La socialización oral del discurso de la sensibilidad leoparda. XIII

La socialización oral del discurso de la sensibilidad leoparda. XIII Silvio Villegas'- "El año de 1938 será decisivo en nuestra historia". Las primer

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La socialización oral del discurso de la sensibilidad leoparda. XIII

Silvio Villegas'- "El año de 1938 será decisivo en nuestra historia". Las primeras giras de 1938. Desde el 5 de enero de 1938, el comando ospinista de Cali organizó los preparativos para el recibimiento de Silvio Villegas, quien arribó a está ciudad el 8 de enero. El ambiente de celebración en las juventudes ospinistas era evidente. En una cena ofrecida por los amigos de Villegas residentes en las ciudades del suroccidente del país, Abraham Fernández de Soto, en nombre de la juventud derechista, reconoció a Silvio Villegas como el "caudillo auténtico de la renovación conservadora" y adhirió a los postulados expuestos por el insigne homenajeado en conferencias y editoriales: "La juventud os sigue, doctor Villegas, porque interpretáis su pensamiento. Esperaba su inspirador y lo ha encontrado." 1 . Sin embargo, en el Valle, las cosas no pintaban bien para los propósitos de la sensibilidad leoparda. Primitivo Crespo, el esquivo, pero siempre aliado suyo, no estaba muy seguro de las bondades de la candidatura de Ospina Pérez. Su voz, en ese momento escuchada y acatada, se alzó para obstaculizar su difusión en el suroccidente, tierra sagrada para el conservatismo nacionalista. Silvio Villegas aceptó el reto y se dirigió a Cali desafiando el poder del directorio departamental. En la mañana del domingo 9 de enero de 1938, el reconocido leopardo intervino en la ciudad desde el Circo Granada. Su discurso fue transmitido por las emisoras La Voz del Valle, de Cali, Nueva Granada, de Bogotá, Voces de la Ciudad, de Manizales, y Claridad, de Medellín. La prensa reportó que en algunos municipios los conservadores se habían reunido en las plazas principales, en los cafés, en los atrios de las iglesias y en 7

La Patria, enero 12 de 1938. p. 3.

familia a escuchar el discurso. Villegas empezó rindiendo culto a la memoria de Ignacio Rengifo, destacó su ascendencia en el viejo partido nacional, heredero, según señaló, de los ideales bolivarianos, "sus palabras eran actos y sus actos eran parlantes", dijo.2 En su homenaje a Rengifo había una crítica a la que era la dirección nacional del partido por esos días : "Cuando veo la pasividad, la cobardía, la resignación de nuestras masas degradadas por la abstención, pienso que Ignacio Rengifo sentiría hoy vergüenza de nosotros. Los muertos ilustres hablan, y las palabras de ultratumba son amargas". 3 Pero también hubo crítica a Primitivo Crespo, el aliado de ayer: "Al que se crea dueño de la ciudad de Cali, señor de vidas y conciencias, lo invito a que me haga descender de esta tribuna, para que sienta la reacción de una ciudad orgullosa a la cual no se le ofende considerándola como una vereda silvestre, donde no puede escucharse sino la voz del amo".4 Denominó una "conspiración de la hipocresía" el comportamiento de Crespo hacia él. "La desdicha de todos los neófitos y conversos es que se resienten y se tornan fanáticos perseguidores de su antigua fe",5 anotaba. Villegas realmente estaba en sus territorios. Era ampliamente conocido en todo el departamento por las masas conservadoras que le reconocían su trabajo de opositor al régimen liberal. De hecho, la población del norte de la región era de su misma raza, y la vida económica, política, social y cultural entre Caldas y el Valle era dinámica y estrecha. Todo podía permitir Villegas menos que le impidieran el acceso a su propio predio: "jefecillos hipotéticos han querido negarme hasta el derecho a hacer uso de la palabra ante multitudes que me han visto sufrir y padecer al lado suyo. Ni siquiera a conductores auténticos he querido reconocerles título alguno para calificar mis servicios; menos podía tolerárselo a media docena de improvisados sargentos".6 Y era apenas el comienzo. Enseguida Villegas ratificó y afirmó sus posturas políticas e ideológicas, y, como Álzate, las endosó a la candidatura de Ospina. Las conferencias emitidas por radio y el método que encontraron los jóvenes ideólogos nacionalistas para promover dicha candidatura servían para expresar oralmente lo que los miembros de la sensibilidad leoparda habían ya manifestado por escrito. En ese momento sus palabras llegaban a un auditorio mucho mayor, con el peso de la emoción y el énfasis que suele a veces perderse en el texto escrito. Así, de discurso en discurso, Villegas apuntalaba y perfeccionaba la coherencia de su pensamiento. Se repetía, hacía uso de los textos de sus editoriales de La Patria, producidos a lo largo de la década. Ponía en sus labios lo que ya era texto escrito. Él mismo se encargaba de divulgarlos oralmente, consciente de la importancia y trascendencia del medio radial a su disposición. Quienes no lo hubieran leído tenían entonces la oportunidad de oírlo. La novedad era su prosodia, la emoción que le colocaba a su disertación: "El despertar de las provincias será el amanecer de Colombia", dijo al plantear en alta voz el problema de la descentralización que venía pregonando de tiempo atrás: Bogotá es la negación de nuestra cultura aldeana. Nuestra república no está en los grandes centros poblados: su entraña vital es preciso buscarla en las llanuras, en los valles, en las cordilleras, en los cafetales, en las minas de oro y de hulla, en las aldeas y veredas. Todo entre nosotros es rural [...] En los últimos años nos hemos convertido en simples colonias de la metrópoli, porque hemos perdido la viril arrogancia de los abuelos. Los directorios seccionales de ambos partidos, cuando no se nombran desde la capital, parecen simples m a r i o n e t a s manejadas desde las redacciones de los periódicos bogotanos. Pero ya se ha dado el grito del Libertador, De ahora en adelante Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Medellín o Cartagena, tendrán tanto derecho como Bogotá para señalarle inéditas odiseas a la República. 7 2

Ibid.. enero 10 d. 1938, p. 1. Ibid. Ibid. ' Ibid. " I b i d . p. 7. 7 Ibid. 4

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Todos los contenidos del discurso configurado a lo largo de los años de la oposición desfilan ante los oídos de los oyentes: el partido procesional, la acción en la calle, el contacto con la multitud, la antiabstención, el predominio del campo sobre la ciudad, el regreso a la tierra, etc. Villegas resaltó la necesidad de darle al país una orientación esencialmente agrícola y sostuvo que era indispensable evitar las concentraciones industriales. Aseguró que la granja era el prototipo de la vida normal en todo el universo y lamentó que en Colombia estuviera ocurriendo una creciente despoblación de los campos. Los Leopardos eran intelectuales que rendían por escrito y oralmente. Eran buenos para ambas cosas, pero en esta coyuntura preferían desarrollar su vocación de oradores porque consideraban era la parte más importante de un sistema de propaganda con óptimos resultados. Consciente de esto, Villegas se valió de uno de sus émulos: "La palabra gobierna al mundo, hay que hablar sin descanso, con fervor y denuedo para romper esta atmósfera de mudez que circuye todos nuestros problemas [...] De silencio está hecha la atmósfera de los sepulcros". 8 Empero, no los emulaba tan sólo, como lo he dicho atrás, el inspirador positivo de sus ideales, sino también el adversario: "La fuerza que dio al marxismo su asombroso poder sobre las muchedumbres no consiste en la obra constitutiva escrita y preparada por sus intelectuales, sino el formidable diluvio de propaganda oral que esta en teoría descargó sobre la multitud en el curso de los años", 9 decía. La sensibilidad leoparda se diferenciaba de la tradicional conservadora colombiana en el reconocimiento al papel de la multitud en la historia, en la necesaria comprensión del rol de las masas. Su propuesta y su concepción de la política son antiaristocráticas, están dirigidas hacia un contacto directo con lo popular. Y en esa dirección ve con buenos ojos, y además así lo estaba haciendo, el despliegue de banderas, escarapelas e himnos en los mítines por su valor sentimental para el pueblo. La época lo embrujaba. Villegas, que poco citaba textualmente, esa vez acudió a un contemporáneo suyo, quien en su formación había leído, lo mismo que él, al intelectual francés Fierre Drieu La Rochelle (1893-1945), conocido como "el dandi fascista", para decir lo que le interesaba a través de sus palabras: "El fascismo no ha salido de la dictadura, es la dictadura la que h a brotado del fascismo. Lo que ha hecho la grandeza de la Italia moderna, es el esfuerzo de una generación que ha buscado y encontrado el fascismo primero, y que luego o al mismo tiempo buscó y encontró a Mussolini. Es preciso que muchos hombres obren, reflexionen, se agiten, para que el mejor de entre ellos, lanzado por ellos, los impulse a su turno". 10 He ahí el elegido candidato Ospina Pérez, el escogido por las generaciones de los Leopardos y la del año 30, es decir la de Álzate, y Villegas aprovecha la ocasión para destacar los lazos estrechos que las une gracias a unos mismos propósitos y a una misma lucha: Sin tener la responsabilidad oficial del partido, los leopardos con la generación del año 30, nos pusimos a la cabeza de las multitudes, desafiando en las plazas públicas a los asesinos uniformados. En fulgurantes mítines recorrimos el país desde Tunja hasta Popayán. Fue así como el partido ganó las elecciones de 1932, en la época más sangrienta de la lucha política contra la nueva iniquidad [...] Cuan magnánima fue esa generación del año 30 que hoy escarnecen y excomulgan aquellos mismos que permanecieron en la retaguardia durante las rudas jornadas de la oposición, observando desde lejos ese vasto dolor y esa pujanza indómita, mientras el régimen que masacraba

Ibid Ibid. " Ibid.

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a sus copartidarios les daba suculentas sinecuras en el extranjero y repuestos cargos ministeriales. Los cadetes de la universidad, sin compromisos ni complejidades con el pasado, dejaron entonces sus preocupaciones académicas para ponerse bajo las banderas de un partido vencido, sufrir al pie de las masas y dar cara al enemigo con los sobrevivientes de la catástrofe. Esos muchachos abnegados, valientes y fieles hicieron el milagro convirtiendo una retirada en victoria. El éxito sorprendió al consejo de ancianos que todavía deliberaba entre luchar o someterse, más dispuestos a la capitulación que al combate. Los conductores parlamentarios votaban los proyectos del gobierno temerosamente y llamaban al orden a quienes enarbolábamos en el hemiciclo u n pendón de guerra [...] La última generación, la de 1930, la que está hoy matriculada en las derechas, no llegó a nuestro campo el Domingo de Ramos bajo el abanico de las palmas, entre delirantes aclamaciones de esperanza. Se presentó el viernes de dolores, cuando soplaba el viento trágico de la derrota y el aire se poblaba de sentencias de muerte. No vino a recibir gajes y honores, sino a compartir la persecución y el martirio [...] A esa juventud ilustre por la mente y por el carácter, que le dio todo sin pedir nada, tratan ahora de vejarla antiguos iscariotes, sin darse cuenta de cuánto destino frustrado, de cuántas vidas rotas hay en una generación sacrificada. Mi fidelidad a ella no podrá extinguirse nunca. 11

De esta manera, fluían en los discursos de la sensibilidad leoparda argumentos contra la Dirección Nacional del conservatismo, en particular contra Laureano Gómez. Su empecinada ojeriza hacia la juventud nacionalista hizo que esta se volcara a plantear el conflicto interno en el partido como un problema generacional. Laureano, como contradestinatario de su mensaje, estaba implícito y explícito: "cierto organizador de derrotas". Se le entregaron fortalezas, trincheras, convoyes, armas, bagajes, cuadros movilizados. Tuvo todas las facultades. Cada uno de nosotros recogió un poco su e s t a t u r a política p a r a que resaltase entre todos. Nosotros le creamos deliberadamente un prestigio místico, un a u r a legendaria como necesidad táctica, a fin de que nunca lo abandonase el fervor de las masas y no se resistieran a seguirlo algunos núcleos doctrinarios y veteranos, que no olvidaban los agravios de las euménides al presidente paria. Con él se tuvieron las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. El capítulo de historia política que viene desde 1933 hasta hoy bajo un comando desorientado, puede definirse con aquel título célebre: "Cómo se evapora un ejército". Que se me señale un solo éxito, una sola ventaja, u n a escaramuza victoriosa d u r a n t e este periodo declinante. Nada ni nadie. Ha sido un itinerario de fuga.12

Que la supuesta extrema derecha del partido pidiera democracia interna y autocrítica nos resulta paradójico, pero era la realidad. Los jóvenes nacionalistas luchaban por eso, es decir, por un Partido Conservador democrático, con voz y voto para su mibtancia. Así lo sostiene Villegas en voz alta, para que toda la militancia lo escuche: "El partido necesita autocrítica. Las enfermedades no se destruyen con analgésicos",13 eran reclamos al tratamiento que Laureano les había dado en la pasada crisis de junio. Parodiando la famosa triada de Hegel, Villegas esquematizó así su pensamiento: tesis : capitalismo; antítesis: socialismo y síntesis: corporativismo. Recuérdese que un poco antes Haya de la Torre había recurrido a la misma triada cuando se trató de presentar y justificar el aprismo como síntesis para América Latina. 14 Villegas consideraba, entonces, el corporativismo como el modelo que evitaría en Colombia la lucha de clases : "Sólo dentro de una concepción espiritualista del mundo ensancha el hombre su pobre y estrecho horizonte hasta el océano silencioso de Dios".10 Y esa "concepción espiritualista" era una realidad con Hitler, Mussolini, Franco y Oliveira Salazar, plasmadores del corporativismo, el prospecto social de la derecha, equivalente, 7

Ibid. " Ibid. Ibid. 14 Véase Haya de la Torre o la política como obra civilízatoria (introd. y selec, Jorge Nieto Montesinos). México. Fondo de Cultura Económica. 2000. 777 La Patria, enero 10 de 1938. p. 7, 77

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según decía, al de las izquierdas. Es decir, a lo último se oponía el corporativismo, especie eufemística del fascismo. Era este paradigma en la interpretación de Villegas el causante de haber quebrantado al capitalismo "sometiéndolo a un programa de unificación nacional". 16 Y esto lo maravillaba: "El problema fundamental del país es infundirle a los conductores y a las masas una conciencia nacionalista. A principios del siglo XIX, Alemania no era siquiera una expresión geográfica. Dividida en varios estados era, si mucho, un campo de combate para las grandes potencias europeas". 17 Y enseguida el leopardo citó a Fitche: El pueblo alemán es el pueblo de la tierra; el alemán, el idioma; el espíritu alemán, el espíritu de los pensadores; el sentimiento alemán, el sentimiento de los poetas; la ciencia alemana, la ciencia; el verdadero a l e m á n , el v e r d a d e r o hombre de carácter; el cristiano a l e m á n , el cristiano. En una palabra: en el alma del pueblo alemán vive el alma de la humanidad: su cultura es la cultura.

Y un siglo después decía Villegas: "Alemania era la primera potencia mundial". 18 Era este el modelo a seguir, esta era la propuesta nacionalista: "Colombia necesita hoy un credo semejante. Con voluntad invicta podemos colocarnos a la cabeza del continente. Hay que proclamar la supremacía de nuestras industrias, de nuestra raza, de nuestra cultura, la excelsitud del genio nacional colombiano. Tenemos una misión divina para cumplir en América".19 Peroraba Villegas que, como nacionalistas, no permitirían que industrias extranjeras llegaran al país a competir con las propias! que cerrarían las aduanas para todos los artículos que estuvieran en capacidad de producir los colombianos! que prohibirían la inmigración de trabajadores que aspiraran a disputarle el salario a los colombianos! que expulsarían a los extranjeros que se hubieran apoderado del Ministerio de Educación Nacional! y que dotarían al país del mejor ejército de tierra, agua y aire de todo el continente. De mesianismo en mesianismo se movía el leopardo, quien prometía la salvación a través del nombre de Ospina Pérez, y la de todos estaba encomendada al destino de España: "En la actual guerra civil de la península nuestras masas no están con Largo Caballero, Indalecio Prieto o Manuel Azaña, sino con los caudillos de la reconquista, con Franco y sus heroicos legionarios. Hoy pasa sobre España un hálito de primavera. Evoquemos a Francisco Franco como un signo de redención y de castigo".20 Villegas consideraba que los contenidos del libro Economía industrial y administración, escrito por Ospina Pérez en 1936, eran dignos de la pluma de Oliveira Salazar. 21 Le encantaban al leopardo los planteamientos de Ospina respecto a la conciliación entre trabajo y capital, la armonía entre trabajador y empresario. Esa vez, Villegas se manifestó en pro del intervencionismo —"el Estado tiene que ser el regulador supremo de la sociedad, en defensa de industriales, agricultores y trabajadores"—, 22 pero lo diferenció del de los liberales colombianos. Sostuvo que el suyo provenía de los profetas hebreos, del sermón de la montaña, de las prácticas evangélicas de la Edad Media y de los trabajos teóricos de los ideólogos católicos. El intervencionismo de Estado de Villegas era el de un Estado corporativista, cuyo objetivo principal era hacer desaparecer la lucha de clases "por medio de una acción enérgica del Estado. Como el gran fenómeno nacional es la producción, hay que eliminar todo lo que tienda a disminuirla o perturbarla. Por esto mismo, aseguradas todas las leyes que amparan a obreros y campesinos, garantizándoles un salario familiar, el derecho de huelga debe ser suprimido". 23 En

" Ibid. 77 Ibid. " Ibid. 177 Ibid. '"" Ibid. 21 Véase, Ospina Pérez, Mariano. Economía industrial y administración. Bogotá, Editorial Minerva, 1936. 22 La Patria, enero 10 de 1938, p. 7. 777 Ibid.

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la lucha contra el comunismo, Villegas tenía en cuenta la realización de un amplio programa de justicia, y para ello llamaba a abandonar egoísmos de clase y de secta.21 Finalmente, Villegas propuso un Frente Nacional que se opusiera a la Revolución en Marcha. Deslegitimó la candidatura de Eduardo Santos porque, según él, se trataba simplemente de un nombre que le despejaría el camino al comunismo. Comparó a Santos con Kerensky, sin el cual, señalaba, no hubiera sido posible Lenin. Reclamó el apoyo de un sector del electorado liberal: "invitamos a las derechas liberales a evitarle al país el tormentoso calvario de la revolución española" y predijo que el año 38 "será decisivo en nuestra historia". 25 . Luego de su visita a Cali, Villegas prosiguió su camino hacia Popayán. El 10 de enero, el leopardo era esperado en la estación ferroviaria por la dirigencia del nacionalismo caucano y más de doscientos s i m p a t i z a n t e s del movimiento provenientes de municipios circunvecinos. Ya en el hotel Lindberg, fue saludado e f u s i v a m e n t e por G u i l l e r m o Valencia en r e p r e s e n t a c i ó n del Directorio D e p a r t a m e n t a l Conservador. Esta actitud resultó contraria a la tomada por la dirigencia conservadora vallecaucana, que criticó la visita de Villegas a Cali, como ya hemos anotado. El Directorio Conservador de Cauca publicó el siguiente cartel de bienvenida: "El Directorio Conservador abre complacido de par en par las p u e r t a s de honor al máximo periodista y al orador insigne. Donde se alce u n a tribuna vendrá la honra y la gloria si la ocupa Silvio Villegas. Admiración, gratitud y amistad cubren ahora, como siempre, su derecha" 26 . Instalado ya en el hotel, los líderes derechistas caucanos Elias Salazar García y César Garrido saludaron al leopardo. Asimismo, Villegas devolvió atenciones en un corto discurso en el que elogió a Popayán y al maestro Valencia. Las actividades de Villegas continuaron en la "ciudad blanca". El 11 de enero, el leopardo junto a la dirigencia derechista caucana -Víctor Quintero, César Garrido, César Ayerbe y Marco Álzate Avendaño— fue a Belalcázar, a la hacienda de Guillermo Valencia, a conversar sobre la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez. El 12, el Directorio Conservador de Cauca y las masas conservadoras colmaron el Teatro Municipal para escuchar las conferencias de Hernán Jaramillo Ocampo y Silvio Villegas. Empezó hablando el primero, quien tocó los temas de la cuestión agraria, la candidatura presidencial de Ospina Pérez y el movimiento nacionalista. Posteriormente tomo la palabra Villegas, quien resaltó la unidad táctica a la cual debía llegar el Partido Conservador y la juventud derechista, para lograr el triunfo en las elecciones presidenciales: "El poder no se conquista con plegarias sino con afanes. Si nos declaramos incapaces de conquistar las garantías y de formar un frente cristiano nuestros hijos serán apenas extranjeros indeseables. Si el conservatismo se divorcia de las derechas, se suicida"27. En su alocución, el leopardo criticó las realizaciones de la Revolución en Marcha, especialmente la resolución de los problemas sociales y el proyecto de divorcio debatido en el Congreso. Para Villegas, el Partido Conservador era la colectividad sobre la cual se "sostenía la grandeza de la República" 28 . Sostuvo que las soluciones de la cuestión social no provenían de Moscú, sino de Cristo y sus enseñanzas bíblicas. En este orden de ideas, "la grandeza de la República" debía ser salvaguardada por un hombre "austero y noble" que la

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Es interesante anotar que La Razón reprodujo íntegramente un documento de la Internacional Comunista en que se les daba instrucciones secretas a los miembros de esta organización para seguir utilizando el régimen liberal para los propósitos de la revolución proletaria. El estilo en que estaba redactado el documento muestra la dimensión y el carácter de la intromisión y la influencia de la Komintern en el comunismo criollo. Véase La Razón, enero 2 de 1938, pp. 1, 3 y 11. 27 Ibid, p. 8. 26 La Patria, enero 12 de 1938, p. 1. 2 " Ibid., enero 1 3 de 1 938. p.4. 2 - Ibid.

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representara. Este era Mariano Ospina Pérez, cuya candidatura enfrentaría a la de Eduardo Santos. Expuestos estos puntos, la multitud estalló en júbilo. Según la fuente consultada, Guillermo Valencia le dijo al leopardo: "¡Gigantesco, bien merece usted como pedestal al Ruiz!"29. Acto seguido, los oradores y los miembros del Directorio Conservador salieron hacia el hotel, donde fueron agasajados con una cena. El 13 de enero, Villegas y Jaramillo Ocampo retornaron a Manizales, deteniéndose en Buga a presidir una manifestación ospinista. La correría por las principales ciudades del suroccidente del país le permitió a Villegas apreciar la aceptación de la candidatura presidencial de Ospina Pérez entre las masas conservadoras. En sus notas de viaje, Villegas agradeció a los líderes de los comités ospinistas de Cali y Popayán sus atenciones y señaló satisfactoriamente: "En el occidente colombiano las masas conservadoras pueden dividirse en diversos grados de fervor por la candidatura de Mariano Ospina Pérez. Lo que no hay es enemigos suyos. A pesar del hosco silencio de las directivas el pueblo conservador se asocia instintivamente a este movimiento, con indomable voluntad de vencer"30. Más aun, las conferencias le servían como recordatorio al silencioso Directorio Nacional Conservador para que diera solución a esta cuestión política. Para el 10 de enero se hablaba del retorno a actividades de la dirigencia conservadora nacional. La prensa liberal capitalina seguía con particular interés el desenvolvimiento de la candidatura presidencial de Ospina Pérez y anunció la realización de una convención nacional conservadora en febrero 31 . En El Colombiano, José Mejía estuvo de acuerdo con la convocatoria de la convención nacional de su partido, la cual debería legitimar el clamor de las masas conservadoras de lanzar la candidatura presidencial de Ospina Pérez. Para su éxito, esta reunión debía contar con la asistencia de delegados departamentales elegidos democráticamente por los seguidores locales del partido. Era la única manera de sortear la animadversión surgida en los directorios departamentales ante la propuesta presidencial de Ospina Pérez, puesto que la dirigencias conservadoras de doce departamentos —con excepción de los directorios departamentales de Antioquia y Caldas— se hallaban influenciadas por el Directorio Nacional presidido por Laureano Gómez32. "Convención Democrática y No Plebiscito de Directorios", escribió airadamente el periodista antioqueño 33 . Así, la sensibilidad leoparda recurría a los métodos democráticos y a la opinión pública representada en las masas conservadoras para protocolizar la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez. Mientras tanto, el ex secretario del conservatismo, Luis Ignacio Andrade, gerente de El Siglo, señalaba en la mismísima Manizales que el Partido Conservador no iría a las elecciones con candidato propio y que el único candidatizable, que era Laureano Gómez, sería lanzado el día en que se tuviera la certeza de su triunfo. El controvertido agente del laureanismo descalificó las actividades del leopardismo, lo que causó revuelo en la capital caldense. 34 Esta misma posición era compartida por J u a n Uribe Cualla, quien calificó de "programa carnavalesco" al "prospecto, la banderas, las escarapelas, las flores, los himnos". Según él, estas no daban garantías para que el conservatismo participara en los comicios de mayo. Por el contrario, Uribe Cualla exaltó la labor adelantada por el Directorio Nacional Conservador en cabeza de Laureano Gómez, quien predicaba, paradójicamente, una política de "disciplina y unión" dentro del 2

" Ibid. " Ibid. enero IB de 1938. p, 3. Véase las ediciones de El Espectador. El Tiempo y La Razón posteriores al 9 de enero de 1938, 22 Véase El Colombiano, enero 9 de 1938, p, 5. Estos argumentos fueron profundizados por José Mejía Mejía en las posteriores "Rúbricas" publicadas el 11 y 12 de enero de 1938, 73 El Colombiano, enero 9 de 1938. p. 5. "Véase ibid., enero 13 de 1938, p. 6. 77

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partido 35 . Corrían los días del nuevo año y los miembros del Directorio Nacional Conservador se reunían de manera secreta a discutir el tema de la candidatura conservadora. Eso sí, los altos mandos de la colectividad proseguían con su táctica de silencio sepulcral que se prestaba a todo tipo de interpretaciones. El 19 de enero, El Tiempo señalaba las maniobras oscuras encabezadas por el DNC para desarticular la candidatura presidencial de Ospina Pérez, aduciendo la conocida falta de garantías 36 . El 23 y 27, este mismo diario manifestó que el Directorio Nacional había procedido a regañadientes a apoyar la candidatura presidencial del político antioqueño 37 . Sin embargo, todo esto eran sólo rumores y no había una confirmación exacta de la política conservadora ante este tema. La promoción de la candidatura de Ospina ponía en evidencia la proyección de Silvio Villegas como personaje de la política nacional. Después de Cali y Popayán, Villegas estaba programado para cubrir a Ibagué y las ciudades de la Costa Atlántica. Aunque Álzate Avendaño hizo parte de la primera comitiva, el protagonismo de Villegas terminó por opacarlo! cuestiones de táctica leoparda. En el departamento del Tolima, caracterizadamente liberal, las derechas estaban organizándose. El 30 de enero había tenido lugar una sonada asamblea de la juventud derechista en las oficinas del semanario El Derecho. La asamblea fue moderada por el coronel Eugenio Varón Pérez, fundador del Centro Derechista Marco Fidel Suárez y organizador de las derechas en el departamento. Los asistentes aprobaron proposiciones de saludo a La Patria, a las directivas de la Acción Nacionalista Popular, a los leopardos Silvio Villegas y Augusto Ramírez Moreno y al general Amadeo Rodríguez, y, por supuesto, las derechas tolimenses adhirieron a la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez! acordaron impulsar un frente anticomunista que salvara a la Nación, y criticaron al gobierno de Alfonso López Pumarejo, en especial las reformas que atentaban contra la familia. Así, el 6 de febrero se dieron cita en Ibagué Eliseo Arango, Ernesto Martínez Capella, Hernando y Anacreonte González. De Manizales arribó la plana mayor de los nacionalistas: Joaquín Estrada Monsalve, Silvio Villegas y Gilberto Álzate Avendaño. Los conferenciantes trazaron las pautas propagandísticas para la conquista de la región, que incluían periódicos, radio, carteles murales, avisos en el cinematógrafo, conferencias y manifestaciones populares. La atención sobre el Tolima hacía parte de la estrategia de fortalecerse en la región para competirle al DNC, que obviaba la convocatoria de una convención nacional para escoger el candidato del partido: "Nadie entiende en el Tolima la forma como pretenden resolver en Bogotá el problema de la candidatura presidencial, convocando una reunión de servidores y amigos íntimos del doctor Laureano Gómez, en vez de citar una convención democrática, donde esté ampliamente representada la orientación de las provincias". 38 Sustentaba Villegas que en la historia de Colombia era tradicional que la opinión fuera de la periferia al centro, pero se lamentaba que el centralismo hubiera progresado en tal forma que ya no era posible resistir, sino en los departamentos con cierta orientación autónoma por motivos raciales y geográficos. Y reiteró lo que ya era uno de los ejes de su discurso: N o s o t r o s a s p i r a m o s a u n a política p r o v i n c i a n a , que no se m a n e j e d e s d e Bogotá por correspondencia sino que tenga como principal objetivo la movilización constante de las multitudes, dentro de un ambiente cordial de comunicación entre el pueblo y los jefes. Nadie 77

El Espectador, enero 11 de 19.38. p. 6. El Tiempo, enero 19 de 1938, p. 3. Ibid.. enero 23 de 19,38. p. 7; y enero 27 de 1938. p. 3. 74 La Patria, febrero 8 de 1938. p. 3. 7B 17

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sabe todo el poder del contagio que tiene una inmensa muchedumbre reunida, con banderas, insignias y escarapelas. De esta concentración multitudinaria brota una mística y una extraña voluntad de poderío. 39

De a h í que se dedicara a d e s t a c a r la cohesión política y d o c t r i n a r i a del conservatismo tolimense: En ninguna parte puede realizarse tan fácilmente un movimiento de coordinación entre todas las fuerzas contrarrevolucionarias, porque todos comulgan en una misma doctrina [...] en torno del grupo de El Derecho se m u e v e n dos o r g a n i z a c i o n e s e j e m p l a r e s : la F a l a n g e Nacionalista y el Centro Marco Fidel Suárez, cuyos esfuerzos es preciso unificar. La Falange está animada por el idioma, la doctrina y la táctica de las derechas. Allí están los hijos de los nuevos y de los antiguos jefes, el despertar del Tolima en la primacía de sus flores. La Falange entiende la vida como un sentido de misión. Fundamental para estas agrupaciones juveniles es completar sus equipos con obreros y campesinos. Esta es la tarea que puede y debe cumplir el Centro Marco Fidel Suárez, creación de la mente apostólica de Eugenio Varón Pérez, quien se encuentra hoy empeñado en realizar un censo completo de las fuerzas restauradoras en el departamento. 4 0

La Razón, que pescaba en río revuelto, que opinaba sobre la política conservadora de acuerdo con sus intereses, es decir, que halagaba a nacionabstas o a laureanistas según le conviniera, terció y vaticinó esta vez a favor del espíritu de las políticas de Gómez: Los viejos políticos conservadores son de parecer que ese partido debe ofrecer su apoyo irrestricto al señor Santos para la lucha contra el desorden social. Parece que su tesis triunfará, pues el mismo grupo histórico que tiene muy efectivamente en sus manos la jefatura del conservatismo, comprende que no sería posible combatir racionalmente a un jefe de Estado que se presenta con el amplio programa conciliador del señor Santos. A este respecto la actitud del diario El Siglo es muy tranquilizadora. 4 1

La conquista de la Costa Atlántica. He venido a la costa de Atlántico, como antes lo hice a la del Pacífico, con el propósito de predicar un evangelio nacionalista, cada día más necesario ante el avance de las fuerzas internacionales que amenazan destruir nuestra cultura como Nación y la fisonomía republicana. No quiero hablar exclusivamente p a r a los conservadores, sino principalmente para los liberales, colocándolos ante el dilema de nuestro tiempo- izquierdas y derechas. Mi a s p i r a c i ó n es que a l g ú n día l l e g u e m o s a entendernos en un gran movimiento nacional que rebase la disciplina y la doctrina de los partidos políticos en defensa de la nacionalidad colombiana. 42

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Ibid " Ibid. ' La Razón, febrero 6 de 1938. p. 5. 2 La Patria, febrero 19 de 1938, p. 15.

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Una agitada agenda tendría Silvio Villegas en su gira por la Costa Atlántica a partir del 18 de febrero: hablaría en el Teatro Heredia de Cartagena, en la Quinta de San Pedro Alejandrino de Santa Marta, en el Teatro Cisneros de Barranquilla. Sus discursos serían transmitidos por Emisora Cartagena y Emisora Atlántico con retransmisión por la Colombia Broadcasting y Radio Manizales. La gira de Silvio Villegas por Barranquilla, Cartagena y Santa Marta hacía parte de la estrategia de organizar conferencias y difundirlas por los medios radiales, además de publicarlas en su totalidad en la prensa escrita de la sensibilidad leoparda. Las tesis expuestas en las ciudades de la Costa ya estaban difundidas en el interior del país. Se trataba, por un lado, de convencer a la opinión política de esa región de las bondades de la candidatura de Ospina Pérez. Por otro lado, se pretendía coadyuvar a la organización de las derechas regionales y jalonar al conservatismo costeño hacia el nacionalismo. De ahí el comentario de Benigno Acosta Polo, jefe redacción de La Patria•' No es una fiesta de palabras la que lleva el director de este diario. Es un itinerario de futuras y riesgosas actividades nacionalistas. Va a proponerlo, de m a n e r a especial, a los hombres nuevos de todos los partidos. A quienes tienen un futuro por delante, de anchura nacional, sin un pasado estrecho, ensombrecido por el sectarismo. Va a sacudir corazones, a inquietar inteligencias, a estremecer el árbol canceroso de los prejuicios políticos, para pedir a las últimas promociones h u m a n a s de Colombia que lo desarraiguen con mano firme [...] En las nuevas promociones colombianas aspiramos a construir nuestro credo colombianista. Este credo tiene como finalidad una Colombia bolivariana, cristiana, nacional y corporativa. Los ideales del siglo pasado cumplieron ya su ciclo histórico. Están realizados y sepultos. Para una empresa de temerarios empeños, carecen de contenido y de sentido. La ceniza es abono nada aconsejable para una cosecha de heroísmos y de fervores místicos. 43

Villegas viajaría a la Costa Atlántica con la cabeza grande. El comienzo de año había estado saturado de trascendentales acontecimientos, el más importante de los cuales había sido la celebración del Tercer Congreso del Trabajo, reunido en Cali entre el 20 y el 25 de enero de 1938. Este evento constituyó un éxito para el movimiento comunista internacional, lo mismo que, por efecto de sus resultados, para el Hberabsmo colombiano, que prácticamente se quedaba con la dirección de la Confederación Sindical de Colombia. Al mismo tiempo, la Iglesia organizó en Medellín la Segunda Semana Social de Colombia, cuyo propósito era paliar la influencia del Congreso Obrero de Cali. A la famosa frase del Manifiesto comunista- "Proletarios de todos los países unios", los organizadores de la Semana Social propusieron: "Acudid trabajadores de todas las latitudes, unios en un solo corazón y en una sola alma a la sombra bendita de la Cruz de Jesucristo"." El evento contó con la participación del sacerdote Félix Restrepo, quien disertó sobre la influencia del comunismo en el país. 45 Reconocía Restrepo que numéricamente el comunismo valía poco, pero señalaba que "como infección en los centros obreros es tan grave que en cualquier momento puede llegar a paralizar la República y a poner en peligro la vida ordenada y la pacífica convivencia de los ciudadanos".lfi Para sus considerandos anticomunistas, se vaha de la metáfora biológica, tan usada en el campo de la argumentación científica de la época : De nada valdría mejorar la situación del obrero, si se deja circular libremente la infección por medio de la propaganda comunista. Por sano que sea un organismo puede infectarse de un momento a otro. Así como la higiene obliga a los individuos y a los gobiernos a no permitir la '• Ibid.. febrero 18 de 1938, p. 3. La Defensa, enero 18 de 1938, p. 8. Revista Javeriana. febrero de 19,38. pp. 3-24. 417 Ibid.. p. 17. Véase también La Patria, febrero 4 de 1938, p. 3. 47 47

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propagación de las enfermedades contagiosas, así la higiene social impone a todos los ciudadanos y también al gobierno el deber de impedir las propagandas disolventes y corruptoras. Dejar envenenar impunemente el organismo nacional es delito de lesa patria. 47

Sostenía Restrepo que la lucha contra el comunismo debía abarcar dos frentes: usar una acción enérgica contra su propaganda, y velar por el mejoramiento del nivel de vida de las clases trabajadoras. Le preocupaba al sacerdote jesuíta que la Iglesia perdiera su influencia sobre los obreros y sobre sus fieles en general. Llamaba la atención sobre su trabajo en los campos de Cundinamarca y Antioquia a través de sindicatos agrícolas, sociedades de mutuo auxilio y cooperativas. Por medio de la creación de una Liga de Justicia Social, una asociación de patronos católicos resuelta a poner en práctica los postulados de la justicia social, proponía romper el monopolio que ejercía el Gobierno sobre los obreros de los centros urbanos. Los empresarios que estuvieran de acuerdo con la iniciativa debían comprometerse a elevar lo suficiente el nivel de vida de sus obreros, no sólo para cubrir sus necesidades básicas, sino también para que pudieran formar sus propios capitales que les permitieran atender la educación de sus hijos y la superación de los imprevistos propios de la vida. Esa vez, la voz autorizada de Restrepo daba salida real y en la práctica a la Doctrina Social de la Iglesia: "dar a los obreros participación en las utilidades de las empresas, no una participación miserable sino digna. Un 20 o un 10 por ciento siquiera de las utilidades de cada balance anual, repartido entre los obreros, resolvería de un golpe la multitud de problemas sociales".48 Villegas le siguió la cuerda al padre Restrepo en editorial que saludaba y desarrollaba los contenidos de su conferencia de la Javeriana : "Estas ideas hay que proclamarlas oportunamente e inoportunamente en la prensa, en el pulpito, en plazas, teatros, calles y circos, si aspiramos a contener los avances del comunismo",49 escribió! y en el mismo estilo de Restrepo, el de la metáfora biológica, anotó: "Cuando la sociedad tiene suficientes antitoxinas no hay peligro de infección. Un organismo sano se defiende por sí mismo".50 Bajo la influencia de Restrepo, Villegas se comprometió con una campaña por la elevación de los salarios campesinos! por habitación barata, pan, educación, higiene! por un régimen de justicia y armonía que se opusiera al sindicalismo revolucionario. De otro lado, los ideólogos de la ANP difundían las bondades de la Falange española como oposición también al sindicalismo comunista-liberal. Se distinguía entre estos ideólogos Carlos Ariel Gutiérrez, quien se esmeraba en difundir el programa social de la Falange que ocultaban sus críticos. Para ello reproducía los veintiséis puntos originarios del movimiento y destacaba su anticapitalismo y su vocación social: "El Estado nacional-sindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre los hombres ni asistirá impasible a la dominación de la clase débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica". 61 Le tocaba a Villegas mediar entre algunos excesos de la derecha nacionalista. Para el cumplimiento de su estrategia y como líder de la candidatura de Ospina no le convenía reproducir a pie juntillas las posturas de los dirigentes derechistas. Le salió al paso a un artículo de Armando Solano, en el que se consideraba el discurso de Villegas en Cali como el acta de nacimiento del fascismo en Colombia.52 Villegas demostró estar al tanto de las discusiones en el seno de la Internacional Comunista 17

Revista Javeriana, p. 24. Ibid.. p. 23. Véase también La Patria, febrero 4 de 1938, p, 3. Ibid. '" Ibid. 77 Ibid., febrero 3 de 1938, p. 5. 72 Véase el editorial de Armando Solano "El fascismo colombiano", en Diario Nacional, febrero 14 de 1938, p. 3, 44

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y de las posturas de Dimitrov en su interior. Por eso declaró, una vez más: "No somos fascistas, sino nacionalistas. Nuestro movimiento no se inserta en formaciones internacionales. Cada país tiene un destino que cumplir y su forma de gobierno depende de ciertas premisas históricas"/' 3 No negaba, sin embargo, la influencia de los gobiernos autoritarios de Europa occidental. Señalaba que el perfil romano de Mussolini suscitaba la devoción de su comunidad política por los héroes, a la vez que confirmaba el concepto que tenían sobre "la influencia determinante de la personalidad en la historia". 54 Pero, sobre todo, enfatizaba : "Acaso el movimiento que nos sea más afín es el de la falange española o el integralismo portugués". 56 Era la ratificación de toda una prédica de más de una década, que los años habían afilado. No era, tampoco, la primera vez que Villegas confirmaba su credo, pero no desaprovechaba la oportunidad para repetir con mayor claridad: "En España se enfrentan no dos grupos políticos, sino dos concepciones de vida. Nosotros estamos con los nacionalistas, que defienden los valores espirituales de occidente". 56 Para el leopardo, la situación en Colombia se le parecía a la española, creía estar viviendo la misma guerra civil, sólo que por otros medios: "A nuestro juicio, la situación del país va haciéndose análoga a la de la península durante la vigencia del frente popular". 57 No significaba todo lo anterior que el nacionalismo de la sensibilidad leoparda fuera copia del falangismo o del fascismo en general. Como aquí se ha visto, hubo y se hacían esfuerzos por darle al nacionalismo criollo una textura local, y se vivía ese proceso desde los distintos matices nacionalistas. Por eso, Villegas afirmó: Nuestro movimiento tiene una raíz bolivariana y católica, no es una importación de tesis foráneas. En el pensamiento desmesurado de Bolívar cupo la América, con sus problemas y sus soluciones. La concepción bolivariana del Gobierno es la que más se acerca a las necesidades nacionales. La doctrina social-católica nos suministra la clave de un orden nuevo, justiciero y cristiano. 58

En realidad, el integralismo luso y brasileño apenas se colaba con la presencia de nombres como el de Antonio Ferro. Pero esta vez la polémica con Solano le permitió a Villegas sacar al baile a un autor desconocido o no mencionado: Joáo Ámeal, de quien el leopardo cita: El nacionalismo integral es la doctrina y la mística procesadas por quienes poniendo la Nación —realidad e idea— por encima de artificiales engranajes políticos, la consideran como un organismo vivo, permanente, con características propias, con una tradición qué continuar, un interés constante a qué atender, un futuro solidario qué reconstruir. Implica, por lo tanto, una concepción orgánica del pueblo, no como un agregado fortuito de individuos, sino como una unidad religiosa, moral, histórica, geográfica y étnica. 59

P a r a cerrar la polémica, Villegas sentenció: "Nacionalista es el mensaje que transmitimos a los hombres nuevos de las derechas, destinados a ser la generación del rescate". 60 Se trataba del último editorial escrito por Villegas en La Patria antes de viajar a la Costa Atlántica. Así, el 18 de febrero de 1938, Silvio Villegas partió del aeródromo de Cartago rumbo a la Costa. Alas cuatro de la tarde aterrizó en Soledad, donde fue recibido como héroe por los miembros del Directorio Conservador del Atlántico, integrado por los 77

La Patria, febrero 16 de 1938. p. 3. Ibid. Ibid. 77 Ibid. 77 Ibid. - Ibid. '" Ibid. "' Ibid. 77

77

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laureanistas Nicolás Roca Niz, Abel Carbonell y Evaristo Sourdis. Al recibimiento también asistieron Carlos Martínez Aparicio, director del diario La Prensa de Barranquilla, Alfredo Carbonell, Alberto Roncallo, Arturo de Castro, Benjamín Sarta, Anacreonte González, Aníbal Campo y Otto Flohr. La comitiva se dirigió al hotel El Prado, donde hospedaron al leopardo, quien recibió allí la visita de viejos conocidos, como Víctor Dugand. Villegas fue objeto de un homenaje especial en el Club Barranquilla.

La conferencia de Silvio Villegas en Cartagena. Mi m a y o r a n h e l o es que se d e r r i b e n l a s murallas del odio que hoy separan a nuestros partidos políticos y que oscurecen el futuro. P o l í t i c a m e n t e a s p i r o a un r é g i m e n de concordia: económicamente a un régimen de armonía: social y moralmente a la justicia y el equilibrio. 01 [...] l a s derechas gobiernan: l a s izquierdas discuten. Las derechas trabajan en los telares de ¡a realidad: ¡as izquierdas en el laboratorio de la quimera. Las derechas construyen: las izquierdas hacen ruido.6'2

El domingo 20 de febrero, Silvio Villegas se desplazó a Cartagena. El ambiente favorable a la visita del líder nacionalista se venía preparando de tiempo atrás. Un día antes, Patria Nueva, órgano de la Falange local al servicio de la ANP, dedicó su edición al ilustre visitante: Llega, grávido de pensamientos, para verter desde esta cumbre, gólgota de heroísmo otrora, ideas de renovación que vienen canalizando un nuevo cauce que roturará el suelo de la patria desde el Caribe hasta el Amazonas. Ideas, pensamientos, palabras forjadas al rojo-blanco más puro del nacionalismo que se objetivizan en el enunciado equilátero de autoridad, orden, libertad y justicia social.63

El semanario de la Falange cartagenera reprodujo apartes de la conferencia de Villegas en Cali, y promovió la que dictaría en Cartagena: "Gran Conferencia. Mañana a las 5 p. m. en el Teatro Heredia, dictará una magistral conferencia sobre actualidad política nacional el doctor Silvio Villegas. Se invita al público sin distingos de partidos para que concurra a dicho acto cultural. Nota : No habrá invitaciones especiales". 64 En horas de la mañana, la comitiva de líderes conservadores cartageneros, uniformada con camisas azules, se dirigió hacia el aeródromo de la ciudad en completa algarabía a recibir a Silvio Villegas. El leopardo fue acogido con el ritual de la simbología fascista: calle de honor y saludo con el brazo en alto. El ilustre visitante fue llevado al hotel América, donde mantuvo reuniones con destacados dirigentes conservadores 77 72 7777

64

Apartes de la conferencia de Silvio Villegas en Cartagena. Véase ibid.. febrero 21 de 1938, p. 8. Ibid. Patria Nueva aparece con un eslogan en la parte superior, que dice "Semanario anticomunista"' y un subtítulo después del nombre 7 '"Órgano de la Falange". En el extremo superior derecho se lee7 "Repudiamos el sistema capitalista que se desentiende de las necesidades populares y aglomera a los trabajadores en masas informes propicias a la miseria y a la desesperación. José Antonio". Véase Patria Nueva, febrero 19 de 1938. p. 1. El semanario había comenzado a circular el 10 de diciembre de 1937. Estaba dirigido por Marco García B. y administrado por Alfonso Amado y Claros. Una de sus secciones, "La Página de La Falange", reproducía textos de los ideólogos del falangismo español. Ibid. El semanario traía en sus ediciones un aviso clasificado que rezaba 7 "¡Falangistas! Ya están a la venta los botones-insignias de la Falange colombiana (Acción Nacionalista Popular), especiales para la solapa. Para la adquisición entenderse con el administrador de este semanario. Calle de la Moneda, N° 57. Tel. 27-58".

El porvenir del pasado 383

bolivarenses. Hacia el medio día se le ofreció un almuerzo en el Club La Popa, que contó con la asistencia de miembros de la alta sociedad. En la tarde se encontró con la muchedumbre que le esperaba en el Teatro Heredia. Hizo gala de su vocación literaria para referirse a la ciudad: "Vengo por segunda vez a Cartagena como si viniera a una cita de amor, y sé que abandonaré nuevamente sus murallas como las olas que se alejan gimiendo". 65 Rodeado de laureanistas, en esa ocasión Villegas fue cauto. El discurso se desarrolló en el mismo diseño de los anteriores. Agregaba cada vez nuevas metáforas y metonimias, uno que otro elemento nuevo al análisis, que hacía que su pensamiento fluyera más diáfano: La única consecuencia que ha tenido la abstención conservadora en Colombia ha sido permitir la consolidación rápida del régimen liberal. La renuncia a intervenir en la política no nos libra nunca de los resultados. La Constitución y las leyes firmadas por el Parlamento homogéneo tenemos que cumplirlas, como si se hubieran elaborado con nuestro concurso. Cuando no se tiene valor para ser martillo hay que resignarse a ser yunque. Las fuerzas conservadoras en el país están padeciendo la historia porque les ha faltado fe para crearla. 66

Amplio espacio dedicó Villegas al comunismo. Lo presentó de tal manera que puso al auditorio en el dilema de alinearse entre la izquierda y la derecha a costa de sacrificar las antiguas militancias liberal y conservadora. La candidatura de Ospina sintetizaba ese proceso: En torno a esta candidatura se ha organizado un movimiento nacionalista llamado a rebasar la disciplina de los partidos tradicionales y a preparar, de manera efectiva, la contrarrevolución del orden. En nuestro tiempo la lucha por el poder se desplaza del plano político al plano social. No es posible plantear y resolver los problemas de hoy, con los prejuicios de ayer. La guardarropía política del siglo XIX ha pasado a los museos. En el tremendo drama que se desarrolla en todos los continentes no actúan en el escenario sino comunistas y nacionalistas, izquierdas y derechas. Todo el que ocupa una posición intermedia es un agente de caos. Es un delito contra el porvenir de Colombia seguir sosteniendo la querella artificial de los partidos, desguarneciendo las fronteras de la nacionalidad, para que avancen sin obstáculo las patrullas de asalto de Moscú.67

Eran posturas extraídas de las columnas que en su propio periódico escribían los líderes de la derecha y que el leopardo compartía e intertextuaba. Vivía por entonces el país una abierta confrontación entre izquierda y derecha. En Cali se había realizado un congreso sindical que asustó a los nacionalistas que se volcaron a escribir sobre las bondades de la Falange española: En Cali —apuntaba Rafael Lema Echeverri— las chusmas comunistas irrumpieron en el Estadio de San Fernando a gritos de 'abajo el fachismo' y aprobaron una moción de solidaridad con los verdugos de Barcelona y Valencia. Pero esta gente ignora qué es el fascismo y no el capitalismo voraz y soviético o las alucinaciones judías del frente popular francés, en donde el proletariado ha encontrado un estilo más audaz y directo de la justicia social.68

Se trataba de la realización del Tercer Congreso del Trabajo, que había sido importante tanto en sus formas como en sus contenidos. Había contado con una amplia participación internacional, tuvo un carácter antifranquista y antifascista y, gracias a la influencia del Partido Comunista en él, los liberales se alzaron con los principales cargos directivos. La suerte del comunismo colombiano se ató al liberalismo. 69 Esta 66

La Patria, febrero 21 de 1938. p. 1 Ibid.. p. 2. Ibid. 7777 Ibid., febrero 5 de 1938. p, 5. 677 Véase ampliamente Medina. Medófilo, Historia del Partido Comunista.... p. 326 y ss. 7777 777

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polémica estrategia comunista fue aprovechada por el nacionalismo conservador para caerle al liberalismo. 'Rubayata', como en el caso de la manifestación del primero de mayo de 1936, encontró tema para continuar su ironía: Poetastros, intelectualoides, generales, veteranos de los Mil Días, escribidores y toda la plana mayor, la élite de aquel ex partido político h a n sido vencidos por unos cuantos t r u h a n e s encabezados por la vivacidad intelectual de Gerardo Molina, Diego Luis Córdoba, Gilberto Vieira, Armando Solano y Ángel María Carrascal. Toda la truhanería organizada por el presidente López el primero de mayo de 1936 —emboladores, alhamíes, zapateros remendones, maritornes, barrenderos y demás mesnadas de inconscientes elementos de los explotadores comunistas— se adentró en el Congreso Sindical de Cali para proclamar la urgencia de la dictadura del proletariado que en forma disimulada, se ha venido imponiendo. 70

Ironía de tinte excluyente y aristocrático que se mezclaba con posturas como la siguiente, que aparentaba ser verdadera: "Tenemos dos estados: el liberal, que es de acto, y el comunista, que está en potencia y que para su verdadero florecimiento no espera sino el golpe alevoso de Alfonso López, despedazando leyes y la constitución para instaurar la dictadura del proletariado". 71 La memoria del espectáculo del Tercer Congreso estaba presente en el discurso de Villegas. Por eso desvirtuó el mito de la de Santos como una candidatura de centroderecha: [...] el liberalismo sigue, sin quererlo, un candidato presidencial que tiene el alma candorosa de Francisco de Asís cuando se propuso domesticar al lobo de Gubia. Al doctor Eduardo Santos lo llevarán al Palacio de la Carrera únicamente para que le guarde el puesto a su sucesor. La Presidencia de la República será un ejemplo vacante en el próximo cuatrienio [...] En torno suyo no existe ningún fervor de muchedumbres. Puede garantizarse que no alcanzará en las elecciones de mayo más de trescientos mil votos. El doctor Santos es el Miguel Abadía Méndez del Partido Liberal. 72

De esta manera, Villegas llamó a participar en las elecciones como la única medida para oponerse a la República Liberal. Su convocatoria abarcaba esta vez a los liberales, a quienes consideraba traicionados por el lopismo : "El régimen está importando mercancía soviética con etiqueta liberal. Yo denuncio este contrabando en grande escala, para que se vigilen de ahora en adelante las aduanas", 73 dijo. Reiteró y profundizó en los paradigmas nacionalistas de la época, de los cuales tomaba sus modelos. Puso como ejemplo lo que Mussobni y Hitler habían hecho en pro del progreso de sus naciones después de siglos de atraso. Refiriéndose al primero, dijo: Su obra realiza el milagro de acelerar el proceso histórico, recuperando en quince años lo que Italia había perdido en veinte siglos [...] A la voz imperial de Mussolini tiemblan las potencias desdeñosas que la humillaron, desde la Francia senecente hasta la orgullosa Inglaterra. Su figura se hombrea con la del propio Julio César, sobrepuja a Napoleón, se destaca con la majestad cimera de un monolito en la soledad de su siglo.' 4

De Hitler anotó, entre otras cosas: Su obra verdaderamente monumental fue evitar que Alemania cayera en poder del comunismo. Ninguna nación más amenazada que esta. Sin la energía dominadora de Hitler, Europa estaría 7,1

La Patria, febrero 8 de 1938, p. 3. Ibid. Ibid., febrero 21 de 1938. p, 2. 77 Ibid. 77 Ibid.. p. 5. 77

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hoy gobernada desde Moscú por el puño sangriento de Stalin. Su voz tiene la potencia de los antiguos mitos : es el héroe, el animal nacido para dominar, el superhombre que después de volver trizas la hermosa corona de mil flores de la libertad dobla en torno de su cabeza el rígido laurel. 75

Pero más que esta influencia, Villegas acude a la del proceso español, que considera incalculable por razones de tradición y de cultura: Todo nos une a la península: la lengua, la raza, la religión, la historia, el culto perenne del ideal. La ruta restauradora del general Franco prolonga el viaje de Colón y la travesía de los misioneros [...] La ciclópea lucha iniciada desde un peñón colérico de Marruecos, compromete todos los valores humanos que fundan el orden y m a n t i e n e n u n a disciplina intelectual y moral: e l respeto religioso de la familia, de la tradición, de la propiedad, condiciones elementales de prosperidad cívica en el espacio y en el tiempo. 76

Villegas habló con detalle de los exabruptos, de los excesos del frente popular español que, según afirmaba, habían superado los de las revoluciones Francesa y Rusa. Se apoyó en declaraciones de Goebbels para señalar los estragos de la peste comunista en la familia y el matrimonio: "vilipendio de la esposa, socialización de la mujer, martirio del niño, son los principios que rigen sus actos".77 Aportó cifras y fue patético: "Se le hiela a uno la sangre al tener que recorrer ese infierno de martirio y de dolor. Ya no son hombres quienes conciben y realizan esto. Quizás sean demonios desencadenados en el mundo por un destino inexplicable y misterioso."78 Y les advertía a los cartageneros y a los colombianos en general: "Este es el aciago provenir que le está reservado a nuestra amada Colombia si no frenamos oportunamente la revolución, si bberales y conservadores no forman un frente nacional contra la barbarie cosmopolita".79 Villegas recurrió a las cruzadas, explicó sus contenidos, dijo que por primera vez en la historia del mundo se había luchado no por odios de frontera, sino por la fe y por las ideas. Que se había tratado de un frente unido de Europa contra Asia : En España luchan hoy franceses, alemanes, españoles, rusos, americanos, sin distinción de fronteras, por el triunfo de determinados principios políticos: la cultura contra la barbarie, la propiedad privada contra el colectivismo, la familia cristiana contra el amor libre de los milicianos, el orden contra el colectivismo, la familia contra la anarquía. Cristo contra Lenin. Los pueblos que tienen gobiernos de derechas se sienten hoy unificados, así tengan intereses nacionales en pugna [...] La humanidad vuelve de tiempo en tiempo a sus fuentes espirituales. Del triunfo de las derechas españolas depende en gran parte el porvenir de la humanidad. En los antiguos dominios de los Reyes Católicos, desde Cartagena hasta el golfo de Magallanes, se advierte un anhelo de integración nacionalista. Al rememorar la gesta de los nuevos cruzados parece que pasara sobre las multitudes un hálito de primavera. 80

Silvio Villegas en Santa Marta. La culminación del proceso de búsqueda del héroe. Es preciso realizar un esfuerzo colectivo para suscitar n u e v a m e n t e el culto de los héroes, luchando p o r el predominio de los ideales extraterrestres que animaron a los adalides de la guerra emancipadora [...] El héroe no es '•'• Ibid. 76

Ibid. Ibid. Ibid. 78 7bid, '" Ibid., pp. o y 8. 77

777

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la imagen de bronce que decora las plazas públicas, ni ¡a biografía que se lee en las escuelas o en las universidades. Los héroes son más que todo ¡os antepasados imposibles de superar, que nos animan constantemente a realizar grandes obras. El deseo de imitarlos y de igualarlos, de cumplir hazañas semejantes a las suyas, la p e r m a n e n t e exaltación de la gloria, es la verdadera herencia que dejan sus ilustres hechos. Quien marcha sobre la pista de Bolívar es su propio Libertador.111

El 23 de febrero de 1938, Silvio Villegas fue recibido en Santa Marta por dirigentes conservadores y derechistas, que lo acompañaron hasta la Quinta de San Pedro Alejandrino. Allí estaba programada su intervención. El evento se hallaba colmado de hondos significados. El leopardo hablaría del personaje más importante para los sueños de su propia sensibilidad política e ideológica. Lo hacía en la casa que fuera la última morada de Bolívar, el héroe, el modelo que le permitía a la derecha la legitimación de todo su pensamiento, el mismo en cuyas ideas se escudaban los idearios criollos y extranjeros del nuevo nacionalismo. La ceremonia constituía el punto máximo del proceso a través del cual los nacionalistas habían buscado una identidad heroica nacional más allá de los héroes con los cuales se identificaban los dos partidos tradicionales. Aunque peleaban por la herencia bolivariana desde los conservadores hasta los comunistas, los nacionalistas insistirán en hacer parecer el ideario bolivariano al suyo. Lo importante era que el personaje estaba aferrado positivamente a la conciencia de todos los colombianos. Hablar de Bolívar significaba llegar a un destinatario total. Pero había algo más : desde el amplio ideario de Bolívar era posible verter la ideología nacionalista acusada de extranjera y poco original. Villegas llamó a elaborar una mitología heroica para proponérsela a los colombianos en tiempos de la República Liberal, cuando supuestamente estaba en decadencia el culto a los héroes de la independencia. Para el leopardo era necesario rescatar el amor al pasado. Para él, una mitología heroica, glorias y alegrías comunes constituían el capital sobre el cual se fundaba una nación. Se apoyaba en Renán, pero, ante todo, acudió a su admirado Gustave Le Bon: "Un pueblo donde se debilita la idea mística de patria desaparecerá de la historia sin tener tiempo siquiera para recorrer las etapas de su decadencia".82 Villegas estuvo solemne: 'Vengo a este gigantesco estuario de la gloria a pedir inspiración y consejo",83 dijo. No escatimó superlativos: jefe, dominador, superhombre, Dios de los Andes, genio libertador de América, semidiós extraviado en un mundo de pigmeos. Justificando sus posturas desde los idearios de Bolívar, le adjudicó al Libertador una voluntad cesárea y un temperamento imperial. Entonces Villegas se mostraba partidario del cesarismo. Convencido de que la historia era producto de algunos hombres providenciales, no citaba a Laureano Vallenilla, sino a Eduardo Laboulaye, el jurisconsulto, político y escritor francés, cuya obra estaba ampliamente difundida en América Latina: 777 47 4

De la conferencia de Silvio Villegas en Santa Marta, Ibid.. febrero 24 de 1938. p. 8. Ibid. Ibid.. p. 1.

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El César es siempre el representante y el regulador de la soberanía popular. Él es la democracia personificada, la Nación hecha hombre. En él se sintetizan estos dos conceptos al parecer contradictorios: democracia y autocracia. Hitler y Mussolini r e p r e s e n t a n una congregada voluntad de poderío. Los parlamentos políticos, enfermos de indecisión, son simples academias de gastrónomos ociosos.84

Resaltaba igualmente el hecho de no haber querido Bolívar ejercer el mando desde una constitución o estatuto jurídico alguno, sino a partir de plebiscitos en torno a su propio nombre. Así, Bolívar era un autócrata que ambicionaba un poder absoluto, y tenía la convicción profunda de que los pueblos de América no podían ser gobernados sino con el puño de acero. Villegas destacó, también, la personalidad autoritaria de Bolívar, y subrayó, además: "tenía la moral egregia de los felinos y no la ética pusilánime del rebaño. Era del linaje épico de Alejandro, de César, de Napoleón, de Federico de Prusia". 85 Y en esa propuesta, Villegas llamó la atención sobre el panteón que lo iluminaba: "A Bolívar, Mosquera, Núñez, Reyes, Ospina, temperamentos cesáreos, les debe Colombia su firme arquitectura histórica: los demás han sido simples decoradores del grandioso edificio que ellos levantaron". 86 Y era a partir de esa personalidad fuerte y autócrata que se configura el Bolívar republicano que Villegas anhela rescatar. Un Bolívar que sin perder las matrices de su pensamiento otorgaba considerables derechos sociales al pueblo sin acercarse ni a la anarquía ni a la tiranía. Afirmaba Villegas: Bolívar sabía que en verdad, el gobierno representativo no podía establecerse aquí, que la democracia en cualquier forma concebida era utópica, que la mentira constitucional traería nuevos elementos de descomposición como todas las teorías inaplicables, y precipitaría a nuestros pueblos en la guerra civil tras banderas de ilusión o bajo la dictadura sin freno de los caudillos. 87

Curiosamente, Villegas no rescató al Bolívar guerrero como habría de esperarse, sino al Bolívar estadista, legislador, académico, sociólogo. El proyecto político de Bolívar como cantera de inspiración para el momento que vivía Colombia era lo que interesaba al leopardo. Su objetivo consistía en mostrar cuan distante del ideario bolivariano se encontraba la República Liberal. Por eso, se detuvo explicando cada uno de los componentes de la concepción que del poder tenía el Libertador. Le encomia su devoción por la libertad civil en desmedro de la libertad política y su esfuerzo por mantener la independencia del poder judicial. De ahí que anotara: Hoy sí que tenemos que volver a este ideal bolivariano. La única reforma que no han querido hacer nuestros legisladores es la que establece la independencia y la inmovilidad de los jueces. En todas partes se adivina una administración venal y corruptora, los jefes políticos nombran los jueces por conducto de sus diputados, y al propio tiempo litigan ante ellos. Hoy se venden sentencias como artículos viles en la feria.88

Para entonces ya existían lecturas de la obra de Bolívar desde el liberalismo y desde la izquierda, a lo que el leopardo respondió airado: La parcialidad política y una historia escrita conforme a ciertas ilusiones jacobinas, ha querido presentarnos al Libertador como un girondino de la democracia, un paladín del liberalismo anárquico [...] Cabezas estériles y menudas han querido convertir a los parricidas de la noche 747

Ibid. p. 3. Ibid.

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