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Publicación Trimestral - Número 13 - Oct - Dic. 2011 / ISSN 1853-8118 Complejidad Filosofía - Estética - Epistemología - Poética - Humanidades - Polí

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Publicación Trimestral - Número 13 - Oct - Dic. 2011 / ISSN 1853-8118

Complejidad Filosofía - Estética - Epistemología - Poética - Humanidades - Política Editorial Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia (Parte I) Por Raúl D. Motta El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia? Por Leonel De Gunther Delgado Los Rasgos del Concepto de Mujer y Madre en la Literatura: Una Perspectiva de lo Biológico al Mundo Social. Por Rosario Olivia Izaguirre Fierro y Eustolia Durán Pizaña

El Desván de las Reseñas Alejandro Ruiz Balza y Gustavo Coppola: Gestión de Riesgo Comunicacional

Publicación Trimestral - Número 13 - Oct. - Dic. 2011 / ISSN 1853-8118

Complejidad Filosofía - Estética - Epistemología - Poética - Humanidades - Política Director:

Editorial

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Una Aproximación a las Transformaciones de la

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Raúl Domingo Motta Secretario De Redacción: Alejandro Ruiz Balza Consejo Académico Internacional: Edgar Morin Emilio Roger Ciurana

Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia (Parte I) Por Raúl D. Motta

Geneviève De Mahieu Hermes Clavería Luz Angélica Gutiérrez Bonilla Porfirio Tamez Solis Eduardo Gálvez

El Ensayo como un Camino para Conocer:

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¿Cómo se Conoce lo que Cambia? Por Leonel De Gunther Delgado

Francisco Montfort Guillén Mario Aguilera Mejía Edgard de Assis Carvalho

Los Rasgos del Concepto de Mujer y Madre en 31

Hadj Garm´Oren

la Literatura: Una Perspectiva de lo Biológico

Fabio Moschen

al Mundo Social.

Abel Leyva Castellanos Rubén Oscar Elz

Por Rosario Olivia Izaguirre Fierro y Eustolia Durán Pizaña

Editor responsable: Dr. Raúl D. Motta y Lic. Alejandro Ruiz Balza. Las notas firmadas representan la opinión de los autores y no necesariamente la de la revista. Dirección: Arenales 1837 - Piso 2 Dto. “D” 1124 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Telefono 541148137074 - www.complejidad.org / email: [email protected]

El Desván de las Reseñas Alejandro Ruiz Balza y Gustavo Coppola: Gestión de Riesgo Comunicacional

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Editorial La crisis actual incluida la crisis financiera que Europa sufre como ayer la sufrieron los países latinoamericanos, no se debe a meras "innovaciones" comparables a las que, hasta mediados del siglo XX, perfeccionaron, a veces de manera sorprendente, los instrumentos de producción y administración financiera. En un movimiento mucho más amplio y profundo que aquella, surgen un conjunto de hechos que inauguran una verdadera mutación que cambia radicalmente la naturaleza misma de los procesos de producción y organización administrativa y financiera. Los elementos básicos en el orden de la producción, ya no son únicamente los productos disponibles en la naturaleza, sino también los materiales compuestos creados en laboratorio, incluida la vida misma. Los instrumentos administrativos y contables ya no son simplemente máquinas que prolongan y amplifican el esfuerzo físico del obrero o del administrativo de camisa y corbata cuyo trabajo alivian, sino sistemas informatizados que multiplican las capacidades del cerebro humano (en ciertas dimensiones de lo real), y expulsan al trabajador manual de su taller y al administrativo de pluma y visera, de su escritorio o ventanilla de atención al público. El motor social no sólo es la energía (carbón, electricidad) sino aquello que abarca el ambiguo término "informaciones", almacenadas y tratadas por computadora y luego transmitidas a la máquina por orden electrónica. El desarrollo lineal del pensamiento le permitía al hombre, adaptarse a los cambios cuantitativos introducidos por "innovaciones" que, por espectaculares que hayan sido, eran parte de un progreso también lineal. Pero hoy esta actitud intelectual ubica al hombre y a la sociedad en una situación falsa en cuanto tienen que enfrentarse con "mutaciones" cualitativas que sólo son percibidas en relación al éxito o catástrofe económica. Cx - 2

Editorial

Para colmo, esta explosión de conocimiento desembocó más rápidamente que nunca en aplicaciones prácticas, en tecnologías nuevas que se incorporaron muy rápidamente en la esfera de lo cotidiano, proezas que competían hasta entonces en la ciencia-ficción. Los instrumentos conceptuales y físicos hasta ayer disponibles no fueron "mejorados", son otros. Los nuevos instrumentos de comprensión y de intervención no se limitan a prolongar los que el hombre disponía anteriormente: se sitúan en otra esfera, en otra percepción del universo, prodigiosamente extendida y más compleja por el aporte de todas las disciplinas, de la genética a la astrofísica. Hasta en la vida cotidiana lo demuestran ciertos objetos que, ayer impensables, no son ahora menos usuales. Por lógica y coherente que sea la trayectoria, indica menos una evolución acelerada que una verdadera ruptura, tanto en el orden del conocimiento de la materia como en el orden de los medios que permiten transformarla. Toda tentativa de dominar las consecuencias de esa ruptura reclama necesariamente otras rupturas en múltiples esferas de su organización política y económica, en la jerarquía de valores en que se basa una ética, en la definición de las relaciones entre el individuo y sus semejantes, y en el Estado-Nación como eje de la organización del mundo que parece desvanecerse. Frente a este horizonte cerrado y unidimensional emergen múltiples opciones hacia horizontes más complejos que involucran grandes riesgos, pero también nuevas oportunidades que desafían la imaginación y el pensamiento. Pareciera que entre la desolación y el nihilismo, consecuente de la crisis de ciertas utopías, y el desafío de los nuevos signos del devenir de la humanidad, nace por defecto o carencia, la necesidad de un pensar y un hacer más adecuados y oportunos a la escala y la complejidad de los acontecimientos del presente. Cx - 3

Editorial Hoy la perplejidad y el temor frente a los cambios agregan un nuevo ingrediente de conflictividad al conjunto de obstáculos para el conocimiento, la disfuncionalidad creciente entre la autonomía de la producción y la autonomía de la gestión política. Es cierto, sin estos obstáculos y su continua trasgresión no habría conocimiento, pero el esfuerzo que ello implica, impulsa a muchos hacia la intemperie de los fundamentos de sus propias creencias con la finalidad de ensayar alternativas y renovar sus visiones sobre la realidad en general sin embargo ello no es fácil ni directamente proporcional a la urgencia del desafío. Si bien es posible encontrar numerosos esfuerzos tendientes a la búsqueda de nuevos ensayos de pensamiento y de nuevas modalidad de gestión de la vida social humana, no sucede lo mismo cuando la preocupación consiste en encontrar respuestas al siguiente interrogante: ¿cómo ha de pensarse y cómo ha de gobernarse a los hombres en el mundo que hoy deviene, cada vez más ingobernable e inestable, a pesar de nuestros esquemas e instituciones otrora eficaces y hoy, cada vez más cuestionadas y fuera de escalas? La pregunta por el mundo que deviene remite a la pregunta por el devenir pensamiento del mundo. En ella, se sitúan como desafíos impostergables el problema de la gobernabilidad de la humanidad y el problema del rol y la eficiencia de los estados y las corporaciones financieras, tecnocráticas y de producción. La recursividad de estos problemas e interrogantes es apenas soportable pero inmensamente rica y desafiante. En medio de todos estos desafíos, la libertad y la dignidad del ser humano contemporáneo, en los países desarrollados, no es menos problemática que en los países subdesarrollados. En los primeros por saturación y desenfreno, en los segundos por carencias extremas e inmovilidad social. Los hombres sufren la contradicción resultante del disloque entre el orden económico, el orden político y el orden cultural, sitiados, a su vez, por fuerzas endógenas y exógenas, en cada uno de estos tres niveles, que hacen de las tensiones y los conflictos permanentes, los detonadores potenciales de cualquier desestabilización social con las consecuente emergencia de nuevas y viejas Cx - 4

Editorial enfermedades acompañadas de fuertes desequilibrios emocionales. Los datos estadísticos del consumo de los sectores sumergidos en los países asiáticos son meros analgésicos de una enfermedad que se repite y prolonga: la vida parásita y zombie sobre el planeta y una escala de vida humana que ya no resiste más de lo mismo. Muchos hombres se encuentran en un estado de intemperie entre la inercia de las viejas actitudes y aptitudes, a las cuales han renunciado, y la creciente lucidez de un sujeto cultural que asume como desafío la búsqueda de una calidad de vida, que más que un camino de salvación económica en un futuro imprevisible, signifique un grado de libertad y sosiego en un presente fugaz y en un futuro incierto. El hedonismo en el orden de la cultura, el eficientismo y desarrollismo en el orden económico y la tecnocracia (o su contracara, el clientelismo político) no son criterios felices hoy para la búsqueda del consenso y la autoridad en el ejercicio del gobierno de los pueblos. El soberano educado o no, sigue esperando un papel protagónico en la gestión de su propio destino político y social local y planetario. En este nuevo orden caótico en el que la noción de accidente es relevada por la de catástrofes de decisión, hijas de la racionalización ciega y del progreso lineal, necesitamos como nunca antes en la historia de la humanidad afrontar un desafío inédito: dominar nuestra propia dominación, que como en un gran Pañol de Herramientas, pone a nuestra disposición todas las herencias teóricas y prácticas, trágicas y virtuosas a nuestro alcance. Tan solo necesitamos saber cuáles elegir. El punto que para esto no basta con la lógica individual del “Hágalo Ud. Mismo”. En estos complejos contextos, resulta necesario recontextualizar permanentemente tradiciones y herencias. Para ello necesitamos salir de la concepción solipsista del sujeto que se autoproduce y consume, dejar de ser prosumidores y volver a ser personas, recordando que persona proviene de personae: lo que resuena detrás de la máscara. El Director Cx -5

Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia1 (Parte I) Por Raúl D. Motta En este trabajo - cuya segunda parte publicaremos en el próximo número - el autor se propone explorar las nociones de ciudadanía y de ciudad como condiciones de posibilidad efectivas de la democracia, en el marco de las transformaciones globales del presente y que la mayoría de los expertos en políticas públicas presuponen, sin detenerse a reflexionar críticamente en estos asuntos. Para ello, revisa el concepto de ciudad en relación con la invención del espacio público y sus aportes a la tradición democrática. 1. Introducción

3. La capacidad colectiva de una sociedad para crear procesos de poder instituyentes y constituyentes en forma permanente.

La democracia como configuración humana de gobierno es un fenómeno complejo cuya existencia efectiva, depende de la interacción de procesos no menos complejos que su producto. En la dinámica constitutiva de su origen griego es posible reconocer los siguientes componentes:

4. La creación de un espacio público, diferenciado pero al mismo tiempo, articulado con el semi-público y el privado. 5. La transparencia y publicidad de las decisiones acordadas.

1. La capacidad social de invención y de sostenimiento de la autonomía individual y colectiva de un conjunto de vidas humanas.

La dinámica constitutiva y articulada de al menos estos procesos arriba enumerados posibilitan la emergencia de la democracia.

2. Ello implica una subjetividad muy particular con su educación y cultura concomitante.

En este contexto la ciudad, como el territorio histórico del espacio público donde esta

Este texto de basa y amplía la conferencia magistral dictada en el Posgrado Internacional del Bicentenario. Política Públicas. Soluciones para la crisis de nuestro tiempo. Escuela de Posgrado Ciudad Argentina (EPOCA), Unidad Académica de Posgrados Internacionales de la Universidad del Salvador y Universidad Carlos III de Madrid. Buenos Aires, 16 de junio de 2009. Y del Programa Ágora de la Cátedra Itinerante UNESCO “Edgar Morin” (CIUEM), del Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo (IIPC) y de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), México. 1

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Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

configuración política fue inventada y donde puede ser contenida por su naturaleza, es uno de sus factores determinantes. Pero esto no implica una correlación directa entre la existencia de las ciudades y el régimen democrático. Hay ciudades desde la antigüedad pero no siempre se encuentra en ellas un régimen democrático, dado que están ausentes los otros factores mencionados.

transformaciones urbanas del presente y a su heterogéneo mapa social y cultural, apenas disimulado por la homogeneidad de las estrategias de la globalización económica. Otro de los factores relevantes en el proceso de constitución democrática es el sujeto de la democracia, es decir el ciudadano desde el punto de vista individual y el conjunto de ellos, desde el punto de vista de la colectividad. Sin embargo ambos términos, ciudadano y colectividad se enfrentan con serios cuestionamientos relacionados con el problema de la transformación del concepto de sujeto, en un contexto donde a la antigua noción de ciudadanía se le desdibujan sus contornos y sus alcances, ello trae como consecuencia una borrosa demarcación conceptual de sus atributos.

También se observa que la ciudad como organización del habitar humano, es un fenómeno global en la historia y como tal, pertenece a la dimensión constitutiva de la condición humana, en tal sentido la ciudad es una experiencia generalizada. No ha sucedido lo mismo con la democracia ni con el civismo ciudadano2. En este sentido, es posible hacer un paralelo con otro fenómeno concomitante de la democracia que es la filosofía, porque si bien la actividad pensante es una experiencia humana universal, la filosofía es un modo particular de pensar, creado en un tiempo y en un lugar específico. Hecho que implica considerar que no siempre existan las condiciones efectivas para su reproducción y continuidad en la historia.

Un aspecto intrínseco es el problema de una adecuada referencia conceptual al sujeto colectivo de esta modalidad de gobierno, entendido como la unidad de los "varios" de la democracia que generalmente se los reduce a una falsa homogeneidad de individuos. A principios del siglo XX, Hans Kelsen señaló la dificultad que en ese entonces, encerraban los términos "pueblo" y "voluntad popular", para hacer referencia al sujeto colectivo de la política en general y de la democracia en particular.

Tampoco debe pasarse por alto las diferencias entre los tipos de ciudades, el contexto social e histórico de su surgimiento, el crecimiento demográfico, el impacto de la tecnología y la crisis de escala de los mercados y los Estados nacionales, que llevaron a las

Al respecto el jurista recordaba la afirmación de Nietszche: El Estado es el más gla-

Oswald Spengler por ejemplo, representa el punto más extremo de esta idea cuando afirma que la historia del mundo es la historia de las ciudades, porque ciudad es para Spengler sinónimo de cultura (Kultur, civiltá) y es a su vez, el factor constituyente de la civilización, sin las cuales no hay humanos ni humanidad. 2

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ciada a las tendencias filosóficas que proponen la revisión crítica de las categorías modernas del discurso político de hoy, en directa relación con las transformaciones de las sociedades contemporáneas.

cial de los monstruos. Miente fríamente, y de su boca sale esta falacia: Yo, el Estado, soy el pueblo. (Kelsen 2005) La dificultad para demarcar los atributos específicos de la ciudadanía aparecen en toda su dimensión, teorizados por primera vez por Aristóteles.

En función de ello, en este trabajo me propongo explorar las nociones de ciudadanía y de ciudad como condiciones de posibilidad efectivas de la democracia, en el marco de las tendencias mencionadas y que la mayoría de los expertos en políticas públicas presuponen, sin detenerse a reflexionar críticamente en estos asuntos.

En efecto, el filósofo meteco tiene muy claro que la definición sobre qué es una ciudad, qué es una constitución y qué es un ciudadano son interdependientes y necesarias para el hábitat humano.

2 El hábitat de la Humana Conditio

Porque la ciudad dice Aristóteles, consiste en cierta multitud (pléthos) de ciudadanos, de manera que hemos de considerar a quién se debe llamar ciudadano y qué es un ciudadano. (Política 1261ª). También señala que si el proceso de unificación de dicha multitud avanza más allá de cierto punto, dejaría de ser una polis porque ésta consiste no sólo en aquélla multitud, sino en la diversidad articulada de sus componentes.

En el presente confluyen dos fenómenos urbanos que entran en conflicto, uno de ellos es el antiguo fundamento del habitar humano consistente en la creación de comarcas, que tienen por finalidad la articulación entre el espacio sagrado, la seguridad de la vida y el espacio público. El otro fenómeno es el inédito proceso de concentración demográfica que hoy se verifica en todas las ciudades del planeta.

Aristóteles con la finalidad de determinar los atributos ciudadanos, en primer lugar rechaza uno de los criterios generalmente admitidos, como es el caso de la residencia en un territorio y en segundo lugar, señala que es preciso que la ciudadanía se defina por su participación en la administración de la justicia y en el gobierno. Por lo tanto, la discusión se desplaza del arraigo territorial al proyecto político de una comunidad y su modelo constitutivo.

Por primera vez en la historia de la humanidad la tasa de población urbana supera el 50% es decir, que a partir del año 2007 se ha constatado que hay más personas viviendo dentro de las ciudades que fuera de ellas. América Latina y el Caribe (AlyC), lejos de ser la excepción es por el contrario la región que cuenta con la tasa de población urbana más alta del planeta.

La búsqueda actual de una mayor precisión en los conceptos políticos, se encuentra aso-

Por ejemplo el 92% de los uruguayos y el 91% de los argentinos viven en áreas urbaCx - 8

Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

Las ideas extremas que se encuentra en esta tensión son por un lado, la idea de hábitat humano entendida como arraigo fundamental, donde se destaca la imagen spengleriana del ser humano semejante a una planta echando raíces en el suelo y por el otro lado, en el extremo de esta tensión, la idea de la posada humana como parte de un nomadismo errante, que entre otros sostiene Levinas.

nas. En promedio, en toda la región el 60% de sus habitantes viven en ciudades de distintos tamaños3. Los expertos señalan que el crecimiento urbano del presente debe analizarse a partir de la consideración de tres factores: densidad, diversidad y dinámica. La densidad indica los niveles de concentración de las personas y el impacto social de esa aglomeración. La diversidad muestra lo que en ella hay de heterogeneidad humana y la dinámica da cuenta de las migraciones y de la intensa movilidad de las personas entre las ciudades. En síntesis, las ciudades se han transformado en el territorio principal del protagonismo y la transformación de la humana conditio.

Si bien esta tensión se remonta a la antigüedad, por ejemplo en la Grecia de Pericles dicha tensión produce la fundación de nuevas colonias y su expansión mediterránea, en el presente las escalas involucradas de los fenómenos de concentración urbana, de movilidad territorial y de globalización de los mercados son inéditos. A este fenómeno de metropolización del planeta los urbanistas franceses lo denominan la “condición urbana”. (Mongin 2006)

En función de ello es posible afirmar que hay dos triadas interactivas, que en el presente llegan a su máxima tensión y rompen el equilibrio de la oposición complementaria que las caracterizaba, por un lado la triada espacio sagrado/seguridad/espacio común, entendida ésta como una interacción viva y retro-alimentante (de allí su carácter de hábitat orgánico ideal e idealizado), y por el otro lado, la triada que caracteriza la urbes contemporáneas, compuesta por densidad/diversidad/dinamismo. Esta última también es vista en forma interactiva pero al mismo tiempo, se observa que sus componentes se hallan encabalgados y que tienen efectos disruptivos y fragmentadores en la organización social.

En el camino hacia la globalización, al espacio le aconteció una extraña aventura: perdió importancia a la vez que ganaba significado. Por un lado, como subraya Paul Virilio, la soberanía territorial ha perdido prácticamente toda su sustancia y gran parte de su antigua atracción: si es posible alcanzar y abandonar instantáneamente cualquier lugar, un dominio permanente sobre un territorio, con su acompañamiento habitual de deberes y compromisos a largo plazo, pasa de ser una ventaja a ser una

Estas son las conclusiones del workshop realizado en Buenos Aires Más allá del punto de inflexión: desarrollo en un mundo urbano, organizado por el Instituto Mundial para la Investigación del Desarrollo Económico de la Universidad de las Naciones Unidas, conjuntamente con el Centro de Estudios Urbanos Regionales del CONICET. 3

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los flujos descentralizados de control, producción y diferenciación, que trastocan las antiguadas coordenadas del espacio público, del productivo y de la estructura de seguridad precedente. En este caso no se trata de grandes escalas urbanas, sino de espacios muy distintos a los paisajes grises y desoladamente contaminados, creados por el desarrollo industrial del siglo XIX, porque en realidad son un conjunto de estructuras discretas y hasta finamente diseñadas, que se concentran en la creación de procesos de innovación tecnológica que están cambiando la geografía económica del planeta. (Castells y Hall 2008)

carga, y se convierte en un lastre más que en un recurso en la lucha por el poder. Por otro lado, como señala Richard Sennett, “a medida que las cambiantes instituciones de la economía disminuyen la experiencia de pertenecer a algún lugar especial [...] aumentan los compromisos de la gente con lugares geográficos como naciones, ciudades y localidades”. Por un lado, es posible hacer cualquier cosa a lugares lejanos, pertenecientes a otra gente, sin tener que ir a ningún sitio. Por otro, poco puede hacerse por evitar que hagan algo al propio lugar, por vigilante y obstinadamente que uno intente mantener el propio terreno. (Bauman 2003 131)

En este contexto es posible observar que la antigua triada del hábitat propiamente humano compuesto por espacio sagrado/seguridad/espacio público, (que como una interacción viva entre sí y su entorno, permite la emergencia y la sustentabilidad de un tipo de hábitat particular, como es por ejemplo la polis griega), es desplazada por la triada densidad/diversidad/dinámica, produciendo una experiencia urbana, que en muchos casos, se vive como una crisis de escala de los componentes anteriores. En función de ello se tienen los siguientes resultados:

No hay duda sobre que la “condición urbana” es uno de los aspectos más visibles de lo que en otro trabajo realizado conjuntamente con Edgar Morin, denominamos el paso de la condición humana a la humana conditio, es decir una circunstancia global e inédita en donde la humanidad comienza a “condicionar” a sus antiguas condiciones de vida, en este caso específico a su hábitat. (Morin y Motta 2008) Por ejemplo, la metropolización del planeta produce la emergencia de las nuevas escalas urbanas, como las llamadas megalópolis, cuyo impacto sobre la superficie del planeta es equivalente al de los movimientos de las placas tectónicas sobre la superficie de la Tierra.

1. En lugar de espacio sagrado, hay una creciente desacralización del entorno y un crecimiento de los espacios privados sobre los demás que obtura o imposibilita su uso (no su consumo), que como consecuencia trae una interacción retroalimentadora entre el deterioro ambiental, el deterioro cultural, la fragmentación urbana (incluidos los insuficientes paliativos como la museificación de

Otro fenómeno que caracteriza a esta metropolización de las ciudades, es el impacto que producen sobre el espacio ciudadano, Cx - 10

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en el seno de las ciudades, estrategia que Paul Virilio denomina ciudad pánico.

los espacios simbólicos y la patrimonialización del espacio ciudadano), que imposibilitan la experiencia del habitar. Al respecto afirma Giorgio Agamben:

En efecto, si el miedo es el ingrediente básico de lo fantástico, la administración del miedo público, que debutó hace unos cuarenta años con el equilibrio del terror, retoma el servicio activo desde el otoño de 2001 hasta la operación “Choque y Espanto”, en Irak, donde hemos asistido a verdaderos pases de magia multimediáticos, cundo los asesinos suicidas y los colegiados se desviven por subyugar a las multitudes con un exceso de medios pirotécnicos que, sin poder utilizar las famosas armas de destrucción masiva, usan y abusan de esas armas de comunicación igualmente masivas, cuyo arsenal no cesa de desarrollarse gracias a las antenas parabólicas y a las proezas de esas operaciones psicológicas cuyo objetivo es propagar el pánico con el pretexto de conjurarlo. (Virilio 2006 90-91)

La imposibilidad de uso tiene un lugar tópico en el Museo. La museificación del mundo es hoy un hecho consumado. Una tras otra, de modo progresivo, las potencias espirituales que definían la vida de los hombres -el arte, la religión, la filosofía, la idea de naturaleza, incluso la política- se han ido retirando dócilmente hacia el Museo. Museo no designa aquí un lugar o un espacio físico determinado, sino la dimensión separada a la que se transfiere aquello que en el pasado fue percibido como verdadero y decisivo, y ya no lo es. El Museo puede coincidir, en este sentido, con una ciudad entera (Évora, Venecia declaradas por eso patrimonios de la humanidad), con una región (declarada parque u oasis natural) e incluso con un grupo de individuos (en cuanto representantes de una forma de vida que se ha extinguido). En términos generales hoy todo puede volverse Museo, porque éste denomina simplemente la exposición de una imposibilidad de usar, de habitar, de experimentar. (Agamben 2005 10)

3. En lugar de espacio público, encontramos una estrategia homogeneizadora conformada por una dinámica de descentralización, privatización y tecnocratización de los asuntos públicos, conjuntamente con una creciente biopolitización del control social y del consumo estupidizante. Con respecto al impacto que ello produce en la participación política Pierre Bourdieu afirma:

2. En lugar de seguridad ciudadana emerge una agudización creciente de la violencia ciudadana, la guerra urbana y suburbana y las frecuentes acciones terroristas, reduplicadas en imágenes en tiempo real por los medios

Sin retomar aquí el análisis de las condiciones sociales de la constitución de la competencia social y técnica que requiere la participación activa en la política, se debe recordar al menos que a Cx - 11

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rización de la religión, por efectos de la aparición y consolidación de la religión protestante, sino un fenómeno de idolatría de los objetos que ha configurado una especie de religión laica de la modernidad, que más que incluir al arte moderno dentro de su proceso de mercantilización, lo ubica en su centro como el gran protagonista de esa nueva liturgia, que luego será complementada por la belleza del diseño industrial. En síntesis, la obra de arte ha dejado de ser un transmutador de la vida, como por ejemplo del hábitat, y se ha convertido en un objeto abstracto de adoración y especulación financiera 4.

los efectos de los obstáculos morfológicos que el tamaño de las unidades políticas y el número de ciudadanos oponen a toda forma de gobierno directo, se ven de cierta forma duplicados por los efectos de desposeimiento económico y cultural: la concentración del capital político en manos de un pequeño número es menos contrarrestada, por consiguiente más probable, en la medida que los miembros comunes o adherentes están más completamente desposeidos de los instrumentos materiales y culturales necesarios para la participación activa en la política, es decir especialmente en tiempo libre y capital cultural. (Bourdieu 2001 64)

La religión del arte nació, como la religión de la política, de las ruinas del cristianismo. El arte heredó de la antigua religión el poder de consagrar las cosas e infundirles una suerte de eternidad: los museos son nuestros templos y los objetos que se exhiben en ellos están más allá de la historia. [...] En las obras de arte modernas el sentido se disipa en la irradiación del ser. El acto de ver se transforma en una operación intelectual que es también un rito mágico: ver es comprender y comprender es comulgar.

A pesar de la aparente diversidad de objetos y producciones que muestra el mercado, hay un proceso de homogeneización mercantil y tecnocrática que atraviesa a todas las dimensiones de lo social. Todo es en función del consumo y como tal, es susceptible de ser reducido a un mecanismo de equivalencias del mercado que no a dejado casi nada fuera de su expansión. Para Octavio Paz este fenómeno no es sólo como analizara Weber, parte de un proceso de secula-

A Max Weber, que junto con Nikklas Luhman y Jünger Habermas se ha transformado en los teóricos de culto por parte de los tecnócratas europeos y sus émulos latinoamericanos, le debemos dos errores que han obstaculizado la comprensión del tema que aquí tratamos, a saber: por un lado la confusión entre el demagogo griego y el caudillo carismático y por otro lado y más relacionado con el arte y la religión, la reducción del conjunto indeterminado de los componentes que conforman los imaginarios religiosos de las sociedades a un sistema estructurado de ideología religiosa. Aquí es preciso recordar que la característica específica de la visión burocrática y tecnocrática del orden social e institucional es la reducción de la imaginación y de las pontecialidades del pensamiento a una de sus modalidades: la racionalidad y a esta, a una de sus posibilidades, que es la funcionalidad racionalizadora. Criticar este proceso como una operación instrumental o dotarlo de atributos sistémicos y cibernéticos, no implica un aporte alternativo al problema cuyas raíces son más profundas y salen de la orbita imaginaria de la funcionalidad, para enraizarse en la fantástica humana y su capacidad de producir formas, simulacros y valores a-funcionales. Para una mayor profundización de la crítica a la visión de Weber sobre el mundo griego antiguo ver (Finley 1987) 4

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Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

Al lado de la divinidad y sus creyentes, los teólogos: los críticos de arte. Sus elucubraciones no son menos abstrusas que las de los escolásticos medievales y los doctores bizantinos, aunque son menos rigurosas. Las cuestiones que apasionaron a Orígenes, Alberto el Magno, Abelardo y Santo Tomás reapa-

También, es una reacción cínica al uso de aquellas mismas técnicas del arte de vanguardia por parte de los especialistas de mercadeo y de la propaganda del mundo del espectáculo y la política5. Desde un punto de vista nihilista, Jean Braudillard observa que el borramiento del

recen en las disputas de nuestros críticos de arte, sólo que disfrazadas y banalizadas. El parecido no se detiene ahí: a las divinidades y a los teólogos que las explican hay que añadir los mártires. En el siglo XX hemos visto al Estado soviético perseguir a los poetas y a

espacio público es operado por cuatro procesos de trastocamiento de todas las referencias sociales heredadas que denomina: la muerte de lo social, la obscenidad y parodias del poder, la negación del sujeto histórico y la economía política del signo6.

los artistas con la misma ferocidad con que los dominicanos extirparon la herejía albigense. (Paz 1979 10)

La ciudad entendida como máquina de habitar en el sentido que le daba Le Corbusier, es decir, como un proyecto de una organización generativa que crea condiciones para la vida humana, ha perdido sus atributos políticos y sociales de la misma manera que el arte moderno los perdió. La preocupación y al mismo tiempo, el despiste de la crítica que se produce como efecto de esta transformación, puede percibirse en la aparición y dispersión de términos que hacen referencia a la transformación de las ciudades: metrópolis, megapolis, ciudad mundo, tecnópolis, ciudad global, cosmópolis, metapolis, ciudad red, etc. Todos ellos intentan nombrar los efectos de una crisis y la metamorfosis de las experiencias históricas del habitar ciudadano en occidente. En ese sentido puede decirse esquemáticamente, que se hallan en crisis los cuatro componentes

No es otra cosa el contenido de la poética de Dadá, que consistió en una resistencia y provocación contra esta situación del arte, contra el llamado buen sentido, contra las reglas y contra la ley; en consecuencia, la estrategia del escándalo era el instrumento preferido por los dadaístas para expresarse y diferenciarse. Dadá fue el último intento de soldar la fractura entre el arte y la vida cuyo primer y dramático anuncio había sido dado por Van Gogh y Rimbaud. Por ello la posmodernidad (que no ha sido otra cosa que una moda editorial), es en realidad una parodia de esto y al mismo tiempo, un discurso decadente frente a la disolución de los mitos de la modernidad.

El caso Berlusconi, antes los de Fujimori, Menem y luego el de Sarkozy, son ejemplos de esta estrategia del escándalo de las antiguas vanguardias artísticas, actualmente usada por los estados mayores de la propaganda y las consultoras de marketing comercial y político. 5

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Para una profundización crítica del enfoque de Braudrillard consultar Kroker 1985. Cx - 13

Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

históricos de las experiencias más creativas de la autonomía ciudadana: la polis griega (con la experiencia del ágora), las ciudades medievales (y sus luchas por las libertades comunales), la ciudad renacentista (referentes de la emergencia de un humanismo cívico) y la ciudad moderna (espacio de emergencia del proyecto de autonomía ciudadana de la modernidad).

des han aspirado y aún aspiran, en distintos lugares y circunstancias del devenir de la sociedad humana.

El caso de la polis griega:

En función de lo anterior es preciso aclarar dos cosas, en primer lugar los griegos inventaron la política, si por ella se entiende, no sólo la posibilidad del libre debate y el derecho a la discusión entre iguales, cuestión que en forma parcial o total se encuentra en casi todas las comunidades, sino la articulación de aquello con el sufragio, la ley común escrita, la resolución de antagonismos mediante combates verbales y el voto de decisiones a las que se les da forma pública por escrito.

La polis griega junto a la idea de república romana son la base de las ideas democráticas modernas, que hoy están muy lejos de materializarse en las oligarquías liberales del presente.

¿Qué aportó la experiencia de la polis griega? La transformación del ágora es uno de los signos distintivos de la polis griega y un espacio primordial de la experiencia política ateniense. De los cuatro componentes antes mencionados, la experiencia de la polis griega tal vez sea el más significativo, por ello entraré en detalles. La polis griega y el ágora son espacios de convivencia sin antecedentes históricos y son el fruto del ingenio y la capacidad creativa del ser humano. Si los griegos en general sin lugar a dudas, inventaron la política, Atenas fue el epicentro de la invención de la democracia y la filosofía, dos creaciones que a pesar de Platón, están íntimamente relacionadas.

En segundo lugar, antes había ciudades pero no polis. La polis no es solamente una ciudad, sino la creación de un estilo de vida particular en el contexto de una experiencia generalizada del habitar en ciudades. La originalidad de la polis griega consiste en haber realizado el tránsito celeste y terrestre que parte de la hegemonía de la acrópolis (o ciudadela) a la hegemonía del ágora.

Retrospectivamente la democracia griega es un protofenómeno político de notable impacto en el devenir de la política de la humanidad, porque a pesar de que ha sido pocas veces realizada en la historia (debido a lo poco probable de la consolidación de los componentes que conforman en forma articulada, sus condiciones de posibilidad), es un modelo de vida al que muchas socieda-

La Acrópolis es la parte alta de las ciudades griegas, romanas y de otras civilizaciones, constituida con la intención de tener una mejor defensa de sus asentamientos. Para ello los primitivos pobladores, elegían elevaciones naturales del terreno con borCx - 14

Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

des escarpados, núcleo a partir del que iba creciendo a sus pies, rodeándolo, un nuevo emplazamiento urbano. Así nacieron Atenas o Roma, con sus edificaciones emblemáticas como templos o plazas de reunión, y en las que se reunían las personalidades de la ciudad para actos importantes.

Durante la invasión persa de 480-479 a. C., el Ágora sufrió el mismo destino que la Acrópolis, la destrucción total. Tras la victoria de los atenienses sobre los persas en Maratón, aquellos ocuparon al día siguiente el Ágora y encargaron a Critios y a Nesiotes la ejecución del grupo escultórico de los Tiranicidas, símbolo de la libertad de Atenas.

El ágora (mercado) era un espacio abierto que funcionaba como la plaza pública de las ciudades griegas y surge tras la caída de la civilización micénica en el siglo VIII a. C., constituyéndose de este modo en una característica esencial de todas las ciudades griegas. El espacio público más famoso es el Ágora de Atenas.

Durante todo este proceso ese espacio ampliado de convivencia que es la ciudad, fue reemplazando su configuración mágica por una configuración normativa conscientemente inventada por sus miembros. Con el Ágora de Atenas se materializa paulatinamente el paso decisivo de la idea de heteronimia a la de autonomía. Porque es el lugar de los encuentros e intercambios de palabras, saberes y mercancías además del lugar de la administración de la justicia con magistrados por sorteo.

En la Atenas de la Grecia Arcaica, el Ágora estaba situada al noreste de la Acrópolis, aunque se tiene muy poca información sobre los edificios de esa época, y menos aún sobre su función, al menos se sabe que la construcción de la nueva Ágora duró mucho tiempo y que sus edificios más antiguos datan del siglo VI a. C. El Ágora como centro de la ciudad, con numerosas funciones, estaba rodeada de los grandes ejes de comunicación de la ciudad como el Pireo (uno de los puertos de Atenas), la Puerta Sagrada, la Puerta de Dípylon y la Vía de las Panateneas hacia la Acrópolis7.

Esto implica un proceso social en que el Ágora se fue transformando en un espacio secularizado, en donde el universo de los pragmata asume el protagonismo de la vida de la ciudad. La ciudad es ahora el lugar de la conjunción de las diosas Hestia (paz del hogar) y Díke (diosa del nomos), ambos dioses crean la concordancia del significado jurídico religioso con el espacio geométrico de la política.

A principios del siglo VI a. C., esta zona se convirtió por obra de Solón en la sede del Ágora, reemplazando a la antigua agorá de Teseo, situada en la vertiente noroccidental de la Acrópolis.

Este paso al orden legal es la convergencia del logos y el nomos como fundamento de

Utilizo Ágora con mayúscula para referirme al lugar histórico y ágora con minúscula para referirme al término que señala la dinámica colectiva de esos espacios públicos. 7

Cx - 15

Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

la vida de los ciudadanos y transforma al ágora en un espacio-tiempo público, es decir, en una esfera de la vida pública8.

fragio, entendido como prestar aprobación a una medida propuesta por la autoridad competente, se hacía golpeando la espada sobre el escudo (sub+frango), ruido generalizado que sin embargo es el sonido del consensus populi, donde el latín no debe hacernos olvidar que esta forma de consensuar es una de las tradiciones más antiguas de los pueblos indoeuropeos, pero que por sí misma no es sinónimo de democracia.

En resumen, en el cambio del eje espacial de la Acrópolis al Ágora se produce el proceso de una transformación política que se consolida a partir del año 462 con la reforma de Efialtes. Éste reforma drásticamente la institución del Areópago (especie de consejo real, siempre vigilante por arriba de todas las demás instituciones), repartiendo sus funciones entre el consejo de nobles (boule), los magistrados y la Heliea. Esta reforma da comienzo a la llamada timocracia o régimen mixto, que se caracterizó por modificar el antiguo equilibrio favorable a la aristocracia en favor de la democracia, la que consolidará su poder con las reformas de Pericles.

Lo esencial de la polis democrática no radica en que se vota y se construyen consensos, sino en la configuración de un espacio y tiempo público en donde además se cuestiona a las instituciones y las leyes, porque el demos modifica constantemente las reglas en que vive porque es quien las crea. Como señala Jean-Pierre Vernant: Hacia el siglo VIII [...] con el advenimiento de la polis todo cambia. El espacio urbano no gravita más en torno de una ciudad real que lo domina; ahora se centra en el ágora que, incluso más que el mercado donde se intercambian los productos, es por excelencia el lugar por donde circula libremente la palabra entre iguales. El milagro griego (que no es sólo uno): un grupo humano se pro-

Por otro lado, según relata Homero al describir una convocatoria de Aquiles, ágora fue el espacio de reunión que concentraba a la asamblea. En el contexto homérico, ésta era una asamblea de reyes y nobles rodeados de guerreros y del pueblo en armas (laós), donde sólo los primeros podían hablar en su centro y con el bastón del poder en su mano (cetro). En ese contexto el su-

La originalidad de las creaciones griegas de la democracia y la polis es consecuencia de un proceso imaginario que se inicia en el seno mismo de sus mitos, recuérdese que Zeus luego de la victoria sobre los Titanes es amo del universo por un sorteo entre él, Hades y Poseidón e incluso ninguno de los tres dioses tiene posesión exclusiva sobre la tierra. El mito de Prometeo relatado por Protágoras es otro ejemplo. Pero aquí nos interesa remarcar la importancia del rol del imaginario griego en la consolidación de la ciudad a través del curioso vínculo entre Hestía y Hermes. La diosa del hogar se ubica en el centro de la casa y no abandona jamás su puesto, es un centro a partir del cual lo humano se orienta y se organiza. La caracterizan la inmutabilidad, la permanencia y la estabilidad. Su pareja es Hermes el único dios del Olimpo que vive entre los mortales, es una figura compleja que representa el movimiento, el paso, el cambio de estado, las transiciones, los contactos entre elementos extraños. En la casa su lugar es el umbral, pero también el portal de la ciudad y las fronteras entre las ciudades. Sirve de heraldo y de mensajero. Es el dios de los ladrones y del comercio. Hestía y Hermes custodian las dos dimensiones extremas y a la vez complementarias del habitar humano. 8

Cx -16

Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

pone despersonalizar el poder soberano, ponerlo en una situación tal que nadie pueda ejercerlo solo, a su antojo. Y para que no sea posible apropiarse del poder se lo “sitúa en el centro”. ¿Por qué? Porque, para una comunidad de individuos donde todos, como ciudadanos de una misma ciudad, se consideran “semejantes” e “iguales” en plano político, el centro representa, a equidistancia de cada uno, un espacio común a todos, no apropiable, público, abierto a los ojos de todos, socialmente controlado, donde la opinión de cualquiera, libremente expresada mediante la palabra en el curso de un debate general, es puesta a disposición de todos. Depositar el Kratos, el poder de la dominación, en ese lugar pensado como central, del que todos los miembros de la ciudad están a la misma distancia, no es sólo despersonalizarlo, sino neutralizarlo, desacralizarlo de alguna manera para hacer de él envite de una discusión abierta, de una aproximación crítica, de una reflexión inteligente. (Vernant 2008 135)

importante, la inaceptable exclusión de la mujer, de los extranjeros y los esclavos. Pero la participación no estaba librada al azar, sino que era alentada por reglas formales como por ejemplo, la pérdida de derechos públicos (atimos)9. Junto a la isonomía se hallaba la isegoría que es el derecho y la obligación de tomar la palabra que estaba asociada a la parrhesia, que es la obligación moral de la franqueza. Y cierra la lista la isopsephia, que sostiene el mismo valor y peso específico de cada voto de los ciudadanos libres. Todos estos componentes conforman la invención de un sistema político que se denomina democracia directa y que tiene por marco y condición de posibilidad específica a la polis griega10. En síntesis y sin reducirnos a la experiencia particular de la ciudad de Atenas, es posible señalar que el orden cívico de la ciudad griega se conforma como señala Pierre Vidal-Naquet por la combinación de los siguientes elementos: La ciudad griega es un orden humano que tiene sus propios dioses, compartidos por un lado con las otras ciudades, con las que se comunica por mediación del sacrificio; es un espacio sobre la tierra cultivada que tiene en sus fronteras la montaña o el desierto, donde camina

Con Pericles aparece la idea no menos importante, de isonomía que en este caso no debe reducirse al otorgamiento de derechos iguales pasivos, sino a la igualdad de condiciones para la participación activa en los asuntos públicos, con una restricción muy

Es de todos conocido que en Atenas y en otras ciudades griegas de la antigüedad, a los ciudadanos que renunciaban explícitamente o implícitamente al aporte de sus ideas y críticas políticas en el ámbito público cotidiano, para reducirse a su condición privada, se los denominaba idiótes (ignorante, idiota). Por ejemplo, Plutarco haciendo referencia al grupo de hombres rústicos que reunió Teseo y que se caracterizaban por no tener capacidad de convivencia ciudadana, por estar refugiados en su propio temperamento (ídios), los calificó como el conjunto de los idiotón. Plutarco, Teseo, XXIV, I. 9

10

También conocida como la democracia radical de Pericles.

Cx - 17

Una Aproximación a las Transformaciones de la Ciudadanía y las Ciudades como Condiciones de Posibilidad de la Democracia

cia. Pero no hay duda que el orden hoplita contribuyó al desarrollo de la solidaridad entre los ciudadanos que combatían, porque su orden de combate hacía que la vida de uno dependiera de la vida del otro. Cuestión que no era el caso de la caballería ni de los arqueros11.

el pastor y su rebaño, y donde el efebo se entrena; es un tiempo fundado sobre la permanencia de las magistraturas y la renovación de los magistrados; es un orden sexual que reposa en la dominación política de los varones y la exclusión provisional de los jóvenes; es un orden político en el que se inserta más o menos fácilmente el orden familiar; es un orden griego que excluye a los bárbaros y limita la presencia de los extranjeros, aunque sean griegos; es un orden militar donde los hoplitas priman sobre los arqueros, sobre las tropas ligeras e incluso sobre la caballería; es un orden social basado en la explotación de los esclavos y la marginación del artesanado, si bien no siempre de los artesanos. (Vidal-Naquet 2004 54)

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Aquí se describe un fenómeno complejo que es el atributo principal de un proceso colectivo por medio del cual emerge un orden cívico, cuya sustentabilidad de ninguna manera puede sostenerse por una abstracción normativa ni por el desarrollo aislado de uno de sus elementos, por más importante que pueda ser. Por ejemplo, algunos analistas del mundo griego antiguo han afirmado que la democracia griega debe su existencia al desarrollo del orden militar hoplita, que se impuso sobre el orden de la aristocracia que era la caballería. Sin embargo, puede ser que el orden hoplita haya contribuido a la consolidación de la democracia, pero no ha sido un elemento distintivo ni determinante, ya que muchas ciudades tenían hoplitas pero no democra11

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Cx - 19

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?* Por Leonel De Gunther Delgado

El autor reconoce que no es posible pensar a partir de sistemas totalizantes que además de explicarlo todo se ex- pliquen también a sí mismos (Ciurana, 1998). Esta perspectiva, permite abordar el denominado género ensayo desde distintas lógicas para pensar que ponen en relación a la filosofía, a la literatura y a la historia. “La reflexión sobre el método muchas veces no precede, sino que viene de la práctica” Giorgio Agamben

La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos, pero no tenía a quién tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna. Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos. Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también. Eduardo Galeano

Introducción

se encuentran fuera de tal sistema. No resulta extraño prever, como aparece en la

Ubicar al ensayo como un camino para co-

fragmento de Agamben (2010), escrito al

nocer implica situarlo dentro de una di-

margen del texto, que esto tiene que ver con

mensión de estudio particular que, si bien

una reflexión sobre el método, no sólo acerca

puede retomar elementos de un sistema de

de la discusión sobre los procedimientos que

clasificación y organización de lo que po-

seguimos para conocer; sino también acerca

dríamos llamar sus componentes y sus re-

de las implicaciones que tiene sobre nuestra

glas; también puede retomar elementos que

configuración del mundo.

*De Gunther, L. (2010). El ensayo como un camino para conocer: ¿Cómo se conoce lo que cambia? En Gutiérrez, D., Valenzuela, B., Piovani, J., Guillén, L. II Encuentro Latioamericano de Metodología de las Ciencias Sociales. Memoria. Universidad de Sonora. Hermosillo, Sonora. México. ISBN. 978-607-7782-803 p. 1-15. Cx -20

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

Sin duda, esto apunta a lo que vivimos hoy

miento a partir de una síntesis sobre la

en la vida cotidiana y que ha sido denomi-

forma en que éste ha sido estudiado. Esta

nado como crisis estructurales generaliza-

parte hace emerger la dimensión proble-

das, cuyos productos visibles son la

mática que aquí nos interesa: el llamado

proliferación de elementos flotantes, dis-

ocultamiento de la ontología, el tiempo, el

locados del orden que ocupaban dentro de

caos y la creación. La segunda parte aborda

los sistemas relacionales y de sus diversas

un aspecto poco tematizado en el conoci-

estructuras interrelacionadas, que a la vez

miento del ensayo, a partir de una mirada

que conforman una estructura mayor,

arqueológica, cuya pretensión consiste en

tienden a definir las identidades de sus es-

ubicar al ensayo en una historia de aconte-

pacios social, político, cultural, etcétera

cimientos y restituir en él un valor episté-

(De Alba, 2003, p. 55). Esto es, pérdida y

mico. La tercera parte, recurre a los

búsqueda de sentido.

indicios, aquellos fragmentos que, a pesar de su inadvertida utilidad, se constituyen en

Desde esta óptica, reconocemos que el ima-

un valor de sentido para analizar el ensayo.

ginario de un mundo que podíamos contro-

Finalmente, se presentan algunos comenta-

lar: medir, pesar, contar; ha quedado atrás,

rios finales.

a pesar de nuestros esfuerzos por mantener

Ensayo y conocimiento: el problema

su configuración imaginaria. Reconocemos por ello, que vivimos un mundo relacional y que su sentido surge en la relación; pero para su encuentro, requiere nuevas escalas

Diferentes estudios sobre el ensayo ofrecen

por inventar. Es por ello, que este trabajo

esfuerzos específicos y sistemáticos por ex-

aborda un conjunto de principios generados

plicar y comprender su lógica interna, su es-

por el pensamiento complejo que intentan

tatuto de legalidad sea como aproximación

pensar de forma relacional; separa, pero

a la verdad o como invención asistemática

también une; organiza sin totalizar; analiza

del porvenir. Tales estudios pueden prove-

a la vez que sinteriza. Reconoce que no es

nir de diferentes disciplinas sea la filosofía,

posible pensar a partir de sistemas totali-

la literatura o la historia o alguna combina-

zantes que además de explicarlo todo se ex-

ción entre ellas. Los núcleos problemáticos

pliquen también a sí mismos (Ciurana,

de estos estudios se orientan hacia la rela-

1998). Esta perspectiva, permite abordar el

tiva autonomía del género ensayo con res-

denominado género ensayo desde distintas

pecto a otros géneros, sobre el lugar que

lógicas para pensar que ponen en relación

ocupa entre los géneros, la posibilidad de

a la filosofía, a la literatura y a la historia.

definir y describir las características propias de este tipo particular de texto, incluso,

El trabajo se articula en 4 partes. La pri-

sobre la posibilidad de sentar las bases para

mera plantea la relación ensayo y conoci-

decidir sobre su especificidad literaria denCx - 21

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

tro del dominio de la literatura (Arenas

tablecer su demarcación y su autorganiza-

Cruz, 1997; Gómez-Martínez, 1992; Sal-

ción que en conjunto, regula las interaccio-

gado, 2004). Otros estudios, ofrecen análi-

nes tanto internas como externas de sus

sis conceptuales acerca de lo que sea el

propiedades y componentes a través de

ensayo eligiendo cuidadosamente el pro-

aperturas y clausuras para mantener su re-

blema y los conceptos para abordarlo (Au-

lativa estabilidad (Bunge, 1999). Se trata de

llón de Haro, 2006; Bueno, 1966); en este

campos de conocimientos y disciplinas

mismo sentido, pero como una crítica a las

donde operan lógicas internas1 que regulan

posturas positivas sobre el conocimiento y a

y establecen los mecanismos de verificación

la posición que ocupa el ensayo con res-

y validación de sus postulados. Están cons-

pecto a aquel, se encuentra el trabajo de

tituidas por un conjunto de once variables

Adorno (1962) y que retomaremos más ade-

que le dan contenido al campo de conoci-

lante. Algunos estudios abordan cuestio-

miento; pero que adecuadas, pueden em-

nes específicas sobre el ensayo como

plearse para el análisis disciplinar. Nos

aquella clasificación que ubica a este gé-

referimos a la comunidad de investigado-

nero entre la escritura sistemática y el frag-

res, a la sociedad, al dominio o universo del

mento (Kerik, 2010) e incluso, sobre la

discurso, a la concepción general o filosó-

posibilidad de ensayo como anuncio asis-

fica, al fondo formal, al fondo específico, a

temático del porvenir (Gil, 1998). Aunque

la problemática, al fondo de conocimiento

estos estudios no ofrecen la totalidad de los

acumulado, a los objetivos, a la metódica y

enfoques que han abordado este género

a las parientes próximas, según lo ha seña-

para explicar o comprenderlo, presentan

lado Bunge (1999).

en general su ubicación dentro de alguna dimensión disciplinar de estudio sea la li-

La legitimidad de estos estudios se encuen-

teratura, la filosofía o la historia.

tra en lo que ha sido denominado como ontología tradicional (Castoriadis, 1989), la

Las preguntas y respuestas que se elaboran

cual se caracteriza por poseer tres dimen-

en estos estudios pertenecen al orden de los

siones: los datos, hechos y fenómenos; el

problemas específicos de las disciplinas y de

ser y las ideas; y los posibles arreglos entre

los campos de conocimiento: se trata de es-

ambos. Estas tres dimensiones encuentran

1 Es interesante notar que un campo de conocimiento no sólo se constituye de una lógica interna como la que se señala; sino que además opera en él una lógica externa como lo han notado otros autores. Según De Alba (2003), “un campo intelectual o simbólico se constituye de manera relacional, en condiciones específicas de producción, a partir de ciertos sujetos, productores, actores o agentes. Esto es, se conforma por un sistema o configuración de elementos de distinta índole, como lo son los espacios sociales e institucionales, los sujetos y actores sociales y las redes de interrelación, lucha, fuerza, poder, producción, legitimación e intercambio en torno a un objeto o tema; en función de las demandas que se expresan a través de los proyectos políticos, sociales y culturales, educativos, etcétera, o a través de rasgos disruptivos, entendidos estos como provenientes de estructuras anteriores y elementos nuevos, inéditos, que se vinculan en contornos sociales de articulación. (p. 38).

Cx - 22

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

contenido en tres de las variables que

discusión se centra en que la ontología tra-

hemos señalado más arriba. La primera de

dicional ha ocultado otros constituyentes

ellas, el fondo general, consiste en tres prin-

del presupuesto ontológico. Se refiere a que

cipios: ontológico: lo constituyente del

la ontología tradicional sólo toma en

mundo; epistemológico: la posibilidad de

cuenta: el ser y las ideas; y los posibles arre-

conocer el mundo, y el ethos: referido a la

glos entre estos. Estos tres elementos per-

libre búsqueda de verdad; el segundo, fondo

miten crear constructos u objetos teóricos

formal, se refiere a una colección de teorías

de investigación en una ciencia particular.

actualizadas; mientras que, el fondo especí-

Sin embargo, la existencia de otros tres ele-

fico, a la colección de datos, hipótesis y teo-

mentos: el caos, el tiempo y la creación; en su

rías

de

des-velo, vienen a complejizar el edificio de

investigación razonablemente efectivos, ob-

construcción de objetos de conocimiento al in-

tenidos en otros campos relevantes para él

troducir otros niveles de realidad que no ha-

(Bunge, 1999).

bíamos visto antes.

Los atributos contenidos en estas variables

El tiempo, el caos, la creación se nos pre-

permiten configurar un objeto de estudio,

sentan ahora, además de los datos, hechos y

demarcarlo espacio y temporalmente. Es

fenómenos; el ser y las ideas y los posibles

decir, permiten arrancar de la totalidad un

arreglos entre ambos, como parte de la co-

fragmento del mismo, ubicarlo en un con-

tidianidad de nuestra vida. Se traducen en

texto y tiempo específico para estudiarlo,

su forma de tiempo en inestabilidad: cada

además de definir los propósitos, los pro-

vez encontramos más finales y más inicios

blemas -intereses de estudio-, los métodos,

de manera simultánea (Bauman, 2004), los

etc., como elementos constituyentes pro-

objetos duran poco tiempo y surgen mu-

pios de la disciplina. De aquí resulta por

chos de manera simultánea.

actualizados

y

de

métodos

ejemplo, que si bien el lenguaje pueda ser objeto de la lingüística, la filosofía o la psi-

En forma de creación, la multiplicidad de

cología su demarcación como objeto es di-

objetos inusitados que emergen de la inter-

ferente para cada una de ellas, lo mismo

acción entre los elementos de un sistema,

vale para las condiciones del conocer, cada

pero que no son propiamente componentes

una de ellas plantea la necesidad de una dis-

del mismo (Morín, 2008), genera la necesi-

tancia espacial y temporal para hacer ase-

dad de un conjunto de escalas por inventar.

quible su objeto.

En forma de caos -inestabilidad e incertidumbre-, la emergencia se traduce en turbulencia

Sin embargo, en oposición a este plantea-

que requiere nuevas lógicas para pensarse en

miento, Castoriadis (1989), ofrece una pro-

el abandono de “la mirada” lineal y mecani-

funda discusión sobre los componentes del

cista, cuyo constreñimiento hace emerger mi-

fondo general o fundamento filosófico. Esta

radas complejas que adviertan los diferentes Cx -23

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

niveles de realidad 2 (Bryant, 2007). Si esto

regularlos. Son el cajón de sastre que tanto

es así, la aclaración que aparece como pre-

sirve para guardar como para ocultar

gunta en el título de este trabajo: ¿Cómo se

(Gómez de Baquero citado por Arenas Cruz,

conoce lo que cambia? Cobra sentido en

1997, p. 17). De esto deriva una especulación

esta contextualización y le atribuye además

como pregunta legitima, ¿es posible pensar

un valor epistemológico al ensayo.

al ensayo como un camino para conocer lo que cambia a partir de ubicarlo con atributos

Inevitablemente, esta afirmación plantea

ontológicos que tanto permiten ubicarlo den-

dos dimensiones organizativas en el plano

tro de un campo disciplinar específico – los

del conocimiento. Por un lado, aquella que

datos, hechos y fenómenos; el ser y las ideas

podríamos llamar, hasta cierto punto, pro-

y, las posibles combinaciones de ambos- y a

gramable –ontología tradicional- a partir

la vez situarle fuera de él, a colocarle otros

de positividades, es decir, el “"sustrato his-

atributos ontológicos como el tiempo, el caos,

tórico-empírico de los discursos, [que] de-

y la creación? Creemos que sí.

signa al conjunto de condiciones materiales

Una mirada arqueológica sobre el ensayo

que hacen posible la existencia de los discursos en tanto prácticas específicas” (Foucault citado por Albano, 2006, p. 86), y que bien podemos ubicar en esa dimensión de

Agamben señala que el tratamiento de los

lógica interna como atributos o propieda-

problemas debe revestir algo que él deno-

des en los estudios sobre el ensayo y otra,

mina cautela arqueológica, esto es "retro-

constituida por las emergencias, en el sen-

ceder en el propio recorrido hasta el punto

tido de aquellos elementos no programa-

en que algo ha quedado oscuro y no tema-

bles –des-ocultamiento ontológico- que

tizado (Agamben, 2010, p. 10). Esta cautela

surgen en la interacción de los componen-

arqueológica para pensar el ensayo, nos re-

tes de un sistema (Morín, 2008, p. 42). Es

mite sin duda al mundo en que el ensayo es

decir, los estudios disciplinares vienen a es-

instaurado. Se trata del Renacimiento, los

tablecer el orden de las cosas en el dominio

tiempos de Michel Montaigne y Francis

disciplinar; pero, se les escapan aquellos

Bacon como precursores del mismo 3. Este

elementos que como exclusiones disciplina-

mundo, siguiendo las ideas de Agamben,

res o anomalías no responden cabalmente

tiene que ver con el mundo de la Antigüe-

al conjunto de los principios que deberían

dad tardía, como lo ha mostrado la filología

2 Por ejemplo, el macro y el micro cosmos, aluden a dos niveles de realidad, la idea de que como era “arriba” era “abajo” no resulta sostenible con los conocimientos generados en la física actual. 3 Si bien es conocido la disputa sobre la originalidad y autoría del ensayo, incluso, de la temporalidad en que éste puede ser signado y la existencia de otros autores, existe consenso sobre Montaigne como autor del mismo dadas las características que éste le imprime. La diferencia particular se muestra en el sentido de fragmento y experiencia en el primero; y sistematicidad y conceptualización en el segundo. Cf. (Arenas Cruz, 1997; Gómez-Martínez, 1992, Bueno, 1962)

Cx -24

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

warburgiana, que restituye la cultura del

tema clasificatorio, ya que la definición

neoplatonismo y el hermetismo. Esto im-

planteada por Montaigne se refiere a la ex-

plica, que el ensayo, situado desde esta

periencia desde la perspectiva del sujeto de

perspectiva, se relaciona con la disputa ori-

la experiencia: “La experiencia tradicional

ginaria entre los intérpretes del aristote-

(…aquella de la que se ocupa Montaigne) se

lismo de la Antigüedad tardía

y el

mantiene fiel a esa separación de la expe-

Medioevo, que plantean el problema del co-

riencia y de la ciencia, del saber humano y el

nocimiento como una relación entre dos su-

saber divino. Es precisamente una expe-

jetos totalmente separados y distintos: el

riencia del límite que separa ambas esferas”

sujeto de la experiencia y el sujeto del co-

(Agamben, 2007, p. 17) y que en palabras

nocimiento. Disputa basada en la unicidad

de Gómez-Martínez (1992), significa que

y en la separación del intelecto y su comu-

la esencia del ensayo es aquella que Mon-

nicación con los sujetos de la experiencia.

taigne le proporcionó.

Estos sujetos poseen características propias. El sujeto de la experiencia es el lla-

El conocido pasaje de “Demócrito a Herá-

mado sentido común o principio que juzga

clito” de Montaigne que ha sido citado múl-

que posee cada individuo y representa lo

tiples veces y que reproducimos aquí

“múltiple”, la multiplicidad de los indivi-

parcialmente:

duos; mientras que el sujeto del conocimiento está representado por el intelecto

El juicio es cosa útil a todos los temas y

agente: entidad separada: impasible, di-

en todos interviene. Por tal causa, en estos

vina; y que es referida como lo “uno”. Esta

Ensayos lo empleo en toda clase de oca-

distinción plantea el problema del conoci-

siones. Si trato de cosas que no entiendo,

miento como el de la relación entre dos es-

con más razón ensayo el juicio, sonde-

feras separadas: lo uno y lo múltiple, el

ando el vado a prudente distancia, de

saber humano y el saber divino, lo inteligi-

modo que, si lo encuentro demasiado

ble y lo sensible. A esta distinción habría

hondo para mi estatura, me quedo en la

que agregar otra, la diferencia existente

orilla. El reconocer el límite de donde no

entre inteligencia y alma –entre nôus y

se puede pasar es un efecto del juicio, y

psyché-, en el sentido de que aquella entra

aun aquel de que el susodicho juicio se

en contacto con ésta como elemento de co-

alaba más. Otras veces miro si a una cosa

municación para producir la experiencia

vana o baldía podrá el juicio darle cuerpo

(Agamben, 2007).

y apoyarla y afincarla. Y aun en otras ocasiones lo paseo por un tema elevado, pero

Esta primera aproximación al tema del en-

manido, donde, por lo muy trillado que el

sayo para ubicarlo como un camino para el

camino está, nada puede el juicio encon-

conocimiento de lo que cambia, plantea un

trar, sino sólo seguir ajenas huellas…

interesante problema para cualquier sis-

(Montaigne, 2003, p. 249) Cx - 25

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

Permite observar el término juicio con al-

tinciones fueron anulados en un ego cogito,

guna regularidad. Salgado, (2004), pone

una pura consciencia cognoscente, única-

énfasis en el término juicio como uno de los

mente pensante, un sujeto puramente lin-

principales motores del ensayo; sin em-

güístico y funcional que sólo existe en el

bargo, no hace alusión a la noción de juicio

momento de la enunciación, en el sentido

como la entidad que juzga perteneciente al

de una arquitrabe que articula dentro de sí

sujeto de la experiencia expresada en la dis-

a ambos sujetos en uno nuevo que expulsa

puta aristotélica con respecto al conoci-

la experiencia del método para alcanzar co-

miento. Sin embargo, creemos que el

nocimiento. En este sentido, “la ciencia mo-

énfasis en el término juicio, que aparece en

derna nace de una desconfianza sin

el multicitado párrafo es parte de ese sujeto

precedentes en relación a la experiencia tal

de la antigüedad tardía denominado sujeto

como era tradicionalmente entendida”

de la experiencia.

(Agamben, 2007, pp. 13-14)

El señalamiento de Gómez-Martínez, con

El fragmento del poema de Galeano, escrito

respecto a la obra de Montaigne focaliza

al margen del texto, describe esta separa-

este aspecto: "Los autores se comunican

ción originaria, pero también prevé la unión

con el mundo en extrañas y peculiares for-

posible entre ambos:

mas; yo soy el primero en hacerlo con todo mi ser, como Miguel de Montaigne, no

“La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola.

como gramático o como poeta, o como ju-

Tenía manos, pero no tenía a quién tocar.

risconsulto" (Montaigne citado por Gómez-

Tenía boca, pero no tenía con quién hablar.

Martínez, 1992).

La vida era una, y siendo una era ninguna. Entonces el deseo disparó su arco.

Esta separación entre el sujeto de la expe-

Y la flecha del deseo partió la vida al medio,

riencia como una entidad diferente del su-

y la vida fue dos.

jeto del conocimiento, es una separación

Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.

radical: “la experiencia es incompatible con la certeza, y una experiencia convertida en calculable y cierta pierde inmediatamente

Un análisis más detallado de este fragmento

su autoridad” (Montaigne citado por Agam-

pone en relación dos conceptos similares

ben, 2007, pp. 14-15).

pero distintos: zoĕ y bios ambos se refieren a vida, en griego. El primero alude al sólo

Desde esta cautela arqueológica, es posible

hecho de vivir, a cualquier organismo vivo –

enunciar un recorte temporal. Con la apari-

y en ocasiones a Dios-, mientras que el se-

ción de la modernidad y sobre todo con el

gundo alude a la vida organizada, pública,

planteamiento de Descartes, los sujetos de

de interacción en la plaza pública (Agam-

la experiencia y del conocimiento y sus dis-

ben, 2006, pp. 9-16). Cx - 26

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

El deseo, es el intermediario, el que está

presión cartesiana de ideas claras y distintas

entre ambos sujetos, el que permite la tra-

como lógica de exclusión de la anomalía.

ducción del conocimiento en experiencia. No en vano, escribe Agamben (2007), los

Se trata entonces de posicionar al ensayo

cantantes de las coplas de amor, le canta-

desde una mirada capaz de darle figura a su

ban a un amor ubicado en esa posición in-

valor epistémico: de conocimiento, que si

termedia entre ambos sujetos: el del

bien nunca es negada, si se encuentra mati-

conocimiento y el de la experiencia. Recor-

zada por su valor de verdad, pero con refe-

demos además como Platón en el banquete

rencia a una verdad que sólo existe en el

al referirse a Eros lo hace en términos de un

imaginario de un mundo que podemos con-

semidios –logos-, uno que se encuentra

trolar, medir, pesar contar en un nivel de re-

entre Poros y Penia, entre la abundancia y

alidad mecánica y lineal, como lo expresamos

la precariedad que permite su existencia.

más arriba. En este sentido, cuando Gil señala su postura al contrastar el ensayo frente al tra-

Desde esta perspectiva, un sistema de clasi-

tado y decir que “aún cuando el ensayo tiene

ficación del ensayo que parta de la ciencia

en su estructura intrínseca mayor flexibilidad

moderna, es decir, de aquella que anula los

y libertad interna para reflejar el plurivalente

sujetos y sus distinciones, tendría en sí

dinamismo de la modernidad, carece por lo

misma contenida una omisión originaria en

mismo de la solidez, gravedad y sistematici-

su sistema clasificatorio; ya que con ello, se

dad del tratado… la configuración vanguar-

anula también la imaginación, la fantasía, el

dista del ensayo difícilmente tendrá el sello

deseo y la pasión como elementos del cono-

que emana del trabajo meditado y elaborado,

cimiento que, como ha señalado Castoriadis,

paso a paso, en la calma y la tranquilidad del

han sido puestos al frente desde tiempo an-

retiro” (Gil, 1998, p. 23). Su afirmación –de

tiguos, por ejemplo, en el “Banquete”, Platón

Gil- pertenece a ese imaginario de mundo que

pone la pasión amorosa –el Eros- en el fun-

deseamos controlar y no al mundo actual con

damento del conocer…, lo mismo hace Aris-

grados de complejidad creciente que ninguna

tóteles en su Metafísica: “Todos los seres

disciplina por sí misma puede afrontar.

humanos

por

naturaleza

desean

Indicios o signaturas en el ensayo

saber…”(Castoriadis, 1998, p. 158), y que sin duda, señalan más el carácter dialógico que el carácter dialéctico del conocimiento

Es Adorno (1962) quien en su trabajo sobre

(Morin, 1983) el cual reconoce ese bucle

el ensayo le restituye un valor de verdad al

entre razón y afecto, que implica la adquisi-

cuestionar el positivismo como la lógica del

ción de la experiencia más allá del sujeto mo-

conocimiento. Adorno lo coloca en la posi-

derno que no puede más que adquirir

ción de una anomalía –herejía- alude a las

conocimiento y omitir la experiencia. Un

nociones de inactualidad para situarlo fuera

bucle que se opone a la vieja y conocida ex-

del contexto de conocimiento disciplinar Cx -27

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

al que hemos aludido en la primera parte y

1989, p. 123), se convierten entonces en

que lo acerca más a la idea de conocer-.

pruebas de valor irrefutable. Recordemos

Adorno recoge en gran medida la anoma-

como las operaciones que dieron origen a la

lía, el fragmento carente de una escala cla-

visión heliocéntrica de la tierra realizadas

sificatoria

teóricas

por Copernico fueron semejantes, en cam-

excluyen como parte de su propio interés

bio, se consideraron aquellos datos que ha-

por ofrecer una explicación o comprensión

bían sido excluidos por Ptolomeo.

que

las

posturas

al tejido conjunto que articula este tipo de producciones sea como genera dicendi -

Otros índices atribuidos al ensayo como el de

verdad futura en la filosofía-, clase de texto

deconstruccionista plantean el valor de éste

argumentativo, fragmento, invención asis-

como un colocador de toda discusión de ver-

temática del porvenir, ficción (Barthes ci-

dad siempre abierta e inacabable, suspende

tado por Todorov, 1991, p. 67), impronta

las signaturas, los índices y mantiene la ver-

retórica, pedagógica o poética, incluso como

dad entre paréntesis de tal suerte que nunca

“textos prosísticos destinados a resolver las

da por sentado un evento de significado con-

necesidades de expresión y comunicación

cluido. La dimensión de inactualidad que

del pensamiento en términos no exclusiva

también se le atribuye al ensayo, constituye

o eminentemente artísticos ni científicos”

el horizonte que entrelaza el presente y el pa-

(Aullón de Haro, 2006), etc.

sado, percibe los índices y las signaturas de lo viejo (Agamben, 2010).

La sola enunciación de estos elementos pone de manifiesto que los sistemas expli-

Es posible que Adorno considerara al en-

cativos o comprensivos de este género ope-

sayo como parte de una dimensión indicia-

ran en la inclusión o exclusión de aquellos

ria, que restituye al ensayo una medida de

elementos que la componen y que depen-

valor epistémico y lo coloca en esa posición

diendo de la disciplina, algunos de estos,

de índice como signatura. Es decir:

des-bordan su sistema de pesos y medidas. “mantener los eventos en la dispersión Ginzburg, para plantear la emergencia del

que les es propia, demorarse en las ínfimas

paradigma indiciario, pone al frente un con-

desviaciones y en los errores que acompa-

junto de ideas relacionadas a las formas de

ñan y determinan su sentido. Significa, en

conocer de Morelli, Freud y Sherlock, señala

una palabra, buscar en todo evento la sig-

como la manera de considerar un conjunto

natura que lo cualifica y específica, y en

de datos reconocidos como marginales, in-

toda signatura, el evento y el signo que la

dignos de ser advertidos, por ser irrelevan-

soporta y condiciona… mostrar [como ha

tes a los sistemas clasificatorios, constituyen

dicho Foucault] que hablar es hacer algo, y

las claves para acceder a los productos más

no simplemente expresar un pensa-

elevados del espíritu humano (Ginzburg,

miento”(Agamben, 2010, p. 106). Cx - 28

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

Buscar al interior del ensayo los atributos

ñales inadvertidas que, como anomalías,

que como signatura nos presenta constituye

pueden convertirse en elementos centrales

en parte esa restitución del valor que tiene

de verificación y conocimiento.

como camino para conocer lo que cambia. Estas discusiones permiten considerar al

Consideraciones finales

ensayo, aunque sea tentativamente, como un camino para conocer lo que cambia,

El propósito de este trabajo ha sido plantear

aunque como indicio y signatura, siempre

al ensayo como un camino para conocer lo

estará a la espera de nuevas aproximacio-

que cambia.

nes interpretativas.

Para ello, hemos discutido, en primer lugar,

Bibliografía

como los estudios disciplinares contienen en la construcción de sus objetos una ontología referida a tres dimensiones, el ser y las

Adorno, T. W. (1962). El ensayo como forma.

ideas; y los posibles arreglos entre ellas,

Notas de literatura (M. Sacristán, Trans.). Bar-

pero ha ocultado otras: el tiempo, al caos y

celona: Ariel.

la creación; que coloca en una posición dis-

Agamben, G. (2006). Homo Sacer. El poder

tinta los estudios sobre el ensayo y lo ubica

soberano y la nuda vida (A. Gimeno, Trans. Vol.

tanto en los fenómenos programables –ló-

1). Madrid: Pre-Textos.

gica- como en los no programables –las emergencias-. Hemos señalado además,

Agamben, G. (2007). Infancia e historia. En-

que este des-velo ontológico forma parte

sayo sobre la destrucción de la experiencia (S.

ahora de la vida cotidiana.

Mattoni, Trans. 2da ed.). Argentina: Adriana Hidalgo.

En segundo lugar, hemos acudido a una mirada arqueológica sobre ensayo. No como

Agamben, G. (2010). Signatura rerum. Sobre

origen, sino con el propósito de tematizar

el método (F. Costa & M. Rubituso, Trans. 1era

una dimensión poco abordada sobre el en-

ed.). Barcelona: Anagrama.

sayo, buscando las huellas del pasado en el presente como sujetos contemporáneos, in-

Albano, S. (2006). Michel Foucault: Glosario

actuales con el propósito de restituir, al

espistemológico (1era. ed.). Buenos Aires: Qua-

menos como aproximación e interpreta-

drata.

ción, nuevas alternativas para considerar el Arenas Cruz, M. E. (1997). Hacia una teoría

valor epistemológico del ensayo.

general del ensayo. Construcción del texto ensayístico (2 ed.). Cuenca: Ediciones de la Uni-

Finalmente, hemos abordado la noción de

versidad de Castilla-La Mancha.

indicios o signaturas en el ensayo, esas seCx - 29

El Ensayo como un Camino para Conocer: ¿Cómo se Conoce lo que Cambia?

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Los Rasgos del Concepto de Mujer y Madre en la Literatura: Una Perspectiva de lo Biológico al Mundo Social Por Rosario Olivia Izaguirre Fierro y Eustolia Durán Pizaña

Las autoras analizan las distintas configuraciones de la mujer como sujeto madre. Desfilan en este interesante texto la madre asexuada; la mujer madre y su pasión maternal; la madre sexuada y el pecado, la madre maestra; y la madre moderna. En cada una de ellas, se desprenden rasgos que hacen el compendio del trayecto histórico del concepto de ser mujer y madre una tarea que aporta una visión lúcida de la condición humana y el diálogo de sus configuraciones particulares, nacidas cada una de ellas del desencuentro entre la naturaleza y la historia de la humanidad.

Introducción Eva, nuestra primera madre, la desobediente, la culpable de perder el paraíso, a la que debemos un caminar trajinado de dolores, la que se atrevió a desobedecer y construir otro mundo, la que hizo del paraíso la tierra prometida y el vivir en el mundo un infierno que se anuncia en el amanecer hasta el atardecer, impregnado de la obediencia y el temor, del silencio ahogado en aquellos pechos que manan la leche que hace resplandecer a la humanidad. Es Eva la lección de la desobediencia, enfrenta lo determinado, dibuja la autonomía para confrontar todo poder, es ella la que hace el mundo, contrario es Adán el obediente, que no confronta, acepta la manzana y la discordia con Dios y, después

culpa a la inocente Eva, para ser enjuiciada como plantea Saramago (2009:19) “Quién ha desobedecido mis órdenes…Adán dijo, La mujer que me distes”. La condena fue inmediata, en su tarea el dolor y la obediencia al hombre es el pago por su atrevimiento. Así, de nuestra primera madre su pecado, sí esto es pecado, es llevar el fruto de la sabiduría a su compañero de paraíso y, con ello plagar el mundo con aquel vientre que reta a la omnipotencia de aquella orden, dar vida entre espasmos con dolor. En esta orden se determinó que el ser madre era la fuente para ocultar el ser mujer y, con ello las distancias pecaminosas que había que controlar y, la solución es colocarla en esa silueta para que transite por el mundo. Cx - 31

Los Rasgos del Concepto de Mujer y Madre en la Literatura: Una Perspectiva de lo Biológico al Mundo Social

ella demanda protección, la fragilidad no implica ipso facto la sujeción”. La creencia de la debilidad de lo femenino no parte de la situación biológica es un constructo simbólico proveniente del trayecto social. En esta creencia de fragilidad se diluyen los valores de amor y justicia que envuelve la receptividad y reverencia como fuerza femenina y se le atribuyen debilidades para fortificar el mundo social.

En Eva se encuentra el cuerpo donde se demarca los territorios del mundo, ella es la explicación del ser mujer y ser poseedora de crear al hombre en su vientre, de reconocer el bien y el mal, de encontrar los caminos que construyen el mundo humano. Culpable de retar a Dios lleva consigo haber acercado al hombre a lo que plantea Saramago (2009:21) “habiendo conocido el bien y el mal el hombre se ha hecho semejante a un dios”, remarcando solamente le falto comer del árbol de la vida y ser eternos.

Iniciar con el concepto de madre es dibujar los rasgos de esa silueta femenina configurada en el trayecto histórico que se proyecta en significaciones sociales, así es posible transitar en la respuesta de la madre en: dadora, revolucionaria, amorosa, soñadora y creadora. En esta amalgama la figura femenina se debate entre el efecto del olvido, la victimación, el silencio, la injusticia y la indiferencia que lleva consigo vivencias que tienen el sentido de significaciones de la idealización de madre.

Esta figura femenina llamada Eva es el principio de las miradas que se han posado en una constante de idealizar, martirizar y victimizar a ese cuerpo femenino que en su talle encuentra exigencias morales formando una silueta, que hace vaivén en la historia del concepto madre. Extrae la humanidad este concepto de madre como la explicación del mundo social y natural. El olvido como mujer es para olvidar esa fuerza de transformar, razón que la coloca en ese silencio, de voz negada, sin importar que conoce el equilibrio de la vida, le niega la presencia a quien impregna de fuerza y tenacidad desde la obscuridad de su vientre a quien portara la mirada para abrirse camino, la pisada para enfrentar los vientos y la caricia de sus manos para pulir el compás de la respiración en la batalla de la vida. Hacer de la mujer solamente madre es para declinar su fuerza total y hacer la creencia de su fragilidad, como dice Heritier (2007:13-15) “entre la fragilidad de esos momentos particulares y la dependencia absoluta del sexo femenino con respecto al masculino en todas las etapas de la vida…sí

Es en esta figura, donde el conocimiento social delinea los trazos de la experiencia que da sentido a lo biológico de la naturaleza humana. El propósito es arribar a ese escenario social, donde se entreteje las propuestas que convocan creencias y valores, que confabula en una simbiosis a las dos figuras hasta llegar a diluir a la mujer en la penumbra y la madre hacerla emerger como lenguaje social.

Madre ofrecedora de su vientre: sufrida, abnegada y resignada. Así, la madre dadora es la que a través de la gestación de su vientre a la gran guerra de la Cx - 32

Los Rasgos del Concepto de Mujer y Madre en la Literatura: Una Perspectiva de lo Biológico al Mundo Social

cuentro de la tierra, los mares, las constelaciones y las ciudades sean la explicación del vivir del hombre y sus afectos, los alcances es pelear por la vida.

vida, conocedora del destino del hijo intenta evitarlo hasta verse doblegada por esa fuerza inevitable. Es la que al no poder evitar el destino se convierte en la dadivosa que brinda a través del hijo, la reverencia no se hace esperar, cuanto amor y valentía lleva consigo el rostro de bondad. Iniciamos con Homero (2009), en la Ilíada, con Tetis, la musa del mar e hija de Urano, la que lleva consigo la pureza en la danza de las olas, la que obtuvo la crianza de Hera y casada con un mortal, Peleo. El deseo de esta madre es hacer inmortal a su hijo Aquiles, esto constituye un reto a lo predestinado por los dioses, proveniente de un padre mortal era imposible esa herencia de la madre.

Tetis, la madre capaz de hacer de su hijo un guerrero que llevará ese equilibrio del universo en su escudo, dice de la significación que posee como la capaz de preservar la vida. En esta madre se perfila el destino de los hijos ya trazado por los dioses y, que ni ella hace posible diluir. Esto tiene el alcance de la entereza de la madre en acompañar en el mundo, hace presencia como un faro intermitente de la vida. Es la parte dadora de los artefactos mágicos que le permiten vivir. No es acaso María, la madre de Cristo conocedora del destino de su hijo, sin embargo, no se opone a éste, al contrario ofrenda su vientre para alimentar a quien como hijo de Dios daría la salvación a la humanidad. Es ella la que alimenta a quien le dará al mundo una filosofía de vida, donde el amor se prodiga en efectos de equilibrio con ese universo desconocido pero pleno de fuerzas que doblegan al hombre.

Sin embargo, no hay obstáculo para una madre, después de muchos intentos logra bañarlo en las fuentes del Olimpo y, solamente aquel pequeño talón quedaba como restos de ser un mortal, herencia del padre. Educado por Quirón, “el educador de héroes” (2009:259), no logra escapar a su destino, a pesar de las estrategias de Tetis, una de ellas es el “el travestismo” (2009:262), e inútil, fue descubierta por Odiseo, quien buscaba guerreros para su ejército para la batalla de Troya.

Es una mujer que configura en la ternura la fortaleza para ser sacrificado sin emitir queja alguna, es ella quien lleva en sus sueños al hijo que reconocerá que la riqueza espiritual es la salvación de lo humano.

La mirada de esta madre es puesta en el hijo guerrero, cada movimiento la guiaba a ese lenguaje establecido con la vida, su ansiedad por desviar el destino que estaba predestinado por los dioses y los hombres en guerra. Al verle sin las herramientas de guerra perdidas en la muerte de Patroclo, solicita a Hefestos un escudo donde el en-

Es su figura de madre la que lleva consigo prodigar ternura, fortaleza y resignación ante el dolor. Cx - 33

Los Rasgos del Concepto de Mujer y Madre en la Literatura: Una Perspectiva de lo Biológico al Mundo Social

En estas madres se perfila las líneas de la entereza para seguir las huellas que hacen los hijos al pisar la faz de la tierra, conocedoras de lo efímero de su vida, emprenden la resignación. De ser la ofrenda de la naturaleza en un vientre capaz de irradiar las luces que alumbran la oscuridad del egoísmo y la ambición humana. Son ellas las que graban en su piel, la experiencia para vivir en lo prodigioso de ver en su hijo todas las miradas de la humanidad. En Tetis es el héroe que salva un pueblo, en María es la madre que brinda vida a la humanidad.

dad, la que se asombra de presenciar a los jóvenes y sus deseos de lucha por el pueblo. Personaje de la novela “La Madre” de Máximo Gorki (2007) en ella se encuentra esa mujer madre que evoluciona desde el amor al hijo al amor a la patria. Su plenitud de personaje es de pausas que dinamizan el caminar en los hechos narrados hasta lograr ubicarla como el personaje principal. Del amor de madre que puede nublar su valentía y arrojo, ante el peligro del hijo, hace una lección de razonamiento de lo que significa amar para defender al hijo revolucionario y su lucha por los otros, aquellos que sufren la pobreza, lo injusto y el trabajo sin satisfacciones humanas.

El amor maternal y el sueño de la revolución: la madre socialista y la madre estabilizadora de la revolución mexicana.

Así se templa su sentido de madre y sus lágrimas y súplicas se transforman en gestos de templanza de la dignidad de ser parte de la revolución: “hubiera querido llorar, abrazar a su hijo, pero junto a ella, el oficial la miraba con aire malévolo, temblándole los labios, agitándosele el bigote, y Pelagia creyó que el hombre aquel esperaba gozoso lágrimas, súplicas y lamentos. Recogiendo fuerzas y hablando lo menos posible, estrecho la mano de su hijo” ( Gorki,2007: 63). Aprendió a formar una silueta templada, pero latiendo en sus pasos el dolor y la desesperanza de un pueblo explotado.

Un rasgo distintivo de estas madres revolucionarias es su compromiso maternal que se extiende a la justicia social vertida en las virtudes, la sabiduría, audacia, honestidad y poseer un credo distintivo al credo del dios pronunciado por los clérigos en el púlpito eclesiástico. La proclama es destruir a ese dios que se encarna en los poderes de quienes tienen la riqueza del pueblo. En tales virtudes la sabiduría tiene el alcance de liberar la palabra atada en el terror de la religión y la imposición de la explotación del hombre, la audacia se traduce en confrontar esa fuerza que doblega al hombre ante el poderoso y, por último la honestidad para tejer identidades de un nuevo hombre que exige dar.

En esta madre su corazón es el latido social de la justicia, su virtud la engrandece al aprender a través del hijo y, en éste el mundo que se despliega en esa caricia comprometida en la lucha revolucionaria, definida en ese acto “puede querer a todos; tiene muy grande el corazón”. Sin embargo es una madre que va más allá de ese amor

La madre de la revolución Rusa aquella llamada Pelagia Nilovna, la de los ojos de bonCx - 34

Los Rasgos del Concepto de Mujer y Madre en la Literatura: Una Perspectiva de lo Biológico al Mundo Social

mares de sangre”. Se reafirma su proyección de maestra convocando cuando exige de acuerdo a Bertold Brecht (1976:41), antes las palabras del maestro “el saber no sirve para nada. Lo único que sirve es la bondad”, le reclama Pelagueia Vlásova, “pues danos tu saber, si no lo necesitas”. Esta propuesta clama a una madre que desprende el sentido egoísta de su mirada a sus hijos, para extender esa entrega maternal al mundo social, trae consigo ese aprendizaje de las madres que fortifican a la comunidad.

reclama su amor egoísta por ese hijo y dimensiona el otro amor ¡el amor de nosotras, de las mujeres, es impuro¡ queremos lo que necesitamos …Y cuando veo a usted pensar en su madre…¿Para qué la necesita?...y a todos los demás que sufren por el pueblo metidos en la cárcel o en Siberia…eso es amor…¡puro amor! Tienen fe” (Gorki, 2007:81). En esta figura de madre se levanta la protesta por lo injusto se abriga al llamado de esa búsqueda de luchar, de levantar los pasos caídos y en ello su voz “nuestros hijos salen al mundo a buscar alegría, en nombre de todos y en nombre de la verdad de Cristo, van contra todo aquello de que se valen los malvados, los engañadores, los rapaces para encadenarnos, estrangularnos y tenernos presos ¡Amigos! Por el pueblo, por el mundo entero, por todos los oprimidos, se han sublevado nuestra juventud, nuestra sangre” (Gorki, 2007:156). La madre se traza su vestidura de transformar el mundo a través de los hijos, participar en la lucha junto a la causa emprendida la lleva hasta la idea de “seré apóstol, por amor a la verdad” (Gorki, 2007:165).

En contraparte, la entonación poética de la figura de la madre en los albores del México posrevolucionario, esto lleva a ubicarse en Gabriela Mistral y su canto amoroso. Educar a las mujeres es una equivalencia a educar a las madres creadas en el espacio político que atrae a lo poético como el lenguaje del vivir en un espacio social. En estas figuras de madres se diversifica su función de acuerdo a su estar de esposa y madre, de espacios domésticos y públicos en su trabajo, de su sexualidad y su imagen de protectora del hogar. La propuesta es entender que se pretende educar en esas mujeres y madres resultantes de una revolución, así, Mistral planta en Lecturas para Mujeres (1997: XIII) dos sentidos, pero siempre recae en el mismo punto, la maternidad: “Es extraño: son muy diferentes los asuntos que interesan a niños y niñas. Siempre se sacrifica en la elección de trozos la parte destinada a la mujer, y así ella no encuentra en su texto los motivos que deben formar a la madre. Y sea profesionista, obrera, campesina o simple dama, su única razón de ser sobre el mundo el de

En ella está un proyecto político que emana desde el sentido de orientar lo religioso al escenario de la justicia, a esa entrega por la causa justa. Un segundo momento de fervor es el trabajo, lo subraya Gorki (2007: 164328): “para ella la idea del trabajo ha ido unida indisolublemente al género de actividad de su hijo”, en n sí, es una madre que se adhiere a luchar por esa verdad que ella ve a través de su hijo, en esa batalla entiende que “no ahogaran la verdad ni en Cx - 35

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dondequiera que vaya una verdadera esposa, el hogar está siempre en torno suyo. Pueden lucir las estrellas sobre su cabeza; la luciérnaga en la hierba de la noche fría puede ser el único fuego a sus pies; pero el hogar existe donde quiera que ella está”. La lección se trastoca en versos y ata aquella madre a un espacio en el universo, las aspiraciones del amor del hombre, el hogar y el encadenamiento generacional de la madre:

la maternidad, la material y la espiritual juntas o la última, en las mujeres que no tenemos hijos”; La participación cada día más intensa de las mujeres en las profesiones liberales y en las industriales, trae una ventaja: su independencia económica, un bien indiscutible; pero trae también cierto desasimiento del hogar y sobre todo una pérdida lenta del sentido de la maternidad. Sin embargo, lleva su preocupación a ese horizonte de educar a la mujer en temáticas que atañen al trabajo desde la naturaleza de mujer para el matrimonio, mujer hogar, mujer madre en el mundo social. En sí, es una escuela para educar para el hogar, para expresar en eso ese sentir de lo femenino en el universo de lo humano.

El ama

La tendencia de educar a la madre es con la intencionalidad de situarla en ese eje que hace girar la historia de los pueblos y Mistral (1997: XVI) expone, “Para mí la forma del patriotismo femenino es la maternidad perfecta. La educación más patriótica que se da a la mujer es, por lo tanto, la que acentúa el sentido de la familia”. Ese patriotismo crea un espíritu maternal, donde la patria late en el corazón de la madre, es en ella donde recae la fortaleza de los hijos que dará a esa nación que demanda una fe patriótica. La madre resguardadora, la vigía de la patria tiene un centro, el hogar y, éste se define en ser de acuerdo a Mistral (1997:6) “es un lugar sagrado, un templo vestal, un altar del corazón, guardado por los dioses domésticos, ante los cuales nadie puede comparecer sino aquellos que pueden ser recibidos con amor”, para reafirmar, “Y Cx - 36

Yo aprendí en el hogar en qué se funda la dicha más perfecta, y para hacerla mía quise yo ser cómo mi padre era; y busqué una mujer como mi madre entre las hijas de mi hidalga tierra. Y fui como mi padre, y fue mi esposa viviente imagen de mi madre muerta. ¡Un milagro de Dios, que ver me hizo otra mujer como la santa aquella! (Mistral,1997:7) La Revolución Mexicana traía consigo una figura de madre, la demanda como lenguaje para asentar el sentido cultural y político de la nueva organización. Es en la Escuela Mistral, como lo plantea Schell (2009:184) donde dicha figura adquiere forma, en el reglamento de 1922 una escuela que educaría mujeres jóvenes e inteligentes para que llevaran una vida ordenada y racionalmente, esto reafirma y capacitó para el servicio doméstico como fuente de empleo. Los rasgos educativos que la distinguen es el disuadir a la elección de carreras profesionales, el inculcar el bien para todos sin distingos raciales o de partidos políticos.

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tudes requeridas por el mundo social: la de crear a esa madre asexuada, la que hace perpetúa la educación de lo inerte y la obediencia. En esta madre, no hay sin horizontes para buscar en su vivir, tan solo es estar en su refugio, el hogar y sus límites son cercados por sus respuestas al esposo e hijos.

Es una educación amorosa sin aspiraciones, plena de obediencia y capacidad de responder a una nación que requería madres. De esta manera, la educación moral de las mujeres de acuerdo a Schell (2009:189) dimensiona varios rasgos: las exigencias de moralidad y el asunto de lo sexual era lo inmoral, el decoro conlleva a precisar que la problemática son los conflictos del pensamiento sobre el matrimonio como atracción sexual y relación de compañeros y, en ello da cabida al divorcio ante lo contrario de las ideas del matrimonio como el salvaguardor del honor de la familia. En ello la decisión de elegir en el matrimonio desde ese parámetro provocaba conflictos morales, a su vez, ingresaba en las controversias de una sociedad moderna en las exigencias de otra perspectiva de educar y con ello responder a los ideales de madre. Recordemos que posterior a la Revolución Mexicana se tiene una disminución de la población y, por otra parte la conceptualización de familia se trastoca ante los nuevos ideales del desarrollo social

La madre asexuada, una silueta idolatrada. Esta madre asexuada trae al escenario un personaje de Elena Poniatowska (2007: 5556) Jesusa Palancares, “Hasta no verte Jesús Mío”, sí, la mujer callada, porque siempre había estado a un lado de aquella piedra, el metate, diciendo, “fuera de los chiquillos, no tenía con quien hablar, solamente mi amigo era el metate”. Una mujer con una historia fantástica de la revolución y sus deseos fueron detenidos por aquel hombre que al vivir con éste reconoce los límites de ser esposa y madre. Desde el instante de contraer matrimonio por el infortunio de no encontrar pasaje para su tierra y aceptar en contra de su voluntad aquel hombre como marido.

Dos propuestas de madre se trazan desde el conocimiento de la experiencia social: en la primera la fuerza para educarse a través de los hijos y estos en ella, centrando como cualidades a disminuir el egoísmo, la ambición, lo injusto; y, el convocar al compromiso de estar en el mundo social identificándola estructura del Estado protector de la estructura familiar y la justicia social. En la segunda propuesta, las exigencias sociales diluyen las capacidades de la madre como ente de cambio, de transformación y es colocada en un molde de acti-

Sí, es Jesusa la que confiesa “en poder de mi marido nunca me bañe porque ¿con quién andaba quedando bien?...con mi marido se me agusano la cabeza”, es ella propiedad de aquel hombre y su destino estaba trazada, la voluntad del marido era su caminar. Pero en su interior ser madre no era su inspiración, lo reafirma Poniatowska (2007:312) “yo nunca he deseado hijos ¡Para qué? Si con trabajos me mantengo yo. Pero al que dios no le dio hijos, el diablo les dio cosijos””. Así, Jesusa se define como una madre Cx - 37

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reconocer lo asexual de la madre ingresa a la idolatría. En sí, es la madrastra el lugar de la sexualidad y la condena social.

seca, una madre mula, una mujer de trabajo, una madre que alimentó aquellos huérfanos que poco a poco fueron dejándola sola. Visualizar esa contraparte de madre idolatrada asexuada a la madre sexual, esconder a `esta última es tarea del relato humano encontrando un sitio la madrastra. Así Vargas Llosa (1988) en Los elogios de la madrastra, coloca a Lucrecia en esa disyuntiva de lo sexual en su figura de madrastra. La mirada de su hijastro, los besos intencionados, el espiarla entre la penumbra y afirmar “Ella es buenísima conmigo. Más bueno todavía creo, de lo que era mi mamá (1988:167). Sin la figura de la madrastra donde recae todo aquello que en la madre no debe de existir. Pensar de manera erótica es permisible, ya que en ella se encuentra el jugueteo amoroso de lo sexual, así el hijastro se da esos límites sin sentir pena de ocasionarle maldad alguna “¿Por qué me daría pena? Sí hubiera sido mi madre, me habría dado. ¿Acaso lo era?

La proclama, la pasión amorosa de la mujer madre: La Tía Tula de Miguel Unamuno. De todas las madres ésta es la que traduce la protesta en silencio, su rostro se transforma en frustración, pero sus manos en la dulzura de un vientre. Llena de equívocos se transforma en la virtud de las madres, al negarse ser mujer su mirada se torna plena de suspiros. La Tía Tula, de Miguel Unamuno (2004: 45-54), la que afirma que “las mujeres vivimos solas”, aquella mujer que proclama “la mujer tiene que esperar ser elegida, y yo la verdad, me gusta elegir, pero no ser elegida”. Esto último es la proclama de esta mujer que lleva a transcurrir sus días en prodigar caricias a sus sobrinos huérfanos y en las noches apagar su pasión. En esta madre la templanza es su cuerpo, lo coloca en este espacio de lucha donde el escudo a sentir la pasión de mujer es colocar al frente a los hijos, las madres no son arrebatadas por ese instante de las carnes, es vestida en ese compromiso social del cuidado maternal. La Tía tula emite el significado de madre mártir en el sacrificio amoroso. Sacrifico su amor por Ramiro el cuñado, a Don Juan, el médico lo alejo de su vida y reafirma sí la religión es masculina “masculino el padre, el hijo y el Espíritu Santo…Pero y ¿la madre? La religión de la madre está en: He aquí la criada del señor, hágase en mi según tu palabra” (2004:8). En sí, la Tía Tula es la protesta hecha madre

La madre adquiere en la asexualidad la pérdida del poder de la maternidad como lenguaje de reconocimiento social. Es en lo materno de ella lo que se puede descifrar como significados de pertenencia en el mundo social y político, sin embargo, la sexualidad es colocada en ese espacio inocuo de lo asexual. La madre acepta esa ambivalencia, como forma de responder al mundo masculino que demanda la sexualidad de la mujer y al Cx - 38

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y la maestra que imparte lecciones sobre el cómo amamantar a los hijos que sin ser madre directa fortalecía los lazos familiares en esa unidad de hermandad.

infiel y una madre egoísta, el reclamo social cae sobre su rostro hasta llegar a su muerte. Ana Karenina, no la salva su hermosura, aquel porte de mujer estaba condenada a no presentarse ante aquella sociedad. Para quien conocía la historia le era justo el rechazo, pero a los extraños dice Tolstoi, que “así con todo el poder de su belleza y elegancia, no podrían sospechar que aquella mujer pasaba por las mismas expresiones de vergüenza que un delincuente expuesto en la picota” (2011:339). Arrobada en ese suplicio su dolor es llevado en una carga moral que constantemente exige respuestas ante el mundo social. Dos vertientes trazan el vivir de Ana Karenina: la pasión amorosa por el hombre amado y la desesperanza como madre.

La pasión guiada de la Tía Tula lleva en su interior la convivencia de mujer madre que permite organizar el mundo de la maternidad en el razonamiento amoroso de vivir en la reglamentación que desemboca en la renuncia de la pasión del cuerpo. Toda manifestación de atracción masculina encuentra una ruta para desencantarla, así estar en la ciudad le permitía estar en el bullicio y en éste “su convento, su hogar y en él la celda”, o bien, como lectora de Santa Teresa, lograba aniñarlos (Unamuno, 2004:71).

El desequilibrio social, de la madre asexuada y la propuesta de mujer y madre sexual: Ana karenina, Madame Bovary y María Antonieta Rivas Mercado.

La carga moral traspone el goce de amar aquel hombre, para transformar su pensamiento en ese dilema constante de estar ante el hijo y explicar su proceder buscando la compasión del perdón. Ese constate recriminación la lleva a intentar entender esos amores que se encuentran en su devenir humano, agolpa el sentir por el hijo en exclamaciones ¡También a él creí que lo amaba! ¡Mi afecto hacía él me enternecía a mi misma! Sin embargo, he podido vivir sin él” para volver a esa desesperanza de mujer y su pasión “Si ya no me ama, si se muestra bueno y tierno conmigo solo por su deber, será el infierno; prefiero su odio….¡qué triste era amar y odiar al mismo tiempo! ¡Y cómo palpitaba su pobre corazón hasta despedazarse!” (2011:451). Esta manifestación caracteriza el llamado de lo femenino ges-

La exigencia del mundo social es una madre que olvide cualquier rasgo de sentirse mujer, la exigencia es el olvido de la pasión amorosa por un hombre. Las narraciones de madres que incurren en este atrevimiento están plenas de una demanda para liberar ese cuerpo de madre y hacer emerger su equilibrio con el cuerpo de la mujer. Ana Karenina de Tolstoi (2011) sostiene una travesía de juicio moral ante la osadía de verse arrebatada de pasión por aquel apuesto militar y abandonar el hogar dejando esposo e hijo. Ella, la hermosa princesa, había colocado a la sociedad en la polémica de exponerse en lo público, a ser Cx - 39

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Emma la madre, la que bautizo a su hija con el nombre de Berta como el de la condesa, en sus aspiraciones de ese mundo de la realeza. Convencida que la pasión de su esposo Carlos, Flaubert (1999:46) deja entrever la primera contradicción de mujer pasiva “no era exorbitante”, extendió sus horizontes a otros hombres, donde la pasión la hiciera vivir este mundo, hasta llegar al hastió de la costumbre. El mundo de ella giraba en esa constante de tristeza argumentada como una enfermedad que se presentó en voz de Emma “después del casamiento” (1999: 102). Su devenir de pasión en pasión decae al final en ese sentimiento de pesar que solamente la muerte logra apaciguar, no persiste el amor de madre, impera el amor de mujer.

tando lo que Colegrave (2007:49) propone “lo femenino recibe, permite, transige, absorbe, disuelve, une, conecta y gesta”. Las heridas de Ana Karenina encuentran el camino para exponer y honrar el sentir femenino que disputaba un espacio en el actuar de mujer y madre. Las demarcaciones sociales estrechan a Ana Karenina, la guían hasta la desesperación, “a dónde huir, Dios mío” (2011:453), sin el amor del hombre amado y su espíritu de madre resquebrajado, su caminar era la muerte. Aquel tren y su marcha estrepitosa marcaban su fin, de frente y segura, ya su vida se extinguía, ya no más tormentos ya no ver a quien la atormentaba, deseaba liberarse de su vida. Logró liberarse de esas amarras de la vida, “él ser castigado y yo libre de todos y de mí misma” (2011:454). Esa ansiedad de liberarse de la configuración de los principios que la demarcan hasta sucumbir por el arquetipo de lo femenino: sumisión y abnegación. En Ana Karenina se encuentra el germen de esa mujer negada en su potencial de construir el mundo a través de ser una madre con el potencial de la pasión. Es ella la fragmentación de mujer madre que convoca a la batalla de una nueva demarcación del concepto de femenino y masculino ante la maternidad.

Sí de mujeres madres hablamos, María Antonieta Rivas es colocada en este pedestal, en A la sombra de Ángel (Blair, 2009). La historia de una mujer madre, capaz de vivir una época de revolución, de confrontar esa demarcación limitada para las mujeres y crear su espacio para vivir. Qué pregonaba esta voz, desde su interior la fuerza de madre se desborda en la interrogante ¿Cómo podía acusarla Albert de ser una madre incapaz si su corazón desbordaba de amor por este niño que ambos habían engendrado? Pero quién es María Antonieta Rivas, qué lugar ocupa en el mundo cultural del México posrevolucionario y, la interrogante sustancial.

Estaremos en una insistencia de esta convivencia de mujer madre y el enigma del desasosiego de la pasión amorosa. En Madame Bovary, Flaubert (1999) deja entrever esa imposición de una madre en búsqueda de la pasión sexual. Es Emma la que cautivo aquel médico de pueblo, que poesía entre sus cualidades la humildad y la ternura.

María Antonieta, tenía una actitud para la vida, en el centro de lo cultural de su época, Blair (2009:510) reafirma un aspecto fundamental que “era una dama tan poco Cx -40

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briaga en esa tarea de lograr lo que sueño la hacía estar construyendo cada reducto cultural para el México moderno. En Vasconcelos se sumaba las aspiraciones de una nación, Blair (2009:525) extiende el sentir de “Una visión, un sueño estaba empañando los ojos”, esto envolvió la pasión estaba en el mundo de la cultura y la política, el espacio que ella iba construyendo.

común”, en la convivencia con los personajes que construían el hacer cultural de la modernidad, cercana a los políticos se empeñaba en ser escuchada “le recordé que los mexicanos habían depuesto las armas y que ahora deberían dedicarse a una revolución cultural”. Es ella la que marca el vértice para entender ese nuevo escenario donde hombres y mujeres emprenden la batalla para entender al nuevo país. Una mujer que establece su lugar de protesta en el divorcio, una mujer que propaga la idea de no atarse al matrimonio, sino de continuar en el vivir.

¿Y su papel de madre? Envuelta en la política y la cultura se lo llevo consigo, esto lo retoma Blair (2009:532) en un compromiso de madre maestra, “quiere que recuerde esta campaña como un suceso importante en la historia de México”, lo hizo caminar a un lado de ella para escuchar su latido y sentir sus pasos. La madre que late en su interior lo extiende en su amor a vivir construyendo ese mundo y, en éste se encuentra su hijo. Resume Blair (2009:629) todo el sentido político llevarlo a su destino donde el sueño se evaporaba, la mujer culta capaz de emprender un proyecto cultural, aquella que decide intentar transformar desde la política, la que emprende el compromiso del voto femenino, sí es aquella mujer que leva a su hijo a lo recóndito de su vida, lo hace vivir cada momento, cada amanecer y anochecer en ese sueño.

Una mujer en la batalla de estar en el mundo social, sus pasos eran en ese pelear constante de sueños y admiraciones, Blair (2009:514), le da sentido al pensamiento político al decir del personaje, “admiro al señor Vasconcelos. Si las mujeres pudieran votar, yo votaría por él”. La figura política del hombre arribaba al pensamiento de aquella mujer, Escuchar a Vasconcelos arrebataba el pensar de esa mujer capaz de ser quien propuso el Departamento Folclórico”, donde la cultura indígena encontraría un reposo de presencia, la que impulso el grupo ateneo, la que entrelazo a ese grupo de artistas y el sentido del México y su Revolución cultural.

Es la madre que le da aquel adiós al hijo en la promesa de su regreso, la que le pide no olvidar ese día de la partida. Blair (2009:505-622) la traza en el momento cúspide de su tarea, en la que afirma “En el fondo soy una maestra”. Es aquella mujer que en plena soledad despertó de la ensoñación y decidí morir, ya que el mundo soñado que pretendía extender para dárselo a

No es de extrañar su pasión por aquel político que llevaba en su mirada todos aquellos sueños de Antonieta, Blair (2009:517), subraya el sentido político “El había declarado que sí ganaba, daría el voto a la mujer”, llamado “El maestro de las Américas” y la gran interrogante “¿Sería posible un presidente de orientación cultural? Esto último la emCx -41

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bondad tiene una didáctica, el padre y los hijos no reconocerían daño o temor hasta que ella marcaba la importancia del sufrir y en contraparte, el reír era por todo lo insignificante. Recluido el efecto de bondad en la figura de la madre es lenguaje tejido para ella y negado a otras figuras, confundido en lo natural con las predisposiciones de un discurso, a lo que Amoros (2005:237) llama un proyecto-proyectado, estándar al que las mujeres son destinadas.

su hijo y a todos los hijos y, ser un espacio arrullo en las manos de todas las madres, la había minado, extinguido hasta en su último suspiro. Ya no más sueños, morir lleva el alivio, ya su espíritu estaba exhausto de confrontar al mundo, ahora tenía un deber, para dejar Blair el último rasgo (2009:622) “tengo una cita que no puedo llegar tarde”, ese día se suicida en la catedral de Notre- Dame.

La madre maestra en la vida: Las uvas de la ira Si de iniciar se trata es con John Steinbeck, Las uvas de Ira, la ternura enraizada en la cruenta batalla plena de decir y hacer en las historias de las mujeres, emerge en la narración una secuencia convocada de eterna madre. Y, decir ternura entre la batalla de sobrevivencia es encontrar las voces que describen a un personaje madre, “Su rostro visto en conjunto, no era tierno, sino sereno, iluminado por cierta bondad consciente. Sus ojos de color avellana parecían haber experimentado toda suerte de tragedias y haber pasado por el dolor y el sufrimiento antes de llegar a la calma y comprensión sobrehumanas que ahora poseían” (2005:78). Este personaje posee el aprendizaje de la bondad, considerando desde el acontecer narrado en la novela, esto no es atributo de la naturaleza, es de la evolución social y no recae en cualquier mujer y hombre, son las madres las que llevan esa herencia social. Son ellas las portadoras de lo consciente de la bondad, de sus barricadas que fortalecen a la humanidad. En ellas la lección de la

La madre como personaje la lleva a una libertad medida en el conocer, aceptar, desear su posición en la ciudadela que conforma su familia. Qué decir de su autoridad como maestra en ese espacio familiar, “podía confiarse en su imperturbabilidad, y de su posición grande y humilde en la familia había adquirido dignidad y una belleza tranquila. De su posición de médico de alma sus manos se habían hecho más firmes, serenas y calmadas; de su posición de árbitro de todas las cuestiones de la familia se había hecho tan remota e infalible en juicio como una diosa” (Steinbeck, 2005:78). No es un personaje añadido, es la precursora de un viaje de sueños, es la madre poseedora de educar el entorno que lo dimensiona a un conocimiento para conocer y reconocer la humanidad. Desde su ciudadela que resguarda transita al mundo al encuentro de los otros que en su misma adversidad demandaban sus dádivas. Sí se retoma en el sentido del discurso que configura a la madre en una línea prodigiosa de factores similares, esto sería en apariencia un elemento más, pero Steinbeck (2005), intenta trasladar a su perso-

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Por lo tanto, en la novela, la propuesta de una madre que establece eslabones con los miembros de la familia se estrechan en los eslabones de madre a hija en referencia de madre y maestra para la vida, no es de extrañar el final en su última lección. La hija y sus pechos plenos de leche, único alimento que latía en torrentes y aquel rostro del hombre donde el hambre se aposentó como ritual de muerte, toda una escena sostenida en la mirada de la madre.

naje al recóndito de la singularidad de líder que campea la migración, donde cada día se trasladan a lecciones para vivir. Convoca a reconocer que existe en la figura de la madre la inversión del pensamiento desde el vientre y los primeros pasos de mujeres y hombres en un conocimiento del lenguaje de la vida que deja huellas para aprender en la fecundidad de los acontecimientos sociales. Un factor a subrayar es el sentido que se le da al valor del amor, en el centro coloca su mirada desde su interior para posarlas en los otros en la tarea de hacer vida.

Pero que decir, de ese intercambio de miradas de madre a hija y el hambre del aquel cuerpo ante los pechos que derramaban el líquido de vida y aquella expresión de la hija, Sí.

Llama a la batalla de reconocernos en esa travesía llamada vida y, en ella se tiene una pedagogía donde las primeras letras manan de sus pechos y manos, sus sonidos es el reconocimiento de inicio de la gran batalla.

La madre sonrió, para pronunciar, sabía que lo harías. ¡Lo sabía! (2005:494). Ese entrelazar el sentir de madres entre las mujeres, proyecta una configuración de los valores persistentes en su construcción de una cultura que resume la imagen de dadora de vida en el plano natural, para proyectarlo a la dimensión del plano social como dadora de una magnificencia de inspiración discursiva que coloca el ser madre un centro de compromisos de educación.

Vemos en este personaje la conjunción de mujer y madre en un atributo dotado de identidad, de justicia, de sabernos parte de la humanidad. Es en la búsqueda de entrelazar el sentido de madre en el espacio de vernos y sentirnos en el mundo social y, ser ese sentido el punto de significados.

La solidaridad, la responsabilidad y el respeto por la vida son resultantes de lo biológico de ser madre reafirmada en la enseñanza social.

Un factor a tener en cuenta, es el impacto de un discurso que fragmenta el significado de madre con el entorno de hombres y mujeres, puede verse a la manera que Amoros (2005:91) lo define, en lo desarticulado de la relación, donde la soldadura de cada una con cada una de las otras refiere a las características adjudicadas por el discurso de los otros.

Encontrar las dádivas de madre a maestra, es marcar un trayecto de las narraciones que conduzcan a resignificar esa figura de mujer y su referencia en el discurso de femineidad y masculinidad. Recordando que ser madre y maestra, es un recuento de conocimientos sociales que proviene de la pedagogía Cx - 43

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Conclusiones

contenida en la experiencia del vivir en un contexto histórico.

La figura de la madre constituye una figura donde confluye el aprendizaje biológico de las experiencias humanas en el escenario de los sentidos y, el vivir del mundo social en sus referencias políticas y culturales. Es en ella donde se emanan las creencias y valores que la humanidad va constituyendo en el escenario social como el lenguaje a interpretar del sentido biológico y social de la vida.

La madre de la sociedad moderna: el emprender la búsqueda de mujer y madre. Si en todas estas obras, a la madre se le retrata con un conjunto de rasgos que la van configurando a través de la historia y la literatura; en Paula, de Isabel Allende (1994), vemos a una madre de carne y hueso, una madre toda fortaleza que ante la inexorable y lenta pérdida de Paula se reafirma como escritora, pero también como mujer, porque no hace a un lado su vida de mujer, pese a las largas separaciones de Willie, quien “teme perderle cuando ésta le confiesa que, “el dolor es un camino solitario” (1994: 125).

Una línea a considerar como demandante, es el sentido de ser el equilibrio de la vida para preservar el mundo social que habita y, que los hombres han fragmentado en la aceptación de una mujer madre que diluye el saber de la vida, el placer de saberse humana y la proyección de construir el mundo. En sí, situar esta figura es emanar sus experiencias de madre maestra para entender e interpretar cada latido que el universo envía a la tierra. Por lo tanto, fragmentar la mujer y la madre desde las perspectivas sociales trae consigo la ausencia de entendimientos entre hombres y mujeres y, la constante del desequilibrio con el mundo social y natural.

En medio del dolor y sobresalto por las crisis de Paula, hacer el amor entre lágrimas, es un signo de autenticidad entre ser mujer y madre a la vez. En Paula, entre el dolor y el amor, se cruzan historias que dan vida a la mujer, a la madre, a la escritora, porque una vez cumplidos con los rituales sobre los cuidados de

Por último, el aprender de la mujer madre es llegar al punto de encuentro de los valores de solidaridad, justicia, responsabilidad y equidad que remite al encuentro de equilibrio entre el mundo natural y social. Por otra parte, las creencias de debilidad, dependencia, idolatría y de mujer nacida para madre devela ese encuentro con los valores y las necesidades de ubicar en el escenario reflexivo del cómo liberar ese cuerpo de mujer determinado en la ruta de ser madre.

la hija enferma, sólo le quedan los recuerdos que acompaña de historias para cuando ésta se despierte. En Paula se recrea esa sensibilidad de las mujeres madres de nuestro tiempo, amorosas, fuertes, con casta para desafiar a la muerte y con fuertes dosis de ternura que ahogan el dolor de quien sabe perderá al ser amado, un ser perdurable. Su hija. Cx - 44

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3 - Deterioro, descomposición y desencanto de

cional (GRC) la visualizaron como una técnica

los marcos de sentido colectivo y sectoriales

que alineaba las prácticas comunicacionales con

propios de la Sociedad Industrial.

el proceso de diseño, gestión de estrategias y

Desde el punto de vista de los autores se trata de

planificación de la organización.

una metodología que emerge como la gestión es-

El punto de partida en que Alejandro Ruiz Balza

tratégica de información clave en temas sociales,

y Gustavo Coppola abordan para complejizar la

económicos y políticos, donde la comunicación es

mirada respecto de y recontextualizar esta téc-

el vector fuerza que permite vincular todos los as-

nica denominada tradicionalmente Gestión de

pectos de una organización para agregar valor en

Asuntos o Issues Management en un marco te-

el conjunto de estrategias de negocios de la orga-

órico más amplio como el que aportan las refle-

nización y también, por supuesto, para su comu-

xiones generadas en torno a la denominada

nicación. Para ello se trabaja sobre la información

“Sociedad de Riesgo”: conceptualización que

del entorno, el análisis de esa información y el im-

designa a la fase de desarrollo de la Sociedad

pacto que tiene el “hacer de la empresa”. A partir

Moderna en la que a través de la dinámica de

de allí se establecen parámetros para determinar

cambio la producción de riesgos políticos, eco-

eventos que pueden afectar a la compañía. Esto es

lógicos e individuales escapa, cada vez en mayor

que generan una desestabilización en la posibili-

proporción, a las instituciones de control y pro-

dad de cumplir con la promesa corporativa.

tección de la mentada Sociedad Industrial.

La Gestión de Riesgo Comunicacional se aplica

Así, el modelo superador que proponen, se des-

a la prevención de riesgos para la reputación de

pliega hacia la Gestión de Riesgo Comunicacio-

las organizaciones. La GRC posibilita vincular

nal (GRC), se sustenta en la nueva matriz de

la estrategia y planificación de la organización y

gestión de la comunicación empresarial, en con-

sus metas organizacionales facilitando la anti-

textos de riesgos múltiples y complejidad cre-

cipación de brechas o quiebres reales o percibi-

ciente, en los que nos encontramos a un tiempo

dos entre la promesa corporativa y las

frente a un cambio de sistema y de época tal y

expectativas de sus stakeholders, la realización

como es posible verificar en tres ámbitos:

de los ajustes necesarios antes de que estas brechas desemboquen en crisis, asumiendo la di-

1- Crisis de la relación de la Sociedad Industrial

versidad de públicos y su inclusión, como la

con los recursos de la naturaleza y de la cultura.

participación de todas las áreas en función de

2 – Crisis de la relación de la Sociedad con los

los diversos intereses que gestionan en la orga-

problemas y peligros autogenerados por la So-

nización, para lo que es fundamental integrar el

ciedad Industrial.

management con la comunicación estratégica. Cx - 46

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