LA VERDAD: FUERZA DE LA PAZ

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LA VERDAD: FUERZA DE LA PAZ "Al observar el mundo en toda su extensión, las vicisitudes de su historia, la multiplicidad de las razas humanas, sus inicios, sus destinos, la recíproca alineación, los conflictos; las empresas, o el actuar sin un fin; los progresos y los logros accidentales, la conclusión impotente de situaciones tanto tiempo prolongadas; la grandeza y miseria del hombre, la amplitud de sus aspiraciones, la brevedad de su vida, el velo que oculta su destino futuro, la desilusión por la existencia, la derrota del bien, el triunfo del mal, el dolor fisico, la angustia moral, la preponderancia y fuerza del pecado, surge una visión opresiva llena de espanto y vértigo, pues produce la sensación de un misterio profundo que se encuentra por entero fuera del alcance de cualquier solución humana". John Henry Newman

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REVISTA STUDIUM

REVISTA STUDIUM Es una publicación semestral de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, Los Olivos Lima - Perú

COMITE DE REDACCIÓN Dr. Andrés Aziani Samek-Lodovici, Dr. José Antonio Benito Rodríguez (Secretario), Dr. Gian Battista Bolis Carcassola, Dra. Clara Caselli, Mag. Héctor Maldonado Felix, Mag. Elizabeth Puertas Porras, Lic. Enrique León Huamán, Dr. Gian Corrado Peluso Fiorenzuola

COMITE CIENTÍFICO Dr. Joaquín Maránez Valls, Mag. Roger Rodríguez Iturri, Ing Luis Aliaga Rodríguez , Mag. Raúl Arrate Mera, Mag. Josefina Bertoli, Dr. Corcado Bucherelli, Dr. Franco Carón, Mag. María Yrene Corcez Mondragón, Dr. Luca Erzegovesi. Dr. Giusepe Folloni, Dr. Giampiero Gambaro, Dr. Erminio Gius, Dr. Fidel González Fernández, Dra. Estrella Guerra Carminiti, Dr. Francisco Iglesias, Dra. Paola Olivelli, Dra. María Pedicooi, Dr. Josef Sayer, D r. Lanfranco Senn, Dr. Cario Toso. Los artículos, los manuscritos y los libros para reseñar, así como los pedidos de suscripción, deben ser enviados a: Revista Studium / Universidad Católica Sedes Sapientiae Esq. Constelaciones y Sol de Oro Urb. Sol de Oro. Los Olivos Lima Teléfonos: 51-1-533-5744 / 533-0008 / 533-2555 / 533-0079 E-mail: [email protected] Websire: www.ucss.edu.pe

REVISTA STUDIU M Deposito Legal: 2001-1190 ISSN 1682-0487 Precio por número S/. 20.00 Suscripción anual S/. 35.00

Porrada: "PROCESIÓN SERRANA" (1926), oleo sobre tela del pintor arequipeño Jorge Vinacea Reynoso (1900 - 1931)

ndice

EDITORIAL

I

PRIMERO ES LA VIDA Dr. Roger Rodriguez lt11rri

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DEMOCRACIA, LIBERTAD, DIGNIDAD Dr. Roger Rodriguez Jturri

VTI

ALMAMATER EL SENTIDO RELIGIOSO DELUIGI GIUSSANI VISTO POR UN LITERATO Dr. Américo Ferrari

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ENSAYOS GUADALUPE Y JUAN DIEGO: ACTITUDES Y TESIS CONTRAPUESTAS SOBRE SU HISTORICIDAD Dr. P. Fidel González Fernández mee}

11

CUANDO LA FE Y EL PODER MUEVEN DINERO: TRIQUIÑUELAS DEL TRIBUNAL DE CRUZADA EN INDIAS Dr. José Antonio Benito Rodríguez

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LACASA HACIENDAPUNCHAUCA: ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO Dr. P.AntonioSANCRTSTÓBAL

61

ESTUPOR Y MISTERIO: ORIGEN DEL UNIVERSO Dr. Manuel Carreira, S J.

75

LA VEREDA DE GUIMARÁ.ES ROSA Y LA VERDAD DE DOSTOIEVSKJ: ESBOZO PARA UN ESTUDIO LITERARIO COMPARADO Biagio D'Angelo

97

EL MODELO DEL DIAMANTE DE PORTER COMO HERRAMIENTA DE INTERPRETACIÓN DELA CONSTITUCIÓN DE UNA VENTAJA COMPETITIVA PARA LAS EMPRESAS DE UN PAÍS DÉBIL Mg. RoffatUo Bentlli

105

DEBATES

APROXIMACIÓN AL DEBATE SOBRE LA EUTANASIA Mg. Miryam Faifa de Giiich

135

EL DESEO DERROTARÁ LAS NUEVAS ESCLAVITUDES Dr. Giorgio Vittadini

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PROTAGONISTA

Dr. P. Armando Nieto Vélez, S.J. LA EDUCACIÓI\, OFIGO CLAVE PARA EL DESARROILO PEIU"ONAL Y EL PROGRESO DE LOS PUEBWS"

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NOTAS

EL APORTE DEL PERÚ A LA VIGÉSIMA SEGUNDA EDICIÓN DEL DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA Mg. Luisa P. Portilla D11rand

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FRANCISCO BECERRA, ARQUITECTO DE DOS MUNDOS: EXTREMADURA Y AMÉRICA, EN EL SIGLO XVI" (Virreinato del Perú) I....1c. Yolanda Fernández Muñoz

187

ACONTECIMIENTO

201

RECENSIONES

213

CONFERENCIA LA CARlDAD DA TESTIMONIO Mon!. Pa11IJo1if Cordes

217

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~· '

ditorial

NO HAY PAZ SIN JUSTICIA NO HAY JUSTICIA SIN PE RDÓN "E.Jte mio, la Jornada M1111dial de la Paz se celebra con el trasfondo de los dramáticos aconteci!!lientos del pasado 11 de septiembre. Aquel día se cometió 1111 crimen de terrible gravedad: en pocos mi1111tos, millares de personas inocentes, de diverso origen étmcoJ11eron horrendamef1fe asesinados. Desde entonces, todo el mundo ha tofllado conciencia con nueva intensidad de la vulnerabilidadpmo11aly ha comenzado a mirar eijuturo con un sentimiento profundo de miedo, hasta ahora desconocido. Ante estos estados de ánimo, la Iglesia desea dar testimonio de s11 esperanza,ftmdada en la convicción de que el mal, el mysterium iniquitaris, no t1C11e la últimapalabra en los avatares h11manos. L.a hístoria de la salvación descrita en la Sagrada Escrifllra prqyecta una gran luz sobre toda la historia del mundo, mostrando que está siempre acompanada por la solicitud diiigmtesy m1micordiosa de Dios, que conoce el modo de llegar a los corazones fllás endurecidosy sacar también buenosfrutos de 1111 terreno áridoy estéril. L.a esperanza que sostiene a la Iglesia al comenzar el año 2002 es que el mundo, donde elpoder del malparecepredominar todavía, se tranifonne realmente, con lagracia de Dios, en un mundo en el que p11eda11 colmarse las aspiraciones más nobles del corazón humano; rm mundo en el que prevalezca la verdadera paz". (Mensaje de S.S. Juan Pablo U, para Ja celebración de la Jornada Mundial de la Paz. 1/1/2002.)

Después del 11 de septiembre el escenario de nuestro mundo ya no es lo mismo. Se habla justamente de una nueva forma de terrorismo y de la urgencia de enfrentarlo y defenderse con nuevos medios y estrategias. Sin embargo, cuando algún comentarista, retomando la tesis famosa de S.P Huntington* sobre el choque de civilizaciones, plantea un distinto horizonte interpretativo en la historia de la humanidad en el siglo XXl, es necesaria una reflexión y un juicio que trate de considerar la totalidad de los factores en juego: en un mundo globalizado y multicultural no se puede identificar, en la diversidad de cultura y religión, la imposibilidad del diálogo y de la colaboración entre pueblos. Juan Pablo II, ya al día siguiente de los atentados, afirmaba en la audiencia general:

"El corazón del hombre es 1111 abismo de./ qt(e brotan a veces planes de inaudita atrocidad, capaces de

· S. P Hunangton; El choque de las civilizac1oncs y Jw reconfigunción dd orden mundial; Madrid, 1997. (kr~ . Ed . 1996) 1

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destruir en unos instantes la vida serenay laboriosa de unpueblo. Pero lafe sale a nuestro encuentro en estos momentos en los que todo comentarioparece inadecuado. Lapalabra de Cristo es la única quep11ede dar una respuesta a los interrogantes que se agitan en nuestro espíritu. Aún cuando parecen dominar las tinieblas, el creyente sabe que el maly la muerte no tienen la última palabra" (12/IX/2001 ); y en su viaje a Kazakistán el Santo Padre reafirmaba "el odio, elfanatismo y el terrorismo profanan el nombre de Dios y desfiguran la auténtica imagen del hombre" (23/IX/2001). Por lo tanto, acogemos este testimonio del Santo Padre y del mensaje de la próxima Jornada Mundial de la Paz (1/I/2002); sus palabras marcan un camino por reconocer en qué se documenta el fundamento del diálogo y de la convivencia pacífica, que radica en la estructura ontológica del hombre, en su dignidad y valor infinito, porque la religiosidad auténtica no es elemento de conflicto o división. Históricamente, no cabe duda que esta grandeza del hombre, su libertad, ha sido definitivamente revelada en Cristo y esta experiencia de liberación continúa en la vida de la iglesia (también con sus errores, reconocidos por el Papa), en la compañía que Cristo ha generado. Congregaciones, asociaciones, movimientos, los rostros de los santos, de nuestros santos, son la documentación de esta humanidad y de la educación a la verdadera estatura del hombre. La Universidad, en este momento histórico, está llamada a la tarea de educar los jóvenes al sentido de su historia, de su tradición y a formarlos como profesionales, en la libertad y en el diálogo, en la justicia y en el perdón.

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Stud1um

PRIMERO ES LA VIDA Dr. Roger Rocldguez ltutri 09 de octubre de 2001

En el Perú se iniciaba la Cita de Cancilleres de la O.E.A. para aprobar la "Carta Democrática Interamericana". Desde este lado del mundo se profería un grito por la paz de la humanidad. De pronto, la atención del orbe s·e centró en Nueva York y en Washington. Uno de los más irracionales y despiadados ataques terroristas se había perpetrado. Dos aviones comerciales impactaron contra las torres del World Trade Center haciendo añicos las moles de cemento new yorkinas. Al rato, un tercer avión comercial impactó dramáticamente contra el Pentágono en Washington, generando en el mundo una inusitada sensación de terror e inseguridad. Las primeras cifras mencionadas por la televisión mundial pronosticaban unos diez mil muertos en Nueva York y otros ochocientos en el Pentágono. En tanto se afirmaba que el Presidente delos Estados Unidos, George W Bush, y la Casa Blanca también habrían salvado esa misma mañana del desastre, pues eran el blanco predilecto al que apuntaba el terrorismo. Cuando ese mismo día, algunos grupos islámicos del Medio Oriente condenaban los ataques contra los símbolos del poder económico y militar de los Estados Unidos, y el grupo fundamentalista más grande de Egipto la "Hermandad Musulmana" declaraba las acciones terroristas contrarias a su fe, Estados Unidos con argumentos de Inteligencia imputó el brutal suceso al líder terrorista Osama Bin Ladeo y al respaldo otorgado por el gobierno talibán de Afganistán. De inmediato, las trincheras de guerra se trazaron. El Presidente de los Estados Unidos prometió, sin más, "una campana amplia, arrasadoray sostenida. Estamos en guerra", dijo. "Si 11n país o grupo viola nuestra tierra, no olvidarán jamás nuestra venganza", respondió Abdul Hai Muttman, vocero talibán, y añadía el líder supremo talibán Mullah Mohammed Ornar, en enérgico modo mandatorio "resistir con valor, conpacienciay con honor, y jamás arredrarnos ante la bestia blanca". En el libro "El Choque de las Civilizaciones", Samuel Huntingdon anunciaba ya hace cuando menos un quinquenio que la culminación de la guerra fria ideológica podría

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Dr. Roger Rodríguez Iturri

tener como prolongación el inicio de un conflicto, esta vez cultural, entre la civilización occidental y otras ajenas a ella.

A la muerte de Mahoma el profeta de Alláh, el año 632, había éste dejado un territorio totalmente transformado. Había logrado la unidad política de la región y creado una fuerte nación unida por el fervor de una fe común. De menos a más, el imperio musulmán se extendió progresivamente desde la India hasta el Atlántico, y para un mejor gobierno se fraccionó en los califatos de Oriente (la Meca, Damasco y Bagdad), de Occidente (Córdova en España) y el de Egipto (El Cairo). Los árabes lograban conquistar con ostensible facilidad numerosos pueblos y extensos territorios, debido, primordialmente, a un intenso fanatismo puesto al servicio de su ideal religioso y de la di fusión del mismo. Lo que parece hacerse visible de nuevo, hoy, es una suerte de discutido fanatismo religioso, con inmensurables soportes financieros y perspectivas políticas, diseñado a base de redes a escala mundial y propietario de una tecnología de combate impredecible. Bruce Hoffman, cienáfico escocés experto en terrorismo, relata en "A IYfano Armada" gue "el terrorismo de esta naturalezp es t1n acto sacramental o 11n poder divino que debe ser ~jec11tado para responder a tma exigencia omandato teológíco". En efecto, toda persona humana, que como todos, es creada a imagen de Dios, tiene efectivamente el derecho natural de ser reconocido como un ser libre y responsable. Mas todo hombre tiene la obligación de prestar a caJa cual el respeto al que éste tiene derecho. Está fuera de discusión gue el derecho al ejercicio de la libertad, incluida la de credo, es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana, especialmente en materia moral y religiosa. Pero es necesario ser prudentes. El tet-rorismo religioso puede ser más salvaje que el propio terrorismo de naturaleza política. Porque sus propósitos en vez de ser selectivos son corrientemente fanáticos e indiscriminados. Si bien su aparición data como fenómeno de escala planetaria desde los años ochenta, tiene experiencia y antecedentes en movimientos anticolonialistas y nacionalistas. Y, en realidad, pareciera que nunca habrá una paz duradera en el Oriente próximo sin una solución del conflicto de fondo a través de un acuerdo de verdad aceptable para la mayoría de los culturalmente involucrados. Y, digámoslo claro, tal vez tampoco habrá acuerdo duradero alguno al conflicto de Oriente sin una solución al problema de

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PRIMERO ES LA VIDA

Jerusalén que sea aceptable para todos. Alguien, tal vez con razón, ha arriesgado la tesis de una fórmula de soberanía compartida que permita solucionar el problema de Jerusalén. Se trata, se dice, que la ciudad pueda formar parte de los Estados principales en litigio, ser a su vez la capital de ellos y administrarse, porqué no, a través de un consejo municipal conjunto. Pero, mientras todos estos asuntos se resuelven, los cristianos y todos los hombres de buena voluntad estamos por la vida y estamos por la paz. Los católicos, nosotros, en efecto, estamos por la paz y por la vida. La vida humana es sagrada. Desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios

y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin . Sólo Dios es Señor de la Vida desde su comienzo hasta su término; nadie en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente. La Iglesia Católica nos recuerda el precepto: "no matarás" . Nuestro Señor pide la paz de todos los corazones y denuncia la inmoralidad de la cólera homicida y del odio. La cólera es una disposición del deseo de venganza. La venganza como el mal de aquel a quien es preciso castigar, es ilícita. Si la cólera llega hasta el deseo deliberado de matar al prójimo o de herirlo gravemente, constituye una falta grave contra la caridad. El Señor nos dice: "todo aquel q11e se encoletice contra stt her1J1ano, será reo ante el ttib11nal" (M t 5,22). En sentido contrario, los que renuncian a la acción violenta y sangrienta y recurren para la defensa del ser humano a medios que están al alcance de los más débiles, dan testimonio de caridad evangélica. El quinto mandamiento de nuestra Iglesia Católica condena la destrucción voluntaria de la vida humana. Todo ciudadano y todo gobernante está obligado a empeñarse en evitar la guerra; y una vez estallada desgraciadamente una conflagración bélica, no todo es licito entre los combatientes. Es preciso respetar r tratar con hu.manid ad a los no contendientes, a los soldados heridos y a los prisioneros. Las acciones deliberadamente contrarias al derecho de las gentes y a sus principios universales, como asimismo las disposiciones que las ordenan, son crímenes. Una obediencia ciega no basta para excusar a los que se someten a ella. Existe la obligación moral de desobedecer aquellas decisiones que ordenan genocidios.

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Dr. Roger Rodríguez Iturri

Así, "toda acción bélica que tiende indiscriminadamente a la destrucción de ciudades enteras o de

amplias regiones con sus habitantes, es un crimen contra la voluntad de Diosy contra el hombre mismo, que es 1tecesmio condenar con todaftrmezay sin ninguna vacilación'' (G S 80,4). El respeto y el desarrollo de la vida humana exigen la paz. Y la paz no se alcanza en la tierra, sin la salvaguarda de la vida, de los bienes de las personas, la libre comunicación entre todos los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas, de los pueblos, sus culturas, y la práctica asidua de la fraternidad. Y debido a la comunidad de origen, el género humano forma una unidad. Porque Dios "creó, de un solo principio, todo el linaje humano" (Hch 17,26;cf Tv 8,6). "Esta ley

de solidaridad humana y de caridad, sin excluir la rica variedad de las personas, las culturas y los pueblos, nos asegura que todos los hombres somos verdaderamente hermanos". Desde nuestra Universidad Católica Sedes Sapientiae, elevamos los más fervorosos votos ante nuestro Padre Dios Jesús, para que este acontecimiento que ya es un drama de horror en contra de la humanidad, encuentre entre quienes lo protagonizan la "luz de la verdad", de modo que mediante el diálogo fructífero y desde el mismo dolor se cimienten las bases de la comprensión humana y de la paz duradera.

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DEMOCRACIA, LIBERTAD, DIGNIDAD Dr. Roger Rodríguez lturri

Conforme a la naturaleza social del hombre, el bien de cada uno está necesariamente relacionado con el bien común, es decir con "aquel conjunto de condiciones de la vida social que permiten a los hombres conseguir más plena y fácilmente su propia perfección". El bien común supone pues el respeto a la persona; exige el bienestar social y el desarrollo de las sociedades; e implica, finalmente, la paz. Todo el orden social y su progreso debiera subordinarse al bien de las personas. Para ello, en toda comunidad civilizada, el poder político está obligado a respetar los derechos fundamentales de la persona humana y administrar humanamente justicia para todos. Porque una sociedad bien ordenada y fecunda requiere gobernantes, investidos de legítima autoridad, que defiendan las personas, la dignidad, las instituciones y consagren, en medida suficiente, su actividad y sus desvelos al provecho común del país.

LA TRISTE EXPERIENCIA POLÍTICA PERUANA: EL CASO FUJIMORI Tan pronto Fujimori se encaramó en el poder desató una intensa ofensiva contra las instituciones democráticas de la patria. Optó, en 1992, por disolver el Congreso, por intervenir el Poder Judicial, cercenar el Tribunal de Garantías Constitucionales, mediatizar al Consejo Nacional de la Magistratura y captar al Ministerio Público y a la Contraloría General de la República. Suspendió, a su vez, los artículos de la Constitución de 1979 que, según él, resultaban incompatibles con lo que denominó "Gobierno de Emergencia y de Reconstrucción Nacional".

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Dr. Roger Rodríguez Iturri

Entre tanto, en medio de aquel atropello, Argentina llamó a su embajador; la O.E.A. manifestó su desencanto por la ruptura del sjstema democrático en el Perú; y Venezuela}' Panamá suspendieron sus relaciones diplomáticas. Pero toda La presión desatada no varió en mucho el escenario. La O.E.A., carente de firmeza, claudicó de los principios democráticos. Fujimori salió victorioso del entuerto político. El acuerdo final le permüida permanecer en el poder a cambio de un compromiso etéreo para restablecer la institucionaJidad democrática en el Perú. En palabras distintas, el régimen de Fujimori se consolidó revistiendo la falsa apariencia de la legitimidad democrática. El Congreso Constituyente Democrático instalado el 01 de enero de 1993 optó por una djscutiblc ley constfrucional y declaró limitada y parcial la Constitución de J979. De inmediato salvó la validez de los decretos Leyes expedidos por el gobierno dictatorial de Fujimori; y a su vez, declaró que Fujimori era el jefe constitucional del Estado y personificaba a Ja nación. En paso paralelo Pujimori asumió el control directo de las fuerzas armadas y policiales. EJ Congreso había dejado de ratificar los ascensos para el grado de general y almirante. Fujimori asumió así un rol decisivo en esta materia y colocó al servicio del poder político las decisiones institucionales de cada uno de los institutos armados y de la policía. La experiencia enseña que los regímenes autoritarios suelen devenir como respuesta a las democracias frágiles y a los sistemas carentes de gobernabilidad. En el Perú, en verdad, existe una muy honda tradición de autoritarismo y verticalismo que se remonta al pasado autóctono, acompañada de una dosis de patriarcalismo y de concentración del poder. Así, en una sociedad con cimientos politicos autoritarios era difícil construir un régimen democrático, peor aun si durante toda la primera ttapa de nuestra vida independiente predominaron Jas estructuras coloniales de la esclavitud y del tributo irracional. Las causas del Fujimorato tal vez sea bueno verlas en el fracaso de la democracia peruana renacída a partir de 1980; en la ausencia de gobernabilidad en un país angustiado por el atraso y la pobreza, y sumido en una terrorífica violencia generada a partir de la subversión del Partido Comunista del Perú -Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru. Sobre estas bases Fujimori había logrado construir un modelo político en el que matizaban, entre otras; las formas democrático-liberales, la esencia autoritaria, el sometimiento abyecto del Congreso, la corrupción y el egoísmo.

' VIII

Studium

DEMOCRACIA, LIBERTAD, DIGNIDAD

Fujimori sustentó parte de su fuerza politica en una masa de poder cauava de electores. Eran masas populares que "veían la realidad a través de una prensa y televisión secuestradas y controladas''. Un pueblo que sobrevivió recibiendo ayuda alimentaria para no morir y que en su desgracia temía perder dicha "esperanza de vida". El fujimorismo fue sinónimo de autoritarismo. Constituyó una suerte de gobierno cívico-castrense que concentró el poder en el propio Fujimori y los suyos, subordinando a los otros poderes del Estado, incluidas -como queda dicho-las fuerzas armadas y de la policía. Pero el ejercicio de la libertad no implica el derecho a decir y hacer cualquier cosa. Es falso concebir al hombre "sujeto de esa libertad" como un individuo autosuficiente que busca la satisfacción de su interés propio en el goce de los bienes terrenales. Fujimori alentó, además, de otro lado, la despolitización de la población. Con una dosis inmensurable de cinismo se interesó poco o nada respecto a la auténtica dignidad de la persona humana. Limitó hasta el extremo la oposición política. Propugnó el pragmatismo y la despartidarización. Reemplazó la voluntad del pueblo por encuestas trabajadas e interpretadas de acuerdo a intereses egoístas. Impulsó drásticas políticas neoliberales en las políticas macroeconómicas y neopopulistas sociales. ¿Y en medio de este escenario por qué el fujimorismo buscaba mantenerse en el . poder? Estudios científicos señalan que la voluntad de permanencia de las dictaduras en el poder tiene que ver directamente con la búsqueda de la impunidad por los delitos de violación de los derechos humanos, por los de corrupción y por los delitos comunes. Esos mismos estudios establecen claramente que son los grupos económicamente más poderosos de un país los que corrientemente obtienen grandes ganancias dcntte de estos sistemas y son ellos los que de manera enérgica y decidida impulsan el continuismo dictatorial del sistema abyecto y de la corrupción. El manejo de la deuda externa y las privatizaciones han dado origen) sin la más núnima duda, a nuevas formas de corrupción que coeX,ÍSten con la corrupción que proviene del narcotráfico y del asalto al fisco. Basta recordar que en Perú de los nueve mil millones de dólares obtenidos en la privatización se acaba de anunciar que en la caja estatal hay sólo una reserva de doscientos millones de dólares. San Juan Crisóstomo recuerda vigorosamente que: "No hacerpatticipar a los pobres de los propios bienes es robarlesy quitarles la vida". Es preciso satisfacer ante todo la exigencia de justicia, de modo que no ofrezcamos a otro como ayuda de caridad lo que debemos a título de justicia. Fujimori debilitó y replegó al terrorismo, reinsertó al Perú en el sistema financiero mundial, y firmó la paz con Ecuador, pero, a su vez, sembró una estructura autoritaria y centralista de poder; permitió en su entorno y dentro de él altísimos niveles de Studium

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Dr. Roger Rodríguez Itur ri

corrupción; debilitó la insmucionalidad const1tuc1onal \'estatal; h1zo uso de una sun de politicas sociales fabricando una "campaña permanente en pro de la rcelccctún "; y term inó recesando la ccononúa y gcnolin misma que suscita la ausencia dd Ser y Ja innsión de la nada. Y precisamente el libro' de J.uigi Giussani se refiere mucho a poetas y a grandes narradores y filósofos, incluso agnósticos, para realzar su sentido religioso del ser para subrayar la ausencia de éste en un alma y el sentimiento de la nada que dcjil esta ausencia. Ahora, tengo que decir previamente que yo no soy para nada un cspecialtsra en teología y mis estudios de filosofía y de poética no bastarían en absoluto para animarme a mecerme en una camisa de once varas. Pero si me he atrevido a aceptar la invitación c¡ue me hizo el profesor Gian Cerrado Peluso a participar en este acto, es porque el libro de Luig1 G1ussani no es un tratado de teología o una teodicea cuya finalidad consisca fundamentalmente en estudiar la existencia de Dios y sus atributos, sino una reflexión Ponencia leída en el Seminario Internacional "El Sentido Religioso" de Lu1gi Giussan1 (Lima 9 11 1998).

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Dr. Américo Ferrari

tiue se centra más bien en b persona humana y su , que en el contexto podría leerse: tú aguardas la nada. Pavcsc se suicidó en 1950. Estas actitudes ante el interrogante último se caracterizan todas por su irrazonabilidad, pues está fuera de toda razón o va contra la razón el vaciar de su consistencia la pregunta por nuestro destino y nuestro sentido, despojándola de su significado. Y de ahí tres consecuencias: 1. El hombre moderno rompe los lazos con su historia y su pasado, o sea con su trad1c1ón; 2. Se aísla en la soledad y la incomunicabilidad de tal manera que vive y anda entre los otros, pero no está con el otro porque ha perdido el senddo de la comunidad }'de In comunicación. 3. Pierde la libertad al quedar reducido a una pieza en el engranaje del Estado moderno, igual si éste es comunista o liberal. En lo tocante al primer punto, la tradición, Giussani subraya que la originaLidad del presente es m1 libertad; pero que toda la riqueza del presente viene del pasado, de modo que, desconectado del pasado, me encuentro en un presente sin significado sobre el cual no pu1;do construir ningún futuro. El hombre moderno padece de esta amnesia que Jo desvmcula del pasado y determina una impotencia para crear futuro desde nuestro presente. El resultado es que « el corazón está roído por la esclerosis». Y la esclerosis es un e~tado degenerativo que afecta sobre todo a los viejos. « La vejez a los veinte años e, incluso, antes: la vejez a los quince años: ésta es la característica del mundo de hoy », concluye el padre Giussani. Yo me permitiría añadir una apostilla, y es que estamos viviendo, aislados del pasado y sin querer afrontar el futuro, un presente inactual en una sociedad dominada por la ilusión de la actualidad y sobre todo de las« actualidades» del noticiario televisivo. Y lo ilustraré con un suceso de hace cerca de 50 años y una cita de un gran poeta. El suceso es éste: en los años cincuenta, en Paris, un periodista frances publicó un libro que llevaba por útulu «Hitler, connais pas »(Hitler, no sé qwén es), que presentaba los resultados de una encuesta entre adolescentes que estaban cursando I~ enseñanza secundaria. En sus entrevistas les pedía a los chicos que le dijeran lo que sabían o pensaban de Adolfo Hitler: el título del libro da la respuesta mayoritaria: los muchachos no sabían quién era ese personaje; aunque muchos habían pasado su infancia Studium

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Dr. Améri co Ferrari

en la Francia ocupada por el ejército nazi y dominada por Hitler. Sencillamente no recordaban su historia más reciente. En cuanto a la cita, es del poeta francés Charles Péguy, quien dice que cuando lec algo de un gran poeta antiguo, eso que lee es siempre actual; pero cuando abre un periódico de la semana pasada, lo que hay en ese periódico es ya inactual. En sus últimos capítulos este libro sobre el sentido religioso hace una crítica de la i>. O st.:a, al misterio y a la trascendencia. El mundo es un signo y su interpretación nos lleva« a esa cumbre » donde se produce el «mareo de la razón », a la percepcion de algo desconocido, inalcanzable: el « misterio». « El mundo 'enseña' a Dios », dice el autor, como el signo indica aquclJo de que es señal » (177). Y finalmente al misterio de la revelación por la cual, termina diciendo :Monseñor Giussant, «Dios entra de algun modo en la historia del hombre como un factor mterior de esta historia. Y nos« habla como un amigo, como un padre o una madre». El libro de Monseñor G1ussani podría ser un libro de cabecera para quienes se interesan en la busca de la trascendencia. La perspectiva es por lo demás ecuménica, en la medida en que a lo largo de su exposición no se refiere por lo general expücitamcnte al « catolicismo » sino al cristianismo que abarca otras iglesias además de la católica. En cambio, en otra obra, LA co11rie11c1t1 religiosa en el hombre moderno, algo anterior, aunque sin atacar el protestantismo, dice que« el cristianismo de nuestro tiempo se ha \rlSto como angustiado, debilitado }' cnrorpccido por una influencia que podríamos llamar «protestante» y examina las consecuencias de esta «Protestantizac1ón del catolicismo» que lleva, dice, a «cierto sentimentalismo y pietismo», es decir a fomentar el subjetivismo que establece como último criterio interpretativo la conciencia personal. Y es verdad que el pietismo, por ejemplo en un poeta como Novalis, está muy cerca del catolicismo, pero, es verdad tambien, con una carga afcctiv~ muy sentímental y persona.! y subjetiva. De todos modos es un buen ejemplo de cómo, de pronto, se entrelazan las ramas de un mismo tronco. Las mismas citas del autor, de Platón, de Einstein, de Solycnitsin, de Leopardi, Monrnlc y Pavese, indican que el sentido relig10so, incluso negativo como en los últimos citados, hunde sus raíces en el alma humana y uno puede volverle la espalda para no verlo, pero no se lo puede desarraigar. Creo que es una lección que nos da esta obra profunda y atrayente. D r. Américo Ferrari Miembro de l:i J\cademia Peruana de la Lengua 8

Studi um

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o Ensayos

Revista STUDIUM N. 0 2 - 3, 2001(pp.11-31)

GUADALUPE Y JUAN DIEGO: ACTITUDES Y TESIS 1 CONTRAPUESTAS SOBRE SU HISTORICIDAD Dr. P. Fidel González Fernández mccj

En la historia de la controversia guadalupana se encuentran tesis contrapuestas. Algunas quieren vaciar Guadalupe de su historicidad y reducirlo a un mero símbolo de valor variable. Sintetizamos algunas de estas tesis que se repiten en las controversias desde principios del siglo XIX. a.) Algunos reducen "Guadalupe" a un puro mito que representaría las antiguas tradiciones religiosas mexicanas sincretisticamente asumidas por el catolicismo. En este sentido la Virgen de Guadalupe sería una transposición católica de una "divinidad" pagana yJuan Diego uno de los personajes del mito. b.) Otros antiaparicionistas juzgan Guadalupe como un instrumento catequético usado por los misioneros en la evangelización de los indígenas; habrían aplicado así al caso mexicano una fuerte tradición española que usaba el teatro, las escenificaciones, los pasos de las procesiones (son famosos los de Semana Santa, las representaciones de la Navidad, etc.); todo ello ha dado lugar a una rica tradición escultórica e iconográfica de la que la Virgen de Guadalupe seria parte. c.) Otros ven en Guadalupe una creación del Criollismo a partir del siglo XVII como búsqueda de una afirmación de poder frente a los peninsulares españoles; tal contraposición se verificaba en todos los ámbitos de la vida social, política y eclesiástica a parar dd finales del siglo XVI . Habría nacido así el nacionalismo mexicano con raíces criollas y la Virgen de Guadalupe como su símbolo. Solamente en un segundo tiempo se daría espacio al "indio Juan Diego" y con él a los indigenas (indios), que no habrían sido recordados como protagonistas en el hecho hasta entrado el siglo XVIII. La misma 2 Independencia mexicana -según autores como S. Poolc - habría sido proclamada en este sentido y bajo este símbolo.

' l'l prescmc articulo es conunuación del publicado en el anrcnor numero de nuestra n:vm:a con d árulo "La historicidad del encuencro del• Virgen de Guadalupe y Juan Diego" ~\Tista S11JDIL1M, nº 1, 2000, pp.35-58. Sendos arúculos cnin rcbc1onado< con l:u ideas expuestas pord auiorcn d curso dirigido en nuestra Umvcrsidad eo •gosto dd 2000. 'SI'J\Ff'ORO POOLE, Owuulyef G11atla/11pt. TbtOngm1antlS011rwof aJ.fn.:HanN11t1nw!Sym/10/, 1531-1797, Thc Uruvcrmyof Arizona Prcu. Tucson & London 1995

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d.) Para otros antjaparicionistas la duda nace de la falta de fuentes precisas o poco seguras contemporáneas al hecho; pesa mucho sobre ellos el llamado "silencio documental franciscano", especialmente el de fray Juan de Zumárraga y el de otros cronistas de la época, sumamente fieles en la transmisión de los hechos más importantcs de la conquista y de la evangelización. Estos objetores sobre Ja historicidad guadaJupana entre los que se encuentra Joaquín lzcalbaketa no se cerrarían al hecho en sí mismo; subrayarían sobre todo la falta de documentos históricos exhaustivos. e.) Se dan también una serie de escritores sobre el hecho guadalupano que no niegan su historicidad en sí misma. Para ellos la historia en sí no es importante, lo fundamental sería el simbolismo guadalupano. Tal parece ser la posición que se desprende, por ejemplo, en la obra de Richard Nebel1. f.) Para algunos sostenedores de la llamada teología de la liberación o también de.: una nueva teología indigenista lo interesante en el hecho guadalupano es el papel de los indígenas y el drama de la conquista y de los primeros momentos de la evangelizac1on. El hecho guadalupano y el papel de Juan Diego es interpretado a partir de aquella ''teología". Por motivos opuestos algunos escritores e historiadores hijos del idealismo filosófico leen con tal prisma filosófico el hecho guadalupano interpretándolo dialécticamente )'como una creación del sujeto. g.) Se encuentran también numerosos escritores y divulgadores de la dcvociéin guadalupana y juandieguin:1 que escriben sobre el argumento preocupados por motivaciones de religiosidad popular o devoción mariana sin alguna preocupacion de: carácter histórico. Frecuentemente, en sus argumentaciones se dan cita muchas de las posiciones señaladas. Frecuentemente en estos escritos prevalece el sentimiento religioso sobre el rigor histórico y si.: da por buena una literatura frccucnremcnrc superficial. h ) Estas visones aplicadas al hecho guadalupano caen consciente o inconscientemente en un fidcísmo; algunos soslayan el problema de la racionalidad de la fe y de su nexo con la historia y otros la reducen a puro símbolo sin ninguna rclacicjn con los hechos históricos. Veamos algunas de estas posiciones de la histori:i del antiaparicinismo guadalupano y sus motivaciones dc fon011110, Doc XIII. 119. '"Carta S. Congregación parn la C•usa de lo• Santu' aJ cardmpo (ir. Gana S Congregación para la CauSll de los Santc>s al cardenal Ernesm Corripio J\humar1a ofrecía numerma~ dudas o pumos débiles como relevuon algunos Consultores Hmomdures (cfr. Rclaoo et Vorn de los con~uhorcs nmotiadores del 30 de ro ero de 1990 y de los comulcores teólogos del 30 de marzo de 1990 "STAFFORD POOLE, 011r utlyoj C11t1dal11Jlt T'/u Un¡,1n1 J111dSomrtt ef u Mt-'"'''" N11l1011.,/ Jynho/, 1531-1797, Thc Umvcrsu~ of 1\monaPrcss,Tucson&London 1995.

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del siglo XVII para imponer su propia afirmación de poder de frente a los peninsulares españoles y dar un fundamento religioso en el contexto católico del tiempo a una mexicanidad que con el tiempo desembocaría en la Independencia. Por lo tanto para Poole ni las apariciones ni Juan Diego tendrían una base histórica; serían simples símbolos fabricados que con el pasar del tiempo se impondrían en la devoción y opinión pública mexicana como un hecho histórico. Otros autores recientemente han interpretado Guadalupe como un mitosímbolo que ha ayudado en La construcción de la identidad mexicana, o al menos como expresión máxima del hecho cristiano en la antigua mentalidad y cultura tradicional de los mexicanos, y por ello como el símbolo del encuentro con el nuevo mundo religioso llevado por los españoles. Una de estas obras más sigruficativas es la del alemán Richard Nebel 1:1• Dado gue muchos obispos y la mayor parte del pueblo mexicano pedían la canonización del beato Juan Diego, a principios de 1998 la Congregación para la Causa de los Santos quiso andar a fondo sobre la problemática histórica por lo que nombró una comisión histórica encargada de examinar la documentación histórica existente v ahondar en el estudio de algunos problemas pendientes. El volumen de Fidel González Fernández Eduardo Chávez Sánchez José Luis Guerrero Rosado, El mmentro de la Vú;g1m de G11adalupe)'Juan Dit!!,O, editado por Por rúa, México 1999, y actualmente (2000) en su cuarta edición, es fruto de tales trabajos y presenta sumariamente algunos de los resultados de tal investigación recogida en 24 secciones temáticas de problemas y documentos de archivo. Las dudas y objeciones suscitadas por diversas obras publicadas redentemente merecen una atención seria del historiador; ellas constituyen un estúnulo positivo para la investigación histórica sobre el Acontecimiento Guadalupano de manera más completa y profunda sin censurar ninguna objeción razonable. El trabajo que aquí presentamos no tiene como objeto una apología acrítica de la histoncidad del Acontecimiento guadalupano y del indio vidente Juan Diego. Nuestro objetivo es presentar una serie de documentos de procedencia diversa que a nuestro entender afirman de manera convergente y no prefabricada el hecho guadalupano. Por lo tanto ha sido nuestra preocupación evitar prejuicios o tesis preconcebidas a la hora de examinar Ja documentación a nuestra disposición. Ello no quita que se presenten algunas hipótesis razonables de carácter histórico para explicar en algunos casos posibles dudas o vacíos ' El mismo autor ha escrno un;uúculo Útulado "Nuo111\f&p11h110. Co11110/'111ó11 T111llgma t Tnmll1mmó11rmtio110. fo m ,1 l111(11my fl/ tlo/1ornrió11 rmlódiro"' /,1 JJJ,/onuJ:rn}la, Werbuert · lbcroi1mcricana. ! 9'JR.

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(como el llamado "silencio guadalupano" de algunos person:ijcs eclesiásticos}' civiles del siglo XVI).

METODOLOGÍAAPLICADA Quienes hemos elaborado el trabajo aquí presentado hemos querido seguir una camino rigurosamente crítico histórico en la búsqueda documental y en la valorarn)n críúca de los documentos. Para ello hemos comenzado una investigación de carácter archivistJco y bibliográfico en aquellos archivos y bibliotecas donde razonablemente se esperaba encontrar alguna documentación relativa al caso. No se nos podía tampoco escapar el hecho de una hipotética canonización de Juan Diego, a diferencia de muchas otras, tendría una resonancia mundial. Tratándose de una Causa eminentemente histórica con características muy peculiares, dado el tiempo, el ambiente, y la naturaleza de la documentación nos hemos dado cuenta que se tenian que estudiar los dJstimos problemas lustóricos respetando sus características peculiares y la índole histórica de tal documentación. ¿Cuáles han sido los criterios de la investigación? Para alcanzar nuestro propósito hemos intentado seguir dos criterios fundamentales del método usado en la Congregación vaticana para las Causas de los Santos: a) investigar "plene ac rite", es decir, con los criterios de la metodología crítico-histórica . b. Tratando de averiguar si las fuentes son dignas de fe, total o parcial, y en que medida; c. Ver si en tales fuentes se pueden encontrar aquellos elementos que puedan ofrecer un fundamento histórico sóliJo para llegar a un iuicio sobre la historicidad del acontecimiento guadalupano de ~léxico v de su nexo con el personaje vidente Juan Diego. En este orden de cosas hay que tener presente la naturaleza y la diversa tipología de las fuentes históricas y literarias a nuestra dispos1c1ón, r por lo tanto, la metodología adecuada que debe aplicarse a cada caso. Las fuentes históricas y literarias en nuestro caso son n prc.-scntada en lasJnrnacln~ Je Hmoria Colo111al cdchradas en Ocucajc, 20110.orgamzadas por la PUCP. 1

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Composición de bienes mal adquiridos. 6. Abstinencia y ayuno. 7. Oratorios privados. El Consejo de Cruzada, como institución suprema en España, y el Tribunal de Cruzada, como subdelegación del Consejo en Indias, constituyeron la columna vertebral de toda la organización relativa a la Bula de Cruzada en América. Desgraciadamente, falta una monografía sólida que nos muestre la génesis, 2 estructura, miembros y actividades de estas instituciones • Si algo concluimos en nuestro estudio es que la febril campaña de tres siglos de predicación tras predicación se debió a los latidos permanentes de sendos organismos. A través de un inmenso océano de leyes, sermones, instrucciones o cartas, nos acercamos a un mundo dinámico de lo más variopinto. Nos encontramos en él, desde tesoreros embargados a piadosos predicadores que hacen apología la Bula, o bien desde ingenuos y fervientes fieles que toman la bula, a socarrones cronistas que se admiran de las "industrias" de tesoreros para llenar el Arca de la Hacienda. Un rico abanico de manifestaciones que nos permitirán obtener determinadas conclusiones sobre el funcionamiento de estos organismos, que es lo que nos interesa. Por su doble jurisdicción, eclesiástica (es concesión papal) y real (la limosna va destinada a sufragar los gastos de las guerras de la Corona contra los infieles), el Consejo y Tribunal de Cruzada deben mantener un equilibrio inestable entre el poder político, representado en los virreyes, y el religioso, encarnado en los obispos y los superiores de órdenes religiosas. Si por su actividad hacendística de recaudar la limosna estaban en relación directa con el Tribunal de Cuentas, por los fueros recibidos como privilegios de Cruzada se enfrentaron con frecuencia a las Audiencias y los ministros de Justicias. Pata hacer llegar las bulas a los lugares más recónditos acudían a los chasquis y a cuantas personas desempeñaban un papel representativo en la sociedad y viajase con frecuencia. En numerosas ocasiones, sobre todo en los primeros momentos en los que se van

' Anom los miba1os publicados sobre el •sumo que nos ocupa. 1993 "La imprcnm del Monasterio de Prado y ill Bula de Cruzada de> Indias" !JJUt7Jlrll1111o¡y leOJ1uu m ''""'Pl'•Sfl dt lru lmlios Junta de Castilla y León. \lalladolidpp.109· 132. l 994 "La Bula de Cruzada: De la Reconqw"a a su unplamac1ón en Indias" E/ Rt111u de Gronodo y rl l'\11t1•0 M1111do. D1putacinn Provincinl, Granadn.1, pp.533·546 1996a Lo 811/0 dt Cmzoda t11 IndiasUni,•ersidad de Vallndolid, VaUadohd pp.537 (Tesisdoctornl en microfichns) 199Gb "La modélica gestión de Gonzalo de la Maza, pnmer cont1dor de Cruzada en Perú", Müsiimoliu l-lupn11icn· Hirpomn J,¡rro Madrid. C.S.T.C Vol A7, n 97,199· 230. 1996c "Andrés de Zabala, un vasco en la Comadurfa de Cruudn en Lima". / Üt11'ay ,•1111¡riw (Un1vers1dad del País Vasco. Vitoria, pp.307 ·322. ! 996d "Hiscoria de la Bula d .. b Cruzada en Indias" Rnüln de l-..r111diM l-lütórito:/11rídito; "Cru7.adn, n.8 " 1\GI, lnd1fercme, 28665.1 "' Po/il1co... Libro lV, Capirulo XXV, n.50. " AGS, CCl, 588. RC de inhibición de las cosas de Cruzada pnrn los jusücias de Perú }'Tierra Firme, 12.6.1583 para c¡uc no se entrometan eo lo concerniente a la Bula. "J. GOÑI: lliftod11 de !.1 811/n dtCmzndn tll bspniia. Seminawl r.faror, Vitoria 1958, llega a decir p2ca los días amenores al Conc11oo de Tremo: "Cuando un 5'lccrc.lote con cura de almas c¡ucria eludir b 11msd1cc1ón del ordinano y la oblig~ción de la residenci a, no ttnfa n11\~ c¡uc servir n la Cruzada", p. 51 5.

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CUANDO LA FE Y EL PODER MUEVEN DINERO: TRIQUIÑUELAS DEL TRIBUNAL DE CRUZADA EN INDIAS

del Prado en sus Ordenanzas, cuando advertía aJ Subdelegado que cuidara de que los tesoreros "no quieran y soliciten dichos títulos para substraerse de la jurisdicción real y para valerse de sus privilegios de sus derechos reales y competencias con las justicias ordinarias, como se ha reconocido en las residencias y visitas que han hecho antes para servirle mejor en este ministerio"n. La ley 5 de la Recopilación, no obstante, era contundente en este sentido: "Que los virreyes, Audiencias y otras Justicias Reales no conozcan de causas tocantes a la Cruzada, subsidio, cuartas y sus cuentas, ni aun por vía de fuerza"+'. En caso de competencias jurisdiccionales, J. Solórzano 1; recoge una Real Cédula, de 1636, destinada a arbitrar soluciones. Por ella, se ordenaba que se juntasen dos "conjúdices" (conjueces), uno eclesiástico y otro secular, con el Subdelegado, y que decidiera el voto de la mayoría. Si la cliscordia persistía aún, la dirimiría una Junta formada por tres miembros: el Virrey o Gobernador, un Oidor y el Subdelegado de Cruzada, ejecutándose lo que resolviese la 4 mayoría, esto es, dos de los convocados s inqui~1dorcs apostólicos se inhiban en causa, de Crunda Lim•, H1flfJ i\GS, C:CI.

573. Rc;¡;mr•mos pan 1602 la compctcnc1a de ¡nnsdteción del sub1nos, Se,~lla, 1956. p.540-1. ·" l'o/ít1r11... 4. l.Jbru IV, Capítulo XXV, n.4(1.

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e) Universidad También fueron frecuentes las relaciones entre la Cruzada y el mundo universitario. No en balde, varios de los ministros de Crm~ada, especialmente los subdelegados, como Juan Velázquez, eran profesores universitarios. Igual cargo ostento en el incipiente tribunal de Cruzada en Durango, Salvador Becerra y Zárate, canónigo de la Santa Iglesia de la ciudad de Durango, reino de la Nueva Vizcaya, catedrático de la Real Uruvcrsidad de ·México y abogado de la Real Audiencia, y de quien conocemos el Memorial para, solicitar dicho cargo de subdelegado de Cruzada de Durango, en mayo 77 de 1738 • Otros aspiraron a desempeñar dicho cargo sin conseguirlo. Aun cuando la correspondencia entre ambas instituciones fue correcta, no quita para que a veces surgieran motivos de cont1icto entre la Santa Cruzada y algunos miembros de Jos claustros universitarios. Por ejemplo, en 1600, el rector de la Universidad de Lima, Dr. Prancisco de León, fue acusado y encarcelado por haber 5 proferido palabras injuriosas contra la Cruzada" • Dos años más tarde, también en Líma, fue encarcelado un catedrático de Universidad oír haber incurrido en desacato hacia contra la Cruzada durante el acto de defensa de una tesis doctoral en la iglesia Catedral'~.

5. INCIDENCIAS DEL TRIBUNAL. Después de estudiar la fisonomía y la dinámica del Tribunal de Cruzada, paso a fijarme brevemente en alguna de las pulsaciones captadas que alteraron su ritmo habitual. Preferencias y rechazos, cumbres y baches... en la longeva vida de esta instituc1on. Dentro de una institución y detrás de cada acavidad hay personas responsables que, lógicamente, tienen una forma de ser, un temperamento y comportamiento, con sus virtudes, pero también con sus defectos. Esto mismo sucede c.:n el Tribunal de Cruzada, donde comprobamos atrasos en la formación de cuentas por parte de teson:ros y contadores, conflictos mouvados por incumplimiento de las competencias clt: cada cargo, fraudes y embargos por amh1ción o falta de transpan:ncia en el desc.:mpc.;ño cid cargo... Precisamente es la distinta diligencia puesta en el dc.;scmpeño del cargo la razón .• AG!:>,CCI,579. '' AGS,CCl.573 . ., AGS. CCI, 573. "Escando ahora dm mc1c< e.ia umvernd2d en 12 iglesia caicdral d•ndo gn, Dnn Feo.Calderón Romero, Don Ju3n Manuel de 1:..tro maror de ~rqu1m:tuu, nlbañilcrfa r cantería. Ttabajó en la con"rucc1cin de la fachada l' torre de 12 catcdl'21 de Puebla.

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Lic. Yolanda Fernández Muñoz

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Martin Casillasi, Alonso Pablo\ Nicolás de Montic!' o García Durango , activos en la región de Puebla de los Ángeles, formados inicialmente en Extremadura, )' llevando su arte hasta las provincias de la América Hispana. El objetivo de este trabajo es dar a conocer a un "constructor" dd siglo x'Vl, que caminó entre dos mundos, Extremadura }' América, a través de la obtt;nción de.: datos(fuentes bibliográficas, arquitectónicas) para conformar un conocimiento sobre lo que hizo un arquitecto extremeño en América. Lo que en Indias fue capítulo espléndido, tuvo en Trujillo su prólogo más prometedor. Muchas de sus obras se levantaron perfi..larido el paisaje trujillano como un presagio de lo que, en la otra orilla de las Españas, es prueba tangible del genio de este ilustre extremeño. Entre los trujillanos que marcharon a América destacará, Francisco Becerra, por ser un conquistador que se abrió paso en la historia, no con las armas de la guerra, sino con las de su arte.

DATOS BIOGRÁFICOS Y ARTÍSTICOS Francisco Becerra nació en Trujillo entre 1535-40 y según el "Informe de limpieza de sangre" que hizo en mayo de 1573 ante el licenciado de la Puerta, teniente de corregidor de la ciudad, para pasar a Indias, declara ser hijo de Alonso Becerra }' de Constanza Hernández descendiente por ambas líneas de ''hidalgos notonos" . Sin embargo existen discrepancias entre los diferentes autores consultados sobre su fecha de nacimiento". Algunos piensan que saldría de Trujillo con tan solo 27 añosª. Estuvo casado con J uana González, natural y vecina de Garciaz, 11 mujer de mediana estatura, de color morena", hija de Juan de Vergara y "cristiana vieja de padres e 9 de abuelos", viven ambos en la "collación" de San Marán • Por el testamento que otorgara en 1569, sabemos que no hubo descendencia del matrimonio y que su esposo era cofrade de san Lázaro y de la Cruz, que por entonces gozaban del fervor devocional de los trujillanos. E l propio maestro nos dejó esbozado en leves trazos su retrato físico: "soy CASTRO M ORALES, E. No12s de la edición de laobr.i de Mariano Fcm:indcz de fahc\•crria y Vt'}11a. ··1 {iJJor1a tft lamuladik Purbb ,¡, /,11 -111¡,1/u .. Libro 11 Puebla, 1963. op.Cn. p. 19')• • MARCO DORTA, E. "l'Nt11lt1 dt ¡,, HiJlonatftl'lru l /Up.>troamtri1a110/ ·~ Sc,·1lla, 19S 1. Op. Gt. p. 24R. · hs decir que naccria en 1536, sin embugo lo~ datos comenwfo, ;) pnncipio de cm: párrafo. al¡:ur1os dicen que .uldna de fru¡illo con unos 35 añ..,, ~rr..,ximadamcme. En el año 1946 e• imposible que nac1cn, 'ct;ün bs fuentes. pues 1ulta1;i en las obras J.la 1glcs1a de San Martín en el año 1553, con lo cual tcndrfa tan sólo siete años. A.P.SM. Cucm;is de Fábrica (l 5.\8·1590). 'SOLlS ROD RÍGUEZ, C ''l:f.I orq11ilulo Frt111rifm Bm"o mm •lapo r>:lm11

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