INFORME DE FEMINICIDIOS EN JALISCO

INFORME DE FEMINICIDIOS EN JALISCO 1997-2009 1 ANTECEDENTES En México, la violencia contra las mujeres es un asunto cotidiano, cuya expresión más dra

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INFORME DE FEMINICIDIOS EN JALISCO 1997-2009 1

ANTECEDENTES En México, la violencia contra las mujeres es un asunto cotidiano, cuya expresión más dramática es el asesinato de mujeres.

Según la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh, 2006) 67 de cada 100 mujeres de quince años y más han padecido algún incidente de violencia, ya sea en su relación de pareja o en los espacios comunitario, laboral, familiar o escolar.

Según la encuesta, aunque la violencia contra las mujeres se vive sobre todo en el ámbito doméstico o familiar, también tiene lugar en la escuela, el trabajo, la calle y otros sitios públicos. Según el INEGI (2008), la violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero, declarada por 43.2% de las mujeres; le sigue la violencia en la comunidad, padecida por 39.7 de las mujeres; la que surge en el trabajo representa 29.9 de las mujeres asalariadas; la familiar 15.9; y la escolar 15.6. Jalisco alcanzó una significancia en el orden nacional en el grado de violencia que se ejerce contra las mujeres. La violencia que viven las mujeres jaliscienses, ya sea de pareja, comunitaria, laboral, familiar o escolar, alcanza 78.5% entre las mujeres de quince años y más, por encima del promedio nacional, que es de 67%. La violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero, declarada por 52.8% de las mujeres; Le sigue la violencia en la comunidad, padecida por 48.4% de las mujeres; la violencia en el trabajo representa 36.1% de las mujeres asalariadas; la familiar, 22.7; y la escolar, 20.7. 1

Investigación realizada por María Guadalupe Ramos Ponce, para la obtención del grado doctoral con la tesis Análisis Georreferencial del Feminicidio en Jalisco, México. Un estudio de los homicidios de mujeres en el Estado de Jalisco 1997-2007.

FEMINICIDO EN MÈXICO

Los casos de mujeres asesinadas y desaparecidas durante más de una década en Ciudad Juárez, Chihuahua, y la impunidad en la que estos crímenes han permanecido, hacen visible a partir de 1993 el feminicidio en México. Hoy en día, esta realidad ya no sólo se circunscribe a esa ciudad fronteriza. La impunidad y la permisividad gubernamental como expresión de la violencia institucional, posibilitan los asesinatos contra mujeres en todo el país. Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), acaba de emitir sentencia –la cual no es pública aún– que posiblemente condenará al Estado mexicano por el feminicidio de tres mujeres (de ocho) encontradas asesinadas en un campo algodonero en Ciudad Juárez.

Esta demanda fue impulsada en la CIDH por El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem), por la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (Anad), y por las organizaciones representantes de las víctimas “Red Ciudadana de No Violencia y por la Dignidad Humana” y “Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer A. C”.

Esta resolución será al primer caso sobre feminicidio que se investiga ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en el que desde su demanda plantean violaciones a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Por ello, la sentencia tendrá un impacto importante no sólo en los casos a investigación y en Ciudad Juárez, sino en el país y la región americana, pues sentará el primer antecedente de interpretación sobre esta forma extrema de violencia contra las mujeres.

INVESTIGACIÒN DIAGNÒSTICA DEL FEMINICIDIO EN JALISCO 19972009 Investigación retrospectiva sobre el feminicidio en Jalisco a partir de los homicidios dolosos de mujeres de 1997-2007. Objetivos Generales Crear una base de datos georreferencial sobre el feminicidio en Jalisco de 1997 a 2007. Establecer un diagnóstico del feminicidio en el Estado de Jalisco.

Objetivos Específicos Conocer el número de mujeres asesinadas en los últimos once años en Jalisco por grupos de edad; tipo de feminicidio; supuestos motivos de comisión; relación víctimavictimario; localización del cuerpo de la víctima y actos violentos en los cuerpos de las víctimas. Identificar, por medio de mapas cartográficos, las zonas de ocurrencia del feminicidio en Jalisco. Obtener la correlación entre marginalidad de los municipios de Jalisco y el feminicidio.

DISEÑO METODOLÓGICO Las personas participantes en el estudio. Las mujeres asesinadas de 1997-2007. Ubicación territorial: En el Estado de Jalisco, México. Fuentes hemerogràficas: los periódicos locales El Occidental y Mural. Fuentes oficiales: Servicio Médico Forense (Semefo) de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco a partir del año 2004.

Base de datos (SIGFEM). Se utilizó el cuestionario que contiene el SIGFEM elaborado en un ambiente georreferenciado, desarrollado por el Colegio de la Frontera Norte. Fueron incorporadas en el formato Excell-Microsoft y se utilizó el SIG (Sistema de Información Geográfica) y el programa Arc View en su versión 8.2 para la generación de mapas que muestran las zonas de mayor incidencia del feminicidio.

RESULTADOS Las características socio demográficas obtenidas son las siguientes: Ocurrieron 581 asesinatos de 1997-2009; un promedio de 44 casos por año, con un máximo de 57 en 2006 y 2008 (11.8%) y un mínimo de 32 en 2001 (6.67%). (Ciudad Juárez 442 de 1993 a 2005, promedio 34 por año).

EDAD El grupo de edad en el que se presenta el mayor número de feminicidios es el de veintiuno a treinta años con 26.3%, seguido del grupo de treinta y uno a cuarenta años con 17.5%.

Lo que equivale en su conjunto a 43.8% del total. Lo anterior significa que en Jalisco las mujeres jóvenes de entre veintiuno y cuarenta años se encuentran en riesgo y vulnerabilidad de asesinato, tomando en cuenta, además, que la edad media de la mujer jalisciense es de veinticinco años. En el orden nacional, los datos de esta investigación son totalmente coincidentes, al reportar el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (2008b) el grupo de mayor incidencia de veintiuno a cuarenta años de edad. Estos resultados coinciden también con lo arrojado en otros estudios en América Latina (Carcedo y Sagot, 2000; Pola Z., 2002; Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 2005; Amnistía Internacional, 2005b; Barcaglione et al., 2005). Esto significa que existe un mayor riesgo en mujeres en edad reproductiva. ESTADO CIVIL DE LAS VÍCTIMAS DEL FEMINICIDIO El estado civil de las mujeres asesinadas se desconoce en 38.8%; sin embargo, el porcentaje mayor de las conocidas es de 26.5% en mujeres solteras y de las casadas con 24.2%. El porcentaje mayor lo tienen las solteras, con 127 casos (26.5%); le siguen las casadas, con 116 (24.2%). Estos resultados son muy significativos, porque nos indican que la violencia contra las mujeres se sustenta en una violencia de género y misógina, cuya base es la propia estructura social. Por eso, no distingue el estado civil, es decir, el mismo riesgo tienen de ser asesinadas las mujeres solteras que las casadas.

OCUPACIÒN La ocupación de las víctimas de feminicidio es, en su mayoría, “amas de casa”, con 10%, seguidas de las empleadas, con 9%; 26% de ellas no terminaron la primaria. La ocupación mayoritaria de las víctimas de ese año en adelante es la registrada como “ama de casa” con 10%, seguida de empleada con 9%. Esta situación pudiera ser explicada al considerar, por ejemplo, una dependencia económica de las mujeres asesinadas, o bien, el no reconocimiento del trabajo doméstico que ellas desempeñaban. Si a esto le agregamos lo señalado en el cuadro 28 respecto de la escolaridad, encontramos que el mayor número de las víctimas tenían estudios de primaria incompleta, es decir, son mujeres con poca preparación académica y dependientes

económicamente al realizar un trabajo no remunerado como lo es ser “ama de casa”. Tales situaciones nos indican entonces grados de vulnerabilidad y riesgo para las mujeres jaliscienses.

ESCOLARIDAD La mayoría de las víctimas en Jalisco tiene estudios de primaria incompletos, presenta una prevalencia ligeramente más elevada en las que no cursaron la primaria completa 26%, o la concluyeron 18%. Esta información es relevante, porque nos indica que una mayor incidencia del feminicidio se da entre mujeres cuya preparación académica es deficiente y, por lo tanto, cuentan con menos elementos de análisis para advertir las situaciones de riesgo y violencia en su vida. TIPOLOGÌAS DEL FEMINICIDIO Destacan el feminicidio familiar íntimo, con 135 casos, y el sexual sistémico desorganizado, casos.

con

134,

lo

que

equivale

a

28%

en

los

dos

El feminicidio familiar íntimo ocurre cuando la privación de la vida de una mujer es cometida por un hombre en la relación familiar, de pareja o ex pareja, íntima, o afines a éstas. En otras investigaciones los han denominado solamente como feminicidio íntimo. Siguiendo a Carcedo y Sagot (2002), “este tipo de asesinatos no se trata de un crimen pasional, sino de un crimen de poder. ‘Si no eres mía no serás de nadie’. La muerte de mujeres a manos de sus esposos, amantes, padres, novios, pretendientes, conocidos o desconocidos no es el producto de casos inexplicables de conducta desviada o patológica; es el resultado de un sistema estructural de opresión. Estos planteamientos teóricos explican la alta incidencia del feminicidio familiar íntimo en Jalisco, cuando se correlaciona con la información oficial (INEGI), respecto de la situación de violencia que viven las mujeres en el estado. La misma estructura social genera hombres agresores y mujeres maltratadas. Jalisco ocupa el primer lugar a escala nacional en violencia que viven las mujeres, que alcanza 78.5% entre las que tienen quince años y más, por encima del promedio nacional, que es de 67%. La violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero, declarada por 52.8% de las mujeres. La violencia contra las mujeres constituye el contexto en donde suceden los feminicidios en Jalisco; así lo demuestra el hecho de que este estado ocupa el primer lugar en el país en violencia de pareja. La estadística acerca de los maltratos refleja que vivimos en una sociedad desigual que discrimina a la mujer y en la que no se respetan sus derechos. No se trata de conductas inofensivas o actos de escasas consecuencias, sino de acciones u omisiones que las dañan en aspectos fundamentales como sus derechos y sus oportunidades. Estos resultados son coincidentes con investigaciones realizadas en otros países sobre el tema, en el sentido de que las violencias más grandes se dan en el ámbito de la pareja, en donde los compañeros y los hombres de la familia representan el riesgo mayor para las mujeres (Pola, 2002; Carcedo y Sagot, 2000). La otra tipología con mayor incidencia es el feminicidio sexual sistémico, con 134 casos (28%). Estos resultados concuerdan con lo reportado en nuestro país (Monárrez,

2008; Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, 2008a) y en Guatemala (IIDH, 2006a; Amnistía Internacional, 2005b). En esta clase de feminicidio se advierte una forma similar que apunta a un patrón sistemático en la manera en que son exterminadas las mujeres. Como se analizó en la revisión teórica, la tortura y la disposición del cuerpo son parte de una sexualización y erotización del crimen. Estos asesinatos de ninguna manera carecen de motivación, ya que el secuestro, la violación, la tortura, la mutilación y el exterminio de las mujeres hablan de un “asesinato sexual” contra ellas (Caputi, 1987). Los cadáveres de estas mujeres depositados en serie, como en Ciudad Juárez, o individualmente en la vía pública o lugares solitarios, como en Jalisco, son la prueba irrefutable de que hay una forma sistemática de asesinarlas. El feminicidio en cualquiera de sus tipos, y en particular en el sexual sistémico, constituye la forma más grave del ejercicio de poder machista sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres; la víctima se convierte en un objeto sexual para los victimarios (Cameron y Frazer, 1987). Lo encontrado en esta investigación refuerza lo ya apuntado acerca del crimen sexual sistémico, es especial de Ciudad Juárez, ya que los cuerpos asesinados de estas mujeres, en su mayoría, aparecieron en la vía pública, arrojados en basureros, carreteras, zonas despobladas o rurales, y todas, invariablemente, con múltiples huellas de violencia física extrema en sus cuerpos, así como de abuso y violación sexual. Siguiendo a Monárrez (2008), los asesinos, por medio de estos actos crueles, fortalecen las relaciones sociales inequitativas de género que distinguen los sexos: otredad, diferencia y desigualdad.

Los porcentajes que alcanzan las otras tipologías son: feminicidio por robo 10 %; feminicidio por venganza 7 %; feminicidio familiar íntimo infantil 6%; feminicidio íntimo 4%; feminicidio relacionado con el narcotráfico 4%;

feminicidio por

ocupación estigmatizada 2%; feminicidio infantil 1%; feminicidio circunstancial 0%; feminicidio por violencia juvenil 0%; feminicidio por orientación sexual 0%. De éstos habría que resaltar el feminicidio por robo; es importante el hallazgo en este feminicidio de la edad de las mujeres asesinadas por robarlas, ya que al correlacionar su edad con esta tipología, la incidencia se eleva en mujeres cuya edad media es de 58.19

años, lo que habla de la vulnerabilidad en que se encuentran las adultas mayores en nuestra entidad. Este dato es coincidente con lo reportado por Monárrez (2008), quien señala que 50% de las víctimas que fueron asesinadas en Ciudad Juárez por robarlas, tenían más de cincuenta años, incluyendo una mujer de ochenta años. En esta investigación la de mayor edad tenía noventa y dos años. Esta vulnerabilidad tiene que ver con la situación de las mujeres en una edad adulta a partir de los cincuenta años. La esperanza de vida de las mujeres es, en promedio, cinco años mayor que la de los hombres, por lo que se encuentran solas, sin protección social ni estatal a su persona y condiciones de vida; esto las coloca en situación de riesgo, al ser susceptibles de ser atacadas para despojarlas de su patrimonio y bienes. En los casos encontrados en esta investigación, los asesinos dispusieron no sólo de su patrimonio, sino también de sus cuerpos y sus vidas, ya que en muchos casos sus cuerpos fueron encontrados con evidentes muestras de violencia física extrema (amordazadas y golpeadas).

El feminicidio por venganza, que Carcedo y Sagot (2001) llaman femicidio por conexión, representa 7%; existen diversas maneras en que los varones utilizan a las mujeres como objeto de su venganza. En uno de los casos, el ex marido, ante la negativa de la mujer de regresar con él, decidió vengarse de la mujer asesinando a sus dos menores hijas y después intentó suicidarse, sin lograrlo. En otro más, ya reseñado, la mujer decide abandonar al marido y él le dispara primero a los dos menores hijos, a la mujer, a su suegra y a la hija mayor embarazada, y después se suicida. Hay otro caso más en el que un hombre asesina a la mujer y a la hija en un hotel y después acude a su domicilio a asesinar a su hijo y luego quitarse la vida él. En todos estos casos, la venganza es el objeto fundamental del crimen y, en lo investigado, la mujer podía ser el objeto directo o indirecto de esta venganza, es decir, los varones eran quienes tenían problemas y asesinaron a la mujer en venganza de esos problemas. En otros casos, la venganza es directa contra ellas; identifique dos formas de ejercerla: matándolas a ellas directamente, o asesinando a los hijos menores para vengarse de la mujer. En esta investigación hago una distinción en el feminicidio íntimo respecto a otros estudios que lo clasifican como el que resulta de la relación de pareja, el cual clasifico

como feminicidio familiar íntimo. El feminicidio íntimo lo catalogo en los casos en que la víctima tenía o tuvo una relación íntima, de convivencia, de intimidad o noviazgo, amistad, compañerismo o relaciones laborales, de vecindad, ocasional, circunstancial o afines a éstas; es decir, existía un conocimiento previo de la víctima y victimario; por lo tanto, pudiese existir un posición de ventaja para quien conoce a su víctima. Los casos encontrados en esta investigación son, en su mayoría, de vecinos, amigos o incluso varones con quienes las mujeres tuvieron una relación laboral, ya sea que los victimarios fueron sus empleadores, o bien ellos eran sus empleados. Por otra parte, se propone una subdivisión en el feminicidio familiar íntimo que denomino infantil, para distinguirla del feminicidio infantil. La distinción entre feminicidio familiar íntimo infantil (6%) y feminicidio infantil (1%) obedece a la necesidad de diferenciar entre el asesinato de niñas cometido en el ámbito familiar, y el que ocurre por desconocidos. El primero se da, generalmente, en el espacio de violencia entre los miembros de la familia; las “razones” más expresadas son: “porque no dejaba de llorar”, “porque se portaba mal” o, al ser hija únicamente de la madre, el padrastro arremetía a golpes contra la menor. En el feminicidio infantil, la causa frecuente es el abuso y ataque sexual de las menores. En los dos casos se demuestra el grado de vulnerabilidad en que se encuentran las niñas tanto en el ámbito familiar como en el público. En relación con el feminicidio por ocupaciones estigmatizantes, las mujeres son asesinadas por la ocupación o el trabajo que desempeñan, por ejemplo en bares y centros nocturnos. Las bailarinas, las meseras y las trabajadoras sexuales son agredidas porque son mujeres, y lo que las hace aún más vulnerables es su ocupación desautorizada. Como lo señala Russo (2001), ellas son una desviación de la normativa “femenina”; son mujeres “malas”, que ocupan los espacios proscritos. Estos casos suman once asesinatos (2% del total). En uno de ellos, la mujer es asesinada porque, al requerir la paga de su trabajo, el hombre se niega a hacerlo alegando impotencia sexual y culpando a la mujer del hecho. En otro caso, ante la negativa de alternar con un cliente, el sujeto decide asesinar a una mesera. Daly (1985) señala que la trabajadora sexual se ha considerado una “víctima profesional” estigmatizada y blanco de las definiciones imposibles e irreales de “las mujeres buenas” y aquellas que son percibidas como esencialmente “mujeres malas”,

que pueden ser victimadas y asesinadas. En este sentido, hay sentimientos de ambivalencia que se tejen en torno a las relaciones de género en estos encuentros entre estas mujeres y los clientes que solicitan sus servicios (Monárrez, 2008). En la presente investigación, la mayoría de estas mujeres fueron asesinadas en un contexto social de trabajo desautorizado y de menosprecio a sus personas, al quitarles la vida cuando ellas se negaron atender de manera personal a algún cliente o a prestar sus servicios sexuales, lo que motivó el enojo de sus victimarios. En un sistema patriarcal en el que los varones son quienes toman las decisiones, resultó inconcebible para éstos que una mujer bailarina, mesera o trabajadora sexual determinara sobre su cuerpo y su vida, por encima de la resolución de ellos de disponer libremente de ellas y sus cuerpos. Finalmente, ante el incremento de la actividad delictiva organizada en la entidad, el feminicido por actividades relacionadas con el narcotráfico alcanza

4%, en el que

las mujeres son asesinadas por su participación directa en dichas actividades delictivas, o bien, porque de manera indirecta, a través del esposo o familiares, se vieron involucradas.

SUPUESTOS MOTIVOS Los supuestos motivos de mayor incidencia para la comisión del feminicidio son la violencia misógina, con 105 casos, y la violencia de pareja, con 75 casos, que equivalen a 22% y 16%, respectivamente. SUPUESTOS MOTIVOS

TOTAL

%

Violencia misógina

105

22

Violencia de pareja (casados, concubinos, o ex)

75

16

Abuso sexual, violación

57

12

Robo

45

9

Venganza

31

6

La mujer quiere terminar la relación, separarse o divorciarse

22

5

Supuesta infidelidad

17

4

Disputas familiares

16

3

Violencia en el noviazgo o ex novio

12

3



En relación con lo reportado en otros estudios acerca de la violencia misógina, encontré que ésta no ha sido suficientemente explorada y analizada; sólo el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, Monárrez, el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y Amnistía Internacional han aportado en este tema. La alta incidencia de este tipo de violencia tiene su origen en el carácter patriarcal de la sociedad y en la desigualdad en que vive la mujer en México, y en particular en Jalisco, estado en donde se ejerce más violencia contra las mujeres, según lo revelan las estadísticas. Aunado a ello, esta violencia se encuentra presente en los diferentes tipos de feminicidio, en especial en los más recurrentes: feminicidio familiar íntimo y feminicidio sexual sistémico. En cuanto a los otros tipos de violencia con mayor incidencia, Carcedo y Sagot señalan como factor de riesgo “el control” que tradicionalmente ejercen los hombres sobre las mujeres, es decir, “el feminicidio se produce como la consecuencia última de un intento explícito del agresor por controlar a la mujer, su cuerpo y/o sus actuaciones” (2000: 54). Esto sustenta un hallazgo importante en esta investigación, al encontrar que gran parte de los feminicidas familiares íntimos son hombres que cometieron el asesinato cuando sus parejas, esposas o ex esposas les comunicaron su intención de la separación o divorcio; o bien, cuando ellas decidieron abandonar el hogar, es decir, cuando la mujer quiere terminar la relación, separarse o divorciarse, que en este caso equivale a 5%, con 22 casos;

si a esto sumamos los 17 casos en los que se acusa de una supuesta

infidelidad, la violencia de pareja con 75 casos y la violencia en el noviazgo con 12 casos, el porcentaje se eleva a 28% . En toda la clasificación de supuestos motivos subyacen diferentes formas de control que el hombre ejerce o pretende ejercer sobre las niñas y mujeres y sus cuerpos: cuando las matan argumentando celos o supuestas infidelidades; cuando, siendo novias o ex novias, se rehúsan a mantener relaciones sexuales; u hombres desconocidos que las asesinan

después de haberlas violado o abusado sexualmente de ellas. Estos hombres se consideran con el derecho de controlar el cuerpo de una mujer sólo porque es mujer y la atacan sexualmente y disponen incluso de su vida. Wilson y Daly (1992) citan “la apropiación masculina” como la causa o el motivo predominante en el asesinato de mujeres a través de las diferentes culturas y épocas. Los hombres que asesinan tienen la tendencia a visualizar y pensar en las mujeres como parte de la adquisición de derechos masculinos sobre la sexualidad y la capacidad reproductiva de las mujeres. Si la pareja descubre o sospecha que la mujer le ha sido infiel, esto se toma como una provocación extrema, por la cual un hombre se considera con todos los derechos para responder con la violencia mortal, independientemente de que haya o no haya pruebas que sustenten la desconfianza. En la separación o al dar por terminada la relación por parte de la mujer, el esposo u otro consideran el despido, la deserción, la huida, o el término de la relación por parte de la mujer como violaciones a sus derechos de propiedad. De acuerdo con Monárrez (2008), los hombres no dejan ir fácilmente a las mujeres. Ellos buscan a las que los han dejado para implorarles, amenazarlas y también para matarlas. En la presente investigación, por lo menos se reseña un caso en el que ocurre la necrofilia, y el esposo manda matar a la joven esposa embarazada por sospechar que el hijo no es de él; contrata a tres jóvenes para que la maten en su presencia, e incluso la violan después de muerta. Los atacantes actuaron en un claro intento de afirmar su autoridad y dominio, además del ejercicio de control del marido sobre su esposa, al sospechar de una supuesta infidelidad que es vista como amenazante a la soberanía masculina y genera una crisis de las representaciones tradicionales sobre lo masculino y lo femenino, que se han ido sedimentando en nuestra cultura mediante estructuras simbólicas profundas. Los feminicidios, como quedó apuntado, se inscriben en un clima de violencia y discriminación, contextos sociales que se niegan a ceder espacios de poder y decisión a las mujeres. En este sentido, de la información obtenida en los dos diarios de referencia, en ambos se encontraron titulares y notas periodísticas en los que se dan “razones” para justificar el homicidio, como los celos, la infidelidad, o el “homicidio pasional”; buscan en la conducta de las mujeres “razones” que justifiquen los asesinatos. Existe una sutil

culpabilidad de las mujeres asesinadas, cuando las noticias las reportan como parte de la violencia doméstica, de las riñas, o de los problemas sentimentales (Campbell, 1998). Otras investigaciones revelan que las muertes se dieron en conexión con alguna de las formas de control inmediato. Las más frecuentes ocurrieron cuando las mujeres se separaron de ellos o intentaron hacerlo, lo que indica que al encontrarse cerca de la separación, el hombre no lo permite y prefiere asesinarla antes de que ella pueda iniciar una vida autónoma e independiente (Carcedo y Sagot, 2000;

Pola, 2002;

DEMUS, 2007; Rubín y Maciel, 2005). En relación con otros supuestos motivos de mayor incidencia para asesinar a las mujeres, encontramos el robo; como mencionamos, el hallazgo importante fue que 9% de éstos ocurrieron en mujeres cuyo promedio de edad era cincuenta y ocho años, lo que indica su grado de vulnerabilidad cuando los hombres disponen de su vida y su cuerpo para apoderarse de sus pertenencias. En cuanto al supuesto motivo que subyace en la violencia intrafamiliar infantil, el porcentaje alcanza 5%, lo que revela la vulnerabilidad en los extremos de la vida de las mujeres.

RELACIÓN VÍCTIMA-VICTIMARIO

En 173 casos (36%) no existe evidencia de algún tipo de relación entre la víctima y el victimario; ésta es una de las características del feminicidio sexual sistémico, cometido por desconocidos, ya que, en su mayoría, los casos registrados son de mujeres cuyos cuerpos aparecieron abandonados sin que pudiese realizarse registro alguno del o los responsables. Por otra parte, en 65 casos (14%) es el propio esposo el victimario. Si a este último sumamos al concubino, la pareja sentimental, la ex pareja sentimental, el novio, ex novio y amantes, nos da un total de 28%. Estos datos son relevantes cuando se relacionan con lo reportado por el INEGI, en el sentido de que Jalisco alcanzó una significancia a escala nacional en el grado de violencia ejercida contra las mujeres. La violencia que viven las mujeres jaliscienses, ya sea de pareja, comunitaria, laboral, familiar o escolar, alcanza 78.5% entre las mujeres

de quince años y más, por encima del promedio nacional, que es de 67%. La violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero, declarada por 52.8% de las mujeres. Estos resultados son coincidentes también con lo reportado por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (2008a) y por investigaciones de otros países (Carcedo y Sagot, 2000; Pola Z., 2002; Barcaglione et al. 2005). Es importante resaltar que en trece casos el victimario se suicidó después del crimen y en seis hubo intento de suicidio. Todos los casos correspondieron al feminicidio familiar íntimo, es decir, el esposo, pareja, concubino, entre otros, quien cometió el asesinato y después se suicidó o intentó hacerlo. En los casos en los que él se suicidó también la impunidad es mayor, al no existir culpable que perseguir; los asuntos judiciales se archivaron sin que existiera una responsabilidad estatal en los hechos de violencia, tanto por no haber atendido a tiempo las llamadas de auxilio de las víctimas como por las acciones que se debieron tomar en relación con las y los menores sobrevivientes.

LOCALIZACIÓN DEL CUERPO DE LA VÍCTIMA DE FEMINICIDIO En 260 casos el cuerpo de la víctima fue encontrado en casa-habitación (54%); en 67, en la vía pública (14%); y en 59, en zona despoblada o rural (12%).

En el feminicidio sexual sistémico, los cuerpos de las mujeres asesinadas son dejados en fincas abandonadas, arrojados en la vía pública, baldíos, zonas rurales o despobladas y carreteras o basureros (38 %). Si a estos le sumamos 8% de los casos que se encuentran sin especificar, la cifra se eleva a 46%. Estos datos coinciden con lo reportado por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, que señala que en 42% de los homicidios de mujeres y niñas documentados en su estudio, los cuerpos se localizan en la vía pública, lugares públicos, tiraderos de basura y baldíos. Son significativos los espacios donde son dejados los cuerpos, ya que generalmente se trata de escenarios transgresores en donde se revictimiza a las mujeres (Segato, 2004, 2006). Por otra parte, en el feminicidio familiar íntimo, la mayoría de los asesinatos ocurren en el propio domicilio de la víctima (54%), es decir, en un espacio que es considerado tradicionalmente como seguro para la vida de las personas, en especial las mujeres. Sin embargo, es justo en este ámbito donde la mujer no sólo se encuentra insegura, sino que constituye un alto riesgo para su vida por desencadenarse en él situaciones graves de violencia. Estos datos se confirman con lo encontrado, por ejemplo, por el Observatorio Ciudadano, que revela que en 34.9% de los casos el cuerpo de la víctima es hallado en la casa-habitación. Esto coincide también con lo reportado por Carcedo y Sagot (2000), Pola (2002) y DEMUS (2007), que refieren que el lugar en donde con mayor frecuencia ocurren este tipo de asesinatos es la casa de la propia mujer o cerca de ella.

ACTOS VIOLENTOS EN EL CUERPO DE LA VÍCTIMA Algunas de las víctimas tenían más de una huella de violencia; en esta investigación encontré que en 176 casos las mujeres fueron golpeadas (26.2%) y en 169 (25.2%), privadas de la vida con armas de fuego; en 50 casos fueron violadas (7.5%); en 15 los cuerpos fueron hallados desnudos (2.2%), y en 18, fueron quemados o calcinados. (2.7%)

ACTOS VIOLENTOS

TOTAL

%

1

Golpeada

176

26.2

2

Arma de fuego

169

25.2

3

Acuchillada

85

12.7

4

Estrangulada

74

11.0

5

Violada

50

7.5

6

Cuerpo en descomposición

21

3.1

7

Calcinada, incinerada

18

2.7

8

Desnuda

15

2.2



Resulta interesante correlacionar los dos tipos de feminicidio con mayor incidencia en Jalisco y los actos violentos ejecutados en los cuerpos de las víctimas de feminicidio. Encontramos que en el feminicidio familiar íntimo 54 mujeres fueron ejecutadas con arma de fuego, es decir, existe una alta incidencia en la utilización de armas de fuego por la pareja, esposo o ex pareja. Esto nos habla de una intencionalidad en el asesinato, es decir, estaban preparados para asesinar a la mujer. En 46 casos se utilizaron las propias manos, es decir, fueron asesinadas a golpes, asfixiadas, entre otros actos, y con armas blancas (cuchillos, machetes) en 22 casos. Los resultados reportados por Carcedo y Sagot (2000) indican que las armas más usadas se encuentran al interior de cualquier casa: cuchillos de cocina, machetes, tijeras y otro tipo de armas blancas.

Las armas blancas, el estrangulamiento y los golpes son los métodos más empleados; implican contacto físico, ataques repetidos o prolongados y, a menudo, el uso de mucha fuerza, lo que excluye las posibilidades de muerte por accidente; lo contrario ocurre con las armas de fuego: un solo disparo puede ocasionar la muerte de una persona sin haberla tocado. En la presente investigación, en los casos encontrados la utilización del arma de fuego implicó más de un disparo en la mayoría de las ocasiones. El ensañamiento es una de las características de feminicidio, tanto del íntimo como del no íntimo. El resultado de esta investigación en Jalisco muestra a mujeres que fueron asesinadas de múltiples puñaladas, numerosos disparos de arma, golpizas brutales y que después fueron quemadas, enmaletadas, asfixiadas o mutiladas. Es el caso del feminicidio sexual sistémico, en el que la utilización del arma de fuego se dio en 26 casos; el resto fueron asesinadas de golpes diversos en sus cuerpos; presentaban múltiples fracturas, atadas, calcinadas, con mordidas en pezón o zonas púbicas. Varios de los cuerpos fueron encontrados desnudos o semidesnudos, uno de ellos con un palo de aproximadamente medio metro incrustado en el ano; otro con una diadema para el pelo incrustada en la vagina; una de ellas quemada viva, con mutilaciones y huellas de tortura. Además, se encontraron 22 cuerpos con varios días de evolución cadavérica, o bien como osamentas, enterradas o semienterradas, lo que habla del grado de violencia ejercido. Los resultados de esta investigación son coincidentes con lo reportado por Monárrez (2008) en Ciudad Juárez, en los casos del feminicidio sexual sistémico organizado. Aunque en nuestro estudio no podríamos hablar del crimen organizado para la realización de estos crímenes, sí podríamos hablar de una sistematización de éste, es decir, existe entre los varones un desprecio por el cuerpo de las mujeres que se materializa en la violencia misógina ejercida contra de ellas, no sólo por el tipo de actos violentos en sus cuerpos, sino también por el lugar en que los depositan, escenarios transgresores que significan posvictimización al mostrar sus cuerpos desnudos y arrojados en basureros, vía pública y zonas rurales o despobladas.

FEMINICIDIO EN LOS MUNICIPIOS DE JALISCO Si bien existen variaciones por año en algunos municipios, la constante de referencia es la zona metropolitana y conurbada de Guadalajara, que aparece con una mayor incidencia, y la inclusión, en los últimos años, de Tlajomulco de Zúñiga como uno de los municipios de mayor crecimiento urbano y que presenta también significancia en el número de feminicidos. Los municipios con mayor incidencia en el estado, después de la zona metropolitana (Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga y El Salto), son: 

Región norte: Mezquitic, con alta prevalencia de población indígena.



Región sur: Zapotlán el Grande y Zapotiltic.



Región costa norte: Puerto Vallarta.



Sierra de Amula: Tecolotlán.



Región Valles: Ameca y Tequila.



Región costa sur: Cuautitlán de García Barragán, Autlán y El Grullo.



Sierra occidental: Atenguillo.



Región Altos norte: Lagos de Moreno.



Región Altos sur: Tepatitlán de Morelos y Arandas.



Región Ciénega: Ocotlán, Chapala, Atotonilco y Jocotepec.

Feminicidio en Jalisco (1997-2007)

Zapopan

Guadalajara

Tonalá N W

Tlaquepaque Tlajomulco de Zúñiga

E S

Feminicidios (%) 0% - 0.4% 0.4% - 2.1% 2.1% - 7% 7% - 17.9% 17.9% - 28.6%

Análisis de la regresión entre la cantidad de feminicidios y grado de marginación de los municipios en Jalisco Los resultados de la regresión entre la cantidad de feminicidios y el grado de marginación de los municipios en Jalisco, indican que no existe una correlación alta entre ambas variables; por lo tanto, el nivel de feminicidios en los municipios no se puede explicar por su nivel de marginación. Los cálculos los realicé considerando como año base 2005, a fin de homologar el tiempo. Variable X 1 Curva de regresión ajustada 14 12 10 8 Y

4

Pronóstico para Y

Y

6

2

4.00000 2.00000

0 ---2

2.0000 4.0000 0 0

-4 Variable X 1

Estadísticas de la regresión Coeficiente de correlación múltiple

0.31520113

Coeficiente de determinación R^2

0.09935175

R^2 ajustado Error típico Observaciones

0.09196939 1.2948704 124

Regresión entre las variables de población y feminicidios

Los resultados de la regresión entre las variables de población y feminicidios, tomando como base el año 2005, indican que sí existe una correlación entre ambas variables, al presentarse un número mayor de feminicidios en el área conurbada de Guadalajara, que aglutina un mayor número de población.

Variable X 1 Curva de regresión ajustada 14 12 10

Y

8 Y

6

Pronóstico para Y

4 2 0 -2

0

500000 1000000 1500000 2000000 Variable X 1

Estadísticas de la regresión Coeficiente de correlación múltiple

0.947025457

Coeficiente de determinación R^2

0.896857216

R^2 ajustado Error típico Observaciones

0.896011784 0.438195712 124

FEMINICIDIO EN LAS COLONIAS DE LA ZMG

En cuanto al feminicidio en las colonias de Guadalajara, el mapa 17 muestra que 21% de los feminicidios en la ZMG se generan en 16 de sus colonias. De éstas, casi la mitad de los casos ocurren en la zona centro de la ciudad, Oblatos, Matatlán, San Juan de Ocotán y Alamedas de Zalatitán.

Feminicidios en la zona metropolitana de Guadalajara, por colonias. 1997-2007

N

Feminicidi os: 0 1-2 3-4 5-6 7-9

Del análisis georreferencial del comportamiento del feminicidio en Jalisco se desprende que durante los trece años de estudio la constante del feminicidio es la zona conurbada y metropolitana de la capital del estado, Guadalajara.

CONCLUSIONES

1. El número de feminicidios en el periodo de estudio de 1997 a 2009 fue de 581.

2. El grupo etario más afectado por el feminicidio, es el constituido por mujeres entre veintiuno y cuarenta años, lo que equivale en su conjunto a 43.8% del total.

3.

Lo anterior significa que en Jalisco las mujeres jóvenes se encuentran en riesgo y vulnerabilidad de asesinato, tomando en cuenta, además, que la edad media de la mujer jalisciense es de veinticinco años y que Jalisco ocupa el primer lugar nacional en violencia contra la mujer.

4. La motivación principal es la violencia misógina, seguida de la violencia de pareja.

5. En las mujeres de más de cincuenta años, el robo es el estímulo más común.

6.

El responsable con mayor frecuencia del feminicidio contra las mujeres es el esposo o la pareja.

7. El hogar de la víctima, es el lugar más frecuente donde ocurre el feminicidio.

8. Son los golpes múltiples y armas de fuego, en ese orden, los medios utilizados para la consumación del feminicidio.

9. El feminicidio familiar íntimo es el más frecuente en las mujeres de Jalisco; le siguen el sexual sistémico desorganizado y el feminicidio por robo, en ese orden.

10. No se encontraron elementos que hagan afirmar que existe una dependencia entre feminicidio y estado civil de la mujer, ni tampoco entre feminicidio y actividad de la mujer.

11. Lo que sí se encontró es que a menor escolaridad, mayor incidencia de feminicidios.

12. El análisis georreferencial de las mujeres asesinadas de 1997-2007 en Jalisco permitió conocer zonas de alerta en donde se está generando como forma extrema de violencia de género el feminicidio.

13. En Jalisco, la zona conurbada y metropolitana de Guadalajara es la que presenta el mayor número de feminicidios.

14. Particularmente Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Guadalajara (cuyas colonias ubicadas en el centro destacaron) y Tlajomulco de Zúñiga, y con algún grado de incidencia El Salto, Lagos de Moreno, Mezquitic, Zapotlán el Grande y Puerto Vallarta.

15. De los 126 municipios que integran el estado, 66 no presentaron algún incidente de feminicidio en los once años de estudio.

16. No existen indicios de presencia del feminicidio a causa de un factor geográfico, ya que ocurrieron en todas las regiones del estado.

17. No se encontró correlación entre marginación de los municipios y la ocurrencia de feminicidios.

18. Si se encontró correlación entre densidad de población con la ocurrencia de feminicidios.

19. Con esta investigación, se crea la primera base de datos sobre feminicidios en el estado de Jalisco.

20. A partir de estos resultados, se puede contribuir a la discusión sobre la tipificación del feminicidio y al diseño de una política pública que ayude en la prevención y en la toma de decisiones sobre la problemática del feminicidio en Jalisco.

21. Finalmente, se concluye que el asesinato de mujeres en el Estado de Jalisco, lejos de tratarse de la realización de un conjunto de delitos del fuero común o de una agudización de la violencia intrafamiliar, refleja un caso extremo de violencia de género en contra de la diversidad de mujeres jaliscienses por su condición de mujeres, que se manifiesta en la violación de su derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad; es decir, una violación de los derechos humanos de las mujeres en México y en particular en Jalisco y la zona metropolitana de Guadalajara.

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I. COMITÈ DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LA MUJER (CLADEM) Mujeres usando el derecho como una herramienta de cambio. El Comité de América Latina y el Caribe para la defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), es la organización social que representa en Jalisco al Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. El CLADEM busca contribuir desde una perspectiva feminista a la construcción de democracias reales con justicia social, libres de discriminación y con ejercicio pleno de los derechos humanos. Para ello, el CLADEM propone articular a personas y organizaciones no gubernamentales de América Latina y el Caribe para la promoción, vigilancia y defensa de los derechos humanos de las mujeres, desde el campo socio-jurídico. El CLADEM trabaja en lo local de cada país, en el ámbito regional y también internacional. Las líneas temáticas del CLADEM son: 

Los derechos económicos sociales y culturales, y globalización:



La plena participación ciudadana;



Los derechos sexuales y los derechos reproductivos;



El derecho a una vida libre de violencia.

El origen En Julio de 1985, durante la III Conferencia Mundial de la Mujer, en Nairobi, Kenya, se organizó el Foro “Mujer, Derecho y Desarrollo”. Ahí se destacó la necesidad de buscar alternativas que respondan a las demandas de cada continente y articular acciones en cada región. En América Latina, se constituye el CLADEM el 3 de julio de 1987 en San José de Costa Rica y establece su sede regional en Lima, Perú.

Estructura CLADEM se propone como una articulación flexible y abierta. Cuenta con una Coordinación Regional que desarrolla lo acordado desde la Asamblea Regional y con una Oficina Regional que le brinda soporte técnico y administrativo. Opera con enlaces en 17 países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay.

CLADEM, una herramienta para: Elaborar y difundir propuestas jurídicas y de política para mejorar la condición social de las mujeres. Intercambiar información y mantener una comunicación fluida entre los diversos grupos y personas que trabajan en América Latina y el Caribe sobre el tema. Prestar los servicios del Centro de Documentación especializado en derechos humanos de las mujeres y su situación en América Latina y el Caribe. Generar debate y reflexión sobre los temas que trabaja, a través de campañas, seminarios, investigaciones y publicaciones. Realizar cadenas de solidaridad en situaciones de emergencia para los derechos de las mujeres en América Latina y el Caribe. Informar, capacitar, denunciar, sistematizar e investigar el cumplimiento de los compromisos asumidos en derechos humanos de las mujeres por los gobiernos. El CLADEM cuenta con Status Consultivo en la categoría II ante la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas desde 1985. Y está facultada para participar en las actividades de la Organización de Estados Americanos desde el año 2002.

II. Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio surge en el año 2007 como una articulación de mas de 43 Organizaciones de la Sociedad Civil de 17 estados de la República 2 , que tiene como fin el monitoreo sistemático de los asesinatos de mujeres, para su documentación y seguimiento en acciones de procuración e impartición de justicia, para efectos de poder aportar mecanismos civiles de prevención y erradicación del feminicidio.

El Observatorio, pretende contribuir además, al análisis de patrones de la violencia sistemática que viven las mujeres víctimas del feminicidio, aportando así a los gobiernos locales la información necesaria para generar protocolos de atención que garanticen el acceso a la justicia y mejores mecanismos de seguridad ciudadana para las mujeres mexicanas. El Observatorio, busca el seguimiento de implementación y armonización de la Ley General de Acceso a una Vida libre de violencia en cada una de las Entidades Federativas, así como el monitoreo de los recursos destinado para tal fin.

2

Organizaciones integrantes del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio

Baja California: Mujeres Unidas: Olympia de Gouges; Yauani; Chiapas: Red de Mujeres del Sur; Red de Mujeres por la Igualdad, Desarrollo, Género, Ciudadanía; Red nacional de asesoras y promotoras rurales; Chihuahua: Centro de Derechos Humanos de las Mujeres; Mujeres por México en Chihuahua; “Casa Amiga” Centro de Crisis; Nuestras Hijas de Regreso a Casa; Justicia para nuestras hijas; Red Mesa de Mujeres de Juárez; Coahuila: Centro Diocesano para los Derechos Humanos “Fray Juan de Larios”; Colima: Comisión de Derechos Humanos de Colima No Gubernamental; Distrito Federal: Academia Mexicana de Derechos Humanos; Arte contra el Feminicidio; Católicas por el Derecho a Decidir; Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos; Red Mujer Siglo XXI; la Red Contra la Violencia hacia las Mujeres y los Hombres Jóvenes; Red de Investigadoras “Por la Vida y la Libertad de las Mujeres” Red nacional de asesoras y promotoras rurales; Estado de México: Colectivo Siembra y Cosecha; Guanajuato: Centro de Derechos Humanos “Victoria Diez”; Programa Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana León; Guerrero: Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, AC; Red Guerrerense de Organismos de Derechos Humanos; Centro Regional de Defensa de Derechos Humanos “José María Morelos y Pavón”; Jalisco: CLADEM; Morelos: Academia Morelense de Derechos Humanos; Comité contra los Feminicidios en Morelos; Nuevo León: Centro de Derechos Humanos "Solidaridad Popular AC; Oaxaca: Centro Integral Jurídico Pro-Derechos; Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos filial Oaxaca; Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca; Mujeres Organizadas Yuubani; Sinaloa: Asociación Sinaloense de Universitarias AC, Frente Cívico Sinaloense AC; Sonora: Nosotras Ciudadanas; Tabasco: Servicio, paz y justicia-México; Asociación Ecológica Santo Tomás; Tamaulipas: Centro de Estudios Fronterizos y Promoción de los Derechos Humanos; Tlaxcala: Centro Fray Julián Garcés de Derechos Humanos y Desarrollo local; Yucatán: Ciencia Social Alternativa, Red Por sus Derechos Mujeres en Red

III. AGENDA FEMINISTA JALISCO Es una articulación

de una diversidad de

mujeres, con diferentes formaciones

académicas y políticas. Todas con una trayectoria reconocida y que cuentan con una formación importante como defensoras de los derechos de las mujeres. La conforman las siguientes organizaciones Centro de Apoyo para el Movimiento Popular de Occidente, A.C. (CAMPO) Centro de la Diversidad y los Derechos Sexuales A. C. Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer CLADEM Jalisco Lesbianas en Patlatonalli A. C. Programa de Estudios de Género de la Carrera de Sociología de la Universidad de Guadalajara Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México, DDESER Jalisco

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