92; IV, 232, 388. 47*



v

EL ARCHIVO

426

Neoburqtie

(Duque

de),

318.

590.

III,

Nobleía musulmana de Valencia, 349.

— Pragmática sobre

la

valencia-

me

del término de

Noi'elda, VII, 343.

Simat, Vil, 354.

Nuevo mundo. brimiento),

—(Historia de su I,

descu.-

227.

Nules-Noulas?, V, i6o.

quín Serrano Cañete, Vil, 152. criticas.

Liquidación de

Vil, 238. V.

I,

notas.

Nompot, Vil, 343. Notas bio-bibliográficas del Dr. D. JoaNotas

280.

Vilanova, 281.

Nombres de lugares, su etimología, VI,

— Topográficos

— Del — Del señor

Ferreira, 279.

Sr.

Notas cronológicas del reinado de Jai-

na, asimilándola á la castellana, 191.

297.

— Del

Monner Sanz,

Sr.

I,

— Sobre estudios del

Nunifincia, IV, 287.

rei-

Numismática,

nado de los Reyes Católicos, VI, 404. Saavedra, Vil, — Un libro del 276. — Otro del Marqués de Ayerbe,

II,

165, 315; V, 259.

Hallazgos, 207, 307.

Sr.

O. Obispos primitivos de X'alencia, Vil, 12.

— Inscrip. Vil,

de uno de

14.— En Denia, Elche,

— De Denia en

21.

— De Gerona, fía

el

Setabis,

de los de Valencia,

II,

Orante cristiano, nia, I\^

Denla,

193.

VH,

I,

Olimbroy. V. Orambroy.

Orchita,

336;

252,

I,

92; IV, 68.-Eti-

III,

mologia, VI, 289.

— Palacio

256;

I,

II,

Onda,

II, I,

Orihuela,

175; V,

160.

Ondara,

II,

— Es

I,

205,- 332; VI, 371.

III, 8>

248;

'

lll.

14;

J.

I,

222.

IV, 99; V,"53,

366.— Repart.,

por D. E. Gisbert y Montesinos, VII, 364. II,

hist.,

95.

Ortografía valenciana, V, 109.

Onil-Unil, V, 164; Vil, 350. Ontenieute-Untiyen,

D.

Orinoco,

342; IV, 397; Vil. ;ii.

Ondarella-Andarella,

5,

125; VI, 350, 352,

ibérica?. Vil, 295.

35

(Congreso de).

II,

353.— Su II,

II,

302.

24.

248;

i6.

Orden de Montcsa, V, ^y.

323; IV, 279, 309, 320, 324.

Oüerm.

— De De198. — De

IV, 319.

Orientalistas

Olocaiba-Alocayba-Locayba,

38.

Ordenanzas municipales de Alcira, VII,

de los

Condes, Vil, 283.

27,

— Romano,

Oratorio de moros,

II,

lamentas,

III,

120.

Otos, III, 92.

o:;

\',

I,

68; IV, 275, 317-

Okades, VII, 379. OJeastrum. Vil, 381.

257;

l\,

Oramhroy-Olimbroy, cerca de Denia,

47.

Oliva-Oriba-Auliba-Auriba,

laj,

199.

siglo XII, 140.

305.— Sigilogra-

IV,

Oración (Actitud litúrgica de

VI, 6;

ellos,

Oviedo Arce (D. Eladio\

^'.

:

10.





EL ARCHIVO

427

P. Tagés (Mr. Amédée).

Hugo

de D.

V.

'Palancia.

Palas.

— El

testamento

de Moneada, IV, 247. en?:ontrado en

Denia,

Falencia, III, 43.

289;

IIÍ,

92; IV,

311; VII,

Taima (D. mal entre

Ricardo).

— Sistema

deci-

los antiguos peruanos, IV,

186. del),

en Denia,

II,

— Su

^Palmeras.

origen en España, JV,

35, 323,

IV, 397.

mártir en

Pego.— Carta, puebla,

Tallantia, población,

III,

253.

— Río,

VII, 298, 375-

Pamis,

Penágnila-'Beniáguila.

250.— Vario,

amor por

el arte,

— Papa Luna, su entrada

V, 408.

en Valen-

VI, 135.

de Lucentum,

III,

— La inscripción — Aclaración, 18.

I,

249. V. Benicadell.

248;

Pep de riiorta, VI, 152. Peregrinación ala Meca, IV, 172. la

I,

Papiro egipcio, IV, 95.

Sus Mss., IV, 144; V, 64.

nombre

Perkes,

Perros.

Paranget-Pranchet-Prolanxet ,

III,

93.

(Despobl. de Masalavés.)

II,

del Palancia, VII, 380.

III,

306, 408.

409. Pasa ó acebib, IV, 233.

fa

guerra,

Pascual (S2in Pedro).

VII,

n8. Perujo (D. Niceto Alonso), IV, 40.

— Pasa

de Pop,

Pesca, IV, 274, 315.

Peste en Valencia

396.

— Mr., V,

134.

IV, 241; VII, 17.

Garruci, IV, 201.

— De

en

el siglo

XVI y

voción á San José, VI,

105.

cauciones sanitarias por

la

siglo

de-

— Pre-

peste del

XVII, IV, 253.

Picasent-Picaccn, III, 93.

93.

Pavordes de Jabea,

I,

Pai y tregua

IV, 268.

foral,

en

.

Pertusa (M." Jaime), cavallero,

Pardo 'Baián (D.* Emilia), VI, 404,

III,

^3; IV, 280.

— Su importancia

Persas, antigüedades, III, 120.

93.

Ilici,



Su opinión sobre Ob. de Val., VI, 6.

260.

lápida del

Perpnnchent,

245.

Paterna,

II,

III, 93; V, 148, 154. Peña Escnhia, monte donde nace el Pa-

Peñiscola,

Péreí (Juan Bautista), de Segorbe.

259, 373.

Tapi (D. Francisco).

Patera de

ibérica?,.

98; IV, 280,

311,319.

Péreí Bayer,

— Su fabricación en Játiva árabe,

III,

— Gili III,

lancia, VII, 375.

342.

II,

— Su

Tarcent,

I, 319, 327.— 286; IV, 280, 311;

Noticias, 252,

Peñacadell,

52.

I,

11,

324.— Pasa,

padre, IV, 228, 299. Pedro de Saxoferrato (San),

VII,

351.

Papel.

93.

VII, 342.

^

Palmar (Villanueva

cia,

III,

256, 258;

I,

Valencia, IV, 215.

342.

Tapa.

los), I,

Pedro (Infante D.), se rebela contra su

Talermo en 1647, VII, 344. Talimsesto de León, IV, 188. I,

Pedreguer,

343; IV, 279, V. Locaiba.

IV, 73.

"Palma,

(Nombres valencianos de

366.

Pedralba-Pelralba,

Pallantia.

— Busto

Peces

62.

Picatas fe (D. Felipe).

— Fecha del Cen-

tenario de Colón, VI, 257.





EL ARCHIVO

428 Ptera.

— Su etimología, VII,

Porta-Coeli,

35.

Piles, IV, 318.

III,

— Los —

dominicos

Pragmática sobre

y Colón, VII, 280. Nota critica. Pintaderas de Canarias, V, 210.

Precios.— De

Pintor.— D.



325.— D.

Vicente

Cristóbal Llóreos, VI, 277.

Del salón de Cortes, V, 30, 97. De Del Colegio del Patriarca, 247.



del altar

380.

al fresco,

mayor

— Puertas

Piíiar (D^ Blas L. del).

— Amari

Vísperas Sicilianas,

289.

Tomás),

Piris (D.

II,

y

las

252,

I,

— Sus restos,

III,

Planta (pasa de).

V, 107.

la catedral

de Va-

V, 397.

lencia,

de

Orden, V,

la

205. Prehistoria.

284;

— Española, 263.— De

III,

I,

II,

397;

Valencia,- VII,

/Vfwio.— Martorell,

— De — De

284.

II,

la

Academia de

Concursos, V,

22.

Historia,

la

131."

VII, 34.



— Nuevos

descubrimientos,

Propagación

en Játiva,

— Escuela de Abú-

II,

f.

Jalaf

ben So-

leiman ben Fathon de Orihuela y su Anécdotas de un hijo Mohamed, 5.



musulmán de Tortosa,

aventurero

— Morabutos y santones musul27. — Trabajos arábigos en 63. — La Intieqapo de Carlos 25.

manes,

III,

quisición y los moriscos de Valencia,

230, 251,

309.

— Retazos

— Colaborador,

Túnez, 95.

22.

—Su



Provincia de Denia árabe.

Nuevo en

Puente

I,

358,

367,

Valencia, IV, 295.

El de Serranos y el fabuloso entierro

de piedras romanas en Puertas de Valencia, judíos,

V,

— Del

409.

408. altar

II,

— De

VI, 306.

él,

— De

14,

los

Boatella,

la

mayor de

la

Cate-

dral, 376.

Puerto de Denia,

I,

III,

Pmj^'

Torralha (D.

de

Porta, pintor, V, 32.

212,

375-

— Su pasa, 233. — Alca-

328;

I,

220.

III,

nicia, III, 76.

VI,

1

San Vicente Ferrer,

Puig,

35, 321, 323, 326,

93; IV, 280.

moriscos,

II,

de

hostias

del cristianismo, IV, 157.

Propiedad comunal, IV, 7 Prosapia de

Pons (D. Francisco).

II,

— Las

221.

VI, 298.

131.

eucarístico.

.\uiñón, VMI, 235.

Propercio, estudio del Sr. Quirós,

pestilenciales, IV, 233.

viaje ¿

181.

Cartuja de \'aldecristo,

la

Privación (La) de sepultura de los deu-

Vrodigio

gía, 35-

Pompeya.

de

Prioras

dores, VI, 181.

— Etimología,

Polop,U, 35, 323; III, 93; IV, 308, Etimolo319; V, 30Í-, VII, 342.

Pop.

las

VII, 38.

258.

I,

Plata (Altar de) de

III,

— Actas

monumentos, VII,

168.

Planells, escritor valencianista,

Ali

— De

Primitivos cristianos españoles y sus

.258. Piíarro.

Pí)/t'05

365.

pescado, 366. •

Antiguos, 39.

la

Pitraiis-Pedreguer?-El Potro?,

Poblet.

I,

— Del

Diputación de Castellón, 232.

297.

III,

caza.

la

366.

281.

óleo, 376.

al

carnes,

Predicadores.

363.

I,

nobleza valencia-

la

na, VII, 19.

VII,

Victoria,

Pinturas murales de Ternil,

Catedral

201, 226.

Posso, pintor, \', 106.

Pinceladas históricas.

la

——

.

358, 367, 375.

93.

nuestras

Ramón).

palmeras,

— Origen

la

histórica, IV, 52.

Puigvert (D. Pedro), VII, 35.

cuestión,



EL ARCHIVO

429

Qpercio, estudio de literatura clásica,

Querol (D. Vicente), IV, 39. Quesa,

III,

Quirós de

VI, 221.

94.

%ios (D. Juan).

Jos

— Pro-

— Elegía latina

á la

muerte

del gran poeta Zorrilla, VII, 141.

R. Rabat (Oratorio),

I,

de alicantinos ilustres,

'Rjiratos

290.

Rahatines, etimología, V, 24.

273.— Del

Rohi Zay y %ohi Samuel, VII, 344. EtimoRábida, monasterio, V, 211.

333-



i?4/b/

norca,

de Jalón, IV, 396.

%afelcofer-%afal

Cofer.

I

— Inscrip.

ro-

manas, V, 88. Ranes-Rahana,

III,

en 1869.

—Nota

Zambe-

critica,

VII, 279.

Duquesa de Gandía,

I,

215.

— De Me-

desconocido en

la historia,

V,

3

57.

— De Denia, 377. — Católicos, V, 309. — Rey Sucén, nombre supuesto I,

II,

324.

V, 337. Ribelhs (El P. Bartolomé), Ribalta, pintor,

II,

205;

VII, 333Ribera. El Españoleto, su centenario,



108. 'Rsggio (Paulo de), pintor,

Regionalismo,

III,

281.

V, 380.

II,

— Literario, VI,

191.

'Ribera.

— El

Beato Juan, V,

333.

Erige los curatos de moriscos, VII,

56.

%eig (D. José),

III,

48, 278.

345.

Relacionero histórico, III, 2, 42,

de España,

primitivas

Religiones

313.

IV,

154.

terio

musulmán en Denia,

lencia, 83.

%endición de Valencia, IV, 273. %epartimienio.

—Sus

y figurones de

— De

Orihuela,

la

240.

— Sus

Conquista,

355.

— Indica-

dor lexicográfico, VII, 365. %eqiiena, pintor, V, 32, 102. Restauraciones.

— De

la

Lonja, Serranos

y Colegio del Patriarca, V, 68, 250.

— De

la

Rábida, 211.

Retacos moriscos, 111,131.

Tomo

Vil

— Un

'Contestania.

— De Valencia, VI,

noticias históricas, 241.

figuras

244.

Ribera y Tarrago (p. Julián).

Las tribus árabes en

Relleu, I, 256; IV, 319; VII, 403.



V,

22, 42.

III,

Ribaldo Carrol,

94.

Racordagoes da Expedi^ao da

Regalos de la

"Rey

III,

III,

Ribera,

en Liria, VII, 403. V. Matrimonio.

Ráfol, II, 342; IV, 324.

zia

de cambio,

'Revistas

logía, 26.

B. Juan de

97 y 143.

el

— MonasI,

67.

reino de Va-

rey ignorado de

la

El Cid en Benicadell,

— Moros

cianos en literatura

célebres valen-

y

viajes, 137.

Influencias berberiscas en

el

reino

— Enterramientos moros en Valencia, 209. — La provincia de Denia, 251. — La nobleza de Valencia,

169.

musulmana en Chahaf, cia

Valencia.

3 49.-^ La

Los Beni

Elegía de Valen-

y su autor, 380, 388, 393.

Beni Mofaguaz de Játiva,

II,

48

— Los 49.

——



430

EL ARCHIVO

Topografía de Alcira árabe,

54.

De

Ridaura (D. Gregorio),

luengas vías, luengas mentiras;

Hiola- Arrióla,

reflexiones críticas de la historia de

198.— ¿El

\'alencia, 121, 147,

145.

— Los

Mons

nes y notas, 249. El castillo de

252.

de).

— Estudios sueltos.

Robo de

la reina

VU,

ñanza árabe,

^

'R,oig



95.

11,

272,

273, 391.

— De

la

Judería

235; V, 37. de Berlanga (Excmo. Sr. don III,

— Estudios epigráficos, — Una inscripción cristiana

III,

de

17, 308;

III,

— Ha publicado

(Jaime).

%onda



'R^os

tomo

Rateros.

Róíova,

•qucologia alicantina, 159.

el

VI,

— Fábricas

(Sitio de), IV, 277.

y [lebrera (Carlos), V, 169.

VI: Nuevos descubrimientos de ai-

en

— Datos biográficos,

573-



— Puerta y torres. MI. I,

;^u

289; in, 94.

Rubio (Fr. Joaquín), Vil, 5)ü.

de cerámica y de vidrio. Existieron en Alicante durante la época romana?

Judería,

la

Málaga, V, 213.

Garda (D. Manuel). El Ms. de Bendiclio, 11, 47. Su ensayo de

IV, 41.

Morería de Alcira,

Manuel). 265.

RicJa, \', 157, jOj-

escritores alicantinos,

la

Rodrigue:^

320.

Rico

(D. P.)— La necrópolis ma-

Arqueológico,

-"se-

'

Señora

21; VII, 40.

III,

de Valencia,

I,

discurso sob'^"

182;

— De

390.

— Ceremonias fúnebres de los moros españoles, 107. — Correspondiente, 321. — Catedrático,

— Su

278. 80.

gontana, IV, 42.

Cais, IV, 86.

20.

I,

Ritídavcls

— Correccio-

mora, 258. Los Beni-Guachib de la tribu de

II,

III,

III,

Ripoll (Restauración de Nuestra

Blau?

de Jérica, 201.

Jarifes

parturiens,

279;

II,

Rugat-Rogal, Ruiafa,

III,

2^6:

I,

9

vio:

II.

III.

01.

I

\'II, 69.

S. Saavedra (Excmo. Sr.»D. Eduardo). Inscripciones arábigas de Elche, 121.

— Su

tis,

I\'.

libro sobre la invasión d

sV/i¿v

los árabes en España, VII, 276. Saelabis.

— Sus

— Monerm/ 250 — T >

das ibéricas, 69; VII,

de Sactabis, 342. V. Sagrá-Zacram?, Sagutilo.

Su

— Los

hist.

30;

II,

nes,

I,

248;

de 11,

Játi

253, 259Í

285;

III,

I,

283.

I,

44, 16).

ii,

I,

— Su

río

III,

71.

Sales (Agustín).

II,

— Sus

355,

equivocaciones,

-V, 26; VI, 7,9. sVi/óM de Cortes de Valencia, V, 98. Salhui-Selleui-Sitlont, III, 95.

Sitnarr

Ác disto

— Su

J moción

\'

21

— Oríge-

— — Contrib

se

(Mr.),

542.

Vil,

152.

v vicisitudes,

28>.

285.— Insi9o;*V, 89. Tem-

33, 41, 49;

Diana,

11,

VII,

turdetanos,

V monumentos,

cripciones,

plo

I,

— Origen

^aladar de Denia,

IV, 35,

telas,

VII, 375.

389.

,

llamó Bc-

SaniiUuL-

Prcocupacior.

XVII, IV, 253. San Simeón (Sor Mariana), V(/»;/ja^o

146.

¡glo

líl,

2S

(El apóstol) en Valencia,



II

——

EL ARCHIVO Sanios (Los nombres

délos).— Su

sificación etimológica,

P^Diago,

— La

ins-

defensa

del

Pascual).

de Voconia,

Saní (Mr.).

dominicos

libro, los

y Colón, Vil, 280. Saona, patria de Colón?, VI, 212. Sarcófago cristiano de Ecija, IV,

—Del

siglo

ó

II

etimologías

243.

suyas,

VII,

319;

III, I,

el

61.

— Sus

investigaciones

canónigo Tárrega, 310. E.)

— El

cionero histórico español,

III,

Los

J.

(D.

— Su

Francisco).

rela2.

VI, 64.

bibliófilos sevillanos,

historia

del descubrimiento de América, ^'11,

280.

Servera (D. Juan B.),

119, 158.

Sesostris

Seda, cosecha en Alcira, VII, 311.

Sedavi-Tiemcidavl , Segaoria,

II,

95; IV,

248,

I,

95; V, 148, 154, 160;

Comisión

literaria,

Los

256;

VII,

III,

298.—

V, 64. la

II,

Segura (Fr. Jacinto),

— De

Sepulcros.

24.— De

Ceid, V, 159.

III,

Severina en Denia, 249; IV,

VIL 15.— De

Cádiz,

II,

160,

19.— De

— Romanos, III. — Del Museo, III,

314, 324, 401, 409;

la galle

261.

VI, 113.

— De

II,

129.— De

del Puerto en Valencia,

— De los

I,

167;

Aristóteles, VI, 180. Ilía, II,

sobre

V,

SS. Juanes en idem,

— De Roger de Lauria, 260.

los Carroces,

I,

la

289,



jBula

de Honorio

I\'

— Historia,

III,

misma, 246.

189, 193.

— Dom. española, V, 411.

catalán de su hist., VII, 346.

85, 94.

— De

gobernadores de Ibiza, VI, 238.

Lepan-

VI, 259.

Sigilografía de los cia, II,

279.

2, 9, 17, 243,

— De

demia de Buenas Letras, GG.

to,

Sempere (D. Andrés),

V. El

Sicanos del Júcar, VII, 389.

Sicilia nella Bataglia di

III, 279*.

Sella, II, 342, 376.

Sello árale, II,

15.

— Descubrimientos, VII, 43. VI, 64. — Real Aca-

— Ms. — La

conquista de Mallorca, 46.

2, 9, 17.

I,

bibliófilos,

Sicilia, II,

— Fundación de Ma261. — Su estudio sobre

Seguí (D. Juan).

hón,

244.

tablero. Sevilla.

Segésiica-Vakncia?, VII, 299, 382. Segorhe-Segóhriga?,,

I,

—Mosaico, IV, i6i; VII, III,

365;

323,

280.

III,

(Su momia),

Severina (El sepulcro de),

82.

III,

311.

los

sobre

escultura valenciana, dis-

III,

22.

Sección de documentos.

I,

— Biogra—Nota necrológica, VI,

Serveíla, IV, 319.

265.

III,

(D. Marcelino),

43.

— La

Serrato

IV,

de),

342. Sauceja,

.

VII, 152.

Serrano y Morales (D.

VII, 572.

Sarria (Bernardo

Saiirí

fía,

219.

Vil, 344.

III,

— Tres

de), VI, 181.

Sermón del Encubierto, IV, 127.

curso,

Sariñena, pintor, V, 32, 100, 102.

Sarmiento.

de Valen-

iglesia

V, 21.

cia?,

Serrano Cañete (I). Joaquín).

217.

II,

— Su

— Santo Sepulcro,

Sepultura de los deudores (Privación

326, 333, 339Saní- y Forés (D. cripción

cla-

283, 291,

I,

431

Obispos

Valen-

-de

47.

Simat-Cimat-Ximat,

III,

VII, 354. Simón de Roxas,

313.

III,

292;

I\'^,

185;

Simonet (D. Francisco Javier).

— Mála-

— El

Campo

ga Sarracénica, V, 69.

de los Mártires en Granada, 133. La mujer arábigo-hispana, 265. La



torre del Aceituno, VI, rre

de

la

Concilio

12.

— La to-

Vela en Granada,

167.-^

toledano,

— Libro

III

suyo notable, 225.

GG.





EL ARCHIVO

432 Sirga en

Júcar, VII, 308.

el

Sucén, rey supuesto, VII, 403.

Olmo (D. José), III, 281. Téreí (D. Eduardo).— Valldigna

Soler del Soler

y sus

iglesias,

Sueca,

IV, 181, 260.

Suáreí Chiglione (D.

II,

286;

47, 97, 108, 205, 211, 269,

III,

87,

1

34; IV, 21, 230, 303.

Sumacárcel'Summa Cárter,

A.)— Fecha

exac-

256;

I,

III,

95; IV, 311.

Centenario del descubrimiento de América, VI, 250, 295, ta del

Suúer, pintor, V, 340.

,

T. Tablero

del sepulcro de

Severina,

1,

243, 249; IV, 167. Tapia, pintor,

V, 32.

Terremoto

Tárbena, IV, 280, 311, 319. Tarín Juaneda(p. Rafael). Origen de



nuestras palmeras, objeciones de un naturalista,

del Beato

60.— Los

IV,

retratos

Juan de Ribera,

— S.obre Jaime

\',

Teulada,

III,

Toledo', 7'í)ra/

Tarteso en la Contestania, VII, 261, la

región de De-

— Los turdetanos

en

la

de

II,

Tegeda {?>or), V, 332.

— Fabuloso entierro — Careruditas, 342. — Notas estudio sobre 51, 127. — Su

Teixidor (P. José).

de piedras romanas, IV, 306.

históricas,

M." Febrer, VII, 333. Telrno (San). Columnas de su



en Denia,

I,

I,

153.

Teodomiro, IV, 102. Teresa (Santa).— Reliquia,

I,

294, 302, 310.

cuevas habitadas, VI, 399.

(Marqueses de),

527

95.

Tormo, V, 160, 164.

— Nombre

topográfico.

— Su

eti-

mología, VII, 355. Torre inclinada de Zaragoza, V, 240.

Torre (La) Vieja de Utiel, VII, 78. Su barranco, si se llamó Pa-

Torrente.



lancia, VII, 376.

Torres, IV, 319.



Ibérica?, VII, 291.

Torres (P. Hermenegildo).

V, 67.

Torres (Los) de Benisa, Tortosa, II,

25.— Su

— Las

odas

Tourtoulon,

III,

Tous-Thous,

I,

317.

71.

256.

roí'flr

20.

I,

catedral, \', 258.

Tramoyeres (D. Luis).

363;

III,

III,

Teresa Gil de Vidaure, VI, 22. II,

59, 167.

9$.

— Sus adelantos, VI, 44. — De Gandía, 133.

Ternils,

I,

III,

de Horacio, V, 255.

39.

Templos de Diana en las costas de Valencia,

V.n

211.

240, 376;

Torres-Jorres. iglesia



Tormos de Laguar, VII, 342. Toro.

167.

loi.

Mongó, V,

Torballos-Turballos,

Sagunto, 285, 375. Tecmila,

II,

— De Denia,

Los calpianos en

II,

Tííorü griego del

Titulo de ciudad.

310.

V,

Tesera romana,

165.

Tárrega (D. Francisco Agustín),

VIL

1396,

1598, 1,77.

Tipografía.

\',

de

7ibi-Tivi,y, 164.

— Blasón, 211.

nla, 249.

256.

I,

333.

Roig, VI, 572.

Tarragona, privilegio de Qeid,

tas

Ter rabona.

Terracina, IV, 338.

(Juan Partenio), poeta,

\',

321.

— Pinturas

mu-

—— —

——



EL ARCHIVO rales del salón cia,

de Cortes de V^alen-

V, 30, 97.

gremiales,

III,

— Sus

Trolas de Febrer, VII, 330. Troya, IV, 288.

instituciones

309; IV, 40.

Trapiches de azúcar,

I,

Tuéjar-Tuexar, V, 160,162, 164.

Túnel.

53, 59.

Tratado de Orihuela, IV, loi.

Tregua •

con

Zeyan,

IV,

— Capilla

en

de Jaime

ella

I,

IV, 282, 297.

292.

— Con

Túrhulo, VII, 293.

Alazrach, 280.

Tiirdeianos en Sagunto, VII, 285.

Tribus árabes dé Valencia, Tríptico

433

Turia.

83.

I,

de los Reyes Católicos,

III,

— Su etimología,

IV,

142; VI,

303.

Turres ilipulitanae, VII, 183.

123.

U. Usatges de Barcelona, III, 119. Utiel-Otiel,

268.

II,

85, 116, 188, 306;

— Inscrip.

III,

rom., V, 89.

Utrera,

II,

Uva

sin

grano, VII, 284.

Uxó,

I,

165.

248, 256, 258, 262; V, 160.

V. Valdecristo.

— Cartuja,

III,

25, 58, 302;

VII, 38.

car, 44.

— Fundación, VI, 301; VII, — Orígenes del — Obis— Predic. de San pos primitivos, Vicente Mr., 179. — Sepulcro del

Valencia.

281.

crist., 7.

12.

Musco,

I,

314, 324, 401,

409;

II,

— Tribus, 83, — Nobleza, 349,355. — Celebridades, 137. Árabes.

129.

I,

Berberiscos, 169. —Cementerios, 208.

— Inscripción, 143.— Elegía,

219,

— El

380, 388,

pografía, III, 217. lencia,

Cid,

III,

96.

97,

393.— To-

Conquistade Va-

IV, 221, 273; VI, 244.

partimiento,

— Re-

Mozárabes, V,

— Cali, 184, 235. — Sepulcros, 261. — Puerta, 408. Val. — Puertas, 14. — La BoateUa, V, 409. — Murallas, 411. — Mercado, IV, 269, 294. — Puentes, 270, 295. — Cloaca, VI, 271, 295. — Con6.

trib.. I,

Judíos.

cris-

tiana.

ToMO

II,

VII

248, 256. — Cosecha de azú— Colegio del Patriarca, V,

224.— Antigüedades

del solar de

San

— Puerta y torres de Roteros, VII, 339. — Sepulcro de los Santos Juanes, VI, 135. — El Miguelete y sus campanas, 176. — PuerFrancisco, 306.

tas laterales

de

Catedral,

la

139.

Antigua y nueva Diputación, VII, 168. Varios sucesos. Las hostias



— — San Vicente Fesu prosapia. 212, 220. — Entrada del Papa Luna, VI, 135. — Fal-^ de Aniñón, 235. rrer,

I,

so entierro de lápidas romanas, 306.

— Peste

del siglo XVI y devoción á San José, 105. Fastos valentinos en todos los cuadernos del tomo II,



VII, II,

340.

— Hallazgo

numismático,

315.— Valencia, por D. T. LlóLa V. Inscrip-

rente, 118, 140, 285; IV, 40. V.

esclavitud en Valencia.

.

48*



.

EL ARCHIVO

434 clones.

— Etimología

Escolano, Valenciano.

— Estudios,

III,

I,

del castellano

57, 6$, 73, 81,

374.— Obras

90.

II,

— Dice.

46, 296; V,

Vich,

Museo

V,

é historia,

356, 407.

Víctor Túnense Ms., V, 64.

— Enseñanza

estudio,

de

fantástica

150.

II,

á los valencianos,

89.

para su

Val. Cast.,

307.— Voca-

130,

bulario de los peces,

152,

II,

193.

— Pragmát. sobre nobleza, VII, 191. — Calendarios del siglo XIV, 27, 67, 207. — Descendientes valenla

cianos de Colón, VI, 45. V. Cres-

Victoria

(D. Vicente).

— Su

patria

Vidaure (D.-» Teresa de), VI, 22. Vidrio.

— Descubr.

en Alicante,

(D.

Vilanova

— Su

Juan).

Memoria

geognóstico-agricola y protohistoria de Valencia, VII, 281. Su visita á



Denla,

23.

III,

Vilanova (D. Francisco),

— Los

bres de pueblos.

— Los

Gonzalo).— Geografía

lenciana retrospectiva,

— El

va-

baile

de

Valor de los maravedís antiguos, \\

31$.

— Un

logo de

Patriar-

Notario-Pintor, VI,

277.

— Catá-

obras de Juan de Juanes,

las

VII, 45.

231. Valldigna,

HI, 289; IV, 49,

359;

1!,

181, 260; Vil, 342,

Vasallaje del Sr.

35.1.

Moro de

Jovada y otros Vaticano,

1 1

1 ,

Alcalá de

la

siete castillos. I, 204.

I,

158.

— Ve-

I,

289.

342; IV, 280, 398.

II,

Via Heráclea ó Augusta por

la

187, 193.

— A Túnez, 318,

Viriato

y

Viana, Príncipe D. Carlos, Vil, 324.

8.— El

sitio

de

Roqueta, IV, 202, 293; V, 12.

Vicente Ferrer (San).

— Su

Luís Beltrán,

XVI en

Edetania,

la

— Su

prosapia.

Oliva,

I,

174, 10/v

11, 46.

— El — Aclaraciones,

castillo I,

91.

almirante Mercer, 225, 233, Retratos de alicantinos 272.

I,

III,

lil,

Vives Ciscar (D. José),

Rebollet.

Vicente Mr. (San), Vil,

(j

Villarreal, Vil, 343.

Vísperas Sicilianas, I,

i

,

Villar roya {Vi. José), Vil, 364.

Plana,

VII, 295. Viaje literario á Barcelona,

\' ,

Villamalur, V, 160.

270.

Vestidura de loa poetas, V, 329.

212, 220.

366;V, 410.

554, 565, Villalonga,

riV/flMfíVw del siglo

191.

II,

Verdaguer (D. Jacinto), V, 520. 307;

V, 160.

Vi I tamalea- Villamalefa

Venus (Hallazgo de una).

I,

289,

I,

Vilbjoyosa, III, 261; IV, 18, 278, 319,

\.\^.

71

nus y Marte,

Vilella,

Villafoleva,

Fflroww apostólicos, IV, 10,

la

V,

182.

251.

Los frescos del Colegio del ca,

apelli-

III,

apellidos Icmosines,

Cristóbal Lloróns,

Torrente, VII, 213.

VII,



69.

dos geográficos valencianos,

Valero (D.

De-

nla, Vil, 325.

tomatía. Castellanización de los nom-

Vergel,



.

— Su

de

— El

241.—

ilustres,

III,

estudio sobre Crisóstomo

Martínez, IV,

286.

— Descendientes

parentesco con San

valencianos de Cristóbal Colón, VI,

— Su predica— En Valen-

— Noticias de Pep de l'horta, — Nota necrológica, 107. Vives (Juan Luis). — Estudio bio-bi-

III,

69.

ción en Mallorca, 188.

cia, V, 45, 239; Vil, 179.— En Introduce el AveOrihuela, V, 52.



45.

152.

bliogrático, VI, 398.

Marla en los sermones, VI, 21.

Vives (Vr. Pedro), III, 47, 281.

Datos biogr., 344.

Vísperas Sicilianas, II, 289.

EL ARCHIVO

II,

Voconia Pax ó Paz Voconia?,

de los peces,

Vocabulario valenciano

435

215;

152, 193.

III,

II,

274,

22.

X. Xacos, IV, 319.

Xirilkttt,

Xara, ermita de Simat, Uí, 292; VII, 354. Xarico.

comprado por Alcoy,

VII,

340.

.

XitJa, IV, 319.

— Su etimología, V,

303.

Y. Yáñei (Fernando) de

la

Almedina, V, 390.

Z. Zacram,

1,

Zaydia, su fundación, VI, 33.

253. V. Sagra.

Zahan. V. Zeyan. Zale, reino cedido por Ceid

Aaron á

la

Orden de Santiago, VI, 407. Zaneia,

111,

Zaragoxfi.

98. V. Ad\anela.

— Sus

catacumbas, IV, 202.

— Torre inclinada, V, Zarieh,

111,

240,

156, 168, 169, 239.

Zariñena, pintor, V, 338.

Zeyan (Giomail Abu) y Vixó y Eslida, I, 262.

los

moros de

— Casas suyas, 112. — Visita á Bairen, 290. — Pierde

Valencia, IV, 221; V, 146. Zorrilla.

— Elegía

latina

á su

Vil, 141.

Zuhia,

lll,

267. V. Adiubia.

Zücaro, pintor, V, 352.

muerte.

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