Joaquín Viloria De la Hoz

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        Joaquín Viloria De la Hoz

Fotografía de Luis Alcalá del Olmo / Primera Hora                             

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 La historia trágica de Haití empezó mucho antes del 12 de enero de 2010, día en que un fuerte terremoto de categoría 7 en la escala de Richter destruyó gran parte de la isla. La tragedia se remonta cinco siglos atrás, cuando españoles y franceses aniquilaron a la población nativa, remplazada por esclavos africanos. Esta isla, habitada originalmente por indígenas taínos y llamada por ellos Quisqueya, fue descubierta por Colón en su primer viaje y rebautizada como La Española. Desde la década de 1620 bucaneros franceses se empezaron a establecer en la parte occidental de la isla, lo que generó enfrentamientos con España, 1697 (Briceño, 1989; Bidegáin, 1984). En 1767, la colonia francesa de Saint-Domingue exportó más de 50 millones de libras de azúcar de libras de algodón. En estos años, produjo cerca del 40% del azúcar y el 60% del café que consumía Europa (El Tiempo, 2010). No cabe duda que Santo Domingo fue la joya de la corona del imperio

francés durante el siglo XVIII, la colonia más rica del hemisferio Occidental explotada intensamente por un despiadado régimen esclavista. Esa maquinaria brutal necesitaba mucha mano de obra esclava y unos pocos blancos que hicieran cumplir el régimen esclavista: así, en 1785, había cerca de 700.000 de esclavos procedentes, en su mayoría, de las costas africanas de Guinea, Congo y Angola (Diamond, 2005). Por su parte, los blancos franceses sólo llegaban a 32.000, el 5% de la población total, lo que daba una relación de 22 esclavos por cada blanco establecido en la isla. Los franceses mostraban orgullosos en Europa su colonia más productiva, mientras al interior de la isla el inconformismo de los esclavos era creciente, por las condiciones despiadadas como trabajaban y vivían. Este sistema perverso sumió en la miseria y el analfabetismo a más del 90% de la población de la isla, integrada por esclavos de origen africano.

 Los esclavos empezaron a huir de las condiciones infrahumanas de la plantación, para refugiarse en

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las montañas, en donde establecieron palenques o comunidades de negros libres. El más famoso de los cimarrones fue Mackandal, quien huyó en 1751. Este antiguo esclavo de Guinea combinaba su accionar guerrillero con la hechicería, ya que él mismo era un houngan o sacerdote vudú. Mackandal fue el azote de los esclavistas por varios años, hasta cuando fue tomado prisionero por los franceses y quemado vivo en 1758 (Bidegáin, 1984; Franco, 1966). El vudú es una religión sincrética que se originó por la combinación de las creencias de los esclavos africanos traídos a América, con las del catolicísimo practicado por los colonizadores blancos. De esta mezcla de creencias se originó el vudú de Haití, la santería de Cuba y el candomblé de Brasil, entre otras prácticas religiosas de origen africano. Otro sacerdote del vudú, Zamba Boukman, es considerado el precursor de la Revolución de Haití, pues en agosto de 1791 invocó los espíritus y dioses africanos para que ayudaran a los esclavos a liberarse de sus amos blancos. El vudú les daba fortaleza a estos esclavos sublevados que luchaban contra un imperio poderoso. En ese sentido, “el vudú era para el pueblo de Haití de estos años, el arma ideológica para combatir el colonialismo francés” (Uribe, Gutiérrez y Álvarez, 1997: 17). Las plegarias que al parecer elevó Boukman han sido motivo de diversas interpretaciones, como la del predicador Pat Robertson, ultraconservador norteamericano, quien considera que lo sucedido en 1791 fue un pacto de los esclavos haitianos con Satanás. Según las fantasías mentales de Robertson, Boukman le dijo al diablo las siguientes palabras: “Te serviremos si nos quitas de encima a los franceses diablo les dijo: Ok, denlo por hecho. Se deshicieron de los franceses, pero fueron maldecidos” (Noticia-

Cristiana.Com). Este predicador multimillonario, propietario del canal de televisión Christian Broadcasting Network, así como de minas de oro y diamantes en África, tiene un discurso abiertamente racista: “En la retorcida mente de ese fanático religioso es imperdonable que un pueblo de negros dedicados al vudú y a la hechicería se subleve contra sus amos cristianos; y que haya triunfado, resulta inexplicable sin la oportuna mediación de Satanás” (El Espectador, 2010). Boukman fue apresado y asesinado, pero la semilla de la independencia se había esparcido.

 En el mes de agosto de 1971, un grupo de esclavos dio inicio a la Revolución Haitiana, que culminó con su independencia el 1° de enero de 1804. Haití se convertía de esa manera en la segunda república en ganar su independencia en el Hemisferio Occidental, después de los Estados Unidos. Por múltiples factores, la independencia le resultó muy costosa al pueblo haitiano. En primer lugar, la sublevación fue sanguinaria y brutal, y se calcula que hubo más de 110.000 muertos: unos 60.000 de parte de los abolicionistas negros y mulatos, frente a 50.000 de los colonizadores franceses

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(Uribe, Gutiérrez y Álvarez, 1997). En la guerra se aplicó la táctica de tierra arrasada, por lo que luego de trece años de lucha, la economía del país quedó en ruinas: las haciendas esclavistas habían sido quemadas en su gran mayoría, la mano de obra esclava había sido liberada y los inversionistas franceses habían huido o muerto en esos años de guerra. Este sistema colonial fue altamente excluyente y racista: menos del 10% de la población, compuesta por blancos y algunos mulatos, tenía derecho a la educación y a la propiedad. Por lo anterior, la independencia dejó a Haití con una población mayoritariamente analfabeta, la cual nunca tuvo la oportunidad de asistir a la escuela. Ahora, su dirigencia estaba compuesta por guerreros, quienes contaban con una bajísima preparación intelectual o experiencia política. El gran héroe de la lucha por la emancipación fue Francois Toussaint L´Ouverture, un miembro de la nobleza africana convertido en esclavo, quien practicó la botánica y se alfabetizó de adulto. Toussaint luchó contra franceses, ingleses y españoles desde 1793. En 1801, proclamó la constitución haitiana, la cual declaraba abolida la esclavitud. Este acto fue tomado como una afrenta por parte de Napoleón Bonaparte, quien envió un contingente superior a 42.000 soldados para someter a los esclavos insurrectos, al mando de su cuñado, el general Lecrerc (Briceño, 1989; Casimir, 2007). A través del engaño, Toussaint fue capturado en 1802 y desterrado a Francia, donde murió al año siguiente. La lucha continuó bajo el mando militar de Jean Jacques Dessalines, antiguo esclavo, quien derrotó pendencia de Haití el primero de enero de 1804. Luego de la humillante derrota del ejército napoleónico en el Caribe, Francia reclamó de Haití una millonaria indemnización. Ante el temor que los esclavos de Estados Unidos o del resto de colonias siguieran el “mal ejemplo” de la sublevación, así como una forma de presionar el pago de la indemnización, las potencias coloniales como Francia, Gran Bretaña y España, además de Estados Unidos, bloquearon económica y políticamente a la nueva república.

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Dessalines instauró un gobierno autoritario y despótico, declarándose Emperador Jacques I, lo que generó resistencia y divisiones en toda la isla, tanto en la parte francesa como en la española, la cual había conquistado. Los españoles aprovecharon esta situación de descontento para recuperar la parte oriental de la isla, mientras en la zona occidental se fueron consolidando los poderes de Henry Christophe y Alexander Petion. Luego del asesinato de Dessalines en 1806, estos generales se disputaron el poder y estuvieron en guerra hasta 1810 (Franco, 1966; Cole, 1967). Chistophe, un antiguo esclavo, fue elegido Presidente, mientras Petion controlaba el senado, lo que ocasionó guerra entre las dos facciones y la división del país. Chistophe se fortaleció en el norte y se proclamó Rey, con el nombre de Henry I de Haití, en donde dilapidó el escaso presupuesto de la Nación, ordenando la construcción del Palacio de Sans Souci, seis castillos y la imponente Fortaleza Laferriere, convertida en uno de los principales atractivos turísticos del país1. La Nobleza Haitiana, creada por Christophe, la conformaba una corte con el rey y su reina, 4 príncipes, 8 duques, 14 caballeros, 22 condes y 37 barones. Esta ostentación y nepotismo generó descontento entre un sector de la población, que con el tiempo se fue generalizando (Cole, 1967). En el sur de Haití, Alexander Petion proclamó la República. Como Presidente, este mulato educado en la Academia Militar de París, reivindicó la democracia liberal, en contra del autoritarismo de Christophe. En 1806, como miembro del gabinete de Dessalines, Petion ofreció su hospitalidad y colaboración al precursor venezolano Francisco Miranda, a quien le entregó la “Espada Libertadora de Haití”, símbolo de la lucha de su pueblo. Una década después, siendo Presidente de la República, al saber de la reconquista española de sus antiguas colonias y la consiguiente derrota de los patriotas colombo-venezolanos, invitó a Simón Bolívar para que organizara la retoma de Venezuela desde Haití, brindándole armas, municiones, embarcaciones y soldados. Bolívar recibió apoyo de todo tipo a cambio de acoger la Declaración de los Derechos  Parque Histórico Nacional Ciudadela, Sans Souci y Ramiers, en: unesco.org

del Hombre y conceder la libertad de los esclavos una vez liberados esos territorios. Sobre este acontecimiento dijo Bolívar: “Perdida Venezuela y la Nueva Granada, la isla de Haití me recibió con hospitalidad: el magnánimo Presidente Alexander Petion me prestó su protección y bajo sus auspicios formé una expedición de 300 hombres comparables en valor, patriotismo y virtud a los compaA pesar del pedido de Petion, la manumisión de los esclavos en Colombia y Venezuela no se consiguió durante el gobierno de Bolívar, sino que se alcanzaría apenas en 1850 y 1854, respectivamente, casi cuatro décadas después de la ayuda haitiana. Bolívar, un rico criollo venezolano de origen español, le temía a un alzamiento de negros y mulatos que pudiera desembocar en una “pardocracia”. Algunos autores sostienen que esta descongenerales mulatos Piar y Padilla (Helg, 2002). Según Helg, luego de algunos movimientos de Padilla en contra de Montilla en Cartagena, eliminando así al único general pardo de la Nueva de que la pardocracia (literalmente, el gobierno de los pardos) podría transformar a Venezuela y a la Costa en otro Haití. Por eso, en 1817, Bolívar hizo ejecutar al líder pardo Manuel Piar” y en 1828, al general mulato José Prudencio Padilla (Helg, 2002: 4). Montilla acusó a Padilla de entregarles armas a los pobres y a los negros de Getsemaní. El general Montilla “sabía que si invocaba el fantasma de una revolución a la haitiana en Cartagena, iba a despertar los temores más profundos de Bolívar y asegurar así la eliminación de Padilla” (Helg, 2002: 10). una Haití dividida en un reino y una república, mientras el resto de América Latina no había logrado todavía su Independencia. Por su parte, Christophe se suicidó en 1820, en medio de conspiraciones y la crisis económica del país, mientras su hijo, el delfín Víctor Enrique, fue linchado por la multitud (Cole, 1967; Franco, 1966). A Petion lo sucedió como Presidente el general Jean Pierre Boyer quien, como él, también mulato,

nació libre y se educó en Francia. Luego del suicidio esta manera toda la isla Española y cumpliendo así el sueño del Padre de la Patria Toussaint L’Overture (Briceño, 1989). Para ese entonces, Haití tenía una población superior a 800.000 personas, mientras la parte oriental o zona hispana de Santo Domingo escasamente llegaba a 70.000 habitantes. sión haitiana tenía como uno de sus propósitos, conseguir recursos para un país que seguía aislado por Francia y demás potencias. Boyer abolió la esclavitud e impulsó una reforma agraria en la zona oriental, lo que le atrajo la simpatía de los sectores medios y bajos de la población. Pero a diferencia de lo que sucedió en el Haití francés, en donde la mayoría de blancos fueron expulsados o murieron durante la guerra de independencia, en la parte oriental de origen español el gobierno de Boyer respetó la vida de los blancos y mestizos, bajo la condición que no se opusieran a sus políticas. Con las reformas de Boyer, la economía isleña en su conjunto tuvo un crecimiento inicial que pronto se fue perdiendo. Rápidamente Dessalines, Petion y Boyer se dieron cuenta que la economía no funcionaba, tanto por el embargo impuesto por Francia y demás potencias, como por el desmantelamiento de la base productiva haitiana, sustentada en la plantación esclavista de la caña de azúcar. La abolición de la esclavitud, la distribución de tierras adelantada por Petion y la reforma agraria impulsada por Boyer le dieron un gran sentido de justicia social a la revolución haitiana, pero esto los llevó a enfrentarse a la dura realidad de que los nuevos propietarios rurales no tenían ni el capital ni la preparación y, en ocasiones, ni la motivación para producir mercancías para el mercado nacional o externo. Dessalines intentó infructuosamente restablecer la plantación y el trabajo forzoso, como una manera de reactivar la economía del país, pero se encontró con la férrea resistencia de los antiguos esclavos quienes consideraban que esta propuesta era una forma de volver a las prácticas esclavistas. Boyer tuvo propuestas similares y la respuesta de los trabajadores rurales fue similar.

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En 1826 el gobierno de Boyer aceptó pagar una indemnización a Francia por 150 millones de francos-oro, que luego de varias negociaciones quedó en 90 millones (The Boston Globe, 2004). Al reconocérsele este pago, Francia aceptaba la independencia de su ex colonia, mientras el gobierno de Haití esperaba salir del aislamiento al que lo habían sometido las potencias europeas y Estados Unidos durante dos décadas. Inglaterra reconoció la independencia haitiana en 1839, mientras Estados Unidos y el Vaticano sólo la aceptaron en la década de 1860. No hay que olvidar que Haití oprimía a Santo Domingo y Boyer fue considerado en esta parte como un tirano, llegando incluso a cerrar colegios y universidades para convertirlos en cárceles de los opositores2. En ambos lados de la isla se dio la oposición a la presidencia vitalicia de Boyer, por parte de sus antiguos aliados como hateros y la clase media urbana y rural. Esta crítica situación lo llevó a que renunciara y saliera exiliado a Francia en 1843. Esta situación fue aprovechada por la población oriental de la isla y en 1844 se independizaron bajo el nombre de República Dominicana, país mayoritariamente mestizo, hispano-parlante y católico. A partir de ese momento, estos dos países

vecinos, que comparten una misma isla, tomaron rumbos diferentes. Sin proponérselo, durante la administración de Boyer se profundizó la tendencia de que el gobierno era para los mulatos y el ejército para los negros. Dentro de esta dinámica, fue ascendiendo dentro de la milicia Francois Soulouque, quien había nacido esclavo de la casta Mandinga. Soulouque ascendió rápidamente en la milicia, hasta llegar al cargo de Comandante de la Guardia Nacional. Este militar no aprendió a leer ni a escribir, pero en 1847 se convirtió en Presidente de la República y dos años después se proclamó Emperador de Haití, bajo el nombre de Faustino I. Sus políticas favorecieron a la población negra, en contra de los intereses de los mulatos. En 1859 “El Emperador” fue derrocado, por lo que se vio obligado a exiliarse con su familia, llevando consigo una enorme fortuna (Briceño, 1989; Franco, 1966). La corrupción se hacía presente de esta forma en la política haitiana. Hasta aquí podemos ver una combinación de factores que han condenado a Haití a padecer una pobreza extrema, la más grande del hemisferio occidental: el despiadado sistema colonial francés; el bloqueo y aislamiento a que fue sometido por las potencias europeas y Estados Unidos, por el temor a que se extendiera la revolución de los esclavos; el pago de la indemnización que Francia le impuso a su ex colonia; el despilfarro y nepotismo que practicaron la mayoría de sus dirigentes, en momentos en que el país padecía de problemas económicos; el escaso capital humano y social del grueso de la población haitiana al momento de su independencia, visto como una consecuencia del legado colonial. Estos son algunos factores, pero aún faltan más.

       

2- Entrevista con el sacerdote haitiano Antoine St. Hilaire, párroco de San Basilio de Palenque, Malagana, San Cayetano y Sincerín, 13 de febrero de 2010.

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El Presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, no reconoció la nueva república de antiguos esclavos, mientras el Congreso de la Unión bloqueó el comercio con la isla. Fue sólo en 1861 cuando el presidente Abraham Lincoln aceptó la independencia de Haití, por lo que, cerca de

cuatro décadas, la economía más dinámica del continente americano aisló y bloqueó la segunda república del hemisferio occidental y la primera, a nivel mundial, en la que triunfó una sublevación de esclavos. En tal sentido, tanto el colonialismo francés como el neocolonialismo norteamericano tuvieron un peso decisivo en la malformación de la democracia haitiana, así como en el incremento progresivo de la pobreza. Pero fue a principios del siglo XX cuando los empresarios norteamericanos se empezaron a interesar por Haití, con miras hacia la construcción de ferrocarriles, la adquisición de tierras para cultivar banano y la compra de bancos (Franco, 1966). A partir de 1910, la deuda del país con varios bancos norteamericanos fue creciente, a tal punto que el Citibank compró el Banque de la République d´Haïti, banco central que tenía el monopolio de la emisión de dinero. La otra empresa norteamericana de mucho peso en la economía del país fue la Haitian American Sugar Company, dedicada a la producción y exportación de azúcar. Con el

pretexto de la moratoria de la deuda y de proteger los intereses de las empresas norteamericanas, el Presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson envió tropas a Haití en 1915 y estuvieron allí por 19 años, hasta 1934. Los marines también invadieron República Dominicana en 1916, logrando años de ocupación, la preocupación norteamericana no fue la debilidad democrática de Haití, las o la creciente pobreza de su población. El objetivo central era darles seguridad a los empresarios norteamericanos y garantizar que Haití terminara de cancelar su deuda con el Citibank (Briceño, 1989; Castor, 1968).

 En las siguientes dos décadas, luego de la salida de las tropas norteamericanas, se sucedieron gobiernos ineptos, se consolidó el poder del ejército y se agudizaron los enfrentamientos entre

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la élite mulata y las negritudes mayoritarias. En este período, el ejército haitiano derrocó a los presidentes Elie Lescot (1941-1946), Dumarsais Estimé (1946-1950) y Paul Mogloire (1950-1957). También en estos años se formó profesionalmente Francois Duvalier, médico negro de origen humilde, quien trabajaba en los sectores populares luchando contra enfermedades tropicales como el riencia y popularidad llegó a ser director general del Servicio Sanitario Nacional y Ministro de Salud. Este médico, conocido popularmente como Papá Doc, se convirtió en Presidente de la República en 1957, con el apoyo del ejército y con un discurso populista en contra de la minoría mulata (Diederich, 1972). Tal vez tratando de imitar a Mackandal y Boukman, Duvalier recurrió a las prácticas del hougan o sacerdote vudú y trató por todos los medios de imitar la imagen del Barón Samedi, loa o dios de la muerte, como una manera de intimidar a la población en su mayoría supersticiosa. Durante el período Duvalier la práctica del vudú se generalizó y dentro de ésta el fenómeno zombi fue muy importante. Una de las formas de castigo o forma de convertir a las personas en zombi. De acuerdo con la creencia popular haitiana, durante un bokor, hechicero o hougan malvado, el cual posee poderes sobrenaturales. Esta creencia ha hecho que los haitianos le tengan temor al saludo o contacto físico con una persona que no conocen, “ya que les puede robar el alma para convertirlos en zombi”3. El zombi es una persona muerta en vida, en estado de semi-inconciencia, letárgico, de aire ausente, ojos apagados, que puede oír e incluso hablar, pero no recuerda su pasado. “Así se le puede utilizar como una bestia de carga a la que su amo explota sin piedad, obligándole a trabajar en las más duras tareas del campo” (Latino Seguridad.com). es otra cosa que un ser vivo narcotizado por un poderoso veneno – tetrodontoxina, sesenta mil  Entrevista con el sacerdote haitiano Antoine St. Hilaire, 2010.

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veces más potente que la cocaína y quinientas más los Hougan utilizan a la perfección” (El Espectador, 2010). La tetrodontoxina se extrae de varios peces de la familia de los Tetrodóntidos, frecuentes en el mar Caribe, siendo uno de los más comunes el Haití se llamó Clervius Narcise: “murió” en 1962, fue “revivido” por un bokor al día siguiente de su entierro y fue vendido como esclavo para trabajar en una plantación, en pleno período de terror de Papá Doc. Luego de trabajar esclavizado durante 18 años, apareció vagando por las calles de la ciudad de Gonaives en enero de 1980, según consta en un informe judicial que ha sido objeto de estudio por parte de historiadores y antropólogos. “Ciencia sido utilizado siempre en Haití como mecanismo de control social y político” (El Espectador, 2010). Francois Duvalier, Papá Doc o la reencarnación del y un solo dictador verdadero, fue un experto en exacerbar estos temores en la población, a la cual mantuvo controlada a través del miedo supersticioso y de la violencia física. Las prácticas autoritarias llevaron a Duvalier a conformar la milicia de Voluntarios de la Seguridad Nacional, los tristemente célebres Tonton Macoute, paramilitares que se convirtieron en los guardianes del régimen y en el terror de la protección con el también dictador dominicano Leónidas Trujillo, para neutralizar la oposición que pudiera refugiarse en el país vecino. La corrupción y el despotismo de Duvalier llevaron a que el presidente John F. Kennedy suspendiera la ayuda a Haití, pero luego del magnicidio de éste, en Estados Unidos consideraron a Duvalier como un aliado anticomunista que podía neutralizar la Papá Doc se hizo reelegir en varias ocasiones y en 1964 fue proclamado presidente vitalicio, hasta su muerte ocurrida en 1971 (Diederich, 1972). Tomando como base el mal ejemplo de Papá Doc, cente para el desarrollo económico y político de

Haití. Otros analistas opinan que los conocimientos del vudú resultaron muy provechosos para fortalecer mentalmente a la población negra de Haití que combatió al ejército francés y ganó la guerra de independencia hace más de 200 años4. Lo que no es tolerable es utilizar el vudú como una herramienta para atemorizar a la población y combatir a la oposición interna. Esta segunda forma ha sido catastróhaitiano y la era Duvalier es la prueba reina de esta práctica. En la primera forma, el vudú es una creencia religiosa como cualquier otra, pero la segunda se puede asociar a una práctica terrorista que no se debería tolerar. Muerto Papá Doc, lo sucedió su hijo Jean-Claude Duvalier, Nene Doc, el presidente más joven en la historia de Haití, quien fue derrocado por una insurrección popular en febrero de 1986. El período de gobierno de los Duvalier fue cercano a las tres décadas, durante el cual Haití se convirtió en el país más pobre del Continente Americano, la represión fue severa y generalizada, mientras la corrupción y el nepotismo se enquistaron en los diferentes estamentos del Estado.

 Nene Doc Duvalier recibió asilo político en Francia, a donde llegó con su enorme fortuna que el gobierno haitiano calculó en cien millones  Entrevista con el sacerdote haitiano Antoine St. Hilaire, 2010.

de dólares y algunas ONG´s estiman que puede llegar a 900 millones (El País, 2010; Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo – CADTM, 2009). De esa gran fortuna, en Suiza sólo se pudieron localizar 5,7 millones de dólares, suma que fue denunciada por el gobierno haitiano por considerarla mal habida. El febrero de 2009, el Ministerio de Justicia decidió que esos fondos debían ser devueltos al pueblo haitiano, Pero en agosto del 2009, los abogados de la familia Duvalier presentaron un recurso ante el Tribunal, con el argumento de que los crímenes que están relacionados con la fortuna familiar habían prescrito. El Tribunal aceptó el recurso, por lo que el proceso sigue estancado. Para el gobierno suizo y para el Ministerio de Justicia, “Suiza parte del principio de que los fondos en disputa no pertenecen a los Duvalier” (El País, 2010). En medio de la devastación de Haití por el terremoto del 12 de enero de 2010, sería de buen recibo un concepto positivo del gobierno y de la justicia suiza a favor del pueblo haitiano. Vale la pena señalar algunas diferencias entre Haití, República Dominicana y Jamaica: entre 1980 y 2003, el PIB de Haití a precios constantes decreció a una tasa de - 0,82% promedio anual, mientras el PIB per cápita cayó de 632 a 332 dólares. Por su parte, este último indicador creció el 17% en Jamaica y 57% en República Dominicana, lo que demuestra la dinámica económica de estos dos últimos países, en contraste con Haití (Verner, 2008). En el 2008, el PIB per cápita de Haití fue de 391 dólares constantes, frente a 3.714 de Jamaica

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y 3.688 de República Dominicana, 10% y 11% respectivamente del de tales países (Cepal, 2010). Tanto en Haití como en Jamaica más del 90% de la población es afro-descendiente, mientras República Dominicana es mayoritariamente mestiza. En este último país, la densidad de población es de 204 habitantes por kilómetro cuadrado, en Jamaica de 252, mientras en Haití es de 360 habitantes por kilómetro cuadrado, convirtiéndolo en el país con mayor densidad de población del Hemisferio Occidental, junto a Barbados (Verner, 2008). Cerca del 80% de los diez millones de haitianos viven en condiciones de pobreza, y se ven en la necesidad de cocinar con leña o carbón vegetal, reforzando el círculo vicioso entre pobreza y deforestación en la parte oriental de la isla La Espa-

la ONU desplegó 6.000 soldados y 850 policías, además de 340 funcionarios. La segunda Misión abarcó el período de julio de 1996 a junio de 1997, de la que formaban parte 1.525 efectivos militares y de policía, así como 251 funcionarios civiles. La tercera Misión fue durante cuatro meses en 1997 y tuvo como propósito prestar asistencia al gobierno para la profesionalización de la Policía Nacional. Los efectivos autorizados fueron 250 policías civiles y 50 militares. La cuarta Misión fue la de Policía Civil de las Naciones Unidas en Haití (MIPONUH), en la que se puso especial énfasis en la profesionalización, en tanto asistencia a nivel de supervisores y formación de unidades especializadas de policía. Se desarrolló entre diciembre de 1997 y marzo

de República Dominicana estaba cubierto de bosques, mientras en Haití era escasamente el 1%.

205 funcionarios civiles. La actual presencia de la ONU, llamada Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH, por sus siglas en francés), comenzó en 2004, luego de la intervención militar conjunta de Estados Unidos, Canadá, Francia y Chile que derrocó al Presidente Jean-Bertrand Aristide. El mandato de esta Misión se extiende hasta octubre de 2010 y está compuesta por más de 9.000 efectivos uniformados, entre soldados y policías, 1.700 funcionarios nacionales e internacionales y 215 voluntarios de la ONU.

parques nacionales de cada país, pues mientras en el primero existen 74 parques o reservas forestales, el segundo sólo tiene cuatro (Diamond,2005). Además, el desempleo llega al 70% de la población en edad de trabajar y la desnutrición se eleva al 50%. Duvalier, Haití sigue viviendo en constante inestabilidad política y un empobrecimiento continuo, producto de golpes de estado, desembarco de tropas extranjeras, así como de la delincuencia callejera y la corrupción a todos los niveles. En este período veces derrocado Jean-Bertrand Aristide, sacerdote salesiano de gran ascendencia popular. En medio de todo ese desgobierno y la amenaza de una lucha armada creciente, las Naciones Unidas han desplegado cinco misiones en los últimos 17 años (1993-2010). La primera Misión se desarrolló entre 1993 y 1996, para prestar asistencia al gobierno democrático “en la preservación del entorno estable, la profesionalización de las fuerzas armadas y la creación de una fuerza de policía”5. En su momento de máxima presencia, 5- Toda la información referente a las misiones de la ONU en Haití están disponibles en: www.un.org/spanish/depts/ dpko/minustah

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       Después de seis años la Minustah, bajo el mando de Brasil, había logrado algunos avances en el proceso de estabilización política y control de la violencia en Haití, pero para efectos prácticos su papel terminó el 12 de enero de 2010. Ese día, Haití sufrió el terremoto más fuerte de los últimos 200 años: el gobierno reconoció 230.000 muertos y 1.200.000 personas desplazadas, de las cuales 500.000 en Puerto Príncipe, la ciudad más afectada por el terremoto. Muchas de estos desplazados han buscado refugio en la zona rural del país. Las instalaciones de la Misión de la ONU colapsaron durante el terremoto, ocasionando

entre sus funcionarios 92 bajas, 30 lesionados y 7 desaparecidos6. Algunos años antes al terremoto, en septiembre de 2004, el huracán Jeanne azotó Haití con un balance trágico de más de 3.000 personas muertas y durante los días siguientes a la tragedia, además de gran parte de la infraestructura de comunicaciones y servicios destruida. En ese año, su PIB per cápita a precios constantes, tuvo una caída del 5% con respecto al año anterior (Cepal, 2010). La tragedia causada por el huracán movió la solidaridad internacional que, en dos mesas de donantes durante el 2005, una celebrada en Washington y otra en Cayena (Guyana Francesa), recaudaron 1.300 millones de dólares en la primera y 1.100 millones de dólares en la segunda. Pese a la euforia inicial, el Primer Ministro de Haití y el Canciller dominicano criticaron la lentitud con que un 8% del total, es decir, unos 90 millones de dólares y de esa suma la mitad ha sido para apoyar el proceso electoral” (Prensa Dominicana – Alter Presse, 18 de marzo de 2005). De acuerdo con el Primer Ministro de Haití, este país perdió en los 35 segundos del terremoto el 60% de su PIB, ya que la actividad económica estaba concentrada en la capital de la República. Cálculos conservadores de las Naciones Unidas estiman que el terremoto pudo haber destruido como mínimo el 15% de la economía haitiana. De otra parte, el más reciente documento de trabajo del BID calcula que si el número de víctimas del terremoto estuvo entre 230.000 y 250.000 muertos, los daños podrían girar entre 8.1 y 13.9 mil millones de dólares (Cavallo et al., 2010). El tamaño de las pérdidas obliga a la comunidad internacional a repensar su compromiso con este país, tanto en lo atinente a deuda externa como a donaciones. En septiembre de 2008, la deuda nominal de Haití con sus diferentes acreedores ascendía a 1.884 millones de dólares, de los cuales 6- Ver: www.un.org/spanish/depts/dpko/minustah

41% la había contraído con el BID, 27% con el Banco Mundial, 10% con el Club de París, 6% con el FMI y el 16% restante con otros organismos multilaterales o países. Luego que el Banco Mundial y el FMI integraran a Haití a la Iniciativa para Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC por su sigla en inglés), la deuda neta del país quedó en 1.130 millones de dólares (IMF, 2009). Un estudio citado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Untad, por su sigla en inglés) señala que “los efectos de 21 desastres naturales en países de bajos ingresos entre 1980 y el 2008 mostró que agregaron 24 puntos porcentuales a la proporción de deuda guientes” (Reuters América Latina, 29 de enero de 2010). Por lo anterior, la Untad recomienda a los acreedores de Haití condonar la deuda externa del

país, como una forma de evitar una mayor pauperización de su población. En esta línea de acción, los países miembros del G-7 anunciaron la condonación de la deuda externa de Haití y un llamado similar hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI), para que los lineamientos del Plan Marshall a partir del cual se reconstruyó Europa luego de la Segunda Guerra Mundial (Reuters y Yahoo Finanzas). Por su parte Francia, la ex metrópoli que obligó a Haití a que

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le pagara una indemnización por 90 millones de francos-oro, que a precios actuales podría ascender a 21.000 millones de dólares, decidió condonar a este país caribeño 56 millones de euros de su deuda, equivalente a 72,5 millones de dólares (El Mundo, 2010). No hay que olvidar que al asumir el compromiso del pago de la indemnización a Francia, Haití se condenó a endeudarse con bancos europeos y norteamericanos por más de un siglo. Hubo períodos en que el pago de la deuda alcanzó el 80% del presupuesto de esta república caribeña (The Boston Globe, 2004; El Espectador, 2010). En 2004, el gobierno francés organizó una comisión para estudiar el asunto haitiano (conocida como Comisión Régis Debray) y llegó a la conclusión que Francia no debía reconocer tal pago a Haití, con el argumento de que no hay fundamento jurídico en la reclamación (Toussaint y Perchellet, s.f.). Sólo como ejemplo citaré el caso de Libia: este país del norte de África fue ocupado por Italia en 1911 y consiguió su independencia en 1951. El gobierno libio reclamó por décadas una compensación económica por los daños sufridos durante la ocupación colonial. Luego de múltiples negociaciones, el gobierno italiano se comprometió a pagar una indemnización por 5.000 millones de dólares durante los próximos 25 años (BBC Mundo). Claro, Libia es un gran socio comercial

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para Italia, a quien le vende hidrocarburos y le compra diferentes bienes manufacturados. Haití no tiene esta condición. ¡Negocio es negocio! Tal vez el pilar fundamental para construir un nuevo Haití sean las donaciones. Pero debe quedar claro que los haitianos no quieren restaurar las volver a construir mejor” (Ban Ki-Moon). Con organizó en Nueva York una conferencia de donantes. En ésta, la comunidad internacional superó las expectativas, al acordar donar en los próximos dos años 5.300 millones de dólares y a mediano plazo 9.900 millones. De la cifra inicial, la Unión Europea ofreció cerca de 1.600 millones de dólares y Estados Unidos 1.150 millones. Dentro de los europeos, España donaría 583 millones de dólares, mientras Francia lo haría con algo más de 300 millones. Pese a la generosidad mostrada, hay dudas de que los gobiernos y ONG´s cumplan sus promesas. Se sabe que en 1998, luego del paso devastador del huracán Mitch, los donantes se comprometieron con 9.000 millones de dólares, pero sólo se hizo efectivo una tercera parte (El Mundo, 2010). De acuerdo con el secretario general de la ONU, la totalidad de las donaciones se cana-

por el Banco Mundial, teniendo como codirectores al primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive, y al enviado especial de la ONU, el ex presidente Bill Clinton.

por sólo citar algunos ejemplos. Pero además de los países, las ONGs y organismos multilaterales también deberían ser humildes a la hora de ofrecer su ayuda al pueblo haitiano. Deben anteponer

La refundación de Haití, 206 años después de su Independencia, va a necesitar del esfuerzo conjunto y continuado de la comunidad internacional, al menos por una década. En este sentido, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, enviado especial de la ONU para Haití, invitó a empresarios y políticos del mundo a invertir en

que, de acuerdo con el Primer Ministro de Haití, “las ONGs se peleaban entre ellas mismas por la gestión de la ayuda, (generando) discusiones extremadamente difíciles entre el Gobierno, los proveedores de fondos y las citadas organizaciones” (EFE, 28 de enero de 2010). Detrás de estas discusiones se esconde el temor de los donantes por el mal uso que el gobierno haitiano pueda darle a los recursos, tanto por el nivel de corrupción como temente y de forma transparente la ayuda internacional. Por eso, para que la reconstrucción de

tiene la oportunidad de escapar de su pasado, y construir un futuro mejor” (EFE, Yahoo News, 28 de enero de 2010). Ojalá la reconstrucción de Haití tenga menos protagonismo histriónico de Estados Unidos y Francia, para dar paso a la participación de naciones más humanitarias como Suiza, Canadá, Finlandia, Chile, Suecia, Corea del Sur, Brasil o Sudáfrica,

es necesario un gobierno democrático que ataque frontalmente la pobreza y que consolide su autorendición de cuentas. La ayuda norteamericana debe ir más allá del desembarco de los 16.000 marines en todo el territorio de Haití. Obama, en su condición de social-

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demócrata y de primer presidente afroamericano de Estados Unidos, tiene la oportunidad histórica de brindar una generosa ayuda humanitaria y de largo plazo para construir mejor el primer país libre en América Latina, cuya población es mayoritariamente negra. Es necesario que el país más pobre del hemisferio Occidental salga del estado de postración a que fue condenado hace más de dos siglos, cuando tuvo que cancelarle a Francia una deuda inexistente. La ayuda a Haití debería ser sin contraprestaciones, para que de alguna manera compense los elevados costos que le representaron al pueblo haitiano el bloqueo post-independencia, así como las ocupaciones militares y el apoyo de Estados Unidos a dictaduras durante el siglo XX. La única exigencia admisible es que esta ayuda sea administrada de Para lograr estructurar un plan de reconstrucción coherente, viable y justo, las Naciones Unidas (ONU) debería aumentar su presencia en la isla, a través de organizaciones comunitarias, como,

por ejemplo, la de las madres o mujeres en general, quienes han demostrado un alto grado de solidaridad, honestidad y gestión. De acuerdo con el Secretario General de la ONU, Haití requiere un nuevo contrato social que empodere “a las mujeres, como jefas de familia y sustento del hogar, como nuevas empresarias, como defensoras de los vulnerables” (Ban Ki-Moon, 2010). También sería de gran utilidad conformar un comité asesor ad-honorem con personalidades como el ex presidente sudafricano Nelson Mandela, el o el ex presidente chileno Ricardo Lagos, con el ex presidente Clinton como su Enviado Especial. A través de estos personajes, las Naciones Unidas deben sacar y aprovechar esa naturaleza luchadora de los haitianos, la misma que a través de los siglos utilizaron Mackandal, Boukman, Toussiant, Dessalines, Petion o Aristide para luchar contra las tiranías, lograr su independencia o buscar su libertad. La misma fortaleza que han demostrado cientos de miles de haitianos sobrevivientes del terremoto del 12 de enero de 2010.

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