JUEGOS INDIGENAS: FIGURACIONES Y MIMESIS EN NORBET ELIAS

JUEGOS INDIGENAS: FIGURACIONES Y MIMESIS EN NORBET ELIAS ROCHA FERREIRA, Maria Beatriz1 - UNICAMP – [email protected] FASSHEBER, José Ronaldo Mend

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JUEGOS INDIGENAS: FIGURACIONES Y MIMESIS EN NORBET ELIAS ROCHA FERREIRA, Maria Beatriz1 - UNICAMP – [email protected] FASSHEBER, José Ronaldo Mendonça2 – UNICENTRO – [email protected]

Introducción Este texto aborda las singularidades y complejidades de los Juegos Indígenas en la ciudad. Iniciativas de líderes indígenas que construyen relaciones con el estado/gobierno y otras asociaciones para organizar estos „eventos‟, mediante objetivos como celebrar, transmitir la cultura, establecer intercambios, conocer y dar claridad a estos. Estas iniciativas y relaciones no son una novedad entre los indígenas, si pensamos que siempre existieron iniciativas de guerras, de acuerdos de paz y de negociaciones con los „blancos‟ y entre etnias. La novedad esta en el carácter “deportivo”, la configuración de los Juegos Indígenas en la ciudad, tiene apenas una década. Este trabajo representa un paso más, hacia la comprensión de la configuración y mimesis de los Juegos Indígenas fundamentado en la teoría de Norbert Elias. El espacio de tiempo, una década, todavía puede ser un factor limitante para que comprendamos la dimensión y trayectoria de cambios de los juegos, en la teoría de Norbert Elias. Las informaciones fueron obtenidas a través de (i) fuentes bibliográficas en la perspectiva conceptual e (ii) investigaciones etnográficas realizadas en el Brasil 3 en los siguientes pueblos indígenas: Kamayura, Kadiweu, Terena y Kaingang y durante los Juegos de los Pueblos Indígenas, en Campo Grande – Mato Grosso del Sur (2001), en Porto Seguro – Bahia (2003), en Fortaleza – Ceará (2005) y de la Fiesta del Indio en Bertioga, 2004 y 2006. En estos eventos las entrevistas fueron realizadas a los caciques y/o representantes, líderes deportivos y a los “atletas” indígenas (término utilizado por ellos) en el alojamiento de los juegos. Juegos Indígenas en la ciudad Los eventos, es decir, los juegos indígenas son realizaciones citadinas. Un campo donde se congregan diferentes conocimientos y significados socio – culturales, ancestrales y contemporáneos. Las redes que se conforman para tal organización tienen carácter permanente y temporáneo. Esos juegos pueden ser de ámbito nacional, como los Juegos de los Pueblos Indígenas, en su X edición; estatales como los Juegos Indígenas do Pará, en su 3era edición y/o regionales como la Fiesta del Indio en Bertioga, São Paulo, en su VII edición y los Juegos Interculturales de Campos Novos do Paresi, en Mato Grosso. La realización de estos eventos se concretiza mediante el esfuerzo de diferentes fuerzas de la sociedad como el Comité Intertribal – Memoria y Ciencia Indígena (ITC), lideratos indígenas, el Gobierno Federal – Ministerio de Deportes, de Educación y de Cultura (ámbito nacional), las Secretarias de Deporte Estatales y/o Municipales (ámbito 1

Universidad Estadual de Campinas - Brasil Universidad Centro Oeste – UNICENTRO - Brasil 3 Grupo de Estudios del Laboratorio de Antropología Bio-Cultural de la Facultad de Educación Física de la Universidad Estadual de Campinas – Brasil. 2

FERREIRA, M. B.; VINHA, M.; FASSHEBER, J. R. M. JUEGOS INDIGENAS: FIGURACIONES Y MIMESIS EN NORBET ELIAS. In: SIMPOSIO INTERNACIONAL PROCESO CIVILIZADOR, 11., 2008, Buenos Aires. Anais... Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, 2008. p. 154-161.

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estatal y municipal), ONGs., y medios de comunicación. La participación de la universidad tiene un carácter académico, realizando conferencias e investigaciones profesionales/técnicos nacionales e internacionales de diferentes áreas del conocimiento. En este mismo escenario transcurre la Feria del Artesanato Indígena. Es necesario resaltar, que en el caso de Bertioga, inicialmente existía la participación del Comité Intertribal – Memoria y Ciencia Indígena (ITC) en la organización, pero en los dos últimos años, la realización de éste, ha sido hecha solamente por la prefectura. El alejamiento de la organización del ITC se debe a motivos políticos. Estas informaciones de, cómo las redes organizacionales se conforman son importantes para acompañarnos en los cambios en las relaciones de poder. Las aproximaciones y declinaciones de personas o de grupos no trascurren por sí solas, sino por diferentes mecanismos que intervienen en el equilibrio del poder. En los últimos 10 años podemos observar algunos cambios en su configuración, tensiones que desembocan en desacuerdos y acuerdos de los diferentes protagonistas. La lucha por el liderato en la organización todavía es un punto alto en las negociaciones. Y paulatinamente los líderes indígenas van diversificando sus acciones y realizan nuevas alianzas para el desarrollo de los juegos. Haciendo una retrospectiva del inicio de este movimiento, el líder Mariano Marcos Terena, hace evidentes los objetivos que los impulsaron en esta trayectoria. En su conferencia realizada en el Simposio de Cultura Corporal y Pueblos Indígenas do Paraná em 2001 (publicação em 2001 e 2003), relata algunos hechos para comprender lo, que es ser indio en el Brasil. En los juegos escolares brasileros – JEBS, en São Paulo, solicitaron al Ministro de Educación una autorización para llevar un buen arquero indígena. El ministro pregunta – un indio aquí en medio de los estudiantes? Si, sólo para mostrar “como se tira una flecha sin “doping”, sin anabolizantes… Y continua,… en la ceremonia de inauguración de los juegos, el intérprete del Himno Nacional, olvidó una parte de la letra. Y los indios presentes pensaron – “nossa” (modismo brasilero que explicita una sorpresa o una admiración) “por qué aquel olvidó la letra?..., cuando nosotros vamos a cantar, por ejemplo, una canción indígena, no sólo cantamos para mostrar; nosotros tenemos que cantar con el alma, vivenciar aquello que se está cantando”. Ahí pensamos, “¿Será que el fue contratado para cantar el Himno Nacional y por eso no cantó de corazón?” (Terena, 2001, p. 37; 2003, p. 19). Otro hecho ocurrió cuando el indio arquero descendió al campo para realizar la demostración, y les dijo a los organizadores – “no se puede poner aquí mas de 50 metros – porque es importante elegir y poder ver, dónde se va a atinar”. Y después el, solicitó una sandía más pequeña, y más pequeña, hasta llegar a una manzana. Terena plantea – “para aquella muchachada, estudiantes, jóvenes, era una manera de romper un poquito el concepto de deporte” El indio estaba usando un arco “tradicional”, una metodología “tradicional” con un objetivo que no era “tradicional”…., pues en la aldea el hace eso, para cazar un ave, un anta, un pez en medio del río… A partir de aquel momento comenzamos a trabajar sobre el concepto de, Juegos de los Pueblos Indígenas. Posteriormente ellos se apersonaron al Ministerio de Deportes, en la época dirigida por Pelé, y propusieron la idea de realizar una Olimpiada. Marcos Terena plantea, que si se hubiese denominado a éste, de Juegos Indígenas, podría dar una connotación de fútbol para los indígenas. Por lo tanto se optó por el denominativo de Olimpiadas. La primera experiencia fue en Anhanguera, Goiânia (1996) y de ahí en adelante fueron adquiriendo experiencia y modificando el formato de los juegos. Ya

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fueron realizados eventos en Guairá/PR (1999), Marabá/PA (2000), Campo Grande/MS (2001), Marapani/PA (2002), Palmas/TO (2003), Porto Seguro/BA (2004), Fortaleza/CE (2005) e Recife/PE (2007). Concretización del evento El espíritu de liderato – guerrero, de los organizadores Marcos y Carlos Terena, ha sido una marca constante, en los emprendimientos de llevar adelante el lema “es importante celebrar y no competir”. A pesar de las dificultades, éste es un lema difícil de ser concretizado, pues vivimos en una sociedad competitiva, racionalista, donde el deporte se inserta en este cuadro. Y, por lo tanto, los organizadores del evento, líderes indígenas del Comité Intertribal, representantes del gobierno, participantes, medios de comunicación, investigadores, público, en fin todos los envueltos en él, necesitan constantemente ser actualizados, estableciendo nuevas formas de diálogo y construcciones sociales. Estas relaciones no son tan fáciles, pues existen tensiones. El paso de los juegos de la aldea, hacia la ciudad no representa una copia del original, sino una mimesis. Este término, usado en latín en diferentes vernáculos, es entendido como un acto inherente de los seres humanos para imitar, pero no como copia de lo real. Es fundamental comprender la mimesis, en el proceso de transmisión del conocimiento y en la elaboración de nuevas construcciones. Taussig (1993) plantea, “la facultad mimética pertenece a la „naturaleza‟ que tienen las culturas de crear una “segunda naturaleza”. Esta facultad, por consiguiente, no se da sólo por la copia del original. Al contrario, Taussig apunta hacia las resignificaciones que cada cultura consigue del original y la influencia de éste. Esta importante capacidad humana, de percibir, sentir, transformar en imágenes mentales, re – interpretar y re – significar favoreció el aprendizaje, la transmisión y las resignificaciones en el presente estudio – los Juegos Indígenas realizados en la ciudad (Rocha Ferreira, 2006, 2007). El paso, de los juegos de la aldea hacia la ciudad, representa nuevas formas de realizar un evento en masa. En el conjunto de las acciones el lema “celebrar y no competir” representa un contra punto en el imaginario social. La expectativa del público, los medios de comunicación es que exista competición. Y en el desarrollo del evento, el locutor acaba, incentivando al público a apoyar a algún equipo. De esta manera se genera una tensión competitiva, que por su lado es incentivada por los medios, en las noticias. En el entendimiento de los líderes, ellos distinguen que, por el hecho de que el evento es construido para los “blancos” este necesita tener elementos para atraer al público. Quizás esta percepción sea correcta. Pero en realidad, nadie sabe lo que el público realmente quiere ver. Así dejamos algunas incógnitas; ¿será que es el tipo de evento? O será necesario algo menor y con mayor frecuencia, donde las personas, puedan interaccionar y cualificarse, en vez de sólo asistir. Los eventos de grupos menores pueden representar otro tipo de excitación, de tensión, de transformación. Es entrar en un mundo místico, de rituales, de superación. Elias y Dunning (1992, p.128) en los estudios sobre el ocio y fútbol nos presentan una característica importante de la mimesis, pues la relacionan con el aumento de la tensión “...aquello que las personan buscan en sus actividades de ocio no es atenuar sus tensiones, sino, por el contrario, un tipo específico de tensión, una fuerza de excitación relacionada, como señaló San Agustín, con el miedo, la tristeza y otras emociones que buscaríamos evitar en la vida cotidiana”.

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Los juegos realizados en las aldeas, los rituales y ceremonias sagradas desencadenan tensión y/o excitación (Rocha Ferreira, 2006, 2007). Entretanto recordamos, que aquellos comportamientos que generaban tensión/excitación, no necesariamente se muestran en el presente (Elias & Dunning, 1992, p.98). Y también por constituirse, estos juegos, como nuevas construcciones sociales, los sentimientos que desencadenan aún no están claros, ni para los indígenas y ni para el público. Hay también el efecto mimético intertribal, donde uno aprende del otro y recrea los propios métodos y técnicas (Fassheber, el al. 2008). Viana (2000) comenta que en los Juegos Indígenas del Amapá, los „nativos‟ introdujeron la „modalidad‟ corrida de toras 4 : “La conocieron participando de la demostración realizada por los Krahó (Tocantins), precisamente en uno de los Juegos que reúnen pueblos indígenas de varias regiones del país. Gustaron de la novedad y resolvieron llevarla „a casa‟. (www.sociambiental.org, consultado en mayo de 2001). Otras sugerencias fueran otorgadas por Marcos Terena reunido con los Kaingang en los eventos paranaenses, con la finalidad de que estos, fuesen a observar algunas modalidades 5 de juegos de los Pueblos Indígenas, y “entrenarse” para posibles participaciones en ediciones futuras. En fin, la capacidad humana de crear y recrear nuevas dimensiones, ha sido importante en la construcción social de los Juegos. Reglas de juego – paradojas del mundo contemporáneo Los dos hechos narrados por Marcos Terena son importantes para que comprendamos algunos de los significados que llevaron a los organizadores Terenas a iniciar este movimiento. Por un lado, la construcción indígena se hace con el “corazón”, con el alma, con el espíritu. – Lo importante es celebrar y no competir. Y cantar con el corazón y no contratar a nadie para cantar. Desde la designación del lugar y el periodo lunar, está subyacente un ritual espiritual. Las instalaciones varían de evento en evento, en unos son construidas arenas circulares y chozas para que los indígenas duerman, en otros utilizan campos de fútbol de mediana capacidad y escuelas o colonias vacacionales para que ellos se hospeden. Estas decisiones dependen de las condiciones locales y disposición y presupuesto del gobierno. En los juegos, en particular, aparentemente siguen rituales cercanos a los eventos deportivos, tales como: (i) desfile de inauguración, en semejanza a la inauguración de los juegos olímpicos, pero las etnias ingresan con vestimentas típicas, (ii) la arena – local de los juegos, (iii) tiendas de artesanías, (iv) forum social – con invitados indígenas nacionales e internacionales, abordando y debatiendo asuntos diversos como educación, salud, ecología y juventud, comunicaciones utilizando energía solar, reflexiones sobre los juegos y deportes indígenas, etc. Es importante hacer notar que en la ciudad, el tipo de organización sigue preceptos diferentes a los de la aldea. Las decisiones son hechas obedeciendo un calendario de actividades de los gobiernos federal, estatal y/o municipal, y de la 4

La corrida de toras como práctica interpenetrada entre diversos pueblos de Brasil central, pero distante del estado de Amapá. 5 Según la pagina del Ministerio de Deportes, en su link para los Juegos Indígenas, las „modalidades‟ oficiales de los JPIs, son imprecisamente las pruebas consideradas como tradicionales: Akô, apãnare,arco y flecha, lanzamiento de lanza, cable de guerra, canotaje, corrida de Tora, luchas corporales, zarabatana, tirimore y xikuharaty, entre otras; y las pruebas consideradas como no tradicionales: futbol de campo, natación y carreras. No todas las modalidades “oficiales” se desarrollaron en la edición de Porto Seguro. (www.esporte.gov.br, consultado el 28 de abril de 2003). Es necesario relativizar por lo menos el arco y flecha en cuanto juego tradicional indígena, pues su uso esta mejor relacionado a la caza y a las guerras

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disponibilidad financiera de los entes organizadores, de plazos establecidos prioritariamente, de cooperaciones públicas, de trámites financieros que necesitan ser cumplidos, etc. La solicitud de recursos es extremadamente difícil, incluso para los experts en el asunto. En fin, son sociedades y lógicas diferentes que se predisponen a organizar el evento. Las implicaciones del lema – “lo importante es celebrar y no competir”, conducen a diferentes concepciones organizacionales. Por ejemplo, las reglas de los juegos pueden ser cambiadas para que se aproximen a la vida cotidiana, de caza, de pesca, y sujetas a decisiones del momento, no siempre racionales. Aún, si este tipo de pensamiento es difícil de ser entendido en el mundo de los deportes, donde las reglas son establecidas a priori, sobre las autoridades federativas y confederativas. (Dunning, 1997). La aparente “deportivización”, es decir, transformar un juego en un deporte, puede no ser un deseo de los indígenas. Entre tanto la presencia del Ministerio de Deportes, la lógica de la formación de los profesionales de educación física, influencian el pensamiento de la deportivización. La idea es que, las reglas pre establecidas, racionalmente elaboradas, pueden dar oportunidades equitativas para que un mayor número de participantes puedan competir. En los Juegos Indígenas, la elaboración de las reglas recorre otro tipo de interpretaciones. Como ya fue mencionada anteriormente en lo expresado por Marcos Terena – “el indio en su presentación solicitaba una sandia más pequeña hasta llegar a una manzana – es así que se comienza a trabajar otro concepto de deporte”. Carlos Justino Terena (2007) relata tres situaciones diferentes en que los indígenas prefirieron no vencer una prueba, en los juegos de fútbol (Goiânia, 1996 y Marabá, 2000), y en las pruebas de canotaje – VI Juegos de Palmas en 2003, para permitir que otros puedan también ser ganadores. Para entender el sentido de campeón, de vencedor, para los indígenas, vamos a realizar un paralelo con el sentido del agon en la Grecia Antigua. La expresión agon significa asamblea, reunión, combate con características competitivas. En aquella sociedad había una búsqueda de equilibrio entre la estética, la competición leal, la premiación justa y el liderato. Ellos no se oponían a un rival propiamente dicho, sino a la fuerza física, a la velocidad, a la memoria, etc. Lo importante para los griegos, era el espíritu competitivo y no necesariamente el resultado en sí mismo. (Rocha Ferreira & Vinha, 2007). El espíritu de guerrero, de auto superación está presente en los indígenas durante las pruebas, en los rituales de preparación, en los embates, en las luchas, etc. El objetivo por lo tanto, no es “vencer a cualquier costa”, sino algo más cercano al sentido del agon. Y finalmente las experiencias son incorporadas positivamente por el grupo y por la persona. (Rocha Ferreira & Vinha, 2007). Es importante señalar que si bien estos juegos no presentan necesariamente vencedores ni vencidos, como el sentido común los concibe, los efectos de la relación entre locutores y el público propicia una característica de competencia. Y de la misma manera los aficionados vibran más por los indios que ingresan “pelados” en sus presentaciones, vibran por las corridas de toras, por el arco y la flecha, por el HukaHuka, clasificando a los “atletas” que estaban allí, a priori , sólo para participar de la demostración, o de la competencia, exigiendo de ellos su mejor desempeño. (Fassheber et al.,2008). Representaciones

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La diversidad cultural de los pueblos indígenas puede ser vista en los plumajes, pinturas corporales, danzas y juegos. Pero es difícil un mayor conocimiento de las especificidades culturales. Es este el peligro de un evento en masa, pues las diferencias pasan por la apariencia y/o los comentarios de los medios de comunicación. En entrevistas a diferentes líderes registrados en Fortaleza (Rocha Ferreira, et a. 2006), quedó evidente la voluntad de mostrarse y de „mantener‟ la cultura, las tradiciones, los valores, estos se vuelven evidentes para una sociedad que no los reconoce y que creía en la desaparición de ellos. Entienden que los juegos pueden propiciar el „rescate‟ cultural. El término tradicional está siendo utilizado entre comillas, para llamar la atención del lector, pues este término puede generar o enfatizar estereotipos, „congelando‟ la idea de cambio. De acuerdo con Gallois (2006. p.20), “tradicional en el saber tradicional no es su antigüedad, sino la manera cómo él es adquirido y cómo es usado” continuamente en la producción del conocimiento. En este sentido es importante intentar entender los juegos y deportes como procesos dinámicos en la sociedad y la cultura y no como elementos estáticos. De esta manera, los Juegos Indígenas representan el dinamismo de las culturas indígenas. Otro término que necesita ser entendido es el de „rescate‟ cultural. No se puede rescatar algo que está en el pasado, algo que está en desuso o quizás olvidado (Rocha Ferreira, 2007). Pero si podemos reconstituir algunos de sus fragmentos a través de la memoria. Debemos recordar que las memorias son selectivas y están circunscritas a recuerdos y olvidos, y que pasan por filtros emocionales. En el caso de los indígenas, muchos de los juegos en desuso fueron forzados a ser olvidados, por ejemplo, los juegos de los Kadwieu (Vinha, 2004), e de los Kanjire e Pinjire de los Kaingang considerados como bárbaros para el colonizador, y casi infantiles para los Kaingang. Por detrás de este casi olvido, existe un impuesto y vergüenza de silencio, de décadas para aplacar tales juegos, considerándolos como comportamientos violentos (Fassheber & Rocha Ferreira, 2007). En los juegos, como enfatizan Fassheber et al. (2008) “a medida que un grupo define lo que va a ser presentado en la inauguración de los eventos, o sus adornos para que sean comercializados están colocando como visibles materiales de su memoria como opción política. Opción no arbitraria que se hace a través del dialogo entre recuerdos y olvidos del propio grupo. Tal operación, con todo es fundamental para la reelaboración de sus sentidos identitarios”. La riqueza de esas decisiones, las re-elaboraciones mentales, la cultura inmaterial pasan desapercibidas por el público. Es el cómo hacer, cómo bailar, cómo jugar que quedan apenas en las explicaciones del locutor y del comentarista. Las presentaciones acaban cumpliendo las exigencias de una sociedad urbana, racionalista, consumista y con diferentes intereses políticos. Y aún con el mismo espíritu agónico y sin voluntad de los indígenas, la manera de expresión del locutor y los medios de comunicación, puede aumentar la competitividad en los Juegos de los Pueblos Indígenas, de acuerdo al gusto del público de las ciudades ávidas por el deporte – espectáculo. Estos juegos propician también intercambios de experiencias entre las etnias. Como afirman los líderes participantes, los Juegos propician “aproximaciones de parientes, la discusión de problemas, la confraternización. El indio no era muy unido. Estábamos muy dispersos. Podemos conocer y respetar otras etnias. Mirar cosas importantes y bonitas en los parientes” (Rocha Ferreira, et. 2006; Rocha Ferreira, 2006). El contacto de los pueblos durante la realización de los juegos en la ciudad de los “blancos”, involucrando a sus habitantes, turistas y toda suerte de medios de 159

comunicación mundial, despierta fetiches de parte a parte. Se observa en alguno de estos juegos la organización de estructuras llamadas “ocas” (chozas) que sirven para abrigar a los pueblos participantes como para la admiración de los espectadores. En algunas ediciones, como las de Campo Grande, Porto Seguro, de Conceição do Araguaia, existía la posibilidad de visitas de los turistas en las “ocas”. Como enfatiza Fassheber et al. (2008), “nosotros nunca pensaríamos en admitir el hecho de que turistas podrían circular casi libremente por nuestras propias casas, pero ver las „ocas‟ fue un verdadero fetiche para todos. Inclusive, es claro, para nosotros investigadores”. Las relaciones de compra y venta, por sí solas, ilustran la mimesis de la lógica del capital en la dirección de los pueblos indígenas. El intercambio se da de diferentes maneras, hay el consumo de bienes por los indígenas en el comercio local y un fetiche por el consumo de la artesanía indígena: desde objetos tradicionales como arcos y flechas hasta objetos resignificados como sombreros, bolsas, collares y aretes con toques industriales, más cercanos al “saber hacer” de la cultura local, con semillas, maderas, tinturas y manufactura ancestral. Hay también una doble admiración de lo „exótico‟: nosotros sobre ellos y ellos sobre nosotros, cada uno curioso con la curiosidad del otro. Hay todo el tiempo no indígenas registrando (videos y fotografía) los indios y los indios registrando los no indígenas. Algunas veces con equipos superiores y modernos en relación a los nuestros y de los turistas, salvo aquellos de las redes de comunicación, presentes. Todos informando al mundo las noticias de los juegos, por medios sofisticados, aparatos celulares o el internet. En fin, los datos apuntan una apertura, tanto intelectual como afectiva, para comprender el fenómeno de los Juegos Indígenas. Y la vía del juego constituyéndose como espacio político de contacto inter étnico, de manera nunca antes realizada. ¡Más aún con el patrocinio y colaboración del Estado! Sobre ese ángulo, los lideratos indígenas sobrepasan barreras estatales históricamente hostiles y excluyentes a sus pueblos. Amplían la red de figuración al vincular sus acciones con movimientos sociales, paradójicamente desde dentro del Estado, haciendo fluctuar a favor de los indígenas la balanza del poder. En los días actuales, el espacio de los “Juegos Indígenas”, parece ser uno de los únicos en integrar el mayor número de etnias, permitiendo intercambio de saberes y de reconducción política de carácter internacional, nacional e inter grupos. Los indígenas consideran esta conquista como propia. Observan en el espacio de los Juegos, una presencia colectiva del poder, generada en una semana de convivencia integral, reuniendo pueblos de este país continental, sustentado económicamente por el Estado. En este sentido. Elias (1992) plantea que, donde quiera que existan configuraciones humanas, la balanza del poder oscila. Esto, los indígenas lo saben y los eventos futuros podrán expresarlo con mayor criterio. Referências

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