LA UTILIZACION DEL GASTO Y DEL INGRESO EN LA MEDICION DE POBREZA LUIS BECCARIA, PABLO PERELMAN SIEMPRO

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LA UTILIZACION DEL GASTO Y DEL INGRESO EN LA MEDICION DE POBREZA

LUIS BECCARIA, PABLO PERELMAN SIEMPRO

516

La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

ÍNDICE Página Algunas consideraciones conceptuales acerca de la pertinencia del ingreso y del gasto para la evaluación del bienestar........................................................................................ 517 La medición del gasto en las encuestas de gastos de los hogares .............................................. 518 Una variante metodológica de la medición de la pobreza por ingreso....................................... 520 La evolución de la pobreza medida por ambos métodos. Una aplicación al caso argentino..................................................................................................................................... 522

La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

517

ALGUNAS CONSIDERACIONES CONCEPTUALES ACERCA DE LA PERTINENCIA DEL INGRESO Y DEL GASTO PARA LA EVALUACIÓN DEL BIENESTAR La constatación del grado efectivo de satisfacción de las necesidades ha sido un enfoque que tiene varios antecedentes al momento de evaluar el bienestar. El mismo ha sido también propuesto como base para analizar la condición de pobreza. Específicamente, debería compararse el gasto efectivo que realizan las personas (u hogares) con el valor de una canasta de bienes y servicios cuyo consumo satisface las necesidades básicas. En tanto aquel iguale o supere a este último, se consideraría que se han adquirido los medios que permiten estar libre de privación. Sin embargo, el gasto total no resulta adecuado para estudiar a la pobreza entendida como falta efectiva de la satisfacción de necesidades. Para ello, deberían compararse los gastos y los requerimientos para cada uno de los distintos satisfactores. El recurrir a este detalle tendría, no obstante, limitaciones debido a la conocida diferencia entre gasto y consumo. El enfoque recién señalado toma en cuenta el bienestar o la satisfacción de necesidades efectivamente lograda; en este contexto se ha visto que el gasto no resulta relevante. Sin embargo, esta variable es apropiada cuando se adhiere a la perspectiva de considerar a la capacidad que el individuo tiene de satisfacer las necesidades básicas. De acuerdo a este enfoque, lo relevante es la potencialidad de la satisfacción que brindan los medios de que dispone. No es este el lugar para discutir las bondades relativas de este último enfoque que, para algunos, tiene la ventaja de introducir la idea de libertad al juzgar la equidad.1 Dos ejemplos de esta aproximación al tema son las propuestas de Rawls de recurrir a los “bienes primarios” como dimensión relevante y Sen, que plantea la idea de “capacidad”. Esta última, sostiene el autor, es más adecuada que la de Rawls en cuanto toma en consideración las diferentes demandas que tienen los individuos debido a la diversidad existente en términos de atributos personales, medio ambiente, etc.2 En el contexto de este último enfoque –al que, para simplificar, referiremos como de las capacidades—, el ingreso que disponen los individuos del hogar –unidad relevante para el estudio del bienestar en general y de la pobreza en particular--3 es una variable fundamental. La satisfacción de las necesidades, o el logro de cierto nivel de bienestar, se produce al consumirse bienes y servicios que son adquiridos en el mercado. El ingreso que sus miembros reciben regularmente constituye la fuente principal de recursos que les permite realizar esas adquisiciones. El monto del ingreso –adecuado de forma tal de tomar en cuenta los diferentes requerimientos de cada hogar en particular-- resulta, por tanto, una variable sintética de razonable utilidad para la evaluación del bienestar. Al analizar las definiciones y procedimientos frecuentemente empleados en las encuestas de hogares para medir el ingreso, se plantea que las mismas presentan limitaciones cuando se lo desea utilizar para evaluar la incidencia y características de la pobreza así como ciertas cuestiones de equidad. Tales dificultades llevarían a preferir al gasto como indicador de la capacidad que los hogares tienen de adquirir bienes y servicios. Dos son los argumentos que se esgrimen. De acuerdo al primero, la mayoría de los relevamientos captan una versión de los ingresos que resulta inadecuada debido a que se refieren a un período corto (el correspondiente al último mes, en el mejor de los casos). Ello puede generar una variabilidad de las capacidades a lo largo del tiempo que no resulta analíticamente relevante en muchos casos. En lo que hace específicamente a la medición de la pobreza, puede llevar a que se clasifique como 1

Véase, por ejemplo, varios trabajos de A. Sen, por ejemplo, Inequality reexamined, Cambridge: Harvard University Press, 1992, o Roemer, J Theories of distributive justice, Cambridge: Harvard University Press, 1996.

2

Ver Sen, op.cit. Acerca de las limitaciones del enfoque de “capacidad” de Sen, véase, por ejemplo, Sugden, R. “Welfare, resources and capabilities” en Journal of Economic Literatura, Vol. XXXI, N° 4, 1993.

3

Aún cuando no debería minimizarse las dificultades que genera una distribución intrafamiliar inequitativa.

518

La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

pobres a ciertos hogares que regularmente no lo son, y viceversa. El hecho que un hogar tenga un ingreso “corriente” inferior a la línea de pobreza no significa que no disponga de recursos para alcanzar la canasta básica en ese período ya que podría recurrir al ahorro si aquellos hubiesen sido insuficientes. Tampoco se estaría en condiciones de asegurar que el hogar dispondrá de los recursos para alcanzar la canasta cuando el ingreso “corriente” sea superior a la línea ya que podría estar obligado a ahorrar --en previsión de caídas posteriores-- debido a que el obtenido en ese período es anormalmente alto. Sería deseable, entonces, disponer del ”ingreso permanente”, aquel teóricamente pertinente, aún cuando el ingreso correspondiente a un período de referencia amplio podría ser un proxy adecuado. Como ni siguiera esta segunda alternativa puede operacionalizarse en buena parte de los relevamientos disponibles, el gasto aparece como la solución en tanto el mismo constituiría, precisamente, una mejor aproximación del ingreso de un período más extenso. Es sabido que el gasto total de los hogares fluctúa menos que el ingreso corriente y su monto está determinado por el ingreso permanente o, al menos, por los recursos que ellos esperan lograr sobre un período que es más amplio que el corrientemente considerado en los relevamientos a hogares. Si bien el hogar no siempre realiza transferencias de recursos en el tiempo para compensar las fluctuaciones del ingreso, la evidencia muestra que el gasto exhibe mayor estabilidad que aquel. En segundo lugar, se sostiene que los errores de medición del gasto son menores que los que sufre el ingreso. Específicamente, el nivel de subdeclaración resulta menos marcado en el caso de la primera de esas variables.

LA MEDICIÓN DEL GASTO EN LAS ENCUESTAS DE GASTOS DE LOS HOGARES Se señalaba en la sección anterior que las limitaciones del ingreso tal como es frecuentemente medido en las encuestas de hogares, al menos en las permanentes, ha llevado a que se sugiera la conveniencia de recurrir al gasto como indicador de capacidad. Sin embargo, y más allá de los comentarios ya efectuados, la forma con la que se releva el gasto en las encuestas de gasto también impone restricciones a la posibilidad de emplear a esa variable para la estimación de la incidencia de la pobreza. Se considera que estas son incluso mucho más serias que las que enfrenta el ingreso. Dichas limitaciones obedecen al hecho que esas encuestas utilizan un período de referencia breve para indagar acerca de los gastos en alimentos mientras que los hogares tienen diferentes modalidades (específicamente, frecuencia) en lo que hace a la compra de estos bienes. Ello impide que, para muchos hogares entrevistados, se pueda alcanzar un valor de gasto total que resulte significativo como indicador de consumo. En efecto, se interroga normalmente acerca de las erogaciones realizadas durante la semana anterior, lo cual lleva a que algunos hogares declaren un valor muy reducido (y otros, muy elevado) si concentran las compras en determinadas semanas del mes. Uno de los objetivos de las encuestas de gasto es el de estimar valores agregados del gasto de conjuntos amplios de hogares donde los sesgos generados por aquel procedimiento de captación se compensarían: algunos hogares relevados habrían realizado adquisiciones de alimentos (o compras correspondientes a consumos de períodos amplios) en la semana de referencia mientras que otros que no habrían realizado compras (o habrán efectuado adquisiciones destinadas a abastecerse sólo para un período corto). Esta práctica de relevamiento, que resulta adecuada teniendo en cuenta aquellos objetivos, produce un efecto muy serio cuando se desee emplear al gasto total de cada hogar como indicador de su ingreso promedio y compararlo con el valor de una línea. No puede confiarse, en este caso, que operen las compensaciones. Nada garantiza que el número de hogares “no pobres” de acuerdo al ingreso

La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

519

permanente4 con gastos medidos menores que el consumo sea similar al de hogares “pobres” con gastos medidos superiores al consumo. El efecto que produce esta forma de levantar el dato de gasto puede deducirse de un ejercicio realizado con los datos de la Encuesta de Ingresos y Gasto de los Hogares (EIGH) realizada durante 1997 en las áreas urbanas de Argentina.5 El mismo consistió, simplemente, en el cálculo de la incidencia de la pobreza utilizando, alternativamente, al ingreso y al gasto de los hogares. Por tanto, en un caso se comparó la línea de pobreza por adulto equivalente con el ingreso por adulto equivalente de cada hogar mientras que en el otro la comparación se efectuó con el gasto por adulto equivalente. Las proporciones que se muestran en el cuadro 1 corresponden al Gran Buenos Aires, única área del país para la cual se dispone actualmente de una estimación oficial de la línea de pobreza.6

CUADRO 1 INCIDENCIA DE LA POBREZA EN EL GRAN BUENOS AIRES, 1996 (%)

Utilizando el gasto Proporción de hogares Proporción de personas

21.3 30.1

Utilizando el ingreso 14.1 21.7

Debe tenerse en cuenta que el ejercicio sólo intenta ofrecer una comparación de ambas perspectivas y, por tanto, ejemplificar las dificultades que plantea para la medición de la pobreza el uso del gasto tal cual es medido en las EIGH. No debe entenderse, por tanto, como la búsqueda de estimaciones precisas de incidencias. Por ejemplo, cabe señalar que estos cálculos se han efectuado comparado el valor de la línea oficial correspondiente a septiembre de 1996 con los ingresos y gastos de hogares entrevistados a lo largo del año. Si bien la inflación registrada durante el mismo fue reducida, este procedimiento puede introducir un leve sesgo en el nivel, aún cuando se considera que no afecta a la comparación de ambas mediciones. Analizando los resultados, se observa que la proporción de hogares con ingresos por debajo de la línea se encuentra bien por debajo de aquella obtenida cuando se recurre al gasto. En principio, y de acuerdo a lo comentado más arriba, la diferencia entre las mediciones que recurren al ingreso y al gasto – como proxy del ingreso permanente-- puede arrojar cualquier signo. Sin embargo, cabría esperar que la incidencia de pobreza resulte mayor cuando se recurre a los ingresos corrientes ya que el desempleo, en contextos de estabilidad de precios como el de los noventa en Argentina, es la principal causa de variación de los mismos. En efecto, la existencia de algún miembro desempleado provoca una disminución de los recursos corrientes del hogar mientras que, cuando los episodios son de corta duración, ello afecta en menor medida al ingreso permanente o al promedio de un período amplio. Por lo tanto, sería mucho más probable encontrar hogares cuyos ingresos corrientes sean inferiores a los permanentes. La vuelta al empleo de un desocupado obviamente no lleva a que se observe un ingreso permanente inferior al corriente, situación que sería producida, por ejemplo, por la incorporación transitoria de algún miembro a la fuerza de trabajo. Esto último es más esporádico en tanto ello no compense reducciones de ingresos familiares.

4

O al correspondiente a un período amplio.

5

Para una descripción de la encuesta, véase

6

Se agradece al INDEC haber procedido a realizar el cálculo de las incidencias.

520

La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

El hecho que los cálculos realizados con datos del Area Metropolitana muestren una relación entre ambas mediciones contraria a la esperada resulta de la inadecuación del dato de gasto a nivel de hogar que se capta en las encuestas de gasto. La relación que aparece en el cuadro es aún menos esperable si se toma en cuenta que el ingreso medido en la EIGH no resulta estrictamente el “corriente” ya que considera un período de referencia más amplio que el mes (un semestre). Esto significa que cabría esperar una mayor similitud entre ambas mediciones si se dispusiese de datos de gasto a nivel de hogar que no tuviesen las dificultades mencionadas. Cabe finalmente aclarar que no se está sugiriendo que la forma de captar el gasto en las encuestas de gasto genere sistemáticamente un sesgo en la medición de la incidencia de la pobreza del sentido aquí encontrado. La diferencia entre ésta y la que recurre al ingreso corriente tendrá cualquier signo, el cual dependerá de la distribución semanal de entrevistas a lo largo del mes de hogares con diferentes prácticas de compra.

UNA VARIANTE METODOLOGICA DE LA MEDICIÓN DE LA POBREZA POR INGRESO La muestra de la mayoría de las encuestas a hogares de la región tiene un diseño según el cual cada vivienda es visitada durante varias ondas. En el caso de la encuesta de hogares de la Argentina, las viviendas de la muestra son entrevistadas en cuatro ondas sucesivas, reemplazándose en cada una de ellas el 25% de la muestra. Este diseño permite, entonces, el seguimiento de un conjunto de hogares7 a lo largo de varios períodos. El seguimiento de hogares a través del panel permite plantear una variante metodológica de medición de la pobreza, basada en los ingresos que en promedio los hogares obtienen durante varias observaciones. Podría considerarse a este ingreso promedio como una buena aproximación al ingreso corriente del período en que los hogares permanecen en el panel. Como se observa en el Gráfico 1, cuando mayor es la cantidad de veces que seguimos a un hogar en el panel, menor es la cantidad de casos que nos quedan disponibles en la muestra. No solo se pierden los hogares que salen por la rotación, sino también aquellos que no pueden ser reentrevistados. Pero si el objetivo es medir la pobreza, no sólo necesitamos que el hogar haya sido entrevistado en todas las ondas para las cuales realicemos el análisis, sino también que en todas ellas dichos hogares tengan ingresos totales declarados. Esto agrega una restricción muestral adicional a la que por sí misma exige el seguimiento de panel (ver gráfico 2). Existe por lo tanto una tensión entre el objetivo de contar con información de un hogar para el mayor número de relevamientos y la necesidad de acotar el error muestral que deviene del uso de la técnica de panel. En los gráficos 3 y 4 se compara la incidencia de pobreza oficial (que se realiza con toda la muestra) con aquella que surge de utilizar solo los hogares que permanecen en el panel durante cuatro y tres relevamientos. Así comprobamos que si utilizamos la información proveniente de hogares que permanecen cuatro ondas, la incidencia de pobreza tiene un desvío importante respecto de la medición oficial. En cambio, al reducir la muestra utilizada a los hogares seguidos durante tres ondas, el desvío se reduce en forma sustancial, y en algunos puntos de la serie directamente desaparece. 7

La cantidad de hogares efectivamente reentrevistados es algo menor que la de viviendas.

La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

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Para simplificar la presentación, denominaremos ingreso corriente a aquel que los hogares declaran en el mes de referencia de una onda en particular, e ingreso permanente al promedio de los declarados en las ondas durante las que permanecen en el panel. De acuerdo al enfoque que se está proponiendo, se contrasta el ingreso “permanente” per cápita de los hogares (IPCPH) del panel con la línea de pobreza promedio de las ondas del panel o línea de pobreza panel (LPP). A partir de esta variante metodológica, podemos hablar de un método de medición de la pobreza que combine el ingreso “corriente” (de una onda) con el “permanente” (ingreso promedio panel), que es posible aplicar en cada ronda de la encuesta a hogares (ver cuadro 2). De la combinación de la metodología tradicional y de la variante metodológica que estamos proponiendo, surgen cuatro grupos de hogares:

CUADRO 2 MÉTODO INTEGRADO DE MEDICIÓN DE LA POBREZA SEGÚN INGRESOS CORRIENTES Y PERMANENTES

Pobres según ingreso “permanente” (panel). No pobres según ingreso “permanente” (panel)

Pobres según ingreso “corriente” Pobres según ingreso corriente y permanente Pobres sólo según ingreso corriente

No pobres según ingreso “corriente” Pobres sólo según ingreso permanente No pobres

a) Hogares que tienen IPCCH inferiores a la LP e IPCPH iguales o superiores a la LLP; b) Hogares que tienen IPCCH iguales o superiores a la LP e IPCPH inferiores a la LLP; c) Hogares que tienen IPCCH inferiores a la LP e IPCPH inferiores a la LLP; d) Hogares que tienen un IPCCH iguales o superiores a la LP e IPCPH iguales o superiores a la LLP. Este esquema clarifica lo dicho anteriormente en cuanto a que los hogares que son pobres según el método tradicional o del ingreso corriente, no necesariamente caen en la pobreza cuando se los mide según su ingreso “permanente” y viceversa. Esta variante metodológica respeta la filosofía de medición indirecta de la pobreza, ya que determina el porcentaje de hogares que tienen la "capacidad” de adquirir la canasta de pobreza, solo que en un período de referencia más amplio que el usual. En otras palabras, al igual que en la medición tradicional, de lo que hablamos es de la capacidad potencial del hogar de satisfacer a través del consumo un conjunto de necesidades básicas, y no de la satisfacción real. La única diferencia radica en el horizonte temporal utilizado por cada método. Como sucedería si se dispusiese de una medición adecuada del gasto, el uso del IPCPH permite calificar a los hogares como pobres o no pobres, suponiendo que las unidades familiares (aún las de ingresos bajos) poseen alguna estrategia de consumo y ahorro que va más allá del corto plazo. Es esperable que esta afirmación se cumpla principalmente en aquellos hogares donde sus miembros tienen una inserción precaria o intermitente en el mercado laboral, o ingresos muy variables, y que, por tanto, establecen reservas en los meses favorables para utilizarlas en períodos de ingresos insuficientes o de ausencia de ingresos. El enfoque sugerido permite superar las limitaciones del ingreso corriente y ofrece las ventajas “teóricas” de emplear el gasto. En efecto, esta metodología disminuye la probabilidad que se identifiquen

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La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

como pobres a hogares que circunstancialmente tienen bajos ingresos, pero que difícilmente sufran privaciones efectivas. Se ubicarían en esta situación, por ejemplo, hogares donde el principal o único perceptor pierde el empleo pero que tienen ahorros suficientes para financiar la búsqueda de una ocupación adecuada; cuentapropistas profesionales que tuvieron una caída circunstancial en la demanda de trabajo, o quienes habiendo trabajado no recibieron ingresos debido a atrasos en los pagos. Por esta razón, la variante metodológica propuesta posiblemente suavice los efectos de las fluctuaciones de carácter coyuntural que se producen con la medida tradicional. En efecto, es difícil afirmar que los hogares entren o salgan de la pobreza cuando se producen variaciones de corto plazo de sus ingresos. La propuesta de trabajar con una medida menos afectada por la coyuntura, mejora la aproximación al universo de personas afectadas por situaciones de privación reales.

LA EVOLUCIÓN DE LA POBREZA MEDIDA POR AMBOS MÉTODOS. UNA APLICACIÓN AL CASO ARGENTINO Se presenta en esta sección una aplicación de la variante metodología propuesta con datos del aglomerado de Gran Buenos Aires.

CUADRO 3 MÉTODO INTEGRADO DE MEDICIÓN DE LA POBREZA EN HOGARES SEGÚN INGRESOS CORRIENTES Y PERMANENTES GBA – Octubre de 1997

Ingreso corriente Ingreso permanente Pobres según ingreso permanente** No pobres según ingreso permanente* Total

Pobres según ingreso corriente*

No pobres según ingreso corriente*

Total

13.4%

2.5%

15.9%

5.4%

78.6%

84.1%

18.9%

81.1%

100.0%

Fuente: elaboración propia sobre la base de procesamientos especiales de la EPH. Ondas de mayo de 1996, y mayo y octubre de 1997. Notas: *Corresponde al ingreso per cápita familiar relevado por la onda de octubre de 1997. **Corresponde al promedio del ingreso per cápita familiar relevado por las ondas de mayo de 1996, y mayo y octubre de 1997.

Se observa en el cuadro 1 que la incidencia de la pobreza estimada con el ingreso permanente es tres puntos menor que la calculada con el ingreso corriente. En otras palabras, y en consonancia con la argumentación desarrollada más arriba, son muchos más los hogares ubicados en torno a la línea de pobreza que tienen ingresos permanentes superiores a los corrientes que aquellos donde se verifica la relación inversa. Se advierte que el 5.4% de los hogares tienen ingresos corrientes inferiores a la línea, pero ingresos permanentes superiores a ella. En tanto, el 2,5% de los hogares se encuentran en la situación inversa. Es esperable que cuanto mayor sea la volatibilidad de los ingresos de los hogares, la diferencia entre ambas mediciones será también mayor. A lo largo de los años noventa, se observa que la evolución de ambas mediciones (gráfico 5) no siempre tiene la misma dirección y magnitud. Es razonable que así sea porque el ingreso corriente sólo

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influye parcialmente en el ingreso permanente. Este último está también determinado por los ingresos correspondientes a los dos relevamientos anteriores. En aquellos subperíodos donde las variaciones de corto plazo son mayores, la brecha con la medida tradicional se agranda, en tanto que en los de estabilidad, ambas medidas tienden a confluir.

CUADRO 4 MÉTODO INTEGRADO DE MEDICIÓN DE LA INDIGENCIA SEGÚN INGRESOS CORRIENTES Y PERMANENTES Octubre 1997 - GBA

Ingreso corriente Ingreso permanente Indigentes según ingreso permanente** No indigentes según ingreso permanente* Total

Indigentes según ingreso corriente*

No indigentes según ingreso corriente*

Total

1.6

0.5

2.1

2.8

95.0

97.9

4.5

95.5

100.0

Fuente: Elaboración propia sobre la base de procesamientos especiales de la EPH. Ondas de octubre de 1996 y mayo y octubre de 1997. Nota: *Corresponde al ingreso per cápita familiar relevado por la onda de octubre de 1997. **Corresponde al promedio del ingreso per cápita familiar relevado por las ondas de octubre de 1996 y de mayo y octubre de 1997.

La medición de la indigencia a partir del ingreso permanente resulta sustancialmente menor respecto de la tradicional (ingreso corriente). En efecto la incidencia de la pobreza extrema se reduce a menos de la mitad, pasando del 4.5 al 2.1 por ciento de los hogares. Solo el 1.6 por ciento de los hogares es pobres por ambos tipo de ingresos. La diferencia se debería a que una parte significativa de los hogares indigentes cae en esa situación porque carecen de ingreso alguno. Estos hogares muestran una fuerte variabilidad en la condición de actividad de sus miembros y, por ende, en los ingresos que obtienen en el mercado laboral. De todas maneras, los datos de indigencia deben ser considerados con mucho cuidado, ya que tienen asociado un error muestral mucho mayor que los de pobreza.8 Estos resultados reafirman la validez de la medición de la pobreza a través de los ingresos que relevan las encuestas periódicas a hogares. Pero, asimismo, pensamos que la variante metodológica propuesta tiene un valor agregado respecto de la medición tradicional, al intentar una mejor aproximación a situaciones reales de insuficiencia de ingresos, minimizando los efectos de la coyuntura.

8

Obsérvese que a la restricción de casos que impone el seguimiento de panel, el fenómeno de la indigencia afecta a una proporción relativamente reducida de los hogares.

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In cid en cia d e la p o b reza G ran Bu enos Aires. 1996.

U tiliz an do el ga s to

Utiliza ndo el in gres o

P ro porc ió n de h og are s

2 1,3

1 4,1

P r op orc ión de pe rs on as

3 0,1

2 1,7

G ráf ic o 1 M éto d o de p a ne l: p o rce n taje d e ho g ares d isp on ib les se gú n ca nt id ad d e o nd as utilizad as.

G ran Buenos A ires. Período 1993 - 1998. 120,0

Pa ra 1 o nd a 100,0

80,0

Pa ra 2 o nd as

60,0

Pa ra 3 o nd as

40,0

20,0

Pa ra 4 o nd as

19 98 re

19 o O

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98

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93

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94

-

La utilización del gasto y del ingreso en la medición…

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G rá fico 2 M é to do d e pa n el: p o rc en taje d e h og a res c on ing r eso s to tales d e clara do s d isp o nib les s eg ún ca ntid ad d e o nd as u tilizad as.

G ran Buenos Aires . Perío do 1993 - 19 98.

1 00 ,0 90 ,0

Para 1 onda

80 ,0 70 ,0 60 ,0

Para 2 ondas

50 ,0 40 ,0 30 ,0

Para 3 ondas

20 ,0 10 ,0

Para 4 ondas 19

98

98 O

O

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M

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19

19

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O

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19

19

93

93

-

G rá fic o 3 E v o lu c ió n c o m p a ra d a d e la in c id en cia d e la p o b re z a m e d id a a tr a vé s d e l in g re s o c o rr ien t e (e n c u a tro o n d a s ). T o ta l d e h o g a re s y h o g a re s p a n e l.

G ra n B u e n o s A ire s . Pe río d o 1 9 91 - 1 9 9 8 .

25 ,0

P ob res (T ota l d e h og are s) 20 ,0

P ob res (H og are s p ane l)

15 ,0

10 ,0

5 ,0

98

98

97

19 re

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M

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19

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19

93

93 19

92 M

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19

19

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O

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19

91

92

0 ,0

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G rá fic o 4 E vo lu ció n c o m p a ra d a d e la in c id en cia d e la p o b re z a m ed id a a tr avé s d e l in g re so c o rr ie n te (e n 3 o n d a s ). T o tal d e h o g ar e s y h o g a r e s p a n e l.

G ran Buenos Aires. Período 1991 - 1998.

25,0

P ob res (To tal de h ogares)

20,0

P ob res (Ho ga res p anel)

15,0

10,0

5,0

O

98 19

98

97

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19

19

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92

91

0,0

G rá fic o 5 E vo lu c ió n c o m p a ra d a d e la in c id e n c ia d e la p o b re z a m ed id a a tra v é s d e l in g re s o c o rrie n te y p e rm a n e n te .

G ra n Bue nos Aires . Pe ríod o 1991 - 19 98 . 25,0

Pobres po r in greso corrien te

20,0

Pobres po r in greso p erm an en te

15,0

10,0

5,0

o

98

re

19

19

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19 re ub ct O

19

91

0,0

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527

Cu a d ro 1 : M é to d o int e g ra d o d e m e d i c ió n d e la po b re z a s e g ún in g re s o c o rr ie n te y p e rm a ne n te . G ran Bu enos Aires. Oc tubre d e 199 7.

Po br es se gú n ingr es o c or rien te

N o pob re s s eg ún ing re so c o rr ie nte

P o bre s s eg ún in gr es o

Po br es se gú n ingr es o c or rien te

Po br es só lo se gú n ingr es o

pe rm a nen te

y pe rm a ne nte

pe rm a nen te

No p ob re s s egú n ing re so pe rm a nen te

P o br es s ó lo se gún in gr es o c o rr iente

No p ob res

C u a d ro 2 : M é to d o int e g ra d o d e m e d ic ió n d e la po b re z a e n h o g a re s s e g ú n in g re s o c o rr ie n te y p e rm a ne n te . G ran Bu enos Aires. Octubre d e 199 7. Po bres s egún ingre so corrie nte

No pobre s según ingres o corrie nte

Total

13,4

2, 5

15, 9

No pobres se gún ingres o perma nente

5,4

78, 6

84, 0

T otal

1 8,8

8 1,1

1 00

Pob res s egún ingre so perm anente

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