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1. INTRODUCCIÓN A LA DIVINA COMEDIA Fue un poema escrito por Dante Alighieri en lengua italiana. Se le considera una de las obras más sublimes de la inteligencia e inspiración humanas. Nos presenta una visión de la situación y estado de las almas después de la muerte en las tres regiones ultraterrenas: infierno, purgatorio y paraíso. La descripción de cada región se compone de 33 cantos y toda la obra, junto con la introducción, llega hasta los 100 cantos en tercianas, forma creada por Dante y tomada del serventesio. La escribió con una intención de edificación social o moralizadora. Él comprendió que la intención y forma didáctica no eran adecuados para el poema, por ello describió de forma cruda y realista las penas del infierno y para presentarlas de una forma más verosímil se presenta como un espectador de las mismas. Los precursores de Dante fueron pintores (Uggocione de Lodi y fray Giocomano de Verona entre otros)que representaron las penas del infierno y las maravillas del paraíso. En los siglos VIII y IX estuvieron de moda las leyendas de santos, en las que se decía que habían sido expulsados del paraíso en vida, o que habían presenciado las penas que recibían los pecadores. Ejemplos de este tipo de literatura son: El viaje de San Bardan (unos monjes buscan la isla de los Bienaventurados) o El monje Albarico, en el que un monje cuenta que una paloma le llevó hasta San Pedro, que le enseñó el paraíso y el infierno. En estas obras se representa el mundo de lo sobrenatural. Por ejemplo, en el infierno aparecen lagos de hielo, fuego y sangre, las serpientes muerden a los pecadores, los diablos les torturan, etc. También aparecen motivos mitológicos (el puente de las almas, estrecho como el filo de un cuchillo y resbaladizo como el hielo). Dante recogió estos motivos, los ordenó y los dio forma poética dando lugar al poema inmortal que hoy conocemos. 2. VISIÓN GENERAL DEL POEMA En la obra, llegando Dante a la mitad de su vida, se encuentra en una oscura selva, sin saber cómo ha podido llegar. Por una serie de senderos llega al pie de una montaña. Quiere subir a la montaña, pero, una pantera, un león y una loba se lo impiden. Entonces aparece el poeta Virgilio, que le informa acerca de que no puede ir en línea recta. Además, se ofrece a acompañarle por las regiones de la eternidad. Como Dante duda, Virgilio le informa de que viene de parte de Beatriz(su amada) y que al final del viaje se encontrará con ella. Por fin se decide y acompañado por Virgilio recorre el infierno y el purgatorio. Sin embargo, para visitar el paraíso será acompañado por Beatriz. Así pues, podemos decir, que toda la Divina Comedia está llena de símbolos. A continuación haremos una referencia de los más destacados: Dante simboliza el alma humana, la selva la vida, el deseo por llegar a la cima de la montaña la felicidad, la pantera, el león y la pantera la lujuria, la avaricia y el orgullo, Virgilio la razón iluminada por la filosofía y Beatriz símbolo de la teología, le conduce a la celestial mansión. Dante representa el Infierno como un inmenso embudo hundido en la tierra, el cual se divide en nueve círculos. En cada uno se sufre un castigo. Los receptores del castigo son pecadores, demonios y personajes mitológicos (Cancerbero, Carón, Minos, Gerión, etc). En la obra se presentan como personajes a escritores latinos como Ovidio, Homero, Virgilio, Horacio y Lucano. En la invención de los suplicios Dante despliega una gran imaginación. Así, los que allí se encuentran reciben suplicios materiales e inmateriales como la privación de Dios el odio que unos sienten contra otros. El Purgatorio no llega a la brillantez descriptiva del Infierno. Al ser un lugar donde no existen las pasiones, por ello, ofrece poca materia para la imaginación del poeta. Las escenas violentas se sustituyen por entrevistas (las de Casella y Forese Donati, amigos de Dante que ya han muerto) o conversaciones con Guinecelli, 1
Oderesi, Estacio y Virgilio. Hay menos símbolos, reduciéndose a la purificación de alma que hace más fácil la llegada a la cima de la montaña. La expiación de los pecados no es dolorosa, sino que Beatriz le reprocha sus errores pasados, aquí termina la segunda parte de la Divina Comedia. El Paraíso es un lugar en el que no existen las pasiones humanas. Conducida por Beatriz, el alma del poeta llega hasta los que se salvan y pueden concebir su beatitud. El principio de la beatitud es observar a Dios, distinguiéndose varios tipos de ésta, pero ninguno ambiciona mayor o menor beatitud. Esta Paraíso adopta el sistema de Tolomeo. Así en el primer cielo, Luna, están los que involuntariamente han pecado. En el segundo, Mercurio, están los que han hecho el bien. Al cielo de Venus van los que han superado la influencia de esta diosa. En el cielo del Sol se encuentran los grandes maestros de la vida religiosa. Al de Marte acuden los que han combatido por la fe; sin embargo al de Júpiter van los justos y por último al de Saturno los contemplativos. 3. ARGUMENTO Y DESARROLLO La obra la podríamos dividir en tres partes, Infierno, Purgatorio y Paraíso. 3.1. EL INFIERNO A la mitad de la vida de Dante se encuentra apartado del recto camino y dominado por las pasiones de la envidia, el orgullo y la avaricia. Beatriz que representa la Teología le envía para que le auxilie a Virgilio. Éste representa a la Poesía. Dante fue guiado por Virgilio en el Infierno y Purgatorio. El Infierno, de forma cónica, consta de un vestíbulo y nueve círculos. A medida que se estrechan los círculos van aumentando los suplicios de intensidad. A la entrada se encuentra con las almas sin virtudes ni vicios. Tienen que atravesar el río Aqueronte, pero el barquero Caronte no quiere llevarles en su barca, al final accede al saber que es la voluntad de Dios. Luego Dante se duerme y cae en un profundo sueño. Al despertar desciende al Limbo, primer círculo donde se encuentran las almas buenas pero que no han sido bautizadas(constantemente aguijoneadas por miles de insectos). En el segundo círculo Minos examina las culpas de los condenados, dándoles un lugar en el Infierno. Más adelante están los lujuriosos. Una vez vuelto en sí, se encuentra en el círculo tercero o de los golosos, que son mordidos por el perro Cerbero y además se encuentran medio enterrados en el fango. En el cuarto sufren castigo los pródigos y avaros (condenados a empujar constantemente y entre sí moles inmensas). Cuando llegan al siguiente, suben con el permiso de Plutón, señor de este quinto círculo. Cuando llegan al siguiente están los que tienen el corazón encendido por el odio y la cólera. Después de atravesar la laguna de Estigia llegan al sexto círculo donde están expiando sus pecados los herejes e incrédulos encerrados en ardientes sepulturas. En los últimos círculos verán los dos poetas como se castiga la violencia, el fraude y la usura. Los violentos son de tres tipos: contra el prójimo (que reciben como castigo estar sumergidos en ríos de sangre), los suicidas (que son condenados a estar entre zarzas)y los violentos contra Dios y la naturaleza. Los fraudadores son de varios tipos: los rufianes y seductores (apaleados por demonios), aduladores y cortesanos (hundidos en un mar de inmundicia), simoníacos (colgados boca abajo y sus piernas quemadas), adivinos (andan hacia atrás y con la cara vuelta a la espalda), hipócritas (inclinados hacia delante por el peso de una plancha de plomo), 2
ladrones (aguijoneados por serpientes), malos consejeros (quemados en las llamas), los cismáticos, escandalosos y heresiarzas (constantemente acuchillados por demonios). Los usureros sufren una sed inextinguible. Por último Virgilio explica a Dante la creación del Infierno y finalmente abandonan esta mansión de dolor y lágrimas y vuelven a ver las estrellas. 3.2. EL PURGATORIO Con permiso para subir al Purgatorio se dirigen al mar desde cuya orilla ven aproximarse una pequeña barca llena de almas llevadas por un ángel al Purgatorio. Intentan subir al monte del Purgatorio. Por el camino se encuentran varias almas de hombres excomulgados. Cuando llegan a una plataforma encuentran a los negligentes que para su arrepentimiento esperan la hora de la muerte. En la cima hallarán a los que les dio tiempo de arrepentirse a pesar de tener una muerte violenta. Allí Dante pregunta a un alma solitaria− Sordello de Mantua− cuál es el camino de subida más fácil. Éste después de decirles que la ascensión no puede hacerse de noche, les muestra a los descuidados y tardíos en el arrepentimiento, cegados por el poder y los honores. Allí se encuentra cuando Conrado Malaspina le profetiza su destierro. Dante nos refiere que se durmió y que durante el sueño tuvo una nueva visión. Al despertarse, su maestro le lleva a un sitio más elevado, cerca de las puertas del Purgatorio, que un ángel se las abre. Aquí también se van a encontrar con varios círculos. En el primero, con las paredes llenas de ejemplos de humildad esculpidos, son castigados los orgullosos con la carga de enormes pesos. Un ángel moviendo las alas limpió a Dante del pecado del orgullo. En el segundo, los envidiosos redimen sus culpas rezando las letanías de los santos, además tienen los ojos cosidos con alambres. En el tercer círculo, con ejemplos de mansedumbre, son castigados los que han caído en el pecado de la cólera. Éstos, son condenados a elevar precedes al Señor y ser convertidos en humo. Mientras en el cuarto y quinto nivel son purificados los que han caído en los pecados de la pereza y avaricia. Allí Hugo Capeto le refiere a Dante ejemplos de pobreza, liberalidad y avaricia. Siguiendo su camino ven el monte que se estremece y oyen el cántico de Gloria a Dios. Le preguntan a un espíritu a que se debe ese estremecimiento y canto. El espíritu les responde que esto acontece siempre que un alma acaba de purificarse. En el sexto se purifican el pecado de la gula. Allí hay un magnífico árbol de cuya raíz sale una voz que cita ejemplos de templanza. Avanzando encuentran a los golosos quienes extenuados de hambre y sed mascan de continúo, allí se encuentra un árbol del que sale una voz que recita ejemplos de abstinencia. En el séptimo y último círculo se purifica el pecado de la lujuria, varias almas exponen ejemplos de castidad. A instancia de un ángel atraviesan las llamas los poetas y suben las últimas gradas, deteniéndoles el anochecer en la cima. Al amanecer Virgilio deja a Dante en la cima, dándole libertad de maniobra. Cuando termina Dante su viaje por el Purgatorio. Desciende Beatriz del cielo y Virgilio desaparece. Su amada le reprocha que pese a sus consejos haya seguido una vida en la que ha abusado de la naturaleza y de la gracia. Dante confiesa sus errores a Beatriz y cae al suelo sin sentido. Matilde le sumerge en el río Leteo y le hace probar sus aguas. Por fin llegan al de la ciencia del Bien y del Mal, donde los bienaventurados cantan un himno y luego el poeta se rinde al sueño. Después de beber de las dulces aguas del río Eunoe, ya purificado, puede subir ya a las estrellas (Paraíso). 3.3. EL PARAÍSO 3
El Paraíso, o reino de los cielos, está dividido, como el Infierno y el Purgatorio, en diez círculos, los cuales coinciden con las esferas astronómicas y con las esferas metafísicas. El primer círculo es el de la Luna, en el que se encuentran las almas santas pero débiles, y está presidido por los ángeles; el segundo es el cielo de Mercurio, presidido por los arcángeles, en él residen los espíritus activos. El tercero es cielo de Venus, en el que las almas amantes son presididas por los principados. El cuarto es el del Sol, en el que se encuentran las almas sabias en compañía de las potestades; el quinto, el cielo de Marte, poblado por espíritus militantes y presidido por las virtudes. Al sexto, el de Júpiter, van las almas de los justos y está presidido por las dominaciones. El séptimo es el de Saturno, lo presiden los tronos y moran en él los espíritus contemplativos; el octavo, es el de las estrellas fijas, es presidido por los querubines y en él se hallan los espíritus triunfantes. Después de estos ocho cielos, en cuyo centro geométrico se encuentra el centro de la tierra, vienen los dos cielos metafísicos o teológicos: el noveno, o Primer Móvil, presidido por los serafines y en el que se encuentran, sin dejar de estar en los otros, los coros angélicos y por último, el décimo, es decir el Empíreo, en el que, de la misma maravillosa manera, se encuentran todos los ángeles junto a todos los bienaventurados, que se sientan, según su jerarquía espiritual, en un admirable anfiteatro que tiene la forma de una cándida rosa. Es la meta del viaje de Dante, que ha sido conducido a través de las esferas por Beatriz, a la que encontró en el Paraíso Terrenal. En el Empíreo, el poeta ve a la Virgen, a los patriarcas, a los apóstoles, a los doctores de la Iglesia, a toda la Iglesia triunfante, y disfruta, finalmente, y después de tantas pruebas y enseñanzas de la visión inefable de la Santísima Trinidad. Logra, así, ver que en la profundidad misteriosa del Creador. se interna con amor en un libro encuadernado lo que en el orbe se desencuaderna; sustancias y accidentes, todo atado con sus costumbres... 4. SIGNIFICADO DE LA OBRA Se trata, al mismo tiempo, de una realidad actual y de una profecía que sólo la teología− y, dentro de ella, la cábala− puede explicar simbólicamente. Dante ha comprendido pero no sabe exactamente qué. Y ello es natural puesto que ha comprendido por revelación, es decir, sin intervención del pensamiento y esto no puede, por lo tanto, reproducir− pues sería absurdo− una operación no realizada por él. Puede, en cambio, tratar de transmitirnos mediante imágenes y símbolos lo transmisible de la revelación, y lo hace en una serie de ellas y ellos, tan admirable o más que los copiados, con la que termina su tercera y última cantiga. La Comedia es, ante todo, una aventura intelectual del hombre en busca de su salud, es decir, de Dios, origen y meta de todas las cosas− según la concepción, no sólo cristiana, sino también neoplatónica y cabalística del mundo− y muy en particular de la humanidad, que ocupa en él un papel de mediador entre Dios y su creación. No estamos ante un poema místicamente intuitivo, en el que sobraría toda especulación, sino ante una obra en la que una de las imaginaciones más portentosas que jamás haya habido aborda el conocimiento poético de la verdad. No se trata de poner una serie de datos históricos, filosóficos, iniciáticos y teológicos al servicio de una imaginación exaltada, sino, muy al contrario, de poner esa misma imaginación al servicio de una verdad considerada como la más alta, y la única capaz de acallar la sed intelectual del cristiano.
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A lo largo del viaje dantesco, la verdad se le va revelando al poeta progresivamente, y Dios mismo, suprema verdad, se le irá presentando bajo aspectos distintos, pero no contradictorios; y el perfeccionamiento de tal revelación se consumará, precisamente, en el Paraíso. Por ello, no es mera pedantería que, por ejemplo, Dante se haga examinar, y a las puertas del Empíreo por San Pedro, Santiago y San Juan Evangelista. La aprobación del examen sobre la fe, la esperanza y la caridad es la que verdaderamente le franquea su última visión. Ello sucede porque el autor no podía dejar de ser un intelectual ni en los momentos supremos de su ascensión en los que otros muchos autores se han mostrado como místicos exaltados y puramente intuitivos. Dante escribe, hablando de la beatitud de los coros angélicos: Cómo el gozar beatitud se funda en el acto que se ve, verse aquí puede, no en el que ama, que luego lo secunda, lo que quiere decir que el amor− incluso el de los ángeles − es una consecuencia del conocimiento; afirmación, esta, que parece una clave para la comprensión de la Comedia y para la justificación poética de cuantas disquisiciones filosóficas y teológicas, tan insoportables para los espíritus no especulativos, se encuentran en ella. Pero hay más: en un estudio sobre el papel estructural de las metamorfosis en la Comedia, se ha puesto de relieve que la propia teología de Dante es en ocasiones poética, es decir, que se basa en la intuición artística, y puede que en otras fuentes aún más ocultas, que en los presupuestos de la escolástica de su tiempo, lo que hace inútiles los intentos de concordar estrechamente una y otra concepción. También resulta baldío el esfuerzo por hacer concordar la teoría de los profetas con la generalmente admitida en el pueblo hebreo con anterioridad a su aparición. Esto es interesante porque las intenciones de Dante al escribir el poema tienen muchos puntos de contacto con las que mostraron en su día los iluminados del Antiguo Testamento. Los materiales poéticos especulativos que tanto llaman la atención en el Paraíso, son, como ya se ha dicho, los mismos que se encuentran en el Infierno y en el Purgatorio; con la diferencia de que su distribución y organización son distintas. Si nos atenemos a un punto de vista ayuda a evitar la monotonía y la uniformidad. Si los conceptos filosóficos y teológicos van aumentando de una a otra cantiga, mientras los épicos− históricos muestran la tendencia contraria , no hay que olvidar, sin embargo, que estos últimos se hallan siempre perfectamente armonizados con los primeros en una relación de estrecha interdependencia. Dante, cuando está en el Paraíso, tiene siempre presente al mundo mortal y al resto del ultramundo, de la misma manera que el cielo se encuentra presente en el Infierno (bajo aspecto de la justa venganza divina) y en el Purgatorio(como esperanza cierta). Así, las imágenes poéticas de los infiernos se hallan idealmente sostenidas de las de los cielos; de tal manera, además que el tema del fuego parece haberse trasladado, gracias a un insólito juego poético del bajo mundo a las alturas: son más almas envueltas en fuego que encontramos en el Paraíso que las que ya habíamos visto en el Infierno; claro que el ardor de las primeras es de felicidad y el de las segundas de condenación. Se produce, pues, entre las tres partes de la Comedia una unidad que depende de la identidad de la materia− contemplada bajo sus diversos aspectos− y de la identidad de propósitos del poeta. Ahora bien, los materiales aportados por éste se hallan organizados de tal manera que, mientras en el Infierno nos hallamos ante un mundo espiritualmente estático− lo que se compensa, en términos poéticos, con una frecuente incidencia de temas épicos o narrativos−, en un mundo congelado(y quizás por sentirlo así el poeta se valió poco del fuego, cuya naturaleza es dinámica, en esta cantiga), y mientras en el Purgatorio hay un lento pero inefable movimiento ascensional, la del Paraíso, como ha observado Malagoli, es una poesía del movimiento y de la luz. Este movimiento es, precisamente, el que logra un equilibrio estético según el cual las disquisiciones teológicas, que podrían crear una sensación de lentitud, se hallan literalmente envueltas por el arrebatado giro 5
de las esferas, los ángeles y las almas de los bienaventurados. De esta manera, poesía y teología, no sólo son compatibles en la Comedia, sino que la última depende en gran parte de la primera. Admitir esto es uno de los presupuestos esenciales para la comprensión del poema dantesco. La lectura moderna, por otra parte está superando muchas de las contradicciones que dificultaban esta comprensión. 5. BIBLIOGRAFÍA • Divina Comedia I Editorial Origen S.A. Prólogo y traducción de Ángel Crespo. − Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Editorial Espasa Calpe. Tomo nº 18 (2ª parte).
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