Inicial y permanente de la escolapia

Formación Inicial y permanente de la escolapia Congregación General Libro de formación inicial y permanente de la Escolapia Congregación General R

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RESUELVE. CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Dirección General Formación Profesional Inicial y Educación Permanente. 3kFnP72UzW3SKF8XsV8CmQ==
CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Dirección General Formación Profesional Inicial y Educación Permanente RESOLUCIÓN DE 9 DE JUNIO DE 2016, DE LA DIRECCIÓN GEN

LA FORMACION PERMANENTE
encuentra junto a sí. Pero, sobre todo, deberá aprender a dejarse formar por la vida de cada día, por su propia comunidad y por sus hermanos y hermana

LA FORMACIÓN INICIAL Y PERMANENTE DE LOS EDUCADORES CARLOS MARCELO GARCÍA UNIVERSIDAD DE SEVILLA. Correo-e: URL:
Extraído del libro: Consejo Escolar del Estado (2002). Los educadores en la sociedad del siglo XXI, Madrid, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

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Formación

Inicial y permanente de la escolapia Congregación General

Libro de formación inicial y permanente de la Escolapia Congregación General

Roma, 2015 Colección Pedagogía y Pastoral de las Escolapias. 3

© Las autoras: Congregación General Depósito Legal: ZImpresión: Arpirelieve, S. A. IMPRESO EN ESPAÑA

Capítulo I

ÍNDICE SIGLAS.............................................................................................. 6 PRESENTACIÓN............................................................................... 7 CAPÍTULO I....................................................................................... 9 Identidad Escolapia..................................................................... 10 CAPÍTULO II...................................................................................... 15 Criterios para todas las etapas................................................... 16 CAPÍTULO III..................................................................................... 19 Dimensiones de la formación..................................................... 20 1. Dimensión humana................................................................ 21 2. Dimensión espiritual.............................................................. 22 3. Dimensión carismática.......................................................... 24 CAPÍTULO IV..................................................................................... 27 Mediaciones................................................................................ 28 1. Agentes.................................................................................. 29 1.1 Dios Padre........................................................................ 29 1.2 Jesús de Nazaret.............................................................. 29 1.3 El Espíritu Santo............................................................... 29 1.4 María, Madre de Dios y Madre nuestra........................... 30 1.5 La persona llamada.......................................................... 30 1.6 El Instituto........................................................................ 31 2. Contextos en los que nace, crece y madura la vocación..... 34 2.1 La Familia......................................................................... 34 2.2 La Comunidad educativa................................................. 35

Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

2.3 Ámbito socio-cultural y sus valores................................ 35 2.4 Ámbito eclesial................................................................ 37 3. Medios................................................................................... 37 3.1 La Oración........................................................................ 37 3.2 Vida Comunitaria............................................................. 39 3.3 Acompañamiento............................................................ 39 3.4 Discernimiento................................................................. 40 3.5 La vida: trabajo, estudio y misión.................................... 40 3.6 La cercanía con los pobres.............................................. 41 3.7 Evaluación........................................................................ 42 CAPÍTULO V...................................................................................... 43 Formación inicial......................................................................... 44 1. Pastoral Vocacional................................................................ 44 2. Aspirantado........................................................................... 46 3. Prenoviciado.......................................................................... 48 4. Noviciado............................................................................... 50 5. Juniorado............................................................................... 52 5.1 Juniorado I........................................................................ 53 5.2 Juniorado II....................................................................... 54 CAPÍTULO VI..................................................................................... 57 Formación permanente............................................................... 59 1. Inserción en la misión apostólica.......................................... 59 2. Nuevas posibilidades de madurez......................................... 62 3. Plenitud humana y evangélica............................................... 64 CONCLUSIÓN................................................................................... 67 FUENTES UTILIZADAS..................................................................... 69

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Congregación General

Identidad Escolapia

Siglas

AGER

Archivo General Escolapias Roma

C.C

Caminar desde Cristo

CC

Constituciones Hijas de María RR. de las Escuelas Pías

CIC

Código de Derecho Canónico

CCE

Catecismo de la Iglesia Católica

CIVCSVA Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. D.D

Declaraciones y Decretos 1969

Doc M. P. Documentos Madre Paula NVNE

Nuevas Vocaciones para una nueva Europa

OFIR

Orientación sobre la Formación de los Institutos Religiosos (1910)

RR

Reglas Hijas de María RR. de las Escuelas Pías

V.C.

Vida Consagrada

Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Identidad Escolapia

Presentación

La formación inicial y permanente de la escolapia es uno de los elementos que ayudan a cuidar y profundizar el don de la vocación recibida. En nuestra tradición la formación, inicial y permanente, ha sido muy atendida y valorada. El Instituto nos ofrece una formación cuidada, específica y personalizada para cada uno de los momentos de nuestra vida. Por nuestra parte hemos de responder, con responsabilidad y generosidad, para que la formación que recibimos se trasforme en donación cualificada, tanto en las comunidades dónde vivimos como en la misión que se nos ha encomendado. Hemos de ser conscientes de que las escolapias nos convertimos en formadoras, unas de otras. Nos vamos educando carismáticamente en nuestro diario vivir. Cuántos testimonios tenemos de hermanas escolapias que han pasado por nuestras vidas haciendo el bien y nos han enseñado a vivir escolapiamente. Seamos también cada una de nosotras esos testimonios vivos para las demás. Este libro que ahora os enviamos es fruto de la experiencia vivida, del estudio de una comisión especializada de maestras de novicias, del diálogo que sobre él se tuvo en el último Capítulo General, celebrado, en julio de 2013, en Arenys de Mar.

Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

Deseo terminar estas palabras con un comentario que el Papa Francisco les hizo a los formadores en el Congreso que han celebrado en el mes de abril en Roma: «La formación es un proceso destinado a durar toda la vida, vamos siendo formados en la libertad humilde e inteligente de dejarnos educar por Dios Padre todos los días de nuestra vida». Incluimos este libro en esta colección por considerar que es importante tenerlo en cuenta dentro de la Pastoral Vocacional y de la Pastoral de la Permanencia. Pedimos a Santa Paula Montal, la primera maestra de novicias del Instituto, que el testimonio de su vida, siga reeducando y evangelizando nuestro corazón para llegar a ser «Verdaderas Escolapias». Divina García, Sch.P. Superiora General Roma, 24 de mayo de 2015 Fiesta de Pentecostés

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Congregación General

Identidad Escolapia

Identidad Escolapia

Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

Identidad Escolapia

Jesús cuando llama, se dirige a una persona concreta que forma parte de una sociedad, cultura y tradición, donde crece y se desarrolla la propia vocación. La escolapia acogiendo y respondiendo a esta llamada deja todo por Cristo, lo contempla hasta configurarse con Él y se adhiere a la causa del Reino. 10

Congregación General

Identidad Escolapia

La Familia Escolapia se reconoce «obra de Dios y de la fe viva y caridad ardiente de Paula Montal».1 Como Cooperadoras de la Verdad participamos en la misión educadora de la Iglesia por medio de la formación integral de la infancia y juventud, de la promoción de la mujer y atención a las familias. Somos un Instituto apostólico, reconocido por la Iglesia, con el nombre de «Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías». Nuestra identidad está basada en una espiritualidad cristológica y mariana. Jesús nos revela al Padre, nos envía su Espíritu y se nos propone como modelo de vida. A este Dios trinitario consagramos la vida de manera explícita en el momento de la profesión, que cada día renovamos personalmente en la Eucaristía y comunitariamente en Navidad y Pascua. La Palabra de Dios ilumina y sostiene nuestro proceso formativo a lo largo de toda la vida y da fecundidad a nuestra entrega carismática al servicio de la humanidad. Cristo, al vivir con los humildes y bendecir a los niños que se le acercaban, nos llama a la sencillez de los pequeños diciendo: «Quien no acepte el Reino de Dios como un niño no entrará en él». Revestidas de estos sentimientos del Señor, somos cooperadoras de la Verdad y nos hacemos niños con los niños y pobres con los pobres.2 Cristo Crucificado es el centro de nuestra espiritualidad, rica herencia de santa Paula Montal y san José de Calasanz. Ellos nos exhortan a que nos esforcemos en contemplar e imitar los misterios de la vida de Jesús, al estilo de Pablo, que predica a Cristo Crucificado, con una perspectiva pascual.3

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CC. núm. 1. CC. núm. 19. CC. núm. 38. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

María, Madre de Dios y Educadora de Jesús, ocupa en nuestra vida un lugar privilegiado. Nos llamamos Hijas de María, llevamos su nombre en nuestro escudo y la invocamos como Madre y protectora de nuestras escuelas. Ella, con su Fiat, está presente en nuestro itinerario espiritual y apostólico y es fuerza y modelo de las escolapias por su escucha al Padre, por su total comunión de amor con el Hijo,4 por su fidelidad al Espíritu y por su entrega generosa a la Iglesia. Nuestra vida en comunidad pone de manifiesto que la participación en la comunión trinitaria puede transformar las relaciones humanas, creando un nuevo tipo de fraternidad. La escolapia vive «de» Dios y «para» Dios. Por eso puede proclamar el poder reconciliador de la gracia, que destruye las fuerzas disgregadoras que se encuentran en el corazón humano y en las relaciones sociales, mientras construye nuevas formas de relación.5 «Piedad y Letras» es la expresión del estilo educativo escolapio, concebido como síntesis entre formación cristiana y promoción humana, entre fe y cultura. Según nuestro ideario Educativo6: la concepción de la persona como un ser singular, social y trascendente, en continuo proceso de crecimiento, nos lleva a potenciar y a educar de manera integral y armónica, fomentando actitudes y ofreciendo valores, con un estilo educativo abierto y flexible. Para su crecimiento personal fomentamos la autenticidad, la sencillez, la serenidad, el equilibrio, la responsabilidad, la creatividad y el deseo de superación, y educamos en y para la libertad, en el amor y para el amor, en la inquietud por la investigación, en la

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Cfr. CC. núm. 22. Cfr. VC. núm. 41. Cfr. «El estilo educativo de las escolapias». Congregación General

Identidad Escolapia

búsqueda de la verdad y en el aprendizaje basado en el interés y la motivación. La persona sólo puede realizarse en comunión con los demás y está llamada a mejorar la sociedad en la que vive. Por eso educamos en la igualdad de derechos para todos, en la justicia y la solidaridad, en la sobriedad y el consumo equilibrado, en la responsabilidad y el compromiso, en el amor al trabajo como entrega y servicio a los demás, en la aceptación de la diversidad, en el amor a la cultura y en el respeto a la naturaleza y al entorno. Reconocemos en la persona la dignidad de ser hija de Dios. Por esto fomentamos actitudes de admiración y gratuidad, de reconciliación y perdón, de gratitud y alegría, y ofrecemos una progresiva evangelización a través del conocimiento y vivencia del mensaje del Evangelio de Jesús, que ilumina el sentido de la propia existencia y la visión del mundo. Valoramos la formación teológica, la catequesis y «la oración continua» como elementos de nuestra tradición educativa. «Quiero Salvar las familias enseñando a las niñas el Santo Temor y amor de Dios»7 es el lema de santa Paula Montal.8 La escolapia sigue confiando en la transformación del mundo por medio de la educación de la niñez y juventud. Está abierta y atenta a los cambios, para discernir, en la realidad de nuestro mundo, los rasgos evangélicos que pueden ayudar a su crecimiento integral. Crecimiento que hoy está muy influenciado tanto por personas como por realidades o acontecimientos. Nuestro voto específico de entrega a la misión educadora y evangelizadora de la Iglesia nos compromete a ir configurándonos con Jesús Maestro, que bendecía, acogía y abrazaba a los pequeños; a

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CC. 1853 núm. 106. CC. núm. 2. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

ir modelando sus actitudes, para entregar nuestra vida en servicio humilde, paciente, sencillo y alegre, como verdaderas educadoras, siguiendo el consejo de Jesús. «Lo que hiciereis a uno de estos más pequeños, a mí me lo hicisteis».9 Convencidas de que nuestra labor es sólo instrumento en manos del único Maestro, ponemos cuidado en que nuestra vida espiritual no quede jamás disminuida, antes bien, encuentre en esta misión el medio más grande para llegar a Dios.10 Nuestro carisma, a lo largo de la historia, se ha encarnado en diferentes personas y se ha extendido por diversas culturas y países, manteniéndose siempre fiel al carisma que nuestra Fundadora, santa Paula Montal, nos ha trasmitido, adaptándose a las realidades concretas de cada momento y de cada lugar. Hoy, esta adaptación nos llama a ser mujeres místicas y profetas; libres y coherentes; realistas, intuitivas y creadoras; abiertas a la situación del mundo e identificadas con nuestra vocación. Esta historia fecunda, tejida por mujeres consagradas, educadoras y testigos gozosos de que el Señor transforma nuestra vida, presenta al mundo el gran don y el gran reto de la vocación y misión escolapia.

9 Mt. 25,40. 10 RR. núm. 67. 14

Congregación General

Identidad Escolapia

Criterios para todas las etapas

Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

Criterios para todas las etapas

Dios nos llama a ser hijas en su Hijo, para entrar en su proyecto universal de salvación y por la fuerza de su Espíritu, ilumina y conduce nuestra respuesta libre y responsable, a través del carisma escolapio. 16

Congregación General

Criterios para todas las etapas

En todas las etapas, la formación ha de ser: 1. Acompañada, discernida y evaluada, que conduzca la propia vida a la progresiva identificación con Cristo.

Quién acompaña, debe respetar la dignidad de la persona y ser consciente de las diferentes culturas, así como de los dones que el Señor le ha dado a cada una para su desarrollo.

2. Personalizada, continua, procesual y actualizada, que sostenga y consolide el crecimiento y la vitalidad permanente de nuestra llamada.

La formadora acompaña y orienta el proceso formativo desde la identidad escolapia, de acuerdo a las pautas de nuestro plan de formación.

3. Teórica, práctica, experimentada y de calidad, que recree y transforme a la persona, a las comunidades y al Instituto.

La comunidad y la formadora animan a que cada una dé una respuesta personal a Dios, desde sus potencialidades y debilidades.

4. Abierta a la universalidad de las diferentes culturas, teniendo en cuenta las realidades donde va creciendo nuestro Instituto en el mundo.

La comunidad y la formadora ofrecerán un camino de búsqueda, donde se crezca en hondura, oblatividad y creatividad, arraigada en una cultura, en relación interdemarcacional e intercongregacional, con mirada ecuménica y sentido de pertenencia eclesial.

5. Carismática, configurada desde el carisma de Paula Montal y para la misión educadora de la iglesia. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

La comunidad y la formadora procurarán que la formación escolapia ayude a vivir gozosamente el carisma y a sentirnos enviadas por el amor de Cristo a la misión.11

11 Cfr. CC. núm. 12. 18

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Identidad Escolapia

Dimensiones de la Formación

Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

Dimensiones de la Formación

La formación de quienes quieren vivir el proyecto carismático de Paula Montal en la vida escolapia, tiene como finalidad iluminar la respuesta progresiva a Dios en libertad y amor, tender a la configuración con Cristo, guiadas por el Espíritu, siendo portadoras de luz y verdad a través del carisma escolapio. 20

Congregación General

Dimensiones de la Formación

1. DIMENSIÓN HUMANA La dimensión humana y fraterna exige el conocimiento de sí misma tanto de sus potencialidades como de sus límites y posibilidades, para obtener el estímulo necesario y el apoyo hacia la plena liberación. En el contexto actual revisten una particular importancia la libertad interior de la persona consagrada, su integración afectiva y humana, la capacidad de comunicarse con todos especialmente en la propia comunidad, la serenidad de espíritu y la sensibilidad hacia aquellos que sufren, el amor a la verdad y la coherencia efectiva entre el decir y el hacer.12 La formación humana, fundamentada en la libertad, responsabilidad, madurez afectivo-sexual, interiorización, conciencia crítica y capacidad de cambio, facilita a la persona una vivencia armónica e integrada en su ser femenino, condición indispensable para asumir el compromiso vocacional y congregacional. Este proceso en la dimensión humana lleva a la persona a:  Tomar conciencia de su propia dignidad, irrepetible y única.  Descubrir y trabajar con responsabilidad, sus potencialidades y su vulnerabilidad.  Asumir su ritmo personal de crecimiento y asimilar nuevos valores, construyendo la propia identidad. Para que el desarrollo de la dimensión humana se realice, el Instituto debe proporcionar planes, teóricos y prácticos adecuados a cada etapa de la vida de la escolapia y crear clima y ambiente comunitario que favorezca el mutuo crecimiento.

12 Cfr. VC núm. 71. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

Evaluación. En el proceso de la dimensión humana, al final de cada etapa se espera un progresivo crecimiento manifestado en:  Una personalidad integrada, de acuerdo con la madurez propia de cada edad.  Estabilidad de ánimo, superación de las dificultades y sentido positivo de la vida.  Conocimiento personal y aceptación de la propia condición e historia, confrontando con los valores de su cultura.  Integración de la afectividad-sexualidad, cuidando los valores propios de nuestra feminidad.  Crecimiento de las condiciones básicas para vivir en comunidad de vida y misión.  Capacidad de tomar opciones libres con sentido de responsabilidad y de manifestarlas con sencillez.  Consciencia y desarrollo de los propios talentos para ponerlos al servicio de Dios y de los hermanos, sensibles a los problemas de nuestro mundo.  Establecer relaciones auténticas que abren a la fraternidad universal y capacitan para trabajar en grupo que favorece el desarrollo de la misión.  Aprendizaje y uso, consciente y crítico, de los medios de comunicación.  Preferencia por los pequeños y los menos favorecidos.  Dinámica de conversión del egocentrismo a la entrega, de la pasividad al compromiso, de la superficialidad a la profundidad.

2. DIMENSIÓN ESPIRITUAL Nosotras, llamadas por el Señor a vivir de una manera nueva la consagración bautismal, dejamos todo por Cristo y en el ambiente 22

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Dimensiones de la Formación

comunitario de vida consagrada le seguimos como lo único necesario. Vivimos fieles en la castidad, alegres en la pobreza y dóciles en la obediencia,13 entregándonos, con voto especifico a la misión educadora de la Iglesia.14 La dimensión cristiana acompaña el proceso de crecimiento de la persona durante toda su vida. En la vida religiosa, la formación inicial y permanente, supone un itinerario en el que cada escolapia se va configurando con Cristo y su Palabra. La experiencia de vida cristiana es base para profundizar los contenidos de la fe, la vida de oración, el acompañamiento y el discernimiento de la vocación, para que vayamos descubriendo y asumiendo nuestra vida como historia de salvación y sigamos libremente a Jesús en la Escuela Pía. La dimensión espiritual lleva a la persona a:  Construir un Itinerario creyente, hacer un camino de fe.  Vivir la vida cristiana como radicalismo de los consejos evangélicos, optando por Jesucristo que nos conduce al Padre por su Espíritu, a ejemplo de María.  Profundizar la vivencia de la fe, esperanza y caridad y el compromiso de vida iniciado en el bautismo, como fundamento de la vocación religiosa.  Crecer como mujeres místicas y profetas en el vivir cotidiano. Evaluación. En el proceso de la dimensión espiritual, al final de cada etapa se espera un progresivo crecimiento que se manifiesta en:

13 CC. núm. 16. 14 Cfr. CC. núm. 101. Fórmula de la profesión religiosa. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

 Toma de conciencia de la llamada del Señor por quien lo dejamos todo y le seguimos como a lo único necesario.15  Búsqueda del encuentro con Dios en la oración personal, en los sacramentos y en la liturgia.  Fuerte experiencia de Dios y del Espíritu, vivida en intimidad que fundamenta y motiva la vida y la misión.  Gozo por servir al Señor, como consecuencia de haber descubierto su amor y su llamada.

3. DIMENSIÓN CARISMÁTICA La fidelidad al propio carisma nos lleva a ahondar en los valores esenciales del mismo, a través de un conocimiento cre­ciente de la vida y del espíritu de nuestra Fundadora, Santa Paula Montal, y de San José de Calasanz, así como de la histo­ria y misión del Instituto. El Espíritu Santo, que concede a cada uno su propio carisma para la edificación del Cuerpo de Cristo, inspiró a nuestra Fundadora extender a la mujer la obra de Calasanz. En la misión evangelizadora de la iglesia, nuestro Instituto participa según su modo específico, por medio de la educación integral de la niñez y juventud, sobre todo, de la más necesitada.16 Esta dimensión lleva a la persona a:  Descubrir que la llamada sintoniza con la vocación escolapia y el carisma heredado de Paula Montal y José de Calasanz. Es camino que requiere nuestra implicación.  Encarnar el carisma en el proceso personal. Supone una constante confrontación con la Palabra de Dios y las fuentes institu-

15 Cfr. CC. núm. 16. 16 Cfr. CC. núm. 79. 24

Congregación General

Dimensiones de la Formación

cionales, para irnos clarificando y fortaleciendo, descubriendo nuevas formas de responder hoy, con generosidad y alegría a la llamada de Dios y a la vida escolapia en la Iglesia.  Dar preferencia a los pobres en nuestra misión.17  Vivir nuestra misión en comunión con otros carismas de la Iglesia y avanzar en la misión compartida con los laicos, sobre todo los que constituyen la comunidad educativa. Evaluación. En el proceso de la dimensión carismática, al final de cada etapa, se espera un progresivo crecimiento que se manifiesta en:  Interés por la historia de la vida religiosa y la historia del Instituto en la Iglesia, abiertas a la universalidad e interculturalidad.  Deseo de vivir la consagración, creciendo en el sentido de pertenencia al Instituto.  Entrega a la misión educadora de la Iglesia dejándose iluminar por la experiencia de Paula Montal y la tradición escolapia.  Responsabilidad para prepararse de forma teórica y práctica, en la manera de educar según la pedagogía escolapia, para el ejercicio de la misión en la Iglesia local y universal.  Apertura a la cultura y al saber, siendo servidora de la verdad y solidaria en transmitir y compartir sus conocimientos en favor de los demás.  Inquietud y deseo de aprender durante toda la vida, cuidando la lectura, la reflexión y la formación permanente.  Dedicación a estudios bíblicos, teológicos, pastorales y pedagógicos espe­cializados. Profundizar y actualizar temas importantes, para nuestra vida escolapia.

17 CC. núm. 82b. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

 Consciencia gozosa de que el carisma recibido es actual y necesario y que debe ser vivido y proyectado para el futuro, en actitud humilde y gratuita, como verdadera cooperadora de la Verdad.  Lucidez y confianza ante los cambios que el mundo nos presenta, buscando nuevas orientaciones y respuestas para nuestro hoy.  Colaboración con las parroquias y diócesis donde estamos insertas. Participar activamente en la vida eclesial con sentido ecuménico y de comunión.

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Congregación General

Identidad Escolapia

Mediaciones

Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

Mediaciones

Dios Padre, en el don continuo de Cristo y del Espíritu, es el formador por excelencia de quien se consagra a Él. La formación es una 28

Congregación General

Mediaciones

participación de la acción del Padre que, mediante el Espíritu, infunde en el corazón del hombre los sentimientos del Hijo.18 En el proceso de formación, Dios se revela a cada persona y es de gran importancia que las formandas lo descubran. Son medios privilegiados para ello la Sagrada Escritura, la liturgia de la Iglesia y la cotidianidad.19

1. AGENTES 1.1 Dios Padre Dios que elige y llama, es al mismo tiempo quien educa y fortalece, para que se realice su proyecto en el mundo. Quienes sienten la invitación del Señor a realizar la misión educadora en la iglesia, deben dejarse transformar por el Espíritu en icono de Jesús, el Maestro, y vivir íntimamente unidos a Él. 1.2 Jesús de Nazaret Jesús es el que nos cautiva y enamora. Su palabra diariamente meditada y reflexionada, nos va configurando con Él y animando en su seguimiento. Nos reconocerán como auténticas discípulas suyas, si guardamos su Mandamiento Nuevo, ignorando todo lo que no sea identificarnos con Él. Partícipes del amor con que Cristo dio la vida por sus amigos, nos amamos mutuamente como Él nos amó y entregamos nuestra vida al servicio del Evangelio.20 1.3 El Espíritu Santo El Espíritu Santo es el que nos impulsa a amar a Dios, al mundo y a los hermanos. Nos restaura, nos configura con Cristo y nos mue-

18 Cfr. VC. núm. 66. 19 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica nn. 97 a 134. 20 Cfr. CC. núm. 18. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

ve a cumplir la misión en la iglesia, uniéndonos en comunión con todos los hombres. Él nos elige y nos llama a seguir a Cristo en la Escuela Pía. Sólo Él es capaz de modelar nuestros corazones y ayudarnos a vivir en fidelidad el carisma escolapio.21 1.4 María, Madre de Dios y Madre nuestra María acompaña el proceso vocacional de la escolapia. Ella es modelo por su escucha al Padre y por su docilidad al Espíritu que la hace Madre de Dios y colaboradora en la obra redentora de su Hijo. Con su presencia y ayuda podemos conseguir que Cristo, a quien Ella engendró y educó, tome forma en nosotras y se vaya modelando en nuestros alumnos.22 1.5 La persona llamada La persona siempre en proceso de formación, vive en actitud de apertura a sí misma, a los otros, a la vida, a Dios, para descubrir cuál es la vocación y misión que Dios tiene para su vida y asumirla, en actitud de discernimiento, con responsabilidad y decisión. La persona es agente insustituible en su formación, colabora activamente con la acción del Espíritu y con las mediaciones necesarias: personas, comunidades, instituciones y circunstancias. La persona conoce, discierne y acepta libremente la llamada de Dios.23 Asume con responsabilidad la nueva forma de vida, integrándose en ella con fidelidad creativa y actitud de discer­ nimiento.

21 Formación inicial y permanente de la escolapia, 1989, p. 37. 22 CC. núm. 22. 23 Cfr. OFIR, núm. 29. 30

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Mediaciones

1.6 El Instituto 1.6.1 Santa Paula Montal y San José de Calasanz Nuestra Fundadora, fue un instrumento dócil en las manos de Dios para dar origen a nuestro Instituto. Ella, identificada con el carisma de San José de Calasanz, tomó para el Instituto, su espíritu y sus constituciones. «Ser verdadera escolapia»24 fue su deseo y se cumplió en plenitud. La llamada de Dios la concretó en su lema de «Salvar las familias enseñando a las niñas el santo temor de Dios».25 1.6.2 La comunidad formativa escolapia La comunidad escolapia está llamada a la acogida mutua, como grupo fraterno, acompañante, y testigo. Es responsable de ofrecer los medios necesarios para acoger las vocaciones y acompañarlas en su proceso. Para ello sigue los criterios y orientaciones de la Iglesia y del Instituto y busca formas nuevas de vivir la vocación escolapia, respondiendo a las exigencias del Reino, en cada contexto. La comunidad para la escolapia es un espacio teologal. En ella vive la consagración, crece en fraternidad y se le impulsa a la misión. Se constituye así en lugar privilegiado de formación.26 1.6.3 La formadora Dios Padre en el don continuo de Cristo y del Espíritu, es el formador por excelencia. En esta acción ha querido servirse de la mediación humana. Como formadora, la escolapia vive la actitud de escucha en el acompañamiento. Mediante la fe y la formación recibidas, con actitud de donación, es instrumento del Único Formador.

24 1.ª Carta manuscrita de M. Paula Montal al P. Fucile 2/10/1855. 25 Pensamientos de Madre Paula, Olesa ms (1914-1916) Positio p. 613. 26 Cfr. VC. núm. 67. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

La formadora escolapia, caminando junto a las hermanas, es testigo de la obra que el Espíritu realiza en cada una de ellas, a su vez muestra la belleza del seguimiento del Señor y el valor de una vida consagrada a Dios, en la misión educadora de la Iglesia.27 La formadora, apoyada en la sabiduría espiritual y en los saberes humanos, ayuda tanto al discernimiento vocacional, como al nacimiento de la mujer nueva que se va engendrando en cada hermana.28 Sus funciones son:  Ayudar a cada formanda a discernir el camino por el que Dios quiere conducirla en las distintas etapas de la formación y darle los medios necesarios para revestirse de los sentimientos de Cristo.  Cooperar con las inspiraciones del Espíritu para que la formanda adquiera experiencias de vida consagrada que le permitan seguir más de cerca a Cristo Maestro a lo largo de toda su vida.  Acompañar con solicitud, paciencia, respeto y discreción el crecimiento de la persona y su fidelidad creativa en las diversas circunstancias de la vida, en clima de recíproca confianza y estima.  Educar la dimensión orante, la formación litúrgica y los valores y tradiciones de nuestro Instituto.  Orientar a la joven en todo su proceso formativo, la alienta en los momentos de dificultad y se alegra con ella en los de gozo, buscando juntas la voluntad de Dios.  Transmitir y vivenciar el carisma escolapio.

27 Cfr.VC. núm. 66 y CC. núm. 17. 28 Cfr. VC. núm. 66. 32

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Mediaciones

 Evaluar el proceso formativo y la asimilación del carisma a nivel personal y comunitario.  Ofrecer y desarrollar el plan de formación de este periodo.  Proporcionar una evaluación psicodiagnóstica y ayuda profesional si lo requiere.  Elegir los centros de formación aptos para sus estudios o para el trabajo en la misión, según corresponda. 1.6.4 Equipo de formación El equipo de formación tiene como finalidad dar unidad y coherencia al proceso formativo. De él forman parte, en cada Demarcación, la Superiora Mayor y las responsables de la formación de las distintas etapas. Sus funciones son:  Ofrecer criterios que favorezcan la continuidad del proceso formativo de la persona y la comunidad.  Elaborar, llevar a cabo y evaluar la planificación del proceso formativo en su Demarcación.  Mantenerse al día en temas relacionados con la formación. Reflexionar y compartir experiencias.  Preparar a las formandas con visión de futuro.  Motivar la comunión y colaboración de todas las responsables de formación en el ámbito demarcacional, interdemarcacional e intercongregacional. 1.6.5 Superioras Mayores Las Superioras Mayores, según sus competencias, son las responsables de la formación y de la vivencia y desarrollo del carisma escolapio. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

Sus funciones en cuanto a la formación son:  Cuidar pastoralmente de las hermanas, a las que acompañan en encuentros personales, de manera sistemática y ocasional.  Promover la pastoral vocacional con iniciativas que lleven a estar cerca de los jóvenes, a ofrecer proyectos de seguimiento de Cristo y a trasmitir el carisma.  Asumir con responsabilidad y discernimiento, la admisión y progresiva incorporación al Instituto.  Apoyar a las hermanas formadoras en la misión que se les confía.  Impulsar una sólida formación integral, profundamente religiosa y específicamente escolapia, que capacite a la persona, para vivir la vocación y desarrollar de forma competente la misión.  Motivar la comunión, planificar la colaboración y potenciar estructuras formativas interdemarcacionales e intercongregacionales.

2. Contextos en los que nace, crece y madura la vocación 2.1 La Familia La familia, en general, es el ámbito privilegiado donde la vida es acogida y desarrollada según las exigencias de un auténtico crecimiento humano cristiano y vocacional. Transmite a los hijos las realidades en las que está inmersa: situación social y económica, relaciones familiares y sociales, ambiente humano, cultural y religioso. Todo ello ejerce una influencia especial en la persona. Esta es la razón que explica la importancia del entorno familiar como un factor condicionante del futuro vocacional de la escolapia. Es importante establecer relaciones de sencillez y transparencia con las familias para facilitar el conocimiento mutuo y favorecer la opción y el crecimiento vocacional; también es importante ofre34

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cerles la oportunidad de conocer los aspectos esenciales de nuestra vida escolapia. Con talante de apertura, acogida y respeto, les hacemos sentir que con ellos formamos una familia. 2.2 La Comunidad educativa El carisma de la vida escolapia se recrea al ser vivido y compartido con los demás. La relación con laicos comprometidos en la misión se convierte en mediación formativa. Educadores, familias y todas las personas que colaboran en la obra escolapia, ejercen el ministerio educativo, y tienen una misión que va más allá de lo meramente profesional. Con los que comparten nuestra fe y nuestra misión, promovemos una verdadera comunidad, un modelo de convivencia donde el encuentro, la escucha y la comunicación son valores y prácticas cotidianas que favorecen la formación. Caminando juntos, laicos y consagrados, se crea una cultura de comunión que propicia la misión compartida y favorece el crecimiento en la propia identidad vocacional. 2.3 Ámbito socio-cultural y sus valores La vocación escolapia se vive en un mundo global y cambiante. La formación requiere un clima de apertura y diálogo permanente con la realidad. La contemplación de la realidad se convierte en llamada a la misión y nace en la escolapia una urgencia: vivir y proclamar el evangelio salvador de Cristo Jesús. La influencia de los valores y contravalores de la sociedad actual, nos lleva a buscar medios que nos ayuden a vivir la radicalidad de nuestro seguimiento, para ser signos proféticos en el mundo de hoy.29

29 Documento del XXV Capitulo General 2001, p. 18. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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La escolapia, se siente llamada a ser agente transformador de la sociedad, colabora en el proyecto de Dios, para hacer del mundo un lugar más humano y fraterno, donde todos podamos desarrollar nuestras potencialidades, donde sea respetada la dignidad de cada ser humano, independientemente de su lugar de nacimiento, sexo, cultura o religión. Así se convierte en agente multiplicador de los valores del Reino. La tarea educativa forma parte de la evangelización de la niñez y juventud, preferentemente pobres, cuyo lugar privilegiado sigue siendo la escuela y encuentra su plenitud en la construcción humana y cristiana de la persona. La inculturación es una experiencia de transformación. Si creemos profundamente en el futuro de la Vida Consagrada, seremos capaces de poner en práctica los cambios necesarios para su encarnación en nuevas culturas. La vida religiosa prepara a las personas para hacer frente a la compleja, ardua y necesaria tarea de la inculturación. Educa para vivir las actitudes de Cristo en su encarnación y estimula al estudio y a la comprensión de las diferentes culturas.30 Este proceso exige discernimiento y confrontación evangélica, diálogo y audacia. No puede haber evangelización si la Palabra de Dios no entra en la trama de las culturas. Una auténtica inculturación ayuda a la escolapia a vivir la radicalidad evangélica, según el carisma de la Escuela Pía y las características propias de la cultura con la que entra en contacto. Cada escolapia enriquece al Instituto aportando los valores propios de su persona y de su cultura.

30 Cfr. VC. núm. 79. 36

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2.4 Ámbito eclesial La vida religiosa escolapia se vive en la Iglesia y para la Iglesia. Desde su vocación específica coopera a la edificación del Cuerpo de Cristo.31 Participando en la misión educadora de la Iglesia, la escolapia se siente llamada a vivir la comunión, a fomentar lazos humanos y espirituales que propicien el intercambio de dones entre todos los miembros del pueblo de Dios.32 Nuestra pertenencia a la Iglesia, universal y particular, exige formación con espíritu de fe y convencimiento de lo trascendente, sabiendo que la amistad y la relación con Dios es algo real y personal. Acrecentar el amor a la Iglesia, Pueblo de Dios y «cuerpo» de Cristo, participando en sus gozos y esperanzas, viviendo la corresponsabilidad en la vida eclesial desde nuestra vocación profética y poniendo a su servicio la riqueza espiritual y evangelizadora del carisma de Santa Paula Montal y San José de Calasanz. Compartir experiencias comunitarias de evangelización y participar en la pastoral de conjunto, desde nuestra misión educativa, fomentando todas las vocaciones.

3. Medios 3.1 Oración La vocación a la vida consagrada escolapia, nace de una profunda relación con Cristo. La oración es el lugar privilegiado donde se da

31 Cfr. VC, nn 29, 31. 32 Las personas consagradas y su misión en la Iglesia, núm. 17. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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dicha relación. Allí madura el deseo de estar con el Señor y de seguirlo. Se trata de ayudar a la joven a entrar en la intimidad con Dios, favoreciendo la experiencia orante. La oración es un medio indispensable para la escolapia que quiere conocer a Dios y dejarse inundar por su amor. Requiere cultivar el silencio y la interioridad, la ascesis y la conversión, precisa también decisión, tiempo, y fidelidad. Recordemos el deseo de M. Paula «Sed almas de oración».33 La espiritualidad se desarrolla cuando la oración empapa la realidad de cada día. La experiencia orante de la escolapia, ilumina y transforma lo cotidiano, es impulso gozoso para la misión. Esta experiencia transforma a la escolapia en maestra de oración. La comunidad escolapia participa de la oración de la Iglesia. La Eucaristía es para ella espacio privilegiado de encuentro con el Señor, y alimento que ayuda a la construcción de la fraternidad. Con la Liturgia de las Horas se une a la oración de la Iglesia, que en Jesucristo adora, alaba y suplica al Padre.34 El principal fundamento teológico de la oración, según nuestras Constituciones, es la Palabra de Dios. El trato familiar y asiduo con la Sagrada Escritura, introduce a la escolapia en el conocimiento íntimo de Dios y sus planes.35 Con María aprende a escuchar y acoger la Palabra.

33 Pensamientos de M. Paula Montal, p. 11. Colección Espiritualidad escolapia 2. Roma 1983. 34 CC. núm. 43. 35 Cfr. CC. núm. 39. 38

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3.2 Vida Comunitaria La vida comunitaria es un lugar privilegiado para vivir las exigencias de nuestra consagración y la fidelidad a Cristo.36 La comunidad no se cierra en sí misma, sino que tiene como finalidad construir y vivir el Reino desde el don que la Iglesia nos ha confiado, y ser signo de esperanza del Reino futuro. Sólo desde la experiencia de que es Cristo quien nos llama, nos convierte y nos comunica su Espíritu, brota el dinamismo de la misión y la alegría en el servicio. La preparación para esta vida comunitaria es importante en el proceso formativo de nuestras jóvenes que desde el comienzo se incorporan a una comunidad, que las acoge, las acompaña y las estimula a crecer, no sólo para sí, sino para el bien de todos. 3.3 Acompañamiento La iglesia reconoce que el principal medio de formación es el acompañamiento personal que «constituye una práctica de comprobada e insustituible eficacia».37 Ha de estar presente siempre en la vida de la escolapia, y toma características peculiares según las etapas y circunstancias personales. El acompañamiento personal es ante todo escuchar y acoger a la persona concreta en el misterio de su realidad humana y motivarla para que camine hacia aquello que está llamada a ser su configuración con Cristo. Unas relaciones interpersonales de sencillez y transparencia, de respeto y confianza, de diálogo y de búsqueda conjunta de la voluntad de Dios, favorecen el acompañamiento.

36 CC. núm. 24. 37 Cfr. VC. núm. 66. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Para que la escolapia crezca en su vocación, cuida el acompañamiento que le ayuda a discernir la acción de Dios en ella. 3.4 Discernimiento Durante el proceso de formación inicial, la Formadora fomentará el discernimiento que es condición imprescindible para vivir la dinámica de la formación inicial y permanente. Es una actitud constante que acompaña la vida de la persona que busca la realización del proyecto de Dios. La escolapia para vivir con fidelidad creativa y en respuesta permanente, cultiva la actitud de discernimiento espiritual y pastoral. El discernimiento comunitario, refuerza la comunión, sostiene la unidad, profundiza en el sentido de la vocación y estimula la búsqueda de autenticidad y renovación personal y comunitaria. La comunidad, para buscar la voluntad de Dios, acoge la opinión de las hermanas, está atenta a los signos del Espíritu, abierta a la inspiración de la Iglesia y del Instituto y cultiva una mirada evangélica sobre la realidad. El discernimiento supone una actitud de fe y apertura al Espíritu y a sus mediaciones, escucha de la Palabra, reflexión y diálogo, actitud de sinceridad, rectitud, libertad interior y búsqueda de la verdad, atención a los signos de los tiempos, a las culturas, a los valores del mundo, al movimiento de la historia, a las necesidades de la iglesia y de la sociedad. 3.5 La vida: trabajo, estudio y misión Toda actividad y toda relación se convierten para la escolapia, en un medio de formación constante. La experiencia de la vida, iluminada a la luz del Espíritu de Dios, lleva a la sabiduría y constituye la clave que va dando solidez y consistencia a la persona. El estudio y el trabajo, son medios de realización personal que permiten colaborar con el Dios Creador. Realizados con actitud 40

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solidaria y en función del servicio a los demás, se convierten en medios formativos para la persona. La escolapia vive el servicio a la educación como entrega a Dios en la misión educadora de la Iglesia. Este servicio lleva consigo el compromiso de una formación permanente en lo cultural, pedagógico y pastoral. 3.6 La cercanía con los pobres La escolapia, según el carisma de Paula Montal, expresa en la profesión de los consejos evangélicos su donación total a Dios y su entrega a la niñez y juventud, preferentemente pobre. El amor vivido al estilo de Jesús, conduce a la escolapia a la opción por los pobres. Tener un espíritu pobre es la primera condición para acercarnos a ellos. Vivir como pobre y abrazar la causa de los pobres, confirma la verdad de su decisión y elección. La cercanía a los pobres comporta adoptar un estilo de vida humilde y austero, tanto personal como comunitariamente. Supone también un compromiso en defensa de la justicia, de la solidaridad y de los derechos humanos. Servir a los pobres es signo evangélico, y estímulo de conversión permanente para la escolapia, que aprende a sentir y a vivir desde la óptica de los más desfavorecidos.38 Las escolapias nos sentimos llamadas a dar respuesta, desde nuestro carisma, a las distintas realidades de pobreza de nuestro mundo y a priorizar la atención preferente a los más necesita-

38 Cfr. VC núm. 82. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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dos.39 La presencia en ambientes pobres y sencillos, es expresión significativa de esta opción. 3.7 Evaluación La evaluación es un medio sistemático, integrador y dinámico que debe estar presente en todo el proceso de formación, ya que enseña mientras se camina y motiva a la escolapia a aprender de su propia experiencia. La metodología, puede ser variada, siendo medios importantes:  La entrevista personal.  La relectura cotidiana y semanal de la propia vida.  Los informes. Al final de cada etapa formativa se hace una autoevaluación que ayuda al crecimiento progresivo y a determinar si se han logrado los objetivos previstos.

39 Documento del XXV Capitulo General p. 30. 42

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Formación Inicial

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Formación Inicial ETAPAS DE VIDA Y CRECIMIENTO 1. Pastoral Vocacional La cultura vocacional es una acción de toda la comunidad eclesial, que ayuda a los jóvenes a descubrir, asimilar y comprometerse 44

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personal y comunitariamente con la persona de Jesús y su evangelio; una pastoral que dé sentido a sus vidas, que les ayude a encontrar su vocación en la Iglesia y a ser protagonistas en la transformación de la sociedad.40 Las escolapias, estamos llamadas a trabajar con gran responsabilidad en la pastoral vocacional porque Dios sigue llamando. 1.1 Discernimiento vocacional Nuestro mundo vive una fuerte crisis de valores, se cuestionan estructuras, se desmoronan mitos, surgen nuevos valores. El valor de lo trascendente queda oscurecido por la incertidumbre de la realización personal y también por la búsqueda del progreso y bienestar. Quienes acusan más directamente esta crisis son los jóvenes. Sin embargo, en el fondo de muchos de ellos existe una exigencia de verdad, de amor, de justicia, de solidaridad y una búsqueda de lo infinito y absoluto de Dios. La persona de Jesús también hoy sigue cautivando. Algunos jóvenes sienten una llamada especial a seguirle más de cerca y a dedicar su vida entera a la extensión del Reino. Esta llamada a la vida consagrada hace partícipe a la joven, de un carisma concreto, dándole la fuerza para responder con total disponibilidad. La vocación exige una fe viva, coherente hasta las últimas consecuencias, fe que abre a la persona al encuentro con Dios. 1.2 Aceptar la llamada vocacional implica:  Mostrar fascinación por Jesús y su mensaje salvador y manifestar inquietud por adherirse a Él.

40 Cfr. Juan Pablo II, Mensaje para la XXXII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, 7 de mayo de 1995. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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 Clarificar su deseo de seguir a Jesucristo.  Iniciación en la escucha de la Palabra de Dios.  Valentía y empeño para superar las dudas y los miedos.  Madurez psíquica de acuerdo con la edad.  Interés por el proyecto de vida escolapio.  Amor apostólico manifestado en la entrega a la niñez y juventud, preferentemente pobre.  Clara tendencia a la generosidad de donar su tiempo y su persona a obras altruistas.  Capacidad para establecer relaciones sanas, para el servicio y para el trabajo en grupo.  Autenticidad consigo misma y con los demás.  Aptitudes intelectuales y profesionales para el servicio de la misión escolapia.  Equilibrio con relación a la salud que permita la vida en común y el desarrollo de nuestra actividad educativa.  Sensibilidad a los valores de convivencia pacífica y conservación de la naturaleza. Se tendrá en cuenta para la admisión de las candidatas lo prescrito por el Derecho Canónico y por nuestras Constituciones y Reglas.41

2. Aspirantado El aspirantado es el tiempo que el Instituto ofrece a la persona con inquietud vocacional a la vida religiosa, que se acerca a nosotras, para conocernos. A la vez la comunidad conoce a la persona y la

41 CC. núms. 10, 94, 96, 97, 100, 150 y RR. núms. 72, 78, 170-f-3 y 139. 46

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Formación Inicial

acompaña en su proceso de madurez humana y cristiana.42 Esta experiencia puede realizarse en forma interna, semi-interna o externa. 1.1 Objetivo: Ofrecer un espacio de acogida y acompañamiento donde pueda crecer como persona y como cristiana y escuchar la llamada del Señor, para que clarifique el proyecto que Dios tiene para ella. Esta experiencia la realizará en una comunidad abierta, acogedora, que dé testimonio de vida coherente, que refleje el entusiasmo del encuentro con Cristo y de la vocación escolapia en su diario vivir. 1.2 La comunidad, en corresponsabilidad con la formadora, se compromete a:  Propiciar un clima adecuado que posibilite el desarrollo de los objetivos de esta etapa.  Acompañarla en su crecimiento personal, grupal y vocacional. 1.3 Al término de esta etapa se pide a la Aspirante haya llegado a:  Crecer en la integración de la personalidad.  Adquirir actitudes, hábitos y métodos de trabajo y estudio.  Amor personal a Jesucristo y una opción decidida por seguirle.  Capacidad para desarrollar una vida interior profunda.  Confianza en el valor de la educación.  Conocer los fundamentos de la vida cristiana y dar pasos coherentes con ella.

42 Declaraciones y Decretos p. 93, núms. 23, 24, 25. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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 Adquirir aptitudes propias para la vida religiosa y misión escolapia.  Participar en la vida de la Iglesia.  Vincularse en alguna actividad pastoral o solidaria entre los pobres y necesitados.  Desarrollar armónicamente todas las facultades humanas. Al aspirantado, admite la superiora mayor, una vez expresado el deseo de entrar al Instituto por medio de una petición donde expone las motivaciones que la llevan a ingresar al aspirantado. La duración dependerá de la madurez humana y cristiana, de su crecimiento vocacional y de las circunstancias personales de la candidata.

3. Prenoviciado El prenoviciado es tiempo fuerte de experiencia de vida cristiana y discernimiento vocacional en el que la candidata va clarificando las razones profundas de su vocación y el Instituto la acompaña y discierne las motivaciones de su elección. Es un proceso, que requiere un ambiente de libertad y responsabilidad, un acompañamiento que lo favorezca y una colaboración sencilla y abierta por parte de la candidata. 3.1 Objetivo: Conocer y discernir, desde la fe y el autoconocimiento, la llamada del Señor, a través de la iniciación en la oración, la experiencia comunitaria, y el acompañamiento personal, para elegir con libertad la opción de vida consagrada escolapia. 3.2 La comunidad, en corresponsabilidad con la formadora, se compromete a:  Ayudar a la persona a crecer en madurez humana y cristiana para que pueda dar a Dios una respuesta libre y responsable. 48

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 Desarrollar el plan de formación para esta etapa.  Acompañarla en su vivencia vocacional, y en el nuevo estilo de vida, de manera personal y grupal.  Proporcionar una evaluación psicodiagnóstica y ayuda profesional si no se ha hecho en el Aspirantado o si se ve necesario continuarlo.  Elegir los centros de formación apropiados para sus estudios o para el trabajo en la misión, según corresponda. 3.3 Al término de esta etapa se pide a la prenovicia:  Capacidad para establecer una buena relación consigo misma, con los demás, con las cosas y con Dios.  Vivir de forma sencilla y en progresivo desprendimiento de las cosas y del propio yo.  Progresar gozosamente en las virtudes y valores humanos y evangélicos.  Capacidad para desarrollar una vida interior profunda.  Colaborar con verdad y sencillez en el acompañamiento que se le ofrece.  Clarificar su vocación y profundizar en las exigencias fundamentales que ésta comporta.  Cuidar la oración personal.  Adquirir un conocimiento del Instituto, propio de esta etapa.  Expresar por escrito su deseo y motivaciones de seguir a Jesús en la Escuela Pía. Al prenoviciado admite la superiora mayor, una vez conocido el interés y auténtico deseo de la candidata de llegar a ser escolapia, y que reúne las condiciones requeridas por nuestro Derecho. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Su duración dependerá de la madurez humana y espiritual alcanzada por la prenovicia, no siendo inferior a seis meses ni superior a dos años.43

4. Noviciado El noviciado es el núcleo de la formación inicial que tiende a la configuración con Cristo en la identidad escolapia. Es un tiempo de madurar la vocación durante el cual se afianza su opción personal. Se centra en la experiencia de Dios, en las exigencias de la vida escolapia, en la vivencia de la vocación y en interiorizar la pertenencia al Instituto. Es una etapa especial, intensa y exigente, que por su radicalidad plenifica a la persona y le ayuda a vivir con gozo, un nuevo estilo de vida. La Superiora mayor nombra una religiosa como maestra de novicias, con dedicación plena, previa conformidad de la congregación general (RR. núm. 165.C5). El noviciado se hará en la casa designada y erigida con decreto escrito para tal fin por la superiora general, con el consentimiento de su consejo. (CC. Núm. 95). 1.1 Objetivo: Descubrir y experimentar a Jesús como su verdadera identidad a través de una experiencia profunda de encuentro con Jesucristo, de un conocimiento y vivencia del Proyecto de Vida Religiosa propuesto en las Constituciones y desde una conversión personal para que responda libre y gozosamente al Señor con la Profesión Religiosa en la Escuela Pía.

43 CC. núm. 94. 50

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Formación Inicial

1.2 La comunidad del Noviciado, en corresponsabilidad con la formadora, se compromete a:  Acoger a las candidatas con alegría y sencillez. Recibirlas como son, con sus iniciativas e inquietudes, con sus experiencias, cualidades y limitaciones.  Ayudarles a responder con libertad, a la llamada de Dios en el seno de la Iglesia, poniendo los medios para que puedan hacer una experiencia significativa de fe, vivida en comu­ nidad.  Colaborar en la realización, vivencia y evaluación del plan de formación para esta etapa. 1.3 Al término del noviciado se pide a la novicia:  Consolidar los motivos de su opción de consagrarse a Dios en la Escuela Pía.  Proseguir su proceso de madurez humana y armonizarla con las exigencias de su vocación, vivida en comunidad.  Ir configurando su vida con la persona de Jesús y los valores evangélicos.  Hacerse consciente de su pertenencia a un Instituto internacional y multicultural y de las exigencias que esto comporta.  Colaborar con verdad y sencillez, en el acompañamiento que se le ofrece.  Integrar y armonizar en lo cotidiano la vida de comunidad, de oración y el trabajo apostólico.  Estar abierta a la corrección fraterna y al perdón como medio de crecimiento evangélico.  Estar disponible al diálogo, a la colaboración y a aceptar la misión encomendada. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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 Vivir la alegría de formar parte de la familia escolapia y tener sentido universal de pertenencia al Instituto y a la Iglesia.  Crecer en el amor personal a Jesucristo y manifestar una opción decidida por seguirle.  Ir descubriendo como propio del instituto, la actitud filial a María como madre y modelo de educadora.  Poseer la necesaria madurez para decidir, libre y responsablemente su entrega al Señor.  Conocer e impregnarse de la identidad escolapia plasmada en nuestras Constituciones.  Responsabilizarse de su propia formación, participando en la programación propia de esta etapa. Al noviciado admite la superiora mayor inmediata con el parecer de su Consejo. La novicia, consciente de que Dios la llama, manifiesta por escrito, tres meses antes, su decisión y motivaciones para entregarse al Señor en la Escuela Pía y se prepara para la profesión temporal con una semana de ejercicios espirituales.44 La duración del noviciado es de dos años, pudiéndose prolongar por seis meses.

5. Juniorado El juniorado es el tiempo comprendido entre la profesión temporal y la perpetua. Es un período de afirmación de los compromisos ya adquiridos en la profesión temporal, encaminado a reforzar la madurez humana y cristiana y a completar la formación religiosa, teológica, calasancia y catequética, así como profesional y cultural.

44 CC. núm. 96. 52

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Formación Inicial

El juniorado se ha de vivir en clima de discernimiento constante, de atención y escucha al Señor, de confrontar la propia vida con el evangelio y con la identidad escolapia, de crecer en la actitud contemplativa de la acción y de ir avanzando en el seguimiento de Cristo con entusiasmo siempre nuevo. El juniorado está distribuido en dos etapas: • Juniorado I: Los tres primeros años. • Juniorado II: hasta la Profesión Perpetua. 5.1 Juniorado I 5.1.1 Objetivo: Experimentar y crecer en la identidad escolapia, a través de un proceso orante, de la convivencia fraterna, de la experiencia apostólica y de la formación pedagógica, teológica y espiritual, para que se vaya afianzando en la vocación a la que ha sido llamada. 5.1.2 La comunidad en corresponsabilidad con la responsable se compromete a:  Colaborar en el acompañamiento realizado por la formadora, que le ayude a desarrollar y consolidar la formación recibida en la etapa anterior.  Crear las condiciones, personales y comunitarias, para favorecer la formación exigida.  Posibilitar los estudios adecuados para la misión.  Compartir la misión educativa. 1.1.3 Al término de esta etapa se pide a la junior:  Una personalidad integrada que le permita experimentar de manera global y satisfactoria el género de vida profesado y progresar en ella. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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 La cualificación profesional por medio del estudio sistemático como preparación responsable al ministerio pastoral y educativo.  Vivencia de la identidad escolapia y del sentido de pertenencia al instituto.  Una vida espiritual cuidada.  Capacidad para caminar en comunidad, aceptando las diferencias mutuas, las diversas funciones de responsabilidad y las decisiones comunitarias.  La elaboración del proyecto personal y comunitario. Participación, a su nivel, en la vida de la comunidad, Demarcación e Instituto.  Poner al servicio del Instituto los valores personales y culturales, colaborando activamente en la misión educadora.  Participar en la vida de la Iglesia local en proyectos intercongregacionales, parroquiales, diocesanos, sociales y de formación.  Solicitar por escrito la renovación de votos, exponiendo sus motivos. 5.2 Juniorado II 5.2.1 Objetivo: Consolidar su consagración a Dios y su pertenencia a la Escuela Pía, integrando la experiencia de Dios, la vida fraterna y la misión, confirmando definitivamente su opción con la profesión perpetua. 5.2.2 La comunidad en corresponsabilidad con la responsable se compromete a:  Mantener el acompañamiento a las formandas para su crecimiento. 54

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Formación Inicial

 Crear un ambiente alegre, espiritual y fraterno, que ayude a la junior a descubrir al Señor en los acontecimientos, a enriquecer su vida espiritual, a vivir con equilibrio las relaciones con los demás, basadas en un amor auténtico, y a asumir progresivamente el apostolado educativo.  Proporcionar un clima de fe compartida, de diálogo fraterno y revisiones comunitarias que favorezcan la respuesta gozosa al Señor.  Elegir los centros de formación adecuados para sus estudios o para el trabajo en la misión, según corresponda.  Favorecer la vivencia de su vocación y la realización de la misión encomendada.  Ayudar a tener una visión cristiana del mundo y de la cultura, para capacitarla en el servicio de Dios y de los hermanos. 5.2.3 Al término de esta etapa se pide a la junior:  Una personalidad suficientemente estructurada en todas sus dimensiones que le permita prepararse y comprometerse para la opción definitiva de su vida como escolapia.  La cualificación pedagógica, teológica, pastoral y cultural por medio del estudio sistemático para desarrollar con profesionalidad el servicio de nuestra misión educadora.  Vivencia de la identidad escolapia y del sentido de pertenencia al instituto.  Crear un ambiente comunitario en el que sean posibles las relaciones interpersonales constructivas, la práctica de la corrección fraterna, y el discernimiento personal y comunitario.  Vivir los consejos evangélicos y la vida espiritual como testimonio y profecía.  Acoger a María, como parte de su espiritualidad, reconociéndola como modelo de educadora y discípula fiel de Jesús. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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 Conseguir la libertad y madurez personal suficientes para asumir un compromiso de por vida con la profesión perpetua. Al final de cada año la junior solicitará, a la superiora mayor inmediata, la renovación de votos por escrito, exponiendo sus motivaciones. La duración del juniorado II, es de tres años, pudiendo prolongarse por tres años más. La tendencia del Instituto es que el juniorado no sea inferior a cuatro años. Toda la etapa no debe exceder los nueve años. A la profesión perpetua admite la Madre General con el parecer de su consejo.

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Formación Permanente

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Formación Permanente

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Formación Permanente

«Los religiosos continuarán diligentemente su formación espiritual, doctrinal y práctica durante toda la vida; los Superiores han de proporcionarles medios y tiempo para esto».45 «La formación ha de ser sistemática, acomodada a la capacidad de los miembros, espiritual y apostólica, doctrinal y a la vez práctica, y también, si es oportuno, con la obtención de los títulos pertinentes, tanto eclesiásticos como civiles».46 Cada etapa de la vida presenta unas características inéditas que requieren reflexión y atención para reajustar la propia identidad y el proyecto en cada momento vital. La formación debe ser planificada de tal manera que abarque todas las etapas e incluya a todas las personas. Las mediaciones de la formación son diversas y es importante que cada persona acoja aquellos medios que son más oportunos para su edad y circunstancia.

1. INSERCIÓN EN LA MISIÓN APOSTÓLICA Es el período que sigue a la profesión perpetua. Suele describirse como la edad adulta, tiempo del establecimiento de un estilo de vida. La persona, a través de las opciones existenciales ya tomadas, ha encontrado su modo peculiar de ser, de pensar de actuar y de vivir. Es un momento lleno de significado para el crecimiento hacia la plenitud vocacional y despliegue de potencialidades. Etapa en que aprendemos a superar la dispersión y el deseo de afirmación de nosotras mismas, tiempo en que nos orientamos con energía hacia la unificación personal, la claridad de intenciones y la opción por lo esencial. En este ciclo vital caracterizado por un especial atractivo hacia la

45 CIC Canon 661. 46 CIC Canon 660. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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maternidad, nuestra feminidad se abre a una acogida amplia y la virginidad consagrada se hace opción consciente y espiritualmente enriquecedora. Es un tiempo de creatividad y de disponibilidad para el Instituto y para la Iglesia. El hecho de que la escolapia se entregue por vocación a profundi­ zar en su ser escolapio y estar en continuo con­tacto con la misión, puede y debe ayudarle a descubrir pro­gresivamente la verdad, el bien, la belleza, el valor de la vida, tanto en los momentos de actividad como de descanso, a poten­ciar la capacidad de admiración, de intuición..., a gustar de la verdadera sabiduría. 47 Estas posibilidades no se cierran con la edad, sino que crecen y maduran con los años. 1.1 Objetivo: Vivir, a la luz del Evangelio y de la inspiración carismática, su opción primera. Releer la totalidad de la entrega dando nuevo empuje y nuevas motivaciones a la decisión tomada en su día. Es la época de la búsqueda de lo esencial.48 1.2 A la religiosa escolapia se le pide:  Seguir cultivando las capacidades personales y saber aceptar las propias limitaciones.  Fundamentar las relaciones, en una buena comunicación y con la implicación de todos, para que sean constructivas y fecundas.  Seguir educando las virtudes y los valores humanos y cristianos.  Cuidar la misión compartida y el trabajo en equipo con las hermanas y con los laicos.

47 La formación inicial y permanente de la escolapia, p. 59. 48 Cfr. VC. núm. 70. 60

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 Armonizar la vida de oración con la misión.  Crecer en autoconocimiento.  Saber cuidar la salud física, psicológica y espiritual.  Conjugar creatividad y fidelidad, abrirse a respuestas valientes y generosas en entera disponibilidad a la escucha del Espíritu, para hacer presente en todo momento la dimensión profética de nuestro carisma.49  Vivir y trasmitir la verdad y el amor. Ser auténtica Cooperadora de la Verdad.  Tener conciencia clara de que la última responsable de su formación es ella misma. La fidelidad a la llamada del Señor y la respuesta testimonial que ha de dar debe ser el mejor aliciente para aprovecharse de todos los medios que están a su alcance.  Seguir profundizando en conocimientos bíblicos, teológicos, documentos de la Iglesia y del Instituto y en su formación profesional.  Cultivar el conocimiento de las diferentes culturas y tener contactos interdemarcacionales e intercongregacionales. 1.3 El Instituto ofrece:  Cursos de renovación espiritual para hermanas de todas las Demarcaciones, adaptados a las características y necesidades de cada edad, que además del enriquecimiento personal, contribuirán a un mayor conocimiento y unidad entre los miembros del Instituto. Serán organizados por la Congregación General o por las Demarcaciones.

49 La formación inicial y permanente de la escolapia p. 60. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

 Un plan formativo para cada Demarcación de acuerdo con las directrices del Instituto. La Congregación Provincial, Viceprovincial o de Delegación los organizará.  Un tiempo de reflexión, de oración y de estudio que ayude a cada escolapia a mantener la alianza de amor y revitalizar su consagración: • Después de unos años (10-15) de actividad educativa. • En el momento de cambio de actividad, al irse retirando progresivamente del quehacer pedagógico o pastoral al que se dedicaba. • En circunstancias en que puede surgir una dificultad mayor para la persona y necesite de una ayuda para superarla. Dadas las características propias de nuestro Instituto, estos momentos fuertes deben entenderse de modo flexible.

2. NUEVAS POSIBILIDADES DE MADUREZ Es el periodo de la consciencia de los límites físicos e intelectuales, pero también de crecimiento y equilibrio interior. La escolapia abriéndose con fe y paz a la aceptación de su presente, orienta y prepara su nueva forma de servir a la misión, con lucidez y calidad. Supone una continua verificación de la propia fidelidad al Señor y una mirada inteligente a los signos de los tiempos para dejarse sensibilizar por ellos y darles la respuesta apropiada. 2.1 Objetivo Ayudar a mantener la vida espiritual y apostólica, descubriendo las peculiaridades de esta fase existencial, que continúa siendo fecunda a pesar de la disminución de la actividad laboral y apostólica y de las fuerzas físicas. 62

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2.2 A la religiosa escolapia se le pide:  Vivir de manera serena, discreta y transparente tanto la vida espiritual como la apostólica.  Seguir creciendo a nivel personal, evitar el peligro del individualismo y el temor de no estar «adecuadas a los tiempos».  Compartir los dones recibidos y saber trabajar en equipo, favoreciendo la colaboración abierta a todos.  Aceptar las cualidades, las diversidades y los límites, propios de la vida comunitaria.  Seguir profundizando en conocimientos bíblicos, teológicos, documentos de la Iglesia y del Instituto.  Preocuparse de actualizar la propia formación. 2.3 El Instituto ofrece:  Tiempos y espacios para renovarse pedagógica y espiritualmente y para el conocimiento y la valoración de sí misma.  Oportunidades alternativas para vivir la misión, de acuerdo a los intereses y posibilidades de cada hermana.  Condiciones que faciliten la calidad de vida y la participación en los momentos comunitarios.  El acceso a la red de los medios de comunicación social en vistas a su propia formación y al servicio de la comunidad y de la misión educativa.

3. PLENITUD HUMANA Y EVANGÉLICA Es el momento de volver a considerar el pasado co­mo gracia y de vivir el presente más unida al Misterio Pascual, aceptando la aparente pasividad que Dios vivifica, en provecho de la Escuela Pía y de la Iglesia. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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La escolapia gradualmente va centrando su oración en la contemplación y su acción en el ofrecimiento diario de sí misma por el mundo, la Iglesia y el Instituto. De forma progresiva su vida de seguimiento a Jesús, bajo la fuerza del Espíritu, y en adhesión incondicional a la Palabra, crece en conocimiento interior del Padre al que se abandona totalmente y así continúa siendo para el Instituto fuerza viva y punto de referencia. Las escolapias, en este momento, tienen que ser para todas, maestras de vi­da y encarnación del espíritu es­colapio. 3.1 Objetivo: Afrontar con un esmerado programa de apoyo espiritual los problemas nuevos que esta edad avanzada presenta. El progresivo alejamiento de la actividad, la enfermedad en algunos casos o la inactividad forzosa, son una experiencia que puede ser altamente formativa. La persona consagrada sabe que el Padre está llevando a cumplimiento en ella el misterioso proceso de formación iniciado tiempo atrás. Estos años serán vividos como acto de amor supremo y de entrega total de sí misma, siendo para el Instituto un testimonio de gran valor.50 3.2 A la religiosa escolapia se le pide:  Seguir cultivando las capacidades personales y saber aceptar las propias limitaciones y debilidades.  Potenciar las virtudes y valores humanos, cuidar la salud física, psicológica y espiritual, asumiendo nuevos significados de pensamiento y hábitos de conducta a la luz de la realidad que vive y de las personas con las que convive.

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 Crecer en reconciliación, solidaridad, tolerancia, cuidado mutuo e interés por los demás.  Estar atentas a la escucha del Espíritu y vivenciar la espiritualidad entretejida a dos ritmos, la implicación práctica, en la medida de sus posibilidades, y la contemplación de todo lo vivido.  Esforzarse en vivir esta etapa de la vida consagrada en plenitud y con alegría teniendo conciencia de que cada fase del camino es nueva y única.  Saber «despedirse» «dejar paso», enfrentarse a la última etapa de la vida y prepararse para el encuentro definitivo con el Padre. 3.3 El Instituto ofrece:  Cursos de renovación espiritual con hermanas de todas las Demarcaciones, adaptados a las características y necesidades de esta etapa. Serán organizados por la Congregación General o por las Demarcaciones.  Un plan de Formación de Demarcación, de acuerdo con las directrices del Instituto.  La asistencia espiritual necesaria, para este momento de su vida.  Una casa y condiciones de vida adecuadas a las necesidades de esta etapa, comprometiéndose a mantener con ellas una relación asidua y fraterna.

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Conclusión

Conscientes de que «ni el que siembra, ni el que riega, sino Dios es el que nos hace crecer y dar fruto»,51 pedimos a la Virgen, Madre de Dios de las Escuelas Pías, que atraiga sobre cada una de nosotras y sobre el Instituto entero, una renovada efusión del Espíritu, que nos ayude a responder, en cada etapa de la vida, a nuestra vocación de Hijas de María Religiosas de las Escuelas Pías contribuyendo, en comunión con toda la Iglesia, a hacer realidad en el mundo actual la civilización de la verdad y del amor.

51 1 Cor. 3,7. Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Fuentes utilizadas

Texto bíblico: La Biblia de Jerusalén, texto aprobado por la CEE. Documentos eclesiales:  Documentos del Concilio Ecuménico Vaticano II.  Código de Derecho Canónico.  Catecismo de la Iglesia Catolica.1992. Juan Pablo II  Mulieris Dignitatem. Carta apostólica sobre la dignidad y vocación de la mujer. 1988.  Redemptoris Missio. Carta encíclica 1991.  Vita Consecrata. Exhortación Apostólica Postsinodal. 1996.  Carta a los ancianos - 1° octubre 1999. Benedicto XVI  Carta Encíclica Deus Caritas est (25.12.2005).  Carta Encíclica Spe Salvi (30.11.2007).  Carta «Porta Fidei» (11 de octubre 2011). Libro de Formación inicial y permanente de la Escolapia

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Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica:  Orientaciones sobre la formación en los institutos religiosos. OFIR 1990.  La vida fraterna en comunidad: «Congregavit nos in unum Christi amor» 1994.  La persona consagrada y su misión en la Iglesia. 2002.  Caminar desde Cristo.19 de mayo de 2002.  Congreso Internacional de la Vida Consagrada. (Nov. 2004). Pontificio consejo para los laicos:  La dignidad del anciano y su misión en la Iglesia y en el mundo, 1999. Consejo Episcopal Latinoamericano:  Pastoral vocacional en el Continente de la esperanza, Santafé de Bogotá 1994. Obra para las vocaciones eclesiásticas:  «In verbo tuo...». Nuove vocazioni per una nuova Europa. Documento final del Congreso sobre vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada 1999. Documentos congregacionales:  Constituciones y Reglas del Instituto de Hijas de María Religiosas de las Escuelas Pías.1996.  Declaraciones y Decretos 1969.  Documento del XXV Capítulo General. 2007 «La Escolapia servidora del agua de la Vida». 70

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Fuentes utilizadas

 Diez Escritos de M. Paula. P. Dionisio Cueva, Sch.P. Sabadell 1969.  Régimen Interior del Pío Instituto de Hijas de María RR. Escolapias. 1925.  Origen y Espíritu del Pío Instituto de Hijas de María RR. Escolapias. 1918.  La formación inicial y permanente de la escolapia. Religiosas de las Escuelas Pías. Aprobado en el capítulo general de 1989.

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COLECCIÓN

Pedagogía y Pastoral de las Escolapias.

A las que movidas por el Espíritu desean compartir nuestra vida y ministerio, las recibimos con alegría en el seno de la Familia Escolapia. Sobre todo, con el testimonio gozoso de nuestra vida, cooperamos para que su respuesta a la llamada sea sincera y generosa. (CC 90)

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