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USO Y FUNCIÓN DE LOS VERBOS Luis Gruss Para nombrar y organizar acciones en un texto (sentimientos, pensamientos, estados, eventos, etc.) necesitamos usar verbos. La conjugación completa de esos verbos ofrece una cantidad de tiempos para –cabe insistir- organizar debidamente las acciones en el relato. Algunos son básicos. A saber: Pretérito perfecto simple (o pasado simple). Amó. Pretérito imperfecto. Amaba. Pluscuamperfecto. Había amado. Condicional. Amaría. Futuro. Amaré. Subjuntivo: Que ame él El uso de cualquiera de estos tiempos no es indistinto. Depende de su función en la trama textual. Existe un grado cero de la escritura a partir del cual nos desplazamos hacia delante (prospección) o hacia atrás (retrospección). El grado cero –conformado por el tiempo predominante en el relato- ofrece dos planos o puesta en relieve (eso que al autor le interesa destacar por alguna razón). Se habla de plano como en fotografía o cine; los objetos más cercanos al espectador corresponden al primer plano. Los que se encuentran por detrás o como fondo corresponden al segundo. En la crónica periodística el pretérito perfecto simple constituye habitualmente un núcleo narrativo: por lo tanto está en primer plano. El imperfecto refiere al fondo o marco. Ejemplo:
La reunión del jefe opositor con el ministro se realizó mientras los manifestantes –en la calle- apedreaban el edificio. También podría decirse del siguiente modo:
Los manifestantes apedrearon el edificio mientras el jefe opositor se reunía con el ministro.
Vemos el siguiente ejemplo: es el fragmento de La cura, un cuento de John Cheever. Fue en verano. Recuerdo que hacía mucho calor en Nueva York y en el suburbio donde vivíamos. Mi esposa y yo habíamos discutido. Raquel tomó a los niños y se fue en la camioneta. Su partida parecía definitiva. Ya me había abandonado dos veces: en la segunda nos divorciamos y después nos volvimos a juntar. Ahora la veía alejarse con un sentimiento que no era de felicidad, ni mucho menos, pero como aceptando resignadamente una realidad dolorosa. Como digo: era verano. De algún modo me alegraba de que la separación ocurriese en verano. Mi trabajo es más agobiante en esa época del año. Generalmente por la noche estoy tan cansado que no puedo pensar en otra cosa. Además he descubierto que el verano es la estación del año en la cual más fácilmente puedo vivir solo.
El grado cero, en este caso, podría ser el tiempo presente de la narración: recuerdo (presente del indicativo). El yo o sujeto de la enunciación recuerda ahora. Pero también podríamos ubicar ese grado cero en el pretérito perfecto simple. El yo narrador recuerda algo ya pasado. Antes de eso leemos “fue en verano”, lo que ya anticipa que eso que va a narrar ocurrió en un pasado, en un verano que ya fue. Fue (pretérito perfecto simple) indica una acción puntal o finalizada. Luego dice: recuerdo que hacía calor. Hacía (pretérito imperfecto) indica una acción durativa, da idea de continuidad aunque sea enunciada en el pasado. Sería como decir: hacía o hizo mucho calor a lo largo de todo o casi todo el verano en Nueva York. Por eso usamos hacía y no hizo. La misma función cumple “mi esposa y yo vivíamos”. Esto último es como decir “vivíamos casi todo el tiempo”, o sea, acción durativa nuevamente. Raquel tomó a los niños (acción puntual y terminada) y se fue en la camioneta (acción puntual y finalizada). Ya me había abandonado indica un pasado más remoto. ¿Más remoto que qué? Que el pretérito perfecto simple, cuya función suele ser llevar la acción hacia adelante. Su partida parecía definitiva es también pretérito imperfecto y denota una acción durativa. Parecía en general y
durante largo tiempo. La veía alejarse… acción durativa. Pero como aceptando (atención) aparece el gerundio. El gerundio, en general indica una acción en desarrollo, anterior o simultánea a la acción principal. Esta forma puede ser simple (amando, temiendo, corriendo) o compuesta (habiendo partido, habiendo amado, habiendo temido). Ejemplo: Sabiendo que sería detenido, el acusado huyó del país. Habiendo conseguido los documentos, se presentó a la Justicia. Tomando fotos del cadáver, descubrieron nuevos indicios del crimen. El funcionario caminó hacia el auto gritando que era inocente.
Uso incorrecto del gerundio: cuando se lo usa con valor de posterioridad a la acción del verbo principal. Ejemplo: El auto chocó a la madrugada muriendo tres de sus ocupantes. El gerundio puede funcionar como verbo pero también como adverbio. Veamos este ejemplo: Entraron al circo corriendo. Matías se lastimó cortando la carne. Veamos el uso del gerundio como verbo: Matías se lastimó cortándola. (Tengamos en cuenta acá que hay un objeto directo (la carne). Podemos reemplazar dicho objeto directo por
la. Volviendo al texto inicial nos quedaría analizar el he descubierto. A este último se lo conoce como pretérito perfecto compuesto y al menos en la Argentina solemos usarlo en el lenguaje escrito: raramente en el habla común. Es pretérito porque refiere al pasado, es perfecto porque expresa acciones concluidas, es compuesto porque necesitamos para formarlo dos palabras (verbo haber más participio).
Existe también el pretérito pluscuamperfecto y el verbo en este caso expresa una acción que ocurrió en el pasado pero que es anterior a otra acción. Ejemplo: Ya había comido cuando María tocó el timbre. (O sea que primero terminé de comer y después María tocó el timbre) El presente refiere a cosas que están ocurriendo en el momento en el que hablamos o escribimos. En este contexto existen también los verboides, formas no personales del verbo: se caracterizan por no cambiar para acomodarse al sujeto de la oración. Esto pasa con el modo infinitivo. Veámoslo en acción: Me gusta caminar por la playa. Leer es divertido. Viajar es lo mejor que hay. Tengamos en cuenta, finalmente, que el presente suele usarse en algunos géneros (por ejemplo el relato histórico) en lugar del pretérito perfecto simple. Eso no significa un cambio de temporalidad. Apenas puede decirse que el uso del presente en esos casos permite una “actualización” del pasado para el lector. Este recurso, sin embargo, no es muy usual en la prosa periodística (salvo en las notas color o las entrevistas perfil). Pero el presente es necesario también, sobre todo en la descripción, para señalar cosas que siguen siendo aunque los hechos cambien con el tiempo. Veamos un ejemplo: La imagen fue construida en el Alto Perú a fines del siglo XVIII por pedido del fundador de Chascomús. Tiene una estructura de madera y su cabeza, manos y pies son de porcelana. Mide 55 centímetros. No es tan fácil usar el presente cuando hablamos de personas. Veamos este ejemplo.
Conocí a esa mujer en el verano. Era rubia, alta, de figura esbelta y manos de dedos llamativamente largos. (lo curioso es que digo era y tal vez siga siendo rubia, alta, etc.) Pero necesito expresarme de ese modo. Para finalizar va una breve lista de verbos introductorios de palabras de otros (de manera directa, indirecta o en la variante híbrida); entre otros pueden elegirse declarar, negar, afirmar, sostener, preguntar, contar, confesar, prometer, creer, advertir, agregar, pensar, opinar, subrayar, contraatacar, aceptar, etc.