INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE

INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de Nivel Superior según Acuerdo Secretarial

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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de Nivel Superior según Acuerdo Secretarial 15018, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de noviembre de 1976 DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS SOCIOCULTURALES MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN DE LA CIENCIA Y LA CULTURA

Relación entre los científicos y los no científicos a partir de las políticas de Ciencia y Tecnología en México desde los indicadores sociales

Tesis que para obtener el grado de Maestro en Comunicación de la Ciencia y la Cultura Presenta

Alan Gabriel Telpalo Lozano Director de tesis Dr. Raúl Fuentes Navarro Tlaquepaque, Jalisco, Noviembre de 2014

Tabla de contenido

JUSTIFICACIÓN ....................................... 2 OBJETIVOS .......................................... 5 PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ............................. 7 MARCO CONCEPTUAL INICIAL .............................. 8 ESTRATEGIA METODOLÓGICA PREVISTA ....................... 27 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................... 30

1

Resumen

El presente proyecto tiene por objeto introducirse en la discusión sobre la importancia de establecer categorías de análisis interpretables al impacto social que la Ciencia y Tecnología en México tienen en la sociedad a partir de la revisión de las políticas de CONACYT -en particular las concernientes el Sistema Nacional de Investigadores (SNI)en el entendido que estas políticas tienen como objetivo el desarrollo social de la nación. Partiendo del supuesto que en los países desarrollados se hacen inversiones promedio del 2% del Producto Interno Bruto (PIB)1 en el desarrollo científico y tecnológico, pareciera no existir urgencia particular por medir el éxito de las políticas que permiten tal avance en un nivel económico pero tampoco a un nivel social, ya que la fórmula aparentemente funciona ya que por lo general los países con mayor grado de inversión en Ciencia y Tecnología son aquellos que también cuentan con los más altos índices de desarrollo social en términos genéricos. Pero en Latinoamérica y en particular en México, la realidad social lleva a repensar las estrategias de desarrollo y reflexionar en la eficiencia pero sobre todo la eficacia de esta inversión.

Justificación Cuando se ingresa al sitio oficial de internet del órgano regulador en materia de Ciencia y Tecnología en México -el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT)- se puede leer como meta principal el siguiente texto

1

Promedio del PIB destinado por el G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Rusia). Países como Austria (2.84%), Dinamarca (2.98%), Finlandia (3.55%), Israel (3.83%) y Suecia (3.41%), superan el 2% de inversión del PIB en Ciencia y Tecnología. Por su parte, México destina el 0.43% en este rubro (Banco Mundial, 2014)

2

Consolidar un Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología que responda a las demandas prioritarias del país, que dé solución a problemas y necesidades específicas, y que contribuya a elevar el nivel de vida y el bienestar de la población. (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 2014)

Por otro lado la visión general del CONACyT se refiere a:

La contribución conjunta con otras dependencias y entidades del Gobierno Federal, así como del sector productivo para que México tenga una mayor participación en la generación, adquisición y difusión del conocimiento a nivel internacional, y a que la sociedad aumente considerablemente su cultura científica y tecnológica, disfrutando de los beneficios derivados de ésta (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 2014)

Estas dos ideas resumen a grandes rasgos los objetivos de cualquier política científica en el mundo2; invertir en Ciencia y Tecnología para generar beneficios sociales, es la premisa por la que las políticas científicas a través de distintos programas y apoyos son

En Argentina el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva se presenta así “El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue creado con el fin de incorporar la ciencia y la tecnología al servicio del desarrollo económico y social del país” En Brasil el Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico afirma que “Desempeña un papel vital en la formulación y aplicación de políticas de ciencia, tecnología e innovación. Sus operaciones contribuyen al desarrollo nacional y el reconocimiento de los investigadores brasileños y la investigación por las instituciones de la comunidad científica internacional”. En España la Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación (SEIDI) es el departamento de la Administración General del Estado encargado de la propuesta y ejecución de la política del Gobierno en materia de investigación científica y tecnológica, del desarrollo e innovación en todos los sectores, así como la coordinación de los organismos públicos de investigación de titularidad estatal y de asegurar la coherencia y la coordinación del fomento de la I+D+I en el territorio de España. (Por citar algunos ejemplos sobre los objetivos y misiones de los organismos encargados de realizar y ejecutar políticas científicas públicas en Ciencia y Tecnología) 2

3

implementadas, Solís (2011; p.21) apunta al respecto “La prioridad estratégica se asocia, con la necesidad de garantizar una distribución adecuada de los recursos en función de las líneas de I+D3 e innovación que realmente tengan una utilidad comprobada en el entorno social en cualquier dimensión”.

El paso siguiente consiste entonces en la evaluación de resultados que la inversión en Ciencia y Tecnología de recursos humanos y económicos le generan a la sociedad, para ello existen una serie de instrumentos metodológicos estandarizados que se encargan de medir el impacto social a partir de enfoques cuantitativos; estos instrumentos parten de la lógica lineal de financiación- ganancia que dan cuenta de la relación entre la inversión monetaria y el desarrollo social de un país. Entre los enfoques metodológicos diseñados se pueden enunciar los siguientes: El factor de impacto de las revistas académicas en las bases de datos especializadas, índices de citas que los autores tienen en las publicaciones más reconocidas en las principales bases de datos científicas4, el desarrollo de patentes, los niveles de certificación de los programas de posgrado; entre otros, varios de ellos relacionadas con la bibliometría. Sin embargo, algunas de las críticas a los enfoques con clara tendencia a lo cuantitativo, es que se deja de lado o al menos no queda explícita la relevancia social, es decir: el factor social 5, como lo comentan González y Molina (2008; p 14)

3

Investigación y desarrollo Pierre Bourdieu (2010) afirma que la ciencia reposa en el postulado de que la verdad del producto (verdad científica) reside en particulares condiciones sociales de producción, en un estado determinado de la estructura y del funcionamiento del campo científico. 5 Por factor social se entiende que es la manifestación tangible del comportamiento en sociedad 4

4

Para que los resultados de las evaluaciones posean una utilidad social real y su implementación sea más factible, deben de incorporar, desde su diseño, a los actores sociales para los cuales es relevante este proceso, sean

estos

investigadores,

empresarios,

funcionarios

públicos,

organizaciones ciudadanas o representantes de comunidades rurales organizadas

Por su parte Fernández (2008; p.5) observa que “Hay una suerte de ingenuidad y de mistificación – ‘ilusión cientificista’- que consiste en creer que los problemas de la salud y el ambiente, podrían resolverse en proporción a las inversiones de investigación científica consagradas a su solución”. En consonancia Olivé (2009, p.32) apuntala que “Fortalecer la ciencia y tecnología no es suficiente para el desarrollo social, es necesario articular estos sistemas con el resto de la sociedad, de manera que los diferentes grupos se apropien críticamente del conocimiento y lo utilicen en su beneficio por medio de diversas prácticas”.

Objetivos El objetivo de este texto es el analizar los efectos de las políticas en Ciencia y Tecnología en México, a partir del Sistema Nacional de Investigadores – en adelante SNI-, y establecer cuál es la relación entre el campo científico y la sociedad; es decir, interpretar como se da la relación entre los intereses de estudio de los científicos y las problemáticas sociales del país.

Atendiendo a una forma de entendimiento que contempla tres factores en la trasmisión y producción de mensajes, es decir en la producción de discursos, se encuentran los creadores de esta información emanada del trabajo de investigación: los científicos. Para 5

efectos de este estudio y si fuese necesario según el enfoque metodológico que se irá planteando a lo largo del trayecto de investigación se entenderá por científicos como criterio de inclusión a los miembros del SNI, ya que son ellos -a nivel institucionalquienes participan de la investigación en México. Bajo esta lógica se pretende que ese criterio de inclusión sirva para tener claridad en cuanto a los datos estadísticos que podrían ocuparse. Con esa condición incluyente no se busca descartar ni menospreciar la investigación que se hace fuera de este circuito, por el contrario, se reconoce que hay investigación en México que proviene de sujetos que no cuentan con este tipo de estímulos, –por distintos factores que van desde motivos racionales como postura política, los generacionales que por edad aún no han podido estudiar un grado doctoral o quienes cuentan con este grado pero no han podido ascender a este esquema de reconocimiento, entre otros- así como investigación que se realiza no solamente en el ámbito académico-público, sino también el empresarial.

Otro componente a identificar es la tipificación colectiva sobre quienes recaen los efectos de la investigación científica quienes a su vez la apropian, amparada en las políticas públicas que promueven o privilegian ciertos enfoques según las necesidades del país, como ya se mencionó, no se pretende hacer una particularización de los sujetos sociales sino agrupar los efectos en aplicaciones de largo alcance en términos sociales.

Por último, se reconoce que habrá que indagar si existe un elemento mediador entre científicos y sociedad, ya que ambos grupos sociales tienen una dinámica de comunicación y legitimación de conocimientos diferentes, pero habría un punto de

6

conexión en donde lo producido por la investigación científica es apropiado por la sociedad no dedicada a la esta actividad de producción de conocimiento. Este elemento mediador es encontrado en las ideas de Bourdieu (2010) quien argumenta que los autores –científicos- no se conectan de modo directo a la sociedad, ni siquiera a su clase social de origen, sino a través de la estructura de un campo intelectual, que funciona como mediador entre el autor y la sociedad. “Una de las propiedades paradójicas es que los campos muy autónomos, como la ciencia o la poesía, tienden a tener como único vínculo con el mundo social las condiciones sociales que aseguran su autonomía respecto ese mundo” Bourdieu (2010, p.35), de lo cual podría desprenderse que de origen, la ciencia o el campo científico, no contempla en realidad la socialización del conocimiento como parte intrínseca de sus modos de producción y legitimación.

Problema de Investigación

De acuerdo a Moragas (2011; p.38) “La investigación recibe demandas sociales distintas, dependientes de los centros de decisión política económica y cultural” por lo cual considero pertinente articular una propuesta que responda a la pregunta ¿Cómo analizar la relación entre los académicos en México y la sociedad? y la hipótesis que se propone es que esta relación es estudiable desde la propuesta de los indicadores sociales que se encargan de interpretar el impacto social, en este caso a partir de las políticas en Ciencia y Tecnología en México

La respuesta a esta pregunta pretende incluir demandas al nivel de las condiciones que no sólo pueden ser tomadas en cuenta por la naturaleza estadística de los métodos

7

cuantitativos, de modo que se busca insertar en la discusión sobre las cualidades que permitan analizar efectos de las políticas en Ciencia y Tecnología en México a partir de elementos como el de los indicadores sociales y en consecuencia ahondar en una herramienta metodológica que abone a esta discusión. Fernández (2008; p.3) afirma que “Al hablar (o escribir) sobre el impacto social de la ciencia, no puede desconocerse el hecho de que la ciencia es, en sí misma, una actividad social”. La búsqueda de esta respuesta permitirá ahondar en la relación entre los científicos y sus objetos de interés así como su relación con las temáticas de interés nacional.

En este documento se parte de la idea que el impacto social puede ser estudiado a partir de indicadores sociales, tal y como lo menciona Fernández (2008) porque el impacto social puede ser medible6 ya que es resultado de la aplicación de la Ciencia y Tecnología en resolución de cuestiones sociales7, enmarcadas en la búsqueda de satisfacción de necesidades básicas. De ahí que esta propuesta busque acomodo en la posición de cualificar la importancia social de la investigación científica.

Marco conceptual inicial

Comprensión Pública de la Ciencia. La comunicación científica es la disciplina que estudia los procesos de legitimación que incluye a las formas de consolidación del campo académico, es decir es un circuito

Si bien el concepto “medir” tiene que ver con enfoques cuantitativos, el autor se refiere a esta palabra en su función de interpretación a partir de lo cualificable 7 Demandas socialmente problematizadas relacionadas con el las necesidades básicas, el desarrollo social y humano; y la mejora de la calidad de vida (Condiciones propuestas por la ONU) 6

8

comunicativo por y para expertos, pero el campo de estudios es relativamente nuevo8. Las primeras publicaciones científicas –en particular revistas- se editaron hace sólo 300 años; en un inicio, la comunicación científica se ciñó exclusivamente a la correspondencia entre individuos pertenecientes a un extracto social en particular –la clase burguesa- y éstas a su vez fueron recopiladas para su posterior publicación en forma de boletines o informes que las sociedades reales se encargaban de divulgar. Sin embargo, este proceso de divulgación no se dirigía hacia la sociedad, sino a los propios miembros de la sociedad, quienes de todos modos, seguían constituyendo un nicho particular y cerrado en la producción institucionalizada de conocimiento científico.

Es hacia el año de 1665, cuando se fundan las revistas Journal des Sçavans, de origen francés y Philosophical Transactions de la Royal Society de Londres, éstas fueron las primeras publicaciones que se dedicaron en exclusiva a la difusión de trabajos científicos. En esa misma década aparecieron publicaciones con objetivos similares como El Acta Eruditorum de la Academia Naturae Curiosorum en 1682 o Histoire en 1699. Es en 1752 que la Royal Society londinense organizó un comité de papers para que expertos revisaran todos los artículos que se enviaban a su revista Philosophical Transactions, dicho comité se integraba principalmente de miembros de la realeza o con algún título nobiliario cuya función era determinar la importancia de los descubrimientos que los científicos enviaban para su publicación e indirectamente se encargaban de decidir lo que era socialmente relevante de ser conocido – con la excepción que para acceder a estas publicaciones los lectores debían contar con un cierto grado de instrucción y

8

En referencia a que la generación de conocimiento en la historia de la humanidad está íntimamente relacionada con la propia idea de civilización.

9

ostentar un estatus social en particular –nobiliario en la mayoría de los casos- para poder interpretar y comprender los resultados que ahí se publicaban-

Con la introducción de la revisión entre miembros expertos, la labor de difundir los resultados de una investigación cambió de manera radical el proceso de comunicación científica. A partir de entonces, el carácter exclusivo de la ciencia se trasladó de ser propio de los miembros del imperio británico hacia los miembros de las comunidades científicas jerarquizados y en el transcurrir histórico desde el siglo XVIII comienzan a florecer una serie de disciplinas que requirieron cada vez un cierto grado de especialización que les respalde; a su vez, ese grado de especialización se constituye como uno de los puntales en la consolidación del campo científico. De acuerdo a Bourdieu (2010, p.120)

Un campo se define, entre otras formas, definiendo aquello que está en juego y los intereses específicos, que son irreductibles a lo que se encuentra en juego en otros campos o a sus intereses propios (no será posible atraer a un filósofo con lo que es motivo de disputa entre geógrafos) y que no percibirá alguien que no haya sido construido para entrar en ese campo (cada categoría de intereses implica indiferencia hacia otros intereses, otras inversiones, que serán percibidos como absurdos, irracionales, o sublimes y desinteresado

Siguiendo a Bourdieu (2010) los campos científicos viraron sus objetivos a consolidarse a niveles institucionales. En consonancia, Craig (2008) menciona que las disciplinas científicas cumplen ciertos objetivos en su consolidación: tratan de ser coherentes (teórica y metodológicamente hablando) persiguen la institucionalización y buscan tener 10

relevancia social. Si bien Craig no lo menciona como una serie de pasos a seguir, es claro que las primeras dos condiciones son las urgentes a conseguir, por ello es que para sedimentar el ámbito académico, la primer y segunda búsqueda que Craig enuncia quedaron entrelazadas, ya que no podía conseguirse una sin la otra; pensar en Ciencias – Naturales o Sociales- sin aparatos teórico- metodológicos suponía un obstáculo a sortear y a su vez la institucionalización se dio por vía de las escuelas de enseñanza (que en definitiva son el filtro profesionalizador) y de medios de comunicación (revistas, libros etc.) que alienten y promuevan la discusión de ideas y a su vez fomenten la crítica a los mitos disciplinares. Sin embargo existe una aparente desconexión en la tercera condición que Craig menciona; ya que no se vislumbra como es que estas dos condiciones se manifestaran socialmente más allá de las instituciones.

A partir del siglo XX y sobre todo en la época posterior a la II Guerra Mundial y en el marco de la Guerra Fría es que comienza a notarse la necesidad de mostrar al público no especialista los avances científicos con el afán de contribuir al desarrollo social. Para Elías (2012), la idea de la Percepción Pública de la Ciencia –PUC- o PUS -por sus siglas en inglés- nació en el Reino Unido a partir de los años ochenta ya como campo formal a través de una iniciativa –una vez más- patrocinada por la Royal Society para que los científicos se dedicaran también a estudiar los aspectos sociales de las ciencias naturales. “En un primer momento, y según el espíritu que imprimió la Royal Society, se quería que, además de la visión de los sociólogos sobre el quehacer científico, también los licenciados en ciencias naturales se dedicaran a profundizar es estos aspectos” Elías (2012).

11

A partir de estos esfuerzos es que comienza a pensarse en la necesidad de la socialización del conocimiento, no sólo ya en la visión de transmisión de información sino de posibilitar la aprehensión de temas científicos para la sociedad en genérico y como elemento necesario en la búsqueda del desarrollo social. Como bien lo resumen (Villarroel, Valenzuela, Vergara, & Sepúlveda, 2013), “el paradigma de la ciencia como elemento del desarrollo social se encuentra presente en diversos autores como Feyerabend, (1992); Giddens, (1993); Ziman, (2003); Beck, (2002)” quienes confirman la relevancia de la producción del conocimiento científico para la sociedad, de acuerdo a éstos autores “La ciencia como institución y el conocimiento científico como producto forman parte integral de los fundamentos de la era moderna desde sus inicios y han ido cobrando una relevancia social creciente desde entonces” (Villarroel, Valenzuela, Vergara, & Sepúlveda, 2013), o al menos ese es el discurso que permea en la institucionalización de la producción del conocimiento científico.

Para Villarroel y otros (2013) la forma de ilustrar que el tema de la relevancia social de la Ciencia cobra cada vez más ascendencia en las políticas públicas se manifiesta en la importancia que otorgan los Estados modernos, en especial los más desarrollados en cuanto a recursos humanos y económicos. La preeminencia social de este tema se manifiesta “Ya sea como sustento de la formación académico-profesional y de la competitividad económica de los países, o como criterio de base en los procesos de toma de decisiones en la gestión pública “(Villaroel, et al, 2013)

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Paralela a esta afirmación, la relevancia social de la ciencia se expresa también, según Villaroel (2013) en la importancia que han adquirido en los últimos sesenta años los sistemas tecno-científicos de los países, que se constituyen como organismos cuyo principal objetivo es promover el desarrollo científico-tecnológico y la valoración social del mismo. Estos sistemas, cada vez más sofisticados y complejos en su operación se han trasformado además en un elemento constitutivo del capital simbólico de la Ciencia. Bourdieu señala en el libro El oficio del científico que:

El capital simbólico es un conjunto de propiedades distintivas que existen en y mediante la percepción de agentes dotados de las categorías de percepción adecuados, categorías que se adquieren especialmente a través de la experiencia de la estructura de la distribución de ese capital en el interior del espacio social o de un microcosmos social concreto, como el campo científico

Villarroel y otros (Villarroel, Valenzuela, Vergara, & Sepúlveda, 2013) hacen una disección de las fases que ha atravesado la percepción pública de la Ciencia. Cuadro 1 Fase 1

A partir de la mitad de los años

El primer foco de atención de

50

tales esfuerzos, en la segunda mitad de los cincuenta, fue investigar cuál era el nivel de conocimiento sobre ciencia y tecnología por parte del público, bajo el supuesto implícito de que la

ciencia

conlleva

13

mayoritariamente

beneficios

para la sociedad y que, por lo tanto, a mayor conocimiento científico del público habría una mayor valoración social de la ciencia Fase 2

Segunda mitad de los setenta y

Comienzan a interesar también

fines de los ochenta

las actitudes hacia la ciencia, interés derivado del incipiente desarrollo de una conciencia crítica del público respecto de ciertos riesgos de la modernidad que se empezaban a hacer evidentes riesgo

—en

nuclear

especial, y

la

el

crisis

ambiental— y que permitían cuestionar el supuesto previo de que la ciencia sólo trae consigo efectos beneficiosos para la sociedad y el ser humano Fase 3

Inicios de los noventa hasta el

Se

ha

agregado

presente

respecto

de

sociales

y

el

los

interés

contextos

culturales

que

intervienen en los procesos que articulan

la

relación

ciencia-

público

Fuente: Elaboración propia a partir de (Villarroel, Valenzuela, Vergara, & Sepúlveda, 2013),

14

En este punto, cabe la acotación que las principales tendencias que estos autores observan corresponden a datos de Estados Unidos y Reino Unido. Desde los datos proporcionados en este cuadro, puede darse una idea sobre el panorama en el plano Anglosajón en particular énfasis desde la mitad del siglo XX hasta nuestros días, sin embargo en Latinoamérica el horizonte no se encontraba tan halagüeño; mientras que en los países de punta de lanza la inquietud en estos temas comienza a ebullir, en los países del sur, los tópicos de discusión no se encuentran en este costado, quizá los momentos socio- políticos que la región atravesó influyeron de forma determinante en este retraso de estas reflexiones o la simple decisión de la agenda en esos temas que los académicos tomaron – en cualquier caso no se pretende ahondar en las razones en este momento -. Se comienzan a encontrar recién los primeros esbozos sobre estudios con este enfoque a partir de los últimos años del siglo XX y principios del XXI, “A diferencia de los países desarrollados, en América Latina la preocupación por la relación ciencia-público es reciente” (Villarroel, Valenzuela, Vergara, & Sepúlveda, 2013) así como las propuestas de medición se inician recién hacia final de los ochenta y cobra fuerza a finales de los noventa y hasta la fecha en esfuerzos de académicos que son evidenciados cada vez más en esta temporalidad.

Como muestra de esta situación, en una revisión sobre la literatura sobre los estudios sobre el binomio sociedad- ciencia en México se encuentra que este tipo de tópicos son residuales de los distintos Congresos y publicaciones. A partir de las bases de datos de distintas asociaciones – en particular de comunicación- existen una serie de documentos

15

que tímidamente se posicionan en este tema, pero que presentan dos disyuntivas importantes enunciadas a continuación:



Parece no existir claridad sobre la rama disciplinar en que pretenden insertarse estos estudios, ya que los distintos artículos y ponencias revisadas representan un crisol de temas que tienen como pretexto la socialización del conocimiento pero que en el contenido, no necesariamente ahondan en él.



La percepción pública de la ciencia como concepto aparece como una unidad de análisis paraguas que sirve para cobijar bajo su nombre, toda clase de propuestas no necesariamente interconectadas entre sí.

Impacto social como unidad de análisis Fernández (2000) reconoce dos enfoques en el estudio del impacto de la Ciencia y Tecnología en su generalidad; por un lado Fernández (2000) retoma de van Raan (1988) la definición sobre las formas cuantitativas de llegar a estas mediciones “El desarrollo de marcos conceptuales, metodologías y técnicas para la medición de la ciencia y la tecnología y la producción de indicadores de ciencia y tecnología configuran los llamados “estudios cuantitativos de la ciencia y tecnología”. Por otro lado, el reconocimiento de los métodos cualitativos se da en la necesidad de tener un vínculo con la toma de decisiones de estas medidas tomadas a nivel institucional “La segunda vertiente de la medición de la Ciencia y Tecnología tiene un objetivo más aplicado, esto es, brindar herramientas a los tomadores de decisiones en el campo de la política y gestión de la

16

Ciencia y Tecnología, conocidos como

indicadores de Ciencia y Tecnología”

(Fernández, 2000).

Existen documentos como el compilado “Familia Frascati”9 que fueron propuestos por la OCDE en 1963 y que entre otras cosas sirvió como consenso general de lo que los científicos de la época entenderían por definiciones básicas y categorías de las actividades de Investigación y Desarrollo este manual es una propuesta de Prácticas estándar en la actividad científica.

Si bien este documento se ha configurado como uno de los principales en términos de interpretación de este fenómeno también existen otros como el Manual de Oslo, Manual de Canberra, Manual de Bogotá que han logrado consolidar las mediciones y diseños cuantitativos a lo largo de la cienciometría; sin embargo los indicadores de corte social, han quedado rezagados en contradicción con las realidades diversas a nivel mundial y las crisis humanitarias y de desarrollo. Al respecto Barbero (2010; p.27) apunta que “la intervención de la política en la comunicación y la cultura no concierne solamente a la gestión de unas instituciones o unos servicios, a la distribución de unos bienes o la regulación de unas frecuencias, sino a la producción misma del sentido de lo social y sus modos de reconocimiento entre los ciudadanos”.

9

El manual contiene las definiciones básicas y categorizaciones de las actividades de Investigación y Desarrollo que han sido aceptadas por científicos de todo el mundo. Por esta razón, en la actualidad se reconoce como una referencia para determinar qué actividades son consideradas de Investigación y Desarrollo. OCDE (2002)

17

Como se ha mencionado a lo largo del documento, se propone estudiar un modelo de corte cualitativo cercano a la Comunicación, en donde el elemento clave para entender el factor social es conceptualizar a los actores que median el proceso de transmisión de resultados en investigación.

A continuación, y amparados en la condensación inicial de propuestas recuperadas se le concede al impacto social las siguientes características:



No es un elemento invasivo, sino más bien se piensa como un efecto fuerte



Pretende medir la efectiva influencia de un logro científico



No pretende medir el conocimiento, sino la trasmisión de este.

Ciencia como objeto de estudio Si bien el objetivo de este documento es el de analizar la relación que se da entre científicos y la sociedad en general, es preciso delimitar a qué se refiere el término ciencia con el fin de acotarlo como objeto de estudio. Se ha expuesto ya que entre otras cosas, el término se refiere a una forma de institucionalización de producción de conocimiento; si bien la civilización está estrechamente relacionada con el aprendizaje y transmisión de saberes, no todos estos son legitimados en el campo científico, estos saberes o explicaciones con pretensiones de veracidad encuentran su diferencia con el conocimiento tradicional en la institucionalización a partir de la legitimación realizada entre pares, en la creación de campos científicos.

18

Para caracterizar a la ciencia como objeto de estudio se han revisado distintos autores que sirven para recortar los bordes que el concepto pudiera tener. El primero de esos recortes proviene de las ideas de Pierre Bourdieu, para el francés, la ciencia es entendida como el campo social en que existe un espacio de posiciones y tomas de decisión. “La ciencia se propone establecer el estado del mundo y, al mismo tiempo, las tendencias inmanentes de ese mundo, el futuro probable de ese mundo, lo que no puede suceder (lo imposible) o lo que tiene algunas posibilidades, más o menos considerables, de suceder (lo probable)” (Bourdieu, 2001, p.107). A partir de esta idea, la ciencia como campo social se autorregula y genera sus propias condiciones permitiendo a los científicos un código común de acuerdo a su disciplina de adscripción y este código como el elemento mediador denominado capital simbólico del que dispone la ciencia; éste permite la preservación del campo y su diferenciación con la producción tradicional de conocimientos, lo que en definitiva significa su solidez hacia el interior, pero también con respecto al público no científico. Por su parte John Ziman ahonda en la ciencia como objeto de estudio en un enfoque más orgánico, es el llamado enfoque naturalista; desde este enfoque se afirma que “la ciencia aparece como un -modo de producción de conocimiento- cuya singularidad reside en que sus normas sociales son inseparables de sus normas epistémicas a las que los filósofos llaman principios regulativos” (Ziman, 2003). De acuerdo a (Otero, 2010, pág. 1) Ziman establece esta definición para poder constituir un modo comparativo en consonancia a tres formas de entendimiento que tradicionalmente se han utilizado para comprender el campo científico, estos tres modelos son cercanos a los paradigmas fundacionales en las Ciencias:

19



Las tesis positivistas, al que denomina la “Leyenda”,



Un segundo modelo, que considera más ajustado a la realidad, al que denomina “Modelo de la Ciencia Académica”,



Un tercer modelo al que denomina “Modelo de la Ciencia Post-académica” y que considera como un modelo emergente de cientificidad.

En su texto en que recopila el pensamiento comparativo de Ziman, Otero (2001;p 2.), realiza un cuadro que permite entender y a la vez establecer categorías constitutivas de la ciencia como modo de producción.

Cuadro 2 Modelo de Ciencia Académica CODIGO (PRECEPTOS)

MERTONIADO PRINCIPIOS REGULATIVOS

Comunistarismo

Comunicación

El conocimiento de la ciencia es considerado como conocimiento público y, como, las personas interesadas en él tienen el acceso garantizado. Evitar el secreto

La obligación de compartir el conocimiento y de hacerlo público hace que la ciencia desarrolle un complejo sistema de comunicación. La comunicación entre los científicos hace la intersubjetividad el fundamento del saber adquirido

Universalismo

Unificación

Las contribuciones a la ciencia no pueden ser valoradas ni tampoco rechazadas en razón de las 20

características de las personas que las El conocimiento científico configura un realizan archivo común constituido por una colección de teorías Evitar la discriminación

Desinterés

Objetividad

Las personas que realizan contribuciones científicas no se mueven, exclusivamente, por su interés inmediato, ya sea económico o de otro tipo, sino que están interesado en el interés más general.

El conocimiento científico se asienta sobre la posibilidad de evitar y superar los sesgos personales. Este principio es un producto colectivo, mas que una virtud individual.

Escepticismo

Crecimiento del conocimiento

Las contribuciones científicas son rigurosamente criticadas y valoradas antes de ser incorporadas al acervo del conocimiento compartido.

El conocimiento científico se ve continuamente modificado y mejorado merced a la evaluación que realiza la propia comunidad del conocimiento nuevo.

Evitar aportaciones inadecuadas

Originalidad

Novedad

Las contribuciones científicas son valoradas, especialmente, por su capacidad para innovar tanto en los problemas, como en las soluciones.

La búsqueda permanente del conocimiento nuevo hace de la investigación el centro de la actividad científica.

Evitar el tradicionalismo

Fuente: Ziman y Otero (2010), adaptación propia Desde la perspectiva positivista que Ziman enuncia, la ciencia pierde en historicismo, desde esta visión, el conocimiento científico es entendido como una visión válida creada por el hombre para entender el mundo, en particular el mundo social, pero también le dota de un elemento de reflexividad importante: 21

El conocimiento científico no es una meta-narración universal a partir de la cual se podría esperar poder deducir, a la larga, una respuesta fiable a cualquier cuestión significativa sobre el mundo. No es objetivo, sino reflexivo: la interacción entre quien conoce y lo que se conoce es un elemento esencial del conocimiento. Y como cualquier otro producto humano, no está libre de valores, sino que los intereses sociales lo impregnan. (Ziman; 1981; p.328)

Ziman reconoce en la ciencia académica un escenario de prácticas sociales, de esta forma termina por redondear a qué se refiere el planteamiento para entender la ciencia: “La relación entre las normas que regulan el ethos de los científicos y los principios que sustentan sus propias creencias” (Otero, 2010, pág. 5). En este punto cabe aclarar que el modelo de Ziman proviene de las llamadas normas mertonianas que son una serie de condiciones que Robert Merton enunció en 1942 y que se refieren al conjunto de valores culturales y costumbres que gobiernan las actividades científicas, es decir, no a su actividad epistemológica ni metodológica, sino en su función de práctica social. Ziman resalta que la principal virtud de estas normas – y de ahí por qué tomarlas como base para su propuesta de entendimiento- es porque enfatizan prácticas y principios que impactan directamente sobre los individuos y se distinguen genuinamente de la ciencia y otras profesiones. (2003, p. 42). A partir de esta base, el pensamiento de Ziman se relaciona con el objeto de este documento a partir de la afirmación que enuncia que las prácticas sociales que la ciencia logra articular, se convierten a su vez en un poderoso mecanismo social (Ziman, 2003, p.61). En un primer momento y en consonancia a Bourdieu, Ziman piensa que la fortaleza de la estructura de este sistema, le provee de una sensación de libertad a los científicos para el ejercicio de su profesión, para la búsqueda de sus objetos de estudio y su

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construcción de entendimiento. Al igual que Bourdieu Ziman considerará que el campo científico no se encuentra en contacto directo con la sociedad; pero a diferencia de éste, el contacto si se logra cuando la ciencia afecta la práctica, es decir, si bien ambos autores plantean que de inicio, el ejercicio científico florece al exterior de los factores sociales que le rodean, Ziman sí piensa que existe una relación en algún punto del proceso de construcción de conocimiento, la pregunta subyacente entonces es el ¿cómo?; ¿cómo investigar la relación de los sujetos y objetos de estudio de la ciencia –como campo genérico- y la sociedad a la que en apariencia en algún momento tendría que rendirle cuentas. A partir de los datos que provee la Encuesta Nacional sobre Percepción Pública de la Ciencia –ENPCTyT en adelante- es que se pueden encontrar los primeros esbozos sobre el estado que guarda la relación Ciencia- Sociedad. Este instrumento ha sido aplicado por CONACyT desde 1997 y que a partir de 2003 se lleva a cabo cada dos años con apoyo del INEGI (la versión de 2011 es la más reciente- publicada en 2013- ), este instrumento de recolección de datos surge de un esfuerzo emanado del Simposio sobre la Comprensión Pública de la Ciencia y Tecnología realizado en 1996 en Tokio, Japón que entre otras cosas buscaba indagar sobre las actitudes públicas ante la ciencia y tecnología así como su comprensión. La calificación que la sociedad encuestada le otorga en términos de respetabilidad a los científicos es de 9 en una escala de 1 al 10, lo cual da a entender que existe una sensación más que aceptable al ejercicio científico y los sujetos que la realizan a su vez, en términos generales, los científicos son considerados en un nivel “muy confiable” en la escala de confianza que la encuesta contempla.

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Gráfica 1.

Fuente: ENPCTyT 2011 (CONACyT – INEGI)

Gráfica 2

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Fuente: ENPCTyT 2011 (CONACyT – INEGI)

La separación a la que se refiere este último párrafo es atribuible a la especialización de las disciplinas científicas, de acuerdo de Ziman, ya que, entre otras cosas, la excesiva polarización en el lenguaje especializado con el no especializado produce desinterés. Como bien puede observarse en los datos que la ENPCTyT ofrece, una gran parte del público encuestado se considera ajeno al ejercicio de construcción de conocimiento institucionalizo; no sólo eso, considera que la Ciencia y la Tecnología no tienen dentro de sus objetivos la solución de problemas sociales. En la pregunta sobre si se considera que la Ciencia “erradicará la pobreza y hambruna en el futuro” el 47.9% de los encuestados está en desacuerdo. No es que este dato sirva para condenar la aparente separación ciencia- sociedad y se busque establecer forzadas analogías como el estado y la iglesia; ya que el campo científico y las diferentes formas de legitimación social, se encontrarían como esferas relacionadas pero no iguales en la Sociedad.

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John Ziman encuentra en la educación y el campo epistémico, el puente que subsana el alejamiento de las practicas científicas con la sociedad, para este autor, la desconexión no es total y a partir del campo educativo es deseable que los docentes e investigadores viren sus objetivos hacia productos aplicados “incluso en campos tan abstractos como la economía, la matemática, la química y física teórica” (Ziman, 2003, p. 62). Del lado epistémico, este es salvable a partir del archivo, es decir, requiere que los científicos faciliten el proceso de socialización publicando los resultados de sus procesos de investigación de una forma rápida, completa y libre (Ziman, 2003, p. 63).

Este elemento será parte de un apartado ético que la investigación le debe a la sociedad, que tampoco significa una puerta de entrada para la sociedad hacia el mundo científico, porque también ni siquiera es la intención; la meta es que se pueda saber en qué medida el ejercicio científico afecta a la sociedad, pero no que la segunda influya en la forma ni objetivos de conocimiento. Como se menciona al comienzo de este documento, el propósito es encontrar un instrumento capaz de medir la relación entre ciencia y sociedad y en el camino puede que se encuentren condiciones que lo supuestos iniciales no contemplan, como el hecho que los investigadores efectivamente atienden a interese personales en la construcción de conocimiento y no a la resolución de problemáticas sociales –como bien lo enuncia la Encuesta Nacional- , pero que esto no necesariamente tenga que valorarse como un comportamiento negativo, sino como se ha hablado ya a partir de Bourdieu, que éste sería un elemento constitutivo del campo científico, el interés personal por encima del estructural.

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Estrategia metodológica prevista La revisión bibliográfica hecha hasta el momento sobre las evaluaciones que se han hecho a la política científica en México dan cuenta de la ausencia del factor social en éstas por lo cual en un primer supuesto se puede afirmar que no hay propuestas de este tipo en los estudios sobre la Ciencia en México, no así en Latinoamérica y en España, donde diversos autores ponen de manifiesto la necesidad en sus respectivos países por tomar en cuenta la medición del impacto social a fin de tener una mejor certeza en el gasto público que se hace en estos rubros de modo que se solidifique la necesidad de tomar el en cuenta el factor socializante.

En segundo lugar está la revisión de las distintas propuestas a nivel cualitativo que existen de forma que se haga una reflexión sobre qué forma de recabar e interpretar datos es la más adecuada.

La propuesta entonces está basada metodológicamente en la propuesta de Ernesto Fernández Polcuch (2000) 10 quien propone en su tesis de Maestría estudiar el impacto

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Director del Programa de Política Científica y Tecnológica y Desarrollo de Capacidades de la UNESCO para la Ciencia en América Latina y el Caribe

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social de la Ciencia y Tecnología a partir de indicadores que el mismo construye desde las metodologías ex ante y ex post.

El primer tipo, las metodologías ex ante son aquellas que se fundamentan en el impacto potencial de las tecnologías, la I+D o las políticas de ciencia y tecnología, de las que Fernández (2000, p.67) señala como más apropiadas para los fines de estos estudios menciona la evaluación social de la tecnología, las task forces en Europa y la medición de la oferta de I+D dirigida a la resolución de problemas sociales como enfoques complementarios. Al respecto (Navarro, King, Ortegón, & Pacheco, 2006) en el manual de Pautas para abordar estos temas de la CEPAL mencionan los elementos de la evaluación ex ante; la Pauta se concentra en seis pasos con sus respectivas actividades:

1. Diagnosticar la pobreza en el área geográfica respectiva 2. Proponer alternativas de solución a los problemas específicos identificados 3. Levantar la línea de base 4. Seleccionar los posibles beneficiarios; 5. Simular la situación con proyecto y medir el impacto de los programas 6. Jerarquizar los proyectos por eficiencia y eficacia.

Por otro lado, en el mismo manual se menciona que las directrices en la evaluación expost los pasos son:

1. Analizar los objetivos del programa a evaluar; 2. Determinar las características y los efectos del programa; 28

3. Identificar las preguntas de evaluación; 4. Seleccionar los indicadores de impacto; 5. Estimar el impacto del programa; 6. Analizar la eficacia y eficiencia del programa.

A su vez, también existe la propuesta que probablemente sirva a modo de complementación para investigar la relevancia social de investigaciones que científicos del SNI producen a partir de la metodología empleada por Nederhof, A. J. y van Wijk, E. (1999, p. 2), Este estudio se centra en la identificación de investigación de alto impacto en las Ciencias en general –probablemente por la amplitud del estudio, este tenga que ceñirse sólo a las Ciencias Sociales-. La forma de proceder de estos dos autores consiste en que para cada tema, se identifican los institutos y los autores que han contribuido a un número considerable de artículos en bases de datos como ISI o Scopus y/o en los artículos más citados sobre un tema. La identificación de estos artículos se dio mediante dos parámetros de citación, cada uno basado en una combinación de un número mínimo determinado de estadísticas de citas "externas" (por personas distintas de los autores de un artículo), y una comparación estadística con los niveles de citación media mundial. Los tópicos fueron clasificados de acuerdo a la relevancia social. Posterior a esta categorización se

obtienen los perfiles detallados de los institutos, mostrando las

fortalezas y debilidades en el desempeño de la investigación.

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De acuerdo a estos autores los temas socialmente relevantes tienden a concentrarse en grupos multidisciplinares, mientras que grupos dominados por una o dos disciplinas contienen más investigación base.

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