La retórica argumentativa en el discurso político: análisis de textos orales y escritos. Francés D. de Erlich Universidad Central de Venezuela

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La retórica argumentativa en el discurso político: análisis de textos orales y escritos Francés D. de Erlich

Universidad Central de Venezuela

INTRODUCCIÓN En este capítulo abordo estudios realizados en mi práctica investigativa enmarcados en el área de la retórica argumentativa. Antes de describir de modo particular los objetivos que me guiaron y los métodos adoptados, me referiré de manera general a esta área de estudio, a algunos enfoques teóricos y, sólo de manera complementaria, a algunas reflexiones acerca de las implicaciones comunicacionales de la retórica argumentativa. Tradicionalmente se ha relacionado la argumentación con el campo de la dialéctica, la lógica y la retórica (Aristóteles, 1990). La argumentación dialéctica focaliza la interacción entre dos interlocutores donde cada uno defiende su propia posición basándose en reglas y premisas admitidas por los protagonistas. La argumentación lógica se relaciona con razonamientos a nivel cognitivo acerca de conceptos y objetos de la realidad; se preocupa por examinar cómo se derivan las conclusiones de determinadas premisas y su objetivo es la demostración de universal aceptación. La argumentación retórica plantea el problema de los objetos, los hechos y las evidencias en el marco de un conflicto y de una negociación; se erige sobre ideas y creencias aceptadas culturalmente, sobre las cuales construye los argumentos concretos en cada situación. A diferencia de la argumentación lógica, el objetivo de la argumentación retórica es la persuasión de auditorios específicos, no universales. Desde el punto de vista lingüístico, las dos perspectivas pueden hacer uso de las mismas estrategias, pero una diferencia esencial está en que la argumentación lógica se desarrolla sin tomar en cuenta al interlocutor mientras que éste es muy importante en la argumentación retórica por el efecto que se trata de provocar en él. Para lograr el objetivo de persuadir a auditorios particulares se puede hacer un uso estratégico del sistema lingüístico, poniendo así en práctica una retórica.

El discurso político, en la dimensión oral o escrita, es producido por diversos actores sociales que defienden, enfrentan y atacan determinadas posturas. Al considerar textos pertenecientes tanto al género del debate -interacción oral- como al subgénero periodístico de artículos de opinión -interacción escrita-, surgen reflexiones acerca de las características que comparten. En primer lugar, estos textos tienen la propiedad de ser interactivos. Como bien puntualizó Bajtín (1982), la interacción es inherente a todo discurso, tanto el oral como el escrito, pues los hablantes toman en cuenta la perspectiva de sus interlocutores en la articulación de sus enunciados. En segundo lugar, la interacción en estos textos es fuertemente argumentativa, a diferencia de las interacciones orales y escritas que ocurren en la vida cotidiana, donde intervienen comúnmente ciertos principios para neutralizar el desarrollo de conflictos, tal como estipula la teoría de la cortesía (Brown y Levinson, 1987). Los emisores de los textos producidos en la esfera política tienen en común el propósito ulterior de imponer una determinada racionalidad. Para ello, ponen en práctica discursos argumentativos de tipo persuasivo, muy distintos de los discursos argumentativos de tipo universal cuyo propósito es el de probar o mostrar la validez de un razonamiento en términos lógicos. El discurso argumentativo de tipo persuasivo se relaciona con normas y consensos o principios y valores específicos de una cultura. Se sitúa en relación a otro discurso argumentativo, implícito o explícito, en torno a una cuestión particular. A decir de Plantin (1999:25), “una determinada situación de lenguaje empieza a ser argumentativa cuando se manifiesta en ella una oposición discursiva”. Por otra parte, el objetivo de intentar imponer una racionalidad por medio de métodos verbales persuasivos con frecuencia conduce a la infracción de principios pragmáticos, tales como las máximas de cooperación (Grice, 1975), y los postulados referidos a la ética comunicativa descritos por Habermas (1992). Estas máximas y postulados se refieren de manera general al derecho que tienen los participantes en una interacción a expresarse en igualdad de condiciones, sin que medien coacciones ni imposiciones por parte de alguno de ellos. Aunque la perspectiva descriptiva adoptada en los análisis que presento sintéticamente en este capítulo se enmarca fundamentalmente en los estudios sobre la argumentación, se enriquece con aportes de teorías semánticas y pragmáticas y en algunos casos también con principios de la lingüística de corpus. Más precisamente, utilizo en los análisis de textos escritos, como se verá más adelante,

la noción de macroestructura semántica (van Dijk, 1991), de utilidad para identificar las temáticas dominantes que sustentan las estrategias argumentativas (Erlich, 1999, 2002a, 2002b, 2003). También recurro al análisis textual computarizado (Scott, 1999) para identificar los términos clave alrededor de los cuales se construyen los razonamientos en los textos (Erlich, 2000a, 2001). En ocasiones, combino el primero de estos criterios, de índole interpretativa, con el segundo criterio, de índole más objetiva, con el fin de confirmar los datos encontrados (Erlich, 2003). El aspecto pragmático se relaciona con la perspectiva funcional del lenguaje adoptada en todos los análisis por cuanto los fenómenos lingüísticos se enfocan tomando en cuenta el contexto situacional en el cual ocurren. De modo general, la argumentación se analiza en el marco de aspectos cognitivos, sociales y culturales que juegan un papel importante en la construcción del significado en el discurso. Tomando en cuenta que el objetivo principal de estos análisis es el de desentrañar algunos procesos argumentativos, conviene hacer algunas referencias generales a las principales tendencias de esta área de interés con el fin de dar ubicación teórica a los trabajos aquí propuestos. 1. ANTECEDENTES TEÓRICOS

Desde mediados del siglo XX se han desarrollado de manera independiente y a veces simultáneamente varios modelos de la argumentación que podemos agrupar en dos grandes categorías. Por un lado, los trabajos de Toulmin (1958), de Perelman y Olbrechts-Tyteca (1958), de Ducrot (1980) y Anscombre y Ducrot (1994), por ejemplo, son modelos monologales en el sentido de que buscan en la lengua misma las estructuras que sistematizan la argumentación. Por otro lado, la teoría pragmadialéctica de van Eemeren y Grootendorst (2004) y la propuesta de Plantin (1998) son modelos dialogales de la argumentación pues utilizan instrumentos del análisis de las interacciones verbales. Dentro del primer grupo, las obras de Toulmin y Perelman y Olbrechts-Tyteca coinciden en su referencia al discurso jurídico pero se distinguen en varios aspectos, entre los cuales se encuentra la definición de criterios distintos para determinar la validez de los argumentos. Mientras para el primero lo importante es caracterizar el procedimiento argumentativo que respalda una aserción con el fin de poner de manifiesto su coherencia o racionalidad, para los

segundos, quienes renuevan y reformulan la clásica retórica aristotélica, un argumento es válido en la medida en que un auditorio admite su validez. Muy diferente es la teoría desarrollada por Anscombre y Ducrot, que redefinen los conceptos de argumento y argumentación y los incorporan a una teoría semántica en la que las significaciones se activan por la capacidad proyectiva de los enunciados mismos, independientemente de la realidad. Para estos autores, el valor argumentativo de un enunciado se refiere al seguimiento que éste provoca, es decir, a su orientación argumentativa. En este enfoque, significar algo es orientar hacia algo. Así, argumentara relaciona con el sentido mismo del enunciado, lo cual quiere decir que la actividad argumentativa es intrínseca a la actividad lingüística. Las dos propuestas mencionadas de la segunda categoría de modelo argumentativo, el dialogal, se distinguen principalmente en que el modelo de van Eemeren y Grootendorst es normativo mientras que el de Plantin no lo es. Inspirándose en los principios de cooperación de Grice, los autores holandeses establecen unas reglas que definen el contrato de comunicación para una argumentación racional y describen la argumentación como un diálogo estrictamente estructurado. Por su parte, Plantin entiende la argumentación como una confrontación entre un discurso y un contradiscurso en torno a una cuestión en un contexto discursivo complejo que se desarrolla entre lo enunciativo y lo interactivo. Cabe resaltar que el estudio de la argumentación se relaciona con la producción, el análisis y la evaluación del discurso argumentativo (van Eemeren et al., 1996:12). En el análisis, es necesario examinar el discurso argumentativo en el contexto en que surge ya que el conocimiento pragmático en general proporciona un importante parámetro justificativo de las inferencias hechas en la interpretación. De hecho, muchas veces en el discurso argumentativo no se expresan todas las premisas sino que una de ellas tiene que ser inferida. Le corresponde al analista identificar los elementos faltantes valiéndose no solamente de un análisis lógico sino también pragmático. Con frecuencia ocurre que toda la argumentación se sustenta en elementos no expresados pero asumidos implícitamente por los interlocutores. En las siguientes líneas, describiré los aspectos más importantes de los análisis que he realizado de determinados textos orales y escritos producidos en la esfera política, tomando en cuenta algunos de los enfoques descritos.

2. ANÁLISIS DE TEXTOS ORALES: APLICACIONES TEÓRICO METODOLÓGICAS

Aun cuando el modelo perelmaniano de la “nueva retórica” se define como monologal, puede ser de utilidad para el análisis de debates orales si se desea caracterizar los argumentos puestos en práctica por los participantes, como fue el objetivo de mi estudio (Erlich, 1993). Se complementa con el modelo de análisis conversacional propuesto por los investigadores de la Escuela de Ginebra (Roulet et al., 1983), que a su vez se inspiran en el concepto de orientación argumentativa desarrollado por Ducrot. Para estos investigadores, la conversación se analiza según un modelo de rangos compuesto por las siguientes unidades en orden jerárquico: el diálogo, la secuencia, el intercambio, la intervención, el acto de habla. En este estudio describo cualitativamente las estrategias argumentativas producidas en cada intervención de los participantes del debate con el fin de examinar la función interactiva de las mismas y el papel que juegan en la no modificación de las posiciones respectivas, es decir, en la profundización del conflicto. De los analistas conversacionales mencionados adopto el principio de resolución de los intercambios. La noción de resolución es intrínseca al intercambio y equivale en líneas generales al turno evaluativo que sigue a los turnos de inicio y reacción (Sinclair y Coulthard, 1975; Bolívar, 1994). Para los investigadores de Ginebra, la resolución es el proceso de interacción cuya finalidad es el cierre del intercambio. Hay varios tipos de resolución, pero de modo general podemos resumirlas en dos tipos: las que implican un cierre satisfactorio para el que inicia el intercambio y las que no logran satisfacer al iniciador. Cuando el intercambio se resuelve o termina sin una reacción satisfactoria para el que lo inicia, a pesar de sus reintentos, ocurre un tipo de resolución llamada resolución negativa global. El ejemplo extraído del corpus estudiado ilustra este caso. Se trata de un debate entre dos políticos enfrentados durante una campaña electoral en los años 80 en Francia. He traducido sus intervenciones originales al español. Fabius: ... Si llega al poder, ¿adoptará la idea aberrante de renegociar ese tratado? ¿Sí o no? Chirac: Cuando Francia firma, aunque se equivoque, no desconoce su firma... pediremos una renegociación de las modalidades técnicas que

fueron negociadas a pesar de nuestros intereses ... Fabius: ¿Entonces España ya no estará en el Mercado Común? Chirac: ... Toda una serie de textos aún no están listos... Fabius: ... Usted es quien logró la hazaña de los Derechos de Aduana... muy buena negociación ... Chirac: ... Ese es un acuerdo del ’70, yo no estaba involucrado, en lo absoluto. Fabius: Usted nunca está involucrado cuando se trata de un mal negocio. Como acabamos de ver, Fabius no obtiene respuestas satisfactorias a sus preguntas pues su interlocutor no le responde directamente de modo afirmativo o negativo. El intercambio concluye sin satisfacción para el que lo inicia, como lo revela el tono irónico que adopta Fabius en el cierre. En este caso, la secuencia temática no continúa y el acuerdo sobre este punto del debate queda en suspenso, diferido o simplemente no ocurre. Es éste el tipo de resolución que surge en una interacción polémica, donde cada intercambio culmina con el desacuerdo de los interlocutores. La noción de orientación argumentativa permite observar que en este tipo de situación discursiva -dialogada y polémica- los hablantes no modifican sus posiciones iniciales ni al final de cada secuencia temática ni al final de todo el debate. Por otra parte, como veremos seguidamente, el análisis de los recursos argumentativos puestos en práctica y su papel en la interacción muestra que en este tipo de situación los hablantes no se ciñen a los principios de cooperación discursiva (Grice, 1975) ni a los postulados de la ética comunicativa (Habermas, 1992). Como señalé, en mi análisis de encuentros dialogados polémicos, también utilizo aportes de la “nueva retórica” y, además, aplico la noción sociológica de imagen (Goffman, 1967). En este tipo de interacción, cada participante se preocupa por enaltecer, mantener y defender su imagen al tiempo que trata de menoscabar la de su interlocutor. Identifico en el corpus estrategias de argumentación retórica que el locutor utiliza para valorizar su imagen y desvalorizar la de su interlocutor. Mencionaré sólo algunas de ellas. 2.1 Evitar incompatibilidades

Esta estrategia tiene que ver con los procedimientos que permiten evitar incompatibilidades, referidos por Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989:309). Se trata de estrategias dirigidas a eliminar imprevistos y solucionar posibles problemas, situando el discurso en un contexto compartido. Aunque los autores belgas no caracterizan estas estrategias con precisión, en el corpus que analicé (Erlich, 1993) las identifiqué como estrategias discursivas y las agrupé en tres grandes clases: (a) las que anticipan una objeción, (b) las que evitan o retardan el enfrentamiento y (c) las que recuerdan algo al interlocutor. Se pueden presentar con variantes; sin embargo daré ejemplos de cada clase esencial. 2.1.1 Anticipar la objeción El hablante anticipa las objeciones potenciales para invalidarlas de antemano. Muestra su amplitud de criterio porque es capaz de vislumbrar un punto de vista diferente al suyo, favoreciendo así su imagen. Al mismo tiempo, esta estrategia permite ejercer control sobre el discurso del interlocutor, como vemos a continuación: Me va a decir, quizás; “Ud. va a liberar los precios” o no sé qué ... no son problemas puntuales los que debemos tratar sino los temas más importantes. En el ejemplo, el hablante destaca en el discurso potencial de su interlocutor una incompatibilidad con la temática que se debería tratar. 2.1.2 Evitar el enfrentamiento Esta estrategia le permite al hablante llevar la discusión a un área más segura sobre todo si su copartícipe lo incomoda con preguntas comprometedoras: Fabius: ¿Habrá ministros del Frente Nacional en su gobierno si el UDF y el RPR no obtienen la mayoría? Chirac: Sr. Fabius, en un país moderno hay dos clases de comportamiento político. Tenemos a los que respetan los derechos humanos y las libertades y después, desgraciadamente, tenemos también a los que no los respetan ... Fabius: (interrumpe) Responda, por favor ... Como vemos en este caso, el segundo participante evita responder directamente a la pregunta de su interlocutor para no comprometerse, lo cual es destacado por este último cuando lo conmina a responder.

2.1.3. Recordar algo al interlocutor Si el hablante escoge la estrategia de recordarle al interlocutor algo que éste sabe, que debería saber o que ha podido olvidar, inserta su propio discurso en un contexto compartido, logrando proyectar una imagen de amplitud de criterio: A nivel gubernamental, Ud. recordará ... que en la época de la Liberación el general de Gaulle - Ud. es gaullista, creo- incluyó comunistas en su gobierno. Como vemos en este ejemplo, el hablante le recuerda a su interlocutor algo que éste ya sabe con la finalidad de lograr su acuerdo. Las estrategias mencionadas en los ejemplos precedentes son de tipo funcional; no existen formas lingüísticas predeterminadas que se les asocien. El hablante pone en práctica esas estrategias gracias a su habilidad discursiva y al conocimiento que posee de su interlocutor. Otro tipo de estrategias identificadas en este corpus (Erlich, 1993) tiene un carácter más formal. En la retórica aristotélica se clasifican entre las que manifiestan apelativos al razonamiento. Tal es el caso, por ejemplo, de la variedad de estrategias utilizadas para negar una aserción anterior, como veremos en los puntos 3.2, 3.3 y 3.4. 2.2 Invalidar Fabius: ... ¿No habrá ministros del Frente Nacional en su gobierno? Chirac: No. Fabius: ¡Que no los habrá! En este caso simplemente se invalida, o se niega, una aserción anterior sin corregirla y sin dar otros argumentos, utilizando una forma lingüística de negación. Nótese que aquí la invalidación tiene además un toque de ironía, recurso ampliamente utilizado por estos participantes, descrito en la retórica aristotélica como instancia del apelativo al ingenio. 2.3 Rectificar No son problemas puntuales los que debemos tratar sino las grandes líneas ... En el caso de la rectificación, se corrige una aserción anterior con determinados recursos lingüísticos, destacados en cursivas en el ejemplo.

2.4 Refutar ... no estoy completamente de acuerdo ... el objeto de la visita del señor Gorbachov era el de ver si... los soviéticos podían introducir un rincón entre Francia y sus aliados ... en cuanto al avión espacial... el acuerdo .... está lejos de lograrse ya que los alemanes no parecen estar dispuestos a asociarse ... En la refutación, como vemos, la expresión del desacuerdo, que niega la aserción anterior, va seguida de una explicación o razonamiento. 2.5 Desvalorizar Al rechazar una opinión del interlocutor, se puede también atacar su imagen. En el caso de una interacción polémica, el hablante utiliza este recurso no solamente a su favor sino también en desmedro de su oponente. En retórica, el apelativo ético en este tipo de situación interlocutiva cumple de hecho la función de desvalorizar la imagen del interlocutor en lo referente a su sentido común, su buena voluntad o sus valores morales, como lo ilustra el siguiente ejemplo: Pienso que Ud. no tiene autoridad para hacerme esa pregunta porque, efectivamente, para llegar al poder, Ud. hizo una alianza con los comunistas, quienes, a mi modo de ver, son tan peligrosos como la extrema derecha para las libertades y los derechos humanos. 2.6 Comparar En el corpus se identificaron muchas manifestaciones lingüísticas concretas de la tipología de argumentos descritos ampliamente por Perelman y Olbrechts- Tyteca. Entre los argumentos que clasifican como cuasi-lógicos, identificamos, por ejemplo, el argumento de comparación (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1989: 375), el cual establece una relación entre dos discursos o dos marcos de referencia. En la interacción polémica analizada, el hablante sitúa su propio punto de vista en una posición de superioridad. Así lo hace el participante que representa a la corriente socialista en el debate estudiado, como vemos en el siguiente ejemplo donde contrasta la estabilidad que se produciría si él gana las elecciones y la crisis que se desataría si es su oponente quien las gana:

Si el partido socialista reúne una mayoría, podremos avanzar hacia una política de recuperación y habrá estabilidad. Si ustedes tienen la mayoría no podrán gobernar y habrá inestabilidad institucional y quizás hasta crisis. 2.7 Relacionar el grupo y sus miembros Entre los argumentos basados en la estructura de lo real, descritos por Perelman y Olbrechts-Tyteca, identificamos, por ejemplo, argumentos de coexistencia (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1989: 451). Las relaciones de coexistencia son las que unen una esencia con sus manifestaciones. En este tipo de interacción, en la que se busca desprestigiar al oponente, se señalan las contradicciones en estas relaciones. Una de estas relaciones es la que une al grupo con sus miembros. En el siguiente ejemplo, el hablante subraya una contradicción entre las implicaciones del discurso de su interlocutor y las declaraciones de un miembro respetable de su partido, inscribiendo esta estrategia en una refutación: En cuanto a los comunistas, permítame recordarle que no soy yo, sino uno de sus viejos compañeros del partido socialista que explicó que éstos no estaban a la izquierda sino al Este... Esta estrategia se basa en el supuesto de que existe congruencia entre los actos y discursos de una persona con los actos y discursos de su grupo de pertenencia. Estas son sólo algunas de las estrategias argumentativas aisladas. Pueden presentarse solas, en combinación o acompañadas de otros fenómenos que se producen en las interacciones verbales, como son los hechos prosódicos o las interrupciones. 2.8 Síntesis de las aplicaciones teórico-metodológicas en el análisis del corpus oral (a) se analiza el corpus en su totalidad, segmentándolo en secuencias temáticas compuestas de intercambios (b) se identifica cada intercambio y las intervenciones que lo componen (c) se identifican las estrategias argumentativas (d) se interpreta la función interactiva de las estrategias tomando en cuenta los parámetros situacionales y contextúales

(e) se determina la forma como se resuelve el intercambio, con base en la no¬ción de orientación argumentativa. 3. ANÁLISIS DE TEXTOS ESCRITOS: APLICACIONES TEÓRICO METODOLÓGICAS

Los artículos periodísticos de opinión estudiados a los cuales me referiré se ubican en el ámbito del discurso político. A continuación identifico estos estudios: (1) (Erlich, 1999). Trata acerca de discursos de oposición al candidato Hugo Chávez Frías en la campaña presidencial de 1998. (2) (Erlich, 2000a). Se refiere al discurso de un actor político opuesto al go-bierno del presidente Chávez. (3) (Erlich, 2000b). Analiza un texto publicado en un periódico perteneciente a una organización antirracista francesa. Es el único estudio referido a una realidad sociopolítica diferente a la venezolana. (4) (Erlich, 2001). Examina el discurso de un actor político enfrentado al go-bierno del presidente Chávez. (3) (Erlich, 2002a). Presenta un análisis de las funciones estratégicas en textos que se refieren al referéndum sindical venezolano. (6) (Erlich, 2002b). Analiza la presentación de sí mismo y del otro en textos acerca del referéndum sindical venezolano. (7) (Erlich, 2003). Aborda la función prescriptiva en textos que tratan el tema de la Asamblea Nacional Constituyente. A diferencia de los textos extraídos de debates orales, como los presentados en el punto 2, los estudios que giraron en torno a los artículos periodísticos se basaron en muestras de textos de número muy variable recogidos en diferentes periódicos, en la mayoría de los casos producidos por una gran diversidad de emisores y a lo largo de determinados períodos de tiempo. El criterio temático fue central en estos trabajos. Las temáticas tratadas se identificaron por medio de la noción de macroestructura semántica (van Dijk, 1991) o por medio de instrumentos más objetivos como los análisis computarizados utilizados en la lingüística de corpus

(Scott, 1999). Los textos analizados en estos estudios son de tipo persuasivo porque hacen uso de recursos retórico-argumentativos que buscan imponer determinadas percepciones del mundo. Como veremos más adelante, estos recursos son de diferentes tipos. El punto de partida teórico en estos estudios es fundamentalmente, también aquí, el de la “nueva retórica” de Perelman y Olbrecht-Tyteca (1989). Los textos sometidos a consideración son estudiados desde la óptica de la retórica argumentativa porque están diseñados para lograr determinados efectos en sus receptores. Dichos efectos se relacionan con los valores y antivalores dominantes en una comunidad discursiva o universalmente, según el caso, con base en los cuales se erige la argumentación enmarcada en determinados temas. En los próximos puntos, me referiré a los estudios identificados numéricamente. 3.1 Estudio (1) En el estudio que giró en torno a la campaña presidencial de 1998, se seleccionaron 13 artículos de opinión que manifestaban oposición al candidato presidencial que gozaba del más alto nivel de favoritismo. Por medio de la macroestructura semántica se identificaron las temáticas que se le asociaban: el peligro, la violencia, la incompetencia, la duplicidad, la indefinición, el totalitarismo, la locura, la cobardía, el fascismo-nazismo. El análisis mostró que estas temáticas se presentaban de manera reiterada y sustentaban las estrategias argumentativas dirigidas a menoscabar la imagen del personaje político en cuestión. El análisis de tipo cualitativo, fundamentado en criterios retórico-argumentativos, puso en evidencia las falacias sobre las que se construían los argumentos y que reafirmaban las temáticas identificadas, como fue el caso de las expresiones categóricas o los juicios de valor apriorísticos, la falsa causalidad, la falsa implicación, el argumento basado en la autoridad (insostenible en términos lógicos), los términos vagos. Daremos algunos ejemplos de razonamientos falaces encontrados en el corpus. 3.1.1 Las expresiones categóricas o los juicios de valor; expresados por medio de un léxico tendencioso, como en: una opción electoral que representa un pavoroso retroceso político

3.1.2. La falsa causalidad, expresada por medio de la asociación artificial de causaefecto entre los términos: Declaraciones como esas... son las que ponen en vilo la estabilidad jurídica del país y ahuyentan las inversiones y provocan la fuga de capitales con repercusiones obvias sobre la economía nacional y el incremento del desempleo. Como acabamos de ver en el ejemplo, se establece una relación directa de causaefecto difícil de probar entre las declaraciones del candidato objetado y ciertos fenómenos. 3.1.3. La falsa implicación, en la que se deriva algo de lo que se expresa literalmente en un contexto dado: ... pero amigos, Betancourt nunca desdijo su responsabilidad histórica, su rol protagónico en la caída del general Isaías Medina Angarita, llámese ésta revolución o golpe o nefanda fecha. La implicación que se desprende del ejemplo anterior apunta hacia una actitud poco valerosa del candidato presidencial que había participado en un fallido golpe de estado, contrapuesta a la actitud valerosa del ex presidente Betancourt. 3.1.4. El argumento basado en la autoridad, en el siguiente ejemplo se recurre a una expresión de Juan Domingo Perón con el fin de apoyar la tesis de la incompetencia del candidato objetado: Es tan torpe que convierte en derrota un desfile militar. 3.1.5. Los términos vagos, que contienen información incompleta o poco precisa utilizada como argumento evidente para sustentar una tesis: ... entre la situación alemana de los años veinte y la venezolana actual hay condiciones psicosociales muy parecidas, propicias a la aparición de un movimiento nazi-fascista. En este caso, se habla de unas “condiciones psicosociales” de un modo bastante abstracto, sin dar mayor información. Con el estudio de las falacias en cierto modo nos reencontramos con las preocupaciones iniciales que dieron origen a la obra aristotélica: la necesidad de

refutar las argumentaciones sofísticas, es decir, aquellos vicios lingüísticos o discursivos que aparentan ser argumentativos. Cabe añadir que la problemática de las falacias continúa siendo una de las áreas de interés de los teóricos de la argumentación. 3.2. Estudio (2) Los valores sobre los que se erige la argumentación se sistematizan lingüísticamente en oposiciones dicótomas, como queda evidenciado en este estudio. En él se analiza la retórica puesta en práctica en textos producidos por un actor político que critica el discurso presidencial. Parte de un análisis textual computarizado (Scott, 1999) para destacar los términos clave que apuntan a tres grupos de valores alrededor de los cuales se construyen los razonamientos. Se trata de valores relacionados con premisas de general aceptación relacionadas con “lo preferible”, que los autores belgas distinguen de las que remiten a “lo real” (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1989, p. 131), y que pueden expresarse de la siguiente manera: (a) la realidad tiene preeminencia sobre la apariencia (b) la justicia se prefiere a la injusticia (c) lo útil se valoriza más que lo prescindible Para identificar estas premisas fue necesario distinguir en los textos lo que se dice explícitamente de la función pragmática de los enunciados y sus inferencias. Por ejemplo, de los actos verbales de este actor se derivan señalamientos acerca de la dualidad entre la apariencia y la realidad en el discurso del primer mandatario, como vemos a continuación: Le dimos crédito al discurso que parecía lógico, sensato y explicable. Desechamos el que era ilógico, insensato, inexplicable. ... Pero ese discurso fue el que resultó ser el verdadero. El autor del texto nos lleva a inferir que el discurso presidencial, en apariencia sensato, no lo era en realidad. 3.3. Estudio (3) En este estudio también se evidencia cómo se construye la argumentación sobre oposiciones dicotómicas. Se analiza la retórica de un manifiesto publicado en un

periódico antirracista francés, construido en torno a paradigmas de nociones altamente valorizadas, como la verdad, lo benéfico y la justicia, en oposición a paradigmas de nociones fuertemente desvalorizadas, como la mentira, la maldad y la injusticia. Son valores que podríamos calificar como compartidos universalmente y que tienen correspondencia con los lugares comunes descritos en retórica aristotélica. 3.4. Estudio (4) El objetivo del estudio acerca de la argumentación retórica de un actor político de la oposición venezolana fue el de mostrar la necesidad discursiva de trasgredir ciertos principios pragmáticos. Se sometió a consideración un solo texto, se aplicó el análisis computarizado para identificar los términos clave, aunado al análisis cualitativo. La identificación de los términos más frecuentes arrojó luces acerca de las repeticiones y de los campos semánticos afines. La interpretación cualitativa de los datos mostró la importancia de las repeticiones, reformulaciones, aditivos superfluos, hipérboles y tautologías para reforzar la información un discurso que buscaba persuadir al lector. Se argumentó que esas estrategias se distanciaron de principios pragmáticos de informatividad y exhaustividad (Gice, 1975; KerbratOrecchioni, 1986), como ocurre en el siguiente párrafo extraído del texto considerado: No es posible transigir con lo que se ha convertido en un laberinto sin salida de ajuricidad, ilegalidad y arbitrariedad absolutas, sin caer en aquiescente complicidad con la secuela sucesiva de usurpaciones, arbitrariedades y violaciones que día a día se producen y que trituran y machacan, en forma cada vez más irremediable las condiciones que serían necesarias para recuperar la legitimidad de un Estado democrático de Derecho por la vía electoral. Como se puede apreciar, el segmento “un laberinto sin salida de ajuricidad, ilegalidad y arbitrariedad absolutas” se reformula casi inmediatamente con “la secuela sucesiva de usurpaciones, arbitrariedades y violaciones”, sin aportar ninguna información nueva sino, al contrario, parafraseando o repitiendo lo ya dicho. A estos segmentos casi sinónimos les siguen otros. La forma verbal “trituran” es inmediatamente retomada por un aditivo funcionalmente superfluo, como lo es la forma verbal “machacan”. De igual modo, la utilización de términos como "arbitrariedades” y “violaciones” después de la expresión “usurpaciones” parece

superflua y repetitiva. De igual forma, algunos recursos hiperbólicos y tautológicos se observan en las siguientes partes de otro párrafo extraído del mismo texto: Sin embargo, en la última semana, más venezolanos han caído en cuenta de los pormenores de la trampa del laberinto sin salida que han creado .... Hoy veo que cada día son más los que caen en cuenta de los pormenores de las aberraciones jurídicas que con sus usurpaciones hacen una gigantesca trampa. Aquí, la expresión hiperbólica “laberinto sin salida” es equivalente al término "trampa”. Las dos expresiones se utilizan en el mismo segmento de manera tautológica: “la trampa del laberinto sin salida”. Por otra parte, son también hiperbólicos los términos “aberraciones” y “gigantesca”. Estas evidentes transgresiones a los principios de informatividad y exhaustividad pueden, sin embargo, entenderse desde el principio de la pertinencia argumentativa (Kerbrat-Orecchioni, 1986). De hecho, se trata de un texto que busca persuadir a sus lectores. La conocida técnica retórica que consiste en utilizar, y reutilizar, premisas y expresiones ya conocidas responde a la necesidad discursiva de lograr la adhesión del auditorio. Los discursos con fines persuasivos necesitan reactivar continuamente y con diversos grados de intensidad, informaciones ya conocidas o que se acaban de dar que, desde el punto de vista del articulista, los lectores han podido olvidar o no han captado suficientemente. Es en este sentido que las reformulaciones, tautologías y expresiones hiperbólicas son pertinentes argumentativamente. 3.5. Estudios (5) y (6) Los estudios (5) y (6) tuvieron como objeto textos periodísticos que giraron en torno al tema del referéndum sindical de finales del año 2000. Se trató de dos estudios relacionados pues se trabajó con los mismos ocho artículos de opinión publicados en diferentes periódicos a lo largo de una semana. Dichos artículos rueron escritos por dos grupos de actores enfrentados y los análisis cualitativos mostraron que los dos grupos recurren a mecanismos retóricos similares. En el estudio (5) se analizaron las funciones estratégicas de legitimación, encubrimiento y coerción/oposición (Chilton y Scháffner 2000) y en el (6) se analizó la construcción de oposiciones dicótomas de valores y antivalores, en la autopresentación positiva y en la presentación negativa de los otros. En los dos casos se trató de recursos retóricos dirigidos a imponer determinados criterios.

Ejemplos de encubrimiento encontrados en el estudio (5), emitidos por los dos grupos de actores, son los que vemos a continuación, donde se aprecia cómo se omite, o se encubre, al actor de los procesos bajo formas nominalizadas: (a) (hablante a favor del referéndum sindical) ... toda renovación suscita una fuerza de resistencia ... (b) (hablante en contra del referéndum sindical) ... el cariz torpe y atropellante del plebiscito Para la estrategia de legitimación / deslegitimación, en la que los hablantes se colocan discursivamente como portavoces legítimos de sus respectivas corriente- de opinión, haciendo uso de términos colectivos que aluden a la noción de perte¬nencia al grupo nacional, se identificaron en el estudio (5) ejemplos como los siguientes: (a) (hablante a favor del referéndum sindical) ... la gran batalla del pueblo de Venezuela por restablecer la moral .... (b) (hablante en contra del referéndum sindical) ... al unísono, el plebiscito es inmoral... En cuanto a la estrategia de coerción, en estos textos fue significativa la que se traducía en el llamado a votar/no votar en el referéndum, como se evidencia cuando un hablante a favor del referéndum sindical llama a votar afirmativamente “para librar la gran batalla del pueblo venezolano por restablecer la moral" mientras que un hablante contrario al referéndum llama a la abstención porque “el referéndum no es de y para los trabajadores, es un referéndum del gobierne para sus propios fines. Participar en él es refrendar ese despojo ...”. En el caso del estudio (6), la estrategia de auto presentación positiva se evidencia cuando los emisores que favorecen la realización del referéndum sindica, apuntan implícitamente a su sensibilidad humana y a su lucidez, expresada en el conocimiento que poseen, como en los siguientes ejemplos: (a) Todos somos sensibles a lo que pasa en el mundo sindical (b) Lo que sabemos de ellos es que no han sido capaces de emprender un proceso de renovación

Para el mismo grupo de emisores, la estrategia de presentación negativa de los adversarios se ejemplifica al expresar que “hay una campaña contra el referéndum adelantada... por los que no quieren los cambios ... los enemigos conscientes del proceso ...”. El estudio apuntó a la utilización por los grupos enfrentados no solamente de las mismas formas lingüísticas (expresiones colectivas, formas pronominales y verbales de primera persona plural) sino a las mismas nociones semánticas en la construcción de oposiciones dicótomas donde enaltecen su propia imagen y des-prestigian la de los adversarios fundamentándose en el sistema de valores compartido. Cada grupo reivindica los intereses del pueblo y exalta valores para legitimarse y deslegitimar a los otros. Se destaca que aunque los valores sobre los que erigen su retórica son similares, se diferencian por los contenidos dados a esos valores, confirmando así lo observado por van Dijk (1999:104). 3.6. Estudio (7) Este estudio de los textos periodísticos que trataron acerca de la Asamblea Constituyente buscó mostrar que tres grupos de actores sociopolíticos identificados, representantes de diferentes inclinaciones políticas, manifestaron sus racionalidades particulares valiéndose del mismo medio lingüístico con la misma función pragmática, como fue el caso de los verbos modales deber + infinitivo y tener que + infinitivo. Se mostró que esta estrategia lingüística fue utilizada con fines retóricos, para prescribir o imponer discursivamente la acción a seguir. Se trabajó con 108 artículos de opinión en dos periódicos publicados a lo largo de tres meses. Los tópicos relacionados con la temática general de los textos fueron identificados por medio de la macroestructura semántica (van Dijk, 1991) y de un programa de análisis textual (Scott, 1999). Esta última herramienta permitió además obtener todas las instancias de deber y tener que utilizados como verbos modales, con sus contextos de aparición. La interpretación de los datos recogidos en unos cuadros analíticos evidenció la carga impositiva de estos términos y permitió reflexionar acerca de las implicaciones que tiene para la ética comunicativa en el contexto político la utilización de este tipo de estrategia lingüística. El establecimiento y reproducción en el discurso de racionalidades particulares busca imponer determinadas visiones en los modelos mentales de los receptores del discurso. La ética comunicativa (Habermas, 1992) defiende el principio de que la razón no puede establecerse de manera universal o apriorística. Para que se cumplan los ideales de

la ética comunicativa, los participantes que discuten determinado tema deben presuponer que buscan la verdad en igualdad de condiciones y que sólo se impondrá el mejor argumento. Desde esta óptica, las prescripciones apriorísticas o carentes de argumentación pueden ser vistas como afrentas a los principios que subyacen la comunicación ideal. En este estudio pudimos constatar que en el plano lingüístico las prescripciones pueden asociarse con el uso de verbos modales, como lo ilustran los siguientes ejemplos: El pueblo tiene que salir a la calle a defender el poder constituyente. En el procedimiento analítico, se expresó inicialmente una formulación general del enunciado prescriptivo con verbo modal: “un enunciador dice que un ente debe ser/hacer algo”. Luego se identificaron en los textos los tres grupos de enunciadores: los que estaban a favor de convocar la Asamblea Constituyente, los que estaban en contra de su convocatoria o que limitaban su actuación, y el grupo de los que llamaban al entendimiento entre las partes. Igualmente, se agruparon los entes referidos en función de sus características comunes. Estos datos se presentaron en cuadros analíticos con las correspondientes expresiones lingüísticas. Se encontró que las diferencias entre los tres grupos de enunciadores se ubicaron en la dimensión de los contenidos o de las ideas expuestas mientras que guarda¬ban semejanza en cuanto a la utilización estratégica de los verbos modales men¬cionados con función prescriptiva o de obligación. 3.7 Síntesis de las aplicaciones teórico-metodológicas en el análisis de textos escritos En los estudios referidos a los textos periodísticos, vimos cómo las herramientas que nos ofrece la retórica, la lingüística de corpus, la noción de macro estructura semántica al igual que algunos principios pragmáticos, son de utilidad para examinar cómo los emisores buscan imponer sus propias racionalidades en sus intentos de persuadir a determinados interlocutores. 4. A MODO DE CONCLUSIÓN

He presentado aquí los aspectos esenciales de mi experiencia con el análisis retórico-argumentativo de textos pertenecientes al ámbito del discurso político. Como pudimos observar tanto en los textos orales como en los textos escritos, en este tipo de discurso se evidencian claramente las posiciones que se adoptan en torno a determinadas cuestiones. La interacción oral o escrita en los textos producidos en este ámbito discursivo ocurre en un escenario de enfrentamiento que favorece el desarrollo de textos contrapuestos en los que se recurre a diversas estrategias retórico-argumentativas para fijar la propia posición y rebatir la de otros. Como hemos podido notar, las estrategias utilizadas por diferentes participantes son similares, pues independientemente de los temas tratados y de la diversidad de ideologías se recurre al mismo repertorio de recursos lingüísticos que todos comparten. Las diferencias radican en los contenidos particulares que los participantes transmiten por medio de esos recursos. Los estudios presentados evidencian las similitudes formales y funcionales de textos que se ubican en la esfera política. A estas observaciones de interés para el campo de la tipología textual cabe añadir que en los textos analizados predomina la necesidad discursiva de transgredir principios pragmáticos y de ética comunicativa relacionados con situaciones comunicativas ideales. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Aristóteles. (1990). Retórica. Madrid: Gredos. Anscombre, J.C. y Ducrot, O. (1994 [1983]). La argumentación en la lengua. Madrid: Gredos. Bajtín, M. (1982). Estética de la creación verbal. Madrid: Siglo XXI. Bolívar, A. (1994). Discurso e Interacción en el Texto Escrito. Caracas: Consejo de Desarro¬llo Científico y Fiumanístico, Universidad Central de Venezuela. Brown, P. y Levinson, S. (1987). Politeness. Some Universals ofLanguage Use. Cambridge: Cambridge University Press. Chilton, P. y Scháffner, C. (2000). Discurso y política. En T. A. van Dijk (comp). El discurso como interacción social. Estudios del discurso: introducción multidisciplinaria. Barcelona: Gedisa.

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