LA DISTRIBUCIÓN REGIONAL DE LA RENTA EN ESPAÑA. TENDENCIAS RECIENTES Y SITUACIÓN ACTUAL

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LA DISTRIBUCIÓN REGIONAL DE LA RENTA EN ESPAÑA. TENDENCIAS RECIENTES Y SITUACIÓN ACTUAL. Martí Parellada Montserrat Álvarez 1. Introducción Desde la perspectiva territorial, el crecimiento económico ha tendido históricamente a distribuirse de una manera desigual y compleja. Los análisis que se pueden llevar a cabo revelan la existencia de territorios en situaciones de pobreza o riqueza, así como procesos de declive o mejora en términos relativos. Asimismo, cuando la atención se centra en un mercado nacional integrado, caracterizado por una amplia movilidad de los factores productivos y un mismo entorno institucional, se comprueba siempre la existencia de un doble proceso: de convergencia en términos de renta per cápita, por un lado, creciendo las economías con niveles de renta per cápita inferiores más deprisa que las economías con niveles superiores y, por otro lado, se constata un proceso de divergencia en términos de producción, acentuándose los fenómenos de polarización espacial. La expectativa de una convergencia en las rentas per cápita entre regiones se basa en el supuesto de rendimientos decrecientes del capital. Siguiendo éste, las regiones con una renta per cápita relativamente más baja poseen una mayor productividad del capital y una menor productividad del trabajo, de tal manera que tenderán a atraer flujos de capital procedentes de las regiones con renta per cápita relativamente elevada y, al mismo tiempo, a enviar flujos de población hacia éstas. Ambos factores productivos se desplazarán así hacia las regiones donde su productividad y remuneración es más alta, favoreciendo que ambos aspectos tiendan a igualarse entre regiones, que es lo que se entiende por convergencia. Adicionalmente, el hecho de que la convergencia vaya unida

a que algunas

regiones concentren porcentajes crecientes de la renta y la población de una nación requiere completar este marco analítico introduciendo diferencias entre los territorios, tanto en sus características físicas, como en la naturaleza y capacidad emprendedora de sus individuos, así como en su organización económica y social, de forma que algunos territorios gozan de ventajas comparativas frente a otros, no siendo la geografía algo indiferente para el crecimiento, como bien ha señalado Krugman (1991).

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En todo caso, este doble proceso, de convergencia en términos de renta per cápita y de divergencia en términos de renta absoluta o producción, ha inducido políticas regionales diferentes, unas con mayor acento en el objetivo de mejorar la distribución espacial de la renta per càpita y otras comprometidas con el aumento de los niveles de producción de las regiones menos desarrolladas. El proceso de convergencia en términos de renta per cápita observado desde hace bastantes decenios en las economías occidentales, en general, y en las regiones y provincias españolas, en particular, refleja en cierta medida el énfasis puesto durante largo tiempo en la primera de las políticas mencionadas, las orientadas a una mayor equidad en la distribución espacial de la renta. Pero la necesidad de limitar los procesos de divergencia en términos de producción o la notable lentitud que caracteriza a determinadas regiones en su proceso de convergencia en términos de renta per cápita han impulsado el segundo tipo de políticas, las que tratan de promover

la

acumulación

de

capital

en

territorios

con

niveles

de

renta

relativamente reducidos. Partiendo de estas breves consideraciones, que tienen por objeto enmarcar el tema, en los apartados siguientes se analizan en primer lugar, el proceso de convergencia regional en España y la existencia de regiones especialmente dinámicas en el crecimiento económico español de la segunda mitad del siglo XX, 1950-2000, siguiendo los datos incorporados en Alcaide (2003), y tomando, en concreto, el PIB a precios de mercado expresados en términos constantes de 1995. En segundo lugar se hace hincapié en la evolución más reciente del crecimiento económico por regiones españolas, según la información contenida en la serie 2000-2005 de la Contabilidad Regional de España, tomando también el PIB a precios de mercado expresados en términos constantes del 2000. A continuación se analiza la evolución y situación relativa de las regiones españolas en el marco europeo con datos del Eurostat, y seguidamente se hace referencia al papel de la política regional en la corrección de las desigualdades territoriales, con especial incidencia en la política regional europea, para pasar a exponer, finalmente, las conclusiones. 2. Crecimiento económico español: una perspectiva regional a largo plazo (1950-2000) La existencia de un proceso de convergencia en términos de renta per cápita y de divergencia en términos de producción se observa de forma nítida en el caso de España para la segunda mitad del siglo XX: los mayores índices de PIB per cápita

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regional en el año 1950 aparecen asociados de manera significativa con menores tasas de crecimiento a lo largo del período mencionado (gráfico 1). Si en lugar de considerar el crecimiento del PIB per cápita considerásemos el del PIB, la relación dejaría de ser significativa, lo que sugiere que el crecimiento del PIB per cápita de las regiones de menor nivel de renta no se produce tanto por un aumento de su peso económico como por una pérdida de población. La convergencia tiene lugar, pues, fundamentalmente, por un desplazamiento neto de los factores productivos hacia las zonas de mayor nivel de renta. De ahí que se afirme constatar un proceso de convergencia en términos de renta per cápita, y por el contrario, un proceso de divergencia regional en términos de renta total y de población. GRÁFICO 1: Convergencia del PIB per cápita entre las comunidades autónomas españolas, 1950-2000

Crecimiento PIBpc 1950-2000 (tasa de crecimiento media anual acumulativa)

4,4 4,2 Extremadura

Castilla y León

Castilla-la M ancha

Navarra

4 Galicia

3,8

Andalucí a

Aragón M urcia

Rioja C. Valenciana Baleares

Canarias

3,6

Cantabria

3,4 Asturias

3,2

Cataluña

3

M adrid

Paí s Vasco

2,8 -0,8

-0,6

-0,4

-0,2

0

0,2

0,4

0,6

0,8

PIBpc 1950 (diferencial respecto a la m edia de España)

Fuente: Elaboración propia con datos de Alcaide (2003) El proceso de convergencia en términos de renta per cápita y de divergencia en términos de producción1 no ha evolucionado de manera uniforme a lo largo de todo el período considerado. El gráfico 2 permite observar el perfil temporal de las dispersiones del PIB y del PIB per cápita de las regiones españolas a través del coeficiente de variación. En él se puede apreciar la existencia de dos subperíodos: mientras que entre 1950/1955 y 1975/1980 se produjo una clara reducción de la desigualdad en términos del PIB per cápita y un aumento en términos del PIB, a partir de 1980 ha dejado de producirse dicha reducción de la desigualdad. Es indudable que una primera explicación de la existencia de estas dos grandes etapas

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en el comportamiento de las desigualdades en la distribución del PIB y del PIB per cápita entre las regiones españolas se encuentra en el cambio en las pautas de la evolución demográfica, que alcanza su máxima expresión en la detención de los significativos flujos migratorios que habían tenido lugar en los decenios de 1960 y 1970. GRÁFICO 2: Dispersión del PIB y PIB per cápita de las comunidades autónomas españolas, 1950-2000 (coeficientes de variación)

0,765 0,3 0,76 0,28 0,755 PIB

0,75

0,24

0,745

0,22

PIB

PIBpc

0,26

0,74

0,2

PIBpc

0,735

2000

1995

1990

1985

1980

1975

1970

1965

0,725 1960

0,16 1955

0,73

1950

0,18

Fuente: Elaboración propia con datos de Alcaide (2003) Las Comunidades Autónomas que poseían un nivel de PIB per cápita inferior o similar a la media española en el año 1950, han mostrado, en general, un crecimiento superior a la media durante el periodo referido a la segunda mitad del siglo XX: las dos Castillas, Extremadura, Galicia, Aragón, Murcia y Andalucía (cuadro 1)2. No obstante, el incremento del PIB per cápita en estas Comunidades se ha debido en todos los casos, menos en Murcia, a un avance del PIB y de la población inferior a la media española, aunque, lógicamente, el diferencial negativo en términos de producción ha sido inferior al diferencial negativo de población. En sentido contrario, las regiones con un nivel de PIB per cápita superior a la media española en el año 1950 han registrado una tasa de crecimiento en el período inferior a la media, con la excepción de Navarra y La Rioja. En la mayor parte de los casos (Comunidad Valenciana, Madrid, Cataluña y Baleares) la causa explicativa ha sido que, aunque los incrementos de la población y del PIB en el período han

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sido superiores a la media, la población ha crecido relativamente mucho más que la producción. En Asturias se han registrado crecimientos del PIB y de la población inferiores a la media, pero el diferencial negativo de la población ha sido superior al del producto. Y, finalmente, en el País Vasco ha coincidido un crecimiento del PIB inferior a la media con un crecimiento de la población superior. CUADRO 1: Diferencial de crecimiento del PIB, población y PIB per cápita de las comunidades autónomas respecto a la media de España, 1950-2000 (diferencial expresado en tasa de crecimiento media anual acumulativa). PIB per Comunidad Autónoma

PIB

Población

cápita

ANDALUCIA

-0,19

-0,20

0,02

ARAGON

-0,37

-0,56

0,20

ASTURIAS

-0,73

-0,36

-0,35

BALEARES

0,56

0,67

-0,13

CANARIAS

0,75

0,79

-0,06

CANTABRIA

-0,33

-0,19

-0,13

CASTILLA MANCHA

-0,73

-1,07

0,38

CASTILLA Y LEON

-0,61

-1,03

0,46

CATALUÑA

0,13

0,60

-0,49

C.VALENCIANA

0,35

0,43

-0,09

EXTREMADURA

-0,78

-1,22

0,49

GALICIA

-0,48

-0,71

0,26

MADRID

0,61

1,39

-0,82

MURCIA

0,23

0,11

0,12

NAVARRA

0,25

-0,03

0,28

PAIS VASCO

-0,09

0,69

-0,79

LA RIOJA

-0,22

-0,46

0,25

Nota: Las regiones que partían de una posición inicial de PIB per cápita por encima de la media se han señalado en cursiva y negrita Fuente: Elaboración propia con datos de Alcaide (2003)

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CUADRO 2: Diferencial de crecimiento del PIB de las comunidades autónomas respecto a la media de España por periodos (diferencial expresado en tasa de crecimiento media anual acumulativa). 1950-2000

1950-1975

1975-2000

ANDALUCIA

-0,19

-0,65

0,25

ARAGON

-0,37

-0,75

-0,01

ASTURIAS

-0,73

-0,24

-1,19

BALEARES

0,56

0,85

0,29

CANARIAS

0,75

1,07

0,44

CANTABRIA

-0,33

-0,17

-0,48

CASTILLA MANCHA

-0,73

-1,52

0,03

CASTILLA Y LEON

-0,61

-1,16

-0,08

CATALUÑA

0,13

0,29

-0,03

C.VALENCIANA

0,35

0,35

0,35

EXTREMADURA

-0,78

-1,85

0,27

GALICIA

-0,48

-0,77

-0,20

MADRID

0,61

1,34

-0,10

MURCIA

0,23

-0,19

0,64

NAVARRA

0,25

0,10

0,40

PAIS VASCO

-0,09

0,53

-0,69

LA RIOJA

-0,22

-1,03

0,56

Fuente: Elaboración propia con datos de Alcaide (2003) Los resultados en términos del PIB per cápita se contraponen con los del análisis en términos de PIB, de modo que desde esta óptica se manifiesta una mayor polarización espacial de la producción (cuadro 2). Siguiendo el avance de su PIB, la situación de las diversas regiones puede sintetizarse como sigue: • Fuerte declive relativo de las comunidades autónomas de la cornisa cantábrica: Asturias, Galicia y Cantabria y, en menor medida, del País Vasco. • Expansión de las Comunidades del arco mediterráneo (la Comunidad Valenciana, Murcia y, en menor medida, Cataluña) y del eje del Ebro (Navarra). • Fuerte crecimiento de las Comunidades insulares (Canarias y Baleares) y Madrid3.

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• Aragón y La Rioja muestran un diferencial de crecimiento negativo motivado más por la evolución en el periodo 1950-1975, que en los últimos veinticinco años del siglo XX, donde se registra una cierta recuperación. • Las cuatro Comunidades restantes (Andalucía, Extremadura y las dos Castillas) tienen unos diferenciales negativos de crecimiento del PIB, si bien con claras muestras de recuperación a partir de 1975 (lo que es especialmente cierto para Andalucía y Extremadura). CUADRO 3: Crecimiento de la productividad, de la tasa de ocupación y del PIB per cápita por comunidades autónomas, 1950-2000 (expresado en tasa de crecimiento media anual acumulativa) Tasa de PIB pc

Productividad

ocupación

ANDALUCIA

3,72

3,83

-0,11

ARAGON

3,91

3,99

-0,08

ASTURIAS

3,35

3,66

-0,30

BALEARES

3,57

3,35

0,21

CANARIAS

3,64

3,48

0,15

CANTABRIA

3,57

3,94

-0,36

CASTILLA MANCHA

4,08

4,14

-0,06

CASTILLA Y LEON

4,16

4,13

0,03

CATALUÑA

3,21

3,23

-0,02

C.VALENCIANA

3,61

3,68

-0,07

EXTREMADURA

4,19

4,26

-0,07

GALICIA

3,96

3,90

0,06

MADRID

2,88

2,57

0,31

MURCIA

3,82

4,00

-0,17

NAVARRA

3,98

4,03

-0,04

PAIS VASCO

2,91

3,11

-0,20

LA RIOJA

3,95

3,85

0,10

TOTAL

3,70

3,67

0,03

Fuente: Elaboración propia con datos de Alcaide (2003) Asimismo se puede descomponer el PIB per cápita entre la productividad aparente del trabajo (PIB / ocupados) y una aproximación a la tasa de ocupación, esto es, el cociente entre ocupados y población total. En el cuadro 3, se ofrece la tasa de

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crecimiento del PIB per cápita repartida entre el aumento de la tasa de ocupación y el incremento de la productividad para la segunda mitad del siglo XX y por comunidades autónomas. En dicho cuadro se observa que prácticamente todo el aumento del PIB por habitante se ha debido al incremento de la productividad aparente del trabajo, siendo la aportación de la creación de empleo mínima. Es más, incluso en once regiones españolas, dicha aportación ha sido negativa. En sentido contrario, donde más ha contribuido la tasa de ocupación a la hora de explicar el crecimiento de la renta por habitante ha sido en Madrid y los dos archipiélagos, Canarias y Baleares, pero en estos casos, no ha aportado mucho más de como máximo el 10% del crecimiento del PIB por habitante, explicándose el restante 90% (como mínimo) por el crecimiento de la productividad. 3. Evolución reciente del crecimiento económico español por Comunidades Autónomas (2000-2005) En este apartado se sigue la información contenida en los datos que ha publicado recientemente el Instituto Nacional de Estadística (INE) en abril del 2006 sobre la serie contable 2000-2005 de la Contabilidad Regional de España (CRE), en base 2000. Según estos datos, en el año 2005, la región española con un mayor nivel de PIB per cápita (valorados a precios de mercado y a precios constantes de 2000) sería Madrid (índice de 130,9 si se toma a España con índice 100), seguida de Navarra y el País Vasco (índices aproximados de 128) y Cataluña (118,8, según la CRE del INE). También La Rioja, Aragón y Baleares tienen valores del PIB per cápita superiores a los de la media española, estando el resto de comunidades autónomas por debajo de dicha media. En este sentido, serían Extremadura, Andalucía y Castilla-la Mancha las regiones con un menor nivel relativo de PIB per cápita, tal y como se muestra en el cuadro 4, mientras que Cantabria y Castilla y León estarían en torno al nivel medio español4.

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CUADRO 4: Nivel relativo de las Comunidades Autónomas españolas, 2005 (PIB per cápita de España = 100) MADRID

130,85

NAVARRA

128,05

PAÍS VASCO

128,03

CATALUÑA

118,76

LA RIOJA

109,89

ARAGÓN

107,94

BALEARES

107,76

ESPAÑA

100,00

CANTABRIA

97,31

CASTILLA Y LEÓN

96,70

CANARIAS

91,48

COMUNIDAD VALENCIANA

91,15

ASTURIAS

88,20

MURCIA

82,33

GALICIA

81,17

CASTILLA MANCHA

79,41

ANDALUCÍA

76,49

EXTREMADURA

68,55

Fuente: Contabilidad Regional de España del Instituto Nacional de Estadística y elaboración propia. Si se observan las tasas de crecimiento anual acumulativas del PIB per cápita en el periodo 2000-2005 de las regiones españolas y se comparan con la media de España (cuadro 5), se constata que las regiones que han mejorado relativamente más han sido, por este orden, Extremadura, Castilla y León y Asturias, que han crecido más de un punto porcentual por encima de España. También han mejorado su posición relativa, pero en menor proporción, las comunidades autónomas del País Vasco, Cantabria, Andalucía, Aragón, Castilla-la Mancha y Navarra. Mientras que el resto de las regiones no mencionadas empeoraron su posición relativa con la media española, al crecer menos que España en el periodo 2000-2005, con mención especial a las Baleares, que ha tenido un diferencial negativo de crecimiento respecto al incremento anual acumulativo medio español de más de dos puntos, y a la Comunidad Valenciana (diferencial de -1,13). De igual modo, también las comunidades de Madrid, La Rioja, Canarias, Cataluña y Murcia

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crecieron menos que España entre el año 2000 y 2005, según los datos de la Contabilidad Regional de España. CUADRO 5: Diferencial de crecimiento del PIB, la población y del PIB per cápita de las comunidades autónomas respecto a la media de España, 2000-2005 (diferencial expresado en tasa de crecimiento anual acumulativa). PIB

Población

PIB per cápita

ANDALUCÍA

0,50

-0,28

0,77

ARAGÓN

0,04

-0,62

0,67

ASTURIAS

-0,50

-1,59

1,12

BALEARES

-1,18

1,54

-2,67

CANARIAS

0,28

0,99

-0,71

CANTABRIA

0,14

-0,69

0,84

CASTILLA Y LEÓN

-0,06

-1,42

1,38

CASTILLA MANCHA

0,28

0,05

0,22

CATALUÑA

-0,14

0,37

-0,50

C. VALENCIANA

-0,12

1,02

-1,13

EXTREMADURA

0,22

-1,30

1,53

GALICIA

-0,44

-1,33

0,91

MADRID

0,10

0,86

-0,76

MURCIA

0,74

1,10

-0,36

NAVARRA

-0,12

-0,25

0,14

PAÍS VASCO

-0,28

-1,18

0,91

LA RIOJA

-0,22

0,49

-0,71

Fuente: Contabilidad Regional de España del Instituto Nacional de Estadística y elaboración propia. Todas las regiones que han tenido un crecimiento en su PIB per cápita inferior al de la media española en el periodo 2000-2005, han registrado asimismo un mayor crecimiento relativo de la población debido, en gran parte, a los flujos de inmigración extranjera que ha tendido a ubicarse fundamentalmente en Madrid, las islas baleares y canarias, y la costa mediterránea (Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia), justamente las regiones, junto a La Rioja, que han experimentado un crecimiento diferencial negativo del PIB per cápita con respecto al español. Además, en Baleares (muy especialmente), así como en Cataluña, La Rioja y la Comunidad Valenciana, esta evolución ha coincidido con un menor crecimiento

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relativo del PIB que la media española. En cambio, en Madrid, Canarias y sobre todo, Murcia, el mayor incremento relativo del PIB regional respecto al español no ha podido compensar las mayores ganancias relativas de población, de ahí las pérdidas de posiciones en el PIB per cápita5. Por otro lado, las comunidades autónomas que han experimentado un crecimiento del PIB per cápita por encima de la media de España han registrado un menor crecimiento relativo de la población (en este sentido Asturias incluso ha visto disminuir el número de habitantes en valor absoluto) o prácticamente idéntico (como ocurre en el caso de Castilla-la Mancha). Esta evolución en determinados casos ha coincidido asimismo con incrementos del PIB mayores que los registrados por la media española, caso de las regiones de Extremadura, Cantabria, Andalucía, Aragón y Castilla-la Mancha. En otros casos, aunque el PIB regional ha presentado un crecimiento inferior al de España, esto se ha visto más que compensado por un incremento relativo aún más bajo de la población de dicha región, de ahí el crecimiento diferencial del PIB per cápita. Este hecho concreto sucede en Castilla y León, Galicia, País Vasco y Navarra, aparte de Asturias, donde ha habido un descenso de habitantes. Igualmente, el crecimiento del PIB per cápita se puede descomponer para su análisis en el incremento experimentado por la productividad en el periodo y por la tasa de ocupación, entendiendo por productividad el cociente entre el PIB y los ocupados y por tasa de ocupación, una definición en sentido amplio como sería el cociente entre los ocupados y la población total. Los resultados para el periodo comprendido entre el año 2000 y el 2005 y para las comunidades autónomas españolas y la propia España son los que se ofrecen en el cuadro 6.

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CUADRO 6: Crecimiento de la productividad, de la tasa de ocupación y del PIB per cápita por comunidades autónomas, 2000-2005 (expresado en tasa de crecimiento anual acumulativa) Tasa de

PIB per

Productividad

ocupación

cápita

ANDALUCÍA

0,30

2,08

2,38

ARAGÓN

0,49

1,78

2,27

ASTURIAS

0,43

2,29

2,73

BALEARES

-0,27

-0,79

-1,06

CANARIAS

-0,07

0,96

0,89

CANTABRIA

-0,06

2,50

2,44

CASTILLA Y LEÓN

0,38

2,59

2,98

CASTILLA MANCHA

0,20

1,62

1,83

CATALUÑA

0,46

0,64

1,10

C.VALENCIANA

0,06

0,41

0,47

EXTREMADURA

0,71

2,41

3,14

GALICIA

0,26

2,25

2,51

MADRID

-0,02

0,87

0,85

REGIÓN DE MURCIA

-0,03

1,27

1,24

NAVARRA

0,20

1,54

1,74

PAÍS VASCO

0,22

2,29

2,52

LA RIOJA

-0,10

1,00

0,90

ESPAÑA

0,20

1,40

1,60

Fuente: Contabilidad Regional de España del Instituto Nacional de Estadística y elaboración propia.

En dicho cuadro se observa cómo el crecimiento del PIB per cápita español en estos últimos cinco años se ha debido casi totalmente al crecimiento de la tasa de ocupación, ya que la productividad apenas se ha incrementado a una tasa anual acumulativa del 0,2%. Este comportamiento se reproduce a grades rasgos por comunidades autónomas. Aquellas que han conseguido unos mayores incrementos en el PIB per cápita son también las que han experimentado un mayor incremento de su tasa de ocupación, con especial mención a Extremadura y Castilla y León. Y las regiones que han tenido un crecimiento del PIB per cápita inferior a la media española también han presentado un menor crecimiento relativo de la tasa de

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ocupación (incluso destaca negativamente en este aspecto Baleares, que ha visto descender su tasa de ocupación unas ocho décimas anuales acumulativas, debido a que la creación de ocupación no ha crecido al mismo ritmo intenso que la acumulación de población). En el caso de las variaciones de productividad, los resultados son bastante decepcionantes para la mayoría de las regiones españolas, de tal manera que incluso ha habido seis comunidades autónomas que registraron entre 2000 y 2005 variaciones negativas de su nivel de productividad; éstas son de menor a mayor importancia relativa de su tasa de decrecimiento anual acumulativa Madrid, Murcia, Cantabria, Canarias, La Rioja y Baleares (donde se une el ser la región con mayor descenso de productividad con ser la única que registró variaciones negativas en la tasa de ocupación). En sentido contrario, el crecimiento de la productividad fue positivo y claramente superior al incremento medio español en Extremadura, Aragón, Cataluña, Asturias, Castilla y León, Andalucía o Galicia; rondó el nivel del conjunto de España (esto es, crecimiento anual acumulativo del 0,2%) en el País Vasco, Castilla-la Mancha y Navarra; y registró una tasa de variación positiva pero muy débil e inferior a la media española en la Comunidad Valenciana. Esta cada vez mayor importancia de la creación de ocupación y del aumento de la tasa de empleo para explicar el crecimiento del PIB per cápita, y la ralentización del aumento de la productividad es algo que se viene observando en España ya desde 1986 y que parece estar agudizándose en el último lustro. Esta evolución es justa la contrario de la que ocurría en las décadas anteriores a 1986 y de lo que sucede si se consideran los últimos cincuenta o cincuenta y cinco años, tal y como se manifestó en el epígrafe anterior. 4. Las regiones españolas en el marco europeo En este epígrafe se analiza la posición que ocupa cada una de las regiones españolas respecto a la media comunitaria. Cualquier comparación en este sentido debe tener en cuenta, como punto de partida, que España es un país con una renta relativamente reducida con relación a la media de la Unión Europea-15 (el PIB per cápita español del año 2003 equivalía, en términos de paridades de poder de compra, al 89,3% del comunitario). Considerando ahora una perspectiva regional, y utilizando las últimas estimaciones de Eurostat, publicadas en mayo del 2006, y valoradas en paridades del poder de compra, hay que comenzar diciendo que, en el año 2003, solamente Madrid, Navarra, el País Vasco, Cataluña y Baleares

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superaban la media comunitaria (UE-15), y el resto de regiones mostraban unos índices inferiores a dicha media. Sin embargo, este primer rasgo debe ser complementado con otro también importante, como es la sustancial mejora relativa que han experimentado las regiones españolas desde 1980, en consonancia con la evolución de la economía española. Dicha mejora se manifiesta en la práctica totalidad de las regiones españolas, con la excepción de Asturias, siendo especialmente importante en la Comunidad de Madrid, lo que le ha permitido pasar de ser la sexta región española en cuanto a convergencia con la Unión Europea en 1980 a ser la primera en 2003. A continuación se destacaría también el crecimiento relativo de Cataluña, Navarra o el País Vasco, regiones que estaban ya en posiciones de liderazgo en 1980, así como el de Canarias, cuyo PIB pasó de ser equivalente al 59% comunitario en 1980 a ser el 83,4% del 2003. Los resultados, en cuanto a convergencia en PIB per cápita de las Comunidades Autónomas con la media europea, ofrecen un acusado contraste con los correspondientes a los países comunitarios de mayor dimensión. Así, en el año 2003, se observa que de los 41 lander alemanes, 24 están por encima de un índice 90, que equivale al 68% de la población, mientras que en el Reino Unido de las 37 regiones consideradas, 23 tienen un índice superior al 90% de la media de la UE-15, abarcando al 72,7% de los habitantes británicos. En Francia e Italia ocurre lo mismo: en la primera el 64,2% de la población habita en regiones con un índice de PIB per cápita superior al 90%, mientras que en el país transalpino el porcentaje correspondiente es del 63,6% (13 de 21 regiones). En cambio, en contraste, en España, la mayor parte de la población y la gran mayoría de las comunidades autónomas tienen un índice de PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo inferior al 90% en comparación con la media de la UE-15 (más en concreto, el 58,7% de la población y 10 de 17 comunidades autónomas españolas).

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CUADRO 7 Nivel relativo de las Comunidades Autónomas españolas en la Unión Europea, 1980-2003 (PIB per cápita expresado en paridad de poder adquisitivo; PIB europeo en base 100) 1980

2003

2003

(CE-12)

(UE-15)

(UE-25)

Navarra

90

112,8

123,1

País Vasco

89

110,6

120,7

La Rioja

88

98,3

107,3

Baleares

86

102,3

111,6

Cataluña

83

107,7

117,5

Madrid

81

118,1

128,8

Cantabria

78

86,4

94,3

Asturias

77

76,1

83,0

Aragón

76

95,3

104,0

Comunidad Valenciana

71

84,1

91,8

Castilla y León

70

82,7

90,2

Murcia

65

75,4

82,3

Castilla-La Mancha

61

69,7

76,1

Galicia

61

70,2

76,6

Canarias

59

83,4

91,0

Andalucía

56

67,9

74,1

Extremadura

45

58,5

63,8

ESPAÑA

71

89,3

97,4

Fuente: Eurostat y elaboración propia En las cifras del cuadro 8 resalta el comportamiento de Italia, puesto que la población aparece muy polarizada entre las regiones relativamente pobres, que absorben el 35,8% del total de habitantes, y las relativamente ricas, que concentran el 51,3%. En ese sentido, se podría afirmar que la Italia pobre lo es tanto como las regiones más atrasadas de la Europa pobre, y la Italia rica lo es tanto como las regiones más prósperas de la Europa rica. En comparación, las desigualdades del PIB per cápita existentes entre las regiones españolas son relativamente menores que las de Italia y, al mismo tiempo, no son mayores que las que se manifiestan en otros grandes países de la Unión Europea, como Francia o Reino Unido. La diferencia estriba en que en estos dos países, igual que pasa en Alemania, un número considerable de regiones se sitúan por encima de la media

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comunitaria, mientras que en España la gran mayoría está por debajo. No obstante, la situación de España es algo más igualitaria que la de Alemania, que se ha alterado profundamente, como consecuencia de la integración de las regiones del Este y, desde luego, sustancialmente diferente a la de Italia, país en el que existen acusadas diferencias regionales y una gran polarización por territorios. CUADRO 8: Distribución de las regiones y de la población de los principales países de la Unión Europea por niveles de renta, 2003 Países

Total país

Nº de

PIBpc

a,b,c

(media UE-15 = 100)

Nº. de regiones

% de la población total del

comprendidas en cada

país según nivel de renta

nivel de renta

regional

> 110

> 110

110

Alemania

41

99,4

17

16

8

32,0

38,7

29,3

Reino Unido

37

106,5

14

16

7

27,2

51,1

21,6

Italia

21

98,9

8

4

9

35,8

12,9

51,3

Francia

26

102,1

15

10

1

36,4

45,4

18,2

España

17

89,3

10

4

3

58,7

21,5

19,8

Notas: (a) PIBpc expresado en paridades de poder de compra. (b) NUTS-II, de acuerdo con la terminología comunitaria, año 2003 (NUTS = «Nomenclature Units Territorial Statistics»), que en España equivale a Comunidades Autónomas. (c) En España no se consideran las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla Fuente: Eurostat y elaboración propia. Si ahora se toma en consideración la Unión Europea-25, en lugar de la UE-15, en el año 2003, España tendría un PIB per cápita en paridad de poder de compra del 97,4% (considerando la UE-25 con un nivel de 100). Diez Comunidades Autónomas españolas tendrían un nivel inferior a 100, estando por debajo del 75% del PIB per cápita de la UE-25 tan sólo Extremadura y Andalucía ( esta última en el límite con un índice concreto del 74,1%). Castilla-la Mancha y Galicia, por su parte, alcanzaban un valor legeramente superior al 75% (el 76,1% y el 76,6%, respectivamente). Los diez nuevos países que entraron en marzo del 2004 a formar parte de la Unión Europea son más pobres relativamente que España, de ahí, el salto hacia delante en las posiciones de las Comunidades Autónomas españolas en relación a la media europea, tal y como se observa en el cuadro 7.

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En este sentido, cabe decir que de las 10 regiones más pobres de Europa en el año 2003, según la información más reciente de Eurostat, seis se encontraban en Polonia (las de menor nivel de PIB per cápita eran, en concreto, las regiones de Lubelskie y Podkarpackie, con un índice que equivalía al 33% del PIB per càpita de la UE-25), tres en Hungría y una en Eslovaquia. De hecho, de las 60 regiones por debajo del 75% del PIB de la UE-25 en el año 2003, 16 eran polacas, siete eran checas, seis húngaras, cinco griegas e italianas, cuatro alemanas, francesas (los departamentos de ultramar) y portuguesas, tres eslovacas, las mencionadas Extremadura y Andalucía, mientras que Estonia, Letonia, Lituania y Malta tenían una cada una. En sentido contrario, de las 10 regiones más ricas de la UE-25, dos estaban en Reino Unido (entre ellas, la de más nivel: Inner London, con un PIB per cápita equivalente a 2,8 veces el de la UE-25), otras dos en Alemania, una en Francia, Suecia, Austria e Italia, más Luxemburgo y Bruselas en Bélgica (en estas últimas dos, también el PIB per cápita correspondiente era más del doble del PIB de la UE25). Tomado en sentido más amplio, existían 37 regiones en el año 2003 con un nivel superior al 125% del PIB de la Unión Europea ampliada: siete de ella estaban en Alemania, seis en Italia y Reino Unido, cinco en Holanda, tres en Austria, dos en Bélgica y Finlandia, una en Francia, Irlanda y Suecia, además de Madrid en España, Luxemburgo, y Praga en la República Checa, que es la región de mayor nivel de todas las pertenecientes a los nuevos estados miembros que accedieron a la Unión Europea en el año 2004 (con un PIB per cápita equivalente al 138% de la media de la UE-25). 5. Referencia a la política regional La política regional europea se fundamenta en tres resortes institucionales: el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), creado en 1975, que tiene el objetivo de reducir las diferencias de desarrollo entre las regiones de la Unión; el Fondo Social Europeo (FSE), creado en 1958 con el fin de mejorar las posibilidades de empleo; y el Fondo Europeo de Orientación y de Garantía Agraria (FEOGA), en su sección Orientación, creado en 1964 para desarrollar y diversificar las zonas rurales comunitarias. A estos tres fondos se añade el IFOP (Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca), que promueve la reestructuración pesquera y en el periodo 2000-2006 las actuaciones financiadas con cargo al FEOGA-Garantía al amparo de los programas de desarrollo rural (PDR). Además de dichos fondos existe también desde 1993 un Fondo de Cohesión que financia infraestructuras de

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transporte y medio ambiente en los Estados miembros cuyo PIB per cápita sea inferior al 90 por ciento del de la Unión Europea, que en aquél momento eran: España, Grecia, Irlanda y Portugal. La política regional europea a partir de la reforma de 1999 concentró sus objetivos prioritarios en tres, que se definen de la siguiente manera: • Objetivo 1: tiene como finalidad promover el desarrollo y el ajuste estructural de las regiones menos desarrolladas, cuyo PIB promedio por habitante sea inferior al 75% de la media de la Unión Europea. • Objetivo 2: contribuye a favorecer la reconversión económica y social de las regiones con dificultades estructurales distintas de las cubiertas por el objetivo número 1; incluye, en general, las zonas que se enfrentan a cambios económicos, las zonas rurales en declive, las zonas en crisis dependientes de la pesca y las áreas urbanas con dificultades. • Objetivo 3: incluye todas las acciones a favor de la adaptación y modernización de las políticas y sistemas de educación, formación y ocupación. En definitiva, se encarga del desarrollo de los recursos humanos de las regiones no incluidas entre las subvencionables con arreglo al objetivo número 1. Además la Comisión Europea no sólo colabora con los Estados miembros, sino que también tiene margen para iniciativas propias, que puedan completar las acciones diseñadas y que tengan como objetivo la cohesión económica y social. La política regional europea va a sufrir cambios importantes en los próximos años. El desafío que supone la ampliación y la necesidad de mantener el objetivo de la cohesión constituye el núcleo del debate sobre la financiación de la política de cohesión a partir del año 2007. En este sentido, a mediados del 2006 ya se habían hecho públicos la mayoría de los elementos que configurarán la política regional europea en el periodo 2007-2013, a falta de confirmar el definitivo montante monetario. Así, se establecen tres prioridades. La primera prioridad es la de convergencia, que afectaría a las regiones con un PIB per cápita inferior al 75% de la media comunitaria (tomando como base el año 2002, las regiones españolas que cumplen esta prerrogativa y que por tanto se beneficiarán de las ayudas en el periodo, son Extremadura, Andalucía, Galicia y Castilla-la Mancha), mientras que las regiones que salen de este ámbito por el llamado “efecto estadístico”, esto es, que superen el 75% en la UE-25, pero no en

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la UE-15, por la incorporación de los nuevos miembros, de nivel económico inferior, recibirán también una ayuda temporal (en España serán además de Ceuta y Melilla, las comunidades autónomas de Murcia y Asturias6). Los programas se financiarían con recursos del FEDER, FSE y Fondo de Cohesión, que en este caso se aplicaría a los estados con un nivel económico inferior al 90% de la media comunitaria, que son los nuevos miembros, Grecia y Portugal. España saldría de este grupo por el “efecto estadístico” por lo cual recibirá también una compensación temporal en el periodo 2007-2013. Los ámbitos de intervención de esta prioridad serían la innovación y economía basada en el conocimiento, la facilidad de accesos y servicios de interés económico general, el medio ambiente y la prevención de riesgos y el refuerzo de la capacidad institucional de las administraciones nacionales y regionales en la gestión de los fondos estructurales y de cohesión. La segunda prioridad sería la de competitividad y empleo, con un doble enfoque. En primer lugar, la política de cohesión a través de programas regionales, financiados por el FEDER, para ayudar a las regiones a adaptarse a los cambios económicos y reforzar

la

competitividad,

teniendo

en

cuenta

las

disparidades

existentes

económicas, sociales y territoriales. Los ámbitos de intervención serían la innovación y economía del conocimiento, facilidades de acceso y servicios de interés económico general y medio ambiente y prevención de riesgos. Y en segundo lugar, la política de cohesión, financiada por el FSE, a través de programas nacionales, para ayudar a las personas a adaptarse a los cambios económicos, mediante el apoyo a políticas de ocupación, productividad e integración social. Los campos de acción aquí serían la capacidad de adaptación de los trabajadores y oferta de trabajo y personas desfavorecidas. Finalmente, la tercera prioridad sería la de cooperación territorial europea, financiada por el FEDER, que consistiría en promover la integración de la UE, en una vertiente transfronteriza, transnacional e interregional. Las acciones relativas a esta prioridad se concentrarían en programas integrados gestionados por una única autoridad nueva, dotada de capacidad jurídica, la AECT o agrupación europea de cooperación transfronteriza. Se prevé que España reciba en el periodo 2007-2013 aproximadamente la mitad de lo que recibió en el periodo anterior, aunque, detrás de Polonia, continuará siendo el país de la UE que más ayudas reciba en política regional europea, en términos absolutos. Aparte de la compensación para las regiones y para la propia España que por el “efecto estadístico” ha salido del objetivo de convergencia, también cabe

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indicar que se ha conseguido una ayuda adicional para las llamadas regiones ultraperiféricas, donde las Islas Canarias se beneficiarían mayoritariamente, al comprender el 40% de la población que habita dichas regiones. Las principales áreas de intervención serán paliar el déficit de accesibilidad debido a su insularidad, la falta de diversidad económica y las dificultades medioambientales y climáticas, y la preservación de la biodiversidad. Complementariamente a los procedimientos establecidos por la Unión Europea, la actual configuración de la política regional española incluye, junto a los Fondos estructurales comunitarios, el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) y el sistema de incentivos regionales. En lo que se refiere al primero, las disposiciones legales más recientes lo configuran como un fondo de recursos incorporados en el Presupuesto del Estado destinado a financiar proyectos de inversión pública y a efectuar transferencias de capital a las CC.AA. menos desarrolladas. Por otro lado, el sistema de incentivos regionales tiene como objetivo promover la localización de la inversión empresarial en las regiones menos desarrolladas. Estos tres instrumentos —Fondos estructurales, FCI e incentivos regionales— no son los únicos que utiliza la política regional española, pero son los fundamentales por las dotaciones presupuestadas que absorben. En cualquier caso, la actuación redistributiva del Estado, en términos territoriales, no se reduce a los instrumentos de política regional. En la medida en que la repercusión territorial de la imposición tributaria no coincide con la distribución territorial del gasto público, el Estado practica también una política redistributiva regional, aun cuando no sea éste el objetivo explícito de dicho comportamiento. 6. Conclusiones Desde la perspectiva regional, España ha registrado en los últimos decenios un proceso de convergencia regional en términos de PIB per cápita. De esta manera, los territorios con una renta per cápita inferior en el año 1950 han crecido más rápidamente que aquellos otros que disponían de un nivel de renta per cápita superior. La reducción de las disparidades espaciales ha sido especialmente intensa en el subperíodo comprendido entre 1950/1955 y 1975/1980, obedeciendo sobre todo a un desplazamiento neto de factores productivos de las regiones con rentas relativamente bajas a aquellas con rentas elevadas, lo que ha supuesto una creciente polarización espacial de la producción.

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En particular, en términos del PIB y para la segunda mitad del siglo XX, se acusa un fuerte declive de la posición relativa de las regiones de la cornisa cantábrica, como Asturias, Cantabria o Galicia; declive que también registran, si bien no con tanta intensidad, las dos Castillas y Extremadura. Por el contrario, mejoran su situación los archipiélagos balear y canario y Madrid, como también las Comunidades del arco mediterráneo. En el periodo más reciente, 2000-2005, las regiones que han experimentado un mayor crecimiento relativo de su PIB per cápita han sido Extremadura, Castilla y León y Asturias, mientras que destaca la pérdida de posiciones de regiones como Baleares o la Comunidad Valenciana. Esta evolución se ha debido mayormente a que la población inmigrante, con gran importancia en el último lustro, ha tendido a instalarse especialmente allí donde mayor es la concentración económica, esto es, en el nordeste peninsular, en Madrid, y en los archipiélagos canarios y balear. Si bien el crecimiento del PIB per cápita español y regional se explica en la segunda mitad del siglo XX casi totalmente por la evolución de la productividad, se observa en el periodo reciente 2000-2005 como la productividad apenas se ha incrementado o, incluso, en algunas regiones ha descendido, de tal manera que la mayor parte del crecimiento del PIB per cápita se ha debido a la creación de lugares de trabajo y, por tanto, al incremento de la tasa de ocupación. En el marco comunitario, la posición relativa de las regiones españolas viene caracterizada, de una parte, por unos niveles de renta globalmente reducidos, en comparación con las restantes regiones de otros países de la UE-15, y de otra, por ritmos de crecimiento más altos. Por otro lado, se observa que las desigualdades del PIB per cápita existentes entre las regiones españolas no son mayores que las que se manifiestan en otros países de la Unión Europea, como Francia y el Reino Unido. En cambio, son menores que las existentes en Alemania, tras la integración de la antigua República Democrática Alemana, y especialmente, que las que se observan en Italia, donde hay una polarización acusada entre el norte rico y el sur pobre. Con la incorporación de los nuevos miembros de la Unión Europea lo que ha ocurrido básicamente es un salto hacia delante de las posiciones de las regiones españolas, dados los mayores niveles de pobreza de los nuevos miembros de la UE. Es difícil establecer la relación entre la política regional aplicada en España antes y después de la adhesión a la Unión Europea y la reducción de las desigualdades regionales, tanto en términos del PIB per cápita como de producción, sin que

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tampoco puedan extraerse conclusiones claras sobre los efectos de la política regional comunitaria en España. Parece, en cambio, mucho más nítida la influencia de la actuación presupuestaria del sector público central, a través del saldo fiscal, en la reducción de las desigualdades interregionales. En síntesis, puede afirmarse que el carácter progresivo del sistema fiscal permite mejorar de manera sustancial la renta familiar disponible de las regiones con unos menores niveles de renta per cápita. 7. Notas 1. Esta proceso también ha sido analizado recientemente por Serrano Martínez (2005) 2. Siendo excepciones Canarias, que ha visto crecer su PIB per cápita de manera muy similar a España, pero por debajo y Cantabria. 3. También Goerlich et al (2002) coinciden en señalar que la geografía de la actividad se ha desplazado en los últimos decenios hacia el nordeste peninsular, Madrid y los dos archipiélagos: el canario y el balear. 4. Alcaide y Alcaide (2006) también realizan una estimación del balance económico regional 2000-2005, valorados a precios constantes de 2000 y obtienen básicamente las mismas conclusiones en este aspecto, excepto algunos hechos puntuales, como que la región con más nivel de PIB per cápita estiman que es el País Vasco y no Madrid, que Castilla y León la estiman con un PIB per cápita superior a la media española, o que la región con menos nivel de PIB per cápita es para ellos Andalucía, ocupando las tres últimas posiciones Andalucía, Extremadura y Murcia, ésta en lugar de Castilla-la Mancha, como se desprende de la CRE del INE. 5. Alcaide y Alcaide (2006) también ponen de manifiesto el hecho de que, en general, el mayor crecimiento del PIB se ha dado en las regiones con mayor incremento de población, básicamente inmigrante. Asimismo, estiman que la comunidad con menor nivel de crecimiento del PIB en este periodo 2000-2005 ha sido Baleares y que el mayor crecimiento se ha dado en Murcia, justamente igual que la estimación de la CRE del INE. 6. Se vuelve a repetir que es el año 2002 el que sirve de base para estos cálculos.

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8. Referencias bibliográficas Alcaide, J. (2003): Evolución económica de las regiones y provincias españolas en el siglo XX. Bilbao: Ed. Fundación BBVA. Alcaide, J. y Alcaide, P. (2006): “Datos provisionales de la evolución de los agregados económicos en 2005 y avance del Balance Económico Regional. Años 2000 a 2005”, Cuadernos de Información Económica, 191, pp 1-63. Goerlich, F. J, Mas, M. y Pérez, F. (2002): “Concentración, convergencia y desigualdad regional en España”, Papeles de Economía Española, 93, 17-36 http: // ec.europa.eu/eurostat para datos sobre PIB regional y por habitante en la UE-25 http: // www.ine.es para datos de la Contabilidad Regional de España, 2000-2005 http://ec.europa.eu/regional_policy para datos sobre política regional comunitaria Krugman, P. (1991): Geography and trade. Leuven: Leuven University Press Cambridge (Mass.). Parellada, M. (2005): “Distribución territorial de la renta” en Delgado, J.L y Myro, R. (directores) Lecciones de Economía española, 7ª. Edición. Ed. Aranzadi. Serrano Martínez, J.M. (2005): “Convergencia regional y polarización territorial en España. Un devenir complejo”. Boletín Económico del ICE, 2830, pp.17-34.

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