Jornada de puertas abiertas en la Biblioteca del MNAD
Historia del MNAD El origen de la necesidad de un Museo Industrial en España puede remontarse a una fecha tan temprana como es la de 1850, cuando nace tanto a nivel europeo como nacional- un contexto favorable a las artes industriales, otorgando un sentido estético a los productos de la industrialización del que hasta entonces carecían y fomentando con ello la formación artística de fabricantes, diseñadores y consumidores. En su creación, sin embargo, primaron los planteamientos de tipo económico, ya que se buscaba el desarrollo industrial y comercial de un país en clara desventaja con respecto a sus vecinos europeos 1. La iniciativa parte del Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas, que publica en marzo de 1850 una circular 2 dirigida a los Gobernadores de provincias con la intención de recabar información sobre la conveniencia y utilidad de la creación de un Museo Industrial, de su función y planteamiento. La circular, además de indagar sobre las bases a partir de las cuales fundar el Museo, cita concretamente la posible exposición de las piezas premiadas en las exposiciones industriales, acontecimientos que suponían una fuente de estímulo para los industriales españoles. Sin embargo, tanto la Junta de Comercio de Sevilla como la de Cádiz, ciudades importantes a nivel industrial en esas fechas, no aconsejan la creación de tal Museo y se muestran reacias y negativas a la organización de un comercio a través de esta institución. Pese a todo, también se alzaron voces a favor que defendían la creación de museos sucursales del de Madrid en cada capital de provincia. La circular termina con un llamamiento a los productores españoles para que participen en la primera Exposición Industrial que tuvo lugar en Londres en 1851. Esta muestra, que dio lugar a otras, puede considerarse el origen de las posteriores Exposiciones Universales que tuvieron lugar en París (1855, 1878, 1889, 1890), Londres (1862); Viena (1873); Filadelfia (1876); Sydney (1879); Melbourne (1888). En ellas se daba a conocer al público el desarrollo industrial alcanzado, convirtiéndose en un gran escaparate de mercancías destinadas a su posterior compra-venta. La Exposición de 1851 y la creación del Museo South Kensington de Londres (1857; actualmente Victoria&Albert Museum) están íntimamente ligadas, ya que comparten la preocupación por los efectos negativos que la industrialización tenía desde el punto de vista estético. Preocupación que se 1
CABRERA, A.; VILLALBA, M. Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid). De Museo Industrial a Museo Nacional de Artes Industriales (1850-1912) : antecedentes para la Historia del Museo. En Revista de Museología, nº 30-31, 2004, p. 82. 2 Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas. Circular. Real Orden 15 de marzo de 1850, en Gaceta de Madrid, núm. 5708, 17 de marzo, Madrid, 1850, p. 1-2.
manifestaba en la necesidad de mejorar el diseño y educar al público en estos aspectos. En España, esta preocupación también existe, plasmándose en los principios que impulsaron el decreto de 18713. Durante el reinado de Amadeo de Saboya, el Ministro de Fomento de entonces, el liberal Manuel Ruiz Zorrilla (1833-1895), firma dicho decreto para la creación de una Escuela de Artes y Oficios y un Museo Industrial. Desde un planteamiento pedagógico –enfocado hacia la formación del artesano- y práctico –buscando que esta formación del obrero redundara en la mejora de la industria y del progreso del país-, el texto manifiesta el interés y el compromiso por mejorar el sector industrial por parte de unas autoridades dispuestas a sufragar el Museo con el Erario público, cosa que finalmente no se llevó a término. El paso definitivo se dará en 1912, con la creación del Museo Nacional de Artes Industriales 4, cuyos fines serán “…esencialmente de fomento de la cultura artística y técnica de las artes industriales, en el público, en los artistas, industriales y obreros. Entran por tanto en esta finalidad, el conocimiento de las características del respectivo trabajo manual y del concepto artístico; el desarrollo a través de las edades, y el estado de desenvolvimiento que alcanzan, contemporáneamente, aquellas artes en España y en el extranjero 5”. Para ello se le dota de una estructura organizativa que incluía un Patronato, una sede estable, el Palacio de Cristal de Madrid –sede que nunca llegó a ocupar, situándose finalmente en el número 5 de la calle Sacramento hasta 1933 6-, y un presupuesto que, aunque escaso, era un punto de partida importante para la consecución de sus objetivos y funciones. En 1913 se aprueba el Reglamento del Museo que, estructurado en siete capítulos, define la finalidad, organización y funcionamiento de la 3
Real Decreto de 5 de mayo de 1871, publicado en la Gaceta de Madrid el 8 de mayo de 1871, por el que se crea la Escuela de Artes y Oficios y un Museo Industrial. 4 Real Decreto de 30 de diciembre de 1912 del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes publicado en la Gaceta de Madrid el 1 de enero de 1913, por el que se crea el Museo Nacional de Artes Industriales. 5 Art. 1º del Reglamento aprobado por Real Orden de 15 de diciembre de 1913 y publicado en el Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes el 23 de enero de 1914. 6 La sede actual se localiza en el número 12 de la calle Montalbán, en el antiguo Palacio de verano de la Duquesa de Santoña.
institución, del Patronato, de la biblioteca (art. 17 y 18) y de su personal 7. En su art. 12 se recalca el compromiso con la enseñanza de las artes decorativas, con su historia, evolución y técnica, además de con la difusión inherente a todo museo. En efecto, España estaba perdiendo terreno en la exportación de objetos decorativos, lo que aconsejaba formar artesanos y fomentar la aplicación de motivos decorativos propios a la decoración del mobiliario o a la forja del hierro, por citar sólo dos aspectos. La evolución del Museo durante estos primeros años, así como su crecimiento posterior, le debe mucho al buen hacer de D. Rafael Doménech y Gallisá (1874-1929), catedrático de Teoría e Historia de las Bellas Artes y primer director del Museo desde 1913 hasta 1929, y de D. Luis Pérez Bueno, conservador del Museo y director tras el fallecimiento de Doménech, quienes lograron importar las enseñanzas aprendidas de sus viajes al extranjero y contribuyeron a la comprensión y difusión de las artes decorativas a través de sus publicaciones y de su participación como miembros del jurado en certámenes y concursos nacionales. Supieron, además, rodearse de colaboradores capaces –como fue Francisco Pérez Dolz, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Granada- a quien Doménech reclamó para la importante faceta docente de la institución antes comentada. Papel de la biblioteca La biblioteca fue desde el principio uno de los principales activos del Museo, compartiendo ambos un marcado carácter didáctico. La biblioteca, al igual que el Museo, respondía a consultas de especialistas, decoradores, artistas o artesanos que acudían buscando documentación o modelos en los que inspirarse. Asimismo, estaba abierta a estudiantes de las Escuelas de Arquitectura, Bellas Artes, Magisterio y Artes y Oficios. A partir de los años 30, la colección se incrementó notablemente con donativos de Félix Boix y Merino (1932) y de José 7
VILLALBA, M.; CABRERA, A. El Museo Nacional de Artes Industriales, hoy Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid) (1912-1927). En Revista de Museología, nº 36, 2006, pp. 117-123.
de Montagud, Marqués de Valverde de la Sierra (1935). La presencia de ex libris, sellos o autógrafos manuscritos en algunos libros ha permitido rastrear atrás procedencias pese a que no se encuentran documentadas en el archivo 8. Hoy día constituye una fuente privilegiada para el estudio de las artes decorativas e industriales en España y Europa. La temática de su colección bibliográfica es especializada, aunque amplia, conservando obras representativas de historia del mobiliario, orfebrería, tejidos, cerámica, arte oriental, decoración y diseño. La variedad de sus publicaciones pretende abarcar tanto los contenidos técnicos y artísticos como los procedimientos artesanales e industriales utilizados en el pasado. Además, una de sus principales funciones es la de servir de apoyo a la investigación, comprensión y documentación de las piezas del Museo, facilitando la difusión y el conocimiento de las artes industriales y decorativas, así como de la decoración y el diseño. Además del importante fondo antiguo -que cuenta con ejemplares del s. XVI y XVII, con publicaciones decimonónicas que servían de apoyo a las labores documentales de los conservadores del museo o con una importante colección de publicaciones periódicas españolas y extranjeras- el depósito depara otras sorpresas, ya que alberga grabados y libros ilustrados de los s. XVIII y XIX, una desconocida colección de folletos, y la sorprendente selección de libros raros y curiosas obras literarias que presentan valiosas encuadernaciones e ilustraciones. En definitiva, un fondo bibliográfico muy rico, en continuo crecimiento y cuya localización está disponible en el catálogo colectivo de la Red de Bibliotecas de Museos Estatales (BIMUS) de la que esta biblioteca forma parte (http://bimus.mcu.es/).
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INSÚA, E. La colección de fondo antiguo e histórico de la biblioteca del MNAD. En Estrado, nº 3, 2008, pp. 23-24.
Cronología 1850 – primeros intentos de creación de un Museo Industrial 1851 – celebración de la Exposición Universal de Londres 1857 - apertura del Museo de South Kensington (actual Victoria&Albert Museum) 1871 – Real Decreto de 5 de mayo de 1871, publicado en la Gaceta de Madrid el 8 de mayo de 1871, por el que se crea la Escuela de Artes y Oficios y se formula la necesidad de un Museo Industrial que, finalmente, no se crea. 1912 – fundación del Museo Nacional de Artes Industriales 1913 – aprobación de su Reglamento 1932 – cambio de denominación por la de Museo Nacional de Artes Decorativas
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