JURA DE BANDERA DE PERSONAL CIVIL EN GETAFE

JURA DE BANDERA DE PERSONAL CIVIL EN GETAFE. EN LA VÍSPERA. El sábado 28 de mayo se celebraba el “Día de las Fuerzas Armadas”. A las diez de la mañana

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JURA DE BANDERA DE PERSONAL CIVIL EN GETAFE. EN LA VÍSPERA. El sábado 28 de mayo se celebraba el “Día de las Fuerzas Armadas”. A las diez de la mañana se iniciaban los actos solemnes con el izado de la Bandera Nacional, en la Plaza de Colón. Luego hubo un desfile, que comenzaba a las puertas del Museo del Prado, discurriendo por un lateral del mismo Paseo, haciendo parada en la Plaza de la Lealtad y finalizando en la Plaza de Cibeles. Pero muy poco hablaron, los de la prensa escrita, los de la radio y los medios televisivos, del magno acontecimiento nacional, pues en este día la preferencia informativa estaba centrada en las campañas electorales de los líderes políticos y en los aconteceres mediáticos del partido de fútbol, que se iba a celebrar en la ciudad de Milán, a las nueve menos cuarto de la tarde-noche.

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JURA DE BANDERA DE PERSONAL CIVIL EN GETAFE. 2016. Domingo 29 de mayo. Eran las siete y media de la mañana y sobre las calles de Getafe llovía copiosamente. El cielo completamente encapotado hacía suponer que la lluvia iba para rato. Había que asearse con calma, pero también con una cierta premura, pues estábamos citados a las diez en el acuartelamiento del ACAR. Íbamos a jurar bandera.

1 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

A las nueve me acerqué al garaje en la Plaza de la Pasión, para sacar el coche y todavía llovía, pero con bastante menos intensidad. Mi esposa y yo habíamos quedado emplazados, a las nueve y media, con dos compañeras suyas, camareras de la Virgen, para prestar juramento a la Bandera en el acuartelamiento del ACAR. Los cuatro nos habíamos provisto de sendos paraguas con el fin de soportar la obstinada lluvia, que aún persistía. Eran las diez menos cuarto, cuando nos presentamos a las puertas del cuartel; atentamente unos soldados de guardia nos indicaron dónde debíamos aparcar el coche. Como seguía lloviendo, aunque ya con menguada intensidad, nos acercamos hasta la capilla con los paraguas en las manos. Diez de la mañana. La misa daba comienzo. El Capellán castrense iniciaba con unas palabras de salutación; luego las lecturas del día, y a continuación la homilía, adecuada al acto de juramento a la bandera y las genuinas del Corpus Christi. Acabada la Santa Misa, paisanos y militares nos dirigimos a la gran explanada donde iba a celebrarse la ceremonia de la jura. Había dejado de llover y en el horizonte, de un intenso cielo azul, discurrían grupos de cúmulos blancos, que iluminados por un sol espléndido, imprimían un aspecto relajante. Dejamos los paraguas en el coche. Acomodados en los lugares adecuados, daba comienzo el evento castrense con la revista a las tropas y el saludo personal a todos los grupos allí presentes, por parte del Jefe del ACAR y de la Agrupación de Getafe, el Ilmo. Sr. Coronel Don Francisco Javier Escribano Mayán. Los compases del Himno Nacional y la presentación de la Enseña Nacional daban paso al acontecimiento.

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2 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

El acto estuvo repleto de emociones desde el principio hasta el final. Especialmente emotiva fue la vibrante contestación colectiva: “¡Sí, lo hacemos!” de los cerca de doscientos jurandos, a la fórmula del juramento pronunciada en voz alta por el Coronel, cruzando el sable sobre la bandera: “¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?”. Acto seguido los dos grupos de personas civiles desfilamos, en filas de a uno, por la explanada del acuartelamiento, hasta llegar a la Bandera de España, que se nos ofrecía. Y con la emoción contenida le lanzamos nuestro beso leal de adhesión a la patria.

Regresando a nuestros predeterminados lugares, nos esperaba un suboficial para entregarnos una insignia del Ejército del Aire, con un aplique en tela, con los colores de la Bandera Nacional (a las mujeres un “alfiler” y a los hombres un “pin”).

3 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

4 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

Aunque sí muy especiales para los jurandos, no fueron solamente estos dos actos los de particular emoción. Ver el desfile de los soldados de la Agrupación del ACAR; sentir en nuestros oídos el Himno Nacional, ejecutado con maestría por la banda de música; el canto del Himno del Ejército del Aire; el paso marcial de los gastadores; la serenidad de los oficiales y suboficiales; el porte gallardo del Señor Coronel; y como colofón de emociones, el ceremonial de entrega de una corona de laurel, en memoria de los compañeros caidos, con el canto solemne del himno “La muerte no es el final”, acabado con unos disparos de salva, por parte de los gastadores, fue todo emocionante.

Tú nos dijiste que la muerte no es el final del camino, que aunque morimos no somos, carne de un ciego destino. Tú nos hiciste, tuyos somos, nuestro destino es vivir, siendo felices contigo, sin padecer ni morir. Cuando la pena nos alcanza, por un hermano perdido, cuando el adiós dolorido, busca en la Fe su esperanza. En Tu palabra confiamos, con la certeza que Tú, ya le has devuelto la vida, ya le has llevado a la luz. Ya le has devuelto la vida, ya le has llevado a la luz.

5 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

Como homenaje a los participantes en el acto, cuajado de vibrantes emociones (hay que subrayar que a muchos de los presentes se nos saltaron las lágrimas en ciertos momentos), nos llevaron en autobús hasta un salón, donde, por gentileza del Coronel y con la colaboración de algunos proveedores, estaba preparado un ágape, sobre unas mesas corridas, para despedir el acto en camaradería y con un incuestionable júbilo.

El Señor Coronel nos dirigió unas emocionadas palabras de agradecimiento, y acto seguido, buscando con la mirada a su esposa, que apareció en un minuto, lanzó un brindis con ¡Vivas! por el Ejército del Aire, por España y por Su Majestad el Rey. A partir de ese momento, el agua mineral, los refrescos, la cerveza y el vino de Rioja, servidos como es natural en vasos de plástico, corrieron por las gargantas de los asistentes, acompañando a unos sabrosos aperitivos. El ánimo de las charlas levantadas entre los contertulios, se hacía notar por todas partes. Era un ambiente muy agradable.

6 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

En una mesa, al fondo del salón, nos fueron entregados los diplomas, firmados por el Señor Coronel Francisco Javier Escribano Mayán, certificando haber formulado o renovado el juramento ante la Bandera de España, el día 29 de mayo de 2016, en el Acuartelamiento Aéreo de Getafe. Un precioso detalle para el recuerdo.

Ya en la calle, aún hubo tiempo para hacernos fotografías con amigos militares, y compartir con ellos la alegría de las emociones, del acto recientemente vivido. Y ¡cómo no! recordar esencialmente a mi padre en un día tan especial como este.

FIN En Getafe, 29 de mayo del 2016. Lamberto Sanz Esteras.

7 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

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