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La didáctica de la educación social
INTRODUCCIÓN “He vagado por pequeños senderos, caminos, carreteras y anchas autovías; y, ¡cómo no!, también por algunas autopistas (donde el hecho de ahorrarte curvas siempre tiene, en algún momento de la trayectoria, su precio). Pero lo cierto es que, siempre, la aventura de educar me ha llevado a parajes increíbles.”
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Neus Montserrat, educadora social
La didáctica de la educación social
Se abre el telón. ¿Y qué aparece ante ti? Aparece un libro que te habla de las metáforas educativas, del teatro y especialmente de la didáctica de la educación social. El libro que tienes en tus manos quiere ser el encuentro entre la didáctica y la educación social. Una didáctica entrelazada con la realidad social, como la fotografía de la portada del libro, que nos recuerda la importancia de la dimensión social de nuestra tarea educativa, y una didáctica que se va tejiendo justamente de las personas y los entornos donde viven y conviven los educadores y los educandos. En este libro, encontraremos una didáctica que nos facilita el descubrimiento de nuevas formas de hacer, de educar y de repensar la didáctica, cuando educamos en una realidad social concreta. Como educadores sociales trabajamos en la realidad social que nos rodea, muy cerca los unos de los otros, y, por este motivo, no debemos olvidar nunca la dimensión social que acompaña a la educación. Y la didáctica que se elabora en la educación social tiene presente la doble vertiente educativa y social de su alcance. Al colectivo que trabaja en educación social siempre se le otorga el adjetivo de profesionales críticos. De hecho, cuando pensamos cómo son los educadores sociales, siempre nos vienen a la cabeza profesionales comprometidos y críticos con el entorno social. Y justamente este compromiso y esta crítica los llevan también a adoptar una actitud de permanente reflexión por lo que se refiere a su tarea educativa, a su rol como profesionales. Pero esta reflexión, esta crítica hacia la propia tarea, pocas veces se encuentra presente en el punto de partida de lo que se explica en las aulas. Éste es el motivo por el cual decidimos escribir este libro. Es un libro de didáctica diferente, donde el punto de partida son las inquietudes, las reflexiones, el trabajo diario, de los educadores sociales, desde la perspectiva de la didáctica, de una didáctica que lleva el nombre de educación social, de una didáctica en contacto con la realidad social.
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Ahora hace diez años, formamos parte de los que iniciaban la formación universitaria en educación social en Cataluña. El camino que hemos hecho a lo largo de este tiempo nos ha llevado hasta el año 2002, un año capicúa, un año que empieza y acaba con el
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mismo elemento. Y por ello hemos querido empezar cada capítulo y acabar este libro con la voz de los mismos educadores sociales y su reflexión sobre la didáctica de la educación social, como si fuera también un símbolo capicúa. El libro también nos sirve como excusa para reflexionar, para dialogar con vosotros, para repensar nuestra actividad educativa. Repensarla porque las situaciones sociales, las necesidades sociales, han cambiado, como también han cambiado el posicionamiento social del educador social y algunas de sus tareas, ámbitos de trabajo y funciones. La didáctica, pues, ha ido ajustando su currículum y ha ido acompañando la trayectoria de cambio de la educación social en esta década. Es un momento para hacer balance de lo que hemos enseñado, pero también y especialmente de lo que hemos aprendido. Hemos aprendido que: ·
enseñar es aprender dos veces;
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queda mucho por aprender;
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la calidad de la enseñanza radica en la capacidad de hacer que la gente aprenda;
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nos gusta enseñar;
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la realidad social va cambiando, y la universidad tiene que ser capaz de dotar de saber y de respuestas las nuevas necesidades educativas de los profesionales sociales;
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la pedagogía tiene rostro, nombre y apellidos, nos dirigimos a personas concretas;
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tenemos limitaciones: no podemos llegar a todo el mundo, hay personas que no quieren jugar a la didáctica.
¿Qué encontraremos en este libro? Antes de nada, os queremos hablar del título: El teatro de la mente y las metáforas educativas. La didáctica de la educación social. Es un título con nombre y apellido, donde el apellido adquiere fuerza, porque es el testimonio generacional, la esencia y el aire de familia que impregna toda propuesta educativa. Hablemos, primero, del nombre, un nombre poco corriente para los tiempos que corren. Un nombre que quiere reflejar dos aspectos. 18
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Por un lado, la palabra teatro; por otro, la importancia de las metáforas educativas. Como ya sabréis y como nos recuerda Colom, cuando cita al físico David Bohm, las palabras teatro y teoría tienen la misma raíz griega, cuyo significado es “ver”. Con este libro queríamos ver otras miradas a la didáctica desde propuestas diferentes. Como si de una obra de teatro se tratara, no nos interesaba solamente hablar de la obra y de la puesta en escena, sino que queríamos poner de manifiesto lo que pasa entre bambalinas, entre bastidores. Eso es lo realmente importante de la didáctica de la educación social. Además, cualquier teoría que pudiéramos argumentar sobre la didáctica de la educación social no deja de ser como un teatro de la mente, como miradas que hacemos a la realidad. Pero la realidad se nos escapa entre los dedos, justamente porque son proyecciones de la vida, y no la vida misma. Nuestra intención en este libro es no ser esclavos de nuestras propias teorías, y no confundir el teatro con la vida. Queremos reflexionar sobre todo lo que sucede en una obra teatral y que el espectador no ve, pero que es fundamental. Y esto vuelve a convertirse en una metáfora.
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1 LAKOFF, George; JOHNSON, Mark. (1980): Metáforas de la vida cotidiana. Madrid. Cátedra, p. 198.
Para nosotras, utilizar metáforas en este libro era una opción clara, metáforas como recurso didáctico y metáforas para poder entender la realidad social, porque “las metáforas pueden crear realidades, especialmente realidades sociales. Una metáfora puede así convertirse en guía para la acción futura. Estas acciones desde luego se ajustarán a la metáfora. Esto reforzará a su vez la capacidad de la metáfora de hacer coherente la experiencia. En este sentido, las metáforas pueden ser profecías que se cumplen.” 1 Queremos que el texto invite a pensar, a compartir, a expresar, a
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hacer propuestas de diálogo entre todos los que participamos de la educación social. Hablemos, ahora, del apellido. Normalmente, el concepto de didáctica siempre lo encontramos acompañado de un complemento: la didáctica de las ciencias, de las matemáticas, de la lengua; o bien haciendo él mismo de adjetivo: juego didáctico, trabajo didáctico, exposición didáctica. Nosotras, pero, hemos puesto de título a este libro: Cuando la didáctica lleva el nombre de educación social. ¿Por qué? Porque creíamos que había que reescribir la didáctica que tiene que aprender un educador social, no tanto por lo que se refiere al contenido didáctico, sino por lo que se refiere al porqué de este contenido. Queríamos hablar no solamente de actos didácticos, de elementos didácticos, de modelos didácticos, de paradigmas didácticos, de herramientas y medios didácticos, de métodos y de metodologías de todo lo que constituye el hecho didáctico de la educación social, sino que lo que queríamos subrayar con este libro era la importancia de saber utilizar o no el método, el recurso, la metodología, de conocer el impacto de lo que hacemos y también de lo que no hacemos. La importancia de saber por qué tenemos que optar por una opción educativa y no por otra. No queríamos informar de los contenidos propios de la didáctica, sino que queríamos ir un paso más allá, queríamos construir y transferir el conocimiento sobre la didáctica de la educación social, construir entre todos, transfiriendo todo lo que constituye la didáctica de la educación social a la práctica profesional y reflexionando sobre cómo educamos cuando nos encontramos en primera línea. Queríamos poner orden y sentido a nuestra acción educativa y reflexionar sobre todos los aspectos que entran en juego cuando trabajamos en el terreno educativo y construir un nuevo discurso didáctico de la educación social. Y queríamos partir de los mismos educadores sociales, de los profesionales de la educación social, porque queríamos saber qué era para ellos lo más significativo que había que enseñar y aprender en educación social, y desde esta base poder edificar nuestra didáctica de la educación social. Hemos ido de la práctica profesional a la reflexión; de vivir la realidad social a repensar la didáctica de la educación social. Hemos escrito una didáctica desde la educación social para la educación social.
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Y ahora nos toca ya hablar del contenido. Este libro tiene diez (9+1)capítulos, de la misma forma que la palabra didáctica tiene nueve letras, y un último capítulo dedicado a la última metáfora, el cuento final del testimonio de nuestro compañero y amigo Josep María Font. De esta forma, acabaremos como empezamos el libro, abriendo el telón. Cada capítulo está dividido en tres partes: la primera es siempre un texto vivencial que nos sirve de referencia para la reflexión. Estos textos se basan en hechos reales que algunos educadores sociales, formados en nuestra escuela universitaria, nos han descrito. La parte central de cada capítulo es nuestra propia reflexión, lo que os queremos explicar, la aportación descriptiva, narrativa, sugerente, que os hacemos. Y la tercera es un elemento, un símbolo, acompañado de un texto, que nos ayuda a resumir las ideas más importantes de cada capítulo. Como hemos dicho, hay nueve más uno capítulos, nueve puntos clave de la didáctica de todo educador social:
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En el primer capítulo, “La Didáctica puesta en escena”, os presentamos qué entendemos nosotras por didáctica, y vemos cómo la didáctica de la educación social tiene que elaborarse conjuntamente con otros elementos pedagógicos, como los objetivos, los contenidos, etc., que entran en juego cuando planificamos una acción educativa y más cuando ésta es social. En el segundo capítulo, “Istmos de la didáctica en la educación social”, hablamos de los diferentes istmos de la didáctica de la educación social: istmos físicos, personales y profesionales. En el tercer capítulo, “El Descubrimiento de la didáctica de la educación social”, hemos querido recoger la forma cómo fundamentamos la didáctica de la educación social, cuáles son los paradigmas y modelos que tenemos detrás de nuestra propuesta didáctica, y cómo, a partir de nuestro referente, podemos hacer una didáctica más centrada en unos aspectos o en otros. En el cuarto, “Aprender con signo positivo: las 4 A”, hemos querido hablar de los cuatro aspectos más importantes que tenemos que aprender y hacer aprender como educadores sociales, o dicho de otra forma, los elementos a partir de los cuales podemos hacer posible el aprendizaje: las pequeñas cosas, la resiliencia, la evaluación y la teoría de la inversión. El ecuador del libro, el quinto capítulo,
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“Currículum y didáctica. Educar comunicando”, nos recuerda la importancia de la comunicación en la educación, y, por lo tanto, en el proceso didáctico del educador social. Hablamos de su relevancia en nuestra tarea educativa, proponiendo un currículum impregnado de comunicación. El sexto capítulo, “Trabajar de educadores sociales: repensar desde la didáctica”, habla del impacto de nuestro trabajo en los otros y en nosotros mismos, habla del hecho de que educar en educación social es una apuesta, a menudo una acción indirecta, y una estrategia. Y también en qué tenemos que centrarnos para hacer una intervención educativa de calidad. El séptimo, “Improvisar, la magia del momento”, nos recuerda que, muchas veces, la didáctica tiene que hacer uso de lo que se tiene, tiene que saber aprovecharlo, sacar recursos de donde no hay. La didáctica nos hace ver cómo podemos encontrar la mejor solución ante lo imprevisto, incluso aunque tengamos que cambiar todo lo que teníamos programado. Por lo tanto, hablaremos de creatividad y de saber improvisar, de saber encontrar la mejor solución al reto pedagógico que tenemos delante. El octavo, “¿Cómo te lo diría...?”, es un resumen de todos los capítulos anteriores, es el deseo de reforzar nuestro mensaje a través de una poesía escrita por Miquel Moré Mateu, estudiante de educación social y educador. Y el último capítulo, el noveno, “Ante las reflexiones y con voz propia”, es el espacio donde los educadores sociales hacen sentir su voz y nos responden a dos preguntas que nos recuerdan qué es lo más importante de una didáctica de la educación social y por qué la necesitamos. Describimos, pues, el vínculo ente la didáctica y la educación social desde nueve miradas: D, I, D, Á, C, T, I, C, A; desde lo que para nosotras es fundamental para llegar a ser educadores sociales didácticos. Con toda seguridad podríamos hacer otras miradas, tantas miradas como observadores de la realidad didáctica de la educación social haya, pero hemos tomado esta opción, hemos hecho la apuesta por una didáctica de la educación social arraigada en las reflexiones de los profesionales sociales de primera línea. El décimo capítulo, escrito por Josep Maria Font, quiere ser la última metáfora, el cuento que nos recuerda la esencia de la didáctica de la educación social, y su conexión con el teatro. Un capítulo que nos permite ir al principio otra vez y descubrir nuestro yo educador, actor. 22
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También os querríamos hablar de dos opciones que hemos tomado al redactar este libro. Un libro que habla de didáctica queríamos que fuera didáctico y, por lo tanto, optamos por un lenguaje claro y entendedor, y que al mismo tiempo ayudara a pensar, que fuera sugeridor. Este libro es una obra que suma muchas voces, muchos desasosiegos, muchas inquietudes, muchas palabras, muchos pasillos, muchos cafés, muchas revisiones y evaluaciones. Esta obra no la hemos hecho sólo nosotras, sino que es el resultado de las aportaciones de muchas personas. Por un lado, los mismos educadores sociales: Xavi Lorente, Neus Montserrat, Joan Manel Morales, Miquel Moré Mateu, Sònia Roig y Jordi Usurriaga, que han formado parte de nuestra comunidad educativa, que han aprendido y que nos han enseñado, y a quienes les pedimos, como educadores sociales, que nos dijeran, a partir de su experiencia, que es lo que cuando educaban les hacía reflexionar sobre la didáctica de los educadores sociales, lo que chirriaba entre los libros y la vida profesional, lo que les había impresionado más, lo que les había producido un desencuentro con la realidad. A partir de sus vivencias hemos escrito los relatos que nos permiten introducir los temas que nos ayudan a construir esta reflexión sobre la didáctica de la educación social. Por otro, la voz de los educadores o formadores de educadores que encontráis en el capítulo 9: Aida, Araceli, Carles, Eduard, Enric, Isabel, Jaume, Jordi, Quico, Susana, Tomàs. Ellos nos ayudan a ver cómo es posible el encuentro entre la realidad y los conocimientos de la didáctica de la educación social, y lo hacen desde su mirada de los años de reflexión sobre este tema. Y también la voz de los artistas que nos han permitido utilizar su obra: Daniel Jordà y Carles Espadaler. Dani nos hizo una obra dedicada a los educadores sociales de la promoción del 2001, y Carlos ha realizado las fotos pensando en mensajes extraídos del contenido de este libro.
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Y, por último, nuestra doble voz, la de Anna Forés y la de Montserrat Vallvé, como un canon. Desde hace diez años Anna Forés ha estado explicando la didáctica de la educación social; ello le ha permitido recoger muchas voces, muchas inquietudes, muchas
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propuestas. A partir de esta experiencia ha querido dibujar un nuevo discurso sobre la didáctica de la educación social, una didáctica que tiene en cuenta todos aquellos elementos que son esenciales en la práctica profesional de los educadores sociales. Y el texto que ha surgido de todas estas ideas, vivencias, inquietudes, ilusiones, Montserrat Vallvé lo ha reescrito, ha puesto las palabras idóneas para que fuera más entendedor, y lo ha dotado de coherencia y cohesión.
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Éste es un texto tejido de la unión entre la didáctica y la educación social, y que tiene que servirnos para seguir reflexionando sobre nuestra tarea educativa y para seguir mejorándola. Es un libro que hemos escrito pensando en personas como tú, que estudias educación social, que trabajas como educador social, que enseñas a educadores sociales, que repiensas la educación social, y que has querido compartir con nosotras un espacio donde dialogar y hacer posible una didáctica que lleve el nombre de educación social.