LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS

LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS Jacqueline Universidad 1 Covo de Lille III E L B A L A N C E D E L A H I S T O

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS

Jacqueline Universidad

1

Covo

de Lille

III

E L B A L A N C E D E L A H I S T O R I O G R A F Í A L A T I N O A M E R I C A N A y, en particular de la mexicana, que emprende Historia Mexicana en este n ú m e r o m o n o g r á f i c o , no puede hacer a u n lado la problem á t i c a u t ü i z a c i ó n de fuentes específicas, como la prensa p e r i ó d i c a . P r o b l e m á t i c a , porque su proliferación, diversidad, mutaciones y características propias hacen de la prensa u n material particularmente valioso para la historiografía, pero de consulta, uso e i n t e r p r e t a c i ó n difíciles. Por todo ello, si bien muchos investigadores se valen ocasionalmente de materiales periodísticos, pocos son los que los estudian s i s t e m á t i c a m e n t e , tomando en cuenta sus elementos distintivos, tanto en M é x i c o como en otras partes.

E n efecto, entre las fuentes primarias que utiliza el historiador, la prensa se distingue tanto de los documentos de archivo —de c a r á c t e r frecuentemente reservado e institucion a l — como de las memorias y correspondencias oficiales o privadas —a menudo fragmentarias o subjetivas—, aunque comparte con estas ú l t i m a s una función de c o m u n i c a c i ó n , u n enfoque parcial y una ausencia de distancia cronológica m i p

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suele definir a la prensa por sus rasgos materiales —papel impreso de p u b l i c a c i ó n p e r i ó d i c a — su especificidad consiste sin duda, en ser u n medio de c o m u n i c a c i ó n m u l t i t u d i n a r i a , u n intermediario entre los hechos que afectan la vida de los hombres y el p ú b l i c o — " m e d i a " , s e g ú n dice el lenguaje técHMex,

X L I I : 3, 1993

689

690

JACQUELINE COVO

nico actual. T a l función hace de la prensa una especie de tamiz que transmite o calla, informa, deforma, organiza y elabora en relación con unos p a r á m e t r o s variables. L a a p a r i c i ó n de la prensa p e r i ó d i c a en M é x i c o atestigua estas características: si los primeros brotes de una prensa i n cipiente aparecen con la ilustración colonial, la historia del periodismo mexicano saluda en la prensa insurgente al iniciador del g é n e r o ; este nacimiento, estrechamente vinculado en M é x i c o con las convulsiones de una crisis aguda y con el surgimiento de la n a c i ó n —piénsese en El Despertador Americano, fundado por H i d a l g o — , manifiesta el c a r á c t e r p r o p a g a n d í s t i c o del periodismo, su relación con los conflictos políticos o ideológicos, incluso en los breves periodos en que la situación es menos álgida o m á s represiva. 1

M u y cauto, por lo tanto, ha de ser el historiador que busca en el periódico una fuente de i n f o r m a c i ó n fidedigna, y esto t a m b i é n por otra r a z ó n : la prensa p e r i ó d i c a , en sus albores, difícilmente puede d e s e m p e ñ a r u n papel informativo; es cierto que las primeras hojas volantes difundían "sucesos curiosos", que las "gacetas" del siglo X V I I I , procurando ser útiles al p ú b l i c o , publicaban ordenanzas oficiales, anuncios de festividades religiosas y civiles, noticias comerciales y e c o n ó m i c a s , de interés tanto para el historiador como para el lector c o n t e m p o r á n e o . Sin embargo, la carencia de medios r á p i d o s de t r a n s m i s i ó n , la dependencia de fuentes oficiales o de la llegada de barcos p r o v o c ó una m i o p í a que sólo progresivamente se fue aliviando con la a p a r i c i ó n del telégrafo, de las agencias de prensa, m á s tarde del teléfono y de los complejos medios de t r a n s m i s i ó n actuales, en una period i z a c i ó n cuyo establecimiento debe ser una de las tareas del estudioso del periodismo latinoamericano y mexicano. 2

E n el intervalo, la prensa política del siglo X I X mexicano suple sus carencias informativas por una p r o p e n s i ó n reflexiva que, particularmente en los momentos de intensa fer1

V é a n s e , por

ejemplo, O C H O A C A M P O S ,

1968;

Ruiz CASTAÑEDA,

1974

y 1 9 8 7 ; nuestras referencias no pretenden ser exhaustivas y su ú n i c o objeto es s e ñ a l a r pistas de trabajo. E s el tema, en cuanto al periodismo en general, de la i n v e s t i g a c i ó n 2

de

TIMOTEO ÁLVAREZ, 1985

y

1989.

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m e n t a c i ó n política, hace de ella una prensa de ideas, de opin i ó n , la cual proporciona a la historiografía u n valioso observatorio de los debates ideológicos: basta con recordar el periodismo de L i z a r d i o la prensa política de la Reforma, sobre la cual existe una investigación pionera de M a r í a del Carmen Ruiz Castañeda. Es bien sabido que conforme se aprovechan tecnologías m á s modernas y costosas el periódico se hace m e r c a n c í a y, al mismo tiempo, instrumento de poder en manos de partidos o grupos de presión; su conformación y contenido se adaptan a esta función y, p a r a d ó j i c a m e n t e , mientras mayor se vuelve su capacidad informativa, m á s se perfeccionan las técnicas de m a n i p u l a c i ó n del discurso —tanto lingüístico com o i c ó n i c o — , encaminadas a convencer y orientar al lector m á s o menos disimuladamente; por lo mismo, el investigador ha de andar con pies de plomo: trátese de la prensa de o p i n i ó n o de i n f o r m a c i ó n , su postura ha de proporcionarle u n a d i s t a n c i a c i ó n crítica que le permita adoptar criterios para descubrir e interpretar los ropajes en que está envuelta la información. 3

En el ejemplo que viene a c o n t i n u a c i ó n , nos parecen significativos estos tipos de m a n i p u l a c i ó n , tanto en el terreno de los hechos brutos como en el campo ideológico: el 6 de diciembre de 1914, las tropas de los generales Francisco V i lla y E m i l i a n o Zapata entran en la ciudad de M é x i c o . Sobre u n hecho inaudito, el encuentro de la ciudad y el campo, ya conocido por memorias y fotografías, ¿ q u é le puede ofrecer la prensa al historiador? E l que se acerca inadvertido a la Hemeroteca Nacional se lleva primero una desagradable sorpresa: de los numerosos títulos catalogados sobre 1914, m u y pocos aparecen con la fecha de 7 de diciembre, en la que, l ó g i c a m e n t e , se h a b í a de dar cuenta del acontecimiento; sin embargo, los fondos le permiten cotejar El Monitor, p e r i ó d i c o de la ciudad de M é x i c o , del 7 de diciembre de 1914, con El Pueblo de Veracruz —entonces ocupada por los carrancistas— del mismo d í a . A h í vienen extractos de los diarios citados: 3

R u i z C A S T A Ñ E D A , s.f. y 1959. V é a s e t a m b i é n C o v o ,

1983.

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¡Gesta emocionante la de ayer significada en el desfile de los ejércitos del Norte y del Sur! Como jeques que van entre sus hombres de guerra y entre teñedores y cantores, así cruzaron la avenida, bañada de sol y envuelta en tricolores trofeos, los dos guerreros, en quienes la Patria tiene enclavada su pupila. Cabalgaba el General Villa en hermoso alazán tostado y vestía uniforme azul oscuro, con gorra de divisionario, bordada de oro, y llevaba enormes botas federicas. Iba el General Zapata en bellísimo rocillo oscuro y vestía su típico traje de charro, chaquetilla color beige, con bordados de oro viejo, pantalón negro, ajustado, con bo(tas?) Cuando la infantería zapatista desfiló, las muchedumbres ávidas que llenaban sillerías, aceras, carruajes y balcones, comentaron favorablemente la formación de la tropa [. . . ] Los generales Zapatistas y villistas recibieron mil agasajos [. . . ] el desfile continuaba grandioso. Y resurgían banderas empuñadas por generaciones sucesivas, y que ahora trenolaban hombres hasta ayer oscuros [. . . ] Había sido un largo peregrinar hasta la tierra de promisión. Parecía escucharse en labios de guerreros frases musicales desparramadas por el viento: "volemos al Capitolio, volemos a t r i u n f a r . . . " (El Monitor, 7/XII/1914.) Últimas

noticias de la ex-capital

de la República.

Se dice que saquea-

ron algunos edificios los Zapatistas.

U n colega local publica, en su número de ayer; varias noticias procedentes de Orizaba y proporcionadas por viajeros que llegan de México, las que aseguran que las colonias Roma y Condesa de la ciudad mencionada, han sido destruidas en gran parte, añadiéndose que el populacho desenfrenado ha saqueado muchas casas de esos aristocráticos barrios. Se añade que igualmente fueron saqueados el Palacio Nacional y el Museo, llevándose las indisciplinadas turbas muchos objetos de arte. [. . . ] Las pocas casas comerciales que permanecían abiertas han resuelto cerrar, y contadas personas pacíficas transitan por las calles. Aun cuando se ha ordenado a algunas partidas de Zapatistas que se retiren de México hacia el Ajusco se han negado a obedecer y continúan en la ex-capital, cometiendo toda clase de atropellos. (El Pueblo de Veracruz, 7/XII/1914.)

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L a confrontación de las dos p á g i n a s es elocuente: no tanto en las representaciones contrastadas del hecho —desfile heroico de ejércitos disciplinados versus atropellos de turbas i n controladas— sino en los mecanismos que revelan el funcionamiento periodístico: en la ciudad de M é x i c o ocupada asume el discurso u n reportero-testigo presencial, hombre de cultura y reflexión, s e g ú n manifiesta el ú l t i m o párrafo citado; en Veracruz la i n f o r m a c i ó n es indirecta ( " u n colega l o c a l " . . . "viajeros que llegan de M é x i c o " ) y el periódico no se responsabiliza ("se dice q u e " , "aseguran", "se a ñ a d e " ) ; por lo mismo, revela sus fuentes de información: esos viajeros que llegan de M é x i c o posiblemente huyen de "los aristocráticos barrios" por miedo a los zapatistas y al " p o p u l a c h o " ; explican así que "pocas casas comerciales" permanezcan abiertas —entre ellas, sin duda, las imprentas de los periódicos ausentes de los fondos hemerográficos; por el contrario, los que no han querido abandonar la ciudad periodistas y lectores— hacen suya una postura de adhesión, sea por s i m p a t í a ideológica, sea por oportunismo, bien visible en la adjetivación enfática de El Monitor. E n este ca¬ so \SL prenso, no ofrece nada al historiador en el terreno de los hechos; pero su implicación en los movimientos contradictorios de las masas eme expresa v en los eme influve al mismo tiempo la hace inestimable para el conocimiento de las reacciones colectivas para la historia de las mentalidades y las ideas. Volveremos sobre este punto. N o siempre son tan obvios los mecanismos que elaboran los hechos referidos, sin embargo, revelan los problemas particulares de i n t e r p r e t a c i ó n de la prensa. Si bien cualquier documento pide una lectura crítica, la vocación del periódico, instrumento de o r i e n t a c i ó n masiva, le presta u n discurso enmascarado por unos códigos que se han ido perfeccionando hasta nuestros días; su eficacia consiste en la a d e c u a c i ó n de la forma que reviste el hecho b r u t o ai público considerado —diversificándose la prensa con la evolución social, proceso que t a m b i é n se ha de investigar en M é x i c o — , a partir de las metas propias de sus redactores o propietarios y según la coy u n t u r a , variando el discurso periodístico con ella. Difícilmente, el historiador puede abordar u n corpus pe-

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riodístico sin tomar en cuenta o indagar estos antecedentes con el fin de valorar, comparar e interpretar. L a utilización de la prensa —material específico— por la historiografía exige u n estudio sistemático. Su proliferación de dos siglos a la fecha, propone a la investigación tareas que, en M é x i c o , sólo han comenzado y que, por su amplitud y complejidad, necesitan la p a r t i c i p a c i ó n de equipos especializados. L a dispersión de este material, los disturbios que han afectado al país y destruido muchos archivos, la prioridad reconocida a otros menesteres imponen una primera tarea, incompleta en la actualidad: la de ubicar este material, ya que numerosos títulos nos son conocidos sólo indirectamente, por su m e n c i ó n en las revistas de prensa o en citas de los grandes periódicos nacionales; muchos de ellos, probablemente, han desaparecido, pero otros tal vez duermen en est a n t e r í a s de las hemerotecas de los estados o en colecciones privadas, cuando no en b a ú l e s o desvanes particulares, ¿ q u é decir de esos periódicos manuscritos, cuya existencia manifiesta una urgencia de e x p r e s i ó n digna de la a t e n c i ó n del historiador? 4

5

T a m b i é n urge llenar lagunas en colecciones incompletas, significativas en ocasiones. N o se crea que sólo nos referimos al periodismo del siglo X I X , particularmente vulnerable; por increíble que parezca, las publicaciones de los primeros días de octubre de 1968 han desaparecido de los fondos de la Hemeroteca Nacional disponibles al p ú b l i c o , y esta ausencia confirma el interés que tiene la prensa para el conocimiento de este periodo. Es de esperar que los fondos priva4

Citemos, sobre el periodo de la Reforma, El Pobre Diablo de Tlaltenango (Zacatecas), " p e r i ó d i c o raquítico, e s t r a m b ó t i c o y ridículo, con sus ribetes de p o l í t i c o . . . " , publicado semanalmente en 1856 por J u a n F . R o m á n , y cedido en 1945 a la Hemeroteca Nacional por su hijo. 5

P a r a el periodo de la R e f o r m a los grandes ó r g a n o s nacionales citan El Duende Veracruzano, El Rodón, El Duende del Chichimeco. . . " D i g n a de todo elogio es l a tarea que emprenden los redactores de El Duende Veracruzano pues sin imprenta, sin ese medio asombroso de la c o m u n i c a c i ó n de las ideas, echan sobre sí el trabajo de publicar u n p e r i ó d i c o manuscrito, con el solo y ú n i c o objeto de defender las libertades de la r e p ú b l i c a . " La pata de cabra, 30 (25 sep. 1855).

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dos permitan reconstituir el acervo y preservar u n bien colectivo de i n t e r é s científico. Asimismo, cabe preservar o rescatar u n material h u m i l de, al que no se presta la suficiente a t e n c i ó n : los boletines o folletos de asociaciones, sindicatos, instituciones educativas, laborales o comerciales, etc., cuyos enfoques aclaran por dentro la a c t u a c i ó n de grupos específicos o de m i n o r í a s en la historia nacional: la larga vida d e c i m o n ó n i c a , por ejemplo, del periódico de la colonia francesa en M é x i c o , Le Trait d'Union, permite estudiar las características socioprofesionales de este grupo y su p a r t i c i p a c i ó n en la vida política mexicana, en el periodo crítico de la i n t e r v e n c i ó n francesa y del i m p e r i o . E n el siglo X X la prensa de la colonia j u d í a de M é x i c o t a m b i é n aporta elementos interesantes para conocer este grupo; del mismo modo que B a s t í a n se valió de fuentes h e m e r o g r á f i c a s para estudiar las sociedades protestantes en el porfiriato; y piénsese en el interés que repres e n t a r á n los folletos y boletines de la Asamblea de Barrios o del Sindicato de Costureras para el historiador que quiera investigar la o r g a n i z a c i ó n de la sociedad civil a r a í z de los sismos de 1985. A nuestro modo de ver, si la gran prensa nacional mejor estudiada muestra los movimientos a.m~ plios d e ' l a colectividad mexicana su perspectiva peca de centralismo y necesita ser correada por los múltiples enfoques minoritarios v regionales que rompan su univocidad v enriquezcan las visiones n e u m ó n i c a s facilitando u n conocimiento a fondo. Muchas interpretaciones m o n o l í t i c a s de la historia mexicana p o d r í a n matizarse si indagaran en la prensa p e r i ó d i c a Citemos como eiemplo la edición oue reafizó el Instituto Nacional de A n t r o p o l o g í a e H i s t o r i a de editoriales publicados ñ o r la prensa ialiscience durante la Revolución cuyas perspectivas pudieran confrontarse con las de otras entidades y con las del centro para ofrecer uina visión 6

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6

Esta d e s a p a r i c i ó n , s e ñ a l a d a por La Jomada ( 2 7 ago. 1 9 9 0 ) a p r o p ó s i to de la i n v e s t i g a c i ó n para la película Rojo Amanecer, es confirmada por nuestra propia experiencia. 7

Covo, 1 9 8 2 y 1 9 8 6 .

8

NATANSON, 1 9 8 9 . BASTÍAN, 1 9 8 9 .

9

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plural del acontecimiento, reveladora de los múltiples i n tereses y preocupaciones concretas de los distintos grupos sociales. L a tarea de u b i c a c i ó n se ha de completar con la formación de catálogos completos, constantemente actualizados e impresos, que permitan al historiador saber de q u é material puede disponer sobre determinado periodo, á r e a o tema, y localizarlos fácilmente. De esta forma, p o d r í a n aprovecharse joyas h e m e r o g r á f i c a s poco conocidas, y los fondos locales o privados c o n s e r v a r í a n sus riquezas documentales. Asimism o , los índices analíticos de ó r g a n o s significativos serían de suma utilidad. 10

A su vez, muchas investigaciones colectivas p o d r í a n derivarse de tales catálogos; para completar los trabajos ya señ a l a d o s se hace necesaria una historia general de la prensa mexicana — y latinoamericana—: a la nomenclatura ha de a ñ a d i r s e u n estudio minucioso por épocas y estados —particularmente en lo que toca a la é p o c a actual, bastante deficiente a este respecto—, una tipología formada con u n criterio científico y una p e r i o d i z a c i ó n y cuantificación que ponga en evidencia los momentos de f e r m e n t a c i ó n periodística o, por el contrario, los de silencio y represión, que sería el complemento de u n estudio atento de la legislación sobre imprenta, punto sobre el cual volveremos. Se precisaría así la función de la prensa en la vida política, pero t a m b i é n su relación con las circunstancias geográficas, sociológicas y culturales de la n a c i ó n y sus componentes. 11

Tales investigaciones globales han de concluirnos al estudio sistemático de ó r g a n o s de prensa significativos, s e g ú n una tipología a ú n por determinarse. E n sí mismo resulta i n teresante para la historia del periodismo averiguar las circunstancias y el funcionamiento interno de u n gran periódico nacional, u n vocero de partido o una hoja clandestina, u n boletín sindical, una p u b l i c a c i ó n para mujeres o una 12

13

1 0

O L V E D A , DORANTES

1 1

V é a s e FERNÁNDEZ C H R I S T U E B , 1 9 8 2 ; S E C A N E L L A , 1 9 8 3 , Memoria,

1 2

V é a n s e , en E s p a ñ a , I M B E R T y B E N E Y T O ,

1 3

Fem,

1988.

y VACA,

1985.

1986.

1990.

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revista literaria.» Pero su aprovechamiento por la historiografía ha de ser m á s fructífero t o d a v í a , por sus aportaciones a los diversos ramos de la vida de las sociedades. Citemos, como b o t ó n de muestra, el esbozo de estudio que dedicamos a El Nacional en los años 1935-1936, como ó r g a n o del partido oficial, creado en 1929 con el título de El Nacional Revolucionario y publicado con diversa fortuna hasta hoy. Su análisis en los primeros a ñ o s del cardenismo arroja una nueva luz sobre la r e c u p e r a c i ó n de poder por el nuevo presidente y la i n s t r u m e n t a l i z a c i ó n del periódico en el afán de construirse una base social. L a historia moderna —la Historia de la Revolución Mexicana publicada por E l Colegio de M é x i c o , por ejemplo— ha utilizado abundantemente El Nacional como fuente documental; pero el estudio de sus estrategias periodísticas, la construcción progresiva de secciones definidas con el propósito de acercarse a la vida cotidiana de los diversos sectores sociales —obrero, campesino, de las amas de casa, los alumnos de las escuelas, el rector militar, etc. — , y los llamamientos a la p a r t i c i p a c i ó n activa de los lectores, ya sea para exponer sus dificultades y opiniones o para c o n t r i b u i r a u n evento, procuran hacer del periódico de partido u n instrumento social de a d h e s i ó n , p r o m o c i ó n y canalización. Para valorar exactamente la función cumplida por el periódico es necesario realizar, antes de cualquier reflexión sobre su contenido, u n sólido análisis externo: el periódico es ante todo u n soporte material, cuya existencia y configuración obedecen tanto a imperativos concretos como a preocupaciones intelectuales. Este tipo de investigación está todavía en ciernes, no solamente en M é x i c o , y t e n d r í a que desarrollarse con todas las dificultades que e n t r a ñ a . Es cierto que la prensa, en la primera m i t a d del siglo X I X , cuando d i s p o n í a de medios técnicos m u y limitados, no exigía grandes'inversiones o insumos, y p o d í a descansar casi en u n solo hombre, como en el caso de F e r n á n d e z de L i z a r d i o de Francisco Zarco. A medida que se i n d u s t r i a l i z ó la prensa cobra15

1 4

1 5

C o v o , 1986a. C o v o , 1989.

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ron mayor importancia los factores materiales, que llegaron incluso a determinar la existencia y la o r i e n t a c i ó n de los periódicos y a obstaculizar su pluralismo. A s í como el contenido de El Nacional se define por su estatuto de periódico gubernamental, la i n t e r p r e t a c i ó n de la prensa por la historiografía se vuelve m á s fructífera con el conocimiento de sus " s e ñ a s de i d e n t i d a d " . Destaca entre ellas todo lo que hace del p e r i ó d i c o una empresa e c o n ó m i c a : o r g a n i z a c i ó n administrativa y financiera, fuentes de ingreso, capacidad tecnológica, estructura de la plantilla, tiraje, difusión y precios. Todo ello puede ser m u y difícil de investigar y apreciar; los tirajes, por ejemplo, no se publican en M é x i c o . E n el siglo X I X , la capacidad técnica de la maquinaria proporciona datos aproximados: el volante manuscrito que encontramos entre las p á g i n a s de la colección de Le Trait a"Union, calculando el precio de costo del periódico "hasta m i l ejemplares", corresponde a lo que se sabe de esta capacidad y al n ú m e r o de familias francesas establecidas entonces en la Rep ú b l i c a . E n el siglo X X los tirajes publicados en anuarios oficiales p o d r í a n ser bastante controvertidos: el "columnist a " H é c t o r Aguilar C a m í n , en su novela Morir en el golfo, hace que su protagonista, periodista, pregunte por el tiraje del periódico que lo emplea. Le contestan lo siguiente: 16

. . .son efectivos 30 365 ejemplares de su periódico, Miguelito. Ora, si la información es para anunciantes y público en general, aquí tengo el último oficio de la dirección de mayo 31 de 1979. Mire usted, dice: "tiraje del periódico entre semana: 152 300; domingos: 224 150". 17

Sin embargo, la apreciación de tales datos cuantitativos puede variar: aunque son útiles para medir la influencia potencial de una corriente de o p i n i ó n , su importancia tiene que relativizarse si se considera el interés intrínseco del debate de ideas. A nuestro parecer, son significativas para la historiografía las publicaciones marginales, de forzosa difu1 6

K A Y S E R , 1 9 8 2 , m o s t r ó la i m p o r t a n c i a de esos factores.

1 7

A G U I L A R C A M Í N , 1 9 8 8 , p.

PÍNDOLA,

1988,

pp.

217-238.

235. Véanse más

datos en

GUTIÉRREZ ES-

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sión limitada, precisamente en la medida en que corrigen la visión h e g e m ó n i c a de u n vocero de gran audiencia. Ello abre paso al tema, m u y poco investigado t o d a v í a por su complejidad, de la r e c e p c i ó n del periódico; en el caso de El Nacional cardenista, por ejemplo, el conocimiento de su audiencia entre los grupos-sociales a que se destinaba, y de su técnicas de difusión —entre los maestros gracias a su abundante material p e d a g ó g i c o , entre otros afectos—, nos p e r m i t i r í a apreciar mejor el éxito de sus estrategias. A partir de las redes de distribución, de las listas de corresponsales locales que, a veces, publica el periódico d e c i m o n ó n i c o y, de ser posible, de los ficheros de suscriptores y otros datos, pod r í a tal vez apreciarse el alcance de la prensa en las categorías socioprofesionales y en el movimiento de las ideas, aunque sin sobreestimar el valor de la cuantificación: u n a lectura individual puede tener eco en la familia, la tertulia o el taller, y t a m b i é n podemos otra vez citar el caso de Le Trait d'Union cuya, audiencia, por las posturas avanzadas de su jefe de r e d a c c i ó n , R e n é Masson, pasa mucho de la limita¬ da colonia francesa ya cjue lo citan abundantemente los grandes periódicos nacionales, como El Siglo XIX. 18

Interviene a q u í la personalidad del periodista, su formación socioprofesional, sus condiciones de trabajo, su independencia, datos que facilitan la valoración de su producción. Es bien sabido que, en M é x i c o , la labor periodística se profesionalizó m u y tarde: los periodistas del siglo X I X ejercían una actividad polifacética, pues eran abogados, maestros o políticos, a ñ a d i e n d o a menudo a todo ello el ejercicio de la literatura. A partir de trabajos fragmentarios, una historia de la profesión p e r m i t i r í a apreciar en q u é medida la evolución del estatuto influyó sobre la p e r c e p c i ó n de la realidad y su e x p r e s i ó n . 19

Entra en este r e n g l ó n la procedencia de la i n f o r m a c i ó n , materia p r i m a del p e r i ó d i c o ; éste depende de sus fuentes, del origen de las noticias, de sus posibilidades — e c o n ó m i 1 8

Sobre el p e r i o d i s m o a c t u a l , G U T I É R R E Z E S P Í N D O L A ,

1988, p p . 2 3 0 ¬

232. 1 9

JAL,

Por ejemplo, W H E A T ,

1988.

1957 y el ú t i l t r a b a j o de C A M A R I L L O C A R B A -

JACQUELINE COVO

700

cas, en gran parte— de emplear reporteros y enviados propios. Veamos por ejemplo c ó m o en 1913, en M a d r i d , Alfredo Rivera, periodista de El Imparcial e s p a ñ o l , perturbado por los telegramas escuetos y d r a m á t i c o s sobre " l a Decena T r á g i c a " que llegaban de Estados Unidos " p o r cuyo tamiz pasan las noticias" (22 feb. 1913), se entrega a toda una reflexión sobre su oficio: La opinión, en España, no conoce de la revolución mejicana sino las consecuencias, lo único que han podido ofrecernos los despachos telegráficos recibidos en algunas redacciones. Del origen del chispazo revolucionario, del desarrollo y alcance del levantamiento, ni en España ni en Europa entera tenemos la menor noticia. Por lo menos, ningún periódico español ni extranjero ha hecho otra cosa que relatar sucintamente las luchas entre revolucionarios y gubernamentales, los combates y sus terribles consecuencias. (20 feb. 1913.) Nuestro periodista busca entonces u n paliativo para i n formar mejor a los lectores de El Imparcial, de línea liberal monarquista, y cree encontrarlo en: . . .esas ilustres personalidades mejicanas que, obligadas unas por la fuerza de las circunstancias e impelidas otras por los negocios, se han visto en la necesidad de abandonar su patria en busca de tranquilidad y de reposo. Nadie como esas personas [. . . ] podían darnos una impresión más exacta de los hechos [. . . ] (20 feb. 1913). Consiste esta " i m p r e s i ó n exacta" en u n elogio del gobierno porfirista, " d i c t a d u r a bien entendida" que entusiasmaba a la colonia e s p a ñ o l a empresarial, pero provocaba la desconfianza norteamericana, de la que se valió Madero y sus " b a n d o l e r o s " , " p o r f o r t u n a " en derrota (ibid.). L a dependencia de fuentes informativas partidarias se ha demostrado repetidamente, desde entonces —por ejemplo, por M a t t e l a r d , sobre la c a í d a del gobierno chileno de U n i dad Popular—, y el monopolio de las grandes agencias de 20

MATTELARD, 1973.

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prensa pudo conducir al gobierno de L á z a r o C á r d e n a s a crear y subvencionar, en 1935, la Agencia Noticiosa Telegráfica Americana ( A N T A ) , servicio de i n f o r m a c i ó n internacional, apoyado en Havas, que funcionó hasta 1943. U n a historia de las agencias de prensa latinoamericanas sería de gran ayuda para el investigador. Las particularidades del discurso periodístico integran t a m b i é n el decisivo influjo de la legislación del momento sobre la e x p r e s i ó n de las ideas. Se hace necesario u n estudio global y sistemático del tema, aun cuando existen investigaciones parciales. L a legislación sobre imprenta no solamente informa sobre las circunstancias políticas, sino que t a m b i é n puede aclarar una efervescencia crítica o, por el contrario, u n silencio prudente. Los periodos de severa rep r e s i ó n exigen del historiador una a t e n c i ó n especial de descifrar, bajo la expresión anodina, las siempre posibles y valientes tentativas de dar a conocer posiciones disidentes. Por ejemplo, notamos que, durante la dictadura del general Santa A n n a , Le Trait d'Union se valía del uso del idoma francés y de la i r o n í a para e n g a ñ a r a los censores y ridiculizar a " S u Alteza S e r e n í s i m a " , a l a b á n d o l o exageradamente, o c ó m o Francisco Zarco, en el mismo periodo, aprovechaba la inocua c r ó n i c a de " m o d a s " para deslizar ataques indirectos. L a historiografía del porvenir t e n d r á que examinar con criterios científicos este tema en lo que toca a nuestra actualidad, d e s p u é s de la reflexión política inmediata que se interesa entre otros puntos por la exacta v controvertida f u n c i ó n ' d e P I P S A (Productora e I m p o r t a d o r a de Papel S . A . ) , en la dependencia o independencia de la prensa mexi¬ cana o ñ o r el " e o l p e " interno al Excelsior de 1976 v otras prácticas 21

22

2 3

Tales estudios de las condiciones de p r o d u c c i ó n del periódico mexicano precisan el sentido de su contenido, y dan pie a investigaciones que van m á s allá de su uso como fuente documental, y que permiten realizar provechosas inter-

2 1

REYNA,

22

Covo,

2 3

Coloquio,

1976; CAMARILLO CARBAJAL, 1983,

pp.

243

y

1990; LEÑERO,

1985.

259-262. 1978; BECERRA ACOSTA,

1984.

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pretaciones y comparaciones que constituyen una de las aportaciones específicas de la prensa a los estudios históricos. Mencionamos la r a z ó n por la cual la prensa se ha de abordar con gran cautela en el terreno de los hechos, de la historia política o militar y, en general, de todo lo que ella considera como objeto de su atención. E n cambio, lo accesorio, ajeno o implícito constituye una mina inagotable para la historiografía, aunque exige una gran paciencia; es el caso de las secciones que hoy l l a m a r í a m o s "de servicios", que i n teresan a la historia social, e c o n ó m i c a y cultural: anuncios y ofertas, precios; llegadas de barcos, viajeros y m e r c a n c í a s ; reseñas teatrales, catálogos de libreros, folletines. . . todo ello puede ser aprovechado y suministrar datos difíciles de apreciar por medio de otros documentos. U n investigador estudió, por ejemplo, los anuncios publicitarios de varios periódicos de M a d r i d y de L a Habana a principios de 1895, en el momento en que se iniciaba la lucha por la emancipación cubana; su c o m p a r a c i ó n deja ver dos sociedades diferenciadas, con niveles de consumo desiguales: la modernidad y el dinamismo de las técnicas publicitarias cubanas, en relación con las m a d r i l e ñ a s , los productos anunciados — m á q u i n a s d o m é s t i c a s e industriales importadas de Estados Unidos entre otros las ofertas v demandas de empleo sugieren que las dos sociedades se estaban distanciando, y que la b u r g u e s í a de la isla presentaba menos puntos de contacto con su antigua m e t r ó p o l i cjue con " e l vecino del N o r t e " en cuyos brazos iba a caer." T a n provechosa es la prensa para la historia de las ideas y las mentalidades, como lo sugieren muchos de los ejemplos ya citados. Esto se debe a los datos que proporciona, pero sobre todo a que su función persuasiva toma en cuenta, aun inconscientemente, las opiniones o preocupaciones colectivas, y así se hace eco de ellas. Esto sucedió el 13 de agosto de 1856, cuando El Monitor Republicano relata el fracaso de la i n s u r r e c c i ó n de 1 500 obreras de una fábrica, contra despidos y bajas de salario. E l artículo termina así: " A l caer la 2 I

DURNERIN,

1986.

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tarde de ayer h a b í a concluido esta sublevación femenil que tiene m á s de grotesco que de i m p o r t a n t e " . A d e m á s de a ñ a d i r una ficha a la historia del movimiento obrero mexicano, la adjetivación utilizada echa luz sobre el estatuto social de la mujer y el concepto que se tiene de ella en los grupos dominantes, redactores y lectores del periódico d e c i m o n ó n i c o . Cuando, en 1853, El Registro de Durango, citado por El Siglo XIX ( I de feb.), publica una lista de suscriptores para u n premio destinado a la captura o exterminio de u n " i n d i o b r a v o " , entre cuyos generosos donadores se encuentra u n sacerdote, nos proporciona múltiples y fructuosas connotaciones de u n dato escueto, útiles para la historia de las mentalidades. o

El periódico, observador colectivo, compilador inmediato, d í a tras d í a , de la vida concreta y del modo de pensar de los hombres constituye, por lo tanto, u n manantial inagotable para investigaciones de amplio vuelo. Puede ser t a m b i é n el material básico de estudios t e m á t i c o s o monográficos: historias de una corriente política o religiosa, de una región, de u n grupo social o profesional, de una personalidad. L a de Justo Sierra, por ejemplo, se ha aclarado mucho gracias a la prensa de su t i e m p o . Los debates de ideas, de los que da cuenta la prensa, enriquecen considerablemente, en lo que toca a la historia de las ideas, la visión monolítica que se desprende de la sanción institucional de esos debates. A s í , nos parece que indagando en el periodismo de la "Reform a " , se descubre que el liberalismo mexicano de la é p o c a no fue tan idealista n i anticlerical como lo afirman muchos estudios, que se basan en las leyes de Reforma y sus resultados. Es t e ó r i c a m e n t e posible realizar el mismo tipo de trabajo sobre los momentos de r u p t u r a o de crisis que provocan una intensa efervescencia ideológica. Las condiciones de p r o d u c c i ó n de la prensa p o d r í a n dar a conocer por eiemplo las m ú l t i p l e s facetas del estado de o p i n i ó n q ú e a c o m p a ñ ó ! c o n d e n ó al fracaso o hizo posibles — a d e m á s de otros facto25

26

2 5

DUMAS,

2 6

Covo, 1983.

1986.

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res— la convención de Aguascalientes, el congreso de Quer é t a r o o la expropiación petrolera. Obviamente, la i n t e r p r e t a c i ó n de las ideas expresadas exige del historiador muchas precauciones y u n sólido conocimiento del contexto, así como antecedentes para no pecar de ingenuidad o equivocarse. Para entender las posturas promexicanas y antifrancesas del periódico Le Trait d'Union ante la i n t e r v e n c i ó n francesa, es m u y importante conocer los intereses adquiridos con la compra de bienes del clero por la colonia francesa, así como las convicciones republicanas de su redactor en jefe, R e n é Masson. E n otro trabajo, nos interesamos por la crónica, en la sección " I n f o r m a c i ó n E x t r a n j e r a " de El Nacional cardenista, del 18 de j u l i o de 1936 e s p a ñ o l : creímos advertir que, en la i n t e r p r e t a c i ó n y e l a b o r a c i ó n periodística del acontecimiento ajeno interven í a n , al mismo tiempo que la fraternidad con una r e p ú b l i c a hermana, las preocupaciones y conflictos de la coyuntura propia. Seguramente las diferencias estructurales, la reforma agraria, la participación obrera, la d e m o c r a t i z a c i ó n de la sociedad y la liquidación del poder pretoriano eran problemas comunes a, la segunda R e p ú b l i c a e s p a ñ o l a y al gobierno de C á r d e n a s , influyeron probablemente no sólo en la postura política sino t a m b i é n en los elementos de represen t a c i ó n del acontecimiento y en las modalidades de expresión adoDtados Dor El Nacional E l m a n i a u e í s m o éüico la aten¬ ción a las masas obreras y campesinas - a n ó n i m o s actores de la defensa r e p u b l i c a n a - mucho m á s Cjue a los informes militares y la posición solidaria con fecuencia cobran u n doble sentido que legitima al gobierno mexicano al mismo tiemno nne anova a los rennblicanos esnañoles T as líneas siguientes o o r e L n n l o a exceoción de los t é r m i n o s eeoerá fieos, h a b í a n al lector tanto de M é x i c o como de E s p a ñ a : 27

¬

. . .lo que defiende a la República es el Pueblo mismo, la masa popular, los campesinos y los obreros armados, las tropas animadas del espíritu nuevo que sean capaces de fraternizar con los trabajadores para formar el triángulo invencible. Es el ham2 7

C o v o , 1986.

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bre [de Andalucía] en medio de las grandes haciendas o [de los asturianos] entre las pequeñas parcelas que no sustentan ni a una sola familia. 28

E n este caso las connotaciones discursivas, m á s que el contenido informativo, muestran el partido que la historiografía de la prensa extranjera puede obtener del acontecimiento, a pesar de su distanciamiento geográfico e intelectual, de su c o m p r e n s i ó n e implicación relativas o de la dudosa confiabilidad de sus informaciones. Es el objeto de una tesis inédita sobre la visión de la revolución mexicana en la prensa francesa de la é p o c a . E n el contexto europeo de los a ñ o s 1910-1920, domina la d r a m á t i c a crisis de la " G r a n G u e r r a " , y si bien M é x i c o y su revolución no e s t á n implicados directamente en el conflicto, intereses estratégicos y económicos afectan la i n t e r p r e t a c i ó n francesa del acontecimiento, proporcionando una visión "etnocent r i s t a " , en palabras del autor. Sus análisis t e m á t i c o s y cuantitativos muestran una prioridad absoluta de los aspectos internacionales de la revolución mexicana, y particularmente de " l a mano de A l e m a n i a " , intervenciones, maniobras y complots destinados a fomentar una. guerra entre M é x i c o y Estados Unidos, para apartar a éstos del campo de batalla europeo. E n cambio, los aspectos internos, sociales y políticos de la R e v o l u c i ó n despiertan m u v poco interés y son m a l conocidos - e l 29 de noviembre de 1911 L'Humanité de Jean J a u r è s publica en su primera plana u n retrato de Benito J u á r e z con el nombre de Francisco I . M a d e r o . Por ejemplo, se omiten casi siempre las causas agrarias del levantamiento v L'Humanité diario socialista es uno de los pocos en denunciar las dictaduras de Porfirio D í a z y V i c t o r i a n o H u e r t a v mostrar el naoel del pueblo del Partido Liberal Mexicano y de Ricardo Flores M a g ó n en la lucha. T o d o ello nos conduce a concluir cjue m á s c^ue informar sobre la revolución mexicana la prensa francesa la instrumentaliza a favor de sus propias tesis políticas en una coyuntura 29

2 8

Los p a r é n t e s i s son nuestros. C o v o , 1 9 9 0 .

2 9

NIAGNE,

1987.

706

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determinada. A través de esto podemos ver la valiosa a p o r t a c i ó n de la prensa para la historia de las relaciones i n ternacionales. Este tipo de estudios se enriquecen mucho con el análisis comparado: u n corpus de periódicos cuidadosamente formado por los matices de sus líneas políticas, de su procedencia geográfica o del origen sociológico de sus lectores, m a n i fiesta por su evolución diacrònica las opciones propias de cada diario y sus modalidades de " m a n i p u l a c i ó n " de los lectores. M a g n e analiza dos periódicos regionales de Bret a ñ a , provincia abierta sobre el mar, y muestra en ellos una perspectiva internacional particularmente dominante, pero t a m b i é n advierte, en u n capítulo dedicado a las fuentes de i n f o r m a c i ó n , que los corresponsales de los puertos proporcionan u n enfoque original con los testimonios de m a r i neros procedentes de A m é r i c a Latina. Algunos estudios paralelos, sistemáticos, de la prensa española, norteamericana y de naciones latinoamericanas serían de gran provecho histórico. Los ejemplos citados muestran, en fin, la necesidad de tomar en cuenta las particularidades lingüísticas del discurso periodístico. Hasta m u y entrado el siglo X X , el periódico no tiene lenguaje propio; es escueto en la información, cercano al ensayo en el comentario. Cuando la prensa se vuelve una m e r c a n c í a , sometida a la competencia e c o n ó m i c a tanto como a las directivas políticas, se le aplican las normas del mercado, con sus diversas técnicas de seducción: el uso calculado de la primera plana y el discurso a u t ó n o m o de los t i tulares, destinados a atraer e informar concisamente al h o m bre moderno apresurado, han de ser tomados en cuenta por el historiador. Por ejemplo, el 20 de septiembre de 1985, Unomásuno encabeza su primera plana, a todo lo ancho, con el titular: " G r a n solidaridad; pronta r e a n u d a c i ó n de servicios", no informa sobre el sismo —ya están enterados todos los mexicanos por otros medios— sino que procura t r a n q u i lizar a sus lectores, mostrando la eficacia de las reacciones a n ó n i m a s y oficiales, y cumpliendo así una función m á s política que informativa. Las técnicas lingüísticas y semiológicas pueden facilitar tales investigaciones, particularmente

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707 30

en la i n t e r p r e t a c i ó n del discurso partidista o m i l i t a n t e . L a prensa ofrece u n inmenso campo de investigación a la historiografía mexicana. M u c h o se ha hecho, pero no se han agotado las potencialidades de u n material m u y valioso por la función estratégica —vocero, faro, filtro— que cumple entre los hombres que se expresan en sus p á g i n a s y las masas de lectores a quienes ofrecen o imponen su visión del m u n do. U n a reflexión sobre esta función, sus modalidades y sus efectos permite que los historiadores valoren exactamente su contenido informativo, tomando en cuenta las condiciones de p r o d u c c i ó n del periódico y sus mutaciones dentro de la e v o l u c i ó n material, política y cultural de la sociedad. Sobre estas bases, la prensa viene a ser una fuente fecunda en los diversos ramos de la historiografía. L a inmensidad de la tarea pide fuerzas abundantes para indagar en el rico material, no del todo explorado; en M é xico, la investigación individual y a ha hecho bastante en este d o m i n i o para señalar pistas, abrir surcos, explorar determinadas á r e a s ; pero la f o r m a c i ó n de equipos pluridisciplinarios p e r m i t i r í a ampliar estos trabajos y aprovechar plenamente la h e m e r o g r a f í a mexicana, tomando en cuenta la fragilidad de u n material que se ha de proteger del deterioro y la d e s t r u c c i ó n con el fin de extraer de él provechosas investigaciones.

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