JESUS Y EL PERDON Mateo 6:14-15 si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”

“14Porque

INTRODUCCION Estamos estudiando los mandatos de Jesus a los Discípulos en el sermón del monte. La semana pasada vimos la manera como Jesus enseño a los discípulos a orar utilizando una oración modelo que contiene los temas por los cuales debemos orar. Dentro de la oración modelo está el tema del perdón, en el cual aseguramos a Dios que hemos perdonado las ofensas de los demás, por lo cual le pedimos perdón por nuestras propias ofensas Inmediatamente Jesus termino de hacer la oración modelo, procedió hacer una enseñanza adicional a modo de aclaración sobre el tema de perdonar las ofensas de los demás. En este mensaje queremos referirnos a esa enseñanza adicional sobre el perdón a los demás, debido a que es una realidad de que en ocasiones la falta de perdona los demás se hace presente en la Iglesia del Señor. Lo cual Jesus quería corregir con esta aclaración. Estudiaremos la porción desarrollando los siguientes puntos de enseñanza: I. II. III.

LA NECESIDAD DEL PERDON LA PROMESA DEL PERDON LA ADVERTENCIA DEL PERDON

Iniciemos el desarrollo de nuestra primera enseñanza:

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I. LA NECESIDAD DEL PERDON A. TODOS NECESITAMOS EL PERDON DE DIOS 1. Jesus imparte su enseñanza sobre el perdón por medio de dos motivaciones: la primera motivación tiene un efecto positivo sobre la vida del creyente, la segunda tiene un efecto negativo sobre la vida del creyente. 2. Jesus da por sentado que todos conocemos nuestra necesidad de perdón. Los creyentes con frecuencia hacemos cosas con las cuales ofendemos a Dios y necesitamos su perdón. Esto lo demuestran sus palabras: Mateo 6:14. 3. La Palabra ofensa (paraptoma) significa tropezar, caer, resbalar, equivocarse, desviarse de la justicia y verdad. Implica hacer algo que ofende a otra persona. a. Todos con frecuencia hemos transgredido la ley de Dios, aún el más piadoso entre nosotros falla en guardar perfectamente la ley de Dios, quedamos cortos en relación a lo que Dios pide que seamos y hagamos, tropezamos, caemos, nos equivocamos. En ocasiones salimos de la senda que debemos seguir, nos desviamos y pasamos a la zona prohibida. b. Todos con frecuencia de una u otra manera ofendemos a Dios pecamos contra Dios ya sea de palabras, pensamientos, intensiones, sentimiento, acciones. Ofendemos a Dios ya sea con pecados de comisión, ya sea con pecados de omisión, porque somos pecadores por naturaleza, c. Dios mismo dice que no hay hombre que nunca peque, Ecl. 7:20. d. Romanos 7:18 describe la lucha del creyente porque el pecado esta en nosotros, en nuestro hombre carnal, en nuestra vieja naturaleza, Romanos 7:18-20. e. Solo por la gracia y misericordia de Dios, los creyentes somos salvos y herederos de la patria celestial, Romanos 3:23 f. Así que hermanos, como frecuentemente cometemos ofensas contra Dios, frecuentemente necesitamos su perdón B. TODOS ESTAMOS EN LA POSIBILIDAD DE OFENDER AL PROJIMO Y SER OFENDIDOS POR EL PROJIMO.

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1. Los seres humanos somos entes sociales, fuimos creados para vivir en comunidad, fuimos creados para relacionarnos unos con los otros, fuimos creados para interactuar unos con otros. 2. En cualquier momento como fruto de la interacción entre los seres humanos, pudieran resultar acciones de hechos y palabras que pudieran resultar ofensivas para otros. 3. Dios mismo dice que todos nosotros somos factibles de ofender a otros, y que todos nosotros somos factibles de ser ofendidos por otros, porque ningunos somos perfectos, Santiago 3:1-2.

II. LA PROMESA DEL PERDON A. LA CONDICION DEL PERDON DE DIOS, Mt. 6:14, “14Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 1. El perdón de Dios es condicional y el motivo se explica con sencillez, hemos ofendido a Dios, y otras personas nos han ofendido a nosotros. Si queremos que Dios nos perdone, nosotros tenemos que perdonar a quienes nos han ofendido a. Cómo podemos esperar que Dios nos perdone, si no perdonamos a quienes nos han ofendido. No podemos esperar un trato mejor del que damos a los demás, Lucas 6:31. 2. Así que hermanos, antes de nosotros pedir perdón a Dios por nuestros pecados, debemos estar seguros de que no tenemos pendiente perdonar la ofensa de otra persona. 3. Porque si tenemos pendiente de perdonar a alguien por alguna ofensa recibida, nuestra petición de perdón a Dios por nuestros propios pecados, será en vano. a. La enseñanza del perdón de Dios condicionado a que perdonemos a otros es una reiterada en las Escrituras, Lucas 6:37. B. NATURALEZA DE LAS OFENSAS PERSONALES

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1. Hay personas que se ofenden con más facilidad que otras, las cosas que pudieran ser insignificantes para unos pueden ser ofensivas para otros. 2. Una persona puede sentirse ofendida por hechos reales o por hechos imaginarios. a. Hay personas que se sienten ofendidos con alguien y la otra persona ni siquiera lo sabe b. Hay personas que se ofendidas con alguien porque piensan que fueron ignorado en algún momento, no lo saludaron, no lo tomaron en cuenta, escucharon un rumor de que alguien hizo un comentario en su contra, sienten decepción porque esperaban más de alguien, etc. 3. Cualquiera que sea la naturaleza de la ofensa que hayamos recibido de otra persona, sea real, sea imaginaria, sea una suposición, sean un rumor, debemos perdonarlo para que Dios pueda perdonar nuestros propios pecados, Mateo 6:14. a. Cuando sentimos que estamos ofendido con algún hermano, debemos ir al hermano y en amor comunicarle la razón de nuestra ofensa, deseando con sinceridad la reconciliación con el hermano, es lo que Dios manda en Mateo 18:15. b. Al momento de abordar al hermano para comunicarla la ofensa, debemos ir en una actitud de respeto, humidad y mansedumbre, Gálatas 6:1-3. c. Según Mateo 6:12, al pedir perdón a Dios por nuestros pecados, estamos reconociendo que tenemos un deber tanto hacia el prójimo como hacia Dios, “12Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” d. Nuestro deber hacia Dios es pedirle perdón cuando le ofendemos fallando en hacer su voluntad. Nuestra obligación hacia el prójimo es perdonar sus ofensas contra nosotros cualquiera que sea. e. Si queremos ser perdonados, ambas obligaciones tienen que ser cumplidas. Tenemos que perdonar a los que nos ofenden y pedir perdón por nuestras ofensas. C. ALCANCE Y SIGNIFICADO DEL PERDON.

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1. Perdonar a un hermano sus ofensas significa lo siguiente: a. b. c. d.

e. f. g. h.

Que nos hacemos de cuenta que esa ofensa nunca ocurrió Que nos olvidamos para siempre de la ofensa de ese hermano Que no pensamos más en la ofensa de ese hermano Que no hacemos comentarios a nadie sobre la ofensa de ese hermano, no andamos en habladurías, chismes ni rumores; al contrario, corregimos el rumor si existiere Que no juzgamos ni censuramos más a ese hermano. Que no guardamos resentimientos hacia ese hermano. Que restauramos la confianza, la honra y la estima a ese hermano Que Amamos a ese hermano como a mí mismo y oramos por él.

D. BENEFICIOS DEL PERDON 1. Perdonar a otros nos hace más semejantes a Cristo, Efesios 4:31. 2. Perdonar a otros nos libra de una carga emocional y nos libera de una atadura espiritual 3. Perdonar a una persona que nos ha ofendido nos prepara para recibir el perdón de Dios, Mateo 6:12. 4. Perdonar a otros permite que Dios nos mire con ojos de misericordia, Mateo 5:7.

III. LA ADVERTENCIA DEL PERDON A. QUIEN NO PERDONA A OTROS NO MERECE EL PERDON DE DIOS, Mt. 6:15, “15mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” 1. En la segunda parte del texto Jesus nos motiva a perdonar a otros haciendo una advertencia: La advertencia es, rehúsate a perdonar y te quedaras sin perdón, es decir perdonar a otros es una demanda para ser perdonado... 2. Dios sabe que no puede perdonar un corazón que no perdona. Su naturaleza de amor y justicia no le permite reconciliarse con el espíritu no perdonador de una persona.

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3. Dios solamente puede perdonar donde encuentra la misericordia y ternura del perdón. Por eso Cristo está enseñando este principio básico de la oración, Mr. 11:26, “26Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas” 4. El creyente que pide perdón a Dios por sus pecados, y no perdona al hermano está actuando en hipocresía, porque está pidiendo que Dios haga algo que él mismo no está dispuesto a hacer con otros. 5. La falta de perdón hacia un hermano es evidencia clara de que la persona no está en buena relación con Dios. C. PELIGROS DE NO QUERER PERDONAR A OTROS 1. No perdonar a otros muestra que la persona no conoce la verdadera perfección de Dios, y la naturaleza pecadora del hombre, Romanos 3:10, “10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno” 2. No perdonar a otros muestra que la persona anda y vive en una actitud de auto justificación. Se siente mejor que otros, y se considera capacitada para hablar y mirar desde arriba los pecados de otros. 3. No perdonar a otros muestra que la persona vive según las normas de la sociedad y no según la Palabra de Dios. 4. No perdonar a otros muestra que la persona no está interesada en el crecimiento y edificación de otros, los creyentes tenemos que ayudamos y amamos unos a otros, y cuidamos y restauramos unos a otros cuando tropezamos, resbalamos, caemos, erramos y nos desviamos, Colosenses. 2:12-13. 5. No perdonar a otros muestra que la persona no se ha mirado a sí mismo ni a sus propios pecados. No se conoce a sí mismo, no conoce su verdadero ego, ni el egoísmo interior ni las motivaciones que caracterizan la depravación del hombre. 6. Los resentimientos contra otros causan perturbación interior, en diferente grado consumen la mente y las emociones de la persona. pueden causar problemas mentales, emocionales y físicos.

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7. Un espíritu que no perdona causa dolor, heridas y tragedia tanto a sí mismo como a otros. Puede arruinar vidas, especialmente las vidas de aquellos que están más cercanos.

CONCLUSION Y APLICACION PERSONAL Hermanos, La enseñanza de Cristo es clara acerca de perdonar a otros. La promesa: perdona a otros y serás perdonado. La advertencia: rehúsate a perdonar a otros y no serás perdonado. En Efesios: 26-27 Dios nos da un importante mandato acerca del perdón y la reconciliación con otros, “26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al diablo” Asegurémonos de no ir a la cama con sentimientos de ofensas, porque una persona que se acuesta ofendida se levanta enojada, se acuesta enojada y se levanta resentida, se acuesta resentida y se levanta amargada. Si en algún momento enfrentamos dificultad en perdonar, vayamos a la Palabra de Dios a buscar la solución a. Santiago 5:16, “16Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” b. Efesios 4:31-32, “31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.

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