INFORMACION GENERAL DEL PARQUE ARVI

INFORMACION GENERAL DEL PARQUE ARVI Arví por su extensión, su valor ambiental, ecológico, cultural y paisajístico es el mayor espacio público de la fr

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INFORMACION GENERAL DEL CURSO
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS ESCUELA DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS CURSO: ADMINISTRACION FINANCIERA IV OCTAV

INFORMACION GENERAL DEL CURSO
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS ESCUELA DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS CURSO: ADMINISTRACION FINANCIERA III. SÉP

1. INFORMACION GENERAL DEL PROYECTO
Código: INV – GU – 03 GUIA PARA LA FORMULACION DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN Versión: 02 Página 1 de 43 1. INFORMACION GENERAL DEL PROYECTO Título d

I. INFORMACION GENERAL:
BASES TECNICAS CAMPEONATOS DEPARTAMENTALES DE SALTO Y MINI COPA CENTRO ECUESTRE LA MARIA EN COORDINACION CON LA LIGA ECUSTRE DE ANTIOQUIA A REALIZARSE

Story Transcript

INFORMACION GENERAL DEL PARQUE ARVI Arví por su extensión, su valor ambiental, ecológico, cultural y paisajístico es el mayor espacio público de la frontera oriental urbana del Valle del Aburrá, elevando su jerarquía e importancia en el ámbito regional, nacional e internacional. Su ubicación entre dos grandes sistemas de poblamiento en constante proceso de crecimiento y extensión, se convierte en un amortiguador de los procesos de conurbación y expansión urbanos que ocurren en los Valles de Aburrá y San Nicolás. A si mismo la declaratoria como Parque le permite al territorio involucrado convertirse en un articulador ambiental que equilibre los procesos de urbanización que ocurren en sus cuatro fronteras. La calidad paisajística del territorio del Parque Arví, nos hace únicos y se conjuga con un proceso de memoria cultural, viva y pasada, conjugado con todo un Patrimonio Arqueológico contextual no monumental existente, que hace parte de esa memoria cultural desde una perspectiva histórica prehispánica, colonial y republicana. Todas las condiciones intrínsecas del Parque hacen de éste un escenario singular como espacio pedagógico y educativo en términos sociales, culturales, ambientales y ecológicos, condiciones que son aprovechadas en la educación formal y no formal, tanto para los pobladores del lugar como de los sistemas territoriales y urbanos colindantes. Asumir un proyecto de las características y dimensiones del Parque Arví, implica la participación de múltiples actores, por lo cual su puesta en funcionamiento y mantenimiento es una oportunidad para que esta iniciativa se convierta en espacio de responsabilidades, acuerdos, cooperación y establecimiento de recursos de acción interinstitucional.

Contexto Regional desde el sistema Urbano Metropolitano El Parque Regional Ecoturístico Arví, comprende un territorio de 1.761 hectáreas, que corresponde a sectores predios públicos tanto de EPM como del Municipio de Medellín que configuran un área sin antecedentes históricos como un todo homogéneo, en términos territoriales, culturales, sociales, o administrativos. Del Sistema Urbano Metropolitano es Medellín la que mayor área involucra en el territorio del Parque. Por la alta concentración poblacional y de funciones políticas, administrativas y económicas que ha experimentado desde finales del siglo XIX, es el entorno urbano con mayores demandas energéticas y de recursos, muchas de las cuales históricamente fueron satisfechas por esa área rural, fundamentalmente el recurso agua. Desde tiempo atrás y de manera paulatina, Medellín ha subordinado las áreas circundantes en su beneficio e incluso se sigue expandiendo hacia ellas. La quebrada Santa Elena ha sido la fuente básica de abastecimiento desde las sociedades prehispánicas, asentadas tanto en la parte alta como en la baja. La ciudad burguesa del siglo XIX y de principios del siglo XX, en su proceso de expansión, tanto al Oriente como al Norte, utilizó de varias maneras la quebrada Santa Elena: como

proveedora de agua, para transformarla en energía y como eje de ordenamiento urbanístico y corredor paisajístico, además de la utilización para la disposición de excretas, basuras y el lavado de ropa. Esa ciudad burguesa, frente al aumento de las demandas y el traslado de éstas hacia el Plan Alto, consideró la fuente no sólo como la proveedora del recurso agua, sino como escenario recreativo y paisajístico. Por ello mismo se planteó desde principios del siglo XX su conservación y reforestación. La ciudad, como entorno artificial, comenzó a prefigurar la parte alta como un entorno natural. La ciudad moderna, con su crecimiento explosivo, racionalista y funcionalista, al cubrir la Santa Elena la desapareció del entorno urbano convirtiéndola en avenida y dejando la parte media y alta de la cuenca como los reductos naturales. Las demandas energéticas se trasladaron en parte hacia la hidroeléctrica de Guadalupe (inaugurada en 1932) y a otros embalses proveedores de agua. Los últimos decenios del siglo XX rescatan a Santa Elena como sitio de ocio y recreación, el agua pasa a ser un hecho cultural, asociado a elementos escénicos y paisajísticos que le dan el carácter natural, pero que en realidad son artificios pensados y desarrollados en parte desde la ciudad burguesa. Paralelo al proceso de expansión de la malla urbana de la ciudad de Medellín hacia los lugares aledaños, está la incorporación y subordinación de los territorios que suministran los recursos y las energías que se demandan. Las pequeñas demandas han ido en aumento hasta acentuarse en la segunda mitad del siglo XX, cuando se da el mayor crecimiento demográfico y físico de la ciudad. Es claro que no es únicamente Medellín la que cumple dicha lógica, sino que esta forma parte de los mecanismos propios de los entornos urbanos en expansión que al no ser autosuficientes deben recurrir a las demandas extraterritoriales. Obviamente estos hechos tienen repercusiones en el territorio de Arví, que se manifiestan en seis de los factores más determinantes: 1. La infraestructura vial: Las conexiones viales tienen efecto inmediato en Arví, pues al ser parte integral del Altiplano del Oriente, el cual tiene una localización geográfica privilegiada y estratégica entre los valles del río Cauca y del Magdalena, lo convierte en un corredor de paso desde tiempos inmemoriales hasta la actualidad. De la infraestructura vial construida con efectos en Arví se señalan los cuatro principales corredores y sus efectos inmediatos: 

La vía Medellín - Santa Elena - Rionegro, terminada para fines de 1928, buscaba integrar el centro subregional a la capital de Antioquia; dinamizó actividades económicas agrícolas en el Plan Alto de Santa Elena, pero igualmente aceleró la deforestación a lo largo de su ruta. Por sus calidades escénicas y paisajísticas impulsó y aumentó la construcción de residencias secundarias o campestres, en las proximidades de la vía, desde los barrios orientales de Medellín hasta llegar al Plan Alto. Al igual que el Tranvía y la carretera a Guarne fue factor fundamental para el crecimiento de la malla urbana, siguiendo la vía como acceso al centro urbano y expandiendo la ciudad hacia las laderas.



La Autopista Medellín - Bogotá, cuyo primer tramo de Medellín a Santuario se construyó a principios de los años cincuenta y en los años ochenta se puso en

servicio en su totalidad, es la limitante al norte del parque. Las condiciones geomorfológicas en la parte que corresponde al Parque, lo mismo que la tenencia de la tierra, han hecho poco apetecible el sector para el poblamiento. Entre este corredor y la antigua carretera a Guarne los suelos se han dejado para el pastoreo esporádico, hay producción agrícola tradicional campesina (Vereda Granizal), manchas de bosques secundarios y primarios fuertemente intervenidos, pero fundamentalmente están reservados como minas de canteras, de las cuales ya existen industrias presionando este recurso. No ha habido ni hay ninguna propuesta diferente para este sector, quedando a merced de las probables explotaciones futuras, con los efectos consiguientes para unos sectores vulnerables y de alto riesgo. Pero es en el tramo del Alto de la Sierra hasta Santuario, pasando por Guarne y el Valle de la Mosca, donde tendrá repercusiones más grandes, al prolongarse allí actividades urbanas, convirtiendo esta vía en un corredor industrial y de servicios que afectó de manera protuberante el panorama social y las condiciones del paisaje, como se señala más adelante. A pesar de no estar este tramo inmediato a Arví, genera tensiones y presiones que se van extendiendo y si en la actualidad lo afectan indirectamente, más adelante, con las nuevas potencialidades que se le plantean a la vía, estarán directamente generando problemáticas de gran trascendencia en el mismo Arví, si no se toman en cuenta estas experiencias precedentes. 

La carretera Las Palmas, construida inicialmente para comunicar a Medellín, pasando por el Oriente, con La Dorada y de allí a Bogotá, aunque perdió importancia para el transporte interdepartamental, por la construcción de la Autopista Medellín - Bogotá, siguió prestando servicio para la comunicación local. Recobró importancia con la construcción del aeropuerto José María Córdoba, en razón de lo cual fue ampliada y rectificada. Al igual que la Autopista, son corredores paisajísticos de gran valor, pero a diferencia de aquella no tienen la misma ocupación ni intensidad de uso.

2. La demanda energética: El crecimiento urbano y demográfico generó aún aumento de la demanda de energía hidroeléctrica, que volvió insuficiente la producción de Piedras Blancas, extendiéndose a Guadalupe, Riogrande y después hacia las zonas de El Peñol, San Rafael y San Carlos. Sus efectos sociales, culturales, políticos, los cambios en los usos del suelo y otros factores críticos ya han sido suficientemente señalados por diferentes estudios y evaluaciones que no es necesario repetir acá. Si bien localizados fuera de la esfera inmediata del Parque, las repercusiones regionales de las problemáticas lo afectan directamente. 3. El crecimiento industrial: El alto costo del suelo urbano, las reglamentaciones cada vez más exigentes, las problemáticas ambientales, pero también la necesidad de fuentes energéticas y recursos, mano de obra más económica, la localización más estratégica, hizo que la industria buscara localizarse en las regiones próximas, siendo una de estas el Oriente y fundamentalmente en la Autopista Medellín - Bogotá, sector del valle de la Mosca. La ciudad trasladó hacia estos sectores su industria y con ella las problemáticas asociadas, sin ningún tipo de control, ordenamiento y mitigación. 4. El agotamiento del suelo urbano: El crecimiento horizontal de la ciudad hizo expandir sus fronteras urbanas hacia las zonas de ladera, prácticamente a conurbarse con las ciudades y pueblos del Valle del Aburrá y a extenderse a zonas geográficas más

lejanas como el Valle de San Nicolás y todo el Altiplano Oriental, hasta llegar la potencial Gran Región Metropolitana. Tal hecho hace que el suelo urbano sea insuficiente para cubrir las demandas y necesidades de la industria y la población en cuanto a vivienda, pero también en satisfacción de la calidad de vida, por la insuficiencia de los espacios públicos, recreativos o de ocio, los cuales siguen sin cubrirse para amplios sectores de la población y en otros casos fueron suplidos en las regiones próximas tanto en el oriente como en el Occidente. El fenómeno de las urbanizaciones en pueblos vecinos y aún en sectores rurales generó un crecimiento demográfico y grandes repercusiones en los paisajes pueblerinos y rurales y efectos sociales negativos, que en el caso de Santa Elena son visibles en el cambio de uso del suelo, la densificación y subdivisión del suelo, el cambio cultural y de imaginarios en la población campesina y la ambigüedad cultural urbano/rural no dilucidada, entre otros. 5. La demanda de recreación y ocio: Asociado al anterior factor, esta demanda tiene diferentes respuestas y efectos. Este es un factor fundamental a la hora de valorar la calidad de vida de una ciudad, lo que muestra el gran déficit de Medellín, que apenas alcanza los 2.2 m2/h, lejos de la norma internacional que está por el orden de los 15 m2/h. La zona de Arví, especialmente Santa Elena y últimamente Perico y Pantanillo (veredas pertenecientes a Envigado), a partir de esta demanda son sitios fabulados como una arcadia natural, una anticiudad, donde se preservan condiciones naturales y ecológicas y de tranquilidad, un hecho no cierto porque se trasladaron allí dinámicas propiamente urbanas al entorno rural y en donde más que ocio y recreación se llevo a cabo el fenómeno de la segunda residencia - así en algunos casos sea la única y permanente residencia -, lo cual plantea más que la negación de lo urbano, la prolongación de la ciudad. En términos estrictos, en esta zona la recreación y el ocio son limitados, circunscritas, prácticamente limitadas, a Piedras Blancas, atendiendo un tipo específico de recreación. Las demás son demandas ocasionales, sin direccionamiento y equipamento y la mayoría de las veces lesivas a los ecosistemas y la población asentada allí. 6. La demanda de alimentos y recursos: Las cambiantes oscilaciones de la economía del centro urbano principal y después del Área Metropolitana han hecho crecer o colapsar ciertas producciones de acuerdo con las demandas. La zona incluida dentro de Arví ha sido un proveedor histórico para la ciudad, especialmente de productos agrícolas. También es un hecho identificador cultural, pues las flores, otro de los productos fundamentales, hacen una relación unívoca entre silleteros y Santa Elena. Sin embargo las nuevas demandas imponen cambios drásticos: las flores y los invernaderos, la leche y los quesos y la expansión de los potreros, los recursos florísticos y faunísticos del bosque y la explotación ilegal, entre otras. Otro cambio es la demanda creciente de truchas que ha hecho posible la instalación de las estaciones piscícolas. Es necesario abordar el contexto histórico del Parque Regional Ecoturístico Arví desde una perspectiva amplia, para lo cual se asumieron seis grandes períodos: * 1540 – 1580: rumores de un valle1; expediciones españolas de rancheo, saqueo y conquista y fundaciones tempranas. * 1580 – 1640: la apropiación del territorio: mercedes de tierra, haciendas y hatos ganaderos. 1

Iván Espinoza Peláez, Estudio documental para los caminos del Virrey. Una aproximación entre los valles de Aburrá y Río Cauca en Antioquia, Informe final. Medellín. Octubre de 2000.

* 1640 - 1750: consolidación de núcleos urbanos y asentamientos en los Valles de Aburrá y San Nicolás. El traslado de las explotaciones mineras. Primeras explotaciones mineras en Antioquia y en Arví. * 1750 - 1850: cambios jurisdiccionales, dinámicas poblacionales y relaciones económicas basadas en las explotaciones mineras de oro y sal. Arví como centro minero. * 1850 - 1918/20: De la producción minera a la actividad agrícola y la oferta de servicios ambientales. * 1920 en adelante: el aumento de las demandas ambientales de Medellín, el agua, la producción y la recreación.

PATRIMONIO ARQUEOLOGICO

El origen del nombre de Arví: por Norberto Vélez Escobar Estas palabras tomadas de un email enviado por Don Norberto Vélez Escobar, autor del libro La Búsqueda del Valle de Arví, en el que nos explica de dónde salió La palabra Arví, misma que ahora bautiza el nuevo Parque Ecoturístico…“Para quienes tengan interés en saber el orígen del nombre de Arví, asignado con ligereza en la actualidad a Piedras Blancas, he preparado un bosquejo. Es de señalar que lo que allí digo es de mi exclusiva responsabilidad.”

Arví Los cronistas que acompañaban desde el Cuzco a Sebastián de Belalcázar y a Jorge Robledo en la búsqueda del mar del Norte o mar Caribe (Jean Baptiste Sardella, Pedro Cieza de León y el mismo Mariscal Jorge Robledo, quien debió hacer las veces de cronista para reclamar títulos ante la Corona), narran que los pobladores del actual valle de Pubenza, donde está ubicado Popayán, les informaron de la existencia de un valle grande, rico y muy poblado que estaba del otro lado de “la cordillera de las sierras nevadas” o cordillera Central en nuestros días. Belalcázar consiguió cruzar la cordillera y finalmente alcanzó las tierras de los Muiscas o altiplanos de Bogotá y Tunja. Mientras Robledo se dirigió al Norte, siempre manteniendo al poniente o a su izquierda, el río Grande (el río Cauca), y a su derecha o el naciente, la cordillera de las sierras nevadas o cordillera Central. Robledo determinó realizar una primera fundación o pueblo de españoles, Cartago, lo cual hizo en el lugar donde hoy está ubicada Pereira y desde allí tomó la decisión de buscar Arví y poniéndose en marcha, descubrió el valle del Quindío, pero los aborígenes le advirtieron que el camino era muy “fragoso”, difícil e intrincado. El Mariscal determinó regresar a Cartago pero sin abandonar el proyecto de cruzar la cordillera nevada en procura de Arví. Un segundo intento lo hizo a partir de Paucura, Pácora para los contemporáneos de Rodrigo Córdoba, el primer egresado de forestal, lo cual es mucho decir. Después de varios días de buscar como cruzar la cordillera, lo consiguieron por tierras difíciles,

selváticas y plagadas de indios flecheros que les opusieron resistencia cerrada, motivo por el cual tomó la decisión de regresar al “Real” o sitio donde se encontraba el resto de los expedicionarios en menesteres de consolidación del dominio, recabar información de los pueblos y tierras comarcanas, cuidado de compañeros y caballos enfermos (que siendo españoles es lo mismo) y de hacerse a algunos “avituallamientos” y por que no, de rebuscarse algunas indias “fermosas y dispuestas”; lo dicen los cronistas no lo digo yo, no sea que las almas pías forestales ahora me decreten la hoguera. El tercer intento lo hizo por el río Arma y recorrió tierras de Sonsón (Gutiérrez y Boteros), Abejorral (Osorios y Arangos) y Santa Bárbara (Arangos), entre otras. Descendiendo hacia el río Buey, posiblemente, decía el cronista que “abajamos tierras que su hondura parescía descender a los mesmos infiernos”. Los mismos que yo quisiera visitar para saludar allí algunos políticos que aún viven y perjudican la Nación y se quieren reelegir. El cuarto intento lo hizo por Murgia o la actual Heliconia, pues “parescía que la cordillera se abajase” por el paso o el “abra” del Chuscal. Punto bastante transitado por los forestales que tienen que ver con varias empresas que se dedican al cultivo de árboles. Robledo no se convenció de haber conseguido Arví al encontrar el Valle de Aburrá, quizás por razones geográficas o en virtud del pueblo que allí encontró. Así que siguió con su proyecto hacia el oriente en la búsqueda de Arví “E mandó a Diego de Mendoza que se sobiese a una cordillera de zavana” que al decir de Cieza de León era la “Sierra adelante”, es decir, la sierra que tapona al valle de Aburrá detrás o al Norte de la Universidad de Antioquia. Lugar donde está emplazado el barrio San Cayetano y estuvo situada la Curva del Bosque, caminadero de los forestales antes de la liberación femenina y sitio donde las roncas saludaban efusivamente a muchos colegas y les fiaban sus desvaríos. Allí más de uno perdió la “cachucha”, tan necesaria en las salidas a tierras donde el sol embejuca. Diego de Mendoza observó a la diestra “todo llano como la palma de la mano” y a la siniestra “sierras de montaña muy fragosas”, es decir, observó las tierras de la Altillanura oriental, incluida Piedras Blancas, y las tierras de las Baldías; y se regresó al “Real” a “dar noticia” de los hallazgos. El mismo Robledo decidió que iría a explorar las tierras al oriente y anduvo por ellas algo así como tres semanas, pero al final de su viaje, desanimado por haber encontrado estas tierras deshabitadas pues él necesitaba “fundar poblado”, condición necesaria ante la Corona para reclamar su dominio, tomó la decisión de regresar al “Real”. Y dice Sardella “E visto por el capitán que hacia la parte de Arví no se hallar poblado por haberse abajado mucho El mesmo con ocho de a caballo e otros tantos de a pié, fue a buscar poblado por otra parte mas nunca lo pudo fallar puesto que encontró muy grandes edificaciones de piedra destroídas e los caminos de peña tajada mas anchos que los del Cuzco y el capitán sabido no se atrevió a seguir aquellos porque quien los habia fecho debió de ser mucha posibilidad de gente….”. En otros apartes los cronistas vuelven a dar por hecho el hallazgo de Arví, en el cual además encontraron “asientos de pueblos, de grandes pueblos ya destroidos”, y “acequias de agua hechas a mano”, además de caminos y edificaciones destruídas, como atrás se señaló.

Como puede verse, en Arví encontraron vestigios de viejas civilizaciones, todo ya destruido y para esa época antiguo, pero además encontraron todo sabanizado, y no solo la expedición de Robledo lo observó así. Adicionalmente, en los límites entre la cuenca de la quebrada La Honda (aguas al río Magdalena) y la quebrada Piedras Blancas (aguas al río Cauca), es decir, la cuchilla de Barro Blanco, está el eje hidrográfico de la cordillera Central y por ello allí lo españoles cruzaron “del otro lado de la banda de las cordilleras nevadas”, es decir cruzaron hacia Arví o valle hidrográfico del río Magdalena; entraron en su dominio. El segundo conquistador en entrar a Arví, Francisco Núñez de Pedroso, fundador de Mariquita, quien lo hiciera 16 años después de Robledo, igualmente encontró vestigios de factura humana y las tierras sabanizadas, es decir, abiertas, no enmontadas, al punto que creyó que eran las denominadas por aquellas épocas tempranas de la conquista “las sabanas de Aburrá” cuando lo que él buscaba eran las ricas tierras del Pançenú. He aquí la razón por la cual un ingeniero forestal acabó trabajando en Arqueología, pues su vida no transcurrió gastándola en hacer de sus dedos índice y pulgar de ambas manos una forcípula, para significar cuanto habían crecido tales o cuales árboles, sino en esto y además en interrogarse sobre muchísimos asuntos de la vida relacionados con su profesión, por ejemplo, porqué las tierras de la Altillanura oriental estaban sabanizadas cuando todos hablaban del bosque húmedo montano bajo y así lo coloreaban en las planchas del Codazzi o porqué en las viejas huertas indígenas se encontraba el suelo más productivo para el crecimiento del ciprés y no necesariamente en el microrrelieve plano-convexo de las tierras de Piedras Blancas. El resultado de las investigaciones sobre la búsqueda del valle de Arví se publicó en un libro que ya lleva tres ediciones. Allí no solo se esclarece cual fue la ruta que Jorge Robledo siguió en su búsqueda y hallazgo, también lo intentaron Manuel Uribe Ángel y Emilio Robledo y varios otros historiadores y geógrafos, sino que se presentan y describen algunos de los vestigios encontrados por los españoles. Este trabajo fue realizado conjuntamente con la profesora de la Universidad de Antioquia, Sofía Botero Páez, entre los años de 1991 y 1994. Adicionalmente entre los años 1997 y 2000 se propuso desde la Dirección de Corantioquia la creación del Parque Regional Arví y administrar las áreas situadas entre los embalses de Piedras Blancas y La Fe, de manera que las densidades de ocupación fueran bajas y prevaleciera el verde; buscando así evitar la conurbación de este macizo montañoso que debería a futuro ser preservado para el disfrute de las gentes del área metropolitana que, con forma de herradura, está surgiendo desde El Retiro y La Ceja hasta Rionegro y Marinilla, y desde esta última hasta Guarne y Girardota, y aguas arriba hasta Medellín y el municipio de Caldas. Corantioquia empezó por producir el Plan Maestro del Parque Arví para una parte del área señalada, incluida Piedras Blancas, mostrando las riquezas naturales, históricas y arqueológicas y el potencial cultural y turístico que ofrecían estas. Metro Cable Arví es un desarrollo que se propone aprovechar las calidades escénicas de Piedras Blancas; esperemos que las acciones que se acometan y el manejo de los flujos de visitantes, no degraden el patrimonio invaluable de su territorio.

Aspectos Arqueológicos Tal y como se mencionó en el estudio de Impacto Ambiental del Parque Regional Ecoturístico Arví, en su interior se ubica el Parque Piedras Blancas, el cual fue declarado Bien de Interés Cultural por parte del Ministerio de Cultura, según la Resolución 0797 de 1998, y que cuenta con una importancia arqueológica del Nivel 5, con importancia ecológica “Muy alta”. Con relación al tema del patrimonio cultural inmueble, el año anterior el Concejo de Medellín, en uso de sus atribuciones constitucionales y legales, y en especial de las conferidas por la Ley 388 de 1997, según lo dispuesto en la Ley 397 de 1997, la Ley 1185 del 2008, el Decreto Nacional 763 de 2009 y en el artículo 76 del Acuerdo Municipal 046 de 2006, aprobó según el Acuerdo 023 el Plan Especial de Protección del Patrimonio Cultural Inmueble del municipio de Medellín. Este acuerdo se convierte en un instrumento de planificación que desarrolla y ajusta y complementa las determinaciones del Plan de Ordenamiento Territorial en lo que respecta al Patrimonio Cultural Inmueble para todo el territorio municipal. Mediante el Plan Especial de Protección del Patrimonio Cultural Inmueble se pretende salvaguardar y preservar los bienes de interés cultural y se establecen las acciones necesarias para garantizar su protección y sostenibilidad en el tiempo y constituye norma de superior jerarquía, que hace parte del Plan de Ordenamiento Territorial, sin sustituir los Planes Especiales de Manejo y Protección que pueden ser elaborados si se requieren según lo dispuesto en la Ley 1185 de 2008 y su decreto reglamentario 763 de 2009. Los fundamentos conceptuales del Plan cuentan con una doble condición: Constituyen Bienes de Interés Cultural (por lo tanto deben ser protegidos para garantizar su legado a futuras generaciones) y son componentes importantes del sistema de espacio público municipal. Quien pretenda realizar una obra en inmuebles ubicados en el área de influencia o que sean colindantes con un bien inmueble declarado de interés cultural, deberá comunicarlo previamente a la autoridad que hubiera efectuado la respectiva declaratoria. De acuerdo con la naturaleza de las obras y el impacto que pueda tener en el bien inmueble de interés cultural, la autoridad correspondiente aprobará su realización o, si es el caso, podrá solicitar que las mismas se ajusten al Plan Especial de Manejo y Protección que hubiera sido aprobado para dicho inmueble, según lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 11° de la Ley 397 de 1997 modificado por el artículo 7° de la Ley 1185 de 200 8 y reglamentado por el Decreto 763 de 2009, por el cual se reglamenta parcialmente la ley 397 de 1997, modificada por medio de la Ley 1185 de 2008, en lo correspondiente al Patrimonio Cultural material. De conformidad con el artículo 6° de la Ley 397 de 1997 modificado por el artículo 3° de la Ley 1185 de 2008 y reglamentado parcialmente por el Decreto 763 de 2009, “el patrimonio arqueológico comprende aquellos vestigios de la actividad humana y aquellos restos orgánicos e inorgánicos que, mediante los métodos y técnicas propias de la arqueología y otras ciencias afines, permiten reconstruir y dar a conocer los orígenes y las trayectorias socioculturales pasadas y garantizan su conservación y restauración. Los sitios de interés patrimonial con hallazgos arqueológicos y evidencias antrópicas, en el municipio de Medellín, pueden ser áreas con restos o evidencias físicas visibles como caminos antiguos, aterrazamientos, campos circundados, zonas de vallados, zonas de

drenajes naturales, entre otros. En el municipio de Medellín sólo han sido valorados y declarados como patrimonio arqueológico por el Ministerio de Cultura, el cerro Volador y el Parque Ecológico de Piedras Blancas, ubicado éste en el Parque Regional Ecoturístico Arví. En el mismo Acuerdo 023 del 2009, además de la declaratoria de la parte alta de la cuenca de Piedras Blancas como patrimonio arqueológico, se cuenta con la Plaza de Mazo como área cívica de valor patrimonial; el embalse de Piedras Blancas, como infraestructura de valor patrimonial; el camino de La Cuesta (ramales norte y sur), como corredores de articulación de sistemas de bienes inmuebles de valor patrimonial; y, como espacios naturales rurales de valor patrimonial, el cerro Pan de Azúcar, que se ubica en la vereda Piedras Blancas, sector Matasano, el bosque de Piedras Blancas y la Laguna de Guarne.

Huellas del pasado Con base en el estudio denominado “Prospección arqueológica para el amoblamiento y adecuación de los núcleos el Tambo y Mazo en el Parque Regional Ecoturístico Arví” realizado la Corporación Arví, con la coordinación de la Antropóloga Helda Otero De Santos, para evaluar el potencial arqueológico y recuperar información relevante orientada a la formulación del Plan de Manejo Arqueológico, en cumplimiento de la legislación nacional sobre protección de Patrimonio Arqueológico (Ley 397 de 1997, Decreto 833 de 2002, Ley 1185 de 2008, y Manual de Procedimientos en Estudios de Impacto Ambiental del ICANH), entre otras, Se mencionan los apartes más importantes, sobre el resumen ejecutivo que dicho estudio arrojó. Los sitios conocidos como el sector del Tambo de Piedras Blancas la vereda Mazo y Mazo se localizan al oriente del Municipio de Medellín, en la peniplanicie de la parte alta de la Cordillera Central de los Andes Colombianos, conocida como Altiplano Santa Elena – Piedras Blancas. En ambos sitios se detectaron 26 unidades geomorfológicas que consisten en terrazas o áreas relativamente planas y en laderas de pendiente muy suave y prolongada, propicias para la ocupación humana. Es decir, áreas que por su topografía debieron favorecer el establecimiento de viviendas o de contextos domésticos y de cultivos. Estas unidades presentan distintos grados de alteración entre el 30 y el 80%, generada por procesos antrópicos (reforestación, remoción de suelos por la construcción de estructuras como canales, zanjas, muros y otras depresiones, y la construcción de las vías existentes y de viviendas ya desaparecidas), y por procesos naturales (erosión). En estas áreas se realizaron muestreos para la búsqueda de restos de ocupaciones de sociedades ya desaparecidas. En 17 de ellas, se hallaron materiales arqueológicos correspondientes a 15 yacimientos arqueológicos, y a dos hallazgos (vestigios hallados en superficies expuestas sin ninguna relación estratigráfica). Los vestigios consisten principalmente en un número considerable de fragmentos de vasijas cerámicas (4.100 ejemplares), en escasos artefactos líticos (18 ejemplares), y en partículas de carbón vegetal. También, en algunos yacimientos se hallaron materiales contemporáneos como teja, loza y vidrio entre otros. De los yacimientos identificados, 10 se encuentran en el sitio El Tambo y cinco en Mazo.

En ocho yacimientos arqueológicos, tres ubicados en El Tambo y cinco en Mazo, se identificó una secuencia de ocupaciones relacionada con sociedades agrícolas y sedentarias que también explotaron recursos minerales como la sal. En los contextos domésticos del Tambo y Mazo, se diferencian vasijas con hollines y ahumados, principalmente ollas subglobulares o globulares que debieron ser empleadas en la cocción de los alimentos. También, se diferencian cuencos y platos, junto con ollas decoradas que pudieron haber sido empleadas para servir o almacenar líquidos y sólidos. En los sitios El Tambo y Mazo, también se identificaron estructuras o modificaciones antrópicas en el paisaje que representan un espacio cultural construido en el desarrollo de acciones sociales con resultados visibles que constituyen la objetificación de la concepción sobre el espacio al interior del contexto cultural. Estas modificaciones consisten principalmente en zanjas y muros en tierra, que debieron constituir linderos de épocas recientes; canales de drenaje que sugieren un control y manejo de las aguas que podrían corresponder a varias temporalidades; tramos de caminos y senderos, entre estos una antigua ruta minera conocida como camino El Sango que comunicaba el Valle de Aburrá con el nordeste, y la vereda piedras Blancas con la quebrada La Mosca. En El Tambo se encuentran restos de una casa en tapia pertenecientes a un antiguo hotel conocido como La Cabuya, al cual llegaban los arrieros con sus cargas provenientes de varios Municipios del Oriente en su paso hacia Medellín, cuando aún no existían las carreteras. Depresiones en las terrazas o en sus inmediaciones que podrían corresponder con reservorios recientes, cargueros o acumulaciones de rocas en la vega de la quebrada Tiburcio , que en estudios anteriores, han sido relacionados con la explotación minera del inicio de la Colonia en el sitio de Chorro Clarín (Castro 1999), y con varias temporalidades de la Colonia y La República en Altos del Rosario (Obregón et al. 2003, 2004); una cárcava que podría corresponder con restos de minería (Ibid); y un vallado en piedra a escasos metros del camino El Sango, que por su ubicación, debió servir como mecanismo para el control de la erosión y protección de una microcuenca. El Plan de Manejo Arqueológico o Plan Especial de Protección (PMA), en El Tambo y Mazo, es un conjunto de normas científicas, técnicas y legislativas que conducen a proteger el patrimonio arqueológico, el cual es producto de las actividades de los grupos humanos que habitaron esos territorios en épocas pasadas, y permiten mitigar y compensar los efectos que originará la construcción de las obras sobre dicho patrimonio. Igualmente, en el PMA se establecen los niveles permitidos de intervención, las condiciones de manejo y los planes de divulgación.

PATRIMONIO CULTURAL La agrominería en el Parque Regional Arví Al observar las transformaciones del paisaje y la recuperación de la cobertura vegetal en la zona del altiplano oriental del Valle del Aburrá, es posible pensar que el desarrollo minero, fue fundamentalmente de pequeña escala. En efecto, el área sólo aparece en los registros mineros a partir del siglo XVII. Los primeros propietarios, muy probablemente, fueron pequeños grupos de mineros. La infraestructura física es muy sencilla, vale decir, los mineros, o tenían poco capital o muy bajo nivel tecnológico; de ahí que las inversiones

no apuntaran a la construcción de obras de infraestructura perennes; mas a la explotación del recurso que a su conservación. En las cuencas medias de las quebradas de la zona existe mayor concentración de sistemas agrícolas mixtos, desde orgánicos, poligonales orgánicos hasta prediación de pequeña y mediana área. El sector, ha pasado de sabanizado a reforestado y algunos muros han sido corregidos con el paso del tiempo. Los mineros al parecer, fueron, básicamente, mestizos y mulatos. Los mazamorreros del siglo XVII, quienes se despliegan por toda la zona, muy probablemente, destruyen las obras anteriores en su búsqueda desordenada de fuentes auríferas; son ellos quienes desplazan a la minería de cuadrilla, que tenía alguna presencia en la zona de Piedras Blancas, desde fines del siglo XVI. Sólo en 1870, se inicia una etapa de tecnificación de la minería, con la introducción de bombas de agua, movidas manualmente o con energía hidráulica, molino de pisones, monitor hidráulico y draga flotante.

La explotación de salados en el Parque Regional Arví Aunque la minería de la sal fue practicada en menor escala en la zona de Piedras Blancas, en general estuvo articulada a la explotación de oro. Al respecto, se cuenta con datos sobre la explotación de sal, desde el siglo III al V de.C, merced a las investigaciones arqueológicas realizadas en la zona por diversos autores. Al parecer, algunos poblados se dedicaban a la explotación de las fuentes salinas, con poblaciones agrupadas en los alrededores, las cuales participaban en los procesos de concentración, explotación, transporte e intercambio. Se afirma, así mismo, que las salinas del altiplano de Rionegro, del Valle del Aburrá y el Occidente antioqueño constituyeron una fuente importante para el asentamiento de poblaciones y la explotación intensiva del recurso sal. Sin embargo, a partir de la presente investigación, es posible afirmar que no existe suficiente información arqueológica sobre el proceso de explotación y beneficio de las fuentes de agua salada en épocas anteriores al siglo XVI, para la zona de estudio. Concretamente, en el territorio del Parque Arví, los salados de Mazo, así como el salado El Temprano o de Pozo Real, presentan áreas relativamente amplias sobre la planicie aluvial, que probablemente permitieron la implantación de pozas excavadas en el suelo, a las cuales pudo ser posible conducir el agua salada, mediante la implementación de canales en tierra o piedra, con un flujo controlado con diques y/o compuertas. Cabe destacar que en caso específico de Los salados de Mazo, la explotación del recurso incluyó, tanto las fuentes actualmente existentes, otras dos fuentes, que según la tradición oral han desaparecido y otra de forma circular destruida por la apertura y construcción del carreteable que comunica a Mazo con El alto del Oro y El Rosario. Los salados de la planicie aluvial se comunicaban a través de una red de senderos, tanto con el basural de cerámica prehispánica, como entre los sitios de explotación.

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