La historia de mi vida: Negrita Pérez Junín de los Andes

La historia de mi vida: “Negrita Pérez” Junín de los Andes Mi vida… yo tengo 67 años, son varias las cosas que yo hice… Yo me acuerdo de mi infancia,

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La historia de mi vida: “Negrita Pérez” Junín de los Andes Mi vida… yo tengo 67 años, son varias las cosas que yo hice… Yo me acuerdo de mi infancia, fui a la escuela, al colegio María Auxiliadora. Me acuerdo que cuando nevaba y llovía, mi papá y Don Rodolfo, ponían todos los tablones haciendo puente desde la casa nuestra hasta el colegio, casi dos cuadras completas para que pasáramos. No es como ahora, que si refrescó, no hay clases porque no hay calefacción. Pretexto para no ir a la escuela, cosa que después los chicos están en la calle, con frío igual, porque ninguno se queda adentro de la casa porque en la escuela no hay calefacción. Eso es una manera de pensar ahora, que yo veo tanta contradicción. Después del colegio, el recuerdo que tengo es cuando jugábamos en los recreos jugábamos a la payana, a la soga, a la rayuela, jugábamos muchísimo. Yo tuve buena infancia. Yo mi infancia me la pasé jugando cuando no había que estudiar y cuando no teníamos que hacer las tareas de la casa que era regar la quinta, porque mi mamá tenía una quinta muy linda y teníamos que ir a sacar yuyos y a regar, con un tarrito que nos hacía mi papá, de duraznos, con una cañita, porque en Junín habían acequias, grandes, entonces por esos canales entraba el agua a la quinta y con eso jugábamos, a la vez de mojarnos nosotros, regábamos toda la quinta de mi mamá y no nos pasaba nada. Éramos 5 mujeres nosotras, no teníamos hermanito varón, así que era la guerra contra los chicos del colegio de los curas. Éramos…, la palabra exacta, no la voy a decir…, pero éramos terribles. Hacíamos muchas travesuras….. Después me acuerdo…lo que me quedó muy grabado era lo de la Navidad, ¿no? las navidades, ese proyecto era de mi padre, porque mi papá nos hizo pesebre desde que yo tengo uso de razón, nos hacía siempre el pesebre en el porche de mi casa, hasta los trece o catorce años, si bien después mi papá lo seguía haciendo. El tío Vidal, él fue el que nos regaló las primeras luces y adornos del pinito, cuando trabajaba en Roca, en la primera encomienda. Hay dos cosas que siempre me quedaron muy grabadas que eran, los adornos muy distintos a los de ahora, y las velitas que se prendían en el arbolito. Pero las velitas eran de verdad tratando de que no se queme el pino, eran unos porta velitas que se ponían con todas la velitas de colores que se encendían con el fósforo. Eso era muy bonito, y los adornos no eran todas esas bolas plateadas o doradas, venían todas cosas con distintas formas, de una regadera rosada no me la olvido nunca, o el enano o el payasito, no es como se usa ahora que no hay tantas, tantas… esos es lo que tengo grabado. Y después toda la vida, mi papá hasta que murió hizo el pesebre en el porche de mi casa, y también hacía siempre el pesebre en todas las vidrieras de Junín, de los negocios grandes, a todos medios

parecidos porque obvio, el pesebre es uno solo, pero bueno, trataba de decorarles a todos un poco distinto, y hacía siempre el de la iglesia. Cuando yo me fui a vivir a Buenos Aires, también lo seguía haciendo allá, en el lugar donde yo vivía, yo tenía mi pesebre no tan grande como el que hago ahora acá en Junín, pero lo hacía. Después cuando regresé a Junín fue para mí importante, cuando vine a esta casa, porque primero tenía casi un rancho. Igual hacía el pesebre chiquito, no como estos últimos quince años… hasta el año pasado que lo hago con muchos detalles para hacerle la fiesta a los chicos de mi barrio. Muchos años también nos vestíamos de Papá Noel, de Reyes Magos con trineo y todo, para entregarles los regalos que los padres antes nos traían a escondidas. Fueron momentos muy emotivos, esos chicos ahora ya son jóvenes y se acuerdan… Poníamos música, villancicos para cantar… una fiesta muy sentida en el barrio. Cada año se iba haciendo más populoso y yo quería preparar todo con más detalle así que los últimos años ya empezaba en octubre con mis tareas, para tener todo listo el 8 de diciembre que convocaba a los vecino para prender las luces ante todos. En 2008 prendí 9000 lamparitas en todo este escenario que incluía el jardín y las salas de mi casa. En otras dos oportunidades también preparé y adorné mi casa, para sucesos muy significativos. Una de ellas fue la Pascua del 2007, que escondimos huevos decorados por todo el jardín con conejitos, caramelos para 70 chicos que ese domingo se acercaron a mi casa. La otra ocasión fue para los 20 años de la Fiesta del Puestero, festejo tradicional de nuestra localidad en la que realizacé varias maquetas: la entrada de los montados, el desfile por la fiesta del pueblo, los pilcheros, la pulpería, el escenario mayor, los fogones, las bailarinas, la gente del público, etc…. Trabajé más de un mes para armar esta presentación de toda mi casa y del jardín. Elaboré yo misma cada uno de los detalles con pequeños muñecos, los vestidos, los accesorios, muebles, animales, etc, todo en miniatura y caracterizado. Bueno…. Se me pasó por adelante otra etapa que era más importante,… mi adolescencia fue muy linda. Tengo muy buenos recuerdos porque era una adolescencia sana, vuelvo a ser reiterativa con lo que se vive hoy, en nuestra época no existía lo que existe hoy, nosotros nos divertíamos sanamente, teníamos muy buen grupo de personas. El grupo era genial, había mucha confianza, no echábamos a los papás que se vayan, ¿viste? Cuando hay una reunión de jóvenes, estaban siempre los padres, en pic-nic, en lo que llamábamos antes, el asalto, el baile en la casa una vez de cada uno. En mi casa se hicieron muchísimos, pero el papá no era el cuco, ni la mamá. Yo sé que esto ha cambiado, no sé si para bien o para mal, pero yo de mi infancia tengo muy buenos recuerdos, y si tuviera que elegir volvería a otra vez a mi infancia y a mi adolescencia. Cuento un poco de mis trabajos, yo en el colegio de las monjas estuve hasta los 17 años que salí para entrar de enfermera, cuando se hizo el primer hospital de Junín. Hicimos unos

cursos, y bueno, entre esas entre yo, que tenía 17, a esa edad empecé a trabajar, hasta los 22 en el hospital. Bueno, después que renuncié del hospital, a los dos años, me fui a Buenos Aires, porque nació mi hija, Laurita. La tuve allá, tenía 24 años. Después regresé a Junín de nuevo y empecé a trabajar en la municipalidad, estuve seis años en el municipio y también como era una persona que ..he tenido muchos problemas por no saberme callar, porque cuando vas con la verdad a veces no sirve. En esta vida, a veces hay que ser medio sucio para andar bien. Una mañana me echaron, después de seis años, me echó un intendente, estaba borracho a las 7 de la mañana, se la agarró conmigo injustamente y me echó. Y bueno, se dio el gusto de echarme, pero yo le dije: -Yo este puesto no se lo pedí, a mí me fueron a buscar a mi casa, así como vine me voy. Usted me echó y yo tengo dos manos para defenderme en mi vida y a Ud. le deseo lo mejor.- Por ese tiempo, me fui a Buenos Aires y me casé y tuve a mi hijo Gabriel y después de seis años me separé, volví a Junín. En Buenos Aires la pasaba bien, y volví a Junín a pasar muchas peripecias, eso sí es verdad, fue duro porque yo ya no tenía trabajo. Cuando fui a pedir un trabajo al colegio de la monjas me dijeron que no tenía título. Entonces lo único que sabía hacer en ese momento era tejer, que creo que sé tejer, pero como no tenía título no me dieron el trabajo. Entonces la tuve que pelear realmente de otra manera, cosiendo, tejiendo, haciendo peluquería, haciendo depilación, y salí adelante. Hace 27 años que la estoy peleando como dirán muchos de los que me conocen, siempre por no ser del partido “de”, he pagado el derecho de piso en mi pueblo, pero gracias a Dios tengo una casa digna. Y bueno, mis padres, que medianamente mi padre me ayudaba, pero pasé muy mala situación, pero creo que cuando se quiere se puede, porque es el día de hoy que yo digo que todo el mundo tiene derecho a estar bien, y tener todo lo que quieras mientras no perjudiques a nadie, y a lo mejor a algunos les va a parecer raro que esta persona que está hablando no tenga una tele, que no tenga nada electrónico, yo no tengo nada de eso, porque hasta hoy el televisor que tengo es prestado de una amiga, pero me importa primero el estar bien yo, y no tener que salir a pedir. Entonces te iba a decir que la persona que no sale es porque no quiere, porque le gusta la cómoda, es mejor que le den, a salir a laburar y romperte el lomo, así que… bueno, no fueron fáciles estos años desde que volví, sin laburo y sin nada. Y a la edad que tenía no me iban a tomar en ninguna parte porque a los 35 años ya sos vieja en este mundo, y si no tenés un acomodo, a lo mejor político, tampoco, entonces a mí me tocó esto de trabajar por mis propios medios, en tejer, en mejorar. Si bien todos dirán. “tiene una linda casa”, pero tengo una linda casa porque la hago linda yo, porque de valor adentro no hay nada. También puedo contar que tengo embalsamado un lorito que me acompañó casi dos años, y yo lo quise tanto…Mi idea es algún día poder hacer una historia de él, de las travesuras que

hacía, y escribir un libro para los niños…si el libro llega a salir, Poli, que así se llamaba, les dirá cosas que le pueden llegar a quedar, y enseñarle también a querer a los animales… Otro episodio importante de mi vida fue cuando subí al volcán Lanín, de 3776 metros. Yo tenía 28 años, se me ocurrió decirles a unos amigos si querían subir y todos me fueron diciendo que sí, entonces junté en total nueve con el Tío Vidal, y yo… la única mujer. Mi tío Vidal fue el que nos llevó, la meta era que todos teníamos que hacer cumbre, nadie tenía que quedar en camino. Bueno, preparamos todas las cosas y partimos un 30 de enero, llegamos a gendarmería a las cuatro de la tarde, dejamos la camioneta, y empezamos a ascender y llegamos al refugio a las dos y media de la mañana, con linternas no era noche de luna. Bueno, llegamos bien, dormimos hasta las 7 de la mañana del otro día, del 31 de enero. Cuando terminamos de desayunar y salimos hacia la cumbre, todos acordados, con la cuerda del tío. Y llegamos con algunos problemas porque uno de los amigos iba ya con la mano enyesada, no todos llevábamos piqueta. Yo subí sin piqueta, subí con un pantalón, un anorak, un pulóver y un par de botas de gamuza, de calle, que no tenían taco, muy bonitas, hice cumbre con esas botas y .. hicimos cumbre a las cinco de la tarde, estuvimos hasta la cinco y cuarto, porque más no pudimos estar porque caía la noche y hacía frío. Cuando íbamos subiendo, venían bajando los del club andino, los italianos, los alpinos, y nos dicen: “allá arriba quedó una linda medalla. Así que ese va a ser el trofeo para ustedes que van a subir”. Porque decir que hice cumbre es traer lo que el otro deja arriba, porque cualquiera puede decir yo hago cumbre, ¿viste? Pero por lo menos hasta que mi tío subía, siempre se dejaba algo. Ahora no sé cómo es, ¿viste? Pero mi tío siempre que subió trajo lo que había arriba y dejaba algo de lo que llevaba. Nosotros dejamos una tabla, hecha un pergamino pirograbado que había hecho mi papá con todos los nombres nuestros, y un banderín. Un banderín de acá de Junín, y a mí me regalaron una medalla, de bronce muy bonita, que tiene los 50 años atrás, y otra… parece como el Vaticano, algo de Italia tiene. Me la regalaron a mí porque era la única mujer, es para la Negrita, entonces, esa la tengo yo. Bajamos todos sanos y salvos por eso puedo contártela La cosa es que llegamos al refugio, nos estaba esperando con la sopa de arvejas, bueno, una emoción, porque, llorar, porque aparte de haber hecho cumbre ya estábamos ahí de nuevo, así que brindamos. Y dormimos, hasta el otro día que bajamos, salimos del refugio como a las nueve de la mañana, siempre con dificultad con los que no podían bajar tan bien, y regresamos a Junín después de una experiencia fue genial. De arriba se ven cinco volcanes, siete lagos, muchísimas cosas, es muy bonito el panorama, así que todo el que sube lo disfruta de una manera especial. Yo fui la primera mujer de Junín que subió y tres años después llevé a mi hija que tenía ocho años, hasta el refugio, y fue la primera nena que subió hasta el refugio, porque ya hasta la cumbre era demasiado.

Yo lo que quiero vivir es tranquila, bien, con lo justo y necesario porque no me pienso levar nada, todas estas porquerías se van a quedar acá, pero terminar con un buen pasar, ¿viste? No de esta manera, que terminé enferma, porque si bien dicen que el trabajar es salud, a mí, la verdad, laburar de esta manera, me enfermó. Pero, no va a ser la enfermedad que me lleve a la tumba, pero se hace duro, laburar sola, y más en un lugar donde lo que vos hacés no es como para… decir, se vende todo lo que vos hacés masivamente, y bueno, tenés un mejor pasar, no, ésto es para sobrevivir, nada más. Todo lo Me duele mucho la injusticia, me duele que se malgaste la plata en cosas que no van, cuando ves al pobre viejo mendigando, eso me enferma. He peleado por viejitos de Junín, porque aún no hay un hogar para los mayores que no tienen familia ni vivienda. Hace tres años que estamos con este proyecto y no tenemos aún apoyo ni contestación teniendo todos los trámites avanzados, pero siempre la barrera es la plata o la decisión de que se destine plata para algo tan importante, ya que somos la ciudad más antigua de la provincia y aún nos faltan tantas cosas. Otra de mis pasiones es el tango, siempre me gustó… ahora estoy aprendiendo a bailar y muchos de los cuadros y murales que armo con piedras, ostras, vidrios y mostacillas son imágenes tangueras Mucha gente me dice, sí Negra, vos fuiste una luchadora, vos no te quedás callada, pero viste, a vos esas cosas también te perjudican, el hablar. Medianamente te perjudica cuando vas de frente, , porque te tildan de…, porque me lo han dicho, este.. simplemente he reclamado. Y no ha reclamado para mi sola, he reclamado para el pueblo, porque si a mí me arreglan una calle no es para mí sola, es para todo Junín. Durante todos estos años fui juntando objetos, recuerdos, que me regalaron, algunos los pedí y los compré y también arreglé. Como un museo, pero en casa, una casa que todos conocen en Junín y en la región Tengo cosas hermosas: ochenta teteras y cafeteras de loza, vitrinas, estufas, calentadores, damajuanas, puntillas, mantones, muebles, abanicos, objetos de bronce, copones de los curas misioneros. Son todas cosas viejas pero de lindos recuerdos, y mucha historia… siempre visitan mi casa viajeros, turistas, también algunos famosos como Los Nocheros, Sandra Mihanovich… Yo aprovecho para contarles las historias de mi pueblo y también mi propia historia…. Y a uds…. también los espero….

María Angélica Pérez

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